Adicciones Que Matan

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La adicción en el ser humano Adolescentes consumidores de drogas Mayo-Junio 2010 § aÑO LViii § Nº 967 § P.V.P. 5 € Adicciones que matan rÍtica El consumo de alcohol y sus riesgos El tabaquismo como drogodependencia

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Adicciones

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La adicción enel ser humano

Adolescentes consumidores de drogas

Mayo-Junio 2010 § aÑO LViii § Nº 967 § P.V.P. 5 €

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El consumo dealcohol y susriesgos

El tabaquismo como drogodependencia

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editorialManuela Aguilera

La Organización Mundial de la Salud define ladroga como toda sustancia que, introducida

en un organismo vivo, por cualquier vía, inha-lación, ingestión, intramuscular o endovenosa,es capaz de actuar sobre el sistema nerviosocentral provocando una alteración física y/opsicológica, la experimentación de nuevas sensa-ciones o la modificación de un estado psíquico;es decir, es capaz de cambiar la percepción, lasemociones, el juicio o el comportamiento de lapersona y es susceptible de generar en el usuarioo consumidor la necesidad de seguir consu-miéndola… generando dependencia física o psí-quica y produciendo síndrome de abstinencia…y efectos nocivos para el individuo y para lasociedad. Desde este criterio, por tanto, no sólolas drogas ilegales, opiáceos y cocaína puedenser consideradas drogas, sino también sustanciascomo el alcohol y el tabaco, sin dejar de lado, porsupuesto, las llamadas socioadicciones, o adiccio-nes sin sustancia, como los juegos de apuesta, eluso del móvil o Internet, que pueden ser consi-deradas como tales.

Junto al tabaco, el alcohol es la droga de másgrave incidencia en nuestro país, seguida a

cierta distancia del abuso de algunos fármacospsicotrópicos y, finalmente, de las toxicomaníasde carácter ilegal. En éstas últimas, se observaun descenso en el consumo de heroína y un in-cremento en el de cocaína y las llamadas “drogasde diseño”, siendo lo más destacable la tendenciaactual a la politoxicomanía. Pero lo cierto es queal hablar del “problema de la droga”, se continúaponiendo énfasis en las sustancias de ventailegal, olvidando muchas veces que el consumode tabaco y alcohol es una de las principalescausas de muerte en las sociedades desarrolladasy olvidando que el consumo de alcohol se incre-menta de forma espectacular entre los jóveneslos fines de semana. Según las encuestas, losjóvenes comienzan a consumir alcohol, hachiso marihuana a los 13-14 años. Después conti-núan con las pastillas y hacia los 20 años co-mienzan a depender de la cocaína para “fun-cionar”. Este es, a grandes rasgos, el camino querecorren los jóvenes adictos que se sometenposteriormente a tratamientos de desintoxicación.Las encuestan afirman que el 66% de los jóvenesconsumidores viven con sus padres, un 32% vi-ven en pareja y el 2% restante viven solos. Un

7% tienen estudios superiores; un 12%, forma-ción profesional; un 14%, estudios primarios yun 66% comienza la secundaria… Hay queatreverse a explicar a los padres, profesores yeducadores sociales qué son las drogas, por quéalgunos se inician en su consumo o devienenadictos, qué hay que decir a los adolescentes,cómo plantear este tema en la escuela…, conesta finalidad publicamos este número de Crítica,porque conocer la realidad es el primer paso parapoder actuar y prevenir.

Existen dos factores fundamentales quecontribuyen a que las drogas tomen el control

sobre el comportamiento, el primero es labúsqueda del placer que genera su consumo y elsegundo es evitar los síntomas de la abstinencia(huida del malestar). ¿Pero que le pasa a estasociedad que no repara en perder la vida porunos instantes de un placer efímero y destructivo?¿Inseguridad, relativismo, ansiedad, soledad,competitividad, aburrimiento, fracaso, sinsentido,odio, miedo…? El corazón humano está lleno deangustias y pavores, pero para perder el miedono es necesario cambiar el mundo sino cambiarnuestro propio corazón. El que añora aquello delo que carece en lugar de alegrarse con lo logrado,por minúsculo que sea, no será feliz. El que juzgaque cuando se realicen todos sus deseos estaráen paz, también se equivoca: el temor a que nose realicen lo mantendrá frustrado y empeque-ñecido. Nuestra letra siempre será la mismaaunque mil veces cambiemos de bolígrafo,nuestra forma de pensar no será otra porquecambiemos de peinado, nuestra hambre nodesaparecerá por mucho que leamos el menú,ni nuestra tristeza se disipará por mucho que nosemborrachemos de alcohol o de pastillas. Nospasamos años y años mostrando a nuestros niñosy adolescentes nuestras minúsculas y demo-ledoras adicciones: adictos a conseguir un coche,adictos a lograr un estatus, adictos a conseguirdinero, adictos a lograr placer… Y olvidamos quedurante ese tiempo, también estuvimos vivos ycada momento perdido fue susceptible de amor,de calidez, de escucha, de perdón, de risa, deriesgo, de pasión. Difícilmente esta temerosasociedad erradicará sus adicciones porque ningúnprogreso logrará el ser humano si el ser humanomismo no progresa. ©

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Nº 967 Mayo-Junio 2010Periodicidad bimestral

EditaFundación Castroverde

DirectoraManuela [email protected]

MaquetaciónVirginia Fernández [email protected] [email protected]

Colaboran en este númeroVíctor Arias Torre, Pedro José Cabrera,Belén Charro, Diya Chaudhri, Paz FrancésLecumberri, Pilar Gallego, Cecilia García,Josefa Gómez Moya, Esther González, AnaMª González Prado, José Ramón HeviaFernández, Begoña Iglesias, MónicaJiménez Seco, Javier López, PedroManonelles Marqueta, Iñaki Markez,Rufino J. Meana, Carmen Meneses Falcón,Mª José Monrós Chancosa, María JesúsRamos, Nieves San Martín, José LuisSancho Acero, José Luis Segovia Bernabé,María Simón, Joaquín Suárez Bautista,Roberto Tamayo Pintos, Carmen delVando Blanco, Francisco Vicent Galdón,Encina Villanueva.

Consejo editorialMercedes Blanchard, Joaquín Campos Acosta,Inés Gómez Chacón, Carmen Llopis, IsabelRomero Tabares, Mercedes Ruiz-Giménez, LuisSánchez Rubio.

PublicidadJavier [email protected]

SuscripcionesIsabel [email protected]ª Luisa Galve

Imprime: MAE

Tarifas de suscripción España: 30 € (IVA incluido) Extranjero: 36€

CRÍTICA C/ General Oráa, 62 - 1º izq.28006 Madrid Tel.: 91 725 92 00Fax: 91 725 92 09 Correo electró[email protected]

Página web: www.revista-critica.comDepósito legal: M.- 1538-1958ISSN: 1131-6497

editorial

de mes a mes

actualidad

monográfico

Esta Revista ha recibido una ayuda de la Dirección Generaldel Libro, Archivos y Bibliotecas para su difusión enbibliotecas, centros culturales y universidades de España,para la totalidad de los números editados en el año 2010.

Adicciones que matanMANUELA AGUILERA

NIEVES SAN MARTÍN

OpINIóN

El tabaquismo como drogodependenciaBEGOÑA IGLESIAS

¿Es el dopaje una forma de adicción?PEDRO MANONELLES MARQUETA

Intervención con adolescentes consumidores de drogaJOSÉ LUIS SANCHO ACERO

Fracaso escolar. El problema que no importaANA Mª GONZÁLEZ PRADO

Adolescencia y drogas. Trabajar en el presente comogarantía del futuro MÓNICA JIMÉNEZ SECO

La drogadicción vista desde el cine. Una prisión paralos adictosCECILIA GARCÍA

ANáLISIS

El consumo compulsivo “de todo” y el abuso de drogasJOSÉ LUIS SEGOVIA BERNABÉ

La situación de las drogas en EspañaJOSÉ RAMÓN HEVIA FERNÁNDEZ

La adicción en el ser humanoBELÉN CHARRO

Dependencias: de la coerción a la reducción de dañosIÑAKI MARKEZ

Drogas y Derecho penal. Consecuencias jurídicas delconsumo de drogas en España, hoyPAZ FRANCÉS LECUMBERRI

Consumo de drogas en el ejercicio de la prostituciónCARMEN MENESES FALCÓN

Cárcel y drogasPEDRO JOSÉ CABRERA

Drogas y enfermedad mentalRUFINO J. MEANA

El consumo de alcohol en una sociedad con riesgosJosefa Gómez MoyaMª José Monrós Chancosa

ESTHER GONZÁLEZDIRECCIONES ÚTILES

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Los Derechos de las mujeres 15 años después de BeijingENCINA VILLANUEVA

India: Mujeres pobres aprenden a ser taxistas para salirde la miseriaDIYA CHAUDHRI

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Entrevista con Antonio Damián Gallego, documentalista yautor de una fotografía antropológicaFRANCISCO VICENT GALDÓN

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Voluntariado y drogodependenciasVÍCTOR ARIAS TORRE

COORDENADAS

Tráfico, dinero y muerte. Señores de la droga y una gue-rra cuyo fin queda demasiado lejano…VIRGINIA FERNÁNDEZ AGUINACO

REpORTAjE

Inca. Origen y misterios de las Civilizaciones del OroCARMEN DEL VANDO BLANCO

HISTORIA

Los ojos amarillos de los cocodrilos. Katherine PancolMARÍA SIMÓN

Despacio, despacio…20 razones para ir más lentos por lavida. María NovoVIRGINIA FERNÁNDEZ AGUINACO

Yo fui el médico de Teresa de Ávila. Fernando LorenteArenasVIRGINIA FERNÁNDEZ AGUINACO

Adversidad, sentido y resilencia. Logoterapia y afronta-miento en situaciones límite. Joaquín García-Alandete yJ. Francisco Gallego-Pérez (Coords.)PILAR GALLEGO

LIBROS

XXVII festival de otoño en primaveraJAVIER LÓPEZ

Mujeres en pieMARÍA JESÚS RAMOS

TEATRO

CINE

Pasarela primavera veranoROBERTO TAMAYO PINTOS

DEPORTE

Popular MariavisiónVIRGINIA FERNÁNDEZ

TV

ARTE

pARA SABER MáS

Adictos a lo que sea –los candidatos–JOAQUÍN SUAREZ BAUTISTA

DECáLOGO

cultura

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El Rey de Persia: las arenas del tiempoYo soy el amorCECILIA GARCÍA

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demesamesNieves San Martín

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Mientras el mundo está super armado, padece un exce-so de hambre. Esto, según Khan Badriya, veterano

analista político, no es un nuevo eslógan sino un hechoprobado. El mundo gasta más de un billón de dólares anua-les en armas, mientras que más de mil millones de perso-nas padecen hambre. La última cifra por sí sola da milmillones de buenas razones para desarmar el planeta. Sin embargo, las posibilidades de que cambie el escenarioactual son escasas o nulas. ¿Por qué? “Debido a que el negocio de las armas es muyrentable comercialmente y políticamente poderoso”,mucho más que los gobiernos y la lógica”, afirma Badriya. El Instituto Internacional de Investigación sobre la Paz deEstocolmo (SIPRI) informó en abril de 2010 que las ventastotales de armas de las 100 mayores empresas mundialesde productores de armas aumentó en 39 millones de dóla-res en 2008. En contraste con lo anterior, una de cada seis personas queviven en el mundo, un total de 1.002 millones de personas,

o no tienen qué comer o están siempre hambrientas. Sinembargo, un dólar y medio por persona y semana seríasuficiente para alimentar a todos los hambrientos y erradi-car el hambre de la faz del planeta. No más de 44 mil millo-nes de dólares al año se dedican a alimentar a los mil millo-nes de personas que pasan hambre todos los años. Esta essólo una pequeña fracción del billón de dólares gastado enarmas. ©

Una nueva ley enArizona equipara

al inmigrante indo-cumentado con undelincuente, por loque puede terminaren la cárcel. Expertos de inmi-gración de EstadosUnidos, agentes delorden y líderes reli-

giosos han criticado esta ley alegando que supondrápara el Estado “enormes costes potenciales” y prome-tiendo lograr que sea declarada inconstitucional en lostribunales. En un solo condado de los 15 de Arizona, el de Yuma, elsheriff estima que las agencias de aplicación de la leygastarán entre 775.880 y 1.163.820 dólares en gastos deprocesamiento. El coste de la cárcel sería de entre

21.195.600 y 96.086.720 de dólares, y el abogado y loshonorarios del personal entre 810.067 y 1.620.134 dedólares. Estos costes no tienen en cuenta la pérdida de ingresos,como los impuestos y compra de los inmigrantes, asícomo las demandas potencialmente costosas que se pro-ducirán. Una coalición de empresas ha advertido que el impactode la nueva medida podría dañar gravemente la econo-mía de Arizona. La nueva ley “está rompiendo nuestro estado en dos. Noshumilla a los ojos de América y pone en peligro nuestrarecuperación económica”, dijo el alcalde de PhoenixPhil Gordon. “La legislación inhumana demuestra la urgente necesi-dad de liderazgo político nacional para aprobar unareforma migratoria integral”, dijo una coalición de líde-res de las religiones protestante, católica, y judía querepresentan a millones de ciudadanos. ©

MIL MILLONES DE RAZONES PARA DESARMAR EL PLANETA

ARIZONA PODRÍA PAGARUN ALTO PRECIO POR LALEY ANTI-INMIGRANTE

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El litigio de una comunidad indígena deArgentina con el gobierno por una obra que

inundó la mitad de su territorio revela que los títu-los de propiedad no alcanzan para frenar los abu-sos, informa la agencia IPS. “El Descanso” es una de las comunidades del pue-blo pilagá en la provincia de Formosa, noreste deArgentina, ubicada junto al bañado La Estrella, unhumedal de 400.000 hectáreas que experimentacrecidas periódicas durante el año. En 1997, el gobierno provincial inició la construc-ción del canal del Río del Norte para derivar aguadel humedal a otras zonas pobladas. Pero la obrano logró su cometido y además anegó 1.000 hec-táreas de las 2.500 que tiene el territorio pilagá. Los indígenas presentaron una denuncia judicial en 2001, pero no consi-guieron nada. La comunidad pide una reparación por las hectáreas ane-gadas, donde estaban el cementerio, la escuela, el centro comunitario ylas viviendas de siete familias. Pero hasta ahora no lograron que la juezarealice una inspección ocular en el sitio. En este país con más de 40 millones de habitantes, unas 600.000 perso-nas se reconocen indígenas. Los pilagás son 6.000, contando las comuni-dades de Formosa y el vecino Chaco. “Estamos hundidos en la tristeza. No sabemos si vivir o morir. No encon-tramos salida”, dijo Oscar Florico, de la comunidad “El Descanso”.©

Las enfermedades autoinmunes e inflamatorias y las alergias seoriginan en un fallo del sistema inmunitario, es decir, el sistema

que constituye las defensas naturales del organismo. Pero, ¿por qué falla? La ciencia aún no ha encontrado la respuesta,pero lo que sí ha constatado es que en los últimos años se han dis-parado los casos de alergias y de afectados por enfermedad autoin-mune y la única razón que puede explicarlo es que los hábitos devida de Occidente –alimentación, estrés, falta de ejercicio, etc.– estánrepercutiendo seriamente en las barreras naturales del organismo. Este es uno de los puntos tratados en el encuentro científico sobreInvestigación en Inmunología, celebrado recientemente en la RealAcademia Nacional de Medicina, de Madrid. El doctor José Ramón Regueiro, catedrático de esta especialidad dela Universidad Complutense de Madrid, señaló que el cada vezmenor contacto con los parásitos y la vida aséptica de la sociedadmoderna está provocando una disfunción del sistema inmunitario,“porque no se está utilizando para lo que estaba diseñado que eradefender al organismo de las infecciones”. Y reiteró que el exceso de higiene, la falta de contacto con el campo,entre otras causas, ha provocado que la población esté cada vezmenos expuesta a los patógenos, por lo que el sistema inmunológi-co se torna “ocioso”.©

El modo de vida occidental no favorece la salud

Con el lema “No a la miseria”, la UniónEuropea ha declarado 2010 “Año

Europeo de Lucha contra la Pobreza y laExclusión Social”. Según Ignacio Ramonet, director de “LeMonde diplomatique” en español, en los27 países de la UE, existen ya unos 85millones de pobres, considerando tales aquienes viven con menos de la mitad delsalario medio. Uno de cada seis europeosvive en la pobreza. Y la situación irá apeor a medida que se extiendan los efec-tos de la crisis económica mundial. En España, el 20% de la población, esdecir unos 9 millones, viven por debajodel umbral de pobreza. ¿Quiénes son los pobres de hoy? Los agri-cultores campesinos explotados por lasgrandes agro-empresas, los pensionistasaislados, las madres solteras, los jóvenescon trabajos mal pagados, las parejas conhijos que viven con un salario único, y elenorme número de personas que acabade perder sus puestos de trabajo en la cri-sis. Nunca cifras como éstas se han vistoen la Unión Europea. Lo peor es que el paro golpea con másfuerza a los menores de 25 años. EnEspaña, el paro juvenil se sitúa en el44,5%, más del doble de la media europeadel 20%. Si la cuestión social se ha convertido enun problema acuciante en estos días esporque coincide con la crisis del Estadodel bienestar europeo. Desde la décadade 1970, con el pico de la globalizacióneconómica, cambiamos del capitalismoindustrial al capitalismo salvaje, cuya diná-mica fundamental es la “desocialización” yla trituración del contrato social, conclu-ye Ramonet.©

ARGENTINA: UNA COMUNIDADINDÍGENA PIERDE LA MITAD DE

SU TERRITORIO

NUNCA HUBO TANTOS

POBRES EN EUROPA

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actualidad

Qué es Beijing+15

No hace mucho que regresamos de Nue-va York, donde se celebró la evaluación de laPlataforma de Acción de Beijing (en adelan-te PaB), uno de los documentos más com-pletos que existen en relación a los derechosde las mujeres. La importancia de la PaB es-tá en que incorpora lo logrado en conferen-cias y tratados tales como la DeclaraciónUniversal de los Derechos Humanos y la De-claración sobre la Eliminación de la Discri-minación contra la Mujer (CEDAW) y recoge12 áreas de actuación de especial preocupa-ción por las que se comprometieron a traba-

actualidadEncina Villanueva

Coordinadora de la Campaña “Muévete por la igualdad” en InteRed

Los Derechos de las mujeres15 años después de Beijing

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La preocupación por la desigualdadde género, hizo que desde NacionesUnidas se promovieran cuatroconferencias mundiales para elaborarplanes de acción en el avance de lasmujeres: México 1975, Copenhague1980, Nairobi 1985 y Beijing 1995,la Gran Conferencia, que en el 2010ha cumplido 15 años y ha supuesto larevisión del cumplimiento de susresoluciones por parte de NacionesUnidas.

Asistentes al acto organizado por la campaña española, “Muévete por la Igualdad” en Naciones Unidas.

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jar los gobiernos de los 189 países que apro-baron este documento en el año 1995.

La plataforma, consecuencia de la últi-ma de las Conferencias de Naciones Unidassobre las mujeres, la celebrada en la capitalchina hace ahora 15 años, es evaluada cada5 años en la sede neoyorquina de las Nacio-nes Unidas.

Esta evaluación se organiza en el marcode la Comisión para la Condición Jurídica ySocial de la Mujer (CSW), una comisión delComité Económico y Social (ECOSOC) de lasNaciones Unidas, dedicada exclusivamentea la igualdad de género y el empoderamien-to de las mujeres. Se celebra anualmentedurante 10 días laborables (en torno al 8 demarzo) y supone un foro de encuentro entrerepresentantes de los Estados miembros,personal de distintas entidades de NacionesUnidas dedicadas a la igualdad de género yorganizaciones no gubernamentales y demujeres. Se encarga de revisar la PaB por-que tras la IV Conferencia Mundial de Muje-res, la Conferencia de Beijing, a la CSW sele encomendó integrar en su programa el se-guimiento de la implementación de la Plata-forma de Acción, así como liderar la integra-ción de la transversalidad de género en to-das las actividades del sistema de las Nacio-nes Unidas.

La campaña nacional “Muévete porla Igualdad. Es de Justicia”. ¿Porqué estábamos allí?

Desde InteRed acudimos al evento en elmarco de la campaña, “Muévete por laIgualdad. Es de Justicia”. Una campaña desensibilización, formación e incidencia polí-tica en equidad de género en la que lleva-mos trabajando cuatro años junto con Entre-culturas y Ayuda en Acción y con el apoyo dela Agencia Española de Cooperación Interna-cional para el Desarrollo (AECID). Nuestrapresencia allí era un intento de llevar nues-tras reivindicaciones (trabajadas durante es-tos años y recogidas en el Consenso de Boli-via) al proceso de evaluación de Beijing, ha-cer alianzas con otras organizaciones y di-fundir por nuestros canales en Internet y através de los medios de comunicación espa-ñoles todo lo que estaba pasando en NuevaYork. Acudimos con la imagen más visiblede nuestra campaña: las Igualias, unos ico-nos representativos de la igualdad real entremujeres y hombres (Realtilla), de la corres-

ponsabilidad de los cuidados (Cuidadela),de la participación política de las mujeres(Politicalia) y del cumplimiento de los trata-dos internacionales relativos a la igualdad(Tratalata).

Recordando la Conferencia deBeijing

Aquella conferencia de Beijing, de la queresultó la plataforma que ahora se ha evalua-do, fue un hito en la defensa de los derechosde las mujeres. Unas 50.000 personas sereunieron en la capital china y dieron lavuelta a lo que el mundo entendía por “mu-jer” (y empezaron a hablar de “mujeres”),

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Decepción por una declaraciónoficial, muy pobre en contenidos, quecerraba las puertas a cualquieropción para la incidencia política delas organizaciones.

Gertrude Mongella, Presidenta del parlamentopanafricano (presidió en 1995 la IV Conferencia de laMujer en Pekín) posa con la igualia “Cuidadela”.

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por poder (desarrollando el concepto de em-poderamiento) o por género, entre otras mu-chas aportaciones. Fue, según cuentan quie-nes asistieron, una explosión de diversidad,el feminismo en la era de la globalización,una auténtica ruptura de la dinámica Norte-Sur, pues fueron precisamente las mujeresdel llamado “Sur” las grandes protagonistasdel evento. De hecho, la tanzana GertrudeMongella fue quien presidió esta Conferen-cia de Naciones Unidas para las mujeres.Por cierto, es precisamente por haber tenidoese papel por lo que a esta política, profeso-ra, feminista y madre que preside actual-mente el parlamento panafricano, se la co-noce como “Mama Beijing”.

Quince años después, y en un contextode múltiples crisis (financiera, alimentaria,ecológica, de cuidados…) los ánimos ya noson los mismos. Sigue habiendo ilusión, ylas miles de mujeres allí presentes eranmuestra de ello, pero la confianza en este ti-po de procesos en los que las negociacionesentre tantos países llevan los acuerdos a mí-nimos, ha disminuido.

¿Qué sucedió esta vez en NuevaYork?

Las reuniones celebradas durante esosdías, tanto las oficiales como las organiza-das por las ONG, se sucedieron no exentasde complicaciones y polémicas. Por un lado,por las dificultades organizativas en la parteoficial que tuvieron a cientos de mujeres ha-ciendo colas hasta de 9 horas para conseguiruna acreditación o que dificultaban la entra-da a determinados actos que necesitabanuna segunda acreditación, casi aún más di-fícil de conseguir que la primera. Por otro,quizás la más significativa, por la decepciónde una declaración oficial, muy pobre encontenidos, que salió al segundo día y quecerraba las puertas a cualquier opción parala incidencia política de las organizaciones.

Sólo las ocho resoluciones aprobadasque se fueron trabajando durante las dos se-manas de sesiones dejaron una pequeñabrecha para el aporte de la sociedad civil:

nEliminación de la mutilación genitalfemenina.

nLiberación de mujeres y niñas y niñostomados como rehenes, incluyendo aaquellos posteriormente encarcelados,en conflictos armados.

nLa mujer, la niña, el VIH y el Sida.nSituación y asistencia a las mujerespalestinas.

La parte más interesante de todo esteproceso ha sido la confirmación deque el movimiento de mujeres estávivo, es rico, plural y va consiguiendocambios

Grupo de jóvenes en una mesa redonda sobre educación no formal

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nReducir la mortalidad y morbilidadmaterna mediante elempoderamiento de las mujeres.

nEmpoderamiento económico de lasmujeres.

nReafirmar que las mujeres sonagentes de cambio.

nPuesta en funcionamiento de unaentidad consolidada de género enNaciones Unidas.

Si la poca participación de la socie-dad civil en el proceso oficial fue una delas claves del encuentro, no impidió queel intercambio de ideas, experiencias ypropuestas fuera increíblemente intere-sante y fructífero. Reuniones diarias depuesta al día, grupos específicos (los de-nominados “caucus”) que por región otema de interés iban trabajando agendasconjuntas y las negociaciones que seprodujeron para consensuar posiciona-mientos ante lo que estaba sucediendo,dieron buena prueba de la viveza delmovimiento de mujeres.

Así, la parte más interesante de todoeste proceso ha sido la confirmación de queel movimiento de mujeres está vivo, es rico,plural y va consiguiendo cambios. En el foroparalelo de ONG’s se compartieron experien-cias de construcción de la paz, planteamien-tos entorno al VIH Sida, el impacto de la Cri-sis en las mujeres y en las relaciones de gé-nero, el papel de las mujeres en las migra-ciones, los avances y retrocesos en derechossexuales y reproductivos, la vigencia de laCEDAW pese a que países como EEUU no lahan ratificado, las oportunidades que pre-senta la creación de una nueva entidad degénero en la ONU que aglutinará todas lasexistentes, múltiples experiencias de empo-deramiento en todos los continentes, el len-to pero constate adelanto en la participaciónpolítica… y, en fin, un interminable listadode miles de temas más.

Es cierto que muchas mujeres no pudie-ron estar aquí, pero también hay que recono-cer que otras no quisieron hacerlo. La des-confianza en estos procesos es cada vez ma-yor. De hecho se cree que fueron muchas lasmujeres, especialmente latinoamericanas,que acudieron en mucho menor número delo habitual en estos eventos, que no lo hicie-ron en esta ocasión no sólo, aunque tam-bién, por dificultades económicas sino por lapoca esperanza que despiertan.

Algunas ideas para finalizar

Nos podemos preguntar, y sólo lanzo al-gunos comentarios que escuché tanto enNueva York como en un seminario previo quela coordinadora española de ONGD’s celebróa finales de febrero en Madrid… ¿Siguesiendo Naciones Unidas el espacio para lasmujeres? ¿Hay que continuar haciendo el es-fuerzo de participar y apoyar los ámbitosmás institucionales? ¿Qué valor tienen estosacuerdos internacionales que firman alegre-mente los países, especialmente aquellosque, como la PaB no tienen un carácter ju-rídicamente vinculante?

Aunque no hay respuesta fácil ni única,quizás la estrategia pueda ir en el manteni-miento de caminos paralelos. Por un lado,poseer un marco jurídico avanzado obliga ala rendición de cuentas permitiéndonos exi-gir a nuestros gobiernos el cumplimiento delos compromisos que asumen. Por otro, eltrabajo más de base, en nuestro caso el dela promoción del ejercicio de una ciudada-nía no sexista desde la sensibilización y laformación, es donde observamos diariamen-te los pequeños avances individuales quevan conformando las grandes transformacio-nes colectivas.

Todo es necesario y todo se retroalimen-ta: una ciudadanía formada y comprometida

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Mathabiso Angeline Lepono, ministra de Género, Juventud y Deportes deLesotho, participando en un panel convocado por Instraw.

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tiene la capacidad de exigir e influir sobresus gobernantes. Y esto es exactamente loque hemos intentado durante estos años conla campaña, “Muévete por la Igualdad. Esde Justicia”: formar y sensibilizar tanto parala transformación personal como para la mo-vilización y el compromiso ciudadano por laequidad de género.

No somos las únicas organizaciones queestamos en ello. Son miles las ONG y orga-nizaciones de mujeres que, en todos los con-tinentes, trabajan por una sociedad dondemujeres y hombres podamos desarrollarnoslibremente. El reto es complicado pero unode los grandes aprendizajes de la experien-cia neoyorkina es que como sociedad civiltenemos que seguir vigilantes. Sabemos queno dar un paso adelante no es estancarse si-no ir hacia atrás. Y, ciertamente, no nos po-demos permitir más retrocesos. ©

¿Avanzamos o retrocedemos?A partir de Beijing, cada cinco años se han venido celebrandoreuniones en la sede de Naciones Unidas en Nueva York para revisarel cumplimiento de la Plataforma de Acción. Las conferencias deBeijing +5, celebrada en el 2000 y Beijing +10, celebrada en el2005, constataron el incumplimiento de los compromisos y de losderechos humanos de las mujeres en todo el mundo.

Beijing +15, supone un retroceso, agudizado por la crisis económicaactual, en el que las mujeres han sido las primeras que han vistoretroceder sus derechos. Así, según la Organización Internacional delTrabajo, 22 millones de mujeres se verán afectadas; igualmente, laconclusión del último informe de Naciones Unidas (8 de febrero2010), indica que, pese a los adelantos en la promoción de losderechos humanos de la mujer en los marcos jurídicos, en ningúnpaís del mundo se ha logrado la igualdad, quedando patente que losavances normativos no generan transformaciones sociales.

La desigualdad entre hombres y mujeres prevalece y estamos lejosde alcanzar los objetivos planteados. Así, en educación, que esreconocida como una de las estrategias para acabar con ladesigualdad y discriminación, vemos que si bien ha aumentado laescolarización, el abandono del sistema educativo de niñas yadolescentes es muy alto, debido en parte a que los roles culturalesasignados a ellas, como matrimonios a temprana edad,responsabilidades domésticas o embarazos no deseados, repercuten ensu rendimiento escolar.

Las mujeres representan más de dos tercios de los mil millones depersonas que viven con menos de un dólar diario. Hay 600 millonesde mujeres analfabetas, frente a 320 millones de varones y, a pesarde que ellas producen más de la mitad de los alimentos, sólo poseenel 2% de la tierra y reciben el 1% de todo el crédito agrícola.

Las dificultades de acceso a la participación política de las mujeresy a la toma de decisiones en los niveles más altos, a escalanacional e internacional, no ha cambiado sustancialmente desdeBeijing: en enero de 2008, tan sólo 7 de los 150 jefes de estado y 8de los 192 jefes de gobierno eran mujeres; solamente el 16% de lospuestos ministeriales del mundo estaban ocupados por mujeres y 13países no tenían mujeres en sus gabinetes. Además, siguen estandoen minoría en los parlamentos nacionales. En ese mismo año, losescaños ocupados por mujeres, en todo el mundo era solamente del18%.

María CobosResponsable Comunicación Fundación InteRed

Inés Alberdi, presidenta de Unifem, junto con Cuidadelaen el acto organizado por la campaña, “Muévete por laIgualdad” en Naciones Unidas.

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Mamta no aparta su mirada de la cal-zada mientras conduce entre las con-gestionadas calles del suburbio de

Govindpuri al sur de Delhi. De repente, estajoven mujer da un golpe de volante a la de-recha para evitar a una camioneta cargadade verduras que le acaba de cortar el paso.

“Si no hubiera tenido cuidado, habría-mos colisionado,” dice enfadada mientras elconductor del camión le grita que vaya conmás precaución. “A menudo tengo que igno-rar estas actitudes; se piensan que porquesoy una mujer al volante pueden aprovechar-se,” dice mientras toca la bocina para mos-trar su enfado al camionero.

Como conductora, Mamta, de 26 años,es una de las pocas mujeres que circula porlas colapsadas calles de Delhi. Y confía enconvertirse, en un futuro muy cercano, enuna de las mujeres taxistas de esta ciudadde 14 millones de habitantes.

En efecto, Mamta es una de las 32 mu-jeres que han sido formadas por la Funda-ción Azad, una ONG local que apoya a mu-jeres en situación de vulnerabilidad. Porahora, 24 ya están trabajando como conduc-toras ya sea para familias o para empresas,mientras pasan el año preceptivo para con-seguir su licencia de taxista.

Conducir en Delhi no es sencillo. Apartede los coches y autobuses, hay que bregarcon los phat phats (triciclos motorizados)muy populares en los suburbios. Y, aparte delos vehículos, están los prejuicios de losconductores varones a quienes les cuestaaceptar la existencia de mujeres taxistas.

Ekta Yadav, una mujer casada, de 28años, y que también participa en el proyec-to, dice que los conductores, a veces, hacensonar el claxón para irritarlas. “Especial-mente cuando aún llevas la L”. Pero se sien-te feliz porque ella y sus hijos pueden vivir

actualidadDiya Chaudhri

PANOS LONDON. Delhi

India: Mujeres pobres aprenden a sertaxistas para salir de la miseria

actualidad

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dignamente gracias a su trabajo dechófer.

Probablemente, a ninguna de es-tas mujeres se le pasó nunca por lacabeza ponerse detrás del volante.Las que tenían más suerte trabaja-ban largas jornadas por un salarioprecario como empleadas domésticaso en talleres. Eso parecía ser lo má-ximo a qué podían aspirar.

Saroj, de 20 años, soñaba contrabajar en una oficina, pero no con-siguió acabar sus estudios y terminóen una fábrica diez horas al día, seisdías a la semana, por 2.500 rupias almes (42 euros). Ahora gana el doblecomo chófer privado, pero sabe que cuandotenga la licencia de taxi su vida mejoraramucho más.

Meenu Vadera, directora ejecutiva de laFundación Azad fue quien tuvo la idea de laauto-escuela: “Aparte de dar una formacióny profesión a estas mujeres, lo increíble hasido ver como el curso ha reforzado la con-fianza de estas mujeres”.

Meenu explica que “su mandato es tra-bajar con muchachas en situación de vulne-rabilidad y ayudarlas a pasar del ‘no puedoal sí puedo’.” Aprender a conducir cumple aldedillo esta función. Y asegura que “latransformación durante los cuatro meses delcurso es muy grande. Lo ves en su lenguajecorporal, en su manera de hablar, en su ca-pacidad de negociar, en todas las cosas. Lasayuda a entrar en un mundo muy distinto.Se sienten poderosas.”

Por otra parte, dice Meenu, no se tratasólo de tener autoconfianza, sino “tambiénde saberse valorar y de tener autoestima.Cuando las mujeres llegan a Azad la mayoríalo hacen sin documentos de identidad nicertificados de estudios. Una de las mujeresde nuestro primer curso me dijo que, ‘si ha-biese muerto accidentalmente en una carre-tera nadie habría sabido quién era’. Ahoracon el carné de conducir son ciudadanas vi-sibles del país.

La prueba de fuego será el próximo mesde octubre con motivo de la celebración delos Juegos de la Commonwealth en Delhi.Para entonces, la fundación ya ha firmadoun acuerdo para ofrecer un servicio de taxispara mujeres conducidos por mujeres.Meenu cree que, con el tiempo, las mujereshabrán creado una empresa propia que ten-drá en cuenta sus necesidades. Por ahora,dice “estamos en el principio de la transfor-mación. Cuando hayan estado trabajandodurante dos años, se verá hasta dónde pue-den llegar. ¡Será genial verlo!”. ©

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José Luis Segovia Bernabé. Profesor de Ética Social en la Universidad Pontificia deSalamanca (ISP-Madrid).José Ramón Hevia Fernández. Jefe Servicio Unidad de Coordinación del Plan deDrogas. Dirección General de Salud Pública y Participación. Asturias.Belén Charro. Doctora en Psicología. Universidad Pontificia Comillas.Antonio Grande. Antropólogo.Iñaki Markez. Médico Psiquiatra. CSM de Basauri, Osakidetza. Bizkaia.Paz Francés Lecumberri. Investigadora en Derecho Penal en la Universidad Pública deNavarra.Carmen Meneses Falcón. Dra. en Antropología Social y Cultural. Universidad P.Comillas.Pedro José Cabrera. Dpto. de Sociología y Trabajo social. Universidad PontificiaComillas.Rufino J. Meana. Psicólogo Clínico. Profesor de Psicopatología. Universidad P. decomillas. Director de la Unidad de Psicología de la Universidad.Josefa Gómez Moya. Doctora en Sociología y Trabajadora Social. Facultad deCiencias Sociales. Universidad de Valencia..Mª José Monrós Chancosa. Trabajadora Social y socióloga. Servicio de AsistenciaSociosanitaria. Consellería de Sanidad. Valencia

Begoña Iglesias. Experta en Tabaquismo.Pedro Manonelles Marqueta. Especialista en Medicina de la Educación Física y elDeporte. Presidente de la Federación Española de Medicina del Deporte.José Luis Sancho Acero. Director General CES Proyecto Hombre.Ana Mª González Prado. Directora de la Asociación Norte Joven.Mónica Jiménez Seco. Licenciada en Psicología, especializada en Educación. ProfesoraTécnica de Servicios a la Comunidad-Educación Secundaria.Cecilia García. Crítica de Cine.

Víctor Arias Torre. Coordinador del Voluntariado CES. Proyecto Hombre

Virginia Fernández Aguinaco. Equipo Crítica

Análisis

Coordenadas

Reportaje

Opinión

Colaboran

monógráficos CRÍTICA

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análisisJosé Luis Segovia Bernabé

Profesor de Ética Social en la UniversidadPontificia de Salamanca (ISP-Madrid)

El consumocompulsivo “detodo” y el abusode drogas

Es ya un tópico señalar que en todos los tiempos y en todas lasculturas han existido drogas y que han ejercido un papel significativo.Así, han tenido funciones lúdicas, integradoras, explotadoras,medicinales, incluso religiosas. Esta constatación no debería deslizarnosa la falacia historicista en la que, a nuestro juicio, caen algunosestudiosos de la cuestión: como siempre “ha sido así”, no merecereproche ético alguno y, por tanto,puede y “debe ser” así. O a unsimplón planteamientoindividualista, ultraliberal yburgués: “cada uno consume loque quiere y cómo quiere”. Esapretendida libertad individual sólose puede ejercer autónomamentecuando uno es libre frente a lamiseria (no lo eran los yonkismarginales de los 80, ni lo son hoylos niños que viven en las cloacas yesnifan cola) y libre también frenteal tedio insoportable (tampoco loson realmente nuestros actualesjóvenes “triple D”, como veremos).En todo caso, en rigor, un análisisdel fenómeno de las drogas esabsolutamente inseparable de laconsideración cultural de lasociedad en que se produce.

Dejando claro que hay que romper el tópico deque “todo el mundo se droga”, especialmentelos jóvenes, nuestra hipótesis, sometida a mejo-

res razones contrarias, se refiere fundamentalmente auna sociedad de intenso consumo como la española –almenos hasta explotar la crisis–. Su representación másplástica podemos encontrarla el verano pasado (ya con la crisis en marcha)cuando familias con varios miembros parados seguíanacudiendo el domingo a los grandes almacenes a com-prar una TV de pantalla plana y de un tamaño que ca-si no les cabe en el comedor, simplemente porque “hananunciado que hasta después del verano no se paga”.

Consumo de drogas y modelo de sociedadEl consumo abusivo de drogas es inseparable del mo-

delo de sociedad, sus valores y contravalores, hasta ayercaracterizado por la incentivación del consumo abusivo detodo. Se ha venido consumiendo de todo compulsivamen-te; también drogas. Queríamos todo y ya mismo, sin pa-ciencia para la espera. Con amnesia hacia el pasado, tam-

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poco teníamos claro un proyecto colectivo defuturo y, sobre todo, nos habíamos olvidadode soñar. Cuando uno no sueña, solo le queda“alucinar”. Cuando se olvida una dimensiónconstitutiva de lo humano que es la vocaciónde transformar el entorno y no sólo someterseadaptativamente a él, la persona se repliega ytrata de olvidar. En el fondo, no sólo noaguanta nada, sino que no se aguanta a sí mis-ma. De ahí el pánico existencial al aburri-miento (=estar a solas serenamente con unomismo) y la necesidad de perderse en una so-brecarga de estímulos que dificulta la comu-nión/comunicación con los congéneres. Hoymás que nunca, nuestros jóvenes se apiñan enmultitudes (en conciertos, quedadas, botellón,espectáculos deportivos) pero, en el fondo, sesienten más solos y huérfanos que nunca. Igualocurre con los niños y las niñas: les dotamosde tecnología punta (móvil, i-pod, mp3…) pe-ro les privamos del calor humano de los adul-tos de referencia. ¿A alguien le puede extrañarque las drogas ejerzan de importante satisfac-tor en este contexto?

