APOSTfl^LAS HACIA LA GRAN CAPITAL /.PALABRAS HAY QUE ...
Transcript of APOSTfl^LAS HACIA LA GRAN CAPITAL /.PALABRAS HAY QUE ...
26 de diciembre de 192o LA VOZ "H^mf
APOSTfl̂ LAS
/.PALABRAS 6
PIADOSAS? EL NIÑO QUE
MURIÓ DE FRÍO
Y de hambre
Un niño ha muerto en la calle, en los brazos de su madre . Ha inuerto de frío. Los periódicos h a a Jado la noticia. La han comenta-Jo. E n ol co(menta.rio brincaba la indignación como sii quisiera abo-í'etcar al responsable. No ha sido 2sto sólo. A las redacciones han llegado 'escritos firmados y anóni ' OÍOS, on que se invita a buscar so-^vícionos definitivas p a r a el grave jroblema social. Como otras veces. En cuantas ocasionas se vio afeada la sociodiaid en el espejo da sus iniserias, en t an tas comentaren in-.iigiiados los periódicos, y la pie-Jad del público se manifestó con sscritcs remitidos a las redaccto-les . Luego pasó el tiempo. El dolor privado fué pardiendo la asis-ieneia moral del dolor colectivo, y íuando ya nadie recordaba el epi-iodio ti'áíjico que lo produjo, vod-vía la histeria dclorosa, como vía irucis de la sociedad, en busca Je la perfección. Pero es la muerte del niño, sin ropas, muer te por el frío, en brazos de la madre, qne, yaxa proteger a la víctima propi-•iiatoria de la indeimeiite organiza^ iión social, so desprendió inútilmente del propio abrigo, lo que ha conmovido ahora a la cipinión. Ei\ iomo al suceso se han concebido iniciativas, y de una de éstas, anónima, son las siguientes pa labras : "Sóio hace fal ta ui> poco de buena voluntad. Amor a nuestros semejan tes : nada de jun t a s pom^posaSi que en adminiístrar el dinero de los :\ioesitadcs se ' lo gastaai ' todo; na-la de vanidades. Bas ta la buena voluntad."
Cxacto: bas ta r ía la buena voluntad. Ahora hay muchas jun tas , Y j an t i t a s y has ta roperos que ao svitan la muer te por frío de un niño en plena calle; de un niño al Cjue se ha dado de a l ta on un Cen-t'O de ben-cficDT.cia. Sobran esas juntas y ^untitas. Hay un derecho \ior medio: la asr'stsncia social a cuantos la han menester. El Estado, que IntErvisne p a r a re>gu4ar las velaciones de las fuertes, tieívs mayor obligaíicn ds intervenir para defender la vida de los débiles Aquél, por medio de las leyes, t rata de humanizar las luchas por la existencia de cuantos sahan y pueden mantenerla bravamente. Su intervención sis encamina a daspc-jr.r s e m e j a n t e luchas de \dcians cías qua turban la tranquil idad del Estado. E n cambio no so conmueve con la muerte de inanición o de frío, en el desamparo de la calle, de los desamparados de teda tutela oficial. PersdgTie que desapa'rez-can las conmociones trucuJentas, y pasa indiferente ail lado de los dramas callados de la miseria, porque a los miserables no los queda ni el aliento sufi,ciente p a r a tu r bar la paz del Estada, como no sea al modo que la piedra que cae en un estanque riza momentáneamente las aguas . Y, sin embargo, más se enaltece el Es tado haciendo imposiibles fencmonos s^aciales igualmente t rágicos que afrentosos, conjo el de la muer te de ese niño, que saliendo de su perséna-üdad de testigo en las relaciones
• de los fuertes pai-a regular las y despuntar las esquinas agresivas de los contendientes. F i ^ í a que la beneficencia c&ia l se organice en servicio del concepto jus to y hu-mamo de quro la caridad del EuS-tado t iene todas las característ icas de las obligadas reparacdones, por el ma l que el propio Es tado toleró en su seno, no se t runca rá una vida en la calle. Las vísperas de la fiesta conmemoradora del alumbramiento en u,n establo de Belén dejarán de es ta r dedicadas a.,Ha-mJeis.
