Arqueología Industria
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ARQUEOWEB. REVISTA SOBRE ARQUEOLOGA EN INTERNET 9(1), 2007 PERSPECTIVAS SOBRE LA ARQUEOLOGA INDUSTRIAL Ana Vicenti Partearroyo Departamento de Prehistoria UCM
1. INTRODUCCIN
En las ltimas dcadas, el
concepto de arqueologa ha roto las
barreras temporales y espaciales que
la constrean desde sus orgenes en
el siglo XIX abrindose a todo un
mundo de campos nuevos de
investigacin, de aspectos que hasta
entonces haban sido obviados y
dejados a un lado. Muchos de ellos,
como el papel de los esclavos, las
minoras, la mujer o la vida cotidiana
de las clases populares haban sido
temas que simplemente la Historia
haba marginado, con su mirada
etnocentrista, reflejo de una sociedad
capitalista occidental donde era el
hombre el que controlaba la vida
pblica, donde los aspectos del
pasado a destacar eran los ms
sobresalientes: monumentos, grandes
hitos y grandes hombres de la Historia
era todo cuanto se buscaba. Pero a
mediados del siglo XX en la sociedad
occidental comenzaron a surgir voces
de crtica hacia cmo esta sociedad
estaba establecida: movimientos
feministas, anticolonialistas, contra la
segregacin racial o tnica... Las
bases del pensamiento occidental se
tambaleaban, y se introdujeron en la
reflexin filosfica y en la
investigacin de ciencias sociales
nuevos objetos de estudio: la mujer,
las minoras... Pero el cambio fue ms
profundo; comenzaron a plantearse
nuevos paradigmas que pudiesen
encajar con la nueva visin del
mundo.
No vamos a profundizar en
este tema, sino solamente plantear el
contexto en el que aparece la
arqueologa industrial. Un momento
en el que la visin de esta disciplina,
como de tantas otras, se ampla,
aunque quiz ms tarde que, por
ejemplo, la Historia. La arqueologa
fue durante mucho tiempo una
disciplina ms conservadora, apegada
a sus tradiciones de temas clsicos y
poco ms; de hecho, esta perspectiva
de la arqueologa contina muy
presente en muchas de nuestras
universidades.
Pero para comprender el
surgimiento de la arqueologa
industrial debemos buscar otros
factores que, junto con el ya
mencionado, explican su aparicin.
Por un lado, el desarrollo en las
ltimas dcadas en el mundo
occidental de una cultura del ocio: los
trabajadores, ya pertenezcan a la
clase media, a la obrera o a la clase
alta, poseen un horario de trabajo que
permite un tiempo de ocio, al menos,
a lo largo de la semana. Esto ha
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llevado a que se desarrolle todo un
sector econmico e institucional
dedicado a llenar este tiempo que las
personas pueden dedicar a
entretenimientos de todo tipo, ya
sean culturales o no. El nmero de
museos se ha multiplicado y su
pblico tambin, con nuevos
intereses. La museologa se ha
desarrollado tambin mucho como
disciplina, creando nuevos conceptos
de museo que, en muchos casos, han
roto totalmente con el concepto
decimonnico de acumulacin de
objetos de valor en vitrinas.
Por otro lado, el paso en el
mundo occidental de una sociedad
puramente industrial a una con otra
economa basada en el sector de los
servicios se ha reflejado en el cierre
de un alto porcentaje de fbricas,
debido a su traslado a pases con un
desarrollo socioeconmico menor, que
permite al empresario pagar sueldos
ms bajos y regirse bajo leyes menos
estrictas. Regiones industriales y
mineras han quedado deprimidas, con
un alto porcentaje de su poblacin en
paro y sin expectativas de futuro.
Estos paisajes industriales
comenzaron a ser fruto en la dcada
de los sesenta del siglo XX de
proyectos de revitalizacin econmica,
y de valoracin del pasado industrial
de la regin como algo positivo y a
poner en resalte. La identidad de las
gentes de estas regiones estaba, en
mayor o menor medida, configurada
por ese entorno industrial, las
autoridades polticas, econmicas y
acadmicas se dieron cuenta de ello y
decidieron que esta identidad de
sociedad industrial fuese un reclamo
al turismo o a la inversin econmica
para nuevas industrias.
Un ltimo factor, quiz el ms
largo en el tiempo, es la valoracin de
las mquinas y de las fbricas como
tales, testigos de la evolucin tcnica
del hombre, muy acorde con el
pensamiento que surgi de la
Ilustracin. Los orgenes de ello los
encontramos a finales del siglo XVIII,
y se desarrollan a lo largo del XIX,
con la conservacin de maquinaria
que iba quedando obsoleta y de
algunas antiguas fbricas.
Todos estos factores llevaron a
que, a finales de los aos cincuenta
del siglo pasado, surgiese el concepto
de arqueologa industrial.
2. LA DISCIPLINA
Los antecedentes directos de la
arqueologa industrial como disciplina
los hallamos en el concepto de
Patrimonio Industrial. A finales del
siglo XVIII se crea en Pars el primer
museo tcnico del mundo, el
Conservatoire des Arts et Mtiers, en
el que se recogan mquinas,
herramientas y utensilios de
produccin. Casi un siglo despus
aparecieron los primeros museos
industriales, ya con un concepto
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diferente Museo de la Fbrica en
Saint-Etienne o el famoso Museo
Skansen en Estocolmo. Este ltimo
destaca por la novedad conceptual
que supuso: se hallaba al aire libre, y
en l se mostraban edificios tpicos del
paisaje sueco (molinos, granjas) que
no haban podido conservarse in situ.
Pero no ser hasta despus de
la II Guerra Mundial cuando se
configure como tal un movimiento,
tanto en el mundo acadmico como
popular, de conservacin de las
construcciones industriales. Este
movimiento surgi a raz de las
destrucciones que se produjeron por
los bombardeos sobre Europa en la II
Guerra Mundial; comenzaron a velar,
en un principio, por las minas y las
construcciones fabriles de estructuras
de hierro, en un momento en el que
este tipo de arquitectura comenz a
incluirse en los libros de historia de la
disciplina. Dentro de este movimiento,
se cre en 1959 en Inglaterra un
comit para la conservacin de los
monumentos industriales, el National
Survey of Industrial Monuments. La
destruccin de la Euston Station de
Londres en 1962, construida en 1835-
39 levant protestas acadmicas y
populares, tomando cuerpo el
movimiento de conservacin de estos
monumentos.
En estas mismas fechas
comenzaron a aparecer asociaciones
concienciadas con el Patrimonio
Industrial, que, junto con grupos
universitarios, comenzaron a realizar
trabajos de campo, surgiendo
de aqu las primeras publicaciones. El
primero en hablar del trmino
arqueologa industrial fue Michael Rix
en 1955, uno de los profesores de la
Universidad de Birmingham que
estaba realizando estos trabajos, y
haca referencia a la necesidad de
inventariar y preservar los vestigios
de la industrializacin antes de que
estos desapareciesen. En los aos
subsiguientes comenzaran a aparecer
las primeras asociaciones locales de
arqueologa industrial, las cuales
desarrollaron las primeras iniciativas
de inventario, creando, junto con el
Council for British Archaeology un
sistema bsico de registro. Esta
institucin cre en 1959 el Industrial
Archaeological Research Comitee. En
1963, Kenneth Hudson defini por
primera vez la disciplina de
arqueologa industrial, cuya finalidad
era el descubrimiento, la
catalogacin y el estudio de los restos
fsicos del pasado industrial, para
conocer a travs de ellos aspectos
significativos de las condiciones de
trabajo, de los procesos tcnicos y de
los procesos productivos (en Aguilar
1998). La arqueologa industrial naca,
por lo tanto, muy ligada al Patrimonio
Industrial y al movimiento
conservacionista de los monumentos
de la Era Industrial. Fijmonos en la
definicin, porque casi todos los
desarrollos de esta disciplina ya se
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mencionaban aqu, aunque unos han
tardado ms en tomar cuerpo que
otros. Pero tambin esta definicin,
quiz demasiado prematura, ha sido
el origen del problema de discusiones
posteriores, debido a lo amplio del
trmino arqueologa industrial, como
veremos ms adelante.
Las asociaciones aparecieron
en un principio en Gran Bretaa,
difundindose ms tarde a otros
pases, sobre todo en los ms
industrializados desde el siglo XIX.
Este pas ha estado y contina
estando en la vanguardia de la
investigacin y desarrollo de la
disciplina. Fue el primero, por
ejemplo, en crear un inventario
sistemtico de Patrimonio Industrial a
principios de los sesenta, adems de
un gran nmero de publicaciones y de
la publicacin desde 1964 del Journal
of Industrial Archaeology. En Espaa,
no se crea la Asociacin Espaola del
Patrimonio Industrial y de la Obra
Pblica hasta la tarda fecha de 1986,
y pocos aos despus, surgen
asociaciones regionales en las reas
ms industrializadas de la Pennsula
Ibrica.
A lo largo de la segunda mitad
de la dcada de los sesenta y los
setenta, comenzaron a erigirse
numerosos museos relacionados con
el Patrimonio Industrial: el Centro de
Archivos Histricos del Museo Alemn
de la Mina de Bochum (1968), el
Ironbrige Gorge Museum en el mismo
ao o el Ecomuse de Le Creusot-
Montcau-les-mines en 1973.
