Aguilar 73
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David Stoll Amrica Latina se vuelve protestante? Las polticas del
crecimiento evanglico Edicin digital autorizada por el autor, publicada en
agosto de 2002 por ndulo Se ofrece entre corchetes la paginacin
correspondiente a la edicin en lengua espaola impresa en Quito en 1993, que se
adopta como referencia Esta obra fue publicada en ingls en 1990 por University
of California Press La edicin ecuatoriana fue publicada por Ediciones Abya -Yala,
y sigue la traduccin de Mara del Carmen Andrade, revisada por Carmen
Fernndez Salvador En esta edicin digital se han eliminado algunos errores
deslizados en la edicin impresa, y se han colocado las notas, que all figuraban al
final del libro, al pie de cada seccin.
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ndice
Prefacio
Captulo I
La invasin de las sectas en Amrica Latina, 13
Tipologas, tasas de crecimiento y variacin por pas, 15
Evangelismo del desastre, 23
Tan cerca de Dios y de los Estados Unidos, 27
La lucha dentro del protestantismo, 33
Captulo II
Reforma y contrarreforma en la Iglesia Catlica, 39
La reforma catlica en Amrica latina, 43
El paso del ecumenismo, 46
Una explicacin para las deserciones hacia el protestantismo, 49
Los dilemas del clericalismo y del activismo, 52
Contrarreforma, 56
Captulo III
Desde el da del Juicio Final hasta el dominio en el evangelicalismo
norteamericano, 59
El eclipse del protestantismo liberal, 61
Organizacin evanglica, 64
La teologa evanglica, 65
Poltica evanglica, 70
La lucha por la NAE y los Bautistas del Sur, 72
Dispensacionalismo nuclear, 75
La reconstruccin y la ltima lluvia, 77
El renacimiento de restauracin, 80
Teologa del dominio, 83
La derecha religiosa y la misin mundial, 86
Captulo IV
El movimiento misionero evanglico, 89
Soldados de Cristo, 92
El Pacto de Lausana, 94
Institutos del pensamiento misionero, iglecrecimiento, signos y milagros, 95
Pases cerrados, 100
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Pueblos escondidos, 104
Antropologa y Etnoteologa, 107
Cristo, Inc., 114
Iglesia versus paraeclesia, 119
Captulo V
El despertar evanglico en Amrica Latina, 125
Adventistas, Mormones, Testigos, 129
Las Asambleas de Dios en el Brasil, 134
El pentecostalismo como un choque de poder, 139
El pentecostalismo como conformidad y protesta, 142
La evangelizacin a fondo, 146
El Billy Graham de Amrica Latina, 150
Sembrando iglesias, 153
Polarizacin poltica, 158
La Fraternidad Teolgica Latinoamericana, 161
CONELA, 163
Captulo VI
La derecha religiosa llega a Amrica Latina, 167
Teologa de la liberacin, 172
Audiencias en Washington, 175
Cuba y Granada, 178
Marchando a la guerra, 182
Resistindose a la guerra, 189
Presin de la derecha, 193
Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo, 198
La campaa para salvar a El Salvador, 203
La cacera de brujos en Costa Rica, 207
Contextualizacin, 210
Reforma en la reforma, 213
Captulo VII
La Nueva Jerusaln de las Amricas (Guatemala bajo Ros Montt), 219
Gospel Outreach (Alcance Evanglico), 222
Poda el Seor tener algn plan para el Hermano Efran?, 224
Puente Internacional del Amor, 229
Iglesia, Ejrcito y Guerrilla en el Tringulo Ixil, 233
El pastor Nicols, 237
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Proporcionando una alternativa, 240
Dejad que los muertos entierren a los muertos, 245
La lucha por el Compromiso Social, 249
Cuando lleguen los Santos, 258
Captulo VIII
Los evanglicos en la guerra sandinista-contra, 263
El galanteo sandinista-evanglico, 270
Los miskitos, 276
La toma de los templos, 280
La iglesia popular, 282
Servicio militar patritico, 286
La batalla de los pastores, 289
La guerra de propaganda, 295
Apoyando a los luchadores por la libertad, 300
Persecucin religiosa en Nicaragua?, 303
Estado de emergencia, 312
Captulo IX
Visin Mundial en el Ecuador, 319
El auge protestante en Chimborazo, 326
El Obispo de los indios, parte I, 330
Violencia cristiana, 334
El desarrollo de Visin Mundial, 337
Los escndalos en Honduras, 342
Los escndalos en Imbabura, 345
El Obispo de los indios, parte II, 347
Fortaleciendo a la iglesia local, 350
Un escape revolucionario, 355
Desde el evangelismo hacia la poltica electoral, 358
Pilahun, 361
Captulo X
Reinterpretando la invasin de las sectas como un despertar evanglico
Visiones contrastantes de la Reforma, 367
Por qu podra no funcionar la teologa de la liberacin?, 369
El pentecostalismo como base para la reforma social, 374
Evangelismo y Oliver North, 382
Segando la cosecha, 389
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Apndices
Bibliografa
1990-2002 David Stoll 2002 www.nodulo.org
Prefacio
Amrica Latina es una regin catlica, pero no hay una razn para creer que esto
seguir siendo as. En algn momento podra convertirse en una regin evanglica.
Creo que si... Guatemala se convierte en la primera nacin predominantemente
evanglica en Amrica Latina, tendr un efecto de domin. Analista en
iglecrecimiento, Ministerios de Cruzadas de Ultramar, 1984{1}
Est Amrica Latina convirtindose al protestantismo? Desde Mxico hasta
Argentina, las formas de religin impuestas por la conquista espaola estn
atravesando por una reforma de gran trascendencia. Hasta la fecha, la atencin se
ha centrado en el sector radical de la reforma, conocido como la teologa de la
liberacin. Debido a que sta es practicada principalmente por catlicos romanos,
con frecuencia se asume que la reforma se discute, sobre todo, en el interior de la
Iglesia Catlica. Esto puede ser verdad. A pesar de que la iglesia establecida ha
tenido en Amrica Latina una historia a menudo opresiva, recientemente ella ha
demostrado una sorprendente capacidad de reforma. Una gran mayora de
latinoamericanos todava se identifican como catlicos. La teologa de la liberacin
parece encarnar sus deseos de una vida mejor. En la revolucin de Nicaragua, en
donde la teologa de la liberacin es tan marcada, las referencias sobre la
inminencia del Reino de Dios afloran con tanta frecuencia que Conor Cruise O'Brien
la ha llamado una Ginebra potencial.{2}
Pero qu sucede con las iglesias que descienden de la antigua Ginebra, de
Juan Calvino y de la Reforma en Europa? Qu hay de los protestantes
evanglicos de Amrica Latina? Debido a la influencia de los misioneros
norteamericanos, generalmente bastante conservadores en [4] poltica, es ms fcil
observar cmo los evanglicos latinoamericanos mantienen el statu quo que cmo
lo cambian. En todo, excepto en la religin, parecen estar dedicados menos a la
protesta que a la conformidad, y menos a ser autores de las revoluciones que
productos de las fracasadas. En Amrica Latina, es fcil concluir que el papel que
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los protestantes desempearon en la Reforma Europea ha pasado a los catlicos
radicales.
Mientras la Iglesia Catlica cuenta sus mrtires, sin embargo, los
latinoamericanos estn abandonndola en una proporcin acelerada. Un obispo en
Brasil ha advertido que Latinoamrica se est convirtiendo al Protestantismo ms
rpidamente que Europa Central en el siglo diecisis.{3} Un movimiento
aparentemente insignificante antes de la Segunda Guerra Mundial, incluye
actualmente del 10 al 20 por ciento de la poblacin del Brasil, Chile y Amrica
Central. Se est multiplicando, as tambin, en otras partes de Amrica Latina.
A pesar de su xito, los evanglicos continan siendo una anomala en la
interpretacin que los cientistas sociales hacemos de la vida religiosa
latinoamericana. Ahora se acepta por todas partes que la religin es no slo el opio
del pueblo sino una esperanza por un mundo mejor, no slo un impedimento para
la protesta social, sino una forma de la misma. No obstante, en Amrica Latina,
este discernimiento se extiende rara vez a los evanglicos. Es fcil ver por qu. En
una regin tradicionalmente catlica, los evanglicos insisten en violar las
costumbres catlicas. Ignorando las problemticas estructurales planteadas por los
catlicos, los evanglicos insisten en que la nica revolucin genuina en Amrica
Latina ser espiritual. A pesar de su aparente indiferencia frente a la opresin,
tienen xito en atraer a millones de pobres de la Iglesia Catlica, aunque esta
ltima parece tener una conciencia social mucho ms fuerte. Tambin tienen
mucho xito en la organizacin de grupos locales vitales y duraderos, en lugares en
donde los marxistas han fracasado. Sus iglesias florecen en medio de los
sobrevivientes de movimientos radicales reprimidos, y lo logran gracias al generoso
apoyo de los Estados Unidos. Como resultado, permanecen al margen de la mayor
parte de las interpretaciones de la poltica religiosa en Amrica Latina, salvo
cuando son objeto de una denuncia. [5]
La alarma acerca de los evanglicos latinoamericanos no es nada nuevo. No
obstante, sta se ha extendido en la dcada de 1980, especialmente a travs de la
Iglesia Catlica y de la izquierda. Numerosos latinoamericanos piensan que el
dinero norteamericano es el responsable de la multiplicacin de las iglesias
evanglicas. Adems, sospechan que el gobierno de los Estados Unidos est
utilizando a los evanglicos para fomentar sus propios intereses. Sus oponentes
afirman que nicamente esa clase de manipulacin puede explicar cmo los
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evanglicos son capaces de desbaratar los esfuerzos de la izquierda y de la Iglesia
Catlica para organizar a los pobres. De acuerdo a esta lgica, en lugar de un
ejemplo de lucha popular, los movimientos evanglicos que incorporan a millones
de latinoamericanos se convierten en la negacin de la lucha, una conspiracin
diseada para frustrarla.
Yo argumentar que dichas explicaciones no son apropiadas. Pero el temor
que reflejan est bien fundamentado, especialmente ahora que el gobierno de
Reagan ha remilitarizado la poltica de los Estados Unidos hacia Amrica Latina.
Irnicamente, muchos evanglicos se sienten amenazados por el mismo giro de los
eventos. Hacia el fin de la Guerra de Vietnam, cuando los disidentes evanglicos
comenzaron a criticar el liderazgo de las misiones evanglicas, ste ltimo puso
cierta distancia entre s mismo y la poltica exterior de su pas. Sin embargo, la
fuerza detrs del evangelismo global impulsaba, al mismo tiempo, a la derecha
religiosa y al reaganismo. Poco despus, los activistas polticos de la derecha se
unieron al esfuerzo misionero en Amrica Latina, en donde combinaron un deseo
ardiente de ganar el mundo para Cristo con una visin de agrandar la hegemona
norteamericana.
