ANÁLISIS DIAGNÓSTICO PARA EL PROGRAMA ADI! · consumo de las drogas, dirigidas a la juventud...

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ANÁLISIS DIAGNÓSTICO PARA EL PROGRAMA ADI! Domingo Comas Arnau José A. Oleaga Páramo 2006

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ANÁLISIS DIAGNÓSTICO

PARA EL PROGRAMA ADI!

Domingo Comas Arnau

José A. Oleaga Páramo

2006

ÍNDICE

1.- PRESENTACIÓN GENERAL OBJETIVOS Y METODOLOGÍA. 3

2.- EL CONSUMO DE DROGAS EN BILBAO EN EL OCIO DE

LOS JÓVENES 10

3.- CONSUMOS, EXPECTATIVAS DE USO E IMAGEN DE LAS

DISTINTAS DROGAS 36

4.- PROPUESTAS DE ACCIONES. 72

5.- RESISTENCIAS Y CONFLICTOS QUE PUEDEN GENERAR

LAS PROPUESTAS 107

6.- PROPUESTA DE ACTUACIÓN. 114

7.- ANEXOS. 133

8.- BIBLIOGRAFÍA. 137

2

1.- PRESENTACIÓN GENERAL, OBJETIVOS Y

METODOLOGÍA.

El presente Informe ha sido realizado para el Servicio de

Drogodependencias del Área de Salud del Ayuntamiento de Bilbao, con el fin

de establecer un diagnóstico de la situación del consumo de drogas entre los

jóvenes bilbaínos de 18 a 27 años en su tiempo de ocio y tiempo libre. Se trata

de una análisis previo a la puesta en marcha del Programa ADI! que ha sido

diseñado de forma global como un Programa de Prevención Secundaria de

Riesgos dirigido al mencionado colectivo y que va a ser propuesto en este

mismo documento.

El Programa ADI! se ajusta a la línea de actuación 3 del V Plan de

drogodependencias del Gobierno Vasco, la cual indica que “En el ámbito del

ocio, incrementar y mejorar las intervenciones de sensibilización e información

destinadas a reducir los riesgos asociados al consumo, así como minimizar las

externalidades de los consumos en dichos espacios de ocio”, asimismo se

ajusta a un conjunto de estrategias de intervención previstas en la 4ª línea

prioritaria del III Plan Local de drogodependencias del Ayuntamiento de Bilbao

(2004-2008), que se especificarán el capítulo 4 de este Informe.

3

Por otra parte el Programa ADI! esta integrado en el Proyecto URB-Al

denominado “Boulevard. Recorridos de Salud” en el que participan otros

municipios europeos y latino-americanos y entre cuyos objetivos figuran

“capacitar a franjas de población definidas como prioritarias” y “desarrollar y

fortalecer actividades que promuevan la cultura de la participación activa de la

ciudadanía en la tutela de su salud”.

La posibilidad de desarrollar el Programa ADI! en Bilbao tiene mucho

que ver con una trayectoria previa, en la que se han realizado diversos

Programas de Prevención Secundaria de Riesgos, que en general han utilizado

el concepto de “gestión de riesgos” para poner en práctica aquello que

algunos teóricos llaman “Prevención Selectiva”. Desde el Servicio Municipal se

ha impulsado la Formación de Educadores en Gestión de Riesgos y en

particular en el “Programa para la reducción de riesgos asociados al consumo

de drogas en centros formativos de Bilbao” y en el Programa “Riesgo/Alcohol”.

Diferentes iniciativas relacionadas con el testado de pastillas sobre el terreno,

el programa “Discosana” dirigido a personal de Discotecas, la edición de

materiales específicos y otras iniciativas presentadas, y subvencionas, a través

de ONGs.

Contando con las experiencias del pasado, con el marco conceptual,

legal y funcional antes aludido, se definió la misión del mismo como: un

Programa participativo de Prevención Secundaria de Riesgos dirigido

a los jóvenes de Bilbao, entre 18 y 27 años, que de forma más o

menos habitual consumen drogas legales o ilegales en su tiempo de

ocio nocturno durante el fin de semana, con el objetivo de reducir los

posibles daños, disminuir las conductas y situaciones de riesgo,

aumentar la información y establecer pautas cotidianas para una

relación más racional con las diferentes sustancias.

Un programa de Prevención Secundaria de Riesgos, requiere la

realización previa de un Informe Diagnóstico sobre la realidad del ámbito de

4

intervención, sus características, la definición de los grupos diana, sus

expectativas, los recursos disponibles y las posibilidades y límites en los que se

enmarca la actuación. Requiere también determinar cuales son los factores de

riesgo que delimitan, por una parte, y describen, por otra, la población diana

objeto de dicho tipo de intervención. El marco conceptual y teórico de este

tipo de programas ha sido sistematizado en un reciente documento (Comas,

2006).

Conviene clarificar en este punto que ADI! es un programa de

Prevención Secundaria de Riesgos (o en otra terminología un Programa de

Prevención Selectiva), lo que significa que mantiene ciertas afinidades, y

resulta complementario, con la Reducción de Daños y Riesgos, pero no es un

Programa de Reducción de Daños y Riesgos (PRDRs), porque su marco

lógico responde a la prevención y se dirige, por tanto a amplias

poblaciones, que no son problemáticas a causa del propio consumo, aunque

un acto de consumo aislado pueda suponer por sí mismo un riesgo, mientras

que los PRDRs, que también son programas de Prevención en términos de

salud porque tratan de evitar ciertas consecuencias del consumo de drogas, se

dirigen a poblaciones más restringidas, mejor delimitadas y que padecen

problemas (incluida la posible adicción) a partir del consumo más o menos

habitual.

En cualquier caso hay que reconocer que han sido los PRDRs los que

han facilitado la formulación metodológica de los Programas de Prevención

Secundaria de Riesgos y ocupan territorios contiguos, los unos en el ámbito de

la prevención y los otros en el ámbito de la asistencia.

También conviene clarificar otra cuestión previa. Los Programas de

Prevención Secundaria de Riesgos no se dirigen a la totalidad de la población

con la finalidad de prevenir futuros e indefinidos problemas, sino que se

dirigen sólo a actuales consumidores o a aquellos que están en una situación

de riesgo que convierte a su consumo en un posible indicador de otros

5

problemas más o menos inmediatos. Los primeros son los llamados

“problemas de salud publica” que se expresan en un determinado plazo, en

general largo, y que son especialmente preocupantes por las amplitud de las

consecuencias y el alto número de afectados, por ejemplo los 55.000 muertes

anuales ocurridas en España a consecuencia del tabaquismo. Los segundos

son los problemas más a corto plazo, más minoritarios, más directos, y que no

se suelen relacionar tan directamente con el consumo, sino que requieren

otros elementos para conformarse, por ejemplo, los cerca de 2.000 muertes al

años por accidentes de tráfico en los que esta presente el alcohol (y en

ocasiones las drogas ilegales). El diagnostico y la delimitación de la población

se referirá a este segundo tipo de problemas y no a los primeros, porque ADI!

es un programa de Prevención Secundaria de Riesgos y no un programa de

Prevención Primaria.

Volviendo a la cuestión del Informe Diagnóstico, sabemos que dicho

Informe supone realizar un análisis de la realidad, para el que se puede utilizar

documentación ya existente. En este sentido disponemos de abundante

documentación tanto en el nivel territorial de la CAV como en el local Bilbao,

de la que hemos hecho una selección que vamos a utilizar en la elaboración

del Informe, pero a la vez hemos querido descender a un nivel muy concreto,

que contraste además con la información general, lo que nos ha llevado a

realizar una investigación específica, que contempla los aspectos más

directamente involucrados con las estrategias y objetivos del Programa ADI!.

Es decir, se trata de obtener un saber que nos permite poder planificar

la actuación de una forma adecuada. En concreto los objetivos de esta

investigación previa se han centrado fundamentalmente en los siguientes

aspectos:

• Conocer la situación general del consumo de drogas en el municipio

bilbaíno entre sus jóvenes de 18 a 27 años en el tiempo de ocio y

tiempo libre;

6

• Expresar las zonas de consumo de las distintas drogas, haciendo

hincapié en el cánnabis, éxtasis (pastillas), speed (anfetaminas),

cocaína, LSD (monguis, alucinógenos) y ketamina (anestésicos);

• Establecer el grado de consumo y la importancia en el consumo de las

distintas drogas mencionadas;

• Describir la imagen que tiene la juventud bilbaína de las distintas

drogas mencionadas;

• Establecer propuestas de acciones de reducción de riesgos en el

consumo de las drogas, dirigidas a la juventud bilbaína y a su tiempo de

ocio;

• Priorizar y jerarquizar esas acciones de Prevención de Riesgos;

• Describir las acciones más importantes, estableciendo las características

que deben reunir de la forma más minuciosa posible;

• Destacar los obstáculos y los frenos que acciones de este tipo se

pueden encontrar en su puesta en práctica entre la población bilbaína y

sus grupos de interés.

Para lograr estos objetivos, los autores del Informe, en combinación

con el equipo técnico de Drogodependencias del Área de Salud del

Ayuntamiento de Bilbao (3.URBAL-BILBAO, 6.VARIOS, FOLLETO,

folleto del negociado de drogodependencias), diseñaron, en primer

lugar, una investigación social con metodología de tipo cualitativo y la técnica

elegida fue la “dinámica de grupo” o “grupo de discusión” centrado en un

tema (“focus group”).

Al final de este informe incluimos el guión base que hemos utilizado

para la realización de los grupos, así como una relación de las personas que

han participado en cada uno de ellos.

7

El número total de grupos realizados ha sido de 6, participando en ellos

un total de 39 personas. La totalidad de los Grupos estaban integrados por

personas a las que se les suponía, por su rol social, una cierta capacidad para

visualizar lo que estaba ocurriendo con el consumo de drogas en los tiempos y

espacios de ocio. No se convoco a Grupos de jóvenes consumidores porque

carecían de esta visión global y además alguno de los grupos efectivamente

convocados esta formado, como veremos a continuación, por “informantes

clave” que ejercen esta función.

• Grupo 1 (G1) formado por 7 expertos o profesionales que han

participado con anterioridad en programas de gestión de riesgos;

• Grupo 2 (G2) formado por 4 personas que participaron, en su día, en el

“Sistema de información continua sobre el consumo de drogas entre los

jóvenes en el País Vasco” (SOC);

• Grupo 3 (G3) formado por 7 monitores y educadores que trabajan con

jóvenes;

• Grupo 4 (G4) formado por 6 personas que trabajan en la noche de la

hostelería (unos participantes en los programas Discosana y otros no);

• Grupo 5 (G5) formado por 8 personas que trabajan en organizaciones

juveniles bilbaínas de diferente índole;

• Grupo 6 (G6) formado por 7 personas representantes de asociaciones

de padres y madres, sindicatos, educadores, asociaciones vecinales y de

familia, etc.

Todos los Grupos fueron organizados y sus componentes reclutados

directamente por el equipo técnico de Drogodependencias del Área de Salud

del Ayuntamiento de Bilbao. Los Grupos fueron dinamizados por el José A.

Oleaga Páramo y realizados entre los días 17 de febrero y 1 de marzo de

2006, en el edificio de la Bolsa de Bilbao, la duración media de las reuniones

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fue de dos horas. Dichas reuniones fueron grabadas en soporte magnético

para su posterior re-escucha y análisis, tarea que fue realizada, en su

integridad, por el responsable de dinamizar los mismos.

Por su parte Domingo Comas, supervisor del programa ADI!, diseñó la

estrategia general de la investigación, definió los Grupos, situó en su contexto

los hallazgos del análisis de los mismos y reconsideró (como vamos a ver) las

propuestas de estrategias de intervención de tales grupos sobre el “estado de

la cuestión” que muestra la literatura científica y la recopilación de buenas

prácticas en el ámbito de los Programas de Prevención Secundaria de Riesgos

dirigidos a jóvenes en sus espacios y tiempos de ocio y tiempo libre.

La división funcional de tareas, que aparece en este Informe

Diagnostico entre un profesional experto en metodología cualitativa y que ha

dinamizado y analizado los Grupos de Discusión, y un profesional que conoce

bien los temas de drogas y que, además, participa activamente en el diseño y

la planificación de las acciones del Programa ADI!, supervisando además los

aspectos técnicos de las estrategias de intervención, ha sido muy productiva,

en términos de los objetivos previstos.

El primero analiza “a ciegas” la narración y las propuestas de los actores

sobre las drogas, como meros discursos y sin dejarse contaminar por un

conocimiento técnico sobre las mismas, mientras que el segundo valora el

contenido de tales discursos con relación a otras fuentes de información. Se

establece así un diálogo entre el ser cotidiano y el deber ser

institucional, entre la percepción de los actores sociales y las

evidencias de los estudios, que permite visualizar con claridad las

necesidades, los límites y las posibilidades de la intervención, porque para

actuar es necesario contar con los elementos que nos aportan ambos sistemas

de conocimiento.

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2.- EL CONSUMO DE DROGAS EN EL OCIO DE

LOS JÓVENES EN BILBAO.

2.1.- Las aportaciones de los grupos de discusión.

Los jóvenes bilbaínos consumen las mismas drogas y de la misma forma

que se hace en otras grandes ciudades o zonas urbanas. Todos los grupos

están de acuerdo en que el nivel de consumo es alto y que cada vez se

consume a edades más tempranas: “los chavales cada vez consumen más, con

más riesgo y cada vez más jóvenes”, indica un integrante del G3 de

Educadores Sociales, apoyado por otro: “el consumo está generalizado, todos

lo hacemos, son unos años concretos”. Un integrante del G4 de Hosteleros es

rotundo: “todos los jóvenes... el 85%... consumen o usan alguna droga”.

Tampoco es de extrañar si, como se comenta en los grupos, la sociedad

fomenta el consumo de todo tipo de productos y las drogas no son una

excepción. Si los adultos estamos inmersos en una dinámica consumidora, los

jóvenes no hacen sino seguir esa tendencia en su tiempo de ocio. Para los

jóvenes, el ocio es también consumo (como entre los adultos) y las drogas

forman parte de esa idea de que para el disfrute del tiempo de ocio deben

consumirlas. “Se nos ofrece todo, se nos ha educado en que hay de todo, en

que consumamos de todo y también las drogas”, tercia un joven participante

del G3 de Educadores Sociales. “El consumo de drogas es algo normal”, indica

un integrante del G2 del SOC. Otra persona de este mismo grupo añadirá que

“el consumo (de drogas) hay que hacerlo porque sí, el ocio es consumo como

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el resto de la sociedad..., los jóvenes consumen constantemente como el resto

de la sociedad”.

Además todos los grupos se hacen la misma reflexión: si los adultos

consumimos drogas es difícil que los jóvenes no lo hagan.

La sociedad vasca, como las de su entorno occidental, es una sociedad

que consume drogas desde hace mucho tiempo, quizá desde siempre. Los

grupos humanos han consumido siempre drogas y la sociedad vasca no es una

excepción. Es más, en todos los grupos está claramente establecida la idea de

que “la droga ha existido, existe y existirá, y tenemos que aprender a vivir con

ella” (participante del G3 Educadores Sociales).

En nuestro entorno es muy normal que las celebraciones y los festejos

se hagan alrededor de una buena mesa, de un buen vino (alcohol), de unas

copas y de un puro (cigarros). Durante mucho tiempo, ir a San Mamés o a

otros estadios de fútbol los días festivos se ha asociado a unas copas y a un

puro. Hoy en día, con la nueva ley antitabaco en la mano, llama la atención el

comportamiento de los espectadores en los frontones, donde hay una

auténtica “desobediencia civil” a la prohibición de fumar. Y el argumento de

más peso que se esgrime es lisa y llanamente la tradición: siempre se ha

fumado en los frontones y, en consecuencia, se tiene que poder seguir

haciendo. Visto desde otro punto de vista, no deja de ser una reivindicación de

un grupo de drogadictos que quieren seguir drogándose.

Lo mismo ocurre si nos referimos al alcohol: es normal que esté

presente en el ocio y el tiempo libre de los jóvenes porque también está en el

de los adultos. Desde pequeños, hemos sido socializados en el consumo de

alcohol unido a ocio, diversión, tiempo libre, relajamiento, festejos, fiestas,

etc. Parece poco lógico que ahora les digamos a los jóvenes que no consuman

alcohol, que es malo, cuando les hemos llevado de bar en bar desde que eran

pequeños.

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Una persona del G5 de Organizaciones Juveniles lo expresa claramente:

“todo el mundo ve de lo más normal irse de poteo, o fumar tabaco o fumarse

unos porros”. Y apunta otra persona del mismo grupo: “pero no sólo los

jóvenes sino toda la sociedad, asume las drogas en Europa. Es diferente con la

imagen de los inmigrantes: les llama la atención lo interiorizado que está el

consumo de drogas”. Otra terciará: “pero es que desde pequeños hemos ido a

bares de poteo”.

Entre los jóvenes se da que el ocio está unido al consumo de drogas,

como entre los adultos, aunque también es verdad que entre los jóvenes el

ocio se está centrando cada vez más en los fines de semana, y en éstos, en

las noches, y en éstas normalmente están las drogas. Y los jóvenes consumen

drogas para divertirse, para experimentar, para rebelarse contra su entorno,

para relacionarse con sus iguales, para integrase en su grupo de pares, porque

los demás las consumen, etc.: “se consume drogas para aguantar la noche,

para estar a tono, para dar una imagen...” nos dirá una persona del G6 de

Agentes Involucrados. También “se consume para conocer, experimentar, por

rebeldía y a partir de los 17/18 años se pasa a la normalización del tabaco,

alcohol, hachís... y otras”, abunda un integrante del G5 de Organizaciones

Juveniles. También se indica que “el consumo es cada vez más evasivo de la

realidad” (integrante del G5 de Organizaciones Juveniles). Añadirá un

integrante del G6 de Agentes Involucrados que se “usan las drogas para salvar

barreras de comunicación...La drogas tienen un comportamiento social y

gregario muy importantes. El grupo hace mucho en el consumo, en el inicio

(del consumo) de las drogas. Es muy difícil que si entra una droga en un

grupo, haya gente que no la consuma..., se acaba entrando e integrándose”.

Los adultos son además críticos con las alternativas de ocio y tiempo

libre que se ofrece a los jóvenes aunque también entienden que los jóvenes,

por su propia idiosincrasia y por el propio estadio vital en el que se

encuentran, son renuentes a escuchar a los adultos. Una educadora social del

G3 es muy expresiva cuando plantea “el ocio que se ofrece a los jóvenes: Max

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Center, discotecas o Casco Viejo. ¿Esto es lo que ofrecemos?. Pues las drogas

les da vida..., el empleo les quita vida, la vivienda les quita vida...Hay que dar

alternativas”. Otra persona participante en el G2 del SOC llama la atención

sobre el propio carácter de los jóvenes cuando afirma que “el consumo de

drogas es algo normal y el joven no quiere escuchar (a los adultos)”. Una

tercera apostillará que “es un error querer marcar el ocio de los jóvenes”.

Como resume bien un participante del G1 de Expertos “el hecho es que

se consumen muchas drogas”. Y es que además cada vez son más accesibles,

tanto porque es muy fácil dar con ellas como por el precio, que cada vez es

más bajo. En estos aspectos coinciden todos los grupos aunque algunas

drogas puedan ser más caras que otras. El caso es que cualquier joven puede

tener acceso fácil a drogas como el alcohol, tabaco, hachís, marihuana (cada

vez más de autocultivo), speed, coca, estimulantes, pastilla, éxtasis, ... Parece

que abundan menos o que hay menos demanda o que cuesta más dar con

drogas como LSD o ketamina, aunque también se pueden conseguir a poco

que se tenga interés en ellas: parece que son más “de encargo”.

Los integrantes del G6 de Agentes Involucrados destacan estos

aspectos de las drogas: el “fácil acceso a las drogas, como el alcohol,

hachís...”, y que “es fácil encontrar drogas y cada vez es más barata”, “es

muy, muy barata...”. También se destaca en otros grupos, como lo hace un

educador social del G3: “todas las drogas son accesibles, ... incluso la coca”.

En relación a los consumos de las drogas, todos los grupos coinciden en

señalar que hay una serie de drogas que están perfectamente normalizadas

entre los jóvenes, que su uso y consumo está perfectamente integrado en la

vida cotidiana de los jóvenes: estas drogas son el alcohol, el tabaco y el

hachís. Estas tres drogas están presentes en el día a día de los jóvenes y se

consumen a diario. La impresión es que el alcohol se consume (se usa) a

diario, cotidianamente, pero se abusa fundamentalmente los fines de semana.

El tabaco se consume con toda naturalidad diariamente. Y el hachís se ha

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integrado perfectamente en el día a día de los jóvenes. En realidad, esta

última droga ya no se asocia al ocio de los jóvenes, como podía ser en los

años 80 ó 90. Ahora es una droga totalmente normalizada.

A lo largo de los discursos de los grupos tenemos infinidad de asertos

que ponen de manifiesto la situación descrita:

• “el 90% (de los jóvenes) consumen drogas y ahí incluyo a los porros”

(G3 Educadores Sociales)

• “(...) y lo que pega más es el alcohol” (G3 Educadores Sociales)

• “el consumo de drogas es generalizado y se asocia a drogas legales”

(G4 Hosteleros)

• “los jóvenes hacen como los mayores: no hay cambios..., consumen

sobre todo alcohol y tabaco” (G2 SOC)

• “consumo de alcohol, cannabis...más diario, tabaco; consumo de otras

drogas, más en fin de semana” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “consumo más usual, el alcohol durante toda la semana” (G5

Organizaciones Juveniles)

• “los jóvenes hablan y usan de los porros con toda normalidad, desde los

14 años” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “el uso de alcohol y porros es lo que más generalizado está..., alcohol

aún más” (G4 Hosteleros)

• “entre semana se consumen pocas drogas, excepto cannabis” (G2 SOC)

Otras drogas son asociadas y consumidas sobre todo los fines de

semana: estamos hablando de las pastillas, éxtasis, speed, coca, anestésicos,

etc. Y como ya hemos dicho, el abuso (borracheras) del alcohol, que entre

semana queda reducido al uso moderado. Especialmente preocupante parece

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el consumo de estimulantes que “se sigue disparando...como en otros

lugares”, como apunta un integrante del G1 de Expertos:

• “el consumo de alcohol el fin de semana, sobre todo. (...) Culturalmente

es la más presente” (G3 Educadores Sociales)

• “el alcohol se centra más el fin de semana..., está normalizado a diario

el uso: sales y tomas una caña, y se da el abuso el fin de semana” (G5

Organizaciones Juveniles)

• “drogas estimulantes y anestésicas para uso nocturno (de fin de

semana)” (G2 SOC)

• “la droga número 1 es el cannabis, el hachís, la marihuana, (ésta) sobre

todo los últimos años y también estimulantes nocturnos (de fin de

semana) coca, anfetas...” (G2 SOC)

• “el fin de semana se consumen cosas que no se consumen entre

semana” (G1 Expertos)

Parece que en Bilbao el consumo de “opiáceos y heroína se ha quedado

residual” (integrante del G1 de Expertos) aunque quede algún reducto de

heroína fumada.

Finalmente, cabe destacar que en algunos grupos se ha citado el

comienzo del uso de inhalantes y pegamentos entre los jóvenes aunque

todavía se trate de un consumo incipiente. Esta práctica parece que ha sido

introducida por jóvenes inmigrantes y que afecta a jóvenes menores de 18

años pero no deja de ser preocupante la aparición de nuevas prácticas y de

nuevas drogas:

• “con emigrantes, más jóvenes ha empezado el tema del pegamento...,

en Iturribide, en Unamuno...” y va ligado a robos, amenazas, etc. (G3

Educadores Sociales)

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• “(estamos en un) momento de cambio por la introducción de jóvenes

de nuevas culturas. Están apareciendo los inhalantes, desde hace un

año y medio, en edades menores de los 18 años” (G1 Expertos)

• “cierto aumento del (consumo de) cannabis y pegamento se debe a la

población joven norte africana. En Andalucía están muy asustados con

este tema” (G1 Expertos)

La cuestión de las edades es muy interesante y es punto de atención en

todos los grupos. En general, y como es natural, a medida que los jóvenes

cumplen años y ganan experiencia, su relación con el drogas y su consumo se

hace más responsable.

Como es de esperar, a nuestros colaboradores les preocupa también y

mucho, aunque no sean objetivo de nuestra investigación, los jóvenes

menores de 18 años porque su desconocimiento y falta de experiencia con las

drogas hace que adopten comportamientos arriesgados y que lleguen a

situaciones de abuso de sustancias sin conocer sus efectos y consecuencias:

• “la gente cercana a los 18 años no sabe cómo funcionan las drogas, las

usan para conocer, para experimentar... luego ya aprenden. Luego con

menos drogas (menos cantidad) disfrutas más. Los de 25 años ya no

toman 15 pastillas como con 18 años” (G4 Hosteleros)

• “en esas edades (antes de los 18) se consume de todo” (G1 Expertos)

• “los de 18 y más años, a medida que usan las drogas, las controlan

más” (G4 Hosteleros)

En la medida que los jóvenes se acercan a los 18 años, las sustancias

más consumidas serán el alcohol, el tabaco, los porros, las pastillas (que se

van dejando a medida que se cumplen años y que son más propias de los 15-

16 años) y el speed que se irá sustituyendo por la cocaína en la medida de las

posibilidades económicas del consumidor. Y a medida que los jóvenes se

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aproximan a los 27 años, las sustancias más presentes serán el alcohol, el

tabaco, los porros, la cocaína y el consumo menos extendido de la ketamina.

Para los 18 años parece que la experiencia de los jóvenes con las

drogas es ya bastante grande: en todos los grupos hay acuerdo en que para

esa edad los jóvenes ya han consumido y/o han tenido contacto con el

alcohol, con el tabaco, con los porros (su inicio lo sitúan entre los 12-14 años),

con las pastillas (en torno a los 15-16), con el speed (16-17), con la cocaína

(17-18)... Es decir, que “para los 18 años se tiene experiencia importante en

drogas” (G2 SOC) aunque quizá la relación de consumo con algunas de ellas

acaba de empezar o todavía no ha comenzado.

