Alvarez, Lado y Otros. La_apropiacion_subjetiva
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LA APROPIACIÓN SUBJETIVA DE BIENES MATERIALES: ENTR E EL
CONFORMISMO Y EL PROTAGONISMO DE SUS BENEFICIARIOS . Análisis
de los resultados alcanzados en una propuesta de inclusión social no
gubernamental.
Autores : Blanca Álvarez, Gisela Lado, Claudia I. Bazán, Fernando Bóveda
… la investigación participativa debe encaminarse hacia el logro de un poder popular, un poder que
permita a los pueblos volverse protagonistas de su propia historia y realizar aquellos cambios que hagan a las sociedades latinoamericanas más justas y humanas
(Martín-Baró, 1986, p.228-229).
RESUMEN
El presente artículo tiene como objetivos esclarecer qué factores dificultan la
apropiación subjetiva de bienes materiales en procesos de inclusión social y
analizar la relevancia que tiene la participación de los distintos actores sociales
en dichos procesos. Para ello, analiza una Organización No Gubernamental
(ONG) que trabaja en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en colaboración
con entidades gubernamentales, en la construcción de viviendas definitivas. La
propuesta de la ONG es integral ya que realiza construcciones de buena
calidad como reemplazo de las viviendas precarias -personas que habitan en
barrios carenciados- o inexistentes -personas en situación de calle-, e incluye
capacitación y trabajo, entre otros beneficios. Sin embargo, los datos
recabados muestran que algunas de las familias implicadas -tanto aquellas que
podrían incluirse en el proyecto como las que efectivamente lo están- tienen
dificultades para alcanzar una apropiación subjetiva de los bienes materiales
ofrecidos. Para esta investigación, de corte cualitativo, se han realizado
entrevistas y observaciones de campo a los miembros de la ONG,
beneficiarios1 y vecinos, y analizado fuentes secundarias.
Palabras clave: Vivienda – trabajo – conformidad- autogestión - subjetividad
SUBJECTIVE APPROPRIATION OF MATERIAL GOODS BY BENEFICIARIES:
FROM CONFORMISM TO PROTAGONISM: Analysis of the results achieved in
a non-governmental proposal for social inclusion.
The aim of this article is to clarify the factors that prevent the subjective appropriation of
material goods in social inclusion processes and analyze the relevance of the
participation of different social actors in such processes. It reviews the work
performed by a Non Governmental Organization (NGO) working, in collaboration with
government agencies on the construction of permanent housing in Buenos Aires City.
The NGO's proposal is integral and aims at replacing substandard housing (for people
living in slums) or nonexistent housing (for the homeless) by quality construction. The
project includes training and work, among other additional benefits. However, the data
gathered in this survey show that some of the families involved -both those that could
be included in the project and those already participating in it- are finding it difficult to
achieve a subjective appropriation of the material goods offered. This qualitative
research is based on interviews and field observations involving NGO members,
beneficiaries and neighbors. Secondary sources have also been analyzed.Key
words: Housing - work - conformism - self management – subjectivity
Introducción
El presente artículo se inscribe en el tránsito entre el proyecto “Narrativas del
desamparo: conformismo, mesianismo, opciones críticas” (Programación
Científica UBACyT 2008-2010, Código y Nº P058) y el actual, denominado
"Luchas por y en el territorio: fronteras en movimiento y prácticas de
ciudadanía" (Programación Científica UBACyT 2011-2014). Los objetivos de la
investigación marco son analizar dos tipos de fenómenos que son producto de
iguales condiciones macroeconómicas y que afectan a grupos sociales
marginalizados, en la medida que sus derechos respecto del trabajo y la
vivienda dignos solo están proclamados formalmente (Robertazzi, Ferrari,
Bazán y Pertierra, 2008, p. 279); e indagar distintas propuestas públicas,
privadas y autogestionadas frente a la problemática planteada.
Los procesos de inclusión y exclusión social surgen como resultado de
dinámicas políticas, sociales e históricas, y se relacionan con el poder social y
la acumulación de riquezas que dejan a otros en estado de indefensión. Los
diversos planes económicos y las políticas de desregulación propuestos
durante las décadas de los '70 y '80 en Argentina condujeron a una creciente
desindustrialización y a una reorientación de la economía hacia la especulación
financiera no productiva. Esta situación trajo aparejadas importantes
transformaciones en el mercado de trabajo y una etapa de hiperinflación
durante la década del ‘80 y principios de los ‘90 que generó la pauperización de
los sectores medios y un creciente deterioro en los grupos de menores
recursos de la sociedad (OIT, 2007).
La reforma del Estado y el ajuste estructural llevados a cabo en el contexto
regional, nacional y local desde los ’90 sobre las condiciones de vida de los
sectores populares, se articularon en torno a los imperativos de la privatización
de los servicios públicos, la liberalización de los mercados y la
descentralización político-administrativa. En materia de política social, significó
la remercantilización de los servicios sociales o su transferencia a las
comunidades, según el caso, a la vez que se procedía al desmantelamiento de
las antiguas regulaciones que habían sido impuestas a la condición salarial
bajo la égida del Estado Benefactor (Ferrari, Bazán y Logiúdice, en prensa).
