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    A L Q U I M I A $ .N Ú M

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    rebosan.com.mx

    Av. Acueducto Nº , Col. Huipulco

    Del. Tlalpan, México D.F., CP ,

    Tel. · · al

    Imprimimos

    grandes ideas.

     Algo que s ea su fiiente para vol ver-

    nos quienes no somos, algo debe bas-

    tar para haer de una osa otra osa,

    romper ese hecizo, ese supliio, que

    es el prinipio de no ontradiión, de

    razón sufiiente. Porque ninguna razón

    es sufiiente. No queremos nada en se-

    rio, anhelamos que las osas sean otras

    osas, que la fealdad sea bella, que el

    desamparo sea una boda y la boda una

    separaión; que la vida sea ese sueño en

    el abrazo de la niñez. Las osas omo

    son no bastarán nuna, jamás, no es

    sufiiente, queremos aquello que trans-

    forme nueras vidas y que transforme

    la vida y luego al revés.

    E D I T O R I A L

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    Portada y contraportada • DANIE L MAR TIN

    Artista que vive en Tucson, Arizona, con

    una curiosidad insaciable por explorar los

    misterios de la vida y la ciencia. Su trabajo

    ha sido publicado en Juxtapoz , LA Times, NY

    Times, High Fructose, Low Rider Magazine , y

    en cuatro libros de arte.

    danielmartindiaz.com

    Ilustración de la cita (pág. ) • DZO

    Ilustrador francés y dibujante autodidacta.

    Por medio de una serie de líneas en blanco

    y negro, su arte intenta develar los misterios

    detrás del pensamiento sistémico.

    dzo-o.com

    Dibujo • GERVASIO TROCHE

    Es uruguayo. En publicó una tira diaria

    en el diario La República de Uruguay . La

    revista Bravo de Brasil publicó un especial de

    sus trabajos. Realizó una muestra en el Festi-

    val Viñetas Sueltas de Argentina y en La Lupa

    Libros de Montevideo. En publicó su libro

    Dibujos invisibles.

    portroche.blogspot.com

     l    a  p e s e . c o m . mx

      D I R E C C I Ó N

    Danel Sáncez Poievn

    [email protected] 

      E D I C I Ó N

    Mcelle Pérez-Lobo

    [email protected] 

    Humberto López Portllo Guedea

    [email protected]

    C O O R D I N A C I Ó N

    Fernán A. Osorno Herná[email protected] 

      E D I C I Ó N G R Á F I C A

    Israel G. Vargas

    [email protected] 

      E D I C I Ó N D E I L U S T R A C I Ó N

    Cela Ruz

    [email protected] 

      E D I C I Ó N D E I M A G E N

    Rodrgo Sáncez Poievn

    [email protected] 

      R E D S O C I A L I S T A

    Gabrel Oropeza Borja

     [email protected] 

      C O N T A C T O

    [email protected] 

    [email protected] 

    La Peste es una publicación bimestral. Editor responsable: Daniel Sánchez Poitevin. Este número se terminó de imprimir en noviembre de .

    Número de certificado de reserva del Instituto Nacional del Derecho de Autor: ---. Certificado de licitud y contenido:

    en trámite. Impreso en Offset Rebosan, Av. Acueducto No., colonia Huipulco, Tlalpan, México D.F., C.P. . Los artículos firmados son

    responsabilidad de sus autores y no reflejan necesariamente el punto de vista de La Peste.

    Para la composición tipográfica de La Pese  se utilizan las

    fentes Cultura New, diseñada por Dino dos Santos en

    , y Celias de la fndidora Type Dynamic de .

     t   :  @l   a

      p e s e _

     f : r  e vi   s a

     .l   a  p e s e

     a ñ  o 

    n ú m er  o 

     n o v i   e m b r  e- d  i   c  i   e m b r  e

    F I C C I Ó N

    B I O G R A F Í A D I B U J O

    I M AG E N

    A P O S T I L L A

    Mudanzas

    Israel Galina Vaa

    El omponente

    prmordalJulio Fernández Meza

    Frog Wars 

    Mu Pan

    Espagra

    Micelle Perez-Lobo

    Efecos seundaros

     Alejandro Badillo

    La otra miad

    (-)

    Ruy Feben

    Gervasio Troce

    P O E S Í A

    E N S AYO

    Opus Magnum

    N E G R O   A L   C O LO R

    Í N D I C E

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        G

        I    O

        R

        D

        A

        N

        O

         B

        R

        U

        N

        O

        E    l    U  n  o  e  s

        l  o  q  u  e

        d  e

        fi  n  e   t  o    d  o .

        E    l    U  n  o  e  s  e

        l  e  s  p

        l  e  n

        d  o  r

        d  e

        l  a    b  e

        l    l  e  z  a  e  n   t  o    d  a  s

        l  a  s  c  o  s  a  s .

        E    l    U  n  o  e  s  e

        l    b  r   

        l    l  o  q  u  e     r  r  a

        d     a    l  a  m  u

        l   t    i  u

        d    d  e    l  a

      s  e  s  p  e  c     e  s .