La patología del consumismoDespués de las medidas económicas del

Gobierno, que nos han situado por fin ante elprincipio de realidad, es frecuente escuchar entodos los entornos la misma frase: “Hemosvivido por encima de nuestras posibilidades”.Análisis más técnicos coinciden en el diag-nóstico: un Estado medio como el español haestado efectuando gasto público y privadocomo si fuera una grandísima potencia. Noes casual el que la sociedad española, y enparticular sus familias, presentaran un tasa deendeudamiento de las más altas de Europa, oque las administraciones públicas hayan es-tado gastando el doble que lo que ingresaban.Creo que con estas calas queda claro el pre-supuesto del que partimos: el consumismo esuna patología que se ha instaurado con lamayor normalidad en la sociedad española,sin levantar demasiadas quejas. Incluso sepuede afirmar que los trabajadores han asu-mido cambios relevantísimos en el trabajo (yano existe el trabajo para toda la vida, quedanlejanas las reivindicaciones de principios delsiglo pasado acerca de las horas y condicio-nes de vida laboral…) simplemente porque elechar muchísimas horas les permitía accedera actos de consumo vividos como “impres-cindibles”. Incluso, sin caer en la demagogia,

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Si nuestro modelo deorganización social espropiamente el de unasociedad de consumo, ellosignifica que hay unasobrevaloración de los bienespor encima de las necesidadesreales, de suerte que al final elmedio (los bienes) seconvierten en objetivos en símismos. Por ello el consumode bienes de todo tipo se haconvertido en una auténticapulsión psicológica y en unformidable negocio.

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una pareja prefería comprarse coche nuevoque tener un hijo, hasta el punto de que nopocos matrimonios jóvenes, en parte por eldeseo de mantener un nivel de consumo es-tándar, en parte por las dificultades horariasvinculadas a la flexibilización del trabajo, handecidido directamente no tener hijos y susti-tuirlos por mascotas a los que sin rubor lla-man “hijos” o “nuestro niño”. No es de ex-trañar que no lleguemos a la tasa de reposi-ción de población y que buena parte de losbienes de los que disponemos sean en buenamedida más del banco que nuestros.

Precariedad social y vulnerabilidadpersonal

Si se trata de consumir y consumir paraser felices ¿a alguien extraña que se consumantambién drogas? Si no estamos confundidos,de poco servirán las políticas preventivas, in-cluso las represivas (por más que puedan con-siderarse necesarias), si no se hace un plante-amiento más de fondo. Lamentablemente, co-mo los seres humanos no solemos reaccionarinteligentemente a buena parte de los retos éti-cos, nos queda el consuelo de que lo que nohagamos por sentido crítico lo tendremos quehacer por pura necesidad. La crisis, me temo,empieza a apuntalar esta última dirección. Sinuestro modelo de organización social es pro-piamente el de una sociedad de consumo, ello

significa que hay una sobrevaloración de losbienes por encima de las necesidades reales, desuerte que al final el medio (los bienes) se con-vierten en objetivos en sí mismos. Por ello elconsumo de bienes de todo tipo se ha conver-tido en una auténtica pulsión psicológica y enun formidable negocio. También ocurre asícon las drogas y las estrategias de implanta-ción a través de la oferta, y las satisfaccionesque generan en cada momento histórico, a ca-da generación. Es decir, depende a la postre,de factores culturales y sociales… A ellos, so-bre todo en situaciones de precariedad social,se suman elementos de vulnerabilidad perso-nal (personalidades poco maduras, con bajaautoestima, menos resistentes a la frustración,más susceptibles a la presión grupal, etc.) yvulnerabilidades biológicas (p.ej. el diferenteefecto que causa una sustancia en los neuro-transmisores de cada cual que puede ser unreforzante o un aversivo a la prolongación delconsumo).

Recorrido histórico de las drogasPara sostener nuestra tesis, acudiremos a

un ejercicio sencillo de correlación entre el es-píritu de las últimas décadas y las drogas fun-damentalmente consumidas en nuestro país.Se verá de este modo como entre drogas ymomento cultural hay una relación irreme-diable y que el planteamiento “drogas sí-dro-gas no” es una caricatura de algo que exigeanálisis más profundos. Siempre hemos sos-tenido que si alguien se droga con cocaína ocon alcohol y nunca con lejía, es por la sim-ple razón de que algo satisfacen las dos pri-meras y nada la segunda. Y no nos referimossólo a los circuitos neurológicos, al mecanis-mo de los botones sinápticos, a los neuro-transmisores y sus efectos sobre el ser huma-no (tan importantes, como ridículamente pre-tenciosos cuando pretenden reducir al ser hu-mano a una suerte de “bacterias complejascon patas” –Punset dixit–). Estamos conside-rando su papel social fundamentalmente, sinobviar que, como en casi todo en lo que estáen juego lo humano, las drogodependenciasconstituyen un fenómeno complejo de natu-raleza bio-psico-social. Pero es a la tercera delas dimensiones la que quiere destacar estacolaboración. Para ello, haremos un breve re-

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corrido histórico sobre las drogas principal-mente consumidas en nuestro país.

Habría que empezar mencionando que lasaltas tasas de alcoholismo no son un dato quenos acompañe desde tiempo inmemorial yque se corresponda con nuestro perfil genéti-co o nuestro “alegre y abierto” carácter me-diterráneo. Hasta donde está documentado,el alcoholismo como grave problema socialaparece vinculado a un momento de nuestrahistoria en que, por razones de excedente deproducción vinícola e incapacidad para ex-portar fuera de nuestras fronteras, se empezódesde la administración regia a incentivar elconsumo con todo tipo de medidas: reduc-ciones de tarifas en el tráfico de alcohol inte-rregional, facilidades fiscales para la apertu-ra de tascas, bares, bodegas, ermitas, buchin-ches, bayucas, tamborrías, chiscones, tabu-cos, mezquitas… y un sinfín de sinónimoscon los que se han ido conociendo los luga-res de consumo de alcohol. En síntesis, que sihoy contamos con más de 3 millones de al-cohólicos y suponen un enorme costo perso-nal y social (cerca de 13.000 muertes anualesson imputables al abuso de alcohol), amén decausa primera de siniestralidad en el tráfico(presente en cerca del 40%), todo esto tieneque ver con la arraigada aceptación del con-sumo de “una copita de más” que se incen-tivó precisamente desde los poderes públicospor razones económicas hace casi tres siglos.

Años 60 y 70Tampoco es casual que las drogas más

frecuentemente consumidas en los años 60 yparte de los 70, en los que dominaba el opti-mismo antropológico, político, científico y re-ligioso, se correspondiesen con sustancias quepretendían abrir y ampliar el campo de con-ciencia: se trataba de salir de sí y explorar lodiferente abriéndose a nuevos mundos. Con-taba también con un cierto planteamiento al-ternativo de corte comunitario (se consumeen común y se vive en comunas). La droga deabuso mayoritario era el cannabis en sus di-ferentes presentaciones y en menor medidalos alucinógenos (tipo LSD). En esta época,como señala, Amando Vega, este patrón estáextendido en EEUU donde, como reaccióninstitucional, se crean estereotipos que consi-deran al consumidor de droga “como lepro-so social, inmoral y vicioso, quien no puedeescapar de su responsabilidad por sus accio-nes por lo cual debía sufrir un castigo rápidoe imparcial”, tal como lo difundía el Bureaude Narcóticos del Gobierno norteamericano,o el de que “la marihuana era la droga asesi-na que inspiraba crímenes de violencia, actosde exceso sexual, impotencia, demencia y de-generación moral”. Unos años antes se habíacaracterizado a las drogas “como agentes desubversión y corrupción y a quienes estabanasociados con ellas como políticamente sos-

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El alcoholismo como graveproblema social aparecevinculado a un momento denuestra historia en que, porrazones de excedente deproducción vinícola eincapacidad para exportar se empezó desde laadministración regia aincentivar el consumo con todotipo de medidas: reducciones detarifas, facilidades fiscalespara la apertura de tascas,bares, bodegas…

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pechosos”. Estamos en los “felices60”, el consumo de drogas se aso-cian la rebeldía (“haz el amor yno la guerra”) y cuentan con undiscurso político alternativo en losconsumidores y su correlativocontrario en las agencias encarga-das de su persecución.

La reina de las drogas de los80: la heroína

La década de los 80 introdujo, de la ma-no del neoliberalismo y la liberalización delos flujos financieros, nuevas facilidades paralos narcotraficantes que utilizan los mismosparaísos fiscales y sociedades interpuestas quelas multinacionales. De otra parte, tras lascrisis del petróleo y el descubrimiento de quelas cosas no iban tan bien como se pensaba(se llegó a la luna pero no se extirpó el ham-bre, avanzó la medicina pero también laspandemias) se produce cierto repliegue socialy se cae en un individualismo hedonista. Eneste contexto, “la reina de las drogas” será laheroína. Es un depresor del sistema nerviosocentral, pero al mismo tiempo un potente li-berador de endorfinas que elevan la sensaciónde placer y el umbral de resistencia al dolor.En el frente institucional, se utiliza la “guerracontra la droga” con finalidades expansio-nistas y puramente represivas que hacen peli-grar derechos fundamentales. La respuesta te-rapéutica fue mucho más tardía (algunos pro-gramas de reducción de daños o sustitutivosllegaron demasiado tarde) y provocada enbuena medida por los grupos organizados deapoyo a drogodependientes en barrios, Co-ordinadoras, Madres Unidas Contra la Dro-ga, etc., que supieron transferir a la agendapolítica hondos problemas sociales. La hero-ína hizo auténticos estragos en el cinturón delas grandes capitales, entre los jóvenes para-dos y sin expectativas, reforzando la margi-nalidad, disparando los delitos y, por vía deluso compartido de jeringuillas, provocandoinfinidad de muertos por sida. En algunas ba-rriadas de grandes ciudades se habla de “lageneración perdida”: son los que hoy ronda-rían los 50 años de edad. El discurso domi-nante vinculó la droga a la delincuencia y elabordaje del fenómeno pasará por distintos

modelos terapéuticos que acentuaban la im-portancia de los “ex” adictos, la separacióngeográfica en “granjas” y el régimen cerradoen Comunidades Terapéuticas, la interven-ción psicológica, el abordaje socio-terapéuti-co, la asistencia ambulatoria o, en los últimostiempos, el tratamiento médico–farmacológi-co con sustitutivos. En todo caso, estamosante un momento de repliegue social (los mo-vimientos sociales empiezan a perder garracooptados por el Partido socialista en el po-der) que se corresponde con una sustancia ca-paz de romper todos los vínculos, incluidoslos familiares. Por una papelina de heroína seengaña al amigo, se roba a los padres, se ma-nipula al novio o a la novia… Una droga quedeteriora físicamente y que vuelve egocéntri-co y despreocupado del curso de la vida aquien enseguida queda enganchado a ella. Enel fondo, en el adicto hay una pulsión in-consciente para intentar desaparecer.

Drogas “de diseño”Avanzando en los 90, constatado que no

se ha producido el fin de la historia con lacaída del Muro de Berlín, vistos los estragosde la heroína y sus consecuencias, apareceuna nueva generación no tan asociada a lasperiferias marginales. Las drogas se han nor-malizado bastante. Desde luego la apariciónde sustancias desinhibidoras y estimulantes,percibidas equivocadamente como “limpias”y “fácilmente controlables” (hasta este pun-to llegaba el “desconocimiento” de una ju-ventud paradójicamente “super-informada”),vinculadas a la música bakalao y al ocio ytiempo libre. Tanto si se trata de jóvenes tra-bajadores o estudiantes (nada que ver con elperfil de la década anterior) el desafío gene-racional es divertirse a tope el “finde”. Esta-

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mos ante un mundo escéptico, sin valores, sinfuturo, que no cree en nada, que no se pre-gunta nada serio y donde el aburrimiento esla tónica general de una generación que, porotra parte, tiene todas las necesidades básicascubiertas. Las drogas de elección serán lasmal llamadas “de diseño” (MDMA, anfeta-minas varias) y la cocaína.

Del botellón al policonsumoA partir del siglo XXI, ante la privatiza-

ción de los espacios de ocio y encuentro –to-do cuesta dinero y mucho– y dado el escasonivel adquisitivo de buena parte de los jóve-nes (si son estudiantes se incorporan más tar-de a la autonomía financiera) se generaliza elbotellón. Tal vez la crisis de la solidaridadtenga que ver hoy con la privatización denuestros valores y sentimientos. ¡No se pri-vatizan sólo las cárceles de menores y los ser-vicios sociales! “Hay, en esta posmodernidad,una tendencia a la vuelta al propio ombligo.Las personas están desencantadas frente a lapolítica y los políticos”. (D. Valentini). Confrecuencia iniciado el jueves por la noche seprolonga durante el fin de semana en un ri-tual que parece haber recuperado ciertos di-namismos colectivos. Se pasa a la trivializa-ción de los consumos y a una cierta acepta-ción social de los mismos. Las rayitas de co-ca siguen estando a la orden del día en cual-quier lugar de moda que se precie. Estamos

recogiendo sus silentes consecuencias (no seproducen atracos, pero sí accidentes de tráfi-co, psicosis de tipo esquizofrénico disparadaspor el consumo, absentismo laboral, rupturasfamiliares, violencia de género, quiebra de ne-gocios familiares… incluso en los EEUU se haacuñado la expresión UCD –under cocainedecision– para explicar algunas incomprensi-bles operaciones financieras). Hoy el patrónen los abusadores de sustancias es el del po-liconsumo: se bebe alcohol, se fuma hachís,se esnifa coca, incluso a veces se utiliza la he-roína para provocar una bajada a tanto des-fase. Hay que insistir: no se trata de todos losjóvenes, desde luego, pero sí de unos porcen-tajes que causan preocupación y a los que lamujer se ha ido incorporando a veces inclusopor delante del varón. Los últimos estudiossobre “Jóvenes españoles” (Elzo) muestranese perfil plenamente normalizado en los con-sumidores y un nivel de autoestima genera-cional más bien bajo. Para encontrar algúnaspecto positivo en su auto-descripción como“leales en la amistad”, “solidarios”, “tole-rantes”, “trabajadores”, “maduros”, “sacri-ficados” hay que desplazarse hasta los últi-mos lugares de la lista, pues mucho antes seconsideran “consumistas”, “egoístas”, etc.

Un mundo sin drogaUn mundo sin droga es una utopía. Pero

una juventud triple D (desafiliados por falta devínculos duraderos, desadaptados por colisio-nar las metas sociales con la posibilidad de al-canzarlas y depre-aburridos) es un caldo de cul-tivo idóneo para formas alienantes de prolon-gar la entrada en la vida adulta. Hoy el consu-mo abusivo de sustancias representa esa in-frautilización de quien no encuentra un lugar enla vida y se resiste a ser adulto. Seguramenteque la culpa no es sólo de ellos. Sin duda, co-mo detrás de los problemas laten oportunida-des, la crisis financiera en la que estamos pue-de ayudar despertar la pasión por la política, elinterés por el bien común, reactivar mecanis-mos de solidaridad, valores y lucha comparti-da. En caso contrario nos despeñaríamos por lasenda de un individualismo aún más escépticoy precarizado en las que el abuso de sustanciassería un anestésico social encubierto de diver-sión compulsiva… y barata. ©

No es casual que las drogas másfrecuentemente consumidas en losaños 60 y parte de los 70, en losque dominaba el optimismoantropológico, político, científico yreligioso, se correspondiesen consustancias que pretendían abrir yampliar el campo de conciencia: setrataba de salir de sí y explorar lodiferente abriéndose a nuevosmundos. Contaba también con uncierto planteamiento alternativo decorte comunitario (se consume encomún y se vive en comunas).

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Vaya por delante que las líneasque siguen a continuación se ci-ñen exclusivamente al campo

de las cifras y los datos que disponemos enla actualidad, sin entrar en ningún mo-mento a valorar los factores que influyenen las formas y modos de consumo actua-les, los nuevos patrones ligados al ocio, losproblemas específicos derivados de la edado el género y /o los nuevos mitos y ritos so-bre las sustancias psicoactivas. El autor en-tiende, además, que con toda seguridad es-tas cuestiones serán abordadas por perso-nas más cualificadas en este mismo núme-ro. Vaya también el que con la afirmacióninicial y otras que se harán en este artícu-lo no se trata en absoluto de banalizar unfenómeno que continúa siendo uno de losmás graves problemas de Salud Pública ennuestras sociedades, pero sí de ubicarlo en

LA SITUACIÓN DE LASDROGAS EN ESPAÑA

análisisJosé Ramón Hevia Fernández

De acuerdo con los informes delObservatorio Español sobre Drogas,organismo institucional responsable

del análisis del fenómeno de lasdrogodependencias en el conjunto deEspaña, en los últimos años de la

década del 2000 viene registrándoseun descenso general en los consumosde sustancias psicoactivas, tanto decomercio legal como ilegal, tal vez con

la única excepción de loshipnosedantes y antidepresivos.

Ciertamente esta primera afirmacióngenérica debe matizarse, ya que estefenómeno no se da de forma similarpara todas las sustancias, ni sigue lamisma evolución en todos los casos;pero aún así es un hecho constatableque de alguna manera contradice losfrecuentes mensajes alarmistas sobrela situación de las drogas, su consumo

y las consecuencias de éste ennuestro país.

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el lugar que le corresponde yque no precisa de alarmismosinnecesarios y con frecuenciacontraproducentes a la horade abordar este tema. Res-pecto a esta cuestión, y antesde entrar en materia, a esteautor le importa destacar elhecho de que entre los jóve-nes la percepción “normati-va”, es decir, de aquello quese considera como común-mente utilizado o presente enel entorno, ejerce una influen-cia decisiva a la hora de acep-tar o no un hecho como pue-de ser el consumo de drogas.Y muchas formas de presen-tar la cuestión contribuyenmás a ésto que ha combatir elfenómeno.

Descenso del consumoDicho esto, y volviendo

a los datos que citábamosdel Observatorio Españolcabe destacar lo siguiente:

8 ha descendido el consu-mo de tabaco, aunque laproporción de fumadores si-gue siendo alta, 8 ha descendido la pro-porción de consumidores debebidas alcohólicas, aunqueha aumentado la frecuenciade episodios de consumo in-tensivos (borracheras), 8 ha continuado disminu-yendo progresivamente elnúmero de inyectadores dedrogas, 8 ha descendido lentamen-te la mortalidad directamen-te relacionada con drogasilegales, aunque persiste unnúmero elevado de muertesde este tipo (casi 800 en2004), 8 después de muchos añosde descenso, puede haberse

estabilizado el consumo deheroína, e incluso puede ha-ber comenzado a ascender, 8 se está estabilizando opuede haber comenzado adescender el consumo de co-caína y cannabis, tras muchosaños de aumento.

Estas afirmaciones gene-rales deben ponderarse poredad y por sexo ya que, co-mo señalamos anteriormen-te, ambas variables modifi-can en gran medida el com-portamiento. Veamos ahoralas distintas sustancias.

Consumo de tabacoRespecto al Tabaco cabe

decir que aproximadamenteun tercio de los adultos es-pañoles son fumadores. Se-gún la Encuesta Domicilia-ria sobre Alcohol y Drogasen España (EDADES) en2007 fuman a diario el37,0% de los hombres y el28,6% de las mujeres entre15 y 64 años (total el29,6%) lo que supone unimportante descenso delconsumo como puede verseen la siguiente tabla:

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Consumo de bebidasalcohólicas

La mayoría de la pobla-ción española consume be-bidas alcohólicas esporádicao habitualmente. Ahorabien la diferencia por sexoen este caso es tan impor-tante que las cifras debenmanejarse siempre por sepa-rado para no falsear la rea-lidad. Así, por cada mujer2,1 hombres han tenido unaborrachera en el último año,casi 3 hombres ( 2,7 ) hanconsumido 5 vasos o más enalguna ocasión en el últimomes, y más de 3 (3,2) con-sumen alcohol a diario.

Igualmente, según la En-cuesta EDADES 2007, un80,4% de los hombres ha-bía tomado alcohol en el úl-timo año frente a un 65,4%de las mujeres, mientras queun 15,3% de los hombres lohabía hecho a diario duran-te el último mes frente a un4,8% de las mujeres.

También son importan-tes las diferencias por edad.Así por ejemplo las borra-cheras son más frecuentesen la población más joven(31,8% el grupo de15-34años) que en la mayor(10,1% en los de más edad)y también el consumo pun-tual (binge drinking) de 5 ómás vasos en la misma oca-sión (18,0% en 15-34 años

frente a 8,8% en poblaciónde más edad).

Sin embargo, en el con-sumo diario el sentido de lasdiferencias se invierte, sien-do la prevalencia más eleva-da en la población de 35-64años (14,5%) que en la de15-34 (4,0%).

En cuanto a las formasde consumo, éste se concen-tra en el fin de semana (vier-nes, sábado y domingo), es-pecialmente en el caso de losjóvenes de 15-34 años. Lacerveza/sidra es la bebidaconsumida por mayor nú-mero de personas tanto enfines de semana como endías laborables, seguida delvino/champán durante losdías laborables y los combi-nados/cubatas durante el finde semana. Las diferenciasse observan para todas lasbebidas, pero fueron espe-cialmente notables para los

combinados/ cubatas, con-sumidos por un 3,1% de lapoblación de 15-64 años endías laborables frente a un21,9% en fin de semana.

Respecto a la poblaciónjoven, los datos de ESTU-DES indican que en 2008un 58,4% de los estudiantesde 14-18 años habían con-sumido bebidas alcohólicasen el último mes, con datosmuy similares entre hom-bres y mujeres (ligeramentesuperiores en éstas), concen-trándose muchísimo el con-sumo en el fin de semana.

Con respecto al consu-mo intensivo o problemáti-co, se investigaron las bo-rracheras y el consumo decinco o más vasos o copasen la misma ocasión, enten-diendo por “ocasión” el to-mar las bebidas seguidas oen un intervalo aproximadode dos horas. En 2008 el29,4% de los chicos y el28,7% de las chicas estu-diantes de 14-18 años se ha-bían emborrachado en el úl-timo mes. Por otra parte, un38,3% de las chicas y un44,7% de los chicos habíatomado algún día 5 ó másvasos/cañas o copas segui-das en el último mes y el

Los datos de ESTUDES indican que en 2008un 58,4% de los estudiantes de 14-15 añoshabían consumido bebidas alcohólicas en elúltimo mes, con datos muy similares entrehombres y mujeres (ligeramente superiores enéstas) concentrándose muchísimo el consumoen el fin de semana. La cerveza/sidra es labebida consumida por mayor número depersonas tanto en fines de semana como endías laborables.

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15,2% lo había hecho másde 4 veces.

A pesar de la magnitudde estos datos, entre los es-tudiantes de 14-18 años hadescendido la extensión delconsumo de alcohol, pasan-do del 75,1% en 1994 al58,0% en 2008 la propor-ción de jóvenes que habíaconsumido Alcohol en losúltimos 30 días.

Consumo de CannabisEn España el consumo de

cannabis está muy extendido,siendo la droga de comercioilegal más utilizada. Esto in-cluye el consumo diario, cuyaprevalencia en la poblaciónde 15-64 años alcanzaba en2007 un 1,5%. El consumoestá bastante más extendidoentre los hombres (13,6% lohabía consumido el últimoaño) que entre las mujeres(6,5%), muy especialmente elconsumo diario que es de un2,5% en hombres mientrasque en mujeres es casi inexis-tente (0,6%), y entre los jó-

venes de 15-34 años (18,8%)que entre los mayores de esaedad (4,0%).

La edad de inicio se sitúaen los 18,5 años, muy simi-lar a la de años anteriores

Por lo que respecta a laevolución del consumo, seaprecia que a partir de2003-2005 se ha invertidola tendencia ascendente dela prevalencia de consumode cannabis, tanto en lo quese refiere a la experimenta-ción (alguna vez en la vida),como al consumo reciente(alguna vez el último año),actual (último mes) o diario.

Consumo de cocaínaLa cocaína es la segunda

droga psicoactiva ilegal encuanto a prevalencia deconsumo en España. En2007 el 8% de la poblaciónde 15-64 años había proba-do alguna vez cocaína enpolvo, el 3,0% lo había he-cho durante el último año yun 1,6% el último mes,siendo las cifras bastante

menores para el consumo enforma de cocaína base.

Como en las demás sus-tancias, el consumo fue bas-tante más elevado en hom-bres (4,7%) que en mujeres(1,6%) y en el grupo de 15-34 años (5,3%) que en el de35-64 (1,3%).

En cuanto a la evolu-ción temporal, la tendenciade consumo de cocaína enpolvo parece estabilizada entorno al 3%, mientras quese ha producido un incre-mento en la prevalencia deconsumo de cocaína basealguna vez en la vida enprincipio discreto hasta elaño 2007, año en el que haocurrido un aumento muyacusado, lo que nos infor-ma de la mayor experimen-tación de esta forma deconsumo.

La edad media de pri-mer consumo de esta sus-tancia se situó en 20,9 añospara la cocaína en polvo en2007. Con respecto a 1999(21,8 años) se observa un

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adelanto de 1 año en laedad media de inicio.

Consumo de heroínaSi bien históricamente

en España la heroína habíasido responsable de la ma-yoría de los problemas gra-ves relacionados con lasdrogas ilegales detectadosen España, en los últimosaños ha disminuido de for-ma importante tanto el con-sumo como los problemasasociados a esta droga.Hasta 2004 todos los indi-cadores manejados por elObservatorio Español (indi-cadores de control de laoferta, encuestas domicilia-rias y escolares, estimacio-nes del consumo problemá-tico, tratamientos, urgen-cias o muertes relacionadoscon el consumo de heroína)habían disminuido de for-ma radical. Por ejemplo, el-número de personas trata-das por primera vez en lavida por abuso o dependen-cia de heroína pasó de20.017 en 1992 a 3.836 en2004 (5 veces menos o undescenso del 500%). Sinembargo, a partir de 2004se han notado algunos sig-nos que pueden orientar aun mantenimiento e inclusoun aumento de la prevalen-cia de consumo de heroína.Así en los estudiantes de14-18 años ha pasado de un0,5% en 1994 a un 0,7%en 2004, un 1% en 2006 yun 0,8% en 2008, en supráctica totalidad hombres.No obstante lo que sí hacambiado probablementede forma irreversible es eltipo de consumo de estadroga ya que el uso de la in-

yección para consumirlacontinúa descendiendo afavor de la vía pulmonar(“fumar chinos”).

Consumo deAnfetaminas o ÉxtasisAl contrario que en otrospaíses europeos, en Españala prevalencia de consumode estimulantes tipo Anfeta-minas o Éxtasis es menorque la de cocaína. En las en-cuestas domiciliarias o esco-lares no se aprecia una ten-dencia clara del consumo,aunque parece estar estabili-zado o en descenso. Ade-más, la mayor parte de losconsumidores toman las an-

fetaminas o el éxtasis de for-ma bastante esporádica, porlo que el peso de estas sus-tancias en el conjunto deproblemas por drogas ilega-les es escaso. De hecho en2007 las anfetaminas moti-varon tan solo el 0,5% delos tratamientos por drogasilegales.

Quizá con la salvedaddel año 2002, durante el pe-ríodo 1996-2005 se apreciauna relativa estabilidad delnúmero de admisiones a tra-tamiento por abuso o de-pendencia de éxtasis o anfe-taminas (450-650), aunqueen los años más recientestienden a aumentar los tra-

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tamientos por anfetaminasy a disminuir por éxtasis. Consumo deAlucinógenos e HipnosedantesLa prevalencia de consumode Alucinógenos en Españaes muy baja y todavía másbajos los problemas relacio-nados con el mismo. Ade-más, el consumo y los pro-blemas están descendiendo,de forma más acusada enlos jóvenes. Así, en la po-blación de 15-64 años laprevalencia anual de consu-mo fue de 0,8% en 1995,0,7% en 2005 y 0,6% en2007, y en los estudiantesde Enseñanzas Secundariasde 14-18 años pasó de4,4% en 1994 a 2,8% en2006 y 2,7% en 2008.Igualmente, el número detratamientos por alucinóge-nos pasó de 74 en 1996 a39 en 2005.

Una mención aparte me-recen los Hipnosedantes, tér-mino con el que nos referi-mos tanto a los tranquilizan-tes como a los somníferos,consumidos por un númeroimportante de personas enEspaña, en la mayor partede los casos por prescripciónmédica. Se trata además deun consumo altamente femi-nizado, al contrario que enotras drogas y así en el año2005 el 5,1% de las mujeresde 15-64 años los habían

consumido en los últimos 30días, frente al 2,3% de loshombres. Estas sustancias sehan introducido en las En-cuestas tan sólo desde esteaño 2005 por lo que desco-nocemos su evolución en eltiempo, pero constituyen sinduda un elemento diferencialrespecto a las demás sustan-cias tanto por su feminiza-ción como por el hecho deestar inducido su consumopor el propio sistema sanita-rio. Estamos hablando demás de un millón de mujeresde 15 a 64 años consumido-ras habituales de esta sus-tancias a través de receta enla mayoría de los casos.

Este es, muy en su con-junto, el panorama en tér-minos de datos del consumode drogas en nuestro país, elcual nos dibuja una situa-ción que constituye un im-portante desafío en cuantoal tamaño del problema querelata; una preocupación encuanto a las pautas que sedetectan entre la poblaciónjoven y que condicionaránla situación futura, especial-mente respecto a la cuestióndel alcohol y una cierta es-peranza en cuanto a que elproblema se mantiene enmuchos indicadores estan-cado o descendente. Quecontinúe así es un reto so-cial que debemos afrontartoda la ciudadanía. ©

El consumo de drogas en nuestro país dibujaun importante desafío por el tamaño delproblema; una preocupación por las pautasobservadas en la población joven; y unaesperanza por los indicadorers estancados oen descenso.

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análisisBelén Charro

la adicción enel ser humano

La adicción es una enfermedad que afecta tantoal cerebro como al comportamiento. Con eltérmino adicción se designa a una situación cu-

ya característica principal es el deseo irresistible (craving)que experimenta una persona respecto a un producto oa una actividad que invade su vida, vaciándola de cual-quier otro interés. Hay que añadir que progresivamentese instala una necesidad imperiosa de repetición del ac-to adictivo, sin que la persona sea capaz de controlarsea pesar de las consecuencias negativas experimentadas.

La lista de posibles adicciones es larga: desde sustan-cias a personas o comportamientos. Entre las adiccionesa sustancias, las más frecuentes y numerosas son las quetienen que ver con el abuso de “sustancias legales”, es

En cada época y en cadacivilización existenproblemas socialmenteimportantes que sonobjeto de especialatención. Son hechosque, por su ámbito deextensión o por sugravedad, tienen unagran resonancia. Es loque en las últimasdécadas ocurre con lasadicciones, queconstituyen uno de lostrastornosemblemáticos denuestra sociedad.

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decir, alcohol, tabaco y medicamentos psico-activos. Y entre las conductas adictivas, lamás estudiada es la adicción al juego. Hayque tener en cuenta, además, que las adiccio-nes actúan de manera sinérgica, de tal mane-ra que es habitual encontrar varias conductasadictivas asociadas, como la adicción al ta-baco y al alcohol, o al alcohol y al juego pa-tológico.

¿Qué ha ocurrido para que en las tres ocuatro últimas décadas las adicciones se ha-yan extendido tanto? Ya desde los años 70,Claude Olievenstein1 puso de manifiesto quela adicción (el hablaba de toxicomanía) era laconsecuencia del encuentro de un producto,un momento sociocultural y una personali-dad. Y en estos tres ejes nos detendremos pa-ra intentar explicar el significado de las adic-ciones en el ser humano.

El productoDesde la antigüedad, todas las culturas

han utilizado diversas sustancias psicoactivas,ya sea para soportar las condiciones extremasde trabajo, para la celebración de rituales ode actos religiosos, o bien en las prácticas mé-dicas. Los descubrimientos arqueológicos hanevidenciado el uso de distintas drogas (ador-midera, mandrágora, cannabis, etc.) ya en laprehistoria o en el Egipto faraónico2. Con el

devenir de los años, las sustancias tradicio-nales de diferentes culturas se fueron exten-diendo a otras, aunque no todos los produc-tos arraigaron de la misma manera en las to-das las sociedades3. El tabaco, el té, el alco-hol (salvo en los países islámicos), el café o elopio, entre otras, viajaron por los distintoscontinentes y se convirtieron en artículos deconsumo mundial. Esto no sólo se debió alefecto que las sustancias producían entre susconsumidores, sino también a motivos rela-cionados con la política, la economía, y lapredilección cultural.4.

Más adelante, ya en el siglo XIX, irrum-pieron con fuerza diferentes drogas sintéticas

derivadas de las plantas ya conocidas desdesiglos atrás (morfina, codeína, cocaína, etc.),que fueron creadas en laboratorios farma-céuticos para uso médico y vendidas en boti-cas y droguerías. En esos inicios, como es desuponer, no se conocía su posible capacidadadictiva, y su uso fue extendiéndose sin nin-gún control hasta ya entrado el siglo XX5.

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Belén Charro

La lista de posiblesadicciones es larga: desdesustancias a personas ocomportamientos. Entre lasadicciones a sustancias, lasmás frecuentes y numerosasson las que tienen que ver conel abuso de “sustanciaslegales”, es decir, alcohol,tabaco y psicoactivos. Entrelas conductas, la másestudiada es el juego.

“Un nuevo vicio: antro de opio en Francia” (Portada de Le Petit Journal, 5 julio de 1903)

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Cuando se empezaron a detectar problemasde salud pública o de orden social a conse-cuencia del consumo de sustancias psicoacti-vas, comenzaron las políticas restrictivas yprohibicionistas.

Hasta el año 1971 no se firma el Conve-nio sobre Sustancias Psicotrópicas para con-trolar el uso de drogas a nivel internacional,estableciendo cuatro categorías con diferen-tes niveles de control: las que quedaban bajocontrol internacional y los Estados debían in-formar de las importaciones de sus principiosactivos (sustancias con algunos usos médicosy sustancias con bastantes usos médicos), yaquellas que escapaban al control internacio-nal: sustancias sin uso médico o científico(como la heroína y más tarde la cocaína) ysustancias con muchos usos médicos y cientí-ficos6.

¿Qué consecuencias produjo este Conve-nio? Evidentemente, hubo muchas conse-cuencias positivas, como la toma de concien-cia en los distintos países del perjuicio indivi-dual y social que ocasionaba el consumo dedeterminadas sustancias, el control sanitario,la restricción del libre comercio de drogas al-tamente dañinas, como la heroína, etc. Perono podemos obviar otras consecuencias ne-gativas: el uso de las “drogas legales”, aque-llas que escapaban del control internacional,se disparó entre la población, mientras quelas “drogas ilegales” seguían entrando masi-vamente en los países occidentales, sobre to-do, llenando las arcas del narcotráfico inter-nacional.

Una evidencia del consumo masivo de lasdrogas “permitidas” nos la proporciona losúltimos datos de las investigaciones realiza-das por el Plan Nacional sobre Drogas delGobierno de España. Así, en la última En-cuesta Estatal sobre uso de Drogas en Ense-ñanzas Secundarias, publicado en junio de2009, observamos que el 49,6% de la mues-tra de estudiantes de 14-18 años ha tenidouna borrachera, el 72,9% ha bebido en el úl-timo mes y el 81,2% alguna vez en su vida, oque el 14,8% fuma tabaco diariamente y el44,6% alguna vez en su vida; en el otro ex-tremo se encuentran los consumos habitualesde drogas como la heroína, cocaína, anfeta-minas, éxtasis o alucinógenos, que no sobre-pasan en ninguno de estos casos el 2% de lapoblación estudiada7.

El momento socioculturalCon el advenimiento de la post-industria-

lización y la post-modernidad irrumpieronrápidos cambios socioculturales que algunosautores señalan como responsables de la pro-pensión contemporánea a las adicciones: sur-gieron múltiples opciones y estímulos para al-canzar rápidamente el bienestar a través delconsumo, se relajaron las tradiciones cultu-rales, la familia se disgregó y se empobrecie-ron sus valores, se instauró el individualismoy la competitividad, disminuyeron las horasde trabajo, pero intensificándose y creando si-tuaciones de estrés, los medios de comunica-ción acortaron los tiempos, etc. 8,9,10

Podríamos decir que las adicciones cons-

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tituyen la metáfora de nuestro tiempo11, en elsentido en que los adictos reproducen fiel-mente la subjetividad que transmite la socie-dad actual: el individualismo narcisista, laprisa desenfrenada, el vivir todo y enseguida,la anestesia, la negación del sufrimiento y dela muerte, la sacralización del placer, etc. Eladicto, de hecho, está completamente en lanorma de lo que la sociedad espera de los in-dividuos que la integran: ir rápidamente a lasatisfacción. La excepción a la norma la cons-tituyen aquellos que escapan del consumismodesmedido o no recurren a sustancias o aconductas adictivas.

La personalidadExisten distintas aproximaciones al fenó-

meno de las adicciones en Psicología, desdelas clásicas teorías del condicionamiento a losmás recientes estudios sobre la vulnerabili-dad, pasando por la descripción de las carac-terísticas de personalidad a las que se atribu-yen la etiología y el mantenimiento de la adic-ción.

Tras las últimas décadas de investigación,sería una simplificación optar por un solo en-foque para comprender las adicciones desdeel punto de vista psicológico, ya que cadauno de ellos nos permite comprender quéocurre en el sujeto adicto.

Por un lado, las Teorías del Aprendizajehan puesto de manifiesto que algunas actitu-des cognitivas, tales como la anticipación, lasexpectativas o la memoria desempeñan unpapel determinante en la adquisición y man-tenimiento de la conducta adictiva. Tambiénhan señalado que una conducta adictiva semantiene por el estado de aversión que llegaa aliviar (reforzamiento negativo) y que pue-de verse influida por la observación de mo-delos, desde la familia a los medios de comu-nicación (aprendizaje vicario).

Por otro lado, los estudios sobre las ca-racterísticas de la personalidad comunes a losadictos han revelado desajustes en distintasesferas: mal contacto con la realidad, debili-dad del Yo (inmadurez, baja auto-estima, ba-jo nivel de tolerancia a la frustración, pasivi-dad, dependencia, tendencia a utilizar la fan-tasía para evadirse de la realidad, pobreza derecursos, etc.), dificultad en el sistema de nor-

Los estudios sobre lascaracterísticas de lapersonalidad comunes a losadictos han revelado desajustesen distintas esferas: malcontacto con la realidad,debilidad del Yo, dificultad enel sistema de normas y valores,en las relacionesinterpersonales y en el ámbitoafectivo.

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mas y valores, en las relaciones interpersona-les y en el ámbito afectivo (dificultad para to-lerar lo afectos o modularlos, excesiva im-pulsividad, aislamiento de las propias emo-ciones, vacío emocional, ambivalencia de sen-timientos, etc.)12.

Desde la Psicología Evolutiva se ha seña-lado la adolescencia como el momento claveen el que se gestan las posibles conductasadictivas debido a las características intrínse-cas de esta etapa: búsqueda de nuevas sensa-ciones, atracción por el riesgo, la experimen-tación y lo prohibido, etc.

Por último, los estudios sobre la vulnera-bilidad a la adicción señalan que las per-

sonas difieren entre ellas respecto a laprobabilidad de que el consumo

de drogas se convierta en pro-blemático. En este sentido,

existe mayor vulnerabili-dad cuantos más facto-

res de riesgo concu-rran, desde los

genéticos a losfamiliares,

sociales operso-

nales.Respecto a

los factores deriesgo psicológi-

cos, se ha encontra-do la presencia de un

bajo nivel de autoestima ysatisfacción personal, ausen-

cia de responsabilidades, ausen-cia de sentido vital y expectativas

de futuro, rechazo de las normas y dela autoridad, carencia de valores, mani-

festación de conductas antisociales o inadap-tadas, impulsividad e introversión y ausenciade motivaciones13.

Para terminarPoner el acento en las drogas o sustancias

adictivas, o “demonizar” determinadas con-ductas en los adolescentes como el uso exce-sivo del teléfono móvil, los videojuegos o In-ternet nos impide enfocar con claridad el te-ma de la adicción en el ser humano. El con-siderable aumento de las conductas adictivas

en nuestros días nos indica que nuestro mun-do se ha convertido en inadecuado para elpleno desarrollo personal. Tenemos que pre-guntarnos qué podemos hacer para facilitaral individuo los medios necesarios para paraque pueda soportar lo difícil de la vida sin te-ner que “escapar” en una adicción. ©

Notas1. Claude Olievenstein (1933-2008), médico francés de ori-

gen judío-alemán, fue el fundador del Centro MédicoMarmottan en París en 1971, pionero en el tratamiento delas toxicomanías, y uno de los mayores expertos interna-cionales en el tema.

2. Guerra Doce, E. (2006): Evidencias del consumo de dro-gas en Europa durante la prehistoria. Trastornos Adictivos,8, 1, 53-61.

