ALOJAMIENTOS Y BIENESTAR. ASPECTOS … · rar una nave para las vacas en produc-ción, otra para la...

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1 III [ BOVIS ] ALOJAMIENTOS Y BIENESTAR. ASPECTOS PRINCIPALES ANTONIO CALLEJO RAMOS DEPARTAMENTO DE PRODUCCIÓN ANIMAL E.U. DE INGENIERÍA TÉCNICA AGRÍCOLA. MADRID E-MAIL:ANTONIO.CALLEJO@UPM.ES

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ALOJAMIENTOS YBIENESTAR.

ASPECTOS PRINCIPALES

ANTONIO CALLEJO RAMOS

DEPARTAMENTO DE PRODUCCIÓN ANIMAL

E.U. DE INGENIERÍA TÉCNICA AGRÍCOLA. MADRID

E-MAIL:[email protected]

RESUMEN

n este capítulo pre-tendemos exponerlos principios gene-rales que deben regirel diseño de un aloja-miento de vacuno deleche desde el puntode vista del bienes-tar, sin entrar en

otras consideraciones de tipo económico oambiental, lo que excedería las pretensionesde esta monografía. El bienestar de los ani-males no se restringe a una alimentación ymanejo adecuados, sino que empieza en elpropio diseño y concepción de la explota-ción en su conjunto. Cuestiones como laorientación de los edificios, la disposiciónentre ellos, su emplazamiento en la parcela,etc., cobran gran relevancia cuando pensa-mos en las patologías que se derivan de unamala calidad del aire por una falta de reno-vación del mismo. Debemos pensar tam-bién en el comportamiento natural de lasvacas a la hora de diseñar el interior de losalojamientos y evitar soluciones que provo-can malestar, incomodidad o lesiones alanimal y que, en muchas ocasiones, sondifíciles y/o costosas de corregir. En mode-los intensivos de producción de leche, elsuelo habitual de hormigón se ha converti-do en una de las principales causas de pro-blemas podales de las vacas y en origen deno pocos accidentes. Conocer cómo debeser el suelo sobre el que caminan los ani-males es un asunto vital para el bienestareconómico de la explotación.

INTRODUCCIÓN

Una explotación de vacuno lecherosuele estar formada por diversos edifi-cios, cada uno de ellos con una función

muy concreta. Así, será preciso conside-rar una nave para las vacas en produc-ción, otra para la recría y las vacas secas,el centro de ordeño, los almacenes de ma-terias primas, la zona en la que colocarlas casetas de los terneros, la fosa depurín o el estercolero, etc.

Esta especialización de cada edificioen un tipo de animal en un estado fisioló-gico determinado o en tareas concretas seva imponiendo en el sector, dado el cre-ciente tamaño de las explotaciones. Se lellama modelo disperso (fig. 1).

En explotaciones pequeñas es frecuen-te disponer de todas las dependencias olocales citados bajo un único techo o cu-bierta. Aun así, los principios básicos quese exponen a continuación son también deaplicación en este caso, al que denomina-ríamos modelo compacto (fig. 1).

Ubicación en la parcela

Los diversos edificios consideradosdeben ubicarse en la parcela de forma quepuedan evitarse los cruces de los distintoscircuitos o movimientos que pueden esta-blecerse en una explotación. Básicamen-te, son los siguientes:

• Alimentación de los animales.• Retirada y evacuación de las deyec-

ciones y efluentes.• Retirada de la leche.• Movimiento de animales.

Las figuras. 2 y 3 muestran dos ejem-plos de cómo una buena colocación de loslocales permite que los circuitos citados nose crucen entre sí. Una adecuada configu-ración de estos flujos evitará la contamina-ción de leche o de los alimentos y, portanto, redundará en una mejor salud de losanimales y en la calidad de la leche.

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En el caso de que la mejor ubicaciónde los diversos edificios no fuera posible(por su dimensión respecto a la forma dela parcela, la situación de los accesos,etc.), o se tratase de instalaciones anti-

guas con escasas posibilidades al respec-to, el sentido común nos dice que no de-ben coincidir en el tiempo el suministrode alimentos o la retirada de la leche conel movimiento de estiércoles o purines.

Por otra parte, la colocación de losedificios en la parcela debe considerar ladirección de los vientos dominantes, detal manera que éstos incidan primero enla zona donde se sitúan los animales másjóvenes y, por último, en el punto dondese coloca el almacenamiento de deyeccio-nes. No hacerlo así supone una graveexposición de los animales a gases noci-vos, patógenos, malos olores, etc.

Saneamiento del terreno y evacuaciónde aguas pluviales

Las vacas soportan mal la humedad.Ésta favorece el microbismo ambiental yda lugar a otros problemas:

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Fig. 1

Fig. 2

• Las camas húmedas predisponen a laaparición de mamitis y metritis.

• Los suelos de hormigón húmedos fa-vorecen los problemas podales.

• El ambiente húmedo propicia los pro-blemas respiratorios.

Si lo aplicamos al exterior, un terrenohúmedo se convierte rápidamente en unbarrizal por el paso repetido de vehículosy/o animales. Por tanto, los alojamientosdeben estar situados preferentementesobre terreno seco y saneado y, si es posi-ble, en ligera pendiente para evitar el es-tancamiento de agua, lo que provoca nu-bes de insectos en cuanto sube la tempera-tura y el agua se corrompe. Si el terreno esllano será conveniente realizar un drenajeadecuado que permita evacuar las aguasde escorrentía y las de infiltración.

