Aproximación Al Verso Libre en Castellano - Landa v.2
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1ra edicin
Josu Landa, 2004
Fondo Editorial del Caribe, 2004
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ISBN: 980-6540-23-9
Composicin de textos
Alquimia Grafica
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Editor
Fidel Flores
Impreso en Venezuela por
Impresos Omar
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APROXIMACION AL VERSO LIBRE EN ESPAOL
Josu LANDA
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APROXIMACION AL VERSO LIBRE EN ESPAOL
"Gran problema este del verso libre. Verso del que sabemos muy
poco, maltratado por los cientficos (fonticos, etc.) que lo han cogido
en sus manos, gran tema que ha surgido de nuestra poca literaria
ante nuestros ojos. Forma que no se sabe an (que yo no s an) si
amar o aborrecer". Dmaso Alonso publica estas palabras en el
ya muy lejano ano de 19521 Tienen pertinencia hoy? Veamos.
Con el verso libre sucede lo que deca san Agustn del
tiempo: sabemos lo que es; pero, puestos a definirlo, todos
nos enredamos. Todos los buenos poetas contemporneos lo
cultivan, pero les es difcil saber a satisfaccin lo que se traen
entre manos cuando lo hacen. As que sigue teniendo razn
Dmaso Alonso: el verso libre es un gran problema.
No se puede afirmar lo mismo de lo que se sabe acerca del
verso libre. A la luz de lo que se ha teorizado sobre esta
forma, tan solo en el mbito de habla hispana, desde
Ricardo Jaimes Freyre, el aserto alonsiano resulta
inexacto e injusto, incluso en 1952. Si algunos estudiosos del
tema lo han maltratado, ello no ha impedido a otros hacer
significativos aportes al abordarlo. As, salvo que se tenga
una idea muy especial de "conocimiento", habr que
reconocer la existencia de amplios y muy serios intentos de
dar razn del verso libre, durante casi un siglo. Por ltimo,
la disyuntiva entre amar o aborrecer el verso libre puede
ser hoy muy pertinente, pero no est claro lo que valga
para la innegable expansin y consolidacin de esa
posibilidad formal en el orbe de la poesa contempornea. La
poesa de parte del siglo XIX y todo el XX es inconcebible
sin las formas libres a que alude el rotulo convencional
"verso libre". Esta es una realidad que muy poco atiende a
las querencias o fobias de nadie en particular. Ahora, si aqu
releemos las precitadas palabras de D. Alonso, es para
mostrar la larga pervivencia de ciertas dificultades en el
1 Dmaso Alonso, Poetas espaoles contemporneos, Madrid, Credos, 1952, p. 356.
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abordaje terico del verso libre. La relativa insatisfaccin de
D. Alonso frente al verso libre, todava a mitad del siglo XX,
puede explicarse acaso por una curiosidad histrica: el verso
libre irrumpe, se impone y desplaza las formas
tradicionales, pero no logra eliminarlas del conjunto de
opciones poticas viables en el presente.
Es sintomtico que el tema del verso libre se venga
replanteando, desde hace algn tiempo. Hay otra vez muchas
voces cuestionando el imperio formal del verso libre. A
finales del siglo XIX y principios del XX, un cuestionamiento
anlogo encaraba el mpetu de una opcin formal nueva.
Hoy se cuestionan las formas libres porque pueden haber
caducado o para ver si deben ceder el lugar a formas contra
las que reaccionaron antao. En un principio, el modernismo
esttico de una poca prohij y legitim la libertad potica;
hoy una esttica tocada en algn grado por el espritu
posmodernista replantea esa legitimidad.
Esta aproximacin tiene en cuenta esa circunstancia y se gua
por la necesidad de ofrecer algunas luces -por fuerza
limitadas, muy modestas y provisorias- sobre las exigencias
formales que plantea para los poetas de hoy. Se trata, pues,
de ir un poco ms all de una disertacin erudita sobre el
verso libre.
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El trmino "verso libre" refiere una forma potica mltiple.
Con ese par de palabras se nombra lo mismo un texto
no-estrfico, como "Un patio", de Jorge Luis Borges, que los
versculos de un poema como "Mutra", de Octavio Paz, o los de
"Incurable", de David Huerta, y las lneas lancinantes de "Tierra
muerta de sed", de Juan Liscano, entre miradas de
posibilidades.
Esa vastedad semntica del trmino dificulta su definicin.
Ni siquiera hay consenso sobre el gnero al que debera
adscribirse el verso libre. Francisco Lpez Estrada, por
referir un caso relevante, considera al verso libre como un
tercer estado de la forma verbal, coexistente con la prosa y el
verso. Por eso, prefiere hablar de "lnea potica" en lugar de
verso libre2. Mucho ms recientemente, Ignacio Bonn Valls
evita adscribir el verso libre a un gnero; se conforma con
asentar que "cuando la versificacin no se supedita ni a medida
(silbica), ni a ritmo (fnico), ni a rima y estrofa (de esquema
delimitado) -o a alguno de estos elementos- estaramos en el
concepto de verso libre"3
Una estudiosa digna de todo respeto, como Isabel Paraso, se
queda en la mera tautologa: el verso libre es "cada una de las
unidades (versos o lneas) que componen un poema
versolibrista"4. Desde luego, esta definicin remite a la idea de
versolibrismo: una "corriente de versificacin en la cual el poeta
va dando salida a sus intuiciones segn el ritmo espontneo que
estas adquieren en su interior, sin adaptarlas a esquemas
rtmicos o poemas preexistentes"5 Ntese cmo tampoco aqu
se adscribe el verso libre a un gnero. Paraso se mueve entre
la referencia de la "unidad bsica" -sin definirse por el verso o 2 En Isabel Paraso, El verso libre hispnico. Orgenes y corrientes, prol. de Rafael
Lapesa, Madrid, Credos, col. Biblioteca Romnica Hispnica, 1985, passim p. 50
3 Ignacio Bonn Valls, La versificacin espaola. Manual crtico y prctico de
mtrica, Barcelona. Octaedro, 1996, p. 55
4 I. Paraso, op. cit., p. 430.
5 Ibid., p. 430
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por la lnea- y el registro de una funcin que adjudica a la
forma de marras: dar salida libre a las intuiciones del poeta.
Estos enunciados no logran definir lo que prometen, pues
remiten a proposiciones que a su turno requieren definiciones
especficas. As es imposible estipular razones claras acerca de
qu clase de entidad formal es el verso libre. Tampoco se puede
saber de qu estamos hablando cuando hablamos de verso
libre.
Pero Isabel Paraso no est sola en esa manera de dar cuenta
del verso libre. De hecho, es fcil percibir en sus intentos de
elucidacin la huella de antecesores tan respetables como Toms
Navarro Toms, para quien el verso libre implica "la sucesin de
los apoyos psico-semnticos que el poeta, intuitiva o
intencionalmente dispone como efecto de la armona interior que le
gua en la creacin de su obra 6 Llaman la atencin estas
reticencias a sealar el gnero del verso libre, pese a que en el
trmino mismo est presente la voz "verso". Conviene empezar
por reconocer que el verso libre es una modalidad del verso.7
Dicha as, esta afirmacin significa muy poco, pero es un buen
punto de partida, pues pone de bulto una realidad que nunca se
debe desechar: los nombres de las cosas tienen siempre una
razn de ser. Hay un principio de razn suficiente de los
nombres, cuando estos refieren significados vivos en una
comunidad de hablantes. Si, cuando surgi tal forma recibi el
nombre de "verso libre", ello es as por algo. Lo mismo cabe
decir de la paradjica denominacin "poema en prosa". Esto es
perogrullesco, ciertamente, pero vale en tanto nos permite
recordar esa razn de fondo que sustenta a las palabras de
que aqu se trata. Finalmente, todo ello nos incita a la
etimologa.
