Arequipa en La Guerra Del Pacifico

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Arequipa en la guerra del Pacifico El hecho más principal, es que para cuando el ejercito estaba llegando a Arequipa, aquí no habia ni ejército, ni mucho menos armas para que la población civil defienda nuestra tierra, asi que la ciudad tuvo que ser entregada sin ninguna bala disparada. Pero nadie se acuerda de los soldados y oficiales arequipeños que pelearon con Cáceres, como el Batallón Guardias de Arequipa y el Batallón de Infanteria Cazadores del Misti Nº 13, que pelearon en las batallas de Tarapacá y Alto Alianza respectivamente, Batallón Puquina, Batallón Pierola, , Batallón Cazadores de la Unión, Columna de Mollendo, Columna Artillería de Mollendo, etc. Al coronel arequipeño Sebastian Luna, luego de haber sido herido y llevado a la carpa para atender sus heridas, fue repasado. Además: Batallón Libres de Arequipa Nº 9 Batallón Chiguata Nº 14 Batallón Poesi Nº 15 Batallón Comercio Columna de Abogados Nº 1 Columna Inmortales de Salaverry Nº 13 Columna de Honor Universitaria Columna Artesanos Columna de Panaderos y Molineros Nº 12 Columna de Empleados (-->Columna de Honor y de la Guardia de S. E.) Escuadrón Paucarpata Escuadrón Socabaya Escuadrón Uchumayo Escuadrón (o Regimiento) Sachaca Escuadrón Palomar Escuadrón Sabandía Escuadrón Tiabaya Escuadrón Characato Escuadrón Vítor Escuadrón Yura Unidades de Guardia Civil/Gendarmería/Celadores (Policía): Batallón Guardias de Arequipa Compañía de Guardia Civil Columna A de Guardia Civil Columnas de Celadores (2 columnas) Escuadrón de Gendarmes a Caballo de Arequipa Unidad del Concejo Municipal Provincial de Arequipa: Columna Municipal de Vigilancia Unidades de Guardia Urbana (colonias extranjeras en Arequipa): Columna Española Columna Italiana

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Arequipa en la guerra del Pacifico El hecho más principal, es que para cuando el ejercito estaba llegando a Arequipa, aquí no habia ni ejército, ni mucho menos armas para que la población civil defienda nuestra tierra, asi que la ciudad tuvo que ser entregada sin ninguna bala disparada.

Pero nadie se acuerda de los soldados y oficiales arequipeños que pelearon con Cáceres, como el Batallón Guardias de Arequipa y el Batallón de Infanteria Cazadores del Misti Nº 13, que pelearon en las batallas de Tarapacá y Alto Alianza respectivamente, Batallón Puquina, Batallón Pierola, , Batallón Cazadores de la Unión, Columna de Mollendo, Columna Artillería de Mollendo, etc. Al coronel arequipeño Sebastian Luna, luego de haber sido herido y llevado a la carpa para atender sus heridas, fue repasado. Además:

Batallón Libres de Arequipa Nº 9 Batallón Chiguata Nº 14 Batallón Poesi Nº 15 Batallón Comercio Columna de Abogados Nº 1 Columna Inmortales de Salaverry Nº 13 Columna de Honor Universitaria Columna Artesanos Columna de Panaderos y Molineros Nº 12 Columna de Empleados (-->Columna de Honor y de la Guardia de S. E.) Escuadrón Paucarpata Escuadrón Socabaya Escuadrón Uchumayo Escuadrón (o Regimiento) Sachaca Escuadrón Palomar Escuadrón Sabandía Escuadrón Tiabaya Escuadrón Characato Escuadrón Vítor Escuadrón Yura Unidades de Guardia Civil/Gendarmería/Celadores (Policía): Batallón Guardias de ArequipaCompañía de Guardia Civil Columna A de Guardia Civil Columnas de Celadores (2 columnas) Escuadrón de Gendarmes a Caballo de Arequipa Unidad del Concejo Municipal Provincial de Arequipa: Columna Municipal de Vigilancia Unidades de Guardia Urbana (colonias extranjeras en Arequipa): Columna Española Columna Italiana Columna Alemana Columna Franco-Suiza Columna Cosmopolita...." , etc.

Todos ellos hijos de Arequipa, fueron movilizados alfrente.

Y luego de que en Lima se firmara la rendición total, una parte del ejercito chileno se acantono en Quequeña, y allí los chilenos ordenaron a las mujeres de la zona preparar los alimentos para la tropa, mientras los hombres del pueblo se preparaban con picotas, lampas, palos, cuchillos, etc. Las mujeres habian envenenado la comida de la

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tropa chilena y cuando se dieron cuenta los hombres entraron a pelear, y por fortuna ganaron la batalla; pero fue mótivo para que los chilenos regresen con otra tropa, capturen a los pobladores y les dieran fusilamiento. Hoy son conocidos aquí como los "Martires de Quequeña".

Bueno es lo que les tengo que contestar a las personas que me dicen o cuestionan que Arequipa no haya hecho nada en dicha guerra.

MARTIRES DE QUEQUEÑA

Hola a todos me reintegro al foro, hoy dÃa de la madre fuimos con mi familia a comer a quequeña un pueblo tradicional de Arequipa un muy buen lugar para pasar un domingo al aire libre, Quequaña tiene un pedacito de historia en cuanto a la guerra del 79, durante la ocupación de Arequipa ocurrio en este pueblo un confuso incidente entre unos pobladores y un grupo de soldados chilenos que termino con la muerte de dos soldados y el posterior fusilamiento de 6 ciudadanos he aqui la historia sacado de un viejo libro arequipeño de Artemio Peraltilla Diaz

...Las numerosas fuerzas invasoras de Arequipa ocuparon la ciudad durante diez meses consecutivos, desde el lunes 29 de octubre de 1883 hasta el viernes 15 de agosto de 1884. (curiosamente el aniversario de la fundación española de la ciudad)

Encontraron su comodidad en los cuarteles de la ciudad y en algunos locales públicos como: los palacios del señor Obispo de Buen Retiro, Sachaca, Huasacache, el balneario de Tingo (casas del doctor Gerardo Cornejo Iriarte) y Tiabaya; y tanto las campiñas de Tingo Grande, Paucarpata, Sabandia, Characato y Yarabamba, para la manutención de la caballeria de los Escuadrones.

Este mantenimiento motivó el desenfreno de algunos invasores y la resistencia de los mártires de Quequeña y Yarabamba, quienes antes de ver mancillado el honor de sus esposas y hermanas, hicieron una heroica resistencia y de la trifulca resultaron muertos dos soldados chilenos.

La venganza del invasor no se dejo esperar y al dia siguiente con un falaz engaño lograron conocer los nombres de aquellos defensores.Para mayor credito, insertamos el relato del Presbitero de Quequeña don Jose Valencia

"Después que los chilenos entraron en la ciudad de Arequipa en octubre de 1883 vinieron a Pocsi un oficial llamado Ramón Villonta y cuatro soldados uno de ellos identificado como Juan Fernandez quienes cometieron abusos en Polobaya y Piaca y despues entraron a Quequeña. Dos de los soldados bajaron a Yarabamba donde en la picanteria "el Mollecito" quisieron abusar de una joven que todavia existe por lo que algunos vecinos les quitaron los rifles. Se regresaron a Quequeña para volver a Yarabamba los cuatro. En el trayecto encontraron a Don Andres Herrera tejiendo un sombrero de chito, lo hicieron hincar para fusilarlo pero uno de ellos dijo: Es inocente no lo matemos. Llegaron a Quequeña muy atrevidos por lo que algunos jovenes los persiguieron a su vuelta a Quequeña y fueron victimados dos de ellos a las ocho y media de la noche. El 23 vino un chileno muy politico y con gasmona decia: "no hay porque admirarse de lo sucedido, en tiempo de guerra mucho mas acontece" Reservadamente habÃa tomado razón nominal de ocho sujetos que el dÃa anterior tuvieron la reyerta con los chilenos.

