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LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
1
Antología de 50 textos
periodísticos
Módulo 2
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
2
ÍNDICE 2
Cuestiones PAU Examen 3 Texto 1 Pobres, pero conectados, Manuel Vicent 4
Texto 2 Claveles, Manuel Vicent 5
Texto 3 Mañana, Manuel Vicent 6
Texto 4 Leer, Rosa Montero 7
Texto 5 La alegría, Rosa Montero 8 Texto 6 NT, José Antonio Marina 9
Texto 7 NT, Luis Rojas Marcos 10
Texto 8 NT, Rosa Montero 11
Texto 9 La “friquicracia”, Eduardo Jordá 12
Texto 10 Galgos, Rosa Montero 13
Texto 11 NT, Javier Marías 14 Texto 12 Las clases, Elvira Lindo 15
Texto 13 Abajo, Rosa Montero 16
Texto 14 Lecciones de ciencia, Antonio Muñoz Molina 17
Texto 15 NT, Marina Mayoral 18
Texto 16 Rebelión femenina, Edurne Uriarte 19 Texto 17 Los chicos listos no leen, Edurne Uriarte 20
Texto 18 La moda de los toros, Julio Llamazares 21
Texto 19 La basura inmigrate, Irene Lozano 22
Texto 20 Los primeros, Rosa Montero 23
Texto 21 Niños explotados, NA 24 Texto 22 NT, Manuel Vicent 25
Texto 23 Calvarios, Rosa Montero 26
Texto 24 Bendito chapapote, Mar Correa 27
Texto 25 Uvas de crisis, Antonio García Barbeito 28
Texto 26 El mar, Antonio García Barbeito 29 Texto 27 Tres mil novelas, Antonio García Barbeito 30
Texto 28 La delgadez, Vicente Verdú 31
Texto 29 Ironías, Juan José Millas 32
Texto 30 Los medios, Rosa Montero 33
Texto 31 Tóxico, Rosa Montero 34
Texto 32 Cáncer, Elvira Lindo 35 Texto 33 Ellas y ellos, Rosa Montero 36
Texto 34 Tres tristes tigres, Antonio García Barbeito 37
Texto 35 Inseguridad y multas, Editorial ABC 38
Texto 36 ¡A prohibir! (que es progresista), Isabel San Sebastián 39
Texto 37 No fueras venido, Tomás Balbontín 40 Texto 38 Los zíngaros rumanos, Alberto García Reyes 41
Texto 39 Dinero negro, Juan Manuel de la Prada 42
Texto 40 Coto a los ladrones, Julia Navarro 43
Texto 41 Carroñeros, Xavier Vidal-Folch 44
Texto 42 ¿Feliciqué?, Luz Sánchez-Mellado 45
Texto 43 Desconexión, Almudena Grandes 46
Texto 44 Estupro, Juan José Millas 47 Texto 45 Lujo, postureo y mucha tontería, Luz Sánchez-Mellado 48
Texto 46 Acerca de la verdad, David Trueba 49
Texto 47 Versión original, Jorge M. Reverte 50
Texto 48 Europa, Almudena Grandes 51
Texto 49 Arriar banderas, David Trueba 52 Texto 50 Inspiración, Julio Llamazares 53
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
3
CUESTIONES PAU EXÁMEN
ANÁLISIS, SÍNTESIS Y COMENTARIO CRÍTICO DEL CONTENID DEL TEXTO
1. Señale y explique la organización de las ideas contenidas en el texto.
2. Indique el tema del texto.
3. Resuma el texto.
4. Realice un comentario crítico del contenido del texto.
PREGUNTAS SOBRE LENGUA ESPAÑOLA
A. RECONOCIMIENTO Y ANÁLISIS SINTÁCTICO DE FRAGMENTS DEL TEXTO PRPUESTO.
a. Análisis sintáctico de un fragmento del texto propuesto.
b. Relaciones sintácticas entre las oraciones de un fragmento del texto
propuesto.
B. RECONOCIMIENTO Y USO DE LA LENGUA.
a. Procedimiento de formación de palabras.
- Explique el procedimiento de formación de palabras seguido en los
siguientes vocablos.
- Analice cómo están formadas las siguientes palabras, indicando los
tipos de morfemas resultantes.
b. Significado de palabras o expresiones. Relaciones semánticas.
- Indique el sentido que tienen en el texto las siguientes palabras y / o
expresiones subrayadas.
c. Conectores o marcadores discursivos.
- Explique qué clase de palabra es y qué tipo de oración introduce /
proposición cada una de las palabras que aparecen subrayadas en el
texto (que, qué, si, sino…)
d. Realización de transformaciones gramaticales en un texto.
- Escriba tres ejemplos en los que la palabra X sea sustantivo, verbo y
adverbio respectivamente.
e. Subjetividad y objetividad en el texto.
- Señale y comente cuatro rasgos lingüísticos que expresen la
subjetividad en el texto.
f. Verbos.
- Señale de qué tipos son las perífrasis subrayadas en el texto.
- Identifique y analice morfológicamente las siguientes formas
verbales.
g. Modalidades oracionales.
- Extraiga del texto un ejemplo de cuatro modalidades oraciones
diferentes.
h. Valores.
- Indique la clase y función (sintáctica) de los siguientes pronombres
subrayados / señalados en el texto.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
4
Pobres pero conectados
Manuel Vicent
El País 12 / 01 / 2013
Dicen las estadísticas macroeconómicas que la demanda interna española está hundida
en la miseria. Por bajar, hasta ha bajado el consumo de alimentos, lo que da idea de la crudeza
de esta recesión en la que estamos inmersos. De ahí que resulte paradójico que los españoles
seamos, sin embargo, los europeos que más gastamos en los carísimos teléfonos inteligentes.
El porcentaje de españoles que utiliza este tipo de aparatos es superior al que se registra en
Reino Unido, en Francia, en Italia... Teniendo en cuenta que estos prodigios tecnológicos tienen
unos precios elevados y que, además, exigen tarifas de intercambio de datos que tampoco son
baratas, nadie diría que este es un país con seis millones de parados. La cifra, por cierto, es
similar a la de personas que, según el análisis que acaba de hacer público Telefónica, están
permanentemente conectadas.
Esta realidad esconde aún una paradoja más: durante años, políticos y economistas
clamaron por la extensión de las comunicaciones para dinamizar la economía. Extendidas las
redes en todos los sentidos, culminada aquella agenda digital que tanto defendió Bruselas, y
con razón, la economía, traicionera, parece dispuesta a desautorizar a los sabios. España ha
sido desde hace tiempo un país apegado al móvil. No se le conoce innovación alguna al respecto,
pero ya hace cinco años había en este país más móviles activos que personas.
Ahora, millones de ciudadanos se han pasado al smartphone en plena crisis, lo que sin
duda es muy útil: les permite estar permanentemente conectados a través de las redes sociales
o de los servicios de mensajería, que acercan como nunca a parientes y amigos en una sociedad
ya de por sí comunicativa que, además del contacto digital, sigue buscando el contacto directo.
Puede que esta digitalización termine teniendo efectos positivos también en la economía.
Seguro que sí. De momento, tanto móvil conectado es, además, resultado de una infraestructura
fija deficiente y cara. Y el valor ni siquiera se queda en Europa como antes, en manos de los
fabricantes de Alemania o Finlandia. Viaja hasta California y Corea del Sur.
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5
Claveles
Manuel Vicent
El País 19 / 07 / 2015
En cualquier ciudad del mundo donde estés tomando una copa en una terraza al aire
libre a las nueve en punto de la noche verás aparecer a un ser misterioso de rostro ahumado,
con pinta de paquistaní o indio de Bangladés, que lleva un ramo de claveles de invernadero en
la mano. Este vendedor de claveles se limita a pasear entre las mesas, como un autómata. No
importuna a nadie para imponer su mercancía. Ni siquiera sonríe. Solo murmura unas palabras
en voz baja. Lo lógico es pensar que se trata del negocio de una perversa multinacional que
explota a la gente desesperada, pero la actitud de este ser es la de estar realizando la extraña
misión de mostrar esas flores impulsado por una fuerza que es difícil imaginar de donde procede.
Si a las nueve de la noche, según la rotación de las horas alrededor de la Tierra, estás en
cualquier terraza nocturna de Roma, París, Londres, Nueva York, Buenos Aires, Sídney o Madrid,
ese mensajero de los claveles hará su aparición. Es uno entre decenas de miles que componen
un despliegue planetario. Nunca se ha dado el caso de que alguno de ellos haya vendido una
sola flor. Esos claveles no huelen, están muertos, como puede que también estén muertos esos
emisarios que los llevan en la mano y los ofrecen con un gesto impávido después de una oración.
Guerras y cataclismos se repiten todos los días sobre la faz de la tierra. Las fuerzas del mal que
amenazan con la destrucción de la humanidad puede que lo hayan conseguido ya y todos los
que bebemos y parloteamos en las terrazas de los bares hace tiempo que hemos muerto sin
saberlo. Flores, flores para los muertos, murmura en voz baja ese emisario entre las mesas.
También puede ser que estos misteriosos vendedores de claveles formen un anillo perenne que
rota alrededor del planeta, para evitar que la Tierra se pare y todo se venga abajo.
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6
Mañana
Manuel Vicent
El País 21 / 05 / 2015
Hay épocas en que se produce una explosión juvenil que muchos confunden con una
revolución política, pero se trata solo de la ruptura estética de una generación, que se niega a
ser como sus padres e impone en sociedad sus propios ritos. En nuestra reciente historia se han
dado tres asaltos de esta clase. Mayo del 68 en París fue una llamarada de rebeldía que tuvo
una réplica amortiguada en la universidad española. Era aquel tiempo en que en nuestro país
los estudiantes comenzaron a soñar con la libertad corriendo delante de los guardias. De aquellos
sueños derivó nuestra democracia. Años después, una nueva generación se presentó a sí misma
en sociedad a caballo de los socialistas llegados al poder en octubre de 1982 y aquellos jóvenes
comenzaron a cabalgar muy por encima del Gobierno. La ruptura no se produjo en la política,
sino en la calle, en las aulas, en los estadios, en las discotecas, en las formas de vivir, de amar,
de viajar, de vestir, de hablar. Un nuevo relevo generacional se está produciendo ahora mismo
en nuestra sociedad. Los jóvenes que anidaron en la Puerta del Sol un 15 de mayo están
dispuestos a acampar en las instituciones del Estado. Tampoco traen una revolución política,
sino un ideal de limpieza y de moralidad pública, pero en este sentido hay que saber quién es
joven y quién es viejo en esta batalla. Aunque tengas 30 años serás un viejo si bajas los brazos
frente a cualquier adversidad; en cambio uno es joven a cualquier edad si tiene un proyecto por
pequeño que sea. Basta con que crea que es interesante levantarse de la cama porque espera
que ese día va a suceder algo agradable. No es necesario cantar bajo la ducha ni realizar
estiramientos y abdominales. La juventud es un modo de ser, una forma de estar en el mundo.
Bienvenido al nuevo horizonte, que sin duda puede abrirse mañana
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7
Leer
Rosa Montero
El País 13 / 02 / 1993
Los editores acaban de lanzar una campaña para fomentar la lectura. Hacen bien: al
parecer, en este país sólo lee a diario un 18% de la población, mientras que todos los días se
aceporran con la televisión el 84%. Y casi la mitad de los españoles mayores de 18 años jamás
leen nada. Me pregunto sinceramente cómo se las arreglan para sobrevivir: sin los libros, la
existencia se me antoja mucho más gris y más mezquina. Éste es un artículo apasionado. Una
carta de amor a la literatura. Las novelas son como los sueños de la Humanidad: ponen palabras
a lo que no tiene nombre, dan forma a ese rugiente magma que nos habita. No hay ningún libro,
ningún autor imprescindible. Si Shakespeare, si Cervantes no hubieran existido, el devenir del
mundo hubiera sido probablemente idéntico. Pero los libros, en su conjunto, sí son
imprescindibles. Si se les impide soñar, las personas enloquecen: está comprobado. De la misma
manera, sin novelas, la Humanidad sería mucho más triste y más enferma.
Hay algo sustancial que nos une, a la narrativa. Quizá sea, como dice Vargas Llosa,
porque la novela pone un simulacro de orden en nuestras azarosas y caóticas existencias;
porque restaña, por tanto, la herida del vivir, el mal oscuro. Pero no quiero ponerme trascendente:
lo que sí sé es que las novelas me han dado muchas vidas. He visitado cientos de mundos, he
sido dama victoriana, rey medieval y bucanero. He conocido el odio y el amor, la aventura y el
vértigo. Todos tenemos un libro que nos espera, de la misma manera que a todos nos aguarda
un amor en algún sitio: la cosa es descubrirlo. Los que no disfrutan con la lectura son aquellos
que no han encontrado aún ese libro, esa obra que les atraparía y les dejaría temblorosos y
exhaustos, como siempre dejan las grandes pasiones. Lo siento por ellos.
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8
La alegría
Rosa Montero
El País 04 / 02 / 2008
La capacidad de supervivencia de los humanos es asombrosa. Incluso en las situaciones
más sombrías la gente sigue aspirando a la felicidad. Somos de un optimismo conmovedor y a
prueba de bombas, dicho sea en un sentido literal. La célebre fotógrafa Christine Spengler
contaba que, un instante después de cualquier bombardeo sobre Beirut, y antes de que ella
hubiera podido salir de detrás del coche donde se había guarecido, la calle humeante ya había
sido tomada por vendedores de relojes o de ramilletes de azahar que voceaban tranquilamente
su mercancía.
Algo similar ha sucedido en Rafah, la ciudad palestino-egipcia que lleva 25 años dividida
por un muro. Ése es el muro que Hamás derribó y que ahora, 11 días después, han vuelto a
cerrar. Hablo de una realidad extremadamente trágica: de esa franja de Gaza que, tras padecer
sangrientos combates entre palestinos, fue cerrada a cal y canto por Israel y convertida en una
asfixiante y degradante ratonera. Pues bien, a las horas de haber sido tumbado el muro ya se
estaban celebrando decenas de bodas entre jóvenes de una y otra parte de la ciudad. He visto
fotos: ellas con primorosos y crujientes trajes de novia, ellos con ropas elegantes y camisas
limpísimas. Viven desde hace meses en condiciones inhumanas, pero lo primero en lo que
piensan es en casarse y además en hacerlo a lo grande. No les falta un detalle: las flores, los
invitados, las emperifolladas mesas del banquete, los coches adornados con rosas y cintas. La
convencionalidad de esas bodas al borde del abismo resulta chistosa y al mismo tiempo heroica.