La nocin de verso proviene de la imagen griega de la lnea
que trazan los bueyes al arar la tierra y de las vueltas que
deben dar para realizar bien esa faena. Esa imagen se
6 En I. Paraso, op. cit., p. 39.
7 Cosa que, por cierto, ya haba visto Jaimes Freyre, el primer terico del verso libre en
espaol.
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designa en griego con la palabra
(boustrophdon): dar la vuelta al modo de los
bueyes que aran, Surcar y dar la vuelta: se debe tener en
cuenta ambos actos. El surco abierto en la tierra por el arado,
formando una lnea continua pero plegada al mximo, desde
un extremo de la parcela al otro, es la alegora del verso,
entendido como forma de distribucin del discurso.
Joan Corominas y J. A. Pascual, en su Diccionario crtico
etimolgico castellano e hispano, confirman este significado
originario de "verso", al recordar que este vocablo viene de
versus-us, procedente a su turno del polismico infinitivo
vertere. El versus latino es, desde luego, hilera, surco, lnea de
escritura, verso; mientras que el verbo deponente versari
significa "dar vueltas en torno" y el versator es "el que da
vueltas".
El trabajo de arar la tierra, cuando menos al modo
greco-latino, exige lo mismo trazar una lnea recta de lado a
lado que dar la vuelta cada vez que se cumple ese recorrido.
Un acto requiere el otro, si se quiere obtener una lnea
continua. Tanto entre griegos como entre romanos, la palabra
que a la postre termina designando esa lnea o unidad bsica
del poema, es decir la palabra "verso", pone nfasis en el
acto de dar vuelta para iniciar la lnea o el surco subsiguiente.
En la palabra boustrophedon, el peso decisivo descansa en
esa derivacin del verbo stropho, que significa dar la vuelta.
Lo mismo pasa con la palabra latina versus, que designa cada
lnea de un poema o cualquier escrito, pero su carga
semntica de fondo remite a la idea de dar la vuelta. As la
voz "verso" refiere un tipo de lnea que se interrumpe antes
de llegar al lado opuesto al del punto de partida, para dar la
vuelta y comenzar otra lnea. Por ello, la palabra "verso"
deviene el nombre de la manera de distribuir el discurso en
lneas interrumpidas, lo contrario de lo que ocurre con las
lneas de prosa. Por lo dems, en el origen resulta artificial
una tajante distincin entre las ideas de lnea y verso, como la
que algunos tienden a hacer en el presente.
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En efecto, "prosa" como nos ilustran otra vez Corominas y
Pascual proviene del femenino de prorsus-a-um (prosa-ae:
"que anda en linea recta"). Esta palabra pone el nfasis en la
linealidad ininterrumpida del discurso, a diferencia del
verso. Sin embargo, el sentido de esta distincin solo se
encuentra en la originaria necesidad mutua de ambas
opciones: seguir en lnea recta y dar la vuelta. Todava
algunos poetas neolatinos, como Berceo, no parecen
reconocer una distincin taxativa entre prosa y verso. Esto
nos coloca ante otro punto de sumo inters: la historicidad
de las formas de disposicin del discurso: hecho
indisociable de las necesidades de expresin de quienes
emiten tales discursos. No parece haber lugar a dudas
sobre la anterioridad del verso en la disposicin
intencional de los discursos, al menos en la tradicin
occidental. Aunque todos hablamos primero en prosa, el
verso es la primera modalidad de distribucin consciente
de una materia verbal. En el origen de nuestra cultura, el
verso era la forma del poder, del rito, de la continuidad
histrica de una civilizacin. Por eso era la forma de
mayor prestigio: aquella a que aspiraban los contenidos
de la prosa. Segn los entendidos, la epopeya paso a verso
las narraciones que ya haba creado el pueblo8. Todava
Platn, en el Fedn, pone a Scrates a versificar las fabulas
de Esopo. As, la implantacin de la prosa, como
posibilidad formal digna, ir asociada al cumplimiento de
algunas funciones de mejor manera que la poesa. En el
mundo griego, llega un momento en que la prosa es ms
efectiva para registrar ciertos discursos, como las leyes y
las genealogas. Lo mismo sucede con los discursos de
vocacin epistmica o terica, como la medicina o la
propia filosofa. La claridad de la prosa supera, en estos
casos, a lo que se dice en verso o con artilugios retricos.
Parmnides y Empdocles exponen sus ideas en verso,
aunque Aristteles precisa que no por ello son poesa.
Todava Demcrito escribe una prosa a ratos subsidiaria de
los modos poetizantes. La implantacin de la prosa
8 O. Hoffmann, A. Debrunner y A. Scherer, Historia de la lengua griega, trad, de A.
Moralejo Laso, Madrid, Credos, col. Biblioteca Universitaria, 1973, p. 173
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supuso una liberacin del discurso, en el mundo griego.
De hecho, la "lengua de Hipcrates" y la de quienes
escribieron en prosa como l era considerada por los
griegos como cratos: libre.
Verso y prosa son, en ltimo trmino, modos de distribuir
la palabra en el espacio. No es casual que, en las
representaciones primarias de esa distribucin, la
referencia del espacio haya sido la tierra: el gran cuerpo
que genera, constituye, soporta y readsorbe todos los
cuerpos: la metfora intuitiva ms firme del espacio. Desde
luego, en el caso del discurso oral, el espacio es el aire. Pero la
analoga aire-tierra se sostiene en una analoga de funciones:
espacios de distribucin del lenguaje intencional.
La distincin entre esos dos modos de colocar la palabra en
el espacio, prosa y verso, ha tenido que ver con la funcin de
los discursos. Para simplificar: la prosa es ms utilitaria:
refiere hechos, comunica contenidos: relata, expone
conocimientos lgicos, tericos, tcnicos. El verso se aviene
mejor con la palabra de vocacin esttica: con el artificio, el
metaplasmo: las operaciones dirigidas a trascender los
lmites de la expresin utilitaria. Durante milenios el verso
sujeto a preceptos formales ha sido visto como la va ms
apta para encauzar esta necesidad de la expresin humana y
del discurso: la de rebasar los lmites significativos del
lenguaje en aras de la experiencia esttica. No siempre ha
sido as. Sobre todo a partir del siglo XIX, se intenta con xito
ofrecer un discurso potico independiente de la manera en
que se distribuya en el espacio. Se da as un paso decisivo en
el desmontaje de unas formas que se consideraban esenciales
y, por lo mismo, definidoras de lo potico en s. Lo potico no
remite ya a referencias que se pretenden esenciales, sino a
otras de carcter histrico (sobre todo valorales). Se avanza
igualmente en la liberacin de la expresin potica. En esa
circunstancia se cifra el sentido del poema en prosa, del verso
libre y aun del poema concreto y los grafismos poticos.