Un momento importante en los jóvenes y en su trayectoria vital de

consumo de drogas es el primer año de universidad (para quienes van a ella)

que se da en torno a los 18 años, la cifra inferior de nuestro público objetivo.

Este paso, unido a la mayoría de edad de los jóvenes, supone un cambio

importante en su rutina diaria y va asociado a aumentos en el consumo de

drogas. La libertad y la independencia que da la etapa universitaria, el

establecimiento de nuevas relaciones y el afán por conocer nuevas

experiencias llevan a muchos jóvenes a una fase de consumos abusivos de

drogas ya conocidas y al consumo de drogas hasta ese momento

desconocidas: “entre 18 y 21 años se puede consumir o abusar (de drogas) en

gente que ni antes ni después abusa de las drogas” (G6 Agentes

Involucrados).

A partir de esa edad, de los 20-21 años, el consumo de las drogas se

hace más responsable entre los jóvenes

Posteriormente, a medida que los jóvenes van cumpliendo años y

ganando en experiencia a la vez que en madurez vital, cuando están dejando

la adolescencia y van a dar el paso a la juventud plena, la relación de los

jóvenes con las drogas se normaliza y su consumo se hace más responsable:

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• “a partir de 20-21 años son más responsables, saben distinguir los

tiempos” (G1 Expertos)

• “el consumo de mayores de 18 años es más responsable que cuando

son más jóvenes, que lo hacen (consumir drogas) por ser mayores y los

guays de la cuadrilla” (G5 Organizaciones Juveniles)

En todo caso, vistos los discursos de todos los grupos, parece que a

pesar de que la mayoría de los jóvenes entre esas edades (18-27 años)

consumen drogas, en general el consumo está muy normalizado y no genera

grandes problemas de marginalidad. Como bien expresa un participante del

grupo G1 de Expertos: “En general, el consumo de drogas entre los 18 y 27

años está bastante normalizado y no genera problemas, no es problemático,

no es marginal”.

Sí se detectan ciertos problemas en los consumos de drogas entre los

jóvenes menores de 18 años. De dos tipos: por un lado los problemas

generados por el uso y abuso de cánnabis entre esa población; y por otro los

generados por la práctica del botellón.

Son varios los colaboradores que llaman la atención sobre el consumo

normalizado de cánnabis que hacen los jóvenes menores de 18 años a diario y

las consecuencias que acarrean, desde el fracaso escolar, depresiones,

desmotivación, accidentes laborales, hasta problemas de salud como pérdida

de memoria, dificultad de concentración, etc., o problemas legales derivados

del trapicheo:

• “el problema son los porros a las 7,45 horas de la mañana o después

del recreo, que llegan (a clase) chavales con morones...” (G1 Expertos)

• “el consumo de cannabis no es en general problemático aunque tiene

sus riesgos (G1 Expertos)

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• “los porros atenúan (ocultan) problemas escolares, de depresiones,

etc.” (G1 Expertos)

• se ha producido una “mitificación del cannabis, sólo se quiere ver una

cara. El consumo cada vez crea más problemas en el día a día de las

familias y en los centros escolares” (G2 SOC)

También se menciona la práctica del botellón entre estos jóvenes

menores de 18 años como una forma de consumo que crea problemas

colaterales relacionados con la suciedad, basuras, actos de vandalismo, robos,

amenazas, inseguridad, falta de higiene, etc.:

• “hay otros consumos de los jóvenes que hacen en la calle, que es su

espacio, y que genera problemas, por ejemplo, el deterioro del Casco

Viejo por las borracheras, ruidos, peleas, etc.” (G2 SOC)

Da la sensación y así se verbaliza en el grupo G6 de Agentes

Involucrados, que el consumo de drogas y su abuso sólo es problemático en la

medida que genera molestias en el ámbito público. Si los problemas se

generan en los hogares y afectan exclusivamente al ámbito privado, no se

consideran problemáticos. Ahora bien, si generan suciedad, ruidos,

inseguridad, peleas, vandalismo, altercados, falta de higiene, robos,

amenazas, etc. y afectan a la esfera pública, entonces y sólo entonces

preocuparán a la sociedad y se considerarán consumos problemáticos:

• “el botellón son menores de 18 años, son problemas de menores de 18

años. Una vez que se cumplen los 18 años, sólo hay problemas si el

poder adquisitivo hace que también tengan que hacer botellón” (G6

Agentes Involucrados)

• “las drogas generan preocupación en la medida que el consumo de

drogas genera comportamientos incívicos o que atentan contra la

convivencia o contra la seguridad” (G6 Agentes Involucrados)

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• “si hay problemas (de orden público), aparecen en los medios: así las

drogas no son problema si no generan problemas sociales” (G6 Agentes

Involucrados)

• “si se colocan (los jóvenes) pero no molestan, no importan a la

sociedad. Puede ser un problema familiar...” (G6 Agentes Involucrados)

En el grupo G5 de Organizaciones Juveniles se plantea abiertamente el

tema de género y consumo de drogas. En general, en los distintos grupos se

tiene la percepción de que tanto chicos como chicas consumen drogas de todo

tipo pero entre los chicos se consume más cantidad de todas las drogas que

entre las chicas, si exceptuamos el tabaco donde parece que puede haber más

consumo entre las chicas. Dicho de otra forma, entre los chicos hay más

consumidores de cualquier droga que entre las chicas, excepto en el tabaco.

Además se constata que el consumo de drogas entre los chicos es más

transparente, se hace más a la vista mientras que entre las chicas es más

opaco: no es raro que las chicas consuman drogas en ámbitos privados

mientras que los chicos lo hacen hasta con ostentación.

Por otro lado, parece que también hay un componente de tolerancia o

rechazo social: todavía parece que está peor visto una chica consumiendo (o

abusando de una droga) que un chico consumiendo, de ahí la transparencia de

éstos y la opacidad de aquéllas.

Finalmente, una participante del mencionado G5 de Organizaciones

Juveniles plantea que las expectativas de consumo tampoco son iguales entre

los chicos y entre las chicas: en unos y en otras tienen que ver con la situación

social, son un “reflejo de la realidad social de posición dominante” y

“reproducen los roles clásicos masculino y femenino en los consumos”. Así,

argumenta que “los chicos consumen drogas por cuestiones de liderazgo, de

relación de poder, de valentía. Para las chicas (el consumo de drogas) se

relaciona con lo emocional, con desinhibirse...”.

20

En todos los grupos se menciona el policonsumo de sustancias: es muy

frecuente que el consumo de drogas no se haga por separado sino que se

asocie el consumo de unas con el consumo de otras, lo que evidentemente

genera más riesgos entre los jóvenes. Es lo que un componente del G2 del

SOC denomina, no sin cierta gracia, el cóctel nocturno o narcodieta nocturna.

Así es frecuente y habitual que se consuman juntas drogas como alcohol,

tabaco y porros; o alcohol, pastillas y porros; o alcohol, cocaína y ketamina;

etc. En realidad hay múltiples combinaciones: la cuestión es que es difícil que

se dé el consumo de una sola droga en el tiempo de ocio.

Quizá se pueda hablar de diferentes combinaciones o narcodieta en

función del momento del día en el que nos encontremos. En el G4 de

Hosteleros se destaca que el momento de consumo de las drogas es

importante porque no todas las drogas se consumen en los mismos momentos

a lo largo del día. Así, los componentes de ese grupo establecen 3 momentos

distintos: la tarde, la noche y las mañanas (por ese orden).

• Tarde: por la tarde los jóvenes se van de poteo (consumen alcohol), se

fuman unos porros y también fuman tabaco. Si estamos hablando de

los jóvenes de menor edad, los que se acercan a los 18 años o incluso

de menos años, ésos tienen que volver antes a casa, de manera que

buscan un colocón rápido, fundamentalmente a base de alcohol: “los

más jóvenes la cogen antes, con alcohol sobre todo y van a ver quién

se coge la más gorda y comentarla el resto de la semana” (G4

Hosteleros).

Hay grupos de jóvenes que “hacen eso y se van pronto a casa, hay

jóvenes que tienen que volver (pronto)” (G4 Hosteleros). Pero también

hay grupos de jóvenes que siguen la marcha, que salen por la tarde

pero con idea de prolongar la salida durante la noche, la madrugada, la

mañana...

21

También hay jóvenes, aunque suele haber también muchos menores

de 18 años, que combinan el botellón con otras formas de ocio: “en el F

se hace primero botellón y luego entran en el local” (G4 Hosteleros);

“en B se hace primero botellón y luego entran” (G4 Hosteleros). Y en

esos lugares y momentos se consumen sobre todo drogas legales

(tabaco y alcohol) pero también se consumen otras drogas ilegales:

“también el botellón de Unamuno y del Parque se asocia a otras

drogas: beben y luego van a pillar o han pillado antes...” (G4

Hosteleros).

• Noche: por la noche ya se ven pocos jóvenes menores de 20 años, la

mayoría supera esa edad y puede estar compuesta por grupos de

jóvenes que han salido ya por la tarde o que directamente salen por la

noche con idea de prologar el ocio durante la madrugada. También nos

encontraremos en la noche con “gente ocasional que sale de fiesta” (G4

Hosteleros).

En esta franja horaria se consume todo tipo de drogas, empezando por

las que se consumen por la tarde (alcohol, tabaco, hachís) a las que se

añaden la cocaína, el speed, las pastillas e incluso la ketamina.

• Mañana: hay gente que sale por la mañana, que se levanta de la cama

para acudir a un local que abra por la mañana y estar fresco para la

fiesta. Por la mañana también nos encontramos con esos grupos de

jóvenes que han salido de noche con idea de seguir la fiesta hasta el

día siguiente y hacer una gau pasa. Además podemos encontrarnos con

grupos de jóvenes que habiendo salido por la tarde, se pasan la noche

y la mañana de marcha, incluso se pueden pasar todo el fin de semana

seguido: “cualquier día puedes tener gente a las 17 horas de

empalmada”; “hay gente que sale con su traje toda la semana y la lían

el fin de semana, de un tirón sin dormir: el lunes con la misma ropa que

el viernes”; “tienen otra manera de salir que los (más) jóvenes. Pueden

22

ir a currar sin dormir y salen... y luego duermen todo el día” (G4

Hosteleros).

En este contexto se consumen todas las drogas mencionadas con

anterioridad aunque quizá las protagonistas sean los estimulantes

fundamentalmente, donde la estrella es la cocaína.

Otro de los temas que tratamos en las reuniones fue el de las zonas de

consumo de drogas en Bilbao. Aunque ha sido un tema que ha salido y del

que se ha hablado en todos los grupos, ha sido el grupo G2 del SOC el que

nos ha proporcionado la información más exhaustiva y pormenorizada. En los

demás grupos hemos recogido información más fragmentada de las zonas de

consumo pero siempre ha sido coherente con el retrato más fino que nos han

proporcionado los integrantes del grupo G2 del SOC.

Este grupo llega a identificar 17 puntos o zonas que destacan por el

consumo de drogas, cada una de ellas con sus particularidades.

23

2.2.- El contraste de otras fuentes de información.

El análisis del discurso de los Grupos de Discusión nos ha proporcionado

una visión muy precisa de los consumos de drogas en el municipio de Bilbao.

Se trata de una visión que se conforma a partir de tres grandes variables: en

primer lugar la idea de un consumo normalizado y generalizado, acompañado

de la imagen, y la posibilidad real, de un acceso fácil tanto a las drogas legales

(entre las que podemos incluir el cánnabis), como de las ilegales, en segundo

lugar a que el consumo se realiza de forma preferente durante un tiempo

determinado (el fin de semana) y en tercer lugar que esto ocurre en unos

espacios bien definidos, conformados por ciertas calles y locales, a los que se

puede añadir el más reciente fenómeno de las lonjas.

Tres elementos a partir de cuyo manejo podemos determinar gran parte

del posible diagnóstico para intervención, es decir sabemos que vamos a tener

que realizar acciones en un contexto no-problemático de relaciones con las

drogas, en un tiempo muy bien delimitado (el ocio del fin de semana) y en

unos lugares perfectamente identificados por los actores sociales. Se trata

además de unos actores, que han estado representados en los Grupos de

Discusión, y que mantienen un discurso bastante consensuado en el que

parecen visualizar de una forma clara y precisa lo que está ocurriendo.

El resultado no se aparta de lo esperado, porque estos tres elementos

conforman desde hace quince años la descripción estándar del consumo

juvenil de drogas (Comas, 1993) y también fueron tempranamente descritos

con mucho detalle, justamente en una investigación de la UPV para el

Ayuntamiento de Bilbao, en referencia al mismo ámbito, aunque aquella

población ya no es actualmente joven (Basabe y Paez, 1992).

Sin embargo esta facilidad aparente se trasforma en un importante

problema cuando observamos, por mor de la precisión del análisis, cómo una

de las variables expresa un alto grado de ambivalencia: de una parte parece

24

que “todo el mundo” (o al menos los jóvenes) consuma drogas hasta un grado

absoluto de contaminación social (la idea de la hiper-contaminación como

argumento de normalización : “todos consumen drogas”, “todos salen el fin de

semana hasta la seis de la madrugada”, “todos conducen coche habiendo

bebido”, hasta llegar a “todos se colocan hasta pasarse”)1, de otra parte

parece que esta es, de forma efectiva, una actividad civil normalizada en

los tiempos y espacios de ocio, de otra parece que es la fuente de muchos

problemas sociales y de salud, de otra que los problemas han sido construido

o inventados, de otra que hay demandas en los centros y programas

asistenciales por esta causa y con casos muy graves y finalmente que esta

demanda es estadísticamente insignificante. ¿Entonces, que pasa de verdad?

Podemos en el caso de Bilbao responder a esta pregunta, porque nos

situamos en uno de los territorios sobre los que disponemos de máxima

información, posiblemente la información más completa de toda Europa.

Tenemos los datos de la serie de Estudios que nos proporciona El

Observatorio Vasco de Drogodependencias, para contrastar la cuestión de las

drogas, pero además tenemos los Estudios realizados por el Observatorio

Vasco de la Juventud, para contrastar la cuestión de los tiempos de ocio y las

actividades que se realizan en el mismo y finalmente una numerosa

bibliografía, con estudios empíricos, la mayoría de los cuales ha sido realizado

a través del Instituto Deusto de Drogodependencias (IDD), cuya orientación

Psicosocial lo diferencia de otras instituciones académicas del Estado que se

han especializado con un tipo de investigación, básica y clínica, poco acorde

con los objetivos de este informe.

Sin embargo, antes de revisar todo este material conviene hacer una

precisión surgida del manejo de los Estudios empíricos: gran parte de la

ambivalencia (son siempre todos pero luego “hay algunos”) del discurso sobre 1 La construcción social de este argumento ha sido muy bien estudiada por David Matza que lo identifica como una “técnica de neutralización” que forma parte de los procesos sociales de trasgresión.

25

las drogas en los Grupos, se relaciona con la falta de diferenciación entre el

consumo (más o menos esporádico) y las consecuencias de un consumo

problemático, así como a la falta de respuesta a la pregunta ¿qué relación

existe entre los mismos?

Los hallazgos del análisis precedente nos permiten postular dos

explicaciones alternativas ante esta ambivalencia: para algunos no hay

consumo problemático y por tanto todo consumo no es otra cosa que un

comportamiento normal y como tal no produce, por sí mismo, ningún

problema diferencial específicamente ligado a las drogas, para otros todo

consumo, toda aproximación a las drogas, supone por si misma una irrupción

de problemas y por tanto los datos epidemiológicos sobre “experiencia” son el

indicador que diferencia a un “grupo de riesgo”

¿Cuál puede ser entonces la población diana? ¿todos los que han

experimentado en alguna ocasión? ¿los que lo hacen esporádicamente? ¿los

consumidores habituales de fin de semana? ¿los que realizan consumos más

habituales en un contexto de policonsumo? Y sea cual sea la respuesta ¿por

qué?.

Son preguntas sin respuesta, en parte por la confluencia de las dos

orientaciones contradictorias mencionadas, de un lado los que sostienen que

todo consumo de drogas es problemático per se y de otra parte los que

sostienen que ningún consumo es, por sí mismo, problemático. Ambos nos

conducen hacia un conjunto único de “consumidores” sobre el que resulta

difícil establecer categorías diferenciales.

Por si esto fuera poco el referente de la existencia de este “consumo

generalizado” que manejan los Grupos, parece, por primera vez a los largo de

las tres últimas décadas, ser, al menos en parte, cierto. De hecho las prácticas

de ocio nocturno se han generalizado hasta ser muy mayoritarias y asimismo

los niveles de consumo de alcohol y drogas (aunque es verdad que todos los

26

datos se refiere a un tipo de consumo que no diferencial el experimental, del

esporádico y el habitual) son los más elevados de los últimos años.

Comenzando por las prácticas de ocio nocturno, el Observatorio

Vasco de la Juventud (2006) señala, para los jóvenes 15-29 años, que un

61,1% “sale” todos los fines de semana, un 30,7% sólo algunos fines de

semana y un 3,9% no sale nunca de ocio nocturno. En el “último fin de

semana” han salido un 71,9% de los jóvenes vascos y un 51% se desplazó

fuera de su municipio para salir (un 62% en el caso de Vizcaya). Del 28,1%

que no salieron, muchos (el 44%) tenían un motivo que se lo impedía, como

trabajo, exámenes, viajes, enfermedad, a otra parte (30%) no le apetecía o

estaba cansado y a un 6% no le dejaron por ser menor o no pudo por falta de

oportunidad. Sólo un 20% de este 28,1% (es decir un 5,6% de los jóvenes

vascos) no salió porque nunca sale y no le gusta salir el fin de semana por la

noche.

Estamos, por tanto y efectivamente ante un comportamiento

generalizado, que practican algo más los hombre que las mujeres (un 63,0%

de ellos sale todos los fines de semana frente a un 59,2% de las mujeres),

que es más frecuente en Vizcaya que en los otros territorios históricos de la

propia CAPV, que se asocia de forma positiva a un mayor nivel

socioeconómico, también de forma positiva con el hecho de estudiar (y

negativa con trabajar), que más de la mitad de las salidas concluyen entre las

4,00 horas y las 6,59 horas de las madrugada, que dicho comportamiento

(salir y volver de madrugada) ofrece el perfil de una curva normal en la cual el

punto de inflexión máximo se sitúa entre los 18 y los 24 años (y quizá de

forma concreta a los 22 años).

En estas actividades, como vemos en la tabla adjunta no falta nunca

acudir a los bares, pubs o discotecas, seguida de acudir a un restaurante

(suponemos que a cenar), al cine y finalmente a algún concierto. Las lonjas y

el botellón son de menor importancia. En todo caso las actividades suman más

27

de 100 porque la media es realizar habitualmente tres actividades entre las

mencionadas en la salida nocturna de fin de semana.

Actividades tipo practicadas habitualmente

en la salida nocturna de fin de semana

(Total jóvenes CAPV 15-29 años)

ACTIVIDAD SI NO

Ir de bares, pubs o discotecas 81,0 19,0

Cenar en restaurantes 57,2 42,8

Hacer botellón 26,5 73,5

Acudir a un concierto 33,1 66,9

Ir al cine 43.4 56,6

Ir a una lonja privada 25,5 74,5

Bilbo Rock, centros cívicos y casas de la 13,2 86,8

Ir al teatro 11,4 88,6

Ir a un ciber 9,8 90,2

Respuesta múltiple

El último estudio sociológico sobre la Juventud Vasca con datos de 2003

(Gutiérrez, 2004), añade otro dato significativo: un 16% de los jóvenes “van

de bares” todos los días (algo menos que los adultos) y un 52% van todos los

fines de semana (tanto como los adultos). Por su parte un 35% “van a

discotecas” todos los fines de semana (actividad que raramente practican los

adultos) y un 21% acude a las misma “de vez en cuando los fines de semana”.

28

Si comparamos estos datos con los equivalentes a nivel estatal, vemos

como el acudir a los bares es similar (18% todos los días y 52% todos los

fines de semana), pero no tanto el “acudir a las discotecas” ya que van “todos

los fines de semana” un 26% de los jóvenes españoles y algún fin de semana

un 17% (Comas, 2003). En este sentido y combinado con las informaciones de

los Grupos del Discusión, así como los datos proporcionados por el SOC

(Pallares, 2004), podríamos decir que en Bilbao aparece una tradición

diferencial de discotecas, aunque también es cierto que un 42% de los

jóvenes vascos no han ido nunca a una discoteca.

Un elemento importante que también reiteran todos los Informes se

refiere a la distribución por edad de estos datos: ir a discotecas y beber todos

los fines de semana es una actividad que disminuye con la edad; lo mismo

ocurre con las discotecas porque con la edad cada vez se va menos y de forma

más esporádica, mientras que con los bares ocurre lo contrario, porque cada

vez se va más “todos los días” (Gutiérrez, 2004). Un dato que los Grupos han

confirmado.

Siguiendo con el consumo de drogas, vemos como esta actividad de

ocio nocturno, en la que sabemos que se producen la mayor parte de los

consumos, corre paralela a altas tasas de consumo de drogas en comparación

con otros territorios de la UE (Póo y otros 2003). De hecho los dos países que

destacan en la UE por consumo de drogas son España y el Reino Unido (y en

menor medida Dinamarca), mientras los menores consumos aparecen en

Finlandia, Suecia (y en menor medida Grecia, así como Francia y Portugal para

algunas drogas).

La CAPV se sitúa además sobre la media española y en algunos casos,

como las anfetaminas, la duplica. Ningún país europeo arroja tasas de

consumo tan elevadas, en ninguna droga ilegal, como lo hace la CAPV, aunque

29

también es cierto que los datos comparativos deben tomarse con precaución

porque no han sido medidos con instrumentos equivalentes y no sabemos cual

es el comportamiento particular de las distintas regiones en los diferentes

Estados. En todo caso la situación de la CAPV parece peculiar.

También sabemos que estas tasas globales se producen por el impacto

de las “muy altas” tasas de consumo del grupo de edad 20-24 años, algo que

viene siendo habitual desde hace muchos años (Marañón, 1998), y los datos

del Informe SOC, lo mismo que nuestros grupos de discusión, han confirmado

que esta es la “edad típica de las drogas” para después ralentizarse su uso.

En esta edad, que a la vez coincide con la edades prototipo de la salida

de ocio nocturno de fin de semana, son muchos los jóvenes que han

experimentado con drogas ilegales (desde el máximo para el cánnabis del

53%, hasta un 17% para la cocaína, pasando por un 25% para las

anfetaminas). Pero si utilizamos el alcohol de referente observamos que en

este grupo de edad un 77% bebe alcohol los fines de semana y sólo un 2% lo

hace el resto de los días de la semana, mientras que entre 35 y 64 años beben

alcohol todos los días el 22% de los vascos (11 veces más), al tiempo que en

el fin de semana beben alcohol el 47% de los vascos de estas edades. Es

decir, para los jóvenes alcohol y drogas están muy presentes en estas

actividades de ocio de fin de semana, aunque eso sí sólo están presentes en

tales actividades, mientras que los adultos realizan un consumo más cotidiano

que incluye el fin de semana.

También es cierto que el volumen de consumidores habituales de

drogas ilegales (no de alcohol) en un fin de semana es minoritario en relación

a todos aquellos que realizan esta actividad de ocio, al contrario que en el

caso del alcohol que como hemos visto, todos los que salen, casi sin excepción

beben.

30

Extrapolando los datos del último Informe “Drogas y Euskadi” habrían

consumido cánnabis el último fin de semana un 20% del grupo de edad 20-24

años (de este grupo de edad “han salido” en el último fin de semana en torno

al 75% lo que significa que casi uno de cada tres de los que ha realizado una

salida de ocio nocturno han consumido esta sustancia), un 3% anfetaminas

(uno de 25), un 1% éxtasis y un 4% (uno de cada 18) cocaína. Aparecen por

tanto tres grandes sectores de riesgo: alcohol que afecta a todos, alcohol y

cánnabis que afecta a uno de cada tres y el resto de drogas (a veces

combinadas con alcohol y cánnabis y en otras no) que afecta a un grupo

minoritario (menos del 6% de los que salen). En cualquier caso cabe retener la

principal variable discriminatoria es el género, salvo para la cocaína en la que,

a estas edades, ambos consumen por igual.

Si comparamos la evolución de los datos históricos, esta conducta,

común al conjunto de España, aunque más presente en el País Vasco y el

Levante, se encontraba en un impase a mitad de los años 90, y desde

entonces se ha consolidado hasta alcanzar una situación de liderazgo en el

ámbito europeo a partir del año 2000 (Comas, 2005). Lo que significa que

vamos a afrontar una realidad sobre la que no hay mucha experiencia en el

conjunto de Europa.

Los datos sobre el consumo de tabaco reflejan muy bien esta evolución:

en el Informe sobre “Euskadi y Drogas” de 1998 se daba cuenta de que tras

casi una década de ligeros descensos los adolescentes vascos comenzaban a

incrementar el consumo de tabaco, lo que marcaba una tendencia desigual

con el conjunto de los jóvenes europeos.

Aquel cambio de tendencia se proyectó al futuro (con el tabaco resulta

relativamente fácil) y se llegó a la conclusión que los jóvenes vascos de

principios del siglo XXI serían una sociedad (y una cultura) más fumadora de

lo habitual en Europa (Comas, 1998). Tal previsión se confirma y los escolares

de ESO de la CAV arrojan actualmente un porcentaje de fumadores, un 37,5%

31

de varones y un 45,3% de mujeres, muy superior al conjunto europeo y al

resto del Estado (Arostegui, Jiménez y Urdano, 2005).

