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Nanomateriales En esta sección discutiremos algunos de los nanomateriales más importantes y sus potenciales aplicaciones. Haremos un repaso de los materiales del carbono y de nano- objetos como nanopartículas, nanobarras, nanocápsulas, todos ellos productos de un control químico de síntesis exquisito. Abordaremos otro tema de gran impacto en el área y que está relacionado con la síntesis controlada de materiales que responden a estímulos. Finalmente nos centraremos en el concepto de autoensamblaje, como herramienta esencial de la nanotecnología para el desarrollo de capas finas, materiales nanoestructurados o con una organización jerárquica, imitando a la naturaleza. La emergencia de nuevos nanomateriales: el caso del carbono Anteriormente sólo se conocía, el diamante, el grafito (muy común en la mina de lápices) y el carbono amorfo (sin estructura cristalina aparente, común en el hollín) (Fig. 1). Figura 1. Distintas formas alotrópicas del carbono y sus estructuras

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Nanomateriales

En esta sección discutiremos algunos de los nanomateriales más importantes y sus

potenciales aplicaciones. Haremos un repaso de los materiales del carbono y de nano-

objetos como nanopartículas, nanobarras, nanocápsulas, todos ellos productos de un

control químico de síntesis exquisito. Abordaremos otro tema de gran impacto en el

área y que está relacionado con la síntesis controlada de materiales que responden a

estímulos. Finalmente nos centraremos en el concepto de autoensamblaje, como

herramienta esencial de la nanotecnología para el desarrollo de capas finas, materiales

nanoestructurados o con una organización jerárquica, imitando a la naturaleza.

La emergencia de nuevos nanomateriales: el caso del carbono

Anteriormente sólo se conocía, el diamante, el grafito (muy común en la mina de

lápices) y el carbono amorfo (sin estructura cristalina aparente, común en el hollín) (Fig.

1).

Figura 1. Distintas formas alotrópicas del carbono y sus estructuras

Figura 2. Nueva formas alotrópicas del carbono descubiertas en la década de los ochenta

(fulereno) y de los noventa (nanotubos de carbono).

Sin embargo en estas últimas décadas hemos sido testigos del descubrimiento de

nuevas formas alotrópicas del carbono como el fulereno y los nanotubos de carbono

(Fig.2). También se pudo lograr el aislamiento del grafeno a partir del grafito (por lo

que otorgaron el premio nobel de física en el 2010),.

Dimensionalidad de los materiales de carbono

El grafito o el diamante son estructuras tridimensionales (3D), mientras que el grafeno

es una estructura bi-dimensional (2D). Los nanotubos de carbono pueden ser

considerados como estructuras quasi-unidimensionales (1D) y el fulereno como cero-

dimensional (0-D). La dimensión tiene repercusiones en la densidad de estados

electrónicas de estos materiales y en su conductividad eléctrica. La importancia de la

dimensionalidad será tema de estudio en cursos superiores.

Figura 3. Dimensionalidad de los materiales de carbono.

Fulerenos

Los fulerenos fueron descubiertos en la década de los ochentas y en 1996 se otorgó el

premio nobel por tal hallazgo (Kroto, Curl y Smalley). Se presentan generalmente en

forma de esferas. EL fulereno más conocido está formado por 60 átomos de carbono

(C60), y se asemeja a un balón de fútbol, constituido por 20 hexágonos y 12 pentágonos,

con un átomo de carbono en cada una de las esquinas de los hexágonos. A veces recibe

el nombre de buckminsterfulereno y viene del nombre de un famoso arquitecto que

realizó una construcción similar a la molécula de fulereno. El fulereno C20 es el más

pequeño de todos, no tiene hexágonos, sólo 12 pentágonos, mientras que el C70, tiene 12

pentágonos al igual que el buckminsterfulereno, pero tiene más hexágonos, y su forma

en este caso se asemeja un balón de rugby.

Los fulerenos poseen alta resistencia térmica y pueden incorporar otros átomos en su

interior. Las posibles aplicaciones de los fulerenos han sido eclipsadas por los

nanotubos de carbono o el grafeno. A continuación nos centraremos en estos dos

últimos.

Nanotubos de carbono

Sus remarcables propiedades y potenciales aplicaciones en multitud de campos, hacen

de este alótropo del carbono una de las áreas más excitantes de la ciencia moderna.

Figura 4. Los nanotubos se pueden racionalizar como una lámina de grafeno enrollada.

La forma en que se enrolla determina su estructura y también sus propiedades.

En 1991, Iijima descubrió los nanotubos de carbono de múltiples capas (MWNTs)

aunque científicos rusos habían observado estructuras similares en la década de los

cincuenta pero que no tuvieron difusión por el problema de la guerra fría. En 1993 se

sintetizaron mediante la misma técnica nanotubos de una sola capa (SWNTs), pero con

partículas catalizadoras de hierro o cobalto.

Los SWNTs consisten en una única pared de grafeno en forma cilíndrica. El diámetro

de éstos normalmente varía entre 1 y 2.5 nm. Los MWNT contienen más de una capa

coaxial de grafito, también en forma cilíndrica, separadas entre sí por 0.34 nm, distancia

similar a la separación de las capas en el grafito. El diámetro externo de los MWNT

puede llegar hasta los 50 nm y el interno hasta 8 nm. En cuanto a la longitud puede ser

muy variable e incluso se han llegado a fabricar SWNT de 18.5 cm de largo. Existen

otros tipos de nanotubos de carbono multi-capas no concéntricos como los llamados

bamboo o los herringbone (figura 5).

El enlace entre los átomos de carbono de los CNT es fundamentalmente de carácter sp2.

No obstante, también se pueden tener algunos defectos con carácter sp3 especialmente

en las zonas curvadas, como pueden ser los extremos cerrados.

Los nanotubos de carbono de una sola capa pueden ser racionalizados como una lámina

de grafeno enrollada. Dependiendo de la forma en que se la enrolla se puede obtener

diferentes nanotubos de carbono (nanotubos tipo zig-zag, nanotubos tipo brazo de

sillón, nanotubos quirales con estructura en forma de hélice). La forma en que se

enrollan los nanotubos junto con el diámetro de los mismos, definen en gran medida sus

propiedades, como por ejemplo, las propiedades electrónicas y ópticas. Más adelante

detallaremos más sobre sus propiedades electrónicas.

Figura 5. La forma en que se enrollan los nanotubos da lugar a distintas estructuras en

los nanotubos de una sola cara con propiedades diferentes. La figura muestras tres

vectores distintos que marcan la dirección en que se enrollan. En la parte inferior se

pueden observar distintas estructuras de los nanotubos multicapa.

Síntesis de los nanotubos de carbono

Básicamente se usan tres métodos para la obtención de CNT. Se trata de la ablación

láser, la descarga de arco y la deposición catalítica en fase vapor (CVD).

Descarga por arco

La descarga de arco fue el método usado por Iijima cuando en 1991 observó los

nanotubos de carbono aunque anteriormente se había utilizada para sintetizar fulerenos

con algunas variantes. La técnica consiste en dos electrodos de carbono en proximidad

en una cámara conectada a un flujo de helio y a una bomba de vacío. Al aplicar un

voltaje entre los dos electrodos el carbono se empieza a vaporizar debido a las altas

temperaturas generadas por el plasma creado entre los dos electrodos. Este carbono se

deposita en el cátodo, el cual debe estar bien refrigerado, formando así los CNT. La

Figura 6 representa esquemáticamente el funcionamiento de esta técnica.

Figura 6. Esquema del equipamiento para el crecimiento de nanotubos por descarga de

arco.

La descarga de arco es probablemente el método más sencillo y común. Produce tanto

SWNT como MWNT. Para los nanotubos SWNT se necesita adicionalmente la ayuda

de catalizadores (por ejemplo Fe, Ni). Los nanotubos que se forman son bastante rectos,

con muy baja densidad de defectos estructurales. Durante la síntesis de los nanotubos

también se forman particulados grafíticos que resultan muy difíciles de separar de los

nanotubos.

Vaporización por láser

Consiste en un horno a temperatura de 1200 ºC por el que se hace pasar un flujo de gas

inerte, normalmente argón. Dentro del horno hay un cilindro de grafito, dopado con

pequeñas cantidades de metal catalítico (cobalto y níquel) que se coloca en el centro del

horno. El carbono se vaporiza mediante irradiación láser y condensa en un refrigerante

de cobre en forma de nanotubo de carbono.

Figura 7. Equipamiento para el crecimiento de nanotubos por ablación láser.

Crecimiento por CVD

El crecimiento de nanotubos por esta técnica puede hacerse en forma masiva (bulk) o

más controlada sobre sustratos de silicio y necesitan la presencia de un catalizador. Por

ejemplo en el caso en el que se usan sustratos de silicio, se dispersan primero partículas

catalizadoras sobre la oblea de silicio (partículas de Fe para nanotubos SWNT, Co o Ni

para MWNT). Estos sustratos se introducen en un horno y se calientan a temperaturas

de 900ºC (para SWNT) o 700 ºC (para MWNT) y en presencia de una mezcla de gases

(argón e hidrógeno y el gas que proporciona el carbono (hidrocarburos tales como

metano, acetileno).

El mecanismo de crecimiento se puede describir de la siguiente manera: adsorción

disociativa de hidrocarburos sobre la superficie del catalizador,

CH4 -> C + H2

El carbono que se produce se difunde a través del catalizador formando una disolución

que posteriormente se satura y se segrega hacia la superficie del catalizador formando

los nanotubos de carbono. Una descripción del proceso de crecimiento se puede

observar en este link http://nano.mtu.edu/TCVD_CNT_start.html. Este tipo de

crecimiento ha sido tema de práctica de este curso. Se crecieron nanotubos de carbono

de una sola capa y se inspeccionaron por AFM.

Figura 8. Crecimiento por deposición química por vapor

Dependiendo de la interacción que tenga el catalizador con el sustrato, la nanopartícula

catalizadora puede quedar sobre el sustrato (interacción fuerte entre sustrato y

catalizador) o en la punta del nanotubo (interacción débil entre sustrato catalizador).

Figura 9. Distintas formas de crecimiento en CVD.

En general esta técnica genera nanotubos de carbono con más defectos (no son tan

rectos sino más bien de apariencia más tortuosa y a grandes densidades se presentan

como una red enmarañada similar a lo que se observa en un plato de spaghetti. La

tortuosidad de los nanotubos es debido a la mayor densidad de defectos por la baja

temperatura de síntesis en comparación con los productos que se obtienen por descarga

de arco. Temperaturas altas siempre conllevan a mejor calidad debido a mecanismos de

“annealing” de defectos (cura de defectos). Sin embargo la ventaja de esta técnica es

que es compatible con los materiales de la microelectrónica y se puede controlar la

densidad del crecimiento y localizar en lugares determinados (en forma de patternings)

y con distintas orientaciones por lo que resulta conveniente para el desarrollo de

dispositivos en base a nanotubos.

Una variante del crecimiento por CVD es el crecimiento con la aplicación de un campo

eléctrico (PECVD, plasma enhanced chemical vapor deposition). Con la aplicación de

un campo eléctrico se pueden crecer los nanotubos más rectos y alineados en la

dirección del campo.

El proceso de crecimiento por CVD en general proporciona un crecimiento controlado

que es aprovechado también para la fabricación de dispositivos electrónicos.

Figura 10. Crecimiento de nanotubos de carbono verticalmente orientados por CVD

mediante la aplicación de un campo eléctrico entre un cátodo y un ánodo.

Propiedades electrónicas y ópticas

Los nanotubos, especialmente los de una sola cara, presentan gran riqueza en sus

propiedades electrónicas. Los nanotubos de carbono pueden tener un amplio margen de

conductividades desde conductores a semiconductores que viene dado por relaciones

fundamentalmente geométricas en función de su diámetro, de su quiralidad (es decir de

la forma en que se enrollan los nanotubos) y el número de capas en su composición. La

figura 11 muestra la estructura de bandas para un nanotubo SWNT conductor y uno

semiconductor que se han enrollado en forma distinta. Se puede observar que en el

nanotubo conductor las bandas de valencia y conducción se cruzan (en forma de x), que

es lo esperado para un material conductor. En cambio en el nanotubo semiconductor

existe una banda prohibida (band gap) entre la banda de valencia y conducción. Las

propiedades electrónicas de los nanotubos de carbono no sólo cambian por la manera en

que se enrollan, es decir por su quiralidad, sino también con el diámetro de los mismos.

Se ha observado que el band-gap de los nanotubos SWNT aumenta a medida que

disminuye el diámetro del nanotubo de carbono. Las propiedades electrónicas de los

nanotubos también pueden cambiar aplicando campos magnéticos o deformándolos

mecánicamente. Sin embargo los nanotubos de tipo multi-wall tienen normalmente

carácter metálico.