        S      t  e  p  e  r  s  u  a

        d  e  s

        d  e  e

        l    l  o ,

         n   t  e  r  p  o  n

        d  r   á  s  e  n   t  r  e   t  u  s  o   j  o  s  y

        l  a  s  c  o  s  a  s

      u  n     v  e  r  s  a

        l  m  e  n   t  e  v     s       b    l  e  s  u  n  a

        l  e  n   t  e   t  a    l  q  u  e  n  o    h

      a    b  r   á  n  a

        d  a

      q  u  e  s  e   t  e  p  u  e

        d  a  e  s  c  a  p  a  r  p  o  r  c  o  m  p

        l  e   t  o

     .

        “     ”

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     Al principio unimos, después corrompemos, disolvemos

    lo que ha sido corrompido, purificamos lo

    que ha sido disuelto, reunimoslo

    que ha sido purificado

    y lo solidificamos.

    BREVE  TRATADO DE  LA  

    PIEDRA   FILOSOFAL

    Toda la materia terrere comparte el ori-

    gen explosivo de las erellas que mueren

    en gigantescos eallidos. Los elementos

    químicos que hacen posible la vida en la

    Tierra, y con ellos el metal más codicia-

    do por el hombre, el oro, comparten esa

    génesis. La explosión más sorprendente

    del universo es la de las supernovas, en la

    cual su temperatura forma casi todos los

    elementos más complicados de la tabla

    periódica: en ee laboratorio espacial, el

    hidrógeno se transforma en núcleos de

    helio, que ncionan como combuible;

    creadores de la luminosidad que se que-

    man lentamente. El paso de los milenios

    termina con las reservas de combuiblede la erella y da pie a su muerte: comien-

    za la contracción del núcleo eelar y la

    temperatura aumenta, la ignición no se

    detiene y el helio se transforma en carbo-

    no, que deviene nrógeno, el cual origina

    el oxígeno, para finalmente crear silicio.

    Ée servirá de suancia comburente en

    la siguiente etapa, donde los ciclos se vuel-

    ven más cortos y la combuión genera

    cada vez menos energía. Entonces la deca-

    dencia empieza a invadirlo todo: el gas del

    núcleo comienza a agotarse y las capas su-

    periores se enían, la erella muere en un

    eallido que proyea por el universo una

    cantidad de materia ingente y de metales

    pesados que se cocinaron en aquel caldo

    infernal. Queda un hoyo negro como ves-

    tigio, y se forman erellas de neutrones,

    remanentes del colapso gravacional de

    la supernova, materia comprimida, pla-

    netas del tamaño de un grano de arena;

    erellas que también perecerán en algúnmomento. Será de esa segunda explosión,

    de esa segunda muerte, de donde se origi-

    nará el oro, denso y suave; esa dura labor

    de la naturaleza, produo del caos; ese

    oro que se esparcirá haa donde lo lleve

    el eertor del cuerpo celee.

    OpusMagnum

    N E G R O   A L   C O L O R

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    como lo adepto concentraron u

    ecrúpulo en perfeccionar la cri-

    opeya, en degutar el elíxir y en

    apoderare de la panacea a fin de

    obtener la Piedra, la alquimia no ha

    dejado de ubisir entre nootro,

    aun a pear de u deautorización

    ante la ciencia. Para advertir u

    perisencia hisoriaré el aunto y

    lo ejemplificaré por medio de algu-

    no texto.

    Dado que e produo de divera

    tradicione no puede determinare

    un olo punto de origen. Se habla de

    brote en ambo hemiferio y a lo largo de varia

    regione, que abarcan la India, China, la Arabia,

    Egipto y Grecia. La dorina occidental, a la que

    me referiré aquí, nace gracia a la amalgama de

    la tre última vertiente. E má, la etimología

    ugiere u conformación micelánea:alquimia 

    proviene del latín alcymia, que urge del ára-

    be al-kīmiyā (“piedra filoofal”), que deriva de

    la unión del griego cēmeía (“mezcla”) má el

    artículo árabe al  y el cual, por u parte, procede

    del egipcio kēme  (“tierra negra”).

    La praxi e tanto fíica como metafíica.

    El praicante recorre la enda de la experimen-

    tación, ea con pócima, brebaje, desilado.

    El componenteprimordial

    Por •

    JULIO

    RNÁNDEZ

    MEZA

    acruz ().

    Marrador.

    TAL

    E N S A Y O

    emprende a semejanza del maro-

    osmos o esquema divino, de ahí

    aracerizar al iniiado o la Piedra

    desde la filosofía.

    No en vano la alquimia se expre-

    sa onforme a la simbología. Duran-

    te el medievo se inorporó la esala

    de valores imperante y la ionogra-

    fía judeoriiana. Por lo tanto, se

    omparan el merurio y el sulro,

    inorporados más tarde al Opus, on

    la mujer y el hombre, uya omu-

    nión susa la boda alquímia. O la prima materia es nombrada Adán,

    por estimarlo el primer adepto, y

    Eva, en tanto representaión de la

    pareja originaria. Basta ilustrar lo

    expueo on ee pasaje de Your-

    enar, uyo héroe Zenón pretende

    umplir su arte:

    SOLVE ET COAGULA... Él sabía lo

    que signifiaba aquella ruptura de las

    ideas [...]. Siendo un joven lérigo

    había leído [...] la desripión del

     A la vez reorre la senda espirual, pues quien

    se empeña en purifiar la materia, purifia el

    uerpo y el alma. Es ée el perfil del alquimia:

    aquel uyo laboratorio opera externa e interna-

    mente, uyas herramientas son las alquaras,

    aguas, matraes y redomas, y uya finalidad

    onsie en la Piedra filosofal, ya que depara la

    transmutaión en oro y plata, la juventud eterna

    y la ura de ualquier enfermedad. Si el oro se

    onsideraba inorruptible y sin igual, por ende

    el adepto limpiaba de sí el peado, se perpetuaba

    en el devenir y aseguraba la salud en los otros.La serie de ensayos para alanzarla es de-

    nominada Opus y su onseuión, Magnum

    Opus. Para ello se sigue un proedimiento que

    onsta de uatro fases, ada una orrespon-

    diente on un olor, a saber: nigredo (negro),

    albedo  (blano), citrinitas   (amarillo), rubedo 

    (rojo), que en dio orden teñirían el material

    a trabajar, omúnmente un metal. Luego se le

    oloa en el horno, pues se reía que fase a fase

    el alor arisolaba la impureza para reuir la

     prima materia, el omponente primordial del

    que eá heo el osmos. Abraham india que

    además se le llamó Merurius en honor al dios

    griego, omo el agente universal de transmu-

    taión y que no debe onndirse on el mer-

    urio químio (Hg). A ee proeso se le die

    solve et coagula (disolver y oagular) porque

    durante la disoluión se busa transformar un

    sólido en subania y durante la oagulaión,

    una subania en sólido. Entones emergen el

    ego, la tierra, el agua y el aire, ingredientes

    de todas las osas, de uya ombinatoria re-

    sulta la quintaesenia. Bajo ee método se ha

    reproduido el miroosmos o trabajo que se

    Luego e le oloa en el

    horno, pue e reía que fae

    a fae el alor arolaba

    la mpureza para resiur

    la prima materia, el

    omponente prmordal del

    que esá heco el omo.

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    la al en la pareja anterior y esable-

    ce que a partir de la prima materia 

    comienza el proceo hacia la ulti-

    ma materia o la diolución de cada

    coa en u al, mercurio y ulfro

    contitutivo, y como Robert Bo-

    yle, miembro fndador de la Real

    Sociedad de Londre, la academia

    cientíica má vieja del orbe, que

    critica el dicuro de la alquimia,

    articulado obre todo en creencia,

    al opearlo con evidencia empírica,ma no a travé de corazonada. De

    ahí que el alquimisa llegó a er viso

    cual arlatán egún el hacendado

    de Chaucer advierte al incauto:

    Conider, ir, how harp in

    [every sation,

    Men agains gold, there run

    [the altercation

    Till the gold goe, and there i

    [hardly any!

    Thi tranmutation, ir,

    [blindeth o many

    That in good ah I think that

    [ mus be

    The greates caue o u a

    [carcy.

    Pue i e lucró con indulgencia,

    no altó quien esaó mediante re-

    ceta ni quien ambicionó uperar al

    orebre en u oficio. Durante el iglo

    XV , anota Read, e emieron edio

    en u contra.

    OPUS NIGRUM, la experiencia de la diolución

    y calcinación de la orma, que e l a parte má

    diícil de la Gran Obra. [...] Ahora, la do rama

    de la parábola e unían: la mors philosophica e

    había realizado: el operador quemado por lo áci-

    do de la búqueda era a la vez ujeto y objeto,

    ágil alambique y, en el ondo del receptáculo,

    precipado negro. [...] La primera ae de la Obra

    le había llevado toda u vida.

    Pero e incapaz de hacere de la Piedra. Ni

    iquiera u maetría epagírica (o ea, en lametalurgia y la fiiología) le augura tal desino

    porque, hoy podemo afirmarlo, no e trató má

    que de una eperanza. En eeo, ubrayan lo

    Böhme (), el alquimisa buca lo impoible.

     Verar obre el tema implica tener preente

    a figura remota como Herme Trimegiso,

    el legendario rey-ilóoo-acerdote a quien

    e le atribuye la Tabla Esmeralda, de donde le

    viene el epíteto por dividir en tre el aber (al-

    quimia, asrología y teúrgia); como Arisótele,

    que adopta lo cuatro elemento de Empédocle

    y Platón para proponerlo como fndamento

    de lo objeto, lo que influyó a lo dicípulo

    por venir; como María Prophetia, a quien e

    le reconoce haber acuñado la máxima solve et

    coagula, idear el baño María y por er acao l a

    primera en utilizar el insrumental peculiar del

    gremio; como Zóimo de Panopli, autor de l o

    tratado de mayor antigüedad al repeo.

    También ha de tomare en cuenta a ilusre

    como Jābir ibn Hayyān, latinizado en “Geber”,

    cuya propoición de que lo metale e compo-

    nen de mercurio y ulfro e volvió una norma

    del magiserio; como Paracelo, que incorpora

    Imagen •

    WELLCOME

    LIBRARY,

    LONDON

    Manuscrito

    occidental

    , Pergami-

    no Ripley: un

    manuscrito

    alquímico del

    siglo XVI donde

    se muestran los

    procesos de

    producción dela piedra filoso-

    fal a través de

    criptogramas

    pictóricos.

    Imagen de un

    pájaro de alas

    doradas sobre

    una pelota.

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    8/19

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    9/19

        F   r   o   g    W   a   r   s    P   a   r   t   e     -    .

        A   c   u   a   r   e    l   a

       s   o    b   r   e   p   a   p   e    l ,         "   x          " ,             .

    mupan.comM U P A N

    Frog Wars 

    I M A G E N

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        F   r   o   g    W   a   r   s    P   a   r   t   e     -    .