¿Por qué ha ocurrido esto en Euskadi? No lo sabemos, aunque si

sabemos que el grado de información que reciben los escolares vascos es igual

(y quizá superior) a la media europea y española, ¿se trata de una información

insuficiente o inadecuada? No parece, por que es la misma que en otros

territorios. Las autoras del estudio sobre los escolares de ESO la atribuyen,

como en el Estudio de 1998, a la incidencia de la publicidad y a las dinámicas

familiares, pero estos son elementos comunes con otros territorios que no

explican la evolución diferencial, de España en general y de la CAPV en

particular.

Seguramente, es bastante cierto que los controles son de menor

entidad, más ineficaces y la tolerancia mayor a este lado de los Pirineos. Pero,

por otro lado, quizá a llegado la hora de comenzar a visualizar, en todos estos

temas, el impacto de una “cultura vasca”, que es bastante compartida por

otros territorios del Estado, muy centrada en un tipo de ocio festivo, muy

consumista, aunque poco problemática a corto y medio plazo, por la intensa

formalización social y ritual que la envuelve. Una falta de problemas a corto

plazo que contrasta con las previsibles consecuencias (y coste) sobre la salud

pública a largo plazo. Las acciones que vaya a emprender el programa ADI! no

pueden dejar de tener en cuenta esta realidad que los grupos de discusión han

dibujado con claridad.

2.3.- Los datos de los indicadores institucionales.

(XXXXXX)

32

2.4.- Determinación de la población diana

operativa.

Como consecuencia, la población diana para el Programa de Prevención

Secundaria de Riesgos ADI! deberían ser aquellos jóvenes entre 18-27 años

(grupo de edad definido en la misión del programa) que consumen

habitualmente alcohol y/o drogas (veremos cuales en el siguiente capítulo),

durante su tiempo de ocio en el fin de semana y en espacios que hemos

identificado en el Municipio de Bilbao. Unos tiempos y unos espacios propios y

exclusivos en un doble sentido, sólo están ellos, por lo que resulta fácil

ubicarles en los mismos, y son los únicos tiempos y espacios que utilizan para

beber y consumir drogas, mientras que los adultos y los jóvenes adictos

utilizan se dispersan a lo largo de la semana.

El principal problema es que son muchos y resulta muy difícil diferenciar

aquellos que realizan un consumo esporádico y/o poco problemático de

aquellos que realizan un consumo con algún grado de riesgo. En cualquier

caso sabemos que el riesgo de consumir de forma más o menos habitual se

relaciona con el género (varones), con la edad (entre los 18 y los 24-25 años o

el emparejamiento) con los que acuden a determinado tipo de locales (y

algunos espacios públicos) y con los que realizan estas actividades de ocio en

horas nocturnas muy avanzadas o por la mañana en algunos locales

particulares.

Con todos los datos conocidos podemos “lanzar” una “hipótesis

máxima” de carácter operativo2 que nos servirá para planificar

posteriormente algunos elementos de la intervención.

2 NOTA PARA LECTORES AJENOS AL PROGRAMA: Las cifras que aparecen a continuación tienen sólo valor operativo a fines de planificación. No describen, por tanto, ninguna realidad precisa, ni deben ser tomados como “resultados estadísticos” o “estimaciones de la realidad”

33

El volumen total de jóvenes de Bilbao entre las edades mencionadas

asciende a 42.500. De ellos unos 30.000 (casi siempre los mismos) salen de

ocio nocturno el fin de semana, aunque en las calles, locales y lonjas de Bilbao

hay bastantes más porque además “salen” otros jóvenes (y adultos) de otras

edades y un número indeterminado (quizá otros 30.000 si sólo consideramos

los de 18 a 27 años) procedente de otros municipios de la provincia.

De estos 30.000 que jóvenes que tienen entre 18 y 27 años y salen por

la noche del fin de semana, unos 24.000 acuden a bares, pubs o discotecas y

casi todos beben alcohol, en mayor o menor cantidad, unos 8.000 fuman (en

este fin de semana arquetípico) cánnabis, unos 2.000 utilizan cocaína y

alrededor de 1.000 otras sustancias. Las cifras pueden aumentar en fiestas y

en verano y disminuir en un fin de semana “irrelevante” de invierno. Las cifras

de consumidores son, obviamente mayores, porque en los locales y en la calle

están también los “forasteros” y los jóvenes y adultos de otras edades.

Nuestra población diana teórica estará formada entonces por un

primer bloque de unos 8.000 jóvenes de Bilbao, de 18 a 27 años, que están en

locales públicos (bares, pubs, discotecas) y más residualmente en la calle y en

lonjas durante las noches del fin de semana (viernes y sábado), consumiendo

alcohol y cánnabis. Les llamaremos el “bloque primero o general”. El segundo

bloque se desagrega del primero y esta formado por unos 2.000 efectivos que

consumen alcohol y cocaína de forma más o menos habitual. Les llamaremos

el “bloque segundo”. El tercer bloque, con un millar de efectivos, se desagrega

de los dos anteriores y son los jóvenes de la “narcodieta”. Les llamaremos

“bloque tercero”

34

35

3.- CONSUMOS, EXPECTATIVAS DE USO E

IMAGEN DE LAS DISTINTAS DROGAS

En este apartado vamos a centrarnos en los consumos, expectativas de

uso e imagen particular de diferentes drogas: cánnabis (hachís, marihuana),

éxtasis (pastillas), speed (anfetaminas), cocaína, LSD (monguis, alucinógenos) y

ketamina (anestésicos). Y hablaremos tanto de los consumos como de la imagen

que tienen los jóvenes de ellas.

El estudio pormenorizado de cada sustancia nos permite delimitar con

más exactitud los tres bloques en los que se divide la población diana y que han

sido establecidos en el capítulo precedente. No se toco en los Grupos el tema del

alcohol (y el del tabaco), porque distorsionaba el debate (y alarga la duración de

reuniones ya de por si muy largas) y además tenemos otras fuentes de datos. En

todo caso veremos como el alcohol reaparece una y otra vez en el discurso.

3.1.- Cánnabis.

En todos los grupos la palabra clave para comprender el grado y tipo de

consumo del cannabis es “normalización”: los jóvenes bilbaínos de 18 a 27 años

(y más jóvenes) tienen una relación completamente normal con el cánnabis. Su

uso y consumo está perfectamente integrado en el día a día de nuestros

jóvenes, como si de una droga legal se tratase. Los porros son para los jóvenes

36

como el tabaco para los adultos: es una droga totalmente normalizada en

nuestro entorno social y cada cual fuma cánnabis, hachís y marihuana con plena

naturalidad:

• “en Bilbao puedes hacerlo en cualquier parte (fumarte un porro) que no

pasa nada: en otros lugares no” (G4 Hosteleros)

• “está tan normalizado que puedes fumarlo en la calle, incluso en casa...”

G1 Expertos)

• “el cánnabis es la (droga) más normalizada, creo que para bien” (G2

SOC)

• “normalizado su consumo, como alcohol y tabaco” (G5 Organizaciones

Juveniles)

• “consumo normal en plazas, parques, centros (educativos)...” (G6

Agentes Involucrados)

• el consumo del cannabis está “normalizado, uso a diario. Antes era cosa

del fin de semana; ahora es toda la semana. Está muy generalizado el

consumo: lo hacen todos los días de la semana. Los chavales lo

consumen a la puerta del centro (educativo) antes de entrar...” (G6

Agentes Involucrados)

• “totalmente normalizada, a tope, forma parte de la vida, está mejor visto

que el tabaco, es más sano y más natural, sobre todo la maría” (G3

Educadores Sociales)

• “droga muy normalizada, de diario: está tan a diario que se da (su

consumo) como el tabaco. No lo veo como extraordinario” (G5

Organizaciones Juveniles)

• “se ha normalizado su consumo, a las 8, en los centros se consume en la

puerta” (G2 SOC)

37

• “no está muy perseguido (el hachís)” (G2 SOC)

• “es lo que menos me preocupa en un momento dado” (G3 Educadores

Sociales)

• “está normalizado hoy en día: los chavales dicen ‘si es como el tabaco:

vosotros (los adultos) tabaco y nosotros porros’” (G1 Expertos)

• “vas al parque y lo ves; vas a un bar y lo ves;...” (G5 Organizaciones

Juveniles)

• “se ve de día, de mañana, de tarde, de noche...” (G3 Educadores

Sociales)

• “está muy presente porque se ve, se huele, etc.” (G6 Agentes

Involucrados)

• “antes estaba más asociado a consumos problemáticos. Ahora se

consume y muchísimo, de forma normalizada. ¿Qué va a pasar dentro de

10 años?” (G3 Educadores Sociales)

El hecho de que sea una droga tan integrada y asumida hace que, por un

lado, su consumo vaya en aumento entre los jóvenes y, por otro lado, se

comience su consumo cada vez con menos edad (algunos participantes de las

dinámicas lo sitúan en torno a los 12-13-14 años):

• “cada vez está más extendida, cada vez atrae más” (G5 Organizaciones

Juveniles)

• “cada vez hay más gente fumando (porros) a diario y fin de semana” (G5

Organizaciones Juveniles)

• “el consumo de porros es diario” (G3 Educadores Sociales)

• “se consume desde los 13 años” (G2 SOC)

38

• “desde los 13-14 años se puede consumir” (G3 Educadores Sociales)

• “asusta que cada vez se entra más joven, 13-14 años” (G2 SOC)

• “hay chavales entre 15 y 20 años que consumen juntos habitualmente

hachís y marihuana de autocultivo, a diario” (G3 Educadores Sociales)

• “se consume a diario en la edad escolar” (G1 Expertos)

• “en los centros (educativos) los chavales lo consumen antes de los 18

años” (G6 Agentes Involucrados)

Este consumo diario que a veces es poco controlado entre los jóvenes

menores de 18 años cambia cuando los jóvenes empiezan a trabajar y a medida

que van cumpliendo años: el consumo se reduce y se vuelve (como pasa con

otras drogas) más responsable, ejerciendo un autocontrol que no parecen tener

en edad escolar. En todo caso se habla de consumidores de más edad (mayores

de 25 años, por ejemplo) que hacen un consumo de porros diario aunque

también controlado. Entre estos consumidores (los históricos) abunda quienes se

inclinan por el autocultivo de marihuana, entre otros motivos para tener una

droga de más calidad, con más poder alucinógeno y no tener que acudir a

comprar la droga:

• “los consumidores mayores prefieren tener algo propio por no tener que ir

de compras” (G2 SOC)

• “se autocontrolan cuando trabajan” (G3 Educadores Sociales)

Esta droga tiene muy buena imagen entre los jóvenes, mejor que el

tabaco y que el alcohol incluso. Esa buena imagen está compuesta de las

siguientes características: es una droga suave, es fácil de conseguir, es barata,

no suele tener consecuencias a corto plazo serias o importantes (si exceptuamos

el “blancón”, que es pasajero), es tolerada socialmente, incluso tiene

propiedades benéficas para la medicina y ciertas dolencias, y participa por otro

39

lado de un halo de progresismo, de izquierdismo, de inconformismo, de

contracultural que a los jóvenes atrae. Incluso se le empieza a no considerar

como droga:

• “la gente cree que todo del cánnabis es bueno” (G2 SOC)

• “creen (sus consumidores) que no tiene nada malo” (G1 Expertos)

• “tiene mejor prensa, más atractivo que el tabaco, normalizado como el

tabaco” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “bueno, bonito y caro” (G5) “y no tan caro” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “fácil acceso a la droga” (G6 Agentes Involucrados)

• “el drogodependiente es a partir del porro” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “hasta el cánnabis...bien. A partir del cánnabis está el abismo” (G5

Organizaciones Juveniles)

• “es percibido con consecuencias menos malas que otras drogas” (G5

Organizaciones Juveniles)

• “está muy extendido y es muy barato” (G6 Agentes Involucrados)

Su consumo está tan normalizado que es una droga que no se asocia a

fiesta, a ocio, a diversión (como las demás)... sino que se asocia al día a día,

como puede ocurrir con el tabaco y el alcohol: su consumo se hace, de la forma

más normal, a lo largo de los días. Ha perdido parte de su componente mítico,

iniciático o simbólico (como le ocurrió hace tiempo al tabaco) para pasar a

formar parte de esa cotidianeidad anodina y anónima. Así su consumo se asocia

más a los días entre semana que al fin de semana, como los estimulantes:

• “antes era la litrona, ahora es el porro, entre semana más bien” (G2 SOC)

• “de lunes a viernes y además de fin de semana” (G3 Educadores Sociales)

40

• “una vez que lo consumes pasa a ser rutinario: me bebo un vaso de vino,

me fumo un porro... Pasa a un uso cotidiano que no hace mal” (G5

Organizaciones Juveniles)

• “se consume entre semana y fin de semana, y más que el alcohol” (G2

SOC)

• “ya no se une al ocio y a la fiesta como siempre” (G3 Educadores

Sociales)

A pesar de esa cotidianeidad se sigue asociando también el porro a un

momento o rato agradable, a un buen ambiente de colegueo, a “buen rollito”, a

momentos de tranquilidad. Su consumo se considera social por lo que supone de

compartir (“que rule el porro”), porque el grupo fuma lo que tiene un individuo y

si un individuo tiene una “china” la comparte con el grupo. Y un día la droga la

proporciona uno y otro día la proporciona otro. Es una droga que implica

compartir en la cuadrilla aunque algunos advierten que se está individualizando

poco el poco su consumo, quizá a la manera de cómo el “caldo” que se fumaba

en los años 50 y 60 era más compartido por el grupo y en la medida que se

normalizó el acceso y el consumo de tabaco, pasó a ser un consumo más

individualizado:

• “se asocia a gente enrollada, a gente adulta” (G5 Organizaciones

Juveniles)

• “asociado a unas risas, a un tío cachondo, que se ríe por todo, un tío

guay” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “te lo pasas mejor que con el tabaco” (G5 Organizaciones Juveniles)

Tampoco faltan ciertas voces críticas que alertan de la permisividad que

se tiene con el consumo del cánnabis sin percatarse que ciertas formas de

consumo, ya sean ingestas abusivas o consumos moderados pero prolongados

41

en el tiempo, pueden acabar originando problemas o encubriendo problemas

que se enquistan en el individuo:

• “los que fuman el fin de semana se pueden tolerar pero los consumos

diarios acaban generando problemas” (G1 Expertos)

• “también tiene el lado negativo: el (consumidor de porros) atontado..., el

porro atonta” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “a veces funcionan como evasión, como automedicación más que como

uso lúdico en el ocio de fin de semana” (G1 Expertos)

• “el consumo (de cánnabis) cada vez crea más problemas en el día a día

de las familias y en los centros escolares” (G2 SOC)

• “yo tengo la pelea para que en el taller no fumen porros con el bocadillo

(por su seguridad)” (G3 Educadores Sociales)

En fin, es una droga muy presente entre la juventud bilbaína, en todos los

ámbitos y en todas las zonas (“se consume en todo Bilbao” dirá uno del grupo

G1 de Expertos), aunque en algunas, como ya hemos visto, pueda destacar su

consumo, que puede tener varios objetivos o expectativas de uso: se consume a

diario de una forma rutinaria; se consume para encubrir problemas depresivos o

de otra índole; se consume para relacionarse, pasar un rato divertido con las

cuadrilla y “hacer unas risas con los colegas”; se consume para bajar el subidón

de los estimulantes antes de irse a casa un día o fin de semana de fiesta;...:

• “se fuma para vivir” (G3 Educadores Sociales)

• “lo usan en el tema relacional, para compartir...” (G1 Expertos)

• “para bajar el subidón cuando te vas para casa” (G4 Hosteleros)

El consumo del cannabis “pega” bien con unas drogas y sin embargo no

hace migas con otras. Parece que los porros van bien con el alcohol (kalimotxo)

42

y con el tabaco sobre todo, y en determinados ambientes (rock radical vasco)

convive también en buena armonía con el speed pero en general no suele

hacerse policonsumo con estimulantes (coca, pastillas, éxtasis,...) salvo en el

momento de irse a casa que puede ayudar a bajar los niveles de excitación y

nerviosismo provocados por su ingesta:

• “No se suele mezclar con coca, pastillas,... son otro estilo de vida” (G6

Agentes Involucrados)

Finalmente, un apunte que desde la perspectiva de género nos

proporciona una de las integrantes del grupo G2 del SOC: aunque entre los

chicos es más frecuente el consumo de cannabis, entre las chicas cada vez se

consume más en ámbitos privados (fiestas, casas de amigos, en el monte, etc.).

Y cuando se cumplen los 17 años, “a tope los chicos y las chicas y ya en la calle”.

2.2.- ÉXTASIS (PASTILLAS)

Son drogas que estuvieron de moda durante la década de los 90 en

ambientes discotequeros pero luego han perdido presencia en el ocio y en el

consumo de los jóvenes. Si nos estamos centrando en los jóvenes bilbaínos de

18 a 27 años, no les llegó a tocar ese período álgido de consumo. El éxtasis y las

pastillas en general son drogas consumidas fundamentalmente los fines de

semana y asociada a jóvenes alrededor de 15-16-17 años, menores que los que

son objeto de este estudio, aunque pueda haber también jóvenes de más de 18

años que las consuman.:

• “se consume sobre todo hasta los 19 años” (G2 SOC)

• con las pastillas “vives cosas que con otras drogas no (vives), por eso es

de jóvenes. Uno de 30 (años) no empieza por éxtasis” (G3 Educadores

Sociales)

43

• “las pastillas son para los de 15-16 años” (G1 Expertos)

• “las drogas de síntesis son para más jóvenes (que 18 años). En Zalla a los

de 15-16 años les encanta” (G3 Educadores Sociales)

• “en todo caso, (los mayores de 18 años) ya han pasado (por su

consumo)” (G3 Educadores Sociales)

Su uso y consumo, que parece haber bajado los últimos años, se asocia a

fiesta, a ocio, a discotecas de ambiente “maquinero”, ruta del bacalao o, como

denominan otros, “chunta-chunta”. Es una droga que no está tan normalizada

como otras (alcohol, cánnabis...) y no se ve tanto, no está tan presente como las

citadas:

• “se sigue usando aunque ha bajado, ha pasado un poco de moda” (G2

SOC)

• “tuvo su época donde era lo “más” y se consumió a tope” (G3 Educadores

Sociales)

• “se asocia a (...) chunta-chunta, a disco, a unos ambientes de

discoteca...” (G5 Organizaciones Juveniles)

• consumes éxtasis “si eres muy maquinero. Se consume pero en Bilbao

ese ambiente no está, es más de discotecas como Txitxarro” (G2 SOC)

• “se concentra en ciertas zonas, en ambientes discotequeros” (G5

Organizaciones Juveniles)

• “asociada a chunta-chunta, a ¿qué pasa neeeeeng?” (G3 Educadores

Sociales)

Aunque su consumo también se suele hacer en combinación con otras

drogas (narcodieta) como el alcohol o el tabaco, no es tan frecuente su mezcla

con hachís o derivados.

44

Su consumo se hace con el objetivo y las expectativas de tener un

“subidón” rápido en un ambiente de fiesta, de marcha, de relación con otras

personas, para mejorar y potenciar la capacidad de comunicación. Se consume

cuando se quiere “ir a tumba abierta” en la diversión y con idea de prolongarla

durante horas o incluso días, entre consumidores con bajo poder adquisitivo y/o

que se inician en el consumo de las drogas estimulantes (es un paso previo al

consumo de cocaína):

• “es para momentos más puntuales, de diversión a saco, te da subidón”

(G5 Organizaciones Juveniles)

• “para relacionarte con gente” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “se asocia a un paseo puro y duro, subidón, de viernes... hasta el lunes, a

gau pasa, a desfase total...” (G5 Organizaciones Juveniles)

• se asocia a “una droga que te mantiene todo el fin de semana” (G5

Organizaciones Juveniles)

En algunos de los grupos se citan algunas ventajas de estas drogas que

hacen que, a pesar de su leyenda negra, sigan siendo consumidas sobre todo

por los adolescentes: es una droga barata, fácil de conseguir y fácil de consumir

(se traga):

• “se ha vendido como una droga limpia: se traga y ya está, como si fuera

un medicamento de casa” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “es barata y de consumo fácil” (G2 SOC)

• “asociada a discos, (es) barata, no hace falta hacer planes, se compra sin

planificar, en la propia discoteca” (G3 Educadores Sociales)

Esa leyenda negra a la que hemos aludido se basa en las muertes que ha

provocado en jóvenes consumidores por un abuso descontrolado, difundidos por

los medios de comunicación y por los rumores que circulan de los problemas que

45

ha dado a otros consumidores. De ahí que pese más su lado negativo y tenga

una mala imagen entre los jóvenes. Además, se pone en duda su composición y

componentes, de los que no se tiene nunca ninguna información, lo que provoca

miedos, recelos y rechazos manifiestos:

• “no sabes su composición... ni sus efectos... ni sus consecuencias” (G5

Organizaciones Juveniles)

• “no sabes lo que te venden, lo que te metes, lo que te puede pasar” (G5

Organizaciones Juveniles)

• “se dijo que te podía matar, que era muy mala... y la gente se pasó a la

coca” (G3 Educadores Sociales)

• “puede dar problemas (el éxtasis)” (G3 Educadores Sociales)

• “tiene más mierda que la coca” (G3 Educadores Sociales)

• “da más miedo por los posibles efectos negativos” (G3 Educadores

Sociales)

• “hay leyendas urbanas: una que se quedó tirada...” (G3 Educadores

Sociales)

Finalmente, destacar el dato que una de las participantes en el grupo G2

del SOC vuelve a darnos y que afirma que las pastillas es la segunda droga ilegal

consumida entre las chicas (después del cannabis).

2.3.- SPEED (ANFETAMINAS)

Es una droga estimulante que se consume sobre todo los fines de

semana y se asocia a fiesta, ocio, discoteca, etc. Es una droga que se consume

46

“para aguantar 48, 72 horas... sin dormir. Te quita el cansancio, el hambre, el

sueño, te quita todo. Es para aguantar” (participante en G4 de Hosteleros).

Nos dirán los participantes de los grupos que se trata de una droga que,

al ser estimulante, se consume “para ponerte nervioso o más acelerado” (G5

Organizaciones Juveniles). Consideran que además “te altera mucho más (que la

cocaína), es para gente gaupasera” (G5 Organizaciones Juveniles).

Además se asocia a determinados estilos de vida entre la juventud vasca.

En general parece que se trata de una droga que, aunque puede ser consumida

por otros colectivos, se consume más en los ambientes de aficionados al rock

radical vasco:

• “históricamente (es una droga) asociada a Euskalherria” (G2 SOC)

• “(asociada) al rock radical vasco” (G3 Educadores Sociales)

• “en ambientes radicales gusta mucho todavía el speed, además de otras

drogas...ligada a las txoznas...con cannabis, son porreros también” (G3

Educadores Sociales)

• “asociado a punkys, gaztetxe, conciertos... (gente) menos convencional”

(G5 Organizaciones Juveniles)

Se alude también a sus orígenes que se remontan a los años 90 donde

comenzó su consumo y vivieron su mejor época: “fue también la bomba en su

época” (G3 Educadores). Y que hay consumidores que, sin pertenecer a la

“tribu” del rock radical vasco, la consumen desde entonces: “también hay gente

que es consumidor de siempre, de aquella época (G3 Educadores Sociales); “hay

grupos también que sólo quieren speed, gusta mucho aquí” (G2 SOC).

En los grupos de personas más jóvenes (G2 SOC, G3 Educadores

Sociales, G4 Hosteleros y G5 Organizaciones Juveniles) se habla del speed

siempre con referencia a la cocaína. En realidad tienen usos, formas de consumo

47

y expectativas de efectos bastante similares (con matices) pero la diferencia

entre ambas está clara: quien pude permitirse el lujo de comprar y consumir

cocaína no consumirá speed, que será consumido por personas de menor poder

adquisitivo. De hecho, el speed es más barato que la cocaína:

• “(el speed es) más barato, similar colocón pero con 40 € por gramo de

diferencia” (G4 Hosteleros)

• “(el speed) es más barato que la coca” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “si no tengo dinero para coca compro speed” (G2 SOC)

• “en mi barrio siempre ha sido la coca de los pobres” (G5 Organizaciones

Juveniles)

• “pudiendo consumir coca la gente no consume speed, salvo excepciones”

(G5 Organizaciones Juveniles)

Luego se añadirá que la cocaína, aunque es un estimulante, es una droga

que su colocón es más suave que el del speed, no sube tan rápido, sus efectos

son más suaves, da una sensación más reposada y parece que su consumo

busca no tanto un subidón rápido sino ir “a ritmo” manteniendo un nivel de

estimulación más suave a lo largo de la noche.

Además en dos de los grupos se utiliza el símil de los coches para

comparar ambas drogas: mientras que consumir cocaína es como conducir un

BMW, consumir speed significa ir en un SEAT 600. En otro grupo se alude a una

metáfora con embutidos para transmitir la misma idea: “el speed es droga mala,

la coca está mejor vista, tiene más calidad..., es como el jabugo y el speed una

mortadela” (G5 Organizaciones Juveniles).

Por el discurso de los distintos grupos da la sensación de que el speed es

la puerta de los estimulantes en polvo por su precio: los consumidores que se

inician en los estimulantes en polvo suelen comenzar por el speed por su bajo

48

precio lo que hace, además, que se relacione esta droga con consumidores de

edades inferiores a los consumidores de cocaína.

2.4.- COCAÍNA

Es fácil definir a la cocaína: es la reina de las drogas del panorama actual.

