Anne Brooke - Serie Los Delaneys 01 - Los Delaneys y Yo

5/12/2018 Anne Brooke - Serie Los Delaneys 01 - Los Delaneys y Yo - slidepdf.com

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pág. 7

TRADUCCIÓN Yukitomiko

CORRECCIÓN

-María-

“EDICIÓN”

Yukitomiko



pág. 8

Cuando Liam hace una escena en medio de un restaurante después deque su novio, Brandon, rompiera con él, sabe que los primos de Brandon, los gemelos Delaney, lo irán a buscar para pedirle una retribución. Los Delaneys tienen a su cargo la escena criminal local y si eres inteligente, no te meterás con ellos. Especialmente cuando en el calor del momento, Liam amenazó con decir lo que sabía (aunque realmente no sabía mucho) a la policía.

Esta es una receta para el desastre.

Pero cuando los Delaneys le dan la opción de recibir un disparo o tener relaciones con los dos, Liam descubre que su noche podría resultar mucho más interesante de lo que originalmente anticipó.



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El trabajo de Anne Brooke ha sido nominado para el Premio deNovelas Harry Bowling, para el Premio del Fondo Literario Real y el Premio

Asham para Mujeres escritoras. Ha ganado dos veces La Competencia deCaridad de Poesía Abierta. Ama leer novelas criminales oscuras y tiene una

pasión secreta por la observación de aves y el chocolate. Preferiblemente al mismo tiempo. Una vez tomó un vuelo en globo en Egipto pero se pasó todo el tiempo gritando y espera no volverlo hacer.

Para saber más acerca de Anne y sus escritos, por favor visita su sitio web en:

http://www.annebrooke.com

http://www.annebrooke.com/





pág. 10 ||Fujoshi’s R&R || http://fujoshis.blogspot.com||

Es una verdad universalmente aceptada, particularmente en esta ciudad: ¡no te debes entrometer con los gemelos Delaney! Jamás. Si sabes lo que te conviene. Yo, sin embargo, no soy conocido por ser

precavido en los momentos de estrés y ésta, por lo tanto, es la historia de cómo hice exactamente todo lo contrario.

Los Delaney viven en el lado salvaje del pueblo. Y no, no merefiero a donde están la mayoría de árboles. No son de la clase de

personas a las que les gustan los parques. No, me refiero al lado salvajede la ley. Aquí, si quieres algo de “dudosa procedencia”, un arma o dinero sucio, los Delaney son tu primera opción. Si quieres darle a un enemigo un buen susto o cobrar un dinero pendiente, los Delaney son a quienes debes a buscar. Diablos, incluso si lo que quieres es iniciar un nuevo negocio, tienes que consultarlo con ellos antes. A menos que quieras quedestrocen tus vitrinas en la primera semana y tus clientes potenciales

jamás se aparezcan.

Ellos eran temibles enemigos, pero amigos fieles. Lo quesignificaba que al final de una particular noche horrenda de agosto,cuando su amado primo Brandon me botó públicamente y yo en términos muy certeros expresé mi opinión de igual forma pública y de forma comprometedora, sabía que me metería en enormes problemas.

No era que los Delaney tuvieran una reputación homofóbica. De

hecho, todo lo contrario. Pero cuando vacié una botella de Dom Perignon casi llena de la mesa vecina, en la cabeza de Brandon y le dije (a él y a todo el restaurante de Luigi) que iría directamente a la policía y les diría todo lo que sabía acerca de sus actividades dudosas, y lo vería arrestado,incluso yo, con mi furia justificada, pude darme cuenta de que mi futuro no era bueno.



Los Delaney y Yo –Anne Brooke –


Por lo tanto al día siguiente, esperé. No era que se me hubiera pasado el enfado, porque aún lo estaba. Pensé que Brandon y yo

teníamos algo estable. Habíamos estado haciéndolo durante diez meses y tenido una relación seria alrededor de siete de esos diez meses. Lo cual era bastante largo para mis estándares. Especialmente porque mis

padres habían estado molestos por su conexión con los Delaney. El aspecto gay no les preocupaba, mi hermana mayor ya les había dado nietos, gracias al cielo. Pero estaban preocupados por mí y mis asociaciones con gente de dudosa reputación, como ellos lo llamaban.

Naturalmente en esos momentos, ignoré sus palabras de sabiduría, pero ahora, después de percatarme de las actividades que ese infiel y mentiroso tenía, hubiera deseado haberles prestado más atención.

Desearía no tener tan mal carácter cuando me hacen algo que meafecta, pero no puedo cambiar lo que hice. Así que al día siguiente quebañé a Brandon con una de las botellas más caras de champán que pudeencontrar, fui a trabajar. Como cualquier otro día. Trabajo en una galería

de arte, mi trabajo es hacer inventario de las cajas que entran y salen con las cosas de publicidad, sin mencionar que ayudo a colgar cuadros y repartir copas de vino en las numerosas funciones. La dueña de la galería (una mujer que no se anda con rodeos, tiene alrededor de unos cincuenta años y se llama Melissa) sabía exactamente lo que quería. Todos letemíamos. Cuando Melissa entra en una habitación, te pones recto y duplicabas tus esfuerzos. Y muchas otras cosas más. Fue a través de ella que conocí a Brandon (ella y los gemelos Delaney tenían un cierto entendido y nunca nos molestaban). Ahora desearía que no fuera tan cercana a los Delaney.

Así que pasé la mayor parte de la mañana empacando cajas y tratando de calmarme, pasé toda la mañana preocupado y mirando hacia la puerta cada vez que alguien la abría. La retribución no la cobrarían aquí,

por supuesto. No era estúpido. Melissa jamás lo permitiría. Además, los Delaney no eran delincuentes comunes. Aunque, nadie era lo suficientemente estúpido para meterse con ellos. Jamás hubiese ido a la





policía y de todas formas no sabía nada, hablé de más (y en público) para que ellos lo dejaran pasar. Así que disfruté brevemente la idea de

suplicarle a mi jefa ayuda y pararme desnudo en medio del restaurantede Luigi con un letrero que indicara: “Por favor, perdónenme. Lo siento,no lo vuelvo a hacer” . Tomando en cuenta el hecho de que jamás me

permitirían regresar a la escena del crimen, esa idea era improbable.