        A   c   u   a   r   e    l   a

       s   o    b   r   e   p   a   p   e    l ,         "   x          "   j    u   n   t   a   s ,

                 .

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    11/19

        F   r   o   g    W   a   r   s    P   a   r   t   e     -    . .

        A   c   u   a   r   e    l   a

       s   o    b   r   e   p   a   p   e

        l ,         "   x         " ,             .

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    La gata atesiguaron mi eferzo y u dipli-

    cencia pareció, en ee momento, una ecreta y

    fgaz impatía. Ahora, ante la impoibilidad de

    moverme, abandono cualquier eferzo, miro

    la punta de lo pie bajo la ábana y pieno,

    cai convencido, que on elemento extraño a

    mi cuerpo. E como i alguien hubiera pueso

    ahí, al otro extremo, una elaborada broma, una

    trampa. La punta de mi pie on do monu-

    mento demaiado peado para mover, como i

    u ecaa materia concentrara un agmento del

    univero. Esán ahí, inerte, eperando una eñal,

    el impulo adecuado para depertar y movere.

    Me concentro en ello. Soy un náurago que

    mira, con deeperación, un par de ila rocoa.

    Imagino que nunca podré alir de la cama.

    Eta ábana tibia, el cobertor de cuadro

    en mi cama, cusodiado por mi ga-

    ta. Alzo la visa y miro el teo. Me

    iento una parte del paiaje. Imagino

    que oy una nube ocura y peada.

    Sólo puedo penar mientra mi ga-

    ta e concentran en mi repiración y

    parpadean lentamente. Penar y pen-

    ar. E lo único que he heo dede

    que deperté. Supongamo, reto-

    mando la idea, que oy una nube. Y

    me imagino inmaterial, heo de un

    aire ocuro, cai algodonoo. Quizá,

    i profndizo en la imagen, me pueda

    ver flotando por la habación.

    Cuando abrí lo ojo, hace uno

    minuto, intenté levantarme de la

    cama pero mi cuerpo no repondió.

    Efecossecundarios

    ESTOY

    Por •

    EJANDRO

    BADILLO

    publicado,

    entre otros,

    os libros de

    uentos Ella

    ue dormida 

    ra adentro)

    Tolvaneras (Cuadrivio).

    borador de

    vista Crítica 

    becario del

    a. Ganador

    del Premio

    onal de Na-

    va Mariano

    Azuela .

    F I C C I Ó N

    El ueño en el que me umergía era

    un utl analgéco que eviaba cual-

    quer reaccón ntempesva. ¿Qué

    mente deñó ete expermento?

    ¿Acao oy yo la únca perona en

    el mundo ujeta a un extravagante

    eeo ecundaro? Tal vez un labo-

    ratorsa, un ujeto de lente grue-

    o, cobjado por el anonmato y con

    acceo a lo últmo avance en quí-

    mca, decubró una usanca para

    aletargar ndefindamente al cuerpohumano y, de esa orma, acercare

    un poco má a la nmortaldad. No

    fe dícl uar aprna como ve-

    hículo tranportador. Ese hombre

    bucó en una bae de dato el perfil

    de pacente con mgraña recurren-

    te. La normacón peronal e, en

    eso tempo, botín para cualque-

    ra que tenga un poco de ngeno.

    Conultó canddato deale y do

    con m nombre. Se enteró, no con

    poco morbo, de m tpo de angre,

    de la extrpacón de m apéndce y,

    lo má mportante, de la agenda de

    m via médca. Se aproxmaba

    una conulta que era requio nd-

    penable para renovar m eguro.

    Recuerdo la tarde de hace un par

    de día, cuando acudí a la clínca

    con m anál generale y el ner-

    vomo natural de un pacente

    poco expermentado. Sentado en

    m lla, con la mano tea obre

    lo mulo, ratfiqué m mgraña a

    gre, on utle mecanmo que detendrán

    el tempo o lo volverán rrelevante. Recuerdo la

    aprna que tomé ayer ante de dormr. Eran

    do paslla redonda, pequeña, blanca y un

    poco poroa. La gata esaban eada obre

    m pantalone de pana. Un pertnaz dolor de

    cabeza me agobaba. Era una luz que e abría

    pao en m cráneo. Fu por un vao de agua. Me

    apreuré y d un par de largo trago. Quzá,

    dede ee nsante, hubo un anunco, utl, de

    nmovldad. Tal vez un hormgueo en la mano

    que atrbuí, acao, al nverno. La paslla vaja-ban, veloce, por m cuerpo. A lo mejor, por m-

    teroa razone, habían obrevvdo al vaje por

    m eóago y esaban muy queta, econdda en

    la profnddad de m esómago, como pedra

    en el leo de un río. Peno en esa pobldad.

    Mro el teo de la habiacón. Ecarbo una vez

    má en la memora. Recuerdo haber dejado el

    vao cerca de la esua. M gata e paearon

    entre m perna. Había algo de anedad en u

    paeo. Quzá era una advertenca. La aprna

    eguían ahí, nmune al degase y al embate

    consante de ácdo y fludo. Yo, gnorante de

    todo, apagué la luce y f a la cama dpueso

    a dormr. El dolor de cabeza había deaparecdo

    a pear de que la aprna eguían latente e

    nmune. Tal vez fe l a ugesón que, como e

    abe, puede generar eeo poderoo. ¿Cómo

    deaprovear la oportundad? Sólo quería un

    ueño profndo, cerrar lo ojo e nternarme en

    un mar esérl. Entonce, ocurró. La paslla

    dejaron en lbertad un prncpo avo que, en

    lugar de la acosumbrada propedade anal-

    géca, detonó un cambo en m cuerpo. La

    avdad de m múculo comenzó a menguar.