Es la droga que está de moda, es la que más se consume (si exceptuamos a las

normalizadas: tabaco, alcohol y cánnabis) y la que parece que ha experimentado

en los últimos años un crecimiento mayor de su consumo entre los jóvenes

bilbaínos:

• “es la reina. De hecho la llaman así, la droga reina” (G3 Educadores

Sociales)

• “es lo que ahora mismo prima” (G3 Educadores Sociales)

• “es la que en casi todos los ambientes, siempre que se puede, se

consume” (G2 SOC)

• “está más extendida que la ketamina..., la gente no se esconde para

meterse una raya, su uso es más natural (que la ketamina), es normal la

cola del water” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “ha aumentado su consumo, cada vez (gente) más joven. Cada vez es

más difícil controlar el consumo de la coca” (G3 Educadores Sociales)

• “el aumento del consumo ha hecho que se pase de nochevieja a un

consumo más habitual” (G2 SOC)

Es una droga a la que se accede a edades superiores si la comparamos

con el cánnabis, las pastillas, el speed, las setas alucinógenas, ...: en torno a los

17-18 años comienza su consumo aunque es más frecuente superados los 20:

49

• “se consume ya a los 17 años. Cada vez más jóvenes con consumos

preocupantes” (G2 SOC)

• “se empieza a consumir en navidades, cumpleaños, etc. y muchos a partir

de los 18 años (...) aunque también se inician antes” (G2 SOC)

• “al juntarse gente de distintas edades (en una cuadrilla grande de

Baracaldo), los mayores aconsejan a los menores la coca porque hace

menos daño, así que con 17 años directamente a la coca” (G3 Educadores

Sociales)

La cocaína es una droga que tiene buena imagen entre los jóvenes,

asociada en general a atributos positivos como el éxito, alto poder adquisitivo,

poder, etc. Ya hemos comentado antes que tiene puntos coincidentes con el

speed por sus características estimulantes pero el consumo de cocaína, a

diferencia del consumo de speed, proporciona la percepción de pertenencia a

una determinada clase social (alta), símbolo de estatus y de formar parte de una

élite que se puede permitir el lujo de drogarse con la reina de las drogas.

Naturalmente, es percibida como la más cara de las drogas lo que le confiere ese

marcado carácter de exclusividad, de formar parte de un grupo reducido de

personas, aún cuando su consumo esté cada vez más extendido. De ahí que sea

comparada con un BMW cuando el speed se asocia a un SEAT 600, o sea el

Jabugo frente a la mortadela que supone el speed:

• “si tienes dinero compras farlopa” (G4 Hosteleros)

• “la imagen del consumidor (de cocaína) no es como el de la heroína o

LSD. No está estigmatizado, no tiene la mala imagen de la heroína” (G3

Educadores Sociales)

• “se asocia a limpieza, no es el que está colgado” (G5 Organizaciones

Juveniles)

50

• “(es una) droga limpia que ayuda a beber (alcohol) y no coger morón”

(G3 Educadores Sociales)

• “es la que se lleva la fama” (G2 SOC)

• “es accesible (...), no tiene la imagen de mala, mala que tiene otras

drogas” (G3 Educadores Sociales)

• “(tiene) buena imagen, clasista, de poder adquisitivo, gente pudiente,

droga burguesa, aunque puede que cada vez menos, cada vez más

popular” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “es cara” (G2 SOC y G3 Educadores Sociales)

• “también se consume solo en casa, el consumidor de pasta” (G3

Educadores Sociales)

• “el consumidor (de cocaína) tiene más años (que el de cánnabis, éxtasis,

speed...) y más dinero, se asocia a zonas de moda y tiene imagen de más

estatus” (G2 SOC)

• “es un grado (su consumo), como el que tiene un BMW y el que tiene un

600: les da estatus” (G3 Educadores Sociales)

• “(uno que consume cocaína) es superior a un pastillero” (G3 Educadores

Sociales)

La cocaína se consume sobre todo los fines de semana y se asocia a

ambiente lúdico, festivo, discoteca, a hacer algo fuera de lo común, en

contraposición al consumo de cánnabis que tiene un marcado carácter cotidiano:

• “más de fin de semana, fiesta, ocio, disco...” (G6 Agentes Involucrados)

• “está muy normalizado el acceso, su uso ligado a lo lúdico y ocio pero

también a situaciones como ‘si me apetece, ¿por qué no?’” (G3

Educadores Sociales)

51

• “consumo más ligado a fin de semana, de chavales normalizados, no les

están marginando, no es un consumo marginal como pasó con la heroína”

(G3 Educadores Sociales)

Nuevamente el consumo de esta sustancia va ligado al consumo de otras

sustancias (narcodieta). Se citan entre ellas, el tabaco, el alcohol, pastillas,

ketamina, etc. Salvo con el cánnabis (aunque también se combine no es lo más

frecuente) parece que la cocaína casa bien con todas las demás. Mención aparte

es el LSD (y otros alucinógenos, de los que hablaremos en el siguiente punto)

que tiene características de consumo distintas a las citadas:

• “también se mezcla con alcohol (...)” (G3 Educadores Sociales)

• “no se suele mezclar con hachís” (G6 Agentes Involucrados)

En principio, el consumo de cocaína es netamente nocturno (aunque se

pueda consumir ocasionalmente en otros momentos del día) y se produce en

todas las zonas de Bilbao aunque, como ya hemos comentado, esté más ligado o

caracterice más algunas zonas o tipos de locales (zonas de moda, lugares más

céntricos y afters):

• “está por todas partes..., también en discos, bares, incluso las casas” (G1

Expertos)

• “la consume todo tipo de gente, no se asocia a un grupo” (G3 Educadores

Sociales)

Sus efectos inmediatos son estimulantes pero más suaves que los que

proporcionan otras drogas estimulantes como las pastillas y el speed, de forma

que se logra un punto más bajo de excitación que se mantiene a lo largo de la

noche con la ingesta de sucesivas rayas:

• “es mejor, más suave, mejor sensación que el speed” (G5 Organizaciones

Juveniles)

52

• “tiene un efecto inmediato que te hace disfrutar más del ocio: ‘puedo con

la noche, qué seguridad, qué bien’” (G3 Educadores Sociales)

Las expectativas y los objetivos de su consumo pueden ser variados: para

lograr un estado de excitación y estimulación suave, mantenido a lo largo de la

noche, que permita una mejor y mayor capacidad de relación y comunicación

con el grupo o con otras personas; para paliar los efectos del alcohol y prolongar

la fiesta durante la noche y/o por la mañana; para compensar los posibles

efectos de un bajón en el momento de retirarse a casa; para neutralizar los

efectos del alcohol en el momento de la conducción:

• “se puede estar todo el fin de semana, te mantienes, tiene menos

subidón que el éxtasis, te relaciona mucho, hablas, te ayuda a moverte, a

relacionarte...” (G5 Organizaciones Juveniles)

• se consume “para aguantar” (G4 Hosteleros)

• se consume “para bajar el morón del alcohol” (G4 Hosteleros)

• “hay gente que la consume para quitar el morón del alcohol” (G3

Educadores Sociales)

• “se usa también para salir de un bajón a la hora de coger el coche e irse

para casa” (G1 Expertos)

• “te ayuda a estar despierto como el éxtasis pero la coca tiene más éxito

porque te rebaja el alcohol y sigues de fiesta bastante más tiempo” (G5

Organizaciones Juveniles)

Su consumo es definido como muy social: se compra entre varios en la

cuadrilla, se comparte la comprada por uno de los integrantes, se incluye en

festejos más privados como fiestas de cumpleaños, navidades, etc. El rito de

hacer las rayas, de consumir en grupo, de compartir el rulo, etc., aporta un

cierto halo de misterio y de pertenencia al grupo que refuerza sus lazos:

53

• “se hace más escondido, en cuadrilla, grupito..., mucho rito tiene” (G2

SOC)

• “es una práctica muy social” (G2 SOC)

Es interesante resaltar la impresión que flota en el ambiente que indica

que, a pesar de la buena imagen que tiene la cocaína, en el futuro vamos a

conocer exactamente los problemas que genera su abuso. Hoy en día ya están

empezando a salir a la luz las consecuencias negativas de su consumo pero da la

sensación de que los jóvenes y los adultos que han formado parte de los grupos,

de forma más tácita o expresa, son conscientes de que el consumo de la

cocaína, a la larga, “no va a salir gratis”. Pero por el momento es la reina entre

las drogas de la noche bilbaína:

• “su elevado consumo va a dar trabajo en el futuro, va a dar muchos

problemas” (G2 SOC)

• “es droga socialmente mal vista (¿) porque es droga que da bastante

dependencia aunque en su día era droga que se asociaba a una persona

triunfadora por antonomasia, que el fin de semana desfasaba a saco pero

el resto de la semana es la persona más exitosa en su trabajo” (G5

Organizaciones Juveniles)

• “cada vez hay más casos problemáticos, de más de 2 gramos al día” (G3

Educadores Sociales)

• “está bien visto el consumo pero conduce a problemas con la ley porque

no hay pasta para pagarse todo el consumo, 2 gramos el fin de semana,

120 €, no los tienen porque hay mucho joven en paro: al final, problemas

con la justicia” (G3 Educadores Sociales)

Finalmente indicar un nuevo apunte desde la perspectiva de género que

hace la integrante del grupo G2 del SOC:

54

• “aquí las chicas también consumen, es la droga más igualitaria. (...) A las

chicas primero les invitan ...” (G2 SOC)

2.5.- LSD (MONGUIS, ALUCINOGENOS)

Mientras que en todos los grupos se habla de forma espontánea del

cánnabis, de los porros, del hachís, de la cocaína, de las pastillas... en pocos se

habla del LSD, setas, monguis y alucinógenos en general. Sólo en dos de los

grupos (G2 SOC y G5 Organizaciones Juveniles) tuvimos suficiente tiempo para

centrarnos en su discurso y obtener información relevante.

Básicamente podemos decir que se trata de una droga cuyo consumo está

menos extendido entre los jóvenes bilbaínos. En realidad parece que su uso es

bastante restringido y tiene una demanda baja:

• “muy anecdótico su consumo, aunque se hace” (G2 SOC)

• “se sigue consumiendo pero poco, no ha desaparecido (su consumo)” (G2

SOC)

• “no se consume todas las semanas, no se puede tomar todos los días, no

se encuentra tan fácil, se encarga, no se consume al momento” (G2 SOC)

• “está poco extendido, lo usa poca gente” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “no engancha al momento como otras (drogas) para repetir” (G5

Organizaciones Juveniles)

Y es que en el imaginario que manejan los jóvenes es una droga que

arrastra una leyenda negra, la de los malos viajes que “te pueden dejar colgado”

y eso genera respeto y miedo a las consecuencias no deseadas de su consumo.

En varios grupos se mencionan casos reales de conocidos que tuvieron secuelas

por el uso inadecuado de tripis. También se indica que debido al bajo consumo y

55

escasa popularidad, los jóvenes tampoco conocen bien los efectos de esta droga

ni la mejor forma de consumirla, de manera que alimenta ese halo mítico de mal

fario:

• “sigue la leyenda ‘ése se quedó del tripi’. Hay más respeto” (G2 SOC)

• “se asocia a mal-buen viaje” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “se desconoce... (hay) cierto miedo a sus consecuencias” (G5

Organizaciones Juveniles)

• “no sabes lo que te venden, lo que tiene...” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “es peligroso el tema de reducción de riesgos con esta droga” (G5

Organizaciones Juveniles)

Se asocia su consumo al hippysmo y a grupos de personas de talante

contracultural y alternativo, a un sector muy concreto de los jóvenes. El LSD y

los alucinógenos en general tienen una imagen asociada a los años 70, que fue

cuando irrumpieron y ligados al movimiento psicodélico.

La impresión que tienen los participantes en los grupos es que su

consumo tiene un carácter mucho más individual que otras drogas. Así como

ciertas drogas se consumen con el objeto de mejorar y aumentar la

comunicación y las relaciones interpersonales (alcohol, cocaína, etc.) y en un

entorno muy social, el consumo de LSD y ácidos tiene que ver más con una

experiencia más personal e individual: se consume para tener un viaje, para

alucinar, para tener una experiencia distinta pero esas sensaciones sólo las ve

quien consume la droga y no las comparte con los demás salvo cuando ya ha

terminado el viaje y pueden relatar la experiencia a sus amigos. En este sentido

tiene también un componente social (compartir el relato de una vivencia y de

unas sensaciones) pero pesa más el hecho de que la experiencia es personal e

intransferible:

56

• “se asocia a un uso individual, ocio solo, no en grupo. Es más interior...el

consumo se puede hacer en grupo pero es más interior” (G5

Organizaciones Juveniles)

• “no es para potenciar relaciones sociales. Es para mí, más individual, yo

me lo tomo, yo flipo con eso y el resto me da igual. Buscas otra forma de

ver la realidad. Son experiencias muy personales que sólo ves tú” (G5

Organizaciones Sociales)

De ahí que el objeto de su consumo esté más ligado a la evasión y a la

experimentación de nuevas sensaciones:

• “se usa como medio de evasión” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “(se consume) más para experimentación” (G2 SOC)

Se menciona también que su consumo en el imaginario colectivo ha

estado ligado a los artistas porque “puede potenciar la creatividad del individuo”

(G5 Organizaciones Juveniles)” aunque esa argumentación pierda peso cuando

otro componente del grupo esgrime “que no parece razonable pensar en escribir

un libro con un pedo de LSD”.

El consumo de LSD y alucinógenos no se asocia con la noche o el ocio

nocturno en discotecas, aunque haya jóvenes que lo consuman en ese contexto.

Se relaciona más con espacios abiertos y cuando piensan en estas drogas,

hablan del monte, de estar de camping,... Es decir, el escenario prototípico del

consumo es una cuadrilla que se va de camping o está en un refugio en el

monte, y “se meten unos tripis” para experimentar o simplemente alucinar. Y

aunque consideran que se trata de la droga más individual o interior, en todas

las ocasiones se dibuja un escenario de grupo de amigos. El hecho de que tenga

mala fama y genere miedo y respeto entre los jóvenes hace que, aunque pueda

consumirse por turnos y la experiencia sea muy personal, prefieran estar

acompañados por si aparece el tan temido “mal viaje”.

57

Mención aparte merecen las setas alucinógenas o monguis que tienen un

mercado mayor y que cuentan con mayor aprobación entre los jóvenes. En

general la idea que se tiene de esta variante de alucinógenos es mucho más

positiva que la del LSD: según parece las setas no suelen tener efectos

secundarios no deseados (mal viaje) por lo que son más aceptados y

consumidos. Además, el hecho de que sean setas y no un compuesto hace que

la percepción que se tiene de las setas sea más favorable:

• “la gente consume setas, da menos miedo que el LSD, están más

presentes, hay más tradición de consumo” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “son mejores (las setas), son más fáciles (de encontrar), son más

naturales, más baratas” (G2 SOC)

• “ante la disyuntiva, se prefiere una seta” (G2 SOC)

• “lo compras en Ámsterdam y te da más seguridad porque (en la bolsa)

pone hasta instrucciones de uso” (G5 Organizaciones Juveniles)

Por lo demás comparte características con el resto de alucinógenos en

general y con el LSD en particular: se asocia a espacios abiertos, al monte, al

camping; se consume para experimentar, para probar cosas nuevas; y tiene un

marcado carácter individual aunque se consuma en compañía porque su objetivo

no es potenciar las relaciones interpersonales sino tener una experiencia interior.

2.6.- KETAMINA (ANESTESICOS)

La ketamina es una droga relativamente reciente en el escenario del ocio

nocturno de los jóvenes bilbaínos: en el G3 una participante remonta su origen al

58

verano de 2003 que apareció para paliar la escasez de la cocaína pero una vez

que se restablecieron los cauces de distribución y suministro de ésta, la ketamina

desapareció.

Ahora se dice que está volviendo y que hay jóvenes que la consumen

aunque todavía no esté muy extendido su consumo y se limite a determinados

círculos. En consecuencia es una droga poco conocida, poco consumida y de la

que se desconocen muchos de sus aspectos, entre ellos los efectos que puede

tener:

• “está volviendo pero se oye poco, más el año pasado, hay poco” (G4

Hosteleros)

• “empezó muy suave pero cada vez se consume más” (G2 SOC)

• “es algo muy lejano, no está extendido como la coca” (G5 Organizaciones

Juveniles)

• “mucha gente no sabe lo que es, te puede sonar pero no sabes. No sabes

qué es, no conoces las sensaciones ni las consecuencias” (G5

Organizaciones Juveniles)

De esta forma, ocurre algo parecido que ocurre con el LSD: al no

consumirse, no se conoce bien y en consecuencia aparecen mitos y temores en

el entorno de su consumo:

• “hay gente que la consume y se está pegando sustos importantes” (G2

SOC)

• “es muy, muy peligrosa” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “es más tabú, tiene más mitos, se conoce menos” (G5 Organizaciones

Juveniles)

59

• “puede tener mala imagen entre los consumidores de otras drogas...

aunque eso se puede dar en todas las drogas” (G5 Organizaciones

Juveniles)

• “la prensa dice que son anestésicos para animales grandes... pero

también se usa para las personas (como anestésicos). La prensa te dice

que si te metes keta te vas a morir porque como es para animales así de

grandes...” (G5 Organizaciones Juveniles)

Además es una droga que, como pasa con el LSD, puede sentar bien a su

consumidor o puede sentarle mal. En varios de los grupos se menciona este

aspecto destacando que es una droga que puede disgustar y que de hecho,

disgusta a algunos consumidores disuadiéndoles de su posterior consumo:

• “es accesible pero gusta o no gusta; no es popular” (G3 Educadores

Sociales)

• “crea rechazo en algunos que la prueban” (G2 SOC)

• “la prueban pero luego les retrae, se abandona pronto, es algo puntual,

no se consume a lo largo del tiempo” (G3 Educadores Sociales)

• “es una droga que puede disgustar, incluso sin llegar a probarla” (G3

Educadores Sociales)

En relación al perfil de sus consumidores no hay acuerdo en los grupos.

Mientras que en los grupos G3 de Educadores Sociales y G2 del SOC se asocia a

jóvenes de 17,18, 19 años, en el G5 de Organizaciones Juveniles se inclinan más

por situar su consumo entre jóvenes mayores de 20 años. En todo caso parece

que es una droga que no es para empezar con ella (antes se prueban y

consumen otras drogas como el cánnabis, pastillas, speed y coca) ni que su

consumo se limite a esa droga: forma parte del policonsumo o lo que

irónicamente uno de integrantes del G2 del SOC denomina “narcodieta” o “cóctel

nocturno”.

60

El consumo de esta sustancia está ligado al ocio nocturno en discotecas,

en afters, etc. sobre todo el fin de semana:

• “se empieza a usar en ambientes de ocio nocturno, a discotecas, a sitios

que abren por la mañana ..., parecido al éxtasis, a las pastillas...after

hours, ambiente tecno...” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “es un consumo de fin de semana y hay que destacarlo, está presente”

(G2 SOC)

• “se asocia al ocio de afters, para acabar la fiesta de 2 días” (G2 SOC)

El objetivo de su consumo puede ser variado: para obtener una nueva

experiencia;

• “la ketamina es para flipar” (G4 Hosteleros)

• “su rollo es más interior, como el LSD, inyectándotela... para tener un

viaje interior, rollo psicodélico, alucinaciones,...” (G5 Organizaciones

Juveniles)

• lo consume “la persona que ha probado todas las demás (drogas), voy a

probar esto a ver qué me da, ... por experimentar” (G5 Organizaciones

Juveniles)

o como colofón de un fin de semana de juerga continua:

• “es para buscar un punto alucinógeno a última hora de la marcha” (G2

SOC)

• “también se toma la ketamina para bajar la excitación e irse a dormir.

Puede ser una droga de apoyo a otras drogas (éxtasis, cocaína, speed,

alcohol)” (G2 SOC)

Y sus efectos, intensos y poco duraderos (en torno a los 15 minutos)

están en consonancia con esas expectativas de uso:

61

• “es disociativa, disocia mogollón, la cabeza te corre muchísimo” (G3

Educadores Sociales)

• “los efectos son llamativos: sorpresa, alucine, susto... (los consumidores

están) impresionados... (relata en primera persona la sorpresa de un

consumidor) ‘¿sabes lo rápido que pienso? Es que no puedo parar la

cabeza, no la puedo parar...¿tú sabes cómo pienso de rápido?’. Les había

parecido la bomba” (G3 Educadores Sociales)

2.7.- OTRAS SUSTANCIAS

En el G1 de Expertos se mencionan dos drogas que en el resto de los

grupos apenas si se mencionan: se trata de los inhalantes y de la heroína.

• Los inhalantes se consumen hasta los 17-18 años y su uso es minoritario

todavía aunque haya empezado a consumirse. Es una droga para

personas más jóvenes que las que son objeto de este estudio. Se asocia a

grupos de inmigrantes (como consumidores o como introductores del

consumo) de origen norte africano, a población joven de origen magrebí.

Se consume sobre todo en zonas deterioradas y cercanas a la

marginación. En el mapa de Bilbao se sitúa su consumo sobre todo en

alguna zona del Casco Viejo (escaleras de Solokoetxe), San Francisco,

Bilbao la Vieja, San Antón, estación de Abando... y su momento más

habitual de consumo puede ser por la tarde aunque sin olvidarse de la

mañana. En todo caso, debido a la edad de los consumidores, no parece

estar presente en la noche bilbaína.

• El consumo de heroína fumada es residual entre los jóvenes de unos 17 a

23 años pero se dan casos.. Son pocos los consumidores pero están ahí y

es probable que acaben con problemas de marginalidad ya que se trata

de un consumo más solitario.

62

En el G4 de Hosteleros se menciona el poper:

• Es una droga que aparece y desaparece, va por temporadas. Se pone de

moda y se consume pero luego desaparece su consumo. No parece que

haya consumidores con un uso continuado de esta droga sino que

responde a momentos puntuales donde su consumo hace que el

consumidor esté “in” o que esté “out”.

El objetivo de su consumo es similar al de los estimulantes (speed,

cocaína...) aunque proporciona un subidón rápido “y ya está”. Se trata de

subidones de repente y que pasan en poco tiempo. En este sentido, no es

como otros estimulantes cuyo efecto, menos intenso, se prolonga en el

tiempo.

Finalmente, en el G2 del SOC se mencionan las meta anfetaminas:

• Metaanfetaminas: su consumo, aunque todavía tiene poca presencia, está

entrando entre los jóvenes en el ocio nocturno.

3.8.- Confirmando los resultados con otras fuentes

de datos.

Los resultados obtenido en los Grupos de Discusión, en torno a la

cuestión del tipo de consumo e imagen de las sustancias, son plenamente

congruentes con los resultados obtenidos por el “Sistema de información

continua sobre el consumo de drogas entre los jóvenes en el País Vasco

(SOC)” en su último Informe correspondiente al año 2003 (Pallarés, 2004).

Esto es lógico ya que uno de los Grupos estaba formado por antiguos

informantes del SOC (G2) y como puede observarse, a partir de la tasa de

presencia de verbatines, seleccionados por un analista neutral, son los que

más información han proporcionado sobre este tema. Pero también vemos que

63

en la descripción realizada aparecen con frecuencia las opiniones de otros dos

grupos, el Grupo de Organizaciones Juveniles (G5) y el Grupo de Educadores

Sociales (G3).

Podemos observar, en el análisis precedente, cómo estos tres Grupos,

que son los que condensan el discurso, siempre hablan en primera persona y

en su condición de jóvenes que se mueven dentro de un referente cultural que

implica participar en las actividades analizadas. Es decir, los participantes de

estos Grupos pierden siempre de vista (en particular los grupos G5 y el G3 que

están formados por “jóvenes”) el perfil institucional sobre el que fueron

convocados. En cambio los Hosteleros (G4), que se tienen de manera

sorprendente menos protagonismo en este tema, hablan siempre en tercera

persona, lo que equivale a decir que se sienten hosteleros, antes que

“jóvenes”. De forma paradójica los expertos (G1) y los agentes involucrados

(G6) apenas aparecen, salvo los primeros para hablar de ciertas situaciones,

como los inhalantes y la heroína, que conocen más bien desde la vertiente

asistencial.

Como consecuencia debemos, por tanto, considerar que este no es un

discurso técnico o institucional ajeno al fenómeno, sino más bien la expresión

cultural de una “participación más o menos simbólica” y al margen de su

condición institucional, de los Grupos formados por jóvenes, en las prácticas y

actividades que tratamos de analizar, porque por su propia condición etaria se

sienten inevitablemente concernidos por la misma. En el capítulo 6 de

propuestas de actuación veremos lo importante que resulta esta conclusión.

En todo caso y a efectos de completar esta descripción nos ha parecido

conveniente reflejar algunas conclusiones del SOC:

51. En general, a excepción del éxtasis en pastillas cuyo consumo está

estabilizado, la mayoría de sustancias está en expansión, tanto por la

cantidad de consumidores como por la intensidad de los consumos y

64

por el aumento de la accesibilidad. Este hecho coincide con el

incremento de los gastos, de las salidas de fiesta y de la duración de las

sesiones, factores con los que correlaciona el consumo de drogas.

52. El alcohol, el tabaco y el cánnabis son las sustancias más valoradas,

consumidas y utilizadas en más lugares y situaciones.

53. El alcohol es la sustancia más importante en los consumos de los

jóvenes, ocupa un lugar central y es la que más se utiliza. Se combina

con todas las drogas y se acepta el consumo sin reservas. Está presente

en todos los itinerarios; en todos los grupos de edad y estilos; en todos

los espacios de ocio; en todos los acontecimientos especiales y a todas

horas. La edad de inicio está bajando. Para muchos adolescentes y

jóvenes emborracharse puede llegar a ser un objetivo. Está

aumentando la compra y el consumo fuera de los locales; una práctica

que se está convirtiendo en algo atractivo para los más jóvenes.

54. Después del alcohol (y del tabaco) el consumo de cánnabis es el

más extendido. Crece el número de los que lo utilizan a diario y en los

fines de semana aumenta el número de consumidores, la cantidad

consumida y la intensidad del consumo. Se está convirtiendo, como ya

lo es el alcohol, en una sustancia polifuncional; está en todos los estilos,

contextos y situaciones. Los consumos diarios se apartan de la pauta de

droga de fiesta y empieza a haber algunos consumidores que solicitan

tratamiento, no sólo para evitar las sanciones administrativas.

