Alumno: Jesús Ernesto García González D.N.I. - 71.414.321 - B · El mismo rescoldo de cultura...

Profesora.- Alexandra Delgado Jimenez Página 1

Curso 2014/2015 CLUB DE ARQUITECTURA - ACTIVIDAD 1

SEGUNDO CUATRIMESTRE ACTIVIDAD (1) EJERCICIO 1

Alumno: Jesús Ernesto García González D.N.I.- 71.414.321 - B

EXPOSICIÓN DEL INSTITUTO BÍBLICO Y ORIENTAL

OBRA CULTURAL DE LA MONTAÑA

1 Institución Patrocinadora

2 La Montaña Oriental de León

3 Instituto Bíblico y Oriental

4 Cátedra Orígenes de España

5 Museo de Arte Moderno

1. INSTITUCIÓN PATROCINADORA

El Instituto Bíblico y Oriental comenzó sus actividades en León el año 2003 y fue solemnemente

inaugurado por S.M. la Reina de España el 11 de marzo de 2009. Es una fundación patrocinada por el Grupo

Eulen y Caja España.

La finalidad última del Instituto no es otra que la de investigar, como lo hacen otras instituciones

estatales o privadas - universidades, institutos, asociaciones -, los fundamentos de la cultura en la que estamos

inmersos, que se acostumbra a llamar “occidental”, con el objeto de conocerla, apreciarla, comprenderla y vivir

más responsablemente en ella.

Para ello, conviene alargar la mirada hacia el este, poniendo los ojos en Anatolia, Egipto, Palestina,

Siria y Mesopotamia, y remontar muchos siglos atrás, hasta el cuarto y segundo milenio a.C., si se quiere llegar

a las fuentes de nuestra cultura.


En Egipto y Mesopotamia se desarrollaron los primeros sistemas de escritura, la astronomía, la

matemática, la zoología, la botánica, la medicina, el derecho y tantos otros saberes, legados a la ciencia actual a

través de la cultura helenística y romana. Allí abrió sus puertas la escuela, por vez primera, y se forjaron

instituciones como el matrimonio, que han perdurado entre nosotros con la misma orientación.

Amén de los legados y la continuidad cultural que vinculan Occidente a Oriente, contamos con el

extraordinario cordón umbilical de la Biblia. Este libro que ha imbuido de su pensamiento y religiosidad el arte, la

literatura, la filosofía, el derecho, la política y tantas otras manifestaciones de Occidente, resulta ser, en gran

medida, el acopio y maduración originales de los fenómenos culturales y religiosos gestados en el Oriente

Antiguo. Que Oriente y Occidente se requiere mutuamente. Bien mirados, son dos geografías de una misma

civilización. Les separan palmos de tierra, estrechos o grandes brazos de mar, diferencias horarias y centímetros

en la cartografía terrestres, pero se encuentran unidos por la amalgama de las civilizaciones.

Organizar un museo bíblico y oriental con piezas

dispersas, al modo de Santo Toribio (de Astorga, Custodio de

Tierra Santa en el s V) o Santo Martino (de León, peregrino en

Oriente, s XII), trayendo objetos y reliquias de oriente ; acrecentar

el fondo inicial de la biblioteca con la misma pasión que llenó de

libros bíblicos los escritorios leoneses ; impulsar los estudios de

lenguas orientales, siguiendo el ejemplo de Cipriano de la Huerga

(fundador del Instituto de Lenguas Orientales de Alcalá de

Henares y maestro de Arias Montano, s XVI) .

El Instituto tiene su sede central en la Real Colegiata de

San Isidoro con entrada por la Plaza de Santo Martino 5.

-Entrada a la Sede del Instituto en la Real Colegiata de San Isidoro en León-


El museo recoge en sus colecciones las antigüedades bíblicas y orientales de Mesopotamia, Siria,

Palestina, Egipto, el Yemen y Etiopía.