  • 8/15/2019 Alquimia(24)

    13/19

    eá sobre una ajonera, mirando

    por la ventana, omo lánguida vi-

    gía de porelana. Ellas detecarán

    el sonido del motor y omenzarán

    a husmear. En realidad mi deino

    no es tan terrible. Soy, a pesar de

    mis limaiones, un dios inmóvil

    pero aún on poder para imaginar

    y enontrar signifiados oultos en

    la línea de luz que entra por la ven-

    tana. Tanta inmovilidad me llevará a

    interpretar el sueño inesrutable demis gatas. Esuo el taxi. Quizás

    todo esto es una tontería. Podría

    inventarme situaiones aún más

    inverosímiles. Por ejemplo, que el

    aire eanado de ea habaión

    (sus enrareidas moléulas) es el

    elíxir de la inmovilidad. Desde aquí

    ese extraño fenómeno olonizará el

    mundo. Miles de millones queda-

    rán varados en sus uerpos. Vaya

    tontería. Reiría si pudiera haerlo.

    Las gatas no se mueven a pesar del

    rehinido de la reja y del errojo

    abriéndose. Intento, desesperado,

    atisbar desde el enuadre eátio

    de mi mirada. La que eá a mi lado

    ni siquiera dirige las orejas. La otra

    sigue vigilante en la ajonera, pero

    su poura –que no ha variado ni un

    milímetro desde hae minutos– y el

    brillo inútil de sus ojos, me revelan

    la verdad. Sólo rea esperar a que

    mi esposa suba las esaleras y abra

    la puerta.

    un tipo a quien tomé por docor. “Es importante

    que ontrole el dolor de abeza para que no lo

    inapaiten. Le reomiendo tomar aspirinas

    on regularidad”, me dijo asediándome tras

    los gruesos riales de sus lentes, imando el

    tono paternal de un docor. Después, on dedos

    seguros y veloes, teleó una reeta en la má-

    quina de esribir. Disutó su vicoria, on una

    esueta sonrisa, mientras me dirigía a la puerta

    del onsultorio. El reo sería senillo: esperar

    a que era a la farmaia que eá en la esquina

    de la alle en donde vivo y que yo esogiera laspaillas adeuadas, aquellas que él había empa-

    ado metiulosamente en ajas y oloado en los

    eantes, en una sagaz maniobra de suuión,

    aproveando un desuido de los dependientes.

     Ahora eá vigilando mi ventana desde la alle

    o desde la azotea de una asa veina.

    El movimiento en mis venas eá detenido.

    Los pulsos nerviosos no renuevan su energía

    y emen un murmullo vaío. Sólo queda mi

    respiraión que ondue, solaria, mi vida. Los

    pulmones se esponjan y distienden, pero no

    hay muo más. Una químia perversa se ha

    ebado en ada rinón de mi uerpo. Por eso

    me enaso en mi onienia, en mi voz que no

    es sonido sino pensamiento. Trato, inútilmente,

    de mover la mano derea que eá oulta bajo

    las sábanas. Tal vez mi uerpo es sólo lo que

    puedo ver, y el reo, que pensaba enallado

    bajo el obertor, ha desapareido. ¿Qué le diré

    a mi esposa uando llegue a asa después de su

    viaje y me pida ayuda para bajar las maletas?

    Casi la puedo esuar, bajando del taxi, e-

    rrando la reja. Pero las gatas eán tranquilas.

    Una eá era de mi pierna derea y la otra

    Dibujo •

    JUAN

    OSORNO

    Título de la

    obra: De la

    combustión

    y otros

    fenómenos.

    Actualmente

    curso el último

    semestre de ar-

    tes plásticas en

    la Universidad

    de Antioquia.

    Durante mi

    carrera me

    he interesado

    por la práctica

    del dibujo, elestudio de sus

    cualidades y

    las posibilida-

    des formales y

    conceptuales

    que ofrece.

    behance.net/

    JuanCarlos

    Osorno

  • 8/15/2019 Alquimia(24)

    14/19

    En el prinipio era el ao

    una maa inorme

    oura omo el ango

    difa

    una mezla pulante

      viva en u abandono

    impereca

    Pero el orden exise

    lo viejo maesro lo aben

    ateoran ereto legendario

    y añoran, in haberla oído

      la eterna armonía de la eera

    Lo de abajo e igual a lo de arriba

    lo de arriba e igual a lo de abajo

    En la tiniebla hay luz

    el plomo e hermana al oro

    y para aquello que buan

    e revelan lo miserio

    Paienia

    La vida e una jaula de teoro

    el mundo un laberinto de aertijo

    y en lo engaño utile del demiurgo

    la verdade e atiban omo joya

    La palabra on eñale

    la eñale maran ruta

    la Tierra e boque de epejo

    que no muesran lo arano

    No hay amino de regreo

    a quien emprende la ruta

    lo avaalla una erteza:

    aber e desino del hombre

      la expulión del Paraío

    pero también e la orma

    de aerare a lo infino

    Mudanzas

     A Mercedes Torres 

    Por • ISRAEL

    GALINA

    VACA

    México, D.F.