3. Ralet, O. (2000). Condicionantes políticos y económicos.Análisis de la influencia de estos factores en la construc-ción social del “problema de la droga”, en Grup IGIA yCols. Contextos, sujetos y drogas. Madrid: Ayuntamientode Barcelona y FAD, 43-51.

4. Courtwrigh, D. T. (2002). Las drogas y la formación delmundo moderno. Breve historia de las sustancias adictivas.Barcelona: Paidós

5. Pascual Pastor, F. (2009): Antecedentes históricos de lasadicciones. Del siglo XIX hasta 1940, en Torres Hernán-dez, M.A. (Coord.) (2009): Historia de las adicciones en laEspaña contemporánea. Madrid: Plan Nacional sobre Dro-gas, 13-36.

6. López Ríos, F. y Gómez Martín, S. (2006): Una aproxi-mación a la construcción social del problema de las dro-godependencias, en López Ríos (Coord.) (2006): Drogasy adicciones en la sociedad actual. Almería: Editorial Uni-versidad de Almería, 15-39.

7. www.msc.es/.../pdf/presentacionPrensaEncuestaEsco-lar2009.ppt, recuperado el 16/4/2010.

8. Martí i Casas, O. (1997). Todo lo que quisiste saber so-bre la dependencia a las drogas y nunca te atreviste a pre-guntar. Hondarribia: Argitalexe Hiru..

9. Rodríguez Villarino, R.; Otero-López, J.M.; RodríguezCastro, R. (2001). El contexto de la adicción a la compra:la sociedad de consumo a examen, en Rodríguez Villari-no, R.; Otero-López, J.M.; Rodríguez Castro, R. Adicción ala compra. Análisis, evaluación y tratamiento (29-42), Ma-drid: Pirámide

10. Alonso-Fernández, F. (2003): Las nuevas adicciones (ali-mento, sexo, compras, televisión, juego, trabajo, Internet).Madrid: TEA Ediciones

11. Mayer, H. (1997). Adicciones: un mal de la posmoderni-dad. Buenos Aires: Corregidor.

12. Charro, B. y Martínez, Mª Pilar. (1994): Dinámica per-sonal y familiar de las toxicomanías. Madrid: UniversidadPontificia Comillas.

13. Charro, B. (2001): Alcoholismo juvenil, en Torres Puente,J.C. (Coord.) (2001): Orientación familiar en contextos es-colares. Madrid: Universidad Pontificia Comillas, pp. 137-144.

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Dependencias:de la coerción a lareducción de daños

análisisIñaki Markez*

La cuestión de las drogas, de sus elevados consumos y consumidores queno decrecen desde su explosión hace ya tres décadas, permitió justificarunas políticas contra las drogas y sus usuarios claramente ineficaces.

Nadie podrá negar que existenproblemas por la dependencia a drogasy por sus inapropiados consumos,aunque sea una realidad quehistóricamente tiene poco que ver conlas drogas mismas y sí con la opción decontrol sobre unas sustancias que llevóa las medidas prohibicionistas, a laclandestinización de la producción,distribución, venta y consumo, a suilegalización y marginalización. De lasdrogas y en muchos casos de sususuarios.

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análisis

Las políticas sobre las drogas supu-sieron un incremento de la peligro-sidad de algunas sustancias –caso

de la heroína– y de las formas ilegales de usode la mayoría de ellas. Supuso un aumento delos procesos de marginación y exclusión so-cial de los drogodependientes, dificultadespara las estrategias terapéuticas y de conflic-tividad e inseguridad social, masificación eninstituciones penitenciarias y asistenciales,riesgo de fenómenos de corrupción en los res-ponsables de las medidas de control y repre-sión del uso y tráfico, etc.

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Discurso oficialEn el último medio siglo, a través de los

“expertos de la comunicación” nos hemosencontrado con un discurso oficial, de inter-pretación unívoca, lanzado a los cuatro vien-tos para que todos lo hagamos nuestro: “ladroga mata, trae delincuencia y violencia”.Era el discurso de la “represión, asistencia yprevención”.

La droga se convirtió en tema estrella delos medios de comunicación, reflejo, aunqueno siempre, del incremento de consumos conlos correspondientes aumentos en la produc-ción y comercio. Hasta llegar a una notoriadificultad para ser definida porque abarcasustancias muy distintas entre sí, que en cier-tas regiones sólo tienen en común el haber si-do prohibidas. La confusión aumentaba alexistir en los mercados permitidos otras sus-tancias con efectos muy deteriorantes, si seabusa de ellas, que, sin embargo, eran pro-mocionadas día a día, haciendo apología delconsumo sin límite con, contra o a pesar delos medios de comunicación. Hasta mediadosde los años 80, contrastaba el dramatismocon que se abordaba la cuestión de las dro-gas con la trivialidad con que se considerabaal mundillo del alcohol. Mientras se persi-guen unas drogas, las ilegales en nuestro me-dio, se estimula el uso y abuso de otras quese extienden universalmente como objetos deconsumo masivo. Este doble lenguaje defor-ma groseramente la realidad. Una realidaddonde convive el deseo de mayor calidad devida con el consumismo, la fácil accesibilidada todo tipo de sustancias, la publicidad quemediatiza actitudes y pautas de consumo, losmodelos sociales, la crisis de valores, la crisissocial, la incomunicación… y siempre muchamoralina. Moralina e intereses que han em-pujado a modificar aquel discurso del usua-rio –uso positivo de la droga que decían al-gunas corrientes en los años 80– por ser po-co popular y desautorizado por la opiniónpública hasta hacer que el consumo y comer-cio de drogas se vivenciara como un proble-ma social dramático de gran envergadura.Tuvo que constatarse el enorme capital nocontrolado por el poder oficial, la conflictivi-dad social, el hacinamiento carcelario, el au-mento de enfermedades infectocontagiosas, el

incremento de quienes frecuentan los circui-tos de la delincuencia, los envenenamientos ymuertes, etc., para plantearse el cambio ne-cesario. El SIDA ayudó a confundir interesa-damente los problemas relacionados con elmodo específico de consumo y contagio, conel consumo mismo. Esto fue valorado por laAdministración y surgieron algunas medidaseducativas y sanitarias por “objetivos inter-medios” (intercambio de jeringuillas, progra-mas de metadona y otros opiáceos, etc.), aun-que no se llevaron a cabo las necesarias me-didas legislativas.

En los años 60 la “necesidad irresistible”se vio sustituida por “una predisposición ge-nética”. Significaba la consagración del mo-delo de enfermedad que, desde los años 30,venía siendo la posición tradicional: enfer-medad fisiológica, genéticamente determina-da, hereditaria de padres a hijos, irreversible.En los últimos años cada vez son más las vo-ces que toman los factores de orden biológi-co junto a los tan numerosos de orden perso-nal y social.

Reducción de dañosLas investigaciones confirman que la abs-

tinencia impuesta tiene repercusiones tan per-niciosas como el consumo excesivo. El absti-nente siendo infeliz en su abstinencia consul-ta a su médico o psiquiatra por su depresióny le prescriben medicación psicoactiva que ledevuelve a un estado de mejoría similar alque tenía cuando consumía la sustancia de lacual es abstinente.

Mientras se persiguen unas drogas,las ilegales en nuestro medio, seestimula el uso y abuso de otras quese extienden universalmente comoobjetos de consumo masivo. Estedoble lenguaje deforma groseramentela realidad. Una realidad dondeconvive el deseo de mayor calidad devida con el consumismo, la fácilaccesibilidad a todo tipo desustancias, la publicidad quemediatiza actitudes y pautas deconsumo… y mucha moralina.

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Evaluados aquellos años, el resultado des-de los objetivos institucionales era frustrante:el número de consumidores no disminuía ytambién aumentaba la cantidad de drogas enel mercado. Eso sí, se permitían desintoxica-ciones y “limpiezas” coyunturales con perío-dos de mejoría en el estado físico.

Como dice Annie Mino, realizado el due-lo de una sociedad sin drogas era necesariolograr que los usuarios fueran aceptados porsu sociedad y ofrecerles unos servicios sani-tarios adecuados. Además, los profesionales,ante la necesidad de cambiar los criterios deéxito-fracaso en relación a los tratamientospara drogodependientes, se inclinaron, en losaños 90, por una ampliación de la oferta conimportantes modificaciones en los enfoquesterapéuticos: la supervivencia del usuario, lamejora de la calidad de vida y la preservaciónde la salud comunitaria serían los objetivosprioritarios. Nuevas pautas de intervenciónaunque sin escuchar cuál era la demanda delpaciente.

Ya no se trataba de curar o de reconver-tir al toxicómano. Quizá teníamos pendientereconvertir nuestro ideario de curarnos de lanecesidad de curar. Restituir la salud ad inte-grum puede ser imposible pero no lo es cui-dar o paliar los daños. La asistencia a los to-xicómanos y la prevención nada tienen quever con la represión, debiendo poner el acen-to en la reducción de riesgos y daños, sobretodo a raíz de la débil efectividad de los tra-tamientos centrados en la abstinencia, la apa-rición del SIDA y la rápida extensión de la in-fección por el VIH sobre todo en quienes uti-lizaban la vía inyectada, heroína principal-mente, y la necesidad de cambios importan-tes en los modelos de atención a esas perso-nas.

Esto llevó a planteamientos del uso deprogramas con opioides -la metadona fue yes el más utilizado en nuestro medio- comoalternativa útil para muchos usuarios depen-dientes y en respuesta a necesidades de la Sa-lud Pública. Tratamientos paliativos, de man-

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tenimiento, de sustitución, o de desintoxica-ción siempre dentro de los llamados Progra-mas de reducción de Daños y Riesgos, que alcomportar una mayor flexibilidad chocabacon el anterior modelo controlador y represi-vo acorde con la representación social del fe-nómeno, ofrecían una alternativa clara: dis-minuir los daños asociados al uso de drogasilegales con intervenciones más pragmáticas,de tipo sociosanitario.

Así han surgido los programas con sustitu-tivos opiáceos, programas de intercambio ydistribución de jeringuillas, educación sanita-ria, campañas de sexo seguro, salas de inyec-ción más segura, centros de día o de noche, etc.

El ejemplo de la metadona y su utilizaciónterapéutica es muy gráfico. Podemos obser-var cómo siendo conocidos los Programascon esa sustancia opioide desde mediados delos años 60, no toma auge hasta finales de los80 coincidiendo con el importante deteriorode la población toxicómana dependiente dela heroína y sus consecuencias sociales y po-líticas, una vez comprobado que es un recur-so favorecedor de la mejora de la calidad devida de miles de usuarios, con progresivo usode otros opiáceos e infinidad de productos defarmacia en una diversificada oferta haciaquienes los precisan. Está claro que las dro-gas y su uso pueden tener distintos estatus ennuestras sociedades.

No obstante, hoy, 80.000 personas tomandiariamente metadona en España por pres-cripción médica y existen 1.500 puntos de in-tercambio de jeringuillas.

Un modelo de aproximación a las drogasy a las drogodependencias debe considerarlos riesgos de conclusiones inapropiadas almodo de vida actual y a los valores indivi-duales y sociales sobre los que se apoya. Nose puede dar alternativas de décadas anterio-res, ni puritanismos ni fundamentalismostrasnochados. No parece que actitudes de re-chazo al alcohol y a otras drogas, ni la pro-hibición misma sean la solución a los proble-mas derivados de su uso.

¿No sería más útil, social y humano pre-conizar el consumo seguro y moderado de talsustancia, que la abstinencia para todos? Se-guro que sí. Entonces habrá que modificar lafilosofía, las políticas de intervención o nues-

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tros comportamientos sociales. Se trataba y se trata de disminuir la mor-

bilidad y la mortalidad, prevenir las enferme-dades infectocontagiosas, favorecer la accesi-bilidad a la red asistencial para las drogode-pendencias y mejorar la calidad de vida. Endefinitiva, lo que se pretende es dar prioridada aquellos objetivos que permitan disminuirlos efectos contraproducentes del uso de dro-gas. Si se desea consumir drogas que sea conla mayor seguridad posible. Se trata de ofre-cer planteamientos más pragmáticos y menossujetos a moralismos alejados de la realidad.Son muchos los cambios necesarios para lo-grar un nuevo Modelo que permita salir de laconfusión y favorezca los usos sin problema-tizarlos, así como acceder a atención sociosa-nitaria de quienes sean dependientes y permi-tir metodologías de interacción de los profe-sionales con las personas y grupos afectados.

Expertos vs usuariosSe nos invitaba a los llamados “expertos

de la salud“ (sociólogos, psicólogos, médicos,educadores…) a identificar las conductas des-viadas, a ser controladores junto a los social-mente identificados como tales, los policías,jueces, educadores y la familia. A criminali-zar si era preciso la dependencia (toxicoma-nías), como en otros terrenos se hizo con cier-tos comportamientos sexuales (la promiscui-dad, la homosexualidad…) o las expresionesde cólera por los grandes atropellos a la co-munidad (las guerras por ejemplo). Se nos in-vitaba a reconocer y tratar médicamente aquienes, tenían conductas jurídicamente des-

viadas.Claro que no ha de entenderse comporta-

miento desviado como sinónimo de psicopa-tología o de enfermedad mental.

Las polémicas clínicas e ideológicas man-tenían la rivalidad entre corrientes psicotera-péuticas en diferentes problemas de saludmental. Diferentes paradigmas de interpreta-ción de la génesis de las drogodependenciaseran la respuesta de distintos modelos teóri-cos surgidos desde distintas disciplinas: mo-delos jurídico-penal, biológico o médico, so-ciológico, psicosocial… que han creado imá-genes del consumidor con sus estereotipos dedrogadicto delincuente, enfermo o inadapta-do o, cuando menos, “chivo expiatorio” deuna buena parte de los males de esta socie-dad. En cualquier caso, como personas nocompetentes que, estigmatizados como des-viados, asumen la marginalidad marginándo-se, separándose, no sólo simbólicamente, dela comunidad supuestamente sana.

Ahora se trata, también, de incorporar laopinión y la actuación de los afectados querespondan a sus necesidades como usuarios yno a prioridades de los profesionales, de losintereses de los políticos o de estética social.

Ha habido experiencias asociativas deusuarios de heroína o también de cannabis,alcohol o tabaco, y también experiencias decapacitación de pacientes crónicos. Lograrexperiencias que hagan expertos a pacientescon artrosis, diabetes, obesidad, cáncer, dro-godependencias, duelos pendientes, fibro-mialgia, depresiones, manejo de hábitos mássaludables, ansiedad o enfermedades cardio-rrespiratorias. Que mediante adecuada em-patía o comunicación, con sus vivencias y ex-periencias, además de intercambiar informa-ción y conocimiento, puedan ser promotoresde salud, con sus iguales, en cuestiones comoel uso adecuado de la medicación, la conti-nuidad de cuidados, la prevención de infec-ciones o la higiene cotidiana.

Respuestas y actuacionesResulta preocupante que ante la ignoran-

cia, ante la debilidad argumental y la pobre-za intelectual en la cuestión de las drogas ylas drogodependencias se haya optado en mu-chas ocasiones por el rechazo, la descalifica-

Diferentes paradigmas de interpretaciónde la génesis de las drogodependenciaseran la respuesta de distintos modelosteóricos surgidos desde distintasdisciplinas: modelos jurídico-penal,biológico o médico, sociológico,psicosocial… que han creado imágenesdel consumidor con sus estereotipos dedrogadicto delincuente, enfermo oinadaptado.

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ción, la criminalización y la caricatura. Tam-bién es cierto que desde hace unos años, eldebate público ha aumentado y, en esta épo-ca de transición, una perspectiva antiprohibi-cionista se ha ido abriendo paso entre profe-sionales, en colectivos sociales y en la ciuda-danía, con formas diversas y con diferentesritmos, donde el debate legalización SÍ / le-galización NO aparece como mero reduccio-nismo de un complejo fenómeno y de las ví-as de solución monopolizando el debate so-cial. La política antiprohibicionista es impro-bable que se implante a golpe de decreto o deley que acabe con décadas de represión y pro-hibición, sino más bien como resultado de uncambio cultural en nuestra sociedad que ha-ga posibles medidas más tolerantes, raciona-les y normalizadoras. Normalización enten-dida como capacidad de autogestión –tam-bién química– de las personas.

Los usuarios, por su parte, tendrán queser capaces de organizarse, de crear disiden-cia activa y salir de su tradicional rol pasivo.Modificar los estereotipos del consumidor,coordinarse, generar corrientes de opinión,desarrollar iniciativas sociales, etc., son tare-as pendientes. También lo es evaluar lo reali-zado y lo conseguido. Las diferentes terapiaspsiquiátricas, biológicas o sociales, van diri-gidas a conseguir que un grupo sea predeci-ble y pueda reinsertarse y jugar un rol social.Pero el paciente drogodependiente es de difí-cil predicción y es difícil su reinserción no pu-diendo tener el rol asignado como curado orecuperado aunque siempre podrá mantenerel rol social como chivo expiatorio de muy di-versas situaciones (por su erróneo funciona-miento, o el de su familia, o el de los educa-dores, o la sociedad en general, o el de susiguales…). La sociedad que actúa en armoníacuando puede predecir el comportamiento desus miembros cierra filas contra quienes se sa-len de su norma. Por eso tenemos que lograrcriterios de solidaridad, fomentando y con-solidando la participación social, su informa-ción y educación.

A quienes desde hace algún tiempo esta-mos trabajando e investigando en este cam-po, nos corresponde aportar la posible ilus-tración y/o clarificación a quienes estén inte-resados para que ellos y ellas tomen sus deci-

siones. Se trata de trasladar los nuevos cono-cimientos para propiciar la reflexión en vezde trasmitir consignas irreductibles o propi-ciar actitudes intolerantes. Las ideas de “Disimplemente No”, “la droga mata”, “juven-tud sin droga”, “Ten cerebro, pasa de coca”,“juntos contra la droga”, “No, No, No,...”,al margen de su dudosa veracidad, aportanpoco sobre la cuestión, reduciéndola a meracaricatura pero que, eso sí, cumple con la fun-ción de fomentar la alerta social. La reflexiónilustrada de una nueva cultura sobre las dro-gas parece que importa poco. Lo importantees la representación del fenómeno en consig-nas, y eso puede acrecentar la ignorancia.

Ante una cuestión que afecta a las dife-rentes generaciones, clases sociales, género yocupaciones, hoy como ayer y mañana, es elmomento de debatir entre quiénes desean re-flexionar, con sus inseguridades y certezas. Simantenemos el debate sobre las drogas signi-fica que hay conocimiento y también que haydudas. Disiparlas, avanzar, tener nuevas du-das, acercar diferencias o desarrollar nuevasexperiencias ayudará a progresar. ©

* [email protected]

El paciente drogodependiente es de difícilpredicción y es difícil su reinserción nopudiendo tener el rol asignado comocurado o recuperado aunque siemprepodrá mantener el rol social como chivoexpiatorio…

Referencias bibliográficas

Mino, A. (2000) Evolución de las políticas asistenciales en drogo-dependencias. En Díaz M, Romaní O, Coords. Contextos, suje-tos y drogas: manual sobre drogodependencias. Ayuntamen deBarcelona y FAD.

Markez, I. y Póo, M. (2001): Drogodependencias: Reducción dedaños y riesgos. 2ª ed. Observatorio Vasco de Drogodepen-dencias. Vitoria-Gasteiz.

Arana, X, Markez, I, Vega, A, Coords. (2000) Drogas. Cambiossociales y legales ante el tercer milenio. Ed. Dykinson, Madrid.

Markez, I. (2008) Las drogodependencias, la exclusión social y lareducción de daños. En Achótegui, J: Exclusión social y saludmental. Ed. Mayo, Barcelona.

Laespada, T. Iraurgi, I. Eds. (2009) Reducción de daños. Loaprendido de la heroína. Deusto Publicaciones.

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Son muchas las perspectivas desdelas que se puede abordar el propiotítulo de “consecuencias jurídicasdel consumo de drogas” por elloeste artículo se centra en dos dosperspectivas especialmenteimportantes. La primera, y quizásmás obvia, es aquella que respondea la pregunta ¿qué sancióncorresponde a una persona queposee droga para el consumo? Lasegunda es aquella que responde ala cuestión ¿qué consecuenciajurídica corresponde a una personaque comete un delito bajo losefectos de la droga o por suadicción a la misma?

Drogas y DerechopenalConsecuencias jurídicas del consumo de drogas en España, hoy

análisisPaz Francés Lecumberri

e políticas de signoprohibicionista a políticas deprevención de riesgos

A mi entender es imposible comprenderlas consecuencias jurídico–penales de cual-quier delito sin hacer antes referencia a la po-lítica criminal que está detrás del mismo. Lapolítica antidrogas española sigue la líneamarcada por importantes resoluciones de Na-ciones Unidas entre las que cabe destacar laConvención de Viena contra el tráfico ilícitode estupefacientes y sustancias psicotrópicasde 20 de diciembre de 1988. Esta política secaracteriza por su marcado signo prohibicio-nista, fundamentado en una política criminal

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acusadamente represiva que se ha convertidoen la piedra angular de la política antidrogas1

restando con ello esfuerzos e importancia alas políticas de prevención primaria y secun-daria: una prevención primaria que ponga elacento en la educación sobre la droga parapoder cambiar los indicadores de consumo yuna política secundaria dirigida al tratamien-to de los drogodependientes con el objeto deprocurar su reincorporación a la sociedad.Sin embargo, bien es cierto que dado el visi-ble fracaso que ha tenido el modelo prohibi-cionista, las políticas de reducción de dañoso de reducción de riesgos se han convertidoen un modelo de racionalización de la actualpolítica sobre drogas2. A la política exclusi-vamente prohibicionista se le critica, funda-mentalmente, el no tener en cuenta las con-secuencias negativas que provoca el propiomercado de la droga (más marginación, cre-ación de organizaciones criminales, fomentode la delincuencia para su adquisición), el ol-vido de la menor protección de la salud de lospropios consumidores por la misma prohibi-ción y de la importancia de la prevención pri-maria y secundaria. Es así que si bien la po-lítica criminal en materia de drogas siguesiendo el pilar más importante en la llamada

“lucha contra la droga”, se han incorporadoa ella políticas de reducción de riesgos que sinnegar ni cuestionar estos planteamientos pro-hibicionistas han centrado sus esfuerzos enminimizar los daños colaterales, no solo delos perjuicios en la salud de los consumidoresde drogas sino también, y más importante, dela propia criminalización de la droga. De es-te modo se está evolucionando lentamente deun modelo prohibicionista a un modelo inte-grado por ambos modelos (un tanto esquizo-frénico)3 aun siendo todavía las políticas dereducción de riesgos meramente simbólicas.

Una vez queda esto apuntado, lo cual tie-ne absoluta transcendencia para las cuestio-nes que se plantean aquí, en cuanto a la pri-mera de las preguntas que planteo: ¿qué san-ción recae a la persona que posee droga parasu propio consumo?, el titulo XVII del Códi-go Penal Español que lleva por título “de losdelitos contra la seguridad colectiva” recogeen su Capitulo III los delitos contra la saludpública entre los que se encuentran todos lostipos relacionados con el tráfico de drogassiendo los artículos 368 al 373 los que los re-gulan. Es el artículo 368 CP el que recoge es-te tipo básico que dice: “Los que ejecuten ac-tos de cultivo, elaboración o tráfico, o de otromodo promuevan, favorezcan o faciliten elconsumo ilegal de drogas tóxicas, estupefa-cientes o sustancias psicotrópicas, o las po-sean con aquellos fines, serán castigados conlas penas de prisión de tres a nueve años ymulta del tanto al triplo del valor de la dro-ga objeto del delito si se tratare de sustanciaso productos que causen grave daño a la sa-lud, y de prisión de uno a tres años y multadel tanto al duplo en los demás casos.”

Seguridad antes que salud…De la regulación del CP, en general, es

preciso anotar que la misma no ofrece unconcepto de droga, por lo que habrá que acu-dir a los convenios internacionales firmadospor España donde se defina “droga”. Ade-más, no se configura como delito la conduc-ta del consumo y el bien jurídico, protegidoen este y los demás artículos relacionados, es,y así ha sido declarado por la doctrina y la ju-risprudencia del TS, la salud pública. Pero loque ahora me interesa al hilo de la cuestión

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©40Dado el visible fracaso queha tenido el modeloprohibicionista, las políticasde reducción de daños o dereducción de riesgos se hanconvertido en un modelo deracionalización de la actualpolítica sobre drogas.

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que planteaba es destacar, fundamentalmen-te, la atipicidad de la conducta de posesiónpara el propio consumo. Es decir, el consumode drogas no constituye un delito. Sin em-bargo, esto no significa que el consumo dedrogas esté permitido por el ordenamiento es-pañol y éste sea legal. Es la Ley de Protecciónde la Seguridad Ciudadana de 1992 en su ar-ticulo 25 la que recoge como infracción gra-ve a la seguridad ciudadana “el consumo enlugares, vías, establecimientos o transportespúblicos, así como la tenencia ilícita, aunqueno estuviera destinada al tráfico de drogas tó-xicas, estupefacientes o sustancias psicotrópi-cas, siempre que no constituya infracción pe-nal, así como el abandono en los sitios men-cionados de útiles o instrumentos utilizadospara su consumo”4. Queda evidenciado de es-te modo la primacía de la seguridad sobre laanunciada protección de la salud en la políti-ca antidrogas. Así se ve como el consumo pú-blico es sancionado por la Ley de SeguridadCiudadana siendo las multas administrativaspara este consumo en absoluto desdeñablesya que pueden ascender de 300,52 euros a

30.050,61 euros. Sin embargo, no recogen es-ta ley, ni otras, la infracción del consumo enlugares privados del consumidor, lo cual re-sulta, cuanto menos, hipócrita. No estará portanto prohibido fumar un cigarro de mari-huana o esnifar una raya de cocaína con 20personas más en el salón de tu casa, pero silo será fumar en solitario un cigarrito de al-guna de estas sustancias en la calle. ¿Dóndequeda en esta regulación la preocupación porla salud del consumidor de drogas? No estoyabogando con esto por la prohibición delconsumo privado, sino que sólo quiero ma-nifestar la incoherencia de la regulación y asu vez demostrar, como ya he dicho, que enesta materia prima absolutamente la “seguri-dad” sobre la salud.

Ahora bien, aun no siendo delito el con-sumo de drogas, el tipo del art. 368 CP es tanexcesivamente amplio5 que trae consigo unaimplícita y eventual criminalización del con-sumidor habitual. Las conductas que el CPrecoge como punibles son las de: cultivar, ela-borar, traficar, poseer con la finalidad derealizar alguna de las conductas anteriores y

A la políticaexclusivamenteprohibicionista se le critica,fundamentalmente, el notener en cuenta lasconsecuencias negativasque provoca el propiomercado de la droga, elolvido de la menorprotección de la salud delos propios consumidorespor la misma prohibición yde la importancia de laprevención primaria ysecundaria.

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cualquier otra que favorezca, promueva o fa-cilite el consumo. De este modo, cualquier ti-po de conducta incluida dentro del “ciclo dela droga” será punible y lo será toda aquellaconducta por mínima que sea que pueda in-cluirse dentro del concepto de contribuir alconsumo de drogas. La dificultad prácticamás importante que se suscita es, por tanto,la de discernir cuándo la posesión o tenenciade la droga no es para traficar o facilitar elconsumo de otros sino para autoconsumo.En este sentido el TS, si bien ha interpretadoy restringido en algunos supuestos concretosel tipo de tráfico de drogas, mantiene la ten-dencia de incluir bajo el término tráfico cual-quier tipo de conducta que aun siendo míni-ma tuviere trascendencia sobre la salud pú-blica.

Consumidores y pequeñostraficantes, criminalizados

Especialmente relevante se torna así el su-puesto en el que el poseedor de la droga esconsumidor y pequeño traficante a la vez. Laferoz criminalización de cualquier acto rela-cionado con la contribución al consumo dedrogas, como es el “pequeño tráfico”, haceque muchas de las personas que son acusa-das de delito de tráfico de drogas y even-tualmente condenadas sean drogodependien-tes porque la venta de droga para poder con-sumir es habitual en las personas con perfilde adicción a estas sustancias. Se evidenciapor tanto en estos casos una criminalizaciónindirecta del consumo de drogas que da lu-gar a unas consecuencias jurídico penalesgravísimas. Así esta conducta puede ser san-cionada con una pena de 9 años de prisiónconforme al tipo básico y de hasta 20 añosde prisión si se aplican los tipos agravados.Con esto no me parece descabellado afirmarque si bien, en principio, las consecuenciasjurídicas del consumo de drogas en Españason exclusivamente administrativas y siem-pre y cuando el consumo sea en lugares pú-blicos, la amplitud del tipo básico del art.368 descontrola significativamente el riesgode esta eventual criminalización del consu-midor habitual provocando que éste entre enmultitud de ocasiones irremediablemente enel circuito penal.

Políticas de prevención de riesgos:escasas oportunidades

La segunda de las cuestiones que anun-ciaba que quería abordar era la relativa a lasconsecuencias jurídicas para el consumidorde droga (no esporádico), que comete no ex-clusivamente el delito de tráfico de drogas, si-no que lleva a cabo cualquier otro tipo delic-tivo de los recogidos en el código penal. Quevaya por delante, aunque huelgue decirlo,que no todos los consumidores de droga co-meten delitos y que no todas las personas quecometen delitos son consumidoras. Pero sí esde interés traer aquí los casos, que no son po-cos, de personas drogodependientes que co-meten delitos para conseguir dinero para dro-ga o que lo hacen por influencia de las dro-gas. Decía anteriormente, al hilo de las per-versas consecuencias de la política prohibi-cionista en materia de drogas que, por un la-do, causan o agravan la marginación socialde determinados tipos de consumidores y, porotra, que provocan que queden en un segun-do lugar las políticas de prevención secunda-ria. Y efectivamente esto es lo que se apreciamuy habitualmente en el día a día de los tri-bunales: un fracaso rotundo de las políticaspreventivas y la comisión de delitos por per-sonas drogodependientes en las cuales no se

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ha pensado suficientemente a la hora de le-gislar. El Código Penal Español recoge en elart. 20.2 una eximente de responsabilidad pa-ra quien a la comisión del delito se halle ensituación de intoxicación plena por el consu-mo de drogas tóxicas y el art. 21.2 una exi-mente incompleta. De esta forma el legisladorpenal trata de forma diferente a las personasque cometen uno o varios delitos estandoafectados por el consumo de drogas tóxicasen atención a la menor capacidad de motiva-ción por la norma de éstos. En tales casos, laconsecuencia jurídica que corresponde es, entodo caso, una medida de seguridad. Las me-didas de seguridad tienen al igual que las pe-nas una naturaleza penal pero se imponen enfunción de la peligrosidad criminal del sujetoy se caracterizan porque están orientadas úni-camente a la prevención especial, es decir a lareinserción de la persona6. El art. 96 CP esta-blece un catálogo completo de posibles medi-das de seguridad imponible que va desde elinternamiento en centro de intoxicación, asis-tencia a centro de día, hasta la mera inhabi-litación del sujeto o la expulsión (para los ex-tranjeros). Pero además de las medidas de se-guridad, el legislador español ha recogido laposibilidad de suspensiones de pena más am-plias para personas con dependencia a dro-gas, pero a quienes no se les ha impuesto una

medida de seguridad, en el art. 87 CP. Tantoen la ejecución de las medidas de seguridadcomo en la suspensión condicional del art.87, las políticas de prevención de riesgos jue-gan un papel muy importante. Pero el pano-rama es que, por un lado, no son tantos, o entodo caso son insuficientes, los profesionalesy entidades que colaboran, al fin y al cabo, enlabores de control penal, y por otro, que lasdificultades para la intervención con drogo-dependientes dentro del corsé penal es muycomplicada. Hay que tener en cuenta que elCP prevé la consecuencia de entrada en pri-sión en el caso de no terminar con el trata-miento de desintoxicación por parte de lapersona o de delinquir nuevamente por in-fluencia de la droga conforme al art. 87 CP.Y, si bien teóricamente, no se entraría en pri-sión con la aplicación de medidas de seguri-dad en estos supuestos, en la práctica sucedeexactamente lo mismo. De este modo, sonpocas las oportunidades para el drogodepen-diente en el proceso penal siendo muy habi-tual la entrada en prisión de estas personas.Así el profundo ideal resocializador que estádetrás de las medidas de seguridad y de lapropia suspensión del art. 87 CP quiebra porcompleto evidenciándose, con esto, que lasposibilidades para el drogodependiente noson de ninguna manera las deseables7.

Las conductas que elCódigo Penal recogecomo punibles son lasde : cultivar, elaborar,traficar, poseer con lafinalidad de realizaralguna de las conductasanteriores (tráfico yconsumo) y cualquierotra que favorezca,promueva o facilite elconsumo.

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Se necesitan ajustesQuisiera terminar de la misma mane-

ra con la que he comenzado, haciendo re-ferencia a la política general en materia dedrogas y a la política criminal en este ám-bito, solo para advertir que parece evi-dente que si realmente el objetivo de am-bas es la protección de la salud de los con-sumidores y de la sociedad en su conjun-to es imprescindible hacer algunos ajustespara poder lograr tales objetivos amplian-do las políticas positivas de prevención yhaciendo un giro radical en la política cri-minal porque de otra manera estos objeti-vos no podrán cumplirse y el coste socialde la estrategia represiva de la política cri-minal actual en materia de drogas lo se-guirán pagando el drogadicto y las mino-rías mas desfavorecidas8. ©

NOTAS1. GONZALEZ ZORRILLA, Carlos: Política(s) criminal(es) en materia de drogas

(prohibicionismo versus reducción de daños) en: Cuadernos de derecho ju-dicial, 1999, 398; VAZQUEZ GONZALEZ, Carlos: Algunas interrogantes sobrela eficacia de la política criminal española en materia de drogas: in memo-riam Alexandri Baratta. Salamanca, 2004, 1515; DIEZ RIPOLLÉS, José Luis: Elcontrol penal del abuso de drogas: una valoración político criminal en: Re-vista de derecho (Valdivia), v. 18, 2005, 199; MUÑOZ SANCHEZ, Juan: La evo-lución de la política criminal de drogas en España en: Teoría y Derecho. Re-vista de pensamiento jurídico, 4/ 2008, 212.

2. MUÑOZ SANCHEZ, Juan: La evolución de la política criminal de drogas en Es-paña en: Teoría y Derecho. Revista de pensamiento jurídico, 4/ 2008, 210.

3. MUÑOZ SANCHEZ, Juan: La evolución de la política criminal de drogas en Es-paña en: Teoría y Derecho. Revista de pensamiento jurídico, 4/ 2008, 211 ss.

4. GONZALEZ ZORRILLA, Carlos: Legislación simbólica y administrativizacióndel derecho penal: la penalización del consumo de drogasen: Jueces para lademocracia, nº 14, 1991, 23

5. GARCIA ALBERO, Ramón: Comentarios a la Parte Especial del Derecho Pe-nal, Quintero Olivares (dir.)/Morales Prats (coord.), 8ª edición, 2009, Aranza-di, 1407.

6. SANZ MORÁN, Ángel José: Las medidas de corrección y seguridad en el De-recho Penal, Madrid, 2003, 70.

7. VAZQUEZ GONZALEZ, Carlos: Algunas interrogantes sobre la eficacia de lapolítica criminal española en materia de drogas: in memoriam Alexandri Ba-ratta. Salamanca, 2004, 1525.

8. MUÑOZ CONDE, Francisco: Derecho Penal. Parte especial, 16ª edición, Tirantlo blanch, Valencia, 2007, 652.

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El consumo desustanciaspsicoactivas ha sidoun fenómeno socialpresente en la historiade la humanidad,adquiriendo nuevasformas en lassociedadescontemporáneasdurante el siglo XXhasta nuestros días, ymanifestándose enmultitud de contextosy grupos sociales, condiferentes motivos,causas yconsecuencias. Unode estos contextos hasido el ejercicio de laprostitución, en el cualnos centraremos eneste artículo.

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A groso modo po-dríamos desta-car tres periodos

en el que el consumo dedrogas ha tomado formasdiferentes en el desarrollo delos servicios sexuales. Unprimer periodo que marca-ríamos desde la postguerrahasta la década de los añossetenta, donde el uso dedrogas era principalmentemasculino. Un segundo pe-riodo que se extendería des-de finales de los setenta has-ta mediado de los noventa,

caracterizado por la exten-sión del consumo de heroí-na. Y un tercer periodo, des-de los noventa hasta la ac-tualidad, que resaltaría poruna mayor presencia y ex-tensión del consumo de co-caína, y los procesos migra-torios.

Alcohol y grifa en lavida alegre

En la época de la post-guerra, e incluso antes, cier-tas sustancias psicoactivascomo el cannabis o la cocaí-

análisisCarmen Meneses Falcón

Consumo de drogas en el ejercicio de la prostitución

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na eran consumidas por di-ferentes poblaciones, y exis-ten referencias a este consu-mo entre las mujeres queejercían la prostitución. Jun-to con estas dos sustanciasno podemos dejar de men-cionar el consumo de alco-hol. Apuntaremos breve-mente algunas característi-cas de cada sustancia y suconsumo en la prostitución.

El uso de cannabis, ensus variedades de grifa y ki-fi, se utilizaba durante losaños cuarenta y cincuentaen ciertos grupos sociales.Como ha señalado Gonzá-lez Duro (1979), eran fun-damentalmente hombres losque usaban estas sustancias,de capas sociales precarias yexcluidas puesto que a estassustancias “se la considera-ba como una despreciabledroga de moros, sólo aptapara pobres y para gentesde malvivir” (p. 73). Dentrode estos colectivos consumi-dores se encontraban “ex le-gionarios, maleantes, rufia-nes, prostitutas baratas…”(p.73) que usaban estas sus-tancias principalmente consus clientes. Era raro que lasmujeres utilizaran este tipode sustancias consideradasmasculinas. Sólo las mere-trices podían permitirse es-tos consumos, pero aún asíestaba supeditado al desa-rrollo de los servicios sexua-les, es decir, era con losclientes donde se centraba eluso. Apenas existen referen-cias de consumo de kifi ogrifa por parte de las muje-res fuera del contexto deprostitución.

También sobre estas dé-cadas, e incluso antes, en-

contramos referencias alconsumo de cocaína en cier-tos grupos sociales, princi-palmente entre los de alta so-ciedad y entre las prostitutas.“A partir de 1925 aparececonstantemente vinculada ahomosexuales y, sobre todo,a prostitutas… No es de ex-trañar que en pocos años lacocaína fuese conocida comola droga de las prostitutas”(Usó, 1996:108). El uso decocaína nuevamente primaentre los hombres, intelec-tuales y artistas, y en aque-llas meretrices que presta-ban sus servicios a varonesde alta sociedad. Ya fueraen casas de citas, burdeles olocales famosos, el uso decocaína se relacionada connoches de desenfreno yprostitución: “Mesas a me-dia luz, invitaciones de untriunfador, de un vividor es-pléndido y con final trágicollamado Jorge Mistral. No-ches de cocaína, whisky yremedos de erotismo baña-do en alcoholes.” (Rioyo,2003:359)

El consumo se producíacon y desde el cliente, peropodría ser utilizado por mu-chas hetairas aprovechando

sus efectos estimulantes enotras circunstancias, comose ha planteado en diferen-tes estudios.

Por último, el uso del al-cohol ha estado asociadocon el ejercicio de la prosti-tución y son muchas las refe-rencias que poseemos a esterespecto. El tipo de bebidaalcohólica ha variado a lolargo del tiempo y según laprocedencia social. En esteperiodo parece existir unadistinción en el tipo de bebi-da que las prostitutas consu-men con sus clientes en el al-terne. Rioyo hace referenciaal consumo de anís entre lasmujeres que ejercían la pros-titución en la calle: “Serenosy mujeres en las esquinas;mujeres sin burdel, morenascon abrigo, brillantina y cla-vel, mujeres que te ofrecenanís y pecado antes del ama-necer” (Rioyo, 2003:364),mientras que mencionaba elchampán o el whisky enaquellas que se ocupaban enclubs selectivos de Madriden los años cincuenta o se-senta. El uso intensivo de al-cohol llevaba a muchas delas mujeres a problemas dealcoholismo, pues la accesi-

El uso de cannabis, en sus variedades de grifay kifi, se utilizaba durante los años cuarenta ycincuenta en ciertos grupos sociales. Era raroque las mujeres utilizaran este tipo desustancias consideradas masculinas. Sólo lasmeretrices podían permitirse estos consumos,pero aún así estaba supeditado al desarrollo delos servicios sexuales, es decir, era con losclientes donde se centraba el uso. Apenasexisten referencias de consumo de kifi o grifapor parte de las mujeres fuera del contexto deprostitución.