Con todas estas ideas viajando por mi cabeza, me alegré de ser el único que estuviera trabajando hoy. No estaba seguro de como hubiese

podido iniciar una conversación con alguien más. Además el trabajo no

me permitía extrañar al idiota de Brandon, ese patán.

Las seis de la tarde llegaron demasiado pronto y cuando terminétraté de quedarme el mayor tiempo posible antes de que me echaran (Cielos, esperaba que fuera cual fuera el castigo no significaría queterminaría en el hospital por mucho tiempo) finalmente comencé a cerrar e inicié mi caminata de diez minutos hacia casa. Nunca me gustó el concepto del dolor.

Noté al tipo siguiéndome casi de inmediato. Altura promedio,cabellera oscura y fornido, sin duda sus músculos eran como rocas, los cuales seguramente usaría muy pronto.

Oh, cielos, este es el momento, pensé. Prepárate para lo inevitable.

A cada paso que daba, esperaba el ataque, que me arrastrara a un callejón oscuro y que me diera una paliza. Aunque esperaba que medejara respirando, lo suficiente para continuar viviendo.

No sucedió de esa forma. Raro. Aun así, probablemente sólo estaba estirando mi momento de tensión hasta que estuviera lo suficientemente aterrorizado y yo le ayudara a él con la paliza. Para ser honesto me estaba volviendo loco y cuando llegué a la puerta principal demi edificio, estaba temblando como Jackson Pollock después dedemasiados whiskeys.





Fue en ese momento cuando una poderosa mano descendió sobre mi hombro y me dio la vuelta.

— De acuerdo, de acuerdo, — comencé a decir, o más bien a tartamudear —. Todo… todo es mi culpa y lo siento. Recibiré mi castigo,lo que quieran, lo soportaré, pero por favor…

Pero no era el hombre que me había estado siguiendo y me calléinmediatamente. Luego tragué. —Oh, ¿dónde…?

— No está aquí en este momento, Liam — dijo un gemelo

Delaney — , sólo somos tú, mi hermano y yo.

Parpadeé. Un momento más tarde un reflejo exactamente igual al hombre que estaba frente a mí, emergió de las sombras. Dos altos hombres de cabellera clara y rostros estoicos me miraron a los ojos. No tenía idea de cuál era cuál. (Nunca era capaz de distinguirlos). Además,ahora no importaba.

— Olvidémonos de esto, — dijo el otro gemelo. Colocó una mano en el bolsillo de su largo saco oscuro y sacó algo metálico. Por un momento salvaje y estúpido, pensé que era una de esas novedosas cajas de cigarrillos, antes de que mi razonamiento volviera y me percatara exactamente de lo que era.

Oh, cielos… un arma. Eso era todo lo que necesitaba. Ah í comencéa temblar de verdad. Si hubiera podido pronunciar alguna palabra, hubiera

suplicado, pero mi boca estaba reseca y no podía pensar. Aquí estaba,atrapado como un conejo e incapaz de moverme. En todo lo que podía

pensar era en el arma.

La cual justo ahora estaba frente a mi rostro. Fría, dura y terrible.Quería arrodillarme, pero no me permitían moverme. Aparte de los temblores. No había forma de que pudiera controlarlos. Al fin, encontrémi voz.





—Por favor, Sr. Delaney, por favor… — supliqué, tratando demover mis labios lo menos posible. ¿Me dispararían si mi boca se movía

demasiado? No tenía ni idea. Nunca había visto un arma tan de cerca.Mucho menos sentido una. Brandon nunca usaba una, llevaba otras cosas,

pero jamás un arma.

El primer gemelo habló: — Maldita sea, deja de temblar como una niña, ¿sí? Y cállate de una buena vez. No puedo escucharme pensar.

Le obedecí inmediatamente. Cerré la boca y traté de controlar

mis temblores, pero cumplir esta orden era mucho más difícil. Esperaba que se diera cuenta de que estaba haciendo el esfuerzo.

Mientras esperaba saber qué diablos pasaría después, (con el arma aún presionando mi mejilla) el primer gemelo comenzó a caminar de un lado a otro. Dos pasos a la derecha, dos a la izquierda. La acera no era larga, esperaba que eso no lo molestara.

— Muy bien, esta es la situación, Liam, — dijo mientras lo seguía

con la mirada — . La cagaste, enormemente y ni mi hermano ni yo apreciamos lo que has hecho. No somos gente vengativa, oh, no, para nada, hemos estado satisfechos de tenerte con nosotros por un tiempo.Has sido casi un miembro de la familia. Ha sido bueno ver a mi primo tan feliz. La familia puede ser difícil, ¿sabes?

Parecía requerir una respuesta de mi parte, así que asentí. Tan cuidadoso como me fue posible, siempre consciente del arma. Un

pequeño gesto que pareció satisfacerlo. Gracias al cielo.

— Sí, — continuó — , la familia es verdaderamente importante.Tenemos que apoyarnos, sin importar las idioteces que algunos cometan.Ahora, somos los primeros en admitir que el joven Brandon no siempreha hecho lo más adecuado, pero es uno de los nuestros. Así que cuando alguien lo humilla en un lugar público, no podemos permitirle que se salga con la suya. Sin importar qué es lo que en verdad pensamos. Tenemos





reputaciones que mantener y negocios que manejar. La cagaste, Liam y tienes que recibir tu castigo. ¿Lo entiendes?

Asentí otra vez. Esta vez mi respuesta no fue suficiente porqueel Gemelo Uno me tomó de la barbilla y me sacudió. — ¿Qué te pasa? ¿Le

pasó algo a tu lengua?

—No… no, Sr. Delaney, — dije—, y sí… sí lo comprendo. La cagué y merezco las consecuencias. Pero por favor, en verdad lo lamento,créame.

Dejó de sacudirme y sonrió. Ninguna de sus acciones era particularmente confiable.