Los caminos por donde puede circularel ganado para desplazarse a la sala deordeño no deben ser impracticables porconsiderar su pavimentación muy costosa.Hay soluciones simples y económicas paraevitar que se enlode y favorecer el drenaje,

como es colocar grava apisonada (fig. 4).La misma solución se puede arbitrar paralas zonas de tránsitos de vehículos, es-pecialmente en el acceso a la lechería.

El agua de lluvia que cae sobre lascubiertas de los edificios debe recogerse

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Fig. 3

Fig. 4

mediante canalones instalados en los ale-ros y evitar que caiga al suelo y discurralibremente por la explotación. En el peorde los casos, las aguas pluviales debenconducirse por canalización adecuada ha-cia a fuera de la granja para evitar que seensucie y contamine. Nunca deben condu-cirse a la fosa de purines pues, además decontaminarse, disminuirá la capacidad dela fosa para almacenar deyecciones, que essu función. Su construcción es lo suficien-temente cara como para no utilizarla en al-macenar agua de lluvia (fig. 5).

En un país seco como España debería-mos considerar seriamente la utilizaciónde este agua de lluvia, limpia, recogida delos tejados. Puede servir como reserva an-te un eventual incendio. También puedeser utilizada en la limpieza de los suelosde la sala de ordeño y del patio de esperay, con el adecuado tratamiento, inclusopara el abrevado de los animales.

Orientación de los edificios

La orientación de los alojamientosdebe tener en consideración tres aspectosprincipales:

• La protección contra los vientos do-minantes.

• La insolación óptima del edificio.• La situación en relación con cualquier

edificio cercano a todo obstáculo natu-ral que pueda suponer un problema a lalibre circulación del aire o que ayude agenerar corrientes (efecto pasillo).

Si el alojamiento es semiabierto (lomás habitual en España) se buscará, porun lado, la protección eficaz contra losvientos dominantes y, por otro, una inso-lación máxima en invierno. La parteabierta se orientará, generalmente, hacia

el sureste, lo que sitúa el eje longitudinalde la nave en dirección noreste-sudeste(fig. 6). Esta disposición permite unabuena ventilación y una óptima radiaciónsolar, protegiendo a los animales de lascorrientes de aire frío. Como es lógico,habrá que estudiar en cada caso la mejorsolución, pues existen a veces condicio-nantes (forma de la parcela, del edificio,movimientos de tierra, vientos dominan-tes, etc.) que obligan a buscar otra solu-ción distinta a la citada.

Si el edificio es cerrado, como sucedeen zonas más frías o en una nave de críade terneros, la orientación es menos im-portante (fig. 7). Si el eje longitudinal sesitúa perpendicular a los vientos domi-nantes permitirá una mejor ventilaciónnatural del alojamiento al aprovechar elllamado efecto viento.

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Fig. 5

Las aguas residuales de sala, patios ylluvia se mezclan en la fosa de purines

Se separan las aguas pluviales que vana parar a un canal de riego

Si el edificio es muy largo se podrásituar uno de los hastiales o extremos dela nave cara al viento, a condición deque este extremo se cierre con un corta-vientos para evitar corrientes de aire fríoen invierno.

Otros aspectos

Aunque posteriormente, en este mis-mo capítulo o en otros, abordaremos porseparado cada uno de ellos, sí queremossintetizar en las próximas líneas otrosaspectos básicos que deben cumplir losalojamientos si pretendemos tener vacaslecheras productivas, sanas y limpias. Es-tos aspectos incluyen:

• Una excelente calidad del aire, para loque se precisa una ventilación adecuada.

• Alivio del estrés térmico en zonas y/oépocas calurosas, para lo que se re-quiere forzar la ventilación o instalaralgún sistema de refrigeración.

• Una zona de reposo confortable, seca,limpia y segura.

• Accesos apropiados al alimento y alagua, además de un suministro ade-cuado de estos.

• Suelos que proporcionen un desplaza-miento seguro y confiado de las vacasy no provoquen accidentes o lesionesen pezuñas o patas.

Aunque no tienen una relación directacon el bienestar del animal, no queremospasar por alto otros dos factores quedeben tenerse en cuenta cuando se diseñaun alojamiento ganadero, en general, y devacuno de leche, en particular.

La integración paisajística

Puesto que el paisaje ha pasado deser un elemento meramente estético aconvertirse en un recurso económico, espreciso considerar la estética de los alo-jamientos y su inserción en el entorno.

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Fig. 6

Así, cobran especial importancia aspec-tos como la disposición de los volúme-nes de los distintos locales en relacióncon el relieve del terreno y la vegetaciónexistente, la elección de los materiales(colores, texturas) y el color del materialde cubierta. De hecho, la normativa ur-banística de muchos municipios estable-ce ya limitaciones en las dimensiones, eltipo de materiales y el color de los mis-mos. Un alojamiento bien integrado enel entorno inmediato ofrece una imagende autenticidad y de calidad en la pro-

ducción que empieza a ser valorada muypositivamente.