En el apartado de Mesopotamia destacan los textos arcaicos del 3.400 a. C. (origen de la escritura),

procedentes de Uruk. Por lo que se refiere a Siria y Palestina, destacan los bajorrelieves y osuarios. El apartado

de Egipto incluye desde el cajón del ajuar de un faraón con inscripción del siglo XX a.C. al bajorrelieve copto de

un orante del siglo I. La cultura sabea del Yemen está representada por altares de alabastro, estelas e

inscripciones en bronce. Y la sección de Etiopía muestra códices etiópicos como La ascensión de Alejandro

Magno o Los Milagros de nuestra Señora, un díptico con Salomón y la reina de Saba y cruces procesionales.

Otro apartado lo nutren las Torás en pergamino procedentes de la Genizá de El Cairo. Mención

especial merece el Belén Hispano-napolitano con figuras del s. XVIII.

Las actividades del Instituto se llevan a cabo en las ciudades de León, Valladolid, Madrid, Santiago de

Compostela, La Coruña, Vitoria y la Montaña de los Picos de Europa en colaboración con el Estudio Teológico

Agustiniano de Valladolid, el Colegio Nuestra Señora de la Consolación de Madrid, el Instituto Superior de

Ciencias Religiosas de Santiago de Compostela y la Facultad de Teología de Vitoria.

Cada una de las sedes imparte cursos de lenguas bíblicas y orientales, Biblia, Historia, e Historia de las

religiones, y ofrece diversos seminarios, celebra conferencias mensuales y se organizan dos Escuelas de

Verano en el Pazo de Mariñán ( La Coruña) y en Cistierna (León).

El Instituto sostiene dos excavaciones en Oriente. Una en las inmediaciones de la Basílica de San

Pedro in Galli Cantu de Jerusalem. Y otra en el tell de Hirbat al-Jerahiya en el norte de Iraq.

Se propicia el acercamiento de la Biblia y el Oriente antiguo al público en general mediante

exposiciones monográficas: “El itinerario religioso de Alejandro Magno” en el Museo del Instituto, “El enigma de

la Estrella” en el Pazo de Mariñan (La Coruña), “Animales sagrados egipcios” (Museo Romano Oiasso de Irún),

“Cleopatra egipcia y romana” (Próximamente en León)


-Exposición temporal del Itinerario Religioso de Alejandro Magno-

El Instituto promueve, en colaboración con la Editorial Verbo Divino una serie de estudios

arqueológicos, históricos, filológicos y exegéticos del Oriente Bíblico: las series IBO (maior), ibo (minor), TOB

(Textos del Oriente Bíblico – bilingües) y la revista “Oriente Bíblico”.

2. LA MONTAÑA ORIENTAL DE LEÓN

Los Ayuntamientos de la Montaña Oriental Leonesa y sus concejos menores se han visto fuertemente

afectados por la emigración en los años centrales del siglo XX. Dicha Montaña Oriental goza de un patrimonio

histórico-cultural importante y susceptible de ser optimizado y presentado como oferta turística alternativa de

otras iniciativas que ya han comenzado en la comarca, como son: el Museo de la Siderurgia y de la Minería de

Castilla y León que radica en Sabero, el Museo de la Fauna Salvaje de Valdehuesa, el Museo Ferroviario de

Cistierna o el proyecto de Aguas Bravas. Esa integración entre el hombre y el paisaje, solo se puede entender si

la cultura de la región se redescubre, se recupera, y se ofrece en una serie de paquetes culturales llenos de

contenidos auténticos, plenos de argumentos que emanen de la tradición y de la historia.

La Montaña Oriental Leonesa forma un conjunto homogéneo unido por una historia, paisaje y

tradiciones comunes. El aislamiento del país a principios del siglo XX era reseñado por el estudioso Aleman

Hans Fiedrich Gadow que, procedente de La Liébana, se adentraba con un guía de Potes por La Tierra de la

Reina. En su recorrido hacia Cistierna, desde el puerto de San Glorio, dejó una preciosa descripción del país y

sus gentes haciendo especial hincapié en el complicado y penoso estado de las comunicaciones.


La densidad de población es un índice que relaciona población y superficie e indica aproximadamente

la ocupación del territorio. Se considera que el umbral mínimo de ocupación de un territorio se sitúa en 10

habitantes por kilómetro cuadrado. Pues bien, la cifra es superior a 42 habitantes por kilómetro cuadrado en el

municipio de Cistierna. La pirámide de población también muestra una estructura demográfica envejecida, con

grandes diferencias de edad entre personas de corta y avanzada edad, siendo estos últimos la mayoría. El

descenso de la natalidad y nupcialidad también es alarmante, dándose el caso de pueblos donde no ha nacido

ningún niño desde hace 20 años.