55. El consumo de speed está aumentando en cualquier contexto de

fiesta. Es el estimulante más consumido entre los menores de 25 años;

y por los hombres. Muchos lo prefieren a la cocaína por sus efectos más

intensos y de mayor duración, por ser la sustancia que, con el alcohol,

se asocia más con la “juerga” y porque, al ser más barato, es más

65

asequible para los que disponen de menos dinero. A mayor edad y

capacidad adquisitiva, normalmente, se prefiere la cocaína como

estimulante. Está presente en todos los contextos, particularmente en

los de baile y en fiestas y celebraciones especiales. El consumo está

difundido (y, a veces, “normalizado”) en todos los grupos o estilos

juveniles. Predomina el consumo de fin de semana en contextos de

fiesta. Los consumos suelen ser discontinuos.

56. La cocaína, como el speed, sigue un proceso de difusión y

popularización. Hay diferentes interrelaciones entre ambas sustancias y

es frecuente alternarlas en una misma sesión de consumo. También

está presente en cualquier contexto. La mayoría la consume de forma

recreativa y discontinua. La edad de los consumidores de cocaína suele

ser mayor que la de los de speed, aunque está disminuyendo la edad

de inicio. Tiene una buena aceptación en todos los contextos y grupos

pero su precio es disuasorio para muchos, sobre todo para los más

jóvenes y las chicas.

57. El consumo de éxtasis en pastillas está más relacionado con los

contextos de baile y música electrónica (discotecas, “afters”, “raves” y

algunos disco bares). El consumo de éxtasis ya no está de “moda” y

parece estabilizado en estos ámbitos. El éxtasis en polvo, presentado

generalmente en cápsulas, es más apreciado y su consumo está

aumentando.

58. El consumo de alucinógenos sintéticos es muy minoritario y

experimental. Está en difusión el consumo de setas alucinógenas

(“monguis”) en diferentes contextos de fiesta, más allá de los núcleos

subculturales (“psiconautas”).

66

59. La ketamina está en fase de difusión aunque su consumo es

minoritario y la mayoría de los consumidores son ocasionales.

Predominan los consumidores de más de 25 años; sobre todo, son

hombres. Aparece en contextos de intensificación de la fiesta (“afters” y

“raves”) aunque se está difundiendo también, en menor medida, en

otros contextos de baile. Suele consumirse al final de los itinerarios de

fiesta.

60. El consumo de “cristal” (una metanfetamina), aunque es muy

minoritario, está en difusión. El “cristal” se ha introducido como si se

tratase de una droga nueva en contextos de fiesta intensificada

(“afters”, “raves”) y círculos muy “modernos”. Esta sustancia tiene una

imagen muy positiva y haberla probado otorga cierto estatus en esos

contextos y círculos. Aumenta la oferta.

61. Las sustancias que venden las “smarts y grow shops”, que también

se pueden conseguir a través de Internet, no despiertan mucho interés

en la gran mayoría de los jóvenes; y mucho menos en el contexto de la

fiesta. Como excepción, sí interesan en general los productos

relacionados con el cánnabis; y todas las sustancias interesan a una

minoría de jóvenes que quiere abandonar o reducir el consumo de

drogas ilegales y la relación con ese mercado.

62. Hay referencias muy minoritarias a otras sustancias; de acceso muy

limitado. Algunos las han consumido fuera del País Vasco aprovechando

las salidas de vacaciones.

63. El consumo de heroína se mantiene casi exclusivamente en los

círculos de consumidores problemáticos de esta sustancia. No hay

referencias entre los consumidores de otras drogas “normalizadas” de

fiesta.

67

Los resultados del SOC (y de nuestros Grupos) se confirman en el último

de los Informes de la serie “Euskadi y drogas”: la generalización del uso del

alcohol entre los jóvenes bilbaínos que forma parte del consumo generalizado

por parte de la sociedad y que sólo parece disminuir con la edad por causas de

salud, un alto índice de fumadores jóvenes que refleja la expansión del tabaco,

la expansión de cánnabis, anfetaminas y cocaína, cuyo consumo se concentra en

el grupo de edad 20-24 años, y en los varones, y finalmente la pervivencia de

otros consumos, algunos residuales de otras épocas, desde la heroína al LSD, y

otros fruto de modas pasajeras, más nuevos, pero limitados a grupos sociales, a

espacios y a tiempos muy concretos. Los chicos y chicos de la “narcodieta” son,

en todo caso, pocos (Póo, 2003) y han sido cuantificados operativamente en el

capítulo precedente.

A estos datos sólo hay que añadir la existencia de un estudio específico (y

muy detallado) sobre la Ketamina, que reitera los datos ofrecidos y que refleja el

buen nivel de información existente en la CAPV sobre esta sustancia (Barriuso,

2004)

3. 9.- La lógica de la intervención: entre las drogas,

el grupo diana y los posibles riesgos.

Una vez identificada la población diana en el capítulo precedente, con los

datos de este capítulo parecería adecuado avanzar en esta identificación a partir

de los consumos efectivamente realizados. En el apartado 2.3 hemos afirmado

que la intervención se debería realizar sobre una determinada población cuyo

tamaño hemos determinado, pero ¿cómo identificamos a esta población en el

momento de la intervención? Pues por los consumos.

Pero la cuestión es que el consumo por sí mismo no es una frontera

precisa, porque la mayoría de consumidores realiza esta conducta de una forma

68

esporádica, conformando un continuo de frecuencias, entre las que no sólo

resulta difícil establecer esta frontera sino incluso calificar adecuadamente cada

uno de los casos. “Pillar” un consumo no significa por tanto que el sujeto

pertenezca a uno de los tres bloques de población diana establecidos.

Asimismo, en cuanto a los factores de riesgo para iniciar el consumo, el

Estudio más completo realizado en la CAPV sobre este tema, pone en evidencia

que se trata de elementos sustentados en una trayectoria con referentes tan

generales como el género (varón), la atribución de una gran importancia para la

vida al ocio y a los amigos, el mal rendimiento académico, la disponibilidad

económica, la buena imagen de las drogas y el ser consumidor de las mismas

(Laespada y otros, 2004).

Podríamos utilizar estos elementos y, aparte de consumir, nos vale lo de

ser varón, lo de estar en locales de ocio los viernes y sábados por la noche,

podemos incluso valorar la disponibilidad económica por los precios de los

locales, pero ¿cómo podemos aproximarnos a la identificación de aquellos que

tienen un mal rendimiento académico? ¿y qué sabemos de la imagen de las

drogas que maneja cada consumidor?

Es cierto que la percepción del riesgo parece ser general y afectar de

manera distinta para cada droga, así aparece percepción de riesgo negativa en

relación a las pastillas, alucinógenos y la heroína, y en parte incluso la hay con el

alcohol, pero parece ser que no la hay con el cánnabis y la cocaína. Luego las

tareas del programa se referirían a proporcionar una adecuada información sobre

los riesgos que se asocian a dichas drogas. El problema, como ya hemos dicho,

es que los riesgos son básicamente de dos tipos, de una parte los riesgos para la

salud pública que se manifiestan a largo plazo y de otro los riesgos relacionados

con la adicción que aparecen más pronto, pero en consumidores que se apartan

de la población diana, porque consumen todos los días e incluso establecen

redes de relaciones personales (y otros vínculos) al margen del “ocio nocturno”,

aunque pueden participar también en el mismo.

69

Tampoco podemos olvidar que la intervención puede (y de hecho va a

hacerlo) utilizar estrategias de mediación, con actores pares aceptables, pero no

necesariamente sujetos a las mismas condiciones de riesgo. Por ejemplo

podemos imaginar que las chicas, que participan en las mismas actividades y sin

embargo consumen menos y de forma más racional, pueden ser unas buenas

mediadoras.

Finalmente ¿Cuáles son los riesgos inmediatos sobre los que podríamos

trabajar? Pues los asociados a las características de los locales, como

temperatura ambiente, acceso a agua, ventilación, exceso de ruido y

aglomeraciones, que aparecen muy asociadas al consumo de éxtasis y otras

pastillas, que como sabemos están en regresión. Otros riesgos se refieren a la

existencia de adulterantes peligrosos, y en el caso de nuevo de las pastillas, se

resuelve con los programas de testing.

Además la literatura sobre estos temas suele mencionar otros dos tipos de

riesgos: los asociados a los desplazamientos y a la conducción de vehículos bajo

los efectos de alguna droga (que en el caso de Bilbao parece importante porque

como hemos visto una parte de la población diana procede de otros municipios y

muchos bilbaínos se desplazan) y los asociados a la posibilidad de que la pérdida

de control propicie el mantenimiento de relaciones sexuales sin las adecuadas

precauciones (Barriuso. 2003 y Barriuso, 2004).

¿Significa esto abandonar el trabajo sobre los riesgos a largo plazo que se

miden en términos de salud pública? Pues no, porque sería escamotear una

parte de la realidad a estos consumidores, y una estrategia de Prevención

Secundaria o de Gestión de Riesgos, completa, no puede limitarse sólo a lo

inmediato, de la misma manera que las políticas sobre drogas no pueden

limitarse sólo a reprimir el consumo con el argumento de los hipotéticos daños

futuros sobre la salud pública.

70

Se trata del mismo error que confunde una parte con el todo, aunque

utilizando una inversión estructural: sólo importa lo inmediato en un caso, sólo

importa la hipótesis de futuro, en el otro.

71

4.- PROPUESTAS PARA REALIZAR ACCIONES.

4.1. Las demandas de los grupos.

En todos los grupos dedicamos una parte de las dinámicas a trabajar en

acciones centradas en la reducción de riesgos del consumo de drogas. En

todos ellos propusimos que nos indicaran qué acciones creían ellos que

debería emprender el Ayuntamiento, excepto en el G4 de Hosteleros donde les

pedimos que valoraran una serie de acciones concretas.

En general, el trabajo de los grupos fue muy prolífico y en todos ellos

surgieron una amplia variedad de acciones, en muchas ocasiones coincidentes

con las propuestas de otros grupos.

Primero vamos a plasmar todas las acciones que se propusieron en

cada grupo, para posteriormente destacar y centrarnos en las más

importantes, aquéllas que han sido valoradas, trabajadas y destacadas en

todos los grupos.

El G1 de Expertos propuso hasta un total de 19 acciones que ordenó

según su importancia y prioridad del siguiente modo:

72

TABLA 1: ACCIONES PROPUESTAS EN EL G1

Crear una Oficina permanente donde ofrecer servicios como el Testing,

información general, información sobre nutrición, proporcionar un área

de descanso, disponer de un teléfono de asistencia, etc.

Lograr la implicación del personal de hostelería, proporcionarles

información

3ª Realizar campañas de información y sensibilización

Crear un programa dirigido a las farmacias: para dar y recoger

información

5ª Elaborar un programa de pares dirigido a las lonjas

Mayor presencia y estabilidad del programa Testing dirigido a las lonjas,

a las discotecas, a la calle en general

Organizar grupos de discusión con consumidores de drogas para

obtener y actualizar información

Repensar el recurso de Bilbao Gaua, como recurso de ocio que hay que

aprovechar

9ª Llevar la información sobre drogas a las lonjas, discotecas, salas, etc.,

10ª

Mejorar los transportes públicos nocturnos dirigidos al ocio (más

destinos a los pueblos, más baratos, etc.)

11ª

Llevar la información a las zonas de discotecas con stands que incluyan

folletos y flyers

12ª Organizar programas de pares dirigidos a la población inmigrante

13ª

Instalar puntos de información en la calle, que proporcione información

sobre las sustancias, sus efectos, respuesta ante situaciones de

emergencia, sobre sexo, nutrición, asesoramiento jurídico, etc.

14ª Organizar debates (libres) sobre el consumo de drogas en las lonjas

15ª Promocionar la educación en el consumo de drogas entre semana para

73

detectar posibles consumos y conductas de riesgo

16ª

Proporcionar controles preventivos de alcoholemia, potenciando el

autocontrol

17ª

Organizar acciones en eventos como fiestas de Bilbao: Testing, dar

información, etc.

18ª Trabajar desde la perspectiva de género

19ª

Crear espacios públicos de encuentro para jóvenes, no privados, donde

puedan reunirse

El G2 del SOC propuso hasta un total de 9 acciones que ordenó según

su importancia y prioridad del siguiente modo:

TABLA 2: ACCIONES PROPUESTAS EN EL G2

Incorporar y formar a jóvenes (consumidores de drogas,

exconsumidores y no consumidores) como mediadores y agentes

sociales

Ofertar un servicio estable de análisis e información sobre las drogas:

un centro u oficina

Utilizar los gaztegune para proporcionar información sobre drogas a los

jóvenes

4ª Elaborar propaganda e información sobre drogas (flyers)

Proporcionar información y formación a los responsables y trabajadores

de los locales de hostelería

Propiciar zonas de descanso y de recuperación en los locales de

hostelería

74

Crear en los locales de hostelería zonas específicas para el consumo de

rayas, dotadas de las adecuadas medidas de higiene

Concienciar entre los locales de hostelería de la necesidad de mantener

las condiciones de los servicios, de ventilación, de agua fría, etc. en

perfecto estado

Informar a los jóvenes sobre las consecuencias a corto plazo de las

drogas (efectos, problemas del abuso, actuación ante emergencias,...)

y el uso adecuado del servicio de ambulancias

El G3 de Educadores Sociales propuso hasta un total de 10 acciones que

ordenó según su importancia y prioridad del siguiente modo:

TABLA 3: ACCIONES PROPUESTAS EN EL G3

Proporcionar información real y veraz sobre las drogas a los

consumidores y potenciales consumidores, así como de información de

los recursos de ocio

2ª Recoger información directamente de los consumidores de drogas

Crear un espacio destinado a los jóvenes que ofrezca un servicio

integral

Crear y usar un equipo de mediadores para trabajar con los jóvenes en

su entorno natural

Potenciar la educación en valores en la formación reglada, desde un

punto de vista más preventivo

Trabajar también aspectos preventivos sobre el consumo de drogas,

potenciando el concepto de responsabilidad

75

Potenciar un programa de testado que analice las sustancias y

proporcione información sobre sus riesgos

Crear programas de salud que proporcionen información y posibiliten

tratamientos

Dar formación a mediadores, educadores, profesionales sobre

consumos de drogas, formas de intervención, de abordaje de los temas,

de aspectos legales,...

10ª

Tomar medidas para que los locales de hostelería extremen los

cuidados relacionados con la salubridad, higiene y seguridad de los

mismos

El G4 de Hosteleros, aunque no trabajó explícitamente este punto,

propuso de forma espontánea 3 acciones que ordenó según su importancia y

prioridad del siguiente modo:

TABLA 4: ACCIONES PROPUESTAS EN EL G4

Elaborar una campaña de información veraz sobre las drogas entre los

jóvenes

2ª Seguir con el programa del Testing

3ª Posicionarse a favor de la legalización de las drogas

El G5 de Organizaciones Juveniles propuso hasta un total de 4 acciones

que ordenó según su importancia y prioridad del siguiente modo:

76

TABLA 5: ACCIONES PROPUESTAS EN EL G5

Elaborar una campaña informativa que dé información completa de las

drogas, efectos, consecuencias a corto y largo plazo, composición,

peligros, etc. Debe incluir información positiva y negativa de las drogas

Proporcionar formación e información a los educadores, padres y

madres, monitores, etc. para el abordaje del tema de las drogas

3ª Continuar con el recurso del Testing

Confeccionar un programa específico relacionado con la práctica del

botellón para minimizar su efectos colaterales: ruidos, suciedad,

molestias, vandalismo..

El G6 de Agentes Involucrados propuso hasta un total de 14 acciones

que ordenó según su importancia y prioridad del siguiente modo:

TABLA 6: ACCIONES PROPUESTAS EN EL G6

Organizar un programa de intercambio y comunicación de experiencias

de jóvenes con las drogas, positivas y negativas, proponiendo salidas y

soluciones

2ª Continuar con el programa de Testing

Hacer una campaña de información sobre el consumo responsable de

drogas, incidiendo en las consecuencias del abuso

Proporcionar a los jóvenes formación en pautas de actuación ante

situaciones de emergencia provocadas por el consumo y abuso de

drogas

5ª Potenciar la información sobre la oferta de otros tipos de ocio

77

alternativos al consumo de drogas, incrementando la misma: música,

deportes,... ampliando la oferta de horarios y reduciendo los precios

Seleccionar adecuadamente los emisores de los mensajes en las

campañas publicitarias e informativas: de igual a igual. Contar con la

presencia, colaboración y participación de los propios jóvenes

Acudir a los espacios de relación de los jóvenes: universidad, centros

formativos, gimnasios, polideportivos, etc.

Convocar un concurso de ideas para trabajar los mensajes interpares a

utilizar en las campañas, folletos, etc.

9ª Centrar los mensajes de reducción de riesgos en hechos concretos

10ª

En campañas de información y sensibilización generales, luchar contra

los mensajes contradictorios de la sociedad evidenciando el consumo

social de drogas

11ª

Arbitrar medidas diagnósticas que permitan una detección precoz del

uso y abuso de drogas

12ª

Crear un servicio telefónico de emergencias y asistencia ante los abusos

de drogas con un marcado carácter de igual a igual

13ª

Acudir e incidir en espacios y ambientes con tradición de consumo de

drogas

14ª

Potenciar en los jóvenes el fortalecimiento de la personalidad,

capacidad de decisión, autoestima, etc.

En función de las acciones propuestas en todos los grupos y de las

prioridades que en cada uno de ellos se han establecido hemos confeccionado

un ranking con las 5 acciones que están más presentes en los discursos de los

participantes en los grupos:

78

TABLA 7: ACCIONES DE REDUCCIÓN DE RIESGOS

PRIORITARIAS

Diseñar y llevar a cabo una campaña veraz de completa información y

formación sobre las drogas dirigida a los jóvenes bilbaínos: sustancias,

composiciones, efectos, consecuencias, nutrición, consecuencias

legales, respuesta en emergencias, etc.

Crear una oficina o centro estable de drogas que dé cobertura a las

necesidades de la juventud bilbaína: información, testing, área de

descanso, recogida de información de los consumidores, etc.

3ª Consolidar y potenciar el programa Testing

Diseñar un plan de captación y formación de mediadores sociales:

incluir la formación sobre drogas de educadores, monitores de tiempo

libre, padres y madres, profesores, etc.

Incluir e implicar a los propios jóvenes en las acciones que se lleven a

cabo: utilizarlos como mensajeros a su grupo de pares, como

mediadores, etc.

Estas acciones deben tener una estabilidad en el tiempo para que

puedan recoger sus frutos, es decir, en algunos grupos se cuestiona el realizar

acciones puntuales que no tienen continuidad en el tiempo. Hay quienes

preguntan si el programa A.D.I. o el URBAL se van a extender en el tiempo o

se trata sólo de unas acciones concretas que se van a desarrollar este año y

luego se interrumpen. Valoran y les interesa que las acciones estén integradas

en un programa más amplio, ambicioso, planificado y estable en el tiempo:

• “sería mejor que fuera algo planificado y estable y no una acción

aislada” (G3 Educadores Sociales)

79

• “tiene que ser un trabajo continuo, no sólo campañas” (G5

Organizaciones Juveniles)

4.2.- Análisis individualizado de las propuestas.

4.2.1.- Campaña informativa y formativa

En todos los grupos se demanda esta acción, en todos los grupos surge

de forma espontánea y en todos ellos es valorada muy positivamente.

Ahora bien, los grupos destacan la necesidad de que esta campaña esté

diseñada de tal modo que llegue a los jóvenes y para ello es condición “sine

qua non” que el enfoque y tratamiento de la campaña sea distinto a como se

ha hecho hasta ahora:

• debe orientarse desde una perspectiva que elimine la contradicciones

de las que adolecen las campañas actuales, evitando la hipocresía

latente de las mismas, es decir, “la sociedad se droga y los jóvenes

también” luego hagámoslo de la forma más segura posible y con el

mínimo riesgo posible:

o “es imposible erradicar el consumo de drogas, medicamentos,

alcohol... Si no me puedo dormir me meto una pastilla para

dormir, es una práctica habitual. Me siento apático, hala,

pastillazo” (G1 Expertos)

o “la droga ha existido, existe y existirá y tenemos que aprender a

vivir con ella” (G3 Educadores Sociales)

80

o “debemos ser conscientes que las drogas no podemos

erradicarlas. Han existido siempre y van a existir siempre:

convivamos con ellas” (G1 Expertos)

o “poder usar, consumir las drogas... no sé dónde puede estar el

problema. Mientras no genere problemas... El problema es el

abuso, no el uso. Hay drogas que el placer que te ofrecen no te

lo ofrece el estar sereno” (G5 Organizaciones Juveniles)

o “la sociedad debe ser consciente de que es responsable del

consumo de drogas” (G5 Organizaciones Juveniles)

• no debe estar planteada en términos de “lo que se puede o no hacer”,

no pueden ser prohibitivas:

o “ni mensajes prohibitivos ni mensajes light” (G2 SOC)

o “las drogas son malas y no se pueden tocar: ni nos dan libertad

para elegir ni es saludable” (G5 Organizaciones Juveniles)

o “pero las drogas no son buenas, no creo en un consumo

responsable pero tampoco creo en las políticas prohibitivas, no

valen, no son la respuesta” (G5 Organizaciones Juveniles)

• no debe de tener connotaciones morales ni seguir incidiendo en que “la

droga es mala” y ya está:

o “no vale, está vacío ya el discurso de no a las drogas” (G1

Expertos)

o “información de forma divertida, nada de que la droga es mala”

(G4 Hosteleros)

o “el mensaje ‘no te metas nada’ está vacío, no vale para nada, no

es efectivo. El mensaje tiene que ser otro” (G1 Expertos)

81

o “el que consume drogas es porque quiere porque información no

falta. ¿Pero qué información hay? No te drogues que es malo”

(G3 Educadores Sociales)

o “la hipocresía es partidaria de un solo mensaje: no a la droga”

(G1 Expertos)

o “hay que quitar moralina, que se vean los efectos reales” (G4

Hosteleros)

o “no entrar en el debate de las drogas son buenas o malas. Están

y cada uno elige libremente su uso y su consumo. No a juicios

morales” (G5 Organizaciones Juveniles)

• debe contar con la participación e implicación de los propios jóvenes en

la creación de los mensajes y en la difusión de los mismos (ver acciones

4 y 5);

• debe ofrecer una información completa y veraz, real, de las drogas,

resaltando lo positivo y resaltando también lo negativo (no valen

tampoco mensajes “light”), es decir, debe contemplar las dos caras de

la moneda, no una sola como hasta ahora:

o “hay que dar información breve y veraz, sencillos materiales y

fáciles de llevar” (G1 Expertos)

o “que incluya de todo, hasta las bondades” (G1 Expertos)

o “hablarles de todo de la droga” (G4 Hosteleros)

o “no ocultar información: el porro te puede dar Alzheimer pero

también puedes echar unas risas. Hay que decir lo positivo y lo

negativo del consumo” (G5 Organizaciones Juveniles)

o “tiene que incluir cosas positivas y negativas” (G1 Expertos)

82

o “¿cómo vas a engañar a un chaval y le vas a decir que bebiendo

se lo va a pasar mal?. Si es mentira, si te bebes dos zuritos, te

pones a gusto, te lo pasas bien. ¿Por qué hay que engañarles?.

Hay que enseñarles: eso está ahí, de ti depende, esto es lo que

hay” (G3 Educadores Sociales)

• debe estar orientada desde una perspectiva muy concreta, que trabaje

sobre hechos reales y que se valga de mensajes cortos, claros y

directos:

o “basada en hechos concretos” (G1 Expertos)

o “hacer como la campaña del sida (‘SI DA, NO DA’), hacer algo

parecido, algo visual...era simple, clara, directa, ‘esto es lo que

hay’” (G4 Hosteleros)

o “centrar la campaña en dar información cercana, real, no

general” (G5 Organizaciones Juveniles)

Los objetivos de esta acción son muy sencillos:

• lograr una información y formación completa de los jóvenes bilbaínos

en materia de drogas: sustancias, efectos, composición, forma

adecuada de consumo, consecuencias a corto plazo, a largo plazo,

respuesta ante emergencias producto del abuso, etc.

o “composición, efectos, peligros, etc., hábitos peligrosos de los

policonsumos para contrarrestar efectos” (G1 Expertos)

o dar “consejos como beber mucho agua con pastillas..., máximo

consumo 2 pastillas... Este trabajo ya se hace en otros sitios

(Cataluña)” (G4 Hosteleros)

o “información más veraz, consejos para controlar el uso y el

consumo...(Por ejemplo) ‘¡esta semana qué malas han venido las

83

pastillas!. No, es que tu cuerpo cada vez necesita más y se

explica la tolerancia” G4 Hosteleros)

• lograr un consumo más responsable por parte de los jóvenes de las

distintas drogas:

o “no se da información para reducir riesgos, evitar mezclas, etc.”

(G5 Organizaciones Juveniles)

o “la clave educativa tiene que ser el buen uso de las drogas. El

alcohol forma parte de nuestra cultura y no tiene sentido decir

que no consumas. Lo que tiene que ser es educar en hacer un

uso responsable de las drogas a nuestro alcance. No neguemos

que se consuman” (G5 Organizaciones Juveniles)

El público al que va dirigido esta acción es toda la juventud bilbaína de

18 a 27 años (incluso a otras edades, sobre todo por abajo), consumidora o no

de cualquier tipo de droga, especialmente las trabajadas en este informe.