— Demasiado tarde, mi amigo, — dijo y esta vez su voz era casi un susurro, me estaba asustando — , porque necesitas aprender lo que

puedes y no puedes hacer cuando se trata de los gemelos Delaney.Ahora, porque lograste hacer feliz a Brandon por un buen tiempo… más de lo que alguien ha hecho, tengo que admitir… mi hermano y yo te

daremos a escoger tu castigo. ¿Qué opinas?

Me dejó ir y alzó una ceja. Tragué otra vez.

— Muy amable de su parte, Sr. Delaney, — dije, las palabras salieron de mis labios involuntariamente— . Eso es muy amable de su

parte porque no lo merezco.

— En eso tienes razón. — Contestó — . Así que escúchame y hazlo bien. Tu elección es esta: mi hermano tiende a emocionarse mucho a la hora de presionar el gatillo y estoy dispuesto a permitir que te dispare a los testículos en este preciso lugar y momento. No te preocupes, no tematará. No somos hombres irracionales y el hospital no queda lejos. No morirás, aunque nunca serás padre. Aunque, no pareces ser de la clasede hombre que se preocuparía por tener una familia.





Pausó y sentí como mi pene trató de ocultarse dentro de mi cuerpo. Esperaba que ese no fuera un presagio. — Por favor, señor, Sr.

Delaney, ¿cuál es la otra opción?

Mi voz se agudizó más de lo que había anticipado, aunque estaba sorprendido de poder hablar. Honestamente, estaba desesperado por continuar, en caso de que decidieran retirar la otra alternativa por completo. Esperaba mantener mis testículos intactos por el mayor tiempo posible.

— ¿La otra opción? — dijo por fin, justo cuando sentí al Gemelo Dos mover el arma en una dirección en la que ni siquiera quería pensar.— La otra opción es que dejarás que los dos te follemos. Toda la noche,tanto como queramos y en toda forma que deseemos. Hasta que no sepas quien eres y estés tan dolorido que no puedas volver a caminar

por un buen tiempo. ¿Qué opinas de eso?

Me les quedé mirando, mi mente viajaba en todas direcciones, era

casi incapaz de pensar. — Eh, gracias, Sr. Delaney, escojo la follada, por favor.

Dios, no había que pensarlo mucho… una horrenda herida o una violación. No había elección. ¿A qué demonios estaban jugando? Ni siquiera sabía que eran gay. Tal vez no lo eran y éste era sólo un extraño

juego mental.

El Gemelo Dos habló otra vez. Su voz era mucho más suave quela de su hermano, pero más amenazante. — Esto no es un juego,hablamos en serio.

— Sí, sí, Sr. Delaney. Lo sé. Me doy cuenta que hablan completamente en serio. Tienen un arma. Créanme, escojo el sexo,gracias.

Se quedaron en silencio un momento, durante el cual pensé ¿en

qué demonios me he metido? Y peor… ¿qué tal si cambiaban de opinión y me disparaban de todas formas?





— Bien, — dijo por fin el Gemelo Uno — , has decidido muy rápido.En todo caso, iremos a cenar.

— ¿Cenar? — repetí, mi voz era casi similar a la de un soprano.

— Sí, cenar. — Dijo mirándome hostilmente— . Como continúo diciéndote, no somos hombres incivilizados. Ahora, dame el arma Johnny y podemos irnos.

El Gemelo Dos frunció el ceño, como si le hubiesen prometido un premio y luego se lo hubieran quitado. De todas formas entregó el arma,

aparentemente el Gemelo Uno estaba a cargo. Estaba complacido de queJohnny no tuviera el artículo para matarme… a menos que pudiera usar sus manos desnudas. Y no me extrañaría que ése fuera el caso. El Gemelo Uno… quien supongo tendría que ser Mark… procedió a guard ar el arma con un suspiro y caminó por la acera.

Aun temblando, lo seguí y Johnny iba detrás mío. Pensé que memiraba fuera de lugar, los gemelos Delaney y yo, caminando al anochecer

por la ciudad. Pasamos a un par de personas, a uno lo reconocí como un vecino, pero nadie nos habló. No podía culparlos por ello. Todos conocían a los Delaney. Solo podía imaginar que mi vecino estaba preparando su declaración para la policía el día que encontraran mi cuerpo, pero esperaba que no llegara a tales extremos. Si lo hacía, esperaba que dijera algo agradable acerca de mí.

Al final del camino, un BMW negro se acercó hacia nosotros.Cuando miré hacia adentro, reconocí al conductor como el hombre queme siguió desde el trabajo. Eso explicaba a dónde se había desaparecido.

— Entra, — El Gemelo Uno, Mark, dijo al abrir la puerta trasera.

Lo hice. Johnny entró detrás de mí. Los asientos eran de cuero de color crema y podía oler el pulido, algo fuerte y cítrico. Mark se fue al frente, se dio la vuelta y sacó el arma, la colocó un momento en la parte

trasera de su asiento. Me le quedé mirando.





— Mírame Liam.

Levanté la mirada hacia su rostro.

— ¿Me estás escuchando? — dijo.

Sin emitir un sonido, asentí.

— Bien. Quiero que sepas que sólo porque tengo el arma eso no significa que mi hermano no tenga una y tampoco significa que no la vaya a usar si tiene que hacerlo. Lo que haremos será lo siguiente: vamos a ir

al restaurante de Luigi, donde hiciste esa escena anoche. Nos vamos a sentar, seremos amables y nos portaremos bien, luego te disculparás con Luigi de la forma en la que te diga que lo hagas. Después, si Luigi acepta tus disculpas y sí mi hermano y yo estamos complacidos con tu desempeño, comeremos. Quiero decir, Johnny y yo comeremos, tú nos verás. Si tienes mucha suerte, podrás recibir un bocado, pero nuevamente, eso depende de lo bien que te comportes.

— Cuando terminemos, iremos a tu apartamento. Entraremos en tu dormitorio y si todavía queremos follarte, lo haremos. Si no lo deseamos o si no estamos complacidos con tu desempeño, entonces Johnny te disparará donde prometimos que lo haría ¿estamos claros?