La situación de declive y desestructuración económica producida por el fin de las actividades

extractivas de la minería y el retroceso de la ganadería y agricultura, a causa de la emigración y poca

rentabilidad de estas actividades, han llevado a la Montaña Oriental a una situación crítica.

El presente proyecto cultural de este Instituto se inscribe en este marco de posibilidades de la región. Y

aporta nuevos alicientes, como son:

Mostrar en un ámbito deprimido una de las colecciones bíblicas y orientales más importantes de

España e implantar una sede del Instituto Bíblico y Oriental.

Recoger el Patrimonio más antiguo de la región en un Museo prehistórico, celta, romano y medieval, y

erigir un Centro de Estudios sobre los Orígenes de España.

Albergar en un Museo de Arte Moderno la obra del gran escultor D. Ángel-Peres y abrir una escuela de

Arte.

3. INSTITUTO BÍBLICO Y ORIENTAL

El presente apartado esboza el servicio que debería prestar a la cultura española un Museo de

naturaleza singular ubicado en la Iglesia de Santa María de Cistierna, cedida por la parroquia, y la Biblioteca

aneja que se propone depositar en los locales de la Casa de la Cultura, cedidos por el Ayuntamiento.

La experiencia de estos años aconseja la creación del Museo Bíblico y de la Biblioteca Oriental que den

entidad física y asienten al Instituto. Se trata de dos instrumentos pedagógicos. El Museo acercará la Biblia y el

Oriente, a través de sus objetos. Y la Biblioteca pondrá al servicio de sus lectores las obras necesarias para sus

estudios.

El Museo Bíblico será un atractivo para el turismo cultural, dada su naturaleza tan singular. Y la

Biblioteca propiciará los encuentros de grupos de profesores y estudiantes que se reunirán periódicamente para

sus investigaciones.

El mismo rescoldo de cultura bíblica explica el hecho ejemplar de que en Cistierna se reúnan cada

sábado un buen grupo de personas para estudiar sumerio, acadio, egipcio jeroglífico, hebreo, copto, griego o

latín con el buen deseo de reflexionar sobre los hechos históricos que han llevado el proceso civilizador,

comenzado por las viejas civilizaciones de Mesopotamia y Egipto, continuado por Grecia y Roma y proseguido

por Europa y sus expansiones coloniales, a lo que se denomina cultura moderna o mundo globalizado.


4. CÁTEDRA ORÍGENES DE ESPAÑA

La segunda institución de la Obra Cultural de la Montaña es la Cátedra y un Museo de naturaleza

singulares ubicados en La Ercina y Crémenes.

La ubicación de la Cátedra y del Museo en la cabecera del valle del Esla, está avalada y requerida por

diversos hechos históricos y sociales que la razonan.

En las cabeceras de los ríos Cea, Esla y Porma se cobijó gran parte de la población y de la cultura

visigoda, que quedó así a salvo de los musulmanes. Con las gentes de los Picos de Europa y sus aledaños forjó

Pelayo el grupo que hizo frente a los invasores y los derrotó en las batallas de Corona y de Covadonga. Y,

desde el castillo de Aquilare, por encima de Vegamediana, se diseñó le repoblación de los Campos Góticos.

La Reconquista que se llevó a cabo desde los Picos de Europa venía precedía por otro episodio que

daba perfecta cuenta de la índole de sus moradores. En la guerra de Roma contra cántabros y astures de los

años 29 al 19 a.C., los vadinienses y otras tribus dejaron constancia con su propia sangre del amor a su tierra, a

sus tradiciones y a sus creencias. Aquella guerra contra el imperio de su tiempo, que terminó en derrota, fue el

entrenamiento para la victoria contra el invasor musulmán.

Un rescoldo de afecto a la cultura explica el hecho ejemplar de que en Cistierna se reúnan cada

sábado, desde hace ocho años, un buen grupo de personas para reflexionar sobre la vieja historia de la

Montaña Oriental y su implicación en los orígenes de España.