Posteriormente a la caída de la convertibilidad a fines del 2001, el nuevo
proyecto político del gobierno nacional entrante instaló la construcción de
viviendas sociales a escala nacional como eje central de la agenda pública (del
Rio, 2008). Esto acompañó un paulatino fortalecimiento de la economía y
progresivamente bajaron los índices de desempleo. “En tal contexto, mientras
parecía normalizarse la situación laboral de la clase trabajadora, el problema
de la vivienda ocupaba cada vez más espacio en la escena pública y los
medios de comunicación de masas” (Robertazzi, Ferrari, Pertierra, Bazán,
2009, p. 278). Sin embargo, a partir del 2007, la crisis financiera internacional
llevó, en Argentina, a la caída de los precios de exportación de materias
primas, unida a las retenciones impuestas por el gobierno, afectando
fuertemente la rentabilidad agropecuaria, con el consecuente recrudecimiento
de los problemas económicos en nuestro país (Conesa, 2008).
En el caso específico de la política habitacional, la misma experimentó, como el
resto de la política social, un proceso de desmantelamiento de sus antiguos
dispositivos y, en su lugar, una proliferación de las herramientas de
intervención asistencial, especialmente materializadas en programas de
alojamiento transitorio en hoteles o pensiones, que se generalizaron a partir de
la segunda mitad de la década de los ’90, cuando se tornó inevitable la
visualización del incremento de la población en situación de calle. El Estado
Nacional dejó de ser responsable de la provisión de viviendas, como producto
de haber delegado dicho problema en los gobiernos provinciales.
Contrariamente a lo esperable, el nuevo gobierno de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires (C.A.B.A.) asumido en 2007, aceleró la extinción de los
programas vigentes en el Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC2). Además,
promovió un cambio en su orientación: ahora se ocuparía de la construcción de
inmuebles para los sectores medios, regido por criterios de rentabilidad
(Ferrari, Bazán & Logiúdice, en prensa). Como señalan Robertazzi y otros
(2009), es notorio el contraste entre lo que la página oficial del IVC presenta y
los datos obtenidos de los funcionarios que allí se desempeñan, como podrá
observarse más adelante en los testimonios.
El espacio en que se vive y el trabajo son temas centrales por los efectos de
subjetividad que producen (Robertazzi et al., 2009). Por este motivo el artículo
se propone analizar cómo afecta el modo de funcionamiento de una
Organización No Gubernamental (ONG3) en el proceso de apropiación
subjetiva de bienes materiales en el marco de un programa de inclusión social,
dado que las modalidades de respuestas que ofrece el Gobierno de la Ciudad
son cada vez más escasas. Dicho objetivo se abordará, con metodología
cualitativa, a partir de los testimonios brindados por miembros de la ONG y
vecinos del barrio –más de una entrevista por categoría-, y material escrito de
la ONG. Asimismo se analizarán los testimonios de miembros del IVC, que
permiten contextualizar la temática. El estudio se basa en las actividades que la
organización desarrolla en un barrio precario de la C.A.B.A..
Uno de los principales resultados obtenidos en las investigaciones anteriores
fue la identificación de distintas posiciones subjetivas de los individuos y
colectivos en situación de vulnerabilidad –y por supuesto sus consecuencias.
Estas posiciones fueron denominadas, de modo muy básico, como
conformismo, mesianismo y opciones críticas o protagonismo en la
transformación (Robertazzi et al., 2009). Se usarán estas categorías para
pensar los modelos de participación que promueve la ONG y las
consecuencias que pueden tener en la apropiación subjetiva de los bienes
materiales obtenidos.
Metodología
El tipo de estudio propuesto es exploratorio descriptivo, de casos múltiples
intencionalmente seleccionados. La metodología es cualitativa y las principales
técnicas de producción de datos consisten en estrategias conversacionales y
observacionales, las que se complementan con análisis de documentos como
fuentes secundarias. En cuanto al registro de datos, las entrevistas se graban,
con bajo nivel de edición (Farías & Montero, 2005), mientras que la
observación etnográfica se registra por escrito en cuadernos de campo. Los
datos textuales de los entrevistados se procesan mediante análisis del
contenido (Bardín, 1986) y análisis crítico del discurso (Iñiguez-Rueda, 2003).
Se recogieron los testimonios brindados por los miembros de la ONG,
beneficiarios de la misma y vecinos. Asimismo fueron entrevistados
funcionarios públicos -pertenecientes a las áreas encargadas de implementar
las políticas públicas de vivienda- con el objetivo de alcanzar una mejor
comprensión de las políticas públicas de gobierno de la C.A.B.A., que
contextualizan el problema a estudiar. Durante el trabajo de campo se
realizaron entrevistas semi-dirigidas a interlocutores clave. Contamos con
cuatro entrevistas al plantel de la ONG: una psicóloga (E1), dos trabajadores
del área social (E2, E3) y una capacitadora (E4); dos relatos de beneficiarios
(B1 y B2), dos funcionarios de IVC (F1 y F2) y charlas informales con personas
cercanas a la construcción de las viviendas que no pueden acceder a las
mismas o no lo desean. Todas las entrevistas y aproximaciones al campo se
realizaron con el consentimiento informado de los personas intervinientes.