Estos dos desafos muy diferentes para la cristiandad evanglica, de los
partidarios y oponentes de la expansin norteamericana, han inspirado este trabajo.
Para los lectores alarmados por el crecimiento evanglico, quiero dar una
explicacin de su impredecible trayectoria social. Para los evanglicos, deseo
enfatizar el peligro de permitir que sus misiones sean utilizadas por la derecha
religiosa para apoyar el militarismo estadounidense. A pesar de subrayar que el
protestantismo evanglico debe ser comprendido desde sus bases, como un
movimiento popular, quiero enfatizar el peligro que correra de ser manipulado por
el gobierno estadounidense. [6]
El centrarse en la poltica religiosa puede crear la impresin de que las iglesias
son un mero juguete para las fuerzas polticas. Ciertamente, cualquier demanda
espiritual puede ser interpretada en trminos de funciones como la legitimacin, la
compensacin o la protesta.{4} Sin embargo, las iglesias no representan intereses
polticos de una forma monoltica e invariable; ms bien, con frecuencia sirven de
arena para las fuerzas competitivas. En cuanto a la experiencia religiosa, sta tiene
una dinmica propia, la cual puede modelar las lealtades polticas pero tambin
puede ser modelada por stas.{*} Si los compromisos religiosos se descartan como
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simples reflejos de intereses polticos, no podremos reconocer las nuevas y
creativas respuestas que stos producen.
Hago estas observaciones para subrayar un punto especfico. Al igual que la
religin no debera ser reducida a un campo de juego de las fuerzas polticas
contendientes, el protestantismo evanglico no debera ser reducido a un
instrumento poltico para los intereses dominantes. Esto es importante porque, bajo
la influencia del pensamiento catlico y marxista, muchos observadores han llegado
a asumir que la religin evanglica tiene implicaciones polticas fcilmente
predecibles. A lo largo de lo que sigue, deseo proporcionar un cuadro diferente del
protestantismo latinoamericano, como generador del cambio social cuya direccin
no est predestinada.
Teniendo esto presente, el primer captulo trata sobre las dimensiones del
crecimiento evanglico y de las reacciones hacia ste. Yo objeto que las polmicas
contra la invasin de las sectas han tendido a oscurecer un hecho de gran
trascendencia, la aparicin, entre los evanglicos, de debates sobre cmo
responder a la crisis social y econmica, [7] la cual impulsa a tantos
latinoamericanos a ingresar a sus congregaciones.
Los comentaristas catlicos tienden a atribuir los logros evanglicos a agentes
externos, especialmente a los evangelistas y al dinero norteamericano. Pero culpar
a los Estados Unidos por el crecimiento evanglico sugiere una profunda
desconfianza en el buen juicio de los pobres, una renuencia a aceptar la posibilidad
de que stos puedan hacer trabajar a una religin importada para sus propios
intereses. En este sentido, algunos observadores catlicos resaltan las debilidades
de su propia iglesia como factores de importancia para el avance del
protestantismo.
Siguiendo la misma lnea de pensamiento, el segundo captulo explora cmo el
crecimiento evanglico ha sido impulsado por el clericalismo catlico. Yo afirmo
que, debido al carcter centralizado de la autoridad catlica, los miembros
disidentes tienden a abandonar el sistema. Los disidentes evanglicos, por el
contrario, siempre pueden unirse a otra congregacin y seguir siendo evanglicos.
En una poca en la que se est acabando con un orden social paternalista, dando
ms importancia a la iniciativa individual, no es difcil ver cul sistema resultar
favorecido. El segundo captulo sugiere que lo que ha llevado a Amrica Latina
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hacia el protestantismo evanglico es la incapacidad de la Iglesia Catlica para
descentralizar su sistema de autoridad.
El tercer captulo se vuelve hacia los Estados Unidos y su apoyo a las misiones
protestantes. Para evitar la generalizacin sobre los evanglicos, los he
diferenciado en trminos de organizacin, teologa y poltica. Luego, el captulo se
centra en la derecha religiosa y en un cambio ominoso en los fundamentos
teolgicos del trabajo misionero. En contraste con la antigua advertencia
fundamentalista de que el fin est cerca, la derecha religiosa ha prometido tomar
el poder sobre la tierra, en una visin teocrtica que revive la confusin entre la
misin cristiana y el imperio norteamericano.
A pesar de la reaparicin de ecuaciones entre Dios y los Estados Unidos,
algunos evanglicos han criticado la forma de operacin de sus misiones. Acusan a
las multinacionales misioneras norteamericanas de perseguir sus propias
objetivos a costa de las iglesias tercermundistas. [8] El cuarto captulo profundiza
en el resultante debate interno. Sin embargo, nadie puede negar que el
protestantismo ya no es una injerto cultural norteamericano como una vez lo fue.
Con pocas excepciones, las iglesias evanglicas de Amrica Latina estn siendo
dirigidas, actualmente, por latinoamericanos.
Esa transformacin es el tema del quinto captulo, sobre el despertar
evanglico en la regin. Desafortunadamente, a medida que las iglesias
protestantes se convierten ms en latinoamericanas, muchas de ellas se han vuelto
ms autoritarias y msticas, con lderes que permanecen bajo el hechizo de
mentores norteamericanos reaccionarios. Mientras tanto, la mayora de los
evanglicos latinoamericanos continan viviendo en la pobreza. Mientras que los
primeros nefitos tuvieron la posibilidad de mejorar su posicin social dentro de una
sola generacin, estos cristianos se enfrentan a crecientes privaciones de
austeridad en economas arruinadas. Las dos fuerzas contrarias, la derecha
religiosa norteamericana y la crisis econmica de Amrica Latina, estimulan una
polarizacin sin precedentes entre los evanglicos.
El sexto captulo est dedicado a este conflicto, entre los evanglicos que
consideran a sus iglesias como una fortaleza poderosa contra la subversin, y
aquellos que desean incorporar la dimensin social de la Biblia a la salvacin
predicada por sus iglesias. Al lanzar una reforma dentro de la reforma, el ltimo
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grupo, teolgica pero no polticamente conservador, podra demostrar el camino
hacia un encuentro crucial, que es difcil de visualizar en la actualidad, pero que
puede cambiar a los antagonistas casi ms all del reconocimiento. Me refiero a un
encuentro entre las iglesias de mayor xito en Amrica Latina y sus telogos ms
innovadores, entre el protestantismo evanglico y la teologa de la liberacin.
Este trabajo no puede predecir el resultado de debates entre las distintas
concepciones sobre el Reino de Dios. Tampoco anuncia la conquista protestante de
Amrica Latina. Por el momento, lo nico que est claro es que el protestantismo
evanglico necesita ser pesado en la misma balanza que las diversas tendencias
de la Iglesia Catlica, y no solo como un fenmeno secundario. Quedan sin
respuesta, por el momento, preguntas como qu rumbo tomar la reforma
latinoamericana y [9] qu tendencia predominar. No obstante, espero dar el primer
paso para contestarlas, al plantear la posibilidad de que la teologa de la liberacin
haya sido sobrevalorada como la vanguardia de la reforma religiosa en Amrica
Latina. Para sugerir por qu, tres estudios de caso presentan una visin ms
profunda sobre el antagonismo existente entre la teologa de la liberacin y el
protestantismo evanglico.
El Captulo 7 trata del gobierno (1982-1983) de un militar evanglico en
Guatemala. El General Efran Ros Montt, al enfrentarse a un movimiento
revolucionario apoyado por un sector de la Iglesia Catlica, emprendi una
devastadora contrainsurgencia con la Biblia en la mano. Desde entonces, en ciertas
zonas del altiplano guatemalteco, las iglesias evanglicas parecen haberse
convertido en la religin dominante.{**}
El segundo caso, en el Captulo 8, revisa el conflicto entre la teologa de la
liberacin y el protestantismo conservador en la Nicaragua sandinista. Los
evanglicos nicaragenses han pagado un alto precio en la guerra sandinista-
contra, atrapados entre su gobierno revolucionario y el gobierno norteamericano, el
cual utiliz a la religin para emprender la contrarrevolucin. Aun si los sandinistas
permanecen en el poder, las penalidades por las que se atraviesa al defender a la
revolucin hacen pensar que los conservadores que se oponen a los sandinistas
pueden tener un futuro ms brillante que los evanglicos que se identifican
estrechamente con ellos.
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El tercer estudio de caso, Captulo 9, examina las controversias sobre Visin
Mundial, la ms grande de las agencias evanglicas de desarrollo. A medida que
los evanglicos despliegan un mayor inters por la problemtica social, los
activistas catlicos en el Ecuador consideran que los bien financiados programas
de Visin Mundial intentan contrarrestar sus esfuerzos para organizar a la
poblacin indgena. A juzgar por el impacto de Visin Mundial sobre una dicesis
catlica, conocida por su activismo social, un presupuesto generoso impresiona
ms a los pobres que un programa de concientizacin. [10]
Estas son apreciaciones pesimistas sobre la teologa de la liberacin, tal vez
demasiado. No obstante, muchos indicios sugieren que los lderes evanglicos
estn siendo forzados a tratar con algunos de los temas planteados por su gran
rival ideolgico, temas que hasta recientemente podan ignorar. El problema bsico
que enfrentan es el siguiente: ahora que los latinoamericanos pobres se dirigen
hacia las iglesias evanglicas para encontrar ayuda en su lucha por la
supervivencia, qu harn los nefitos si sus ingresos continan deteriorndose? A
medida que las iglesias incorporan a ms y ms pobres, pueden ser forzadas a
tratar con la crisis econmica y social que motiva su crecimiento. Este es el desafo
que convierte al protestantismo de Amrica Latina en un movimiento sin una
direccin poltica determinada. Por consiguiente, en el captulo final presento una
ltima consideracin acerca de la competencia entre el protestantismo evanglico y
la teologa de la liberacin, y de los prospectos, todava confusos, sobre una
reforma social basada en el protestantismo.