¿De dónde han sacado todo eso, cómo conservaron esas galas y esas ansias festivas en medio
del drama de sus vidas? A la menor oportunidad asoma en su cabeza la alegría, como esos
pequeños brotes de hierba capaces de rajar la capa del asfalto con su empuje.
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9
José Antonio Marina
El País 13 / 02 / 1993
La violencia juvenil preocupa a todo el mundo. Mientras que todos los índices generales
de criminalidad se estabilizan, la delincuencia juvenil crece. Y, para colmo de males, sus delitos
se hacen cada vez más violentos. Desde el punto de vista psicológico parece que aumenta la
impulsividad de los adolescentes. Aumenta también la violencia en la escuela. Y el vandalismo
se ha integrado dentro del comportamiento normal de algunos jóvenes.
Pero voy a contar el envés de la trama. La violencia es una condena aprendida y nuestra
cultura es una eficiente maestra. La revista “Archives of Pediatric and Adolescent Medicinie”
acaba de publicar un estudio sobre la violencia de los videos musicales dirigidos a niños y
adolescentes. Un dato espeluznante: en más del 15 por ciento de estos vídeos aparecen
imágenes de niños armados. Ya sé que los estudios sobre la influencia de TV es la violencia son
contradictorios, pero lo que parece claro, y Raúl Trejo, de la Universidad Autónoma de México,
lo acaba de recordar, es que las escenas violentas que el niño ve por TV “legitiman” la violencia
del entorno. La respuesta afectiva es mucho más rápida que la racional, y la repugnancia ante la
violencia es un freno más poderoso que el miedo a la policía. Esa sensibilidad es la que,
posiblemente, se esté perdiendo. Umbral habló hace tiempo de la fascinación por la estética
carcelaria. A mí me llama mucho la atención la estudiadísima imagen de felones que exhiben
muchos grupos musicales.
Me preocupa también la tendencia social a judicializar el problema de la violencia juvenil.
Hay un movimiento generalizado para rebajar la edad penal. Por poner un ejemplo, en el
programa de Anthony Blair, ya se hablaba “de la aceleración de la respuesta penal a la
delincuencia de los menores”. En el último número de Le Monde Diplomatique, Jean-Paul Jean,
magistrado, escribe: “El hecho de que la justicia esté cada vez más solicitada para responder a
los problemas de los jóvenes constituye uno de los fenómenos más inquietantes para el porvenir
de nuestras sociedades urbanas. Los mecanismos normales, a escala de familia, la escuela, los
barrios, cada vez sirven menos para resolver los conflictos (…)”
Todo esto demuestra una inquietante claudicación educativa. Por eso, aplaudo a la
Fundación de Ayuda a la Drogadicción por llamar la atención de la sociedad sobre la escuela
como fuente de soluciones, y animo a otras instituciones para que sigan su ejemplo.
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10
Luis Rojas Marcos
El País
A pesar de la obsesión con alcanzar la felicidad que albergamos los seres humanos desde el
principio de nuestra especie, la realidad es que todos venimos al mundo con una predisposición bastante
fija e inalterable para sentimos dichosos. Quizá por esto, nuestro nivel general de satisfacción o de alegría
se mantiene relativamente constante a lo largo de la vida.
Es cierto que casi todos experimentamos altibajos en el día a día. Pero también es verdad que
tanto los efectos gratificantes de las recompensas como los desconsuelos que nos producen las
adversidades son sorprendentemente pasajeros, de tal manera que, por ejemplo, se sabe que el dinero no
cambia de forma radical nuestro sentimiento de dicha. Los afortunados que ganan la lotería no se
consideran más felices un año después que antes del premio.
No hay duda de que sucesos como la muerte de un ser querido, el divorcio, la pérdida del trabajo
o una grave enfermedad socavan profundamente nuestro júbilo y entusiasmo, mas, en la gran mayoría de
los casos, sólo durante una temporada que raras veces pasa de un año.
Esta noción de que cada persona experimenta un grado de felicidad propio que persiste con el
tiempo ha sido comprobada en estudios de varios miles de hombres y mujeres que fueron seguidos y
evaluados durante décadas. Los sujetos más dichosos al comienzo del experimento eran los más
satisfechos diez años después, y los más disgustados al inicio también eran los más quejumbrosos al final.
Parece que nuestro estado de ánimo predominante depende más de nuestros genes y de su influenc ia
sobre el cerebro y sus hormonas, como la dopamina, que de las vicisitudes que nos depara la existencia.
Sospecho que el punto de felicidad típico de las personas se sitúa en una línea continua. En un
extremo se agrupan quienes gozan de un alto nivel de tranquilidad de espíritu o contentamiento, y poseen
una gran resistencia a la depresión y a los aguijonazos del vivir. En el otro extremo se sitúan los infelices y
descontentos, que son muy vulnerables a los avatares de la vida y propensos a la desmoralización y a la
tristeza.
¿Qué podemos hacer para aumentar nuestra predisposición a la felicidad? La receta, en mi
opinión, es adoptar una dieta regular de placeres y deleites simples: una compañía agradable, una comida
sabrosa, una lectura interesante, un paseo por el parque, un espectáculo entretenido, una música grata,
una charla amena o una risa a pierna suelta. A la larga, estos gustos nos mantienen más contentos que
cualquier logro impresionante que nos da un impulso temporal. En las palabras de! poeta libanés Gibrán
Jalil Gibrán, “en el rocío de las cosas pequeñas cosas el corazón encuentra su alborada y se refresca”. Luis
Rojas Marcos, El País.
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11
Rosa Montero
El País Semanal
El consumo responsable es una práctica aún incipiente en España, que pone el acento
en el poder de los consumidores para conseguir una sociedad más justa. Apareció en Estados
Unidos y en algunos países de Europa, como el Reino Unido e Italia, y, desde hace unos cinco
años, también se practica en España.
“El consumidor responsable es consciente de sus hábitos de consumo y crítico con el
mundo en el que vive”, explica Carlos Ballesteros, profesor de la Universidad Pontificia de Madrid,
y uno de los pocos expertos españoles en esta materia. Por ejemplo, ante la compra de unas
zapatillas de deporte, un consumidor responsable se preguntará qué hay detrás de ese producto
y cómo se ha elaborado: ¿han trabajado niños en su fabricación?, ¿se han respetado los
derechos laborales de los trabajadores?, ¿se ha tenido en cuenta el medio ambiente?
El consumo responsable, dice Ballesteros, “no se puede hacer en solitario. Es necesario
estar en red, en contacto con gente que comparta nuestros puntos de vista”. Y, además, estar
bien informado. Opcions es una revista práctica, pionera en nuestro país, que informa sobre las
condiciones en las que se elaboran los productos. Su directora, Montse Peirón, asegura que el
objetivo del consumo responsable es “comprar una estantería sabiendo qué hay detrás del
objeto, cómo se ha producido, en qué condiciones, qué hay detrás del entorno social y
medioambiental”.
Comercio justo y consumo responsable son dos conceptos que están muy ligados entre
sí, pero que no deben confundirse. “El comercio justo sería una parte del consumo responsable,
aunque no puede existir comercio justo sin consumidores responsables”, dice Ballesteros. De lo
que hay que huir, según el profesor, es del marketing con causa. “Si una gran marca apuesta por
ser solidaria, y además en Navidad, hay que empezar a sospechar”. Para ser un comprador
responsable se puede empezar por algo tan sencillo como observar nuestro consumo diario. El
propio sentido común nos sugerirá cambios positivos. Los expertos aseguran que, a veces, las
opciones más acertadas no coinciden con los productos más baratos, pero que, a la larga,
cambiar los hábitos es rentable.
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12
La “friquicracia”
Eduardo Jordá
Diario de Sevilla
En su momento, a mí también me hacían gracia los friquis. Está muy bien eso de casarse en Las Vegas
disfrazado de Elvis Presley. Pero conviene recordar que la edad mental de un friqui nunca supera los quince años.
El friqui no es tonto, desde luego, aunque también es caprichoso y maniático. En vez de controlar sus rarezas,
como hacemos todos los que compartimos una casa o una oficina, el friqui vive para exteriorizarlas. Y en vez de
aprender a dominar nuestra tendencia innata a hacer el ridículo, al mismo tiempo que aprendemos a tolerar el
ridículo involuntario de los demás -que es lo que solemos hacer los adultos-, el friqui vive con el único deseo de
hacer el ridículo ante los demás. Ahí tenemos al gran Rodolfo Chikilicuatre.
Los friquis suelen caer muy mal a las señoras que escuchan la COPE enarbolando una bandera de
España (las hay), pero eso no significa que los friquis sean unos simpáticos personajes antisistema, como suele
considerarlos nuestra izquierda, o más bien esa ideología volátil que ahora ocupa el espacio de la izquierda. Detrás
de toda estética se esconde una ética, y la ética del friqui, por llamarla de alguna manera, no es una gar antía de
humor y de rebeldía social, sino más bien de todo lo contrario. El friqui, como cualquier adolescente, es un ególatra
que se toma muy en serio. Su mundo es el mundo virtual de los dibujos animados y de Star Trek, no el mundo real
donde la gente come y muere y grita de dolor. La vida de verdad, con sus emociones y sus desengaños, le da
miedo porque no la entiende ni la quiere entender. Y si lo que ocurre al lado de su casa le importa un pimiento, es
imposible que sienta nada por la tragedia del África subsahariana o por la explotación de los inmigrantes ilegales.
El friqui, además, es consumista y quisquilloso. Su memoria -como la de todos los adolescentes- es muy corta y
no va más allá de la pantalla del televisor. Lo que no está en You Tube, no existe para él. Kant, la Revolución
Francesa, incluso la II Guerra Mundial, son temas que le aburren. Y tampoco van con él la responsabilidad cívica
ni el orgullo del trabajo bien hecho, esos extraños impulsos que evitan que un policía se deje sobornar, o que un
maestro se desentienda de sus alumnos, o que un médico se olvide de sus pacientes.
Puede que ahora los friquis nos parezcan divertidos. Pero llegará un día en que aparezca por aquí un
Berlusconi (o un Berluscónez) que prometerá ordenadores portátiles y camisetas de Bart Simpson para todo el
mundo, además de mano dura contra los inmigrantes y subvenciones a las patatas fritas con sabor a beicon. Y
ese día, los friquis correrán encantados a votarle, sobre todo si pueden hacerlo desde casa, para no cansarse
demasiado. Al tiempo.
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13
Galgos
Rosa Montero
El País 11 / 01 / 2000
El otro día un tipo llamó a la SER y contó que organizaba peleas de perros. Muy satisfecho él,
muy orgulloso de su participación en el cruel asunto. Muy tranquilo en la manifestación de su
delito. Porque se trata de una actividad oficialmente ilegal, pero en la realidad nadie les persigue.
Por eso andan con esa impunidad, hablando por las radios y pavoneándose. En España siempre
hemos tenido unas formidables tragaderas con la brutalidad hacia los animales. También hace
unos días aparecieron en la prensa unos aterradores reportajes sobre el destino de los galgos
en nuestra tierra. Hablo de esos perruchos flacos, afectuosos y humildes que la gente emplea
para la caza. Si la vida del galgo es dura y mísera, su muerte es siempre atroz. Los animales que
no destacan en el oficio, los que se hacen viejos y los que enferman son ahorcados o incluso
quemados vivos. El sadismo y la frustración personal de los buenos paisanos se ceba con esos
pobres bichos de morros temblorosos; hay energúmenos que los cuelgan del cuello de tal modo
que les dejan con las patas traseras apoyadas en el suelo, para que el animal tarde mucho en
morir (a veces días). Con estos y otros entretenimientos se solaza el honesto lugareño patrio.
Sólo en Extremadura hay 9.000 galgueros, y cada uno tiene entre 15 y 20 animales. Multipliquen
por las demás comunidades españolas y calculen el nivel de horror, el silencioso y enloquecedor
estallido de dolor que impregna el aire, sobre todo ahora, en enero y febrero, al final de la
temporada de caza, que es cuando las arboledas del país se llenan de galgos ahorcados,
bosques fantasmales de tortura. Estos espantos están tipificados como faltas, no como delitos.
No tienen pena de cárcel, sólo multas ligeras de las que se libran alegando insolvencia. Todo
este sufrimiento innecesario, esta perversa ferocidad contra los animales, tan naturalmente
asumida por la sociedad, no es un asunto baladí. Porque un pueblo capaz de martirizar de esa
manera a unas criaturas inermes e inocentes es también capaz de quemar niños con cigarrillos
o de apalear mujeres hasta la muerte. Y el Gobierno que no tome medidas tajantes para impedir
todo esto es un Gobierno incívico e inútil, un mero cómplice.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
14
Javier Marías
El País
Los muertos por causa de los coches me temo que superan con mucho a los que se
achaca al tabaco, el alcohol y la droga, y todo eso es perseguido con virulencia. En cambio, a la
circulación de vehículos no sólo no se le ponen restricciones, sino que nuestro mundo está
abyectamente al servicio de los automóviles, que sin duda crean más adicción que ninguno de
los “venenos” mencionados. Prueben si no a quitarle o confiscarle el coche a cualquier español
de esos que lo cogen hasta para ir a echar una carta al buzón y que casi siempre van solos a
bordo, y verán cómo se convierte en alguien más peligroso que un heroinómano sin un duro para
la siguiente dosis. Ese conductor desposeído sería capaz de robar, de matar, de prender fuego
a una gasolinera en venganza, ustedes lo saben bien.
Pero no es sólo eso. Nuestras ciudades antiguas, que no fueron concebidas para la
actual riada obsesiva y demente de vehículos, están ya completamente distorsionadas y
destruidas. Nada se hace para los ciudadanos, sino para los coches de los ciudadanos que tienen
coche y abusan de él, venga chutes de gasolina en vena. Madrid es nuestro mejor ejemplo más
bestial, un lugar arruinado por la codicia y la pusilanimidad de sus sucesivos alcaldes. La ciudad
es la más intransitable y anárquica de cuantas conozco, y a los cocheinómanos les está permitido
todo: invaden las aceras, los pasos de peatones y hasta las calzadas, quiero decir que estacionan
en medio de ellas sin que nadie lo impida. Es una ciudad imposible para madres o padres con
cochecitos de niño, para ancianos y para disminuidos físicos: nunca podrán cruzar una calle
porque nunca habrá hueco entre dos automóviles para pasar, y si lo hay probablemente serán
arrollados, y el ruido es tan monstruoso y continuo que no es de extrañar la progresiva
abundancia de psicópatas salidos de quicio.