Obra del Es tado, sin pomposas jun tas o jun t i t as que entretengan vanos asuetos de ociosos, ha de ser el seguro de vida p a r a Buan-tos vienen a acrecer las reservas humanas del Estado. Las iniciativas pr ivadas tienen la vir tud ás proclamar que no se hal la per^'er-t ida la conciencia moral del pueblo. N a d a más . Se nos dice, al hablar de la nece^dad exclusiva de que haya buena "i^pluntad p a r a resolver «stos pi-oblemas, que bastar í a el óbolo de un duro por cada madrileño (sn t r ibuto voluntario proporcional) p a r a construir es-
EüiLES OE LA ZAeZUELÍI Hoy, sábado,
GRAN GQHGURSQ DE "SCHOTIS ' ' Dos valiosos premios.
nOUETES y lUEGOS
El más extenso surtido.
tratb6gicia!meín.te refoigios que fun-donasen en ümianno. Estos reftí-gios, "que podrían quedar redlid-dos a gTaawte barracones de madera , con una buena estufa y provistos de cocina en que prepara r café o sopa calientes", resoílve-rían, indudablemente, el problema del albergue en las crudas noches de invierno. Pero ¿por qué h a de ser rjecesario que los construya y mantenga la caridad pública? En-coaniendarle a ésta la obra acreditar á plausible aptimismo, en cuanto se hace just icia a los sentinnientos de todos los madri leños; pero ser í a ineficaz. No se hal lar ía el modo de obtener la recaudación precisa., y se incurr i r ía en el mal lamentado de las juntan pomposas. El Estado o el Municipio, en cambio, además de tener el deber, cuentan con la capacidad ejecutiva necs-sar ia pa ra convertir en realidad el proyecto. Y es verdad que esa iniciativa u o t ra con eficacia pa ra defender avaramente todas las vidas, mejor cuanto más humildes sean, se impone categóricamente. No sea el suceso de. a h í r a , como otros antcrioires, simplemente obje to de comentarios piadosos.
HOTEL GRñH VIñ D0MING03
T H E S DE MODA D e 6 a 8 t a r d e .
Orquesta: LOS GALiNDOS
Hiere a u o a anciana para A>-
baria
IMALAGA 25 (8 n.)!-^Dicen del pueblo de Benamargosa que Antonio Alarcón Lavado se presentó de noche en el domicilio de María López Marín, de sessnta y ocho años, y con el pretex.to de que t r a í a un encargo de una hi ja de María ,-que reside en Vélez-Mála-ga, consiguió que la anciana le entreabiera la puar ta .
En t ró armado de un cuchillo y exigió dinero a la dueña de la casa, y como ella se resist iera le dio vaHas puñaladas.
Quedó la anciana herida grave-i mente; pero el agresor también está herido da pronóstico reservado,' pues María luchó con mucho ánimo. "^
Antonio fué detenido. (Febus.)
Elvmelor rei?alo para mi jManolo. es un sombrero Topo Habig, de casa GONZÁLEZ
RIVAS. Preciados, 23 y 25.
HACIA LA GRAN CAPITAL
HAY QUE ANEXIONAR A MADRID ^ EL PUENTE DE VALLECAS ^
Donde viven más de cuarenta mil madrileños
¿ R A N VIA, 18 COf;H£S DE NtÑO
abasteciHiiento os agua y üúido eiéetrioo
m Madrid Anoche facilitaron en el Gabi
nete de Censura las siguientes líneas :
" E n contestación a un escrito de la Sociedad Hidráulica Santi-Uana, se ha dictado una Real orden disponiendo qve no procede suspender la subasta de las obras anunciadais en la "Gaceta" de 12 del actual , n i su ejecución en caso de que fueran adjudicadas; que ta l ejecución de obras ni modifica ni prejuzga derechos que j io deben suspenderse, n i diferirse la gestión acordada por la Presidencia encaminada a la transacción o fusión de las dos entidades que suministran agua y fluido a Madrid, con el fin de hacer más abundante y mejor este aprovisionamiento; que a t a l efecto, ©I Ministerio de Fomento propondrá ,a la Presidencia el nombramiento de una Comisión, de la que formar á pa r te un representante d e l Ayuntamiento de Madrid, no sólo por lo que al vecindario afecta, sino como posible futuro comcesio-nario del servicio con carác te r de socialización o municipalización de él, y que en el plazo de cuatro meses eleve la Comisión al Gobierno sus conclusiones y propuestas . "
La Oficina de Viajes y Tur is mo del E N I T ha recibido el siguiente te legrama ae Ñapóles:
"COMITIVA E S T U D I A N T E S , TODO B I E N . SALIDO ÑAPÓL E S R E G U L A R M E N T E H O-RAS 0,30 N O C H E 18/19 , COR R I E N T E . " '
La noticia se refiere al grupo de profesores y estudiantes de la Facul tad de Ciencias de la Universidad de Barcelona que en viaje de estudio recorre en estos días el terr i tor io italiano.