Este es un plan tan ambicioso que debo confesar cmo se origin: frente a un
aparato de televisin. Corra el ao de 1984: un hroe de la derecha religiosa
criticaba a una misin evanglica por no haberse unido a la guerra de los
reaganistas contra los sandinistas. Irnicamente, mientras pocos latinoamericanos
conocan de la ayuda que el televangelista Pat Robertson proporcionaba a los
contras, muchos ms sospechaban que la agencia a la que l atacaba Visin
Mundial era un frente de la CIA. Se me ocurri que importantes cambios en el
protestantismo latinoamericano, como la llegada de la derecha religiosa y la
resistencia a sta por parte de otros evanglicos, no reciban la atencin que
merecan en los crculos intelectuales. Recibamos nicamente versiones parciales,
generalmente en forma de polmicas. Con tantas representaciones conflictivas,
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decid compararlas entre s, con la esperanza de llegar a alguna clase de
aclaracin.
Tres aos antes, haba completado un ejercicio similar sobre el tema de los
Traductores Wycliffe de la Biblia, una misin con base en los Estados Unidos, que
aparece de vez en cuando en las pginas que siguen. Durante las visitas que
realic a Guatemala, Nicaragua y Ecuador, desde 1982 a 1984, supe de varias
controversias sobre un dictador evanglico acusado de genocidio, un gobierno
revolucionario acusado [11] de perseguir cristianos, y una agencia evanglica de
ayuda acusada de imperialismo las cuales se convirtieron en los estudios de caso.
Despus de tomar la decisin de utilizar los tres para un mayor estudio sobre los
avances evanglicos, en mayo de 1985 hice un recorrido de cuatro meses por
Ecuador, Per, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala y Mxico, para entrevistar a los
lderes evanglicos sobre los cada ms visibles conflictos en sus iglesias. Lo que
sigue est basado en dichas entrevistas, en mi experiencia previa con el escenario
misionero, y en una gama de literatura que va desde lo sagrado hasta lo profano.
Se debe tener presente que lo que sigue no proporciona una cobertura
enciclopdica sobre el enorme nmero de organismos evanglicos. A pesar de que
he tratado de incluir a los ms conocidos y discutidos, los lectores pueden
encontrar que faltan algunos grupos de inters particular. {5} El libro tampoco
concede un espacio igual a las varias regiones de Amrica Latina. Los tres estudios
de caso no fueron escogidos porque los pases en los que ocurren Guatemala,
Nicaragua y Ecuador tengan ms evanglicos o porque sean los ms
representativos. Son el resultado de la atraccin que siente el autor hacia los
escndalos religiosos que ponen de relieve cierta clase de conflicto. Por
consiguiente, debido a mi oportunismo, Amrica Central recibe ms atencin que
Amrica del Sur. No obstante, en el estudio se incluyen las gigantescas iglesias
pentecostales de Brasil y Chile, as como tambin un ejemplo de la competencia
catlico-protestante en el sector menos evanglico del continente, los Andes.
Espero que los casos repercutan ms all de sus fronteras, para decir algo sobre
los prospectos del protestantismo en toda Amrica Latina.
Una ltima omisin surge de la imposibilidad de agradecer a todos aquellos
que me ayudaron. T sabes quin eres: pronto sabrs si lamentas haber venido en
mi ayuda. Pero deseo agradecer a Brian O'Connell, Greg Starrett, Mary Crain,
Lynel Horn, Barry Lyons, Viola Larson, John Stam, Dennis Smith, Thomas Scheetz,
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Robert Carmack, Sharon Philipps, Kamala Visweswaran, Andrs Fajardo, y Charlie
Hale por sus comentarios sobre partes de este manuscrito. En este aspecto, David
Scotchmer, Santiago Tribout y Gonzalo Hallo pusieron especial esmero. Tambin
fueron de mucha ayuda los lectores de varias imprentas universitarias, incluyendo a
Simon Collier, Richard N. Adams, [12] Kent R. Hill y a dos lectores annimos de la
Universidad de California. Ninguno de ellos es responsable de lo que sigue, pues
no siempre segu su consejo.
Desafortunadamente, la situacin poltica hace que sea conveniente proteger la
identidad de la mayora de latinoamericanos que me ayudaron. Por ello, no atribuyo
fuentes en las notas, especialmente en los captulos sobre Guatemala y Nicaragua.
Pero deseo expresar mi gratitud especial a estas personas, catlicas y
protestantes, lderes y disidentes, de la izquierda y de la derecha. Algunos de ellos
consintieron en ser entrevistados a pesar de correr cierto riesgo al hacerlo. Aunque
sin duda existirn desacuerdos con las posiciones adoptadas en este trabajo, se lo
dedico a ellos y a su lucha por amarse los unos a los otros.
Notas
{*} Scott Mainwaring ha afirmado de la Iglesia Catlica en Brasil: No existen intereses objetivos
que una iglesia est obligada a perseguir. Dentro de la Iglesia existen muchos puntos de vista
conflictivos sobre los verdaderos intereses de la institucin y sobre cmo perseguirlos... El
cambio dentro de la Iglesia resulta de los conflictos entre grupos con diferentes concepciones de
fe, no de los intentos de la institucin por proteger los intereses sobre los que las distintas
facciones han acordado. En la Iglesia brasilea, el debate crucial no es sobre cmo promover los
intereses de la Iglesia, sino ms bien sobre cul debe ser su misin... La religin puede ser una
fuerza poderosa para la determinacin de una orientacin poltica, con frecuencia mucho ms
poderosa que la clase social (Mainwaring 1986: 5, 7, 12).
{**} Una versin abreviada del Captulo 7 aparece en Harvest of Violence: The Maya Indians and
the Guatemalan Crisis, ed. Robert M. Carmack (Norman: University of Oklahoma Press, 1988).
{1} James Montgomery, citado en DAWN is About to Break on Guatemala, Global Church Growth
(Milpitas, California: O.C. Ministries), marzo-abril 1984, p. 351.
{2} Conor Cruise O'Brien, God and Man in Nicaragua, Atlantic Monthly, agosto de 1986, p. 56.
{3} Monseor Boaventura Kloppenburg en la conferencia episcopal de 1984 en Bogot, citado por
Thomas Stahel, The Sects in Paraguay, America, 27 de septiembre de 1986, pp. 139-141.
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{4} Bastian 1986: 16.
{5} Para encontrar informacin acerca de una organizacin, se debe comenzar con Barrett 1982,
Wilson y Siewert 1986, Johnstone 1986, para Amrica Central y el Caribe, vase Holland 1981 o
Resource Center 1988ab 1988b 1988c. La mayora de los grupos estn ansiosos de colocar a
contribuyentes potenciales en su agenda de direcciones. En Amrica Latina, evanglicos en el
instituto bblico o seminario ms cercano sabrn si se ha publicado un directorio de iglesias
nacionales, y a menudo estn dispuestos a explicar los antecedentes de un predicador
evangelista visitante.
La invasin de las sectas en Amrica Latina
Desde la casa de enfrente los golpes rtmicos de panderetas, un parlante preado
de alabanzas divinas. Gritos en el cielo, xtasis del nuevo pentecosts. En el bus,
un vendedor ambulante de verdades eternas. Un puo de incienso o el folleto de las
revelaciones a cambio de unos sucres. Al lado un vistoso templo nuevo, el gringo y
su colega local corbatas obscuras, mangas alzadas buscando santos para los
'ltimos das'. Tocando la puerta, dos predicadores con una copia de Atalaya y una
conversacin si usted tiene tiempo. La radio en la choza sobre el pramo, cruzada
de Luis Palau, conquista del campo a nombre de Cristo. Techos de zinc en el
horizonte, nios rurales con padrinos en el extranjero. Avionetas aterr izando sobre
un reducto norteamericano en plena selva amaznica. En la tele las voces
seductivas de Misters Swaggart o Robertson, electrnicos mensajes de salvacin
para el perdido mundo moderno. Coloridas carpas, no del circo sino de campaas
de conversin. Reunin de redimidos en el estadio Modelo, gran choque copero
entre el Bien y el Mal. Los peridicos y las revistas dan ecos de alarma: 'invasin de
las sectas', 'penetracin cultural', 'explosin evanglica', 'olimpiada religiosa en el
pas', 'nueva estrategia imperialista'. Preocupacin. Confusin. Qu est
pasando? Thomas Bamat, 1986{1}
Qu tal si, despus de tanto dolor y desesperanza, llegase una solucin
espiritual para los problemas de Amrica Latina? As pensaba el evangelista
argentino, Luis Palau. Por eso fue a Guatemala en noviembre de 1982, [14] para
participar en la celebracin del primer centenario del protestantismo en el pas. Los
ojos de toda Amrica Latina estn sobre Guatemala, dijo a la inmensa multitud en
un predio militar de la capital. Esta podra convertirse en la primera nacin
reformada de Amrica Latina, un pas en donde la palabra de Dios haba cautivado
a tantos militares y empresarios que lleg a ocasionar una transformacin social y
poltica. El evangelio poda liberar a los guatemaltecos de las cadenas del pecado,
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continuaba Palau, y poda liberarlos de las cadenas de la pobreza, la miseria, y la
opresin. El evangelista prometa que a travs del Evangelio de Jesucristo, el
nuevo hombre podra construir una nueva Guatemala.
Era un da soleado y caluroso, el campo lleno de gente, la multitud vitoreando.
Los organizadores haban pronosticado que medio milln de personas estara
presente. Ms tarde, sostuvieron que haban asistido unos tres cuartos de milln. {2}
En la parte de atrs, los soldados haraganeaban junto a las paredes de una
estructura lgubre al estilo medieval, la Escuela Politcnica del Ejrcito, cuyas
entraas, se deca, albergaban celdas clandestinas en las cuales se encontraba
prisioneros polticos desaparecidos.{3}
Luis Palau no iba a entrar en debates sobre la situacin poltica del momento:
su mensaje era espiritual. Adems, el presidente del pas se encontraba a su lado.
Aqu, el que est a cargo es Jesucristo, declar Efran Ros Montt, un general del
ejrcito que haba tomado el poder ocho meses atrs. El tono de su voz era duro,
casi beligerante, pero de la multitud se levantaban los aleluyas. Nos defendemos
no a travs del ejrcito o de sus espadas, proclamaba, refirindose a la fuerza
contrainsurgente de mayor xito en Amrica Central, sino a travs del Espritu
Santo.{4}
Los dos hombres sentan que lo que le faltaba a Amrica Latina era el
protestantismo evanglico. Palau y Ros Montt crean que nicamente una
conversin en masa, una transformacin moral a nivel popular, podran salvar a
Amrica Latina de la pobreza y del caos.
Algunos ofrecen servicios voluntarios, sola afirmar Palau, otros impulsan
revoluciones marxistas. Pero la nica forma de cambiar [15] verdaderamente a una
nacin para bien es guiar a las masas populares a comprometer sus vidas con
Jesucristo.