Donde esta perspectiva, el poema en prosa expresa una
intencin potica sin tomar en cuenta el viejo esquema "rural",
"bovino" de "dar la vuelta" interrumpiendo las lneas del
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modo prosaico de distribuir la palabra: se olvida del buey y de
la tierra geolgica: solo reconoce la nueva tierra del texto
sedimentada durante milenios de dominio de la prosa. En el
verso libre, la expresin potica mantiene todava una vaga
nostalgia por la lnea del arado, pero pone al buey a dar vuelta
cuando y donde le da la gana. El abandono de las formas
poticas preceptivas trae consigo una literal libertad de
expresin (frmula que recuerda un derecho poltico no del
todo ajeno a la suerte de la poesa moderna). Esto se da
tambin en el caso del poema concreto, el cual puede verse,
tal vez, como la sujecin de la composicin versal libre a
criterios de sentido adicionales a los del verso libre: criterios
de carcter tcnico, plstico, arquitectnico, que
redimensionan la labor del buey en el espacio. Segn lo visto,
no hay motives serios para dudar de que el verso libre es verso.
La definicin que Navarro Toms propone para este vocablo, en
1973, se aviene bien a la forma en referencia. Verso es -dice- un
conjunto de palabras que forman una unidad fnica sujeta
a un determinado ritmo, sea cual sea el nmero de sus
slabas"9 Como sostiene I. Paraso, "en el verso libre, ms all
de su libertad [...] est su carcter de verso, de retorno de
un elemento".10 Sin embargo, tambin es libre. As pues, se
impone establecer de qu se libera el verso cuando hablamos de
verso libre. Ricardo Jaimes Freyre, pionero del verso libre en
espaol y en teorizar sobre l, se refiere a esta forma en Las leyes de
la versificacin castellana -libro redactado antes de 1906- como
una "mezcla arbitraria de versos de periodos diferentes y aun
9 T. Navarro Toms, Los poetas en sus versos, Barcelona, Ariel, 1973, p. 13. Es difcil
contar con una definicin universalmente satisfactoria de "verso". La que estipula
T.N.T. tiene la virtud de ser til para la comunicacin y la reflexin. No debe, sin
embargo, suplantar las complejidades del tema. Ya Ricardo Jaimes Freyre, en 1906,
pona en cuestin tres modos de entender el verso: como "una parte del discurso medida
en silabas largos y breves, que forma pies mtricos semejantes a los griegos y latinos",
como "compuesto por clusulas rtmicas puramente acentuales, de dos o tres silabas
cada una" y como un grupo determinado de slabas con uno o ms acentos prosdicos". Frente a estas definiciones, R.J.F. propone la idea de verso como
combinacin de "periodos prosdicos", entendiendo por tales a una silaba acentuada o
"a un grupo de silabas no mayor de siete, de las cuales la ltima tiene acento intenso,
estn o no acentuadas las otras". Para R.J.F., el verso es la combinacin de periodos
prosdicos iguales o anlogos. Los primeros "constan del mismo nmero de slabas" y
los segundos "de un nmero desigual, pero slo pares o slo impares". (En I. Paraso, op.
cit., p.86)
10 I. Paraso, op. cit., p. 388.
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la combinacin de frases sin ritmo regular alguno". Tambin
seala que "el llamado verso libre, el arritmo, tiene del verso
la rima, el estilo potico y las libertades gramaticales
aceptadas, especialmente las sintcticas [...] Tiene de la prosa
la libertad mtrica [...] la facultad de distribuir
arbitrariamente las slabas y las palabras tonas y las
acentuadas -la mezcla de todos los periodos prosdicos. Y tiene
una condicin que le es propia, que le impide ser un simple
hbrido de prosa y verso: la posibilidad de crear sus unidades
de acuerdo con las ideas; unidades segn las imgenes, segn
las figuras, segn la lgica; la posibilidad de que cada
pensamiento cree su propia forma al desenvolverse... 11
Unidades que, tomadas en trminos de versos, alcanzan una
"autonoma rtmica [...] respecto de la estrofa", segn observa I.
Paraso, al examinar estas tesis de Jaimes Freyre12.
En 1914, el cura Benito Garnelo detecta con tanta agudeza
como desazn que el versolibrismo disuelve la estrofa,
pulveriza la sustantividad del verso, desvanece la rima y empuja
al odo de un pie a otro con tanta violencia que apenas si le
detiene otra cosa que las pausas ortogrficas"13 Poco despus,
en un artculo titulado "En busca del verso libre", Pedro
Henrquez Urea otorga a esta forma carta de ciudadana
plena, cuando afirma que "nuestro verso puede ceirse a tres
normas la medida, el acento, la rima o verse libre de cualquiera
de ellas". Y en otro trabajo, titulado "En busca del verso puro"
destaca que "a la unidad rtmica, desnuda y clara, se atiene el
verso libre" y exhorta a que "aceptemos la sobriedad mxima del
ritmo; el verso puro, la unidad fluctuante, est ensayando vida
autnoma. No acepta apoyos rtmicos externos; se contenta con el
impulso ntimo de su vuelo espiritual"14
11 En I. Paraso, op. cit, passim, p.91
12 I. Paraso, op. cit., p. 92.
13 En I. Paraso, op. cit., p. 21.
14En I. Paraso, op. Cit., pp. 26 y 28
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Lo dicho por destacados estudiosos de diversas pocas
acerca del verso libre permite advertir que la tendencia
dominante, a la hora de definirlo, es la va negativa. Se
define el verso libre por lo que no es respecto de las formas
tradicionales. Es decir, se representa el verso libre de
acuerdo con aquello de lo que se liberan las formas
tradicionales. Y de qu se liberan dichas formas para dar
paso al verso libre? De las opciones mtricas, rtmicas y
estrficas predeterminadas por una tradicin formal, as
como de la exigencia de la rima. En abstracto, la nocin de
verso libre remite a los poemas tradicionales deslastrados
de las determinaciones heternomas que regulan su
organizacin textual. Esto supone todo un cambio
cualitativo, pues la liberacin que introduce el verso libre es
la liberacin de la expresin potica respecto de las reglas
formales fijas. Y no de todas porque, como se ha visto,
todava Jaimes Freyre acepta la rima en la versificacin
libre.
Pero, adems de la relacin con ciertas reglas formales
legitimadas por la tradicin, a la hora de definir el verso
libre, se deben considerar los vnculos de esta forma con el
lenguaje dotado de sentido, es decir, el discurso sujeto a
sintaxis. En la prosa y en la poesa, el lenguaje se distribuye
en el espacio de modo intencional. Es decir, conforme a un
sentido, no de manera catica. El sentido en la prosa viene
dado por las reglas sintcticas. En el caso de la poesa,
durante milenios, se crey que el sentido podra cimentarse
en normas formales como la mtrica, el ritmo, la rima y la
organizacin del texto en estrofas, poniendo en un segundo
piano a la sintaxis. Se pens que el sentido del poema se
sus-tentaba siempre en referentes heternomos de la
expresin potica. La irrupcin triunfante del verso libre
desbanco tambin esa tajante distincin -en el fondo,
producto de la visin esencialista del poema- entre sintaxis y
reglas formales. Ya en 1940, Amado Alonso, refirindose a
Neruda, registra un dato muy llamativo: los versolibristas
-dice- han devuelto el ritmo del verso a sujeciones prossticas
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(sintcticas)..."15. De modo acaso menos radical que el poema
en prosa, ciertamente, el verso libre ha repotenciado las
posibilidades estticas de la sintaxis. Sin embargo, esto no
autoriza a creer que el ritmo de la sintaxis sea el sucedneo
de las reglas formales tradicionales en cuanto se refiere a las
bases del sentido potico del verso libre.