Evolución del alojamiento

En todo proyecto hay que prever tanto laposibilidad de una futura ampliación de lainstalación proyectada como su adaptación alos cambios técnicos que se vayan produ-ciendo (fig. 8). Sin embargo, esta previsiónno es fácil de poner en práctica en el mo-mento en que se realiza el proyecto, pero, almenos se pueden dar algunas sugerencias:

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Fig. 7

• No calcular las distancias excesiva-mente ajustadas. Esto es particular-mente importante cuando se mide elancho de las naves, puesto que estadimensión es más difícil de modificar,mientras que la longitud permite másfácil extensión.

• Primar las líneas rectilíneas, eliminan-do cambios de dirección o curvas ytodo lo que suponga una obligación demaniobrar o de marcha atrás.

• Considerar la tendencia al aumento delas dimensiones de todas las herra-mientas y maquinaria y tener en cuen-ta el hecho de que la altura de los alo-jamientos no tiene una gran influenciasobre su coste.

• Las vacas aumentan también de tama-

ño con la selección genética. Cuandoabordemos el capítulo sobre cubículoscomentaremos que es preferible ha-cerlos algo más largos. Siempre sepueden acortar con la adecuada colo-cación de la barra del cuello. Sin em-bargo, un cubículo que se construyecorto ya no se puede alargar.

La posibilidad de transformaciónposterior de un alojamiento es un aspec-to que es necesario considerar, perotampoco debe suponer una restricciónineludible cuando se quiere proyectar unalojamiento adecuado para una determi-nada actividad, de producción de lecheen este caso. Pero el proyectista sí debe-ría hacer un esfuerzo para elegir el tipo

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Fig. 8a

de materiales y la disposición de los ele-mentos de una instalación que favore-ciera su posterior reconversión, trasladoo venta, y no su completa eliminación.Por ejemplo, los cerramientos puedenhacerse de obra de fábrica (ladrillos,bloques, etc.) hasta la altura necesaria,pero el resto de la pared hasta el tejadopuede cerrase con planchas metálicas,perfectamente reutilizables.

Comportamiento de la vaca

Comportamiento social

Las vacas lecheras son animales gre-garios que viven en rebaños y establecenuna jerarquía social muy desarrollada.Esta jerarquía está determinada por laedad de los animales y sus característicasindividuales: peso, tamaño, estatus hor-

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Fig. 8b

monal, presencia de cuernos... Las vacasdominantes suelen ser las de más edad ylas más fuertes. Los conflictos entre vacasdominantes y dominadas son habituales yla mayor parte de las veces resueltos porla sumisión y huida de las segundas.

En un rebaño, las vacas manifiestan ala vez lo siguiente:

• Una búsqueda del grupo y de contactocon los otros animales del rebaño enlos periodos de descanso, en la toma dealimentos o en los desplazamientos azonas comunes como la sala de ordeño.

• La necesidad de mantener alrededorde ellas un espacio vital mínimo, sinel cual la vaca se siente amenazada yes fuente de estrés.

El diseño y la concepción de los aloja-mientos debe tener en cuenta estos com-portamientos y respetar ciertas reglas quepermitirán reducir las causas de estrés yde conflictos entre los animales:

• Disponer de un espacio para comer,beber y descansar adecuado al númerode animales (en capítulos posterioresse concretarán estas cifras).

• Los pasillos de circulación de animalesserán anchos, no resbaladizos y noterminarán en fondo de saco. La fre-cuencia de interacciones agresivas esmucho mayor en explotaciones conpasillos estrechos y/o ciegos. Estosfondos ciegos obligan a los animales aretroceder, resultando en agresiones otopes entre los animales, puesto que lasvacas pueden quedar bloqueadas porun animal de mayor rango jerárquico.

• La ubicación de bebederos, comederosy distribuidores automáticos de concen-trados (si fuese el caso) deben permitirun acceso amplio y cómodo a los mis-

mos y un escape o salida fácil a los ani-males que los están utilizando (fig. 9).

• Los boxes de aislamiento (por ejem-plo, boxes de parto), de tratamientosanitario y las zonas de espera para elordeño deben permitir a los animalespermanecer en contacto visual y olfa-tivo con el resto del rebaño.

• El suelo tendrá el mínimo número po-sible de escalones; si fueran inevitables,tendrán unas dimensiones suficientespara permitir un desplazamiento fácil yseguro de los animales. Su altura estaráentre 15 y 25 cm y la huella tendrá unfondo de 40 cm como mínimo.

Espacio vital y espacio social

Podríamos definir el “espacio vital” co-mo la superficie que ocupa el animal en

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Fig. 9

razón de su tamaño (tabla I), condicionado,pues, por sus dimensiones, tanto cuando estáde pié como cuando está tumbado (fig. 10).

Sin embargo, este no es el espacio realque necesita el animal en la práctica. Lavaca precisa de un área a su alrededor quela delimita socialmente, así como de unárea de intolerancia, situada principalmen-te alrededor de la cabeza (figs. 11 y 12).

De esta figura se deduce que el espaciosocial mínimo para un bovino adulto sesitúa alrededor de los 5,5 m2, lo que no sig-nifica que éste sea el valor óptimo. No te-

ner en cuenta esta circunstancia conduce auna excesiva competencia por la superficiedisponible, que se traduce en un mayornúmero de interacciones negativas entre losanimales (tabla II), mayor agresividad ymenores rendimientos productivos.