Si pudiramos eliminar la infidelidad y la inmoralidad en Amrica Latina, pensaba
Palau, podramos cortar la pobreza por la mitad en una generacin... Si un hombre
renuncia a la inmoralidad con las mujeres, renuncia a emborracharse y todo el
desperdicio... que va con esto, y deja de apostar, slo all estara ahorrando gran
cantidad de su salario...
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16
La numerosa clase media emergente [en el protestantismo latinoamericano] fue
convertida siendo pobre y a travs de la industria, de la honestidad y la justicia,
alcanz el estilo de vida educado y razonable que se conoce como clase media.
Pienso que sta es la respuesta bblica...
Considere los pases en los que usted no necesita temer a la polica secreta, en
donde se puede esperar justicia en base a la ley, en donde los militares estn bajo
la gua del pueblo y no oprimindolo, en donde se valora la educacin, en donde la
prensa es relativamente libre, dijo Palau. Casi todas aquellas naciones han
experimentado despertares espirituales que han alcanzado al nivel local de la
sociedad.{5}
Cuatro meses despus, el Papa Juan Pablo II se encontraba en el mismo lugar
celebrando misa. No se refiri directamente a la asamblea anterior, a la cual sus
propios organizadores haban prometido superar. {6} Es verdad que la multitud fue
algo ms numerosa. Pero cuando el Papa pidi al pueblo que defendiera su fe, una
razn fue que la Iglesia Catlica estaba perdiendo terreno frente a los evanglicos
en muchos frentes. Ya no poda reclamar a Amrica Latina como suya. El
monopolio religioso tradicional estaba perdiendo terreno. Parte de aquella reforma
ocurra dentro de los templos catlicos construidos durante la colonia espaola,
pero gran parte de sta tena lugar afuera.
Notas
{1} Bamat 1986: 25-6.
{2} La plaza de armas estaba llena hasta un poco ms de la mitad, por lo que dudo que hayan
asistido ms de 250.000 personas.
{3} Denuncias de la FIDH, Enfoprensa (Ciudad de Mxico: Agencia Guatemalteca de Noticias),
12 de noviembre de 1983, p. 7.
{4} Notas del autor, 20 de noviembre de 1982. Mass Palau Rally Caps Guatemala Centenial
Year, Christianity Today, 7 de enero de 1983, p. 48.
{5} Luis Palau: Evangelist to Three Worlds, Christianity Today, 20 de mayo de 1983, pp. 30-1.
Luis Palau, The Gospel's Social Impact, Briefing (Portland, Oregon: Cruzada Luis Palau),
verano de 1984, pp. 14-16.
{6} Richard N. Ostling, Into a Perilous Volcano, Time, 7 de marzo de 1983, p. 10.
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17
Tipologas, tasas de crecimiento
y variacin por pas
Tratar sobre el protestantismo a nivel de toda Amrica Latina es una empresa
que generalmente han evitado los estudiosos. Al romper [16] con esta tradicin, y
antes de seguir adelante, debo reconocer varias dificultades para la clasificacin y
cuantificacin. Cuando los estudiosos se ocupan del catolicismo romano, tienen la
conveniencia de iniciar con la Iglesia aun si esto resulta ser una especie de
ficcin. En todo caso, existe una jerarqua administrativa nica. En contraste, mi
tema no es una iglesia unificada, y aquellos que se refieren a ella como tal
proyectan un falso optimismo sobre un panorama confuso. El protestantismo
evanglico se define mejor como una tradicin que se distingue por tres creencias,
que incluyen: 1) la completa confiabilidad y autoridad final de la Biblia, 2) la
necesidad de salvacin a travs de una relacin personal con Jesucristo, con
frecuencia experimentada en trminos de renacer y 3) la importancia de propagar
este mensaje de salvacin a toda nacin y persona, un deber al que se refiere con
frecuencia como la Gran Comisin.
Otra complicacin es que, a pesar de que la mayor parte del vocabulario del
protestantismo latinoamericano llega a travs de los Estados Unidos, ste adquiere
significados diferentes en su nuevo hogar. Entender las distinciones que han
surgido es lo suficientemente importante como para reservarlo para el tercer
captulo. Por ahora, es suficiente decir que, mientras que en los Estados Unidos
evangelical connota a un conservador teolgico que pone nfasis en la Biblia, en la
salvacin personal y en el evangelismo, en Amrica Latina, la palabra evanglico
puede referirse a cualquier cristiano que no sea catlico. El trmino incluye a los
mormones y a los testigos de Jehov, considerados como sectas falsas por la
mayora de los evanglicos, as como tambin a los protestantes con una exgesis
relativamente liberal. Al estilo latinoamericano, evanglico se utilizar aqu en
referencia a cualquiera que pueda ser concebido como tal. Utilizar el trmino
protestante en el mismo sentido, aadiendo algunas veces el calificat ivo
ecumnico o liberal para referirme a aquellos protestantes, generalmente
afiliados al Consejo Mundial de Iglesias, cuyo desinters por salvar las almas en el
sentido tradicional los coloca fuera del campo evanglico estrictamente definido.
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18
Por ser un trmino de oprobio, fundamentalista connota una rigidez doctrinal y
se emplea, algo confusamente, en contra de cualquier protestante inclinado a citar
la Escritura como su autoridad final. Al ser [17] utilizado con mayor precisin, se
refiere a los protestantes conservadores que demuestran ms preocupacin por
defender la pureza de sus iglesias (los fundamentos) que por ampliarlos
(evangelizando, segn la raz griega, que significa traer buenas nuevas).
Como veremos en el captulo tercero, un cristiano listo puede manipular los
trminos fundamentalista y evanglico para presentar diferentes caras frente a
diferentes grupos, pero los dos tambin expresan profundos conflictos dentro de la
tradicin evanglica. El trmino pentecostal es otra lnea divisoria importante: se
refiere a formas estticas de protestantismo definidas de acuerdo a dones
especiales conferidos por el Espritu Santo. Mientras que nicamente una minora
de misioneros norteamericanos son pentecostales, la mayora de evanglicos
latinoamericanos lo son.
Las tipologas del escenario evanglico en Amrica Latina conllevan
presunciones polticas que prefiero evitar. Tal vez la categorizacin a la que se
puede recurrir ms fcilmente, pero tambin la ms engaosa, es de acuerdo a la
denominacin. Las tradiciones eclesiales ms conocidas luterana, anglicana,
reformada, presbiteriana, bautista, metodista, morava surgieron durante la
Reforma en Europa o en la frontera norteamericana. A pesar de que los
protestantes estn todava organizados en denominaciones (o en sectas que se
resisten a las rutinas establecidas de la vida denominacional), desde hace tiempo,
estas entidades se han polarizado teolgica y polticamente. Por ejemplo, los
bautistas tienden a ser caracterizados como fundamentalistas, pero algunas de sus
iglesias se han vuelto bastante liberales. Los presbiterianos han adquirido una
reputacin de moderacin, y algunos son liberales entusiastas; pero no se aprecia
que gran parte de la elite intelectual del fundamentalismo ha sido presbiteriana.
Otra forma de caracterizar al protestantismo latinoamericano es en trminos de
olas sucesivas de llegada, incluyendo: 1) las iglesias de los inmigrantes
europeos, como los luteranos alemanes en el Brasil, 2) las denominaciones
histricas como los Presbiterianos, Bautistas, y Metodistas, 3) las misiones de
fe fundamentalistas, y 4) los pentecostales. A pesar de ser una distincin muy til,
sta tambin puede llevar a conclusiones engaosas. La Misin Latinoamericana,
por ejemplo, surgi como parte de la ola fundamentalista, pero ha llegado a
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19
impulsar una teologa ms abierta y socialmente comprometida. [18] La Iglesia
Presbiteriana del Brasil es una denominacin histrica la cual, durante la dcada
de 1960, reaccion duramente contra la clase de pensamiento que la Misin
Latinoamericana estaba empezando a promover.
En lo que se refiere a tendencias polticas, stas estn evolucionando
constantemente. A principios de la dcada de 1970, el telogo argentino Jos
Miguez Bonino identific a tres, incluyendo a 1) los evanglicos que declaran dar la
espalda a la poltica, 2) los liberales, que trabajan por la reforma dentro del
sistema capitalista y 3) los revolucionarios que exigen una transformacin
radical.{7} Desde entonces, sectores del campo apoltico se han alineado con la
derecha religiosa norteamericana; muchos liberales se han vuelto claramente
menos liberales; los revolucionarios han perdido la mayor parte de su base de
apoyo; y ha surgido una nueva corriente de evanglicos, teolgica pero no
polticamente conservadora. Al analizar el protestantismo latinoamericano a travs
de una tipologa de hace quince aos, se tiende a aumentar la importancia de la
izquierda y a minimizar las crecientes diferencias polticas entre los conservadores
teolgicos.
Uno de los trminos ms comunes utilizados contra los evanglicos secta
tiene tambin implicaciones insatisfactorias. Cuando los periodistas, polticos, y
autoridades catlicas lanzan advertencias contra la invasin de las sectas, tienden
a acusar a los nuevos grupos de fanatismo, exonerando a la oposicin de cualquier
responsabilidad por el ltimo brote de violencia y estigmatizando a los evanglicos
en conjunto. Tcnicamente, de acuerdo al socilogo Bryan Wilson, las sectas son
grupos que se conciben a s mismos como elegidos, aplican criterios rigurosos a
aquellos que quieren ser admitidos, y demandan una fidelidad hacia su verdad
superior. A pesar de que las sectas ofenden a las autoridades tradicionales y
algunas veces a los vecinos, su disciplina interna con frecuencia convierte a sus
miembros en ciudadanos modelo. Dentro de una o dos generaciones, a medida que
el nmero de nefitos es superado por los nios y nietos nacidos en la secta, el
entusiasmo tiende a enfriarse, y el grupo adopta las caractersticas de una iglesia
establecida.{8} [19]
Aun si se pudiera disculpar cierta imprecisin clasificatoria, otra limitacin para
discutir sobre el protestantismo a nivel de Amrica Latina es la falta de
cuantificacin confiable. De acuerdo a aquellos que se atreven a realizar
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20
estimaciones, los cristianos no catlicos han aumentado a un 10% o ms de la
poblacin latinoamericana en la dcada de 1980. Es decir, sobrepasan los cuarenta
millones de personas.{9} Este podra no parecer un porcentaje impresionante. Pero
gran cantidad de latinoamericanos son catlicos tan slo de nombre. Excepto en
lugares donde son excepcionalmente leales a su clero, parece ser que la mayora
de personas que asiste a la iglesia son evanglicos. En el Brasil de 1973, el
peridico Estado de So Paulo afirm que en su pas existan ms protestantes
verdaderos (diez millones) que catlicos verdaderos. Los trece mil sacerdotes
catlicos en el Brasil eran superados por diecisiete mil pastores protestantes
ordenados y trece mil que todava no lo haban sido.{10}
La mayor parte de las cifras que circulan son el trabajo de estrategas de
misiones evanglicas, conocidas colectivamente como movimiento de
iglecrecimiento. Aunque son nuestra mejor fuente de datos, hay que anotar que
esta clase de apstol calcula las tasas de crecimiento y cmo maximizarlas con el
entusiasmo de los inversionistas que buscan un inters compuesto. Su trabajo
tambin se realiza con las incertidumbres inevitables, al contar cabezas entre una
poblacin mal definida y especificar sus lealtades religiosas. Las estimaciones
sobre el porcentaje de la poblacin protestante de cada pas se incluyen en el
Apndice 1: las abrumadoras diferencias entre las tres fuentes evanglicas deben
ser consideradas como fruto de las metodologas diferentes y no del crecimiento
registrado en la recoleccin de datos de un ao a otro.