El lugar de desarrollo de esta acción debe ser aquél en el que se

encuentran los jóvenes pero no en el momento de ocio y consumo de drogas,

es decir, descartan desarrollar acciones informativas en los locales y lugares

de consumo porque entienden que no es el mejor sitio ni el mejor momento

para captar su atención. En general, en los grupos se plantea que es mejor

acudir a los lugares donde los jóvenes se reúnen pero siempre y cuando sean

entornos en los que coinciden simultáneamente el consumo de drogas y la

información (formación) sobre la misma. Por eso se prefieren lugares como

sus centros educativos (universidad, centros formativos, institutos), gimnasios,

polideportivos, gaztegunes, gaztetxes, lonjas, etc.:

• “(...) en lugares de encuentro, salas recreativas, lonjas, discos” (G1

Expertos)

• “¿en discos...? Luego todos (los folletos) en la calle...” (G1 Expertos)

84

• “la información de discotecas llevarla a la universidad, incluso mejor

buzoneando pero en la noche no” (G4 Hosteleros)

• “los flyers no funcionan: la gente se abanica con ellos, los tira, etc.” (G4

Hosteleros)

• “los panfletos siempre hablan de los efectos negativos. ¿Y los

positivos?. Y te los dan en el pub y sirve para descojonarte y reírte del

personaje” (G4 Hosteleros)

• “que esté presente en todos los entornos pero es mejor poner carteles,

por ejemplo, en la universidad que en el Casco Viejo, aunque sea su

lugar natural. A las 10 de la mañana están más lúcidos, a las 10 de las

noches están más lucidos y más lúdicos” (G1 Expertos)

• “el medio para llegar a los jóvenes es ir a las lonjas, muy buen sitio, a

través del grupo de pares” (G1 Expertos)

• “(...) gaztetxes, grupos de tiempo libre, otros grupos...” (G5

Organizaciones Juveniles)

• “también los centros educativos, la universidad” (G1 Expertos)

• “en espacios relacionales: universidad, gimnasios, discos,...” (G1

Expertos)

• “no te van a hacer caso (en una zona de botellón), están a la

fiesta...mejor en la universidad, lonjas, institutos...” (G4 Hosteleros)

• “el lugar para recoger información, dar información...en una disco nadie

se va a parar a leer una propaganda o información. Carteles se pueden

poner (en los locales) pero el material de mano no se lee” (G4

Hosteleros)

85

• “la noche y los locales no parece el mejor sitio para recibir información.

No se presta. No son buenos sitios los locales. Mejor (ir) a sitios más

abiertos, no tanto de noche, sitios donde vayan relajados...” (G4

Hosteleros)

La forma de acceso es el punto más difícil de determinar para todos los

grupos pero tienen claro que para llegar a los jóvenes hay que contar con los

mismos jóvenes (imbricando la 5ª de las acciones) en todo el proceso: los

propios jóvenes deben participar en la elaboración de la campaña, se debe

contar con ellos para plantear los mensajes, el lenguaje, el contenido, etc., y

es a través de ellos como llegaremos a nuestro público objetivo:

• “uso de jóvenes como emisores de mensajes” (G2 SOC)

• “los mensajes de padres, madres, educadores, profesores tienen una

incidencia mínima, rechazan la autoridad de estos agentes” (G1

Expertos)

• “escuchan a su compañero de trabajo, a un chavalito que salió del

centro el pasado año” (G1 Expertos)

Del discurso de algunos participantes se desprende que esta campaña

puede tener una cobertura general y ser una campaña que utilice los medios

de comunicación masivos como mediadores (televisión, radio, carteles, MSM,

internet, móvil, vallas, etc.) mientras que otros están pensando en trabajar

directamente con grupos de jóvenes, de llegar físicamente hasta ellos y para

ello proponen formar grupos de pares como mediadores y acceder así a la

juventud bilbaína. También plantean servirse de los educadores y mediadores

sociales y de calle que existen en la actualidad y que ya tienen contacto con

los jóvenes:

• “¿cómo se llega a ellos?”: “es muy difícil llegar a ellos”. A través de los

mediadores” (G3 Educadores Sociales)

86

4.2.2.- Oficina sobre drogas.

En cuatro de los grupos celebrados se ha mencionado la necesidad de

contar en Bilbao con una Oficina sobre Drogas entendida no como una

alternativa de ocio sino como un centro al servicio de los jóvenes bilbaínos en

todo lo relacionado con el consumo de las drogas.

Esta Oficina, al decir sobre todo de los componentes del grupo G1 de

Expertos, debería tener las siguientes características:

• Tener un local fijo en Bilbao, en un lugar céntrico, discreto pero

fácilmente identificable y cercano a los jóvenes. Podría estar en una

zona de consumo de drogas como es el Casco Viejo

• Ofrecer una gama de servicios integral a la juventud en todo lo

relacionado con el consumo de drogas: información de las sustancias,

efectos, composición, consecuencias a corto plazo, a largo plazo,

incompatibilidades con otras drogas, peligros, aspectos nutricionales,

jurídicos, formación, información sobre alternativas de ocio, recursos

orientados a los jóvenes, etc.

• Ofrecer también servicios informativos y formativos orientados a

colectivos que trabajan con jóvenes: educadores, monitores de tiempo

libre, trabajadores de la hostelería, etc.

• Como servicios especiales debería contar con un servicio de testado de

sustancias estable y accesible a los jóvenes en el momento de su

consumo (implica estar abierto los jueves, viernes y sábado por la

noche), así como un área de descanso y recuperación para aquellos

jóvenes que lo precisen, y un teléfono permanente de asistencia para

asesorar en momentos de emergencias:

87

o “hace falta un sitio estable para dar información, para hacer

testing más tranquilo, para poder recibir esa información” (G4

Hosteleros)

• Además podría dar cabida a actividades relacionadas con el consumo de

drogas, con la reducción de riesgos, etc. Entre ellas se citan debates

sobre drogas, sobre alternativas de ocio, charlas, seminarios, películas

relacionadas con el consumo de drogas, etc. pero con un carácter muy

cercano a los jóvenes. También se indica que es aquí donde se pueden

celebrar los grupos de discusión con consumidores para tener

información actualizada sobre el consumo de drogas (ver Tabla 1 de

acciones propuestas por el grupo G1 de Expertos). Estamos hablando

de un centro con vocación de foro de discusión, de información y de

intercambio de experiencias sobre el consumo de drogas.

• No puede tener un carácter marcadamente institucional a pesar de que

pueda ser el ayuntamiento de Bilbao, u otra entidad pública, quien lo

financie. En realidad, se dice de él que debería ser “políticamente

incorrecto”. La dirección debería hacer suyo este talante y además debe

ser muy dinámica, con personas enteradas y al tanto del tema de las

drogas, que confieran mucha vida a la Oficina, desde una perspectiva

innovadora:

o “mejor si no apareciese mucho el ayuntamiento de Bilbao, en

pequeño, que no parezca institucional” (G1 Expertos)

4.2.3.- Programa testing.

Es citado en todos los grupos de discusión y valorado muy

positivamente en todos ellos. En unos grupos se han detenido más en este

tema y en otros simplemente han hecho menciones muy sucintas pero en

88

todos los casos han sido positivas: ni uno solo de los participantes ha criticado

o ha puesto en duda la eficacia de esta acción:

• potenciar “los análisis de sustancias, testing (proporcionando a la vez)

más información sobre los riesgos” (G3 Educadores Sociales)

• “también tiene el objetivo de prevenir problemas de salud si hay

partidas adulteradas o muy puras” (G6 Agentes Involucrados)

• “así consumen menos porquerías los jóvenes” (G6 Agentes

Involucrados)

• “y así serán más caras (las drogas) y menos accesibles” (G6 Agentes

Involucrados)

• “buen recurso, hay que seguir con él pero más acciones (más

presencia)” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “está de puta madre porque así sabes a quién comprar” (G4 Hosteleros)

• “para el que va está bien” (G5 Organizaciones Juveniles)

Algunos preguntan qué ha sido del programa Testing, que conocen o

han visto, interesándose por los motivos que han conducido a su desaparición

o a su puesta en marcha restringida, y pidiendo su puesta en práctica de una

forma estable y prolongada a lo largo del tiempo, que no sea una acción

aislada sino que se convierta en un recurso estable más.

Este recurso además presenta versatilidad en su uso puesto que es

susceptible de tomar distintas formas:

• Como una acción estable e independiente de otras, es decir, creando un

sistema de testado estable en algún lugar fijo, un local para el testado;

o “ofertar servicio de análisis e información de drogas estable,

centro, oficina, como el de setas pero para drogas” (G2 SOC)

89

• Como una acción itinerante, es decir, montar un sistema de testado en

un stand o en varios stands nómadas que se acerquen a las zonas y

momentos de consumo de los jóvenes;

o “ (¿testing?) poner varios... en el Casco Viejo, Mazarredo,

Urquijo, Deusto,... cerca (de los jóvenes). También en los

conciertos” (G6 Agentes Involucrados)

• Como un servicio más integrado en la Oficina de la Drogas que hemos

comentado en el punto anterior:

o Servicios de la Oficina de Drogas: “testing a cualquier hora” (G1

Expertos)

4.2.4.- Creación y formación de mediadores.

En todos los grupos se menciona mucho la palabra “mediadores”. Se

considera que son claves para cualquier acción sobre drogas que vaya dirigida

a los jóvenes bilbaínos de 18 a 27 años.

Los mediadores sociales y/o educadores de calle son personas que

están en contacto permanente con los jóvenes y son respetados por éstos. Es

a través de ellos como se puede llegar a implementar acciones para los

jóvenes y como se puede hacer llegar los mensajes a la juventud.

• “los educadores de calle pueden entrar (en las lonjas). En todo caso (el

mediador) debe ser significativo para los jóvenes, que le dé credibilidad,

que no le va a dar la chapa” (G1 Expertos)

• “hacen falta educadores que lleven esto (la información) a los jóvenes”

(G5 Organizaciones Juveniles)

90

• “Para acceder a los jóvenes lo mejor es a través de otros jóvenes o de

adultos de referencia, los mediadores” (G3 Educadores Sociales)

En consecuencia, los componentes de los grupos dan mucha

importancia a la creación y formación de grupos de mediadores para llevar a

acabo acciones de reducción de riesgos. Y entienden que la labor de estos

mediadores será más eficaz si son a su vez jóvenes para que puedan ser

identificados como iguales por la juventud bilbaína y su mensaje sea tenido en

cuenta:

• “Hay que implicar a los jóvenes desde el inicio y luego usarlos como

mediadores. En el grupo que estén ellos (los jóvenes) también” (G3

Educadores Sociales)

• “que sea la propia gente joven quien transmita a los jóvenes la

información” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “la educación interpares en ciertos temas y en ciertas edades es

fundamental. Los de alrededor se ponen las pilas cuando pasa algo a su

entorno, a los demás iguales” (G6 Agentes Involucrados)

• “uso de personas cercanas y divertidas, que enganchen con los

chavales jovencitos menores de 16 años. Nada de usar un policía como

hicieron cuando yo era joven. Con personas jóvenes” (G4 Hosteleros)

• “llevamos tiempo escuchando la educación entre iguales pero no se

hace nada para ello. Y es importante en este tramo de edad” (G6

Agentes Involucrados)

Además se entiende que hay otros educadores que ya están en

contacto con los jóvenes, sobre todo con los que son menores de 18 años, y

que necesitan mejorar su formación en el tema de las drogas y la reducción de

riesgos. Estamos hablando de padres y madres, profesores de enseñanzas

91

medias, monitores de tiempo libre, monitores de campamentos de verano,

etc.:

• “formación de educadores y padres con el objetivo (de aprender) cómo

trabajar el tema de las drogas con jóvenes menores de 18 años

(scouts). A veces lo chavales saben más que tú” (G5 Organizaciones

Juveniles)

4.2.5.- Incorporación de los jóvenes.

Esta acción se menciona de manera recurrente en todos los grupos

como una acción en sí misma y como parte de otras acciones, como medio

indispensable para que otras acciones sean eficaces. En realidad está muy

relacionada con la anterior aunque tiene sus matices, es una variante: se dice

que la mejor forma de llegar a los jóvenes es utilizándolos como mediadores

de los mensajes pero también es importante contar con los jóvenes para crear

esos mensajes. Como se dice en uno de los grupos (G3 Educadores Sociales),

hay un “binomio fundamental: las campañas de información y el uso de

mediadores. (Hay que) contar con los jóvenes, preguntar a los jóvenes”.

Cuando se propone la creación de una oficina también se incide en esta

cuestión porque entre sus actividades se propone que se organicen y se

desarrollen reuniones (o grupos de discusión) con los jóvenes para tener una

información directa de ellos.

Incluso se ha dado el caso que en un grupo (G1 Expertos) se ha

propuesto una acción concreta que se trata de “organizar grupos de discusión

con consumidores de drogas para obtener y actualizar información”.

Aunque la acción en sí no está muy perfilada (los grupos no explican

bien cómo reclutar a los jóvenes) su objetivo sí: incorporar a los jóvenes en las

acciones que vayan dirigidas a ellos:

92

• “trabajar con jóvenes directamente, ir a ellos, recoger información, de

ellos, que participen y diseñar acciones en las que estén dispuestos a

participar” (G3 Educadores Sociales)

• “que participen los jóvenes en todo el proceso de la campaña, desde el

principio hasta el final” (G6 Agentes Involucrados)

• “diseño de programas con los propios destinatarios” (G3 Educadores

Sociales)

En todo caso, hay acuerdo entre los grupos al plantear que para poder

incorporar a los jóvenes en las acciones, debemos crear grupos estables de

mediadores sociales y de calle y contar con ellos para reclutar y tener relación

directa con la juventud bilbaína.

4.2.6.- Acciones dirigidas al sector hostelero

Las acciones dirigidas al entorno hostelero, aunque no han tenido tanto

eco entre los componentes de los distintos grupos como las acciones

comentadas más arriba, han ocupado mucho espacio en el discurso de 3 de

los grupos: el grupo G1 de Expertos, el grupo G2 del SOC y, como es natural,

el grupo G4 de Hosteleros.

Para los componentes del grupo G1 de Expertos es prioritaria una

acción orientada a implicar al colectivo de los hosteleros en su formación para

la reducción de riesgos del consumo de drogas entre la juventud bilbaína.

En realidad es una acción que ya se está haciendo y es valorada muy

positivamente por el grupo. Según el relato de una de las participantes del

grupo que trabaja con esta herramienta, se trata de talleres de sensibilización

para la reducción de riesgos en todas las discotecas de la comunidad

autónoma vasca. Se proporciona información obre drogas y pautas

93

medioambientales de los locales. Se completa con otro taller de profundización

que proporciona a los hosteleros un aprendizaje de los primeros auxilios en

caso de emergencia. Estos dos talleres se han hecho ya en todas las

discotecas mencionadas.

Posteriormente, se dirigieron a pubs y bares para llevar a cabo las

mismas acciones con la diferencia de que si a las discotecas acudían ellos y

desarrollaban la formación “in situ”, en los propios locales, a los responsables

de pubs y bares se les convocaba en otro lugar. Lógicamente, así es más difícil

que acudan y se formen porque el nivel de motivación no es muy alto: “si les

dieses algo a cambio seguro que irían”. Y entre el grupo la creencia más

extendida es que sólo acudirán a estos talleres si se les compensa

económicamente, opinión coincidente con los componentes del grupo G4 de

Hosteleros, que plantean una compensación económica a su formación: “está

muy bien pero que nos paguen o que nos compensen, somos camareros, no

agentes de prevención de usos inadecuados de drogas” y “puede haber mucha

gente que pase si no tiene una compensación”.

De todas formas, los componentes del grupo G4 de Hosteleros valoran

positivamente la iniciativa de su formación: “ya hay, está muy bien, nos están

formando”. También valoran positivamente la información impresa de la

campaña Discosana pero como material para su formación y no tanto para la

de los jóvenes: “el material de Discosana es bueno para los trabajadores (de

hostelería), no para los consumidores”. De hecho, alguno de los participantes

de este grupo no participaron en esta campaña pero al mostrarles un impreso,

lo valoran positivamente y todos ellos solicitan que les enviemos ejemplares a

sus locales.

En la misma línea de preocupación por el sector hostelero del grupo G1

de Expertos, los componentes del grupo G2 del SOC plantean distintas

acciones orientadas a este colectivo:

94

• Informar y formar a responsables y trabajadores de los locales de

hostelería

• Proporcionar zonas de descanso y de recuperación de los jóvenes en

caso de situaciones de necesidad

• Extremar las medidas estructurales de higiene y salubridad de los

locales que faciliten un consumo de drogas y reduzcan los riesgos

sanitarios: mantenimiento de la higiene de los servicios, del estado de

la ventilación de los locales, del suministro de agua fría en los servicios,

etc.

• Crear una zona aséptica para el consumo de rayas en los locales, a ser

posible separada de la zona de los servicios

Cuando presentamos estas ideas a los componentes del grupo G4 de

Hosteleros, exceptuando la primera acción, de la que hemos hablado más

arriba, el resto no les gustó mucho, pusieron pegas a todas ellas y aunque en

el fondo pueden estar de acuerdo con alguna de ellas, creen que no son

operativas ni eficaces, por irrealizables.

Con respecto a la propuesta de habilitar zonas de descanso y de

recuperación, los componentes del grupo son concisos y categóricos: los

locales no tienen espacio para dedicarlo a esos menesteres ni creen que

puedan llegar a hacerlo, salvo que una normativa lo exija y no les quede más

remedio. En resumen: “y lo de zonas de descanso... para nada”.

Sí están de acuerdo en mejorar las condiciones de mantenimiento de

los servicios de los locales y en disponer de aquellas condiciones que reduzcan

los riesgos derivados del consumo de drogas, tales como un adecuado sistema

de ventilación, agua fría corriente en los lavabos, etc.

Ellos mismos reconocen que “es una vergüenza cómo están los baños.

En Barcelona, en los servicios, había una señora dando papel higiénico y

95

cuidando del mantenimiento. Igual es que tienen más nivel. En el Image había

una mujer”. Pero también son conscientes de que para que una medida así

pudiera implantarse, los locales deberían disponer de más espacio. En general

los locales en Bilbao son pequeños para poder reservar un espacio para una

persona que se ocupe del mantenimiento de los servicios. Esa medida sólo

podría implementarse en locales grandes: “es para locales muy grandes y con

mucho espacio. Para la mayoría no”.

En relación a la creación de una zona específica para el consumo de

rayas, el grupo es categórico: no tiene ni pies ni cabeza por dos motivos.

Primero, es que la cocaína, el speed, etc. que se esnifan son drogas ilegales y

poner una zona así implica que vas a permitir en el local el consumo de drogas

ilegales y eso un local no lo puede hacer mientras sean drogas ilegales: “no es

legal el tema de las rayas, luego no puedo poner un sitio donde se facilite el

consumo de drogas. No puedo dejar que la gente se drogue en el local, no se

pueden meter rayas” y “¿habilitar una zona para rayas?. No, es ilegal”. Una

cosa es que alguien se meta una raya sin el conocimiento y consentimiento de

los responsables del local y otra es evidenciar con un espacio que en ese local

los responsables conocen y permiten el consumo de drogas ilegales.

Segundo, las dimensiones de muchos locales impiden dedicar un

espacio sólo para el consumo de rayas: “en muchos no se puede hacer. En el

Image sí se puede hacer. Hay determinadas discotecas que sí tienen espacio.

Incluso al tener una pequeña recepción (vestíbulo) como en el Aranzazu, se

pueden meter rayas cómodamente”.

Finalmente, los componentes del grupo G4 de Hosteleros llaman la

atención sobre los aforos: son partidarios de respetar los aforos, los locales de

hostelería deben tomarse en serio este tema y respetar las condiciones

estructurales de los locales. Si se respetaran los aforos quizá podría empezar a

pensarse en la implantación de otras medidas porque habría más espacio en

los locales: “pero también hay que respetar el aforo. Si no se respeta, cómo va

96

a ir una señora de la limpieza (cómo puede llegar físicamente hasta el servicio

para acondicionarlo y mantenerlo). En Madrid se respeta más el aforo: se

puede bailar, hay espacio...”.

4.2.7.- Otras acciones.

Además de las acciones mencionadas y desarrolladas, en los grupos se

han mencionado otras a las que se ha dedicado menos tiempo y que han

quedado en una fase de desarrollo embrionario. A pesar de eso, pueden ser

interesantes como ideas sobre las que reflexionar:

• Grupo G5 de Organizaciones Juveniles: Concienciar a los jóvenes para

que hagan un uso responsable del alcohol en la práctica del botellón:

formar a los jóvenes en urbanidad, en educación para evitar los efectos

colaterales de esta actividad, tales como ruidos, suciedad, basuras,

respeto al mobiliario urbano, etc. Los jóvenes ya saben qué es, qué

tiene, ... el alcohol pero también deben saber y ser responsables de las

consecuencias sociales del consumo de alcohol en general y de la

práctica del botellón en particular.

• Grupo G4 de Hosteleros: Proponen en primer lugar, posicionarse a favor

de la legalización de las drogas como un medio para mejorar el control

sobre las drogas, de su calidad y, en consecuencia, para reducir los

riesgos que su uso y su potencial abuso puedan significar sobre la salud

de los jóvenes consumidores. Y en segundo lugar proponen la creación

de una buena página web que incluya un foro para poder participar,

pedir información, preguntar cosas, etc.

• Grupo G1 de Expertos: Diseñar una campaña de intercambio de

información e implicación del sector de las farmacias. Según su

promotor, los jóvenes acuden a las farmacias de guardia cuando tienen

97

problemas con el uso y el abuso de drogas. Éstas disponen, gracias a

esa relación, de información que puede ser muy útil para el diseño de

campañas informativas y divulgativas dirigidas a la juventud. A su juicio,

el colegio de farmacéuticos “estaría encantado y tienen buena actitud

para implicarse (...) en alguna campaña, como se hizo con el condón,

con la metadona...”.

Esta acción tendría un doble objetivo: recabar información de las

farmacias y ofrecer formación a los farmacéuticos para que transmitan

la información a los jóvenes, bien oralmente o a través de materiales

que se proporcione a las farmacias para su distribución entre los

jóvenes: “la idea es formarles para que formen a los jóvenes y recoger

información de ellos (los farmacéuticos) sobre la realidad de los jóvenes

y poner información también en las farmacias”.

4.3.- Las estrategias previstas en el Programa ADI!

En el debate previo, entre el equipo técnico municipal, y el supervisor

del programa ADI!, en el que se definió la misión del mismo, tal y como se ha

descrito en el capítulo 1, también se realizó una revisión del III Plan de

Drogodependencias del Ayuntamiento de Bilbao, para tratar de ajustar las

estrategias previstas en la línea prioritaria (la 4ª) sobre la que se sustentaba el

Programa ADI!. Veamos cuales son estas estrategias y las correspondientes

acciones previstas.

4ª LÍNEA PRIORITARIA.

“Impulsar programas de prevención selectiva que, promoviendo la

responsabilización de los jóvenes en los usos de drogas, y desde un

marco de intervención centrado en los riesgos derivados del uso,

98

contempla actuaciones dirigidas a las personas consumidoras, así

como al contexto en el que se ubican y a las drogas utilizadas”.

OBJETIVOS.

- Fomentar la actitud responsable en la gestión de los riesgos asociados al

consumo de alcohol y otras drogas.

- Favorecer la toma de decisiones informada en situaciones de riesgo

asociadas al consumo de alcohol y otras drogas.

ESTRATEGIAS.

1.- “Disponer de sistemas de información ágiles que nos permitan

mantener actualizados los datos sobre las tendencias emergentes de

consumo juvenil, los contextos y ambientes, las formas y patrones de

uso, las expectativas y los riesgos y la percepción de los mismos”.

ACCIONES

1.1.- Desarrollo de una investigación cuantitativa y cualitativa al objeto de

delimitar un mapa de ocio nocturno juvenil general y en relación a los

usos de drogas.

1.2.- Creación de un grupo de trabajo compuesto por agentes que

intervienen en espacios lúdicos nocturnos y de otros ámbitos relacionados

con jóvenes al objeto de :

- Promover la implicación y participación en la prevención riesgos

de distintos agentes y sectores relacionados con el ocio

nocturno juvenil.

- Detectar prioridades y necesidades de intervención.

- Contrastar los proyectos, las propuestas de actuación y las vías

adecuadas para su implementación.

99

2.- “Incrementar el control sobre las condiciones de habitabilidad de

los locales nocturnos de ocio, promocionando espacios más seguros en

los que se entienda que parte de la clientela puede ser consumidora de

drogas”.

ACCIONES

2.1.- Creación de una mesa de coordinación compuesta por las Áreas o

Servicios Municipales con competencias, al objeto de optimizar la eficacia

y la eficiencia de las medidas de control. Entre las cuestiones vinculadas a

la seguridad que deberán abordarse se destacan : el control del aforo, el

acceso al local y las salidas de emergencia, el acceso al agua, la

ventilación, el aire acondicionado, los riesgos derivados del sonido, la

existencia de espacios seguros y de descanso ...

2.2.- Desarrollo de acuerdos con representantes de locales de hostelería

al objeto de impulsar su implicación en las estrategias para la creación de

espacios de ocio más seguros.

Como apoyo, se realizarán además las siguientes acciones :

- Oferta de sesiones de formación para hosteleros, camareros/as,

D.J.s, personal de seguridad y otro personal de locales de ocio

nocturno.

- Edición y distribución de guías preventivas y de seguridad para

espacios de música y baile.

3.- “Concienciar e informar a los usuarios y usuarias de drogas legales

y/o ilegales de los riesgos asociados a su conducta, proponiéndoles la

asunción de pautas de consumo más seguro y responsable”.

100

ACCIONES.

3.1.- Editar y distribuir periódicamente guías y materiales informativos

(flyers, carteles...) incluyendo mensajes sobre efectos de las drogas, dosis

activas, margen de seguridad, tolerancia, riesgos e información sobre su

gestión, cuidados previos y posteriores a su consumo, pautas de primeros

auxilios a seguir ante situaciones problemáticas, recursos informativos de

asesoramiento y asistenciales ...

3.2.- Programas de información a través de agentes juveniles de salud

(información inter-pares).

3.3.- Muestras y exposiciones sobre riesgos relacionados con las drogas y

su gestión en espacios juveniles (centros cívicos, Bilbao-Gaua,

universidades, gaztetxes...).