— Sí, Sr. Delaney. — Mi voz era un poco más fuerte que un susurro, pero pareció entenderla bien.

Se dio la vuelta y dio la orden: — Entonces vamos.

Nuestro viaje transcurrió en silencio un buen momento. A pesar del espacio que nos separaba, podía ver el arma que ahora se encontraba sobre las piernas de Mark. Traté de no mirarla, moviendo la cabeza a donde pudiera. Las luces de la calle, los otros autos, mis rodillas.

Una mano en mi mejilla me hizo saltar. Cuando mire a la izquierda pude ver que Johnny se había corrido en el asiento y estaba a mi lado.

No lo había oído. Ahora estaba acariciando mi cara, su dedo se movía por





mi piel. Traté de estabilizar mi respiración y cuando tocó mi boca, abrí mis labios y comencé a succionar su dedo. Su respiración se alteró.

El conductor dijo algo que no pude entender y Mark se dio la vuelta. Lo miré un momento mientras succionaba el dedo de Johnny.Otro se unió al primero y también lo succioné. Los labios de Mark seabrieron ligeramente. Después de unos minutos, Johnny removió sus dedos y comenzó a moverlos por mi cuello, dejando saliva encima de mi

piel. Moví mi cabeza para darle mayor acceso. Cuando alcanzó el primer botón comenzó a abrirlo.

— Detente, — dijo Mark de repente, su voz fría — , tendremos suficiente tiempo después, si lo queremos.

Otra vez, Johnny obedeció y regresó a su lugar. Me quedé ahí sentado jadeando un poco.

— Sí, Sr. Delaney, — susurré, lento y suave— . Puede tenermetodo el tiempo que quiera. Hacer lo que desee con mi cuerpo, ¿qué le

parece?

Con toda honestidad, apenas si podía creer lo que había dicho,mucho menos tener los pantalones para provocarlos. Diablos, por lo menos aún tenía mis testículos. Eso era algo por lo cual estaba agradecido.

Johnny gruñió y movió una mano por su cabellera, pero Mark sólo

se me quedó mirando. Pude haberme equivocado, pero creo que sequedó sin palabras. Así que sólo le sonreí y abrí el primer botón de mi camisa. Lo hice lentamente, de la misma forma en la que les había hablado. Luego otro botón y otro más, mientras seguía observando.Acerqué una mano y pellizqué mi tetilla izquierda, fue él el que jadeó.Rompió el hechizo.

— Cielos, Liam. Arréglate, ¿sí? — Dijo dándose la vuelta y mirando

otra vez al frente— . Ya casi llegamos al restaurante. ¿Qué eres? ¿Un tipo de chapero?





— Tal vez, cuando se trata de usted, Sr. Delaney, quizás. — susurré, pero no respondió. No estaba seguro de que me hubiese

escuchado.

Así que arreglé mi ropa, como dijo que lo hiciera y estaba tan decente y arreglado como el lunes en la mañana cuando llegué a Luigi’s.

Luigi’s siempre ha sido un restaurante de clase, hasta que bajésus estándares ayer. Tal vez fue por eso que Brandon eligió esterestaurante para dejarme. Pensó que no haría un escándalo en un lugar

como ése. Idiota. Tendría que volver a analizar su suposición. Al llegar al restaurante eran cerca de las siete de la tarde, así que no había muchas personas comiendo en el lugar, sólo un pequeño grupo de compañeros detrabajo y un par de familias. Esperaba que ninguno de los gemelos Delaney usara un arma aquí, no con los niños cerca. Pero ellos

prácticamente eran la ley, así que nunca se podía ser muy precavido.Concluí que lo mejor sería comportarme lo mejor que pudiera para no darles razones.

Mark abrió la puerta e ingresó como si fuera el dueño del lugar.Probablemente lo era, de alguna forma. Lo seguí con Johnny a mis espaldas. Parecía que ése era el orden que habíamos tomado. Adentro, la alfombra roja amortiguaba el sonido del suelo de madera y el ligero brillo de las velas llenaba de sombras todo el lugar. El olor de pan caliente con una pizca de ajo llenaba el aire. Era el lugar perfecto para una cita, lo quesupuse era lo que hacíamos ahora. Una especie de cita.

No reconocí al mesero que vino sonriendo hacia nosotros tres, y no pude evitar volver a mirar la mesa en la que tan sólo ayer había declarado mis sentimientos por el anuncio de Brandon. Todo parecía estar en orden, no había champán desperdiciado ni nada.

Al acercarse, la expresión del camarero cambió. Casi podía escuchar sus pensamientos: Oh, no. Es el lunático de anoche. No

podemos dejarlo entrar. ¿Debería llamar a la policía? Y luego un rápido: Pero está con los gemelos Delaney y debemos ser amables, dulces y





ofrecerles descuentos para no despertar con las rodillas rotas y cabezas de caballo en nuestras almohadas. Siempre pensé que los italianos eran

personas sorprendemente abiertas. Debe ser toda la pasta.

Para el momento en el que el hombre llegó con nosotros, su expresión había cambiado por una de hospitalidad. — Ah, Sr. y Sr.Delaney que agradable verlos a los dos esta noche. Y trajeron a su…amigo con ustedes, que alegre. ¿Puedo ofrecerles su mesa de siempre?

— Naturalmente, — dijo Mark apenas mirándole— . No esperamos

menos.— Sí, por supuesto. — El mesero dijo inmediatamente mientras

tomaba los menús y caminaba con ellos — . Por aquí, por favor.

La mesa a la cual nos guiaron estaba ocupada por una pareja, pero ellos, así como el champán, fueron removidos inmediatamente. Tan sólo un momento después, los tres estábamos sentados en una posición

predilecta, en la cual podías ver todo el restaurante y la puerta. Y todos

podían vernos a nosotros. Servilletas nuevas, copas y cubiertos fueron traídos y a Mark le dieron una lista de vinos. Frunció el ceño al ver la elegante escritura negra en el fondo blanco y la devolvió casi deinmediato.