El calcular el crecimiento evanglico y luego compararlo, de pas a pas y de
perodo a perodo, es una tarea an ms difcil. Si se calcula de acuerdo al volumen
de quejas, el protestantismo evanglico est creciendo rpidamente en todas
partes. Un cuadro ms variado lo sugieren los misioneros evanglicos, un
compendio de cuyos informes ha sido publicado por Patrick Johnstone de la
Cruzada Evangelstica Internacional. [20]
Algunos de los porcentajes ms bajos de poblacin evanglica siguen
encontrndose en los pases andinos Venezuela (del 1 al 3%), Colombia (del 1 al
4%), Ecuador (del 2 al 4%), Per (del 3 al 5%), y Bolivia (del 2 al 8%) donde el
protestantismo tuvo un comienzo lento y difcil. Pero desde 1960 las iglesias
evanglicas han crecido rpidamente, con una de las tasas ms altas en Amrica
Latina, y la satisfaccin de los pronosticadores evanglicos se iguala al nivel de
alarma de sus oponentes, entre los ms ruidosos de la regin. Las expectativas
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21
tambin son altas en el Paraguay (del 2 al 4%), otro pas en donde los evanglicos
no haban prosperado sino hasta hace poco.
Un bajo porcentaje de poblacin evanglica se encuentra en Mxico (del 2 al
5%), a pesar de la proximidad con los Estados Unidos o tal vez debido a sta. Una
posible explicacin es la facilidad de migracin a travs del Ro Grande, como un
escape alternativo de las energas dirigidas hacia el protestantismo; otra es el
sentimiento nacional en contra de la influencia norteamericana. En todo caso, a
pesar de que el crecimiento evanglico ha sido dramtico en algunas partes del
pas, como en la frontera norte, Tabasco y Chiapas, tambin existen vacos
notables, incluyendo a la capital, y el pas en su totalidad es un baluarte de
desinters.
Argentina es otro de los cinco ms grandes pases en trminos de poblacin
protestante absoluta (vase Apndice 2). Sin embargo, al igual que Mxico, no es
un lder en relacin a la poblacin total. A pesar de los muchos avivamientos
impresionantes, el nmero de evanglicos va solamente del 3 al 7%. Especialmente
desde la desafortunada Guerra de las Malvinas con Gran Bretaa, ciertos
evanglicos han hablado de grandes xitos. Pero histricamente, de acuerdo a la
Cruzada Evangelstica Internacional, las conversiones en masa no han dado lugar a
un crecimiento eclesial como se esperaba, debido a la alta tasa de reincidencia.
Uruguay (del 2 al 5%) es otro pas sobre el cual los misioneros expresan su
insatisfaccin: aqu el problema se describe como apata espiritual.
La mayor vergenza para los evanglicos son las ex-colonias inglesas y
holandesas del Caribe Jamaica, Bahamas, Belice, Barbados, Surinam, y
Guayana en donde los avivamientos de los siglos diecinueve [21] y principios del
veinte produjeron grandes poblaciones protestantes, incluso mayoritarias. Pero las
llamas espirituales han decrecido en las iglesias establecidas, y el compromiso
declinante de sus miembros borra los logros conseguidos por los grupos ms
nuevos y sectarios. Cuba es otra desilusin: despus del xodo de muchos
pastores y creyentes hacia la Florida, a raz de la revolucin de 1959, la
recuperacin ha sido lenta. Pero los evanglicos del Caribe estn creciendo
rpidamente en otros pases tradicionalmente catlicos Repblica Dominicana (del
2 al 7%), Hait (del 15 al 20%), y Puerto Rico (del 7 al 30%).
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22
En Amrica Latina, los dos pases ms evanglicos en esta poca son Brasil,
en donde los protestantes sostienen alcanzar hasta el 18% de la poblacin, y Chile,
en donde afirman tener hasta un 25%. A juzgar por las cifras en el Apndice 2, los
veinte y dos millones de evanglicos del Brasil cuentan por tres de cada cinco
evanglicos en Amrica Latina y el Caribe. Junto con sus hermanos de Chile,
alcanzan a ser dos de cada tres. Debido a que los dos pases responden al 40% de
la poblacin latinoamericana, el rpido crecimiento de sus protestantes pesa mucho
en el cuadro general: en Chile, la tasa de crecimiento ha disminuido, pero en Brasil,
de acuerdo a la Cruzada Evangelstica Internacional, todava es sorprendente.
Desde 1960 hasta 1970, el crecimiento evanglico fue del 77%; desde 1970 hasta
1980 fue del 155%.{11}
Lo que hace que los logros evanglicos sean notables no es el simple
incremento en trminos absolutos. Despus de todo, las altas tasas de natalidad en
Amrica Latina podran duplicar el nmero de protestantes cada veinte aos sin
cambiar su proporcin con respecto a la poblacin total. Lo que es sorprendente es
la creciente presencia de evanglicos como porcentaje. De acuerdo al antes
mencionado compendio de la Cruzada Evangelstica Internacional (vase Apndice
3), desde 1960 los evanglicos han aproximadamente duplicado su proporcin con
respecto a la poblacin en Chile, Paraguay y Venezuela, y en los pases caribeos
de Panam y Hait. De acuerdo a la misma fuente, desde 1960 los evanglicos han
triplicado su proporcin con respecto a la poblacin en Argentina, Nicaragua, y en
la Repblica Dominicana. En Brasil y Puerto Rico, la proporcin evanglica casi se
ha cuadruplicado desde 1960. En dos pases centroamericanos, El Salvador y
Costa Rica, as como en dos pases andinos, Per y Bolivia, la [22] proporcin
evanglica durante el mismo perodo se ha quintuplicado. En otros dos pases
andinos, Ecuador y Colombia, as como en Honduras, se piensa que se ha
sextuplicado. Y en Guatemala, la proporcin evanglica de la poblacin desde 1960
hasta 1985 ha aumentado cerca de siete veces. Si por propsitos retricos
extrapolamos las mismas tasas de crecimiento desde 1960 hasta 1985 por otros
veinte y cinco aos, hasta el 2010, Brasil abarcara una poblacin evanglica del
57%, Puerto Rico del 75%, y Guatemala del 127%. {12}
En vista de estas espectaculares cifras, es necesario tomar en cuenta que las
estimaciones sobre el iglecrecimiento se deben realizar con mucha cautela. Pero si
hay algo de verdad en estos datos, como se inclinan a creer ms y ms
-
23
observadores, entonces se cuenta con el potencial para dar todo un giro al
panorama religioso. As se vea en Amrica Central, de todas maneras. Alrededor
de 1984, de acuerdo a un portavoz de la misin evanglica ms venerable de la
regin, 3,3 de 21,9 millones de personas desde Guatemala hasta Costa Rica, o el
15% de la poblacin, se consideraba evanglica. De acuerdo a la misma fuente, si
el crecimiento continuaba con la tasa estimada del 13,4%, la cifra podra duplicarse
a cerca de la tercera parte de la poblacin para finales de la dcada de 1980. En El
Salvador, tantos catlicos se convierten al protestantismo, que los evanglicos
podran ser una mayora alrededor de 1994. En Guatemala, los lderes evanglicos
sostenan que representaban cerca de la cuarta parte del pas, y esperaban tener la
mitad alrededor de 1990.{13}
Dondequiera que esto ocurra, el crecimiento evanglico vara de acuerdo a los
factores rurales/urbanos, regionales, tnicos y de clase, los cuales no pretendo
examinar sistemticamente.{14} Lo que sigue no es una sntesis de los estudios
acadmicos disponibles sobre el tema. No es una sociologa del protestantismo
latinoamericano, ni un recorrido a travs de las tendencias regionales del
crecimiento eclesial. Ms bien, quiero aceptar al crecimiento evanglico como un
hecho, con el fin de poner ciertos temas sobre el tapete.
En primer lugar, me centro en los esfuerzos de la derecha religiosa para
convertir a las misiones evanglicas en un instrumento para las polticas militaristas
estadounidenses. Para aquellos que creen que los [23] evanglicos han sido
siempre un instrumento de Washington, esto les podra parecer un ejercicio
innecesario. Pero argumentar que la derecha religiosa en realidad representa un
punto de partida, una nueva etapa en la politizacin del trabajo misionero, el cual
desafa no slo a los catlicos y a los impos, sino tambin a los mismos
evanglicos. El comprender este desafo resaltar las direcciones contradictorias
hacia las que se estn orientando los evanglicos.
En segundo lugar, quiero sugerir que puede ser un error el considerar a la
teologa de la liberacin como la llave de la reforma social y religiosa en Amrica
Latina, que la conversin hacia el protestantismo evanglico puede ser la opcin
religiosa ms popular en la regin, y que la continuacin de esta tendencia podra
alterar el panorama religioso de Amrica Latina. Tambin sugiero la posibilidad,
aunque algo obscura, de que de esta transformacin religiosa pueda surgir una
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24
visin social con el potencial para alterar tambin el panorama cultural, moral y
poltico de Amrica Latina.
Este es un argumento algo atrevido. Sin embargo, en vista de los recientes
acontecimientos, pienso que debe ser expuesto, aunque sea para ser rechazado. El
resto del primer captulo est dedicado a una tarea ms modesta: sugerir cmo las
polmicas en contra de los evanglicos han oscurecido los crecientes debates
internos acerca de su misin en Amrica Latina.
Notas
{7} Segn se cita en Montgomery 1979: 91-92.
{8} Para una definicin sistemtica de sectas, vase Wilson 1970: 13-35.