Figua 11. Propiedades electrónicas de los nanotubos de carbono. Diagrama de bandas

para un conductor metálico y un semiconductor. Las características electrónicas se

pueden medir con un dispositivo llamado transistor de efecto de campo, esquema que se

ve entre los dos gráficos del diagrama de bandas. Un transistor consiste en dos

electrodos contactados al nanotubo (electrodos fuente y drenador) y un tercer electrodo

que no está en contaacto con el nanotubo (electrodo puerta). Se aplica un voltaje entre

fuente y drenador y circula una corriente que puede ser modificada o modulada al

aplicar otro voltaje entre el electrodo puerta y el electrodo fuente. Ese voltaje que se

aplica a través del voltaje puerta hace variar lo que se llama el nivel del fermi (Ef)1 de

los nanotubos a través del diagrama de bandas. En la parte inferior se pueden observar

dos gráficos donde se representa la corriente o conductividad que circula en el nanotubo

con respecto a ese voltaje puerta. Se puede observar que en un nanotubo conductor esa

conductividad es constante, al variar el potencial puerta, Ef va barriendo el diagrama de

bandas y en todo momento hay estados electrónicos accesibles, la corriente es siempre

constante y no se modula. En cambio en un semiconductor, llega un momento donde al

variar el potencial puerta nos encontramos con el band-gap donde la densidad de

estados electrónicos es cero. Por lo tanto la corriente caerá en esa región. El gráfico

muestra cómo la corriente varía, es decir se modula, desde un estado conductor (“on”) a

un estado no conductor (“off”). Estas características son las mismas que se observan en

los circuitos integrados de ordenadores, donde se utilizan estos transistores como parte

esencial para el procesamiento de las señales. En la figura también se presentan

esquemas del carácter balístico de los nanotubos de una sola cara. Los nanotubos

multicapas no se pueden comportar como transistores, tienen carácter metálico y su

conductividad no puede ser modulada con un voltaje puerta.

Además de estas características los nanotubos de carbono poseen una altísima

capacidad para transportar alta densidad de carga (mil veces más que el cobre). Además

los electrones pueden conducir balísticamente, es decir sin casi ser dispersados por

colisiones. Cabe destacar que en conductores normales el transporte de electrones es

difusivo, es decir los electrones sufren colisiones a medida que avanzan.

Los nanotubos de una sola capa al tener un carácter casi unidimensional tienen un

diagrama de densidad de estados electrónicos muy característico en forma de picos. La

figura muestra la densidad de estados electrónicos en la banda de conducción (estados

electrónicos no ocupados) y la banda de valencia (estados ocupados) y se puede

observar los picos en ambas bandas. Esto hace que sus propiedades ópticas sean muy

ricas. Pueden absorber radiación de distintas longitudes de onda y tener transiciones

electrónicas entre los diferentes picos. Por eso se dice que los nanotubos son activos

ópticamente en un amplio intervalo de longitudes de onda, infrarrojo cercano, visible,

ultra violeta (absorción, fluorescencia) y activos para espectroscopia Raman2.

1 Energía de fermi es la energía del nivel electrónico más alto ocupado

2 Espectroscopía Raman es una técnica que permite estudiar modos de vibración de moléculas. Se basa

en la dispersión inelástica de la radiación al interactuar con la materia y es complementaria de la

espectroscopía infrarroja que también estudia los modos vibratorios de la moléculas..1

Figura 12. Los nanotubos al tener un carácter unidimensional presentan un diagrama de

densidad de estados muy característico. En la figura se puede observar la aparición de

unos picos en ambos lados de la banda de valencia y la de conducción. Puede ocurrir

transferencia electrónicas entre esos picos por absorción de radiación en un amplio

intervalo de longitudes de ondas. En el diagrama de abajo se observa distintas

transiciones para un nanotubo metálico (el de la izquierda) y uno semiconductor (el de

la derecha).

Propiedades químicas

Los nanotubos de carbono poseen una hibridación sp2 y son bastante inertes desde el

punto de vista químico. Poseen una reactividad intermedia entre el grafito y los

fulerenos. La reactividad química se debe a la deformación de los orbitales p por efecto

de la curvatura (la curvatura generan tensión en los enlaces y buscan reaccionar para

liberar esa tensión). Los fulerenos son los que poseen la mayor deformación en los

orbitales y por ende son los más reactivos.

Figura 13. Esquema de las distintas estructuras del carbono mostrando los orbitales p.

En el nanotubo y en los fulerenos esos orbitales p se encuentran deformados por el

efecto de la curvatura.

También se espera una cierta anisotropía química en los nanotubos de carbono. Las

puntas cerradas de los nanotubos, poseen una curvatura mayor y por ende una mayor

deformación de los orbitales que en otras partes del nanotubo. Esto hace que las puntas

sean más reactivas. Si las puntas están abiertas generalmente se las encuentra

funcionalizadas con grupos oxígeno con hibridación sp3 y siguen siendo más reactivas

que las paredes de los nanotubos. Esta reactividad química anisotrópica (más reactivo

en las puntas que en las paredes) resulta ventajosa para funcionalizar los nanotubos con

otras moléculas o biomoléculas en sus puntas. La funcionalización en las paredes es

más difícil pero existen numerosos ejemplos en literatura. Los defectos en las paredes

(por ej. defectos en donde el enlace es sp3) también son centros activos para reaccionar

químicamente.

Figura 14. Los nanotubos son químicamente anisotrópicos, las puntas son más reactivas

que las paredes. Si las puntas están abiertas se encuentran funcionalizadas con especies

oxigenadas reactivas (por ej. –COOH, hibridación sp3) que se las puede usar para

enlazar moléculas covalentemente. En las paredes puede haber centros reactivos

similares como consecuencia de defectos y con hibridación sp3.

Muchas veces se busca funcionalizar las paredes pero de manera tal que no perturbe la

conductividad eléctrica de la red de carbono. Es decir se trata de evitar enlaces

covalentes, ya que los al generar este tipo de enlaces se pierde la hibridación sp2 y pasa

a sp3 interrumpiendo la conductividad eléctrica. Para no perturbar la hibridación sp2 las

paredes de los nanotubos pueden ser funcionalizadas con grupos pirenos formados por

cuatros anillos bencénicos condensados, como si fueran oligómeros del grafeno

(pequeñísmos pedacitos de benceno). Estos grupos pirenos pueden a su vez tener un

grupo funcional terminal que puede ser utilizado para anclar otras especies o

(bio)moléculas. Así la parte de los anillos bencénicos interaccionan con la pared de los

nanotubos de carbono a través de interacciones no covalentes tipo stacking (son las

mismas interacciones de atracción que mantienen unidas las capas de grafeno en el

grafito). Por otra parte los grupos funcionales terminales del pireno quedan así

disponibles para anclar otras (bio)moléculas.

Otra funcionalización física de los nanotubos de carbono que no involucra enlaces

covalentes es mediante polímeros o surfactantes que poseen una parte polar y otra no

polar (parte de debajo de la figura). Los polímeros tienden a enrollarse sobre el

nanotubo de manera tal que la parte no polar queda en contacto con el nanotubo y la

parte polar queda en contacto con el solvente. Este tipo de polímeros ayuda al

procesamiento de los nanotubos de carbono. Los nanotubos son muy hidrofóbicos,

interactúan entres sí formando ramilletes y resulta imposible dispersarlos en agua. Esto

es un problema muy grande que limita las amplias aplicaciones que pueden tener. Sin

embargo el uso de estos polímeros ha permitido superar estos obstáculos haciendo

posible su dispersión en agua y abriendo el panorama en cuanto a las aplicaciones que

se esperan de estos materiales en medio acuosos.

Figura 15. Modificación no covalente de los nanotubos. En la parte de arriba de la

figura se observa la funcionalización de los nanotubos mediante grupos pirenos con

grupos funcionales terminales. Los anillos bencénicos condensados interaccionan

mediante interacciones π-π y los grupos funcionales libres del pireno sirven para anclar

covalentemente moléculas o (bio)moléculas.

En la parte de abajo se observa también la interacción física (fisiadsorción) de proteínas

o ADN con los nanotubos. Estas moléculas tienen una parte no polar que interaccionan

con las paredes hidrofóbicas del nanotubo y una parte polar más en contacto con el

solvente acuoso.

Propiedades electroquímicas

Los nanotubos de carbono también tienen propiedades electroquímicas muy notables

que hacen que los mismos sean usados como un material de electrodo. Las propiedades

electroquímicas son también anisotrópicas, en las puntas de los nanotubos la reacciones

de transferencia de electrones (ya sea en un proceso de oxidación o de reducción) es

mucho más rápida que en las paredes de los nanotubos. Por otra parte, la gran área

superficial de los nanotubos de carbono hacen que mayor número de (bio)moléculas con

capacidades rédox puedan anclarse o acercarse a la superficie para la producir la

transferencia de electrones. Eso hace que las corrientes de oxidación o reducción sean

altísimas comparadas con otros materiales de electrodo, que no tienen alta área

superficial.

Figura 16. Propiedades electroquímicas. Los nanotubos presentan anisotropía. Los

nanotubos son más reactivos a las reacciones de oxidación o reducción en las puntas que

en las paredes. Por otra parte, en un electrodo de nanotubos de carbono, la gran área

superficial de los mismos (dada por su forma tubular) permite que se acumulen mayor

número de moléculas redox en su superficie que lo esperado sobre un electrodo plano,

aumentando la señal electroquímica. La figura muestra este efecto para ADN acumulado

en un electrodo de nanotubos de carbono en comparación con un electrodo más plano de

carbono vítreo.

Los nanotubos poseen propiedades mecánicas excepcionales. La estabilidad y robustez

de los enlaces entre los átomos de carbono, del tipo sp2, les proporciona la capacidad de

ser la fibra más resistente que se puede fabricar hoy día. Son 10 veces más resistentes

que el acero y 6 veces más ligeros. Poseen un módulo de Young3 de 1 TPa. Frente a

esfuerzos de deformación muy intensos, son capaces de deformarse notablemente y de

mantenerse en un régimen elástico. En otras palabras, pueden funcionar como resortes

extremadamente firmes para pequeños esfuerzos y frente a cargas mayores pueden

deformarse drásticamente y retomar posteriormente su forma original.

Figura 17. Propiedades mecánicas. Los nanotubos son muy resistentes mecánicamente y

muy elásticos.

Aplicaciones

Los nanotubos de carbono han despertado un extremado interés en la comunidad

científica debido a sus potenciales aplicaciones.

3 Módulo de Young: parámetro que caracteriza el comportamiento elástico de los materiales. Los

nanotubos tienen un módulo de Young en el orden de los terapascales, 1012

pascales, un valor altísimo!

Figura 17. Esquema de las múltiples aplicaciones de los nanotubos de carbono

Gracias a sus propiedades electrónicas, los nanotubos pueden actuar como metales o

semiconductores en función de su estructura (quiralidad y diámetro). Los CNT son

idóneos para la producción de interconectores metálicos o transistores de efecto campo

(interruptores), gracias al transporte de electrones casi-balístico y su menor consumo

energético en comparación con los transistores de silicio. También podrían ser

utilizados como dispositivos nanoelectromecánicos, específicamente como resonadores.

Todos estos elementos son partes esenciales en la producción de circuitos integrados

para computación o telecomunicaciones.

Los CNT tienen baja densidad (entre 1.33 y 1.40 g/cm3, frente a los 2.7 g/cm3 del

aluminio) que conjuntamente con su alta resistencia a la tensión (mucho mayor que la

del acero) y su estabilidad térmica hacen prever su aplicación como material estructural

en polímeros y otros compuestos. Por ejemplo, se ha proyectado su uso en chalecos

salvavidas, hormigón resistente a terremotos, composites resistentes, etc.

Los CNT semiconductores sufren grandes cambios en su conductividad cuando son

expuestos a ciertos gases o (bio)moléculas. El cambio en esta propiedad los hace

apropiados como sensores4. También se los puede usar como electrodos en aplicaciones

electroquímicas (biosensores electroquímicos). También exhiben potenciales

4 Un sensor químico o bioquímico es un dispositivo que proporciona información cuantitativa y

cualitativa sobre parámetros físicos, químicos y biológicos. Constan de dos partes, un elemento de

reconocimiento que reacciona selectivamente con un determinado componente de la muestra y un

elemento transductor de la señal analítica producida cuando se reconoce el analito.

aplicaciones en dispositivos fotoelectrónicos, celdas solares, baterias, como vectores

terapéuticos en medicina (es decir como nanoobjetos que pueden transportar y liberar

drogas a lugares específicos de nuestro cuerpo), etc.

Los CNT son todavía un campo joven en expansión, y por tanto, queda todavía mucho

camino para vislumbrar sus aplicaciones reales. No obstante, han despertado grandes

expectativas, las cuales no serán fáciles de superar.

Grafeno

Se denomina grafeno a una sola capa de carbono que proviene de la estructura del

grafito. Es el material bi-dimensional (2-D) más delgado (espesor de 1 átomo, 0.3 nm),

es todo superficie y representa el material de mayor relación superficie/peso. Su

naturaleza se puede describir por analogía a un policiclo aromático carbonado de

tamaño casi infinito.

En el año 2004 se consiguió, por primera vez, extraer una capa de la estructura

tridimensional del grafito con la denominada técnica exfoliación micromecánica de

grafito. Este éxito ha conducido al estudio de las excepcionales propiedades físico-

químicas del grafeno.

Entre todas las propiedades estudiadas sobre el grafeno, quizá la más importante es son

las electrónicas, característica que lo hace ser un prometedor candidato para futuras

aplicaciones electrónicas las cuales serán explicadas con más detalle más adelante.

Técnicas de aislamiento y crecimiento del grafeno

Actualmente la producción de grafeno se lleva a cabo principalmente por tres vías. La

primera de ellas es la exfoliación mecánica a partir del grafito consistente en la

exfoliación mecánica de capas individuales de grafito. Para la exfoliación se usa cinta

adhesiva (scotch tape). Consiste en aplicar el adhesivo sobre grafito para sacar unas

capas de grafeno y luego se sigue exfoliando esas capas hasta conseguir la monocapa.