Procesos de inclusión social. Un bien preciado: la vivienda
El “(...) acceso a una vivienda digna” (Constitución de la Nación Argentina, art.
14 bis, 1994) es un derecho constitucional inalienable. Sin embargo, las
políticas implementadas por el gobierno de la C.A.B.A. como respuestas a las
necesidades de sus ciudadanos son cada vez más deficitarias. Según las
entrevistas realizadas a funcionarios del IVC:
Actualmente éste organismo solo se ocupa de la regularización dominial
y catastral (F1).
Todo el tiempo se hacen programas para ir a censar, son programas que
nunca se terminan y siempre se vuelven a empezar. […] No hay
compromiso social para solucionar el tema de la vivienda […] en el
presupuesto hay mucho dinero […] hay mucha corrupción. Hay
formularios para solicitud de créditos, pero no hay créditos (F2).
A pesar de reconocer la importancia de realizar un estudio más abarcativo de
las propuestas de entidades gubernamentales, no gubernamentales y
autogestivas, en este trabajo solo se analizará una ONG en particular que
combina fondos privados y estatales, en tanto es un caso que permite pensar
las categorías propuestas.
El proyecto de la ONG seleccionada como caso, se desarrolla dentro del marco
programático de la Subsecretaria de Obras Públicas del Ministerio de
Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios de Nación. La construcción
de viviendas es entendida como parte de un sistema general de urbanización
que contempla tanto la recuperación de un espacio habitacional, como la
posibilidad de recibir capacitación que facilite a sus habitantes la conquista de
un trabajo digno que los incorpore al mercado laboral: “...lo que se planteó era,
con este proyecto, no solamente reponer esas viviendas a la gente que quedó
en la intemperie, sino generar trabajo para un montón de gente que estaba
desempleada, cartoneando4” (E1). La construcción de viviendas, entonces, es
el eje que entrecruza otros dos derechos ciudadanos: “El trabajo como
herramienta de reinserción y la educación como derecho” (material escrito de la
ONG).
La propuesta de la ONG implica tanto una fuerte organización -que incluye un
equipo de trabajo integrado por ingenieros, psicólogos y trabajadores sociales,
entre otros profesionales- como la participación autogestiva de la población
(información extraída de la página WEB de la ONG). En este sentido, busca
fomentar un compromiso activo con vistas a la transformación de la situación
de marginalidad a la cual fueron empujados vastos sectores de la población5 –
estas afirmaciones serán retomadas más adelante. Para que un plan de
urbanización se exprese como un esfuerzo comunal y colectivo, es necesario
que el mismo sea catalizado y valorado como propio por la comunidad:
[Por ello, los vecinos] participan de la construcción, pero no es con el
sentido de la autoconstrucción que construyen su casa […] son parte de
este colectivo que construye […] se hace un censo y se convoca un
integrante de cada familia que va a ser beneficiaria a que participe en la
construcción (E1).
Las viviendas que construye esta organización, a diferencia de otras ONG
estudiadas por el equipo de investigación –por ejemplo una organización que
vende a los beneficiarios una casilla de madera sobre pilotes, sin baño ni
cocina, por el diez por ciento de su valor (Siedl, Bazán y Cazes, 2009)- se
caracterizan por mantener e incluso superar en muchos aspectos los
estándares de calidad y confiabilidad habituales. Tienen dos, tres o cuatro
dormitorios, lavadero, baño, living-comedor y cocina, y están totalmente
equipadas y amuebladas (heladera, calefacción, mobiliario). Además, el
proyecto apunta a lograr un equipamiento comunitario integral con escuelas,
centros comunitarios, áreas recreativas y deportivas (información extraída de la
página WEB).
Según los datos recolectados con los miembros de la ONG entrevistados y en
el relevamiento de fuentes secundarias, se pueden inferir al menos dos
modalidades de puesta en marcha del plan de urbanización, que varían de
acuerdo al contexto donde se desarrolla (esta propuesta está siendo
implementanda en diferentes barrios de todo el país):
1- la construcción de viviendas en un predio cedido por el Estado para
tal fin, “(...) hicimos 780 viviendas6, los barrios están al costado. Acá el
IVC dio un predio muy grande que estaba destinado para construir...”
(E2).
2- la destrucción de las construcciones existentes para edificar las
nuevas: “(...) se tira abajo una parte de la villa7, y se le da una vivienda
transitoria para en ese lugar hacer el edificio, después esa gente se
muda” (información de la página WEB).
En cuanto al trabajo, el objetivo de la ONG es tanto dar empleo en condiciones
dignas -es decir en relación de dependencia, con aportes patronales y
seguridad social- como la formación en oficios e incluso la alfabetización. Las
empresas contratadas participan en la formación de los vecinos como
trabajadores, por eso el bajo rendimiento durante el proceso de aprendizaje no
es causa de despido, ya que el interés es que se ejerciten en un oficio y que
tenga un salario:
… al tomar todos desocupados, que tenían que aprender con nosotros
[…] el ingeniero que trabaja con nosotros dijo que un albañil tarda, en un
día hace quince metros de revoque, alguien que empieza con nosotros
hace un metro, se le cae y por ahí termina la jornada haciendo más o
menos dos metros (E1).