{9} Johnstone (1986: 56, 65) representa a la sabidura convencional. Kenneth Woodward y Penny
Lernoux sugieren una cifra de 12,5% (Newsweek, 1 de septiembre de 1986, pp. 63-64).
{10} Faith Sand Pidcoke, Dateline: Brazil... A Protestant Nation? Latin America Pulse (Wheaton,
Illinois: Evangelical Missions Information Service), noviembre de 1973, pp. 1-4.
{11} Basado en las evaluaciones nacionales y regionales en Johnstone 1986: 55, 62, 112, 135,
vanse tambin los Apndices 1 y 2.
{12} Vanse los datos del Apndice 3.
{13} Taylor (1984: 5-6), quien es un miembro de la Misin Centroamericana.
{14} Para clculos por pas ms detallados aunque menos recientes, vase Read et al. 1969 y, para
Amrica Central y el Caribe, Holland 1981. Para los muchos anlisis de tendencias de
crecimiento nacional, regional, denominacional y tnico, consltese Wagner 1984. Para un
listado de otros anlisis de iglecrecimiento, consltese a la Biblioteca William Carey, P.O. Box
40129, Pasadena, California 91104.
Evangelismo del desastre
Desde el siglo diecisis, los protestantes anglos y los catlicos latinos se han
disputado la supremaca poltica y cultural en el Nuevo Mundo. Para evitar
perpetuar dicho conflicto, a principios del siglo veinte, los protestantes europeos se
rehusaron a clasificar a Amrica Latina como un campo misionero. Como resultado,
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25
la contribucin norteamericana all ha aumentado en proporciones excepcionales,
hasta convertirse en la mayor fuerza misionera protestante. Con el cerrarse de
pases a lo largo de Asia, ms misioneros protestantes norteamericanos se han
localizado en Amrica Latina 11.196 alrededor de 1985 que en cualquier otra
parte del globo. Un tercio est concentrado entre menos del 10% de la poblacin
mundial.{15} [24]
Dada tal preponderancia, el deseo de los misioneros norteamericanos por
transformar a Amrica Latina difcilmente puede ser separado del hecho de que su
pas la domina. Este no es el lugar para tratar sobre los males contemporneos: las
deudas con los bancos extranjeros que conducen a pases enteros hacia la
bancarrota, la demanda norteamericana de cocana que mantiene a flote a varias
economas, los militares entrenados en los Estados Unidos que dirigen la vida
poltica an bajo la administracin civil. Esta es una Amrica Latina sin
revoluciones, por lo menos econmicamente exitosas. Sin embargo, el capitalismo
la est cambiando ms all de reconocimiento. La poblacin se concentra en
ciudades enormes y tristes, con pocas esperanzas de un futuro mejor. Detrs de
estas ciudades, en el interior, se suscitan brutales guerras civiles ao tras ao.
Largas filas de gente rodean las embajadas de los Estados Unidos para solicitar
visas. Millones de personas de todas las clases huyen hacia el norte, en donde se
originan varias de las presiones que destruyen a sus pases.
Por lo tanto, cuando los evanglicos dicen que el secreto de la prosperidad
norteamericana es su herencia protestante, muchos latinoamericanos se muestran
deseosos de escucharlos. Las misiones son conscientes de la relacin entre la
presin social, los recursos a su disposicin para aliviarla, y el inters en su
religin. No podemos dejar de reconocer el impacto de este sufrimiento, observ
un misionero. Pedimos a Dios que nos libre de tal estrategia de iglecrecimiento,
pero a medida que las nubes se renen en el horizonte, debemos prepararnos para
una gran cosecha en pocas de agudo sufrimiento. {16} Una posible conclusin,
resumi de mala gana un misionero de la Iglesia Brethren, al examinar el naufragio
de la Nicaragua sandinista, si deseas que la iglesia crezca, reza por el desastre
econmico y poltico.{17} Cuando existe cualquier clase de trauma, afirm un
personero de Cruzadas de Ultramar, es cuando necesitamos precipitar los
recursos.{18}
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26
Les guste o no, estos grupos estn comprometidos en lo que se puede llamar
evangelismo del desastre. Atrados por las guerras y catstrofes naturales, los
evanglicos entregan alimento, establecen clnicas mdicas, ayudan a reconstruir
comunidades y entrenan a lderes para iniciar iglesias. La primera ocasin en la
que este modus operandi llam la atencin sobremanera fue en el terremoto de
1976 en Guatemala. [25] Cuando el terremoto tumb las aparentemente seguras
paredes de adobe de los pueblos indgenas, ocasion la muerte de miles de
personas y sacudi la confianza que los sobrevivientes tenan en sus antiguas
costumbres. Ayudndolos a levantarse y a salir de los escombros, se encontraba la
ahora familiar legin de evanglicos.
Durante aquella poca, el investigador Sheldon Annis se encontraba viajando
con un miembro de la Misin Centroamericana. En una remota comunidad
guatemalteca arruinada por el terremoto, escribi, Edgardo Robinson es una
figura imponente, incluso dominante. Viaja en un nuevo y poderoso Bronco. Habla
un cakchiquel fluido y seguro. Es ms o menos unas ocho pulgadas ms alto que
casi cualquier hombre de la comunidad. Y tiene los ojos ardientes tal vez
lunticos de un profeta bblico. En una tierra de terremotos y de violencia, l es el
hombre de los tiempos.
Educadamente pero sin gran inters, Edgardo escuch lo que le propuse
investigar. Me interesaba especialmente la semitica de los tejidos mayas, y con
gran curiosidad, le pregunt cmo planteara l preguntas de este tipo.
'Mira alrededor tuyo', dijo con irritacin, descartando lo abstracto con los
escombros a nuestro alrededor. 'Deseas hablar con esta gente? Deseas saber
cmo llamar su atencin? La manera de llamar la atencin de un indio no es a
travs de las cosas que ests preguntando, sino hablndoles de Dios.'
Edgardo sabe cmo hablar a los indios sobre Dios. Lo hace as. En primer lugar,
se dirige hacia el mercado, sonriendo a conocidos y saludando calurosamente a los
amigos mientras sale de su vehculo. Cruza hacia un lugar justo el lugar preciso
frente a los restos desmoronados de la Iglesia Catlica. Un crculo se forma
mientras se arrodilla en una oracin silenciosa y personal...
Lentamente, y luego ms visiblemente, el cuerpo del profeta empieza a temblar.
Su mano se levanta hacia el cielo apretando una vieja Biblia. Su cuerpo lucha
contra s mismo... Est de pie, empezando a predicar. Su voz se levanta cada vez
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27
ms, mientras la Biblia corta el aire. [26] 'Miren este terremoto, sus vidas, su
pecado; miren la destruccin', grita. Sigue y sigue predicando sobre el amor de
Cristo y sobre la guerra con Satans. El sudor corre por su frente. Finalmente, a
medida que su ronca voz empieza a calmarse, gua al crculo en canto y oracin.
Luego, sale para discutir sobre la reconstruccin de las dos iglesias evanglicas
que tambin cayeron en el terremoto.{19}
El terremoto guatemalteco parece haber confirmado las ventajas de las
operaciones de rescate. El crecimiento evanglico pas del 8% un ao antes de la
catstrofe al 14% despus de sta.{20} Debido a que las operaciones de rescate
ocupan un lugar tan prominente en el evangelismo del desastre, muchos
latinoamericanos se lamentan de que los evanglicos estn comprando nefitos.
Cuando los beneficios materiales abren un corazn al evangelio, es lgico que
stos pesen sobre la voluntad del nefito. Irnicamente, a nadie desagrada ms la
resultante mentalidad mendicante que a los mismos misioneros, quienes pronto se
atormentan tratando de superarla.
Aunque el dinero norteamericano ha sido importante en ciertas coyunturas,
ste est lejos de ser toda la explicacin. Si las iglesias evanglicas hubieran
crecido solo a travs de limosnas, como sugiere la oposicin, entonces seran
estructuras paternalistas muertas, y no expresiones vitales como muchas de ellas
lo son. En lugares en donde las iglesias evanglicas tienen xito, stas proliferan
ms all del poder de compra de los subsidios misioneros. Con poco entrenamiento
o sin ste, y sin un apoyo financiero, gente equipada con poco ms que Biblias est
iniciando sus propias iglesias. Empiezan con sus familias y vecinos, y luego
proselitizan con el fin de atraer a suficientes seguidores que contribuyan para
asegurar su subsistencia.
Los dos ms conocidos socilogos del protestantismo en Amrica Latina,
Christian Lalive d'Epinay y Emilio Willems, descubrieron que el inters por el
protestantismo evanglico estaba relacionado con cun desarraigada se
encontraba la poblacin. Los emigrantes recientes hacia las ciudades y los
colonizadores de las reas de la frontera eran los ms receptivos. Los menos
receptivos eran aquellos que vivan bajo el antiguo rgimen de hacienda.{21} Para
las personas cuyas vidas han sido violentamente cambiadas por la guerra, el
capitalismo o el desastre ecolgico [27] aquellos que luchan para sobrevivir frente
a la indiferencia burocrtica, reagrupndose en pueblos de chozas al borde de las
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28
ciudades o colonizando tierras marginales la religin evanglica les proporciona
un nuevo tipo de grupo social.
Una vez que se comprende lo que dichos grupos pueden hacer por los pobres,
la pregunta apropiada parece ser, no por qu mucha gente se convierte, sino por
qu ms no lo hacen. Uno de los efectos ms comunes de la conversin es poner a
los hogares sobre una base mucho ms estable, al superar la adiccin de los
hombres al alcohol, al refrenar la licencia sexual masculina, y al establecer a las
autoridades eclesisticas como a una especie de corte de apelacin para las
mujeres agraviadas.{22} Para los evanglicos que se trasladan desde el campo
hacia la ciudad, las estructuras eclesisticas sirven como agencias de referencia y
como redes de seguridad.{23} Pero la religin evanglica no es nicamente un
ejercicio utilitario, en el que los marginados se adaptan al desarrollo capitalista,
organizndose en sociedades de beneficencia. Las iglesias evanglicas son una
nueva forma de organizacin social, con su propia lgica poderosa. Algo de este
poder proviene de la popularidad de un ejercicio aparentemente irracional y nada
fructfero la curacin por la fe como un camino hacia la conversin en Amrica
Latina. Al apelar a las necesidades ms profundas del pueblo, las iglesias
evanglicas les ayudan a redefinirse, a reorganizar sus vidas y a dirigirse hacia
nuevas y dramticas direcciones.