Esta monocapa se transfiere con la cinta adhesiva a un sustrato de silicio con un espesor

de óxido de silicio determinado que hace posible su inspección por microscopía óptica

(el espesor del óxido de silicio es determinante para poder ver si se trata de una

monocapa o multicapas de grafeno por interferencia óptica).

Figura 18. Aislamiento del grafeno. Exfoliación mecánica: uso de una cinta adhesiva o

de una punta de AFM en base a grafito.

Dentro de la exfoliación micromecánica también se ha usado una punta de AFM en base

a grafito que mediante interacción con la muestra con pequeños contactos intermitentes

permite dejar una pequeña capa de grafeno.

Este método de exfoliación mecánica a pesar de ser el que ha producido láminas de

grafeno de mayor calidad, sólo permite obtener una muy pequeña cantidad de grafeno

lo cual ha resultado útil para la medida de las propiedades intrínsecas del grafeno pero

lo convierte en un método inviable para la producción a media o gran escala.

Existen diversos métodos de producción a mayor escala pero a expensas de una calidad

de grafeno un poco menor. Dentro de estas técnicas se encuentra el crecimiento

epitaxial, en la que se intenta formar una capa de grafeno sobre una superficie plana de

algún material. Se ha empleado la técnica de deposición química por vapor para la

descomposición a altas temperaturas (1000ºC) de hidrocarburos de carbono (como el

metano) sobre sustratos metálicos como Ni o Cu. El carbono producido por la

descomposición de los hidrocarburos se reorganiza y combina en la superficie del metal

produciendo láminas de grafeno de una o varias capas de espesor. Otra aproximación

implica el tratamiento térmico de cristales de carburo de silicio (SiC) que causa la

evaporación de los átomos superficiales de silicio de modo que los átomos de carbono a

los que estos átomos estaban enlazados se reorganizan formando una única lámina de

grafeno.

Una tercera estrategia implica la exfoliación de grafito o derivados de grafito en fase

líquida para obtener dispersiones de láminas de grafeno. Empleando disolventes polares

(y con la ayuda de sonicación) se han conseguido dispersar láminas individuales de

grafeno a partir de grafito. El derivado de grafito más empleado para la obtención de

dispersiones de grafeno es el óxido de grafito. Se trata de un producto de oxidación del

grafito a partir del cual se obtienen dispersiones acuosas de láminas de óxido de

grafeno. Posteriormente se puede obtener las láminas de grafeno por reducción química.

También se ha utilizado nanotubos de carbono para producir láminas o tiras de grafeno.

Esta última se puede llevar a cabo mediante una oxidación localizada de los nanotubos

que se puede propagar en una dirección abriéndolos para generar una tira de grafeno.

Figura 19. Otras formas de obtención de una lámina de grafeno: crecimiento de una

monocapa de grafeno en sustratos de SiC, Ni o Cu; oxidación de grafito (exfoliación

química), dispersión de las láminas y posterior reducción de la lámina; apertura de

nanotubos con procesos de oxidación.

El crecimiento de grafeno sobre cobre mediante deposición química de vapor ha sido

tema de otra práctica durante el curso. Primero se creció el grafeno sobre el cobre

(observar la fig. 20, imagen de microscopía donde se observa que el grafeno ha crecido

formando múltiples dominios (que le da ese particular estructurado). El grafeno sobre

cobre no tiene muchas aplicaciones por lo que sería interesante transferirlo a otros

materiales, (por ejemplo silicio, materiales plásticos flexibles, etc), En la figura se

muestra la transferencia a una placa de silicio. Para ello se deposita primero un polímero

sobre la cara del grafeno, luego se hace etching (corrosión) del cobre con nitrato de

hierro para eliminarlo. Luego se lo lava y transfiere al sustrato deseado y posteriormente

se elimina el polímero con solventes orgánicos como la acetona. El polímero es

importante como soporte para poder manipular la lámina de grafeno, acordarse de que

tiene espesor atómico. Una imagen del grafeno transferido se puede observar también

en la figura por microscopía de fuerza atómica. En este caso la imagen ha sido tomada

con un zoom más grande que la imagen óptica y solo se pueden ver algunos dominios

del grafeno.

Figura 20. Distintos pasos del crecimiento y transferencia de grafeno a sustratos de

mayor utilidad.

Propiedades del grafeno

En este apartado nos concentraremos más en las propiedades eléctricas del grafeno. El

grafeno posee una hibridación sp2 con electrones en orbitales p por encima y por debajo

del plano. Los orbitales p se vuelven conjugados a lo largo del plano con electrones

deslocalizados que se mueven libremente.

En la Figura 21 se comparan los diagramas de bandas del grafeno y la de típicos

materiales metálicos, semiconductores y aislantes. Se observa que el grafeno se puede

considerar como un material con propiedades entre metálicas y semiconductoras. Las

bandas de valencia (parte más roja) y conducción (parte más grisácea) están

representadas como conos. Los materiales metálicos tienen la banda de conducción y

valencia en contacto, los semiconductores tienen un gap entre ambas bandas y en los

aislantes el gap es más pronunciado. En el caso del grafeno no existe gap entre la banda

de valencia y la banda de conducción por lo que no es un semiconductor pero tampoco

es un metal porque justo en el punto donde deberían tocarse la banda de valencia y de

conducción, la densidad de estados electrónicos igual a cero. Así se lo considera como

un semimetal. La movilidad de los electrones en el grafeno es altísima, en condiciones

óptimas, puede llegar a 105 cm

2 V

-1s

-1. Si comparamos esta movilidad eléctrica con la

del silicio (1500 cm2 V

-1s

-1) se demuestra claramente el carácter conductor del grafeno.

Además presentan la peculiaridad de que los electrones en el grafeno no se comportan

como partículas meramente cuánticas sino más bien relativísticas (siguen la teoría de la

relatividad), y como si no tuvieran masa. Los electrones pueden viajar alrededor de 106

m/s, 300 veces más bajo que la velocidad de la luz en el vacío, con bajísima resistencia,

presentando un transporte electrónico balístico similar a lo que se observaba en los

nanotubos de carbono.

Figura 21. Resumen de las propiedades electrónicas del grafeno. Parte superior,

diagrama de bandas en comparación con materiales metálicos, semiconductores y

aislantes. Los electrones se comportan como partículas relativísticas (electrodinámica

cuántica). Bajo la electrodinámica cuántica un electrón tendría el 100 % de probabilidad

de atravesar una barrera de potencial.

El grafeno también representa un material bastante tuneable (ajustable) en cuanto a sus

propiedades electrónicas. Pueden desarrollar un band gap de energía entre la banda de

valencia y conducción a medida que se lo confina en una dirección. Es decir si a la

lámina de grafeno se la empieza a estrechar para formar una cinta, el grafeno puede

pasar a ser un semiconductor, variando su band gap en forma inversamente proporcional

con el ancho de la tira de grafeno. Los electrones confinados en una tira pueden ser

descritos con el modelo de una partícula en una caja con una energía de gap Egap

~ a/W,

a es una constante y W es el ancho de la tira de grafeno.

Las propiedades eléctricas del grafeno ofrecen muchos efectos físicos que serán

estudiados en cursos superiores.

Figura 22. El grafeno puede pasar a ser un semiconductor de gap variable si se lo

confina en una dirección.

La hibridación sp2 y la conjugación de los electrones en los orbitales p también le

confiere propiedades mecánicas muy importantes al igual que en el caso de los

nanotubos de carbono. Poseen una extremadamente alta fuerza tensora y altísima

flexibilidad y resistencia mecánica con módulos de Young de 1 TPa similar a los

nanotubos.

Aplicaciones

El grafeno representa un material ideal no sólo para estudios fundamentales físico-

cuánticos (estudios teóricos que hasta el momento no se habían podido demostrar) sino

también un material muy rico para ser explotado en novedosas aplicaciones

tecnológicas. Es transparente, muy flexible y elástico, resistente, ligero, muy sensible a

cambios químicos y muy buen conductor térmico y eléctrico.

Figura 23. Aplicaciones del grafeno y su comparación con el silicio

Quizá su aplicación más interesante sea como parte integrante en dispositivos

nanoelectrónicos. Muchos dicen que el grafeno puede ser el nuevo silicio que reemplace

la micro/nanoelectrónica en el futuro.5 Combina aspectos de los semiconductores y de

los metales y con su altísima movilidad electrónica podría permitir el procesamiento

electrónico super rápido. Así el grafeno podría ser utilizado en circuitos integrados

como interconectores metálicos y como transistores (interruptores pero con el valor

añadido de tener la capacidad de procesar señales a altísima frecuencia y con mínima

disipación de calor). Pero sin embargo ajustar las propiedades semiconductoras todavía

es un gran desafío tecnológico por lo que su aplicación a la nanoelectrónica es un

objetivo a largo plazo.

El grafeno también es un material prometedor como dispositivo sensor químico y

bioquímico. Su conductividad es muy sensible a la presencia de moléculas sobre su

superficie. Por lo tanto la adsorción de una molécula sobre un dispositivo sensor de

grafeno puede ser traducida en una señal eléctrica al cambiar la conductividad del

dispositivo.

Además al ser un material extremadamente fuerte puede tener numerosas aplicaciones

en dispositivos nanoelectromecánicos (NEMs), como medidores de presión,

nanoresonadores, etc. Los nanoresonadores mecánicos se utilizan ampliamente en

computación y telecomunicaciones, para marcar el tiempo en los componentes

electrónicos y para estabilizar las transmisiones de ondas de radiofrecuencia. El grafeno

podría ser un candidato ideal para generar dispositivos resonadores de alta frecuencia.

También podrían tener aplicaciones como nanobalanzas que permitiesen detectar

5 Se considera que con la ayuda de técnicas de nanofabricación litográficas sea más versátil de cara a las

aplicaciones en nanoelectrónica (computación, telecomunicaciones, etc) que los nanotubos de carbono.

pequeñísimos cambios de masa (del orden de 1 átomo), similar a lo que podrían hacer

también los nanotubos de carbono.

Figura 24. Aplicaciones en la nanoelectrónica

Figura 25. Aplicaciones en sensores y dispositivos nanoelectromecánicos (NEMs).

Otras aplicaciones comprenden el uso de grafeno como material de electrodo

transparente en celdas fotovoltaicas, diodos emisores de luz (LEDs), pantallas táctiles,

etc. Con respecto a esta última aplicación, un grupo de investigación de Korea ha

sintetizado una pantalla táctil de grafeno. Aprovechando su elasticidad, esta pantalla

puede enrollarse sobre sí misma, hecho que la hace fácilmente portable. El mecanismo

de funcionamiento de esta pantalla se detalla en la Fig. 26. La pantalla está formada por

dos partes iguales separadas por una superficie polimérica y unos espaciadores. Cada

parte contiene unas pocas capas de grafeno cubiertas por el mismo polímero y en

contacto con un electrodo. Cuando el dispositivo está montado, no hay contacto entre la

capa superior de grafeno y la inferior. En el momento que se aplica una fuerza sobre la

cubierta polimérica superior, ésta provoca una deformación a la capa de grafeno

produciéndose el contacto entre éste y el inferior, conduciendo la corriente eléctrica.

Figura 26 a. Aplicaciones como electrodos transparentes y en pantallas táctiles.

Esquema de una pantalla táctil, ejerciendo presión en ciertas áreas se genera una

corriente eléctrica que permite procesar las señales.

Figura 26 b. Producción de una pantalla táctil en base a grafeno.

La gran flexibilidad del grafeno descrita con la aplicación de pantallas táctiles (su

facilidad para enrollar, para su portabilidad, o para poner el dispositivo en cualquier

lugar) se puede extender a las otras aplicaciones, ordenadores, sensores, celdas solares,

etc., lo que hace que el grafeno sea un material muy prometedor en el futuro con

capacidad superada para reemplazar al silicio.

Coloides

Los coloides son partículas dispersadas en un medio (líquido, sólido, gas) con tamaños

que pueden variar entre 1nm a 1 micra. Los sistemas coloidales ya empezaron a ser

investigados hace 150 años atrás pero con el advenimiento de la nanotecnología el

estudio y aplicación de estos sistemas han adquirido una gran relevancia. Las

propiedades de los coloides dependen de su tamaño/forma y están dominadas por

efectos superficiales. De particular interés son las interacciones partícula-partícula ya

que determinan la estabilidad de los sistemas coloidales. Varias fuerzas entran en juego,

fuerza de Van der Waals, electrostáticas, brownianas, viscosas, estéricas (por exclusión),

inerciales, gravitacionales (éstas dos últimas se hacen importantes con partículas

coloidales más grandes).

Figura 27. Clasificación de los coloides de acuerdo al estado de agregación de la fase

dispersada y el medio dispersante. Parte inferior, ejemplos de sistemas coloidales

Una forma de clasificar los coloides es agruparlos de acuerdo al estado de agregación

(sólido, líquido, gas) de la fase dispersada y del medio dispersante (sólido, líquido, gas).

Por ejemplo, un líquido puede dispersarse en forma de partículas (en gotitas) en un gas

para formar un aerosol, o en otro líquido para formar una emulsión, o en un sólido para

formar un gel así como un gas puede dispersarse en un líquido para formar espuma, etc.

En la figura 27 se muestra una clasificación con algunos ejemplos. También existen los

biocoloides y en nuestro organismo hay muchos ejemplos al respecto como las micelas

o el colesterol.

Figura 28. Ejemplos de biocoloides: micelas y algunas lipoproteínas como el colesterol.