L a excursión h a sido organizada por el E . N . I . T. (Departamento Oficial I tal iano de Tur is mo), rambla Santa Ménica, 1 y 3, Barcelona.
H o m e n a j e a u n escultor
B E J A R 25 (8 n.).—Se h a descubierto con toda solemnidad la lápida en honor del escultor bejara-ño Mateo Hernández, residente en París , costeada por la colonia be-jarana de Buenos Aires.
Ante la casa en que n a d ó el escultor se detuvo la comitiva, formada por las autoridades y numeroso público, e hicieron uso de la palabra D. Gabriel Rodríguez, por la colonia bejarana en Buenos Aires ; D. Saturnino Rodríguez, por el Ayuntamiento, y por el festejado, el escritor D. Emilio Muñoz. Todos los oradoi'es pusieron de manifiesto el renombre que el señor Hernández ha logrado alcanzar en el Extranjero con sus obras.
Al descubrirse la lápida se dieron vivas a Mateo Hernández, a la
Bolonia bejarana (!e Buenos Aires, a Francia y a España . (Febus.)
No se podría decir qué es lo que' hace falta con más apremiar.te imperio: dar afueras urbana:; a Madrid o urbanizar las afueras i!e Madrid incorporándoselas a la villa y corte; la oonclusión es la misma. Madrid es tá rodeado por una cintura de populosas y r-caí t a -rrii.das, de las que no puede decirse que se hallen mal urbani iadas , poique el urbanismo no ha entrado en ellas saneando, pavimentando, ele»vando el nivel cultural de les vecindarios dispersos. Poi dcndequiera qua se salga de. la capital de la E-'ipaña, hay que salvar una solución de continuidaa donde la desidia, o algo peor, t iene acotado a nuestro Municipio con depósitos de inmundicias o Oün barrancadas donde toda truns-giefión a las ordenanzas municipales encuentra campo propicio para la experimentación. En las lindes con el municipio vallecano, por ejemplo, la zona hostil deiimitado-r.-i da Madrid y Vallecas la marca e! arroyo Abroñigal.
¿ Por qué se ofrece un contraste lamentable en la linea misma donde termina la jurisdicción del Ayuntamiento madriíeíio? Parecía que la c o n t i ^ d a d , l a inmediación, la convivencia, deberían desarrollar iguales anhelos, idénticos guatos, l a s mismas -predilecciones. Adentrándose por la importante barr iada del I 'uento de Vallecas scrorende, en efpcto, que, salvada la «ivisoria en que se diría hans« complacido los hombres en acumulas detri tos, despojos, escombros, que la humedad convierte en fango, al que dan pestilencia las emanaciones del arroyo Abroñigal, el gusto urbano y aun el artíst ico recobra tbdo su imperio en cuanto a . l a s construcciones; pero nada más en cuanto a las construcciones. Viendo ese sifón que h a dejado la Compañía del Metropojitano a ambos lados del puente, convertido a la derecha en muladar , en lecho de lagunas infectas, en da-pósito de deposiciones fisiológicas, no se sabe qué pensar del Apuntamiento rector de la vida de Vallecas. Viene a la memoria el bárbaro concepto que en tiempo de Felipe I I se tuvo en la corte de España, qiie, de población saludable, la convirtió en un inmenso foco de infección. La ta la de los montes había modificado el clima, el vecindario se resentía de los aires delgados y penetrantes del invierno, y pa ra contrarres tar^los efectos de su sutileza se dio en la costumbre de ar ro jar en calles y plazas desperdicios^, inmundicias y animales muertos , a cuyas emanaciones pútr idas se atribuía la virtud de hacer sano y respirable el aire. ¿ E s este mismo concepto-ab. surdo el que mantiene esa diviso-ría deletérea en el Puente de Vallecas?