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bilidad y el consumo reitera-do con el cliente desencade-naban la dependencia a estasustancia.

La aparición de laheroína y su relacióncon la prostitución

A finales de los años se-tenta comienza a extenderseel consumo de heroína entrediversos sectores de pobla-ción, un consumo sin prece-dentes en España y que cau-saría una enorme alarma so-cial por sus conexiones conlas actividades antisociales ydelictivas de muchos usua-rios (Gamella, 1997). Co-

mienza siendo principal-mente un consumo masculi-no, solo iniciándose en losprimeros momentos las no-vias o compañeras de algu-nos usuarios de heroína conellos.

Posteriormente, se ini-ciaran y adquirirán una dro-godependencia algunas mu-jeres usuarias de heroína ycocaína, obteniendo de di-versas formas los recursoseconómicos para mantenersu dependencia. Para algu-nas sería diferentes activida-des delictivas, junto con suscompañeros sentimentales,la forma de sufragar el con-

sumo. Sin embargo otras,recurrirán a la prostitucióncomo modo de financiar lasdosis de heroína que necesi-taban diariamente. La pros-titución no era una activi-dad tipificada en el CódigoPenal (ni continúa siéndolo),y además se puede conse-guir suficiente dinero parasatisfacer las necesidades deconsumo y, en la mayoría delos casos, el de sus parejas.

Emerge pues, un perfilde meretriz diferente, endonde el primer objetivo noes la prostitución sino elconsumo, supeditando laprimera a la segunda. Es en-

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Picasso, “Les demoiselles d’Avignon”, (1907) que en realidad hacía referencia a la calle Avinyó de Barcelona, famosa por sus burdeles.

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tre estas mujeres donde sur-ge la conducta de sexo pordrogas, de tal forma que susclientes pueden ser distribui-dores de drogas que no ne-cesitan pagarle en dinero oclientes que conociendo sudrogodependencia intercam-bian prácticas sexuales consustancias psicoactivas. Esteperfil contrastará con aque-llas mujeres que ejercen laprostitución como forma devida, en el que el consumosólo tiene una función se-cundaria, facilitadora de losservicios sexuales con elcliente y que escasamenteconsumen heroína. Por tan-to, es el consumo de drogas,especialmente heroína y aveces otras sustancias, laque conlleva el ejercicio dela prostitución. En este sen-tido no se sienten prostitu-tas, sino heroinómanas oyonquis, asumiendo mayo-res riesgo en el ejercicio dela prostitución que el restode las mujeres. Se ha plan-teado que entre las personasque ejercen la prostitucióncon consumos compulsivosde drogas existen mayoresriesgos de ser víctimas deviolencia y de asumir prácti-cas sexuales desprotegidas,ya sea con los clientes o consus parejas, pues muchas deellas presentaban diversos

comportamientos de riesgo(intercambio de material deinyección o múltiples pare-jas con las que no utilizanprotección).

Con los años, el deterio-ro causado por la depen-dencia a drogas pasará fac-tura a muchas mujeres, re-percutiendo en su forma deejercer la prostitución. Estasmujeres se concentran prin-cipalmente en la calle, conestados de salud precarios yen muchas ocasiones no uti-lizando las proteccionesadecuadas para el contagiode Enfermedades de Trans-misión sexual (ETS) y VIH.En el momento presente setrata de una prostituciónmarginal y considerada demuy bajo estatus, con mar-cados procesos de exclusiónsocial.

Cocaína, procesosmigratorios yprostitución

A partir de mediados dela década de los noventa,comienzan en España a vi-sualizarse los efectos de losprocesos migratorios en elmercado de trabajo y en laindustria sexual. Las muje-res autóctonas parecen serreemplazadas por aquellasmujeres procedentes de lospaíses en desarrollo, que

vienen a España a mejorarsus condiciones de vida. Enunas ocasiones su inclusiónen la prostitución es el re-sultado de trayectorias pre-carias en el mercado labo-ral, en otras la primera op-ción para conseguir impor-tantes recursos económicosque le permitan cumplir susplanes migratorios. Por últi-mo, algunas son víctimasdel tráfico de mujeres confines de explotación sexual,en donde las drogas sonuna presión por parte de lasredes para doblegar su vo-luntad.

Apartamentos, saunas,clubs y zonas callejeras se-rán sus lugares de contactocon los clientes. Sin embar-go, los clubs, tanto urbanos

Alcohol y cocaína están presentes en la relacióncon el cliente, previa al desarrollo de las prácticassexuales, cuyo principal motivo es la desinhibicióny la facilitación de las relaciones de alterne,siendo una forma de comenzar la negociación. Elconsumo de alcohol en los clubs es fomentado porlos propios dueños, obteniendo importantesganancias sobre los mismos.

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como de carretera, configu-rarán sus principales lugaresde ejercicio de la prostitu-ción, e incluso su residencia.Muchas mujeres se encuen-tran aisladas en estos loca-les, donde alternan con losclientes, realizan los servi-cios sexuales y conforma sulugar de residencia, sin po-der distinguir entre su hábi-tat más personal, o privado,del lugar de prostitución.

Nuevamente los consu-mos de drogas principales secentran en el alcohol y lacocaína, y en menor medidaotras sustancias como elcannabis o el Popper (nitri-to de amilo o butilo). Sonpocas las mujeres con expe-riencia de consumo de dro-gas antes del ejercicio de laprostitución, o en sus paísesde origen, especialmente en-tre las mujeres procedentesde Latinoamérica y ÁfricaSubsahariana.

Los usos de drogas serealizan de forma instru-mental, es decir, son usadasen el contexto de prostitu-ción de forma recreativacon el cliente. Se trata deconsumos con frecuencias,motivaciones y circunstan-cias centradas en la presta-ción de servicios sexuales,siendo muy variable el có-mo son gestionados los ries-gos que su consumo conlle-va. No todas las mujeresque se ocupan en la prosti-tución utilizan este tipo desustancias, e incluso algunasmujeres procedentes de paí-ses subsaharianos no suelenrealizar este tipo de consu-mo, conducta motivada porsus creencias y valores cul-turales. Sin embargo, para

muchas de las mujeres pro-cedentes de países de Amé-rica Latina, o de Europa deleste, sus primeros contactoscon la cocaína y otras dro-gas se producen en España(Meneses, 2007). Es decir, seha producido un proceso deaculturación dentro del con-texto de la prostitución so-bre el consumo de cocaína.

Alcohol y cocaína estánpresentes en la relación conel cliente, previa al desarro-llo de las prácticas sexuales,cuyo principal motivo es ladesinhibición y la facilita-ción de las relaciones de al-terne, siendo una forma decomenzar la negociación. Elconsumo de alcohol en losclubs es fomentado por lospropios dueños, obteniendoimportantes ganancias sobrelos mismos, de las cuales lasmujeres conseguirán un pe-queño porcentaje. Se tratade un consumo público ypermitido socialmente peroque puede generar impor-tantes riesgos para la saludde las mujeres y los hom-bres implicados de diferentemanera en la prostitución.A diferencia del alcohol, elconsumo de cocaína es pri-

vado, se realiza en el mo-mento más íntimo del desa-rrollo de las prácticas se-xuales. La cocaína suele serofrecida por el cliente, quees el que suele consumirla ydesea ser acompañado en elconsumo a la vez que recibeservicios sexuales. No todoslos clientes que utilizan ser-vicios sexuales pagados con-sumen cocaína. Pero aque-llos que la usan son clientescon los que las mujeres ga-nan más dinero, y que nodeben despreciar.

Es posible que el consu-mo de las drogas en la reali-zación de la prostitución lle-ve a las mujeres con el tiem-po a un mayor consumo deestas sustancias. Si la pobla-ción implicada en el ejerci-cio de la prostitución sonpersonas procedentes deotros países, con referenciasculturales diferentes y condesconocimiento sobre lasconsecuencias que el consu-mo de drogas reiterado pue-de conllevar, es preciso arti-cular adecuadamente estra-tegias preventivas, tanto in-formativas como formati-vas, en los contextos deprostitución. ©

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BIBLIOGRAFÍA CITADA

Gamella, J. 1997. Heroína en España. 1977-1996. Claves de Razón Práctica, nº

72, p.20-30

González Duro, E. 1979. Consumo de drogas en España. Ed. Villalar. Madrid.

Meneses, C. 2007. “Consecuencias del uso de cocaína en las personas que

ejercen la prostitución”. Gaceta Sanitaria, 21(3): 191-196.

Rioyo, J. 2003. La vida golfa. Historia de las casas de lenocinio, holganza y

malvivir. Santillana Ediciones. Madrid.

Usó, JC. 1996. Drogas y cultura de masas. (España 1855-1995). Santillana S.A.

Taurus. Madrid.

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Es verdad que alguna relación existeentre la comisión de delitos y el in-greso en prisión, pero esta cone-

xión, lejos de ser directa e inmediata, se en-cuentra modulada por múltiples mecanismosy complejos procesos institucionales que in-terfieren y alteran el resultado final, de ma-nera que, como nos decía en una ocasión unapersona a la que entrevistamos, finalmente:“aquí, en la cárcel, estamos los que hemos ro-bado poco”. Basta recordar algunos casosrecientes sucedidos en nuestro país, y airea-dos suficientemente por la prensa para tenerque admitir la verdad contenida en el lamen-to de esta persona: si el delito es de cuelloblanco, el abogado defensor lo suficiente-mente bueno, la capacidad financiera paraasumir el pago de la fianza lo bastante gran-de y, por último, si se cuenta con los apoyosmediáticos, políticos o institucionales del ni-vel que se precisa en cada caso, entonces lomás probable es que no se llegue a ingresar

en prisión o que si por una remota posibili-dad eso sucede, la estancia en ella sea muchomás breve y llevadera que la condena que ter-minan pagando los pequeños delincuentes.

Presos pertenecientes a gruposempobrecidos

Esencialmente, son los delitos contra lasalud pública (alrededor del 30%) y contra lapropiedad (50%), esto es, el pequeño tráficoy los robos o hurtos cometidos para pagar elpropio consumo de drogas, los comporta-mientos que nos han llevado a contar con77.000 personas en las cárceles españolascuando a comienzos de los 80 eran menos de20.000, de manera que en tres décadas, he-mos multiplicado por cuatro (404%) la po-blación reclusa, mientras el incremento de lapoblación general en España ha sido apenasdel 22%.

Contra lo que pueda pensarse, este incre-mento no se corresponde con un aumento si-milar en el número de delitos, sino que res-ponde más bien a la expansión de un climade populismo punitivo que ha llevada a unasobreutilización de las penas de prisión comosupuesto remedio para combatir el conflictosocial que subyace como telón de fondo en lainmensa mayoría de las infracciones penales1.En este sentido “la droga”, tal y como so-cialmente resulta definida en cada momentoy en cada modelo social (la heroína o cocaí-na entre nosotros, el alcohol en otros luga-res), termina siendo un factor de primera im-portancia para organizar la biografía carce-laria en nuestra sociedad. En gran medidason los consumidores compulsivos de deter-minadas sustancias que resultan extraordina-riamente costosas por el hecho de encontrar-

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CÁRCEL Y análisisPedro José Cabrera DROGAS

Quienes engrosanmayoritariamente lasestadísticas que nos hanconvertido en el país de Europaoccidental con la tasa más altade presos por cada cien milhabitantes (163) son laspersonas que cometen delitoscontra la propiedad, en muchoscasos vinculados a su precariaposición social y/o a su condiciónde drogodependientes.

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se ilegalizadas, los que terminan por cometeralgunos tipos de delito, que socialmente ge-neran una importante alarma y policialmen-te resultan relativamente fáciles de perseguir.Por lo general, son las drogas y las toxico-manías de los más pobres (heroína en los ba-rrios de las grandes ciudades europeas, crackentre los afroamericanos, pasta base o bazu-co en las poblaciones chabolistas de Américalatina) las que se traducen en cifras de encar-celamiento masivo, que convierten a la cárcelmoderna en un dispositivo exclusógeno queamplifica y aumenta la exclusión de partidade los grupos empobrecidos.

Cambio del perfil de la poblaciónencarcelada

La delincuencia funcional vinculada alconsumo de drogas se refleja, por ejemplo enel hecho de que a finales de los noventa, elPlan Nacional sobre Drogas estimaba en un54% el porcentaje de personas presas en Es-paña que sufría un problema de drogodepen-dencia. Cifra que coincidía prácticamente conel 56% que descubríamos (Ríos y Cabrera1998) en nuestro informe “Mil voces presas”y que se elevaba por encima del 60% entrequienes se encontraban recluidos en régimende primer grado (ver “Mirando el abismo”,Ríos y Cabrera, 2002:71).

Más recientemente, hemos podido reali-zar una nueva encuesta que nos ha permitidoactualizar los datos de hace diez años, gracias

a las respuestas que nos han enviado casi1.700 personas presas. En estos últimos diezaños han cambiado bastantes cosas, porejemplo, se ha transformado el perfil de lapoblación encarcelada, y han subido mucholos ingresos de extranjeros. Curiosamente, elimportante incremento de población extran-jera en las cárceles españolas ha supuesto unareducción del porcentaje de presos drogode-pendientes, o al menos eso es lo que emergede los datos. Si a esto le sumamos el retroce-so de la heroína y de las formas más extremasde la drogodependencia por venopunción, seentiende que en la actualidad nos encontre-mos con que mientras en el conjunto de lapoblación presa el 32% reconocía explícita-mente tener un problema con las drogas, es-te porcentaje se elevaba a un 41% entre lospresos de nacionalidad española, mientrasdescendía hasta alcanzar únicamente al 12%entre los extranjeros.

Acceso a los programas detratamiento

También se ha producido una notable me-jora en el acceso a programas de tratamientopor parte de las personas presas. A finales delos noventa sólo a una tercera parte de los dro-godependientes en prisión se les ofrecía la po-sibilidad de seguir un tratamiento (Ríos y Ca-brera 1998:83), mientras que en la actualidadla proporción se ha invertido y son las dos ter-ceras partes de los presos drogodependientes

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los que se encuentran siguiéndolo (66%). Entérminos generales, esto significa que algo másde la quinta parte de los presos en cárceles es-pañolas sigue un tratamiento contra las dro-gas de uno u otro tipo. No obstante, el hechode que un tercio de los presos drogodepen-dientes no participe en estos programas, signi-fica que podría haber en las cárceles españolascerca de 8.000 personas drogodependientesque no reciben tratamiento alguno.

Circunstancias tan increíbles como el sim-ple hecho de ser mujer en un lugar mayorita-riamente organizado para varones, puedensuponer una dificultad añadida para abando-nar las drogas en prisión, tal y como se reco-ge en el siguiente testimonio: “Echo en faltala disciplina, y que en un solo modulo de mu-jeres que hay en todo el Centro, estamos to-das, preventivas, drogadictas, conflictivas,etc. No hay separación de personas ni de edu-cación y respeto. ¡Ah!, y un exceso de drogaque corre por el módulo”.

La sola circunstancia de ser extranjerotambién influye significativamente, ya que, sibien es bastante menor el porcentaje de dro-godependientes entre los extranjeros, sus posi-bilidades de acceder a un tratamiento son sen-siblemente inferiores, puesto que mientras el68% de los drogodependientes españoles es-tán siendo tratados en prisión, únicamente lamitad de los extranjeros (50%) accede a estos

programas, con lo que se produce una discri-minación importante que acaba haciendo aúnmás dura la cárcel para los extranjeros.

Ahora bien, de qué tipo son estos progra-mas que funcionan en prisión: casi un 40%participa en un programa de mantenimientocon metadona; un 20% lo hace en programaslibres de drogas; un 1,5% en un programa deintercambio de jeringuillas y el resto se refie-re a otro tipo de programas, como por ejem-plo los orientados a prevención de recaídas,tratamientos farmacológicos y psiquiátricos,o de acompañamiento y terapia psicológica(los menos).

Paradójicamente, el poder participar de lostratamientos, puede ser considerado una espe-cie de privilegio que se pierde en caso de ma-la conducta: “Intenté evitar una pelea, y meingresaron en aislamiento, me tuvieron dos dí-as, me cambiaron de módulo y me dieron debaja del programa libre de drogas en el Mo-dulo Terapéutico de Aranjuez”.

En general, los programas libres de dro-gas son bastante mejor valorados que los demantenimiento con metadona, lo que de al-guna forma puede traducir el hecho de quelas metas que asumen las personas que parti-cipan en ellos son de mayor nivel y represen-tan un avance significativo en su proceso derecuperación personal.

No obstante, toda esta evolución positivaexperimentada en los últimos años, no puedehacernos olvidar que la droga sigue estandomuy presente en prisión, ya sea en su versiónilegal o en forma de distribución regular defármacos y sustitutivos, orientados más biena tener el problema bajo control y no tanto aerradicarlo, lo que justifica la petición de unapersona que pide más “trabajo y menos dro-gas pues nos tienen anulados y drogados pa-ra que no respiremos. Somos animales”. Noolvidemos, que en sentido figurado y puedeque también literalmente, la droga represen-ta para muchos presos una forma de evasión;aún permaneciendo dentro de los muros, per-mite “robar días al juez”.

Por otro lado, puede convertirse en unaocasión para autoafirmarse frente a la insti-tución, o ser utilizada como reductor de laansiedad que provoca la vida carcelaria. Entodo caso, al convertirse en un bien codicia-

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do y escaso, se erige en permanente fuente deconflicto y en multiplicador de las sancionesdentro de la cárcel, peleas y agresiones quecon frecuencia se traducen en alargamientode la condena. Todo ello, mientras sirve co-mo elemento estructurador del poder infor-mal que existe en el interior de toda cárcel, yque puede conducir a la comisión de nuevosdelitos, o a participar de actividades no per-mitidas por la institución, como es el caso dequien dice haberse quedado en casa sin vol-ver a prisión quebrantando un permiso por“el miedo. Los presos me obligaban a entrardroga, y me quedaba”. En todo caso, “la pu-ta droga” de la que muchos hablan, consti-tuye una condena sobreañadida de la que esextraordinariamente difícil librarse y queconduce una y otra vez a ingresar en prisióny a reincidir (“Cometi nuevos delitos en 3ºgrado a causa de la droga”; “Salía a jugar alfutbol todas las semanas. Y en una de ellas es-taba bajo el síndrome de Abstinencia y me fuia buscar droga”). Porque contra lo que mu-cha gente piensa, el hecho de estar en la cár-cel no te aleja de las drogas, sino que por elcontrario, para algunas personas supone unincremento del riesgo, como por ejemplo pa-ra esta persona que sueña con “SALIR dePRISION porque AY [sic] Mucha DROGAy echo de Menos La CALLE”.

La vida más allá de la cárcel y las drogas

Por todo este cúmulo de razones, tanto losespecialistas como las asociaciones que traba-jan en contacto con las personas infractoras,insisten en la necesidad de utilizar más am-

pliamente las medidas alternativas a la prisiónen el caso de las personas drogodependientes,medidas que hasta el momento han sido apli-cadas de forma muy cicatera por los jueces,dando lugar a situaciones como la siguiente:“Me detuvieron en 2001 y en 2007 entré acumplir, con la vida rehecha, novia, trabajo fi-jo, muchos amigos, aficiones (no fumo, no be-bo, no tomo drogas) eso se acabó en 2001 yteniendo la vida rehecha he tenido que ingre-sar en prisión. Creo que podía haber pagadomi delito de una forma mas provechosa parala sociedad que ingresando en prisión. Mi pri-mer delito podía haberlo pagado con trabajosocial a la comunidad, no de esta manera”. Lacárcel nunca es una solución, sino la expresiónacabada de un fracaso, personal y/o social. Encasos como el anterior, el ingreso en prisiónque nunca restituye el daño infringido a la víc-tima, sólo sirve para destruir el camino anda-do por el infractor. No olvidemos que para lamayoría de estas personas, la comisión de de-litos vinculada a su toxicomanía, constituyeuna experiencia que arrastran con una mezclade negación y vergüenza, atribuyendo la res-ponsabilidad de sus actos al efecto de “la dro-ga”: No era yo, era la droga, es una frase quese repite una y otra vez en nuestra encuesta,como expresión que resume una estrategia deseparación y toma de distancia de un pasadoen el que no se reconocen personalmente. De

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Puesto que la cárcel además de lafunción de retención y custodia,debe orientarse hacia lareeducación y reinserción, nosencontramos con que, a partir delas respuestas enviadas por varioscentenerares de personas quevivían en esa especie de cárceldwentro de la cárcel que implicael régimen de aislamiento, seponía de relieve que apenas lamitad de estos drogodependientes(el 53%) estaban recibiendotratamiento durante su estanciaen prisión.

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modo que cuando se les pregunta por los senti-mientos tienen respecto de la víctima de su de-lito (en caso de que haya víctima), muchos di-cen cosas así: [siento] “pena y poder pedirle per-don por que no era yo, fue culpa de la bebiday la droga que tome ese dia[sic], no tenia in-tencion de hacer nada”; o bien “que lo hice porla droga sino llo [sic] nunca hubiera robado”.

Por lo demás, si la cárcel no arregla el pro-blema de fondo, sino que en muchos casoscontribuye a agravarlo, ¿qué se puede esperarque ocurra a la salida de la cárcel? En ese mo-mento, “la droga” es el gran obstáculo, el ene-migo a batir de cara a recuperar un lugar en lasociedad fuera de la prisión. Para las personaspresas drogodependientes, el sueño más repe-tido consiste en: encontrar un trabajo y vivirsin drogas. Sueños como estos: “Encontrartrabajo y vivienda y reemprender una vida dig-na fuera del hambito [sic] de la droga. Ademásconseguir todos los sueños y retos que por cul-pa de la droga los he tenido en mis manos pe-ro se desvanecieron”; o bien, “Tener trabajo,no tomar drogas”; o simplemente “Encontrarun trabajo e intentar no caer otra vez en lasdrogas”, este es el objetivo que de forma re-currente se repite una y otra vez. Por lo demás,nada demasiado complicado, ni extraño, nadaque no pudiera constituir el objetivo en la vi-da de cualquier persona.

En respuestas como la siguiente, se puedeapreciar la sencillez de los sueños y fantasíasde una persona presa, mientras se transparen-ta a través del texto (tras la vacilante caligra-fía y la inexistente ortografía) los enormes

hándicaps que deberá afrontar para conseguirverlos cumplidos: cuando salga de la cárcelsueño con “estar dos meses con mi familia ydespues ya ponerme a trabajar, sacarme el car-net de conducir y disfrutar de la familia y allu-dar al que mas lo necesita intentar acer unaONG para los sintecho, colaborar en todo lobueno al reciclaje, reacer mi vida, acer feliz ami familia mujer e hijo, criar, educar a mi hi-jo y tener mas hijos y jamas bolver a delinquirni drogarme, vivir tranquilamente en paz y pa-gar mis impuestos una vez este yo en liber-tad[sic]”. Sueño o fantasía, proyecto viable osimple expresión de buenas intenciones caren-te del menor realismo, lo cierto es que la ex-periencia carcelaria, acorta la mirada, resumelos deseos, simplifica los objetivos y ordena lasprioridades vitales: “Pues me gustaria vivirbien junto A mi Hija Mi MADRE y MI ES-POSO ya que he vivido muy amargada conproblemas de Droga y Quisiera estar bien yser Feliz junto a los que me quieren”. Estarbien y ser feliz junto a los que me quieren. Na-da más… Y nada menos. ©

1 El colmo del sinsentido es el fenómeno que se produceentre 1999 y el 2000 y, sobre todo, entre el año 2002 y el2004: después de dos años de ascenso significativo (pro-bablemente debido al Plan 2000 y las mayores facilidadespara denunciar), se produce una llamativa reducción enlos delitos conocidos, no obstante lo cual sigue subiendoirrefrenablemente la población reclusa. Por si fuera, poco,precisamente en ese lapso temporal de menos delitos escuando se producen las reformas legales que endurecieronnotablemente el sistema y que están por detrás del subsi-guiente hacinamiento penitenciario.

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Para la mayoría de estas personas, lacomisión de delitos vinculada a sutoxicomanía, constituye una experiencia quearrastran con una mezcla de negación yvergüenza, atribuyendo la responsabilidad desus actos al efecto de “la droga”: No era yo,era la droga, es una frase que se repite una yotra vez en nuestra encuesta, como expresiónque resume una estrategia de separación ytoma de distancia de un pasado en el que nose reconocen personalmente.

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En este artículo nos vamos a ceñir atres grandes preguntas que suelen sur-gir cuando se habla de este tema:

¿Cuándo se puede afirmar que quien consumesustancias psicotrópicas tiene una psicopato-logía? ¿Se consumen sustancias porque hayuna psicopatología previa? ¿Qué consecuen-cias psicopatológicas trae el consumo de sus-tancias?

El consumo de sustancias como unapsicopatología en sí misma

En conversaciones o debates cotidianos en-contramos muchas personas que tienen difi-cultad para establecer la frontera entre “usorecreativo de las drogas” y “drogadicción”.¿Fumar es drogarse? ¿Beber alcohol? ¿Intoxi-carse ocasionalmente? ¿Y experimentar alte-raciones transitorias del estado de conciencia

para relajarse, divertirse, socializar, vivir la vi-da un poco más livianamente o con mayor in-tensidad? Lo primero que hemos de afirmares que las clasificaciones internacionales delas enfermedades mentales recogen la catego-ría “Trastorno relacionados con sustancias”y, dentro de la misma “Trastornos por con-sumo de sustancias”. Es decir, cumplidos de-terminados criterios, el mero consumo de sus-tancias puede ser considerado una psicopato-logía1. La DSM2 entenderá que caben dos po-sibilidades de enfermar: por abuso y por de-pendencia. Para hablar de cualquiera de ellashemos de cerciorarnos de que nos encontra-mos ante un periodo de consumo de 12 me-ses o más. La característica esencial de la de-pendencia, nos dirá la DSM, consiste en ungrupo de síntomas cognoscitivos, de compor-tamiento y fisiológicos que indican que el in-

análisisRufino J. Meana

Drogas yenfermedad mental

El deseo de modificar artificialmente la conciencia es un hecho tanantiguo como la humanidad pero no es hasta muy recientementecuando surge el interés científico y social en torno a la relación entreenfermedad mental y drogas. En las últimas décadas estapreocupación se ha avivado vistos los efectos devastadores delconsumo de algunas sustancias, la aparición de nuevas drogas y a losavances en la organización del saber en torno a la psicopatología.Entrar a fondo en el tema sería largo, supondría exponer lasdefiniciones y límites de los conceptos ‘enfermedad mental’ y‘toxicomanía’ así como las interacciones entre ambos problemas quedan como resultado complejos entrecruzamientos e interacciones.

Los consumidores de sustanciasabarcan un muy variado espectro depersonas que les constituye enenfermos muy diferentes entre sí.Hay que dilucidar lo que para cadapaciente significan los efectoslogrados por el consumo de esasustancia particular porque esto seránuclear para comprender por qué serefuerza el deseo de consumir.

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dividuo continúa consumiendo la sustancia,a pesar de la aparición de problemas signifi-cativos relacionados con ella. Estaríamos an-te una “necesidad irresistible” de consumoque se caracteriza por la presencia de tres omás de los siguientes rasgos: 1.-Tolerancia (senecesita cada vez más sustancia para lograrlos mimos efectos); 2.-Abstinencia (sintoma-tología física o psíquica cuando no se consu-me la sustancia); 3.-Progresiva pérdida decontrol (se consume más y durante más tiem-po de lo que se preveía hacer); 4.-Deseos y/oesfuerzos infructuosos por controlar el con-sumo; 5.-Uso desmedido de tiempo en la ob-tención y consumo de la sustancia; 6.-Reduc-ción importante de otras actividades impor-tantes para el individuo; 7.-Consumo conti-nuado a pesar de ir ganando conciencia deefectos físicos o psíquicos indeseados.

Cuando se habla de abuso se establecenmatices con respecto a la dependencia. No semencionan ni la tolerancia, ni la abstinenciani el patrón de uso compulsivo. La descrip-ción de este problema se centraría en las con-secuencias dañinas del consumo repetido co-mo son: incumplimiento de obligaciones en eltrabajo, la escuela, el hogar; consumo que su-pone poner en peligro físico al sujeto o le cau-sa problemas legales.

“Abuso de sustancias” es un diagnósticoclínico, por tanto conviene asegurarse de queno estamos ante un mero consumo, mal usoo consumo peligroso de sustancias. Las fron-teras son frágiles pero existen. Evidentemen-te, la pendiente suele seguir el orden lógicoobvio: consumo, abuso, dependencia.

Por tanto, quienes abusan o dependen desustancias tienen un problema psiquiátricosistematizado y con procesos terapéuticos es-tablecidos. Es una patología.

Sobre los problemas psicológicosprevios al abuso o dependencia desustancias

A la hora de comprender a los toxicóma-nos, nos encontramos con un error frecuenteque, por más que se viene advirtiendo hacemuchos años, no siempre es tenido en cuen-ta: los consumidores de sustancias abarcanun muy variado espectro de personas que lesconstituye en enfermos muy diferentes entresí. Esto se aplica, por supuesto, a consumi-dores con y sin psicopatologías previas.

Ante un paciente con patología relaciona-da con sustancias, no se pueden dejar de valo-rar los estados emocionales y las angustias quedeterminan el consumo; son absolutamentepersonales tanto en su forma, como en el ma-nejo subjetivo de los mismos y en las causasque los producen. Por otro, también habrá quetener en cuenta el significado, el valor simbó-lico, que adquiere la experiencia de la drogapara cada persona. Hay que dilucidar lo quepara cada paciente significan los efectos lo-grados por el consumo de esa sustancia parti-cular porque esto será nuclear para compren-der por qué se refuerza el deseo de consumir,más allá de la mera dependencia física.

No son pocos los estudios que hablan deuna relación entre tipos concretos de sufri-mientos psíquicos y tipos de drogas elegidas.Incluso hay quienes se aventuran a hacer cla-sificaciones funcionales de las drogas que, apesar de todas las cautelas necesarias, no de-jan de tener un valor muy interesante. Es loque Escohotado (1998) hace en un momentode su extensa obra. Sugiere considerar tres es-feras de sufrimiento con tres familias de dro-gas asociadas:

l La relacionada con el alivio del dolor (res-puesta inmediata a alguna lesión), el su-frimiento (respuesta ante una pérdida oenfermedad actual o posible) y el desaso-siego (lo que impide dormir, concentrarseo existir sin angustia). Las personas quevivan en esta esfera tenderán a buscar sus-tancias que prometen paz interior y ofre-

Los consumidores de sustanciasabarcan un muy variado espectro depersonas que les constituye enenfermos muy diferentes entre sí.Hay que dilucidar lo que para cadapaciente significan los efectoslogrados por el consumo de esasustancia particular porque esto seránuclear para comprender por qué serefuerza el deseo de consumir.

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cen desde una sutil hibernación hasta un“plácido embrutecimiento” (opio, morfi-na, heroína, tranquilizantes, etc.).

l La esfera relacionada con la pereza, la im-potencia, el aburrimiento… la apatía. Es-tas personas buscarán, a juicio de Esco-hotado, sustancias que prometen y pro-porcionan algún tipo de “energía” (Coca-ína, anfetaminas, cafeína, etc.).

l Por último la esfera de problemas dequien no se adapta bien a rutinas o cami-nos ya transitados por otros, necesitan seroriginales o tener la experiencia subjetivade ser diferentes. Buscarán y elegirán lasdrogas que prometen y, tal vez, propor-cionan algún tipo de visión desconocida ala conciencia de uno mismo y del entorno(LSD, hongos, éxtasis, marihuana, fárma-cos varios, etc.).Aparte de estas personas, con ciertos “su-

frimientos” o modos de ser que usan de lasdrogas como una especie de “cura” no del to-do premeditada, nos encontramos tambiénpersonas con sintomatología psiquiátrica pri-maria que se adentran en el consumo de sus-tancias llegando a desarrollar una patologíapor abuso y/o dependencia. Estamos ante undiagnóstico de comorbilidad en el que el vín-culo entre ambos problemas es variable. Noson pocas las circunstancias en las que el con-

sumo de sustancias, de nuevo, puede consi-derarse una forma de automedicación paraun trastorno psiquiátrico primario: la sustan-cia específica elegida eliminaría, aliviaría oayudaría a encarar una determinada sinto-matología. No es infrecuente encontrar en-fermos con trastornos del estado de ánimo,psicóticos o personalidades límite y antiso-ciales (disociales en la adolescencia).

Alteraciones psíquicas inducidas porsustancias

La enumeración de la sintomatología psi-quiátrica producida por el uso de sustanciassería larga. Tengamos en cuenta que los sín-tomas pueden aparecer en la fase de intoxi-cación pero también durante la abstinencia.

En términos generales, nos podemos en-contrar con algunos problemas transitoriosque aparecerían indistintamente en una de lasdos fases, según la sustancia de la que se trate:amnesia, trastornos perceptivos, trastornos delestado de ánimo, trastornos de ansiedad, deli-rium (alteración con diversos síntomas que in-cluyen desorientación y agitación psicomotriz),trastornos sexuales o del sueño. Además, co-mo consecuencia del consumo de sustancias,también podemos encontrar otros trastornosmentales que habrá que calificar de “persis-tentes”. Fundamentalmente: la “demencia per-

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sistente inducida por sustancias”, el “trastor-no amnésico persistente inducido por sustan-cias” y el “trastorno perceptivo persistente poralucinógenos”. Su “persistencia” podría con-vertirse en “permanencia” si una vez cumpli-do el curso habitual de la intoxicación y abs-tinencia la sintomatología no desapareciera.

Aparte de síndromes psiquiátricos, es sa-bido que, según la persona va ganando en de-pendencia de la sustancia, se suelen producirotras muchas disfuncionalidades personales ysociales. Son conocidas las reacciones antiso-ciales en forma de incremento de la agresivi-dad, conflictos familiares, laborales ademásde todo el cortejo de problemas (hurto, pros-titución, homicidios…) que giran en torno ala búsqueda de recursos económicos cuandola sustancia se vuelve imprescindible. Lo pro-pio de quien progresivamente va viviendo pory para alcanzar la droga y sus efectos.

Además, con frecuencia, los individuosdrogodependientes dedican más y más tiem-po a estar con otros adictos y aprenden a evi-tar amigos y familiares no dependientes. Enel caso de personas muy jóvenes esto suponevivir inmersos en un modelo de socializaciónmuy sesgado y pobre que hace que el final delos procesos de maduración se vean muy li-mitados; el proceso de aprendizaje de estra-tegias de comunicación emocional, la conso-lidación de la identidad o el progresivo an-claje en las estructuras sociales establecidasencontrarán un techo muy bajo si uno sólo semueve en un círculo muy cerrado, más si elfactor común es la vivencia enajenante de la

droga. Por otro lado, estos contextos favorecen

la ausencia de conciencia de problema, espe-cialmente en los momentos iniciales. No po-demos equivocarnos, esto no sólo sucede encontextos marginales, la tendencia a agru-parse con quienes consumen y a reforzarsemutuamente afecta tanto a quienes se reúnenen torno al maletero abierto de un coche pa-ra consumir alcohol como a los clientes dedeterminadas discotecas o destinos vacacio-nales. Esta inercia gregaria fabrica las condi-ciones de posibilidad para poder afirmar aotros y a uno mismo “esto es lo normal” has-ta que, cuando el deterioro es tan grande y elengaño tan imposible, la salida se hace enor-memente complicada, estrecha o, debido aldeterioro físico/psicológico, imposible. Estaley básica en psicología social es bien conoci-da por los artífices de mercados de la drogaquienes generan estructuras sociales de ocioy tiempo libre que generan todo un contextoen el que se obtiene determinada identidadcompartida (diversión, poder, invulnerabili-dad…) en la que el consumo de sustanciasaparentemente es un ingrediente más, hastaque se va desvelando que realmente éste es elúnico factor común. Más veces de las desea-bles este descubrimiento es demasiado tardíocomo para escapar indemne. ©

[email protected]. No entramos en los trastornos neurológicos, centradosen algunos desequilibrios permanentes en el sistemadopaminérgico, asociados al consumo de determinadassustancias psicotrópicas.2. Clasificación elaborada por la Asociación Americana dePsiquiatría que está en su cuarta edición revisada (DSM-IV-TR).

Con frecuencia, los individuosdrogodependientes dedican másy más tiempo a estar con otrosadictos y aprenden a evitaramigos y familiares nodependientes. En el caso depersonas muy jóvenes estosupone vivir inmersos en unmodelo de socialización muysesgado y pobre que hace que elfinal de los procesos demaduración se vean muylimitados.

BIBLIOGRAFIA

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GABBARD, G.O. (DIR.) (2008). Tratamientos de los trastornospsiquiátricos. Barcelona: Ars Medica.

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El consumo de al-cohol en lugarespúblicos no es un

fenómeno reciente; lo quedistingue el botellón deotras prácticas, es precisa-mente, que es capaz de aglu-tinar a un gran número dejóvenes en un lugar estable-cido por ellos mismos, paraconsumir alcohol a un pre-cio asequible. El problema anuestro entender, no deberíaser tanto la molestia vecinaldel colectivo juvenil o losrastros de basura que oca-sionan, como la aceptacióde normalidad y tolerancia

que socialmente se le da alconsumo masivo de unadroga.

Demasiadacondescendencia

España es uno de los paí-ses con mayor número debares por km2 del mundo.Dentro del ámbito de laUnión Europea duplicamosla media de bares por habi-tante1. Y aunque la venta y elconsumo en la actualidad es-tán prohibidos hasta los 18años, las bebidas alcohólicasno resultan demasiado difíci-les de adquirir, debido pre-

EL CONSUMODE ALCOHOL ENUNA SOCIEDADCON RIESGOS

Podíamos leer una noticia en ELPAIS el pasado 20 de Marzo quenos dio el punto de partida parareflexionar sobre los fenómenosactuales que giran alrededor delos consumos excesivos dealcohol. En realidad poco importa la ciudadde la que se trata porque hechossimilares los estamos viviendodesde hace tiempo en diversos ymúltiples municipios. La noticiaversaba sobre …la posibilidad dehabilitar una zona controlada yvigilada para acoger el botellónjuvenil ….acotar una zona en elrecinto portuario, en los aledañosde la carpa de la……, para acogerel fenómeno juvenil. La iniciativacontó con el respaldo unánime delos asistentes a la reunión (entreellos dos representantes de laAutoridad Portuaria de ….y lasubdelegada del Gobierno). «Nadiepuso ninguna objeción a lapropuesta y se aprobó porunanimidad», señalan fuentesoficiales del Ayuntamiento.

(Periódico El País. 20-marzo-2010)

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Josefa Gómez Moya

Mª José Monrós Chancosa

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cisamente a esa “normali-dad” y a la baja percepciónde riesgo que representa pa-ra la sociedad2.

Las marcas de bebidasalcohólicas aparecen publi-citadas por doquier; inclusoalgunos estudios científi-cos mencionan los benefi-cios del consumo moderadode alcohol3, sin hablar delos mensajes que incitan alconsumo en el cine y la tele-visión.

En una reciente investiga-ción sobre los consumos dealcohol y tabaco entre ado-lescentes, (entre 14 y 17años), realizada a través detécnicas cualitativas, se apre-cia en los discursos de los jó-venes esta “normalidad” enel consumo de alcohol:“…sin abusar no es un pro-blema” (mujer. 14 años).

Por otra parte hay que te-ner presente que existe tam-bién una condescendenciamanifiesta en las familias, re-lacionada con el consumo dealcohol. De hecho los escola-res de entre 13 y 18 años,afirman que la primera vezque probaron el alcohol fueen alguna reunión familiar(“…en navidad.”, “…en no-chevieja”, “…en mi casa alos nueve años, era vinoblanco y me encantó”, “…enuna cena, con mis padres yunos amigos”, “…si que lohe probado y mis amigastambién, en navidad y cuan-do mis padres y yo vamoscasa de mis abuelos a co-mer”.) y ofrecido por algunode sus miembros (“…mi ma-dre nos dio a mi primo y amí una copita de sidra”,“…mi abuelo sacó el whiskyy yo por probar bebí un va-

so”, “…me dieron (se refierea los padres) a probar un po-co para matar la curiosidad”.

Mecanismo desocialización

Si a toda la socializaciónrelacionada con el consumode alcohol, añadimos el de-seo de experimentar sensa-

ciones nuevas de jóvenes yadolescentes y la legalidadde la sustancia (a diferenciade otras), es lógico que el al-cohol sea la sustancia psico-activa más consumida enEspaña por los jóvenes.4 Verinforme 2007.

Y si a todo lo dicho aña-dimos que el modelo feme-

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Ellos y ellas han llegado a convencerse deque uno de los mecanismos de socialización,una forma de ser aceptados/as en el mundode los jóvenes en el tránsito al de losadultos, tiene que ser por obligaciónintegrarse a través de conductas y modelosimpuestos y aceptados masivamente tantosi son de su agrado como si no lo son.