Se debe tener, pues, en la cuenta de las diversas rupturas del
versolibrismo respecto de la tradicin potica, esa
redefinicin de los nexos entre el lenguaje de intencin
esttica y la sintaxis; esto es, el ordenamiento de la palabra
en pos del sentido.
Pero el verso libre no se limita a esos "momentos negativos",
a simples rupturas de la expresin potica con la jaula de
acero de las normas formales atvicas. Tambin tiene su
componente positivo. Liberarse de los lastres impuestos por
las reglas tradicionales trae consigo una libertad creativa casi
total, ligada a la desustantializacin de lo potico.
Los tericos del verso libre han identificado, bsicamente,
dos grandes soportes del verso libre: el ritmo y la creatividad
del poeta. El primero es un referente objetivo; el segundo,
claro est, subjetivo y se le suele nombrar de diversas
maneras: intuicin, emocin, arbitrariedad y otras.
Se observan, al menos, tres inconvenientes en esa reduccin
del verso libre a ritmo.
El primero: una reminiscencia del viejo
sustancialismo: identificar el texto potico con un
referente objetivo que legitime a aquel
universalmente. La presencia de un ritmo
codificable bastara para hablar de verso libre per
se.
15 En I. Paraso, op. cit., p. 30.
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El segundo: una simple sustitucin de nombres:
"ritmo" por "verso libre".
El tercero: el ritmo no es privativo de ningn tipo
de discurso. Todo despliegue del lenguaje tiene un
ritmo. Tendra que haber una diferencia especfica
del ritmo propio del verso libre y esto es algo que
no constituye evidencia.
Es curioso: algunos de los tratadistas con quienes aqu se
dialoga y discute demuestran tener conciencia de este hecho,
pero aun as siguen cediendo al modo esencialista de
considerar el verso libre.
Con todo el respeto debido a los minuciosos anlisis sobre las
regularidades e irregularidades del ritmo en las lneas libres,
no puede concluirse que sea este el factor que defina por si al
verso libre. Por eso, Navarro Tomas define el ritmo "lo mismo
en el verso que en cualquier otra manifestacin del sonido, (como)
la divisin del tiempo en perodos acompasados mediante los apoyos
sucesivos de la intensidad16 Aparte de considerar que se trata
de un fenmeno presente en todo discurso, Navarro Toms
redimensiona las viejas referencias del acento y el
despliegue regular del sonido en el tiempo, para definir el
ritmo. De modo muy similar, en 1956, Samuel Gili Gaya
cifraba la unidad rtmica del verso libre en "el grupo fnico
[...] con su movimiento de tensiones y distensiones que, tanto en
verso como en prosa, moldea y enmarca la palabra humana"17
No parece posible ir mucho ms lejos desde esta perspectiva
esencialista. En su esfuerzo por afinar la identificacin de los
referentes objetivos del verso libre hispnico, I. Paraso se
fija en un detalle de grado, en una especie de justo medio
del comps de que habla Navarro Tomas. As, en el verso
libre, la repeticin de elementos fnicos es "menos peridica que
en el verso tradicional pero ms que en la prosa...". Aunque, en 16 T. Navarro Toms, Los poetas en ..., p.13
17 E I. Paraso, op. Cit., p.45
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justicia, hay que sealar que I. Paraso remite el fenmeno
del ritmo a la subjetividad afectada por esa objetividad que,
adems de los aspectos sealados, incluye -extraa y
confusamente- dos referencias trpicas para el caso del verso
libre: el paralelismo y la imagen.
Tanto Navarro Toms como Gili Gaya y Paraso continan a su
manera una tradicin que ha visto en el ritmo una base
objetiva del verso libre; suficiente en s para identificar un
texto como avatar de dicha forma. Una tradicin que remonta
a Jaimes Freyre y P. Henrquez Urea, quien identifica la
"unidad rtmica" con la "esencia pura" del verso libre.18 No
hay, pues, diferencias de fondo entre todos estos modos de
ligar el ritmo con el verso libre y, por citar otro caso, el de A.
Alonso, cuando advierte que "el ritmo es siempre un
movimiento [...] sometido a leyes formales, para cimentar su
tesis sobre las cesiones que ha hecho la poesa a la prosa en
el caso del verso libre; pues "el ritmo interior de la poesa libre
no es sin ms el de la prosa, pero se apoya en l"19 Esta idea del
ritmo apuntala, por su parte, la idea alonsiana de que las
formas libres responden a la concatenacin de "unidades
intencionales" que son los versos libres; por lo que un
poema versolibrista expresa un "ritmo en cadena"20.
No se pueden negar las diferencias de detalle entre estas
maneras de representarse el ritmo y su relacin con el verso
libre. Pero lo mismo cabe decir de su identidad de fondo:
menos an puede ser negada. No viene al caso, pues,
detenerse aqu en un examen minucioso de cada uno de los
antecedentes tericos registrables en cuanto a este asunto.
El somero repaso de tesis que se acaba de hacer sobre el
tema de los nexos entre ritmo y verso libre, permite concluir
que ste no puede definirse por aqul. Ciertamente, no hay
18 P. Henrquez Urea, loc. Cit., p. 28
19 A. Alonso, loc. Cit. , p. 30
20 Ibid., p. 30
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verso libre sin ritmo, pero lo mismo debe decirse de cualquier
otra forma potica y de todo discurso en general.
Hay que buscar, por tanto, otras referencias para dar razn
del verso libre. Cabe formular una hiptesis: la diferencia
especifica de un texto que se propone como poema libre
radica en la manera como pone de relieve cierta materia
verbal: en el modo como concreta una vocacin de forma. Lo
que define al verso libre debe de ser la manera como realiza
el principio de relevancia, sin el cual no puede operar la
funcin potica del texto propuesto como verso libre.
Ahora bien, la nocin misma de ritmo exige ser puesta en
cuestin. Predomina la idea del ritmo como fenmeno
cifrado en un simple vnculo entre la expresin verbal y el
tiempo. Afirmaciones como la de P. Henrquez Urea en
cuanto a que "ritmo, en su forma elemental, es repeticin"21 y la ya
referida de A. Alonso en el sentido de que se trata de
"movimiento regulado", "figura mvil", con ser bsicamente
correctas, exigen un bordado adicional ms fino dadas las
potencialidades de la libertad formal inherente al verso libre,
al poema en prosa y al poema concreto.