    (). Estudióletras hispá-

    nicas en la

    UNAM. Es socio

    fundador de dn

    comunicación.

    Recientemente

    se acordó de

    que podía

    escribir.

    P O E S Í A

  • 8/15/2019 Alquimia(24)

    15/19

    Lo de abajo e gual a lo de arrba

    lo de arrba e gual a lo de abajo

     Y dentro de ada uno

    e refleja el Unveroea onfón n nombre

    azogue y barro mezlado

    desello de amor y raba

    maco y hembra entreverado

    leno, grio y llanto

    vlumbre de lo agrado

    Buare e buar la luz:

      egur el hlo de Aradna

      entrar a lo má profndo

    del labernto de ueño

    y enentare on el monsruo

      que habia nuesro aao

    Depué de la luca ruenta

    aender ada peldaño

    retomar ada egundo

      que e enuentre a nuesra mano

     

     Y onsrur

    Redefinr el nfierno

    eapar del purgatoro

    levantar la maqunaraque regula la preena

    de la potena alada

    buando la pereón

    que habia la ma áurea

     Ya on la nueva onena

    de matera tranormada,

    mrar on otro ojo

    la realdad

     Y reprar otro are

    habiar la terra ana

    dejar la ueva de ombra

    que enadenaba la alma

    para hallare on lo otro

    y amnar

    lustración •

    JESSICA

    H J. L EE

    ustradora y

    ñadora que

    trabaja enn Francisco,

    California.

    ió comuni-

    ón y diseño

    Parsons the

    w School for

    sign y tiene

    maestría en

    es visuales.

    Térmno atrbudo a Para-

    celo. Su dferenca con la

    alquma radca en u pro-

    póio y en u nsrumen-

    to de trabajo: la epagra

    no buca la Obra Unveral,

    no la cura de dolenca a

    travé de bálamo, ahu-

    mero o tntura, y u ma-

    tera prma on extracto

    vegetale y mnerale (“la

    erza de la naturaleza”),

    ben hace uo de proceo

    alquímco como la fer-

    mentacón y la deslacón.

    Lo epagrsa producían

    do extrao a partr de

    la quema de una planta, la

    extraccón de u compo-

    nente mnerale y u com-

    bnacón con alcohol. Ello

    on, en ee entdo, má

    mundano que lo alqu-

    msa: dedcan u trabajo

    al benesar del cuerpo.

    El ngredente epagí-

    rco por excelenca e el

    rocío, usanca abundan-

    te en ale nutrtva. Un

    epagrta debe alr de

    madrugada (de preferen-

    ca, durante la prmavera),

    lenzo y garrafa de crsal

    en mano, para recolectar

    la gota que aún duermen

    obre cama de paso. Pr-

    mero el lenzo la cobja, y

    depué e exprme en el

    contenedor, para lberarla.

    El rocío contene, dce, el

    “epírtu unveral”, alta-

    mente curatvo.

    . f. Ciencia

    derivada de

    la alquimia

    . f. “Alquimia

    vegetal”

    . f. Arte de

    curar

    E S P A G I R I A  

    A P O S T I L L A

    ( D E L G R I E G O S PAGYR IA  : SPAÔ , “ E X T R A E R ” , Y  AG E IRÔ , “ R E U N I R ” )

  • 8/15/2019 Alquimia(24)

    16/19

    gro ahogado me despertó de la pe-

    sadilla: el hombre, negro jubón en el

    torso y uello de lecuguilla, barba

    de pio partiendo la tierra, me mira

    fijo y se voltea omo títere de trapo:

    todo lo que hay en el mundo se le

    mete por la boa, mientras sus tri-

    pas, sus fluidos, oupan lo que haa

    hae un parpadeo fe el universo:

    el ielo se vuelve paladar rosado y

    la tierra hígado negro, y nosotros,

    y yo… Pero mi grito no ue por la

    pesadilla. El sobresalto, me repetí

    en ese tren sobre el que trataba de

    llegar a Madrid, se debió a Felipe II,

    al texto que debía esribir sobre él

    y que no me dejaba desansar des-

    de haía muco; tenía inormaión

    de sobra, pero me altaba un dato,

    medular pero invisible, para poder trazar la his-

    toria del rey que, dien, le dio gloria a España.

     Adormilado, quise garabatear algo en mi uader-

    no, pero me perdí en mi reflejo en la ventanilla:

    mi barba, pareida a la de Felipe, sobre la línea

    que orta el paisaje.

    Para esapar de mi laberinto mental, vagué

    por mis apuntes sobre Felipe. El primero lo ano-

    té tres meses atrás, tras hojear una enilopedia

    que me disponía a tirar: “Felipe II es, por un

    lado, el reormador piadoso que ven sus admi-

    radores atólios en la ahora llamada Leyenda

    Rosa; por otro, el anátio religioso, déspota in-

    quisidor, del que sus enemigos tanto hablaron

    en la Leyenda Negra. Felipe es el espaio que

    hay entre sus dos imágenes diametrales”. Ee

    apunte iniió la inveigaión que urjo redaar;

    es también el entro de una red de líneas que

    llevan a varias preguntas y aseveraiones: “Todo

    Por • RUY

    FEBEN

    Ciudad de

    éxico ().

    publicado

    nsayos, cró-

    as, cuentos,

    ntrevistas y

    portajes en

    istas como

    ngo, Esqui-Gatopardo,

    suplemen-

    s culturales.

    primer libro,

    órtices viles,

    tuvo el Pre-

    Nacional de

    ento Joven

    omala .