Signos conductuales de disconfort

Miedo o recelo. Las vacas que vivenen un alojamiento inseguro muestrantemor o signos de inquietud causados porla percepción de riesgo o de dolor. Estas

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Tabla I. Morfometría del ganado vacuno lechero

Fuente: BTPL, 1995

TERNERAS

14 días 118 25 813 meses 132 32 896 meses 173 44 1071 año 210 59 1252 años 220 63 131

VACAS

600 Kg 230 65 138700 Kg 240 70 144

Edad Longuitud (l) (cm) Anchura (I) (cm) Anchura a la cruz(H) (cm)

muestras de temor incluyen conductasanormales o inesperadas:

• Aumento del número de micciones ydefecaciones.

• Permanencia de pie con las patas de-lanteras en el cubículo y las traserasen el pasillo.

• Menor tiempo de descanso.• Permanece más tiempo tumbada con

menor frecuencia de cambios de pos-turas y se levanta también con menosfrecuencia.

• Rechaza el uso de los cubículos y se

tumba en ellos sólo parcialmente o enlos pasillos.

• Tarda más tiempo en tumbarse. Estípico el movimiento de balanceo dela cabeza de un lado a otro, manifes-tando dudas para tumbarse.

• Movimientos inusuales al levantarse otumbarse en los cubículos.

• Beben dando lengüetazos, en lugar desorbiendo.

• Prefieren el uso de bebederos situadosjunto a los muros que los localizadosen los cruces entre pasillos.

• Manifiestan formas inusuales o ines-

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Fig. 10

Fig. 11

peradas de acercarse al comedero y albebedero.

• Forma de andar inusual.• Rechazo a cruzar canales o a entrar en

algunas zonas del establo.

El recelo observado en las vacaspuede deberse a experiencias dolorosasen el lugar en el que viven. Este dolorpuede tener diversos orígenes:

• Inyecciones aplicadas en la sala de or-deño o en la cornadiza.

• Barras del cuello en el cubículo dema-siado bajas, demasiado altas o dema-siado atrasadas.

• Separadores de cubículos mal diseña-dos o mal instalados.

• Superficies de descanso duras.• Ranuras demasiado anchas en suelos

enrejillados.• Superficie de suelos demasiado rugosa

(abrasión) o demasiado lisa (resbalones).• Obstáculos como arrobaderas o empu-

jadores en zonas de tránsito elevado.

• Puertas automáticas.• Puertas de apriete electrificadas.• Golpes con algún elemento de la sala

de ordeño.• Cornadizas.• Pastores eléctricos.

Intrusión en la zona de escape

Las vacas pueden manifestar recelo otemor porque algo o alguien se introduceen su zona de escape o zona de confort,más amplia que la que denominábamosespacio social. Este recelo puede tenertambién distintos orígenes:

• Falta de espacio para escapar por unaubicación inadecuada de bebederos,por pasillos estrechos o ciegos o porestar bloqueadas en la cornadiza.

• Percepción de canales o rejillas en elsuelo.

• Pasillos y entradas oscuras.• Temor por la presencia de objetos

determinados; por ejemplo, la ropa

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Fig. 12

que se usa mientras se ordeña o seaplican tratamientos dolorosos.

Influencia del diseño y construcción delos alojamientos en el comportamiento

El temor o recelo puede surgir deldiseño o de los equipamientos de los esta-blos, que quedan fuera de la capacidad delas vacas para utilizarlos confortablemen-te. Algunos ejemplos son los siguientes:

• Bebederos que son difíciles de usar,demasiado altos, con escaso caudal ode acceso complicado.

• Ruido de puertas accionadas por airecomprimido o por vacío.

• Falta de luz.• Suelos resbaladizos.• Cubículos con características que

favorecen que los animales se tumbeno se levanten con dificultad.

En algunas granjas puede verse a lasvacas tumbadas con medio cuerpo en elcubículo y el otro medio en el pasillo,

levantándose como los caballos o comolos perros (es decir, incorporando primeroel tercio anterior en lugar del posterior),tumbadas en el pasillo o colocadas en elcubículo en posición inversa (esto es, conla cabeza en la parte trasera de éste) oempujando con las patas material de ca-ma hacia el pasillo. En la figura 13 semuestran algunos comportamientos anó-malos derivados de un alojamiento defi-ciente (en este caso, de los cubículos).

Debemos aprender que lo que es elcomportamiento habitual de las vacas nosiempre es su comportamiento normal yque el alojamiento habitual no tiene porqué ser el mejor para cubrir las necesida-des de las vacas.