Del propio Ironbrige Gorge
Museum surgira la iniciativa en 1973
de celebrar un Congreso Internacional
para la Conservacin del Patrimonio
Industrial. Con una periodicidad de
dos aos se han celebrado otros
congresos en varios museos ms y en
ciudades de Europa. En el III
Congreso, celebrado en Estocolmo, se
cre el Comit Internacional para la
Conservacin del Patrimonio Industrial
(TICCIH). En 1992, se celebr entre
Madrid y Barcelona en VIII congreso.
En 1988, la TICCIH comenz a
elaborar un listado con los principales
monumentos del Patrimonio Industrial
de la Humanidad, a la que se
presentaron varios monumentos
espaoles.
El Consejo de Europa, la
UNESCO y la Unin Europea han
creado varios organismos (o programas,
cartas...) relacionados con la proteccin
del Patrimonio Industrial.
Un mismo trmino, diferentes
conceptos
Kenneth Hudson, como dijimos
ms arriba, hizo la primera definicin
de esta disciplina, sentando las bases
de lo que sera en un futuro. Pona la
arqueologa y sus mtodos y tcnicas
al servicio del estudio del pasado
industrial, permitiendo, a partir de los
restos y datos recogidos, hacer una
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reconstruccin de cmo sera la
factora, mina, etc. Esta formulacin
de arqueologa industrial sera
recogida y puesta en prctica por
Angus Buchanan en 1966, creando
una seccin universitaria de la
disciplina en la Universidad de Bath.
Pero muy pronto se vio que el
concepto de arqueologa industrial era
objeto de muy diversas
interpretaciones, lo que ha producido
innumeras discusiones acadmicas,
debido a las diferencias en cuanto al
tiempo que abarca su estudio, los
mtodos, y sobre todo los objetivos.
Una de las claves para
comprender esta discusin es la
ambigedad del trmino industrial.
Qu entendemos con ello? Cules
son sus lmites? Varias son las
interpretaciones: un estudio de los
restos materiales de la Era Industrial,
slo de los elementos muebles e
inmuebles relacionados directamente
con la industria, slo de las mquinas
y tcnicas, pero a lo largo de toda la
historia... El trmino arqueologa ha
sido puesto en duda por algunos
autores, pero parece que esta crtica
est fuera de lugar, ya que
arqueologa hace referencia al
estudio material de los restos dejados
por cualquier actividad humana.
Las diferentes tendencias de la
arqueologa industrial se han
configurado, por lo general, en
diferentes escuelas por pases.
(divisin a partir de la enunciada por
Aguilar 1998)
Escuela inglesa: destacan los pioneros Buchanan, Hudson o
Panell, y, actualmente, la
presidenta de la Association for
Industrial Archaeology Marilyn
Palmer. Hacen una interpretacin
de este trmino como Arqueologa
de la Industria. Una visin
diacrnica que recorre todos los
periodos de la Historia y de la
Prehistoria- que busca, analiza e
interpreta los restos de industria
humana, ya sea un bifaz o una
mquina de vapor. Realmente,
gran parte de los trabajos que
realizan los investigadores
ingleses se centran en la Era
Industrial.
Podemos observar la diferencia
entre ambas posturas en la
definicin de arqueologa industrial
hecha por Michael Rix (Rix 1967,
p.5) el registro, la preservacin
en casos seleccionados y la
interpretacin de los sitios y las
estructuras de las primeras
actividades industriales,
particularmente los monumentos
de la revolucin industrial. Sin
embargo, la mxima
representante de la disciplina en la
actualidad, Marilyn Palmer, lo
defina as: [la arqueologa
industrial es] el estudio de un
periodo abarcando los testimonios
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fsicos del desarrollo social,
econmico y tecnolgico del
periodo que se inici con la
industrializacin(Palmer 1990).
Escuela Italiana: Con investigadores destacados como
Carandini o Negri, ha sido quiz la
que ha conseguido delimitar con
ms acierto el rea de estudio de
la arqueologa industrial. Partiendo
de que se trata de un estudio de
los restos materiales asociados a
actividades de produccin,
distribucin y consumo de bienes
y de las condiciones en que estas
actividades fueron realizadas,
centrndose en las etapas
capitalistas. Quiz lo ms
interesante es la apreciacin de
las repercusiones del sistema
econmico y de produccin
capitalista se dejan notar en otras
sociedades y sectores de la propia
sociedad no industrializados.
Como ejemplo de esta tendencia,
citamos a Andrea Carandini
(Carandini 1984): siguiendo una
sucesin lgico-historica, la
arqueologa industrial no puede
ser otra cosa que la arqueologa
de las formaciones
capitalistas[...]El criterio de las
divisiones sincrnicas me parece el
nico aceptable.
Escuela francesa: en este caso tenemos dos conceptos diferentes.
Por un lado, el que apoyan los
investigadores del Centro de
Arqueologa del Mundo Moderno
de la Universidad de la Sorbona.
Parten de una visin sincrnica y
tradicional del estudio
arqueolgico, por etapas,
considerando el aspecto de la
produccin de bienes como una
parte ms de estas etapas. La
crtica va ms all, ya que tambin
cuestionan los mtodos: no
confan en la combinacin restos
materiales y documentales para
una buena investigacin. En
general, se trata de una visin
muy tradicional de la investigacin
arqueolgica, en un momento en
el que las nuevas tendencias y la
interdisciplinaridad estn a la
orden del da. Bruneau y Balut
"definen la arqueologa como una
ciencia que se ocupa de los
fabricado por el hombre sin
limitacin de lugar, poca, valor
esttico o grado de conservacin."
(Forner 1991).
Existe una segunda tendencia
en este pas, ms acorde con una
visin autnoma de la disciplina.
Autores como Louis Bergueron o
Maurice Dumas han sido muy
prolficos en publicaciones de
importancia al respecto.
Escuela Espaola: el primer investigador espaol que hizo una
definicin de arqueologa industrial
fue R. Aracil en las I Jornadas de
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sobre Proteccin y revalorizacin
del Patrimonio Industrial en
Espaa realizadas en 1984 en
Bilbao. En ella recoga los
presupuestos de anlisis, registro
y conservacin de la tendencia
inglesa, pero delimitando la
cronologa al comienzo de la
Revolucin Industrial, a pesar de
ser un hecho poco concreto en un
pas con una industrializacin tan
lenta y tarda como la espaola.
Debido a esta circunstancia, ha
sido necesario establecer una
periodizacin ajustada al
desarrollo regional de Espaa, ya
que las diferencias entre unas
reas y otras son abismales. Las
reas de investigacin en
arqueologa industrial espaola
comprenden desde las
Manufacturas Reales, los telares y
batanes de poca Moderna hasta
la actualidad, aunque con especial
dedicacin al periodo capitalista,
ya que es en este momento
cuando se producen cambios
econmicos que afectan en gran
manera a la sociedad y la cultura,
en mbitos en los que la
arqueologa jams haba entrado
antes y que puede aportar datos
de gran importancia para una
interpretacin ms rica y ajustada
de la Historia. Como dice Salvador
Forner Muoz (citado en Lopes
Cordeiro 2000, p.408), la
industria no es ms que un
complemento productivo de
estructuras econmicas cuya
lgica responde a las relaciones
sociales de produccin
completamente diferentes a las de
las modernas sociedades
industriales. En estas ltimas, por
el contrario, la industria se
convierte en el propio fundamento
de un modo de produccin
capitalista, cuya lgica y
consecuencias econmicas se
extendern a los sectores no
industriales e incluso a las
sociedades no industrializadas.
La posicin de la Arqueologa
Industrial en el panorama general
de la Arqueologa
Como ya hemos dicho
anteriormente, la posicin de esta
disciplina se ha encontrado durante
mucho tiempo (y en muchos casos, en
la actualidad tambin) en terreno
resbaladizo e inestable, sin conseguir
una aceptacin general del mundo
acadmico hasta hace poco tiempo.
A que se debe este rechazo?
Suponemos que al pensamiento
tradicional y conservador de muchos
arquelogos que, como decamos al
principio, se niegan a aceptar que la
arqueologa tenga utilidad ms all
del siglo V d.C. Afortunadamente,
esta posicin est quedando cada vez
ms en un lugar marginal, y la
arqueologa industrial, como otras
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arqueologas recientes (arqueologas
histricas, arqueologa postcolonial,
arqueologa de gnero...) estn
vindose consolidadas y aceptadas
como disciplinas de gran utilidad que
permiten un conocimiento de la
Historia mucho ms completo del que
pueden aportar los documentos.
Porque es aqu donde reside el
mayor potencial de la arqueologa
industrial, en su utilidad como
alternativa al estudio de documentos
de la Era Industrial, que, a pesar de
ser la poca ms fecunda en
testimonios documentales, es
evidente que estos se han revelado
insuficientes a la hora de permitir una
investigacin fidedigna sobre la vida
de las clases trabajadoras y
campesinas, analfabetos en su mayor
parte, y cuya historia fue escrita por
otros y, en muchos casos, falseada de
uno u otro modo, ya que era - como
casi siempre es, finalmente - la visin
desde fuera, desde otras posiciones
socioeconmicas, con una mirada,
cuanto menos, paternalista. La
arqueologa industrial abre, por lo
tanto, una puerta a una investigacin
mucho ms fidedigna sobre la
verdadera historia de las clases
obreras y de sus relaciones con la
burguesa, su relacin con el
territorio en el que vivan y con el
espacio en el que trabajaban y se
relacionaban socialmente, aunque de
este aspecto hablaremos ms
adelante con mayor extensin.
