Afroamericanos
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Nos pusimos a valer
Afroamericanos
por: Degnis Romero
to My President
Como exordio, se acomete la oprobiosa tarea de
aclarar que lo aquí expresado está lejos de ser lo que se
conoce como ‘fuente primaria enciclopédica’. Nada que ver.
Esto es más bien el producto de la revisión exhaustiva de,
ahora sí, fuentes y referencias publicadas en la descomunal
‘Biblioteca de Alejandría’ que se conoce como Internet. Ello
porsia algún envidioso mal intencionado y, además, flojo para
la lectura tuviera la osadía de acusar por plagio. Debería, por
el contrario, hacer votos de humildad (ni siquiera de castidad)
y reconocer en algo el esfuerzo que se hace para ponerle la
papa pelada (y masticada) para facilitarle su (in)digestión.
Dicho esto, entramos en materia, sin más dilaciones.
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El 4 de noviembre de 2008, fuimos testigos de un
cambio sustancialmente relevante en el rumbo de la negra
historia, a fuerza de un golpe contundente de timón y votos.
El afroamericano Obama, quién lo hubiera creído,
ganó sobrado la presidencia de la primera potencia mundial.
Este hecho es de una importancia trascendental,
sin parangón alguno, en una nación que ha exhibido por más
de doscientos años de historia republicana, comportamientos
contrarios a cuanto establece el más elemental respeto por
los derechos humanos de los ciudadanos del tercer mundo y,
en particular, por los expatriados del continente africano.
Una de las primeras interrogantes que despierta al
gusanillo de la curiosidad, es saber si Barack ha realizado
una investigación acerca de sus ‘Raíces’ como lo hiciera su
‘colega’ Kunta Kinte, Mandingo (no malandrinango) movido
por la pluma de Alex Haley desde los calores infernales del
África occidental a praderas paradisíacas en Annapolis, Md.
Una cita relacionada con el tema que se aborda, es
la que se desprende de Wikipedia, con quienes hemos tenido
el placer de algún encontronazo, y que se expresa así: “Hay
un monumento a Kunta Kinte en Annapolis. Es uno de los
pocos monumentos en el mundo dedicados a los esclavos
africanos. Hay algún ejemplo más en Brasil, con un
monumento dedicado a Zumbi, y otro en Barbados, dedicado a
Bussa. En 1981, cuarenta y ocho horas después de su
instalación, la placa de bronce original fue robada. Quedó una
carta en su lugar que decía, "patrocinado por el Ku Kux Klan".
Nunca se recuperó y fue remplazada dos meses después con
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fondos de los ciudadanos de Annapolis. La segunda placa
también fue robada.”
Lo anterior no impresiona a nadie por estas tierras,
ya que, hablando de monumentos, hay pruebas fehacientes
de que por acá se hace lo que venga en gana a libre albedrío,
con anarquía y ciñéndose a la entropía del universo. Algunos
casos se relacionan así: Colón en el Golfo Triste (Rafael de la
Cova), Che (Alfonso Carrillo), Maria Lionza (Alejandro Colina),
“Tirofijo” (artista dominicano no identificado), y el adefesio a
la memoria de Salvador Allende (Ana Avalos).
Pero, todo es posible en este mundo de Dios (que se
está comenzando a oscurecer, junto con el Sol, Jesucristo y
los ángeles) y en los “United States of America” se pondrá de
moda la negritud, como lo soñaba con ahínco “El Gran
Combo de Puerto Rico”, en su canción “Si Dios Fuera Negro”:
Si Dios fuera negro, mi compay, todo cambiaría Fuera nuestra raza, mi compay, la que mandaría
Negro el presidente y el gobernador Negro el abogado y negro el doctor, compay
Si hubieran colocado la palabra senador en lugar
de gobernador la cosa hubiese tenido precisión absoluta, ya
que el negro es abogado y doctor (no como los de por aquí).
