Acontecimiento Brasil

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Alejandro de Fez Laso Geógrafo e investigador agro-ecológico «L a lógica de Brasil es, precisa- mente, ésta: después de años de régimen esclavista, y las tres últimas décadas de desenfre- nado neo-liberalismo, el Brasil priva- tizado se convirtió, finalmente, en una tierra de nadie, donde preside la ley de todos contra todos, y que ven- za el más fuerte, el más rápido, el más eficiente, el más experto. Los valores sociales, los códigos de comporta- miento solidario, los parámetros que orientan el bienestar público (todo aquello que en Brasil siempre tuvo una existencia apenas pálida y preca- ria), ahora fenecen a una velocidad impresionante. El tejido social se esti- ra al punto de ruptura. Nada, ni los niños, escapa a la cínica lógica del sál- vese quien pueda. Al final todo vale por dinero» . La cultura individualis- ta, y ego-familista del nuevo núcleo agrario y del residencial urbano, está también dentro de la esencia carioca y ésa sí crece; la seguridad privada, cercas y alarmas son omnipresentes, por ejemplo. Es Brasil un gran país de colonos de nueva frontera y de gran lucha en una competencia agraria histórica. El desarrollismo que se ha dado en Brasil en los últimos diez años no po- see cara humana alguna, de dignidad. Los mendigos semimoribundos pu- lulan en el mismo centro de la rica gran capital Sao Paulo, el mayor cen- tro industrial de América Latina. Los «chabolistas» en lucha, ocupantes de áreas urbanizables o terreno agrario, se agolpan en cientos por todo el país. Además es un desarrollo que avasalla al medio ambiente con la excusa eter- na del desarrollo y el bienestar a largo plazo, sic. De la sangría eterna de la deuda externa, nada ya se habla, y de la macro-planificación, siempre de cara a la exportación, poco. Muchos están contentos con ese nuevo desa- rrollo… Lujo para la élite, consumo para la clase media, y pan (macro- asistencialismo) para el pueblo hoy, y… ¿hambre para mañana? «La violencia, en Brasil, se trata con más violencia. Degeneración de la que somos todos agentes, peligrosa señal de pérdida de futuro. El ser hu- mano sin futuro es sólo un bicho. Brasil, en la vanguardia mundial del proceso de desintegración social, es el octavo país global en desigualdad, de- lante de seis de África y de Guatema- la». El asesinato de niños y su prosti- tución es noticia cotidiana. El pudri- miento social brasileiro avanza, con sus activistas incluidos, que sufren de tumor ético y moral, esquizofrénicos entre el radical guerrillerismo mar- xista debido a la marginación del sis- tema legal y socio-económico, y el compadreo con el «companhero» Lula y su aparato burocrático asisten- cial estatal, para poder llevar una vida «moderna» de servicios y acceder a las limosnas de supervivencia. Los di- putados federales viven al mejor esti- lo americano en residencias elitistas, con sueldo recién super-aumentado. «La mediocridad socio-política es otra posibilidad de decisión en el Brasil de hoy». 3 En la vida cotidiana, esto lo traduzco en el gusto por lo mi- serable, por lo sucio y vil… parece la POLÍTICA & ECONOMÍA ACONTECIMIENTO 84 7 Nuevo impulso de orden y progreso en el Brasil, sic 1. Jose Arbel, en Revista Caros Amigos, Sep 2006, Editora Casa Amarela, São Paulo. 2. Extraído de Revista Caros Amigos, 2007. 3. Extraído de Revista Caros Amigos, 2006.

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a view in agriculture and rural and social development of Brasil today, in spanish

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Alejandro de Fez LasoGeógrafo e investigador agro-ecológico

«La lógica de Brasil es, precisa-mente, ésta: después de años de régimen esclavista, y

las tres últimas décadas de desenfre-nado neo-liberalismo, el Brasil priva-tizado se convirtió, finalmente, enuna tierra de nadie, donde preside laley de todos contra todos, y que ven-za el más fuerte, el más rápido, el máseficiente, el más experto. Los valoressociales, los códigos de comporta-miento solidario, los parámetros queorientan el bienestar público (todoaquello que en Brasil siempre tuvouna existencia apenas pálida y preca-ria), ahora fenecen a una velocidadimpresionante. El tejido social se esti-ra al punto de ruptura. Nada, ni losniños, escapa a la cínica lógica del sál-vese quien pueda. Al final todo valepor dinero». La cultura individualis-ta, y ego-familista del nuevo núcleoagrario y del residencial urbano, estátambién dentro de la esencia cariocay ésa sí crece; la seguridad privada,cercas y alarmas son omnipresentes,por ejemplo. Es Brasil un gran país decolonos de nueva frontera y de granlucha en una competencia agrariahistórica.