OtraiS se dice que son las causas, que no ceden en absurdas a las que convirtieron al Madrid de Felipe I I ©n un gran estercolero. Los que penetran en las intenciones de las autoridades vallecanas hablan de propósitos deliberados de mantenerse, con relación a Madrid, en un aislamiento al que no puetle, ci?rtamente, l lamarse espléndido. Atribuyen a esas fangosas tr incheras , mal l lamadas sifón, u n a n i -s i ' n bien preconcebitla. Vienen a ser como el esjxmtapájaros que se a ' / a en los sembi-ados p a r a defender los granos de la voracidad' de los gorriones; pero los "gorriones" a quienes se quiere asus tar con la zona de lodo y basuras que marca el límite municipal son de la ola-Re de urbanizadorss, que puwlen tener la tentación de buscar ba
rriadas agregables a la villa y corte, y que apenas lleguen a! Puente de Vallecas sentirán la necesidad de volverse a t rás , para no salvar la zona insana. Has ta .subsiste, sin que se sepa por qué, la si-mulíjción de un puente que desapareció con el Metropolitano, conservando unes pretiles a ent rambos lados de !-i ca.ri-otera, qae ' a e.ilrechan, cwnio si quisieran hacer máí- difícil el paso. Todo ello es,, a ' . ' c io de no pocos, una declara-ciú; táci ta de que se prohibe el paso... a cfuien pienf;e en agregaciones.
,Sin embargo, Madrid ha la anexionarse el Puente de Vallecits, o el Puente de Vallecas ha de agregarse a Madrid. Lo merece esa barriada, muy digna de una vida urbana que hoy no tiene. Lo necesita Madrid para que vaya desapareciendo el cordón horremlo e insalubre que io cerca. El antiguo Puente de Vallecas, del cual sólo queda, como va dicho, una tosca
trecho en trecho, liacen su apai i ción montones do basura. ¿ E s que no la recoge 'nadie ? Has ta .híux pocí, no; aJiora ya hay uno5 volquetes encargados de recogerla, que hasta avisan su paso con el toque de una campanilla; pero los veiíi.os, en general, por no esperar a la puerta de la calle, han llegado a confundir la misión de ¡os >'o:queftes con la que se le adjudica a la escupidej-a en su definición; "Un ar tefacto 'en torno al cual escupe todo el nuindo." V i.̂ ts basuras siguen .sin ser recogidas.
El Puente de Vallecas no merece o:^ trato. Es una población rica, ,eíi constante, crcchnionto y pro gre-so. De mayo a agosico inclusive del año pasado se. concedieron por el Ayuntamiento 500 licencias de construcción por raes. Téng-n?e prescnite que ei pie d t terreno, en lugar no muy céntrico, (jus valía el año 11 a 70 céntimos, cuesta hciy cinco pesetas . Poco anto.4 de efe año, el te-
ridícula simulación, debe des-^ rreno se vendía por fanegas^ y lo aparecer totalmente, y un día desaparecerá. El sifón a derecha e izquierda del puente, que es ocasión para que se estanquen las aguas y se concentren las basuras , puede ser llevado a las afueras de la población, y sobre los agrandes desmontes, ya rellenos de t ierra, hacer una artí.stica y l impia glorieta, tal que la de los Cuatro Caminos, a propósito para que el espíritu arquitectónico le ponga el festón de espléndidas construcciones que señalen la presencia del Municipio madrileño, con la ostentosidad de gran urbe, y el deber de que no qutde nada sin urbanizar dentro de "los límites ganados para su opulencia.
El Puente de Vallecas cuenta con algunas calles urbanizadas, muy pocas. La carretera de Valencia, que depende del Ministerio de Fomento; la avenida del General Ampudia, que conduce al barrio de Doña Carlota; la calle de Vallecas y la de Juana Lloret, en que es gala un hotelito que aiiuél tiene, de linda factura , son quiz.4 las únicas empedradas. El resto de la población garece de pavimento firme. Estos días, el Puente de Vallecas, con sus magníficas construcciones q u e denuncian espíritu ciudadano, riqueza de gran capital, da la sensación de una Venecia moderna, de eSificios burgueses, en que el agua de los canales ha comenzado a cuajarse en fango, en proceso de solidificación. El lodo qiie llena el arrcr/o de las calles, entre las aceras rústicas, so mueve cada vez que pasa algún automóvil o camión, como masa agi tada en inmensa ar tesa . Por las aceras, recibiendo ©1 fango y maldiciendo del Ayuntemiento, van las intei-rainables hileras humanas, el ajetreo del vecindario copioso, constreñido a t r ans i t a r haciendo equilibrios como en cuerda floja, so pena de verse envuelto en lodo. Y como contraste marginal , se alzan a los lados, tal como en la larga calle de Nicasio Menéndei, edificios de t res o más pisos, bonitos, con tiendas lujosas en la planta baja, o espléndidos hoteles que sirven de cárceles melancólicas a sua moradores, sitiados por el barro.