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El 24 vinieron once oficiales y cincuenta soldados a caballo. Desde Yarabamba arrearon a los vecinos que comunalmente se ocupaban de amontonar algunos maices. Un chileno se desprendió de la tropa persiguió a una mujer y la violó. En la plaza colocaron en linea a los hombres que arrearon y flagelaron a seis. El cura Retamosole dijo al oficial que le parecio mas respetable , todos son inocentes y los de la reyerta se dice que han fugado. Le contestó veré su iglesia, entraron a ella y dijo es hermosa. Diezmaron a los de la linea y sacaron a don Mariano Avila arequipeño avecindado en Quequeña y casado con una hermana del señor presbitero don Jorgue Benavides, a don Juan de Dios Acosta, y con familia a don Angel Figueroa casado y tenÃa seis hijos que los soportaba con su jornal diario . Estos tres fueron de Quequeña, de Yarabamba don Manuel Linares, casado, con tres hijos, don Livorio Linares, casado con tenÃa seis hijos y Luciano Ruiz soltero que acababa de llegar de Tambo y con su trabajo mantenÃa a su madre, y los condujeron al mismo cuarto donde fueron muertos los dos chilenos. Un oficial vino a la casa parroquial y llevo al cura con precipitación al expresado cuarto donde se hallaban de pie los seis inocentes y le dijo: absuelvalos usted. Los exortó, y como no se incaban luego el oficial los tomaba de los hombros y con hira los hizo hincar. El cura los absolvio y se retiró. Al retirarse los oficiales y la tropa la mayor parte de ellos quedó en el pago de Buenavista, e incendiaron las casas de don Andres Barrera, don Marcelino Linares, don Jose Arenas y Doña Nazaria Oporto los que no pudieron sacar ni sus camas quedando en la miseria. Los que pasaron a Yarabamba se alojaron en casa de don Francisco Delgado e hicieron matar once gallinas propiedad de dicho señor, quitaron una ternera para rancho de la tropa. Los oficiales comian las gallinas, viendo de frente muy alegres el fuego y humo de las casas mencionadas. Despues se retiraron a Arequipa "

Iglesia colonial de Quequeña

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Lugar donde murieron los dos soldados chilenos y fueron fusilados los 6 pobladores.

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La calles de Quequeña son estrechas a las justas si pasa un automovil en algunas y las casas son en su mayoria de adobe y piedra, los viejos techos de paja han sido reemplazados por calaminas quitandole algo de su antiguo encanto al lugar

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La campiña rodea todo el pueblo, a estos campos venia a forrajear la caballeria chilena y de cuando en cuando los soldados se hacian una parrillada al aire libre con un becerro que cogian por ahi, es interesante conversar con los ancianos que se encuentran en las calles tomando sol, cuentan muchas anecdotas algunas un tanto fantasiosas pero en todo caso es la tradicion oral de los pobladores.

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Un solitario toro que no me miraba con buenos ojos jeje

mural a la entrada del pueblo

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la plaza_________________"...por las madres, los huerfanos y los desterrados de tarapaca, por lo caidos y los q habran de caer......Arica no se rinde.

MARTIRES DE QUEQUEÑA (VERSION CHILENA)

La versión chilena de estos sucesos - que me ha costado un mundo ubicar, por estar titulada "Yanabamba" - se explica en la sentencia que a continuación transcribo :

" Quequeña, octubre 24 de 1883.- Vistos : el dÃa 21 del presente llegó al pueblo de Quequeña, a 5 leguas mas o menos de la ciudad de Arequipa, una comosión encargada de recoger el armamento que habÃa pertenecido al Ejército y Guardia Nacional peruanos. La comisión la componÃan un Sargento y dos soldados del escuadrón General Cruz, dos capataces y ciudadanos peruanos que por orden de la autoridad peruana, debÃan proporcionar todas las facilidades del caso a la comisión de nuestro Ejército. El 22, a las cuatro de la tarde, el soldado Juan Fernández llegó hasta el pueblecito de Yanabamba, 15 cuadras mas cerca de Arequipa, e iba mandado por un sargento para llevar el armamento que le entregarÃa la autoridad de ese lugar. El soldado Fernández fué atacado al llegar a Yanabamba por una partida armada con unos pocos rifles y garrotes, pudiendo apenas llegar a Quequeña desarmado. El Sargento Francisco A. Román y el soldado Francisco Valdebenito salieron a buscar el armamento del soldado Fernández, pero a 5 cuadras de Quequeña fueron detenidos por una partida de 25 hombres armados de rifles, palas de trabajo y garrotes. Regresaron a Quequeña, dieron cuenta al Gobernador y a los vecinos, pero no se les prestó ayuda de ninguna clase, y cuando se encontraban todavÃa en casa del Gobernador, fueron atacados por una poblada engrosada considerablemente con vecinos de Quequeña. El sargento y el soldado fueron al lugar donde habÃan dejado al soldado Fernández, en un corralón en que estaban las mulas de la comisión al cuidado de arrieros. Era cerca de la oración y serÃan las ocho de la noche. Como a las nueve, sintieron un gran tropel de gente, y

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fueron atacados por la misma poblada, compuesta esta vez por mas de 50 personas, que rodearon el corral y que desde las casas vecinas dispararon sus armas; y cuando vieron que los soldados no se defendÃan, entraron, ultimaron a garrotazos al sargento Román y al soldado Fernández, logrando escapar herido en un brazo y una mano el soldado Francisco Valdebenito. Los cadáveres de los soldados fueron horriblemente mutilados, y destrozadas las mulas que habÃa en el corral. Examinadas detenidamente 60 personas que fueron aprehendidas en los pueblos de Yanabamba y Quequeña el dÃa 24, el Tribunal estableció los hechos siguientes : (sigue)

" 1°. Que la comisión de nuestro Ejército no cometió ningún acto de extorsión, observando por el contrario buena conducta, permaneciendo constantemente con las autoridades peruanas; 2° Que fueron atacados y ultimados por mas de 60 personas de los puebles de Yanabamba y Quequeña, siendo los autores principales los ciudadanos peruanos Andrés Becerra, Mariano Linares, Federico Barrera, Nicanor RodrÃguez, Andrés Herrera, Cleto Málaga, Pablo Málaga, Casimiro Arenas, Luciano Ponce y Juan Arenas. 3° Que ni un solo habitante de los pueblos de Yanabamba o Quequeña, gobernadores, sacerdotes, etc., etc., hizo un acto o demostración en favor de nuestros soldados, debiendo con arreglo a los principios de moral y legislación de todos los paÃses, considerarse cómplices del atentado, puesto que no lo evitaron, pudiéndolo; 4° Que los vecinos de Yanabamba y Quequeña han tolerado que los primeros autores del crimen permaneciesen en las poblaciones hasta la mañana del 24, en que entró la fuerza chilena, y no los aprehendieron para ponerlos a disposición de la justicia, lo que los coloca en el rango de encubridores.

De los individuos aprehendidos se separan todos aquellos que por su ancianidad, niñez o enfermedad no habÃan tenido bastantes fuerzas fÃsicas para contener a los asesinos de los soldados chilenos, quedando en fila 26 individuos peruanos. De estos se sortearon 6 que fueron : Liborio Linares, Manuel B. Linares, Ãngel Figueroa, Luciano Ruiz, Juan de D. Costa y José� Mariano Ãvila.� Con estos antecedentes, y oÃdo el dictamen fiscal, condenamos : 1° A la pena de muerte a los ciudadanos peruanos Andrés Barrera, Mariano Linares, Federico Barrera, Nicanor RodrÃguez, Andrés Barrera, Cleto Málaga, Casimiro Arenas, Luciano Ponce y Juan Arenas; debiendo oÃrseles por el tribunal cuando fueren aprehendidos, arrasándose desde luego sus propiedades. 2° A la pena de muerte a los ciudadanos peruanos Liborio Linares, Manuel B. Linares, Ãngel �Figueroa, Luciano Ruiz, Juan de D. Costa y José Mariano Ãvila, los que serán fusilados en el �mismo sitio en que fueron ultimados los soldados chilenos. 3° A sufrir 100 azotes a los ciudadanos peruanos : Máximo Villanueva, Juan Flores, Lino Flores, Félix Arenas, MartÃn Lira, Mariano Pontigo, Pablo Chacón, Mariano Linares, Mariano Quispe, Manuel Rivera, Mariano Oportus, Feliciano Zamudio, Juan Ãlvarez, José M. Mála� ga, Mateo Rosa, Mariano Arenas, Samuel Flores, Mauricio Cornejo, Andrés Oportus y Mariano Villanueva. Consúltese.- V. Ruiz, Rafael Vargas, Gabriel Ãlamos.� ProveÃda por el Tribunal Militar.- Marchant, secretario. Arequipa, noviembre 24 de 1883.- Apruébase y dése a conocer en la Orden del DÃa de la División.- Velásquez.