El diseño del plan habitacional contempla la instalación de comedores donde
desayunan, almuerzan y meriendan los obreros de la construcción, un
vestuario, aulas para capacitación y un taller de costura donde se confecciona
toda la ropa de los trabajadores y elementos complementarios destinados a los
obradores y a las casas construidas (manteles, cortinas, delantales de los
comedores, etcétera). Además, cuenta con un jardín maternal para los niños de
los trabajadores con todo un plantel de profesionales y mamás cuidadoras. Los
vecinos trabajan y se capacitan en los distintos espacios; no solo en la
construcción:
Y entonces se organizó capacitación con nutricionistas de políticas
alimentarias. […] cómo hacer un menú y que sea una buena
alimentación para alguien que está en la construcción. […] armamos
centros educativos en cada obrador, porque algunos nunca pudieron
acceder a la lecto-escritura, entonces hay alfabetización, algunos no
terminaron la primaria, entonces hay terminalidad de primaria y […]
secundaria (E1).
Este proyecto, entonces, apunta a un cambio donde la inclusión social es
prioritaria. Sin embargo, como veremos más adelante, a partir del análisis del
material de campo se observan dificultades en la apropiación subjetiva de los
bienes materiales ofrecidos.
El proceso de involucramiento vecinal. La autogesti ón y las vicisitudes de
su implementación
Como ya se señaló anteriormente, el programa habitacional de la ONG es
integral y enuncia que la participación es autogestiva. Sin embargo, no todos
los vecinos quieren participar o en el caso de hacerlo, algunos no logran asumir
el proyecto como propio. Los integrantes de la ONG perciben estos conflictos:
Aparecieron dificultades para apropiarse del espacio. Es que la mejora
material es inmediata y muy brusca; hay dificultades de mantenimiento,
edificios destruidos en dos meses. Entre los adjudicatarios surgían
problemas de convivencia, difíciles de solucionar (E4).
¿Qué variables influyen para que se den estas dificultades? Según Hernández
(1996), la autogestión es un proceso que vive la comunidad, en el cual
desarrolla la capacidad de control sobre las situaciones que la afectan. Esto es
posible cuando los distintos actores participantes ponen en juegos sus recursos
y exigen al otro cumplir con su rol. En esta experiencia compartida, la ONG
hace referencia permanentemente a dicha modalidad de gestión; no obstante,
sus actos muestran lo difícil que es su implementación: es la cabeza de la
organización la que se ocupa de diagramar el proyecto, sus objetivos y las vías
de realización. “La fundación se presenta y gana una licitación […] para la
construcción de viviendas […] la modalidad de trabajo [usada en una obra
previa] se propone como modelo y se aplica a la organización de la nueva
obra” (material escrito de la ONG). No parte de una diagramación conjunta con
los vecinos, sino que propone una relación asimétrica, como se evidencia en
que los beneficiarios ingresan como empleados de la ONG: “… se ingresa
como trabajador dentro de la fundación y se los va capacitando” (E1).
Dicha posición asimétrica también se puede observar en el siguiente fragmento
de entrevista: “La verdad, no puedo decir nada de cómo viven ahí, las casas
son muy lindas y confortables, les dieron trabajo, los tienen en blanco, los
vecinos que viven allí están chochos8” (E4). Es la ONG la que define e
implementa los objetivos; provee capacitación, trabajo y estabilidad laboral. En
el proyecto no hay lugar para la co-construcción.
Desde la mirada de la psicología social latinoamericana, en el trabajo
comunitario es necesario plantearse cuándo se está frente a una problemática
social y cuál es la mejor solución a la misma, sin caer en la falsa creencia, por
cierto reduccionista, de que si para nosotros determinada realidad representa
un problema o tal solución es la mejor alternativa, también lo debe ser para el
otro. De modo que es imprescindible contemplar una tarea inclusiva donde el
otro se constituya en base a la igualdad y respeto por las diferencias singulares
(Hernández, 1996; Montero, 1996; Robertazzi, 2006). El verdadero cambio
transformador es el que se produce desde abajo; es decir, ‘desde’ quienes
tienen una carencia –en este caso habitacional y laboral- y no ‘para’ ellos
(Freire, 2009; Martín-Baró, 1986). Como señaló uno de los entrevistados:
Es más fácil si hay lucha previa desde una cooperativa, ahí tienen más
idea. Como nos pasó en [otra cooperativa] que sí había una comisión
previa aceitada y nos decían, ustedes tienen… pero nosotros queremos
esto y esto [sic], por ejemplo dónde ubicar la plaza, infraestructura
comunitaria; o intervinieron en la lista de beneficiarios (E2).