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15
Las clases
Elvira Lindo
El País 18 / 05 / 2005
Emocionados como estábamos con el descubrimiento de nuestras libertades
individuales; concentrados en defender los derechos de mujeres, gays, lesbianas, negros,
diversidad racial, cultural, particularidades identitarias y miles de etcéteras; anclados en las
reivindicaciones de nuestro grupo particular, que eran legítimas pero a menudo olvidadizas de
aquel que considerábamos ajeno, llevamos años ignorando la gran frontera del mundo, la que
separa a los ricos de los pobres. Se ha sido más consciente, al menos en materia periodística,
de la frontera entre los países ricos y los que andan abandonados a un destino fatal; pero se
descuidó la brecha entre los que tienen y los que no tienen dentro de los países ricos. Lo
descuidaron hasta los sindicatos, que aquí y allá perdieron su vieja fuerza de movilización social.
Vuelven las clases sociales; así ha anunciado The New York Times una serie de reportajes que
intentan clarificar cuáles son los elementos que distinguen hoy a los ciudadanos. Hubo un tiempo
en que con tres trazos uno podía distinguir la clase social de un individuo: sus bienes materiales,
sus estudios, sus anhelos. Pero las fronteras se han difuminado. Los pobres de una sociedad
como ésta son gordos, a menudo desperdician con tan poca conciencia como los ricos y sus
aparatos electrónicos pueden ser incluso más ostentosos. Es el gran engaño. Juguetes para
entretener a aquellos que difícilmente podrán ayudar a sus hijos a ascender en la escala social.
Aunque América continúa vendiéndose como la tierra de las oportunidades, sería cínico pensar
que todo depende de la excelencia, que el que vale, llega. Los padres ricos saben hoy que el
mérito es importante; por tanto, preparan bien a sus hijos, con el deseo de sentir que no es la
herencia paterna la que manda, sino los logros propios. Estupendo. ¿Pero qué ocurre con el que
nace sin nada? Harold Bloom, que se mordió el otro día la lengua para no hablar de política como
le pedía el cuerpo, se mostró pesimista con la democratización de la enseñanza. Sí, hemos
conseguido que todos los niños vayan a la escuela, pero igualamos por abajo, exigimos lo
mínimo, actuamos paternalmente con los desfavorecidos, jugamos a la falsa justicia y
agrandamos la brecha. Y tal vez la brecha sea ya tan grande que hasta un periódico americano
la reconoce en primera página.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
16
Abajo
Rosa Montero
El País 19 / 01 / 1999
Todas las semanas me propongo escribir una columna sandunguera desbordante de
ironía y gracia fina. Pero luego llega el momento de teclear y se me cruza alguna noticia atroz
que acaba con la guasa. Lo cual sin duda es una limitación por parte mía, porque el humor no
tiene por qué suponer frivolidad, sino que es un vehículo de expresión afilado y certero. Pero ya
ven, no consigo superar el repeluzno. Tal vez me estoy haciendo demasiado vieja, o demasiado
tonta. En esta ocasión, el horror que me cortó el aliento fue la foto de ese niño de Sierra Leona
de cinco años, con la muñeca vendada y ojos de adulto, al que los rebeldes amputaron la mano.
Por simple maldad, por la mera voluntad de producir terror. Tengo la sensación de que ahora en
el mundo se mata más que nunca (la tecnología de la muerte ha mejorado mucho), y tal vez de
manera más indiscriminada y más brutal. Antes, incluso en la supuestamente oscura Edad
Media, la guerra parecía ser, salvo excepciones, un asunto más profesional. Los tipos se vestían
de latas de sardinas y se iban a los campos a atizarse mandobles, y además tardaban lo suyo
en reventarse: no eran unos matarifes eficientes. Ahora, en cambio, en este mundo ultramoderno,
somos los reyes de la carnicería. Según los estudios, en las sucias guerras de hoy mueren
muchísimos más niños y mujeres civiles que soldados. La tortura y el genocidio están de moda.
Niños descuartizados vivos en Argelia. Niños mutilados en Sierra Leona.
He aquí un bonito juego para la mañana del martes: pregunten a sus compañeros de
oficina dónde está Sierra Leona. Yo les voy a contestar: por ahí abajo. Por abajo de la línea de
flotación de los derechos humanos más básicos, por abajo de la visibilidad informativa, del interés
financiero internacional, de nuestra voluntad de ayuda y de la vida.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
17
“Lecciones de ciencia”
Antonio Muñoz Molina
El País
Pensábamos, con grosero chovinismo, que la especie humana era la reina de la
creación, o la cima de la evolución de la vida sobre la Tierra. La Biblia asegura que Dios creó al
hombre a su imagen y semejanza, y Darwin y sus discípulos, que ocupamos el pináculo en la
pirámide evolutiva. La religión y la ciencia, tan divergentes en casi todo, se aliaban para
atribuirnos la monarquía indisputada sobre el mundo, el derecho a regir tiránicamente a las
especies inferiores. Las consecuencias de semejante idea no han podido ser más apocalípticas:
el porvenir a corto plazo de la vida sobre la Tierra está en gravísimo peligro por culpa de
proliferación y del delirio arrogante de superioridad de los seres humanos.
Pues también era todo mentira: si ya resultaba humillante saber que nuestro patrimonio
genético es idéntico al de los gorilas en un 97%, lo que definitivamente nos baja los humos y nos
desaloja de un trono usurpado es el descubrimiento de que el número de genes necesario para
constituir un hombre es sólo el doble de los que tiene un gusano.
Somos hermanos de los gorilas y primos de las lombrices y de las moscas del vinagre, y
nuestra parentela más directa incluye a los caníbales que hace miles de años se cobijaban en
las cuevas de Atapuerca y a los inuit que en la noche polar cazaban hasta hace nada leones
marinos con arpones de hueso. Procedemos de una sola Eva que caminó erguida por África en
la noche de los tiempos, y al corromper los mares con venenos químicos estamos profanando
nuestra patria más antigua, y no hay idioma en el mundo que no sea nuestra lengua materna, ni
hombre o mujer que no sea hermano nuestro. Quien mata a un semejante es Caín, y el que
muere siempre es Abel."
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
18
Marina Mayoral
El País Semanal 25 / 10 / 1998
Siempre me sorprenden esas personas que demuestran un acendrado amor a los
animales, sobre todo hacia los perros, y una indiferencia absoluta cuando no desprecio u odio
hacia sus semejantes del género humano. Una esperaría que quien es cariñoso, compasivo y
cuidadoso con su perro, con los perros ajenos, e incluso con los perros perdidos y vagabundos,
lo fuera también con su mujer, sus amigos, sus vecinos y los desgraciados congéneres con
quienes se cruza. Pero no siempre es así sino que muchas veces la misma persona capaz de
enfrentarse a alguien o de ponerse en peligro para defender un perro, una gaviota, o una ballena,
no mueve un dedo, por ejemplo, para defender a una mujer a quien su pareja está dando una
paliza de muerte, o para impedir un robo, o, sencillamente, para sostener la puerta que va a darle
en las narices al que viene detrás. Como ejemplo de esta conducta les recuerdo que hace unos
años en Inglaterra veintisiete personas vieron a dos niños maltratando a un tercero más pequeño,
al que finalmente acabaron matando. Nadie intervino para evitar el daño, pero ese mismo día
hubo en la ciudad un montón de denuncias por malos tratos a animales.
Un día oí comentar a un hombre mayor que su perro era el que más se alegraba cuando
él entraba en su casa. Obviamente no vivía solo, pero parece que echaba de menos en su
relación con la familia un afecto que sólo encontraba en el animal.
Conozco mujeres que viven solas y que se llevan mal con hermanos, sobrinos y demás
parientes, a los que califican de desagradecidos e interesados, y que hablan a su perro como si
se tratara de una persona, y le dejan dormir en su cama y sentarse a su mesa. Y también conozco
algún hombre divorciado que se desvive para viajar con su perro, de grandes dimensiones, y que
nunca ha querido hacerlo con su hijo, que vive con la madre. Quizá la clave de esas conductas
está en el grado de infidelidad, egoísmo o ingratitud que estemos dispuestos a soportar de
nuestros semejantes. Quizá llega un momento en que uno se cansa de querer y de dar a fondo
perdido y entonces volcamos nuestra necesidad de amor en los animales: un perro no te engaña,
ni te busca las vueltas, ni te falla cuando más necesitas compañía, ni te dice “ qué pesada eres”,
ni se rebela, ni te echa en cara tus defectos, ni te dice “esta comida está intragable”, ni te pide
dinero, ni pone cara de me tienes hasta el gorro …
Pero también puede ser que algunas personas exijan de los demás una fidelidad, una
atención y una sumisión que sólo un animal puede dispensarles. Y que en comparación con esa
fidelidad perruna cualquier crítica o falta de atención la encuentren insoportable.
En fin, que no lo entiendo y que me gustaría entender cómo alguna gente puede querer
tanto a su perro y ser, por ejemplo, tan cabrona con su pareja. ¡Misterios de la vida!.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
19
Rebelión femenina
Edurne Uriarte
ABC 30 / 01 / 2007
Me gusta que al Ministerio de Sanidad se le haya ocurrido movilizarse contra el
cachondeo de las tallas femeninas o contra la exhibición de esqueletos en los escaparates, o
que la Comunidad de Madrid impida que los espectros paseen por Cibeles. No porque confíe en
sus efectos contra la anorexia. La anorexia es una enfermedad de personas obsesivamente
perfeccionistas y dudo que las maniquíes de la 38 curen el perfeccionismo.
Lo más atractivo de estas iniciativas de líderes políticas de izquierdas y de derechas es
su inspiración profundamente rupturista, su mensaje de rebelión contra esos modelos de mujeres
del pasado que fabrican las industrias de la moda, de la comunicación o de la publicidad. Contra
esos ideales de la talla 34 y de la 36 que retratan la elegancia, nos cuentan los diseñadores, a
modo de excusa. Y que representan la nostalgia por la mujer infantil, frágil, desvalida, anhelante
de consuelo y protección. Por la menor de edad, incapaz de crecer, de decidir, de liderar, la
muñeca tonta que ni siquiera sabe que lo es.
La moda, la publicidad o el cine, que tanto han revolucionado las formas, son, sin
embargo, los últimos reductos de las ranciedades masculinas, de las lolitas, de las musas o de
las esclavas. Y lo más sorprendente es que los retrógrados clichés viajan ahora de la mano de
las propias mujeres. Muchos de los responsables del negocio de la moda son mujeres. Y ellas
también se han tragado que las niñas esqueléticas y desvalidas son el modelo de belleza
femenino del siglo XXI. Que la elegancia femenina es sinónimo de debilidad, de pasividad, de
estupidez.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
20
Los chicos listos no leen
Edurne Uriarte
El País 11 / 12 / 2007
Los profesores no pueden hacer milagros. Ni siquiera los padres, a los que ha culpado
Zapatero de los desastrosos resultados educativos de los niños españoles, sobre todo en lectura.
El problema es que los niños tienen fuentes de información alternativas a los padres y profesores.
Ven la tele y navegan en internet. Y las cuentas no les cuadran. Las cuentas entre el mensaje
de la trascendental lectura transmitido por los adultos y los modelos de éxito social mostrados
por sus fuentes de información.
Esta semana han conocido, por ejemplo, que Natascha Kampusch, aquella joven
secuestrada durante ocho años, ha sido contratada para presentar un programa de televisión.
No se ha sabido que tuviera una biblioteca en su reclusión, ni siquiera que haya aprendido a leer.
Tampoco se sabe con exactitud de Linsay Lohan, un ídolo juvenil cuyo negocio más conocido de
los últimos meses es la venta de las exclusivas de su condena a rehabilitación por conducir
borracha.
Los niños saben, además, que las alternativas a la lectura para hacerse rico y famoso
no son necesariamente tan duras como el secuestro y la borrachera al volante. También existen
los concursos de televisión, sea Gran Hermano o Supermodelo del Año. Incluso OT, que requiere
cantar, pero tampoco leer. La líder mundial de la televisión basura, como ha calificado Juan Cueto
a nuestra televisión, ofrece muchas opciones. Y, más que nada, modelos de conducta social.
Los niños que leen, aspiran, como mucho, a ganar el premio al mejor expediente del año. Y los
pobres tienen un verdadero problema para demostrar que, no obstante, son normales.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
21
“La moda de los toros”, En Babia, Seix Barral
Julio Llamazares
El País 11 / 01 / 2000
Aburre repasar la larga lista de argumentos esgrimidos en los últimos tiempos por los
intelectuales de los toros en su desesperado intento por justificarse a si mismos su afición, acallar
su conciencia o lavarse las manos. Y la verdad es que imaginación no falta. Se ha argumentado,
por ejemplo, la cantidad y calidad de las obras de arte inspiradas en los toros, con muestras tan
indiscutibles como Goya o Picasso (argumento que serviría también, por esa misma vía de
confundir el efecto con la causa, para justificar, al hilo de esos dos mismos ejemplos, los
fusilamientos públicos y los bombardeos de ciudades), y se ha apelado a las corridas como la
única garantía de conservación de una raza, el toro bravo, que, de no existir aquélla,
seguramente ya se habría extinguido (ecológico argumento que, además de intentar justificar
una vez más los medios por el fin, también podría servir para inventar espectáculos parejos que
asegurasen la pervivencia en nuestros montes del caballo asturcón y el oso pardo). Se ha
esgrimido como dato irrefutable el ejemplo de grandes escritores que han sido y son amantes de
los toros (como si la calidad de una obra literaria bastara por sí misma para dignificar todos los
actos y gustos de su autor) y se ha lanzado, en fin, como una acusación genérica, la pervivencia
de costumbres reprobables en otros países europeos, como el engorde artificial de ocas en
Francia o las cacerías de zorros en Gran Bretaña (como si el pecado ajeno justificase el propio,
y, sobre todo, como si los pobres toros españoles fuesen los culpables de lo que los franceses
les hacen a las ocas y los ingleses a los zorros).
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
22
La basura inmigrante
Irene Lozano
El País 02 / 06 / 2008
Europa es ese continente que ha aprendido a reciclar el vidrio, pero arroja al vertedero la mano de
obra una vez utilizada. Lo hemos previsto todo: este ejemplar de periódico se lee, envuelve la vajilla de una
mudanza y aún llega a la fábrica de pasta de papel en condiciones de convertirse en una libreta escolar.
¿No es entrañable? Somos tan metódicos los europeos, tan rigurosos, cuando en la intimidad de nuestras
cocinas nos molestamos en discriminar los residuos orgánicos de los inorgánicos... Qué exquisitez, qué
sensibilidad la nuestra, capaz de convertir una piel de plátano en compost para las petunias del Retiro. Allí
donde sólo hay materia inerte, nuestra creatividad pone una segunda vida. El genio civilizador de Europa
brilla cada día en los cubos de basura.
