_Antropologías y Resistencias
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ANTROPOLOGÍAS Y RESISTENCIAS
Nuevas formas de participación estudiantil
Patricia Legarreta
Este trabajo deriva de una reflexión en torno a tres ejes: a) la situación y perspectivas de
los estudiantes y egresados de antropología en América Latina, b) la participación de los
estudiantes de la Universidad Nacional de Rosario y las emergentes revistas de
estudiantes a la largo del continente. Voy a desarrollar, a lo largo de este texto, el modo
en que la resistencia frente a los discursos hegemónicos comienza a tomar nuevos
perfiles, o tal vez vislumbra un nuevo modo de participación en el desarrollo de la
sociedad por parte de estudiantes universitarios. Es decir, una participación en los
espacios académicos para transformar la mirada de los antropólogos.
Durante el I Congreso Latinoamericano de Antropología, que se llevó a cabo en la
ciudad de Rosario, quedó clara la amplia participación por parte de los estudiantes de
antropología: la voluntad, el compromiso y el esfuerzo manifiestos fueron clave para
que se materializara este primer encuentro. Mi percepción fue que se notó más el
entusiasmo y la presencia de los estudiantes que de profesores y autoridades, sobre todo
en la parte organizativa y con una nula retribución. Tal vez porque yo misma soy joven,
tal vez porque evidentemente hay una separación entre antropólogos formados y con
trayectoria, y los que estamos en proceso de formación. Tal vez porque las decisiones,
como en todos los ámbitos de la vida, deciden tomarlas quienes tienen poder. A pesar de
ello, las negociaciones logradas por los estudiantes de la Universidad Nacional de
Rosario, como la reducción de la tarifa de inscripción para estudiantes y el espacio de
Encuentro Estudiantil, fueron aplaudidas por sus colegas de toda la región.
Esta brecha que se vuelve cada vez más grande, una vez más como en todos los ámbitos
de la vida, pero en este caso entre jóvenes antropólogos y profesores-investigadores me
lleva al siguiente punto: la situación y perspectivas para estudiantes y egresados de
antropología en la región Latinoamericana.
Agradezco a los integrantes de la revista Reverberaciones por el espacio durante la presentación de su
primer número, en el marco del I Congreso Latinoamericano de Antropología, Rosario, Argentina, 11-15
de julio de 2005. Agradezco también a los miembros del consejo editorial de Bricolage, por enviarme
como difusora de la revista. Este texto es la versión impresa de la presentación de la revista Bricolage.
Antropóloga, Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, México DF.
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Mi postura es que recibimos una formación académica que pretende convertirnos en
investigadores y/o docentes ante una situación que es común para América Latina, en
que las plazas en universidades e institutos son escasas o nulas y el panorama para el
futuro es que se van a ir cerrando los pocos espacios que quedan. Esto nos convierte
inmediatamente en potenciales desempleados o, en el mejor de los casos, nos promete
empleos temporales en proyectos de investigación, organizaciones no gubernamentales,
instituciones de gobierno, empresas, etc. Con todas las consecuencias negativas que
acompañan esta situación quiero rescatar dos aspectos positivos.
Por un lado, nos obliga a una sensibilización respecto de la pobreza y el desempleo, no
solamente como aspectos observables sino que además los vivimos como experiencias
propias. Por otro lado, y consecuente con lo anterior, fomenta en nosotros a la vez una
necesidad y un deseo de intervenir en la sociedad. Es decir, que está en nuestras manos
la posibilidad de volver a poner en la mesa de discusión la importancia de la
antropología aplicada.
O sea que estamos obligados a buscar trabajo en campos ajenos a la investigación pero
también tenemos el potencial de apropiarnos de esto y dirigirlo hacia donde nosotros
deseamos llevar esta forma de hacer antropología o de ser antropólogos. En concreto: el
mercado nos impone sus necesidades globales, deslocalizadas, flexibles... y nosotros
tenemos la posibilidad, el reto y la responsabilidad de apropiarnos, demandar y
proponer formas alternativas, modos de redirigir la imposición salvaje del discurso y las
prácticas hegemónicas.
Para aclarar esto, voy a ejemplificar con las revistas estudiantiles como una intención de
participación diferente. En este caso, lo hegemónico contra lo que nos oponemos es la
institución antropológica: las maneras de hacer investigación de quienes nos forman y la
institución misma (cada una de nuestras universidades). Suena fuerte, pero no pretende
esto ser grilla caprichosa, por eso voy a matizar.
Existe un desencanto manifiesto de profesores e investigadores que se traduce en la
desconfianza respecto a la continuidad y la calidad de todas nuestras revistas
emergentes. Han expresado abiertamente que temen que se conviertan en panfletos
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políticos, también han dicho públicamente que no creen en la continuidad de las
revistas.
En este sentido, Bricolage tiene algo que decir. Es una revista que tiene dos años de
existencia, de publicación trimestral y ha logrado que estos prejuicios desaparezcan.
Esta situación de falta de confianza y credibilidad por parte de quienes nos forman nos
sitúa frete al reto de generar espacios que rompan con la generación anterior, en una
visión constructiva. En México, sucede que la mayoría de los que ahora son profesores-
investigadores, participaron en movimientos sociales en el pasado y ahora se dedican a
coleccionar puntos para recibir apoyos del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
De manera que, se la pasan preocupados por publicar y entregar informes de
investigación para no perder sus plazas, perdiendo así la dimensión de los otros aspectos
de la vida.
Entonces, tener revistas de estudiantes, claramente emergentes, es una forma de
establecer la ruptura de manera positiva, constructiva y no violenta (aunque para
algunos pueda parecer violento).