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nino de consumo de drogasse ha equiparado práctica-mente al masculino en losúltimos años5, nos encontra-mos con un número muchomayor de jóvenes que haceny harán uso y abuso de lassustancias disponibles a sualcance.

Ellos y ellas han llegadoa convencerse que uno de losmecanismos de socialización,una forma de ser acepta-dos/as en el mundo de los jó-venes en el tránsito al de losadultos, tiene que ser porobligación integrarse a travésde conductas y modelos im-puestos y aceptados masiva-mente tanto si son de suagrado como si no lo son.

En la investigación a laque hemos hecho referenciatambién descubrimos quelas motivaciones para con-sumir se relacionan con: “ladiversión, …la experimenta-ción de nuevas situaciones,…porque eres joven y todoel mundo lo hace…”. Asímismo manifiestan una cla-ra asociación entre: “el dis-frute del tiempo libre, los lu-gares destinados al ocio delos jóvenes y el consumo dedrogas”.

Aunque son menores deedad, todos/as manifiestan

que es facilísimo acceder acualquier tipo de droga (al-cohol, “maría”, pastillas,coca…) tanto en el munici-pio como en las discotecas.“Con dinero todo se puedecomprar”.

Reconocen que el uso dedrogas es malo y peligrosoporque “hay sustancias queafectan al organismo, perosi te controlas, si se practicaun consumo con cabeza, elriesgo desaparece”. En elgrupo de discusión realiza-do, todos/as los/as jóvenesse consideran suficientemen-te informados/as sobre el al-cohol, las drogas, sus efec-tos y los problemas asocia-dos. Esta aseveración tanrotunda, a nuestro entender,pone en evidencia justamen-te la desinformación al res-pecto y probablemente, esainformación que creen tener,se sustenta en las propiasexperiencias más que en unaadecuada formación.

En realidad podríamosdecir que el riesgo está im-plícito en el propio discursoque elaboran ya que esecontrol al que se refieren nova a depender en absolutode la voluntad de la perso-na, ni tampoco consideranen ningún momento la posi-

bilidad de adquirir la de-pendencia a consecuencia deun consumo repetitivo.

Derecho a la saludLa reiteración de este ti-

po de conductas, los consu-mos compulsivos de fines desemana, no pasará sin dejarhuella. A nivel individual lasconsecuencias apareceránaños más tarde y a nivel so-cial ya estamos creando re-cintos marginales para queeste tipo de fenómenos nomoleste al buen funciona-miento del orden social.

En nuestro medio socialla aceptación y la toleranciahacia los comportamientosrelacionados con el consu-mo de bebidas alcohólicases elevado. Cualquier plan-teamiento que haga eviden-te o cuestione determinadoshábitos de consumo, puedeser fácilmente objeto de crí-tica. Incluso entre personasde reconocido prestigio pro-fesional, se cuestionan losconsumos excesivos, debidoquizá a la falta de consenso,sobre si existe o no un pro-blema, por la permisividadde los consumos públicos ydescontrolados.

No estamos defendiendomedidas prohibicionistas queno se sabe qué efecto produ-cirían y decimos no se sabe,por los resultados que estáocasionando la Ley Antita-baco (Ley 28/2005 de 26 dediciembre) ¿cuántas perso-nas han dejado de fumaraprovechando las limitacio-nes? Sabemos que respectoal alcohol el tema es distintoy mucho más en nuestra cul-tura y medio social, dondeestamos habituados a ver có-

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Cuando hablamos de alcoholismo ponemosénfasis en diferenciarlo de lo que es un“consumo normal”, sin tener en cuenta quenadie decide en un momento determinadoser alcohólico o alcohólica, sino que sepuede llegar a ello a través de unaconducta repetitiva de consumo, delconsiderado normal.

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mo se incluye el alcohol enlos desayunos, almuerzos,aperitivos… lugares de tra-bajo… incluidos los bares ycafeterías de hospitales y uni-versidades. No, no hablamosde prohibición. Pretendemoshablar de conceptos más res-ponsables y educativos. Ha-blamos de respeto al derechoa la salud. Los Derechos Hu-manos existen para protegerla autonomía moral de losseres humanos que en defini-tiva tiene que ver con el res-peto a la dignidad de la per-sona. En este sentido se po-dría pensar que entran en co-lisión dos derechos funda-mentales: el de la salud (aúnsiendo uno de los derechosde tercera generación) y el dela libertad. Los derechos seconquistan, hay que lucharpor ellos, pero en este caso lalibertad de acción es absolu-tamente respetada mientrasque el derecho a una infor-mación veraz, una preven-ción eficaz y unas medidassaludables hay que defender-los. Decíamos que no habla-mos de prohibición más biende educación para vivir enuna sociedad con riesgos. Yen este sentido pienso que lospoderes y organismos res-ponsables de la salud de laspersonas podrían estar vul-nerando un derecho, por laomisión de acciones para po-tenciar mecanismos de pro-tección.

Problema socialNuestro interés por el es-

tudio del alcoholismo empe-zó hace bastantes años, co-mo consecuencia de la dedi-cación profesional, desde lapráctica del Trabajo Social.

El contacto diario con per-sonas alcohólicas, lógica-mente, nos proporcionó unavisión muy clara de las con-secuencias que, a nivel pri-vadodividual, son produci-das por el consumo excesivode alcohol. Pero comprendíque este aspecto es tan sólouna parte del fenómeno delalcoholismo. La otra ver-tiente desborda el campo delo individual y entra a for-mar parte del contexto so-cial en el que se desarrolla elfenómeno. Que el alcoholis-mo sea un problema socialno es una cuestión sobre laque se dude actualmente,tanto si atendemos a suscausas y extensión como sinos referimos a sus conse-cuencias. Sin embargocuando hablamos de al-coholismo ponemos én-fasis en diferenciarlo delo que es un “consumonormal”, sin tener encuenta que nadie decideen un momento determi-nado ser alcohólico o al-cohólica, sino que sepuede llegar a ello a tra-vés de una conducta re-petitiva de consumo, delconsiderado normal.

No queremos termi-nar esta reflexión sin in-troducir la perspectivade género en el des-arrollo del fenómenodel alcoholismo, por-que hasta hace pocotiempo las mujerescontaban con un fac-tor de protección im-portante debido alcontrol social que seejercía sobre sus con-ductas y los roles querepresentaban.

Incorporación de lasmujeres al consumo

La incorporación de lasmujeres al consumo de alco-hol igualado al de los hom-bres, presentan unas dife-rencias de género debido alos mensajes y los modelosque todavía marcan diferen-cias en las familias duranteel proceso de socialización.Hemos podido ver en otrade las investigaciones re-cientes, a través de los rela-tos escritos de las propias

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mujeres, que la sociedad noconcibe que éstas deban te-ner relación visible o reite-rada con el alcohol.

“Mi madre me enseñóque el alcohol es el peorenemigo de una mujer hon-rada”.

Pero, las mujeres, paraintegrarse socialmente, cre-en que han de emular lasconductas de los hombres ypor lo tanto acceden al es-pacio público de los consu-mos de alcohol, sin haberpasado por un proceso so-cializador en esa conducta.En el espacio privado, al hi-jo se le “enseña” a beber, ala hija se le aconseja ser abs-temia.

Sin embargo para sentir-se integradas deben “cum-plir” con la norma socialaceptada en los lugares deocio, deben consumir yaprender, a partir de sus ex-periencias negativas.

“Respecto a cómo afec-ta por el hecho de ser mujer,con menos cantidad de al-cohol acabas peor, pero esoes harto sabido. Luego es-

tán las que aguantan mogo-llón y se pican con los hom-bres a ver quién bebe más”

“Fui débil y caí en un es-tereotipo, aquél que diceque si no bebes cuando vasde fiesta no eres “guay”, yque por desgracia tan arrai-gado está.

Los juicios morales so-bre las mujeres bebidas sonmás peyorativos que sobrelos hombres, porque las mu-jeres deben cumplir su rolen el espacio privado, demanera que éste funcionesin problemas, para que loshombres puedan dedicarse yocuparse en el espacio pú-blico. No obstante, la incor-poración de las mujeres alos espacios públicos ha si-do un proceso rápido y con-tradictorio. En algunos as-pectos una trampa paraellas. En lo que se refiere alalcohol tras potenciarles elconsumo, se les oculta sitraspasan la barrera de “lonormal”.6 La importancia deesta hipocresía social, delocultamiento de los proble-mas de las mujeres alcohóli-cas, deviene en una negación

del tratamiento. En el mo-mento que a la mujer se lalleve a una consulta para tra-tar su dependencia, se estáreconociendo públicamentesu alcoholismo y esto va asuponer una vergüenza parala familia que, en muchos ca-sos, preferirá no destapar elproblema y no insistir enprestarle la ayuda médica ysocial necesaria. Volveríamosaquí a tener que considerarde nuevo la vulnerabilidaddel derecho a la salud de lasmujeres. Tan sólo el 15,4%de la población que acude atratamiento está formadopor mujeres.7

Nos resta añadir que eltabaquismo, la alcoholiza-ción, el abuso de medica-mentos y la automedicaciónde la población presumible-mente sana, se reflejan en elmundo del adolescente y deljoven. Las más elementalesleyes del aprendizaje social,hacen imposible resolver elproblema de las drogasmientras la sociedad respon-sable y adulta esté inmersaen un consumismo incon-trolado. ©

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Actualmente la capacidad dela nicotina de generar de-pendencias está fuera de to-

da duda, por tanto, el consumo de ta-baco se asocia a una dependencia físicay farmacológica pero, también, a otrasconsecuencias adictivas relacionadascon el comportamiento. Así existen fu-madores que, aun consumiendo mu-chos menos cigarrillos al día e inclusosin tragarse el humo, presentan unagran dependencia de tipo conductual ypoca dependencia física, además algu-nas personas deben afrontar el proble-ma psicológico, cambiar de pautas, ca-si automáticas asociadas actos cotidia-nos (hábitos). Podemos por tanto decirque la nicotina induce tres tipos de de-pendencias: farmacológica o física, psi-cológica o gestual y social.

El tabaquismo comoenfermedad adictiva crónica

La adicción es una enfermedad pri-maria que afecta al sistema nerviosocentral y está constituida por un con-

El tabaquismo comodrogodependencia

opiniónBegoña Iglesias

El concepto de tabaquismo ha sufrido una evolución. Enlos años 60 el consumo de tabaco era considerado comoun hábito, en los 70 se planteó como una dependencia.A mediados de los 80 se reconoce la nicotina como unasustancia poderosamente adictiva. Avanzados los 90 enla clínica del fumador. El hecho de fumar encajaperfectamente con el concepto de droga.

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junto de síntomas y signos característicos. Elorigen de la adicción es multifactorial impli-cándose factores biológicos, genéticos, psico-lógicos y sociales.

Una definición de la adicción podría serque es una situación en que la droga o estí-mulo controla la conducta de la persona.

Los síntomas mas comunes que se asociana la adicción son la pérdida de control del usodel tabaco que se caracteriza por episodios desu uso compulsivo que encamina a la inver-sión de tiempo y energía en la conducta adic-tiva, de modo que cada vez el adicto funcio-na con más dificultad en su vida normal.

El 80% de los casos se inician antes de los20 años de edad, manteniéndose a merced dela dependencia de la nicotina.

El tabaquismo es una enfermedad cróni-ca sistémica perteneciente al grupo de lasadicciones y catalogada por el Manual deDiagnóstico y Estadística de lo TrastornosMentales (DSM-IV) de la American Psychia-tric Association (1949). En esta categoría seincluye la dependencia nicotínica y el sín-drome de abstinencia provocado por falta denicotina.

El Tabaquismo se diagnostica por la pre-sencia, durante 12 meses, de tres o más de lossiete criterios propuestos por la clasificaciónde enfermedades mentales:

1º. Tolerancia: que implica la disminucióndel efecto obtenido con una dosis constantede la droga, lo que hace que se incremente

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progresivamente la dosis para obtener el gra-do de satisfacción deseado.

2º. Privación: que implica la aparición deun síndrome de abstinencia ante la falta de ladroga.

3º. Fumar: una cantidad mayor, o por unperíodo de tiempo mayor que el que se desea.

4º. Tener un deseo persistente de fumar eintentos fallidos para disminuir la cantidadque se fuma.

5º. Utilizar considerables períodos detiempo obteniendo o utilizando tabaco.

6º. Rechazar o despreciar oportunidadessociales y de trabajo por fumar.

7º. Continuar fumando aún a sabiendasdel daño que ocasiona a la salud.

En Febrero del año 2000 el Real Colegiode Médicos de Gran Bretaña publicó un in-forme que decía: “Los cigarrillos son un efi-ciente dispositivo de adicción de nicotina tanadictivo al menos como la cocaína y la he-roína”. Dos años antes el informe del Gover-ment�n Scientific Committee on Tobacco andHealth decía que “En las pasadas décadas ha-bía aumentado el reconocimiento de que laconducta del fumador y la dificultad para tra-tarle se debía a la adicción producida por lanicotina, confirmando así el informe de 15años atrás, de US Sargeon General, quienesen 1988 concluían que los cigarrillos y otras

labores del tabaco producen adicción siendola nicotina la droga que la causa… Por tantola nicotina es una droga psicoactiva, genera-dora de dependencias, con conductas y alte-raciones físicas especificas.

La nicotina es capaz de producir gradual-mente alteraciones en las funciónes cerebra-les en respuesta a periodos prolongados deexposición. Tanto la tolerancia como la re-ducción de los efectos de la droga requierenla administración repetida o el aumento dedosis para mantener los mismos daños. Estees el motivo por el que el consumo de tabacoes una puerta abierta a otras drogas.

Comparación de la adicción de la nicotina con las adicciones de otras drogas

Es importante colocar la adicción a la ni-cotina con respecto a la que producen otrasdrogas, para poder medir adecuadamente sudependencia y poder adictivo. En este senti-do, y en primer lugar, conviene conocer lasvías que se utilizan para liberar la droga, yaque ellas, además de la inherente a la propiadroga, determinan la dependencia. La vía in-halatoria aporta droga, de una manera rápi-da y a altas dosis, al cerebro pudiendo pro-ducir y mantener dependencia. La forma dela liberación de de la nicotina maximiza losefectos adictivos de la misma. Los productos

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del tabaco y en especial los cigarrillos estánprovistos de un sabroso sistema de liberación.Éste enmascara los efectos nocivos del taba-co, que incluyen, aparte de los conocidos, lasensación de calor en la boca, nariz y faringe.Los productos del tabaco son un medio paraaportar una rápida, flexible, controlada yreactiva dosis; la liberación de la nicotina tar-da en llegar al cerebro en forma de impulsosentre dos y siete segundos. Por otra parte, lasempresas fabricantes de cigarrillos empleantécnicas farmacéuticas para controlar las do-sis de nicotina a liberar. Por ejemplo, en loscigarrillos destinados a los jóvenes que se ini-cian, se reduce el pH, con un sistema de ni-cotina lento. Los cigarrillos contienen no só-lo las hojas del tabaco sino también sustan-cias químicas que pueden, de forma sinérgi-ca, producir efectos que aumentarían el re-fuerzo de la nicotina, amén del resto que ha-ce que cada cigarrillo tenga mas de 3.500partículas diferentes nocivas para la salud.

Numerosos son los trabajos que compa-ran las diferentes drogas adictivas, primerofue el Surgeon General en 1988 más recien-temente Henningfield y cols. Como indicandichas comparaciones la nicotina es una dro-ga con un poder adictivo alto (Siete veces ma-yor que la heroína). La adicción a la nicotinaes más común que la adicción a la cocaína,heroína y alcohol; el porcentaje de personasque prueban la nicotína por primera vez y sehacen dependiente es alto.

Influencias de la nicotina en lasneuronas dopaminérgicas

El sistema dopaminérgico mesolímbico esimportante en la adquisición de conductasque están reforzadas por estímulos ambien-tales externos o por estímulos inapropiadosdebidos a las drogas. El sistema dopaminér-gico se encuentra relacionado, por tanto, conlos efectos estimulantes psicomotores y conlos procesos de refuerzo del aprendizaje in-centivado es donde residen los centros delhambre, la sed, el impulso sexual y cualquiersensación placentera que queda grabada ennuestro cerebro.

El Doctor Fagerström, médico sueco, pio-nero en el tratamiento del tabaquismo, pro-puso un test que da una idea muy acertada

para valorar el grado de dependencia físicaque se puede tener:

Para terminarEl tabaco es la primera causa de muerte

evitable del mundo.Anualmente mueren 5 millones de perso-

nas a causa del tabaco.Y si no se aplican medidas idóneas en po-

líticas y programas para frenar su consumo,la predicción de 10 millones de muertes parael año 2030 será una realidad.

Las tres causas de ingresos hospitalariosmás frecuentes son :

Accidentes cerebro-vasculares Enfermedades cardiorrespiratoriasEPOCTodas ellas desarrolladas o agravadas por

el tabaquismo. ©

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El dopaje ha sido un fenómeno connaturalal deporte desde sus inicios, pero no eshasta el año 1998 enel que, a raíz de losescándalos quesucedieron en el Tourde Francia de eseaño, las autoridadesdeportivas decidenemprender una luchadecidida contra estapráctica y se crea laAgencia MundialAntidopaje que,desde entonces, es laencargada de dirigirtodas las políticasrelacionadas con elcontrol y represióndel dopaje en elmundo.

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¿ES EL DOPAJEUNA FORMADE ADICCIÓN?

opiniónPedro Manonelles Marqueta

Es muy importante considerar que el conceptode dopaje, dada su enorme trascendencia y re-percusiones, debe ser considerado desde su as-

pecto legal y, en este sentido, el Código Mundial Anti-dopaje, recientemente revisado en 2009, define el do-paje como “la violación de alguna de las reglas antido-paje”. Estas reglas son: Presencia de sustancias prohibi-das en el cuerpo del deportista. El uso o intento de usode sustancias o de métodos prohibidos. La negativa arealizar una recogida de muestras para control de do-paje o impedir que el deportista esté disponible para surealización. Falsificar cualquier parte del procedimien-to de control del dopaje. Poseer o traficar con cualquiersustancia o método prohibidos. Administrar o intentaradministrar una sustancia o método prohibido a un de-portista, o ayudar, fomentar, contribuir, incitar, encubriro cualquier otro tipo de complicidad que suponga unaviolación de la norma antidopaje.

Mejorar el rendimiento de forma ilegalNo obstante, la esencia fundamental del dopaje es la

utilización de sustancias o de métodos para mejorar elrendimiento del deportista de una forma ilegal.

Las sustancias y métodos prohibidos se recogen enun listado que se revisa cada año y que está integradopor los siguientes grupos: Agentes anabolizantes. Hor-monas peptídicas, factores de crecimiento y sustancias

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afines. Beta-2 Agonistas.Antagonistas y moduladoresde hormonas. Diuréticos yotros agentes enmascaran-tes. Métodos de aumento dela transferencia de oxígenocomo el dopaje sanguíneo.Manipulación química y fí-sica, como la cateterizacióny la sustitución de la orina ylas infusiones intravenosas.Dopaje genético. Estimulan-tes. Narcóticos. Cannabi-noides. Glucocorticosteroi-des. Alcohol. Betabloquean-tes. Estos dos últimos gru-pos sólo están prohibidos enalgunos deportes.

El dopaje no es un mé-todo único. Es utilizado porel deportista dependiendode los efectos que tiene cadasustancia dopante en lo querespecta a la mejoría delrendimiento.

Por citar algunos ejem-plos, en los deportes de re-

sistencia o de fondo, comolas carreras de larga distan-cia en atletismo, el ciclismoo el esquí de fondo, se utili-zan la eritropoyetina o eldopaje sanguíneo. En losdeportes de fuerza o veloci-dad, como la halterofilia ylos lanzamientos y pruebasde velocidad en atletismo, seutilizan los anabolizantes yla hormona del crecimiento.

Hay deportes en los quese utilizan estimulantes (anfe-taminas y cocaína), como de-

portes de equipo y de com-bate, para disminuir la sensa-ción de fatiga, para poderprolongar el esfuerzo y paraaumentar la agresividad.

Dopaje y drogadicciónno es lo mismo

Existen opiniones queequiparan dopaje y adic-ción, de tal manera que con-siderarían que el dopaje esuna forma de drogadicción.

La Organización Mun-dial de la Salud define poradicción, conducta adictivao drogodependencia el esta-do de intoxicación produci-do por el consumo repetidode una droga caracterizadopor el deseo de seguir to-mando la droga y obtenerlapor cualquier medio, la ten-dencia a incrementar la do-sis, la dependencia física ygeneralmente psicológica yla aparición de efectos noci-vos para el individuo o lasociedad.

Es indudable que el de-portista, que no vive ajeno ala sociedad, puede ser unconsumidor de drogas deabuso, e incluso un adicto.Pero lo que se cuestiona noes esto. Lo que se quiere di-lucidar es si el dopaje cons-tituye una forma de adic-ción o no. Es decir, si el do-

El toxicómano, mediante la utilización de lasdrogas, persigue fines como reducir la ansiedady la tensión, causar alegría, euforia y otroscambios placenteros del humor, crear laimpresión de aumento de capacidad mental yfísica, alterar la percepción o evadirse. Por elcontrario, el deportista lo que busca es mejorarel rendimiento en forma de mejora de losresultados deportivos.

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paje es una forma de droga-dicción.

Hay varias sustancias in-cluidas entre las prohibidasen las listas de dopaje de lasque es bien conocido su di-verso potencial adictivo co-mo sucede con el alcohol, loscannabinoides, los narcóti-cos (derivados de la morfina)y algunos estimulantes (co-caína y anfetaminas). Ade-más, se considera que los es-teroides anabolizantes an-drogénicos podrían tener unpotencial adictivo que se sus-tenta en un síndrome de abs-tinencia que se observa en al-gunos usuarios cuando dejande utilizarlos.

Si se indaga sobre los ob-jetivos perseguidos por el to-xicómano al drogarse y porel deportista al doparse severá que no sólo no son

coincidentes sino que se po-drían catalogar como con-trapuestos. El toxicómano,mediante la utilización de lasdrogas, persigue fines comoreducir la ansiedad y la ten-sión, causar alegría, euforiay otros cambios placenterosdel humor, crear la impre-sión de aumento de capaci-dad mental y física, alterar lapercepción o evadirse. Entérminos generales no pre-tende aumentar su rendi-miento físico. Además reali-za una utilización de las sus-tancias a largo plazo, inclusoindefinidamente. Por el con-trario, el deportista lo quebusca es mejorar el rendi-miento en forma de mejorade los resultados deportivos,aumento de los ingresos eco-nómicos y búsqueda de no-toriedad y reconocimiento

social. La utilización de lassustancias por parte del de-portista se realiza a cortoplazo y se centra exclusiva-mente en la competición.

Abuso y dependenciaTambién el análisis de las

características psicológicasde deportistas y de adictos esdispar. El adicto suele carac-terizarse por tener poca au-toestima, inmadurez, tenden-cia a la frustración, dificul-tad para resolver problemas,tendencia a escapar de la re-alidad, suelen ser personastemerosas, introvertidas ydepresivas y con personali-dades dependientes, mientrasque el deportista suele teneruna alta autoestima, estabili-dad emocional, bajo nivel deansiedad, alta tolerancia a lafrustración, ambición, con-centración, capacidad de de-cisión, capacidad de motiva-ción, agresividad no violentay capacidad de sufrimiento.

La adicción se caracteri-za, entre otros aspectos, porel abuso y la dependencia.En el abuso se dan las si-guientes circunstancias: difi-cultad para cumplir con lasobligaciones laborales, esco-lares o domésticas, implica-ción en situaciones de peli-gro, problemas legales recu-rrentes y uso continuado apesar de tener problemassociales o interpersonalespersistentes o recurrentescausados o exacerbados porlos efectos de la sustancia.

La dependencia provocatolerancia (aumento de la do-sis para llegar a la intoxica-ción o al efecto deseado, oefecto menor con la mismacantidad de sustancia), sín-

Marion Jones, estadounidenseespecialista en pruebas develocidad y salto de longitud,ganó tres medallas de oro ydos de bronce en los JuegosOlímpicos de Sydney 2000.En octubre de 2007 confesó,ante un Tribunal Federal deEstados Unidos, haberconsumido sustancias noautorizadas en dichacompetición, por lo que fuesancionada y le fueronretiradas las cinco medallasolímpicas.

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drome de abstinencia (sínto-mas del síndrome como an-siedad, irritabilidad, sudora-ción, escalofrío, etc. y necesi-dad de usar la sustancia paraaliviar o evitar dicho síndro-me), uso en grandes cantida-des o en un largo periodo, de-seo persistente o esfuerzos in-útiles para dejar o controlarel uso de la sustancia, dedica-ción de gran cantidad detiempo en actividades paraobtener la sustancia, reduc-ción o evitación de activida-des sociales, laborales o re-creativas por el uso de sus-tancias y uso continuado dela sustancia a pesar de reco-nocer que se tiene un proble-ma persistente o recurrente fí-sico o psicológico causado oexacerbado por la sustancia.

Como se aprecia, la adic-ción a las drogas tiene con-secuencias muy negativas so-bre la salud y hace muy difí-cil pensar que el deportistacon niveles razonables derendimiento pueda ser unadicto. En general, el depor-tista de cierto nivel sitúa supráctica deportiva entre lasactividades más importantesde su vida y, si su nivel es ele-

vado, será la actividad a laque preste más dedicación,lo cual es, prácticamente, in-compatible con la drogode-pendencia, porque ocupauna gran parte de la vidadiaria y porque la adicciónllega a comprometer gene-ralmente la capacidad de tra-bajar, estudiar o relacionarsenormalmente y, con toda se-guridad, de rendir a un nivelfísico moderado o alto.

Rechazo de la opiniónpública

El deportista tiene comoobjetivo fundamental conse-guir resultados deportivos.Es muy consciente de quepara conseguir sus objetivosdeportivos debe seguir unaspautas bien conocidas de en-trenamiento, descanso, ali-mentación y cuidado de lasalud porque la práctica de-portiva de competición re-quiere la integridad de todoslos sistemas, órganos y apa-ratos del organismo.

El deportista que se do-pa lo hará para mejorar susresultados y dejará de ha-cerlo si comprueba que és-tos disminuyen.

Además, es muy posibleque el deportista sepa quela drogadicción afectará deforma muy negativa a supreparación y también a susresultados. La adicción,más pronto que tarde, aca-bará retirando al deportistade su carrera y es que elcomportamiento adictivo esincompatible con el rendi-miento deportivo.

El dopaje no sólo persi-gue fines absolutamente di-ferentes de la drogadicciónsino que es realizado porpersonas que tienen carac-terísticas y motivacionesque no tienen nada que vercon las de los toxicómanos.

Por todo ello se deduceque conceptos como dopajey adicción no son sinónimos,ni tan siquiera parecidos yque no debería utilizarse es-te símil o equivalencia.

Hay teorías que indicanque la desaparición de losJuegos Olímpicos de la Pri-mera Era se debió a la ge-neralización del dopaje en-tre los atletas. En el mo-mento actual, la situaciónno parece que se encuentreen ese estado pero es evi-dente que el dopaje causaun gran rechazo entre laopinión pública debido aque pone en riesgo la saludy porque atenta contra losprincipios más nobles de laesencia del deporte, comoson el juego limpio, la com-petición en equidad e igual-dad de condiciones, la ho-nestidad, el respeto a lasnormas y a las leyes, el res-peto hacia uno mismo y ha-cia los otros participantes,el valor y el espíritu de gru-po y de solidaridad. ©

En general, el deportista de cierto nivel sitúa supráctica deportiva entre las actividades másimportantes de su vida y, si su nivel es elevado,será la actividad a la que preste másdedicación, lo cual es, prácticamente,incompatible con la drogodependencia, porqueocupa una gran parte de la vida diaria y porquela adicción llega a comprometer generalmentela capacidad de trabajar, estudiar orelacionarse normalmente y, con todaseguridad, de rendir a un nivel físico moderadoo alto.

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Como decíamos, al intentar describirlas características de los adolescen-tes consumidores de sustancias nos

hemos de centrar en los aspectos personales,familiares y sociales que les definen. En pri-mer lugar hay que dejar claro que un adoles-cente que consume sustancias de manera oca-sional no es un adicto, tampoco los es el ado-lescente que lo realiza de manera abusiva ycompulsiva (en este caso es cuestión de tiem-po). La mayoría de los adolescentes que con-sumen drogas lo hacen en contextos relacio-nales de ocio, incluidos los abusadores. Tam-

Hablar de adolescentes consumidores de drogas supone deducirautomáticamente conductas delictivas, violentas, faltas de respeto en laescuela, marginalidad, etc. todo ello haciéndonos eco de la experienciasocial que relaciona consumo y conductas desadaptadas. Esto si no nosponemos a generalizar y clasificamos a todos los adolescentes comorealizadores de estas conductas inadecuadas. Es como si de repentehubiésemos perdido a toda una generación, de hecho hemos llegado ainventarnos un nombre en función de los que no saben hacer y no de lo queson: “generación ni-ni”. Partir de esta premisa es un grave error, implicaasumir que los adolescentes que hacen las cosas bien (la inmensa mayoríade ellos), son seres extraños e inadaptados que sólo ocuparán su puesto enla sociedad si se dedican a realizar estas conductas.

opiniónJosé Luis Sancho Acero

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Intervención con adolescentes consumidoresde droga

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bién hemos de señalar que el consumo de sus-tancias no entiende de clases sociales, ni deedad, ni de género, aunque podamos decirque la mayoría de los usuarios que acuden alos programas pertenecen a clases medias,tengan en torno a los 16 años y medio y se-an mayoritariamente chicos.

Para desarrollar este artículo vamos a uti-lizar la experiencia acumulada –cerca dequince años de trabajo en el programa deadolescentes y familias que Proyecto HombreMadrid desarrolla– en el Programa Soporte.Desde esta experiencia podemos hipotetizarque las conductas disruptivas (consumo desustancias de manera abusiva, agresionesdentro y fuera del hogar, robos…) no sonmás que síntomas de un adolescente que seencuentra realizando un proceso madurativoinadecuado, ya que si analizamos, como va-mos a realizar a continuación, las caracterís-ticas personales, sociales y familiares de losmenores delincuentes, de los menores violen-tos y de los menores abusadores de sustan-cias, son prácticamente iguales en la mayoríade los casos. Por lo que las conductas se con-vierten en síntomas que son la expresión desu malestar personal y social. De esta formahabrá unos adolescentes que consuman abu-sivamente, otros que delincan, otros que se-an violentos y unos que lo hagan todo.

Las características personales delos y las adolescentes atendidos

Los y las adolescentes que acuden al pro-grama por exigencia de sus padres poseen lassiguientes características:

n Están dentro de una estructura familiar ycon frecuencia, integrados en el sistemaeducativo. Sufren fracaso escolar normal-mente incrementado por el consumo.

n Poseen baja resistencia a la frustración.

n El autoconcepto está distorsionado y laautoestima es baja.

n Escaso control de impulsos en la mayoríade los casos.

n Consumos de tabaco y cánnabis de ma-nera habitual en contacto con iguales.Consumo de alcohol, drogas de síntesis/cocaína asociados al ocio en el fin de se-mana.

n Cada vez son más los que han sufrido psi-cosis tóxicas y/o comas etílicos.

n Incremento de la sintomatología psiquiá-trica.

n En el caso de las chicas, existe un porcen-taje alto de sintomatología asociada a al-gún tipo de trastorno de la alimentación.

n Respecto a la clase social de origen noexisten diferencias significativas.

n Dos características de la adolescencia es-tán especialmente agudizadas: la percep-ción de invulnerabilidad y la búsqueda desensaciones nuevas.

n Percepción subjetiva de injusticia:4Sienten que no se les está tratando bien,independientemente de lo que hagan.

4Se avergüenzan de sus padres más de lopropiamente adecuado en esta etapa

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El consumo de sustancias noentiende de clases sociales, nide edad ni de género, aunquela mayoría de los usuarios queacuden a los programaspertenecen a clases medias,tienen alrededor de 16 años yson mayoritariamente varones.

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evolutiva.n “Ellos se merecen más”, aunque no hayanhecho nada por realmente merecerlo.

En general, los adolescentes con proble-mas con el consumo de sustancias son con-sumidores abusivos de las mismas en contex-tos de ocio. Por lo que podemos afirmar queno existe una dependencia física de las sus-tancias, quizá una “dependencia” al contex-to en el que se consume. Las sustancias de re-ferencia suelen ser tabaco y cánnabis, a dia-rio, y los fines de semana combinan con otrassustancias como el alcohol, la cocaína y lasdrogas de síntesis. En general, hablamos depoliconsumidores.

En función del sexo de los usuarios, con-sumen más los chicos que las chicas, pero lasdiferencias no son significativas; donde ya síaparecen diferencias significativas es en el nú-mero de usuarios y usuarias que acuden y re-ciben tratamiento, un 85 % de chicos y un15% mujeres.

Sobre el binomio, mujeres y consumo, ca-be destacar que las usuarias de los dispositi-

vos de Proyecto Hombre Madrid, en general,han consumido más cantidad y más rápidoque sus iguales hombres, su edad es inferiora aquellos y han experimentado en mayormedida los efectos indeseables de las sustan-cias. A esto hay que añadir lo estrechamenterelacionado que está la utilización de su cuer-po para la obtención de las sustancias, queademás está coincidiendo con graves proble-mas de aceptación de su imagen corporal, ge-nerando estilos anorexígenos o bulímicos.Añadamos a todas estas características rela-ciones emocionales de dependencia.

El entorno familiar y relacionalNos encontrábamos, en los procesos de

valoración de las familias atendidas, con quealgunas características de éstas facilitaban laexpresión disruptiva de estos adolescentes.

Destacan estilos educativos donde la so-breprotección materna y la evitación, teñidade autoritarismo paterno eran especialmentesignificativos. Igualmente la negación de lospadres a aceptar la “desviación” de conduc-ta de sus hijos (relacionándola con su fraca-so y culpa de no haber sido buenos progeni-tores) aparecían como otro de los factoresdestacados en el desarrollo de adolescentescon conductas disociales.

Otros factores de riesgo familiar a teneren cuenta en el proceso de generar conductasdisruptivas son:

n Escasa coherencia educativa entre las fi-guras parentales.

n La ausencia real o formal de uno de losprogenitores. Destacan las madres que setiene que enfrentar solas con los y lasadolescentes.

n Los roles familiares difusosn Los conflictos familiares latentes en losque los adolescentes son el paciente iden-tificado del sistema en conflicto.No perdamos de vista que junto con la

realidad familiar se encuentra el grupo deiguales en los que el adolescente se siente inte-grado. En relación con esto nos podemos en-contrar con otros posibles factores de riesgo:

n Iguales con características comportamen-tales similares que reafirman la conducta.

n Adolescentes que no tiene un grupo depertenencia definido, sino que tiene mu-

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chos grupos a los que se acercan en dife-rentes momentos y a los que tienen queagradar con conductas más llamativasque lo habitual para ser aceptados en susidas y venidas.

Por último, no olvidemos el constructosocial que tenemos sobre los adolescentes yque continuamente les estamos devolviendo.Les consideramos egoístas, indolentes, cen-trados en el botellón y en la fiesta, violentosen la escuela y en la calle, asentados en la co-modidad y en el consumo (rasgos de nuestrasociedad, no de la adolescencia) y, por últi-mo, incapaces de aportar algo positivo. Estoque parece una exageración es el reflejo quereciben a través de los medios de comunica-ción de lo que es un adolescente “normal”.Uno de los motivos por los que los adoles-centes consumen drogas es porque las sus-tancias producen efectos satisfactorios inme-diatos, cosa que las conductas saludables (es-tudiar, hacer deporte, ser amable…) no ga-rantizan, por lo que si esto es lo que “so-mos”, para qué luchar por ser mejores.

El tratamientoAnte este fenómeno nos planteábamos in-

tervenciones conjuntas sobre el adolescente ysus familias desde unos modelos teóricos reco-nocidos como son la Teoría Cognitivo Social deBandura y el Modelo Transteórico de Prochas-ka y DiClemente, todo ello bajo el paraguas dela Psicología Humanista que fundamenta la fi-losofía de trabajo de Proyecto Hombre.

El proceso de tratamiento pretende dis-minuir los factores de riesgo que favorecen larealización de todas las conductas disrupti-vas, de las que hemos estado hablando másarriba, y aumentar los factores de protecciónque reducirían la probabilidad de su apari-ción. Realizando, a la vez, dos procesos demotivación al cambio, en paralelo pero condistintos momentos de inicio: el de los padres,primero, el de los y las adolescentes después.Esto se debe a que para conseguir que el ado-lescente se comprometa en el proceso de tra-tamiento, primero hemos de lograr el “em-powerment” familiar que les permita recupe-rar la autoridad en el hogar.

También, para ayudar a las familias en lasque sus adolescentes manifiestan las conduc-tas de las que hemos estado hablando, debe-ríamos recuperar el empeño con el “contra-to” de colaboración escuela – familia – so-ciedad. Por último, un compromiso socialque recupere la imagen de nuestros adoles-centes que elimine la que hasta la fecha se lesestá trasmitiendo de sujetos disociales comoel adolescente normalizado, frente a un in-existente adolescente integrado, no consumi-dor y no violento. ©

Los adolescentes conproblemas de droga sonconsumidores abusivos encontextos de ocio. Podemosafirmar que no existe unadependencia física de lassustancias. Quizá una“dependencia” al contexto enel que se consume.

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La tasa de abandono escolar tambiénva en aumento de forma preocu-pante (de 29,1% en el año 2000 al

31,9% en 2008). Es la tercera más alta de los27 países de la Unión Europea y supera el do-ble de la media europea. Además, España esuno de los 11 países cuya tasa sigue aumen-tando y, a diferencia del resto, desde un nivel ya altísimo. El Plan aprobado por el Gobier-no español y las autonomías en 2008 para re-ducir el abandono a la mitad en 2010 no hadado ningún fruto. Algunos afirman que el

abandono escolar temprano surge de la ava-lancha migratoria y del empleo fácil en lossectores de la construcción y del turismo. Siesa tesis fuera cierta, sería previsible consta-tar una reducción de las tasas de abandonoasociadas a la recesión económica.

El perfil del alumnado que fracasa varíacon la misma rapidez que los cambios socia-les. En la actualidad corresponde con el de unvarón de estrato sociocultural bajo que se haformado en un centro público del sur de Es-paña; y, si nos ceñimos a la Comunidad de

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En torno al 35 % del alumnado en España no alcanza los objetivos mínimosde escolarización obligatoria, más del doble de la media de la Unión Europea.En la Cumbre de Lisboa, España se había marcado el objetivo de bajar esatasa al 10 %, pero transcurrida una década no lo ha conseguido. El últimoinforme PISA situaba a España a la cola de Europa y sacaba a la luz, sobretodo en las escuelas públicas, graves carencias, como la baja capacidadcomprensiva de los escolares, y los altos niveles de fracaso escolar.

fracaso escolarEl problema

que no importa

opiniónAna Mª González Prado

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Madrid, de origen inmigrante. En general setrata de jóvenes “recuperables”, pese a que nohan logrado adaptarse al marco general de laenseñanza formal por causas familiares, socia-les o económicas; y tampoco ese marco se haadaptado lo suficiente para darles respuesta.

Otros problemas básicos como la falta devocación, profesionalidad y motivación delprofesorado; la pasividad de las familias (quehan trasladado la responsabilidad educativaal profesor y que en las situaciones críticas ledesautorizan), o el incremento de la conflic-tividad y la violencia en los centros educati-vos aumentan también bajo el auspicio de unesquema directivo, como mínimo cuestiona-ble, que dificulta la búsqueda de soluciones.

¿Quién busca soluciones?A pesar del panorama que presentamos,

según el último barómetro de opinión delCIS, sólo el 0,3 % de los españoles señala laeducación como el principal problema queexiste actualmente en España y cuando se ad-miten hasta tres respuestas, la educación apa-rece en el octavo lugar y con escaso peso conrelación a las primeras. La falta de moviliza-ción de la sociedad ante estos problemas essólo comprensible a la vista de estos datos,que muestran que la población no percibe sugravedad inmediata o su repercusión a medioy a largo plazo.

El ministro Gabilondo presentó en fechasrecientes un texto de propuestas para lograrel Pacto de Estado por la Educación, en cuyanecesidad coinciden tanto la clase política co-mo la comunidad educativa, pero los indiciosauguran que España seguirá abocada a tan-tos cambios de modelos educativos comoocupantes se instalen en la Moncloa.