El gran historiador Werner Jaeger advierte que, en un
principio, en el mundo griego, el ritmo se asocia a la idea de
lmite: lo opuesto a la hybris, la desmesura. Por eso Odiseo
exhorta: "...conoce el ritmo que mantiene a los hombres en sus
lmites". Por eso tambin, un poeta como Arquloco no
concibe el ritmo "como algo fluyente", pese a la etimologa de
la palabra: el verbo (rheo: fluir). Segn Jaeger, "la historia real
de la palabra [rhytmos] excluye esta interpretacin. La aplicacin
de la palabra al movimiento de la danza y la msica, de la cual
deriva nuestra palabra [ritmo] es secundaria y oculta la
significacin fundamental". As, "el hecho de que el ritmo
mantenga al hombre [en sus lmites] excluye ya toda idea de
flujo de las cosas". A partir de este reparo, Jaeger invita a que
"pensemos en el Prometeo de Esquilo que se halla sujeto, inmvil en 21 En I. Paraso, op. Cit., p.26
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su roca, con grillos de hierro, y dice: me hallo encadenado aqu, en
este 'ritmo'..." De modo, pues, que "ritmo es aqu lo que impone
firmeza y lmites al movimiento y al flujo". En definitiva, "la
intuicin originaria que se halla en el fondo del descubrimiento
griego del ritmo, en la danza, en la msica, no se refiere a la
fluencia, sino, por el contrario, a sus pausas y a la constante
limitacin del movimiento". En consecuencia, "la mirada del
griego [...] reconoce [el ritmo] tanto en estado de quietud como en
estado de movimiento, en el comps de la danza, del canto o del
discurso, sobre todo si es en verso"22
Es claro que, en el imaginario griego, el ritmo viene a ser la
marca de una legalidad objetiva de lo real. Una idea que, en
principio, casa mal con la libertad creativa moderna y
contempornea. Sin embargo, dentro de las coordenadas de
esa libertad, es decir de la expresin potica libre, cada poeta
debe realizar un trabajo de composicin intencional, donde
el ritmo visto como flujo y aun movimiento ondulatorio -tal
como han planteado algunos, como P. Henrquez Urea-
debe someterse a los lmites que requiere el sentido potico,
a la exigencia de una determinada armona. La libertad
inherente al verso libre o al poema en prosa o al poema
concreto, permite jugar con diversas maneras y opciones
para imponer esos lmites, pero la labor de imponerlos es
irrenunciable si se quiere proponer un texto poticamente
viable. Todo esto permite entender, entonces, que un poema
concreto tambin tiene ritmo, pese a su condicin de objeto
prcticamente esttico.
En el caso de la tradicin potica versolibrista, la
irregularidad mtrica y aun la llamada "ametra", as como el
recurso a la rima o no, la composicin conforme al ritmo
acentual o a otros referentes tnicos y la disposicin estrfica
o para-estrfica obedecen a modos concretos de poner de
relieve un texto con intencin potica, a fin de potenciar al
22 W. Jaeger. Paideia. trad, de Joaqun Xirau y Wenceslao Roces. Mxico. FCE, 1962,
passim, pp. 126, 127,620.
-
proceso de su realizacin como poema, conforme a ciertos
valores estticos vigentes en una comunidad potica.
En ltima instancia, el verso libre -trmino homologable al
de "versculo" 23 es un quantum de sonido y sentido
expresado en un zigzagueante hilo de tinta o en una sucesin
de voces flotando en el aire. Su composicin se basa en
palabras expuestas conforme a dos factores de relevancia no
sujetos a ninguna exigencia formal heternoma:
1) las ms diversas figuras de lenguaje (es decir, un
modo de relacin con la lgica del lenguaje) y
2) las ms variadas relaciones de la materia verbal con el
espacio-tiempo en que se despliega la libre expresin
con intencin potica: medida (que responde al
modelo versal: "dar la vuelta"), acentos, tonos, aliento
(pautas de respiracin), pausas, relaciones internas de
dicha materia verbal (encabalgamientos o no, rimas,
consonancias, asonancias, aliteraciones), organizacin
estrfica o para-estrfica.
Desde la perspectiva de la relevancia, incluso las formas
tradicionales pueden ser asumidas de acuerdo con un
23 Las nociones de verso libre, lnea (libre) y versculo, pueden ser intercambiables.
Conforme a lo que aqu se ha dicho sobre el verso en general, toda ristra de palabras en
lnea recta que se interrumpe por necesidades expresivas, no preceptivas, puede
denominarse "verso libre". Si un verso de estas caractersticas rebasa los lmites de la
pgina, con el fin de mantener una unidad de sentido, renunciando a todo posible
encabalgamiento. estaramos ante un versculo. Es contradictorio que "versculo", que
debera traducirse en rigor como "versito", "verso pequeo", sirva para designar una
unidad formal ms extensa que el verso. La explicacin de esta evolucin en apariencia
ilgica del lenguaje debern darla los fillogos. Es posible y esto es solo una hiptesis- que ello se explique por el uso de "verso" para nombrar indistintamente la unidad verbal
que, agrupada de cierta manera, forma la estrofa o, en su caso, el poema y el conjunto de
poemas. Aunque hoy suene a arcasmo, en ciertos mbitos se habla de "poesas" para
hablar de "poemas" y tambin de "versos" para referir ciertos poemas, ms que lneas
versales especficas. As, versculo podra ser una posibilidad breve de ciertos poemas
manejados genricamente como "versos". Dada la falta de restricciones formales
heternomas que entorna al versculo, no habra inconveniente para considerarlo una
variante del verso libre. Por lo dems, algunos versculos pueden ser tan extensos y de tan
gran dotacin esttica que pueden ser considerados poemas en s mismos. As, en la lrica
de finales del siglo XIX y todo el siglo XX, es dable encontrar poemas constituidos por
unidades poticas autosuficientes (variantes del versculo), como un tabique por ladrillos
independientes. A su vez, la condicin lineal de todo verso libre permite que el trmino
"lnea" sirva para referir dicha forma potica.
-
propsito potico libre. En ese caso, las reglas formales
preestablecidas, lo que antes era heteronoma inflexible,
aparecen ahora como apoyos de una expresin autnoma
que reintroduce los viejos factores de relevancia en un
proceso potico nuevo. Los "sonetos en prosa" de Gabriel
Zaid son un buen ejemplo de eso, entre muchos otros.
Conforme al principio de relevancia, la composicin del
texto cuya intencin potica se muestra en su forma de verso
libre o versculo opera como una propuesta de referencia
para su lectura y su realizacin como obra de valor esttico.
Las formas libres son como partituras que esperan maneras
de ejecucin adecuadas. No se puede pensar en modos
autoritarios, fijos, de escandir versculos o cualquier otra
forma libre. La composicin, esto es, el trabajo de poner la
palabra en su lugar, al aire libre o en el espacio en blanco,
comporta una indicacin de como quiere el poeta que sea
recibido el texto que propone como poema. En el caso del
poema libre, a la libertad del poeta corresponde una libertad
del lector. Tal vez por eso, Gili Gaya sostiene que el verso
libre exige un "lector-colaborador", en mayor medida que
cuando se trata de formas tradicionales.24
En tanto que forma especial de conjugar intencin, expresin
y relevancia, la clave del verso libre est en la especificidad y
aun unicidad de cada composicin. Con esta palabra se
designa la labor dirigida a relevar el texto con intencin
potica y a potenciar un proceso de realizacin esttica.
Como su nombre lo indica, el verso libre remite a una
libertad creativa, es decir a una libertad en la composicin.