Bricolaje: primeros pasos
Hace tres años, Rocío Gil, José Luis Lezama y Manuel Loria comenzaron a elaborar un
proyecto que presentaron a las autoridades de la universidad. Se logró gestionar el
financiamiento y la impresión de la revista. Se creía que se iba a imprimir una sola vez,
que no iba a tener éxito y que los demás estudiantes no se iban a apropiar del proyecto.
Pero decidieron apoyar a este grupo que salió con la idea.
Salió el primer número, con mucho éxito, que se traduce en la expresión de la necesidad
de espacios para estudiantes. Otra vez, muchos dijeron que le daban un año de vida
como máximo. Ese primer año fue difícil, con baja participación de los estudiantes, con
dificultades para conseguir artículos. Pero poco a poco iba creciendo.
Después de cumplido el año, entraron nuevos estudiantes a la universidad y muchos de
ellos decidieronparticipar. De un Consejo Editorial inicial de tres personas, pasó a uno
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de alrededor de 20 estudiantes. Ahora tienen reuniones semanales, se dividen las tareas,
los artículos llegan solos...
Uno de los obstáculos más difíciles ha sido la difusión: sacar todas las revistas de la
universidad. Los primeros tirajes eran de 1000 ejemplares, ahora se imprimen 500
revistas. Pero ya hay varios números agotados. La tarea de difusión es difícil porque
implica salir y vender un producto. Y una vez que se da a conocer ya se vende solo.
Cada vez que alguien sale, se lleva la revista que es una forma de contacto entre
estudiantes. Además, hay una página en Internet donde están digitalizadas las revistas.
¿Qué se publica en Bricolaje?
Se publican trabajos que hacen los alumnos durante la carrera, se mandan al consejo
editorial, formado por estudiantes y profesores. Los profesores fungen como asesores,
no son los que deciden lo que se publica o no. Se publican también artículos sobre tesis,
resultados de investigación de alumnos de la carrera, de otras carreras y otras
universidades, siempre que estén relacionados con la antropología. También hay
estudiantes de posgrado que ahora quieren publicar en la revista. Y en algunos números
se invita a algún profesor a publicar un inédito. Hay una sección de antropología visual,
una de taducciones y forum, que es un espacio de opiniones.
Bricolage: situación y perspectiva
En estos dos años de trayectoria Bricolage ha logado superar muchos obstáculos y se ha
encontrado también con nuevas dificultades y retos. El principal logro de la revista ha
sido que se sigue imprimiendo, que los profesores ahora creen en el proyecto y es un
ejemplo de participación juvenil alternativa para otras instituciones.
Otro logro ha sido la posibilidad de generar un vínculo. Es importante leernos entre
estudiantes, tanto dentro de la universidad como sacar los trabajos hacia fuera. El hecho
de una impresión facilita este proceso y lo fomenta. Además, la página de Internet
permite el acceso gratuito a esta publicación. Cada número se va subiendo a la página
unos 6 meses después de su publicación.
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El enorme logro del relevo generacional y la apropiación por parte de los estudiantes
posteriores a los fundadores es algo que debe resaltarse. Esto quiere decir que la revista
ya existe en sí misma. Es una revista diversa, que permite la publicación de nuevos
temas de investigación. Las revistas científicas tienden a publicar solamente los temas
tradicionales de la antropología o los temas el boga. Aquí, existe un espacio que
permite explorar nuevos espacios investigativos.
Otro punto importante, y que tuvo mucho peso durante la gestión es que se trata de un
beneficio concreto para la universidad porque plasma la calidad de los estudiantes, la
capacidad organizativa y funge como difusión para los aspirantes a la carrera. Y,
concretamente, estamos generando conocimiento.
Bricolage tiene un reto principal. Creo que uno, el que desde mi perspectiva aún no se
ha logrado, es confrontar o cuestionar las posturas teóricas, visiones de mundo,
perspectivas respecto de la generación anterior. Solamente algunos casos aislados que
se pueden encontrar en la revista se atreven a hacer algo diferente.
Este es, desde mi perspectiva, el reto de todos los que asumimos la antropología...
¿Hacia dónde llevamos la antropología?
Tenemos todo un reto como gremio antropológico joven, de redefinir el destino de la
antropología, discutir los nuevos espacios laborales y de intervención en el desarrollo de
nuestra región.
Tenemos, también, el reto y el potencial de generar una red a través de estas revistas que
surgen y a través de Internet, para romper con la tradición de no leernos entre latinos.
El ejemplo más claro, es que habiendo trabajos de enorme calidad académica en
América Latina (se nota en las ponencias de este congreso y otros y debe resaltarse en
especial las ponencias de estudiantes y antropólogos jóvenes) se están citando autores
europeos y gringos. Esto está directamente relacionado con la industria editorial
hegemónica. En este sentido, nuestras revistas constituyen una alternativa y la
posibilidad de fortalecer el vínculo latinoamericano.
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Todo lo que expuse antes, es para expresar que existe un potencial y un ejercicio
efectivo como actores dentro del campo de la antropología. Muestra clara es la
importantísima y muy notoria participación de los estudiantes de la Universidad de
Rosario como sujetos clave en la organización, también en la asistencia como ponentes
y asistentes jóvenes. Con esto, con las revistas que surgen, con otros ejemplos que
alguien pueda presentar me quedo para afirmar que existe una nueva forma de
participación, que debe ser aprovechada para generar una resistencia real frente al
discurso hegemónico que adoptan quienes nos forman. La posibilidad de transformar la
antropología en otra cosa permitirá también generar una antropología que participe en
los procesos de desarrollo y las decisiones que se toman en otros ámbitos de la
sociedad.