Certifico haberse dado cumplimiento a la sentencia del Tribunal en la parte dispositiva de los artÃculos 2° y 3°; en conformidad a lo dispuesto por el artÃculo 1° se arrasaron las propiedades de Andrés Barrera, Mariano Linares, Andrés Herrera y Juan Arenas. El resto de los individuos comprendidos en estos artÃculos no eran propietarios.- Marchant, secretario ".

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Los Mártires de Quequeña

Durante la ocupación de Arequipa en 1883, una comision formada por el Sargento 2° Francisco (o Florindo) Agustín Román y dos soldados (Juan Fernandez y Francisco Valdebenito) del Escuadrón Cívico Mov. General Cruz y otros civiles fueron a Quequeña con el propósito de recoger el armamento que había pertenecido al Ejército y Guardia Nacional peruanos. Los cuales fueron atacados por la población, se dice por impedir la violación de una de las pobladoras y cansados de los abusos, matando al sargento Román y al soldado Fernandez, logrando escapar con vida Francisco Valdebenito, rumbo hacia Arequipa para comunicar lo ocurrido al Ejercito chileno.Quienes el 24 de noviembre desde Arequipa envian otro piquete que al pasar por Yarabamba apresan a todos los varones y los conducen a Quequeña. De allí sacan también de sus casas a todos los varones, reunidos en número de treinta en la plaza, escogen a 6 de los hombres, que luego de ser absueltos por el cura del pueblo son fusilados, y otros 20 son condenados a recibir 100 azotes cada uno.

Don Artemio Peraltilla Diaz, historiador arequipeño escribió"Las numerosas fuerzas (chilenas) invasoras de Arequipa ocuparon la ciudad durante diez meses consecutivos, desde el lunes 29 de octubre de 1883 hasta el viernes 15 de agosto de 1884. Encontraron su comodidad en los cuarteles de la ciudad y en algunos locales públicos como: los palacios del señor Obispo de Buen Retiro, Sachaca, Huasacache, el balneario de Tingo (casas del doctor Gerardo Cornejo Iriarte) y Tiabaya; y tanto las campiñas de Tingo Grande, Paucarpata, Sabandia, Characato y Yarabamba, para la manutención de la caballeria de los Escuadrones. 

Este mantenimiento motivó el desenfreno de algunos invasores y la resistencia de los mártires de Quequeña y Yarabamba, quienes antes de ver mancillado el honor de sus esposas y hermanas, hicieron una heroica resistencia y de la trifulca resultaron muertos dos soldados chilenos. 

La venganza del invasor no se dejo esperar y al dia siguiente con un falaz engaño lograron conocer los nombres de aquellos defensores. Para mayor crédito, insertamos el relato del Presbitero de Quequeña don Jose Valencia:"Después que los chilenos entraron en la ciudad de Arequipa en octubre de 1883 vinieron a Pocsi un oficial llamado Ramón Villonta y cuatro soldados uno de ellos identificado como Juan Fernández quienes cometieron abusos en Polobaya y Piaca y después entraron a Quequeña.

Dos de los soldados bajaron a Yarabamba donde en la picantería "el Mollecito" quisieron abusar de una joven que todavía existe, por lo que algunos vecinos les quitaron los rifles. Se regresaron a Quequeña para volver a Yarabamba los cuatro. En el trayecto encontraron a Don Andrés

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Herrera tejiendo un sombrero de chito, lo hicieron hincar para fusilarlo pero uno de ellos dijo: Es inocente no lo matemos.

Llegaron a Quequeña muy atrevidos por lo que algunos jóvenes los persiguieron a su vuelta a Quequeña y fueron victimados dos de ellos a las ocho y media de la noche. El 23 vino un chileno muy político y con gasmona decía: "no hay porque admirarse de lo sucedido, en tiempo de guerra mucho mas acontece"

Reservadamente había tomado razón nominal de ocho sujetos que el día anterior tuvieron la reyerta con los chilenos. El 24 vinieron once oficiales y cincuenta soldados a caballo. Desde Yarabamba arrearon a los vecinos que comunalmente se ocupaban de amontonar algunos maíces. Un chileno se desprendió de la tropa persiguió a una mujer y la violó. En la plaza colocaron en línea a los hombres que arrearon y flagelaron a seis.

El cura Retamoso le dijo al oficial que le pareció más respetable, todos son inocentes y los de la reyerta se dice que han fugado. Le contestó veré su iglesia, entraron a ella y dijo es hermosa.

Diezmaron a los de la linea y sacaron a don Mariano Avila arequipeño avecindado en Quequeña y casado con una hermana del señor presbitero don Jorge Benavides, a don Juan de Dios Acosta, y con familia a don Angel Figueroa casado y tenía seis hijos que los soportaba con su jornal diario . Estos tres fueron de Quequeña, de Yarabamba don Manuel Linares, casado, con tres hijos, don Livorio Linares, casado con tenía seis hijos y Luciano Ruiz soltero que acababa de llegar de Tambo y con su trabajo mantenía a su madre, y los condujeron al mismo cuarto donde fueron muertos los dos chilenos. 

Un oficial vino a la casa parroquial y llevó al cura con precipitación al expresado cuarto donde se hallaban de pie los seis inocentes y le dijo: absuélvalos usted. Los exhortó, y como no se hincaban luego el oficial los tomaba de los hombros y con ira los hizo hincar. El cura los absolvió y se retiró. 

Al retirarse los oficiales y la tropa la mayor parte de ellos quedó en el pago de Buenavista, e incendiaron las casas de don Andres Barrera, don Marcelino Linares, don Jose Arenas y Doña Nazaria Oporto los que no pudieron sacar ni sus camas quedando en la miseria. Los que pasaron a Yarabamba se alojaron en casa de don Francisco Delgado e hicieron matar once gallinas propiedad de dicho señor, quitaron una ternera para rancho de la tropa. Los oficiales comian las gallinas, viendo de frente muy alegres el fuego y humo de las casas mencionadas. Despues se retiraron a Arequipa "

La version chilena de estos hechos, se encuentra en las Memorias de Estanislao Del Canto,

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En la orden del dia 27 de octubre se comunicó al Ejército la resolución del respectivo tribunal por el cual se castigaba ejemplarmente a varios peruanos que en el pueblo de Yanabamba (debio ser Yarabamba) asesinaron a un Sargento dos Soldados del escuadrón General Cruz, esa sentencia copiada a la letra es como sigue:Quequeña, octubre 24 de 1883.- Vistos : el día 21 del presente llegó al pueblo de Quequeña, a 5 leguas más o menos de la ciudad de Arequipa, una comisión encargada de recoger el armamento que había pertenecido al Ejército y Guardia Nacional peruanos. La comisión la componían un Sargento y dos soldados del escuadrón General Cruz, dos capataces y ciudadanos peruanos que por orden de la autoridad peruana, debían proporcionar todas las facilidades del caso a la comisión de nuestro Ejército. 