    La otramiad

    MI

    B I O G R A F Í A

    rey e él mimo y u fantama opueso”; “Revi-

    ar a la familia (La deuda que le dejó Carlo V,

    padre evero. ¿Felipe í mandó matar a u hijo

    Carlo? ¿Ee Carlo de verdad conpiraba contra

    Felipe?)”; “¿Eso e Felipe contra todo o Felipe

    contra í mimo?” De entre la conjetura, hay

    una que realté con trazo doble: “¿Sí e dedicó

    a la alquimia?”. La evidencia e vaga: do em-

    bajadore veneciano reportaron al alquimisa

    Tiberio de Roca como parte de la corte real en

    ; el rey era aficionado a El Boco y u Jardín

    de las delicias  (donde figuran lo ecreto: lapiedra filoofal, la ente de la eterna juventud,

    un laberinto de tranmutacione uceiva de

    coa, animale y alma); un epejo de obidiana

    que Felipe le regaló al alquimisa John Dee. No

    muo má: en u do verione, Felipe II e

    demaiado católico, un inquiidor feroz que no

    hubiee tolerado arte mágica, muo meno

    en Su Real Majesad, a la cual le exigía mayor

    antidad que a u hacienda, que tocaba lo cua-

    tro continente de aquel iglo.

     Al repeo, y a pear de que Felipe II prohi-

    bió que e ecribiera u biografía y ordenó que

    u correpondencia e quemara, le obrevivió

    un texto. En , Francico Rodríguez Marín,

    folclorisa, halló, en una erie de documento

    adminitrativo antiquíimo, uno billete

    donde Pedro de Hoyo, ecretario particular de

    Felipe II, habla con el monarca obre uno tra-

    bajo llevado a cabo en . Lo que e dice en

    lo billete e vago: “El que abe el ecreto trata

    el negocio con gran demosración de esar ente-

    rado”, dice Hoyo el de enero; “toda la coa

    de Vuesra Majesad e pornán en el esado que

    yo deeo”, dice Hoyo el de febrero; “Hoy esá

    la maa en el ego; mañana e n-

    dirá y creo (...) aldrá de buen color;

    luego e paará a perficionarlo: Dio

    lo aque a luz”, dice en una fecha

    poterior pero imprecia. Felipe

    reponde cai al aire; por ejemplo:

    “lo tenéi todo muy bien ordenado;

    aí lo eté lo que a el que abe el

    ecreto toca. Preso lo veremo, y

    cómo erá bien verlo yo i aliere

    bien”. Rodríguez aegura que esa

    correpondencia narra un inten-

    to de Felipe por convertir meta-

    le vulgare en oro por una razón

    mundana: la deuda que heredó de

    Carlo V que ni un reino univeral

    podía paliar. En esaba, ade-

    má, preparándoe el proyeo del

    Monaserio de El Ecorial, que iba

    a er el mauoleo de todo lo re-

    ye de Epaña dede u padre. Má

    que mísico ombrío, Felipe tenía

    la encomienda de hacer muy rico

    a u reino. La emprea alquímica,

    dice Rodríguez, acaó.

    Para alguno, ea interpreta-

    ción e muy poco católica. “¿Aca-

    o nuesro rey era un protesante

    Má que mísico ombrío,

    Felipe tenía la encomienda

    de hacer muy rico a u

    reino. La emprea alquímica

    facaó.

  • 8/15/2019 Alquimia(24)

    17/19

    paree muco má propia de un in-

    quiidor evero, reformador de la fe.

    Según la breve nota que le dediaron

    en la revisa, Díaz meniona a un

    alquimisa anónimo que narra on

    lujo de angre la entrada de Felipe

    II al horno, u gro ahogado, u

    víera alpiando el uarto eon-

    dido, un nuevo uerpo aminando

    dede la eniza. Dien que “a esa

    cifladura le iguen otra que mue-

    tran a Felipe II omo i e tratara deun ómi japoné”.

    Cuando onoí la verión de

    Díaz, aao para hallar inpiraión

    que me permiera eribir algo, em-

    peé a trazar mi propia cifladura

    iguiendo u prinipio. Llegué a te-

    ner un boeto má o meno orde-

    nado: en , un alquimisa e ex-

    pulado de la orte; ee mimo año,

    Pedro de Hoyo e vuelve eretario

    de Felipe II; en muere Carlo

     V tra omiionarle a u hijo la on-

    truión de un mauoleo real “para

    paar en paz la eternidad”; Felipe

    II no tiene dinero, esá haiéndole

    la guerra a u turo detraore;

    deide no eguir la órdene de u

    padre, pero lo onvene el alqui-

    mita velado de la orte (que e

    ambió el nombre do año ante

    por uno paralelo: Tiberio de Roa,

    “el ao de la piedra”, e Pedro de

    Hoyo, “la piedra en el abimo”).