Las micelas son partículas formadas por fosfolípidos (moléculas anfifílicas, que

contienen una parte polar (hidrofílica) y una no polar (hidrofóbica).

Algunas propiedades generales de los coloides

Propiedades cinéticas

Los coloides están sujetos al movimiento browniano que es el movimiento aleatorio en

forma de zig-zag. La difusión de un coloide siguiendo ese movimiento aleatorio puede

ser calculada a partir de la expresión que relaciona el desplazamiento cuadrado medio

con el coeficiente de difusión D y el tiempo.

∆𝑥 ̅̅ ̅̅ ̅ = 2𝐷𝑡

El coeficiente de difusión a su vez depende de la temperatura (T), del radio de la

partícula (r) y de la viscosidad del medio dispersante () a través de la relación

𝐷 =

Ejercicio: Estimar el tiempo que tarda en desplazarse una molécula o una nanopartícula coloidal una

distancia de 1 cm (Dmolec = 5×10-5

cm2/s y Dnanop = 2.2×10

-8cm

2/s)

Propiedades ópticas

Los sistemas coloidales presentan propiedades ópticas muy interesantes, parte de ellas

ya las hemos visto en el capítulo de propiedades dependientes del tamaño. Un fenómeno

muy característico de los sistemas coloidales es la dispersión de la luz. Cuando las

partículas presentan dimensiones similares a la longitud de onda de radiación incidente

se produce el efecto Tyndall (ver figura 29). Si las partículas son más pequeñas que la

longitud de onda del haz incidente se produce el fenómeno de dispersión Rayleigh,

donde las partículas son capaces de dispersar más la longitud de onda correspondiente al

azul y por ende muchas veces se puede observar una coloración azul (este fenómeno

explica la coloración azul del cielo debido a particulados muy pequeños que dispersan

la radiación correspondiente al azul).

Por otra parte también hay que mencionar que cuando el tamaño de las partículas es

muy pequeño y dependiendo de la naturaleza de la partícula (por ej. si es metálica) los

fenómenos de dispersión pueden disminuir y dominar más los fenómenos de absorción

de radiación como lo que se vio en capítulos anteriores con los plasmones superficiales

resonantes en nanopartículas metálicas. La absorción de radiación genera plasmones

que oscilan en resonancia con la frecuencia de la radiación incidente (ver capítulo

propiedades dependientes del tamaño y también más adelante en este resumen).

Figura 29: efecto Tyndall y dispersión Rayleigh en coloides.

Estabilidad de los coloides

Uno de los puntos críticos en coloides es poder mantener su estabilidad. Los sistemas

coloidales pueden sufrir agregación, coalescencia, sedimentación (esta última debido a

efectos gravitatorios, cuando la densidad de las partículas es mayor que el medio

dispersante, o cuando las partículas son gran mayor tamaño). También puede ocurrir el

efecto contrario a la sedimentación, cuando la densidad de las partículas es mucho

menor que el medio dispersante (creaming).

Figura 30. Típicos procesos en coloides. Procesos debido a la interacción entre las

partículas: dispersión, agregación (las partículas pueden mantener su tamaño pero están

agregadas), coalescencia (las partículas pierden sus tamaño para formar partículas de

tamaño mucho mayor por la fusión entre ellas). Los efectos de gravedad pueden dar

lugar a la sedimentación (la cual se favorece cuando el tamaño de la partícula es grande

o la densidad de las partículas es mucho mayor que la del medio dispersante) y el

proceso “creaming”, cuando la densidad de las partículas es mucho menor que la del

medio dispersante.

La estabilización de las partículas coloidales puede llevarse a cabo por interacciones

electrostáticas. Las partículas pueden contener grupos cargados y en presencia de un

líquido como el agua se genera una capa con contraiones alrededor de la partícula

(doble capa eléctrica). Las cargas generadas en las partículas producen una repulsión

electrostática que impide que las partículas de agreguen. Por otra parte, la doble capa

eléctrica tiene un cierto espesor que disminuye con el agregado de sales (la capa

disminuye y se hace más compacta neutralizando más las cargas generadas en la

superficie de las partículas). Ese agregado de sales que significa aumentar la fuerza

iónica, hace que las partículas se acerquen más peligrando su estabilidad (capítulo

propiedades dependientes del tamaño).

Figura 31. Estabilización de las partículas por interacciones electrostáticas, formación

de una doble capa. Fuerzas de repulsión dominan a las fuerzas de atracción de Van der

Waals

Figura 32. Al disminuir el espesor de la doble capa con el agregado de iones, los

contraiones neutralizan más la carga de las partículas, eso hace disminuir el espesor de

la doble capa eléctrica. Las partículas se acercan más peligrando su estabilización.

Los coloides pueden estabilizarse con polímeros. Las moléculas poliméricas crean una

fuerza repulsiva contrabalanceando las fuerzas atractivas de Van der Waals. Existen dos

modos de estabilizar los coloides con moléculas poliméricas,

- Estabilización estérica de coloides: moléculas poliméricas se anclan en la

superficie de la partícula formando una película que crea una fuerza repulsiva

que separa las partículas unas de otras.

- Estabilización por depleción de coloides: involucra moléculas poliméricas

libres (no ancladas en la superficie de la partícula) que crean la fuerza repulsiva

necesaria para que las partículas no se aproximen

Figura 33. Estabilización de coloides por el agregado de polímeros.

Nanopartículas coloidales y nanotecnología

Hay distintos tipos de nanopartículas coloidales que tienen una alta repercusión en la

nanotecnología y que van desde el tipo inorgánico al orgánico. Dentro de las

nanopartículas inorgánicas las dispersiones coloidales que más impacto han tenido en la

nanotecnología son las metálicas (Au, Ag, Pt, Cu), semiconductoras (PbS, Ag2S, CdS,

CdSe, CdTe, ZnSe, ZnTe, ZnS, TiO2, Ge, CaAs, InP) y magnéticas (Fe3O4). Las

aplicaciones son múltiples que van desde estudios fundamentales a su uso en

dispositivos sensores, en procesos de bioreconocimiento, como marcadores

ópticos/fluorescentes en aplicaciones de diagnóstico, como vectores terapéuticos para el

tratamiento de enfermedades, etc. Es de suma importancia destacar el gran impacto de

estas nanopartículas como catalizadores y también como nanomateriales en el desarrollo

de celdas solares y láseres o diodos emisores de luz.

A continuación veremos algunos de los aspectos más importantes de las nanopartículas

coloidales metálicas, semiconductoras y magnéticas que han sido explotados de cara a

las aplicaciones nanotecnológicas.

Figura 34. Distintas aplicaciones de nanopartículas metálicas y semiconducturas

Nanopartículas coloidales inorgánicas

Síntesis de nanopartículas inorgánicas

Síntesis de nanopartículas de oro coloidales

La receta más simple para sintetizar nanopartículas de oro consiste en la reducción

química del ácido tetracloro áurico (HAuCl4). Típicos agentes reductores químicos son

el ácido cítrico y el borohidruro de sodio (NaBH4). El proceso de formación de las

nanopartículas metálicas consiste primero en una nucleación, es decir primero se forman

unas semillas de oro metálico que después van creciendo con el progreso de la reacción

(proceso de crecimiento). Para que las nanopartículas que van creciendo no colapsen o

se agreguen se necesitan estabilizantes que mantengan la dispersión de las mismas. El

citrato actúa como agente reductor y como estabilizante a la vez, está cargado

negativamente y se puede adsorber sobre la nanopartícula que se va formando,

confiriéndole una carga negativa y por ende una repulsión electrostática entre las

partículas que se van formando. En el caso en que se usa NaBH4, se puede agregar ácido

cítrico para la estabilización o tioles (RSH, cadenas alquílicas terminadas en grupos –

SH que tiene alta afinidad por el Au). Estos tioles cubren la superficie del oro que va

creciendo estabilizando las partículas estéricamente (como se discutió anteriormente en

el apartado estabilización de coloides).

Figura 35. Distintos métodos en la síntesis de nanopartículas de oro.

La síntesis de nanopartículas de oro también ha sido la temática de una práctica en el

curso. Se sintetizaron usando el primer ejemplo, mediante reducción con ácido cítrico.

Se analizaron sus propiedades ópticas mediante espectrofotometría visble y su

morfología mediante microscopía electrónica por transmisión.

Síntesis de nanopartículas semiconductoras CdSe coloidales

Para sintetizar CdSe se parte de sus precursores metálicos (CdO y Se) y surfactantes

(como TOPO, TOP que son compuestos orgánicos en base a fosfinas) en un solvente

adecuado. El proceso se realiza a alta temperaturas (260-270ºC) y en una atmósfera

inerte (con nitrógeno). A medida que van creciendo las partículas, la solución va

cambiando de color y se puede parar a distintos tiempos dependiendo del tamaño de

partícula que se quiere obtener.

Figura 36. Típica vía de síntesis de nanopartículas de CdSe.

Ejemplos de otras vías de síntesis: síntesis a partir de moldes o cápsulas

Las nanopartículas se pueden sintetizar a partir de micelas (que se usan como cápsulas)

formando emulsiones en un solvente no polar. Esta técnica se ha utilizado para sintetizar

CdS a partir de micelas inversas, en una micela se atrapa el ión Cd y en otra iones

sulfuros. Se llaman micelas inversas porque la parte polar de las micelas queda

orientadas en el interior en contacto con las especies solubles en medio acuoso (iones

cadmio o iones sulfuro) quedando estas especies atrapadas en el interior de las micelas.6

Cuando ambas micelas colisionan se produce la coalescencia de las mismas. En su

interior se juntan los iones cadmio y sulfuro formando para formar las nanopartículas de

CdS.

Otro tipo de molde que se puede usar es la cápsula proteica de la ferritina. La ferritina es

una proteína que encapsula óxido de hierro. Si se saca el óxido de hierro, queda una

cápsula proteica que puede ser utilizada como un reactor. Dentro de esa cápsula se

pueden poner otros iones metálicos (iones plata, oro, etc) y al agregar un agente químico

reductor se puede formar la nanopartícula en su interior. Posteriormente se puede

eliminar la capa proteica sometiendo el sistema a altas temperaturas.

El uso de moldes también permite fabricar partículas sobre una superficie. Un molde

típico es una monocapa autoensamblada de bolas de poliestireno. A través de ese molde

se deposita el material del que uno quiere que sea la partícula. Ese material se deposita

en los intersticios del molde. Posteriormente se eliminan las partículas y queda un

6 Se llaman micelas inversas en contraposición con las micelas que se pueden formar cuando el solvente

es acuoso o polar.

pattern triangular del material depositado. Posteriormente se calienta, y ese pattern pasa

a formar bolitas más esféricas.

Estos son algunos ejemplos pero existen numerosas metodologías para la fabricación de

nanopartículas metálicas o semiconductoras que seguramente serán profundizadas en

asignaturas futuras.

Figura 37. Algunas estrategias alternativas en la síntesis de nanopartículas.

Partículas inorgánicas aislantes: el caso de partículas de sílica (SiO2)

También existen otros tipo de partículas que son aislantes desde el punto de vista de sus

propiedades electrónicas pero que resultan muy interesantes porque pueden ser

altamente porosas. Son partículas de óxido de silicio y se sintetizan por la

policondensación de un precursor en base a silicio (tetraetil ortosilicato,TEOS) usando

alcohol y amoniaco como catalizador. Estas partículas tienen una alta densidad de poros

que pueden ser explotados para acumular y transportar carga ya sea en forma de drogas,

marcadores fluorescentes, etc. Una característica de estas partículas es su alta

biocompatibilidad. Se verán algunos ejemplos más adelante

Síntesis de partículas Janus

Las partículas Janus7 son partículas que la mitad de ellas tienen una funcionalidad

diferente o naturaleza diferente. Estas partículas resultan muy atractivas de cara a

aplicaciones. Por ejemplo para sintetizar una nanopartículas con doble funcionalidad (es

decir mitad de ella que tenga ciertos grupos funcionales y la otra mitad otros grupos) se

puede partir de una partícula homogénea. Esa partícula se la puede poner en una

interfase, es decir mitad queda atrapada en un medio y la otra mitad en otro, de tal

manera que uno puede funcionalizar una parte sin que se entere la otra parte. Un

ejemplo típico es poner esa partícula en una interfase entre parafina (un compuesto

orgánico no polar) y agua. La parte que queda en contacto con el agua se la puede

someter a reacciones que le permitan generar distintos grupos funcionales sobre su

superficie (grupos que terminen con aminas, grupos carboxílicos, etc.), mientras que a la

otra cara embebida en la parafina no le pasa nada. Después que se ha funcionalizado la

cara expuesta al agua, se puede eliminar la parafina resultando una partícula asimétrica

que si se desea se la puede seguir funcionalizando de forma asimétrica en ambas caras.

Otra forma de generar partículas asimétricas es colocando la misma entre dos

electrodos. En la mitad de la cara de la partícula puede estar ocurriendo una oxidación y

en la otra cara una reducción cambiando de esta forma la química superficial de la

misma.

Figura 38. Partículas Janus: mitad de una naturaleza, mitad de otra. Una estrategia para

fabricar partículas Janus en base a colocar las partículas en una interfase de parafina y

7 Partículas Janus hacen referencia al dios de la mitología romana que tenía dos caras mirando hacia

ambos lados de su perfil. Janus era el dios de las puertas, los comienzos y los finales. Por eso le fue

consagrado el primer mes del año (que en español pasó del latín Ianuarius a Janeiro y Janero y de ahí

derivó a Enero

agua o atraparla entre dos electrodos donde las reacciones de oxidación y reducción

sobre sus caras la modifican asimétricamente.