Respecto al estudio del
Patrimonio Industrial, la arqueologa
dispone de las herramientas precisas
para analizarlo, comprenderlo y
ponerlo en relacin con su contexto
histrico, ya que un elemento de
patrimonio industrial, sin su
consiguiente estudio, pasa a ser un
continente vaco de significado.
El Patrimonio Industrial
No debemos olvidar que un
bien industrial posee unas
caractersticas diferentes a las de
otros tipos de bienes patrimoniales.
Aunque el concepto de patrimonio es
bastante reciente, y su significado ha
variado a lo largo del tiempo. En un
principio, se asoci con el arte. Pero
realmente el concepto generalizado de
patrimonio como algo con valor
histrico surge en el siglo XIX, a partir
de la Revolucin Industrial, debido a
que esta supuso un cambio radical en
los modos de produccin, pasndose
de una sociedad agraria a una
industrial, con todo lo que ello
conllev para la configuracin social y
para la mentalidad occidental
contempornea. Durante el siglo XIX,
los museos europeos, en muchos
casos llamados gabinetes,
comenzaron a recoger en sus vitrinas
colecciones de la Prehistoria y de la
Edad Media, quiz con un valor
esttico menor, sobre todo en el
primer caso. No ser hasta el siglo
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XX, con las aportaciones de la
arqueologa y la antropologa, que
surgirn dos conceptos bsicos: el de
objeto testimonio, que es valorado
por lo que significa para la sociedad
que lo ha fabricado, y el objeto de
estudio el cual permite conocer
aspectos de la sociedad - sobre todo
del pasado - que lo realiz. ste es un
concepto que permiti a la
arqueologa evolucionar y dejar atrs
la visin clasicista para comenzar a
ser una disciplina que buscaba
conocer a las sociedades del pasado a
travs de sus restos materiales,
poseyesen estos valor esttico o no.
En las ltimas dcadas hemos vivido
un nuevo cambio social, el paso a una
sociedad post-industrial o post-
moderna. En esta, el anterior
concepto de patrimonio tambin ha
sufrido algunos cambios, lo mismo
que el de antigedad. El ritmo
frentico de esta nueva sociedad, que
padece cambios continuos que van
haciendo variar en pocos aos la
tecnologa, la cultura o los valores de
la sociedad, las cosas se hacen viejas
en poco tiempo. Y por ello, debido a la
sociedad de consumo en la que
vivimos, en la mayor parte de los
casos, los objetos - como las ideas -
son desechados y olvidados. Debemos
tener en cuenta de que el proceso de
desuso de un objeto o conjunto de
ellos es muy diferente en la actualidad
(Postmodenidad), en la Era Industrial
(Modernidad) y en la etapa Pre-
Industrial o Premoderna. Mientras que
en una sociedad premoderna la
mayora de los objetos son
reutilizados, reciclados (desde una
raedera del Paleoltico Superior a un
tabln de madera del siglo XV) y slo
dejan de ser usados por prdida o
deposicin voluntaria
(enterramientos, tesoros, rituales),
o por un verdadero desgaste, en las
sociedades surgidas de la
industrializacin un objeto tiene una
vida limitada, y puede ser
reemplazado por otro incluso antes de
haberse desgastado o roto,
simplemente por haber quedado
desfasado. Esto supone que hay un
nivel e deposiciones mucho mayor,
pero tambin que las basuras son
muy diferentes: de mucho mayor
volumen y, en muchos casos, objetos
an con posibilidades de uso
(Gonzlez Ruibal 2003). Debido a que
se produce una produccin y
abandono continuos de objetos, en
incesante desarrollo, tanto los propios
objetos como las mquinas que los
fabrican van quedando obsoletos,
perdiendo su funcin y sentido, algo
que en las sociedades premodernas
no acontece o, en el caso de hacerlo,
se produce de una manera tan lenta
y gradual que es prcticamente
imperceptible, todo lo contrario de lo
que sucede en las sociedades
modernas y posmodernas.
El elemento patrimonial
industrial posee, por lo tanto, unas
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caractersticas que lo hacen muy
diferente, tanto en el fondo como en
la forma, de otros tipos de
patrimonio. La diferencia ms clara es
que su importancia no reside en su
singularidad, sino, por el contrario, en
su implantacin e impacto en un
determinado lugar (Casanells, 2001).
Al ser objetos producidos en grandes
cantidades, el conservador deber
tener en cuenta la cantidad de ellos
que se conservan, ya que hay que
llevar a cabo un riguroso criterio
selectivo, ya que es imposible
conservar, por ejemplo, cientos de
mquinas de escribir de un mismo
tipo, con preservar algunas es
suficiente: lo que es importante es
conservar algunos ejemplares como
testimonio de cmo se escriba en una
determinada poca, quines utilizaban
esas mquinas, en qu condiciones y
con qu finalidad. Porque la funcin
de la preservacin del Patrimonio
Industrial es mantener la memoria
colectiva de la historia de los ltimos
dos siglos, adems de poder ser un
objeto de estudio que nos permita
conocer, como ya hemos dicho, la
vida cotidiana y las formas y los
medios de trabajo de esta poca.
La importancia de la
singularidad del patrimonio industrial
es un aspecto de gran importancia en
la historiografa del tema (Casanelles,
2001, Almeida, 2000, Lopes, 2000),
debido a que tanto la investigacin
como la capacidad de almacenaje de
los museos es limitada, a pesar de los
grandes esfuerzos desarrollados en
los ltimos aos, y a que el volumen
susceptible de estudio y conservacin
es totalmente inabarcable (al
contrario de otros patrimonios: un
museo puede - y quiere - acoger toda
la obra pictrica de cuadros de El
Greco, pero no todas las mquinas de
vapor que se han fabricado). Pero,
cules son los criterios de seleccin?
La singularidad absoluta de un objeto
o, sobre todo, de un edificio de
carcter industrial es algo
excepcional, es ms habitual que la
particularidad responda a cmo ese
edificio o conjunto se ha implantado
en el territorio que ocupa, de qu
modo ha alterado el paisaje original
(ms adelante desarrollaremos este
tema) y ha repercutido en la vida de
la regin, en su cultura, adems de
las particularidades tcnicas que poda
tener esa fbrica. La importancia
intrnseca del edificio o paisaje es tan
importante como lo que supuso para
la gente que lo vivi, y esto debe
quedar explicitado tanto en los
estudios que se realicen al respecto
como, sobre todo, en el caso de que
se realice un museo.
3. LAS PERSPECTIVAS DE LA
ARQUEOLOGA INDUSTRIAL
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Como ya hemos podido
observar, la arqueologa industrial
posee diferentes perspectivas o
posiciones desde las que establecer
una investigacin, notablemente
diferentes entre ellas. Algunas de las
razones que explican esta diversidad
han sido ya mencionadas arriba,
aunque sin duda la mayor es la propia
amplitud del trmino "arqueologa
industrial". Es un trmino que quiz
se acu demasiado pronto, antes
casi de la existencia real de la
disciplina (ver definiciones de Michael
Rix en 1955 y de Kenneth Hudson en
1963). Tal vez ocurri como con el
trmino "Revolucin Industrial", que a
pesar de ser considerada como
inadecuada, ha permanecido para
designar el comienzo de un
determinado proceso socioeconmico.
Lo que parece claro es que
actualmente, el trmino arqueologa
industrial abarca mucho ms que el
estudio de los vestigios de la
produccin industrial, envolviendo
todos los aspectos materiales que han
venido caracterizando a las
sociedades que pasaron por aquel
momento histrico. (Lopes,
2001:414) Incluso desde las
perspectivas ms tcnicas y
conservadoras, el estudio no se ha
limitado a objetos y edificios fabriles,
sino a toda la cultura material
derivada de la industrializacin:
minas, canalizacin y procesamiento
de agua, iluminacin, mecanizacin de
la agricultura, comunicacin y
transporte, espacios domesticos
A continuacin, veremos las
diferentes perspectivas existentes
sobre esta disciplina.
Inventariado, clasificacin y
anlisis: la postura ms
conservadora.
Los primeros pasos de la
disciplina siguieron este camino. De
hecho, cualquier estudio de base
sobre la arqueologa industrial debe
partir de este punto, y desde l
desarrollar una investigacin
interpretativa.
Como ya dijimos ms arriba,
esta visin se corresponde con
planteamientos particularistas
histricos, que se analizan el detalle
pero sin ningn tipo de visin general
sobre los procesos histricos que
rodearon al objeto de estudio. Estos
trabajos no son concebidos como un
medio para llevar a cabo una
posterior interpretacin de los datos,
sino que son un fin en s mismo. En
esta perspectiva, la influencia del
patrimonio industrial y la gestin de
ste quedan patentes, ya que se
impone el inters por el registro de
unos elementos que estn en riesgo
de desaparicin, degradacin y
destruccin, eclipsando cualquier
actuacin ms all de esto.