Menos mal que la higiene anda pareja con el estado de las calles. Existen escasas aloantarilla.s. da m-5p escaísa capacidad. Hemos visto algunas acometidas rotas , sin que nadie se preocupe en repararlas. En su torno sobrenada el fie-
»mo de los establos de vacas. De
que cuarenta a-ñoa a t rás Cü.v.aba a dos pesetas el pie eíiiñcado, hoy t e cotiza a 25. Esa as la marcha de la población. Su pi-esupue^sto so eleva a 1.130.000 pesetas. Sólo el gremio de iíquido.s contiiljuyo al Municipio con 300.000; verdad en que los empleailos se llevan ya 200.000. La pobftación, de 40.000 habitantes de derecho y de 15.000 flotante^, da lugar a que en el Matadero se sacrifiquen en este tiempo diariamente 10 vacas, 75 a 80 corderos y 50 cerdos, que 5u])onen, poco más* o menos, 1.500, pesetas diarias por Consumos par,% el Ayuíutamiento. De la población dicha con-esponden a Vailecas poco mus de 6.000 habitantes.
¿Cómo e'l Puenta de v^allecas, con esa riqueza, coin su movimiento comercial, con su actividad fabril, no afronta la urbaniz.ación resuel tamente? Se ar,guye que es tanto lo que hay qua hacer, que sería imposible realizarlo con las disponibi'l'idíuiea d d pre,3.upuesto. Eso es más fácil decirlo en descargo de una conciencia que no atormienta mucho que probarlo-También m a rgumenta que el vecindario no s« halla dispuesto a colaboraff' 'en la medida que le impone el Esta tuto . Es te recui'so ho ee nuevo. Véase lo que decía un escritor anónimo con leferencia a Madrid en tiempo de Femando V I : "Ninguno hay que no desee la lini-pieza^de Madrid y -rttupere su piso y su empeidrado, y estos mismos, si se les incomoda con el gasto o con la obra, serán los nia-yoreis impugnadores de su remedio. Mucha/s cosas, sin embargo, se pierden, no porque no las podamos aflcanzar, sino porque no las osamos emprender, y todo lo puede v e n c e ! el espíritu y la perseverancia de las autoridades que cuentan con los más altos aipoyos."
En Vallecas no se osa emprender la urbanización. •
Esto es todo.
HOTEL NACIONAL laflanat domingo, t é de «moda
Pr!i8fa oai3 pera üoiiis 9 haüfiyeies
Cabeza de ratón antes que coJa de león. He aquí la expresión de la voluntad de quienes administran el Puente de Vallecas. Ese municipio, formado por la capital del concejo—^Vallecas—, con unos seis mil habitantes, y el Puente y sus barrios, con- unos cincuenta mil ent re fijos y t ranseúntes, €s el ejemplo más concreto de lo que puede el egoísmo de prevalecer, de dominar, de dirigir. Los representantes electivos y funcionarios que forman el organismo administrat ivo y residen en el Puente , ejercen la hegemonía sobre ei municipio por la na tura l superioridad que les da pertenecer a la gran barr iada de 40.000 almas, con todas las apariencias de capital, sobre la d^miedrada cabeza del municipio, formada por unos seis mil habitantes, la mayor par te t rabajadores del campo. En cuanto se desglosase el Puente para incorpo. rario a M&diidí coa el cual es tá
ya unido espiritual y económicamente, aquel cuadro de administradores que apenas sufre modifi-eaeiones con el transcurso do los años habría pei'dido toda hegemonía. La cabeza de ratón habría pasado a formar pa r te de la cola del leóii, con vigorización del totlo, pero sin que pudieran jugar a los alcaldes y tenientes de alcalde los que lo vienen haciendo, ni dependiendo la vida administrativa del Puente de la voluntad de unos individuos. '"íín el Puente hay quienes necesitan entretenerse en administrar . Al lado de la gran capital, quiere persistir el pequeño pueblo—siempre desde el punto de vista admi-aistrativc—, ese ^'equeño pueblo en que paiia nada eiasten bríos, y, sin embargo, quienes lo administran creen es tar xealizr.ndo misiones providenciales. Así se advierte que los abastos andan desperdigados por las calles?, no obstante haber magníficas plazas da ide podrían montarse unos magníficos tinglados; pero de este modo, si la higiene padece y se hallan embarazadas las calles con puestos, la administración de los tr ibutos es más compleja. No hay apenas vías urbanizadas. El agua fal ta ft-e-cuentemente, y la que hay es un sobrante del Canal, de concesionario particular, que, a cambio de cobrar al vecindario el .sifministro, entrega al Ayuntamiento unas cuantas fuentes, donde puede el público recoger para su cÉisumo el agua que antes se dedicaba, a riegos y que carece de condiciones de potabilidad. Verdad es que el Puente de Vallecas podría tener el agua del Canal; 2>ero no es menos cierto que el concesionario de la del canalillo cobra por met ro cúbico ly día 130 pesetas al año, unas cien pesetas más que lo que cuesta el agua buena en Madrid. Y lo uno compensa lo otro.