Nanopartículas core-shell (corazón y caparazón): hacia el desarrollo de

nanopartículas multifuncionales

Las nanopartículas pueden ser sintetizadas de tal manera que contengan un material en

el centro y otro material más externo (en su coraza). Por ejemplo en el caso de los

quantum dots en base a CdSe muchas veces están recubiertos por otro material ZnS que

le confiere mayor estabilidad evitando la degradación (oxidación) del CdSe y por ende

la pérdida de sus propiedades ópticas. Otro ejemplo son las partículas de oro recubiertas

por material magnético en base a hierro que le confiere, aparte de las propiedades

típicas de las nanopartículas de oro, propiedades magnéticas aumentando su potencial

de aplicación por ejemplo en la nanomedicina.

Figura 39. Ejemplos de partículas core-shell.

Síntesis de nanopartículas de otras formas

Se pueden sintetizar nanopartículas de diferentes formas, triangulares, en forma de

barras, tetrápodos, etc. El ajuste de la forma de las nanopartículas depende del control

de los procesos de nucleación de las semillas metálicas y de su crecimiento, las

distintas caras cristalinas que se van formando, el uso surfactantes, etc. Por ejemplo si

se sintetiza nanopartículas de oro por el típico proceso de reducción química de iones

oro, se formará primero unas semillas metálicas (nucleación del metal) posteriormente

esas semillas irán aumentando su tamaño (crecimiento) y luego empiezan a desarrollar

un facetado (distintas caras cristalinas se van exponiendo en su superficie). Si se agrega

un surfactante (uno típico es un surfactante catiónico, CTBA el cual está formado por

una cadena alquílica y al final un grupo funcional amino cargado positivamente), este

surfactante se pegará en las caras cristalinas más reactivas (por ejemplo una cara

reactiva es la 100 en la que los átomos superficiales forman una estructura cuadrada más

abierta, distinta a la cara 111 en que los átomos forman un arreglo hexagonal más

compacta y estable)8. De esta manera si la partícula sigue creciendo lo hará solo a lo

largo de la cara menos reactiva (por ejemplo la 111) ya que las otras caras estarán

bloqueadas por el surfactante. De esta forma se puede hacer que crezca

preferencialmente en una dirección formando estructuras asimétricas.

Figura 40. Ejemplos de nanopartículas de distintos tamaños. La forma de estas

partículas repercute en las propiedades ópticas de las mismas.

8 La reactividad de las distintas caras cristalinas se vio en el capítulo de propiedades dependientes del

tamaño y está relacionado con el número de vecinos que tiene alrededor de un átomo central.

Figura 41. Estrategia para la síntesis de una nanobarra o nanohilo de oro.

También se pueden sintetizar nanobarras con la característica Janus. Una forma de

hacerlo es usando moldes en base a alúmina. La alúmina es una membrana muy porosa

con poros muy uniformes y bien periódicos. Primero se deposita en los poros un

material (por ejemplo metal 1) y luego se deposita el segundo material (metal 2).

Posteriormente se elimina la membrana poniéndola en un medio muy básico y se recoge

las barras bimetálicas formadas en los poros.

Figura 42. Síntesis de nanobarras bimetálicas con membranas de alúmina.

Propiedades de las nanopartículas

Nanopartículas metálicas

Muchas de las aplicaciones de las nanopartículas metálicas están relacionadas con sus

interesantes propiedades ópticas, las cuales ya se han discutido en propiedades

dependientes del tamaño. Los electrones libres de las nanoparticulas metálicas

interaccionan con la radiación generando plasmones superficiales resonantes (los

electrones superficiales oscilan colectivamente con la frecuencia de la radiación

incidente). La coloración de las nanopartículas metálicas se debe en parte a la dispersión

de la radiación y a la absorción por los plasmones superficiales resonantes. La absorción

por plasmones a su vez depende de la forma, tamaño, naturaleza del metal, orientación y

medio ambiente y se dá normalmente cuando la longitud de radiación incidente es

mayor que el diámetro de la nanopartícula.

Figura 43. Propiedades ópticas de las nanopartículas metálicas. Su coloración es debido

a la dispersión de la radiación (dominante en partículas de mayor tamaño) o por la

excitación de plasmones superficiales.

Figura 44. Espectro de absorción de nanopartículas metálicas por plasmones

superficiales (los picos corresponden a la máxima absorción). Estos espectros se han

tomado con la técnica espectro fotometría visible. La absorción por plasmón se da

normalmente cuando la longitud de onda incidente es mayor que el diámetro de la

nanopartícula. En la figura se puede observar que los espectros de absorción cambian al

variar la forma y el diámetro de la partícula.

Nanopartículas semiconductoras

Las nanopartículas semiconductoras (también llamadas quantum dots, puntos

cuánticos) presentan propiedades ópticas de gran relevancia y que también han sido

descritas en el capítulo propiedades dependientes del tamaño.

Figura 45. Ejemplos de nanopartículas semiconductoras.

Figura 46. Propiedades ópticas en nanopartículas semiconductoras: emisión de

fluorescencia. Variación de la longitud de onda de la emisión con el tamaño: efecto de

confinamiento.

A medida que disminuyen su tamaño, el efecto de confinamiento de los electrones en el

material se hace más pronunciado. Como consecuencia el band gap aumenta y los

niveles energéticos empiezan a discretizarse o cuantizarse. Al aumentar el band-gap se

necesita una longitud de onda de mayor energía (generalmente en la zona del UV) para

que los electrones pasen a la banda de conducción. Los electrones que han pasado a la

banda de conducción pueden relajarse, es decir volver a la banda de valencia, emitiendo

radiación dentro del visible. La longitud de onda a la cual emiten es proporcional al gap

energético. Es decir cuanto más grande sea el gap, emitirán radiación de mayor energía,

es decir de menor longitud de onda. Por lo tanto, si el gap aumenta con la disminución

del tamaño, partículas más pequeñas emitirán más hacia la región del azul dentro del

visible y las más grandes hacia la región del rojo9. Así las nanopartículas

semiconductoras pueden emitir a distintas longitudes de onda desarrollando una

coloración que va desde el rojo (para las más grandes) al azul (para las más pequeñas).

Este fenómeno de emisión de radiación que otorga coloración a las partículas se llama

fluorescencia y este principio se ha convertido en un fenómeno muy importante dentro

de la nanotecnología ya que estas partículas semiconductoras fluorescentes pueden ser

usadas como marcadores de gran aplicación en diversos ámbitos tecnológicos como en

la medicina para la detección del cáncer. Estos quantum dots presentan importantes

9 Acordarse de que en el intervalo de las longitudes de onda del visible, la longitud de onda del azul

corresponde a la menor longitud de onda del visible (mayor energía) y la del rojo a la mayor longitud de

onda del visible (menor energía)

ventajas en comparación con marcadores fluorescentes convencionales en base a típicas

moléculas orgánicas fluorescentes (ej. rodamina, fluoresceína). Una forma de evaluar la

capacidad de los marcadores fluorescente es mediante la caracterización de sus

espectros de excitación/emisión. Siempre se excita a una longitud de onda menor

(mayor energía) y la emisión se recoge a una longitud de onda mayor (de menor

energía). La forma y el intervalo de energías o longitudes de onda donde aparece la

banda de excitación y de emisión de los marcadores fluorescentes nos ayudarán a

entender las diferencias entre los quantum dots y los marcadores fluoerescentes

convencionales. Aquí detallaremos algunas diferencias:

- Los quantum dots poseen una banda de absorción o de excitación ancha. Eso quiere

decir que uno puede excitar en un intervalo amplio de longitudes de onda lo que

confiere mayor flexibilidad. En cambio los marcadores fluorescentes convencionales

poseen una banda de absorción muy discreta, es decir estrecha, por lo que se tendrá que

excitar a una determinada longitud de onda.

- Los espectros de excitación y emisión de los quantum dots están muy separados, no se

solapan y por lo tanto se evita interferencias. No es así en el caso de los marcadores

convencionales donde ambos espectros llegan a solaparse

- Los espectros de emisión de los quantum dots son bastante estrechos, uniformes y

varían con el tamaño. Eso permite que se pueda hacer multidetección. Es decir un

sustrato puede ser marcado con quantum dots de distintos tamaños. Como la banda de

excitación es ancha para todos ellos, se los puede excitar con la misma longitud de onda

y recoger la emisión por separado de cada uno de ellos. Los espectros de emisión de los

marcadores fluorescentes convencionales tienen colas anchas y la multidetección no es

tan factible.

Por otra parte los Qdots pueden ser 20 veces más brillantes y 100 veces más estables

que los fluoróforos orgánicos convencionales. Pero también pueden tener algunas

limitaciones como alto grado de enlaces insatisfechos, defectos superficiales, etc., que

pueden disminuir la eficiencia fluorescente. Pero estas pequeñas limitaciones no

eclipsan su performance y se están convirtiendo en los marcadores por excelencia de

altísima sensibilidad.

Figura 47. Resumen comparativo de las propiedades fluorescentes de Qdots

(nanopartículas semiconductoras) y fluoróforos convencionales (moléculas orgánicas

fluorescentes)

Figura 48. Qdots permiten hacer multidetección. Un sistema complejo puede ser

funcionalizado con Qdots de distintos tamaños y debido a la banda ancha de excitación

que tienen los Qdots, es posible excitar a una única longitud de onda y recoger la

emisión de cada uno de los Qdots (a distintas longitudes de onda).

Aplicaciones de sistemas coloidales en base a partículas metálicas,

semiconductoras y magnéticas

Partículas multifuncionales Aplicaciones en Nanomedicina (detección, diagnosis y

terapia in-situ)

Las nanopartículas pueden ser utilizadas como marcadores ópticos o magnéticos que

permitan localizar por imágenes la patología y a su vez transportar fármacos (vectores

terapéuticos). Los quantum dots con sus excelentes propiedades fluorescentes son

herramientas muy sensibles para ello. Las partículas metálicas también tienen

propiedades ópticas (plasmones superficiales) que permiten hacer esa tarea. Las

partículas magnéticas también dan un contraste por imagen en las tomografías por

resonancia magnética.

En el caso especial de las células cancerígenas se sabe que tienen una vascularización

muy alta es decir se generan muchos vasos sanguíneos locales que sirven para alimentar

a las propias células malignas y que puedan crecer a una alta velocidad. A su vez se

genera una mayor retención de las especies que viajan por la sangre en esas zonas

tumorales. Estas dos características dan lugar al fenómeno llamado EPR (Enhanced

Permeation and Retention, efecto de permeabilidad y retención aumentada). Este

fenómeno hace que muchos de los tratamientos de diagnóstico por imagen y

quimioterapia se hagan en forma pasiva. Es decir, si pusiésemos estos coloides

metálicos, magnéticos o semiconductores en nuestro organismo (ya sea para diagnóstico

por imagen o para liberar algún fármaco) habría una acumulación mayor de estas

partículas en las zonas tumorales. Sin embargo este transporte se podría hacer más

activo y específico si se funcionaliza las partículas con biomoléculas que actúen con

interacciones específicas del tipo ligando-receptor, tal como hemos mencionado

anteriormente. Es decir funcionalizarlas con anticuerpos que puedan reconocer

antígenos que se están expresando en la zona tumoral. Esto permitiría mejorar la

direccionalidad de fármacos anticancerosos en el organismo y evitar efectos en otras

partes del cuerpo.

Adicionalmente, las partículas metálicas y magnéticas presentan otra particularidad de

suma importancia que ayuda a generar nuevas estrategias en el tratamiento contra el

cáncer. Estas partículas pueden calentarse localmente y destruir las células

cancerígenas, fenómeno que se llama hipertermia. En el caso de las nanopartículas

metálicas se ha visto que dependiendo de su forma pueden no sólo absorber radiación en

el visible sino también en el infrarrojo cercano. Al absorber esas longitudes de onda, la

partícula emite calor, aumentando la temperatura a su alrededor. Las partículas de oro

en forma de nanocápsulas y las barras de oro pueden absorber radiación en el infrarrojo

siendo estas últimas las más eficientes. Así una vez que las partículas se han acumulado

en el tumor se puede hacer incidir un láser con radiación en el infrarrojo cercano e

inducir la hipertermia.

Figura 49. Hipertermia con nanocápsulas y barras de oro al absorber radiación en el IR-

cercano. Las nanobarras resultan más eficientes a la hora de absorber radiación. Si se

usan nanocápsulas de oro que adicionalmente tengan fármacos en su interior para hacer

el tratamiento más efectivo, al calentarse la nanocápsula se expande el oro rompiéndose

y liberando la droga al medio.

Para inducir la hipertermia en nano-objetos de oro se puede utilizar un láser con emisión

en el infrarrojo cercano, la única desventaja es que el láser tiene una penetración de

algunos micrómetros y puede ser utilizado para tratamientos superficiales, a no ser que

se usan algunas sondas en base a fibras ópticas que se puedan internalizar. Otra

alternativa que puede resultar más simple es la producción de hipertermia con

nanopartículas magnéticas sometidas a campos magnéticos oscilantes. Este tipo de

tratamiento ya ha sido aprobado por la comisión de administración de drogas y

alimentos (FDA). Para mayor información consultar http://www.magforce.de.