Por desgracia, nuestro talento no siempre nos permite resolverlo todo; a veces nos ofuscamos,
como nos está ocurriendo con los extranjeros. Ha llegado la crisis económica y, en consecuencia, el paro.
El problema no es que haya inmigrantes ilegales, sino que no hay trabajo ilegal para darles, como hasta
ahora. Venían haciendo posible el milagro económico, el crecimiento ilimitado, el boom inmobiliario y no sé
cuántas cosas más, pero su vida útil ha expirado de súbito. Ante un error de sistema semejante, sólo cabe
darles la respuesta del informático desconcertado: sal y vuelve a entrar (cuando se pueda). Aturdidos por
el miedo como estamos, empezamos a hacer torpes juegos de manos -que aprendan la lengua, que firmen
un contrato- sin saber exactamente si buscamos trucos para integrarlos o coartadas para echarlos.
No estamos razonando bien, no estamos explotando nuestras probadas habilidades para el
ilusionismo. ¿Acaso hay algo más mágico que sacar un parterre de petunias de entre la podredumbre de
una piel de plátano? ¿No deberíamos recurrir a la inspiración del genio civilizador europeo allí donde se
halla en todo su esplendor? Ya que somos maestros en el arte del reciclaje, ¿no podríamos tratar a los
inmigrantes como a la basura?
Si por algo tengo depositadas grandes esperanzas en el Gobierno de Berlusconi es porque parte
de esa premisa. Se dispone a convertir en delincuentes a cientos de miles de inmigrantes ilegales, cuando
la ministra Mara Carfagno pregunta: «¿Y qué hago con la asistenta de mi madre?». Ella misma da un paso
en la buena dirección cuando propone separar los residuos adecuadamente: «Hay que distinguir entre los
inmigrantes-problema y los inmigrantes-solución». Claro, por Dios. Eso es imaginativo y no arrojarlos a
todos al vertedero de un campo de retención, donde estarán privados de libertad hasta 18 meses, sin
garantías judiciales. Hemos de segregar el despojo del desperdicio, la piltrafa del escombro. Y cuando sólo
nos quede ese puro detritus que no merece una segunda vida, sabremos dar a los cuerpos la dignidad
otorgada a toda materia orgánica, para que puedan, convertidos en humus, hacer florecer nuestros jardines
y prestarnos un último servicio.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
23
Los primeros
Rosa Montero
ABC 25 / 01 / 2011
Bien, lo hemos logrado: España es líder internacional en descargas ilegales de música.
¡Guay! Por fin hemos conseguido ser los primeros del mundo en algo. Y además hay que decir
que no es un puesto preeminente que nos haya caído encima de chiripa, sino que nos lo hemos
venido trabajando desde el más remoto pasado histórico, con un sostenido e indomable esfuerzo
de nuestra idiosincrasia individualista. Y es que, ¿en qué se puede decir, sin temor a
equivocarnos, que estamos verdaderamente entre los más destacados del planeta? Pues en
nuestra incivilidad, señoras y señores; en nuestra apasionada elección del propio ombligo como
paisaje social; en el desdén del otro, de los derechos del otro y del espacio común. Ya lo decía
el célebre escritor Gerald Brenan en 1943: los españoles estamos atomizados en grupos tribales
y somos incapaces de concebir lo colectivo. Y, antes que él, otros visitantes extranjeros han dado
fe de nuestra larga porfía por ocupar el más elevado puesto de la cerrilidad. "Entre ellos, los
españoles se devoran", anotaba en 1603 el francés Bartolomé Joy. Y a mediados del siglo XIX,
el inglés Richard Ford observó: "La propia persona es el centro de gravedad de todo español (...)
Desde tiempos muy remotos a todos los observadores les ha sorprendido este localismo,
considerándolo como uno de los rasgos característicos de la raza ibera, que nunca (...) consintió
en sacrificar su interés particular en aras del bien general".
Ya digo, llevamos muchos años trabajándonos la incuria1 social, que ahora florece con
esplendor magnífico en la piratería a tutiplén, en las incendiarias rabietas con respecto a la ley
del tabaco o en nuestro furioso sectarismo político (solo apoyo a mi horda, lo haga mal o bien).
En fin, hay que reconocer que en esto somos buenísimos.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
24
Niños explotados
El País 24 / 01 / 2012
Es tal la magnitud de algunas cifras que simplemente resulta imposible hacerse una idea
real de lo que representan. Hay 215 millones de niños que trabajan en el mundo, el 61% en
países asiáticos. De todos ellos, unos 115 millones lo hacen en trabajos que la Organización
Internacional del Trabajo (OIT) considera peligrosos.
Como esas magnitudes producen vértigo y terminan por quedar reducidas tan solo a una
inquietante abstracción, quizá resulte más eficaz fijar la atención en algunos casos concretos. Es
lo que hacía un reportaje publicado ayer en estas páginas y firmado en Dacca. La capital de
Bangladesh tiene 11 millones de habitantes y es una de las ciudades más pobladas del mundo;
los rascacielos van tomando cada vez mayor protagonismo como parte de su paisaje y hay tantos
atascos que los coches son también allí una de las maldiciones de la vida moderna. Pues bien,
en sus calles, en los basureros de la periferia y en las fábricas de sus polígonos industriales,
muchos jovenzuelos se afanan horas y horas para ganar unos sueldos miserables. Ninguno de
los citados en el reportaje gana más de un tercio del salario mínimo del país asiático, 1.300 takas,
es decir, 13 euros.
La OIT habla de trabajos peligrosos para los niños cuando se trata de ocupaciones
que a) les impiden acceder a la educación y a un pleno desarrollo, b) ponen en peligro su
bienestar físico, mental o moral, y c)son pura y dura esclavitud, como cuando son reclutados en
conflictos armados, explotados sexualmente o empujados a ejercer actividades ilícitas.
Rasel tiene ocho años y empuja una carretilla para transportar ladrillos. Mobarak, de 12,
maneja una peligrosa prensa en una fábrica. Shanta está en una empresa de válvulas y antes
de cumplir los nueve perdió un tercio de un dedo y se le deformó otro. Ashik, de ocho años,
rebusca cosas de valor en un vertedero. Mohamad, con 10, pasa la mayor parte del tiempo en
un taller textil. Mina se levanta a las seis y se acuesta a la una: es empleada doméstica a los 10
años y debe celebrar no haber sufrido ningún abuso sexual. Viendo sus miradas inocentes se
entiende lo que les cuesta vivir. Y son una ínfima porción de esos 115 millones: solo para hacerse
una idea.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
25
Manuel Vicent
El País
No había nadie en el bar salvo ellos dos, una pareja de adolescentes sentados frente a
frente, bebiendo inocentes refrescos de naranja. En la mesa, entre los vasos, habían dejado
abiertos los teléfonos móviles, que sonaban a veces y entonces él o ella se ponía a charlar
alegremente con un ser ajeno e invisible mientras el otro se quedaba hierático. El chico estaba
muy enamorado de la chica, pero era incapaz de manifestarle su pasión. Sólo se atrevía a mirarla
con intensidad a los ojos y ella ya había captado las turbulencias del corazón de su amigo y
también le amaba, pero no podía ayudarle en nada, debido a su extremada timidez. Hablaban
de cosas anodinas, sin comprometerse en absoluto. Las palabras iban del uno al otro
directamente a través de la vibración del aire sobre el mármol de la mesa. El chico necesitaba
declararle su amor y la chica esperaba que lo hiciera ya de una vez, un sueño imposible, porque
entre ellos había una barrera psicológica insalvable. Cualquier gesto o inflexión de voz, al estar
sus rostros tan cerca, podía delatar un sentimiento íntimo y eso les llenaba de terror. Había media
luz en el bar, el hilo musical vertía una melodía propicia y los labios de los enamorados
permanecían a una mínima distancia infranqueable. El corazón de los adolescentes tiene hoy un
compartimento más. Se compone de dos ventrículos, de dos aurículas y de un teléfono móvil,
que también bombea sangre. De pronto, este joven tímido y enamorado tuvo una inspiración.
Usó el móvil para hablar con la chica que tenía delante sin dejar de mirarla profundamente a los
ojos. Cuando sonó la llamada la chica descolgó. La pareja comenzó a hablarse de forma
descarnada como si fueran invisibles. Ninguno de los dos ignoraba que a través de los móviles su
voz se convertía en ondas electromagnéticas, viajaban al espacio sideral y luego volvía para
penetrar en el cerebro del otro. Brutalmente desinhibido, el chico le dijo que la amaba. La chica
le contestó que todas las noches soñaba con él, pero sus expresiones de amor sin
amarras tenían dos vehículos: una voz recorría el aire sobre la mesa del bar por medio de la
vibración natural y sonaba terriblemente vulgar; la otra bajaba desde un satélite de la estratosfera
cargada de libertad e imaginación. “Te amo, te amo”, le decía el chico. “Oigo dos voces a la vez,
¿a cuál de ellas debo creer?”, preguntó ella. El chico le dijo que creyera en el amor que a través
de las ondas magnéticas le llegaba por la sangre hasta el corazón.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
26
Calvarios
Rosa Montero
El País 16 / 11 / 2010
Julio Villar fue el primer navegante español que dio la vuelta al mundo en solitario. En
1976 se estableció en Tivissa, un precioso rincón de Tarragona. Él y otros amigos reconstruyeron
las humildes masías diseminadas por la garriga y llevaron una vida simple y algo hippy.
Trabajaban como pastores o como guías de montaña, tuvieron hijos, plantaron 4.000 almendros,
pusieron placas solares en sus casas. Y el tiempo fue pasando. Ahora Julio tiene 65 años.
En enero de 2009 se enteraron de que iban a instalar un parque eólico en la Plana de
Llorell (donde ellos plantaron los almendros). Según los planos, el parque estará encima mismo
de las masías. Torres de 100 metros, aspas de 40. Y el ruido. De construirse, las viviendas
deberán ser abandonadas. Y el lugar, tan hermoso, se deteriorará irremisiblemente. En cambio,
en el término de Tivissa hay terrenos enormes deshabitados y degradados en donde los molinos
no molestarían: "No lo entendemos, es como si nos quisieran castigar a nosotros, que hemos
hecho todos los deberes", dice Julio. En mayo de 2010, las alegaciones de los vecinos fueron
desestimadas. El parque sigue adelante, ahora aún más grande. Tendrán que marcharse de sus
hogares, pero más allá de este dolor lo que plantean es el destrozo que, según ellos, está
provocando en toda España la energía eólica ("una cuestionable energía limpia que no deja de
ser, sobre todo, un gran negocio", dice Julio). El caso es que somos el segundo productor mundial
de energía eólica, después de Alemania; en 2009, casi un 14% de nuestra energía eléctrica vino
de ahí. Esto es bueno, desde luego. Pero no del todo. Los molinos también tienen grandes
inconvenientes, entre ellos la innegable agresión ambiental. La cuestión es saber si de verdad
queremos llenar todos los horizontes de España con Calvarios, como los llamaba, con poderosa
metáfora visual, el periodista Pablo Lizcano.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
27
Bendito chapapote
Mar Correa
El País 26 / 01 / 2003
Por raro y anacrónico que parezca, hay desgracias a las que, por alguna costura, se les
escapa un halo positivo. Y está llegando el momento en que todos tengamos que bendecir aquel
aciago momento de triste recuerdo en que las primeras manchas de malhadado fuel empezaron
a mancillar las playas gallegas. Gracias a las desgracias de mariscadores, marineros y
percebeiros, el hundimiento de una gabarra en la Bahía de Algeciras se ha convertido ennoticia
de primera magnitud, ha concentrado a políticos de todas las administraciones, alertado a los
técnicos y puesto a prueba todas las medidas de seguridad habidas y por haber. Gracias a las
desgracias del pueblo gallego, los gobiernos central y andaluz han empezado a ver la realidad
que se oculta tras los vaticinios de ecologistas y ayuntamientos campogibraltareños sobre la
peligrosa sombra que se cierne sobre las aguas del Estrecho. Gracias a las desgracias que
padece la flora y fauna de la Costa de la Muerte, se está atendiendo con preocupación las
decenas de aves que cada año aparecen muertas en las costas andaluzas, se empieza a
observar la degradación medioambiental que sufren nuestros fondos marinos y se otea
condesvelo el horizonte para certificar que el alquitrán también mancha nuestras orillas hace
décadas.
Y mire usted por dónde que hasta para emular desgracias hemos tenido suerte: porque
no se ha escapado el fuel de los tanques de la embarcación, porque sólo está a medio centenar
de metros de profundidad, porque el lugar donde se hundió la gabarra es el mejor de todo el
Estrecho (no sólo está protegido de las furiosas corrientes sino que hace muchos años ya que la
Bahía de Algeciras es un auténtico estercolero) y, además, llueve sobre mojado...
Pero qué pena más grande que la atención a la degradación medioambiental, la
prevención ante acontecimientos contaminantes, las sanciones a los desalmados armadores, y
las ayudas económicas a esas zonas dejadas de la mano de Dios, sólo lleguen después de una
desgracia de las proporciones del «Prestige», el «Vemamagna» o el «Spabunker IV». Qué pena
haber tenido que sufrir...
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
28
Uvas de crisis
Antonio García Barbeito
ABC 08 / 08 / 2009
El campo sigue siendo esa gran madre que da de comer a miles de hijos, aunque la
madre, la pobre, ya anda con las tetas cuasi vacías y la alacena con telarañas, y apenas hay ya
pezón donde mamar y cajón en el que encontrar pan. Tuvimos un sueño de rico y lo estamos
pagando a precio de indigente. No hay nada más duro que el regreso al lugar que no se desea.
La copla, tan sabia, ya dijo aquello de «el ciego de nacimiento / sin esperanza de ver, / no pasa
tantas fatigas / como el que ha visto y no ve». Nosotros vimos y pensamos que todo lo que
veíamos era nuestro, nos sentimos reyes de un paraíso levantado con ladrillos y adornado con
coches caros, y apenas vinieron los focos del amago de crisis, cerramos los ojos para que no
nos cegara el problema, y cuando los abrimos, había desaparecido todo delante de nosotros.