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Hasta cierto punto, esta actitud
es comprensible, al menos en un
primer estadio del desarrollo de la
disciplina, o como un primer paso en
un estudio ms complejo. Porque lo
que es evidente es que es necesario
un buen estudio descriptivo para
despus desarrollar un anlisis ms
profundo sobre l. Consideramos esta
postura como de sensibilizacin y
conservacin, enmarcada dentro de
un momento histrico concreto: el de
las dcadas siguientes a la II Guerra
Mundial, cuando comenz a
producirse un movimiento de temor
ante lo que comenzaba a considerarse
un legado amenazado por el enorme
desarrollo tcnico. Como ya dijimos
mas arriba, hay una enorme
diferencia entre la velocidad de
destruccin que poseen las sociedades
actuales y la que posean las
sociedades preindustriales, donde el
abandono y deterioro de un objeto o
edificio era gradual. Ahora,
dinamitamos y arrasamos una fbrica
en cuestin de minutos. Es esta
sensacin de velocidad, de que todo
pasa y se caduca muy rpido, la que
ha provocado la aparicin de la
sensibilidad hacia el Patrimonio
Industrial, especialmente en las reas
de mayor dinamismo econmico y en
las cuales los vestigios de la
industrializacin estn desapareciendo
por momentos. Existe una clara
"relacin entre el proceso de
Industrializacin y la constante y cada
vez ms rpida obsolescencia de los
mismos" (Forner, 1991). Resulta
interesante hacer una reflexin sobre
el patrimonio como una herencia
social. Pero ste, a diferencia de una
herencia individual, no tiene un
momento de defuncin, a partir del
cual determinar que ya es patrimonio.
Cundo se produce la defuncin de
una sociedad o poca histrica? Qu
generaciones tienen derecho a la
transmisin de ese patrimonio
acumulado? (Forner, 1991).
El proceso del estudio
arqueolgico industrial
Vamos a intentar hacer un
seguimiento del proceso de estudio de
un objeto o edificio industrial, para
comprender as las bases sobre las
que se asienta esta perspectiva. Es
una postura muy tcnica, que procura
una recogida de datos lo ms
fidedigna posible y una sintetizacin
de ellos para insertar el estudio en
estadsticas y tipologas generales. La
aportacin de ideas, y en muchos
casos tambin de especialistas en
otros temas est a la orden del da en
esta tendencia ms que en ninguna
otra, con claras influencias de la
arquitectura, la ingeniera, la
topografa o la economa.
Como hemos dicho
anteriormente, el primer paso es la
definicin de los objetivos del estudio
y de las metodologas a aplicar para
ello. Para una correcta recopilacin de
12
-
los datos, hace falta un equipo
multidisciplinar: un arquelogo, un
arquitecto, un ingeniero, y,
dependiendo de los casos,
especialistas en Historia del Arte,
Urbanismo, Geografa, Topografa,
Economa, Sociologa, Antropologa
Una vez establecidas las bases
del trabajo, se comienza, si procede,
por labores de prospeccin, ya sean a
travs de mapas topogrficos,
fotografa area o sobre el terreno.
Por lo general, si se trata de
construcciones o conjuntos de ellas,
su presencia es evidente, ya que su
conocimiento mismo es el que ha
llevado a la necesidad de su estudio -
al contrario que otro tipo de restos
arqueolgicos -; en algunos casos de
estructuras menos evidentes
(campamentos de trabajadores,
estructuras en materiales
perecederos) s que es necesario este
tipo de prospecciones. Una vez
hallados todos los elementos del
estudio, se procede a la bsqueda de
documentos: fotografas, dibujos,
grabados, documentos escritos (ya
sean los archivos de la propia
empresa o escritos de otros lugares
haciendo referencia a ella) e incluso
evidencias materiales como
productos, moldes, maquetas,
catlogos Las fuentes orales, en el
caso de existir, son de gran utilidad.
Este tipo de fuentes, al igual que el
propio objeto de estudio, son efmeras
y se degradan y pierden con enorme
facilidad, por lo que, aparte de su
utilidad como medio para conocer
mejor el elemento estudiado, ellas
mismas deben ser objeto tambin de
anlisis y conservacin. Muchas
empresas, conscientes de ello,
preservan sus archivos, maquinaria
antigua, catlogos, etc. y, en algunos
casos, llegan a hacer museos de la
intrahistoria de la propia fbrica
(Lopes 2001).
Tras la recogida de fuentes que
nos puedan ensear cmo era el
objeto de estudio en su periodo de
vida, se procede al trabajo de campo.
Se toman medidas de las
construcciones u objetos, se hacen
planimetras y un levantamiento
fotogrfico. Todos estos datos se
recogen en fichas de inventario. stas
han sido objeto de debate y discusin
(Lopes, 2000; Palmer, 1991, Aguilar
1998), debido a lo defectuoso e
insuficiente de los primeros modelos,
y a la falta de unidad que ha llevado a
grandes dificultades a la hora de
elaborar bases de datos a media y
gran escala. Los hay organizados por
temas, por ramas o sectores, por
"tejidos industriales localizados
asociando las actividades
complementarias" o por marcos topo-
geogrficos. Pueden se "largos,
ligeros o de marcacin pero siempre
su barrido recoge los restos para su
preservacin"(Aguilar, 1998). A
grandes rasgos, diferenciamos entre
los inventarios temticos, en los
13
-
cuales se desarrolla un estudio con
detalle sobre las tipologas, sectores o
conjuntos, y los llamados
fundamentales, los cuales hacen un
barrido general por los edificios ms
importantes, evidentes o los que
necesitan labores de preservacin con
mayor urgencia. Este sistema permite
la posterior creacin de tipologas,
pero tambin es el primer paso para
la proteccin de estos monumentos,
ya que si stos no son conocidos, es
imposible protegerlos.
La excavacin es un mtodo
recomendable, pero debemos tener
en cuenta que se trata de un mtodo
destructivo de obtener evidencias
materiales, y que para el estudio del
periodo industrial, muchas veces
podemos utilizar otros mtodos. Pero
en el caso de ser actuaciones de
urgencia, en las que la estratigrafa
vaya a ser destruida, toda la
secuencia debe ser recogida del
mismo modo. El problema es que en
muchos casos, los niveles
postmedievales son desechados por
los propios arquelogos,
desconocedores de la importancia que
pueden tener los materiales
recuperados despus de este nivel
(Palmer, 1991:29). Existe toda una
labor por delante de concienciacin a
los arquelogos profesionales y
acadmicos de la importancia del
registro completo de la secuencia
estratigrfica, ya que todos los datos
son tiles, y muchas veces tener toda
la secuencia nos permite conocer
mejor los cambios y el proceso que
han llevado a configurar un paisaje,
ya sea urbano o rural, tal y como lo
conocemos ahora. El problema es que
muchos investigadores consideran
que ste es el punto y final del
estudio arqueolgico industrial,
dejando el objeto sin ningn tipo de
interpretacin (como ha ocurrido
durante mucho tiempo en la
arqueologa tradicional: mera
descripcin), acercndose
peligrosamente a otros campos como
el de la Historia de la Ciencia y la
Tcnica o la Historia de la
Arquitectura. Solo en los ltimos
aos, y especialmente en Gran
Bretaa, ha comenzado a realizarse
un estudio ms sistemtico (Palmer,
1991, Lopes, 2000).
Los trabajos de post-
excavacin son una labor importante
y que muchas veces queda
desestimada (lamentablemente, en
cualquier estudio arqueolgico, no en
exclusiva en este mbito). Existen
algunas particularidades para la
arqueologa industrial, como es el
hecho de que, normalmente, el
nmero de materiales es mucho
mayor que el de otras pocas, la
cantidad de informacin que aportan
es enorme y muchas veces llega a
dificultar el trabajo. Por ello son tan
importantes las mencionadas
tipologas, que facilitan enormemente
la clasificacin y el estudio. Por lo
14
-
general, an falta un protocolo de
actuacin especfico para la
arqueologa industrial que especifique
las labores de excavacin,
catalogacin y conservacin de
evidencias materiales. (Palmer,
1991:30)
En el caso de que el objeto -
sobre todo en el caso de
construcciones - deba ser destruido,
por imposibilidad de mantenerlo y
conservarlo (por el proceso de
degradacin en el que se encuentra,
por presiones urbansticas, etc.), debe
hacerse un registro documental ms
completo que el simple inventario,
para conservar toda la informacin
posible sobre l para posibles estudios
posteriores. ste debe recoger
informacin del edificio o conjunto,
pero tambin del contexto en el que
se encuentra y en el cual se ha
desarrollado. El registro, por lo tanto,
subsana una documentacin que est
a punto de desaparecer.
Un ejemplo de inventarios: el caso
espaol
Quiz no sea el mejor, pero es,
desde luego, el ejemplo ms cercano
a nosotros. Como es de suponer,
debido a la transferencia de la gestin
del Patrimonio Cultural a las
Comunidades Autnomas desde el
ao 1986, tanto el inventariado como
la gestin del patrimonio industrial
est controlado por las diversas
Comunidades, lo que ha llevado a un
alto grado de descentralizacin,
adems de la diversidad de trabajos,
sin ningn tipo de parmetros
comunes. No entrar en detalles
debido a lo farragoso del tema, pero
es preciso destacar la inexistencia de
un centro de documentacin central
que vaya ms all de la labor
realizada para la centralizacin de los
Bienes de Inters Cultural declarados
por las Comunidades al Ministerio de
Cultura. Los inventarios se realizan a
nivel local, provincial, o de
Comunidad, salvo algunas
excepciones, como un inventario de
puentes de antes de 1936 de toda
Espaa y algunas compilaciones de
canales, presas, carreteras, etc. que
poseen un tono bastante
tcnico(Aguilar, 1998). Existen
grandes asimetras entre regiones,
por lo general debidas a la fuerte
industrializacin de algunas zonas
(Catalua, Pas Vasco, Valencia,
Asturias) que han llevado a un gran
desarrollo de los trabajos de
inventariado, publicacin de estudios
y musealizacin en estas regiones
frente al desierto en otras como
Castilla-La Mancha, Extremadura o La
Rioja, por mencionar algunas.