— Lo de siempre, — dijo — , sabes que comemos y bebemos.

—Sí, señor, ciertamente. ¿Y qué hay de…? — El mesero volvió a

verme y pude notar como sudaba.Sonreí y me encogí de hombros. Dios, desearía ser él.

— Nuestro amigo no comerá nada. Por el momento, — resaltó Mark — . Dime ¿está nuestro amigo Luigi?

— Sí, señor. Por supuesto, ¿necesita que lo llame?

— Por favor, hazlo.





El mesero se fue inmediatamente, se pudo notar su alivio al marcharse. Unos momentos más tarde, un hombre con cabello rizado

oscuro llegó a nuestra mesa. Vestía un traje impecable y una chaqueta roja y dorada. Era la cosa más estilosa que había visto en un buen tiempo.Éste tenía que ser Luigi. Nunca lo había visto, pero su reputación como el mejor restaurador de la ciudad era indudable. También tenía la reputación de ser uno de los más mujeriegos.

Cuando vio a los gemelos, sonrió y los tomó de las manos a los dos. El gesto parecía genuino, pero quizás el mesero le había advertido.

La sonrisa desapareció cuando me vio, parecía estarse volviendo un hábito, pero uno que no podía culpar.

Luigi no ofreció darme la mano y parecía que estaba por decir algo, cuando Mark habló primero.

— Luigi, — dijo y la mirada del dueño del restaurante se enfocó en él inmediatamente— . Todos, nuestros socios, estamos muy apenados

por la escena que se suscitó ayer en tu distinguido establecimiento. A mi hermano y a mí nos gusta pensar que en esta área la comunidad está muy unida, así que nos hemos dado la tarea de traer al perpetrador junto con nosotros para que te ofrezca sus más sinceras disculpas. ¿Liam?

Al escuchar mi nombre, salté. — Sí, Sr. Delaney. Por supuesto. Por favor, Sr. Luigi, yo…

— De rodillas, Liam.

— ¿Cómo?

Suspiró. Pasó su mano por el bolsillo donde tenía escondida el arma. — Ah, Liam, Liam, tenía tantas esperanzas puestas en ti. Creo que

para demostrarle a Luigi lo apenado que estás, una disculpa será mejor recibida desde una posición de humildad, ¿no lo crees?





Mi boca, para estos momentos, estaba extremadamente seca, pero logré decir una respuesta adecuada. —Sí… sí, por supuesto. Sr.

Delaney, no … no hay ningún problema.

Luego, antes de que Mark pudiera decidir que quería ver con mayor detenimiento su arma, me bajé del asiento y me puse de rodillas frente al sorprendido restaurador. Para darle mayor impacto, entrelacémis manos frente a mí y lo miré directamente a los ojos. Todo el bullicio del lugar se detuvo.

— Por favor, Sr. Luigi, — dije, lamiéndome los labios para poder humedecerlos — . Por favor, me comporté espantosamente grosero ayer y molesté tanto a sus clientes como a su personal. Quiero decirle cuanto lo lamento y cuan terriblemente mal me siento. Peor de lo que usted

pudiera imaginarse. No hay nada que pueda hacer para cambiar lo queocurrió, pero quiero que me cobre cualquier cantidad de dinero queestime necesaria para compensar por los daños y quiero que sepa, quemás que nada, lamento mucho mi rudeza y le reitero mis disculpas. Le

prometo que me comportaré mejor en el futuro. Me disculpo desde el fondo de mi corazón.

Al terminar de hablar, Luigi se había puesto pálido, se notaba incluso bajo la luz de las velas y sus ojos iban de los gemelos a mí.Aunque, creo que nunca había tenido a alguno de sus clientes en esta

posición, al menos no uno masculino y en un lugar público. La situación debió haberlo escandalizado hasta tal punto que no sabía cómo reaccionar.

Al final, simplemente asintió y dio una pequeña reverencia. — Selo agradezco mucho, Sr… Liam. Esa fue una disculpa muy generosa y estoy feliz, la acepto en nombre de mis asociados. Es bienvenido en mi restaurante y Sr. Delaney y Sr. Delaney, su comida estará aquí pronto.

Dio otra reverencia y luego se marchó. No pude evitar estar

impresionado. Estando en su lugar, no creo que hubiera sido capaz de





hacer lo que él hizo. Aún en mis rodillas, volví a ver a los gemelos para tratar de descifrar que más querían de mí.

Bufó. — No estuvo nada mal. ¿Por qué no te levantas y te sientas apropiadamente en la mesa? Muéstranos que sabes comportarte.

— Sí, Sr. Delaney. — Me deslicé sobre mi asiento con el corazón latiendo fuertemente. Allí esperé, no quería interferir ni llamar la atención, no miraba a ningún lado excepto a la mesa, hasta que el vino delos gemelos llegó seguido inmediatamente por su comida.

Ambos habían ordenado la pasta de la casa… pollo con hongos.Como para no recordarla, la ordené justo ayer, pero no pude comerla.Ahora olía delicioso, especias y ajo, mezcladas con el glorioso aroma del fresco ciabatta. El vapor se levantaba del pan cuando Mark lo partió.Observé su recorrido desde el plato hasta sus labios.

Cuando terminó, me miró fijamente. — ¿Quieres algo de comer,Liam?

— Por favor, Sr. Delaney.

Asintió como si lo esperara. — Muy bien, entonces ruéganos por la comida.

Mi corazón comenzó a latir con mayor fuerza. No tenía ni idea delo que estaba pasando aquí y tampoco de lo que querían que hiciera, pero estaba muerto del hambre y si esta noche sería como la describieron,entonces necesitaría toda mi energía e inteligencia para sobrevivir. Sin

pensarlo dos veces, me arrodillé otra vez, la bella alfombra roja sintió mi peso nuevamente. Al parecer, le estaba mostrando a la clientela un gran espectáculo, aunque mucho más medido que el de ayer.