¿Por qué no se implican los políticos en labúsqueda de soluciones? Su mediocridad que-da patente cada día en tanto que todas las in-tervenciones y posicionamientos parecenorientados a una campaña electoral perma-nente. La confrontación perpetúa los proble-mas, que sólo sirven como arma arrojadizaentre partidos.

Una de las funciones primordiales de laescuela es la de abrir posibilidades. La escue-la debe adaptarse a las circunstancias de losniños e intentar que todos progresen a partir

de sus diferencias (capacidades, niveles, acti-tudes, hábitos, circunstancias familiares, so-cioeconómicas, valores…). La política educa-tiva debe velar por apoyar a quienes partende unas circunstancias más desfavorables.

En España se han adoptado distintas me-didas en el ámbito de la enseñanza regladapara prevenir el fracaso como los Programasde Compensación Educativa o los de Diversi-ficación Curricular. También se han puesto enmarcha programas alternativos al curriculumacadémico que, si bien no conducen directa-

El perfil del alumnado que fracasavaría con la misma rapidez que loscambios sociales. En la actualidadcorresponde con el de un varón deestrato sociocultural bajo que se haformado en un centro público del surde España; y, si nos ceñimos a laComunidad de Madrid, de origeninmigrante. En general se trata dejóvenes “recuperables”, pese a que nohan logrado adaptarse al marcogeneral de la enseñanza formal porcausas familiares, sociales oeconómicas.

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mente al título de graduado en educación se-cundaria, sí promueven el acercamiento a unainserción socio-laboral en primer término y elacceso a dicha titulación en un segundo nivelque podría cursarse en centros de educaciónde personas adultas.

Los apoyos articulados para compensaralgunas discapacidades (físicas o sensoriales)han mostrado su eficacia tanto en el ámbitoeducativo (medidas de apoyo para el alum-nado con necesidades educativas especiales),como en el laboral (mediante la Ley de Inte-gración de Minusválidos, LISMI).

Fracaso escolar y drogodependenciaPuesto que la desventaja social tiene una

influencia tan poderosa en el fracaso escolary en la exclusión del mercado laboral ¿no ten-dría sentido establecer apoyos también paraquienes la sufren? Razones de justicia socialdeberían ser suficientes para empujarnos enesa línea, pero si la miopía impide ver tan le-jos seamos prácticos y hablemos el lenguajepredominante, que es el del dinero. Si anali-zamos la historia escolar de personas drogo-dependientes o que están cumpliendo conde-na en prisión veremos que la correlación en-tre fracaso escolar y trastornos psicosocialesque afectan a la persona y a la sociedad es es-calofriante tanto en términos de bienestar so-cial (inseguridad ciudadana, drogadicción,violencia…) como de gasto (subsidios socia-les, fuerzas de seguridad, juicios, dispositivossanitarios de desintoxicación, de salud men-tal, prisiones, dispositivos de reinserción…).

¿Por qué entonces no se encuadra tam-bién este colectivo en el de alumnos con ne-cesidades educativas especiales y se estable-cen medidas de apoyo social en el ámbito es-colar? ¿Y por qué no en el de grupos cuyacontratación se acompañe de medidas incen-tivadoras para los empresarios?

No hay medidas favorecedoras de la inser-ción laboral para jóvenes en situación de difi-cultad socio-económica y tampoco a los agen-tes sociales parece importarles. Por cierto, ¿porqué los únicos llamados agentes sociales sonlos empresarios y los sindicatos? ¿Por qué novan a ser agentes sociales los colegios, las aso-ciaciones profesionales o las entidades de uti-lidad pública? ¿Y por qué no los centros de en-

señanza, que teóricamente capacitan a la po-blación para conseguir un empleo?

La implicación de las familias que cuen-tan con una persona discapacitada es máxi-ma, constante y esa causa se convierte en sulife motive, lo que ha impulsado el magníficomarco de apoyos que mejora la calidad de susvidas mediante medidas de discriminaciónpositiva que han hecho de la experiencia es-pañola un modelo internacional.

Aportando salidasPero, si bien el fracaso escolar preocupa

como fenómeno y argumento de marketingpolítico, ¿quiénes se ocupan de dar respuestaa los niños, las niñas, los jóvenes con nombrey apellidos que lo sufren? Entidades como“Norte Joven”, “Cáritas”, “Tomillo”, “Se-milla” o “La Kalle”, entre otras, son buenamuestra de ello.

En la actualidad, una gran proporción delos jóvenes que terminan la edad de escolari-zación obligatoria (16 años) sin obtener el tí-tulo de Graduado en Educación Secundariallega a este tipo de entidades desde la calle oderivados por los servicios de orientación delos Institutos de Educación Secundaria (IES).Están utilizando principalmente dos salidasalternativas a los institutos: 1) Los Centros de

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Educación de Personas Adultas; y 2) los Pro-gramas de Cualificación Profesional Inicial;sin embargo, tropiezan con frecuencia conproblemas administrativos concretos que lescierran esa posibilidad. Veamos:

1) Obtener el título en un Centro de Edu-cación de Personas Adultas (CEPA) en lafranja de edad comprendida entre los 16 y los18 años sólo resulta posible para quienes dis-pongan de un contrato de trabajo porque asílo establece la Ley Orgánica de Educación(LOE), en su artículo 67. Esta limitación cie-rra prácticamente la posibilidad porque laaportación de un contrato de trabajo es difí-cil para todos en la actual coyuntura econó-mica, e imposible para los inmigrantes queaunque residan legalmente en nuestro país notienen autorización para trabajar. En el Mi-nisterio de Educación son conscientes de losproblemas que el artículo 67 está planteando,pero no han encontrado modo de sortearlopor la dificultad que entrañaría promover uncambio legislativo (ese tipo de esfuerzos sehacen para asuntos más importantes).

2) Aprender una profesión en un Progra-ma de Cualificación Profesional Inicial(PCPI). Estos programas contemplan una mo-dalidad denominada “Aulas Profesionales”que se adapta en mayor medida a las pecu-liaridades del alumnado que presenta un ma-yor rechazo al sistema educativo. Están ins-pirados en las actuaciones de entidades al-

truistas, pero se han obviado, sin embargo al-gunas estrategias de organización e interven-ción que han mostrado su eficacia y que con-sideramos claves para aumentar las probabi-lidades de éxito y rentabilizar en mayor me-dida los recursos. No se contempla, por ejem-plo, la posibilidad de autorizar centros priva-dos (sin ánimo de lucro) para impartir PCPIen la modalidad de Aulas Profesionales, loque conlleva la paradoja de que sólo si la Co-munidad de Madrid, por ejemplo, subven-ciona el programa, el alumno puede cursarlo,hacer prácticas no remuneradas en empresasy obtener certificación oficial. No así cuandolos fondos provienen de otros patrocinadores(altruistas). Es decir, el mismo programa, enel mismo centro, con el mismo profesorado yla misma gratuidad permite o no la certifica-ción al alumnado. En definitiva, como el go-bierno autonómico no tiene presupuesto asig-nado para sostener tantos programas comotécnicamente él mismo aprobaría y la necesi-dad evidencia, jóvenes que aplican su traba-jo e ilusión para aprender una profesión enun lugar donde han sentido que importan aalguien, no verán refrendados sus esfuerzoscon una certificación oficial.

Por otra parte, estos programas estable-cen un calendario lectivo similar al de esco-larización obligatoria, con plazos cerrados dematrícula, de tal modo que las vacantes deja-das por alumnos inscritos en el inicio no pue-den ser cubiertas con nuevas incorporaciones;lo que, por un lado, deja en la calle a chicasy chicos que podrían incorporarse; y, porotro, dispara los costes relativos de la plaza.

Cada alumno importaDesde la perspectiva que nos aporta el

trabajo directo con jóvenes con trayectoria defracaso escolar asociado a dificultades socia-les y económicas, hemos podido avanzar (ob-jetivando indicadores, investigando, explo-rando desarrollos pedagógicos…), trascenderla experiencia y aportar posibles vías para su-perar desventajas. Nuestra experiencia esmuy positiva con relación a los logros delalumnado participante, aunque chocamoscon severas limitaciones, algunas de la cualespodrían resolverse si hubiera verdadera vo-luntad política. Las buenas prácticas apuntan

El clima socio-afectivo del aula ydel centro determinan en granmedida el éxito/fracaso y elestablecimiento de modelos adultosestables y próximos permiteincorporar claves de relacióndistintas. Consideremos laimportancia de esta comunicaciónconstante que está emitiendo elprofesor y diferenciemos en elmensaje los contenidos de losniveles de relación queestablecemos.

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hacia claves metodológicas de éxito funda-mentadas en dos aspectos: a) posibilitar unaformación profesional práctica encaminada alaprendizaje de un oficio y b) organizar la en-señanza de manera individualizada que per-mita a cada alumno acceder e iniciar su for-mación en cualquier fecha del año, seguir elritmo de aprendizaje según su propio nivel ycapacidad y recibir una atención personaliza-da por parte de monitores y educadores conel fin de potenciar la motivación y ajustar suautoestima.

La incorporación paulatina del alumnadono sólo no es un problema, sino que aportaenormes ventajas en la intervención desdedistintas perspectivas: percepción de éxito(cada alumno tiene como referente de éxi-to/fracaso su propio nivel y no el de la ma-yoría), prevención de la conflictividad (unalumno nuevo se adapta a un grupo ya esta-blecido y asume normas de forma natural, enlugar de posicionarse como integrante de ungrupo de alumnos “difíciles” frente al profe-sor), etc.

Los resultados obtenidos en cuanto a laintegración y aprovechamiento de las ense-ñanzas impartidas mejoran sustancialmente sise basan en: 1º) la adaptabilidad personaliza-

da de los ritmos de enseñanza; 2º) el apoyoindividual que estimula la motivación por elaprendizaje y la autoestima; y 3º) la forma-ción integral en valores de sociabilidad y con-vivencia.

Cada alumno importa. El clima socio-afectivo del aula y del centro determinan engran medida el éxito/fracaso y el estableci-miento de modelos adultos estables y próxi-mos permite incorporar claves de relacióndistintas. Consideremos la importancia de es-ta comunicación constante que está emitien-do el profesor y diferenciemos en el mensajelos contenidos de los niveles de relación queestablecemos. Tomemos conciencia de que lamayoría de las veces para el alumno, parti-cularmente en estas franjas de edad, prima larelación sobre el contenido y éste adquirirámayor relevancia para un alumno en una am-biente afable.

Es necesario eliminar los obstáculos queimpiden el progreso de estos jóvenes en arasde ofrecerles alternativas que faciliten su ac-ceso a los objetivos mínimos de la educaciónobligatoria dentro o fuera de los centros enlos que no los han logrado. Dar viabilidad aalguna de las soluciones planteadas mejora-ría sus posibilidades de integración. ©

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La incorporación paulatinadel alumnado en la formaciónprofesional aporta enormesventajas: percepción de éxito(cada alumno tiene comoreferente de éxito/fracaso supropio nivel y no el de lamayoría), prevención de laconflictividad (un alumnonuevo se adapta a un grupoya establecido y asumenormas de forma natural, enlugar de posicionarse comointegrante de un grupo dealumnos “difíciles” frente alprofesor), etc.

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E lementosimplicados en elconsumo de drogas

A la hora de analizar elfenómeno del consumo dedrogas la mayor parte de losesfuerzos se han dirigido alanálisis de las diferentes sus-tancias así como a sus efec-tos de dependencia sobre elorganismo ya sean físicosy/o psicológicos.

Pero a la hora de enten-der el consumo de drogas enlos adolescentes existenotros dos elementos impli-cados que no podemos ob-viar. Uno hace referencia alas características de la pro-pia etapa evolutiva de laadolescencia y el otro hacereferencia al entorno socio-cultural donde conviven y sedesenvuelven nuestros ado-lescentes.

La etapa evolutiva de laadolescencia supone un pe-riodo de transición entre “elmundo infantil” y “el mun-do adulto” en el que se pro-

ducen numerosos cambiosen un periodo relativamentecorto de tiempo:

l Cambios de tipo físicoque dan lugar a una ma-duración sexual y acele-ración del ritmo de cre-cimiento.

l Cambios de tipo cogniti-vo caracterizados espe-cialmente por la progre-

siva adquisición del pen-samiento abstracto.

l Cambios de tipo socialque suponen una bús-queda de independenciay autonomía. El cuerpo del adolescen-

te se transforma y madurafísicamente. Cambios físicosque suponen un reajuste enla imagen que tienen de sí

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opiniónMónica Jiménez Seco

Adolescencia ydrogasTrabajar en el presente como garantía del futuro

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mismos y que pueden gene-rar momentos de insatisfac-ción e inseguridad.

A su vez, la mentalidaddel adolescente podrá ir ale-jándose paulatinamente dela realidad, evolucionandodel pensamiento concreto alpensamiento abstracto oformal. Los chicos/as toma-rán conciencia progresiva-mente de que existen otrasformas posibles de enfren-tarse a la realidad o de re-solver los problemas y senti-rán la necesidad de ponerloen práctica a través del cues-tionamiento de las normas yde las figuras de autoridad,idealizando o fantaseandosobre las posibilidades deresolución. Pero la falta deexperiencia, necesidad dereafirmación y cierto senti-miento de invulnerabilidadpueden provocar valoracio-nes erróneas del riesgo antedeterminadas situacionescomo es el consumo de dro-gas y en consecuencia faltade prudencia en sus com-portamientos.

En este momento detransición de niño/a adulto,los adolescentes tendrán queresponder quizá a la pre-gunta más difícil de su vida“¿quién soy yo?” tomandodecisiones que serán funda-mentales para su futuro ge-nerando momentos de in-certidumbre y estrés. En es-ta búsqueda de identidadcobrarán especial relevanciasus amigos y su necesidadde intimidad en detrimento,en ocasiones, de sus relacio-nes familiares. La experi-mentación, asunción pro-gresiva de responsabilida-des, resolución de conflic-

tos, búsqueda de valores ytoma de decisiones de formaautónoma irán definiendode forma progresiva sus mo-tivaciones y personalidad.

Este proceso de búsque-da y experimentación tendrálugar dentro de un determi-nado contexto o entorno so-ciocultural en el que hoy endía podríamos destacar:

l La ausencia de valoreséticos y morales.

l La sobrevaloración deléxito rápido y sin es-fuerzo sin tolerancia a lafrustración.

l La necesidad de cons-tante felicidad a través

del consumo agresivo(música, moda, ocio, ali-mentación…)

l La pérdida de valor yautoridad de los padresy profesores.

l La ausencia de adultosde referencia (largas jor-nadas de trabajo, fami-lias desligadas…).

l Los altos niveles de fra-caso escolar.

l La falta de expectativasde futuro (crisis socioe-conómica).

Sin olvidar las diferen-cias individuales, la combi-nación de estos tres elemen-

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La falta de experiencia, la necesidad dereafirmación y cierto sentido deinvulnerabilidad pueden provocarvaloraciones erróneas del riesgo antedeterminadas situaciones como es elconsumo de drogas y en consecuenciafalta de prudencia en suscomportamientos.

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tos (sustancias, etapa evolu-tiva y entorno sociocultural)sitúa a los adolescentes enuna posición de especial vul-nerabilidad ante el consumode drogas y la generación deposibles dependencias.

Cómo es el consumode drogas en losjóvenes de 14 a 18años de la Comunidadde Madrid.

Si realizamos un peque-ño análisis de los datos ob-tenidos por la última En-cuesta sobre el Uso de Dro-gas en Enseñanzas Secunda-rias de la Comunidad deMadrid en el año 20081, po-demos observar que:

l La prevalencia en el con-sumo de sustancias enlos últimos 30 días es deun 52,1% de alcohol,seguido de un 32,8% detabaco y un 21,7% decannabis. El consumo detranquilizantes sin pres-cripción médica y de co-caína alcanza un 2,9% y2,1% respectivamente.

l La edad media de inicioen el consumo de las dis-tintas sustancias es de13,2 años en el consumode tabaco; 13,7 en el al-

cohol; 13,9 tranquilizan-tes sin prescripción médi-ca; 14,6 cannabis; 14,8éxtasis; 15,1 cocaína yalucinógenos; 15,2 spe-ed/anfetaminas.

l La comparación de los re-sultados de la encuesta enel año 2008 con los obte-nidos en el año 2006 se-ñalan un descenso en laedad de inicio en el con-sumo de speed/anfetami-nas, cocaína y éxtasis.

l El riesgo percibido en elconsumo de heroína, co-caína y éxtasis lo consi-deran muy alto, seguidodel consumo de canna-bis y tabaco percibidocon un riesgo alto, si-tuándose por último elconsumo de alcohol agran distancia.

l La percepción que tie-nen los jóvenes sobre lafacilidad de acceso a lasdistintas sustancias seña-lan el alcohol como lamás accesible seguidadel cannabis y a una dis-tancia considerable elresto de sustancias. Los resultados obtenidosen la encuesta del 2008en comparación con losobtenidos en el 2006 in-

dican que en general esmás difícil acceder a lasdrogas.

l Atendiendo a la distri-bución por género, lasmujeres presentan pre-valencias más elevadasen las sustancias legales(tabaco, alcohol, tran-quilizantes) frente a lassustancias ilegales. Estadistribución se presentade forma inversa en loshombres.

En este contexto se con-vierte en absolutamente ne-cesario el fomento de Facto-res de Protección en los ado-lescentes dirigidos a la trans-misión de información, ad-quisición de herramientaspersonales y entrenamientoen habilidades sociales quefavorezcan conductas alter-nativas a las conductas deriesgo.

Factores de protecciónque deberán generarse en elseno de la familia y en la es-cuela por ser los principalesagentes de socialización: lafamilia como transmisora delos valores fundamentales,actitudes y creencias de loschicos/as y la escuela por suresponsabilidad educativa yde promoción del desarrollointegral del individuo.

Los programas deprevención en loscentros de educaciónsecundaria de laComunidad de Madrid

La Ley Orgánica deEducación2 recoge la res-ponsabilidad de abordar alo largo de la enseñanzaobligatoria objetivos dirigi-dos al fomento de hábitos

La falta de experiencia, la necesidad dereafirmación y cierto sentido deinvulnerabilidad pueden provocarvaloraciones erróneas del riesgo antedeterminadas situaciones como es elconsumo de drogas y en consecuenciafalta de prudencia en suscomportamientos.

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de cuidado y educación pa-ra la Salud.

Si bien las labores de pre-vención y adquisición de há-bitos saludables deben ini-ciarse en los primeros añosde nuestra infancia, es en laetapa de Educación Secun-daria Obligatoria donde loschicos/as comenzarán a ex-perimentar con las drogas ypor tanto donde se expon-drán a los mayores riesgos.

Hoy en día los Centrosde Educación Secundaria enel Municipio y la Comuni-dad de Madrid cuentan condiversos Programas de Pre-vención que en su mayoríaincluyen la formación delprofesorado para el desarro-llo de las actividades, laorientación familiar y el di-seño de materiales pedagó-gicos para el alumnado.

Programas entre los quedestacan Prevenir en Ma-drid3 con una gran expe-riencia a sus espaldas, desa-rrollado en un Convenio deColaboración entre el Insti-tuto de Adicciones de Ma-drid Salud y la UniversidadComplutense de Madrid y

que actualmente se ofrece alos 21 distritos del Munici-pio o el Programa Prote-giéndote4 elaborado por laAgencia Antidroga de laComunidad de Madrid encolaboración con la Conse-jería de Educación que co-mienza su andadura en elpresente curso escolar2009/2010.

Ambos programas, másallá de ofrecer informaciónacerca de las sustancias y susefectos por consumo, dirigensu acción al fomento de:

lHabilidades cognitivas:percepción del riesgo,efectos y consecuenciasdel consumo, mitoserróneos y toma de deci-siones.

lHabilidades emociona-les: afrontamiento de in-certidumbre y estrés an-te el proceso de cons-trucción de su identidad,control de la ira o des-arrollo de una actitudcrítica.

lHabilidades de interac-ción social: comunica-ción, asertividad, resis-tencia a la presión de

grupo y resolución deconflictos.

lHábitos saludables: al-ternativas de ocio ytiempo libre saludable(recursos y actividadesdeportivas, teatro, músi-ca, arte…)

Por último, de cara auna posible orientación concarácter más específico seráen la Comunidad de Madrida través de la Agencia Anti-droga5 o el Ayuntamiento deMadrid a través del Institu-to de Adicciones de MadridSalud6, que en su caso cuen-ta, entre otros servicios, conun equipo de Técnicos dePrevención distribuidos enlos 21 distritos del Munici-pio de Madrid a quienes sepuede solicitar su interven-ción y derivación de casosindividuales.

Todo un conjunto de ac-ciones de acciones de pre-vención e intervención delas que somos responsablescomo garantía de futuro pa-ra nuestros jóvenes y ado-lescentes. ©

1. Observatorio Regional sobreDrogodependencias y otrosTrastornos Adictivos de la Co-munidad de Madrid.- Encuestasobre el Uso de Drogas en En-señanzas Secundarias de la Co-munidad de Madrid en el año2008

2. L.O.E.- Ley Orgánica de Educa-ción 2/2006 de 3 de Mayo.

3. www.madridsalud.es/adiccio-nes/ambitoeducativo.php

4. Protegiendote – Madrid.org -PortalSalud

5. Madrid.org – Agencia antidroga

6. www.madridsalud.es/adiccio-nes/adicciones.php

Los factores de protección deberángenerarse en el seno de la familia yen la escuela por ser los principalesagentes de socialización: la familiacomo transmisora de los valoresfundamentales, actitudes ycreencias de los chicos/as y laescuela por su responsabilidadeducativa.

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La drogadicciónvista desde el cineUna prisión para los adictos

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El cine, por cuanto reflejo y testimonio de la sociedad de su momento, haabordado la relación del ser humano con las drogas. Y los puntos de vistade los directores han sido tan dispares como complementarios. Desde ladenuncia de las sustancias tóxicas como elementos alienantes, pasando aotras películas que secentraban en sucarácter experimental,así como las queejercían cierta apologíapara después diluirseante el evidente declivefísico y psicológico delos personajes. Sepuede decir que, en elcine, las drogas, comoen nuestra civilización,tienen un falso principioliberador para despuésconvertirse en lo queson: una prisión para los adictos.

El alcohol, considerado hasta nues-tra época, una droga legal, ha teni-do un tratamiento poco compla-

ciente en el cine. Eso sí, cuando se trata se-riamente y es la esencia de la película. Si esun argumento colateral, es frecuente ver, enmuchas cintas de John Ford, como por ejem-plo “El hombre tranquilo” el alcohol comoelemento de socialización entre los hombres,unido siempre a una situación placentera.

Uno de los primeros directores en mostrarcon toda su crudeza el drama del alcoholismofue Billy Wilder en “Días sin huella” (1945).Wilder no ahorró al espectador ninguno de los

padecimientos de un alcohólico encarnado porRay Milland. En un proceso de degeneracióndel que parece que no hay camino de vuelta.Con gran verosimilitud, se puede ver a Mi-lland sudando, desesperado por un trago, es-condiendo las botellas para que no las veansus amigos… No duda en robar a sus allega-dos. Wilder nos presenta a un ser despersona-lizado, cuya voluntad sólo se activa para con-seguir una botella de bourbon. Este crudoacercamiento al alcoholismo logró cuatro pre-mios Oscar. El filme, por su sinceridad y la efi-cacia de su narración -seca, punzante, como elalcohol cuando atraviesa la garganta- puede

opiniónCecilia García

Ray Milland en “Días sin huella”

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ser una inmejorable terapia para que muchosalcohólicos se miren en el espejo.

Efecto devastadorOtra de las obras cumbre sobre este tema

es “Días de vino y rosas” (1962). Filmadapor el director de comedias Blake Edwards yprotagonizada por Jack Lemmon y Lee Re-mick, la película propone el recorrido que lle-va de beber una copa como una acción lúdi-ca sin más consecuencias a caer en la depen-dencia. El trabajo del personaje que encarnaLemmon alterna cada vez más por su profe-sión -la presión del trabajo y las exigencias alas que somete a los trabajadores está muypresente como elemento que empuja a losprotagonistas a una espiral de la que ya nopueden salir-, y embarca a su mujer en laaventura. Gracias a la humanidad que des-prenden tanto Lemmon como Remick, el es-pectador sufre con su progresiva dependenciaque, por supuesto, afecta a su convivencia.Lo mejor del filme es su capacidad de con-vicción en la teoría que maneja: dos personas,con perfiles cotidianos -no hay ningún rastrode marginalidad o cualquier problema social-pueden caer en la adicción. Devastadora en elfondo, una de las secuencias más impactan-tes es cuando Lemmon, ya rehabilitado va avisitar a su esposa, aún alcohólica y ve en ellalos estragos de la enfermedad.

El gran John Huston rueda en 1984, “Ba-jo el volcán”. Basada en la novela de MalcomLowry, se puede ver el proceso autodestructi-vo de un ex cónsul británico asentado en Mé-xico que busca evadirse de su intensa tristezay vacío existencial a través del alcohol, al queutiliza, de forma equivocada como medida te-rapéutica.

En 1987, el director Barbet Schroeder es-trena “El borracho”, una cinta basada en lavida del escritor Charles Bukowski, un serautodestructivo. En ella se expone no sólo elcaos interior que vive un borracho, tambiénla degeneración exterior que pasa por antrosde mala muerte, amigos de farra tan pasadosde vuelta como él. La cinta es errática, ya quees demasiado fría y no profundiza en los in-fiernos interiores del personaje, para quedar-se sólo en la epidermis de un escritor al queel alcohol le da un aura de maldito.

Más sincera y desasosegante es “LeavingLas Vegas” (1995), Mike Figgins. Desde lasprimeras secuencias ya vemos que el perso-naje que interpreta Nicolas Cage ha tomadoconscientemente la decisión de suicidarse len-tamente a través del alcohol en un entornoaparentemente tan lúdico como Las Vegas.Las escenas de esa bajada a los infiernos bas-culan como el carácter del personaje: desde laeuforia a la depresión post-resaca hasta llegara la lucidez de quien sabe que se está matan-do en vida.

En “Cuando un hombre ama a una mu-jer” (1994) el tratamiento del alcoholismo nopuede ser más cursi. Planteado como un dra-ma romántico, Meg Ryan es una mujer de-pendiente del alcohol que sale adelante gra-cias al apoyo de su devoto marido, AndyGarcía. El whisky actúa aquí como mera ex-cusa para presentar un conflicto muy epidér-mico tratado rudimentariamente sin llegar atrascender, por lo endeble de su argumento.

Parecido enfoque han tenido el resto delas drogas, estas sí, ilegales. Su presencia enel cine ha sido constante y sólo desde la eclo-sión de los años 60, cuando su consumo ya

En “Leaving Las Vegas” el personajeque interpreta Nicolas Cage ha tomadoconscientemente la decisión desuicidarse lentamente a través delalcohol. Las escenas de esa bajada alos infiernos basculan como el carácterdel personaje: desde la euforia a ladepresión post-resaca hasta llegar a lalucidez de quien sabe que se estámatando en vida.

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Nicolas Cage y Elisabeth Shue en “Laving Las Vegas”

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era evidente en la sociedad. En 1955, OttoPreminger rodó la que posiblemente sea lapelícula más honesta, realista e impactante detodas cuantas se hayan estrenado: “El hom-bre del brazo de oro”. Frank Sinatra encar-naba a un ser maltratado por la vida y por sudébil voluntad, dos circunstancias claves quepueden empujar a un sujeto a drogarse. Elinicio de la película nos presenta al protago-nista saliendo de la cárcel y aparentementedesenganchado de la heroína y con deseos derehabilitarse. Sin embargo, no le será fácil, yaque, tras algunos intentos de tener una vidanueva frustrados por la mala suerte, vuelve alambiente sórdido de las partidas de póquerilegales y a consumir heroína, ya que cree quesin inyectarse heroína pierde facultades. Lapelícula plantea el epicentro de la adicción: elpersonaje siente que, sin la droga, sus cuali-dades se minimizan, por lo que necesita to-marlas para revalorizarse ante la sociedad.

En 1967, década marcada por una juven-tud que mostraba sin complejos que cualquiertipo de drogas y en especial las lisérgicas, eranel mejor pasaporte para la liberación del indi-viduo -algunos incluso las tomaban como me-dida de protesta ante una sociedad adormeci-da y su falsa complacencia-, Roger Corman es-trenó “El viaje”. El personaje descubre gracias

a un amigo las propiedades del LSD. Esto lepermite a Corman hacer una película que nocontiene ninguna crítica, pero sí que se con-vierte en un ejercicio de estilo visual al inten-tar plasmar en imágenes los efectos que tienesobre el cerebro el LSD. Así, la cinta es una su-cesión de secuencias psicodélicas y la plasma-ción de pensamientos oníricos. Meramentedescriptiva, se queda en una representación delconsumo de drogas y sus efectos inmediatos.

Drogas y creaciónAunque fueron rodadas varias décadas

después hay que incluir en este apartado acintas como “The Doors” (1991). En ellaOliver Stone se centraba la vida de Jim Mo-rrison, líder del grupo que da nombre al fil-me. Stone recrea una época que, en especialentre los músicos, estuvo marcada por la dro-ga, tanto como espúreo elemento de creacióncomo de autodestrucción. Así asistimos a ladecadencia de un Morrison desquiciado. Sinmoralinas, el director mostró las consecuen-cias destructivas de las drogas.

Parecida óptica aborda Mark Rydell en“La Rosa” (1979). También tiene a una can-tante de rock como protagonista. El directorno se ahorra ningún detalle sobre la caída alos infiernos de la protagonista, hecha un des-pojo humano a causa de las drogas y el alco-hol. Más amable con sus protagonistas fueTerry Gilliam en “Miedo y asco en Las Ve-gas”. En ella narra el viaje del alter ego delpadre del “periodismo gonzo”, Hunter S.Thompson, y un oscuro abogado a Las Vegascon el coche con dos bolsas de marihuana, 75pastillas de mescalina, 5 hojas de ácidos yotras drogas. La realidad que cuenta el filmees una variante que tomaron muchos intelec-tuales de aquellos años: la droga como ele-mento que les potenciaba la experimentacióncreativa. Gilliam tuvo la habilidad de filmarlo que pasaba en la cabeza de esos persona-jes y su percepción del mundo cuando esta-ban drogados.

En 1987, Marek Kanievska filmó una pe-lícula definitiva, aunque no demasiado famo-sa, sobre los efectos de la droga sobre la ju-ventud americana del momento y, lo más im-portante, sobre un sector de jóvenes que novivían en ambientes marginales, sino todo lo

Frank sinatra en “El hombre del brazo de oro”

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contrario. Su protagonista es un “niño bien”que, en principio utiliza la droga como ele-mento lúdico hasta que logra terminar con suvida tal y como la conocía. El filme no ocul-ta su crítica ante una sociedad complacientecon los drogadictos de alto “standing”.

Danny Boyle sorprendió en 1996 con“Trainspotting”, una cinta definitiva, y exce-siva, para intentar entender a los drogadictos.Rodada con brío, un ritmo trepidante y lamisma furia que late en el alma del protago-nista, plasma los efectos de la droga en ungrupo de jóvenes que son nihilistas sin saber-lo en un suburbio del Reino Unido. Sin futu-ro laboral, intelectual, cultural y vital, sóloven en la droga una evasión ante una vidaque no les ofrece ningún estímulo.

En los 80, con la democracia, en la cine-matografía española también se hicieron pre-sentes las drogas con títulos como “Colegas”,“Navajeros”, “El Pico”, todas ellas de Eloyde la Iglesia, que tenían en común, lo que eraun reflejo certero de la sociedad de la época,ligar el consumo de heroína con la margina-lidad y la delincuencia. Una visión más he-donista y más superficial, puesto que sólomostraba la realidad del momento sin ningúndiscurso posterior, ofreció Pedro Almodóvaren películas como “Pepi, Luci y Boom y otraschicas del montón” (1980) o “Entre Tinie-blas” (1983). En las películas de Almodóvarha sido una constante puesto que formabanparte de la cotidianeidad de sus personajescomo se pudo ver en “La Ley del Deseo”(1987) o “Átame” (1990), sin que mostraseel lado más devastador.

A pesar de estas excepciones, la drogasiempre ha sido presentada de forma negati-va, tanto para el individuo –que se desperso-naliza hasta convertirse en un ser enfermo–como para la sociedad, puesto que está liga-da a la delincuencia. En ese sentido cabe su-brayar el esfuerzo de muchos cineastas pormostrar el otro lado de la droga, en el que es-tán la policía, incluido los corruptos, la Jus-ticia y los gobiernos para intentar cortar lostentáculos de las redes de narcotraficantes. Enese sentido son películas de una gran calidadcinematográfica y una sobresaliente claridadnarrativa, títulos como “French Connection”(1971), la sobresaliente “Traffic” (2000) o“Jackie Brown” (1997). Ninguna de ellas esmoralista, ni pretende que el espectador sal-ga adoctrinado, pero sí logran su objetivo:decirnos que la droga no es un problema in-dividual sino colectivo en que cada personatiene su parte de responsabilidad, desde el“yonkie” incapaz de salir de su adicción, has-ta los gobiernos que actúan tibiamente con-tra los grandes carteles de la droga.

Así, el cine se convierte una vez más en unelemento no sólo de distracción, también de-muestra su querencia para ser testimonio desu época y también un eficaz, aunque luegono se plasme en medidas concretas, elementode denuncia. ©

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opinión

La droga siempre ha sido presentadade forma negativa, tanto para elindividuo -que se despersonaliza hastaconvertirse en un ser enfermo- comopara la sociedad, puesto que estáligada a la delincuencia. En ese sentidocabe subrayar el esfuerzo de muchoscineastas por mostrar el otro lado de ladroga, en el que están la policía,incluido los corruptos, la Justicia y losgobiernos para intentar cortar lostentáculos de las redes denarcotraficantes.

Gene Hackman en “French Connection”

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direccionesútilesEsther González

web

l http://www.fare.es/default.asp?cid=826&pid=808Informe Mundial sobre las Drogas 2009. Resumen Ejecutivo. Federación de Alcohólicos

lInforme Mundial 2009:http://www.fare.es/recursos/ficheros/resumenonudd.pdf

l Informe Mundial sobre las Drogas 2007 de la ONU:http://www.unodc.org/documents/wdr/WDR_2007/WDR%202007_Spanish_web.pdf

l Informe Mundial sobre las Drogas 2006 de la ONU:http://www.unodc.org/pdf/WDR_2006/wdr06_spanish_vol1.www.pdf

lPlan Nacional sobre Drogas: http://www.pnsd.msc.es/y http://www.mir.es/DGRIS/Balances/Balance_2001/pdf/balan01_drogas.pdf

lLa Caixa. Hablemos de drogas:http://www.cosmocaixa.es/prevenciondrogas/programa_es.html

lCongreso “Hablemos de drogas”:http://www.congresohablemosdedrogas.es/_index.php?language=es

l Las drogas.info: http://www.ieanet.com/Sitio español con amplía información sobre todo tipode adiciones, sus efectos y prevención.

lSalud: http://nuestrosalud.com/Enfermedades/adicciones.htmlPágina de información general desde el punto de vista médico.

l http://www.psiquiatria.com/areas/adicciones/otras/Ártículos escritos por especialistas para profesionales de la salud.

lAdicciones: http://www.adicciones.org/Sitio desde Panamá muy completo, con explicacionesclaras, un boletín on-line y directorio de sitios webmuchos de ellos en inglés.

lDrogas: http://www.drogas.cl/drogas.htmPortal chileno.

l http://www.allaboutlifechallenges.org/spanish/Amplia información sobre diferentes adiccionesdesde la óptica cristiana evangélica.

lDe drogas: http://www.dedrogas.com/Información sobre las adicciones más habituales.

lConsumo de drogas: http://www.consumodedrogas.net/Dedicada a ofrecer información para combatirel consumo de drogas.

lFundación Gallega contra la droga:http://www.fundacioncontraonarcotrafico.org/http://www.tododrogas.net/dl/index.html.Análisis del consumo de diferentes drogas.

lAbuso en adolescentes: http://www.centro-psicologia.com/es/abusosustancias-adolescentes.html Trata de diversas adicciones, sus síntomas y tratamiento

lDesintoxicación: http://www.adiccion-alcohol.com/ ;http://alcoholismo.webcindario.com/

l Tabaquismo: SEDET: http://www.sedet.es/sedet/index.phpSociedad española de especialistas en tabaquismo convideos, buscador y muchos enlaces.

l Trastornos alimenticios : http://www.educared.net/aprende/anavegar6/podium/B/1035/index.htm Trata de diversas adicciones, sus síntomas y tratamiento

l Ludopatia: http://www.ludopatia.org/web/index_es.htm Organización catalana sobre el problema de la adición al juego.

lAdictos al juego: http://www.adiccionaljuego.es/

PÁGINAS GENERALES

ALCOHOLISMO, TABAQUISMO, LUDOPATÍAS

lCero dopaje: http://www.cerodopaje.es/ lDeporte limpio:

http://deportelimpio.fundacionmiguelindurain.com/Patrocinado por la Fundación Miguel Indurain.

lColegio oficial de farmaceúticos : http://www.portalfarma.com/pfarma/taxonomia/general/gp000011.nsf/0/47298B990E39A682C1256EE800288C80/$File/34_DOPAJE.htm?OpenElement

DOPAJE EN EL DEPORTE

lDrogas en prisión: http://www.lasdrogas.info/index.php?op=InfoOpinion&idOpinion=96

lPrevención http://www.msc.es/campannas/campanas06/drogas.htmInformación de campañas desde el Ministerio de SanidadPara los adolescentes:http://www.euroresidentes.com/adolescentes/prevenir-consumo-droga.htm

CÁRCELES, PREVENCIÓN

l FAD: http://www.fad.es/HomeFundación conta la drogadición, con materiales para jovenes, la escuela, familias; proyectos de prevención.

lProyecto hombre: http://www.proyectohombre.es/Lleva más de 25 años dedicada a la prevención, tratamiento y rehabilitación de las drogodependencias.

lCentros de desintoxicación: http://www.centrosdedesintoxicacion.es/Con noticias de toda España.

lRevista: http://www.adicciones.es/ http://www.dsalud.com/numero2_7.htm

DESINTOXICACIÓN ©91

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H ablamos de másde 2.000 ciudada-nos/as que anual-

mente colaboran con la Aso-ciación Proyecto Hombre (anivel del Estado) que, con

distintas motivaciones, quie-ren dar un paso más, “salirde si mismos/as” y trabajarpor el resto de la sociedad,guardando 5 característicascomunes:

l son personas con un com-promiso libre, desde unaopción personal, que deci-den liberar parte de sutiempo en un acción soli-daria,

l altruistas, no van a recibiruna compensación econó-mica por la labor que rea-lizan, convirtiéndose enuna acción “desde el dar”sin buscar “el recibir” almenos desde una visiónmonetaria,

l colaboran desde una enti-dad, desde un trabajo encomún, no una acción indi-

coordenadas

Voluntariado y drogodependencias

coordenadasVíctor Arias Torre

Coordinador del Voluntariado CESProyecto Hombre Madrid

Proyecto Hombre acaba de cumplir 25 años detrabajo en el campo de la integración social yespecialmente en la reinserción dedrogodependientes. Desde su origen, con lapresencia del Voluntariado como uno de loselementos que dan identidad y mejor expresan elestilo del programa terapéutico-educativo: podríasubsistir Proyecto Hombre sin personasvoluntarias, pero no sería lo mismo.

Voluntarios de Proyecto Hombre para Hispanoamérica

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vidual, si no desde un tra-bajo en equipo,

l su fin no sólo es ayudar alos demás, sino tambiénperseguir una transforma-ción social,

l su labor se convierte enuna fuente de crecimientopersonal, no recibe unacontraprestación económi-ca, pero s un enriqueci-miento y maduración a to-dos los niveles.

Principios filosóficosdel voluntariado deProyecto Hombre

Proyecto Hombre no seentiende sin el voluntariadoEl Voluntariado no es

parte, es Proyecto Hombre.En la misión de Proyecto

Hombre es inherente la pre-sencia de los voluntarios co-mo agentes coparticipes enprocesos terapéuticos–educa-tivos.El/la voluntario/a realiza

una labor propia, integradadentro del equipo. Toda suactuación está coordinada,potenciando el trabajo enequipo (tanto entre el perso-nal voluntario como entre elpersonal remunerado y entreambos).

La persona voluntaria comoprincipio y como finEl valor es la persona, no

sólo su acción.Proyecto Hombre valora

al voluntariado no sólo porsu acción, sino por su perso-

na, hace que el voluntarioque participa en la Entidad,a su vez cuide al que acom-paña, anima, escucha, traba-ja, reconociéndola y viéndo-la en su esencia.