    El mauoleo e el difraz de una

    preoupado ólo por la oa del mundo?”,

    e pregunta Rodrigo Díaz, uya tei dooral,

    erita en , e una larga diatriba ontra

    Rodríguez. Aunque u nombre refiere a otro

    heroímo epañole, de Díaz no e onoe

    nada má que u tei, que terminó juso ante

    de deapareer tra una via a El Eorial. Su

    texto, alulo, ha ido leído por no má de

    perona, que no me inluyen: lo onozo ólo

    por una referenia en un artíulo obre el lado

    mísio del Felipe prudente que publió una

    revisa dediada a lo paranormal; la tei apa-ree menionada en un apartado tulado: “¡Qué

    diparate!”. Según me dijo el edor de la revisa,

    on ello querían burlare de Díaz, quien trabajó

    allí omo redaor de nota obre extraterresre

    durante diez año, hasa que un día abandonó

    u trabajo para dediare al esudio de Felipe II

    (para agrado de u olega, que lo onideran

    hasa hoy inoportable). Tra muco leer obre

    la Leyenda Negra y la Roa en una vaaione,

    tra intentar oniliar en el mimo hombre do

    hombre tan disinto, Díaz dio on el doumen-

    to de Rodríguez, que repudió de inmediato. Su

    año redaando onpiraione paranormale le

    permieron entender que lo billete hablaban

    de tranmutaión, í, pero no de metale. Se-

    gún Díaz, uando Hoyo die “toda la oa de

     Vuesra Majesad e pornán en el esado que yo

    deeo” e refiere a algo má que la haienda del

    rey; la nota, vaga, permen leere en terera

    o egunda perona, y egún e haga, remen a

    un metal en un horno o a alguien, a quien el

    eretario le hablaría de used, ejeriendo obre

    í mimo la tranmutaión fíia, aao en bua

    de la epirual. A Díaz esa última leura le

    Ilustración •

    CARLOS

    AROCHE

    Dibujante,

    ilustrador y dise-

    ñador editorial

    que radica en

    Guadalajara. Ha

    publicado en

    distintas edito-

    riales y revistas,

    entre ellas Alfa-

    guara, México

    Design y Edebé.

    Su trabajo se

    distingue portener una fuerte

    inspiración en la

    naturaleza y su

    compleja carga

    simbólica.

    instagram.com/

    a.r.o.c.h.e

    behance.net/

    carlosaroche

  • 8/15/2019 Alquimia(24)

    18/19

     Algo aí.

    Durante mucho día he agregado coa

    aún má inveroímile a ese boceto. Hace do

    mee y medio, era apena la tranmutación

    de Felipe, ebozada como un ueño vago; hace

    ei emana, la reolución de la muerte de

    u hijo Carlo; temo que en do emana esa

    hisoria me incluya a mí; en nueve, a mí do

    vece. Sólo u aboluta irracionalidad me ere-

    na. La tranmutación de Felipe II me infeó:

    la peadilla eron recurrente cai dede el

    principio, y dede entonce buqué dehacermede u hisoria, no para dárela a un edor, ino

    para no volverme loco. Ecribirla para que tú

    la lea, podría decire que en mágica íntei.

    Fui a El Ecorial porque e el único tesimo-

    nio verdadero de Felipe. Al llegar, anduve por

    lo paillo como arteria, lo jardine eni-

    nado, el monaserio y la biblioteca, el palacete

    cartilaginoo: un laberinto de nota inconexa

    que anhelan ecribir el mundo. Caminé entre

    la ecultura de la faada de la baílica, el rey

    David y Salomón repreentando a Felipe y u

    padre; me parecieron riñone. Comprendí que

    esaba ante una tarea impoible: nunca abré

    i de la tranmutación de alió andando

    el Felipe Negro o el Otro; i el univero esá ya

    tranmutado o i e apena un penoo trabajo

    en progreo.

    Me enté en una banca, bajo el cielo azul, en-

    tre do enorme muro. Abrí mi cuaderno al azar

    en una página que ecribí hace muo, muo

    ante de todo eso; en tinta de color ahogado,

    una ae: “un mundo en el que pueda morir en

    paz”. No recuerdo a qué me refería.

    uerte de máquina que permirá la

    tranmutación del mundo entero:

    de la muerte urgirá la gracia: solve

    et coagula. El rey elige insalar El

    Ecorial obre una enorme caverna

    de la que, dicen, ale el diablo cada

    noe. Para la máquina tranmuta-

    dora hace falta materia divina que

    convierta al mundo en oro. En

    Felipe II e omete al ego primario

    para acudirle lo humano a lo divino,

    y emerge como un reformador no

    ólo de la religión católica, ino del

    Ser Univeral; la operación no e del

    todo exoa porque el reiduo de u

    converión en oro e u hijo, Carlo,

    una besia que no ólo anhela de-

    tronarle, ino que deea corromper

    el mundo del modo que tortura don-

    cella: el demonio ecapó del hoyo.

    La lua dura nueve año, tre vece

    tre; finalmente, en logran en-

    cerrarle en una torre; el alquimisa

    Hoyo e el encargado de anularle en

    dura pelea: Carlo muere en julio,

    Hoyo en eptiembre. Felipe, Sacra

    y Real Piedra Filoofal, e vuelve la

    mad dorada del univero.

    Temo que en do emana

    esa hisoria me incluya

    a mí; en nueve, a mí do

    vece. Sólo u abolutairracionalidad me erena.

    lapese.com.mx 

    Decarga toda

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    tw: @lapese_

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  • 8/15/2019 Alquimia(24)

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