Fue un sueño. Nos lo creímos. Nos pasó como al niño pobre de Juan Ramón al que le
pusieron un vestido de colorines y se creyó un niño rico. Ahí estuvo nuestro pecado, en vestirnos
de rico y pensar que lo éramos. En cuanto sopló un poco de viento frío, la pulmonía fue de
caballo. Y en ese plan seguimos. El campo, el gran refugio, la mano que sigue dando a pesar de
que a ella se lo nieguen todo, ya no puede con tanto. Pero sigue abriéndose, si no aquí, donde
sea. Aquí, cuando se preparan las escaleras para subir al madero de los olivos para quitarles los
clavos a los problemas del pan diario, cuando las viñas se abren, tan verdes y tan hermosas,
para la vendimia, resulta que hay que coger otra vez el tren para Francia para meterse en los
tajos donde los racimos ajenos aguardan como ubres maternas de las que alimentarse. Trenes
de vendimia que saben a viejos trenes de ayer donde la emigración buscaba la patria en la
identidad de un jornal; trenes de tristeza y de esperanza a un tiempo; trenes que, frente a los
Aves que cruzan España, son el remiendo que algunos no quieren ver en el traje de falsa
prosperidad que nos venden. Trenes de vendimia, siempre del sur la partida, siempre del sur la
necesidad, y encima, disputándose tajos con la mano de obra extranjera -aquí y en Francia-, por
si fuera poca la pena. Retrato de agosto, real como la necesidad misma: trenes para la vendimia
de Francia, cargados de andaluces. Dicen que España ha cambiado mucho. Sí, hemos pasado
de pedir vino francés en los restaurantes, a mandar obreros a la vendimia francesa.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
29
El mar
Antonio García Barbeito
ABC 11 / 01 / 2000
Esta tarde de lluvias antiguas, tarde en la que el viento suelta el chaparrón como si
restallara un látigo; esta tarde que en el reloj cierra los ojos una hora antes, recuerdo una vieja
letra de sevillana: «Mazagón es el vigía / de la entrada de la barra». Más vigías hacen falta, por
lo que nos dice la noticia. El mar nos duele todos los días, porque todos los días nos deja una
patera cargada de miseria, o los restos de un naufragio.
Todos los días nos escribe el mar. El mar es una rotativa, una editorial que lanza su diario
periódico, su crónica diaria; una editorial que publica las efímeras memorias de la aventura con
más desventaja: la de los negros que quieren cruzar el Estrecho, o la de los pescadores
andaluces que ya no saben hacia dónde remar.
Todos los días, todos, el mar nos deja en el zaguán de la arena la realidad del hambre.
Edición de mañana y edición de tarde, y, muchas veces, edición de noche. Ya no hay manos
para sujetar tanta desesperación. Y los vigilantes de la costa, de todas las costas, sobre todo, de
las costas andaluzas, ya no saben qué hacer, porque si sólo miran con el ojo que divisa pateras,
en un descuido se les cuela un barco, una lancha, una embarcación peligrosa, sospechosa, un
«crucero del delito». Por esto, esta tarde de lluvias me acordé de la copla: «Mazagón es el vigía
/ de la entrada de la barra...».
Mil ojos necesita esa costa huelvana, porque, ya ven, se nos cuelan sin chistar. Más de
mil kilos de cocaína traía el catamarán de bandera gibraltareña y tripulación francesa. ¿Qué
vigías no hacen falta en nuestras orillas, y no tanto para sujetar la marea del hambre de los
desesperados, como para sujetar, detener, encarcelar a los canallas que vienen a matar
criaturas? ¿Cuántos jóvenes muertos, enloquecidos, al menos, caben en mil cien kilos de
cocaína? O sea, también ese catamarán traía muerte, aunque ajena. Mercancía para matar,
muerte blanca, muerte en polvo, muerte cara.
Todos los días nos golpea el mar. Abramos los brazos para acoger a quienes,
desesperados, nos buscan como salvación. Y cerremos el mar, como lo cerró Moisés, a quienes
vienen a matar con mil kilos de cocaína.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
30
Tres mil novelas
Antonio García Barbeito
ABC 06 / 08 / 2009
Novelas sacadas de la realidad, novelas escritas con la tinta diaria del drama que
amenaza, llega o acaba de pasar. La barriada sevillana es conocida en cualquier parte como
foco de pendencias, tráfico de drogas, abandono y, en fin, futuro que tiende a empeorar. Viven
allí buena gente que no tienen otro sitio mejor donde vivir, pero habitar un lugar así te hace
distinto, te cambia la vida, por más que quieras mantenerte en tus trece. Es casi imposible
mantener impoluto un traje blanco paseando por una calle enfangada donde pisotean otros; es
imposible esperar una reacción sensata, civilizada, educada de quienes o viven rodeados de una
ley de tribu o han nacido mamando el drama que empieza en el hambre, sigue en la falta de
educación mínima y salen a volar con las alas llenas de intenciones raras.
Mal arreglo tiene esa barriada, porque no se puede remendar y querer que el traje
parezca nuevo. No se puede improvisar la educación, la convivencia, la integración en nuestro
mundo -porque son mundos distintos el suyo y el nuestro-, para eso hace falta labrar la tierra,
primero, tratar la semilla, cuidarla, protegerla y mimarla para que dé buena cosecha. Las Tres
Mil acapara buena parte de los delitos de la ciudad, si no allí, alguien de allí salta las lindes y
delinque. Los clanes se suceden, atropellados, en la escena del diario, una escena en la que ya
no caben los actores, de tantos que hay. Cada cual dicta sus leyes, cada cual las aplica a la
siempre peligrosa temperatura de la venganza o con la reacción más en caliente, y así van. ¿Qué
podemos esperar de unos niños que nacen y crecen en un ambiente contaminado por el
analfabetismo, la precariedad -cuando no nula- higiene, el milagro del plato diario y el delito? Hay
que salvar a esos niños, para que dentro de unos años no tengamos que pedir penas canallas
para adolescentes y jóvenes que aprobaron a la fuerza los cursos de navaja y tirón, tráfico de
droga y cualquier otro delito. Una novela, una larga novela se escribe a las afueras de una ciudad
que no encuentra la manera de un final feliz. Y cuando el ambiente se caldea y surgen perfiles
de Puerto Hurraco, cuando las escopetas matan y la sangre pide más sangre, se disparan las
alarmas. Pero es lo mismo, da igual: el drama vive ahí, ahí late, ahí madura. Y ahí vivirá siempre.
Sólo haciendo distintos a los personajes será distinta la novela. Esa es la tarea.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
31
La delgadez
Vicente Verdú
El País 28 / 04 / 2004
Dos terceras partes de la población tiene un peso normal, de acuerdo a las normas
médicas, pero prácticamente todos ellos quieren adelgazar. Si se trata de mujeres, aún más. La
mitad de las chicas que vemos delgadas se ven a sí mismas gordas. Su ideal sería estar flacas.
Lo flaco se opone a lo gordo como lo bello a lo feo, la liviandad se opone a la pesantez como el
bien al mal. En otro tiempo las mujeres manifestaban con su cuerpo la condición de madres; con
grasa y proteínas para proveer a los bebés. Ahora el modelo materno se incluye entre las gordas
y, cuando el embarazo desaparece, la protagonista aspira a borrar de inmediato todo indicio de
su anterior condición. En el mundo tan sólo un 2% de la población posee las medidas y el peso
de las profesionales y los profesionales que desfilan en las pasarelas. Una modelo suele pesar
entre 15 y 18 kilos menos que una mujer considerada normal. La consecuencia es que el modelo
se hace de todo punto inalcanzable y la sensación de hallarse en falta cruza de un lado a otro la
humanidad occidental. Estar gordo no puede estarlo siquiera el señor rico porque denota en su
obesidad alguna ignominia, un gansterismo ominoso o un abuso despiadado de la explotación.
El multimillonario no alude hoy, con su figura, a una bolsa repleta de oro sino a la idea genial,
como de artista, que ha conseguido hechizar al público y atraer magnéticamente ingresos.
Ingresos que, a su vez, no pesan, flotan, patinan, aparecen o se esfuman en las pantallas. Pero
si la economía es intáctil, el capital ingrávido, las empresas transparentes, ¿cómo asombrarse
de la obsesión por enflaquecer? El punto máximo de la elegancia es el hueso y todo aquello que
se le adhiere debe cuidar de no hacerse notar. El estilo del mundo tiende a lo sucinto, al tono
simplificado y digital: los aparatos ligeros, las comunicaciones sin cables, la música sin
instrumentos, la gimnasia sin esfuerzo, la alimentación sin calorías, la realidad virtual. El peso
parece de otra época mientras el siglo XXI se desarrolla en el aire, como una emanación de las
cosas sin las cosas, como una voz de los volúmenes sin espesura, como una historia descargada
de destino, un presente inconsútil y aligerado de más allá.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
32
Ironías
Juan José Millas
El País 11 / 11 / 2011
Entre parado y preparado no hay más que un prefijo, distancia que, si nunca fue
excesiva, con la crisis se ha reducido hasta extremos insoportables. De hecho, ahora todos los
trabajadores somos, en potencia, preparados. La recomendación tradicional de los padres ("hijo,
debes formarte para estar preparado") ha devenido en una ironía sangrienta, igual que la
expresión "jamás hemos tenido una juventud tan preparada". En efecto, nunca hemos tenido una
juventud tan cerca de quedarse en el paro; la mitad de los que acaben sus estudios este año se
encuentran ya en situación de preparados. El significado se desliza por debajo de las palabras
con el sigilo de una sombra asesina. Estar preparado, que en otro tiempo quiso decir haber
estudiado dos carreras y cuatro idiomas, significa hoy encontrarse en la situación previa al
desempleo, en el umbral del paro, en la frontera de la desesperación laboral. Ahora que
habíamos logrado vivir como si no fuéramos a morir nunca, vamos a la oficina con la certidumbre
de que nuestro empleo es la antesala del desempleo. Por eso hay también más trabajadores
prejubilados que jubilados y contribuyentes más preocupados que ocupados. Hubo un tiempo,
¿recuerdan?, en el que el prefijo de moda fue pos: nos encontrábamos de súbito en la
posmodernidad, en la poshistoria, en la era posindustrial o posanalógica. Parece mentira que un
cambio de prefijo implique un cambio tan grande de cultura. Ahora todo es más premeditado que
meditado, hay también más prejuicios que juicios y presentimos las cosas antes de sentirlas.
Perdido su prestigio el pos, nos hemos dado de bruces con el pre. Pero no imaginábamos, la
verdad, un pre tan duro, un pre de premonición, sobre todo sabiendo como sabemos desde el
principio de los tiempos que no hay presentimientos buenos, pues no existen los profetas de la
dicha.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
33
Los medios
Rosa Montero
El País 24 / 02 / 2009
Ya se sabe que las cosas sólo existen si salen en las noticias, pero este axioma mediático
parece ser cada día más verdadero. Por ejemplo, me pregunto por qué el caso de Marta del
Castillo se ha convertido en un acontecimiento de semejante magnitud. Desde luego es una
tragedia y, para los padres, un infierno absoluto. En su lugar, todos estaríamos igual de
convencidos de que no ha sucedido nada más atroz. Pero, por desgracia, la vida abunda en
atrocidades. A juzgar por los indicios, en el drama de Marta no parece haber habido el horror
añadido que hubo en otras muertes, como, por ejemplo, la de Sandra Palo. Quiero decir que hay
demasiadas historias espantosas, adolescentes violadas y asesinadas, mujeres apaleadas y
quemadas, niños torturados hasta dejarlos inválidos, y ninguna de estas brutalidades se
convierte en un asunto de prioridad nacional ni los familiares de las víctimas son recibidos por
Zapatero como ocurre con Marta. ¿Qué ha pasado en esta ocasión? Puede que una pura
casualidad informativa: alguien de la prensa local que se fija en el tema, alguien de la nacional
que lo recoge porque tal vez esté flojo de noticias... Así se va formando una pelota histérica. Los
medios construyendo la realidad.
Más aún: los medios suplantando nuestra vida. La británica Jade, disparatada
concursante de Gran Hermano y enferma de cáncer terminal, piensa morir ante las cámaras
previo pago de un pastón. En esta sociedad somos capaces de chatear en directo con Australia,
pero puede que no sepamos que nuestro vecino está moribundo. Cada vez huimos más de
nuestras responsabilidades personales: nos escaqueamos del cuidado de nuestros enfermos y
de sus agonías. Pero el final de Jade será contemplado por millones. Es como convertir la
experiencia de la muerte en un descafeinado y manejable tamagotchi. Qué mundo tan raro.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
34
Tóxico
Rosa Montero
El País 15 / 03 / 2011
Estos días tengo la sensación de que la realidad es un espejo hecho añicos. En los
países industrializados vivimos una existencia tan protegida que nos olvidamos de la absoluta
fragilidad de las cosas; pero basta con que la Tierra se sacuda (y no es más que un pequeño
planeta en las afueras de una galaxia cualquiera) para que volvamos a tomar conciencia de
nuestra condición de pulgas, qué digo, de microbios pataleantes e inermes. Japón demuestra
que ni la hipertecnología ni un elevado nivel de desarrollo convierten al ser humano en dueño de
su destino. La aterradora crisis nuclear provocada por el terremoto es un clamoroso desmentido
de nuestras pretensiones de amos del mundo. Somos microbios ignorantes jugando con fuerzas
infinitamente más poderosas que nosotros.
En Onkalo, Finlandia, se está construyendo el almacén de residuos nucleares más
grande del mundo. El proyecto empezó en 2001 y los trabajos no acabarán hasta 2100. Es un
inmenso silo subterráneo concebido para durar 100.000 años, que es el tiempo que tardan los
residuos nucleares en dejar de ser dañinos. ¡Qué megalomaniaca locura! Nuestra especie solo
tiene 50.000 años. ¿Cómo podemos aspirar a construir algo tan inhumanamente perdurable? ¿Y
cómo nos las arreglaremos para advertir a los posibles habitantes del planeta, dentro de milenios,
de lo peligroso que es ese lugar? Si se encuentran con algo tan cerrado y tan defendido, ¿no se
empeñarán justamente en entrar, destapando así la mortífera caja de Pandora? Preocupados
por la futura seguridad del sitio, los diseñadores de Onkalo piensan que lo mejor es crear un mito
alrededor, convertirlo en un lugar sagrado que infunda miedo. Estamos haciendo las cosas tan
mal que, cuando nuestra civilización desaparezca, dejaremos de legado el tóxico sepulcro de un
dios radiactivo.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
35
Cáncer
Elvira Lindo
El País 23 / 02 / 2011
Cáncer, esa palabra: se utiliza cuando se habla de supervivientes y se borra cuando se
ha cobrado una vida. El eufemismo "larga enfermedad", usado con la buena intención de no
desanimar a los que luchan contra ella, ha conseguido el efecto contrario: perpetuar el tabú en
torno al nombre que la define y, por tanto, a la propia dolencia. Precisamente el día en que
Esperanza Aguirre anuncia que se tiene que operar de un cáncer de mama ando yo leyendo un
libro que ofrece una reflexión sobre las trampas del pensamiento positivo. Se trata de Sonríe o
muere, de Barbara Ehrenreich. La autora, una ensayista norteamericana que padeció también
un cáncer en el pecho, hace recuento de toda la mercadotecnia que la invadió tras recibir el
diagnóstico: del lacito rosa al osito del optimismo. Todo con tal de borrar aquello con lo que una
persona se enfrenta cuando ha de encajar esa mala noticia, el mazazo brutal que la ha de
distinguir del resto de los seres humanos mientras dure la enfermedad. Pero el pensamiento
positivo convierte a los enfermos en luchadores e ignora a los que perdieron la batalla, como si
en parte fueran responsables de haber sucumbido al mal, de haberse rendido. Se llama
valiente a quien lo supera, a quien se enfrenta al tremendo malestar de una quimioterapia con
una sonrisa o a quien filosofa sobre las ventajas de haberse enfrentado a una enfermedad que
lo convirtió en una persona renovada. Esta filosofía de vida, que consiste en hacer desaparecer
del mapa la palabra "desgracia" sustituyéndola por "reto", ha sido durante años el eje de los
libros de autoayuda y ahora ha ascendido hasta esos estudios académicos que sostienen que
la felicidad es buena para la salud. Una manera de obligar al enfermo a sonreír.