— Por favor, Sr. Delaney, — susurré, mis manos entrelazadas una vez más, mis ojos mirando a un gemelo y después al otro — . Por favor,tengo tanta hambre y la comida se ve realmente buena. En verdad necesito comer, por favor ¿aunque sea sólo un bocado? Eso es todo lo





que pido. Sólo uno si les sobra. Por favor, ¿me regalaría un poco decomida? Se lo suplico, déjeme comer.

Mark miró a Johnny, quien se encogió de hombros y asintió. Como si hubieran llegado a un acuerdo con sólo una señal, Johnny tomó un poco de pasta y pollo en su tenedor y la sostuvo cerca de mí. Cerré los ojos y abrí la boca. Sabía delicioso, aunque me sorprendió el ser capaz dedegustarla. Mastiqué lentamente, manteniendo mis ojos cerrados. Sólo los abrí cuando terminé el bocado.

— Muchas gracias, Sr. Delaney, — susurré.Durante la cena, me arrodillé entre ellos y ocasionalmente alguno

de los dos me regalaba un bocado. En el último bocado, Mark me dio un pedazo de ciabatta. Cuando lo colocó en mi boca, envolví su dedo con mi lengua, justo como lo había hecho con los dedos de Johnny. Lo lamí,saboreando el ajo en su piel.

Después de unos momentos, movió su dedo, con gentileza y

gruñí. — Sabe tan delicioso, Sr. Delaney. Me encantaría que follara mi boca. Apuesto a que sabe muy bien allí.

— Cielos, — eso fue dicho por Johnny, la primera vez que hablaba desde que entramos al restaurante. Su cuchillo cayó de la mesa. — No

puedo…

— Cállate, hermanito. No dejes que te domine. Santo cielo Liam.

Siéntate en la mesa y mantente callado mientras comemos. Estoy harto de verte.

Sin decir una palabra obedecí. No dije nada más, pero vi como terminaban su pasta y tomaban el vino. No ordenaron café y nadie pidió la cuenta.

Al llegar al auto, Mark me empujó a la parte trasera y me siguió,Johnny no tuvo otra opción más que irse a la parte delantera. Pensé que





era injusto ya que parecía que él quería algo conmigo. Y en estos momentos, él era el que estaba desarmado.

Al arrancar el auto, Mark estaba descontrolado, tocando mi rostro, espalda y entrepierna. Abrí las piernas tanto como pude para quehiciera lo que quisiera. Y lo que quería era besarme. Introdujo su lengua en mi boca tan rápido que apenas pude respirar. No era lo que estaba esperando. Después, comenzó a arrancar los botones de mi camisa y algunos vellos de mi pecho, pellizco mi tetilla, logrando que gimiera y gritara, aunque se tragó todos los sonidos.

Luego tan pronto como inició, se hizo hacia atrás. Me quedé jadeando, con las piernas abiertas en el asiento de cuero como si fuera un chapero profesional, el conductor me miraba por el retrovisor y Johnny desde su asiento.

Mark bufó. — Cielos, Liam, eres tan fácil. Brandon estaba en lo correcto.

Pensé que esto era algo injusto, considerando las circunstancias,especialmente cuando él había sido quien me atacó. Además si planeaba usar mi cuerpo más tarde (o eso esperaba), no valía la pena reñir. Estaba aprendiendo rápido.

En su lugar, me acerqué a él y coloqué una mano en su pierna.

— Tiene razón, Sr. Delaney, — susurré— , soy muy fácil cuando se

trata de su hermano y usted.No respondió nada ante eso, ni siquiera me miró. Sin embargo,

durante todo el camino a casa, me dejó acariciarle el miembro por encima de la ropa. Si me iban a violar (lo cual era preferible a que me dispararan) lo haría lo mejor posible para asegurarme de que también lo disfrutara

Al llegar a casa, Johnny salió del auto primero, se dirigió hacia mi lado del coche. Mark me empujó y salió. Cuando se paró a mi lado pudever su arma. Supuse que quería asegurarse de que no huiría. Diablos, no





tenía el valor para huir. Estaba planeando hacer exactamente lo que medijeran. Mark tocó el techo del vehículo dos veces y este se marchó.

— Entra, — dijo señalando con el arma a la puerta delantera y tomé mis llaves — . No se te ocurra hacer ninguna locura.

— No, Sr. Delaney, ninguna locura. Lo comprendo.

Mis manos comenzaron a temblar por lo que me tomó un momento abrir la puerta, pero ninguno de ellos hizo un comentario al respecto. Mark simplemente colocó el arma en mi nuca, un gesto que

hizo que todo mi cuerpo sintiera ganas de temblar también, pero tratéde detenerlo. Los guié a través del corredor compartido hacia mi apartamento.

Esto es todo, pensé. Aquí será el lugar donde recibiré mi castigo.Tenía que dejarme o si no me matarían. Y sólo había una forma en la quesabía cómo proceder para que eso no ocurriera.

Caminé hacia mi dormitorio, los dos me seguían los pasos.Adentro, cerré la puerta y miré directamente a Mark. Tragué antes dehablar.

— Tienes el arma, — dije— , puedes hacer lo que quieras conmigo.Pero pensé que después de una velada tan romántica y una noche en la cual fueron tan considerados con alguien a quien planeaban castigar, tal vez querrían intentar esto.

Entonces, tratando de ignorar a Mark y el arma, me arrodilléfrente a Johnny, me acerqué y le abrí el cierre con los dientes. Era algo que mi primer novio me había enseñado. Siempre supe que algún día meserviría. Para cuando le quité la ropa interior su pene ya estaba casi erecto y con un gemido, lo envolví con mis labios, comencé a succionar y lamerlo como si mi vida dependiera de ello. Y sin duda alguna, ése era el caso. Escuché a Mark suspirar detrás de mí. Creo que era de placer, o

eso esperaba.





Aunque, él no era el único que lo disfrutaba. Me sentía bastanteorgulloso al admitir que era excelente haciendo justamente esto. Era algo

que siempre amé hacer. Johnny aparentemente también se divertía. Sus piernas temblaban y para cuando metí toda su longitud en mi boca y saboreé la explosión, casi había colapsado sobre la cama.