Figura 50. Hipertermia con nanopartículas magnéticas sometidas a campos magnéticos

oscilantes. La nanopartícula tiene una capa superficial orgánica que la hace

biocompatible. Se inyecta las partículas en la zona afectada que a su vez sirven de

agentes de contraste de imagen (MRI, magnetic resonance image). Posteriormente el

paciente es sometido a los campos magnéticos resonantes produciendo aumento local de

la temperatura en la zona afectada y la destrucción de las células malignas.

Estos vectores terapéuticos pueden ser sometidos a un transporte más activo hacia la

zona tumoral aumentando su velocidad en el torrente sanguíneo mediante reacciones

químicas que generen energía mecánica. Este tipo de aplicación se está estudiando y

tratando de miniaturizar para poder ser compatible en nuestro organismo. Un ejemplo

típico es el desarrollo de tubos catalíticos que se sintetizan por métodos fotolitográficos.

El tubo contiene una parte exterior de oro y una interior de platino. Si se lo pone en

contacto con una solución que contiene peróxido de hidrógeno se produce una reacción

catalítica en el interior del tubo, sobre sobre el Pt. El Pt descompone al peróxido para

producir protones y oxígeno (energía química), las burbujas de oxígeno autopropulsan

al tubo a una alta velocidad similar a lo que se observa en un cohete (energía mecánica).

Estos tubos son capaces de transportar carga y a una alta velocidad. Por supuesto que

esto necesita ser optimizado para su utilización en el organismo, alta concentración de

peróxido y de burbujas no son biocompatibles. Con la misma filosofía de transformar

energía química en energía mecánica se han sintetizado nanobarras asimétricas de oro y

platino, el Pt descompone al combustible (peróxido de hidrógeno) en oxígeno y

protones que se consumen en el otro extremo de la barra donde hay oro. Por lo tanto en

un extremo, en el Pt, hay mayor concentración de H+ (más positivo) y el otro extremo,

en el oro, menos H+, más negativo. Se genera entonces un campo eléctrico que hacer

mover la barra en el fluido, sin que el oxígeno llegue a formar burbujas. Este sistema no

alcanza la alta velocidad que el anterior pero tiene la ventaja que no hay formación de

burbujas. El tema de desarrollo de objetos catalíticos para transporte y liberación de

drogas es un tema de importante actividad científica tratando de miniaturizarlos más y

buscando nuevos combustibles alternativos al peróxido que sean más biocompatibles.

Figura 51. Motores catalíticos en base a tubos para transporte y liberación de carga. La

figura muestra también cómo puede transportar carga.

Figura 52. Motores catalíticos en base a nanobarras de oro y Pt para transporte y

liberación de drogas. La figura indica las reacciones químicas que se dan en ambas

partes de la barra. También se muestra la forma en que se los sintetiza: se deposita el

metal en un molde formado por alumina, una membrana que contiene poros muy

uniformes. El metal se deposita en los poros y luego se elimina la membrana de

alumina. Las nanobarras se han sintetizado en forma de composites con nanotubos de

carbono que le confiere mayor ligereza, aumentando su velocidad. También se le puede

agregar una porción magnética para direccionalizar el movimiento de la barra con

campos magnéticos externos.

Bajo el mismo contexto también existen otros nano-objetos catalíticos en estudio en

base a partículas porosas de óxido de silicio. Como ya se mencionó anteriormente estas

partículas son muy porosas y pueden albergar en su interior distintas especies (drogas,

marcadores fluorescentes, etc.). Se las puede sintetizar para trabajen en tándem (de a

dos partículas). Para ello se las debe funcionalizar previamente y por separado en forma

asimétrica (partícula Janus). Así una de ellas está mitad funcionalizada con una enzima

(glucosa oxidasa) y la otra parte con ADN. La otra partícula está funcionalizada con

otra enzima (catalasa) y la otra mitad con hebras de ADN complementarias a la primera

partícula. Cuando se las junta se unen en tándem por las hebras de ADN que son

complementarias. Luego se las pone en contacto con glucosa (el combustible). La

enzima glucosa oxidasa descompone la glucosa formando peróxido, el peróxido es

captado por la otra enzima (catalasa) para catalizar la producción de oxígeno que hace

que el tándem se autopropulse.

Figura 53. Partículas autocatalíticas tipo Janus en base óxido de silicio poroso. En su

interior pueden albergar distintas especies (carga A y B).

Aplicaciones en sensores químicos y bioquímicos

Las nanopartículas pueden estar integradas a dispositivos sensores para la determinación

de especies con aplicaciones en alimentos, medicina, medio ambiente, etc.

Tal como se mencionó anteriormente, un sensor químico o bioquímico es un dispositivo

que proporciona información cuantitativa y cualitativa sobre parámetros físicos,

químicos y biológicos. Constan de dos partes, un elemento de reconocimiento que

reacciona selectivamente con un determinado componente de la muestra y un elemento

transductor de la señal analítica producida cuando se reconoce el analito. En este

apartado discutiremos básicamente sensores en los que el proceso de detección de

especies puede ser registrado ópticamente, electrónicamente y electroquímicamente.

Antes de discutir ejemplos específicos, haremos un breve resumen de algunos de los

protocolos más comunes para modificar el sistema de nanopartículas y convertirlas en

elementos de reconocimiento selectivo especialmente para aplicaciones como

biosensores. Nos centraremos en elementos de reconocimiento que se pueden usar para

sensar un proceso de bioreconocimiento como proteínas (enzimas, anticuerpos), hebras

de ADN, etc.

Figura 54. Distintas estrategias de bioconjugación.

Las nanopartículas de oro pueden ser modificadas con proteínas a través de

interacciones electrostáticas. Las nanopartículas están cargadas negativamente y si se

ajusta el pH de la proteína de manera que en su conjunto tenga una carga neta positiva

(es decir pH por debajo de su punto isoeléctrico10

), entonces se originará una fuerza

electrostática atractiva entre nanopartícula y proteina favoreciendo su anclaje a la

superficie de oro. Las proteínas también pueden anclarse a través de grupos tioles (-SH),

ya que es sabido que los tioles tienen altísima afinidad por el oro. Hay aminoácidos en

las proteínas que contienen el grupo tiol (cisteína). Si las proteinas no tienen cisteína

muchas veces se las modifica para que puedan tener una funcionalidad tiol. Este tipo de

modificación se ha utilizado para modificar anticuerpos/antígenos, biotina y

estreptavidina y también el ADN. En este punto también recordaremos que los

bioreconocimientos más típicos (receptor-ligando) son entre antígenos y anticuerpos,

entre hebras complementarias de ADN, procesos enzimáticos (enzima-sustrato) y entre

ciertas proteínas como la biotina-estreptavidina.

Sensores ópticos

Existen numerosos ejemplos de sensores ópticos en base a nanopartículas metálicas.

Sólo discutiremos dos ejemplos sencillos.

Un típico ejemplo de sensor óptico es aquel en el que una suspensión de nanopartículas

de oro coloidal están modificadas con hebras de ADN con grupos tioles (ADN sonda)

que pueden reconocer al analito (ADN diana) por complementariedad. Antes de agregar

el analito presentarán cierta coloración debido a los plasmones superficiales. Si al

10

Punto isoeléctrico en proteínas: las proteínas pueden tener carga neta positiva (dada por la protonación

de los grupos NH2) o carga neta negativa dada por la desprotonación de los grupos-COOH. La carga neta

de la proteína dependerá del pH pero habrá un pH en el que la carga neta de la proteína el cual se

denomina punto isoeléctrico.

agregar el analito, éste es reconocido por las hebras de ADN de las nanopartículas,

entonces se producirá una agregación de las nanopartículas cambiando la coloración del

sistema coloidal.

Figura 55. Un sensor óptico por plasmones basados en el bioreconocimiento de hebras

de ADN.

Otro ejemplo lo constituye nanopartículas de oro funcionalizadas con una hebra de

ADN sonda que al final de la misma tiene una molécula orgánica fluorescente. La hebra

del ADN sonda tiene una secuencia de bases tales que cuando no interacciona con otra

hebra de ADN, se encuentra plegada sobre sí misma (algunas secuencias de las bases

interaccionan entre ellas mismas). Al plegarse el ADN sobre sí mismo, la molécula

fluorescente queda cerca de la nanopartícula de oro, por lo que ocurre una transferencia

de energía entre ellas. Al iluminar con radiación, la molécula absorbe energía que no

emite en forma de radiación fluorescente, sino que esa energía es transferida a la

nanopartícula de oro, bloqueándose el fenómeno de fluorescencia (fenómeno que se

llama quenching). Ahora bien, si al sistema se le agrega el analito (ADN diana) y si el

mismo es reconocido por el ADN sonda, éste interaccionará con su diana alejándose de

la partícula de oro. Al incidir radiación sobre la molécula fluorescente, ésta la absorberá

emitiéndola en forma de fluorescencia ya que estará alejada de la partícula de oro. Este

sistema actúa como un interruptor, no hay fluorescencia no hay reconocimiento, hay

fluorescencia el analito ha sido reconocido por el ADN sonda. Estos sensores se llaman

sensores por trasferencia de energía por resonancia de fluorescencia (FRET).

Figura 56. Sensores ópticos basados en fluorescencia

Sensores electroquímicos

Electrodos en base a nanopartículas han demostrado ser prometedores para monitorizar

la actividad catalítica de enzimas frente a su sustrato en forma muy eficiente. La

actividad catalítica se registra en base a una corriente electroquímica a través del

electrodo. Se ha visto que si se inmoviliza glucosa oxidasa sobre un electrodo que

contiene nanopartículas de oro, la eficiencia de la actividad enzimática puede aumentar

en gran medida en comparación con otros tipos de electrodos. La glucosa oxidasa es una

enzima redox que cataliza la reacción de oxidación de la glucosa.

Figura 57. Ejemplo de un electrodo en base a nanopartículas que están a su vez

modificadas con enzimas (glucosa oxidasa). Al agregar el sustrato enzimático la

actividad catalítica de la enzima es registrada por una corriente electroquímica.

También se han utilizado sensores electroquímicos de ADN en base a nanopartículas.

Un ejemplo consiste en funcionalizar el electrodo con ADN (sonda) para posteriormente

incubarlo con ADN diana que a su vez está modificado con partículas de oro por medio

de grupo tioles. Si hay bioreconocimiento, las nanopartículas de oro estarán próximas al

electrodo. Entonces se aplica un potencial para oxidarlas y convertirlas en iones oro

(Au3+

) quedando instantáneamente en proximidad al electrodo. Al aplicar un potencial

que produzca la reducción de los iones de oro, éstos formarán una capa de oro metálico

(Auo) sobre el electrodo. La corriente de reducción puede registrarse y será proporcional

a la concentración de partículas que habían estado interaccionando a través del ADN

diana con el ADN sonda. También se puede oxidar esa capa de oro metálica y registrar

la corriente de oxidación que también será una medida del bioreconocimiento entre las

hebras complementarias.

Figura 58. Sensor electroquímico en base a nanopartículas de oro para la detección del

bioreconocimiento de hebras de ADN.

Este tipo de metodología puede utilizarse para hacer multidetección electroquímica. El

electrodo puede modificarse con distintas hebras de ADN sonda y posteriormente

incubado con distintos ADNs dianas modificados con nanopartículas de distintas

naturaleza (CdS, PbS y ZnS). Si hay bioreconocimiento de las distintas dianas, las

nanopartículas de CdS, PbS y ZnS quedarían próximas al electrodo. Posteriormente se

puede someter el electrodo a oxidaciones y reducciones de cada uno de los metales

registrando la corriente electroquímica de estos procesos como indicativos del proceso

de bioreconocimiento de las distintas hebras dianas.

Figura 59. Multidetección de ADN, un sensor muy prometedor en el diagnóstico de

patologías o análisis de bacteria de alimentos o en medio ambiente, etc.

La detección electroquímica de ADN puede ser amplificada modificando el ADN diana

con nanotubos de carbono que sirva, a su vez, de plataforma para acumular numerosas

nanopartículas. Así si hay bioreconocimiento la señal electroquímica de oxidación o

reducción se ve ampliamente amplificada por la cantidad de nanopartículas acumuladas

en el nanotubo.

Figura 60. Sensores electroquímicos de ADN con respuesta amplificada mediante el uso

de nanotubos de carbono.

Sensores electrónicos

Siguiendo con sensores de ADN, un ejemplo de sensores electrónicos consiste en

funcionalizar una superficie con hebras de ADN sonda que a su vez tiene

nanoestructurados dos electrodos. Si este sistema se pone en contacto con hebras de

ADN diana modificadas con nanopartículas de oro a través de grupos tioles, las

nanopartículas quedarán inmovilizadas sobre la superficie si hay bioreconocimiento.

Posteriormente si se agrega iones Ag y un agente reductor, se formará Ag metálica

sobre las nanopartículas de oro, aumentando el tamaño de las partículas y contactándose

entre ellas. Al aplicar una diferencia de potencial entre los dos electrodos se generará

una corriente eléctrica entre los dos electrodos que será indicativa del proceso de

bioreconocimiento.

Figura 61. Sensor electrónico basado en el bioreconocimiento de ADN.

Aplicaciones en catálisis

Como ya se sabe las nanopartículas tienen propiedades catalíticas muy relevantes y el

desarrollo de catalizadores en base a nanopartículas es un área de suma importancia en

nanotecnología. Hemos visto en temas anteriores como nanopartículas de oro pueden

catalizar la reacción de CO a CO2. A veces esas nanopartículas pueden, inclusive,

suplantar a catalizadores naturales como las enzimas, como en el caso del ejemplo de

abajo donde (las nanopartículas de oro pueden catalizar la reacción de oxidación de

glucosa, tal como lo haría la enzima glucosa oxidasa).