Ya se ha visto que, histricamente, responde a un proceso de
liberacin respecto de lo que ciertos poetas consideraron
obstculos para la expresin esttica. Ahora bien, el ejercicio
de esa libertad potica remite a un piano objetivo y a otro
subjetivo: al supuesto de la inmanencia del lenguaje y a la
autonoma del sujeto creador. La certeza de que el lenguaje 24 S. Gili Gaya Estudios sobre ritmo, Madrid, istmo, 1993, p. 90
-
puede ser abordado desde el proceso de composicin
aprovechando al mximo sus posibilidades trpicas,
prosdicas, sintcticas, semnticas, junto con la certidumbre
de que el poeta-demiurgo tiene un gran margen para
maniobras creativas. En el caso de la poesa libre, la que no
se sujeta a normas formales heternomas, los lmites de la
subjetividad creadora son los lmites que puede imponerle el
lenguaje y los lmites de las posibilidades de este vendrn
dados por la creatividad del poeta. Hay pues una limitacin
mutua entre ambos elementos, que da pie a poner en
cuestin la libertad del verso libre.
Para gente como el padre Garnelo, que reaccion con
asombro y recelo ante las licencias del versolibrismo
temprano, se trataba nada menos que de una "libertad
absoluta". Pero hoy da parece prevalecer cierto escepticismo
a este respecto. Por ejemplo, Gili Gaya afirma que el verso
libre "no es enteramente libre y que, aun en los casos ms
constantes del versculo [...] se dan poemas sujetos a la mas
ceida estructura de la mtrica tradicional"25 Junto a este
tipo de reparos se expresa otro segn el cual no existira
propiamente algo que pueda llamarse verso libre, pues lo
que merecera tal nombre siempre est sujeto a algunas
restricciones.
Son modos parcialmente equivocados de asumir el punto de
la libertad del verso libre. Como ya se ha visto, esta es una
forma histricamente determinada y comporta una
liberacin respecto de lmites formales heternomos vigentes
en el pasado. Nunca se debe olvidar esto. Por lo dems, es
obvio que nada en este mundo, en este horizonte limitado de
sentido, puede ser indeterminado. El poema liberado de
preceptos poticos tradicionales no por ello se sale del
mundo ni del lenguaje ni de ningn otro soporte de su
sentido. Pero, dentro del coto especfico de la produccin del
sentido potico, formas como el verso libre, el poema en
prosa, el poema concreto y otras, s disfrutan de una libertad
25 S. Gili Gaya, op. cit., p. 90.
-
o, ms exactamente, de una autonoma formal.
Esta autonoma formal se nos muestra como algo fundado en
una libertad ms originaria: la libertad del poeta que
concreta en su mbito especfico la libertad del sujeto
moderno. En realidad, puede tratarse de una trasposicin de
un ideal tico a un ideal esttico: la autonoma moral del
sujeto moderno tendra su correlato en la autonoma creativa
del poeta: as como el hombre moderno debe ser capaz para
darse la ley moral, el poeta moderno debe poder darse sus
propias reglas artsticas.
No es posible explayarse aqu in extenso sobre la subjetividad
moderna y sus implicaciones en la esttica de nuestro tiempo.
Bastar con sealar que los estudiosos del verso libre remiten
a ella cuando insisten, como se ha visto, cada quien con sus
palabras, en la arbitrariedad e ndole voluntarista, intuitiva,
espontanesta de las formas libres (Jaimes Freyre, A. Alonso,
Gili Gaya, I. Paraso...)
As pues, el verso libre es impensable sin un fenmeno
histrico previo: la sociedad moderna y el correlativo
individuo moderno. Las formas libres son un fenmeno
esttico epocal vinculado con la situacin del hombre en la
sociedad moderna. Ya Benito Garnelo haba observado que el
versolibrismo se explica por el hecho de que "la sociedad
contempornea esta desequilibrada y necesita como expresin un
arte tambin febril, desequilibrado"26 Aunque sus motivaciones
son conservadoras, es obvio que el cura acert en este punto.
La clase de hombre que se ha desligado de la tierra, de la
servidumbre a un linaje y a una comunidad, que conoce por
diversas vas el libre examen, que desva su fe en un Dios
otrora omnipotente hacia la fe en los poderes del hombre
mismo, que se considera capaz de darse a s mismo la ley en
todas las acepciones de esta palabra, que profesa la religin
del progreso, que ha visto en el arte la gran fuente de
redencin ante los horrores de la vida, que ha olvidado la 26 En I. Paraso, op. cit, p. 21.
-
sacralidad de la palabra, que considera al genio la mxima
consumacin de la humanidad liberada de las ataduras del
dogma y los preceptos de todo tipo, que lleva su
individualismo al grado del solipsismo... ese hombre es el
que posibilita las formas libres, al socaire de la conjuncin de
toda una serie de corrientes ideolgicas o visiones del
mundo: el subjetivismo empirista, el racionalismo, el
criticismo, los progresismos, los romanticismos, los
idealismos, los milenarismos (marxismos y anarquismos y
diversos utopismos), los vanguardismos y los
posmodernismos.
En el caldo de cultivo espiritual en que coexiste todo lo que
implican estos "ismos", se macera el ideal del hombre
divinizado, ansioso de omnipotencia: un modelo de hombre
al que la figura de Fausto todava le resulta conservadora,
limitada. El genio moderno no conoce lmites ni escrpulos y
no pretende ser como Dios, sino ser dios el mismo. El
creacionismo propugnado por Huidobro es una de las ms
claras expresiones de ese espritu en los dominios de la
poesa. El versolibrismo y las opciones formales afines
responden a ese espritu que, en su momento, las
vanguardias continuaran y acendraran al mximo.
En realidad, es posible que, en ltimo trmino, las formas
libres provengan de un intento de liberacin no solo de las
prescripciones formales heternomas, sino de una especie de
solipsismo esttico propio de lo que Max Stirner designo
como El nico. De lo que se libera el autor de formas libres
es, sobre todo, de lo que el otro poeta hace o puede hacer, no
solo de unas reglas heternomas. El versolibrismo y afines
pareceran responder, pues, a una suerte de carrera por la
afirmacin del poeta nico, del que hace solo cosas nicas,
sobre la base de una originalidad ciertamente sobrevaluada,
aparte de ilusoria. Y este unicismo, esta afirmacin
individual extrema, se extiende al mbito del lector, dado
que las formas libres tambin eximen a este de normas de
escansin, antao tan importantes.
-
Aun cuando lo que se conoce como vanguardias,
propiamente dichas, son movimientos de principios del siglo
XX, es dable postular la idea de una visin vanguardista de
las cosas anterior a esas fechas. No en vano Gustav
Siebenmann precisa que la metfora avantgarde, procedente
de la lengua de las campaas militares, empez a usarse en Francia
ya en la primera mitad del siglo XIX, para designar una
tendencia artstica con manifiesta ambicin de progreso y avance
con respecto al gusto reinante 27 . En un sentido lato, puede
definirse como actitud vanguardista la que responde a una
voluntad de transgresin, ruptura e innovacin respecto de
lo establecido en el terreno esttico. Acierta, entonces, Fran-
cisco Lpez Estrada, cuando seala que "los comienzos de esta
mtrica [la irregular del versolibrismo] cuyas races se
encuentran en la poesa de la segunda mitad del siglo XIX, hay
que referirlos, en las formas ya claramente determinadas, a las
literaturas de vanguardia que aparecen en el mbito de
Europa 28 Tambin est en lo correcto Hugo Merani
cuando advierte que, en su momento ms claramente
vanguardista, "la literatura hispanoamericana -principalmente
la poesa- presenta un aspecto desconcertante para el pblico
masivo. [...] La lirica de vanguardia renueva el lenguaje y los fines
de la poesa tradicional. [...] La nueva poesa desecha el uso racional
del lenguaje, la sintaxis lgica, la forma declamatoria y el legado
musical (rima, mtrica, moldes estrficos), dando primaca al
ejercicio continuado de la imaginacin, a las imgenes inslitas y
visionarias, al asintactismo, a la nueva disposicin tipogrfica, a
efectos visuales y a una forma discontinua y fragmentada que hace
de la simultaneidad el principio constructivo esencial29 Todas
estas novedades no surgen de la nada. Remiten a un
basamento ideolgico, espiritual, cultural, que permite
pensar en la obra sustentada en la autonoma moral y esttica
del sujeto moderno; sobre todo, su mxima concrecin: el
genio moderno.