Respetando los ritmos ytiempos de las personasReconocer a la persona

voluntaria, significa que des-de Proyecto Hombre se leayude a definir su espaciodentro del Centro, la tarea,su motivación, la relacióncon los usuarios, que encuen-tre su lugar, así como pro-porcionarle espacios de en-cuentro con los otros.

Sentido comunitarioVoluntariado de y para

TODOS.Es importante trabajar

desde una estructura del con-texto de comunidad, inte-grando lo mejor de cadauno, con lo que supone rup-tura del individualismo. La persona voluntaria va

más allá de identificarse conuna tarea determinada. Susentido de pertenencia debe irmás lejos: debe ir a una ideaglobal del voluntariado, conlos valores que desde él sepropugnan. Valores que nosabren a otras formas de rela-cionarse con el mundo, (gra-tuidad, solidaridad, compar-tir, respeto…), va más allá delindividualismo y potencia elsentido de pertenencia.No hay un voluntario

“NUESTRO” sino un volun-

tariado de “TODOS”. Laraíz del voluntariado es el“NOSOTROS”, lo colectivo,no lo individual. Se promue-ve un trabajo comunitariotanto hacia dentro de la or-ganización como hacia fuera,apostando por el trabajo enRed.

La persona voluntaria enproceso continuo decrecimientoEl voluntariado de PH es-

tá abierto hacia y para el cam-bio y se adapta a lo nuevo.Estamos permanente-

mente abiertos a los procesosde cambio en donde todapersona debe estar en clavede aprendizaje, en procesocontinúo de formación y cre-cimiento. Un proceso del quetambién participa el volunta-riado que acompaña a otraspersonas, que se encuentranal mismo tiempo en procesode conocimiento y crecimien-to personal.PH cree en el cambio de

la persona. Una creencia quees compartida con el volun-tariado, aceptando incondi-cionalmente e implicándoseen los procesos individualesde las personas.

Gratuidad como valor quedefine al voluntariadoLa gratuidad es uno de

los valores intrínsecos a lapersona voluntaria.La medida de la acción

del voluntario no está en loque recibe, sino en lo que da.

coordenadas

Proyecto Hombre valora al voluntariado no sólo por suacción, sino por su persona, hace que el voluntario queparticipa en la Entidad, a su vez cuide al queacompaña, anima, escucha…

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coordenadas

El voluntariado es expresión de responsabilidadciudadana que impulsa a participar e intervenir enacciones que benefician el interés general

Uno de los principales valo-res que aporta a la acción te-rapéutica y educadora es lagenerosa entrega de su saberhacer, de su tiempo, de su co-nocimiento… de su persona.Un servicio por el que la

persona voluntaria no recibecontraprestación económica.Sin embargo, “le es devuel-to” otra serie de contrapres-taciones que son productodel encuentro con el otro y elcrecimiento personal.Desde la gratuidad, como

valor de partida, nuestros vo-luntarios ponen en juego otrosvalores que complementan suaportación: honestidad, res-ponsabilidad, compromiso,constancia, permanencia, so-lidaridad, respeto, entre otrosmuchos.

¿Por qué elVoluntariado de unaONG que trabaja condrogodependientes?Las personas voluntarias

suponen en Proyecto Hombre:nmodelo de referencia paralos/as chicos/as que reali-zan el Programa,

persona del voluntario/a, consus motivaciones, con su esca-sa o abundante experiencia,con sus miedos y temores,con sus idealismos y sus pri-sas, con su ignorancia y consu sabiduría. No son las ta-reas, las urgencias, los pro-yectos y todo lo que quedapor hacer quien marca lasacciones”1.Con demasiada frecuen-

cia en las ONGs, y en nom-

nmodelo de Sociedad Solida-ria, distinta a la que los re-sidentes conocen,

n personas que practican laescucha activa como formade relacionarse,

n nos permiten la posibilidadde desarrollar actividadescomplementarias (Acompa-ñamiento, Pisos de apoyo,Recepción y Acogida, Ad-ministración, Servicio Mé-dico-Farmacéutico, Servicio

Jurídico-Penitenciario, For-mación base, General yAcadémica, Talleres Ocu-pacionales, Talleres Cultu-rales, Ocio y Tiempo Libre,Grupos de Auto-ayuda, Di-fusión y Marketing, etc).Parafraseando a Luis

Aranguren –experto en el ám-bito de la Solidaridad y el Vo-luntariado–, “nuestro puntode partida en la Coordinacióndel Voluntariado ha de ser la

Un momento de desacanso en un encuentro de formación de voluntarios

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bre de causas dignas, hemospasado por encima del vo-luntario/a y de su circunstan-cia, tratándola más comouna prolongación de la tarea,es decir como un medio conel que conseguimos nuestrosfines, y no como una reali-dad valiosa en sí misma, por-tadora de una eminente dig-nidad, el ser persona.La profesionalización en

la Coordinación es un retopara todas la Entidades quecuentan con Voluntariado.Es el momento de no hacerdistinción entre técnicos yvoluntarios/as, como si los

primeros fueran “más im-portantes” que los segundos,por el hecho de estar contra-tados. Plantearnos, desde lasorganizaciones, un Plan deCoordinación y Formacióndel Voluntariado. Desde la Asociación Pro-

yecto Hombre, hemos reali-zado un Itinerario Educati-vo de la persona voluntaria,que contemple los pasos deCoordinación: nUn plan de captación, queademás complemente conprogramas de difusión yprevención de nuestro tra-bajo.

nUna acogida que integreplenamente al nuevo/a vo-luntario/a.

nUn programa de forma-ción que conste de 3 áreas:El cuidado de la personadel voluntario/a.Reflexión en torno a Soli-daridad y sus distintos as-pectos.Adquisición de habilida-des concretas para la cola-boración.

nUn planteamiento de eva-luación continua.

n Es imprescindible incluir elacompañamiento; si quere-mos que la persona madu-re y realice una buena co-laboración, hemos de pre-ocuparnos por su madura-ción personal. Necesita-mos personas comprome-tidas, y para ello es im-prescindible que estén bienatendidas.

El voluntariado es expre-sión de responsabilidad ciu-dadana, y es la conciencia deesa responsabilidad la queimpulsa a los ciudadanos aparticipar e intervenir en ac-ciones que benefician el inte-rés general.La clave del voluntaria-

do de acción social es queacerca a los problemas de laspersonas desfavorecidas:desde ese encuentro humanodescubre su potencial trans-formador, y su labora influ-ye, canaliza o promueve uncambio hacia una sociedadmás justa, responsable y so-lidaria.En conclusión: el Volun-

tariado tiene que ser encuen-tro entre personas, por loque tenemos un reto, posibley enriquecedor, para todos ytodas. ©

1 Itinerarios educativos del Voluntaria-do. Colección “A fuego lento”. Plata-forma del Voluntariado de España. LuisAranguren. 2001

coordenadas

Voluntarios y participantes del Proyecto Hombre, hicieron el Camino de Santiago…

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Los agentes de la DEA, MarionDubois, y del FBI, Daniel Fuentes, ysu informante José Luis, unperiodista taumalipeco, llegan abordo de la camioneta con placasdiplomáticas frente a la casa deOsiel Cárdenas (…) El objetivo de los agentes es tomarfotografías de la residencia. Antes deque lo logren, les sorprende JuanCarlos de la Cruz Reyna, el “JC”, ylos para en seco. Tratan de huir dellugar, pero se topan con un comandode 15 sicarios armados con AK-47…

Parece parte del guión de una pelícu-la de cine negro, pero es un repor-taje firmado por José Reyez en

“Contralínea”, revista de investigación, muycrítica con el gobierno mexicano, dirigida porMiguel Badillo1. El reportaje muy extenso,centra la atención en Osiel Cárdenas líder delllamado cártel del Golfo desde 1998 a 2003y relata uno de los incidentes por los que fueencausado finalmente en Estados Unidos. Ac-tualmente Cárdenas cumple condena de 25años sin libertad condicional en una prisiónen Houston, Tejas. Lo más impactante de este trabajo perio-

dístico es cómo desvela –en parte– la compli-

cidad con el cártel por parte de agentes de po-licía, políticos e incluso magistrados… algoque por lo demás debe ser un secreto a voces:el llamado grupo de Los Zetas, sicarios al ser-vicio de los cárteles, está formado por milita-res de élite –precisamente formados y entre-nados para la lucha contra el narcotráfico–que desertaron del ejército… Landín, coman-dante de la policía judicial de Taumalipas, fuesentenciado a cadena perpetua en un tribunalestadounidense como responsable de la coor-dinación del cártel del Golfo en Tuamalipas…Y así, cientos de casos.

Un combate problemático ydemasiadas muertesLa DEA (Drug Enforcement Agency, es

decir Agencia Antinarcóticos de Estados Uni-dos) estima que existen en Méjico treintagrandes organizaciones criminales, mientrasla Procuraduría General de la República nu-mera siete que operan en amplias zonas delpaís: Juárez, El Golfo, Tijuana, Colima, Sina-loa, Milenio y Oaxaca.México es el mayor proveedor de drogas

a Estados Unidos. Si bien las organizacionesilícitas de tráfico de drogas existieron desdedécadas atrás en México, fue en los años1990 cuando cobraron importancia debido alcese de operaciones de los cárteles colombia-nos de Cali y Medellín. La estrategia del Gobierno federal mexi-

cano basada en el uso de las fuerzas de segu-

tráfico, dinero ymuerteSeñores de la droga y una guerracuyo fin queda demasiado lejano…

reportaje

reportajeVirginia Fernández Aguinaco

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ridad —Policía Federal, Marina, Ejército—para reprimir por la fuerza a los cárteles me-xicanos de tráfico de drogas ilícitas, así comopotenciar las políticas de extradición, por elmomento ha producido un aumento inusita-do de la violencia. Ha habido más de quince mil muertes

ocasionadas por la guerra contra el narco, delos cuales un número importante correspon-de a los asesinatos cometidos en Ciudad Juá-rez (Chihuahua). La estadística incluye —ade-más de las bajas de los cuerpos armados fe-derales y de las bandas de narcotraficantes—a civiles sin nexos con el narcotráfico, jóve-nes, niños y periodistas.La estrategia adoptada por el gobierno

mexicano en su lucha contra el crimen orga-nizado ha tenido detractores. Numerosas or-ganizaciones civiles denuncian que la presen-cia del Ejército en las calles ha coincidido conun aumento en el número de violaciones delos derechos humanos y la Comisión Nacio-

nal de los Derechos Humanos (CNDH) haalertado sobre el aumento de quejas recibidasen este sentido. Sin embargo, el gobierno ca-lifica su política como un notable avance enla lucha contra la droga y, aún admitiendoque todavía no se ha llegado al “pico” de laviolencia, prevé que las mismas luchas inter-nas entre los distintos grupos y la acción gu-bernamental acabarán con el comercio ilícitode los narcos.

El plan ColombiaEl Plan Colombia es un acuerdo bilateral

constituido entre los gobiernos de Colombiay Estados Unidos. Se concibió en 1999 du-rante las administraciones del presidente co-lombiano Andrés Pastrana Arango y el esta-dounidense Bill Clinton con los objetivos es-pecíficos de generar una revitalización socialy económica, terminar el conflicto armado enColombia y crear una estrategia antinarcóti-cos. El plan ha continuado con las adminis-

reportaje

Las flechas másclaras indican lasrutas que sigue laheroína y otrasdrogas procedentesdel cultivo de laadormidera, desdelos lugares en los queésta se cultiva:Myanmar, Laos,Thailandia, Irán,Afganistán y Pakistán,además del mayorproductor en elcontinenteamericano, que esMéxico,especialemente en laregión de Sinaloa.La coca se produceen Bolivia, Perú,Colombia y Brasil yse recibemasivamente enEstados Unidos

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traciones del presidente colombiano ÁlvaroUribe y los estadounidenses George W. Bushy Barack Obama.El Plan Colombia cuenta principalmente

con el apoyo del programa del gobierno esta-dounidense llamado Andean Counterdrug In-itiative (ACI) o “Iniciativa Andina Contra lasDrogas” y recibe asistencia del Foreign Mili-tary Financing (FMF) o “Financiación paraFuerzas Militares Extranjeras” del Departa-mento de Defensa de los Estados Unidos. El principal objetivo del gobierno esta-

dounidense es prevenir el flujo de drogas ile-gales hacia los Estados Unidos, como tam-bien ayudar a Colombia a promover la paz,el desarrollo económico que a la vez contri-buye a la seguridad en la región de los Andes.El principal objetivo de Colombia es promo-ver la paz, el desarrollo economico, incremen-tar la seguridad y terminar con el trafico ile-gal de drogas. Ambos han evolucionado des-de ir contra las drogas a incluir aspectos dela guerra contra el terrorismo, debido a quelos grupos violentos y mafias utilizan el nego-cio de la droga para financiar la guerra.

¿Pueden erradicarse los cultivos?Aunque cada vez se erradica más coca la

producción se mantiene. Según el último in-forme anual de la Junta Internacional para laFiscalización de Estupefacientes, JIFE, cadavez se erradica más coca en Suramérica, no

obstante la superficie total sembrada se man-tiene estable como también se mantiene esta-ble la producción total de cocaína en tonela-das métricas. Se ha dicho ya innumerables veces: mien-

tras los programas de erradicación de culti-vos ilícitos no se realicen de manera gradualy en un marco de concertación con las comu-nidades campesinas involucradas, estaráncondenados al fracaso, como lo demuestranlas varias décadas de erradicación forzadapracticada en Colombia y los países andinos.Esta recomendación, fundamentada en nume-rosos documentos especializados oficiales yno oficiales, parece no llegar a oídos de lasinstancias internacionales encargadas de dic-tar las políticas de drogas, que no quieren re-conocer la necesidad de una revisión de la es-trategia de la erradicación2.En el caso de Colombia, donde las erradi-

caciones forzadas se producen en el contextode un conflicto armado el efecto negativo delas erradicaciones es mayor. Las erradicacio-nes forzadas hunden a las regiones en dondese producen, no sólo porque se destruye suprincipal fuente de ingresos sino porque seproducen en una confrontación bélica que ge-nera una crisis, desplazamientos y agudiza-ción de la pobreza. Además, después del pa-so de los erradicadores, sean trabajadoresmanuales o pilotos en avionetas, los poblado-res quedan en manos del grupo local.

Izquierda: miembros de las fuerzas armadas de Afganistán destryen un cultivo de adormidera.

Derecha: equipos de erradicación arrancan los arbustos de coca en colombia.

reportaje

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FARC y los talibanes, la mismaevolución… y también ObamaLa evolución de las actitudes de las FARC

y de los talibán hacia la economía de la droga(y, de hecho, la evolución de las actitudes demuchos otros grupos beligerantes con ideo-logías muy distintas) es asombrosamente pare-cida. Cuando las FARC se encontraron porprimera vez con la economía de la coca en laregión colombiana del Caguán, a finales de losaños 70, decidieron prohibirla por motivosideológicos marxistas-comunistas pues la con-sideraban un vicio social. También intentaronimponer su erradicación. Esta política suscitóde inmediato un rechazo generalizado del gru-po. La población más desfavorecida dependíade la economía de la coca para su subsistencia,así como para cualquier tipo de movilidad so-cial, y se sintió agraviada por la injerencia delas FARC. Después de unos tres años, duran-te los cuales las FARC no lograron un apoyoestable entre la población, llegaron a la con-clusión de que no podían mantener la prohibi-ción de los cultivos ilegales. Progresivamente,primero toleraron, después gravaron con im-puestos y, por ultimo, regularon tanto el culti-vo como al menos algún tipo de procesamien-to de la droga (Rabasa y Chalk, 2001).El aprendizaje de los guerrilleros de las

FARC es comparable a la de los talibán.Cuando los estudiantes islamistas radicalestuvieron su primer contacto con la economíadel opio en Helmand a finales de 1994 y prin-cipios de 1995, decidieron prohibirla y obli-gar a su erradicación. Pese a la afinidad étni-ca, tribal y religiosa de la población de Hel-mand, la extensión de las redes talibán en esaprovincia afgana y el considerable apoyo porparte de Pakistán, los talibán no consiguieronhacerse con el control de esta zona. Tras años

de política soviética de contrainsurgencia enla que se destruía la economía rural para ex-pulsar a la población del campo y separarlade los muyahidín, la economía legal afganaestaba prácticamente arrasada (Amstuzt,1986). Las infraestructuras, los sistemas deriego, los huertos, los cultivos y el ganado, to-do había sido destruido (Qasim Yusufi,1988). En su lugar, los cultivos de adormide-ra, que requerían muchos menos insumos queotras actividades agrícolas, se habían conver-tido en la actividad económica dominante enlas zonas rurales del sur y en la única formade subsistencia de gran parte de la poblacióndel campo. Los efectos indirectos redundabantambién en beneficio de la economía de mu-chas ciudades.De ahí que la población se enfrentara a

los talibán. En lugar de aceptar al movimien-to talibán como hizo la población de Kanda-har, los habitantes de estas zonas se unierona los caciques locales. Por esta razón, en cues-tión de meses, los talibán levantaron la pro-hibición y llegaron a tolerar el cultivo de laadormidera. A finales de la década, los tali-bán cobraban ya impuestos también de los la-boratorios de heroína (Bartholet y Levine,1999). Los narcotraficantes se beneficiaronasimismo del patrocinio talibán de la econo-mía ilegal de las drogas, una vez que los tali-bán dieron marcha atrás en su política deprohibición. Comparado con los avariciosose impredecibles muyahidines locales que ha-bían controlado y gravado con tasas las rutasdel tráfico, aquéllos redujeron significativa-mente muchos costes de transacción para lostraficantes, evitando los cambios de poderconstantes y aportando estabilidad a la indus-tria, con lo que contribuyeron a hacerla máseficiente.

Fuente: 2007 Informe Mundial sobre las drogas, Naciones Unidas, Oficina contra la droga y el delito

reportaje

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El enfoque pragmático respecto a la eco-nomía ilegal de los narcóticos, por parte deuna organización por lo demás extremada-mente doctrinaria e inflexible, no se limitó asimplemente imponer impuestos a distintos

aspectos de la producción y el comercio dedrogas. Los talibán trataron también de ex-pandir y regular la economía de la droga su-ministrando licencias gubernamentales oficia-les para los cultivos de opio, y distribuyendofertilizantes para estos cultivos (Meier, 1997,y Rashid, 1999)3. Un pragmatismo que la Administración

Obama ha abrazado: según Richard Hol-brooke, representante especial de EstadosUnidos para Afganistán y Pakistán, el cese dela erradicación de cosechas por parte de lastropas de Estados Unidos y otros miembrosde la Fuerza Internacional de Ayuda a la Se-guridad en Afganistán (ISAF), es “uno de losprincipales cambios políticos más importan-tes para Estados Unidos”, desde que el presi-dente Obama asumiera su cargo el 20 de ene-ro. “Todo lo que se lograba era enemistarsecon los agricultores que cultivaban adormi-deras, que son los agricultores pobres, quecultivaban las cosechas que más rentabilidadeconómica les ofrecen en un mercado al queno puede llevar otras cosas para vender”Además, “estábamos empujando a la gente alos brazos del talibán”. ©

Fuente: 2007 Informe Mundial sobre las drogas, Naciones Unidas, Oficina contra la droga y el delito

NOTAS1. www.contralinea.com.mx/2. http://www.elcato.org/node/13243. Narco-guerrilleros: ¿qué lecciones se puedenextraer de Colombia para Afganistán?En Seguridad y Defensa. http://www.realinstitutoelcano.org/

reportaje

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ADICTOS A LO QUESEA- los candidatos -

"Todo es droga para quien eligevivir al otro lado."

Henri Michauxd

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Seriamente expuesto

Cuando no ves cómo salir de la rutina cotidiana que te abruma,cómo escapar al tedio vital, a la náusea existencial,que lo nubla todo, lo vuelve insípido y descolorido.Y presientes que lo que te queda por vivir será más de lo mismo…

Peligrosamente atrapado

Cuando todo empieza como un juego inofensivo, no más,un simple pasatiempo entretenido, sin más, “¿total qué?”Pero el caso es que ahora ya no puedes prescindir de ello,“es superior a mis fuerzas”, reconoces en momentos de lucidez…

¿A qué juegas, tío?

Cuando pretendes engañarte con facilidad a tí mismo, pero no te engañas, eh,con aquello de “cualquier día puedo dejarlo si quiero”, dices,“de hecho ya lo he dejado muchas veces”. Ya, ya.Aunque en el fondo no te lo crees ni tú, ni yo tampoco te lo creo…

Haciéndole la cama.

Cuando a todas horas echas mano de chicles y golosinas y caprichos,inofensivos calmantes de ansiedad con que sobrellevar tus frustraciones,dando gusto al paladar con un plus de sensación placenteraque te haga soportable la falta de mayores alicientes…

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decálogoJoaquín Suárez Bautista

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decálogoJoaquín Suárez Bautista

Tocar fondo

Cuando le pierdes el miedo al peligro cierto y comprobado.“Yo controlo”, piensas, “no te preocupes, que yo controlo”, eso dices.Pero la realidad es que se te ha ido de las manos.Y ahora vas de culo y cuesta abajo sin frenos, y ni te enteras…

Por una pena irredenta

Cuando lo que te pasó te sobrepasa, y no encuentras manerade digerirlo y asimilarlo, sino que se te pudre por dentro,todavía llevas, mal llevas, ese cadáver insepulto a cuestas,es un decir, tú sabes a qué me refiero, a una herida abierta que supura…

A punto de perder pie

Cuando, audaz y temerario, te has atrevido a asomarte peligrosamenteal borde mismo del acantilado, seducido por cantos de sirena allá abajo,por la fatal atracción del abismo, sintiéndote presa del vértigoal pretender sobrevolar airosamente el vacío de los despeñaderos…

Hundirte con todo el equipo.

Cuando no te sientes a gusto contigo mismo, no te llevas bien, no te soportas.Y te embarcas en relaciones sentimentales insanas o equivocadasque te crean dependencia afectiva e inestabilidad emocional,naufragas y te hundes en el agitado mar de tus propias contradicciones…

Un precio demasiado alto

Cuando recurres a chutarte dosis de sustancias psicotrópicas y euforizantesque falsean tu personalidad y trastornan tu conducta, renunciando a extraer néctar de felicidad natural del género de vida saludabley de las relaciones humanas razonablemente satisfactorias…

El viaje a ninguna parte

Cuando, incauto e iluso, ensayas con tu mente poniéndola a pruebacon alucinógenos que alteran tu percepción de la realidad,emprendiendo un viaje del que vuelves trastocado y tocado del ala,porque con el cerebro, ahora lo sabes, no se trastea impunemente…

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La familia es objeto de atención preferente pa-ra el objetivo de la prevención. Sin embargo,muchas veces esos programas –y los libros quetratan del tema– no aciertan a motivar suficien-

temente a los padres. En esta obra la propuesta es presentar la in-vestigación sobre la familia con hijos adolescentes no problemáti-cos pero que pueden inicarse en la droga en cualquier momento:analizar el tipo de educación, los valores, normas y hábitos que vi-ven en familia, para extraer de esta investigación contenidos y prin-cipios realistas para al formación de los padres.

parasabermás

LAS FAMILIAS Y SUS ADOLESCENTESANTE LAS DROGAS. Edición a cargo de I. Vielva, L.Pantoja y J. A. Abeijón.Universidad de Deusto. Bilbao, 2001

¿POR QUÉ BEBEN? Adolescentes yalcohol: claves para comprender atus hijos.Dr. Francesc Xavier AltarribaCEAC. Barcelona, 2008En este libro se aborda el tema de las llamadas socioadicciones

o adicciones sin sustancia, centrándose en aquéllas relacionadascon el uso de internet y del ciberespacio. El fenómeno recienteya ha sido objeto de estudio y reflexión, como en el caso de lasautoras. El objetivo es dar a conocer cómo, por qué y con quéefectos estos medios producen conductas adictivas al tiempoque se ofrecen pistas para detectar esas conductas y poder pre-venirlas antes de que lleguen a ser un problema.

LAS E -ADICCIONES. Dependencias en la era digital. (ciberjuego, cibersexo,comunidades y redes sociales).Vega González, Laura Merino,Margarita Cano.Nexus Médica Editores. Barcelona, 2009.

El enfoque de este libro es el de la preven-ción… basada en el temor, lo que no entra-ña ningún significado peyorativo. En efecto,se trata de advertir seriamente de los temi-bles efectos de la droga sobre el organismo.

La autora conoce bien estos efectos y cómo el consumo de al-gunas sustancias produce daños físicos y psíquicos a veces irre-parables.

DROGAS FUERA. La mejor guíapara evitar quelos adolescentes laconsuman.María Inés López-Ibor.Temas de Hoy. Madrid, 2007.

LAS DROGAS: CONOCER Y EDUCARPARA PREVENIR. Diego Maciá Antón. Pirámide. Madrid, 2002.

Un libro que compagina la brevedad y fácillectura con el rigor científico, de forma queresulta una ayuda valiosa para que padres yprofesores desarrollen las actitudes y forma-

ción necesarias para afrontar el problema y darle solución. Elautor es sociólogo y psicólogo en la Universidad de Murcia. Hapublicado varias obras sobre estos temas.

¿QUÉ LES DIGO?. Cómo escuchar yhablar sobre las drogas con nuestroshijos. Fundación de Ayuda contra laDrogadicción. Temas de Hoy. Madrid, 2009

Esta obra trata de ayudar a padres y madresque quieren saber cómo afrontar una realidad

tan presente en nuestra sociedad, proponiendo una educación ba-sada en el diálogo y la comunicación.Se divide en tres grandes apartados orientados a distintos tipos decomunicación adecuados a cada edad: Información básica; Elemen-tos para la reflexión; Pautas para el diálogo y actitudes positivaspara gestionar las tensiones y convertirlas en oportunidades de cre-cimiento.

JÓVENES & ALCOHOL. ConjuntoDidáctico-Audiovisual paraEducadores, Psicólogos, Padresy Colectivos Mediadores. Carlos Sirvent Ruiz, María de laVilla Moral Jiménez, FranciscoJavier Rodríguez Díaz. Nau llibres. Valencia, 2007.

Un instrumento educativo, preventivo y tera-péutico para aplicar a colectivos juveniles, colegios, institutos yámbito familiar. Incluye un DVD, manual, fichas de trabajo y cues-tionarios de evaluación. Muy práctico.

El autor plantea el problema de cómo se si-tua la sociedad ante la persona drogodepen-diente y la manera en que éste es percibidocomo enfermo o delincuente, propiciándose

su marginación y exclusión y actitudes represivas. Es necesario–afirma– emprender una tarea educativa no sólo con el indivi-duo, sino con la sociedad a la que pertenece. El libro aborda es-tas cuestiones desde diversos puntos de vista y aporta herramien-tas útiles para el trabajo del educador social.

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©103La mayoría de los padres no entiende a sus hi-jos adolescentes, no entiende que ellos tam-bién pasaron por esa etapa y no saben cómodirigirse a sus hijos… comprender por qué ac-túan del modo en que lo hacen es el primer

paso para poder hablar con ellos con propuestas positivas para laprevención.

LAS DROGAS ENTRE NOSOTROS.Una mirada desde la educaciónsocial.Víctor M. Martín Solbes.Ed. Aljibe. Málaga, 2009.

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Carmen del Vando BlancoDesde Roma

arteINCA.Origen y misterios de lasCivilizaciones del OroMuseo de Santa Giulia – BRESCIA(hasta el 27-6-2010)

Todo lo que pertenece a la prehistoria de los pueblos suramericanos permanece envuelto enla sombra; ninguna de sus culturas poseía una escritura; no conocemos tampoco con absolutacerteza el nombre de alguna de aquellas poblaciones, ni siquiera el nombre del pueblo de losIncas (ya que con este nombre se designaban sólo a sus jefes)…

Apesar de los esfuerzos de ima-ginación por parte de algu-nos estudiosos, no existía,

bajo cualquier forma, ningún géne-ro de escritura. Los documentos ba-sados en las cuerdecillas anuda-das –los conocidos “quipus”– resul-tan impenetrables sin la interven-ción de expertos en mnemotécni-ca… “Ahora están consideradascuerdecillas sin vida. Ahí no existenpiedras hablantes como las que apa-recieron entre los Mayas, ni librosplegados con escritura descifrablecomo poseían los Aztecas. Tampocohay un elemento cronológico en sen-tido absoluto al que referirse. Laúnica fecha cierta es la de 1527,dado que en aquel año Francisco Pi-zarro pisó por primera vez los con-fines del reino de los Incas, cuyosdocumentos empezaron a apareceren 1532 contemporáneamente a laconquista española.” Escribe el granexplorador Victor W. Von Hagen ensu obra “Las grandes civilizacionesprecolombinas”. Afirmaciones de-terminantes que no han dejado dedesafiar y estimular A la arqueolo-gía para intensificar su búsqueda yextraer o desenterrar nuevos vesti-gios esclarecedores de aquella enig-mática civilización.

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Ornamento para la frente en oro. (100-750 d.C.). Cultura MocheMuseo Arqueológico, Lima.

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Siguiendo una prestigio-sa tradición, dada la impor-tancia de las culturas prehis-pánicas del Perú, se ha lleva-do a cabo una intensa inves-tigación americanista de estepaís: la del Centro Italianode Estudios e InvestigacionesArqueológicas Precolombi-nos y de la Universidad deMilán, la primera, dirigidapor Giuseppe Orefici, activaen la ciudad de Nazca desde1982, que ha recuperado re-cientemente una sacerdotisajovencita y ha logrado re-construir “un cuadro com-pletamente articulado de lacivilización Nazca, focaliza-do desde 2001 en el yaci-miento de Cahuachi, uno delos mayores centros ceremo-niales de adobe en el mun-do” subraya orgullosamenteOrefici. Mientras que la se-gunda, dirigida por AntonioAimi y Emilia Perassi, haejercido en Sipán dentro deun proyecto binacional, fi-nanciado por el Fondo Italo-peruano. Además de las im-portantes mejoras consegui-das en el sector social del lu-gar, se ha excavado la Tum-ba 14 y se ha abierto el Mu-seo del Sitio, aumentandonotablemente las visitas enesta zona arqueológica.

Espectaculares hallazgosLos espectaculares ha-

llazgos extraídos en estosyacimientos, que han cam-biado el rumbo de la ar-queología peruana, han lle-gado a la ciudad norteña deBrescia donde, junto a laspiezas maestras ya conoci-das, se pueden admirar reu-nidos por primera vez algu-nas joyas de Sipán, El Brujoy Pomac.Sipán, en la costa norte,

constituye la más rica necró-polis de Suramérica, una es-

pecie de ‘Eldorado’, de don-de proceden algunas piezaspresentes en la exposiciónjunto con los hallazgos en-contrados en 1987, cuandola prensa anunciaba el des-cubrimiento casual de laTumba I con las primerasjoyas del ajuar: un grupo de6 pendientes de oro y tur-quesa peruana con crisoco-la, “dotados de un estiloque eclipsaba con su bellezamuchos de los que hasta en-tonces estaban consideradosobras maestras de las cultu-ras del Viejo y del NuevoMundo” explica Aimi. Setrataba sólo de una muestrade un inmenso tesoro sa-queado clandestinamenteque acabó en el tráfico delos marchantes de arte y quela policía y los arqueólogostrataron de recuperar conrocambolescos resultados,pero que indujo a empren-der una campaña de excava-ciones descubriendo otrasquince tumbas y constru-yendo el Museo de TumbasReales de Sipán. A partir deahí, una serie de grandesproyectos arqueológicos haido añadiendo importantisi-mos conocimientos sobre lacultura Moche: en 1990, sedio inicio a las excavacionesde la Fundación Wiese en ElBrujo y en el año siguiente alos proyectos Huaca de laLuna y San José de Moro.

Civilización del oroSegún un orden riguro-

samente filológico, esta pri-mera gran manifestación de-dicada enteramente a la Ci-vilización del Oro en Italia,reúne una rica selección de270 piezas, cedidas por losmayores museos peruanos,para transitar por todos suscapítulos históricos. Magis-tralmente presentados, des-de el punto de vista esceno-

gráfico y didáctico, los obje-tos, especialmente de meta-les, terracotas, esculturas depiedra y de madera unidos alas obras de oro, plata,bronce y cobre que repre-sentan el mayor núcleo dehallazgos de metales precio-sos jamás expuesto en elmundo, ayudan a compren-der el poder deslumbranteque ejercitó en los conquis-tadores españoles, hastaconvertir el Perú en el sím-bolo de riqueza por antono-masia. Cabe citar la expre-sión “¡Vale un Perú!” usadapara atribuir un inmensovalor a algo. Tras la muerte en 1527

del Inca Huayana Capac, lacontroversia entre sus suceso-res, Huáscar y Atahualpa,desencadenó una ruinosaguerra civil entre ambos her-manos, que duró cinco años,

arte

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Guantes de oro. Cultura Sicán (750-1375 d.C.). Museo “Oro del Perú”,Lima.

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correspondientes exactamen-te a los transcurridos en Es-paña por Francisco Pizarropara organizar su conquistadel Reino del Oro, cuyo des-enlace ocupa un transcen-dental capítulo de la historia.Una vez emprendida la

conquista, la percepción delvalor del oro registró unadistorsión y éste se transfor-mó en un elemento corrup-tor que separaba y confron-taba dos culturas, la espa-ñola y la andina. La pro-puesta hecha por Pizarro ennoviembre de 1532 de lle-nar una habitación de obje-tos de oro como rescate delInca Atahualpa marcó elinicio del final de la ideolo-gía en la representación delos objetos de oro. El pre-cioso metal se convirtió envalor económico, y a partirde ahí nunca se fabricaríauna manufactura en oro se-gún las funciones y concep-tos prehispánicos.Retrocediendo en los si-

glos, se exploran los aspec-tos más inconsuetos o me-nos conocidos de estos pue-blos con la reconstruccióndel ambiente, de los mitos yde los ritos fundamentalesen aquel contexto socio-cul-tural que inspiró la creaciónde algunas obras maestrasdel arte de todas las épocas.El viaje por diez aparta-

dos –Cronología, Técnicasde transformación del me-tal, Cosmovisión, Las Líne-as de Nazca, Los Trajes,Las Comidas, La Música,La Guerra, La Muerte, LasJoyas– visiona un vastomuestrario de las culturasprecolombinas florecidas enPerú a partir de 1500 a.C.hasta la llegada de los espa-ñoles, en el que hay quedestacar los vestidos total-mente cubiertos de oro delos soberanos del Antiguo

Perú, las parafernalias (cu-chillos sacrificales, diade-mas, instrumentos musica-les, etc.), utilizadas en los ri-tuales que garantizaban elequilibrio del cosmos y elcrecimiento de las cosechas,los adornos (coronas, pen-dientes, narigueras, pectora-les, figuraciones de hombresy animales y divinidades,etc.) de oro, símbolos de lacondición semidivina de losreyes, los hallazgos delajuar funerario (máscarasde oro, esculturas de terra-cota y madera, etc.) queacompañaban al difunto ensu marcha al inframundo. La visión de una mo-

mia, préstamo excepcional,traslada al visitante a unmundo lejano, rico en espi-ritualidad, fundado en reli-giones que condicionabancualquier aspecto de la vidacotidiana y que asegurabanuna continua relación conlas divinidades del Cielo, dela Tierra y del Inframundo.

El barroco latinoamericanoLa muestra propone

algo más que un itinerarioentre vestigios milenarios,ya que estudiosos de la dis-ciplina, historiadores e ico-nólogos han coordinadouna puesta en escena queasigna a cada objeto presen-tado una auténtica interpre-tación narrativa. Con unnuevo concepto expositivo,el visitante penetra virtual-mente en ese universo leja-no en el tiempo y cercanopor sus indicios humanosuniversales.La reseña arqueológica

abierta en el monasterio-museo bresciano quiererendir homenaje a las civi-lizaciones de Latinoaméricay del Caribe, que cumplenel bicentenario de su Inde-

arte

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Espátula para el zapato, de oro yturquesa (750-(200 a 600 d.C.)Museo “Oro del Perú”, Lima.

Cubrecabeza de oro. Cultura Sicán (750-1375 d.C.). Ferreñafe, MuseoNacional Sicán.

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pendencia del dominio co-lonial, con el citado recorri-do expositivo que se com-pleta con la muestra PLUSULTRA. Más allá del Ba-rroco.

El título retoma las pala-bras escritas en el escudo delos soberanos españoles que,

siguiendo la pauta del Empe-rador Carlos V, alejaron losconfines geográficos del mun-do cristiano más allá de lasColumnas de Hércules, haciael Nuevo Mundo a través delAtlántico.La sección central pre-

senta unos 50 cuadros degran tamaño, magníficamen-te enmarcados, realizadospor los maestros del barrocolatinoamericano: firmas co-nocidas y artistas anónimosplasman en sus trabajos unasimágenes de exuberante fuer-za pictórica y de intenso con-tenido espiritual. Se trata delos novohispanos, neograna-dinos y cuzqueños entre losque se destacan personalida-des como Correa, Villalpan-do, Torres, Rodríguez, Figue-roa y otros, exponentes rele-vantes del barroco criollo ymestizo. Entre los acontecimien-

tos más fascinantes que laconquista española engen-dró en América, cabe consi-derar la aparición de una delas primeras escuelas pictó-ricas del hemisferio en el le-gendario Cuzco, cuna deantiguas culturas precolom-binas y capital del poderosoImperio del Tahuantinsuyo(el imperio de los Incas).En los primeros años de

la dominación española delPerú –a partir de 1532– asu-mió gran relevancia la pre-sencia de obras sevillanas,de artistas cordobeses y degrabados flamencos. Si bienfue a finales del siglo XVIcuando se consolidó el artepictórico renacentista en eseVirreino con la llegada aLima, entre 1575 y 1600, detres maestros italianos: el je-suíta Bernardo Bitti y lospintores Matteo Pérez deAlesio y Angelino Medoro,que introdujeron el manie-rismo creando tal impacto

entre los pintores indígenasque su influjo se manifesta-ría durante todo el sigloXVII e incluso a lo largo delXVIII.

Arte religioso en laAmérica colonialEs sabido que la dificul-

tad principal de los evange-lizadores en los primeros de-cenios de la conquista delvasto Tahuantinsuyo se de-bió a la transmisión de la fecristiana a esa multitud depueblos que hablaban len-guas diferentes. A pesar deque el estado de Cuzco hu-biera ya extendido el que-chua a todos sus dominios,los pueblos del imperio secomunicaban entre ellos enlenguas como: la aymara, lapuquina, la tallán y otrasmuchas. Así pues, verifican-do la fuerte atracción quesuscitaban en los indígenaslas imágenes y las nuevastécnicas artísticas -óleos,murales al temple, talla deesculturas en bajo y alto re-lieve con figuras realísticas,edificaciones de suntuososaltares, púlpitos y sillería delcoro, orfebrería y tapicería–,el arte demostró ser el len-guaje más directo y eficazutilizado por la misión delclero en la enseñanza de ladoctrina cristiana.En general, las obras

constituyen los mejoresejemplos de la originalidady el nivel alcanzados por elarte religioso en la Américacolonial. Las inspiracionesen el barroco europeo sefunden con los influjos au-tóctonos dando resultadosinesperados e incluso im-presionantes, donde la de-voción impregna la materiapictórica cuyas representa-ciones rezuman una fé enfá-tica, redundante y apasio-nada.©

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arte

Losespectaculares

hallazgosextraídos en

estosyacimientos,

que hancambiado elrumbo de laarqueología

peruana, hanllegado a la

ciudad norteñade Brescia

donde, junto alas piezas

maestras yaconocidas, se

pueden admirarreunidos porprimera vez

algunas joyasde Sipán.

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Esta novela ha tenido tan buenaacogida en España como enFrancia de donde procede la

escritora Katherine Pancol. Proba-blemente a este éxito se debe quela autora se haya animado a escri-bir una trilogía con los mismos per-sonajes, cuya segunda entrega, Elvals lento de las tortugas, ya está enlas librerías francesas.

La biografía de Pancol nos reve-la una escritora vocacionada desdejoven. Primero se dio a conocer porsu labor periodística en Cosmopoli-tan, Paris Match y otras publicacio-nes. Presume de haber hecho bue-nas entrevistas a personajes famo-sos como Reagan, Meryl Streep oChirac. Más tarde un editor le soli-cita que escriba una novela, y yason unas doce las que cuenta en suhaber.

El llamativo título del libro se losugirió, según Pancol, una noticiaperiodística sobre un granjero quehabía comprado 75.000 cocodrilospara comerciar con ellos en China.Sin embargo, a mi modo de ver, eltítulo va más allá del simple hechode que uno de los personajes dirijauna granja de cocodrilos en Kenia.Entiendo que la clave que vertebrala narración es justamente la imagenque sugiere el cocodrilo, un depre-dador engañoso, cuyas lágrimas sonprototipo del lloro fingido, de la per-sona hipócrita. Porque el tema defondo de todo el libro es sin lugara dudas el fraude, el engaño. Todoslos personajes mienten por uno uotro motivo.