En este apartado también discutiremos un ejemplo en que se usan partículas Janus para

catalizar reacciones orgánicas en el proceso de refinamiento de biocombustibles11

. Estas

partículas Janus se basan en óxido de silicio poroso que están funcionalizadas, la mitad

de su cara, con moléculas de carácter hidrofóbico y la otra mitad sin funcionalizar y con

carácter hidrofílico. A su vez estas partículas porosas están impregnadas con

nanopartículas de paladio que son las que catalizan las reacciones orgánicas. La mezcla

de biocombustible es una emulsión: un solvente orgánico que contienen gotas de

solvente acuosa. En ambos solventes hay especies que son más solubles en uno u otro

11

Biocombustibles: se producen orgánicamente y a diferencia de los combustibles fósiles son una fuente

de energía renovable. Los biocombustibles provienen de la biomasa: materia orgánica originada en un

proceso biológico, espontáneo o provocado, utilizable como fuente de energía. Para la obtención de los

biocombustibles se pueden utilizar especies de uso agrícola tales como el maíz o la mandioca, ricas en

carbohidratos, o plantas oleaginosas como la soja, girasol y palmas. También se pueden emplear especies

forestales como el eucalipto y los pinos.

solvente. Las partículas Janus de silicio con las nanopartículas de silicio se colocan en la

interfase del solvente orgánico y el acuoso con la cara hidrofílica orientado al solvente

acuoso y su cara hidrofóbica orientada hacia el solvente orgánica. Las partículas de

paladio catalizan reacciones en ambas fases. Si el producto de reacción en la fase

orgánica es más hidrofílico pasará entonces a la parte acuosa y si el producto de

reacción en la fase acuosa es más hidrofóbico entonces pasará a la a fase orgánica,

enriqueciendo ambas fases con distintos productos que posteriormente pueden ser

separados. Esta es la base del refinamiento para la generación de un biocombustible

adecuado.

Figura 62. Ejemplos de nanopartícuas en catálisis. Parte inferior derecha, partículas

Janus que catalizan reacciones orgánicas en una emulsión.

Nanopartículas coloidales orgánicas y otros nanomateriales

Existen otros nanomateriales en base a compuestos orgánicos. El material orgánico

puede comprender componentes lipídicos, poliméricos o proteicos.

Nanomateriales lipídicos

Ejemplos de nanomateriales lipídicos coloidales lo constituyen liposomas o micelas.

Los lípidos más comunes son los fosfolípidos, que consisten en una cabeza polar

formada por el grupo fosfato y una parte hidrofóbica formada por dos cadenas de ácidos

grasos. Los liposomas son vesículas en base a los componentes de la membrana lipídica

y se pueden formar sonicando pedazos de membrana lipídica. Así los liposomas estarán

formados por una bicapa de lípidos por lo que pueden encapsular solvente acuoso y por

lo tanto especies hidrofílicas. Presentan tamaños variables entre 50 a 800nm. Las

micelas en cambio están formadas por una monocapa lipídica y en un solvente acuoso

se orientan de tal forma que en su interior se ubican los ácidos grasos y en su exterior

las cabezas polares de los fosfatos en contacto con el agua.

Nanomateriales en base a polímeros

Los polisomas son cápsulas formadas por una bicapa de polímeros que tienen una parte

polar hidrofílica y otra no polar hidrofóbica, simulando a los liposomas.

Los dendrímeros son macromoléculas poliméricas sintéticas altamente ramificadas que

pueden llegar a formar estructuras tridimensionales. Parten de un núcleo, a partir del

cual se van formando capas químicas consecutivas. Cada capa se va ramificando

progresivamente y recibe el nombre de generación, (generación 0, generación 1, etc.).

La ramificación incrementa con cada generación. Como consecuencia de su estructura

en forma de árbol, exhibe cavidades y canales que pueden ser utilizados para atrapar

moléculas para diversas aplicaciones. Presentan tamaños uniformes (que dependiendo

de la ramificación podrían llegar hasta los 15 nm de diámetro). Su parte exterior puede

ser funcionalizada con grupos ácidos carboxílicos o con grupos básicos aminos que

pueden ser utilizados para anclar (bio) moléculas o para controlar propiedades, son

solubles en agua y su peso molecular es controlable.

También se pueden sintetizar partículas tridimensionales en base a polímeros o cápsulas

poliméricas. Una forma de fabricar cápsulas poliméricas es la siguiente: se parte de una

partícula de plata como molde, sobre ella se ensamblan electrostáticamente polímeros

que están cargados positivamente o negativamente en una forma de capa por capa. Por

ejemplo primero se pone un polímero cargado positivamente, posteriormente uno

cargado negativamente, a continuación se agrega otra capa más del polímero cargado

positivamente y así sucesivamente hasta obtener el espesor de la cápsula deseado.

Posteriormente se disuelve la partícula de Ag dando lugar a la nanocápsula polimérica.

También existen cápsulas naturales en base a proteínas. Ejemplos de ellas son las

cápsulas de los virus o las cápsulas de ferritinas (que anteriormente mencionamos).

Figura 63. Distintos nanomateriales en base a lípidos o polímeros

Figura 64. Esquema de síntesis de nanocápsulas poliméricas basadas en el

autoensamblaje por interacciones electrostáticas de polímeros capa por capa.

Tanto los nanomateriales lipídicos, poliméricos como proteicos pueden ser utilizados

para atrapar o inmovilizar biomoléculas o fármacos que pueden ser liberados en forma

controlada en zonas específicas. Los liposomas ya se están usando en biomedicina para

el transporte de fármacos y en cosmética desde la década de los 90. El exterior de los

liposomas es químicamente reactivo para anclar anticuerpos, antígenos, receptores

celulares, ácidos nucleicos, etc. En su interior puede encapsular especies hidrofílicas

(drogas, ácidos nucleicos, moléculas fluorescentes, enzimas, compuestos electroactivos,

etc.). También pueden atrapar drogas hidrofóbicas en el interior de la bicapa lipídica

donde están los ácidos grasos. En el caso de las micelas se pueden encapsular drogas

hidrofóbicas en su interior mientras que drogas de polaridad intermedia pueden llegar a

distribuirse a lo largo del fosfolípido en posiciones intermedias. Los polisomas también

presentan las mismas características que los liposomas en cuanto a las potencialidades

para atrapar especies y fármacos hidrofílicos como hidrofóbicos. Los dendrímeros

pueden atrapar fármacos en las cavidades internas y la parte externa puede ser utilizada

para anclar moléculas dianas como anticuerpos o receptores específicos. También las

nanoesferas y nanocápsulas poliméricas, cápsides virales y cápsulas de ferritina pueden

atrapar fármacos en su interior.

Figura 65. Distintos nanomateriales lipídicos y poliméricos para encapsulamiento de

drogas, moléculas funcionales, receptores, ácidos nucleicos, etc.

Figura 66. Nanocápsulas proteicas: virus y ferritina. Los virus pueden ser vaciados de su

material genético para ser usado como cápsula y la ferritina de las especies hierro

(apoferritina, cápsula proteica sin hierro)

Nanomateriales que responden a estímulos: hacia el diseño de

nanopartículas inteligentes

Una de las grandes ventajas que presentan los nanomateriales políméricos o proteicos

con respecto a los nanomateriales inorgánicos (en base a metales, semiconductores o

materiales magnéticos, etc.), es que los primeros pueden responder en gran medida a

estímulos cambiando su arreglo estructural. Esto puede ser aprovechado tanto para

encapsular material como para liberarlo. Diferente clases de estímulos pueden perturbar

a estos materiales desde cambios en el pH, en la fuerza iónica, cambios de solvente,

temperatura, exposición a radiación electromagnética, campos magnéticos, degradación

enzimática, ultrasonidos, etc.

Figura 67. Distintos estímulos que pueden alterar la estructura de materiales poliméricos

La figura muestra algunos ejemplos donde la exposición a un estímulo cambia la

organización estructural o el empaquetamiento de los materiales poliméricos. Cambios

en el pH puede protonar o desprotonar especies en los polímeros (y por ende cambiar la

carga en el material). Esto hace que se modifiquen la interacción electrostática de los

materiales (por ejemplo el material se pueden contraer o expandir si aumentan o

disminuyen las fuerzas de atracción electrostática respectivamente). Cambios de

temperatura conlleva a estados poliméricos colapsados o expandidos. Exposición de

radiación puede degradar los polímeros, hacer cambios conformacionales,

fotopoplimerizar, etc.

Las cápsulas virales también responden a estímulos. Con cambios de pH pueden abrirse

poros en la estructura proteica (altos pH, estado expandido) o cerrarse poros (bajos pH,

estado comprimido).

Figura 68. Cambios estructurales en los polímeros frente a diferentes estímulos.

Partículas multifuncionales inteligentes: el sueño de la nanomedicina

Todo lo que hemos visto ya sea de nanopartículas orgánicas e inorgánicas podría ser

integrado para crear partículas inteligentes de mayor complejidad y multifuncionalidad.

Por un lado se podría aprovechar las propiedades ópticas y magnéticas de las partículas

inorgánicas para obtener imagen en la zona donde se encuentra la patología (ya sea por

fluorescencia, resonancia magnética por imagen, etc.) o para producir hipertermia. Por

otra parte se podría utilizar las grandes ventajas que tienen las partículas orgánicas en

cuanto a responder a estímulos y su versatilidad para anclar (bio)especies (ya sea en su

interior o en su exterior). En el campo del diagnóstico y terapia clínica una

nanopartícula funcional ideal tendría en su interior (core) distintas drogas o fármacos

atrapados o encapsulados. Estos fármacos o drogas podrían estar recubiertos, a su vez,

por algún material que respondiese a estímulos, lo que ayudaría a liberar la droga en el

momento deseado. En su exterior (shell) podría contener distintas especies como

marcadores ópticos, fluorescentes o magnéticos que permitan tomar imágenes para

seguir la evolución de la nanopartícula funcional (nanopartículas de oro, moléculas

orgánicas fluorescentes, Qdots, nanopartículas magnéticas, etc.). También en el exterior

tendrían que tener (bio)moléculas que pudiesen reconocer especies que se producen en

el lugar donde se encuentra la patología (típicas moléculas de reconocimiento

específicos son los anticuerpos que tienen alta afinidad por antígenos que se estuvieran

expresando en el lugar del problema patológico). También tendría que tener anclado en

su exterior algún polímero que fuera biocompatible, que evitase la fagocitosis de la

partícula por los macrófagos del sistema inmunológico (un polímero biocompatible

típico es el polietilénglicol). Por último esas partículas también podrían contener

exteriormente algún agente que ayudase a penetrar en las células. Otro punto a destacar

es el tamaño que tendría que tener este sistema funcional, tamaños por debajo de 10 nm

no son muy convenientes porque se podrían absorber muy rápidamente en cualquier

tejido evitando la circulación en el torrente sanguíneo o ser excretadas con rapidez por

el sistema renal. Partículas por encima de los 100 nm tendrían tiempos de circulación

muy largos en el torrente sanguíneo, o podrían ser atacadas por macrófagos más

fácilmente, o acumularse en el bazo. Generalmente se dice que partículas entre 10-

100nm son las más óptimas de cara a las aplicaciones terapéuticas. Todos estos puntos

ponen en evidencia que en el diseño de estos nano-objetos funcionales es de suma

importancia un control químico exquisito, tanto en cuestiones de tamaño, forma,

morfología, composición como en sus propiedades superficiales. A continuación se

discutirán aplicaciones de las nanopartículas y empezaremos con algunos ejemplos

relacionados con este último tema, es decir con aplicaciones en diagnóstico y terapia

clínico.

Figura 69. Esquema de una nanopartícula multi-funcional ideal mostrando el control

químico que se debe adquirir en aplicaciones como vectores terapéuticos.

Otros ejemplos de nanomateriales inteligentes: superficies

nanoestructuradas

El caso de los nanomateriales autocurables o autorreparables

Este tipo de sistemas tratan de imitar la naturaleza, tratando de regenerarse de un daño

sufrido sin ayuda externa.

El material autorreparable ideal debe regenerar el daño completamente, repararse

infinita veces y por sí sólo, igualar las propiedades de partida, ser rápido y ajustable al

tiempo y obviamente ser económicamente rentable. Obviamente conseguir todos estos

requisitos es muy ideal pero hoy en día hay mucha investigación invertida tratando de

aproximarse a cada uno de estos puntos.

Figura 70. Sistemas autorreparables: imitando la naturaleza, el ejemplo de la cura de

heridas.

Este concepto de autocuración o autorreparación tiene un campo de aplicación muy

amplio. Empezó por iniciativa de la NASA en 1996 siendo los países de USA y

Holanda los más involucrados en el desarrollo de estos sistemas, principalmente

centrados en polímeros y recubrimientos. Ya empiezan a haber algunos productos

comerciales, en recubrimientos, cauchos y pinturas autorreparables en el sector

automotriz (Nissan). En España, Airbus en conjunto con Acciona, están tratando de

generar sistemas microencapsulados que ayuden a reparar materiales dañados en los

aviones. CYES es otra empresa española que está trabajando en el desarrollo de

materiales autorreparables para solucionar problemas de corrosión.