27 G. Siebenmann, Poesa y poticas del siglo XX en la Amrica Hispana y el Brasil,
Madrid, Credos, col. Biblioteca Romnica Hispnica, 1997, p. 204.
28 En I. Paraso, op. cit., p. 50.
29 H. Merani, Las vanguardias literarias en Hispanoamrica, Mxico, FCE, 3ra edic.,
1995, p. 10.
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El versolibrismo se apega con claridad al espritu
vanguardista y este responde a la subjetividad moderna
desplegndose en el campo del arte, la litera-tura, la poesa.
Ello explica al poeta versolibrista como el artfice de objetos
formales nicos: pequeos sistemas verbales
autorreferenciales, armados conforme a una autonoma
esttica, es decir, a una legalidad que el propio poeta se da
en cada caso y circunstancia.
Se ha visto que la fuente de las formas poticas libres es una
subjetividad concreta. Pero esta subjetividad se manifiesta en
trminos de una expresin; es decir, como fuerza que pone
de manifiesto la verdad del sujeto creativo. Al margen de cul
sea la naturaleza de este sustrato antropolgico, lo que
liberan las formas libres es una expresin potica que no
acepta cortapisas heternomas. Autonoma de la expresin
potica, que a su turno manifiesta la autonoma de la
subjetividad moderna: esta es la base del verso libre y todas
las opciones formales de su estirpe. As, el verso libre -por
extensin el versculo y la conjuncin de lneas libres en
grupos estrficos o paraestroficos- procura ser la medida de
la expresin. La primera lnea del poema Mutra, de Octavio
Paz, es un ejemplo de esto. Dice as:
Como una madre demasiado amorosa, una madre terrible
que ahoga
Todas las slabas (22), clausulas, acentos y dems elementos
formales estn solo al servicio de la expresin del poeta, no
de ninguna regla previamente fijada. Lo mismo se puede
decir de cada versculo incluido en el poema. Veamos tan
solo los primeros de cada estrofa:
Este da herido de muerte que se arrastra a lo largo del
tiempo sin acabar de morir
Todos vamos cayendo con el da, todos entramos en el tnel
Dentro de m me apio, en mi mismo me hacino y al
apiarme me derramo
-
No, asir la antigua imagen: anclar el ser y en la roca
plantarlo, zcalo del relmpago,
Pantanos del sopor, algas acumuladas, cataratas de abejas
sobre los ojos mal cerrados
Se despenan las ltimas imgenes y el ro negro anega la
conciencia".
Por ltimo, el que cierra todo el poema:
Y hundo la mano y cojo el grano incandescente y lo planto
en mi ser: ha de crecer un da30
La unidad de sentido de cada uno de estos versculos nunca
se rompe: lo que importa es tratar de plasmar en la pgina
diversos momentos de la experiencia del poeta en un rito en
honor a Krishna, en la ciudad india que nombra al poema31.
Tena razn, entonces, Jaimes Freyre cuando, en sus
primicias tericas sobre el verso libre, adverta que este no
entra "en los dominios de la mtrica, sino en los ms amplios de
las formas de expresin"32 Y con lo visto, puede entenderse por
qu Gili Gaya describe el versculo, esto es, la lnea versal
libre, como "una unidad meldica, expresiva, voluntaria,
deliberada; es mucho ms que un rengln33.
En verdad, la expresividad en estado puro a que aspira el
versolibrismo puede ser una hoja de acero con doble filo:
permite asumir de modo creativo las experiencias ms
profundas en las relaciones del hombre con el mundo; pero
tambin puede dar pie al facilismo, a la falta de rigor, al culto
a la espontaneidad. Sobran los ejemplos de esta posibilidad
indeseable. Tal vez los ms renombrados son algunos -no
todos- de los experimentos surrealistas, como los textos
30 O. Paz, La estacin violenta, Mxico, FCE, col. Letras Mexicanas. 1958, passim, pp.
28-36
31 La historia y el contexto del poema de Paz estn muy bien registrados en "Octavio Paz
por el mismo", Reforma, 9 de abril de 1994
32 En I. Paraso, op. cit.. p. 91
33 En I. Paraso, op. cit.. p. 45
-
armados a base de asociaciones instintivas o los cadveres
exquisitos. Opciones que, con plena coherencia, se sirvieron
de formas poticas como el verso libre.
Como se ha visto, el surgimiento del verso libre obedeci a
una necesidad expresiva, en un momento histrico concreto.
No fue ningn regalo del azar ni de agentes
indeterminados. Fue una invencin, es decir, el resultado
de una bsqueda premeditada en virtud de la cual advino
como forma potica posible entre otras afines. Hay un afn
de omnipotencia potica, acorde con el espritu
desacralizado, rupturista, antropocentrista de finales del
siglo XIX, en la raz de la creacin de las formas libres.
Cuando Jules Laforgue y Gustave Kahn inventan el verso
libre, entre 1885 y 1887, concretan un acto de voluntad.
Algo parecido puede decirse de Hojas de hierba de W.
Whitman, aparecido por primera vez en 1855, donde la
innovacin formal que supone el versculo aparece como
fruto de una necesidad expresiva conscientemente asumida.
Es muy importante tener en cuenta estos hechos, pues
contravienen los afanes de ciertos tericos por asignar un
peso que se antoja excesivo a algunos antecedentes
registrables en la tradicin potica en castellano, en el
proceso de surgimiento y consolidacin del verso libre
hispnico.
Ciertamente, el versculo o verso libre aparece en el mundo
de habla hispana entre 1894 y 1900, es decir, con
posterioridad a su irrupcin en los mbitos de habla
inglesa y francesa. Eso da margen a esas influencias
externas en el versolibrismo hispnico. Pero ello es
paralelo a la existencia de una amplia e importante historia
de versificacin irregular en espaol, entre los siglos XII y
XVII. Este hecho fue justamente destacado por Jaimes
Freyre y P. Henrquez Urea, para quien el verso libre
hispnico tiene en todo caso algunas deudas con el
verse librisme francs, pero no con la propuesta de
Whitman. Sin embargo, esto no parece autorizar la idea
de una "tradicionalidad del verso libre hispnico". Es decir,
-
el hecho innegable de tal tradicin no basta para afirmar,
como hace I. Paraso, que en parte el verso libre en espaol
se debe al "desarrollo autctono de tendencias mtricas
preexistentes", si con ello se pretende negar la
importancia del voluntarismo, la necesidad de soltar la
expresin y el experimentalismo subyacentes en la
invencin de tal forma potica.