La ONG analizada, en cambio, considera las necesidades de los vecinos desde
su propia perspectiva, de ahí que haga hincapié en que las casas tienen que
ser lindas. En este sentido E3 enfatiza que: “antes hacían viviendas para
pobres. Típico Ramón Carrillo. [La cabeza de la organización] dice ‘yo quiero
viviendas hermosas’, por la dignidad, lo estético no es sólo para las clases
altas”. En este contexto cabe preguntarse si solo hay una única estética o cuál
es la estética que privilegian los beneficiarios, y si para ellos este es un objetivo
primordial. Los siguientes testimonios contradicen la hipótesis meramente
estética:
Muchos vecinos no quisieron acceder a una vivienda porque el tipo de
construcción no contemplaba un lugar para sus carros (E3).
No mucha gente está interesada en mudarse porque las viviendas tienen
un gran defecto: no hay posibilidades de ampliación. Las familias son
numerosas y unidas, por ejemplo una hija se hace madre, y en las otras
casas le hacen una habitación al lado, y con estos edificios no se puede.
Además la inversión, el ahorro de la gente es construir, hacer una piecita
y alquilarla (E 4).
Trabajo comunitario y autogestión son dos conceptos que nos permiten
analizar el compromiso asumido por la ONG. Según Freire (2009), la
autogestión es una vía que permite optimizar los recursos de la comunidad,
generar la concientización de sus necesidades y capacidades, para desechar
propuestas inútiles. Los siguientes fragmentos de entrevistas muestran que los
mismos miembros de la organización perciben que no se realizó un trabajo
autogestivo: “El problema es que se metió gente a los edificios sin un trabajo
social previo” (E1). “Yo creo que el proyecto […], que es fantástico, no funcionó
porque los vecinos no lo vieron como una necesidad propia” (E3). Asimismo, la
verticalidad de la ONG y la falta de compromiso de los beneficiarios con el
proyecto se evidencian en la respuesta que E3 dio frente a la pregunta del
entrevistador:
¿Cómo se incluyen los posibles beneficiarios en el proyecto?
E3: Buscan en el barrio. Se le pregunta a los referentes. Algunos no
sabían ni a qué iban. Como te decía, las cuadrillas [de trabajo] son
heterogéneas. Hay gente que genera quilombos cuando está en grupo,
hay que aprender a estar con otros. O decían, yo vine por Juanita;
Juanita no me dijo que había que colaborar, que creían que bastaba con
anotarse para cobrar y no hacía falta trabajar.
Se vuelve indispensable conocer, en primer lugar, los factores culturales,
sociales y simbólicos, implicados en los procesos de subjetivación y
organización de una comunidad, es decir, cómo han construido su relación con
el medio, y los procesos de conciencia en que han participado (Álvaro, 1999).
El emergente a tratar como problemática social debe ser consecuente con
dicha realidad, de no ser así, se corre el riesgo de caer en una parcialización
errónea del conocimiento psicosocial: abordar al otro, mirarlo, analizarlo, solo
desde la perspectiva de uno (Montero, 1996). Esto no fue visualizado por la
ONG, como puede verse en las citas anteriores “las casas tienen que ser
lindas”, “no contemplaba un lugar para sus carros”, “no hay posibilidades de
ampliación”, o en el siguiente testimonio:
El barrio […] es algo especial; en la clase media, por ahí uno ni ve a su
vecino, si tenés un problema con alguien lo ignorás, si te llevás mal con
una vecina, no la saludás más, y listo. Podés poner una distancia, o
recurrir a alguna autoridad que medie. En las villas no hay posibilidad de
ignorarse. Se dan bola para lo bueno y lo malo [sic]. Frente al mal
vínculo no hay aislamiento o ignorancia, como te decía que te podía
pasar a vos. Pero esto nadie lo consideró (E3).
De allí la importancia de revisar los modos de vinculación entre los
beneficiarios y la organización para que un proyecto de estas características
pueda desarrollarse de manera exitosa.
La apropiación subjetiva del espacio y bienes mater iales. Pérdidas,
renovaciones y resignificaciones.
Los vínculos que las personas establecen con los espacios han sido tema de
múltiples investigaciones. Tempranamente, Foucault (1992) planteó que el
territorio es además de una noción geográfica, una concepción jurídico-política,
dado que es controlado por un cierto tipo de poder. El territorio y la región -
construcciones sociales móviles, cambiantes, desequilibradas- expresan la
espacialización del poder y de las relaciones de cooperación o de conflicto que
de ella se derivan (Berger, 1971).
Toda relación social se manifiesta como territorialidad y esta no es solo el
marco espacial que delimita el dominio soberano de un Estado; también es el
despliegue del poder desde múltiples actores sociales: individuos, grupos y
organizaciones; empresas locales, nacionales y multinacionales. La actividad
espacial de los actores es diferencial y, por lo tanto, su capacidad real y
potencial de crear, recrear y apropiarse del territorio es desigual; se
superponen distintas territorialidades, con intereses distintos, con
percepciones, valoraciones y actitudes diferentes. La realidad geosocial es
cambiante y permanentemente produce nuevas formas de organización
territorial. El sentido de pertenencia e identidad (Arfuch, 2005), el de conciencia
regional, al igual que el ejercicio de la ciudadanía, solo adquieren existencia
real a partir de su expresión de territorialidad.