— Cielos, — dijo — , eso fue…

— Bueno, — susurré— , lo sé, ¿quieres más?

Cuando parpadeó, lamí mis labios para limpiar su semen, pero dejé

un poco en mi rostro. Siempre creí que era más sexy así.

— ¿Por qué no me follas? — Susurré, volteando e incluyendo a Mark en la pregunta — . Como quieras hacerlo. Eso en verdad meenseñaría una lección, ¿no lo crees?

Esto era demasiado para él.

— Deja de hacerte el idiota y desnúdate, — Mark dijo molesto, su

rostro rojo y su mano apretando el arma. — Ahora.

Obedecí. No más coqueteos ni provocaciones. Me puse de pie y me desvestí tan rápido como pude. No me importaba que vieran mi cuerpo. Siempre he estado orgulloso de mi figura. Mis manos temblaban un poco, pero no podía evitarlo, además me alegraba de haberlos sorprendido. Cuando me desnudé por completo lo miré directamente a los ojos.

— ¿Cómo me quieres? — pregunté.

Mark lanzó el arma a la esquina del dormitorio. Mis ojos la siguieron, estaba feliz de verla partir.

— Olvida el arma, Liam. Mírame.

Otra vez, lo obedecí sin titubear. Caminó un poco hasta que

estaba parado frente a mí y mi pene se endureció inmediatamente. Dios,





esa era otra sorpresa. Supuse que esto sería, como mínimo, sexo bajo estrés. Jamás me imaginé que yo también tendría una erección.

— Esto no se trata del arma, — continuó, el tono de su voz bajaba,casi me estaba susurrando. Diablos, era casi romántico. — Ya no más.Esto es acerca de mí, mi hermano y tú, ¿de acuerdo?

Sin decir palabras, asentí.

— Súbete a la cama sobre tus manos y rodillas.

Obedecí. Johnny se movió hacia la cabecera, para darme acceso.Su pene tocó un costado de mi rostro. Abrí la boca y lo toménuevamente. Parecía lo más natural del mundo. Detrás de mí, la cama crujió cuando Mark se subió en ella. Escuché como se abría el cierre y abría la gaveta de mi mesita de noche. Con un sonido de satisfacción, metocó con los dedos lubricados y luego me penetró. Hubiera gritado por lo frío del gel, pero mi boca estaba algo ocupada por el momento y no había lugar para que nada saliera de ahí, ni siquiera un sonido distorsionado.

Nunca me he comportado con decoro durante el sexo, pero ¿quién lo hace?

La cortesía de las acciones de Mark me conmovió. Asumí quesería algo más loco y salvaje. Nunca me imaginé que trataría de abrirme,después de unos momentos, retiró sus dedos y escuché como abría un envoltorio. Luego sentí la calidez de sus manos en mis piernas,colocándome en posición y pude sentir su pene cubierto con látex alineándose con mi entrada.

— De acuerdo, estoy listo, follemos, — susurró — , desde ambos extremos. Tú folla su boca Johnny y yo tomaré su trasero.

Luego me penetró. Al mismo tiempo, Johnny gruño y comenzó a embestirme con su pene, logrando que me doliera la mandíbula. Mark lesiguió en mi otro extremo, por varios momentos lo único que podía sentir

era estar atrapado entre los dos, devorado y muy bien penetrado.





Dios, como lo amé. Era impresionantemente fantástico.

Luego comenzaron a gritar, dijeron todo tipo de palabras.

— Cielos, te amo.

—Bebé, yo…

—Siempre deseé esto…

—Oh, Dios, sí, pero nunca…

—…pensamos que podríamos… —…lograrlo .

Las últimas palabras fueron dichas al unísono. Otra onda de líquido cálido llenó mi boca y al mismo tiempo, sentí a Mark estremecerse y caer sobre mí. Su peso me venció justo cuando alcancé mi propio orgasmo,me di la vuelta y esparcí mi excitación sobre las sábanas. Se movió conmigo y me recostó con mucha dulzura sobre la cama. Johnny nos

siguió, su pene aún se encontraba en mi boca. Me alejé un poco para poder tener a su hermano en mi interior por el tiempo que fuera posibley continúe lamiendo ese glorioso bocado.

Por un buen rato, los tres nos quedamos ahí recostados. Los gemelos tratando de recuperar el aliento, mientras yo analizaba todas las cosas que se habían dicho durante nuestra orgía de tres. Bueno, supongo que eso era la ciudad para cualquiera, algo lleno de misterios, castigos y orgías en sus calles malvadas. Por aquí, las personas podrían ver esto como algo positivo, nadie lo dudaría.

Finalmente Johnny se alejó de mi boca y Mark de mi trasero.Diablos, extrañaba el sentirme tan lleno, me sentía vacío sin ellos. Estaba dolorido, pero increíble y extrañamente satisfecho.

Ninguno de ellos dijo nada acerca de lo que habían gritado y pensé

que era lo mejor para mi sanidad y seguridad, si no preguntaba.Considerando todo, cada familia tenía sus secretos.





Un breve tiempo después, cambiaron de posiciones y me follaron otra vez. Johnny fue más gentil con mi trasero que con mi boca e incluso

Mark también lo hizo con más calma. No me estaba quejando, realmenteno quería terminar en el hospital tratando de explicarles cómo diablos había llegado hasta ahí, además quería lograr sentarme mañana y poder masticar bien la comida.

Mark incluso tocó mi pene y me dejó correrme en su mano,mientras Johnny acariciaba mi espalda y murmuraba palabras que no

podía escuchar contra mi cuello.

Luego lo hicimos otra vez, intercambiados nuevamente. Después nos recostamos, cambié de posición para estar sobre mi espalda y en medio de los dos. Luego me acerqué y besé los labios de Mark. Al

parecer le gustaba besar. Esperaba que no objetara lo que tenía en mente. Abrí mis labios lo más que pude y su lengua me llenó. Al mismo tiempo, acerqué a Johnny a mi cuerpo, abrí la boca aún más y lo acerqué

para que así los tres pudiéramos besarnos, las lenguas de los gemelos

explorándome. Uno de ellos gruñó, o tal vez fueron los dos, no pudediferenciarlo.