El 22, a las cuatro de la tarde, el soldado Juan Fernández llegó hasta el pueblecito de Yarabamba, 15 cuadras más cerca de Arequipa, e iba mandado por un sargento para llevar el armamento que le entregaría la autoridad de ese lugar. El soldado Fernández fue atacado al llegar a Yarabamba por una partida armada con unos pocos rifles y garrotes, pudiendo apenas llegar a Quequeña desarmado. El Sargento Francisco A. Román y el soldado Francisco Valdebenito salieron a buscar el armamento del soldado Fernández, pero a 5 cuadras de Quequeña fueron detenidos por una partida de 25 hombres armados de rifles, palas de trabajo y garrotes. Regresaron a Quequeña, dieron cuenta al Gobernador y a los vecinos, pero no se les prestó ayuda de ninguna clase, y cuando se encontraban todavía en casa del Gobernador, fueron atacados por una poblada engrosada considerablemente con vecinos de Quequeña. El sargento y el soldado fueron al lugar donde habían dejado al soldado Fernández, en un corralón en que estaban las mulas de la comisión al cuidado de arrieros. Era cerca de la oración y serían las ocho de la noche. Como a las nueve, sintieron un gran tropel de gente, y fueron atacados por la misma poblada, compuesta esta vez por más de 50 personas, que rodearon el corral y que desde las casas vecinas dispararon sus armas; y cuando vieron que los soldados no se defendían, entraron, ultimaron a garrotazos al sargento Román y al soldado Fernández, logrando escapar herido en un brazo y una mano el soldado Francisco Valdebenito. Los cadáveres de los soldados fueron horriblemente mutilados, y destrozadas las mulas que había en el corral. Examinadas detenidamente 60 personas que fueron aprehendidas en los pueblos de Yarabamba y Quequeña el día 24, el Tribunal estableció los hechos siguientes:1°. Que la comisión de nuestro Ejército no cometió ningún acto de extorsión, observando por el contrario buena conducta, permaneciendo constantemente con las autoridades peruanas.

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2° Que fueron atacados y ultimados por más de 60 personas de los puebles de Yarabamba y Quequeña, siendo los autores principales los ciudadanos peruanos -Andrés Becerra-Mariano Linares-Federico Barrera-Nicanor Rodríguez-Andrés Herrera-Cleto Málaga-Pablo Málaga-Casimiro Arenas-Luciano Ponce -Juan Arenas. 

3° Que ni un solo habitante de los pueblos de Yarabamba o Quequeña, gobernadores, sacerdotes u otros hizo un acto o demostración en favor de nuestros soldados, debiendo con arreglo a los principios de moral y legislación de todos los países, considerarse cómplices del atentado, puesto que no lo evitaron, pudiéndolo.

4° Que los vecinos de Yarabamba y Quequeña han tolerado que los primeros autores del crimen permaneciesen en las poblaciones hasta la mañana del 24, en que entró la fuerza chilena, y no los aprehendieron para ponerlos a disposición de la justicia, lo que los coloca en el rango de encubridores. 

De los individuos aprehendidos se separan todos aquellos que por su ancianidad, niñez o enfermedad no habían tenido bastantes fuerzas físicas para contener a los asesinos de los soldados chilenos, quedando en fila 26 individuos peruanos. De estos se sortearon 6 que fueron: Liborio LinaresManuel B. LinaresÁngel FigueroaLuciano RuizJuan de D. Costa José Mariano Ávila. 

Con estos antecedentes, y oído el dictamen fiscal, condenamos: 1° A la pena de muerte a los ciudadanos peruanos Andrés Barrera, Mariano Linares, Federico Barrera, Nicanor Rodríguez, Andrés Barrera, Cleto Málaga, Casimiro Arenas, Luciano Ponce y Juan Arenas; debiendo oírseles por el tribunal cuando fueren aprehendidos, arrasándose desde luego sus propiedades. 2° A la pena de muerte a los ciudadanos peruanos:-Liborio Linares-Manuel B. Linares-Ángel Figueroa-Luciano Ruiz

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-Juan de D. Costa -José Mariano Ávilalos que serán fusilados en el mismo sitio en que fueron ultimados los soldados chilenos. 

3° A sufrir 100 azotes a los ciudadanos peruanos: -Máximo Villanueva    -Juan Flores-Lino Flores-Félix Arenas -Martín Lira-Mariano Pontigo-Pablo Chacón-Mariano Linares-Mariano Quispe-Manuel Rivera-Mariano Oportus-Feliciano Zamudio-Juan Álvarez-José M. Málaga-Mateo Rosa-Mariano Arenas-Samuel Flores-Mauricio CornejoAndrés OportusMariano Villanueva. 

Consultese, V. Ruiz, Rafael Vargas, Gabriel AlamosProveida por el Tribunal Militar, Marchant secretarioArequipa, noviembre 24 de 1883, Apruébase y dése a conocer en la orden del dia de la División. Velasquez"Certifico haberse dado cumplimiento a la sentencia del Tribunal en la parte dispositiva de los artículos 2 y 3, en conformidad a lo dispuesto por el articulo 1 se arrasaron las propiedades de Andrés Barrera, Mariano Linares, Andrés Herrera y Juan Arenas. el resto de los individuos comprendidos en estos artículos no eran propietarios."

Las 6 personas que fueron fusilados, fueron conocidas con el nombre de "Los Martires de Quequeña", y el 26 de setiembre de 1984, por la Ley n° 24308 se les declara Héroes Nacionales

DECLARACION DE HEROES NACIONALES, Ley 24308

 Por cuanto:El congreso ha dado la Ley siguiente:Artículo 1º.- Declárese “Héroes Nacionales” a los ciudadanos: Liborio Linares, Manuel Benito Linares, Angel Figueroa, Luciano Ruiz, Juan de Dios Acosta y José Mariano Avila, quienes ofrendaron valerosamente sus

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vidas defendiendo el honor y la dignidad de la Patria en horas cruciales de nuestra historia.

Artículo 2º.- Declárese “Poblaciones Mártires” a Yarabamba y Quequeña, distritos de la Provincia de Arequipa en el departamento del mismo nombre.

Articulo 3º.- Denomínese “Alameda de los Héroes de Yarabamba y quequeña”, al trayecto de la carretera que une a los distritos en mención.

Articulo 4º.- Autorizase al Poder ejecutivo para emitir una estampilla postal en homenaje a la inmolación de los “Héroes de Yarabamba y Quequeña y destínese lo recaudado al mejoramiento de la Alameda señalada en el Artículo anterior.

Artículo 5º.- Declárese día cívico laborable en la provincia de Arequipa el 24 de Noviembre de cada año en conmemoración al heroico sacrificio de los Héroes de Yarabamba y quequeña.

Artículo 6º.- Encárguese al Ministerio de Educación la celebración a nivel nacional de la efemérides correspondiente en todos los planteles educativos.

Artículo 7º.- Esta Ley rige a partir del día siguiente de su publicación.

Comuníquese al Presidente de la República para su promulgación.Casa del Congreso en Lima a los 26 días del mes de Septiembre de mil novecientos ochenta y cuatro.Manuel Ulloa Elías.- Presidente del SenadoElías Mendoza H. Presidente de la Cámara de Diputados."

MITOS SOBRE LA GUERRA

¿Cuánto de verdad y de exageración hay en la "traición" del presidente Mariano Ignacio Prado y en la responsabilidad de las elites del sur que permitieron la entrada de los chilenos sin oponer resistencia? E. R.: Existe un interesante trabajo de Felipe Portocarrero titulado El Imperio Prado, donde explica la polémica fuga del presidente. En la carta que Prado le envía a todos los peruanos explicando los motivos por los que no regresa al Perú, dice que lo hace por su seguridad e integridad. Y tal vez tenía razón porque ya Piérola estaba sentado en el sillón presidencial, y no hubiese dudado en ordenar su fusilamiento. Sobre el origen de la fortuna de los Prado, señalando nuevamente a Portocarrero puedo decir que dicho capital se gestó a través de alianzas matrimoniales y no como resultado del robo de las colectas que se hicieron durante los años de la guerra. Y sobre la actuación de las elites del sur, el historiador Daniel Parodi

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Revoredo derriba el mito de la felonía arequipeña y señala el fiel comportamiento del sur durante la guerra.