Notas
{15} Costas 1982: 108-109, Wilson y Siewert 1986: 584. Las cifras de Wilson y Siewert no incluyen
a misioneros mormones (vase el captulo 5), quienes sumaban 8.136 en 1985.
{16} Al Hatch, What's Coming in the Light of Current Money Squeeze, Pulse (Wheaton, Illinois:
Evangelical Missions Information Service), abril de 1983, pp. 2-4.
{17} Donald Zook, Nicaraguan Pastors Tell Reasons for Growth, Pulse, noviembre de 1983, pp.
7-8.
{18} James Montgomery, citado por Sharon E. Mumper, Where in the World is the Church
Growing? Christianity Today, 11 de julio de 1986, pp. 17-21.
{19} Annis 1988.
{20} Nez C. et al. 1983: 67, 76.
{21} Willems 1967: 248 y Lalive 1969: 36.
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29
{22} Willems 1967: 169 y Brusco 1986.
{23} Curry 1968: 251, 255-257.
Tan cerca de Dios y de los Estados Unidos
Estos eran movimientos populares, a juzgar por la gran cantidad de conversos.
Algunos de sus lderes hablaban de organizar una reforma. Sin embargo, los
evanglicos fueron recibidos con metforas de infiltracin y de conquista. {*} Gran
parte del dinero, planificacin [28] y organizacin detrs de su crecimiento vena del
gigante del norte: incluso los grupos de otras partes del mundo, como la Iglesia de
la Unificacin, los Hare Krishna y Bahai, generalmente llegaban a travs de los
Estados Unidos.{24} Inevitablemente, surga la pregunta de si los misioneros
norteamericanos estaban sirviendo a su pas o a Cristo.
En 1975, las investigaciones realizadas por el congreso norteamericano
confirmaron el uso de misioneros por parte de la Agencia Central de Inteligencia.
Durante los primeros das de Cruzadas de Ultramar, cuando trabajaba
principalmente en el Lejano Oriente, un portavoz reconoci que virtualmente todo
su personal haba sido interrogado por la CIA al regresar a su pas. {25} En Amrica
Latina, los misioneros catlicos y protestantes tambin sirvieron como fuente de
informacin, algunos a sabiendas y otros no. En Chile, el jesuita belga Roger
Vekemans se convirti en el conducto de millones de dlares de la CIA, la cual
tambin subsidi las transmisiones de una radio catlica a los campesinos de
Colombia. Para 1975, algunas misiones evanglicas tenan ya disposiciones
contrarias a la cooperacin con las agencias de inteligencia. No obstante, como la
revista evanglica Christianity Today report, el refrenar a los misioneros que
sentan el deber de servir a su pas era una tarea muy difcil. {26}
Un grupo religioso que claramente tena una poltica conspiratoria era la Iglesia
de Unificacin del Reverendo Sun Myung Moon. Los discpulos de Moon ganaron
cierto nmero de nefitos en Amrica Latina, pero su vehculo principal era un
grupo de inters poltico llamado la Confederacin de Asociaciones para la
Unificacin de las Sociedades Americanas (CAUSA). Su causa era combatir al
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30
comunismo en Amrica, para cuyo fin el grupo se encarg de mejorar la imagen
extranjera de las dictaduras militares y de proporcionar apoyo logstico [29] a los
contras nicaragenses. El director de CAUSA, David Woellner, era un general
retirado de la fuerza area norteamericana.{27}{**}
La organizacin de Moon ilustraba un miedo recurrente entre los
latinoamericanos forzados a tratar con el creciente nmero de grupos religiosos de
los Estados Unidos. Qu tal si, a pesar de todas las negativas, los
norteamericanos persuadan a los nefitos a transferir sus lealtades hacia los
Estados Unidos? Invariablemente, se construye un fuerte lazo de amor y de
respeto mutuo entre los misioneros y el nefito, sostena un cientista social
mormn que haba trabajado con los campesinos mexicanos de Puebla. Cualquier
sentimiento hostil que [el nefito] pudiera haber albergado internamente hacia los
americanos es eliminado o al menos reducido....[Su] concepcin del mundo se
expande dramticamente a medida que llega a considerarse como un miembro
importante de una creciente organizacin a nivel mundial. La inicial sospecha y
desconfianza hacia los extraos disminuye, ya que ahora cree que por lo menos
algunos de ellos estn verdaderamente interesados en l. Este es slo el inicio de
una transformacin casi total de sus puntos de vista, actividades y
aspiraciones.{28}
Algunas de las ms agudas agitaciones respecto de las intenciones
norteamericanas fueron suscitadas por la evangelizacin de los pueblos indgenas
en Mxico, Amrica Central, Los Andes y la Amazona. [30] A pesar de que el
nmero de nefitos involucrados era a menudo pequeo, los conflictos sobre ellos
dramatizan la forma cmo el evangelismo conduce a una competencia con otros
grupos polticos y religiosos.
Durante mucho tiempo los misioneros evanglicos se han concentrado en los
indgenas americanos: en el Brasil, no hace mucho, el 36,5% de los misioneros de
fe se encontraban entre el 0,5% de la poblacin que era indgena.{29} La
concentracin puede ser explicada en trminos ideolgicos: stos eran los ltimos
pueblos no-alcanzados, que se presuma estaban viviendo en la oscuridad ms
profunda. Para los latinoamericanos, sin embargo, era difcil distinguir entre los
extranjeros en busca de aventura, recursos naturales, drogas y almas. Adems,
con sus bien difundidas misiones entre los indgenas, los evanglicos ocupaban
una posicin especialmente sensible en los asuntos latinoamericanos. No solo que
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31
la mayor parte de la poblacin indgena viva en regiones del interior apenas
integradas, en donde era comn el robo de tierras y el trfico de drogas, las tierras
lotizadas por concesiones corporativas, y disputadas por tropas y guerrillas; la
poblacin nativa no era nacional en el sentido integracionista e hispano deseado
por sus gobiernos.
Los pueblos tribales representan la misin de campo polticamente ms
delicada, explicaba Mission Frontiers de Pasadena, California. En la mayora de
los casos, estn virtualmente encarcelados en sus propios pases. Los gobiernos
nacionales, dirigidos por los grupos mayoritarios, se muestran, en el mejor de los
casos, avergonzados o indiferentes, y en el peor, son incluso hostiles hacia ellos.
Cmo pueden los extranjeros superar la oposicin de estos oficiales que no
desean que nadie llame la atencin hacia sus pueblos tribales? Es casi un milagro
el que las misiones hayan sido capaces de lograrlo.{30}
Lo lograron colaborando con los planes oficiales para integrar a los indgenas,
frecuentemente con resultados desafortunados. Pero an si las misiones
evanglicas eran problemticas, tendan a tratar a los nativos con ms respeto que
sus gobiernos y conciudadanos. En efecto, los evanglicos norteamericanos se
estaban convirtiendo en mediadores entre los grupos nativos y las sociedades
latinas que los haban colonizado. [31] Al servir a los dos sectores, los
norteamericanos llegaron a desempear un papel influyente en los asuntos
indgenas.
Este era el meollo de la polmica en contra de las misiones evanglicas entre
los indgenas. Los nacionalistas latinoamericanos teman que, al ganar la lealtad de
las minoras tnicas, los norteamericanos estuvieran estableciendo archipilagos
de influencia. Para ilustrar los peligros del separatismo tnico, bastaba slo sealar
a los indgenas miskitos de Nicaragua, predominantemente protestantes, a quienes
los Estados Unidos incitaron a sublevarse contra el gobierno sandinista.
Una de las dos misiones evanglicas ms grandes entre los nativos es la
Misin Nuevas Tribus (NTM). Con 2.300 miembros en doscientos grupos
lingsticos alrededor del mundo, la fundamentalista NTM es acusada de destruir
las culturas de los grupos todava nmadas en los cuales se especializaba. La otra
era una organizacin ms flexible, los Traductores Wycliffe de la Biblia, cuyos
6.000 miembros haban ingresado en 1.100 grupos lingsticos alrededor del
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mundo. Para evitar la oposicin catlica y anticlerical, Wycliffe entr en Amrica
Latina con el nombre de Instituto Lingstico de Verano (ILV). Al afirmar que se
trataba principalmente de una organizacin de investigacin cientfica, pudo
obtener contratos oficiales y entenderse con las autoridades gubernamentales,
cuyo apoyo generalmente la protega de la expulsin, pero tambin gener las
condiciones para una nueva controversia despus de pocos aos.
Para la dcada de 1980, despus de resistir con xito a varias
recomendaciones oficiales para que finalizara sus actividades, se deca que el ILV
en Colombia reciba amenazas casi a diario contra sus miembros. Uno de ellos fue
secuestrado y, como el Instituto se rehus a dejar el pas, fue ejecutado en 1981.
Cinco aos ms tarde, otro fue acuchillado mortalmente por un ex-empleado,
originario del pauperizado pueblo junto a la cmoda base del grupo. {31} Ese mismo
mes, la casa del ILV en la capital fue daada por una bomba. {32} A pesar de las
afirmaciones de que los miembros del ILV mantenan una posicin firme, un colega
en la Misin Interamericana inform que la mitad abandon el pas en los dos aos
siguientes al asesinato de 1981. En cuanto a la poltica de no-rescate de la Misin
Interamericana, [32] se deletreaba ahora en las tarjetas de identificacin de los
miembros.{33}{***} A pesar de que la violencia en contra de los norteamericanos
recibi mucha publicidad, los evanglicos locales fueron los que ms sufrieron. De
acuerdo al presidente de la Confederacin Evanglica Colombiana, siete pastores
rurales fueron asesinados en el curso de un ao. {34}
Mxico, un pas vecino, se convirti en lo que los misioneros norteamericanos
consideraban campo restringido. All, al igual que en Colombia, una fuente
importante de controversia era el Instituto de Verano, el cual, durante aos, haba
ocultado sus objetivos evanglicos, al afirmar que se concentraba en la
investigacin lingstica; continu [33] avanzando hacia nuevos idiomas, incluso
despus de perder su contrato gubernamental. Acusaciones contra evanglicos
como espas estadounidenses, restricciones legales y expulsin de misioneros que
ingresaban al pas con visa de turista, se convirtieron en hechos normales. Cuando
el gobierno prohibi las transmisiones religiosas considerndolas como una
violacin a la constitucin anticlerical del pas, los evanglicos establecieron sus
propias emisoras de radio al otro lado de la frontera.
En 1984, cuatro Testigos de Jehov norteamericanos fueron secuestrados en
Guadalajara, mientras evangelizaban puerta a puerta; desaparecieron sin dejar
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rastro. En el sector rural, hubo iglesias quemadas y pastores asesinados.