Podía sentir a Mark temblar y me pregunté si habían hecho algo así antes entre ellos o si esta era su primera vez. Ciertamente era la mía,de hacer algo así. Pero diablos, era desordenada. La saliva caía por mi barbilla y después de un rato, no podía distinguir donde terminaba mi boca e iniciaba la de ellos. Me sentí bien mientras los tres nos besábamos en cama. Follando y besándonos. Sudoroso y caliente. No creía que

pudiera existir algo mejor que eso.

Poco a poco, el beso se detuvo, nos acurrucamos unos diez minutos más. Después de eso debí de quedarme dormido porque lo

próximo que recuerdo fue el amanecer. Parpadeé hasta que fui capaz deenfocar y luego me quedé completamente inmóvil. Mark estaba sentado en la cama, completamente vestido con Johnny moviéndose





incómodamente en la parte de atrás. Sobre las piernas de Mark estaba el arma, me estaba apuntando.

Un largo, largo momento transcurrió. Luego Mark comenzó a hablar. No me miró, simplemente habló.

— Muy bien, Liam. Fue agradable. Creo que también hablo por mi hermano, — Johnny asintió pero Mark no le prestó atención — . Creo quelos dos pasamos una maravillosa noche contigo, mucho mejor de las quehemos tenido con anterioridad. Esperamos que lo entiendas. Y somos

hombres de palabra, como estoy seguro que sabes. Ayer, escogiste esta opción y a cambio nosotros prometimos que si era lo suficientementebueno, entonces no te dispararíamos. Creo que puedo decir con certeza,que aprobaste el examen. Con honores.

Dejé escapar el aliento, Mark se giró a mirarme y sonrió brevemente.

— Sí, con honores, — continuó, tomando el arma y moviéndola de

un lado a otro sobre su cabeza — . Pero es posible que algunas cosas,cosas privadas se dijeran anoche en el calor del momento y lo más apropiado será que las olvides. Porque ni Johnny ni yo queremos retractar nuestra promesa, ¿lo entiendes, Liam?

— Sí, Sr. Delaney. Lo entiendo perfectamente y bueno, créamecuando le digo que puede confiar en mí, — dije asintiendo vigorosamente— . Puede confiar completamente en mí, soy la ejemplificación de la discreción, se lo prometo.

Mark volvió a mirarme, su mirada parecía atravesarme y buscar todos mis secretos. Asintió y colocó el arma en mi mesita de noche. — Bien, porque tanto Johnny como yo esperábamos que lo comprendieras.Nos iremos y dejaremos que te recuperes. Pero hay una cosa que quiero que sepas antes de marcharnos.

— ¿De qué se trata, Sr. Delaney?





Se encogió de hombros. — Los dos creemos que Brandon es un idiota, eres afortunado al haberte deshecho de él.

Y luego se marcharon, pude escuchar sus poderosas pisadas caminando hacia mi puerta principal. Colapsé en la cama, agradeciéndolea los dioses que conocía y algunos otros que no, de haber salido de esta ileso.

Cuando vi el arma. Maldita sea, era lo último que quería en mi apartamento.

— Sr. Delaney, ¡espere, por favor! — grité, saltando de la cama,desnudo como el día en que nací y moviéndome con cuidado alrededor del arma, temiendo que se fuera a disparar sola. Diablos, de lo poco quesabía de armas, seguro que me pasaba y los Delaneys se carcajearían por toda la eternidad. Maldición.

Las pisadas se detuvieron y luego regresaron. Sólo uno de ellos,Mark abrió la puerta y se me quedó mirando mientras saltaba sobre uno

de los gabinetes, gritando y señalando en dirección al arma. — El arma,señor, se le olvidó el arma…

Mientras parpadeaba, una sonrisa se dibujó en su rostro.

— Quédatela, — dijo — , como un recuerdo.

—Pero, Sr. Delaney, yo…

Maldijo en voz baja. — Estúpidos civiles. Santo Cielo, Liam, no está cargada. Ni siquiera es un arma. Es una imitación. Tú jefa… la adorableMelissa… puede ser muy persuasiva por el bienestar de sus emplea dos.No te olvides de agradecérselo la próxima vez que vayas a la galería.

Me le quedé mirando, incapaz de hablar y comenzó a reír. Una carcajada que no parecía poder detenerse, como si fuera lo más gracioso que había visto en años. Quizás lo era. El sonido resonó por todo mi

dormitorio. Johnny regresó inmediatamente al dormitorio y cuando mevio, comenzó a carcajearse también.





Justo lo que necesitaba… dos gemelos histéricos y un idiota desnudo. Corrección: un idiota desnudo, bien follado y satisfecho.

Pero esto aún no terminaba. Cuando dejaron de reírse, sonreí también. Tomé el arma y la sostuve para que Mark la tomara, antes deque pudiera hacerlo, hablé, no fue más que un susurro.

— Si no sirve, — dije— , no le hace daño llevarla con usted, ¿verdad Sr. Delaney? A menos claro…

— ¿A menos? — Una de sus cejas se levantó e inclinó la cabeza.

No estaba seguro pero creo que Johnny me guiñó el ojo.

— A menos que desee dejarla aquí, señor, y regresar y reclamar su propiedad cuando lo desee. Y todo lo demás que sienta el deseo dereclamar también. Después de todo, sería una pena desperdiciar tan buen conjunto, ¿no cree Sr. Delaney? A lo que me refiero es que uno no debe desperdiciar ni una sola miga.

Los gemelos se volvieron a mirar por unos momentos. Johnny asintió. Luego Mark lo hizo. Tomé nuevamente el arma y la coloqué con cuidado en la gaveta. ¿Y después? Bueno, todos comenzamos a reír.

Y así, como ves, fue como me entrometí con los gemelos Delaney y sobreviví.

Anne Brooke - Serie Los Delaneys 01 - Los Delaneys y Yo

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