La figura 71 muestra dos ejemplos de nanomateriales que se utilizan en la

autorreparación de composites y del cemento. En el caso de los composites, los mismos

se fabrican se modifican con microcápsulas que contienen un material autocurable y

también dentro del composite pero fuera de las microcápsulas se pone un catalizador.

Cuando se produce una fractura, las microcápsulas también se rompen con tal fractura,

liberando el agente curable que en presencia del catalizador, rápidamente genera una

reacción de polimerización en la región del problema sellando la fractura.

En el caso del cemento también se están haciendo pruebas para tratar de eliminar

fracturas usando una bacteria y urea micoencapsuladas. El cemento también tiene

impregnado acetato de calcio pero fuera de las microcápsulas. La bacteria en presencia

de urea excreta carbonato. Al originarse la fractura, las microcápsulas también se

rompen liberando el carbonato que excreta la urea. El acetato de calcio disperso en la

matriz del cemento puede reaccionar con el carbonato precipitando como carbonato de

calcio y sellando la fractura.

Figura 71. Auto reparación de fracturas en composites (derecha) y cemento (izquierda

abajo). En ambos sistemas se usan microcápsulas con elementos activos que al

romperse pueden activar procesos de autosellado.

Películas inteligentes nanoactuadoras

Polímeros en capas finas como nanoactuadores

Además de las potencialidades que tienen estos polímeros de responder a estímulos para

liberar fármacos o especies en lugares deseados, estos materiales pueden ser utilizados

como nanoactuadores. Aplicaciones de polímeros como nanoactuadores es de gran

importancia en el área de robótica y en el diseño de músculos artificiales. Distintos

geles poliméricos (polivinil alcohol, ácido poliacrílico, etc) tienen la particularidad que

cambiando el pH o la fuerza iónica pueden pasar de un estado comprimido a uno

expandido. También los polímeros conductores (polianilina, polipirrol, etc) pueden

expandirse y contraerse con procesos de oxidación y reducción. De hecho se pueden

encontrar muchos ejemplos donde se observa que aplicando películas delgadas de

polianilina sobre una lámina fina de metal, ésta se puede contraer y expandir cuando se

aplica un voltaje (lo que induce oxidación o reducción de la polianilina). El movimiento

que se genera en la lámina de metal puede ser utilizado para mover objetos.

Figura 72. Nanoactuadores como músculos artificiales. También si se aplica estos

materiales alrededor de poros, se pueden hacer membranas que pueden abrir o cerrar

poros en forma controlada.

Películas inteligentes nanoactuadoras: materiales piezoeléctricos

Los materiales piezoeléctricos son aquellos en que una deformación mecánica produce

un campo eléctrico en el material o un campo eléctrico produce una expansión o

compresión mecánica (fenómeno de electrostricción). Un ejemplo típico de estos

materiales se encuentra en las microscopías de fuerza atómica y de efecto túnel. Estos

materiales piezoeléctricos se encuentran en el scanner de estos instrumentos y al aplicar

voltaje sobre ellos hace que la punta se acerque con control nanométrico a una

superficie (expansión y contracción del material en la dirección z con la aplicación de

un voltaje) y que la muestra pueda ser barrida lateralmente (contracción y expansión en

la dirección x-y mediante la aplicación de un voltaje). Ejemplos de materiales

piezoeléctricos: cuarzo, titanato de circonio y plomo, titanato de bario, óxido de Zn y

algunos polímeros como el PVDF (fluoruro de polivinilideno).

Figura 73. Películas piezoeléctricas. Material en los scanners de las microscopías de AF

y STM.

Nanoactuadores moleculares: el caso del rotaxano como máquina molecular y el

caso del azobenceno

El rotaxano es una molécula con dos fragmentos interconectados que están

cinéticamente atrapados: por un lado un fragmento lineal con grupos terminales en

ambos extremos voluminosos (stoppers) y un macrociclo bencénico que atraviesa ese

fragmento lineal. El macrociclo se puede mover a lo largo del fragmento lineal sin

disociarse (queda atrapado cinéticamente en la molécula lineal por los stoppers) y

básicamente se lo encuentra en dos posiciones de tal fragmento. Cuando está en una de

las posiciones la molécula conduce electrones y cuando está en la otra posición la

molécula no conduce electrones, de manera tal que actúa como un interruptor eléctrico

con dos posiciones 0 y 1 que podría tener alta repercusión en la nanoelectrónica

molecular. El movimiento del macrociclo puede ser activado con cambios de pH, con

radiación o con procesos de oxidación y reducción.

Figura 74. Rotaxano como interruptor molecular

Este tipo de molécula, aparte de sus características como interruptor molecular, puede

tener otras aplicaciones, una de las más curiosas es el uso de rotaxanos como

nanovávulas integradas a partículas porosas de óxido de silicio. Se puede usar estas

máquinas moleculares para controlar la carga y descarga de especies dentro de las

partículas de silicio, produciendo el movimiento del macrociclo hacia una (carga) u otra

dirección (descarga) con pH, radiación o reacciones rédox.

Figura 75. Rotaxanos como máquinas moleculares

Otro tipo de nanoactuador molecular puede ser el azobenceno, una molécula que cambia

su conformación con la incidencia de radiación. Esta molécula atrapada en un polímero

puede generar deformación mecánica pasando de un estado extendido a uno curvado.

Figura 76. Nanoactuadores en base a azobenceno. La incidencia de radiación hacer

cambiar su conformación y lo deforma mecánicamente.

Películas delgadas termocrómicas, electrocrómicas y fotocrómicas

El termocromismo, electrocromismo y fotocromismo se basa en el cambio reversible de

coloración que sufren algunos materiales al cambiar la temperatura, al aplicar un voltaje

produciendo una reacción rédox y al incidir radiación de una determinada longitud de

onda, respectivamente. Estos tipos de materiales están cobrando gran importancia

sobretodo en la ingeniería civil y en la arquitectura. Hoy en día se busca construir

viviendas o edificios inteligentes, que tengan ventanas cubiertas con películas delgadas

de estos materiales y que permita manipular la radiación (y por ende el calor) que

ingresa o sale del edificio. Es una forma de ahorrar energía, no abusando del uso de aire

acondicionado en el verano y de calefactores en el invierno. También este tipo de

materiales tienen alta repercusión en el desarrollo de cascos, gafas y ventanas en

vehículos.

La polianilina, un polímero conductor, aparte se poder ser utilizada en músculos

artificiales también es electrocrómica. También existen óxidos e hidróxidos inorgánicos

que al ser oxidados o reducidos cambian reversiblemente de coloración (tal es el caso de

óxidos de níquel y de tungsteno). Ejemplos de películas termocrómicas son algunos

cristales líquidos y ejemplos de películas fotocrómicas se pueden encontrar en películas

en base a bacteriorodopsina (una proteína retinal que cambia de conformación y por

ende de coloración al ser iluminada con ciertas longitudes de onda). Con esta proteína

se han hecho películas fotocrómicas con características distintivas en tarjetas de

identificación personal.

Figura 77. Materiales que cambian de coloración con T, radiación y procesos rédox.

Ejemplo específico de películas electrocrómicas en cascos y ventanas.

Figura 78. Películas fotocrómicas en base a bacteriorodopsina. La molécula cambia de

conformación con la radiación cambiando su coloración.

Figura 79. Materiales termocrómicos. Los cristales líquidos forman una estructura muy

ordenada sobre las superficies con ciertas distancias interplanares. Al incidir radiación e

interactuar con estos planos puede haber interferencia constructiva para ciertas

longitudes de onda. En el caso del esquema de arriba de la figura que representa cuando

el cristal líquido está sujeto a altas temperaturas habría interferencia constructiva para la

longitud de onda en el azul. En cambio si el cristal líquido se enfría, las distancias

interplanares cambian y habría interferencia constructiva para las longitudes de onda en

el rojo. Esto es similar a lo que se vio con los cristales fotónicos y las mariposas y con

lo que se verá más adelante en las técnicas de interacción de radiación con la material:

difracción de rayos X y ley de Bragg.

Superficies inteligentes que controlan el mojado de una superficie

Las características hidrofílicas o hidrofóbicas de una superficie pueden ser cambiadas

usando monocapas autoensambladas de tioles que responden a estímulos. Estas

monocapas terminan con grupos funcionales carboxílicos. Al aplicar una diferencia de

potencial en la monocapa se produce un cambio de conformación de la monocapa de

tioles. Si con la aplicación de voltaje, la superficie del sustrato se carga negativamente

el grupo carboxilato se alejará de la superficie y la superficie será hidrofílica (el

carboxilato es polar y estaría en contacto con la solución acuosa). Ahora bien si se

aplica una diferencia de potencial en donde la superficie del sustrato sea positiva, la

molécula del tiol se plegará hacia la superficie exponiendo al solvente su parte más

hidrofóbica. De esta manera el solvente ya no mojará en gran medida la superficie del

sustrato por lo que la superficie se convertirá en hidrofóbica.

Figura 80. Control del mojado superficial cambiando la conformación molecular de una

monocapa autoensamblada con voltaje.

En este apartado también se puede incorporar los ejemplos que hemos visto con

materiales nanoestructurados y el efecto Lotus que consiste en generar superficies

nanoestructuradas altamente hidrofóbicas, con ángulos de contacto muy altos para el

agua. También se puede generar superficies nanoestructuradas altamente hidrofílicas

que pueden limpiar el agua (ángulo de contacto cero). En este caso se usa un

autoensamblado de nanopartículas de óxido de titanio y se las ilumina con radiación

UV. Se produce una fotodegradación catalítica de los componentes orgánicos,

purificando el agua. Esto también sirve para descomponer componentes nocivos en el

aire.

Figura 81. Efecto Lotus

Figura 82. Diseño de superficies superhidrofílicas para aplicaciones en remediación

ambiental (contaminación de aguas). También sirven para descontaminar el aire.

Autoensamblado: Self- Assembly

El autoensamblado es la organización autónoma de componentes para formar

estructuras o agregados ordenados sin la intervención humana. Son procesos muy

comunes en la naturaleza, con cierto grado de reversibilidad y constituyen una parte

esencial de la nanotecnología (sobre todo en los procesos de nanofabricación,

aproximación bottom-up).

Las fuerzas involucradas en el proceso de autoensamblado pueden ser interacciones

covalentes débiles o no covalentes (fuerzas de Van der Waals, Electrostáticas,

hidrofóbicas/hidrofílicas, puentes hidrógeno, enlaces de coordinación, fuerzas capilares,

etc.). Ya vimos ejemplos de procesos de autoensamblados de bolitas de poliestireno

donde la fuerza motriz para formar esa monocapa eran fuerzas capilares.

Hemos mencionado que los procesos de autoensamblado

Figura 83. Ejemplos de auto-ensamblado, unidades de bloques se autorganizan para

formar una estructura más jerárquica y funcional

Figura 84. El ejemplo típico de formación de monocapas autoensambladas de tioles

sobre oro. El grupo tiol tiene alta afinidad por el oro y entre las cadenas alquílicas se

genera una interacción de tipo Van der Waals formando estructuras totalmente

ordenadas con características cristalinas.

Figura 85. Ejemplos de sistemas autoensamblados naturales y sintéticos. Dentro de los

naturales encontramos a las cápsides de los virus que consisten en la autoorganización

de bloques proteicos para formar la cápsula viral. También microtúbulos proteicos que

consisten en un autoensamblaje de proteínas y están involucrados en el transporte

intracelular. Formación de membranas, vesículas, micelas lipídicas, etc. El plegado de

proteínas, la interacción de antígeno/anticuerpos como el de las hebras de ADN son en

también considerados ejemplos de procesos de autoorganización. Dentro de los sistemas

de autoensamblados sintéticos se encuentran la formación de monocapas o multicapas

de partículas de poliestireno, el ensamblaje de polímeros con cargas alternantes (como

lo que se vio en la vía de síntesis de cápsulas poliméricas). Otro ejemplo es la formación

de estructuras jerárquicas utilizando como unidades de bloques copolimeros

heterogéneos.

Se vio que los procesos de autoensamblados tienen una cierta reversibilidad que ayuda a

que cuando se están ensamblando haya cierta flexibilidad para poder desensamblarse y

acomodarse mejor. Esto tiene como consecuencia la formación de sistemas muy

ordenados y en algunos casos cristalinos. Si no existiera ese grado de reversibilidad los

sistemas autoensamblados terminaría siendo más amorfos, no ordenados y no tan

controlados.

Figura 86. Cierto grado de reversibilidad del proceso de autoensamblado conlleva a

sistemas ordenados, cristalinos y más controlados.

Figura 87. Jugando con el autoensamblaje se pueden construir artificialmente nano-

objetos de formas impensables. En la figura se muestran dos ejemplos en donde jugando

con las interacciones tipo receptor-ligando (biotina-streptavidina) o con el

bioreconocimiento de bases de ADN complementarias se pueden formar estructuras bi y

tridimensionales de diferentes formas.

Como dijimos anteriormente los procesos de autoensamblaje son claves en la

nanotecnología de cara al desarrollo de una tecnología revolucionaria. Ejemplos de

aplicaciones en base a esos procesos se encuentran en la electrónica molecular

(computación con ADN), aplicaciones en la fotónica (manipulación de luz y

computación óptica), ingeniería de superficies, aplicaciones de largo plazo como el

diseño de nanomáquinas funcionales por procesos de auto-ensamblado, etc.

Figura 88. Ejemplos de cristales fotónicos a partir de procesos de autoensamblados