Cuando se visitan las granjas tratandode determinar el origen de los problemasque pudieran existir, el tiempo de obser-vación suele ser corto y en momentosmuy determinados, lo que en la mayoríade las ocasiones no es suficiente para es-tablecer conclusiones válidas. Es necesa-rio, pues, arbitrar un sistema que nos per-mita realizar una observación prolongada

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Tabla II. Efecto del espacio social en novillas frisonas (n = 10),sobre la agresividad

Sup. TotaL 60 m2 120 m2 5,5 ha

Sup./Animal 6 m2 12 m2 5.500 m2

N.º Topes/h 18,8 7,4 1,2

N.º Amenazas/h 3,8 1,6 1,0

N.º Agresiones/h 22,6 9,0 2,2

ESTABULACIÓN LIBRE PASTOREO

Fuente: Jimeno, 2004

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Fig. 13

de lo que sucede en la granja. Las cáma-ras de vídeo nos dan la posibilidad de ob-servar el comportamiento de las vacas einterpretar cómo afectan el diseño, laconstrucción y el manejo del alojamientoa los animales y a su conducta. Su rechazoa usar los cubículos, sus movimientos fue-ra y dentro de la sala de ordeño o su con-ducta en el comedero y el bebedero pue-den avisarnos de la existencia de algúnproblema que comprometa la seguridad delos animales o que altere su conducta; endefinitiva, que les cause malestar.

Características constructivas que puedenprovocar patologías

Algunas características de los aloja-mientos o del manejo del mismo condu-cen a problemas patológicos en el ganadoque no están asociados con el miedo.Algunos son heridas traumáticas, otrosson problemas podales (fig.14), mamitis opatologías metabólicas.

Los problemas podales (laminitis,úlceras plantares, erosión del talón, etc.) amenudo tienen su origen en causas rela-cionadas con el alojamiento o el ambientedel establo, como por ejemplo:

• Sobrecarga de peso en las patas trase-ras por la existencia de escalones en elcomedero y el bebedero, a los que esnecesario subir las patas delanteraspara poder comer o beber, o paraacceder a la sala de ordeño. Tambiénse produce sobrecarga cuando lasvacas permanecen demasiado tiempode pie en el cubículo con las patas tra-seras en el pasillo.

• Condiciones húmedas. Sistemas deretirada de deyecciones que deja lossuelos húmedos al no arrastrarlas co-rrectamente. Cubículos húmedos por

un deficiente mantenimiento de la ca-ma o sistemas de ventilación que noaseguran el suficiente caudal de reno-vación de aire.

• Otros peligros, como ranuras en elsuelo excesivamente anchas, suelosresbaladizos u obstáculos como laspalas arrobaderas.

No obstante, el comportamientoanormal de las vacas con problemas po-dales puede no ser fácil de interpretar.Algunas de ellas pasan más tiempo depie, cuando sería de esperar que perma-neciesen tumbadas. Suelos de cubículoscon superficies duras o características deestos cubículos que dificultan a la vacala posibilidad de levantarse predisponena abrasiones conducentes a inflamacio-nes o úlceras en las patas. La vaca puedepermanecer tumbada un tiempo conside-rable sobre superficies duras, sin levan-tarse, porque hacerlo o cambiar de posi-ción les supone un dolor considerable.

Por otra parte, cuando se considera eldiseño de una explotación, es preciso pre-ver la alimentación separada de las vacassecas y de las recién paridas del resto de

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Fig. 14

las vacas en producción. No hacerlo asípuede conducir a una mayor incidenciade patologías metabólicas. A medio pla-zo, la inversión inicial en un alojamientoque permita aplicar un óptimo programade alimentación resulta menos onerosaque los gastos de veterinario, de fármacosy de una mayor reposición de animales.

Diseño del centro de ordeño y bienestar

Hay ciertas áreas en una granja devacuno de leche que pueden tener un granefecto en el comportamiento y bienestarde las vacas. Una de estas áreas es el cen-tro de ordeño, cuya importancia es fácilcomprender. Caminos de acceso al áreade ordeño, corral de espera, andenes deordeño, salida de la sal de ordeño y pasi-llos de retorno son elementos que preci-san de un cuidadoso diseño y planifica-ción. No sólo por su uso diario (dos o tresveces) o por su repercusión en el rendi-miento de la sala (expresado en vacasordeñadas/hora) y en conseguir el adecua-do estímulo de ordeño, sino porque elcentro de ordeño puede ser un puntonegro de la explotación en cuanto a cau-sas de disconfort, en general, y de acci-dentes, en particular.

El recorrido de las vacas desde elestablo hasta el centro de ordeño debetener el mínimo posible de giros o cam-bios de dirección. Deberán estar bien dre-nados. Su superficie no será abrasiva niresbaladiza en ninguna época del año, conlo que las vacas se moverán con más con-fianza y rapidez. Las pendientes no debe-rían ser superiores al 6%. La anchura deestos caminos deber ser de 3,0-3,5 m paragrupos de menos de 150 vacas y de 6 mpara grupos más grandes.

El patio de espera debe dimensionarsea razón de 1,2-1,5 m2/cabeza, según el

tamaño de la raza de vacas que estemosordeñando1. Este número determinará lasuperficie total que se precisa, teniendo encuenta que no es aconsejable que las vacaspermanezcan más de una hora esperando aser ordeñadas (o 45 minutos si se ordeñatres veces al día). Esta circunstancia con-diciona el tamaño del patio de espera y lalotificación del rebaño, pues es el númerode unidades con que cuenta la sala deordeño y la duración de la rutina que de-termina el ritmo de ordeño (vacas/hora).

En la entrada a la sala de ordeño debehaber una buena iluminación (75-100lux), procurando que el acceso de los ani-males sea fácil (en línea recta), rápido(puerta de apriete) y con amplitud deentrada. Los animales no deben tener laimpresión de entrar en un sitio oscuro.