J. CH: Lo incorrecto de Prado fue que él mismo partiera a comprar las armas, esto descabezó su gobierno en Lima, ahondando más la crisis. Lo de Arequipa es otro mito más. Yo creo que la guerra la perdimos más por las contradicciones de las elites gobernantes: en Lima estaba Francisco García Calderón, Piérola estaba en la sierra, Lizardo Montero en Arequipa, Iglesias en el norte, hubo una confusión de caudillos, y cada uno trataba de mantener su poder. Este caos generó en parte la derrota. El profesor Rolando Pachas analiza las contradicciones entre los grupos terratenientes del sur chico: algunos apoyan a los diferentes caudillos peruanos y otros apoyan a Chile. Si quienes tenían el poder político y económico no apoyaron una visión nacional, era muy difícil ganar la guerra.

Otro tema novedoso es el desarrollado por Humberto Rodríguez Pastor: la participación de los chinos en el conflicto. J. CH: La contradicción entre las elites se vio reflejada también en los sectores dominados. ¿Cómo van a ser traidores los chinos si vivían en condiciones de semiesclavos? Ellos apoyaron a Chile porque vieron a Patricio Lynch como su libertador. Rodríguez Pastor en su excelente trabajo cita algunas canciones dedicadas a Lynch, donde se le llamaba "el príncipe rojo".

Lynch es un personaje de triste recordación para nosotros, pero su papel fue clave en el éxito chileno. J. CH: Si Chile se quedó tres años en el Perú, obteniendo recursos y manejando el estado, fue gracias a Patricio Lynch, un personaje muy astuto que logró aliarse con grupos de elite, con negros, con indios, con chinos. Con su sanguinaria expedición logró que las elites norteñas le tuvieran temor y negociaran con él para vencer a Cáceres. Permitió, además, que Arequipa no se alzara en armas y que Lima permitiera la partida de García Calderón casi en calidad de prisionero a Santiago. Para mí los dos hombres claves que chocan en la guerra, más allá de los héroes, fueron Piérola y Lynch.

Ustedes comparan la guerra con Chile con la Conquista. Esta derrota ha construido una imagen muy negativa del país, ¿cómo procesar este trauma? J. CH: El gran debate posterior a la guerra fue la gestación del estado nación y creo que este debate continúa hasta la actualidad. Y no hemos logrado construir el estado nación por factores diversos: desigualdad social, malos manejos económicos, luchas internas, falta de visión de futuro.

E. R: A pesar de haber sido un triste episodio de nuestra historia nacional, que enlutó a la mayoría de las familias peruanas, este acontecimiento no debe ser más un hecho de frustración y resentimiento. Por eso me parece que debemos ser claros en el papel que jugamos los peruanos en el desarrollo de la guerra, saber que no fuimos simples víctimas ni tampoco los únicos responsables. La celebración de los 130 años (en el 2009) debe ser una oportunidad de reflexión para solucionar los problemas que hasta ahora acarreamos ambos países, incluido el tema marítimo.

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(*) La guerra del Pacífico: aportes para repensar su historia. Volumen I. José Chaupis Torres y Emilio Rosario (compiladores). Editorial Línea Andina / Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales UNMSM. Lima, 2007. Leyenda 1: Escena de Epopeya: una visión maniquea de la guerra del Pacífico exhibida por la televisión chilena. Leyenda 2: Historiador José Chaupis: "Debemos erradicar la idea de El Repase, esa imagen del peruano bueno, pero vencido".

Nuevos documentos referentes a la participación de Arequipa en la Guerra del Pacífico  

 

 

Nuevos documentos  

referentes a la participación  

de Arequipa 

en la Guerra del Pacífico

  

 

   

LOS DESCENDIENTES DE LOS PERSONAJES QUE INTEGRARON,

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COMO OFICIALES,

EL EJÉRCITO DE RESERVA DE AREQUIPA Y FUERON SIGNATARIOS

DEL MANIFIESTO

DEL 28 DE NOVIEMBRE DE 1881, ESTAMOS LLAMADOS A PROBAR, MEDIANTE ESTOS DOCUMENTOS

Y OTROS QUE APAREZCAN DESPUÉS, LA VALIENTE PARTICIPACIÓN

DE LOS AREQUIPEÑOS

EN ESE CONFLICTO ARMADO.

  

 

 

 

 César Coloma Porcari

  Presidente del Instituto Latinoamericano de Cultura y Desarrollo

 

 

 

(Conferencia sustentada

en el “I Festival del Libro Arequipa 2007”,

el 25/10/2007)

 

Page 19: Arequipa en La Guerra Del Pacifico

 

 

 

 

 

 

  

 La falta de documentos ha impedido tener un conocimiento más cabal de la participación de Arequipa en la guerra del Pacífico. Afortunadamente

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encontramos un impreso valioso y desconocido, que reprodujimos en el “Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima” (año 115, volumen Nº 119, Lima, 2006, pp. 147-177), el cual contiene la relación de los trescientos setenta y siete oficiales, defensores de la Patria, integrantes del Ejército de Reserva de Arequipa (1880-1881), que incluía cinco mil setecientos individuos de tropa (no mencionados en los documentos). Este Ejército de Reserva arequipeño estuvo compuesto por más de seis mil efectivos que lograron evitar, durante mucho tiempo, el avance de las tropas enemigas a esa región.

 

En el mencionado trabajo ofrecemos la relación alfabética de estos oficiales defensores de la Patria, con información sobre cada uno de los personajes, que podrá ser de utilidad para ubicarlos dentro de la sociedad local. Este trabajo de investigación nos demandó muchos meses de  minuciosa búsqueda en publicaciones de la época. 

 

Asimismo, en el “Boletín de Lima” (año 28, vol. XXVIII, Nº 147, Lima, 2007, pp. 15-21), presentamos información sobre las bases legales de la creación de este Ejército de Reserva, las pruebas de la existencia de éste, las normas sobre su uniforme, instrucción militar (realizada en los claustros de la Universidad de San Agustín), maniobras y la memorable revista que de éste hizo el dictador don Nicolás de Piérola.  

 

Era muy positiva la opinión que se tenía de estos patriotas arequipeños: “está probado palmariamente que el soldado del ejército de reserva posee inapreciables cualidades, que hacen de él uno de los más firmes apoyos de la defensa nacional”. Debido a ello “Mucho tiene el país que esperar de la Reserva el día de la prueba” (“La Bolsa” N° 1739, Arequipa, viernes 21 de enero de 1881, p. 1).

 

Además, se decía que “Siempre hemos esperado mucho del ejército de reserva de Arequipa, porque en sus filas está representado no solo el valor a prueba y la pericia en el manejo del arma, que le es familiar al arequipeño, sino también el patriotismo y la moralidad. Honor, pues, a los cuerpos de la reserva de Arequipa, llamados a ser el muro inexpugnable de la defensa nacional” (“El Eco del Misti” N° 528, Arequipa, sábado 22 de enero de 1881, p. 1).

  

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BASE LEGAL

 

El Ejército de Reserva de Arequipa fue organizado por decreto prefectural de 30 de noviembre de 1880. Se dispuso en esa norma legal que éste debía estar compuesto por cuatro divisiones y una columna de zapadores. El mencionado dispositivo legal fue publicado en “La Bolsa” N° 1712 (Arequipa, lunes 6 de diciembre de 1880, p. 1).

 

En su artículo 2° se señalaba que “Compondrán la primera división todos los individuos que, según el supremo decreto de 29 de Diciembre de 1879, deben formar la reserva sedentaria y los empleados y operarios de los ferrocarriles. El E.M.G. calificará a los que, según él, no estén obligados a la movilización, los que serán dados de alta en los cuerpos respectivos”.

 

En el 3° se dispuso que “La 2ª y 3ª división se sujetarán a lo dispuesto en decreto de 28 de Julio último”; en el 4°, que “La 4ª división será formada de los siguientes cuerpos: 1° de los labradores y sastres que quedan separados de la 1ª división; 2° del batallón de Yanahuara que resulte excedente en la 2ª; y 3° del batallón ‘Inmortales’”; y en el 5°, que “La columna de zapadores será formada por los arquitectos, albañiles y carpinteros, bajo la dependencia inmediata de la sección de ingenieros. 