Las relaciones de poder que se establecen en el territorio analizado, implican
un interjuego entre distintos actores: la cabeza de la ONG por un lado y los
beneficiarios por el otro. Además están los profesionales que trabajan para el
proyecto, especialmente los asistentes sociales, quienes están ubicados en un
difícil punto intermedio entre los beneficiarios y la organización; pero que en
esta ocasión no serán objeto de análisis. Como ya se consideró en los
apartados anteriores, la cabeza de la organización ejerce su poder desde la
planificación hasta la implementación del proyecto: maneja los fondos, define el
tipo de construcción que se va a realizar y sus características, determina cuáles
son las casas que se tirarán abajo (sin importar si son de chapa o de material).
En algunos casos, los beneficiarios también tienen herramientas de presión, ya
que son ellos los que deciden si vender o no su terreno y su vivienda, para que
se pueda realizar la construcción de los nuevos edificios. Esto no solo tiene
efectos en las relaciones de poder, sino que genera conflictos entre los vecinos
que se suman al proyecto y los que se niegan a hacerlo, ya que quienes no
ceden su casa demoran los tiempos programados de la construcción. Se crean
así fracturas en el entramado social, ya que antes del proyecto los vecinos
tenían una pertenencia compartida que hoy se dificulta por la división entre los
que se suman y los que quedan por fuera. Por ejemplo, un vecino que adhiere
al proyecto (B1) se refirió a sus vecinos como los ‘villeros’ que no son capaces
de vender sus casas para que continúen con las construcciones, generándose,
desde los dichos del entrevistado, un enfrentamiento entre los vecinos y los
‘villeros’.
Pero vender o no vender, no es solo producto de relaciones de poder. El apego
al lugar, la identidad social urbana y el espacio simbólico son algunos de los
conceptos que refieren a esta interacción humana de apropiarse de la
experiencia generalizada, otorgándole significados a la realidad. A través de
este 'apropiarse', el individuo se hace a sí mismo en un contexto histórico y
socio-cultural al mismo tiempo que su acción sobre el entorno, las personas,
grupos y colectividades deja marcas simbólicas. Por medio de la identificación
simbólica, la persona y el grupo se reconocen en el entorno, al mismo tiempo
que se autoatribuyen las cualidades del entorno como definitorias de su
identidad” (Vidal Moranta y Pol Urrutia, 2005).
La apropiación es un proceso mediante el cual el espacio es asumido como
propio, y puede adquirir significaciones distintas, según refiera a la capacidad
de identificación personal con el lugar, a un sentimiento de control ejercido
sobre el espacio, a la facultad de organizar un lugar a voluntad. Implica
integrarlo en las propias vivencias, organizarlo como acto transformador,
delimitar su acceso a los elegidos, aceptados, diferenciándose de los demás y
ubicando su lugar en la sociedad (Vidal Moranta y Pol Urrutia, 2005). Si bien no
se ahondó en el sentido de pertenencia a la villa, sin duda abandonar el lugar
propio tiene fuertes consecuencias subjetivas.
En esta línea, las dificultades de apropiación de los nuevos espacios también
pueden asociarse con la puesta en marcha del plan de urbanización. Como
mencionamos en páginas anteriores, una de las modalidades es la destrucción
de las viviendas existentes. Esta operación se pone en funcionamiento a partir
de un acto: la cesión de un territorio asumido como propio. Los vecinos son
invitados a renunciar a un espacio físico que hasta ese momento ha sido su
hogar, como un acto de fe hacia el proyecto, de creer que allí donde se tira
abajo, ciertamente se volverá a construir un nuevo hogar con la fuerza de la
forma pura de la creencia presente en el nuevo espacio mítico, social e
imaginado, que habitarán (Fernandez Christlieb, 2005). Un espacio que logrará
constituirse por su ocupación.
Parte de los vecinos afectados por aquello que es necesario perder, se
resistieron al cambio. Otros, que al comienzo apostaron a la inclusión en el
proyecto, luego se sintieron defraudados o sobrepasados por la situación.
Estas dificultades se reflejan en los dichos de una de las vecinas (B2) que el
día que entró a su departamento por primera vez dijo “pellízcame”, dando
cuenta con esta expresión que su sueño se había hecho realidad. Sin embargo,
meses después B2 decía que quería mudarse “porque un vecino me cobra
peaje para ir a mi casa y me roban las garrafas”. Este testimonio muestra que
después de un primer momento de fascinación, los conflictos entre vecinos
desembocaron en dificultades para apropiarse del espacio, que desembocan
en un sentimiento de desapego con el lugar.
Conformismo, mesianismo y opciones críticas: una re d conceptual de
contexto
Para aproximarnos a una comprensión de las dificultades de implicación que
afectan a los beneficiarios, usaremos las categorías mencionadas en la
introducción: mesianismo, conformismo y opciones críticas; posiciones
subjetivas que pueden asumir los individuos y los colectivos en situación de
vulnerabilidad. El análisis de los testimonios, tanto de los beneficiarios como de
los miembros de la ONG, mostró las dificultades para asumir opciones críticas,
es decir, transformar el entorno de modo autogestivo a partir del compromiso,
la participación y la politización, como sujetos activos que construyen la
realidad en que viven y en la cual sería deseable que vivieran (Montero, 2006).