Hay que prever la entrada al corral deespera en el lado opuesto a la sala de orde-ño, lo que facilita que el movimiento delos animales se realice lentamente, sinatropellos, avanzando siempre en elmismo sentido y manteniendo el orden. Elmovimiento de los animales debe hacerseteniendo en cuenta las mismas leyes querigen el del agua dentro de una tubería. Esdecir, deben evitarse las curvas cerradas ylos estrechamientos que signifiquen unentorpecimiento a las vacas en movimien-to, buscándose siempre la máxima fluidez.

La cubierta puede ser una prolonga-ción de la misma de la sale de ordeño uotra más económica. Opcionalmente,pude prescindirse de ésta a costa de dejarla sale de ordeño más desprotegida de lasinclemencias si, como hemos recomen-dado, sala de ordeño y corral de esperaforman un conjunto sin separación. Enzonas muy calurosas recomendamoscubrir esta zona de espera, pues son lasaltas temperaturas las que más negativa-mente afectan a las vacas (figs. 15 y 16).

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Las subidas y bajadas a la sala deordeño dificultan el movimiento del reba-ño, por lo que debe buscarse su elimina-ción tratando que los animales se despla-cen sobre un mismo plano. Cuando nofuera posible eliminar los desniveles, espreferible emplear escalones de poca altu-ra pero profundos. Como orientación,puede tomarse el valor de 0,65 m de hue-lla y 0,25 de contrahuella; si se trata derampas, éstas no deben superar el 17% dependiente y deben asegurar una perfectaadherencia y tracción.

Podemos concluir diciendo que elmanejo del ganado es un factor determi-nante de la eficiencia del ordeño. Todasaquellas situaciones que den lugar a la li-beración de adrenalina por el animal enlos 30 minutos anteriores al ordeño pue-den interferir en el mecanismo de eyec-ción de la leche, prolongando el tiempo deordeño. Los animales que van con tran-

quilidad a ordeñarse y entran rápidamenteen la sala de ordeño, generalmente no de-fecan en ella. Si un determinado númerode vacas no entra voluntariamente o defe-ca frecuentemente en la sala deberá com-probarse el procedimiento de ordeño.

Los andenes de ordeño deben estarlibres de obstáculos como rejillas, sumide-ros o canales. Las vacas se detienen anteellos y ralentizan la entrada. Por ello, no es

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Fig. 15

Fig. 16

recomendable que el corral tenga pendientedescendente hacia la sala de ordeño, lo queobliga a instalar una rejilla de limpieza en laentrada. Asimismo, debe considerarse la po-sibilidad de construir los andenes con una li-gera pendiente ascendente hacia el foso deordeño, no sólo para favorecer la evacua-ción de líquidos hacia las paredes de la salasino para que la vaca tenga levemente máslevantado el tercio posterior y mejorar lavisión y el acceso a la ubre, sobre todocuando el acceso a ésta no es por el costadosino por detrás (salas paralelo o rotativas).

La salida de la sala de ordeño puededeterminar el rendimiento de ésta. Sedebe diseñar un amplio espacio delantede la posición de ordeño para que la sali-da sea rápida y se eviten “atascos”, te-niendo presente que cuanto más grandesea la sala mayor es el número de vacasque tienen que salir. Algunos técnicos re-comiendan que este espacio sea suficientepara las vacas de dos grupos de ordeñocuando en él se instalen bebederos.

En salas de ordeño “convencionales”,es decir, sin dispositivos de salida rápida,

hay que prever suficiente espacio al finalde la sala para que las vacas puedan girarhacia la puerta de salida o hacia el pasillode retorno si esta salida no se realiza enlínea recta, redondeando los cantos o“mochetas” de las puertas, donde los ani-males pueden golpearse cada vez quesalen (fig. 17). El pasillo de retorno es lazona más habitual para localizar unapuerta de clasificación o selección conobjeto de separar los animales que necesi-tan algún tratamiento u observación. Elloimplica que los animales deben circularen fila india, lo que puede dificultar lafluidez de salida de las vacas si esta puer-ta se sitúa muy cerca de la sala de ordeño.

Suelos

Uno de los principales aspectos nega-tivos de la intensificación de la produc-ción de leche, y por ello del confina-miento de las vacas en espacios y/oedificios más o menos amplios, ha sidola necesidad de emplear hormigón paracubrir el suelo y ser éste, por tanto, el

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Fig. 17

material de la superficie sobre el que lasvacas comen, beben, descansan, se mue-ven y se ordeñan.

Si tenemos en cuenta que las vacaspueden permanecer de pie entre 10 y 12horas diarias (o más si el lugar de reposono les resulta cómodo), es lógico que lascojeras y los problemas de pezuñassupongan una de las principales causaspor las que las vacas son eliminadas deun rebaño o que los resbalones sean unafrecuente causa de accidentes y lesionesen estos animales. Además del problemade las cojeras per se, éstas tienen otrasconsecuencias negativas, como celossilenciosos, inhibición de la conducta demonta, peor rendimiento reproductivo,lactaciones más cortas, menor rendimien-to en grasa de la leche y una rápida pérdi-da de condición corporal, con el consi-guiente perjuicio económico. Un suelo noadecuado puede ser la causa principal decojeras, aunque no la única (factoresgenéticos, nutrición, etc.).