En cambio, en el Puente de Vallecas eocistia J a Gota de Leche. No saibomos .sí le Jjpmaiíaa asi, poft) la organización se aju;;-ta, .mucho al nombre. Consistía en la ent rega de vales de leche a las faanvlias necesitadas, que iban a hacerlos efectivos en las vaq'.'e-rías.^ Por eate concepto, el Ayuntamiento gastaba^ bastantes miles de pesetas de sus presupuesto- , y la institución no estjiba mal. Cla"-ro que nada es perfecto en la \'i-da, y algún defecto había de tener ¡a institución del Puente de Vallecas. Lo halló un concejal, un poco alarniíiído por el gasto que suponía pa ra el Ayuntamiento <ú suministro de leche. Los vales supe-.raljan a las .familias necesitadas. Y, en efecibo, acaso aflguaas de éstas percibíají la ración láctea; pero la mayor par te de i.;s vales iban a pa ra r a manos de familias que no habrían querido declarar públieamcjnte que vivían de la be-n«ficencia. CJracioso truco aldeano, que creemos desaparecido ya totalmente, pero qua no hace mucho figuraba toda-vía «n t re los modos de adminis t rar el Municipio de Vallecas.
iEsta¡rá fuera de lugar tma n o - | t a m á s retrospectiva, por aquello de que lo cue fué puede volver a ser si no varían ¡as drcunstaiicias que lo produjeron ? Pues ailá va. En el Puente de Vallecas es l ama que antaño, no en feclia muy larga, eraii reunidas las leses enfermas que, no podían seo? sacrificadas-en e>l M-.tatlero de Kadr id , y con laa.4jjie enfermaban en gl I^ro-pio Puente se las sacri'ieaba' v se panía a ía venta la carne . Con esto no se hacía mucho en favor íie la sahid pública, petro se evitaban quiebras a los t ra tan tes en ganado. Por lo demás, e ra fácil ralat i-vamente .proceder aíl saorlíicio de vacas enfermas, pues el Matadero, salvo la insx>6cción de veedor
e carnes, es taba abi-wto a toda " n p r e s a cont ra t ia a las lisposi-
t» íes sani tar ias , ya v,;ue los nia-c nfes no eran del Ayuntamien-, S!no do los cortadores o tabia-lO'- Bastaba, pues, burlar a)
c-ji loí o aproveohar.?e ie sus po-, «les negligencias pa ra que en-I .-ve el ganado enfermo en el .Ma-.idero. Por si los matar i fes sen-u n remordimientos de|ConCíe:i-
.•ia.-todo está en el Puente d i Va-"liecas admirablemente dispuesto, pues al lado del Mataiiea-o se levanta ía iglesia. Claro que ya hemos dicho que se t r a t a d e suce--sos retro.spectivos, cuya fecha nos sería dífíci fijar, pero que no han olvidado los vecinos del Puente. Y sólo decimos que si subsisten laa mismas circunstancias en q u e aquellos hechos se producían, aun-.que hoy no se regi,stran, pueden lener efectividad mañana. Sólo el cambio de esiiiuctura municipaii para el Puente puctie var iar su espíri tu y garant izar su mejoramiento en lo por venir.
No negamos la ofieaeia de las deJegaciones de Sanidad, a l as que excitamos por lo que afecta a Vallecas y por la repercusión grave que tiene en Madrid cuaaito ai Puente de Vallecas interesa.