Los primeros trabajos
comenzaron a principios de la dcada
de los ochenta, con encuentros y
jornadas sobre arqueologa industrial
y Patrimonio, pero no ser hasta
finales de la dcada cuando
15
-
comiencen a desarrollarse verdaderos
estudios en profundidad, incluyendo
trabajo de campo e interpretacin.
Inmaculada Aguilar (Aguilar 1998:56)
habla de cuatro entes de los que parte
la iniciativa de ejecucin de proyectos
de arqueologa industrial y de
proteccin del patrimonio industrial:
las administraciones pblicas - en
Catalua, Andaluca y Asturias -, las
universidades - la Ctedra de Esttica
de la Universidad Politcnica de
Madrid o la de Historia del Arte de la
de Valencia -, las asociaciones de
arqueologa industrial - las de mayor
fuerza son la vasca, la valenciana y la
asturiana - y las iniciativas de
carcter individual. Bsicamente,
encontramos en Espaa dos tipos de
trabajos: los inventarios vinculados a
las administraciones pblicas de las
Comunidades Autnomas, las cuales,
como hemos dicho antes, poseen las
competencias de gestin del
Patrimonio Cultural, realizados por
equipos propios o, lo que es bastante
frecuente, a travs de las
mencionadas asociaciones, las cuales
reciben subvenciones o ayudas de las
administraciones por estas labores. Se
trata de simples inventarios para
conocer las caractersticas de este
patrimonio y poder conservarlo y
difundirlo. El segundo tipo son
inventarios o trabajos especficos que
no tienen el inters de la
preservacin, sino que se hacen con
fines de investigacin o divulgacin,
por medio de diferentes publicaciones
(Aguilar 1998:57). En estos
inventarios, como en todos, existen
grandes diferencias: algunos son
temticos ("industrias extractivas de
la provincia de Malaga") y otros
fundamentales (barrido por comarcas
de todos los vestigios de la
industrializacin), adems de las
divergencias en el marco cronolgico,
sobre todo para el limite final: en
algunas Comunidades el lmite es la
Guerra Civil y en otras la Posguerra o
los aos sesenta, incluso en algunas
administraciones se ha tomado el
concepto de industrial en el sentido
amplio del trmino, como lo fabricado
por el hombre. En lugares concretos,
donde existe una industria claramente
predominante, se desarrollan
proyectos especiales. Un ejemplo de
este caso, y que se est desarrollando
mucho, es el de Asturias. Con un
pasado minero que ha marcado su
idiosincrasia, ha decidido llevar a cabo
una revalorizacin de ste, con
numerosos proyectos de restauracin,
estudios monogrficos y un gran
nmero de publicaciones, en su
mayor aparte realizados por el
INCUNA, la Asociacin de Arqueologa
Industrial de Asturias. En esta regin
se ha creado un Museo de la Minera y
se estn desarrollando en los ltimos
aos un gran nmero de proyectos: el
Museo del Ferrocarril de Gijn,
revalorizacin de castilletes mineros,
de poblados mineros
16
-
Las asociaciones de arqueologa
industrial
Uno de los aspectos
importantes de la arqueologa
industrial que no han sido
mencionados hasta ahora es el del
peso que poseen las asociaciones de
arqueologa industrial, sobre todo en
pases muy concienciados con su
patrimonio industrial, como Gran
Bretaa o Francia, y tambin en
regiones muy industrializadas de otros
pases. Estas asociaciones realizan un
trabajo de grandsima importancia, ya
que, como decamos al principio de
este trabajo, tuvieron un papel
decisivo en la gestacin de la
disciplina y en su desarrollo hasta la
actualidad. En muchos casos, son
estas mismas asociaciones las que
elaboran inventarios propios sobre la
regin en la que estn establecidas. El
problema es la diferencia tanto
metodolgica como de calidad de los
trabajos realizados. Para resolver
estos problemas, Marilyn Palmer
propone la creacin de listados de
especialistas en cada regin a los que
recurrir para la realizacin de
inventarios y registros (Palmer,
1991:22). En este mismo artculo,
Palmer aconseja que se haga una
recopilacin de fichas de inventario
mucho ms rigurosa, ya que denuncia
la infrarepresentacin del patrimonio
industrial existente, debido al paso
por alto de un gran nmero de
construcciones por no haber sido
valoradas estticamente. El valor del
patrimonio industrial no reside en su
valor esttico o artstico, sino en si es
histrica y tecnolgicamente
relevante. Ella afirma con gran acierto
que "est en la naturaleza del
desarrollo econmico [capitalista] que
los mtodos de produccin de xito
quedan olvidados y que la tecnologa
de cada generacin queda obsoleta y
masivamente destruida". Es por ello
que debemos recoger una muestra de
cada avance, como una inspiracin
para el futuro y una leccin de la
naturaleza del progreso econmico
(Palmer, 1991:23). Estas asociaciones
poseen una importantsima funcin en
el estudio y difusin de la arqueologa
industrial: realizan labores de
conservacin, organizan visitas
guiadas a los monumentos, elaboran
o encargan estudios del patrimonio
industrial de la regin, realizan
publicaciones peridicas y
monogrficas, etc. Sera interesante
realizar un estudio completo sobre el
papel de estas asociaciones en el
conjunto de la arqueologa industrial,
como ejemplo de cmo la movilizacin
popular puede ser un impulso esencial
para el desarrollo de una disciplina
acadmica y ser una de las bases que
lo sustenta, quiz no valoradas en su
justa medida.
En el caso de Espaa, las
comunidades autnomas de Asturias,
17
-
Valencia, Pas Vasco y Catalua
poseen un gran nmero de
asociaciones que han partido de
iniciativas populares, no acadmicas,
de inters por su patrimonio industrial
y que desarrollan una intensa
actividad, mucho mayor de la que se
percibe de las instancias acadmicas,
en las cuales la arqueologa industrial
es poco menos que inexistente, con
salvedades como la de la Universidad
de Valencia, que ha hecho un gran
nmero de publicaciones y que ha
celebrado congresos especficos sobre
ello. stas han sido, sin duda, las
mayores impulsoras del desarrollo de
la arqueologa industrial en Espaa,
consiguiendo, a travs de sus
actividades, que tanto las
administraciones como las
universidades se interesen por el
tema.
Conservacin, musealizacin y
reutilizacin: una segunda vida
para el Patrimonio Industrial
Tras el paso previo del que
hemos hablado en las ltimas
pginas, ste es el procedimiento ms
seguido en la actualidad: despus de
su inventariado, los elementos del
patrimonio industrial necesitan ser
objeto de algn tratamiento que
garantice su preservacin de cara al
futuro, tanto para ser objetos de
estudio como para servir de memoria
de una determinada poca.
El problema que existe en este
caso, como en tantos otros aspectos
del patrimonio industrial y de su
gestin, es la falta de una poltica
unitaria al respecto, de unos
protocolos de conservacin y de
tratamiento del patrimonio industrial,
muchas veces dejadas al arbitrio de
quien queda al cargo de ellos. En
1990, Marilyn Palmer haca un
llamamiento al English Heritage para
que se hiciese el cargo de, al menos,
los edificios industriales ms
importantes, algo que todava no se
ha hecho realidad para la mayora de
los casos (Palmer 1990:28). En el
caso de Espaa, existen todo tipo de
situaciones: desde algunos que son
comprados por las Comunidades
Autnomas para su reutilizacin a
otros gestionados por asociaciones o
que est en manos privadas. En el
ao 2000 se puso en marcha el Plan
Nacional del Patrimonio Industrial,
gestionado por la Direccin General
de Bellas Artes y Bienes Culturales a
travs del Instituto de Patrimonio
Histrico Espaol. Se cre una
comisin para definir el concepto de
Patrimonio Industrial, su mbito
cronolgico y temtico Con una
voluntad de la Administracin de
proteger, conservar y dar a conocer el
Patrimonio Industrial. En Junio de
2001 se abra el plazo para que las
Comunidades Autnomas elaboraran
un catlogo de bienes industriales, del
cual se seleccionaran los que
18
-
necesitasen con ms urgencia de una
intervencin. (Linarejos 2002) Se
consideraron tres tipos de Bien
industrial:
1) elementos aislados: aislados
desde su concepcin (por ejemplo, un
puente) o por prdida de parte de un
edificio (una chimenea). Son
considerados como tales si son
testimonios de lo que fueron en el
pasado.
2) conjunto industrial: en el
que s que se conservan todos los
elementos (una fbrica)
3) paisaje industrial: se
conservan visibles en el territorio
todos los componentes esenciales de
los procesos de produccin de una o
ms actividades industriales.
Estos conceptos, adems de
mostrarnos la divisin administrativa
de los inventarios, son tiles para
comprender los tratamientos
posteriores que recibirn los bienes
industriales, dependiendo del tipo que
sean.
El periodo de tiempo que
abarca es desde mediados del siglo
XVIII hasta la introduccin de la
automatizacin, resolviendo el
problema existente entre los
diferentes criterios de las
Comunidades Autnomas.
Se han creado varias reas
temticas, divididas en 1) Patrimonio
genuinamente industrial y 2)
elementos arquitectnicos vinculados
al patrimonio industrial (colonias de
trabajadores, chimeneas).
El Plan Nacional se articul en
cuatro fases de actuacin:
1) Confeccin de un catlogo
de Bienes Industriales
susceptibles de
intervencin.
2) Actuaciones necesarias
para la declaracin de
Bienes de Inters Cultural
(BIC), si procede.
