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"Reconstruir la escuela con el material

con el que se hacen los sueños"

La escuela "tradicional"

(no confundir con la escuela como institución)

enseña a sentir vergüenza al equivocarse.

Evalúa en función de lo que falta,

uniformiza a los alumnos coartando su creatividad,

su imaginación y, lo que es más importante,

su capacidad de soñar.

Un niño que sueña es un adulto que crea,

que innova, que emprende, que tiene iniciativa

y espíritu crítico.

¿Será por eso que el sistema educativo

está diseñado para eliminar los sueños?

Vamos a pensar, por un momento, que la escuela tradicional

es un par de zapatos.

Unos zapatos bonitos y cómodos,

elaborados a mano por el mejor de los artesanos y con la mejor de las pieles.

Eso sí, son unos zapatos de la talla 35.

A los niños y niñas cuyo pie encaje con ese número,

esta escuela les va

como anillo al dedo.

Ahora imaginemos qué pasa cuando intentamos calzar ese zapato a niños

que tienen el pie más grande o más pequeño.

Algunos de ellos, con molestias, rozaduras y a riesgo de deformarle el pie,

acabarán por llevar esos zapatos.

En cambio, otros muchos niños y niñas

jamás podrán lucir ese bonito calzado

por mucho que lo intenten e insistamos nosotros en ello.

Es por eso que propongo elaborar ese zapato

que representa la escuela con el material

con el que se fabrican los sueños.

Un material capaz de adaptarse al pie de cada niño y cada niña,

capaz de cambiar,

capaz no dejar descalzo

a ningún niño.

Es un material que todos tenemos, pero no todos sabemos usar.

Es un material que tiene que ver con la aplicación

de nuevas metodologías pedagógicas y que todos

los que trabajamos en este mundo conocemos,

pero que parece que son difíciles de implantar

en el trabajo de cada día y que tengan una

incidencia real en las políticas educativas.

Un material elaborado con la tecnología más actual...

que permita compartir, conectar, crear...

soñar,

porque como oí decir el otro día "No

es normal que a los niños no les guste la escuela".

Mª Ángeles