Practicamos la religin Catlico Romana, declaraban letreros en las ventanas.
Los evanglicos no son bienvenidos aqu. {35} En Chihuahua, extremistas que se
consideraban seguidores de los Caballeros del Temple, pedan que la jerarqua
catlica expulsara a los protestantes, hasta el punto de pintar consignas como:
Hugonotes malditos, fuera de Chihuahua!{36}
Notas
{*} Pocos movimientos extremadamente autoritarios tenan un gran impacto sobre las percepciones
pblicas. Estos diferan grandemente de las normas evanglicas y se los describa mejor como
cultos. Por algn tiempo, el caso ms flagrante fue el de los Nios de Dios. El fundador y profeta
del grupo, David Brandt Berg, alias Moiss David, se haba separado de la Alianza Cristiana y
Misionera, para la que trabaj como evangelista, para auxiliar a los hippies y drogadictos de
Huntington Beach, California. De all surgi los Nios de Dios o Familia del Amor, la misma que
practicaba la pesca del coqueteo o el evangelismo a travs del sexo, provocando denuncias
en varias capitales de Amrica Latina por prostitucin y corrupcin de menores (Consejo
Episcopal Latinoamericano 1982: 236-237; Silleta 1987: 75-93; Albn Estrada y Muoz 1987:
134-141). En 1978 tuvo lugar el asesinato/suicidio del Reverendo Jim Jones y de novecientos
seguidores en Jonestown, Guayana. Jonestown era una comunidad norteamericana expatriada,
no una misin, y tena muy poco que ver con los evanglicos latinoamericanos. Pero provoc
numerosas demandas por expulsar a iglesias de membreca latinoamericana (ej. El Espectador
[Bogot] 30 de noviembre al 2 de diciembre de 1978; y El Tiempo [Bogot] 26-27 de noviembre y
3-5 y 10 de diciembre de 1978).
{**} En Uruguay, los discpulos de Moon adquirieron una de las instituciones financieras ms
grandes del pas, uno de los mayores peridicos, y un lujoso hotel en la capital. La organizacin
Moon tambin vendi al gobierno armas de su industria blica en Corea. En Bolivia, ayud a
financiar el derrocamiento de un gobierno electo en 1980 por parte del General Garca Meza
recordado como el golpe de la cocana por sus otros colaboradores. Despus de haber
apoyado durante varios aos a las dictaduras del Brasil y del Cono Sur, la organizacin Moon se
dirigi hacia Amrica Central. Al igual que en Bolivia, la rpida cada de los generales protegidos
no sugiri una aprobacin divina. En 1983, el representante de Moon, Corone l Bo Hi Pak, un
oficial retirado del ejrcito de Corea del Sur, ayud a organizar un grupo de hombres de
negocios, la Asociacin para el Desarrollo de Honduras, para apoyar al desventurado General
Gustavo Alvarez. Ese mismo ao, la gente de Moon organiz una conferencia en Guatemala
para mejorar la imagen del Presidente Ros Montt, depuesto poco despus (Jean Franois Boyes
y Alejandro Alem, Manchester Guardian Weekly, 24 de febrero de 1985, pp. 12-13, y 3 de marzo
de 1985, pp. 12, 14; Mariano Sotelo, Latinamerica Press, 29 de septiembre de 1983, pp. 5-6.
Una lista de las organizaciones Moon se encuentra en Bromley 1985).
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{***} El cun complicada podra volverse la vida misionera y qu tan difcil podra ser el distinguir a
los misioneros de otras clases de norteamericanos lo describen los avatares de Russell
Stendal, un joven piloto en la frontera colombiana. Hijo de ex-traductores del Instituto de Verano,
Stendal era, sin duda, algo as como la oveja negra en la comunidad misionera. A la edad de
diecinueve se le confi iniciar una finca en los llanos orientales. Las utilidades deban apoyar a
alfabetizadores colombianos y ayudar a los pobladores locales a mejorar su agricultura. Pero el
joven misionero se desilusion pronto de los empleados cristianos de la finca. Se acusaban
mutuamente de fumar cigarrillos y de consumir alcohol, eran vagos, y terminaron demandando a
Stendal por salarios no pagados. Los pastores cercanos parecan estar interesados
principalmente en obtener dinero de sus congregaciones para imitar la forma de vida que
disfrutaban los misioneros.
Despus de varios aos de angustia empresarial, Stendal decidi dar empleo a los hombres
locales. Por lo tanto, promocion el desarrollo econmico, iniciando una industria pesquera.
Aquello requiri de prstamos para construir la infraestructura, comprar motores fuera de borda
para los pobladores, y adquirir un avin ms caro para l mismo. Poco despus, los pescadores
de Stendal se interesaron en una ocupacin ms lucrativa sembrar marihuana para el
contrabando hacia los Estados Unidos y se olvidaron de pagar el dinero que le deban. Al igual
que todos en el rea, el joven evangelista se encontr atrapado en extorsiones ml tiples por
parte de los traficantes de droga, las guerrillas y las autoridades.
Endeudado hasta el cuello, para continuar con los pagos de su avin y para reunir informacin
para una extraamente desinteresada Agencia Antidrogas de la Embajada de los Estados
Unidos, Stendal acord realizar un vuelo para los narcotraficantes. Fue un fiasco. Cuando la
mafia supo de sus contactos con la embajada a travs de su propia gente all, amenazaron con
matarle. El haber sido secuestrado por las guerrillas en agosto de 1983 no fue, por lo tanto, la
peor situacin en la que Stendal se haba encontrado. A principios de su permanencia de 142
das con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), llevaba oculto un revlver
38, con el cual trat de obtener su libertad, hiriendo seriamente a un guardia con balas dumdum.
A pesar de todo, Stendal logr convertir a sus aventuras en un testimonio de su fe evanglica
(Stendal, 1984).
{24} Bamat 1986: 26.
{25} Christianity Today, 10 de octubre de 1975, pp. 62-64.
{26} Ibid.
{27} Barry et al. 1986: 21, 48-49.
{28} Clawson 1976: 136-139.
{29} Fernandes 1980: 131.
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35
{30} Is Wycliffe Biggest? Mission Frontiers (Pasadena, California: Centro Estadounidense para la
Misin Mundial), enero-febrero de 1984, p. 7.
{31} Muerta en Lomalinda Maestra del ILV, El Tiempo (Bogot), 6 de mayo de 1986, p. 2A.
{32} Washington Report on the Hemisphere (Council on Hemispheric Affairs) 11 de junio de 1986,
p. 6.
{33} Hundley 1983: 40.
{34} Los protestantes denuncian discriminacin y Afirman los protestantes: 'somos ciudadanos
de tercera', El Tiempo, 27 y 28 de junio de 1985.
{35} Impossible... Difficult... Done! Latin America Evangelist (Coral Gables, Florida: Misin
Latinoamericana), enero-marzo 1986, p. 13. Mexicans Criticize Activities of Sects,
Latinamerica Press, 13 de junio de 1985, pp. 1-2.
{36} Noticiero Milamex (Ciudad de Mxico: Misin Latinoamericana) julio de 1985.
La lucha dentro del protestantismo
Los latinoamericanos que protestan contra la invasin de las sectas
generalmente conocen poco sobre la diversidad dentro del protestantismo
latinoamericano. No saben de los conflictos internos sobre cmo responder al
mundo. En realidad, dichos debates podran ser difciles de detectar debido al
conservadorismo poltico de la mayora de los lderes evanglicos.
A diferencia de los protestantes liberales y de gran parte de la Iglesia Catlica,
figuras prominentes como Luis Palau aconsejaban a los latinoamericanos que se
concentraran en mejorarse a s mismos en lugar de trabajar por los cambios
estructurales. Estos lderes sostenan ser apolticos, pero comnmente apoyaban a
cualquier rgimen en el poder. Para una minora que enfrentaba la hostilidad de la
Iglesia Catlica en un medio poltico inestable, el alinearse con un dictador pareca
ser la nica forma de salvaguardar la libertad de culto.{37} Entonces, surgi la
creencia, basada en una interpretacin fundamentalista de Romanos 13:1, de que
cualquier gobierno anticomunista era ordenado por Dios. Cuando gran parte del
clero catlico se puso contra los regmenes [34] militares en la dcada de 1970, los
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36
lderes evanglicos generalmente no lo hicieron. Algunos predicaban la sumisin a
las dictaduras y defendan el statu quo, como si fuera una obra del Seor.{38}
A cambio de libertad para propagar su fe, el liderazgo evanglico permita que
se lo utilice como una iglesia paralela, una fuente alternativa de bendicin para
un rgimen que haba alienado a las autoridades religiosas tradicionales. {39} Si
teman que los revolucionarios estuvieran a punto de tomar el poder, se podan
convertir en defensores de polticas inhumanas. En una poca en la que muchos
otros cristianos desafiaban a las estructuras de opresin, ellos parecan estar
propicindolas.
El conservadorismo de los evanglicos latinoamericanos era principalmente
pasivo, una poltica de no-compromiso, reforzada por su experiencia como una
religin minoritaria. Podan abstenerse de participar en los movimientos a favor del
cambio social, por miedo a ser manipulados por grupos ms poderosos, pero
tambin desplegaban una cierta resistencia hacia la identificacin con el estado.
Excepto cuando se encontraban polarizados hacia la derecha, por temor a las
expropiaciones revolucionarias, el apoyo evanglico al statu quo era cauteloso. Esa
actitud era estimulada por muchos de sus misioneros a quienes repela la cultura
poltica latinoamericana.
Estas pareceran ser advertencias sin importancia. En la dcada de 1980, no
obstante, comenzaron a adquirir trascendencia con la llegada de una nueva ola de
evangelistas de la derecha religiosa. Estos evangelistas estaban tan politizados que
los conservadores previos, en comparacin, aparecan moderados. A pesar de que
algunas misiones evanglicas establecidas se estaban alejando de posturas
neocoloniales, estos buscadores de almas prometan, no slo ganar a Amrica
Latina para Cristo, sino tambin salvarla de la revolucin. Poco despus, sus
colisiones con la teologa de la liberacin produciran una nueva especie de guerra
santa.
Una de estas confrontaciones ocurri en Guatemala, bajo el gobierno del
primer dictador evanglico de Amrica Latina. Todos los domingos, a travs de la
televisin, el General Efran Ros Montt (1982-1983) [35] predicaba a sus
compatriotas sobre la importancia de ser ciudadanos honrados. Mientras tanto, de
acuerdo a los grupos de derechos humanos, su ejrcito sofocaba una insurgencia
comunista asesinando a miles de indgenas mayas. No obstante, lderes