3) Redaccin de los Planes
Directores de dichos
bienes.
4) Intervencin en los bienes
seleccionados.
Pero la realidad actual es que
parece que este Plan Nacional se ha
quedado tan slo en buenas
intenciones porque no se conoce
ninguna puesta en prctica ms all
de la elaboracin de una lista de
bienes industriales objeto de labores
de conservacin y rehabilitacin.
Desde el ao 2002 no se ha publicado
nada, y la pagina de Internet no est
activa.
El problema de la precariedad
en la que se encuentra el patrimonio
industrial en la actualidad se debe a
que existen un enorme nmero de
elementos a conservar,
proporcionalmente mucho mayor al de
otros tipos de patrimonio. Los
edificios, mquinas y objetos
industriales quedan obsoletos en poco
tiempo, y, en el caso de edificios, se
19
-
hallan situados en muchas ocasiones
en espacios urbanos privilegiados, de
gran inters para la especulacin
urbanstica. Pero como ni la sociedad
tiene una educacin de inters y
proteccin del Patrimonio Cultural ( y
menos an del industrial), ni la
Administracin est sensibilizada, no
existen apoyos ni sociales, ni polticos
ni econmicos para llevar a cabo una
poltica de proteccin del Patrimonio
Industrial.
La mejor forma de conservacin:
la reutilizacin
Cuando surgi el movimiento
de concienciacin del Patrimonio
Industrial, naci asociado al concepto
de conservacin. La nica forma de
preservar un bien industrial es
conservarlo para evitar la degradacin
inevitable en el tiempo. Las
diferencias en este caso entre un
objeto y construccin son grandes: el
primero puede recibir un tratamiento
para su conservacin despus ser
almacenado o expuesto. Pero una
construccin no slo necesita ser
rehabilitada, sino que a partir de
entonces, necesitar cuidados
constantes, como todo edificio, para
evitar su degradacin. El problema es
que rehabilitar y mantener un edificio
es sumamente costoso.
La solucin llegara con la idea
de una reutilizacin de esos espacios.
Los paisajes urbanos fueron
configurndose a lo largo de siglos, y
la industria tuvo en ellos un papel
muy destacado, con una desigual
calidad entonces, pero muy
degradada en la actualidad. Adems,
hoy en da, "se puede considerar un
despilfarro material y cultural la
destruccin de estos edificios, dadas
sus condiciones de fcil acceso,
situacin en espacios urbanos o
naturales significativos, su buena
iluminacin y su gran superficie
difana edificada, que les permite ser
rehabilitados y conservados para muy
variados fines"(Sobrino 1998).
La reutilizacin puede tener
muy diversos fines, desde su propia
funcin industrial tras la
rehabilitacin, a crear un museo - en
sus diversas variantes - o a cualquier
otra funcin: oficinas, tiendas, lugares
de ocio las posibilidades son
enormes. Haremos una divisin de los
diferentes tipos, siguiendo el modelo y
ejemplos de Joaqun Sobrino (Sobrino
1998):
a) Edificios rehabilitados para la
industria: puede ser que se
produzca una continuidad del
lenguaje arquitectnico de la
construccin antigua(Fbrica God
y Tras en Hospitalet o Almacn de
FENOSA en Santiago de
Compostela) o que se haga una
interpretacin de ese lenguaje,
adaptndolo a las nuevas
tendencias( La Algodonera de San
20
-
Antonio o la fbrica de cervezas La
Cruz del Campo en Sevilla).
b) Edificios industriales cuyo uso ha
sufrido variaciones: en muchos
casos, han sido destinados a
albergar museos e instituciones
culturales, aunque tambin han
sido destinados a otras funciones.
Un claro ejemplo del primer tipo
es la Fbrica de Cermica de la
Cartuja. Situada sobre un
convento desamortizado en el
siglo XIX, reutiliz en 1841 el
espacio, transformndolo en varios
edificios industriales y hornos
cermicos. En la Exposicin
Universal de Sevilla de 1992 fue
utilizada como Pabelln Real.
Otro interesante ejemplo es el
de la antigua Real Fbrica de Vidrio
de La Granja, en Segovia,
transformada hace algunos aos en
el Museo de la Tecnologa del
Vidrio, conservando su morfologa
original, pero transformndola en
un espacio para la exposicin,
conservacin y fabricacin
artesanal del vidrio. Un claro
ejemplo de rehabilitacin, a caballo
entre el mismo uso anterior
(fabricacin de vidrio) y su funcin
nueva (museo y biblioteca).
En Madrid existen numerosos
casos, algunos muy conocidos: la
antigua Estacin de tren de las
Delicias fue transformada hace
aos en el Museo del Ferrocarril, y
en algunas de sus dependencias,
mas otras aadidas, se ha situado
ms recientemente el Museo de la
Ciencia y la Tecnologa. A pocos
metros de ste, se encuentra la
antigua fbrica de cervezas El
guila, rehabilitada con gran xito
y convertida en Biblioteca y Archivo
regional, adems de albergar
numerosos eventos culturales,
conservando casi intacto su
aspecto exterior de ladrillo,
semejante a otras construcciones
de esta zona del distrito madrileo
de Arganzuela. Otro caso, quiz el
ms conocido, es el del Matadero
Municipal y Mercado de ganado de
Madrid, en el mismo distrito que
los anteriores, el cual
hasta hace unas dcadas, y sobre
todo a principios de siglo, eran el
lmite al Sur de la ciudad de
Madrid, una zona eminentemente
industrial. Este edificio ha sido
objeto de todo tipo de promesas de
rehabilitacin por parte del
Ayuntamiento, pero no ha sido
hasta el ao 2006 cuando se han
iniciado realmente los proyectos de
rehabilitacin del edificio para
transformarlo en un espacio
dedicado a estimular la produccin
y promocin del arte y la cultura
contemporneos. Se supone que
este proyecto habr finalizado en
2011, pero puede que quede, como
en los casos anteriores, en papel
ms arriba, que la rehabilitacin de
un edificio industrial es un proyecto
21
-
costoso, que despus necesita ser
mantenido. En general, los edificios
industriales tienen espacios
difanos de gran superficie que son
estticamente agradables y
adaptables a cualquier necesidad,
lo que los hace muy apetecibles
para todo tipo de usos, tanto
pblicos como privados. Pero este
tipo de proyectos, que cada vez
gozan de ms prestigio social, son
usados en muchos casos, como en
tantos otros aspectos, para dar
publicidad a los polticos que
gobiernan en un sitio determinado,
aunque finalmente los proyectos no
se lleven a cabo por falta de
presupuesto.
La importancia del paisaje
industrial
Cuando hablamos de
arquitectura industrial no podemos
concebir el edificio o conjunto de ellos
sin un paisaje en el que quedan
insertados. El paisaje industrial es
portador de nuevas concepciones de
la historia especfica de un lugar, son
espacios generadores de riqueza que
por las transformaciones sufridas y
por la evolucin de las actividades
realizadas pasan del florecimiento al
declive (Feli 1998). La
Industrializacin ha alterado los
paisajes de todo el mundo de forma
irreversible, al menos por completo.
Ante esta situacin, podemos tomar
dos posturas:
a) Revertir la situacin:
intentar volver a la
situacin paisajstica
anterior al proceso
industrializador. El mayor
problema de esto es que en
muchos casos, se
desconoce cmo era
anteriormente, o es
imposible debido al tipo de
alteraciones, como puede
ser el caso de una mina a
cielo abierto.
b) Conservar el paisaje
industrial como identidad
local: este pertenece a la
identidad local, a los
habitantes de una
determinada zona, y forma
desde que se recuerda
parte de su paisaje vivido.
La pregunta que en este
caso podemos formular es:
qu es ms autntico, un
paisaje natural ajeno a la
historia reciente (la que la
gente que all vive reconoce
como suya finalmente) o el
paisaje industrial?
La posicin que actualmente es
ms aceptada es la segunda, por ser
la ms factible en todos los aspectos.
Adems, una industria sin uso deja de
contaminar, lo que elimina uno de los
aspectos ms negativos que supone la
presencia de una industria en el
medio rural (o urbano). El territorio y
la forma de vivirlo constituyen
22
-
referentes para una inquietud cada
vez ms extendida en nuestra
sociedad, que reivindica lo local como
medio de ampliar su autonoma sobre
su entorno y aumentar su bienestar
(Rodrguez Gutirrez 1992).
El paisaje es el espacio de
insercin de una comunidad cultural,
la cual acta sobre l segn sus
prcticas, normas y valores.
Constituye la memoria colectiva de un
grupo, la cual adems suele anclarse
en determinados elementos que
considera especialmente
significativos. En este caso, esos
elementos son edificios industriales,
minas, chimeneas...
La recuperacin de regiones
deprimidas por la
desindustrializacin
En una situacin como la que
se encuentra Europa en la actualidad,
de una gran desindustrializacin que
est afectando a amplias regiones,
sobre todo a las que estaban
dedicadas a la produccin o
extraccin de un solo producto (zonas
mineras, ciudades con astilleros, por
ejemplo), se estn requiriendo
soluciones para los problemas que se
estn generando en estas regiones y
en su poblaciones, las cuales quedan
deprimidas, con altsimas tasas de
paro que conllevan en muchos casos
la migracin a las ciudades. Son los
denominados baldos industriales.