Parece, por ello, razonable que este lugar de la geografía española albergue una Cátedra que se ocupe

de los Orígenes de España y un Museo que, acorde con su tradición cultural, acerque algunas muestras del

pasado a sus herederos, despierte intereses y urja a razonar el sólido fundamento histórico de España.

5. MUSEO DE ARTE MODERNO

El museo que expondría la obra del escultor Don Ángel-Peres se establecería en Sabero,

aprovechando el antiguo Hospital Izaguirre, propiedad del Ayuntamiento de esta localidad, que lo cedería en

uso.

Se trata de una oportunidad única de recoger en España la obra completa de uno de los escultores

más destacados del siglo XX, que no por menos conocido en nuestro país es menos importante.

Don Ángel-Peres, a pesar de su origen canario, lleva más de cincuenta años viviendo y trabajando

en París. Ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en Bélgica, Inglaterra, Luxemburgo,

Bulgaria, Suiza, Italia, Estados Unidos, Rusia y Francia. En éste último país expone regularmente en las

principales galerías y salones, destacando el Salón de Otoño, el Salón de Jóvenes Escultores del Museo Rodin

y el Salón Nacional de Bellas Artes.

Un gran número de esculturas suyas se encuentran en museos, parques y jardines de numerosas

ciudades francesas, como Paris, L´Oise, Le Var, Le Morbihan, Le Maine, etc.


De los numerosos premios y distinciones recibidos, caben destacar la Medalla de la Villa de París, el

Trofeo de Oro del Festival de Pintura de Cannes, la medalla de oro del Salón de artistas franceses, la Medalla

de Bronce de la II Bienal Europea de Escultura Paúl Ricard, el Premio IAT- Bienal Formas Humanas del Museo

Rodín y el Premio IBM.

Las razones que lo aconsejan y que hacen oportuna la creación del Museo son de doble índole. Por un

lado, la vieja y arraigada tradición cultural de La Montaña. Por otro, la personalidad de D. Ángel-Peres. Y el

avecindamiento de D. Ángel en Sabero.

Por otro lado, los Picos de Europa albergaron en buen número de antigüedades orientales desde el

siglo V y nos consta, además, la existencia de una biblioteca bíblica en sus inmediaciones.

De la vida intelectual de los escritorios de las cuencas altas del Cea, del Esla y del Porma son testigos

los Beatos de los siglos X y XI. En el corazón de la Montaña se erigieron, por iniciativa privada, instituciones

para la formación humanística de sus gentes, como fueron las Escuelas de niños pobres y la Cátedras de

latinidad.

No hubo analfabetismo en La Montaña. Y se debe a un grupo de maestros de esta comarca el diseño

de la Enseñanza Primaria española, después de la guerra civil.

De todo ello cabe concluir, que La Montaña de los Picos de Europa es un espacio geográfico y humano

propicio para albergar la cultura.

La vida de D. Ángel-Peres se puede describir como si se tratara de una talla o dibujo, del modo

siguiente:

Todo comenzó de muy niño, a la edad en la que se está trabando el engranaje maravilloso de la

complejidad del ser humano. Cuando despierta en el ser del niño el asombro ante la realidad.

Unos sencillos e ilusionantes juguetes, réplicas en arcilla de obras clásicas, la guía de su maestro Don

Abraham Cárdenes.

Don Abraham descubrió el talento excepcional de su discípulo y le tomó bajo sus cuidados.

Las Islas Canarias bordean la obra de D. Ángel: las “Harimaguadas” que rinden homenaje a las jóvenes

consagradas del pasado, “El silbador” que da el apose de la comunicación ayudada por la potencialidad de la

boca, cuando la fuerzan dos dedos mañosamente dispuestos para hacer explotar el silbido.

En Madrid, Don Abraham Cárdenes presentó a su joven y superdotado alumno al Ministro de Cultura

de la época, el Marqués de Lozoya. Este lo recibió en su despacho con los brazos abiertos y mantuvo con él una

larga entrevista en la que reconoció el valor y el carácter renovador de su arte: “¡Joven! ¡No puedo hacer nada

por usted en el campo de la escultura, ya lo sabe todo!” En efecto, D. Ángel era ya un dibujante y un escultor

consumado. En pocos minutos hizo el retrato del ministro. Eminente historiador del arte, el Marqués de Lozoya

le recomendó a Juan de Ávalos, escultor de la necrópolis en construcción del Valle de Los Caídos.