3.4.- Inclusión de artículos y cuñas radiofónicas en medios de

comunicación locales destinados al colectivo diana.

3.5.- Web-site de información sobre drogas.

3.6.- Espacios de información personalizada sobre reducción de riesgos y

análisis de sustancias.

4.- “Formar a los usuarios y usuarias de drogas legales y/o ilegales al

objeto de que asuman comportamientos y conductas responsables en

relación a sus consumos”.

ACCIONES

4.1.- Desarrollo de talleres de reflexión y responsabilización sobre los usos

y consumos de drogas en espacios formativos : autoescuelas,

universidades, ciclos formativos superiores y escuelas-taller.

101

4.2.- Oferta de talleres de reflexión para jóvenes en situación de riesgo

que participan en proyectos de integración.

5.- “Implicar y formar a distintos mediadores sociales en contacto con

el colectivo juvenil usuario de drogas para la intervención preventiva,

desde el modelo de la responsabilidad y la gestión de riesgos”.

ACCIONES.

5.1.- Formación de agentes juveniles al objeto de constituir una red de

información inter-pares.

5.2.- Formación de otros agentes en contacto con el colectivo juvenil,

particularmente aquellos en contacto con jóvenes con necesidades

especiales.

6.- “Dar respuesta, atendiendo a las competencias y recursos

municipales, a situaciones de urgencia relacionadas con las drogas”.

ACCIONES

6.1.- Atención a las urgencias sanitarias a través del Servicio de

Ambulancias de Urgencia.

6.2.- Desarrollo de Cursos sobre Primeros Auxilios y Reanimación Cardio

Pulmonar básica destinados al personal de hostelería del municipio, en los

que se contemplan actuaciones ante reacciones negativas causadas por el

uso de drogas.

102

7.- “Informar y orientar a jóvenes con consumos problemáticos de

drogas sobre los recursos de tratamiento existentes en el municipio”.

ACCIONES

7.1.- Mantenimiento de un servicio de orientación sobre recursos

asistenciales y de tratamiento adaptados a las necesidades de jóvenes

con consumos problemáticos de drogas.

7.2.- Difusión de la información sobre recursos asistenciales a mediadores

sociales en contacto con el colectivo juvenil.

Este conjunto de estrategias (y acciones) del Plan Municipal (o Local)

conforman el marco lógico para orientar el programa ADI!, aunque conviene

hacer algunas matizaciones:

1. La estrategia 1, se resuelve con este Informe y el posterior diseño de

un sistema de evaluación, del que se adelanta el modelo general en el

capítulo 6. Asimismo se ha creado el Grupo de Trabajo que prevé dicha

estrategia y que tendrá una primer reunión para debatir este Informe y

realizar aportaciones al mismo.

2. En la estrategia 2, la acción 1 se resolverá internamente en el

Ayuntamiento (tener en cuenta las cuestiones planteadas en el capítulo

siguiente en el apartado 5.2) y la acción 2 se desarrollará, incluyendo la

formación en las “Escuelas de Hostelería” y FPs relacionados con el

sector.

3. La estrategia 3, tendrá en cuenta las dificultades señaladas más arriba

por los grupos, priorizando de una manera radical el papel de los

grupos inter-pares, en los términos metodológicos en los que se indica

el capítulo 6. Hay que añadir posibles acciones en las Universidades y

entre los alumnos de FP de los correspondientes centros escolares

103

(función edad), también hay que considerar las radios locales de éxito

entre los jóvenes.

4. Las estrategias 4 y 5, aparecen ampliamente desarrolladas, con un

contenido algo diferente, en la propuesta del capítulo 6.

5. La estrategia 6, deberá ser desarrollada (acción 1) internamente por el

municipio, después de analizar la situación. La acción 2 puede

desarrollarse como parte de la estrategia 2.

6. La estrategia 7 compete a las entidades que realizan estas tareas y a

sus propias estrategias de información. En todo caso la propuesta que

realizamos en el capítulo 6 incluirá los objetivos de las acciones

previstas en esta estrategia.

4.4.- Un análisis crítico de las propuestas de los

grupos.

Las propuestas realizadas por parte de los Grupos se refieren a

respuestas tradicionales, aunque es cierto que el desarrollo de las mismas ha

sido completado en pocas ocasiones.

Asimismo recogen las contradicciones en las que, casi siempre, se

sitúan los Programas de Prevención Primaria, entre el ser real y el deber ser

ideal. Así aparece una clara idealización de la Campaña Formativo-Informativa,

como si fuera posible elaborar eslogan y materiales, sobre soportes plausibles,

como los que reclaman y a los que atribuyen virtudes que ellos mismos

desmienten con sus criticas. Las campañas, los materiales y los cursos

formales para mediadores, como muy bien indican los propios Grupos, han

alcanzado “sus posibilidades y limites naturales” ya que, con las mismas, no se

puede hacer más de lo que se ha hecho.

104

Hay que seguir con las mismas, ya que representan el compromiso

institucional y promueven información y sensibilizan a la ciudadanía, a la vez

son el punto de partida necesario y el basamento de otro tipo de

intervenciones. Es decir, hay que seguir haciéndolos, por los motivos que

luego explicaremos, pero no podemos esperar demasiado de ellos y menos en

el terreno de la Prevención Secundaria de Riegos.

Lo mismo podemos decir de la “oficina sobre drogas”, aunque

represente el ideal de un local en la calle y en el casco viejo. Porque existen ya

muchos locales públicos y de entidades que pueden ser “el lugar de gestión y

coordinación” y el trabajo con la población diana definida en este informe

requiere estrategias de proximidad, con una estructura de trabajo en red, para

el cual, un nuevo local, no aporta nada. Aunque está bien que el Programa

ADI! tenga un local de referencia desde el que se gestionan las actividades (y

así los exige el Programa URB-AL). Pero este local ya existe y lo importante es

que las actividades se van a realizar in situ, y utilizando locales o espacios

comunitarios.

Parece adecuado mantener y ampliar el Programa de testing y de

hecho, veremos que resulta funcional, a la propuesta que se realiza en el

capítulo 6.

La propuesta de formación de mediadores resulta esencial para la

propuesta general del Programa ADI! (ver capítulo 6), pero para ser

congruentes con la propuesta 4.2.5, de “incorporar a los jóvenes” (es en

realidad una propuesta metodológica) conviene asumir con claridad que se

trata de mediadores no profesionales.

En cuanto a las propuestas de trabajo con el sector hostelería hay que

tener en cuenta las respuestas de este mismo sector en el próximo capítulo y

las consideraciones que hacemos en el punto 5.2.

105

Finalmente, las propuestas individuales mencionadas y otras similares,

pueden incluirse perfectamente en el diseño de intervención que proponemos

en el capítulo 6.

106

5.- RESISTENCIAS Y CONFLICTOS QUE

PUEDEN GENERAR LAS PROPUESTAS

5.1.- La opinión de los actores.

En general el abordaje del consumo de drogas desde una perspectiva

de gestión y/o reducción de riesgos es aceptada y bien acogida por los

integrantes de los grupos: queda claro en todos ellos que no basta con decir

que no se consuman drogas. En nuestra sociedad se consumen drogas legales

e ilegales y los jóvenes deben aprender a hacer un uso responsable de ellas,

con el objeto de evitar su abuso y los peligros que ese comportamiento

entraña.

En particular, las acciones propuestas de reducción y gestión de riesgos

en el consumo de drogas son bien acogidas en los seis grupos. Incluido el

grupo G6 de Agentes Involucrados que, presumiblemente, podía plantear más

reticencias. Sin embargo en todos ellos se apuesta por esta vía para evitar

consecuencias indeseadas del consumo de drogas entre la juventud bilbaína.

Sin embargo, la puesta en marcha de las acciones desarrolladas con esa

orientación de reducción y/o gestión de riesgos se va a topar con algunas

resistencias:

107

1. Lo políticamente correcto: en algunos de los grupos ya se nos alerta

que llevar hasta sus últimas consecuencias políticas, programas y

acciones de reducción de riesgos choca con lo políticamente correcto.

Hasta ahora la sociedad bilbaína, vasca y nuestro entorno más amplio

ha optado por una postura de negación del consumo de drogas. En

nuestra sociedad no se consideran realmente drogas, aunque se

verbalice así, ni el tabaco ni el alcohol. Las drogas son las demás. Sólo

así se puede entender que hasta ahora la postura ante los consumos de

drogas haya sido prohibitiva: prohibido consumir drogas, prohibido

abusar de las drogas, las drogas son malas, “di no a las drogas”. A los

jóvenes se les ha mandado este mensaje desde los adultos.

Lógicamente lleva implícito el hecho de que “los adultos también

decimos no a las drogas”. Pero en realidad los adultos decimos “no” a

las drogas que no consideramos nuestras o no están integradas, a

determinadas drogas ilegales, porque a las que son “nuestras”, como el

alcohol y tabaco, decimos “sí”.

Los jóvenes han entendido bien el mensaje y han decidido decir “sí” a

las drogas que considera que son suyas: todas.

Es decir, hay un claro problema de perspectiva: para la sociedad se

puede hacer una política de reducción de riesgos de las drogas que ya

se consumen y están integradas (alcohol y tabaco) pero para los

jóvenes (y ciertos colectivos de adultos, como los que han formado

parte de los grupos) esa política debe contener el resto de las drogas.

En consecuencia, es esperable que haya resistencias de la sociedad a

permitir variar el discurso: hacer una política de reducción de riesgos de

todas las drogas implica dar por sentado que la sociedad se droga, no

sólo los jóvenes y además significa integrar a nuevas drogas en nuestra

sociedad.

108

• “puede haber ciertos problemas que una institución opte por esa

estrategia (de reducción de riesgos)” (G6 Agentes Involucrados)

2. No darse por vencidos: una política de reducción y gestión de riesgos

en el consumo de drogas significa para algunos sectores que son

contrarios a todo tipo de consumo de drogas o al menos a las drogas

ilegales, darse por vencido.

Esta postura significa considerar a las drogas malas: es decir no se

deben consumir simplemente porque no son buenas para el ser

humano. Es una visión de las cosas maniqueista, muy en la línea de la

tradición cristiana del mundo occidental: las cosas se pueden hacer o

no se pueden hacer porque unas son buenas y otras son malas para el

ser humano. Desde esta perspectiva, las drogas no son buenas (son

malas) luego debe practicarse la abstinencia. Nos recuerda mucho la

postura que mantiene la iglesia católica sobre el sexo cuando esta

práctica no se hace dentro del matrimonio y no está destinada a la

procreación: no es bueno para el ser humano, así que no se debe

practicar. En consecuencia, no hay que arbitrar medidas para paliar las

consecuencias no deseadas que pudieran derivarse, caso de hacerse.

Así, el condón no debe utilizarse.

Aquí ocurre otro tanto: hay sectores sociales que tienen la creencia que

las drogas son malas. En consecuencia no deben consumirse y por lo

tanto no hay que arbitrar medidas para paliar posibles daños:

únicamente hay que dejar de consumirlas. Es una postura que da la

espalda a la realidad y que obvia los consumos de toda la sociedad:

• “pero las drogas no son buenas, no creo en un consumo

responsable” (G5 Organizaciones Juveniles)

• “puesto así, puede ser objeto de críticas (la campaña) porque la

política (social) es proteccionista, prohibitiva” (G4 Hosteleros)

109

3. Miedo a un aumento en los consumos: hay sectores sociales que tienen

miedo a que una mayor información sobre las drogas tenga el efecto

perverso de aumentar su uso y su consumo. En los grupos tenemos

algún representante de esta corriente y se refiere a este temor

abiertamente pero sin hacer mención a la reducción de los abusos que

pudieran derivarse de una política de este tipo.

Es decir, sólo ven lo que quieren ver: sus temores pero serán también

fuente de resistencias ante políticas de drogodependencias que se salen

del marco establecido y abren la puerta a posibles cambios. Éstos

generan miedos y ansiedades en los sectores sociales más timoratos y

rancios, reaccionarios con reminiscencias medievales, que tienen la

convicción de que la desinformación y los mitos de las drogas, sus

leyendas urbanas y su misterio provocan miedo y retraen a los jóvenes

de su consumo. Sólo así se explica que crean que una mayor

información va a incitar al consumo:

• “como el ayuntamiento dé información veraz sobre las drogas,

va a conseguir que se dispare el consumo de las drogas” (G4

Hosteleros)

4. Obstáculos de los Hosteleros: además de posiciones ideológicas de

carácter general o abstracto contrarias a la política de reducción y

gestión de riesgos, los hosteleros nos han planteado varias pegas

cuando les hemos planteado las propuestas relacionadas con su sector.

Las hemos comentado ya en el capítulo de las Acciones Propuestas.

Simplemente queremos recordar que los Hosteleros han mostrado una

actitud positiva y abierta ante las acciones de reducción y gestión de

riesgos pero nos han planteado y dejado muy claro que su colaboración

e implicación no es grande (no en vano trabajan en un sector que

dispensa drogas, sobre todo, legales, pero drogas):

110

• Nos han dicho (como otros participantes) que es mejor que las

acciones no se hagan en los locales;

• Nos han dicho que no son agentes que velan por la seguridad de

los consumidores de drogas, son camareros y que si van a

realizar también ese servicio deberían ser compensados;

• Nos han dicho que los locales no tienen la superficie ni la

estructura que permitan algunas de las acciones;

• Nos han dicho, eso sí, que están dispuestos a colaborar con

nosotros en el intercambio de información y formación, y que en

determinadas cuestiones relacionadas con la salubridad, higiene,

ventilación, aforo, etc. de los locales, podemos contar con su

apoyo.

En todo caso nos quedamos con la determinación que han mostrado los

integrantes del grupo G6 Agentes Involucrados en los momentos finales de la

dinámica como respuesta que debemos adoptar ante estas resistencias y

críticas:

• “la campaña es para personas adultas (los jóvenes) y por personas

adultas”

• “el mensaje debe adaptarse al receptor o público al que va destinado

(los jóvenes)”

• “me la suda lo que diga el de 40 años”

• “esto lo defiendo a capa y espada”

• “si hay rechazo de los padres, para los objetivos de la campaña va a ser

genial porque va a reforzar la campaña”.

111

5.2.- La experiencia de las resistencias y conflictos

en el entorno de los Programas de Prevención

Secundaría de Riesgos y de Reducción de Daños.

El relato de las resistencias y conflictos que aparece en los párrafos

precedentes resulta conforme con las experiencia obtenidas en relación a esta

cuestión. Pero a la vez queremos dejar constancia de dos elementos que

matizan este relato.

De una parte la opinión pública ya no se opone de una forma

mayoritaria a los Programas de Prevención Secundaria y de Reducción de

Daños, sino que más bien los apoya. Exiguas minorías pueden oponerse pero

sólo después de una “acción mediática” que los movilice. Por este

motivo la cooperación con los Medios de Comunicación, ofreciéndoles un papel

en el Programa ADI! (ver capítulo 6), puede ser una estrategia interesante

para evitar esta acción de bloqueo y además coincide con lo previsto en la

estrategia 3. En todo caso, actualmente sólo hay oposición a algunas

actuaciones si se perciben como un aumento del riesgo para los hijos. En

realidad proponer los Programas como una reducción efectiva del riesgo (que

lo son), significa otorgar una cierta garantía para el futuro de los “hijos tesoro”

de la “generación premeditada” (Aguinaga y Comas, 2006).

Los padres con hijos de estas edades raramente se opondrán a las

acciones del Programa ADI! si se explican de forma trasparente. Incluso si se

genera oposición a las mismas el programa puede salir reforzado, no sólo

entre los jóvenes sino también entre los adultos. En este sentido, creemos que

se ha producido un cambio social, en el que actitudes de oposición a este tipo

de medidas pertenecen al pasado y son muy residuales.

112

La otra cuestión tiene que ver con el sector de la hostelería. De cara al

propio sector, y a la imagen que el mismo ofrece a los jóvenes que son clientes y

usuarios de sus servicios, resulta necesario actuar de una forma contundente en

lo referido a la acción 1 de la estrategia 2 y que dice: “... optimizar la eficacia y la

eficiencia de las medidas de control. Entre las cuestiones vinculadas a la

seguridad que deberán abordarse se destacan : el control del aforo, el acceso al

local y las salidas de emergencia, el acceso al agua, la ventilación, el aire

acondicionado, los riesgos derivados del sonido, la existencia de espacios

seguros y de descanso ...” y que incluye, por supuesto, la cuestión de los aforos

y acciones frente a incidentes de orden público.

Se trata de una intervención rigurosa que busca restaurar la credibilidad

institucional, entre los propios jóvenes, que quieren ambientes seguros y en los

que no sean estafados por falta de medidas de seguridad o condiciones de poca

calidad. Al mismo tiempo se trata de colocar en su lugar a aquellas locales que

no cumplen las normas, restaurando la credibilidad institucional (y facilitando la

colaboración) de aquellos que si las cumplen.

113

6.- PROPUESTA DE ACTUACIÓN.

6.1.- Trabajar con la realidad.

Trabajar en el ámbito de la Prevención Secundaria de Riesgos supone

fijar nuestra atención sobre la realidad y al margen de la representación social

del fenómeno. Esto no significa que no debamos conocer estar tanto las

percepciones sociales como los argumentos morales del deber ser, pero a

modo de meros datos (aunque sean evidencias) que contribuyen a conformar

dicha realidad, pero que no son el corazón de la realidad misma. Así los

Grupos de Discusión nos han ayudado a establecer cual es la realidad de las

drogas legales e ilegales en el municipio de Bilbao, asimismo esta imagen de

realidad se ha visto completada y matizada por los datos procedentes de otras

fuentes.

Pero esto no es todo, porque cuando hablamos de drogas, cuando

tratamos de realizar este análisis de la realidad, previo al desarrollo del

Programa ADI!, hay que tener en cuenta otras consideraciones. Para hacerlas

podemos utilizar una investigación de notable interés, realizada en la CAPV y

que parece sintetizar muy bien el “problema de la realidad” en el territorio de

las drogas (Rekalde y Vilches, 2004).

114

Ambos autores enmarcan teóricamente su análisis del discurso de los

jóvenes vascos, con relación a las drogas, en la disyuntiva entre “lo declarado”

y la “acción efectivamente realizada” de Argyris y Schön. Un enfoque que les

permite comprender las diferencias existente entre el discurso juvenil y el

comportamiento real de los jóvenes en relación a las drogas: así los padres

adoptan una posición formal de responsabilidad ante las drogas pero sus

comportamientos de consumo les desdicen, por su parte los hijos, actúan con

cautela y es cierto consumen algo más que los padres (especialmente a ciertas

edades, 20-24 años), pero lo relevante es que se afilian de una forma masiva

al discurso, más o menos ficticio, de la irresponsabilidad juvenil y la fiesta

infinita y generalizadas.

Es un como un juego en el que los diferentes actores sociales

interpretan sus papeles en un escenario público y luego, en la vida real, hacen

cosas muy diferentes.

Nuestra población diana aparece actuando en una escenificación, en el

que adopta el papel, como auténticos virtuosos, de jóvenes provisionalmente

irresponsables, pero no demasiado irresponsables porque el horizonte de la

responsabilidad como adultos está cerca. La fiesta es el escenario sobre el que

confluyen discurso y conducta real: un lugar para la transgresión pero también

para el ritual, un lugar simbólico donde se concentra el consumo pero también

el aprendizaje del control, un lugar lúdico pero también el espacio en el que se

cultivan las relaciones personales (y la imagen) asociados a las estrategias

sociales y el proyecto de futuro (Rekalde y Vilches, 2004; Comas, 2005).

Por esto no es extraño que nuestra población diana mantenga una

apariencia de consumidores inconscientes e inconsecuentes, pero a la vez sea

conformista, convencional y pasiva (Rekalde y Vlches, 2004). Por este

motivo al proponer su participación en la intervención, el principal esfuerzo

tendrá que ver con diseñar estrategias para superar su pasividad. A la vez

dicha participación no ofrece ningún riesgo de “discurso radical”, sino más bien

115

todo lo contrario: si asumen un papel activo tendremos que controlar algunos

excesos en torno a una visión demasiado maniquea, estricta y dramática de

las políticas y las consecuencias de las drogas. Aunque seguramente algunos,

los que adopten roles más institucionales o políticos, intentarán reflejar, en

términos de “lo declarado” algún tipo de demanda con apariencia de radical.

Como parte de esta realidad tenemos que tener en cuenta lo que dicen

los mismos autores, cuando señalan que son jóvenes con mucha información,

con la que se pueden manejar con facilidad en la dialéctica entre discurso y

acción, con un acceso fácil a las drogas, en un contexto de tolerancia familiar,

con un discurso abierto que incita a la “experiencia”, con un cierto rechazo

hacia “los excesos”, con una imagen bastante exacta de lo que ocurre en la

sociedad y que justifica su comportamiento y en el que las campañas contra

las drogas son ignoradas (Rekade y Vilches, 2004).

Estamos ante lo que hemos calificado de “generación premeditada”, es

decir los nacidos con posterioridad a la despenalización de los anticonceptivos

en 1978 y que establecen una pauta de cohortes decrecientes. Hijos únicos o

“parejitas”, en estructuras familiares con tantos abuelos como nietos y algunos

tíos sin hijos. Son “hijos tesoro” que hay que cuidar y mimar, porque su

pérdida no tiene sustitución (Aguinaga y Comas, 2006). Hijos a los que se

debe ofrecer la posibilidad de una trayectoria plural en la que se incluyen

también las “experiencias necesarias” entre las que figuran las drogas en un

“adecuado momento etario” (Comas, 2005). Una posibilidad que hay que vivir

“sin riesgos añadidos”, lo que garantiza, como hemos dicho, el apoyo público

para el programa ADI!.

Pero debemos ser conscientes de esta realidad en el planteamiento del

Programa y no dejarnos llevar por “lo declarado” en lo formal tanto por parte

de los jóvenes, como por los adultos.

116

6.2.- Establecer pautas de respecto para los no consumidores.

En Bilbao se consumen las mismas drogas y en las mismas cantidades

que en otros lugares de la CAPV: no es un lugar distinto a otros aunque pueda

tener sus matices. También es cierto que la CAVP es una de las regiones

europeas que arroja mayores tasas de consumo. Una parte importante de los

jóvenes bilbaínos de 18 a 27 años consumen habitualmente drogas en su

tiempo de ocio, práctica no muy distinta a la que emplean sus mayores. No es

cierto que son mayoría los que consumen drogas, salvo alcohol, sino que en

realidad son una minoría tanto entre los jóvenes como entre los adultos.

En este sentido no hay que olvidar que la actual generación entre 35 y

55 años (es decir “los padres”) está formada por las cohortes que vivieron en

primera persona el impacto de las drogas (y en particular la heroína y el SIDA)

y que ha padecido las consecuencias de ambas epidemias, lo que ha producido

una mortalidad diferencial (sobredosis, patologías conexas, Sida, accidentes de

tráfico...) en torno a las 300.000 personas en el conjunto del Estado. Es decir

muchos miles de muertos al años, mientras que entre las actuales cohortes

juveniles, las consecuencias de las drogas son, en términos comparativos,

ínfimas.

Algo que los actuales jóvenes desconocen, porque no se enfrentan a

una situación similar y porque los adultos la “ocultan cuidadosamente”, a

veces incluso en la misma familia.

Por tanto los adultos saben de drogas, pero tienen una visión que les

incita a ser formalmente precavidos (aunque entres ellos pervive un núcleo de

consumidores compulsivos y problemáticos). Pero no pueden, ni tratan, de

impedir que los jóvenes se aproximen a las mismas, al menos como

“experiencia o como diversión”, porque desde los acontecimientos de su propia

trayectoria personal, histórica y generacional, dan por supuesto que tratar de

impedirlo puede resultar contraproducente, al menos en un contexto de

117

“generación predeterminada” en el que la idea de la fiesta y las

irresponsabilidad coyuntural de las jóvenes supone una especie de “identidad

cultural” que fue creada justamente cuando ellos (los padres) eran jóvenes y

que constituye una parte esencial de la identidad social global, no sólo en la

CAPV sino en toda Europa (Grupo GID, 2003).

Esto justamente lo sabe todo el mundo, aunque no forme parte de “lo

declarado”, aunque la “acción efectivamente realizada” lo tiene muy en

cuenta. Por este motivo los Grupos de jóvenes de muestra investigación, así

como el Grupo de Hosteleros, declaran que “todo el mundo” consume drogas,

aparte del alcohol, y luego vemos, por los datos empíricos, como esto no es

cierto. Los consumidores de drogas ilegales son muchos, pero una minoría,

incluso entre los que “salen” de ocio los fines de semana y tienen entre 20 y

24 años.

Se produce una dialéctica entre una minoría muy visible y una mayoría

invisible, que incluso comparten espacios y tiempos. En parte porque la

minoría realiza una conducta visible, desde fumarse un porro en público, hasta

pasar al baño haciendo ostentación de que “allí hay coca”, pasando por

exagerar la “condición de colocado” y contar una y otra vez las anécdotas (en

general masculinas) sobre “aquella vez que se pasaron tanto y entonces

fulanito...”, una costumbre cultural que en otra época utilizaba el referente de

“la mili” y ahora toma como espacio de ocurrencias el ocio de fin de semana.

En cambio la mayoría invisible, que debería identificarse con una

declaración explícita de abstemia, permanece en silencio porque comparte la

lógica cultural de la fiesta y la ideología de la “inevitable irresponsabilidad

coyuntural” de los jóvenes. La idea del abstemio es “hacer como si” para no

quedarse al margen y si acaso tener algún tipo de experiencia que proporcione

la posibilidad de “saber”. Una lógica cultural que parece funcionar con

parámetros muy similares a la supuesta “promiscuidad sexual” de una

118

generación que, en cambio, acumula las mayores tasas históricas de

“emparejamiento monógamo y valoración de la fidelidad” (Comas, 2005).