Para evitar estas situaciones, se estn
llevando desde hace ms de una
dcada planes especiales para este
tipo de reas, en las que se combinan
la accin econmica y la cultural como
factores de cohesin regional. En
Espaa, tenemos los trabajos ms
interesantes en reas que tenan una
economa dedicada a la explotacin
del carbn (Asturias) y a las ferreras
(Pas Vasco), en las cuales se han
realizado un gran nmero de
proyectos de reactivacin econmica y
social a travs de la recuperacin de
su pasado industrial.
Desde un punto de vista
geogrfico, podemos establecer dos
tipos de baldos industriales: los que
se encuentran en un entorno rural y
los que estn situados en un rea
urbana, ya sea en la propia ciudad o
en su periferia inmediata.
Abordaremos en primer caso los
espacios rurales.
Si analizamos el caso
asturiano, que es uno de los que
posee una mayor bibliografa al
respecto (ver publicaciones del
INCUNA, revistas baco nmero 1 y
19) y tal vez tambin una
concienciacin social superior a la que
existe en otras regiones del pas,
podemos entender un poco mejor a lo
que nos referimos con un proceso de
regeneracin econmica y social,
adems de cultural. Para actuar en
una regin deprimida por la
desindustrializacin, la Unin Europea
23
-
ha creado un sistema que analiza un
nmero de variables: porcentaje de
paro, prdida decreciente de empleo
en el sector secundario, determinado
nivel de renta per cpita... A esto
debemos aadir otros que la UE no
tiene en cuenta, como es la
dependencia de una regin en un
aspecto concreto del sector
secundario o industrial, o que los
centros empresariales se hallan muy
alejados del territorio donde se
encuentra la explotacin industrial y
su problemtica. Tambin hay que
tener en cuenta que regiones como
Asturias (pero es algo que podemos
extender a muchas otras regiones
monoindustriales) tienen graves
carencias infraestructurales y de
degradacin medioambiental. En este
ambiente deprimido, la arqueologa
industrial tiene un papel esencial, ya
que posee las herramientas
adecuadas para valorar y recuperar
los bienes industriales que sino
quedan como cadveres de un pasado
industrial en una regin cada vez ms
muerta socioeconmicamente, con lo
que conlleva de abandono y
envejecimiento de la poblacin. Se
estn desarrollando planes conjuntos
entre fondos de cohesin de la UE, la
Comunidad Autnoma y los
municipios para estimular estas
regiones a travs de la revalorizacin
de su reciente pasado industrial. En
esta situacin, es importante, como
dice Fermn Rodrguez Gutirrez, que
se facilite la participacin activa de
los grupos sociales interesados, la
informacin clara y completa [del
proyecto], el debate amplio y no
sesgado, con el fin de obtener un
consenso lo ms amplio posible sobre
la construccin fsica de la ciudad o el
rumbo del desarrollo local de la
comunidad (Rodrguez Gutirrez
1992:74). Porque no debe olvidarse
que estos proyectos se hacen para
revitalizar una comunidad, y no para
favorecer intereses concretos.
Desde los aos ochenta vienen
desarrollndose en Europa estrategias
de desarrollo local para estas regiones
deprimidas. En ellas se busca, ante
todo, ampliar el campo de autonoma
de stas y aumentar as el empleo
local, con una menor dependencia de
los centros de poder. Dentro de estas
estrategias se incluyen todo tipo de
medidas: mejoras de la accesibilidad,
provisin de suelo industrial, medidas
de formacin, de asesoramiento
empresarial, de creacin de ciertas
empresas con capacidad de arrastre
para otras iniciativas culturales o
empresariales, de investigacin de los
recursos, de difusin de un proyecto
cohesionador, de recuperacin
ambiental (Rodrguez Gutirrez
1992: 76). Este tipo de proyectos se
han llevado a cabo con xito en
lugares como la Valonia belga, la Nord
Pas de Calais en Francia o la regin de
Stathclyde en Escocia, lugares-
paradigma de la primera
24
-
industrializacin dedicadas a la
produccin y extraccin de materias
primas que a partir de los aos
cincuenta comenzaron a entrar en
regresin econmica, con las
consecuentes crisis demogrfica, alto
desempleo, desmantelamiento
industrial y deterioro paisajstico.
La base de estas estrategias
reside en las administraciones
pblicas, que deben tener la iniciativa
que estimule a la inversin de capital
privado. Es importante una
recuperacin ambiental rpida, y que
la reconversin se dedique a una
diversificacin de las actividades
econmicas para salvar los problemas
anteriores derivados de la
especializacin.
Pero para el aspecto cultural y
patrimonial, que es el que nos
interesa, es importante
desembarazarse de las secuelas
negativas de las viejas industrias, es
decir, que se perciba el pasado
industrial como algo positivo y
conformante de la identidad
comunitaria, adems de cmo una
posible fuente de ingresos. Debe
evaluarse qu edificios deben ser
rehabilitados, el dinero del que se
dispone para dicha recuperacin, y
destinarlos a una transformacin de
uso (viviendas, oficinas, almacenes,
centros comerciales) o simplemente,
en nuevas industrias, conservando las
antiguas estructuras cuando se pueda
y aadiendo las que sean necesarias.
En estos casos, la recuperacin del
Patrimonio Industrial no es un fin,
sino un medio para conseguir reflotar
a una regin deprimida.
Un ejemplo de paisaje
industrial urbano son las colonias
industriales que se crearon a los
mrgenes del ro Llobregat en los
siglos XIX y XX. stas se crearon para
poder alojar a los obreros de las
industrias textiles que se fueron
situando en esta zona, las cuales han
ido evolucionando a pueblos que casi
se han fusionado con el tiempo. En las
ltimas dcadas, las fbricas han ido
cerrando, dejando un gran nmero de
edificios vacos, adems de que
colectivos enteros de trabajadores
cualificados quedaron en el paro. Para
solucionar el problema, se plante la
creacin del Parque Fluvial Navs-
Berga, popularmente denominado
parque de las colonias. La calidad de
las viviendas es variada, y en algunos
casos la rehabilitacin no es posible,
pero en su mayor parte ha sido
realizada con xito. Se han valorado
mucho las buenas comunicaciones con
Barcelona y su rea metropolitana y
la existencia de un tejido viario
alternativo a la carretera principal que
articula las 15 fbricas y las 14
colonias. Para gestionar el Parque se
cre un consorcio con representantes
de todos los mbitos econmicos del
rea, el cual posee una oferta de ocio,
servicios, espacios habitacionales y
produccin. Se ha fomentado el
25
-
conocimiento del patrimonio
arquitectnico a travs de un parque
temtico, combinado con la
conservacin y puesta en valor del
patrimonio natural del entorno,
adems de la potenciacin
urbanstica(Escur 2005: a).
En las ciudades, la
rehabilitacin de edificios industriales
supone la contrastacin de lo nuevo
con lo antiguo, la insercin de un
estilo arquitectnico antes marginal a
uno primordial en la esttica urbana.
reas industriales antes a las afueras
de la ciudad han quedado en muchos
casos en el interior, por lo que una
funcin fabril queda obsoleta, y es
necesaria una rehabilitacin para
nuevos usos. Como ya hemos dicho
en otras partes del trabajo, las naves
industriales son fcilmente adaptables
a nuevos usos y sus amplios espacios
y buena iluminacin hacen que
posean un gran atractivo. Son
conocidos innmeros casos de
rehabilitacin de antiguos barrios
industriales para la creacin de
oficinas, galeras de arte y lofts (casas
difanas), los cuales conservan la
esttica industrial que les proporciona
una identidad propia y distintiva.
La solucin: el turismo industrial
En una sociedad como es la
posmoderna en la que vivimos en
Europa, donde la mayor parte de la
poblacin es urbana y se dedica al
sector terciario, el ocio es un valor en
alza. Una amplia franja de la sociedad
posee tiempo y dinero que desea
gastar en una oferta cultural cada vez
mayor, y la puesta en valor del
Patrimonio Industrial es un hecho
cada vez ms evidente y que est
generando un mbito del turismo
cultural especializado en recorrer el
pasado ms cercano.
Como hemos dicho ms arriba,
los bienes industriales han pasado de
ser una reliquia o una rmora a ser
una palanca para el progreso
econmico y social de regiones o
localidades enteras. Existe una oferta
cada vez mayor de museos, centros
de interpretacin y ecomuseos de
todo tipo que acerca al ciudadano de
a pie al conocimiento del patrimonio
industrial. El Turismo Industrial
promueve recorridos por las reas
industriales, itinerarios, que ponen en
relacin el patrimonio natural, cultural
e industrial de una determinada zona
para comprenderla en todos sus
matices. Para la creacin de estas
rutas, es importante buscar los
aspectos que despierten el inters del
pblico, que se identifique con las
referencias y, a ser posible, que
pueda tener una atraccin casi
afectiva de ponerse en al situacin de
la gente que viva y trabajaba en
aquellos espacios industriales.
26
-
Los museos industriales: la mejor
forma de acercarse al Patrimonio
Industrial
El concepto de museo ha
cambiado mucho desde los gabinetes
que albergaban en vitrinas piezas
apreciadas por su valor esttico o por
su antigedad. Desde el segundo
tercio del siglo XX en Escandinavia, y
en el resto del mundo en el ltimo
cuarto del siglo, comenzaron a
desarrollarse nuevos planteamientos
museogrficos, con un papel ms
importante en la sociedad general,
dejando de ser espacios casi elitistas.
Se llev a cabo una revitalizacin de
un patrimonio antes enclaustrado.
Con un espritu de renovarse o morir,
los museos necesitaban adaptarse a la
poca y atraer al pblico de dos
posibles maneras: con un mayor
rigor, a travs de la investigacin
cientfica, y con la necesidad de un
lenguaje y una esttica ms vivos y
participativos (Lopes 2001).