Tras una estancia madrileña de varios meses, transcurrida entre visitas a los museos, D. Ángel

prosiguió su viaje por diversas ciudades españolas: Toledo, Valladolid, Burgos. Y en ellas se encontró con la

escultura castellana.

Después viajó a Italia para estudiar las esculturas de Miguel Ángel. No en vano llevaba el nombre

predestinado de Ángel-Peres.

D. Ángel llegó a París el 6 de enero de 1956, y considera ese día como un regalo de Reyes. Su obra

aún en gestación estalló entonces como un castillo de fuegos artificiales. No se puede dejar de hablar aquí de

París y de su atractivo para los artistas, de esa ciudad que ata para siempre, que se impone al artista, lo

penetra, lo transforma y a veces lo consagra. D. Ángel era consciente de quién era y de lo que quería ser, pues

mantuvo la esperanza de cambiar al menos una parcela del mundo con sus nuevas ideas. Ángel-Peres había

acumulado proyectos cuya realización requeriría diez vidas.

La obra de D. Ángel revela una sensibilidad poco común. Muy lejos de los “…ismos” que caracterizan a

los artistas de hoy día, Ángel-Pérès sigue su camino con un estilo particular de formas simples y expresivas.

Poco importa el material. En piedra, bronce, poliéster, madera o cobre las líneas y las formas son las

suyas, desembarazadas de todo convencionalismo, ajenas a los expresionismos superfluos.

Sus figuras, de modelado sensible y líneas simples, se caracterizan por una impasibilidad clásica hecha

de calma y de armonía. D. Ángel no se dejó influenciar por la enorme autoridad de los bronces de Rodin, aun

cuando a su llegada a París formó parte del “Salón de escultura joven del museo Rodin” y de otros importantes

Salones. No ejercieron ningún ascendente sobre él. El conjunto de su obra aparece como una condensación de

la evolución de su propia escultura. No está en deuda con el modelado de Rodin, ni con el de Bourdelle, ni

siquiera con el de Maillol. Don Francisco Antonovich, su amigo durante medio siglo, le aplica a Ángel-Peres el

mismo comentario de Plinio a propósito de Lisipo, el escultor de Alejandro Magno: que no fue alumno de nadie.

El talento de D. Ángel fue reconocido desde su primer Salón de Otoño. La visión de la escultura

peresiana se ofrece cada año en todos los Salones de Otoño, del que llegó a ser vicepresidente. El nombre de

D. Ángel se impuso año tras año en este salón creado en París en 1903. El artista, cuya obra comprende varios

centenares de piezas, está presente en un gran número de poblaciones francesas.

D. Ángel llamó inmediatamente la atención de los museos y las galerías por la perfección de sus

formas, por el equilibrio y la nobleza de sus volúmenes, por su viva imaginación, por su sentido del movimiento y

por su gusto, de una gracia siempre voluptuosa. Pero a D. Ángel nunca le cautivó lo mundano.

D. Ángel tiene la pasión por los cuerpos, cuerpos con almas que transcienden lo sensual y lo subliman

en el gran y eterno lenguaje de la forma.


Ritos y prácticas. Sus esculturas están impregnadas de amor y humanidad. Su “espiritualidad laica”, en

expresión de Don Francisco, es posible gracias a que su arte es una forma de plegaria. El hombre no es un

pedazo de materia. Una escultura comienza para D. Ángel con una larga reflexión. Esta reflexión, conquista del

espíritu, es una forma de plegaria. Para Fray Angélico, una ilustración comenzaba con una oración. Es imposible

amputarle al hombre su espiritualidad.

Desafiando las leyes de la gravedad, D. Ángel descubre los equilibrios de las formas y los espacios de

acuerdo con los cánones de la belleza eterna.

Es de justicia que los españoles reconozcamos a los mejores de nuestra misma estirpe, a pesar de

recaer una y otra vez en el olvido.

La escuela constará del Estudio de D. Ángel, donde impartiría los cursos y su taller.

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