Isabel Paraso, quien ha sido una de las que ms han insistido
en la tesis de esa "tradicionalidad" ha tenido que reconocer
tambin un "origen mltiple" en la aparicin histrica del
verso libre. Esto ltimo es lo que ms parece aproximarse a
la verdad. En primer lugar, en esa multiplicidad hay que
considerar la diferencia de orgenes e influencias entre la
poesa compuesta en Amrica Latina y la que se hace en
Espaa a finales del siglo XIX y comienzos del XX. De hecho,
los americanos tuvieron un protagonismo mucho ms claro y
destacado en esta historia. Pero, el proceso no es homogneo
entre los propios latinoamericanos. Mientras en Jaimes
Freyre y Daro, por ejemplo, opera con ms fuerza el influjo
del simbolismo francs y el del portugus Eugenio de
Castro, a quien Max Henrquez Urea adjudica nada menos
que el comienzo del versolibrismo en Amrica Latina34, en el
caso de Jos Asuncin Silva, en la opinin de I. Paraso, fue
determinante el redimensionamiento de la versificacin
irregular espaola. Una tradicin, esta ltima, que de
acuerdo con P. Henrquez Urea se divide en dos etapas y
modalidades: la que va del siglo XII al XIV, centrado en la
irregularidad mtrica y la ametra, y la que compren-de los
siglos del XIV al XVII, de ndole acentual35 Por lo dems,
tiene razn I. Paraso cuando observa que despus de una
primera generacin versolibrista, en la que descuellan
Jaimes Freyre, Daro y los modernistas, etctera, aparece
una segunda, decisiva en la implantacin del verso libre en
lengua hispnica, para la que fue ms importante la
influencia de Whitman. En este grupo entran poetas como
34 Citado por I. Paraso. op. cit.. p. 64.
35 En I. Paraso. op. cit.. p. 25.
-
Neruda, Aleixandre, Dmaso Alonso Entre estos y Daro,
tocados en alguna medida por la propuesta esttica del
nicaragense, tambin cabe mencionar a un conjunto de
poetas que, en el criterio de P. Henrquez Urea, hizo
mucho por la expansin y consolidacin del verso libre
hispnico: Marquina, Enrique Dez-Canedo, Ramn Prez
de Ayala y, el ms importante de ellos: Juan Ramn
Jimnez. Un caso aparte: la huella italiana en el
versolibrismo hispnico: Unamuno influido por Leopardi; el
propio Rubn Daro afectado parcialmente por D'Annunzio.
Un examen minucioso del curso de la poesa de habla
hispana en su bsqueda de formas libres y, concretamente,
del verso libre rebasa con creces los lmites de esta modesta
disertacin. No hay ms remedio que enumerar, en
trminos generales, la intrincada diversidad de factores y
elementos que originariamente intervinieron en el
lanzamiento, expansin e instauracin del verso libre. Tan
solo entre los que registra I. Paraso estn: Whitman;
Laforgue, Kahn y los simbolistas franceses; el portugus
Eugenio de Castro; Jaimes Freyre, Daro y el grupo de
poetas que rodea a ambos en Buenos Aires; las opciones de
versificacin irregular en la tradicin potica hispana; la
probable impronta de la literatura alemana por medio de los
versolibristas franceses, quienes segn Julio Saavedra
Molina haban detectado la afinidad rtmica de la prosa y la
poesa elaborada en esa lengua36; la ya sealada influencia
italiana; la relacin de los poetas con la operstica de Pietro
Metastasio y Wagner. A todo esto cabria sumar, al menos ex
hypotesi, la importancia de la traduccin de poesa en el
descubrimiento de nuevas posibilidades prosdicas,
trpicas y de composicin, as como datos tan accesorios
como la abundancia relativa de papel y el inusitado
desarrollo de la industria editorial.
En este punto, no est de ms traer a cuento, sin agregar
36 A este respecto, v. I. Paraso. op. cit.. p. 63.
-
nada, la siguiente observacin de Gili Gaya: "Algunos han
pensado que el auge del actual verso libre puede tener su origen
inmediato en la imitacin del versculo bblico () Me guardare
muy bien de negarlo en ciertos casos. Pero, en conjunto, creo que
esta explicacin sera insuficiente para determinar un hecho tan
universal, y que los motivos del versculo moderno han de ser ms
hondos que una simple imitacin externa37
Como deca Mara Zambrano, el futuro es un dios
desconocido. Es imposible saber que va a ser del verso libre
en los tiempos venideros. Todo indica que las formas
poticas dependen mucho de las ms elevadas necesidades
de expresin humana. As, lo potico se vincula
ntimamente con las dems cosas del mundo. Eliot llego a
decir que "el desarrollo y los cambios en la poesa y en la crtica se
deben a elementos procedentes del exterior"38 Dado que vivimos
en un mundo de acelerados cambios en muchos aspectos de
la vida, es razonable creer que este dato habr de afectar a la
poesa. Sin embargo, hay que tener presente que el
despliegue de las formas poticas en el tiempo parece
responder ms a una intrahistoria silenciosa que a una
cadena de atronadores saltos revolucionarios. Cada nueva
forma potica parece ser una victoria de la demasiada
humana sed de expresin, a partir de la tradicin formal
conocida. La voluntad rupturista de todo poeta eminente
puede ser muy grande y alcanzar cotas admirables, pero
nunca operara en el vaco: siempre tendr que hacer pie en
el duro suelo de una tradicin potica. En consecuencia, los
cambios que hayan de venir tendrn que darse dentro de las
coordenadas de la tensin entre nuevas necesidades de
expresin y los sedimentos formales de que est hecha la
historia de la poesa.
Lo que uno logra ver en el horizonte es el vuelo ominoso del
terror y el horror. Es decir, fenmenos ante los que la
expresin humana, la vocacin polimorfa de sentido sobre
37 S. Gili Gaya, Estudios sobre ritmo. p. 65.
38 T. S. Eliot. "La mente moderna". en Ensayos escogidos. selec. y prol. de Pura Lpez
Colom, Mxico, Coordinacin de Humanidades. UNAM, 2000, p.323.
-
todo la voluntad de sentido potico tendr que contar con
opciones expresivas tan libres que tendern a reventar los
lmites de la palabra misma, no ya los de los moldes
formales ms o menos operantes. La tierra agoniza, si no ha
muerto ya, y los dolores de esta genuina tragedia anhelaran
los caminos apropiados para estallar en los lmites del
lenguaje. Despus de que el verso ha mordido la manzana
de la libertad, es esperable que siga adelante en pos de una
expresin radicalmente libre, que sea fuente de vida.
Dispnsese el tono proftico, apocalptico, de estas frases,
pero es muy probable que la poesa que vendr tal vez
necesite la libertad desesperada del aullido. Mientras se
llegue a este nuevo viejo grado de la forma, el futuro de la
poesa parece estar en el espritu que dio a luz las formas
libres.
Mxico, DF, julio de 2003
-
APROXIMACION AL VERSO LIBRE EN ESPAOL
de Josu Landa se termin de imprimir en el mes de
septiembre de 2004, en los talleres litogrficos de Impresos
Omar.
Caracas, D. C. En su composicin se utilizaron los tipos
Times New Roman de 11 puntos. El texto fue impreso en
pliegos Tamcremy de 55 grs, y para las tapas se utiliz
sulfato solido 0,14. La edicin consta de 1,000 ejemplares.
Ars longa, vita brevis
Nunc et semper