Ésta alternativa enunciada por la ONG en los documentos producidos y en el
discurso de sus miembros, no fue puesta en práctica por las autoridades del
proyecto y tampoco pudo ser promovida desde los beneficiarios -al menos
hasta donde este equipo de investigación pudo conocer. Si bien la organización
propone una intervención autogestiva, en la práctica no es así: desde la
diagramación del proyecto, sus objetivos y las vías de realización, todo es
coordinado por la ONG, de modo verticalista.
En cambio, sí pudieron observarse las otras modalidades de participación. Los
beneficiarios oscilaron entre posiciones conformistas y mesiánicas, como dos
caras de la misma moneda. Uno de los miembros de la ONG lo expresaba en
estos términos:
Nosotros éramos vistos como los ‘solucionadores de problemas’, por lo
tanto si algo no se resolvía era culpa nuestra, nadie se hacía cargo de lo
que le tocaba. Ellos nos decían: cuando se vayan, qué va a pasar.
Teníamos que encontrar el equilibrio entre funcionar como la mamá y ser
abandónicos (E2).
En cuanto a la capacidad real y potencial de crear, recrear y apropiarse del
espacio, se evidenció que en el ámbito del proyecto se superponían distintas
culturas con intereses distintos, percepciones, valoraciones y actitudes
diferentes. Algo que permanece mientras algo cambia. En el nuevo espacio,
junto al deseo de acceder a una vida diferente –como la vecina B2 que decía
“pellízcame”- se pudo ver el intento de reproducir las reglas de juego vigentes
en la villa, donde la violencia y el delito tienen un lugar destacado. Es así que
los vecinos que participaron del proyecto se quejaban de los robos de garrafas
–lo que desembocó en que hubiera que ponerlas bajo llave-, la destrucción de
los espacios compartidos –las terrazas comunes, por ejemplo, fueron
eliminadas de los edificios porque se robaba la ropa-, el cobro de peajes para
acceder a la vivienda. Estos problemas provocaban como reacción una actitud
conformista, de adaptación pasiva a las limitaciones que imponía el entorno, e
incluso de deseos de abandonar el proyecto.
A modo de síntesis
Los verdaderos procesos de transformación social son aquellos que nacen
desde la comunidad local, y se caracterizan por expandir la capacidad
productiva y creadora de los actores sociales implicados. Solo así se puede
modificar el decurso de las propias prácticas, desarrollar nuevas estrategias,
aunque sean conflictivas, para el manejo de recursos y formas de gestión. Por
eso, es importante impulsar el desarrollo local como espacio de participación y
transformación social (Freire, 2009; Hernández, 1996; Martín-Baró, 1989;
Montero, 2006).
La cultura de la pobreza implica un modo de “ser de las cosas en el mundo”
(Montero, 2006, pp. 34) que produce no solo una cotidianidad dañina para los
grupos sociales sino que afecta directamente al autoconcepto del sujeto,
despojándolo de rasgos y capacidades que lo beneficiarían individual y
colectivamente (Freire, 2009; Martín-Baró, 1989, Montero, 2006). De ahí que
cualquier intervención que tenga como objetivo revertir los procesos de
exclusión, especialmente cuando el Estado no cumple con las funciones que le
competen, debe ser apoyado.
La ONG estudiada impulsa un proyecto integral, que articula dos derechos
fundamentales para romper con la cultura de la pobreza: trabajo y vivienda. Sin
embargo, a pesar de que realiza construcciones de buena calidad y además
incluye capacitación y trabajo, los posibles beneficiarios, tienen dificultades
para implicarse o, en el caso de participar del proyecto, alcanzar una
apropiación subjetiva de los bienes obtenidos.
Freire (2009), con la autoridad de quien ha luchado por los oprimidos y ha
sufrido la prisión y el exilio por esta razón, es muy crítico con aquellos que
trabajan para revertir las situaciones de dominación imponiendo sus propias
determinaciones. Esta actitud convierte a los beneficiarios en objetos, en
‘cosas’ que se pueden manipular. Al hacerse cargo ‘los benefactores’ de la
lucha por la liberación de los grupos vulnerables, al no ‘darles la palabra’ como
diría Foucault (1992) llevan consigo sus prejuicios, sus deformaciones y, entre
ellas, la desconfianza de que el pueblo sea capaz de pensar correctamente, de
querer, de saber (Freire, 2009). Los datos hasta aquí analizados dan cuenta de
que en el proyecto no figura la palabra de los beneficiarios y esta es una de las
razones que puede llevar al fracaso de la propuesta.
“En toda relación humana el poder está siempre presente desde múltiples
formas y expresiones: ‘nunca se está fuera’” (Foucault, 1992, en Montero,
2006, p. 32). Desde la perspectiva de la Psicología Social Latinoamericana,
para que dicho poder se implemente para el cambio y la transformación, es
necesario el compromiso de la comunidad y la promoción de un desarrollo
autogestivo. Esto implica promover el control y el poder del lado de la
comunidad, de modo que ésta los despliegue para el logro de las
transformaciones deseadas (Montero, 2006). Retomando las categorías
propuestas, la modalidad que se corresponde con esta perspectiva es opciones
críticas, las cuales son posibles gracias a la autogestión, opción que la ONG no
promueve.