 

Se debe tener en cuenta que el dispositivo mencionado en el artículo 3° del decreto prefectural de 30 de noviembre de 1880, corresponde al decreto prefectural de 28 de julio de 1880, publicado en “La Bolsa” N° 1657 (Arequipa, viernes 30 de julio de 1880, p. 1),  en el cual se dispuso que “La 2ª División será formada por los propietarios, empleados del Banco de Arequipa, id. de las casas de comercio por mayor, comerciantes por menor, dependientes, zapateros, coheteros, barberos, aguadores, mercachifles, carretoneros, trenzadores, sombrereros y herradores”; y además, “La 3ª división por los talabarteros, pintores, tapiceros, plateros, fundidores, caldereros, herreros, carniceros, dulceros, molineros, tipógrafos, alfareros, panaderos, sirvientes de hoteles y casas particulares, fondistas, cigarreros, empapeladores y los de otras profesiones que no se consideren en el presente decreto”.

 

Es importante señalar que este Ejército de Reserva fue formado por los distintos grupos económicos de la ciudad. Todos los oficiales de este Ejército

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eran profesionales, funcionarios, comerciantes, agricultores o propietarios de un taller o industria y eso lo comprobamos en las matrículas de patentes, que nos sirvieron para obtener mayor información sobre cada uno de los oficiales defensores de la patria.

 

De este modo, al haberse formado este Ejército de Reserva por actividad económica, en el caso de los oficiales del mismo, se nos ofrece un panorama completo de la clase dirigente arequipeña en todos sus aspectos y ocupaciones. Por ello, comprobamos que los miembros de la élite mistiana, en su totalidad, participaron en la defensa nacional. 

  UNIFORME Todos los integrantes del Ejército de Reserva de Arequipa debían usar el uniforme reglamentario, dispuesto en la Orden general del 11 de enero de 1881, publicada en “La Bolsa” N° 1730 (Arequipa, martes 11 de enero de 1881, p. 1): “Art. 1º Todo oficial, que se presente con insignias distintas a lo ordenado por el Reglamento del Ejército de Reserva, de 12 de julio y modificado por resolución suprema de 12 de noviembre, será arrestado y sujeto a juicio según las ordenanzas militares”. Además, en su artículo 2º se dispuso que “Los ejercicios doctrinales del Ejército de Reserva, serán de 1 á 4 de la tarde, hora en que se tocará fajina...”.

 

El uniforme del Ejército de Reserva, mencionado en esta disposición, fue aprobado por Decreto Supremo dado en Lima el 12 de julio de 1880, subscrito por don Nicolás de Piérola: “Los jefes de infantería vestirán casaca de paño azul, con vivos blancos y dos hileras de siete botones de metal blanco al pecho, sin bolsillos ni carteras ni botones en la parte posterior; el pantalón será del mismo paño azul con un vivo de hilado de plata en la costura. Los oficiales usarán de paño o franela azul con vivos de paño blanco la misma casaca y pantalón que los jefes”. Además, “Los jefes y oficiales usarán kepí de paño azul con el número del cuerpo a que pertenecen, de metal blanco y con la visera derecha. Los oficiales usarán espada derecha con tahalí cruzado bajo la casaca; pudiendo los jefes llevar espada-sable con tiros de color azul claro”.

 

Asimismo, “Los coroneles de los cuerpos de todas las armas del Ejército de Reserva, usarán como insignia en el kepí, tres tiras de paño rojo; los tenientes coroneles, las mismas tres tiras, siendo la del  centro de paño blanco; los

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sargentos mayores, solo dos tiras del mismo paño rojo. Todas estas tiras serán de las mismas dimensiones que las [de los] coroneles, de cinco hilos; en los hombros llevarán presillas de seda con iguales colores...” y “Los capitanes llevarán en el kepí cuatro trencillas de color rojo, tres los tenientes y dos los subtenientes y alfereces, y en la botamanga, tiras de paño de color rojo (...) debiendo marcar con las tiras la boitamanga circular, las de Infantería y en punta las de Caballería y Artillería” (sic).

 

Este uniforme fue modificado el 23 de noviembre de 1880: “1º Las clases (sic) y soldados del batallón de Zapadores, llevarán en el kepí un castillo rojo”; “3º El vivo blanco de la casaca y pantalón, se cambiará por azul claro para la infantería, grance (sic) para la artillería y carmesí para la caballería”; y “4º Los jefes y oficiales de infantería usarán en campaña y en parada escarpín blanco: los jefes y oficiales de las secciones de artillería escarpín de cuero negro. Los jefes y oficiales de todas las armas usarán indistintamente espada en tahalí o con tiros; debiendo es este caso ser los tiros y la dragona de seda y oro para los jefes y de seda para oficiales y el color de ésta el de los vivos”.

  INSTRUCCIÓN MILITAR Y MANIOBRAS 

 En la orden general dada en Arequipa el 11 de enero de 1881, se dispuso, en su artículo 2º, que "Los ejercicios doctrinales del Ejército de Reserva, serán de 1 á 4 de la tarde, hora en que se tocará fajina". Además (artículo 3º), "Todos los señores Jefes y Oficiales tendrán academia los miércoles y sábados de cada semana, de las 7 a las 9 de la noche". Se debe tener presente que, inicialmente, se dispuso "que la 1a división no asista a los ejercicios doctrinales (...) a excepción del Batallón Nº 4", pero posteriormente, se dispuso para los integrantes de los batallones 2, 4 y 6, que componían la prijera División, "que los días de academia son los martes y viernes de cada semana, a la hora de costumbre y en el local de la Universidad".

 

Se debe recordar la parada realizada el domingo 16 de enero de 1881. La prensa de la época señala que fue “bastante concurrida, y a pesar de la ligera lluvia que cayó después del medio día, los cuerpos del Ejército de Reserva hicieron sus respectivos ejercicios doctrinarios”. (“La Bolsa” N° 1735, Arequipa, lunes 17 de enero de 1881, p. 1).

 

Asimismo se informaba que “Los ejercicios doctrinales se hacen hoy en el

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Ejército de Reserva con más regularidad y entusiasmo que antes. Las academias nocturnas se verifican con la misma constancia y decisión. Merced a estas buenas disposiciones los ciudadanos que componen aquel ejército, los cuerpos que lo constituyen, adelantan rápidamente en su instrucción. La mayor parte de los oficiales de algunos batallones están ya uniformados, y dentro  de poco tiempo lo estarán todos. La Reserva, que es, sin duda, uno de los principales elementos que hoy cuenta el país para su defensa, ha comprendido, pues, su misión, y se prepara a cumplirla dignamente, hoy que la hora de la prueba se aproxima. Bien para ella!” (“La Bolsa” Nº 1747, Arequipa, lunes 31 de enero de 1881, p. 1).

 

Para la 1ª división (por orden del 4 de abril de 1881), se dispuso que “desde el próximo domingo asistirán a la parada los batallones pertenecientes a la expresada división” (“El Eco de Arequipa” N° 43, Arequipa, martes 5 de abril de 1881, p. 1). 

 

La prensa también indicaba que “Tenemos encargo de advertir a los señores jefes y oficiales de los batallones 2, 4 y 6 de la Reserva, que componen la primera División, que los días de academia son los martes y viernes de cada semana, a la hora de costumbre y en el local de la Universidad” (“La Bolsa” Nº 1820, Arequipa, lunes 9 de mayo de 1881, p. 1).

 

El 22 de abril  de 1881, el Estado Mayor del Ejército de Reserva de Arequipa, dispuso que “en las academias de las oficialidades, estas no solo se dediquen al estudio de la táctica, sino que también lo prescrito de las ordenanzas militares, para que se conserve inalterable la disciplina de los cuerpos organizados en esta capital y puedan ellos funcionar con provecho cuando sea indispensable” (“El Eco de Arequipa” N° 56, Arequipa, lunes 25 de abril de 1881, p. 1). 

 

Asimismo, “con fecha 17 del actual, el E.M.G. del ejército referido, ha expedido una orden general, por la que dispone que los jueves y domingos a partir del 18 del corriente, desde las 7 hasta las 9 de la mañana, se constituya toda la Reserva en la pampa de Miraflores a hacer ejercicios de guerrilla, desplegues en batalla &” (“El Eco de Arequipa” N° 78, Arequipa, viernes 20 de mayo de 1881, p. 1). 