De igual forma, la incidencia de der-matitis digital papilomatosa es, segúnalgunos estudios, sustancialmente másalta en granjas donde las vacas se despla-zan sobre suelo de hormigón respecto alas que tienen suelo de tierra o a las quedisponen de praderas para pastar. Proba-blemente ello se deba a la mayor que tie-nen los microorganismos causantes delproblema de entrar en las pezuñas daña-das por la mayor abrasión del hormigón.

El que una vaca cojee significa quesiente dolor, ni más ni menos. Cojear, re-ducir la longitud del paso, andar envaradoy rígido, descansar la pata afectada y pa-sar más tiempo tumbada son algunas delas conductas de la vaca para aliviar eldolor. Esto, además, tiene efectos secun-darios sobre su bienestar. Una vaca cojaes menos competitiva y desciende posi-

ciones en el orden jerárquico, se vuelvemás temerosa y tiene tres veces más posi-bilidades de ser eliminada que las vacassanas. También tiene más dificultades pa-ra tumbarse y levantarse, con un mayorriesgo de traumatismos en los pezones ymamitis asociadas. Obviamente, comemenos, baja su condición corporal y sereduce su producción de leche.

Otros factores predisponentes a lascojeras son:

• Suelos húmedos y deslizantes y/odeteriorados.

• Problemas de aplomos de origengenético.

• Falta de limpieza.• Cubículos mal diseñados y con escaso

mantenimiento.• Alta de cuidados periódicos de las

pezuñas.• Ordeño dos veces al día de las gran-

des productoras en lugar de tres.• Exceso de condición corporal (sobre-

peso).• Estrés originado por agresiones, espa-

cio insuficiente, ruido, aislamiento.• Problemas de alimentación.

Es absolutamente necesario limpiarcon frecuencia los pasillos, pues un exce-so de suciedad, sobre todo en invierno,conlleva una excesiva humedad en laspezuñas, las cuales se reblandecen a unavelocidad muy superior a la que se secan,siendo éste un factor predisponente más aoriginar cojeras.

La experiencia demuestra que, enmuchas ocasiones, los problemas empie-zan en el mismo momento de la construc-ción, cuando se vierte y extiende el hormi-gón. Para evitarlos debemos tener presentecuáles son las características deseables de

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un suelo para que no suponga una causa dedisconfort para los animales:

• Proporcionar una superficie de despla-zamiento relativamente seca.

• Permitir un desplazamiento seguro y có-modo, es decir, no deslizante y tampocoabrasivo, lo que supone la principal difi-cultad en la preparación del suelo dura-dero sin perder sus propiedades.

En los últimos años se están incorpo-rando en parte de la superficie del establo(por ejemplo, delante del comedero) otrosmateriales más “flexibles” y cómodos quedan la oportunidad al animal de “aliviar-se” de la dureza del hormigón.

Preparación de suelos hormigonados

Habitualmente, el suelo por el que sedesplazan las vacas se prepara creandounas ranuras paralelas (o en otras disposi-ciones geométricas) en la superficie delhormigón en un determinado momentodel fraguado. Estas ranuras son las que sepretende que proporcionen un adecuadoagarre o tracción a los animales. En algu-nos lugares determinados, como la sala deordeño, se añaden agregados antideslizan-tes a la superficie de hormigón o se colo-can materiales de tipo epoxídico.

Consultando distintas referencias sepuede comprobar que hay divergenciasentre ellas (a veces notables) sobre cómodebe ser un correcto rasurado del hormi-gón. Probablemente la mejor opción serála que proporcione una buena adherenciaen todas las direcciones. Para ello, se pro-pone realizar un dibujo hexagonal conpolígonos de 5 m de lado (fig. 18). Estedibujo se puede realizar hoy día sin ma-yores problemas que su mayor coste, uti-lizando técnicas de hormigón impreso uti-

lizadas con asiduidad en pavimentosurbanos. En su defecto, también resultainteresante un doble rayado en ángulopara formar rombos (fig. 19).

Conseguir este dibujo con los útileshabituales (fig. 20) tampoco es sencillo,sobre todo en los espacios cercanos almurete del comedero y al escalón de loscubículos o el de acceso a la zona de re-poso pajeada. Recientemente hemos vis-to un ingenioso y sencillo dispositivo. Aun rodillo metálico se le adhiere una lá-mina gruesa de de caucho donde está di-bujada en relieve la figura geométricaque queremos formar en el pavimento(rombos o hexágonos). Otras veces es elpropio rodillo metálico el que está tro-

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Fig. 18

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quelado con la figura en cuestión (fig.21). Sea cual sea el material, al despla-zar el rodillo sobre el hormigón en pro-ceso de fraguado, se va impresionandoen él el dibujo correspondiente.

Sin duda alguna, el procedimientomás frecuente es ranurar el hormigón enlíneas paralelas al comedero, disposiciónque facilita posteriormente la limpiezamediante arrobaderas flushing. Además,esta disposición favorece el agarre de laspezuñas en tres circunstancias especial-mente delicadas: cuando el animal estácomiendo o cuando sale o entra de la zo-na de reposo (sea cubículo o sea camacaliente). Indudablemente, cuando sedesplaza a lo largo del pasillo la tracciónno es tan buena como en los rayados des-critos anteriormente.