Encontramos los antecedentes
de los museos industriales en los
museos al aire libre escandinavos, en
los cuales se adaptaron antiguas
fbricas para la visita pblica en las
primeras dcadas del siglo XX. Los
verdaderos museos industriales no
surgirn hasta los aos sesenta del
pasado siglo, cuando comienza a
nacer un creciente inters por el
pasado industrial, adems de la
concienciacin de que sus evidencias
materiales desaparecen con gran
rapidez debido al continuo avance del
desarrollo del mundo capitalista: se
crean ms museos cuanto mayor es la
desindustrializacin.
En los aos ochenta se produjo
un gran aumento de los museos
industriales, creciendo en nmero
sobre los otros tipos de museos en
pases como Gran Bretaa, adems de
muchas exposiciones temporales,
siguiendo el alto ritmo de crecimiento
que tuvo en aquellos aos la
arqueologa industrial. Pero, a
excepcin de los pases anglosajones,
en general no se ha desarrollado un
corpus terico especfico para este
tipo de museologa.
Los museos industriales poseen
unos problemas especficos propios
que dificultan en muchos casos su
creacin, o al menos su xito.
Podemos dividirlos en tres tipos
(Lopes 2001):
1) Objetos de grandes
dimensiones
Debido a la propia naturaleza
de los bienes industriales, en muchos
casos la maquinaria es de gran
tamao y no puede ser transportada y
necesita quedarse in situ, o al menos,
necesita un espacio especialmente
amplio y acondicionado para
albergarla. Adems de la maquinaria
en s, el mantenimiento de este tipo
de bienes precisa que los museos
posean un laboratorio propio para la
27
-
rehabilitacin y conservacin de los
bienes.
Pero quiz el mayor problema
resida en la inteligibilidad de estos
objetos: al tratarse de mquinas con
un sistema de funcionamiento muy
especfico, por supuesto no pensado
para su exhibicin, es muy difcil
hacer comprensible su mecnica al
pblico, pero tambin puede suponer
problemas para el propio personal del
museo, que pude no estar preparado
tcnicamente para su explicacin. En
general, es necesaria la explicacin
del proceso productivo entero para
comprender el funcionamiento de una
mquina aislada, aunque en otros
casos se podr mostrar la cadena
entera.
El gran tamao de las
mquinas imposibilita en muchos
casos su conservacin, por lo que son
necesarios criterios especficos de
seleccin, en funcin de su inters,
capacidad representativa de la
industrializacin de una determinada
regin o una poca y del valor
patrimonial. El potencial de
comprensin por parte del pblico y
de su forma visual, ya que siempre
tendr ms inters si es ms atractivo
a la vista.
2) Constitucin de
colecciones industriales
Frente a otro tipo de bienes
patrimoniales, cuya funcin fue desde
el principio ser coleccionados y
exhibidos, los bienes industriales
tienen la particularidad de que pasan
de tener una funcin productiva, para
la que fueron creados, a una funcin
testimonial, tanto de su propia funcin
industrial como del contexto
socioeconmico en el que se hallaba.
Una coleccin industrial sirve
para auxiliar a las personas a
descubrir y a comprender la influencia
que la ciencia y la tecnologa ejercen
sobre sus modos de vida (Lopes
2001). Es decir, que sirve para algo
ms que para mostrar los avances de
la ingeniera: los bienes industriales
son una herramienta para mostrar al
pblico una poca, un espacio y una
forma de vida diferente a la de los
visitantes, pero que es importante
que estos conozcan para saber qu
ocurri en su pasado ms cercano.
La configuracin fsica de un
museo industrial debe ser acorde a su
coleccin: es preciso que se trate de
un local amplio adaptable a la
exposicin de los objetos de su
coleccin y capacidad para un gran
almacenamiento y recepcin del
material. A todo esto, debemos de
aadir la necesidad de un personal
cualificado en este tipo de museos,
que sea capaz de realizar las tareas
de conservacin, restauracin y
mantenimiento de la coleccin. En
cuanto a este aspecto, es posible que
surja un problema a medio plazo: la
falta de espacio para aumentar la
coleccin. Con ello se corre el peligro
de tener que rechazar nuevas piezas
28
-
de gran valor histrico y patrimonial.
Esto ocurre con cierta frecuencia, ya
que la capacidad de almacenamiento
de los museos es limitada y el proceso
imparable de desindustrializacin hace
que la necesidad de conservar bienes
culturales que sino van a desaparecer
sea cada vez mayor. Una posibilidad
es que los bienes no sean trasladados
en un museo: el nmero de empresas
con museo propio es cada vez mayor,
e incluso en algunos pases se han
asociado para conseguir apoyo
estatal. Este tipo de museos se sitan
en una parte de las antiguas
instalaciones de la empresa,
rehabilitada con este fin. Es una labor
que reporta beneficios no slo a la
comunidad, por conservar y exhibir
bienes industriales, sino tambin para
la propia empresa, que consigue
mejorar su imagen, transmitiendo a la
vez la idea de antigedad con la de
preocupacin cvica y cultural.
Para que exista un buen
conocimiento y administracin de las
colecciones, deben realizarse un
dossier e inventarios, a ser posibles
acompaados de informacin de la
poca, o de testimonios orales de los
trabajadores en el caso de que
vivieran o de tcnicos que puedan
explicar el funcionamiento. Con esta
informacin, en el caso de que un
bien concreto sea expuesto, podr ser
correctamente explicado al pblico.
3) Conservacin
Debido a que se trata por lo
general de objetos metlicos, o de
madera, su conservacin puede ser
dificultosa, ya que en muchos casos la
degradacin del bien ha sido grande.
En su proceso de conservacin, puede
alterarse el bien y perder informacin
(que, al fin y al cabo, es el mayor
valor que tiene un bien industrial). En
los casos en lo que esto pueda
suceder, suele realizarse tan slo un
proceso de estabilizacin para evitar
un mayor deterioro: por ejemplo, la
eliminacin del xido.
Dado que las mquinas han
sido objetos vivos, en funcionamiento,
han tenido un intenso desgaste, y, en
muchos casos, la forma final en la que
lo hallamos no es la original, muchas
piezas estn desgastadas, mostrando
una morfologa diferente a la
primigenia, por lo que se falsea de
alguna manera.
Esta necesidad de cuidados
constantes y muy especficos para
objetos que fueron pensados con otro
fin requiere equipos y laboratorios
especficos, con ingenieros y tcnicos
cualificados, adems de la plantilla
habitual de un museo.
En general, los museos
industriales deben intentar resaltar las
especificidad de la industrializacin de
la regin donde se encuentran, cmo
trasform el paisaje, la economa, y,
sobre todo, la vida de la gente de la
regin. Porque lo importante de estos
museos frente a los de la ciencia y la
29
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tcnica es que tienen que reflejar la
relacin entre los hombres y la
industria, cmo el proceso de
industrializacin ha cambiado el
mundo en el que vivimos, a escala
global y a escala local.
Algunos ejemplos de museos
industriales
Debido a la estrecha relacin
de los museos con los edificios que los
albergan, el caso de los industriales
debe ser tenido en cuenta por la
determinacin que supone el hecho de
que generalmente sean las propias
construcciones fabriles, pensadas
originalmente con otros fines, las que
se transformen en espacios
musesticos.
En los ltimos aos han
aparecido equipos y empresas
especializados en proyectos de este
tipo, y que ya estn preparados para
aportar soluciones especficas a los
problemas concretos que surgen de
esto. Se plantean las vas de
bsqueda de financiacin pblica a
travs de subvenciones, prstamos, o
la autofinanciacin, si es que el
proyecto podra llegar a ser
autofinanciable, como veremos a
continuacin.
La fbrica textil de La
Nueva Encartada (Vizcaya)
Este proyecto, que termin de
realizarse recientemente, posee el
inters de ser una fbrica bastante
antigua (1892), pero que funcion
durante cien aos con la misma
maquinaria y escasas variaciones,
hasta octubre de 1992. No es por lo
tanto un fsil industrial, se halla
todava muy presente en la vida de la
gente de Balmaseda, el pueblo en el
que se encuentra, y donde todava
existen operarias que conocen el
funcionamiento de la maquinaria.
Adems de la propia fbrica, existe un
pequeo barrio obrero formado por
dos edificios de viviendas, una
escuela-capilla y varios espacios
comunes: comedor, lavadero, plaza
La fbrica, que conserva toda su
maquinaria, se mueve a travs de una
turbina hidrulica que trasmite la
fuerza a todo el sistema con un
mecanismo de poleas y volantes: todo
un ejemplo de primera
industrializacin. La electricidad slo
se utiliza con un sistema de dinamo
para la iluminacin, el cual se
introdujo al hacer una ampliacin en
los aos veinte para crear una lnea
de fabricacin de mantas adems de
la de boinas original. La fbrica y su
maquinaria han sido catalogadas
como Bien Protegido por la
administracin del Pas Vasco, y es
considerada como un ejemplo nico
por el catlogo del Instituto
Ironbridge.
La idea de su rehabilitacin
parte del aprovechamiento de que la
maquinaria que an es til, y puede
hacerse una muestra en vivo de cmo
30
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funciona la mquina, ya que existen
trabajadores preparados para ello. El
proyecto bas la viabilidad econmica
en la creacin, aparte del museo en
s, de colecciones de tejidos con un
diseo atractivo y exclusivo que se
vendiese