 

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También se informaba que “Ayer se constituyó, como estaba dispuesto, el ejército de Reserva en la pampa de Miraflores, con el objeto de dedicarse a los ejercicios de guerrillas, desplegues en batalla, etc.” (“El Eco de Arequipa” N° 80, Arequipa, lunes 23 de mayo de 1881, p. 1).

  LA PRIMERA REVISTA El Ejército de Reserva de Arequipa se realizó su primera revista en la plaza mayor de la ciudad, el domingo 19 de diciembre de 1880. En ésta participaron los integrantes de sus cuatro divisiones. En “La Bolsa” N° 1718 (Arequipa, lunes 20 de diciembre de 1880, p. 1), se señala que “Ayer tuvo lugar la revista del Ejército de Reserva, dispuesta por la Jefatura Superior, con el objeto de sellar los boletos expedidos a los individuos inscritos en el expresado ejército. La revista se pasó en la plaza principal, principiándose, más o menos, a la una de la tarde, por la primera división que se hallaba allí reunida desde las doce, y continuando por las otras tres que, reunidas en los lugares de antemano fijados, fueron ingresando a aquella, oportuna y sucesivamente”.

 

Afirman además que “Faltos de datos, no podemos entrar en ninguna clase de pormenores, limitándonos a decir que las personas que se encontraron en los diversos lugares en que las divisiones se reunieron, quedaron sumamente complacidas de ver el número y buena disposición de los ciudadanos que componían nuestra Reserva, de la cual se prometen grandes cosas para el día de la prueba, cuando quiera que ésta se presente”.

  LA GRAN REVISTA DEL 29 DE MAYO DE 1881 

El Jefe Supremo de la Nación, don Nicolás de Piérola, llegó a la ciudad de Arequipa el 24 de mayo de 1881, y por dicho motivo se expidió un dispositivo fechado el 23 de dicho mes y año, en el que se ordenó que “para dar entera solemnidad al acto de la recepción, asistirán uniformados, los que puedan hacerlo, y en traje oficial los que no, todos los jefes y oficiales de la Reserva en corporación. Por lo mismo, se previene que a las 3 h. 30 m. p. m., sin falta alguna, se encontrarán dichos jefes y oficiales en este E.M.” (sic) “La Bolsa” Nº 1833, Arequipa, martes 24 de mayo de 1881, p. 1).

 

La gran revista fue dispuesta mediante orden general dada en Arequipa, el 27

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de mayo de 1881, debido a que “Deseando que S.E. el Jefe Supremo de la República conozca el patriotismo y actividad del Ejército de Reserva de esta plaza, se ordena que: todos los cuerpos que lo componen asistan el Domingo 29 del presente a las 2 p.m. a la Pampa de Miraflores, con el objeto de ser revistados por S.E.” (sic) (“El Eco de Arequipa” N° 84, Arequipa, sábado 28 de mayo de 1881, p. 1).  

 

En la prensa arequipeña encontramos amplios comentarios sobre esa notable revista: “Después de la misa solemne, todos los cuerpos del ejército de Reserva, lo mismo que las zonas de los distritos, a caballo, se dirigieron a la pampa de Miraflores, con el objeto de ser revistados por el Jefe Supremo, en cumplimiento de la orden general expedida al efecto. La oficialidad de casi todos los cuerpos estaban uniformados (sic), y uno o dos de éstos llevaban su banda de música.

 

Asimismo, “Como a las cuatro y media, próximamente, y cuando el Ejército había extendido una inmensa línea, se presentó S.E. a caballo, acompañado de su Secretario general, del General Buendía, del Jefe Superior, del Comandante en Jefe de la Reserva, señor Coronel Abril, y de varios jefes, inclusive su escolta.

 

Además, “Después de recorrer la línea, dirigió la palabra al ejército, mereciendo muchos aplausos. Uno de los soldados pronunció un discurso que agradó a S.E. Con esto terminó la parada militar de la Reserva”. Y “A las seis regresaron de Miraflores los batallones de la Reserva, llamada por sus buenas y peculiares condiciones, a dar a la Patria días de gloria”. “Creemos que S.E. habrá quedado satisfecho de la revista” (“El Eco de Arequipa” N° 84 (sic), Arequipa, lunes 30 de mayo de 1881, p. 1). 

 

En otro periódico mistiano se brindaba mayor información, inclusive mencionando el número de integrantes del Ejército de Reserva: “Ayer, como estaba ordenado, se constituyó en la pampa de Miraflores el Ejército de Reserva con el fin de ser revistado por S.E. El número de los asistentes (...) se calcula en más de 6,000 individuos, extendiéndose la línea que formaban, desde el antiguo panteón hasta más allá de la lloclla”.

 

Además, “S.E. tan luego que se presentó fue saludado con entusiastas

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aplausos, y después de haber recorrido la línea por vanguardia y retaguardia, arengó al ejército en términos vehementes. Pasada la revista desfilaron los cuerpos con dirección a la plaza principal, en donde colocado el Jefe Supremo delante del portal de San Agustín, los vio pasar a todos, pudiendo por segunda vez formar cabal juicio del estado en que se hallan. Los cuerpos, después de este último desfile, rompieron filas en distintas direcciones”. (sic) (“La Bolsa” Nº 1837, Arequipa, lunes 30 de mayo de 1881, p. 1).

 

Es necesario ubicar el lugar exacto, en la actual trama urbana de la ciudad, donde se desarrolló esta gran Revista del Ejército de Reserva de Arequipa el domingo 29 de mayo de 1881, cuyos integrantes (oficiales y tropa), se ubicaron, en la Pampa de Miraflores, “desde el antiguo panteón hasta más allá de la lloclla”, así como el área en donde se realizaron las maniobras, “ejercicios de guerrillas, desplegues en batalla, etc.”, para levantar allí los monumentos correspondientes en reconocimiento a estos valientes arquipeños. Asimismo, se debería colocar una placa conmemorativa en el portal de San Agustín, de la plaza mayor.

  INTEGRANTES DEL EJÉRCITO DE RESERVA DE AREQUIPA En el volumen Nº 119 del “Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima” que ya hemos mencionado, presentamos los cuadros relativos a la organización del Ejército de Reserva de Arequipa, organizado por decreto prefectural de 30 de noviembre de 1880, el cual, como ya lo mencionamos, estaba compuesto por cuatro divisiones con tres batallones cada una, además de una columna de zapadores, e integrado por trescientos setenta y siete oficiales.             EL MANIFIESTO DE AREQUIPA DEL 28 DE NOVIEMBRE DE 1881 Asimismo, en el “Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima” (año 112, volumen Nº 116, Lima, 2003, pp. 155-176), presentamos, en facsímil, y con la transcripción respectiva, el Manifiesto de Arequipa del 28 de noviembre de 1881, valioso documento que también tuvimos la suerte de encontrar, el cual ofrece una prueba más de la participación de los arequipeños en la defensa de la patria y en contra de la desmembración del territorio nacional.  

Dicho manifiesto fue suscrito por ciento noventa y dos personajes cuyos nombres aparecen impresos en él, señalándose que además, “Siguen las

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firmas”. Muchos de los signatarios del Manifiesto eran oficiales integrantes del Ejército de Reserva de Arequipa. Incluimos en nuestro trabajo información básica sobre cada uno de los firmantes del documento, producto de una minuciosa búsqueda en publicaciones periódicas de la época.

 

Una copia en facsímil de este Manifiesto, de grandes dimensiones, fue donada por nosotros, enmarcada, al Museo Histórico Municipal de Arequipa. Dicho facsímil ha sido colocado en la sala correspondiente a la guerra del Pacífico, donde puede ser apreciado por todos los interesados.