En todo caso, es posible que veamos reivindicada a
una raza maltratada por generaciones en suelo gringo. Hay
que recordar que a partir de la llegada de Colón en 1492,
comenzó una migración europea que además de significar
una limpieza étnica de las tribus autóctonas, también
representó un auge del ‘comercio negrero’ que se incrementó
en los siglos XVII y XVIII, por aquello de ‘plantación adentro
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camará’. La esclavitud fue abolida al final de la Guerra de
Secesión en 1865, pero ello no logró extinguir el padecimiento
de dicha etnia, que ha persistido hasta nuestros días. Por el
contrario, la lucha ha sido dura y sacrificada por dejar de ser
catalogados ciudadanos de segunda y sujetos sin derechos.
Ejemplos de ello han sido: Martin Luther King Jr., líder de la
‘Resistencia Civil’ y seguidor de Mahatma Ghandi por lo de la
‘no violencia’, lo que le valió el premio Nóbel de la Paz en
1964. Malcom X (Little), líder del movimiento islámico negro.
Rosa Parks, quien contribuyó a encender la mecha de la
lucha por los derechos civiles, cuando en 1955 en Alabama
se negó a ceder su asiento a un hombre blanco, en un
autobús. Charles Drew, eminente médico investigador que
promovió transfusiones sanguíneas entre diferentes razas.
Harriet Tubman, líder del “Ferrocarril subterráneo”, red de
personas que ayudaba a escapar a los esclavos. Mary McLeod
Bethume, quien fundó la primera escuela oficial de gente de
color en Florida. Jackie Robinson, primer negro en ingresar a
las grandes ligas. Ernie Davis, héroe de color del fútbol
universitario y primero en ganar el trofeo Heisman. W.E.B.
Du Bois, primero doctorado de Harvard (en Sociología, hay
que imaginar cómo pudo entrar y cómo fue tratado, incluso
en el ámbito profesional). George Coleman Poage, primero en
obtener medalla olímpica en 1904 y Jesse Owens quien
aportó la hazaña de ganar 4 doradas en la Alemania Nazi en
1936 (recordar al ‘Chunior’ de TVes). Thurgood Marshall,
primero en formar parte de la Corte Suprema, y muchísimos
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más, incluyendo a los luchadores anónimos y a las victimas
de sectas satánicas como la referida arriba y otras.
En fin, un largo y espinoso camino lleno de sangre,
sudor y lágrimas que deberá proyectarse hacia un horizonte
amplio y esperanzador de necesarias reivindicaciones en
cuanto a derechos humanos, civiles y legales de la negrería.
Al presidente en cuyo dorsal se exhibirá el N44
(CCC), le tocará la ardua tarea de enderezar los históricos
entuertos raciales y de encarar la nefasta herencia económica
y política dejada por su antecesor. ¡Menudo trabajito!
Hacemos votos porque muestre consistencia entre
el discurso candidatural y su gestión presidencial, es decir,
que no se vuelva “buchipluma nomás” o “relincho y gas”,
como las experiencias cercanas del quinto (infierno) tipo; que
se las dan de “pájaros bravos pa’estar calentando nío”, según
Alberto Arvelo, y no se dan cuenta de que “agua caliente no
quema casa”, según la que “tiene amigos a montones”.
Esperamos, fervientemente, que les tire algo a los
‘boca abierta’ y a la abundante parranda’e negro de “por estas
calles”; trazándose (y cumpliendo en forma convincente)
objetivos socioeconómicos coherentes, y cambios que rompan
paradigmas y satisfagan las vastas expectativas generadas en
propios y extraños. No llegaremos a extremos fantasiosos en
las exigencias, como las propuestas por el combo aludido:
Negra la azucena. Y negra la tiza.
Negra Blanca Nieves. Negra Mona Lisa
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Preferimos que se generen acciones políticas,
económicas y socioculturales tendentes a lograr reformas
estructurales y factibles en el mediano plazo, para eliminar a
rajatabla, lo de la canción “El Negrito” del susodicho combo:
Cuando vea cenando a un negro con un blanco en compañía o el blanco le debe al negro
o es del negro la comía Que te ilumíne San Benito, San Martin de Porres,
Baltasar (no Melchor), el Negro Felipe, Negro Primero y la CIA.