En realidad este contexto hipócrita se retroalimenta a si mismo. Porque

aquellos que se auto-controlan no quieren evidenciar su “escasa implicación” y

dan a entender que “participan” en el consumo. La visión del observador

externo se condesa en un “entonces todos consumen”, lo que es utilizado

como una “técnica de neutralización” por parte de los consumidores. Un viejo

truco cognitivo que se conoce muy bien en los ámbitos asistenciales desde

hace años: “si todos lo hacían porque sólo estoy yo aquí” (Comas, 1988).

Este análisis supone tener en cuenta dos cosas. La primera que esta

extraña y morbosa hipocresía que contiene el “ideal juvenil de la fiesta y la

trasgresión” también es parte de la realidad y lo segundo que esta realidad

nos conduce a considerar que si la “acción efectiva” es la “abstemia

silenciosa”, no podemos actuar como si no supiéramos que las cosas

son así. Es decir, si no se establece un criterio de respecto hacia este grupo

mayoritario de no-consumidores, el programa no será creíble en lo “individual

e íntimo” y, por tanto, no tendrá ningún tipo de impacto. Aunque también hay

que considerar que afirmarlo de forma general suscitará el rechazo de todos,

de los que consumen (que necesitan aplicar la técnica de la “neutralización” de

Matza) y los que no consumen que quieren mantener de forma discreta su

opción.

6.3.- Las drogas como una cuestión a-problemática.

Un tercer elemento muy a tener en cuenta, y que los Grupos han

expresado con notable precisión, se refiere a algo que ya hemos mencionado

en diversos momentos: las drogas muestran actualmente un perfil de

problemas inmediatos muy bajo y aunque casi todos los jóvenes 18-27 años,

han oído hablar (y seguramente han participado en actividades preventivas)

119

de las consecuencias a largo plazo, lo cierto es que su consumo se vive, de

una forma muy mayoritaria como algo cercano y normal que no parece

especialmente peligroso.

De hecho los datos de la CAPV (en la serie “Euskadi y Drogas”), así

como los del CIS y del PNsD en el nivel nacional, muestran una tendencia al

descenso continua. Desde mitad de la década de los años 90, se vienen

produciendo a una pérdida de relevancia de la “peligrosidad de las drogas”

entre todos los grupos sociales y edades, pero especialmente entre los

jóvenes.

En el ámbito del Estado se ha creado incluso un “foro social” con una

cierta presencia de organizaciones de la CAPV, que tiene por objeto “combatir

la pérdida de sensibilidad ante las drogas por parte de la población”.

Como consecuencia los contenidos de las informaciones deben ser muy

cuidadosos ya que de una parte el programa se refiere a la reducción de los

riesgos más inmediatos (y estos deben ser ciertos), en un contexto en el que

los mismos son escasos, pero de otra parte la credibilidad de ADI! pasa por

mantener “lo sabido por todos”: que las drogas, empezando por el tabaco, son

peligrosas en términos de salud pública a largo plazo.

Por este motivo el discurso lógico, debería moverse sobre dos planos, el

inmediato, con los riesgos concretos y el del futuro con una oferta de atención

social y terapéutica, para cuando “surja” el problema, o expresado en otros

términos, explicar que la adicción puede aparecer y como reconocerla. Con

esto cubrimos dos objetivos, el primero de ellos, difundir la existencia de una

red asistencial (lo que es parte de las estrategias del Plan Municipal) y el

segundo mostrar que aunque el Programa ADI! es una estrategia de

Prevención Secundaria de Riesgos, no se olvida de “los otros” problemas de

las drogas. Por esta vía se hace más creíble.

120

6.4.- Dejar el protagonismo de la tarea preventiva a los

agentes naturales.

El eje básico de la propuesta consiste en otorgar todo el protagonismo

directo o de primera línea, a los propios jóvenes 18-27 años. Es decir, que

todas las acciones las emprendan jóvenes de estas edades no

profesionalizados. De tal manera que el trabajo institucional, previo a las

acciones de estos agentes naturales, resulte totalmente invisible. Esta es una

tarea sencilla que requiere, sin embargo, ser capaz de resistirse a los

profesionales que consideran que su misión como “educadores” es la de actuar

sobre la población diana.

Se trata, por tanto, de trabajar con auténticos mediadores sociales.

Pero aquí un “mediador” no es un educador, ni otro tipo de profesional, sino

un joven de estas edades que comparte el estilo de vida (y los consumos)

sobre los que vamos a trabajar y que no tiene ningún tipo de vínculo (ni

intención de meritoriaje profesional o curricular) con programas sociales. Por

este motivo les llamamos “agentes informativos” en este Informe, aunque no

estaría de más buscar otro término más aceptable y próximo a la población

diana.

Este modelo de actuación ha sido desarrollado por la Fundación Atenea

/ Grupo GID en el área de Reducción de Daños y Riesgos, y en particular en

Prisiones (internos que no utilizan o no quieren utilizar los Servicios Sanitarios

y Sociales Penitenciarios). Pero también con jóvenes, y actualmente ocultos,

inyectores de heroína, con consumidores de cocaína con un perfil integrado y

con adictos en la calle, todos ellos sin contacto con los dispositivos

asistenciales (García, 1998; García, 2002; García, 2003; García y otros 2004).

¿Cómo se consigue que alguien se adhiera al programa? Pues mediante

cuatro reglas básicas: 1) ofertándole algo que le resulte útil (y creíble) para si

121

mismo y para su entorno inmediato, 2) definiendo claramente que es lo que se

espera que haga, 3) que la acción tenga un escaso coste personal en tiempo o

en otros esfuerzos y 4) que ofrezca algún tipo de compensación.

En el caso de ADI! la oferta que se va a ofrecer es muy simple y se

llama información y conocimiento verdadero sin sesgos ni estereotipos. El

papel del Agente Informativo es el de trasmitir informalmente, a un número

mínimo de personas, pero que forman parte de su “cuadrilla” o círculo de

amistades con los que mantiene vínculos de confianza y con las que comparte

su estilo de vida, estos conocimientos, los cuales habrá adquirido en un tiempo

escaso (por ejemplo en un par de sesiones muy interactivas de un par de

horas cada una, con posibilidad de acudir después a otros recursos, como la

página Web) y en un lugar cómodo (una instalación comunitaria accesible).

Finalmente las compensaciones pueden ser monetarias (aunque este no

parece el caso) o regalos como entradas gratuitas u otras posibilidades (ahí es

donde debería contarse con el sector hostelería).

¿Cómo se establece el contacto primario? Pues diseñando estrategias de

Bola de Nieve y, en el caso de Bilbao, utilizando una gran variedad de

entidades para desarrollar el programa.

Por otra parte, la idea del “agente natural” supone que ellos mismos

elaborarán el contenido de la comunicación, es decir, se les facilitará un tipo

de información y conocimiento neutral que, tras un desarrollo previo que se

explica más adelante, que ellos, y sólo ellos, trasmitirán a sus pares. No valen,

por tanto, folletos ni materiales institucionales, por muy bien elaborados que

estén técnicamente, porque el programa ADI! se basara en las palabras de

los propios jóvenes. Existirá una información institucional y técnica

asequible, pero el papel de los “Agentes Informativos” es el de trasmitir, en

sus propios términos, esta información.

122

Como es posible que reclamen algún tipo de elemento de apoyo se

puede ofertar, sin obviar en ningún caso la condición anterior, algunos

soportes puntuales, como eslóganes, frases o imágenes. Para elaborar este

material se podrá realizar algún tipo de concurso entre los propios mediadores

(hay muchos jóvenes que han estudiado y trabajan en el sector diseño y

publicidad), excluyendo cualquier opción profesional formal.

6.5.- Mantener otros programas, estrategias y acciones y

establecer las adecuadas sinergias.

Aunque ADI! es, en esencia, el Programa expuesto en el apartado

anterior, resulta imprescindible mantener “los otros” programas que forman

parte de la 4ª línea prioritaria del Plan Local de Drogodependencias. En

particular hay que mantener el programa de Testing y Discosana, así como las

iniciativas que en este terreno estén llevando a cabo diversas ONGs.

Asimismo hay que reforzar la información sobre la red asistencial y

todos los programas de prevención primaria en la escuela. Ya se ha explicado

antes las razones que nos llevan a proponer un refuerzo de las inspecciones

sobre el sector hostelería.

Debe quedar claro que ADI! sólo funcionará como parte de un Plan que

escenifique con claridad el compromiso institucional, aunque, a la vez, este

compromiso institucional no tiene por que ser visible en el trabajo que van a

realizar los agentes informativos. Ellos no tienen que explicar que hay un

compromiso municipal con la prevención educativa, con la reducción del daño

o con una adecuada oferta asistencial, sino que simplemente este compromiso

debe existir y aparecer cuando se reclame.

123

Conviene aclarar que este documento no puede definir el nivel de

continuidad, ni la relación con ADI! con los otros programas preventivos de

Ayuntamiento de Bilbao, más allá de la necesidad de sus efectiva continuidad

y el establecimiento de sinergias mutuas. Pero una vez definido el contenido

metodológico de ADI! y aceptada la propuesta, tanto por el municipio como

por el grupo asesor, seria conveniente una sesión de trabajo en la que se

revisaran cada uno de estos programas, a partir de una presentación de sus

responsables, para establecer su grado de pertinencia en relación a ADI!

6.6.- El papel del “Agente informativo”, la cuestión de los

contenidos y el diseño de los soportes informativos.

Todo lo descrito en el apartado 6.4. significa que el Agente Informativo

actúa de manera informal, en un tiempo corto o largo, y facilitando la

información y los contenidos que considere convenientes, con los soportes

informativos que crea adecuados. De hecho el único riesgo que suele

aparecer, cuando se deja actuar a los agentes sociales a su albur, es que,

como ya se ha explicado, aparezcan contenidos demasiado negativos,

maniqueos y dramáticos.

¿Pero que se les dice a los Agentes para que ejerzan su función de

informadores? Es decir, tanto para que faciliten efectivamente informaciones

como para que estas sean ciertas y permitan reducir los riesgos. Pues la

verdad de forma llana, simple, sencilla y sintética. Lo cual no es tan sencillo

porque requiere formulas metodológicas adecuadas.

Es necesario, por tanto, conformar un “estilo formativo” común para

aplicarlo en las sesiones a realizar para los “Agentes Informativos” y que

124

deberán “aprender y compartir” todos los profesionales de las entidades que

van a participar en ADI!. Algo que no va a resultar fácil.

Sin embargo, como existen algunas experiencias de este tipo de

trabajo, se puede hacer una formación de los profesionales de las entidades

que van a actuar en ADI! mediante un seminario interno y restringido a

estos profesionales sobre “preparación de agentes de salud y diseño de Bolas

de Nieve”. En principio el seminario deberá durar unas 20 horas (tres días).

6.7.- Las estrategias de aproximación a la población diana.

Se han definido tres posibles poblaciones diana, el bloque general, el

bloque dos (alcohol, cocaína y otros estimulantes) y el bloque tres

(narcodieta). La aproximación a estas tres poblaciones no es un objetivo de los

profesionales de ADI!, los cuales se limitarán a localizar y a preparar a los

“agentes informativos”.

Pero para llegar a cada una de estas tres poblaciones tendremos que

contar con agentes que pertenezcan a cada una de ellas, lo que implica que se

deberá diseñar una estrategia para conseguir involucrar en el Programa ADI! a

posibles agentes pertenecientes a cada una de estas poblaciones, y como

veremos más adelante, que actúen en lugares prefijados.

Hay que entender que los sujetos concretos que forman parte de cada

una de estas poblaciones diana van a ser identificados por estos “Agentes

Informativos” de una forma natural. Nosotros elegimos las poblaciones diana,

pero no tenemos ni que identificarlas, ni prever estrategias de aproximación a

las mismas. De esto se encargan los “Agentes Informativos”, pero esta claro,

que la selección de los mismos es el punto clave del programa.

¿Cómo se hace esto? ¿Cómo se identifica una “Agente Informativo

perteneciente a uno de los colectivos diana?, pues utilizando la red de

125

contactos que permiten identificar a los agentes idóneos a los que ofrecer

representar este papel, a cambio de obtener información y otras ventajes.

¿Cuál es esta red? Pues la de las múltiples entidades que van a participar en el

Programa. Expresado en términos más precisos: la multiplicidad de

agentes profesionales, combinado con un control institucional

riguroso de los criterios comunes de selección, son los que

garantizan la idoneidad de los Agentes Informativos.

6.8.- Análisis de recursos disponibles.

En este Informe no se ha incluido un análisis de los recursos disponibles

para realizar el programa porque hasta no haber fijado las estrategias y las

actividades no se sabía cuales podrían ser estos recursos.

Ahora sabemos que necesitamos dos cosas, la primera un conjunto

amplio de entidades que trabajan en programas de drogas, juventud,

educación, migraciones y otros posibles programas sociales. Y la segunda un

buen conocimiento de la distribución, y la manera de poder acceder, a los

recursos comunitarios para utilizar en las actividades “formativas” de los

agentes. Entre tales recursos comunitarios no se puede obviar, aunque en

casos aislados, el soporte que ofrecen los propios locales de hostelería.

Recordemos que este conocimiento (y su plural distribución) es uno de

los elementos fundamentales a la hora de garantizar la idoneidad de los

Agentes Informativos.

6.9. - Fijar las zonas y los territorios de actuación.

En el análisis de los Grupos de Discusión se han establecido 17 zonas

caracterizadas por el consumo de drogas entre los jóvenes. Puede haber

126

algunas más pero entre ellas están las más conocidas y concurridas. El

programa ADI! debe actuar en todas estas 17 zonas y en la estructura general

de “lonjas” que se ha descrito más atrás.

La zonificación de las actuaciones permite diseñar, y distribuir, entre las

poblaciones diana, los esfuerzos de intervención. No se trata de que “actuar

sobre la zona” y en la zona, sino de utilizar el concepto geográfico para

muestrear las intervenciones. Es decir, y por ejemplo, podemos proponer

en este punto, que en cada zona deben realizarse al menos dos Bolas

de Nieve por, si es posible, dos entidades distintas.

6.10.- El papel de las entidades copartícipes.

Se trata de abrir un canal de financiación, en el que las entidades antes

mencionadas presenten sus proyectos. No se trata de que unas pocas

entidades gestionen todo el Programa, sino de diversificar la participación

hasta un punto óptimo: que haya suficientes entidades como para que se

pueda conformar una verdadera red de contactos que alcance la totalidad de

la población diana y las zonas de actuación, y que no sean tantas como para

que sea imposible evaluar su trabajo.

En principio se puede pensar entre diez o doce entidades. Aunque

algunas pueden desarrollar una sola Bola de Nieve y otras hacer ocho o diez

(hacer más parece improcedente). Cada “Bola de nieve” contará al menos con

nueve Agentes Informativos y en ningún caso superara los catorce. Cada una

de ellas especificará cuantos Agentes va a formar y se percibirá una

compensación equivalente al trabajo realizado (hay que tener en cuenta que

la localización, animación y selección de los “Agentes Informativos” es la tarea

mas costosa). Las propuestas de zonas de actuación y población diana las

presentará cada entidad en función de sus posibilidades. Es decir, de los

contactos que le permitan acceder a estos agentes y movilizarlos.

127

Aparte, una o varias entidades pueden trabajar el tema del desarrollo

de contenidos e imágenes por los propios jóvenes y para el conjunto de la red

de entidades que participan en el proyecto.

Al menos dos profesionales de cada entidad deberán participar en el

seminario interno de formación.

Aparte de financiar su trabajo las entidades participantes se abrirán un

nuevo ámbito de actuación y aprenderán un nuevo estilo de trabajo.

El Ayuntamiento deberá nombrar a dos o tres supervisores que se

encarguen de controlar la eficacia y la efectiva realización del trabajo.

También hay que definir una temporalización adecuada, ajustada a

presupuestos, que entienda que la fase previa (seminario y definición de

contenidos) requiere un tiempo, y que las Bolas de Nieve para “Agentes

Informativos” no deben prolongarse más allá de cuatro meses.

6.11.- La distribución y el número de “agentes

informativos”.

La cifra idónea de “agentes informativos” que pasan por la “acción

formativa” se estima entre 300 y 500 y cada uno de ellos debería justificar que

puede difundir esta información, de forma directa, al menos a un núcleo de 10

personas.

Con estas cifras, y el número de entidades antes mencionadas, estamos

hablando de realizar entre 27 y 45 Bolas de Nieve, es decir que la media por

entidad sería ocuparse de realizar entre 3 y 4 Bolas de Nieve.

Es obvio que la mayor parte de estos agentes se limitarían a difundir

conocimientos en el tema “alcohol y cánnabis”, pero una parte de ellos debería

128

ser “formado” en los contenidos del bloque 2, que incluye cocaína y otros

estimulantes, y unos cuantos en el conjunto de la “narcodieta”.

Entre los mismos se puede imaginar que algunos se interesarán por el

tema y demandarán mejor formación, en este caso se les puede ofrecer

participar en aquellos programas complementarios que ya están en marcha e

incluyen acciones formativas más complejas.

La “selección” debería responder a criterios de proximidad social, es

decir, de estilos de vida y consumos compartidos. Esto significa que un sujeto

con el estilo de vida alcohol y cánnabis no vale para trabajar los conocimientos

del bloque 2 ó 3, pero también de zona y de “ambiente”, ya que deberían

estar representadas todos las zonas de Bilbao identificadas en este Informe y

espacios como las Lonjas.

En principio los “Agentes informativos” deberían ser exclusivamente

vecinos de Bilbao.

Aunque no es fácil cuadrar el perfil de los Agentes con tantas variables,

debería existir una cierta proporción por edad y género. En este último caso

debería hacerse un esfuerzo especial para evitar una sobre-representación de

chicas. Teniendo, además, en cuenta que la población diana es más masculina

que femenina.

6.12.- ¿De que riesgos podemos hablar con los jóvenes?

En la delimitación de los riesgos que conforman los Programas de

Prevención Secundaria de Riesgos y que representan el contenido de las

informaciones que faciliten los “Agentes Informativos” influyen diversas

variables:

129

En primer lugar la población diana, sus características socio-culturales

y sus comportamientos de riesgo.

En segundo lugar las estrategias de difusión de la información que

se prevean en el programa.

En tercer lugar el grado de consentimiento real del grupo promotor

de agentes profesionales, representados por las entidades participantes, el

grupo asesor y los supervisores externos.

Así por ejemplo en la experiencia de la Fundación Atenea, las Bolas de

Nieves con consumidores de cocaína contemplan informar sobre riesgos

distintos según se hagan a un grupo de jóvenes más o menos marginales en la

calle, a un grupo de consumidores que deambulan por discotecas caras o a un

grupo de presos. Hay que factores de tiempo, de interés, de efectiva presencia

de estos riesgos, de perfil de los agentes informativos, de necesidades de la

población diana (¿Qué puede entender y que no puede entender? ¿Qué

atención le va a dedicar?) y de actitud del grupo promotor, que nos permiten,

por ejemplo, disponer de un manual sobre riesgos de la cocaína de cincuenta

páginas porque en la cárcel el tiempo disponible no tiene limites y el Agente

Informativo tiene que responder a “todo”. En cambio con consumidores de

cocaína de estatus alto y propietarios de coches de gran cilindrada, ciertas

cuestiones de salud son menos relevantes y la cuestión de los accidentes de

trafico y la perdida de control en las relaciones sexuales son muy relevantes.

En este caso el manual correspondiente apenas tiene 15 paginas.

Estos tres grupos de variables determinan el contenido de los riesgos

sobre los que se va a trabajar. Su definición es, por tanto, un proceso, que

comienza una vez asumido este proyecto. La fase siguiente seria un grupo de

trabajo, organizado en función de quien vaya a asumir la responsabilidad en el

seminario de formación para los profesionales de las entidades involucradas.

130

Finalmente la definición de los riesgos se establecería en el mencionado

seminario. Hay que entender que esta lógica se aparta del modelo de “riesgos

objetivos” fijados con criterios médicos o sociales y adopta una lógica

alternativa en el que el riesgo se define en otros términos: posibilidad y

oportunidad de realizar una correcta información, aceptabilidad de la misma,

relación con los comportamientos reales del grupo y duración de la formación

de los Agentes Informativos.

También conviene clarificar que en estos mensajes no pueden, como

ya se ha dicho con anterioridad, faltar dos elementos: el conocimiento de los

recursos asistenciales y sus funciones, así como un somera descripción de los

efectos sobre la salud pública a largo plazo.

Menos clara resulta la cuestión de los “primeros auxilios” que quizá

debería debatirse en este proceso.

6.13.- La evaluación.

El programa ADI! va a completar los tres momentos de la evaluación.

Este Informe supone el primer momento de análisis de la realidad y permite

sostener de forma adecuada las decisiones en torno a la planificación del

mismo. Posteriormente y de acuerdo con las características definitivas del

proyecto se establecerán algunos registros para valorar el desarrollo de

procesos y procedimientos.

Finalmente se realizará una evaluación de impacto, mediante Grupos de

Discusión y siguiendo un modelo ya diseñado para este tipo de programas

(Comas, 2001). En concreto esta propuesta se sustancia en 9-12 Grupos de

Discusión, seis de ellos serán los mismos, y si es posible con los mismos

participantes o similares, que se han realizado para este Informe. Otros tres se

conformarán a partir de los “agentes informativos”, uno para el primer bloque

131

de la población diana, otro para el segundo y otro para el tercero. Existirá

también un grupo (o dos) con las entidades participantes. También es posible

pensar en otros Grupos para medir el “impacto externo”, como por ejemplo

Medios de Comunicación locales, responsables de programas sociales y de

juventud, o incluso ciudadanos sin más.

132

7.- ANEXO: GUIÓN DE LOS GRUPOS

GUIÓN DE LOS GRUPOS DEL PROGRAMA A.D.I.

Presentación de los miembros del grupo: nombre, edad, residencia, profesión,

...

1.- ¿QUE PASA EN BILBAO?

Descripción de consumo de drogas de los jóvenes (18-27 años) en su tiempo

de ocio (fin de semana) en Bilbao:

• qué drogas se consumen: cuáles son las emergentes

• discurso individualizado de las drogas: cannabis, cocaína,

pastillas-éxtasis, ketamina, LSD, speed-anfetaminas,...

• de cada una de ellas deberemos trabajar: la edad de consumo, el

género de consumo, los estilos de consumo, las zonas de

consumo, los patrones de consumo (forma de consumo,

cantidades, momento de consumo, frecuencia de consumo, ...)

• de cada una de ellas también trabajaremos las expectativas de

consumo de los jóvenes, la imagen social que tienen, los riesgos

(consecuencias inmediatas) más frecuentes de cada una de ellas

133

(Informe ADI) y la percepción que los consumidores tienen de

esos riesgos

• drogas que se están poniendo de moda, drogas emergentes

• también trabajaremos los policonsumos: tipos más frecuentes de

policonsumos y características de esos policonsumos (como en el

discurso anterior de las drogas)

Trabajaremos con un gran mapa de Bilbao desplegado en la pared y

anotaremos sobre él todo el discurso del grupo.

En principio, los discursos sobre el tabaco no interesan (excepto el plano

espontáneo), al igual que los discursos del botellón.

2.- PROPUESTAS DE ACCIONES DE REDUCCION DE RIESGOS ANTE

ESTA SITUACION

• Inicialmente, pediremos al grupo que indique qué acciones propone que

se lleven a cabo para reducir los riesgos en el consumo de drogas:

enumeración de las acciones durante 5 minutos (estilo brain storming)

individualmente en un folio

• Seguidamente, se pone en común (10 minutos) y se agrupan las

acciones por “familias” hasta tener un listado exhaustivo y excluyente

de las propuestas concretas

3.- PRIORIZACION DE LAS ACCIONES PROPUESTAS

Priorizaremos las acciones propuestas. Para ello cada uno de los asistentes al

grupo, de forma individualizada ordenará las propuestas según sus

preferencias y otorgará una serie de puntuaciones a las propuestas que

considera más adecuadas: 10 puntos a la propuesta preferida; 7 puntos a la

segunda propuesta; 5 puntos a la tercera; 4 puntos a la cuarta; 3 puntos a la

quinta; 2 puntos a la sexta; y 1 punto a la sexta propuesta.

134

A continuación se calcularán las puntuaciones y se expondrá el orden final y

definitivo de prioridades: éste será el “plan de acciones del grupo”

4.- DESARROLLO DE LAS PROPUESTAS

A continuación, seleccionaremos las 6 propuestas más votadas y pediremos al

grupo que las desarrolle. Para ser más operativos, haremos dos subgrupos en

el propio grupo y les pediremos que durante 30 minutos desarrollen por

escrito cada uno de ellos 3 propuestas (10 minutos por propuesta),

estableciendo de la manera más minuciosa posible sus características:

o objetivos de cada propuesta: qué se pretende

o público al que va dirigido: edad, sexo, formación, droga

consumida, etc.

o lugar de desarrollo de la propuesta

o forma de acceso a los jóvenes, cómo podemos llegar a ellos

o momento de desarrollo de la misma

o eficiencia del programa: esfuerzo frente a resultados

5.- RESISTENCIAS Y CONFLICTOS QUE PUEDEN GENERAR LAS

PROPUESTAS

Finalmente, propondremos al grupo que nos hable de las resistencias y

obstáculos que oponen o pueden oponer a las acciones propuestas diferentes

grupos y agentes sociales como asociaciones vecinales, representantes del

ayuntamiento, políticos, educadores (profesorado), asociaciones de padres y

madres, etc.

Trabajaremos con el orden de prioridades de las propuestas de acción,

dedicando alrededor de 10 minutos a cada una, hasta consumir el tiempo

135

inicial del grupo (de ese modo habremos trabajado con las 4 propuestas más

votadas).

LOS GRUPOS

• Grupo 1: Expertos y profesionales

• Grupo 2: SOC

• Grupo 3: Educadores Sociales

• Grupo 4: Hosteleros

• Grupo 5: Organizaciones Juveniles

• Grupo 6: Agentes Involucrados

136

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