Donde no parecen tampoco ponersede acuerdo los técnicos e investigadoresque trabajan en este asunto es en las di-mensiones que deben tener las ranuras y,sobre todo, en cuánto deben estar separa-das. Frente a los que sostienen que lasranuras no deben separarse más de 5 cmpara que el deslizamiento de las pezuñas“se pare antes de iniciarse” al encontrarrápidamente una de ellas, están los queseñalan que esta distancia impide al ani-mal apoyar la mayor parte de su pezuñasobre una superficie plana y que, por ello,favorecen las lesiones podales.

Una solución que nos ha convencidoaunque tiene un costo algo mayor es lasiguiente:

• Ranuras de 1,0-1,5 cm de anchura y1,0-1,5 cm de profundidad.

• Ranuras separadas entre 7,5 y 10 cm.Esta separación permite un mejorapoyo de la pezuña.

• La superficie entre ranuras puede rayar-se ligeramente para mejorar la adheren-cia, sin llegar a provocar abrasión. Elinconveniente es que este rayado durapoco (al ser muy ligero) y es necesariorepetirlo frecuentemente (fig. 22).

Lo verdaderamente difícil es efectuarel rayado en el momento preciso. Si elhormigón está demasiado fresco el pasode las herramientas dejará aristas másrugosas y un acabado deficiente. Inclusola ranura tiende a cerrarse tras el paso dela herramienta. Si, por el contrario, elhormigón ya está demasiado duro, laherramienta no penetrará bien y se forma-rán convexidades en la zona de apoyo delas pezuñas y ésta no será uniforme. Tam-bién puede levantarse ligeramente el hor-migón y dejar una superficie muy rugosa.En la fig. 23 se muestran cuatro imáge-

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Fig. 20

nes, observándose una buena terminaciónen la mitad de cada una de ellas y un malacabado en la otra mitad.

Suelos nuevos o viejos con agujeros osuperficie irregular aumentan el riesgo detropezones y torceduras de las articulacio-nes del “menudillo” (articulación meta-tarso/metacarpo falángica).

Si una vez fraguado el hormigón seobserva que la superficie queda abrasivaserá necesario utilizar una máquina “lija-dora” que deje la superficie correctamen-te. También pueden atarse al tractor undeterminado número de bloques de hormi-gón y, tras sucesivas pasadas del tractor,se habrán eliminado esas rugosidades quehacían impracticable el suelo. Para sabersi el suelo tiene una terminación adecua-da, algunos técnicos recomiendan andardescalzos sobre el mismo; es decir, si unapersona puede andar descalza por unasuperficie de hormigón sin lastimarse,tampoco la vaca se lastimará las pezuñas.

La superficie del suelo se deteriorapor el continuo paso de las arrobaderas ypor las heladas; una fina lámina de estiér-col permanece, convirtiendo el suelo en

una superficie deslizante e insegura. Portanto, todos los pasillos por donde circulael ganado deben ser periódicamenteestriados en su superficie.

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Fig. 21

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El modo en que se desplazan los ani-males y su conducta suelen ser los mejo-res indicadores de la calidad del suelo. Encondiciones normales la vaca coloca lapezuña trasera en las proximidades de la“huella” dejada por la pezuña delanteradel mismo lado. La longitud media delpaso es de 80 cm. Cuando la superficiedel suelo pierde adherencia o las pezuñasestán dañadas la vaca tiende a reducir laamplitud del paso y a caminar más lenta-mente y con la cabeza más baja. Si la co-jera es evidente, arqueará el lomo al an-dar y se parará más a menudo, cargandoel peso sobre las patas sanas.

En algunas zonas de la granja lecherahay una fuerte interacción cuidador-vaca,lo cual puede ser aceptado o, al menos,tolerado por el animal dependiendo dediversos factores, incluyendo su experien-

cia anterior en dichas zonas. Éstas son losandenes de la sala de ordeño, mangas o ele-mentos donde se restrinja el movimientodel animal para tratamientos, rampas deembarque, etc. La cercanía del hombre oincluso su contacto puede causar temor adi-cional en la vaca, queriendo alejarse, aveces con brusquedad. En esta situación, lafalta de adherencia es muy peligrosa. Porello se admite como recomendable aumen-tar el grado de adherencia en el suelo deestas zonas, aunque supongan también unmayor grado de abrasión. Al fin y al cabo,el tiempo de permanencia de las vacas enestas zonas no es muy prolongado.

Suelos emparrillados

En algunos países son muy numerosaslas granjas donde los pasillos de circula-

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Fig. 22

ción y/o los de alimentación consisten enslats o emparrillados a través de los cua-les pasan las deyecciones para caer enfosos situados debajo.

No somos en absoluto entusiastas deeste sistema. La comodidad en el mane-jo de las deyecciones no es compensada,a nuestro juicio, por la mayor incomodi-dad que aportan y, sobre todo, por lamala calidad del aire de estos establos,pues los fosos se convierten en focos deemisión de gases nocivos en el interiordel alojamiento. Quizá en climas fríospuedan tener cierto interés, pero enEspaña pensamos que no es una opciónadecuada. Y tampoco es la más baratade construir.

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