La novela pivota sobre dos he-chos que desencadenan la acción.El primero, nada raro en nuestroentorno social, la separación de Jo-sephine, la protagonista, que a du-ras penas tiene que ir sacando ade-lante con su trabajo a sus dos hijasadolescentes y responder ademásde las deudas de su marido. Y porotra parte la petición que recibe deIris, su hermana mayor, para queescriba una novela centrada en lascostumbres de la Edad Media, temacentral en los estudios de Josephi-ne, con el acuerdo de que ésta re-cibirá el dinero que obtenga laobra, pero la autoría sería para Iris,

que es quien la presentaría en losmedios sociales. Y todo por su am-bición de ser tenida por algo másque por mujer florero de un mari-do rico.

La protagonista accede más porla presión de su hermana, quesiempre la ha manejado valiéndo-se de que ha sido desde niña y esla favorita de su madre, y en partepor lo escasa que anda de dineropara satisfacer las necesidades desus hijas.

Quizá es la generosidad de laprotagonista, su cierta mala fortu-na en la vida, que corre pareja consu gran inseguridad, junto con suenorme esfuerzo por plantarle caraa la vida y su trabajo constante enla sombra, lo que ha dado origena verla como una heroína de nues-tro tiempo. Se la ve crecer, ir to-mando las riendas de su propiavida e incluso tener fuerzas paraoponerse a la nueva petición de suhermana para que escriba una se-gunda novela.

Son muchos los personajes quese entrecruzan en el relato, y que sies verdad que se valen del engañopara sobrevivir no todos se muevenpor los mismos motivos. Unos, losmejores, para librarse de algún de-predador de su entorno que les im-piden crecer, Marcel, Shirley. Otros,para conseguir arteramente o pordebilidad lo que son incapaces delograr por sí mismos, Henriette, Iris,Antoine.

Sin embargo, por encima deengaños y mentiras, brillan en laobra otros sentimientos más huma-nos como la sana amistad, Shirley,como el amor, Luca, como la gene-rosidad del que da todo lo que tie-ne, Josephine.

El estilo de Pancol es muy na-rrativo, con buenos diálogos. Exis-ten, sin embargo, un par de mo-mentos líricos en la novela, cuandola protagonista, contemplando lasestrellas, se comunica con su padre,con el más allá, consigo misma. Yel final, de algún modo inesperadoy sorprendente, es feliz. Deja elbuen sabor de saber que la verdadestá por encima de la mentira y quetriunfa siempre. O casi.©

librosMaría SimónNARRATIVA

LOS OJOSAMARILLOS DE LOS COCODRILOSKatherine PancolEd. La esfera de los libros, 2010

Katherine Pancol

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lib

ro

s

librosADVERSIDAD, SENTIDOY RESILENCIALogoterapia y afrontamiento en situaciones límite

Joaquín García-Alandete yJ. Francisco Gallego-Pérez(Coords)Editorial EDICEPValencia, 2009

DESPACIO, DESPACIO…20 razones para ir más

lentos por la vida

María NovoEdiciones Obelisco,

Barcelona 2010

Esclavos de Kronos o tocados porKairós. Es decir, sometidos a la tira-

nía del tiempo o abiertos al momentode la gracia, de la inspiración, del “acontecimiento”. Peropara dejarse tocar por Kairós hay que hacerle hueco. Culti-var el silencio, la quietud: si todo está lleno (de actividad,de tareas urgentes, de ocios programados, de consumo ab-surdo… no podemos incorporar nada verdaderamente inno-vador, valioso y por valioso, gratuito. Y lo que necesitamospara vivirlo en plenitud es tiempo, disposición para el Kai-rós, para el acontecimiento feliz, para la celebración.

Este sería el punto de partida, digamos teórico. Pero¿Cómo hacerlo? ¿Cómo recuperar ese tiempo que se escapa?Siendo realistas, lo posible es iniciar pequeños cambios. Talpor ejemplo el cultivo del sosiego interior, la paciencia, el sen-tido de la medida. La autora desarrolla en estas páginas, conlentitud, con detenimiento, con calma, una meditación surgi-da de la experiencia propia y de otros para proporcionarejemplos de cómo es posible vivir mejor, más pausadamen-te, más en contacto con los ritmos de la naturaleza, con ma-yor riqueza interior y de forma más saludable.

Un libro “tocado por el kairós”, de muy grata lectura yque acierta a motivar para ese cambio necesario en nues-tras vidas, tan ocupadas muchas veces por tareas absurdas,por presiones laborales o sociales, por la prisa y la tiraníadel tiempo y que, en definitiva, nos conducen al vacío y elsinsentido.©

No es la primera vez que se trata eltema de las enfermedades de Teresa

de Ávila. En realidad, ella fue la primeraen tratarlo en el Libro de la Vida, ya quelos problemas físicos que acompañaronsu trayectoria vital pusieron a prueba su“determinada determinación” de saliradelante con aquellas empresas en las que entendiera mejorservir a Dios. La originalidad de este libro radica en que suautor, médico, cuenta la vida de la Santa “como si” hubierasido su médico: con conocimiento directo, empatía y com-prensión. A lo largo del relato que muchas veces adquiere laforma de diálogo, el médico va detectando sus problemas desalud, haciendo diagnósticos y aconsejando. Una narraciónmuy atractiva, adecuada para una aproximación a Santa Te-resa por parte de quienes la conocen poco y también, por suforma distinta de tratar el tema, para quienes la conocenbien.©

Virginia Fernández Aguinaco

SOCIOLOGÍA

Situarnos frente al televisor y comprobarque la vida esta llena de situaciones de do-

lor y sufrimiento es relativamente fácil, sola-mente con filtrar las noticias diarias de un te-lediario desde la clave de qué informaciónnos ofrecen sobre experiencias traumáticas,hechos de violencia, situaciones límites, en-fermedades, accidentes, violencias ajenas ypropias, muerte, etc. Nos damos cuenta deque son parte de la vida diaria, y la vida estállena de sufrimientos. El dolor, el trauma o lassituaciones de duelo están metidas en nues-tra cotidianidad y nos afectan a todos niños,jóvenes y adultos y no menos a la terceraedad.

Pero cuando estos acontecimientos le lle-gan a cada uno, le afectan en su realidad másconcreta y cercana el “asunto” toma otro ca-rácter.

Ante las situaciones de adversidad, dolor,muerte, muchas veces nos preguntamos ¿po-dré resistir esto? ¿Merece la pena la vida? ¿tie-ne sentido tanto sufrimiento? Y otro sinfín depreguntas, de sentimientos que nos hablan deque la vida está impregnada de sufrimiento,pero, a pesar de todo, la vida no carece devalor y de sentido.

“La vida vale la pena” esta afirmación esla tesis de fondo de este libro, supone unacontribución muy interesante para reflexionar,dar claves, orientaciones para que a pesar dela adversidad, las personas dolientes, que su-fren, y los más cercanos, no pierdan la espe-ranza y la ilusión por vivir.

Si en este libro se busca un recetario, unmanual de “autoayuda” al uso, no es para us-ted. Se trata de un libro serio, de calado hon-do, en conceptos como logoterapia, resilen-cia, afrontamiento de duelo, el acompaña-miento antes del final de la vida. Aquí se cla-rifican con nitidez y gran sencillez. Aquellosque no son especialistas pueden encontrar enél respuestas para dar sentido al dolor, espe-ranza para apreciar el valor y el sentido de suvida y redescubrir la ilusión por vivir porquela capacidad humana para hacer frente a laadversidad es mayor de lo que normalmenteexperimentamos.©

Pilar Gallego

YO FUI EL MEDICO DE TERESADE AVILA

Fernando Lorente ArenasEd. Monte Carmelo

PSICOLOGÍA

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Como ya hablé en el artículo anterior,el Festival de Otoño, festival inter-nacional de danza, música y teatro

de nuestra Comunidad, ha sido trasladadoa los meses de primavera. Para ser más pre-cisos, del 12 de mayo al 6 de junio.

En el Festival de Otoño en Primavera(cierto, no se han roto la cabeza para re-bautizarlo, esperemos que para la próxi-ma tenga un nombre propio y no una pa-radoja temporal) podremos encontrar másde 30 espectáculos entre música, teatrogestual, danza-teatro, circo contemporá-neo, poesía-teatro y demás fusiones decada vez más difícil encasillamiento. Loimportante es que encontramos compa-ñías internacionales de gran relevancia,seguramente las más destacadas hoy porhoy. Alemanes, australianos, italianos in-gleses, belgas, franceses muestran sus es-pectáculos, algunos por primera vez enEspaña, otros por primera vez a nivelmundial. Y eso es para felicitarse, pues te-nemos la oportunidad única de acceder adichas compañías extranjeras en nuestrapropia ciudad. En otro caso, la inversiónde dinero y tiempo para poder ser espec-tador de estos espectáculos de tan diver-so origen sería excesiva, aunque no fue-sen estos tiempos de cinturones apreta-dos. Madrid debe ser un puerto de cultu-ra de los más importantes de Europa siqueremos resurgir de nuestras cenizas, yallí donde desembarque arte de cualquiertipo (sea útil la palabra en este caso), no-sotros debemos recibirlo sin prejuicios.También debemos ser críticos tras el reci-bimiento, y demostrar que no somos unospaletos que por el simple hecho de queuna compañía extranjera llegue a Madrid,vayamos a recibirla con unos vítores yaplausos que luego negamos a aquellosque son de la propia casa por méritos si-milares.

Pero no me quiero desviar del tema.Como escribí ya una columna de referen-cia por el Festival de Otoño 2009, me pa-recía inacabado no escribir también parael Festival de Otoño en Primavera 2010que es como el cierre. Como todos sospe-chábamos, los grandes nombres se handejado para esta fase, aprovechando así

su tirón para informar más claramente deltraslado. Así que aquel que se quieraacercar a la página web podrá informar-se de toda la programación.

Sin duda hay dos platos fuertes. Enprimer lugar 11 AND 12 de Peter Brook.Esta leyenda viva del teatro nos presentaun espectáculo filosófico y religioso sobreun texto de Tierno Bokar ambientado enla África musulmana. Todo esto es relati-vamente importante, lo relevante es verde nuevo al maestro, que aunque algo es-clavo de su propio discurso (espacio-va-cío-puerta-abierta) es, sin duda obligato-rio para quienes nunca hayan visto a estagran personalidad.

El otro plato exquisito y largamenteesperado es el MACBETH de Check byJowl dirigido por Declan Donnellan yprotagonizado por Will Ken. Esta compa-ñía ha conseguido hacerse un hueco enel corazón de los madrileños desde quehace unos cuatro o cinco años presenta-ra en un sofocante verano en el Teatro Es-pañol un Cymbeline de los más hermososque se hayan podido preseciar. Ahoraafronta un reto fantástico, uno de los tex-tos más apabullantes del bardo inglés. Situviese que escoger sólo un espectáculo,escogería este sin dudarlo. Seguramenteno habrá nada nuevo ni distinto, peroserá maravilloso.

Y si en Otoño la extravagancia nacio-nal vino de la mano de Lidell, en esta Pri-mavera la pondrá Rodrigo García conMUERTE Y REENCARNACIÓN EN UNCOWBOY. La poesía, la violencia, laplasticidad, lo metafórico, lo pornográfi-co, todo tiene cabida en los montajes deeste director joven y arriesgado que des-de su vuelta a España está haciéndose fi-nalmente un nombre en lo institucional.

Otros que quiero remarcar: FINALLEDE PARTITA de Giullare, SWEET NO-THINGS de la Young Vic, DEL MARAVI-LLOSO MUNDO DE LOS ANIMALES:LOS CORDEROS de Histrión, AL BORDEDEL AGUA de la Ópera de Pekín y WAS-TE LAND dirigido por Deborah Warner yprotagonizado por Fiona Shaw. Los tea-tros están abiertos, señoras y señores, ha-gan juego. ©

teatroJavier López

XXVIIFESTIVAL DEOTOÑO ENPRIMAVERA

Del 12 de mayo al 6 de junio de2010.

Comunidad de Madrid.www.madrid.org/fo/2010/es/index.html

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te

atro

teatro

Ellas son la compañía Q-ars Teatre. Formada,en su mayoría, por actrices que hace años pi-san fuerte en la escena y que forman compa-

ñía, según mis datos, desde el 2000, en cuyo añoy con dirección de Lurdes Barba ponen en escenaLa mare sempre em deia, no (Mi madre siempreme decía, no) de Charlotte Keatley, interpretadapor Mercè Anglès, Anna Güell, Fina Rius y JudithLuchetti, en la desaparecida sala Artenbrut, duran-te el Festival Grec de Barcelona.

Desde entonces han tenido una fecunda trayec-toria, y en estos últimos años se han centrado en latarea de revisitar los trágicos griegos desde la visiónfemenina. Y así en 2008 y durante el Festival Grecde Barcelona, fue Suplicants, versión de la tragediade Esquilo en dramaturgia de Helena Tornero y di-rección de Rafel Durán y con Mercè Anglès, AnnaGüell y Mar Ulldemolins como interpretes; en 2009Iliada de Alessandro Baricco basada en Homero, di-rigida y adaptada por Tom Bentley-Fisher e interpre-tada por Mercè Anglès, Mercè Arànega, AnnaGüell, Angels Sánchez y Mar Ulldemolins, para elFestival Grec; y en 2010, para la temporada del Te-atre Nacional de Catalunya, Electra de Sófocles, di-rigida por Oriol Broggi e interpretada por Mercè An-glès, Borja Espinosa, Anna Güell, Clara Segura,Marc Serra y Mar Ulldemolins.

Las suplicantes de Esquilo trata el mito de lasDanaides, las cincuenta hijas de Danao que huyende unos matrimonios forzosos y piden asilo a Pe-lasgo rey de Argos que, compadecido de su situa-ción pero temeroso de la represalia armada de losegipcios, decide consultar democráticamente a supueblo. La actualización de Helena Tornero ponejunto a los temas griegos, tristemente actuales aún,de la inmigración forzada, de la situación de lamujer ante la violencia machista, etc., historias dehoy, de cada telediario, en la propia ciudad o enAustria o en la guerra de los Balcanes… Sabemosel final del mito: el rey debe pensar en alejar laguerra de su pueblo, las Danaides son entregadasa los egipcios y Danao entrega a cada una de sushijas un puñal para que en el lecho de bodas mue-ra el hombre.

Iliada, de Homero-Baricco, es la guerra de Troyaen las voces de las mujeres de ambos bandos. Vícti-mas perplejas que no entienden la razón de la violen-ta locura de los hombres, que desean buscar solucio-nes, que no creen que la venganza deba seguir a laofensa, porque el proceso nunca se detiene ahí.Cuando el guerrero vencedor acaba con el vencido,comienza la absurda revancha contra los inocentes…en la Grecia de hace milenios y en el siglo XXI.

Electra, encarna a mi entender, el mito másmachista de la antigüedad, servido y defendido poruna mujer, y legitimado por una diosa en la trilo-

gía de Esquilo. Aquí, en la obra de Sófocles, se per-cibe más la íntima tragedia de Electra, que tienesus raíces en los mitos y leyendas que buscan jus-tificar la trayectoria de los Atridas. Ese drama ínti-mo tiene hoy también clara vigencia y se actuali-za día a día en el rencor y en las vejaciones queengendra el ejercicio violento de todo tipo de po-der… violencia que reacciona con la venganza,que, a su vez, reproduce la violencia, que…, etc.

Los griegos veían las tragedias desde la lejaníaimpuesta por sus espaciosos teatros, solemnemen-te. Oriol Broggi acerca el drama íntimo de la pro-tagonista hasta una cercanía turbadora, nada so-lemne, casi con la familiaridad de un patio veci-nal. El dolor y la empatía se encuentran sin tensio-nes en ese espacio enarenado que nos hace máscomprensible el hecho humano.

Electra, la última obra vista de esta compañía,es una obra para todos los tiempos, pero es tam-bién gracias a todo ese equipo un estupendo es-pectáculo teatral.©

MUJERES EN PIE

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María Jesús RamosBarcelona

Mercé Anglés, Anna Güell y Mar Ulldemolins,en Las suplicantes

Clara Segura y Mar Ulldemolins, en Electra

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El cine cada vez bebe menos delas fuentes literarias para irse aotros géneros más alternativos

como el cómic o, en el caso de “Elrey de Persia: las arenas del tiempo”,los vídeojuegos. Saben que, comopunto de partida, tendrán un buennicho de espectadores que ya van alas salas en calidad de “fans” y dis-puestos a salir entusiasmados con laproducción. Además se garantizauna publicidad sin que el gran estu-dio tenga necesidad de gastar ni uneuro.

En el caso de “El rey de Persia:las arenas del tiempo”, tiene varioselementos que le hacen especial-mente atractiva: una aventura querecuerda, aunque sea levemente alas de las películas de los años 30 y40 de doble sesión, exotismo y la lu-cha por recuperar a una bella dama.El argumento se centra en un prínci-pe aventurero que se alía con unaprincesa rival con el fin de detener aun cruel dictador que pretende de-satar una tormenta de arena que po-dría acabar con el mundo. Esa es laexcusa para una sucesión de secuen-cias rodadas con más oficio que sen-tido del arte cinematográfico, quepretenden ser trepidantes, y lo son, yque también colaboran a que laadrenalina del espectador se disparecon facilidad.

Poco se puede reprochar al tra-bajo de Mike Newell. El director bri-tánico se mueve sin duda muchomejor en la comedia (“Cuatro bodasy un funeral”) que en el terreno de laaventura pero solventa con aciertolas escenas más comprometidas deacción. No es Ridley Scott, ni preten-de serlo, sólo un notable aprendiz.

Película tan aseada como sosa,lástima que no haga vibrar al espec-tador, es un producto para especta-dores poco exigentes que se confor-men con ver una producción quecumple exactamente con lo que pro-mete: un entretenimiento que se vecon la misma rapidez con la que seolvida. Eso sí, hay que agradecer suvoluntad de presentar una cinta conempaque y cierto toque “kitch” muyde agradecer. En especial en el per-

sonaje de un ahora musculoso JakeGyllenhaal, al que las exigencias in-terpretativas del filme no tienen nadaque ver con la emoción e intensidadque mostró en “Brokeback Moun-tain”.

Película para empacharse depalomitas, es un compendio de lomejor y lo peor del cine de aventu-ras. Y justamente, por una nada in-disimulada voluntad de rizar el rizoy ofrecer un catálogo corregido yampliado del género, decepciona.Hubiera sido deseable una produc-ción más modesta y, sobre todo,más consciente de sus posibilidadesfílmicas. ©

cineCecilia García

EL REY DE PERSIA: LASARENAS DELTIEMPO

Director:Mike Newell.

Intérpretes:Jake Gyllenhaal, Ben Kingsley.

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cine

Llega el verano y es complica-do encontrar buenas pelícu-las que no pasen por el filtro

de las superproduciones dedicadas aun público adolescente o infantil. Sinembargo aún quedan cintas dirigidasa un público adulto que busca uncine que trascienda las dos horas demetraje. “Yo soy el amor” es una deellas. El desconocido Luca Guadag-nino se ha sacado de la manga unmelodrama de época que sorprendepor su intensidad narrativa y su pro-digiosa puesta en escena, pensadasiempre para favorecer las interpre-taciones de los protagonistas.

“Yo soy el amor” se centra en unmatrimonio burgués –ella es rusa,pero se ha integrado plenamente enla cultura italiana– y sus hijos, noviosy demás cortes de parientes. Éstos es-tán ocupados y preocupados por elnegocio familiar y su pérdida de es-tatus. Ajeno a todo esto está un co-cinero que exacerba los sentidos consus platos. La esposa y el cocinerono son de este mundo de intrigantesy el amor que germina en ellos es elanticipo de una revolución para losque aman.

Ése es el corpus de una cinta dis-tinta, que nada a contracorriente delcine que se hace actualmente y quebebe sin complejos y con muchorespeto del cine de Visconti (¿cómono acordarse de “El gatopardo”?) yAntonioni, grandes maestros de la fil-

mografía italiana. Sin embargo, Gua-dagnino, en cada secuencia demues-tra ser un director con personalidad ymirada propia, aunque no esconde sucultura cinematográfica. Así, la pelí-cula es una constante alegría para lossentidos y la inteligencia del especta-dor. Primero, porque plantea una lu-cha familiar en un entorno históricomuy atractivo; después por mostraruna historia de amor con la que eramuy fácil caer en los tópicos o en epi-sodios de una curselería insoportable.No ha sucedido. “Yo soy el amor” esuna exaltación de los sentidos desdela mirada, sobre todo la mirada, algusto, el tacto y, por supuesto el oído.Los diálogos, los encuadres, la plani-ficación de las secuencias… todo esde una lánguida y apasionada elegan-cia que lleva al espectador a lo queviene siendo el abismo del amor, unaposibilidad que no está al alcance decualquiera.

Gran parte del mérito del filmecorresponde al elenco. La excepcio-nal Tilda Swinton roba todas las es-cenas a los que las comparten conella. Esta actriz, capaz de transmitirtanta frialdad como pasión con ape-nas sólo una mirada, se convierte enel eje del filme por su saber estar de-lante de una cámara y su capacidadpara expresar lo máximo con míni-mos recursos. “Yo soy el amor” no esuna gran película pero sí una pelícu-la importante. ©

Cecilia García

YO SOY ELAMOR

Director: Luca Guadagnino

Intérpretes: Tilda Swinton, Flavio Parenti

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LLa COPE (Cadena de OndasPopulares de España o sea,la radio de los obispos) no

atraviesa su mejor momento. Deciresto no es hacer una gran revela-ción. Como no lo es explicar quelas dificultades alcanzan también aPopular Televisión, que siendocomo es una cadena muy modestasupone unas inversiones y unosgastos escasamente rentables. Asílas cosas, y como para poner reme-dio enseguida, Popular Televisiónse ha fusionado –no sé si es estoexactamente– con Maríavisión. Asílo anunciaron en comunicado deprensa y así, más o menos, lo reco-gen algunos medios digitales:“Nueva etapa en Popular TV: Emi-lio Burillo Azcárraga se ha hechocon el 8%, amplios poderes paradiseñar su propio proyecto de tele-visión y alcanzará en dos años el51%. La confianza depositada porla Conferencia Episcopal Españolaen Emilio Burillo Azcárraga es ab-soluta. (Confidencial Digital)”; “Po-pular TV, la televisión del grupoCope, se convierte a partir del sá-bado en Popular Mariavisión,como resultado de la entrada deProducciones Apóstol Santiago enel capital social de la cadena.

(…) La nueva identidad visualy de marca de Popular Mariavisión

se irá implantando de forma pau-latina y gradual, del mismo modoque en pantalla se irán estrenandolos nuevos contenidos de progra-mación.

El fomento de la familia es, se-gún han reconocido desde el ca-nal, el hilo conductor como con-trapunto de una tendencia cre-ciente en el sector hacia una pro-gramación sin principios, relativis-ta y contraria a la dignidad de lapersona humana.

(…) la apuesta de Popular Ma-riavisión se centra en la calidad desus contenidos y en la adecuacióna todos los miembros de la familia:Una televisión diferente, distinta,que trata los temas de actualidaddesde el mayor respeto al ser hu-mano” (EL Mundo).

En vista de lo cual, he hechodos cosas: tratar de saber quien esEmilio Burillo y ver algún progra-ma de Popular Maríavisión. Sobrelo primero hay bastante informa-ción en Internet: empresario, muyrico y católico. Emilio Burillo Az-cárraga es el presidente del grupomexicano María Visión y es primode Emilio Azcárraga Jean, máximoaccionista del grupo de comunica-ción Televisa. Lleva al frente de lacadena de contenido religioso des-de 1993, fecha en la que, juntocon su esposa, Mónica Alemán, selanzó a la “evangelización, conuna programación nueva y con elobjetivo de convertirse en el canalde la familia” (Libertad Digital).

Vamos a lo visto en la cadena.Dejemos a parte el nuevo logotipoque produce cuando menos sor-presa si no consternación. Básica-mente se trata Popular Televisión

algo menos generalista y algo másdevota. Me explico: la nueva pro-gramación dedica más espacio aasuntos puramente religiosos: ora-ciones, retransmisiones de celebra-ciones litúrgicas, etc. Y el estilo esaproximadamente el de Radio Ma-ría en lo auditivo y el conocido enlo visual. Medios modestísimos,presentadores entusiastas y dife-rentes a lo habitual, bien porqueno están demasiado preocupadospor su imagen, bien porque ni sonprofesionales ni lo pretenden, bienporque siéndolo se conducen conuna humildad franciscana. Seriesque se rescataron de un pasado yabastante lejano (por ejemplo“Hombre rico, hombre pobre”),exposición de las noticias clara yobjetiva y retransmisiones en di-recto de eventos eclesiales que oes imposible o es sumamente difí-cil encontrar en otra cadena. Talpor ejemplo la audiencia del Papalos miércoles o la cobertura re-ciente del viaje a Portugal… Y al-guna otra especialidad de la casa.A mí me gustan, qué quieren queles diga, cosas como el Rosario amedianoche: una recitación pau-sada, algún punto de meditaciónen cada misterio e imágenes decine o de arte si hay suerte o des-lizadas a la cursilería más pastel sino la hay, pero disculpables por-que estoy segura de que gustarána algunos.

En cualquier caso merece lapena asomarse de vez en cuando:el efecto, se lo aseguro, es bastan-te desintoxicante. En fin, que hayasuerte en esta nueva etapa y quese alcancen los buenos fines quese pretenden.©

Virginia Fernández

POPULARMARIAVISIÓN

televisión

Emilio Burillo

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Dice el refranero españolque a mal tiempo, buenacara. La dolorosa situación

económica que asola nuestro paísy la desunión entre los dos princi-pales partidos políticos no dibujanun panorama alentador. La recetaestá aún por inventarse pero exis-te un analgésico que, puede edul-corar, por momentos, esta situa-ción. Con la primavera en plenaefervescencia, el termómetro deldeporte español comienza a calen-tarse.

2010 es año de mundial defútbol. Sus mejores embajadores secitan en Suráfrica desde el 11 dejunio para discutir cetro intercon-tinental, en poder de Italia. Dece-nas de millones de personas vibrandelante de los televisores para se-guir el acontecimiento deportivode mayor trascendencia despuésde los Juegos Olímpicos. La selec-ción española cuenta con un gru-po de violinistas admirado y envi-diado que encandila. Su ascenso ala cima continental en 2008 fueuna oda al fútbol estético. Pocos seatreven a discutir su favoritismo enla cita surafricana porque la rojaacude a la cita con argumentostécnicos y estadísticos de muchosquilates. La generación más talen-tosa del fútbol español dispone demimbres suficientes para asaltar eltrono mundial. Este escuadrón hacambiado el espíritu derrotista queimpregnaba al equipo español encada uno de los grandes campeo-natos.

Este sello ganador es el quedistingue también al tenis español.La temporada de pista dura, para-íso para los jugadores con un sa-que tenaz, ha cedido el testigo a laarcilla, territorio de dictadura espa-ñola. La spanish armada conquis-ta uno tras otro la mayoría de tor-neos sobre tierra batida. Rafa Na-dal colonizó nuevamente, y ya vanseis, Montecarlo y Roma, dos delos tres envites de mayor fuste an-tes de iniciarse la lucha por reinar

en el escaparate en el que mejorluce la arcilla, Roland Garros; yFernando Verdasco se ha instaladoen la élite de la tierra batida tras al-zarse con el título en Barcelona yprotagonizar dos actuaciones no-tables tanto en Montecarlo (finalis-ta) como en Roma (semifinalista).

La catedral del tenis sobre pol-vo de ladrillo es testigo mayo trasmayo del desembarco de tenistasespañoles en París. Los espectado-res franceses, ávidos de disfrutarcon el triunfo final de un compa-triota, contemplan con tristeza elrecital de victorias de sus vecinoseuropeos. Han pasado 27 añosdesde que Yannick Noah conquis-tase la Copa de los Mosqueterosen la pista central parisina. Desdeque en 1961 Manolo Santana ins-cribiera por primera vez el nombrede un español en el palmarés deltorneo, nuestros tenistas han cose-chado otros 11 títulos. De las últi-mas 16 ediciones, el premio gordoha recaído en España en 9 ocasio-nes. Y este año, Nadal oposita, concierto aroma de favorito, a conver-tirse en uno de los dos mejores ju-gadores de tierra batida de la his-toria si logra su quinto entorchado.

El idilio deportivo en territoriofrancés vive otro episodio durantelas tres primeras semanas de julio.Allá por 1991, un ciclista navarroobligó a muchos españoles a re-chazar la tradicional siesta parapegarse al televisor y disfrutar desu hegemonía sobre el asfalto. Mi-guel Indurain fue el precursor deléxito en la más prestigiosa de lascarreras ciclistas. Más de una dé-cada después, un refinado escala-dor de Pinto (Madrid) vuelve a ilu-sionar con sus gestas en la rondagala. Su bamboleo sobre la bici-cleta unida a su voracidad es ga-rantía de triunfo. En esta ediciónaspira a alzar los brazos al cieloparisino por tercera vez. Este su-perclase de 27 años lidera una ca-mada dotada de talento que brin-dará excelentes etapas.©

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deporteRoberto Tamayo Pintos

PASARELA PRIMAVERA VERANO

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Ojo...

Comienza elMundial deSuráfrica el 11 dejunio. España debutael 16 de junio frente aSuiza en Durban.

La liga ACBalcanza sumomento máscaliente con la dis-puta de las eliminato-rias por el título.

El 21 de juniose inicia el tor-neo de tenis sobrehierba más presti-gioso del circuito.

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arteFrancisco Vicent Galdón

ENTREVISTA CON ANTONIO DAMIAN GALLEGO,autor de una fotografía antropológica y documentalista

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El nombre del fotógrafo, Antonio Damián Galle-go Gómez, resulta ya familiar para todos aque-llos amantes e interesados por el mundo de la

imagen y, en particular, por el de la fotografía orien-tada en la vertiente artística o plástica. En la crea-ción de Antonio Damián Gallego confluyen dos ele-mentos o alicientes que la hacen única: uno, la be-lleza, sencillez y naturalidad compositiva con quedota a sus imágenes y otro, el interés antropológicoque confiere a su obra. Al menos, así lo demuestraen sus colecciones, reportajes y conjuntos de foto-grafías en las que el documentalismo social y huma-no se pone al servicio de la antropología. Ahí estánsus reportajes y libros dedicados y titulados Huetos.Imágenes de un pueblo, sobre gentes y costumbresde Castilla; otro Un rincón del Sur, la vida cotidia-na y las gentes de un pueblo de Andalucía; el deAhorita vuelvo, Bolivia, proyecto patrocinado porMedicus Mundi centrado en los oficios, las familiasy la infancia de este país; y, por último, los más re-cientes Karangasso y Entre la sabana y el río Níger,surgidos de sus viajes por África. A éste último co-rresponden el conjunto de imágenes de esta exposi-ción en la galería EFTI de Madrid.

Verismo y naturalidad se dan la mano en su foto-grafía, ¿qué intenta captar con su cámara?En mis viajes a África y a través de mi fotografía,me he propuesto dar a conocer las gentes que allíhabitan y sus formas de vida. Me gusta captar cómoson capaces de sobreponerse a la pobreza y a la es-casez de medios. De aquellas tierras, me ha impac-tado la grandeza del hombre y su capacidad de im-ponerse a las dificultades.

En las fotografías que aquí expone aparecen ancia-nos, pescadores, niños corriendo, mujeres, pasto-res, mecánicos y madres con niños, ¿cuál ha sido

su percepción de la realidad social que viven enMalí y en las tierras del Níger? La realidad social muestra las limitaciones y la du-reza que impone la carencia de cualquier cosa. Estátodo condicionado por la pobreza y todo es reflejode ella. Ahora bien, dentro de todas esas limitacio-nes, la gente es feliz allí. Las personas, además decompartir lo poco que tienen contigo, sonríen y semuestran alegres. En las fotos hay complicidad en-tre el fotógrafo y la persona retratada.

¿Por qué le atrae esta zona de África?. ¿Acaso haencontrado entre la sabana y el Níger la verdade-ra esencia de lo africano?Me atrae esta zona porque la gente de allí, ademásde ser auténtica y natural en su forma de vida, man-tiene costumbres ancestrales no manipuladas aún.También se da la circunstancia de que allí trabajancomo misioneros los Padres Blancos y uno de elloses mi hermano y eso me facilita mucho las cosas.

Sus fotografías, además del rico contenido antro-pológico y de servir de crónica gráfica de sus via-jes, ¿pueden considerarse como un medio de de-nuncia social ante tanta carencia?No, pretendo mostrar a personas corrientes y senci-llas que en el día a día hacen cosas excepcionales.Más que denuncia, lo que deseo es dar a conoceruna forma de vida distinta, transmitir un mensaje so-cial y mostrar una realidad en la que cada imagenhabla por sí sola de convivencia y de solidaridad.

Finalmente, ¿cuántas fotografías exhibe y cuál hasido el procedimiento técnico utilizado?Son en total 18 obras de 50x60 y están realizadas enanalógico, en papel baritado y viradas al sulfuro.©

Galería EFTI, c/. Fuenterrabía. Madrid, hasta junio.

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Damián Gallego:Entre la Sabana y el río NigerDamián Gallego

Damián Gallego:Egála, Pais Dogón

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Luis Rosales.“El contenido del corazón”

Uno de los actos conmemorativos del centenario delnacimiento del poeta granadino Luis Rosales es esta

exposición que se exhibe en La Casa Encendida y queha sido organizada por la Obra Social de Caja Madrid ypor la S ECC. Con ella se pretende difundir la vida y obrade Rosales, uno de los grandes poetas españoles de laposguerra.

Muestra una parte importante del legado literario deRosales que se conserva en el Archivo Histórico Nacio-nal. De dicho legado el visitante puede ver documentosoriginales, fotos, cartas, escritos y libros del propio au-tor y de su correspondencia y relación con otros céle-bres escritores como Neruda, Dámaso Alonso, GerardoDiego, Lorca, Alberti y Vicente Aleixandre, entre otrosmuchos autores. También aquí pueden verse una selec-ción de libros y poemarios del poeta granadino como:Abril su primer compendio de poesías amorosas; Rimas,una cosmovisión negativa causada por la posguerra; Lacasa encendida, es una reflexión autobiográfica; Segun-do abril, Canciones y Como el corte hace sangre, sonobras en las que se acentúa la concepción amarga delmundo y del hombre; Diario de una resurrección, estáplagado de densos contenidos existenciales; La carta en-tera, ciclo formado por tres volúmenes de intención au-tobiográfica: La almadraba, Un rostro en cada ola y Oigoel silencio universal del miedo; y sus obras críticas: Cer-vantes y la libertad, Pasión y muerte del Conde de Vi-llamediana y Lírica española.

Otro ámbito de esta exposición se ocupa de dar aconocer la relación que Rosales tuvo con artistas plásti-cos de su tiempo como fueron: Pepe Caballero, Benja-mín Palencia, Francisco Lozano, Sempere, Torner y Ma-nuel Rivera, nombres a los que se unen los de Picasso yMiró a los que el autor dedicó poemas. De todos estosartistas y de su creación plástica hay presencias entre elconjunto.©

Salas de La Casa Encendida, Madrid, hasta junio.

“Un coup de livres“. Libros de artistas

Continúa esta exposición que reúne un selecto conjun-to de unas 150 obras (libros, múltiples, revistas y au-

diovisuales), procedentes de los fondos del WeserburgMuseum de Bremen. Piezas y objetos realizados por 24artistas de las décadas de los 60 y 70 del pasado siglo, vin-culados a las corrientes: Conceptual, Minimalista, Fluxus,Land Art y Pop Art. Toma esta muestra el título de Uncoup de livres (Una tirada de libros), en recuerdo al poe-ta francés Mallarmé, ya que éste concibió su obra comoun libro en el que el espacio poético y el visual fueran in-disociables. El punto de partida de la exposición lo halla-mos en los años 60, década en la que hubo un notableauge de producción de libros de artistas. Por este tiempocomenzaron a proliferar estas peculiares obras de arte enforma de libros, además de otros documentos y objetoscon los que crear acciones y performances encuadradosdentro de la línea o vertiente conceptual, minimalista ypop.©

Museo Fundación Juan March. Palma de Mallorca, hasta junio.

“Historias de España en la Colección De Pictura”

Se origina esta exposición con una treintena de obrasque permiten realizar una reflexión sobre la historia

de España mediante la visualización de las piezas de va-rios artistas españoles cuya creación surgió durante la se-gunda mitad del siglo XX. En esta selección De Pictura seexponen piezas de pintores como: Eduardo Arroyo, Car-los Alcolea, Canogar, Equipo Crónica, Equipo Realidad,Genovés, Gordillo, Guerrero, Guinovart, Millares, VíctorMira, Saura, Tàpies, Darío Villalba y Viola, entre otros. So-bre la obra de cada artista hallamos las reflexiones a car-go de María-Dolores Albiac, José Luis Borau, Gonzalo Bo-rrás, José Luis Calvo Carilla, Julián Casanova, José Do-mingo Dueñas, Carlos Forcadell, Cristina Giménez,

exposiciones

Luis RosalesAnddy WarholExposición Un coup de livres

TapiesExposición Signos y Escrituras

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exposicionesLabordeta, Concha Lomba, Javier Losilla, José-Carlos Mai-ner, Ignacio Martínez de Pisón, David Mayor, José LuisMelero, Cristina Monge, Mª Ángeles Naval, Pedro Ollo-qui, Víctor Pardo, José Miguel Pesqué, Alejandro Ratia, J.L. Rodríguez, Félix Romeo, Fernando Sinaga, Chus Tude-lilla, Juan J. Vázquez, Manuel Vilas, Víctor Viñuales.©

Sala de la Diputación Provincial de Huesca, hasta el 30 demayo.

“Signos y Escrituras”

La barcelonesa Fundación Suñol mostrará una parte desus fondos a través de una exposición colectiva que

reunirá medio centenar de piezas. Con dicha selección sepretende enfatizar el papel del signo y de la escritura enlas artes plásticas de la segunda mitad del siglo XX trazan-do un recorrido descriptivo de estas aplicaciones simbóli-cas.Aunque los signos y la escritura hayan estado vinculadosa lo largo de la historia al arte, a la literatura y al resto delas manifestaciones artísticas y culturales, no será hasta elsiglo XX, cuando la letra consiga entidad suficiente paraentrar en el parámetro histórico con un criterio estético. Esa partir de entonces cuando la presencia de signos y tipo-grafías empieza a tener presencias en todas las corrientesplásticas, desde el cubismo, dadaísmo, surrealismo, cons-tructivismo y pop art. Sirvan como referente y justificaciónde lo expuesto las obras que de Chillida, Tàpies, Zush,Alexanco, Millares, Boetti, Broto, Viladecans, Teixidor, Pa-zos, etc., realizadas entre 1972 y 2008, en la FundaciónSuñol se exhibirán.©

Fundación Suñol, Barcelona, del 11 de junio hasta el 25de septiembre.

“Principio Potosí. ¿Cómo podemos cantarel canto del Señor en tierra ajena?”

Con este sugerente título se presenta una muestra en elCentro de Arte Reina Sofía que centra su atención en

el análisis del concepto de la modernidad y su expansióniniciada desde la colonización de América Latina. Con-vergen en esta exposición pinturas coloniales andinas conotras de artistas contemporáneos de distintos países a losque se ha invitado para encontrar correspondencias entreel arte colonial de los siglos XVI al XVIII y el actual.Entre los artistas contemporáneos que aquí se dan cita contrabajos realizados para la ocasión hallamos nombrescomo los de León Ferrari, Eduardo Molinari, Rogelio Ló-pez Cuenca, Zhao Liang, Marcelo Expósito, Sonia Abian,Inés Doujak, Dmitry Gutov y Harun Farocki, entre otros.En cuanto a los autores de las piezas de arte colonial aquíreunidos, encontramos a Francisco Moyén, Luis Niño, Ma-riano Florentino Olivares, Gaspar Miguel de Berrio, Ale-jandro Durán, Lucas Valdés, Felipe Guamán Poma de Aya-la y Melchor María Mercado. Se suman a estos últimoscon réplicas de sus obras, otros artistas actuales como:Sally González, Antony Davis, Max Jorge Hinderer, Qui-rin Bäumler, Monika Baer, Christian Von Borries y Marce-lo Expósito.©

Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid, has-ta el 6 de septiembre.

Schimidt/DillemuthVista de la instalación “Triunfo de las domésticas activas”

Sonia AbianInstalación “El aparatoangel”

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