Todo con tal de no admitir que una víctima sufre, a menudo está triste, y necesita
nuestro consuelo.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
36
Ellas y ellos
Rosa Montero
El País 30 / 03 / 2010
Las mujeres y su difícil relación con los hombres. O los hombres y su dificilísima relación
con las mujeres. Veo las noticias de la Cumbre de Valencia, y me parece mentira lo mucho que
están cambiado las cosas, por un lado, y por otro lo poquísimo que cambian. ¿Saben que el
principal medio de transporte de mercancías en el interior de África son las mujeres? Todas esas
hembras acarreando monumentales pesos en la cabeza como bestias de carga: eso sigue igual.
Y, al mismo tiempo, ¡qué tenacidad y qué potencia tienen esas mujeres cimbreantes!
Si en el mundo ha mejorado la situación femenina es porque los hombres también han
cambiado, como es obvio. Y, sin embargo, tal vez por la velocidad de la evolución, sigue
habiendo resquemores, recelos y furor. Mientras se celebraba la cumbre, hubo otras dos víctimas
asesinadas por sus parejas en España.
A mi mesa llega una marea constante de cartas airadas. Cartas de mujeres denunciando
un recrudecimiento del sexismo y campañas machistas para hacer creer que lo de la violencia
contra la mujer es un invento. Tienen razón. Cartas de hombres que se sienten maltratados por
sus ex parejas y por los jueces; que se han quedado sin sus hijos; que dicen haber sido
denunciados falsamente. Y creo que también tienen razón. ¿Qué nos está pasando? ¿Por qué
sobre los restos de un machismo milenario se está construyendo una rabia nueva? ¿No hay
manera de llegar a entendernos? ¿Tenemos que seguir siendo mundos opuestos?
La primatóloga Melissa Hines dio juguetes humanos a unos jóvenes monitos: muñecas,
coches y libros ilustrados. Ellas cogieron las muñecas para jugar, ellos los coches y los dos los
libros indistintamente. No sé si se puede extraer alguna enseñanza de esto, pero, si tienes hijos,
¡regálales libros!
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
37
Tres tristes linces
Antonio García Barbeito
ABC 15 / 08 / 2010
Así que no quieren tocarle a cualquier posibilidad de desdoble de las carreteras que
pasan cerca de Doñana, ni a nuevos trazados que solucionen los desplazamientos de las
muchísimas de personas que trabajan en el llamo entorno, ni mucho menos la gran autovía que
uniría a dos provincias hermanadas en la región y en los términos y tan separadas por la distancia
por carretera, que tanto gaditanos como onubenses podrían colocar carteles como aquel que en
Sevilla, aunque por una causa solidaria, se hizo chiste en el libre uso de la preposición: «Sevilla
por Etiopía», y decía el otro: «¿Tó esa güerta hay que dá?» Pues Huelva y Cádiz podrían colocar
a la salida casi lo mismo: «Cádiz por Etiopía» o «Huelva por Etiopía», porque la vuelta que hay
que dar —si no es en barco o en coche por la bajamar atlántica, y con permiso— para llegar de
una ciudad a otra, es de vuelta ciclista a España.
Bueno, pues a pesar de tanta carretera negada, tantos pasos subterráneos, tantos
espejos para que los bichos se asusten de los faros, y a pesar de tanto Corredor Verde para que
los linces vayan de doña a Sierra Morena y viceversa —eso dicen, que algunos creían que iban
a ver pasar más linces que caballos para el Rocío—, a pesar de todo, resulta que los linces, para
morir, no necesitan que pasen coches cercanos: ha bastado un fallo en la dieta de la alimentación
para que tres tristes linces la hayan palmado y haya otros veintidós afectados. Por lo visto, el
error en la alimentación incluye no sé qué sustancia que les afecta al riñón y los animalitos, es
natural, pues como las personas. Pobres tres tristes linces del criadero, esa guardería felina que
no vaya usted a creer que cuesta dos pesetas, no vaya a creer que es que no tienen para
presupuesto de comida, no vaya a creer que es que tienen que echarles como antes se les
echaba a los cochinos, los desperdicios. No, ni pensarlo. El presupuesto —no sé por cuánto
tiempo— para cuidar de esos linces en la guardería de la reserva cuesta, creo, más de cuatro
mil millones de pesetas. O sea, que no tienen que ir a comprar pienso a supermercados de pague
dos y llévese tres. Para cuidar linces hay más presupuesto —por dinero y número de linces—,
que para cuidar personas en los hospitales públicos. Y un fallo en la dieta —un fallo, aunque no
estén atestadas las urgencias de linces— se carga a tres tristes linces y deja apuntados a
veintidós más a entregar las uñas. Las (malas) carreteras han matado menos linces. Como haya
más fallos, nos vamos a quedar sin carreteras y sin linces.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
38
Inseguridad y multas
Editorial ABC
ABC 10 / 08 / 2010
La carretera se cobró veintiséis vidas el pasado fin de semana, lo que representa —por
segunda vez consecutiva— un notable incremento respecto a las mismas fechas del año anterior
y la peor cifra en lo que va de año. La DGT ha recibido merecidos elogios por sus éxitos en una
política firme y rigurosa para la reducción de este drama personal y social, pero las cosas van a
peor desde hace algún tiempo, como demuestra la lógica implacable de la estadística. Entre los
factores que explican este paso atrás no hay que descartar un cierto triunfalismo de los
responsables políticos que conduce a campañas estereotipadas, cuyos efectos no son ya tan
positivos. El estado de muchas carreteras secundarias sigue dejando mucho que desear, al igual
que la protección específica de sectores particularmente vulnerables como los ciclistas y
motoristas. Estas fechas veraniegas exigen, además, una acción decidida para la «operación
salida» y los múltiples desplazamientos de vehículos extranjeros.
En todo caso, la opinión pública percibe en el Ministerio del Interior un exceso de afán
recaudatorio a la hora de imponer sanciones, lo que resta legitimidad a la acción preventiva de
los agentes. Las recientes y reiteradas noticias sobre presiones directas o indirectas a la Guardia
Civil para que aumente su «eficacia» sancionadora contribuyen a extender una sospecha que
provoca un serio malestar entre los propios agentes, como ha recogido ABC. La finalidad de una
política de seguridad vial es conseguir un tráfico fluido y reducir al mínimo posible el número de
accidentes, y no imponer multas para cobrarlas por procedimientos expeditivos. Interior debe
rectificar de inmediato para volver al buen camino. Primero, la seguridad.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
39
¡A prohibir! (que es progresista)
Isabel San Sebastián
El Mundo 2010
Para ser tan aficionados al buen rollito, también conocido como talante, hay que ver lo
que les gusta prohibir a estos socialistas zetaperiles, que deben tener a Orwell como autor de
cabecera: "La mentira es la verdad". "La paz es la guerra". "Todos los animales son iguales
pero unos son más iguales que otros". "Prohibir es lo progresista".
Prohibidas las corridas de toros en Cataluña (lo próximo será el flamenco, la paella o la
tortilla de patatas: todo lo que suene a español). Prohibidos bollos y chucherías en los colegios.
Prohibida la venta de tabaco y alcohol a menores de 16 años. Que aborten a discreción, que
para eso se ha elevado la aniquilación de niños indefensos a la categoría de derecho
inalienable de la mujer, pero nada de tomarse un mojito. Prohibidos, en cuanto la esclarecida
ministra de Igualdad obtenga el plácet de Zapatero, los anuncios de masajes en las páginas de
los periódicos. No puede tolerarse que la prensa vil, la plasmación impresa del ruin trabajo de
lacanallesca, la máxima exponente de ese obstinado empeño por desvelar lo que acontece e
incluso criticarlo, se financie en parte sirviendo de enlace entre las prostitutas/os y sus clientes.
¡Matemos de una vez al mensajero!
Yo creo, señorita Aído, que se queda usted muy corta, al igual que sus colegas de
Sanidad o Educación. ¿Qué es eso de prohibir la publicidad de una actividad que no sólo se
consiente, sino que en ciertos casos reporta pingües beneficios al Estado? Sean ustedes
valientes, sean coherentes, sean innovadores, sean audaces. Prohíban, bajo penas
severísimas, el ejercicio de la prostitución así como su consumo, ya sea masculino o femenino.
Clausuren todos los puticlubs que jalonan nuestras carreteras y calles, encierren a sus
propietarios, recluyan a sus empleadas/os en centros de reeducación, como hacían hasta hace
muy poco en Cuba, la patria de la libertad, con los homosexuales. Azoten en la plaza pública a
los hombres y mujeres que acuden a ese infame mercado de carne humana. Clausuren
directamente los periódicos, órganos de propaganda de tan detestable comercio. Destierren de
los establecimientos públicos toda la bollería industrial o establezcan un sistema de
identificación policial para impedir que los niños se acerquen a ella. Quemen las fábricas de
dulces. Irrumpan en las destilerías, emulando al FBI de los años 20, e impongan la Ley Seca a
rajatabla. Arranquen las plantaciones de tabaco de Extremadura y prendan fuego a los
estancos.
¿Quién dijo aquello de prohibido prohibir? Los fachas del mayo del 68 parisino. Prohibir
es lo progresista.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
40
No fueras venido
Tomás Balbontín
ABC 01 / 08 / 2011
Desde que hace ya más de dos meses ganara las elecciones por goleada, el PP de
Zoido, como los pepeses de otras latitudes, anda llorando por los rincones y denunciando un día
sí y otro también lo mal que están las cosas, lo secas que se han quedado las tetas de la
administración tras el paso por ellas de tanto mamón y lo difícil que lo tienen, por falta de
parneses, para hacer las cosas que habían prometido. Todo eso ya lo sabíamos y precisamente
por eso la gente decidió quitar a los que había y ponerlos a ellos que, por supuesto, también lo
sabían. Sabían que iban a encontrar caos y ruina y aún así prometieron orden y prosperidad, así
que ahora no vale llamarse a engaño, lloriquear y lamentarse. Es hora de dejas las excusas a un
lado, sonarse los mocos, fajarse con la realidad y ponerse a hacer cosas, asumir compromisos,
cumplir las promesas y las palabras dadas y responder a las muchas expectativas suscitadas.
Bien está que se informe a la gente de la realidad de la penosa situación heredada, eso
ha pasado siempre y lamentablemente es un clásico de la práctica política, pero esa información
no puede ser utilizada como coartada para permanecer cruzados de brazos, sino como acicate
para actuar con contundencia y decisión. Como se ha hecho con el Plan Centro, que además no
ha costado dinero, y como hay que hacer con la reivindicación del Metro, con la dichosa Torre
Pelli o con el arreglo del desaguisado del Prado. Esos casos y muchos más de andar por casa
hay que sacarlos adelante a como dé lugar, arañando donde sea y poniendo firmes a quien
corresponda, porque todos ellos iban en el repleto zurrón con el que Zoido se presentó a las
elecciones, un zurrón que Sevilla le compró encantada por clamorosa suscripción popular. Eran
perfectamente conscientes de lo que se iban a encontrar, así que ahora no valen cuitas, golpes
de pecho ni lamentaciones. Como dicen en mi pueblo, «si no te gusta lo que hay, no fueras
venido».
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
41
Los zíngaros rumanos
Alberto García Reyes
ABC 13 / 08/ 2007
En aquel tiempo fue Triana su cobijo. Arrabal inmundo capaz de aglutinar al hampa y pasarle su
cedazo. Superaron la malla quienes hoy se autodenominan «caseros», calés que se expandieron hasta
Cádiz para ganarse la vida como gañanes, matarifes, pescaderos o fragüeros. Y quedaron sobre la red del
harnero unos zíngaros trashumantes, andarríos canasteros, buscavidas sin destino, que decidieron no
adaptarse a la vida de ningún sitio. Caravana de una estirpe de gitanos desdeñada por los propios gitanos.
Ganapanes de cabra y acordeón que cruzaron Europa para exigir libertad y practicar el libertinaje.
Y como el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, la historia vuelve
a repetirse en Sevilla. La dictadura del eufemismo hace que se hable de ellos como rumanos. Falso.
Rumanía es el Estado que les dio pasaporte. Nomás. Esta plebe de nómadas sin ley no tiene patria. Siempre
se enorgulleció de ello. Salvo cuando le interesó ser de algún sitio. Ahora esta marabunta de voluntarios de
la inadaptación reclama ayuda de nuestra administración pública arguyendo su condición de ciudadanos
europeos. Pero los ciudadanos europeos no tienden la ropa en los árboles, ni se lavan las bajeras en las
fuentes públicas, ni se apropian de viviendas por la cara, ni montan tiendas de campaña en mitad de las
avenidas. Los ciudadanos europeos tributan a la hacienda pública en sus respectivos países, pagan sus
hipotecas, llevan al día la factura del agua para poder ducharse en sus bañeras y cumplen las normas
mínimas de comportamiento social. Esos ciudadanos europeos, sólo esos, deben ser protegidos y
auxiliados por un gobierno. Sin embargo, en estos tiempos de corrección política y otras memeces de
semejante jaez, son precisamente quienes irrumpen en la tranquilidad de una sociedad los que cuentan
con el mayor privilegio por parte de la clase gobernante. A menos obligaciones, más derechos. Estos
andarríos sin patria, sin etnia, sin higiene, sin ley y sin ganas de trabajar nos cogen por los uebos de Trillo
cada vez que quieren porque nuestra administración pública no tiene lo que hay que tener para aplicar
sobre ellos la normativa vigente. Si en la vía pública no se puede acampar, no se puede acampar. Punto.