La cabeza de la ONG se instaló como la única capaz de actuar y reflexionar,
reduciendo a la comunidad a simple ejecutora de sus determinaciones. El
verdadero compromiso con los actores sociales involucrados, implica
reconocerles un papel fundamental en el proceso de transformación, sin por
ello perder la responsabilidad coordinadora. Lo contrario es reducirlos a la
manipulación. Al imponer su palabra -su propia narrativa- la tornan falsa, en la
medida que se erigen como únicos dueños del saber. Instalan una
contradicción entre lo que quieren hacer –generar dignas condiciones de vida -
y lo que verdaderamente hacen (Freire, 2009).
Las discrepancias entre los objetivos de los organizadores y los de la
comunidad, la modalidad de funcionamiento de la ONG, la no participación de
la comunidad en el diseño del proyecto y los conflictos entre vecinos que se
plasman en el territorio, contribuyen a entender por qué algunos de los
beneficiarios no alcanzan a apropiarse del proyecto o directamente no quieren
participar.
Las observaciones realizadas esperan contribuir al mejor desarrollo de
proyectos comunitarios que tengan como objetivo la dignidad humana, sin
olvidar que solo es posible la justicia cuando se tiene ‘un techo decoroso y la
panza llena’; y el proyecto que propone la ONG analizada apunta a la dignidad
de forma integral -vivienda, salud, educación y trabajo- aunque en algunos
casos no alcance el éxito.
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Blanca Álvarez*: Sucre 2829 2° A CABA (1428) - blan [email protected] -4786-
6895 – Lic. en Psicología y Profesora de Enseñanza Media y Superior en Psicología
(UBA). Actualmente cursa la Maestría en Gestión Educativa en la Universidad
Nacional San Martín. Se desempeña en el área de docencia, investigación y clínica;
consultoría institucional y gestión educativa. Gisela Lado*: Av. Rivadavia 5466 1º A
CABA (1405) - [email protected] -1544209524 - Lic. y Profesora en
psicología - Docente de la UBA y IUPFA - Terapeuta del equipo de trabajo de
adicciones del Htal Álvarez. Claudia I. Bazán*: Arévalo 1513 CABA (1414) -
[email protected] - 47730718- Dra en Psiclogía. Docente e investigadora
formada, UBA. Profesora titular de la cátedra de Psicología Social (UP). Fernando
Bóveda*: Timoteo Gordillo 890 - 46413577 - fernandoboveda@hotmail,com- Docente
investigador UBA. Psicoterapeuta. Carrera de especialización en clínica de adultos.
Miembro del Equipo MEDEF (Médico especialista en dejar de fumar).
* Integrantes del proyecto UBACyT 2011/14 (20020100101037) "Luchas por y en el
Territorio: Fronteras en Movimiento y Prácticas de Ciudadanía".
11 Reconocemos la importancia de considerar las cuestiones de género en las referencias a la población,
no obstante, para facilitar la lectura, se apelará al uso del sustantivo colectivo. NANCY
2 El IVC es el órgano de aplicación de políticas de vivienda de Gobierno de la C.A.B.A., con autarquía
administrativa y financiera. http://www.buenosaires.gov.ar/areas/com_social/vivienda/?menu_id=441
(recuperado el día 13 de marzo de 2012).
3 No se especifica la página WEB para proteger la identidad de los entrevistados.
4 El cartoneo consiste en recolectar cartón y otros derivados del papel, entre otros productos no
perecederos, utilizados luego para el reciclaje. Es un emprendimiento individual no planificado ni
asalariado, con un bajo rendimiento económico. A partir de 1999, fue una respuesta al desempleo y la
extrema pobreza en que se encontraban bastos sectores populares, especialmente de la C.A.B.A. y el
Conurbano Bonaerense.
5 Según datos publicados por INFOHABITAT, las personas que viven en asentamientos precarios, en el
2001, asciendían a 107.805, y en el 2006 a 129.029. Para más información ver www.infohabitat.com.ar
6 Según los datos publicados por la entidad, en soporte gráfico, se han entregado 24 viviendas de 780
planificadas (S/F).
7 Las villas miseria o de emergencia pueden definirse como ocupaciones irregulares de tierras urbanas,
generalmente fiscales y con buena ubicación, con pasillos intrincados y alta densidad de habitantes. La
población está constituida por trabajadores informales de sectores pauperizados, donde confluyen
habitantes tanto del interior del país como de países limítrofes. Las viviendas tienen diferentes grados de
precariedad. Los asentamientos se distinguen por trazados urbanos regulares y planificados, a diferencia
de las villas, generalmente son decisiones colectivas organizadas previamente. Conforman los grupos y
buscan el apoyo de entidades cercanas, y suelen ocupar tierras privadas, invadir el terreno y esperar la
legitimación del Estado (Cravino, del Rio, Duarte, 2008).
8 El resaltado, que es nuestro, muestra que los beneficiarios son receptores pasivos de las acciones de la
ONG.