alienado

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El alienado Entrar al algo nuevo originaba sentimientos de aversión e inseguridad en mí, cosa que sentí toda la semana previa al Coloquio. La mañana estaba ligeramente cálida y me abrigaba con su estridente luz de verano, las solitarias calles de la ciudad a esa hora me hicieron pensar que todavía estaba dormida. Adentrándome por las calles de la Condesa hacía que me sintiera más segura, pero al descubrir una pequeña entrada llamada “Casa Refugio” , fue el primer golpe hacía mi vigilia y mi cordura. Todo corría con su cauce matutino y el rigor del comienzo de algo llamado coloquio. Mientras iniciaban las presentaciones, introducciones y objetivos era como entrar a un universo paralelo al mío, en que mi vida parecía ser completamente divergente a lo que se sucedía y planteaba ahí dentro. Empecé a pensar, para quitarme el miedo, que todo era parte de una ficción muy bien montada, para generar experiencias nuevas en personas con búsqueda de lo extravagante, y así fue como me dejé llevar por los sucesivos días en que se presentaban diferentes proyectos, personalidades, mesas redondas, ponencias, cafés, comidas, pláticas, etc. Me parecía como vivir la vida de alguien más que tiene sueños y preocupaciones casi irreales, como una película que deja un buen sabor de boca al final de día, con un cansancio tan disfrutable que las noches pasaban en un solo pestañear.

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El alienado

Entrar al algo nuevo originaba sentimientos de aversión e inseguridad en mí,

cosa que sentí toda la semana previa al Coloquio. La mañana estaba ligeramente

cálida y me abrigaba con su estridente luz de verano, las solitarias calles de la

ciudad a esa hora me hicieron pensar que todavía estaba dormida.

Adentrándome por las calles de la Condesa hacía que me sintiera más segura,

pero al descubrir una pequeña entrada llamada “Casa Refugio” , fue el primer

golpe hacía mi vigilia y mi cordura.

Todo corría con su cauce matutino y el rigor del comienzo de algo llamado

coloquio. Mientras iniciaban las presentaciones, introducciones y objetivos era

como entrar a un universo paralelo al mío, en que mi vida parecía ser

completamente divergente a lo que se sucedía y planteaba ahí dentro. Empecé a

pensar, para quitarme el miedo, que todo era parte de una ficción muy bien

montada, para generar experiencias nuevas en personas con búsqueda de lo

extravagante, y así fue como me dejé llevar por los sucesivos días en que se

presentaban diferentes proyectos, personalidades, mesas redondas, ponencias,

cafés, comidas, pláticas, etc.

Me parecía como vivir la vida de alguien más que tiene sueños y preocupaciones

casi irreales, como una película que deja un buen sabor de boca al final de día,

con un cansancio tan disfrutable que las noches pasaban en un solo pestañear.

Conocer a gente tan diferente a mi cotidianeidad, me devolvió la esperanza de

repensar el mundo y a sus extraños habitantes, reconocer a todos aquellos que

piensan en un mundo que se objetiva, se aleja y al mismo tiempo reúne o acerca

los intereses de las personas, me situó en mis años de ensueño y que se habían

quedado olvidados. Olvidados por un mundo que se me vino de golpe y no tuve

ni tiempo de pensarlo y me encausó hacía periferias inimaginables. Me

reencontró con un personaje de mi adolescencia que creía en lo ideales y en un

futuro . Pero al mismo tiempo me llenó de tantas preguntas que empecé a

aterrorizarme al desafiar un mundo perdido en el pasado. Claro, el impulso y la

inercia de esa semana llenaron de júbilo y entusiasmo contagiado por los

asistentes para generar bríos nuevos hacia nuevas metas, el problema fue

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regresar a la cotidianeidad, enfrentarme con un mundo tan opuesto a esa

semana, que el choque entre las diferentes realidades, fue brutal. El sentir, es

como cruzar diferentes dimensiones por una puerta en la que puedo entrar y

salir yo solo, como si todo lo demás no existiera y cruzar de un mundo a otro se

necesitara hasta de vehículos diferentes para transitarlos.

La semana de coloquio es como una dosis de locura que alimenta la adicción a la

aventura de la esquizofrenia. Ya ansío que llegue el próximo.