Nadie puede hacerlo. Ni los españoles, ni los rumanos. Nadie. Es cierto que si sus pasaportes llevan el
sello de Rumanía tienen todo el derecho a estar en España. Pero no tienen potestad para exigirnos nada
más que aquello por lo que hayan pagado. Y, como al resto de ciudadanos europeos, no les está permitido
cometer infracciones. Dejar basura en la calle, montar una chabola bajo un puente, intimidar a las personas
que encuentran a su paso o aguarse la sobaquera en la Puerta Jerez son faltas inaceptables, además de
patadas al estómago de la convivencia. Y si en Sevilla se multa por mear en una tapia o beber al aire libre
a partir de una determinada hora, también hay que denunciar a quienes cuelgan bragas y calzoncillos en
las farolas. Sin miedo. Que la xenofobia y el racismo son otra cosa. Lo triste es que algo tan básico haya
que escribirlo en un periódico.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
42
Dinero negro
Juan Manuel de Prada
El País 11 / 01 / 2000
Convocar como testigos a unos señores para preguntarles si cobraron sobresueldos en negro es del género tonto
Van desfilando por la Audiencia Nacional quienes fueran mandamases en la calle Génova y a todos les
pregunta el juez Ruz si cobraron sobresueldos en dinero negro, obteniendo siempre la misma respuesta. ¡Por supuesto
que no! Yo entiendo que todo procedimiento judicial tenga sus liturgias, pero convocar como testigos a unos señores
para preguntarles si cobraron sobresueldos en dinero negro, o si vieron que otros los cobrasen, es del género tonto. Si
el dinero negro es, por naturaleza, dinero que no se declara, parece de Perogrullo que sólo al que asó la manteca se le
ocurriría declarar que ha cobrado en dinero negro. El dinero negro se pule y santas pascuas, como bien sabía aquel
gacetillero «sobrecogedor» de la anécdota que en cierta ocasión oí referir a Jaime Campmany.
Resulta que había un gacetillero que todos los meses recibía un sobrecito del Ministerio de Gobernación con
un modesto sobresueldo, en pago a su obediencia lacayuna a las consignas del ministro. Un buen día le entregaron un
sobre mucho más abultado de lo habitual; gratamente sorprendido, y a la vez intrigado, el gacetillero se encerró en un
retrete para contar la cuantía de su sobresueldo y comprobó que, en efecto, era una cantidad fastuosa, desmesurada
para el modesto servicio que prestaba. Por supuesto, entendió enseguida que se trataba de una equivocación, pero
decidió que se haría el longui, como se hacía el longui todos los meses, cada vez que le entregaban el sobre, siguiendo
la receta de absoluta discreción que le habían dado en el Ministerio. Así que, sin avisar a la familia ni al director de su
periódico, desapareció durante unos días, para pulirse el dinero. Cuando por fin regresó a casa, lo aguardaban en el
portal un par de guardias, que lo condujeron ante el ministro. Antes de que su benefactor pudiera reprenderlo, el
gacetillero «sobrecogedor» dijo, muy solemne: «No puedo devolverle ni un céntimo, señor ministro. Me lo he gastado
todo». El ministro se llevó las manos a la cabeza, espantado, y gritó: «¡Alma de cántaro! ¿Pero es que no advirtió que
esa cantidad estaba destinada a retribuir servicios infinitamente más importantes que los insignificantes que usted nos
presta?». A lo que el gacetillero, afectando humildad, respondió: «¿Y quién soy yo, señor ministro, para medir su
generosidad?».
Los sobresueldos en dinero negro, como bien sabía aquel gacetillero, nunca se declaran. Bárcenas asegura,
fundándose en unas anotaciones contables de andar por casa, que los pagó; pero como no aporte alguna otra prueba
más contundente de tales pagos, me temo que con sus imputaciones ocurrirá lo mismo que con el tercer huevo del
cuento: «Érase un joven que volvía de las aulas universitarias, ansioso de dejar turulatos a sus padres con sus primores
dialécticos. Hallándose sentados los tres a la mesa, como viese dos huevos pasados por agua en un plato, escondió uno
con presteza e interrogó a su padre: ¿Cuántos huevos hay en el plato?. Uno, le contestó su atolondrado progenitor.
Devolvió entonces al plato el huevo escondido y volvió a preguntar: ¿Cuántos huevos hay ahora?. Contestó el padre:
Dos. A lo que arguyó el sabiondo hijo: Antes había un huevo, ahora hay dos; es así que dos y uno son tres, luego son
tres los huevos del plato. Se admiraba el padre, porque sus ojos solo veían dos huevos, en tanto que el agudo ingenio
de su ilustre vástago le demostraba que eran tres, cuando intervino la madre, mucho más resuelta y avispada, que dio
un huevo a su marido, se cogió para sí el segundo y le dijo al sabiondo del hijo: El tercer huevo, majete, te lo comes tú».
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
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Coto a los ladrones
Julia Navarro
La Estrella Digital
A lo mejor esta vez va la vencida. Me refiero a la intención del Gobierno de aprobar una legislación para
proteger la propiedad intelectual.
En el último gobierno socialista, Ángeles Sinde, titular de Cultura, logró sacar adelante una ley que lleva
su nombre en la que intentaba poner coto a la piratería, pero aún así, el resultado de la aplicación de la
ley no es en absoluto satisfactorio. Vamos, que los piratas continúan haciendo de las suyas porque saben
que a la postre no les pasa nada.
Verán, yo creo que además de arbitrar leyes que castiguen a quienes facilitan el robo de música, libros,
películas, etc, en la RED, también es necesario un programa en los colegios. Sí, me parece
imprescindible que desde "primaria" a los niños se les enseñe que en el mundo virtual el robo es un delito
tan grave como en el mundo real. Es decir se trata de educar no solo de castigar.
El problema es que en nuestro país la gente se ha acostumbrado a que todo lo que está en la RED
debe de ser gratis total y poco les importa que haya un desaprensivo que piratee un libro o una música,
creen que por el mero hecho de estar en la RED ya les pertenece. Y luego está esa trampa de decir que
el intercambio de archivos no se puede penar, y digo yo que depende, porque si alguien copia un libro y
se dedica a intercambiarlo con dos mil personas entonces está haciendo un daño irreversible al autor. De
manera que habría que delimitar qué se entiende por ese aparente inocente intercambio de archivos.
Lo que no es soportable es que en nuestro país quienes se dedican a la música, a escribir libros, a
financiar una película, etc, no cuenten con la protección debida frente a lo que sucede en otros países
donde la piratería en la RED está castigada.
Veremos si esta vez los legisladores son capaces de dar una respuesta eficaz al problema del robo de
la propiedad intelectual.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
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Carroñeros
Xavier Vidal-Folch
El País 31 / 07 / 2015
Bravo. La alcaldesa madrileña, Manuela Carmena, cancela el proceso de privatización
de 2.086 viviendas sociales en alquiler. Lo inició su ínclita antecesora, doña Ana Botella, del club
aznarita de amigos de los pobres y de Rupert Murdoch. Era una brillante operación carroñera,
benéfica para los fondos buitre. Que así se llaman a los fondos especulativos inversores en
deuda pública (u otros activos, como viviendas) de instituciones próximas a la quiebra: compran
por debajo de su nominal (o de su precio de mercado) para intentar luego recuperar el resto
(aumentado) presionando a otros propietarios, o a inquilinos vulnerables.
Son operaciones carroñeras, con damnificados tangibles: gentes de avanzada edad, de
escasos ingresos, asfixiadas, a las que se suelen subir los costes (pago del IBI, eliminación de
ayudas al alquiler, desprotección al fin del contrato). Es una práctica de Robin Hood al revés,
robar a pobres para enriquecer a ricos (de la gama especuladora), en la que la tradición
franquista deslumbró: socializar pérdidas, privatizar ganancias.
Los beneficiados son también tangibles. Los buitres compran pisos construidos con
dinero público para fines sociales —se desnaturaliza su buen fin— en condiciones privilegiadas,
exorbitantes. Como los altísimos descuentos de precio. Descuentos que ni por asomo se ofrecen
a sus inquilinos o a sus próximos.
En beneficio de la promotora aznarita de este carroñerismo hay que decir que doña Ana
Botella (con su Empresa Municipal de Vivienda y Suelo de Madrid, que vendió 1.860 pisos a
Magic Real State-Blackstone) no ha sido la única. También la promovió intensamente el Gobierno
autónomo de Ignacio González (3.000 viviendas para Azora/Goldman Sachs). Y le imitó el de
Artur Mas, que pretendió hacer lo mismo en 2014, para similares beneficiarios, con 14.000
viviendas: el mayúsculo escándalo suscitado se lo impidió. Será que los progres que le
acompañan ahora en su lista son olvidadizos. O han volteado al Robin Hood que decían llevar
dentro.
Pero este escándalo sobrepasa la ideología. También para los partidarios de una
economía al máximo liberalizada, hay privatizaciones que resultan obscenas.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
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¿Feliciqué?
Luz Sánchez-Mellado
El País 30 / 07 / 2015
Puede que para muchos esta sea la semana más larga del almanaque. Esos que ven el
sábado, 1 de agosto, como el inicio de lo que sea que lleven anhelando el resto del año. Algunos,
la supuesta libertad de levantarse a la hora que se despiertan y no a la que les taladra el cerebro
la alarma del móvil. Otros, la ilusión de ser dueños de su cuerpo, de su tiempo, de su vida. Todos,
la desconexión de aquello que sienten que les da de comer, pero les esclaviza, aunque sea con
el Estatuto de los Trabajadores y la Constitución en la boca. Y no me refiero a lo de Cataluña.
Las vacaciones pueden ser un paraíso o un infierno. Y lo peor es que tiene mal remedio.
Puede uno escaparse a las antípodas y no librarse de quien o lo que sea que le amarga la
existencia, empezando por uno mismo. Dicho esto, cuento los segundos para irme con mi
mochila a cuestas. Me pondré morada a hidratos. Me emborracharé de cócteles. Llevaré vestidos
blancos, collares de conchas y pantalones anchos antes de volver a meterme en la cinturilla de
los hábitos de mujer trabajadora. Pensaré que septiembre no existe. Y muy mal se me tiene que
dar para no creerme inmortal algún microsegundo. Al fin y al cabo, nadie dijo que la felicidad
estuviera incluida en ningún todo incluido.
Según el CIS, el 80% de los españoles se declara entre feliz, muy feliz y felicísimo. Poco
me parece. ¿Quién va a confesar que está que no vive por salud, dinero, amor, o todo junto?
Que le cuesta un mundo levantarse. Que tiene un clavo en el entrecejo, o en la boca del
estómago, que es donde debe de estar eso que los creyentes llaman alma y el resto llamamos
conciencia, el yo, nuestra menda lerenda. Los perdedores. Los pusilánimes. Todos. Nadie.
Volveremos al redil. Añoraremos estas vísperas como se extraña la inocencia perdida. Y cuando
nos pregunten por las vacaciones, diremos que fenomenal, gracias, aunque solo hayamos
cambiado unos días de cárcel.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
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Desconexión
Almudena Grandes
El País 27 / 07 / 2015
Pasará el verano y todo seguirá igual. En septiembre volveremos a sumergirnos en el
conflicto catalán, en la tragedia griega, en la acuciante presión del calendario y las maniobras de
todo tipo —de izquierda a derecha y viceversa, de dentro hacia fuera y al revés, de la
fragmentación a la unidad o no— destinadas a obtener ventaja en lo que se adivina como un
implacable ejercicio de canibalismo disfrazado de campaña electoral. Pero mientras tanto el
verano nos ofrece un bálsamo reparador, una beneficiosa terapia de descanso que, en la era
tecnológica, podemos asimilar al procedimiento que aplicamos a los aparatos que gobiernan
nuestra vida. Cuando se vayan de vacaciones, desconecten sus ordenadores, el router, la
impresora, y antes de cerrar la puerta, desconéctense también a ustedes mismos. Recuerden
aquella época en la que vivíamos desconectados y no nos pasaba nada. Como no había móviles,
apenas hablábamos con nuestra familia, pero no nos queríamos menos. Como no había Internet,
si se nos olvidaba comprar el periódico, no nos enterábamos de lo que pasaba en el mundo, pero
el mundo seguía existiendo. Eso sí que era descansar, el verano en la casa del pueblo, con río
y sin televisión, con mercadillo y sin centros comerciales, con largas siestas, noches largas y
nada que hacer entretanto. Así descansaba el cuerpo pero, sobre todo, el espíritu, porque a
mediados de agosto ya echábamos de menos la actividad, la velocidad, la sobrecarga de la
conexión. La primera mitad de 2015 ha sido frenética, la segunda promete ser peor, nada es más
agotador que vivir haciendo equilibrios en un cable de alta tensión. Yo me desconecto hasta
septiembre con esta columna. Desconéctense ustedes y sean muy felices este verano.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
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Estupro
Juan José Millas
El País 24 / 07 / 2015
Merkel hace llorar literalmente a una niña en la tele después de haber hecho llorar
metafóricamente a media Europa. Entretanto, los chinos nos compran por 10.000 euros un
aeropuerto que nos costó 450 millones. En mi barrio, los chinos han comprado una iglesia
católica para convertirla en un bazar gigante. Vale, anécdotas. Lo que no sabemos es en qué
momento de la noche las anécdotas ascienden a categorías ni en qué instante de la economía
financiera entra el hijo de Dios en la iglesia y se lía a golpes. Tampoco estamos seguros de que
haya nacido el Jesús capaz de armar el cristo que la situación se merece.
Hace años, en una entrevista, La Mala me contó que cuando iba a firmar su primer
contrato discográfico, fue preguntando el porqué de cada una de las cláusulas. “Es lo estipulado”,
le respondían invariablemente. Al cuarto o quinto “estipulado”, la rapera dijo que se metieran lo
estipulado por donde les cupiera y logró firmar un acuerdo decente. Ahora mismo vivimos bajo
la dictadura de lo estipulado. No hay día en el que no nos estipulen duramente, bien con una
rebaja salarial a la española, bien con un corralito a la griega. Está uno tan tranquilo, sin meterse
con nadie, tomándose la achicoria matinal, cuando llaman a la puerta y no es el lechero, sino
la ley mordaza, que viene dispuesta a estipularte hasta que eches el hígado por la boca. Quien
dice la ley mordaza dice el subsecretario de Cultura o la ministra de Trabajo. Nadie está seguro,
ni los niños que acuden inocentemente a la tele para ver un programa en vivo y en directo.