  CONCLUSIÓN Hay todavía mucho por investigar en lo referente a la participación de Arequipa en la guerra con Chile, y estamos seguros que también existirán muchos otros documentos, aún por descubrir, que brinden mayor información al respecto. Estamos seguros que los tres trabajos que hemos publicado, a la fecha, y que comentamos en este artículo, brindarán una información nueva, veraz y diferente, sobre un tema casi desconocido. Los descendientes de los personajes que integraron, como oficiales, el Ejército de Reserva de Arequipa y fueron signatarios del Manifiesto del 28 de noviembre de 1881, estamos llamados a probar, mediante estos documentos y otros que aparezcan después, la valiente participación de los arequipeños en ese conflicto armado.    Nosotros continuaremos publicando el material que hemos encontrado y que aún no  hemos podido editar. Allí los investigadores encontrarán más fuentes para sus futuros trabajos.       Bibliografía Coloma Porcari, César: 

2003    “El Manifiesto de Arequipa del 28 de noviembre de 1881 y la defensa de la integridad territorial del Perú”. En: Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima, año 112, vol. Nº 112, Lima, 2003, pp. 155-176.

 

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2006    “El Ejército de Reserva de Arequipa en la Guerra del Pacífico”. En: Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima, año 115, vol. Nº 119, Lima, 2006, pp. 147-177.

 2007    “La organización del Ejército de Reserva de Arequipa en la Guerra del Pacífico”. En: Boletín de Lima, año 28, vol. Nº XXVIII, Nº 147, Lima, 2007, pp. 15-21.

   César Coloma Porcari Arequipa, 25 de octubre de 2007.  Publicado en “Agustino”, Revista de la Universidad Nacional de San Agustín, año 10, Nº 42, Arequipa, marzo de 2008, páginas 117-120.

Arequipa sí se opuso a ocupación chilena en la Guerra del Pacífico  

PRUEBA DE LA RESISTENCIA

 

UNA PUBLICACIÓN EN EL DIARIO "LA BOLSA"

MUESTRA LA DURA POSICIÓN DE AREQUIPA

CONTRA LOS CHILENOS 

 

 

 

Cuestión de Honor

 

Arequipa sí se opuso a ocupación chilena

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en la Guerra del Pacífico  La defensa de la integridad territorial del Perú y el Manifiesto de Arequipa del 28 de noviembre de 1881 Manifiesto fue suscrito por los personajes notables de la ciudad de Arequipa  

                                                Por: César COLOMA PORCARI

  Como hay tantas opiniones distintas sobre la actitud de los arequipeños en la guerra del Pacífico, recordaremos un episodio relacionado con esta ciudad que no fue mencionado por los grandes historiadores del Perú, como don Rubén Vargas Ugarte (“Historia general del Perú”) y don Jorge Basadre (“Historia de la República del Perú”), quienes únicamente se ocupan del pronunciamiento que tuvo lugar en la ciudad de Arequipa, a través del cual el ejército estacionado allí desconoció a Piérola y

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reconoció la Presidencia de don Francisco García Calderón, incorporándose entonces Arequipa al que fuera llamado “Gobierno de la Magdalena” (fray Rubén confunde la fecha). Se registra información muy importante, al respecto, en la “Memoria presentada al Congreso de 1883 por el Ministro de Gobierno, Policía y Obras Públicas” (Arequipa, Imprenta del Estado, 1883, página 7), donde figura que “El 7 de octubre de 1881 el pueblo y el Ejército de Arequipa, encabezados por el coronel don José de la Torre, proclamaron la Constitución y reconocieron al Gobierno Provisorio. Este movimiento, por demás significativo, fue seguido por la adhesión de todos los departamentos del Sur, y del país entero. Y agregan que “En consecuencia de esta actitud de los pueblos del Sur, poco después hacía en Tarma dimisión del Poder Supremo, el señor Piérola, en 28 de noviembre del mismo año, y se retiraba a Lima primero y después al extranjero” (Idem). El Presidente García Calderón, un mes después, fue tomado prisionero, en Lima, por los chilenos (el 6 de noviembre de ese mismo año 1881), quienes lo llevaron al Callao, para ser embarcado a Chile. Como lo advertimos ya, los dos historiadores no mencionan el valiente manifiesto de Arequipa contra estos hechos, el cual hemos tenido la fortuna de encontrar, publicado en un importante periódico arequipeño de la época, como lo veremos después.

 

 

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Al conocerse en la ciudad de Arequipa la noticia de la prisión del Presidente Provisorio de la República, los “notables” reaccionaron con indignación, subscribiendo un manifiesto de protesta el 28 de noviembre, documento en el cual denunciaban que la captura de García Calderón era un  acto “atentatorio a la soberanía e independencia del Perú” y que constituía una prueba de que lo deseado por los chilenos era retardar o entorpecer las negociaciones de paz, con el fin de hacer prevalecer sus designios de conquista” y que el fin que perseguían ellos era “la manifiesta anexión a Chile de la parte más valiosa de nuestro territorio, o encubriéndola con el carácter de una ocupación temporal”.

 Asimismo, declaraban que no aceptarían ningún “tratado que se celebre con Chile y que no sea autorizado por el Gobierno Constitucional, único que reconoce la nación”, y “bajo la condición de que no sería desmembrado el territorio”. Además apoyaban los “esfuerzos por la salvación  de la patria dentro del régimen legal” y se comprometían a brindarle “Todo su apoyo al primer Vice-Presidente encargado del mando supremo, Contra-Almirante D. Lizardo

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Montero”.

 

 

  

Este manifiesto fue suscrito por los personajes notables de la ciudad de Arequipa y fue publicado en “La Bolsa”, Nº 1949, el viernes 2 de diciembre de 1881, página 1. Figuran allí ciento noventa y dos personajes firmantes.

 Estamos seguros de que este documento es de gran importancia histórica y como no está registrado en las obras sobre la materia, decidimos publicarlo literalmente, en el “Boletín de la Sociedad Geográfica de Lima” (Año 112, volumen Nº 116, Lima, 2003, páginas 155-176). Allí, además de la transcripción del manifiesto y del facsímil del mismo, incluimos el listado alfabético de los firmantes, con información básica sobre cada personaje. La búsqueda de estos datos nos ha demandado un gran esfuerzo y

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tiempo, debido a que no existe ninguna información sistematizada, pero era indispensable llevarla a cabo para presentar un información  biográfica mínima sobre estos personajes notables de la ciudad de Arequipa y defensores de la patria, y poderlos así ubicar dentro de la sociedad local.  Por supuesto, nos limitamos a realizar nuestro trabajo de investigación consultando únicamente fuentes primarias, como  periódicos de la época (“El Eco de Arequipa”, “El Eco del Misti” y “La Bolsa”) y memorias ministeriales, y ninguna publicación moderna, con el fin de obviar cualquier información equivocada. Entre los personajes firmantes se encuentran don Carlos Moller (tío de la gran periodista doña Doris Gibson Parra, fundadora de Caretas); don Emilio Nieves (padre de la escritora doña María Nieves y Bustamante); don Pedro José Bustamante y Barreda (padre de los doctores don Juan y don Manuel J. Bustamante de la Fuente); don Cayetano Coloma y Valencia (padre de don Guillermo W., don Carlos Humberto, don Ernesto y don Gustavo Coloma Elías y hermanas); el poeta don Samuel Velarde; don Enrique, don Ignacio y don Narciso Ruiz de Somocurcio; don Enrique de Romaña; don Diego Masías y Calle; don Teodoro Harmsen; don Manuel Amat y León; don Ezequiel y don Javier Belaúnde; don H. Alejandro, don J. Ignacio y don Pedro de Gamio; don Andrés, don Belisario y don Luis Llosa; don José Paz Soldán Morales; don José Moscoso Melgar, etc. Esta nueva información sobre la guerra del Pacífico en Arequipa no es sino una muestra de la actitud que tuvo su clase dirigente, en 1881, en la defensa a ultranza de la integridad del territorio nacional y la firme intención de no permitir por ningún motivo la desmembración del mismo.

 

 

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En Caretas Nº 1886, Lima, agosto 11, 2005, páginas 82-84, publicamos una nota al respecto, con el título de “Nevada olvidada”, pero con algunos errores cometidos por los editores, enmendados en el Nº 1887, página 88.

  (Publicado en “Arequipa al Día”, Arequipa, domingo 26 de marzo de 2006, páginas 1, 3, 4).