El Puente de Vallecas tíene que seír agregado a Madrid paa-íi ara propia grandeza, o Madrid t iene que amexionarse ©1 Puente de Vallecas para rodearse del espléndido apara to de caipitai europea de primor ordem. El Puente <i« "Valle-cas logrará lo que le fa l ta : salubridad, higiene, ornato, urbanización. No puede esitar dependiauio urna baiTÍaida como la del Puente, qua es un brazo de Madrid, de un pueblo rural , agrícdla, de escasa población, como Vallecas, que se encuentra a cinco kilómetros de distancia. E4 Puente de Vaileca» corresponde a Madrid. Quien a él vaya sabe que no h a salido de Madrid, digan lo que quieran las de-IJmitacioneis arbiti-arias, y a Madrid culpará del abandono en que está el Puente de Vallecas. Pero rúik) cuando tí\ Puente de Vallecas sea de hecho Madrid potlrá imputarse a éste que aquél sea uiia iti-mensa mancha de barro donde descuellan soberbias viviendas. El Puenta de Vallecas envía todos los días a Madrid sus vecinos—empleados, obreros—y de Madrid se llevan los elementos que han de propulsar el fomento da! Puen. t« de Vallecas: la vida económica de esté depende de Madrid. Pero no podrá decirse qu© aquél peirte-nece a Madrid, ni a legar el derecho a que Madr-id dé vigor a la economía del Puente de Vallecas, mientras no se haga la- agregación.
Cuando sa haga, Madrid ganará, porque el Puente de Valkcas es una barr iada ubérrima, lie poderosa 'riqueza urbana .
Pero, sobre twlo, no podrá decirse, como al eíttjuiclar a los Aus-t r ias y Borbones en relación con él engrandecimiento de Hadr id , hace poco más de medio -siglo, C'Ue l a cortie tenía por afueras, en la dirección de Atocha, desmontes en que eran depositadlos escombros e inmur!dicia,s. Porque actualmente la afirmación sigu» siendo cierta, con la sola var iante de que esa trinchera <te basura ha retrocedido has ta el limite de Madrid con Vallecas, en la «ntracía del Puente, sobre el an-oyo Abroñigal.
B. ARTIGAS AUPON
AGRESIOTslSS
MDERTO A
PEDRADAS LA HAZAÑA
DE UN LOCO
C I R O ' S C A B A B E T V P E l iUJO
El viernes día 1, debut de la genial "estrel la"
S A I J I I D B U I Z
La quiebra de! diiqoe de Düfcal
LO QUE DEBE Y LO QUE TIENE PARA RESPONDER
Otras sucesos
VlCiO 25 (10 n.).—Cuando se dii'igía es ta ta rde a una finca que posee en las inmediaciones de Be-dondela el depositario de los fon-do.s de aquel Ayuntamiento, don Jesús María Tejeiro, y al pasar por un camino estrecho, se vio de pronto agredido por el loco Vicente Marino Rodríguez, que, subido a un muro de una casa suya situada al borde del camino, arrojó sobre Tejeiro una enorme piedra, que lo derribó.
En seguida fué el loco a buscar nuevas piedras, y continuó t i rándolas sobre su víctima has ta que la cubrió mater ia lmente.
Luego desapareció, internándose en el monte.
Algunos vecinos que pasaron poco después por allí recogieron al herido y lo t ras ladaron a su domicilio de Rédondela, donde falleció a las nueve de es ta noche.
La Guardia Civil h a salido en busca del loco. (Febus.)
UN BORRACHO H I E R E GRA-VISIMAMENTE A OTRO
ZAMORA 25 (10 n.) .—En Toro se encontraron en la calle Cesáreo Gómez Gómez y Ramón Adeba Rico, embriagados ambos. Riñeron, y resultó gravís imamente herido por disparo de a rma de fuego Cesáreo Gómez. (Febus. )
E L CRIMEN DE ARVIZA • HUESCA 25 (9 n.).—Siguen
las gestiones p a r a aver iguar lo ocurrido al vecino del pueblo de Los Andrés Gregorio Gracia (a) el "Cantador», que el día 3 del actua l salió de su casa con dirección a las obras de los riegos del Alto Aragón en busca de trabajo, y fué encontrado muer to con una herida en la frente en la orilla derecha del Gallego, término municipal de Arviza.
Recaen sospechas sobre la esposa del muerto, Gregoria Ladreda Reeajo, natural d* Quintana, y so-bje un hijo de ambos llamado Do-mmgo, en cuyo domicilio han sido encontradas var ias prendas de ropa manchadas de sangre.
Han sido llamados a declarar ambos. (Febus.)
HERIDO GRAVÍSIMO DE U N A P U Ñ A L A D A
VIGO -26 (8 m.) .—En las cercanías de Pontevedra, el día de Nochebuena, un albañil llamado Ramón Ramayo dio u n a puña lada á Marcial Magdalena, después de Una violenta dis ímta que tuvieron en una taberna .