Escóndanlos cuando la Merkel pase cerca y no les dejen atravesar solos el bosque porque los
estipularán hasta el estupro. O hasta el estupor, ahora no caigo.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
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Lujo, postureo y mucha tontería
Luz Sánchez-Mellado
El País 21 / 07 / 2015
Ya lo predica la neoepicúrea Belén Esteban en el ágora de SálvameDeluxe. Mucho
mamón digital, mucho Erasmus y mucho políglota desde parvulitos, pero a todos nos gusta lo
mismo. Comer, evacuar y lo otro, siendo lo otro no solo lo que estáis pensando, obsesos, sino lo
que cada uno considere el sumun de los placeres gratuitos. Ella no habla tan fino, pero la
entendemos. Para comprobarlo, este finde he ido a un hotel de superlujo, supertecnológico y
supermodernísimo, no diré cuál para poder volver cuando me toque el Euromillones, y he flipado
lo más grande. Ya lo decía el surrealista Paul Éluard antes de la NASA: hay otros mundos, pero
están en este. Y no me refiero a Plutón, precisamente.
El choque de planetas empieza cuando te abre el transfer —los taxis son de pobres—
un modelo de Gucci que tiene la bondad de pasar sus ratos libres ayudando al prójimo a acarrear
el equipaje. En cuanto el pollo te ve el trolley de oferta de Lidl, sabe que tú sabes que él sabe
que eres una advenediza. Pero ambos hacemos que somos divinos y estamos contentísimos de
ocupar nuestro lugar en el sistema. Luego llegas a la recepción propiamente dicha, donde otro/a
efebo/ninfa te da la tarjeta-llave solo después de trincarte la de crédito e informarte de que en
Whatever, sic, un mostrador anexo, otra beldad estará encantada de proporcionarte lo que se te
antoje. Desde un masaje íntimo a un ornitorrinco rosa. Otra cosa es un secador, esa vulgaridad
de clase media, pero todo es ponerse.
La guerra de clases, con todo, viene cuando compruebas que eres la madre de toda la
concurrencia. Hordas de jóvenes de todo el globo menos de España forrados hasta las carillas.
Todos poniéndose morados de cócteles al borde del bidé calentorro que llaman piscina,
perdón infinity pool. Todos, o muertos de la risa o del hastío de vivir de, ejem, putísima madre.
Todos haciendo como que eres invisible hasta el preciso momento en que dejas la cama balinesa
para mojarte el culo en ese barreño y, al volver, una de las cachorras doradas te ha levantado el
top de 9,90 de las rebajas porque se ve que en Connecticut no lo tienen en ese tono.
Belén, hija, cuánta razón tienes. En el fondo, todos somos iguales. Lo que más nos gusta
es comer, evacuar y lo otro. Ahora, vete preparada. Te cascan 12 pavos por una barra de pienso,
perdón, muesli, porque con el tartar de la carta te quedas con más hambre que Rafa Camino en
Supervivientes. Si evacúas según cómo, no conocen el instrumento llamado escobilla y tienes
que proceder por el método digital, de dígitos, propiamente dicho. Y de lo otro, ni hablamos. Así
que te dejo, que voy a llamar a Whatever a ver si pueden hacer algo al respecto.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
49
Acerca de la verdad
David Trueba
El País 21 / 07 / 2015
El mayor enemigo del periodismo es un periodista que miente y manipula. Pero el peligro
inmediatamente más amenazador proviene de quienes, desde el poder, tratan de convencernos
de que ellos van a lograr que nadie mienta ni manipule más. La mejor tradición literaria
anglosajona ya nos habla de las profundas contradicciones de un oficio que no es ejemplar, pero
que es imprescindible en un sistema de libertades y garantías. Parece absurdo tener que volver
a explicar esto, pero demasiado a menudo en España se empieza a considerar imbécil a la gente
y por tanto incapaz de enfrentarse a una prensa libre, a un mercado libre, a una democracia libre,
con lo que se asume, casi como un gesto de caridad, que venga alguien y nos proteja. La pureza,
cuando alcanza el extremismo, se convierte en el agente más contaminante de una sociedad,
basta mirar hacia los excesos religiosos cuando someten a la organización social.
Seamos pues en extremo prudentes a la hora de valorar el papel del periodista en la
sociedad democrática. Cualquier tentación de controlarlo, tan solo pretende disminuir la
capacidad del ciudadano para discernir por sí mismo. Como ha sucedido en tantas ocasiones y
países, la extinción de la información libre siempre se hace bajo la coartada de la felicidad
colectiva y el amor a la verdad. A los peores periodistas también les vale generar fidelidades
ciegas, como a los peores políticos, porque así, cada uno en su bando, todos están bendecidos
por la fila propia. El error de la cuenta municipal no está en desmentir noticias, eso lo hace cada
día cualquier gabinete de prensa avezado. El error está en llamarse Versión Original y pretender
arrogarse una autoridad sobre la verdad, la pureza entre los impuros.
El periodismo nació porque el poder mentía de manera ostensible bajo su autoridad
institucional. Con el cercano escándalo Bárcenas, vimos cómo la primera reacción del poder fue
la negación de las anotaciones manuscritas. Se presentaron querellas contra los medios, que
luego fueron retirándose, cuando la verdad pasó a ser otra más conveniente. Que el tesorero
actuaba por cuenta propia. El periodismo ha tirado abajo Gobiernos, sentencias y récords
deportivos. Desautorizarlo es una estrategia muy útil para librarse de su incordio. El error, la
mentira y la maldad, que anidan en todas las profesiones que desempeñan seres humanos,
también son evidentes en el periodismo, pero lo compensan la insistencia, la molestia, la
indagación y la sospecha, virtudes de un oficio inventado para poner en duda toda verdad que
se pretende irrebatible.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
50
Versión original
Jorge M. Reverte
El País 20/ 07 / 2015
Yo sigo pensando que Madrid tiene una de las mejores alcaldesas posibles. Digo
posibles porque todavía tiene que aprender el oficio. Y dentro de lo del oficio está lo de escoger
colaboradores y lo de asumir iniciativas insuficientemente maduras.
Manuela Carmena se ha visto rodeada en su empresa por algunos bisoños en el trabajo
de concejal que se encuentran de pronto con el poder que no esperaban de hacer cosas muy
progresistas o capacitados para imponer la justicia allí donde no la había.
Antes de que decir eso fuera considerado incorrecto políticamente, se entendía muy fácil
lo de que a Manuela Carmena le había pasado lo que al empresario del circo que había comprado
uno y le habían crecido los enanos. Primero la genialidad de Zapata. Y ahora la no menos genial
actuación de Rita Maestre. ¡Una web para contestar a los periodistas! Un invento que no es como
dice Esperanza Aguirre, para emular a Pravda, sino una tontería propia del último capitán
del Titanic cuando anunciaba a sus pasajeros que tenía dos noticias que darles, una buena y
otra mala: la buena era que iban a ver un iceberg; la mala, que lo iban a ver muy cerca.
Se puede corregir a los periodistas, se puede uno pelear con ellos, se les puede
denunciar ante los jueces. Lo que no puede poner uno es un cuarto oscuro para castigar a los
que se han portado mal. Y una web así es para los que se han portado mal. Es una web contra
una profesión: el que no dice lo que yo pienso, está equivocado.
¿No bastaría con una web informativa, que se ganara el respeto de todos los ciudadanos,
incluidos los periodistas, porque dijera siempre la verdad sobre la política municipal? Pues eso
es lo que hace falta, como hace falta buena información en los medios públicos en general. Hay
que barrer bien las calles, hay que cobrar bien los impuestos. Y hay que informar con decencia.
Los enemigos saldrán igual al flote. En la disputa con los que no sean bienintencionados está el
meollo.
De Manuela Carmena seguimos esperando mucho. Y lo primero no es, desde luego, el
establecimiento de una verdad oficial.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
51
Europa
Almudena Grandes
El País 20 / 07 / 2015
El problema está en nosotros. Escribo en primera persona y pienso en los españoles,
aunque quizás otros europeos meridionales podrían enriquecer este relato después de leer la
crónica de la reciente intervención parlamentaria de Merkel, que ha presentado a sus
compatriotas el pacto con Grecia como una muestra de solidaridad sin precedentes. No discuto
que ella crea honestamente que es así, porque el problema siempre ha estado en nosotros, en
nuestra ingenuidad, nuestra voluntad de confundir el deseo con la realidad, y no es nuevo. A lo
largo de los siglos, el europeísmo de los españoles ha conocido altibajos de popularidad, pero
siempre ha estado asociado a la defensa del progreso, del bienestar popular, de la felicidad
pública. Se ha tratado, desde el principio, de un amor muy mal correspondido. Pienso en todas
las grandes apuestas de amor por Europa que, desde la coronación de José I como rey de
España en 1808, hasta la tragedia del puerto de Alicante en abril de 1939, pasando por los Cien
Mil Hijos de San Luis entre otros casos, han desencadenado, directa o indirectamente, el triunfo
de la reacción en España, es decir, la derrota de los europeístas españoles. Desde esta
perspectiva, la fortaleza de este sentimiento en nuestro país podría llegar a ser, más que una
virtud, una patología, un confuso ejercicio de masoquismo colectivo. Todos los pronósticos de
los agoreros que alertaban hace 30 años de que la construcción de la Unión nos convertiría en
un país de servicios, un parque temático del bronceado para turistas nórdicos, se han cumplido.
Y sin embargo, nos sentimos obligados a seguir amando a Europa, y a esperar siempre lo mejor
de cualquier cosa que venga del otro lado de los Pirineos. ¿Por qué?
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
52
Arriar banderas
David Trueba
El País 17 / 07 / 2015
La semana pasada, las autoridades de Carolina del Sur decidieron arriar la bandera
confederada. Con ese gesto respondían a la matanza racista en una iglesia, llevada a cabo por
un supremacistablanco. Es decir, un país sostiene una continuidad histórica que alienta y
descarta sus símbolos en una batalla perpetua. Durante muchos años, en la imaginería
norteamericana se impuso un ideal del perdedor de la guerra civil. Era un noble caballero del Sur
que, derrotado y roto, caminaba por las tierras desoladas tratando de sostener una moral
individual frente a los desmanes del progreso. El antihéroe solitario carecía de hogar y familia y
su cabalgada final era hacia el crepúsculo. Qué grandes historias se armaron desde ese
desahucio vital. La bandera se sostenía, pues, en una mítica personal que trataba de desligarse
del error histórico de alinearse con las ideas esclavistas frente al progreso moral que
abanderaban Lincoln y las industrias del Norte.
La bandera de las barras y estrellas fue luego quemada como símbolo de opresión en
muchas esquinas del mundo, cuando se identificaba de manera directa con el sostenimiento de
dictaduras, matanzas y encumbramiento de criminales en el poder periférico. La doctrina de
Kissinger, por la que había dos tipos de hijos de puta, los nuestros y los ajenos, asumió el riesgo
de tintar una bandera que quería representar independencia y democracia con los valores
opuestos. Fue Faulkner, vecino de Misisipi, uno de los Estados confederados, quien escribió
aquello de que el pasado nunca está muerto, ni siquiera es pasado. La noticia de estos días le
da la razón, como le ha dado la razón la historia de la literatura.
España no puede ser ajena al acto valiente de los legisladores de Carolina del Sur, a su
lectura contemporánea del tiempo pasado y la reverberación de los símbolos culpables. Entre
nosotros también existe la preocupación por la incapacidad para unificar un relato compartido
como nación, especialmente tras una guerra civil de extrema crueldad. A menudo, las banderas
se airean para imponer una razón sobre todas las demás. Pero no hay bandera que no esté
teñida de sangre inocente, por lo que conviene que la sociedad civil, educada, informada y atenta
a evitar el dolor de sus ciudadanos, se imponga siempre sobre los símbolos. Y ya que el pasado
nunca está muerto, que sea el futuro el único que dicte los elementos de nuestra historia que
conviene tener siempre presentes para recordarnos nuestros errores y nuestros aciertos en la
peripecia como nación.
LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA 2º Bachillerato. Comentario de Texto
53
Inspiración
Julio Llamazares
El País 09 / 07 / 2015
Cuando usted lea esto yo estaré inaugurando mi veraniego retiro anual lejos del
mundanal ruido y del calor de la gran ciudad. Si se lo cuento no es para darle envidia (aunque
apartado del mundo, continuaré trabajando), ni mucho menos para comunicar a los profesionales
de las visitas inoportunas que ya pueden empezar a importunarme, sino por reivindicar un tipo
de veraneo sin demasiado glamour en nuestro país pero cuyos beneficios espirituales y
corporales son infinitos siempre y cuando uno sepa llevar el retiro con profesionalidad. Hay quien
al cabo de cuatro días de apartamiento del mundo está deseando ya volver a la gran ciudad o a
las playas en las que se desintegra el sol.
El consejo de los carteles de peligro de los pasos a nivel de las vías de los trenes
portugueses: Pare, escute, olhe (Pare, escuche, mire) es la primera recomendación que uno ha
de darse a sí mismo cuando decide veranear al estilo antiguo, esto es, cuando sólo veraneaban
los que tenían que veranear, que decían en el ABC, o los que lo hacíamos con nuestros abuelos,
ayudándoles en su trabajo, en muchos casos, a cambio de ello. La otra recomendación es el
pensamiento, esa actividad extraña que, de tan inhabitual, se está convirtiendo en extraordinaria
y que, de tan extravagante, va a terminar por marcar tendencia.
En la contemplación de la naturaleza, del paso de los días y las nubes por el cielo, de la
celebración de los pájaros y de la amistad de otros, está la esencia de la felicidad de ese veraneo
que no necesita de aglomeraciones ni de estridencias sonoras y tecnológicas para estar a la
altura de lo que se espera de él; al contrario, las estridencias y las aglomeraciones chocan con
su mentalidad, convirtiendo la vacación apacible y el retiro en un infierno. Además de no poder
disfrutar de ellos, uno se ve obligado a aburrirse en mitad del ruido y de la horterada que el
mundo es en las vacaciones.
En el caso de un escritor, lo peor, además, es cuando le dicen, después de no dejarle
escribir — los profesionales de las visitas inoportunas— o de atosigarle con reclamaciones —los
aficionados a la cultura veraniega, que es más aburrimiento que otra cosa— eso tan obvio y tan
esperado de que “aquí se inspirará usted para escribir”. Cuando eso ocurre (que siempre ocurre),
yo vuelvo la mirada a Miguel Torga, el escritor portugués que tanto sabía del mundo que le
contestó a un periodista que lo comentó en su casa de Santo Martinho de Anta, donde nació y
pasó todas sus veranos: “Yo no vengo aquí a inspirarme, vengo a recibir órdenes” . “¿De quién?”,
le preguntó el periodista, extrañado. “De mis antepasados”.