¡Marcial ingresó en el hospital en gravísimo evstif'.p^ (Febus.)
íiníezTiís^ roba como on hombre
hecho y derecho SANLUCAR DE BARRAME-
DA 25 (7 t . ) .—Ha sido detenido Antonio González Ramírez, conocido por el " G d i " , de diez y seis años, ex jefe de la cuadril la de ra ter iüos que disolvió la Policía, l lamada "Banda negra infant i l" , porque, ya sin banda y " t rabajan- , do" por su cuenta solo, h a cometido numerosos robos. (Febos.)
El Yüelo de Londres a la ciudad del Cabo
PALACIO DE H l E i O Mañana, domingo, día 27, a
las cinco de la tarde, I N A U G U R A C I Ó N D E LA TEMPOKABA D E PATINAJE (Kstán invitados Sus Majesta
des y Altezas Reales.) A. las seis y media, gran partido de "HOCKEY", para elección del equipo que tomará par te en el campeonato mun
dial de Davos-Platz. Part idos de "hockey". Exhibiciones por l)ro(esoi'e.s.
Gran orquesta. .Sesiones diarlas de patinaje, de diez y media a una y de
cuatro a ocho y media. AbonoB de 40 entradas. 100 pesetas. Cuota personal por toda lii tomnorada para los inscriptos en la Asociación Nacional ds vPatinaje sobre Hie
lo. 100 pesetas.
LONDRES 26 (12 m.) .—En el Tribunal de Quiebras se han recni-do los acreedores de D. Fernando de Borbón de Dúrcal, duque de Dúrcal, pa ra pedir la ejecución judicial del ar is tócrata.
El relator manifestó que las pruebas de crédito» presentadas ascienden a 14.521 f ib ras esterlinas. Anadié cjue el deudor no ha comparecido, pero que su procurador había remitido una car ta pi-dienáo un aplazamiento de t res meses p a r a satisfacer todas sus deudas. E n ella incluía un teleg rama del duque solicitando un plazo de t res meses pa ra liquida^ sus créditos y aconsejando la suspensión de toda publicidad en la Prensa . La car ta del procurador afirma que el deudor no tiene bienes en Ingla ter ra , y los que posee en España están en «tal forma, que no se podrá obtener de ellos ningún beneficio pa ra los acreedores.
i;i representaaite del principa' acreedor se opuso a todo aplazamiento y comunicó que el duque pOíce u n Valioso automóvil y gran cantidad de muebles en cierto sitio de Londres.
E l representante de otro de los perjudicados dijo que había estado en comunicación oon la Embajada ei-pañola, de la cual había recibido una comunicación afirmando que hace ya varios meses que la e m bajada había t ra tado de ponerse en contacto con el ducjue de Dúr-c a , sin poder conseguirlo. V'.n la aciualidad la Embajada desconoce las señas del quebrado.
A continuación fué «elegido el | sindico de la ftuiabra. (Radio.)
LONDRES 25 (1 t . ) .—Conani -can de Khar tum que h a llega'lo a dicha ciudad, procedente de Atba-ra, el aviador Alan Gobham. que está realizando «1 vuelo de Lon-dies a la ciudad del Cabo.
Ha manifestado que desde qua llegó a Egipto es tá realizando su viaje en condiciones ideales, y espera salir p a r a el sur dentro de una semana. (Radio.)
TABÍtCOS MORTERO liOS srE.n>KEs HABANOS
ün ladrón, al huir, cae . sobre m sereno •
,M ALAGA 25 (8 n.) .—Sorprendidos unos ladrones en un bar de la Acera de la Mar ina , uno d« ellos se ar rojó a la calle por ua balcón del piso primero y fué a caer encima del vigilante nocturno Isidoro Benítez.
El vigilante,, aunque cayó herido a consecuencia del encontronazo, hizo un disparo, y acudieron los guaKÜas de Segurjílad, que lograron detener a dos de los ra te ras . Uno de ellos, llamado Serafín Várela , que fué d que se airro-j ó por el balcón, pasó al H a b i t a ! Civil por sufrir lesiones en am-bais p iernas .
E l vigilante tuvo que ser asist ido también de lesiones d e pronóstico Tese;rvadí).
Eieetro Piala iariínsí Sin rival para pLatear y limplstr
metales. Veinte años de éxito.
ARGIíNSOXiA, a i