El desarrollismo que se ha dado enBrasil en los últimos diez años no po-see cara humana alguna, de dignidad.Los mendigos semimoribundos pu-lulan en el mismo centro de la ricagran capital Sao Paulo, el mayor cen-tro industrial de América Latina. Los«chabolistas» en lucha, ocupantes deáreas urbanizables o terreno agrario,se agolpan en cientos por todo el país.

Además es un desarrollo que avasallaal medio ambiente con la excusa eter-na del desarrollo y el bienestar a largoplazo, sic. De la sangría eterna de ladeuda externa, nada ya se habla, yde la macro-planificación, siempre decara a la exportación, poco. Muchosestán contentos con ese nuevo desa-rrollo… Lujo para la élite, consumopara la clase media, y pan (macro-asistencialismo) para el pueblo hoy,y… ¿hambre para mañana?

«La violencia, en Brasil, se tratacon más violencia. Degeneración dela que somos todos agentes, peligrosaseñal de pérdida de futuro. El ser hu-

mano sin futuro es sólo un bicho.Brasil, en la vanguardia mundial delproceso de desintegración social, es eloctavo país global en desigualdad, de-lante de seis de África y de Guatema-la». El asesinato de niños y su prosti-tución es noticia cotidiana. El pudri-miento social brasileiro avanza, consus activistas incluidos, que sufren detumor ético y moral, esquizofrénicos

entre el radical guerrillerismo mar-xista debido a la marginación del sis-tema legal y socio-económico, y elcompadreo con el «companhero»Lula y su aparato burocrático asisten-cial estatal, para poder llevar una vida«moderna» de servicios y acceder alas limosnas de supervivencia. Los di-putados federales viven al mejor esti-lo americano en residencias elitistas,con sueldo recién super-aumentado.

«La mediocridad socio-política esotra posibilidad de decisión en elBrasil de hoy».3 En la vida cotidiana,esto lo traduzco en el gusto por lo mi-serable, por lo sucio y vil… parece la

POLÍTICA & ECONOMÍAACONTECIMIENTO 84 7

Nuevo impulso de ordeny progreso en el Brasil, sic

1. Jose Arbel, en Revista Caros Amigos, Sep 2006, Editora Casa Amarela, São Paulo.2. Extraído de Revista Caros Amigos, 2007.3. Extraído de Revista Caros Amigos, 2006.

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herencia de todo pueblo colonizadoy vilipendiado, ignorantizado pormentes de la metrópoli. La falsedaden la relación humana es simplemen-te normal, natural. Aquí se usa algodenominado «preconcepto», paradesviar todo hacia el relativismo éti-co que se globaliza, seas gay o nuevo-burgués. O Brasil… los chulo-brasi-leiros presumen sin reparos que sonel país más grande de América Lati-na, la mejor selección de fútbol, elmejor carnaval y baile popular delmundo, que tienen las mejores pla-yas, la mayor selva del planeta, queson el mayor exportador de carne delorbe… El ego brasileño es sin dudauno de los más forjados y sólidos delSur; para lo que lo infla y llena, todoel resto avergonzante se tapa normal-mente como losa bajo tierra. El Bra-sil de ahora es un puzzle amorfo enuna misma geografía de todo lo queofrece la civilización occidental, ensu cara bonita y su rostro monstruo-so. Cuerpos bellísimos, frescos pro-ductos tropicales, sinfín de carnesasadas, playas y lagos paradisíacos,feliz jogging, fútbol total y surfing atope. Universidades generaparados,narcotráfico por doquier, adolescen-tes prostitutas sin remedio, niños dela calle, inmensos chabolismos, vio-lencia brutal detrás de cualquier es-

quina, desposeídos frente a una grantarta de consumo y recursos…

«Triste papel el de Brasil en laAmérica Latina, hermano gigante,bobón, grandullón, queriendo entraren el club de los ricos».4 Hoy Brasil yaes campiña de caza y expolio del capi-talismo energético mundial, con elcuento del bio-combustible… El mis-mo sector que lleva generando gue-rras, naturicidios y genocidios diver-sos por todo el orbe hace bastanteslustros recientes, se aliará ahora conuno de los sectores esclavo-explota-dores por excelencia del agro tropicalbrasileiro. La vida útil de un cortadorde caña de azúcar es menor que la deun obrero esclavizado genérico, se-gún un estudio publicado en primerapágina antes del de Mayo. Y si no, elprometedor supersector hará crear alos ingenieros multina-cionales la mayor me-canización posible, conlo que el cuento de«trebalho para o Bra-sil» se volatiliza. En suagro-técnica, de lasquemas, abonos, vene-nos y herbicidas amanta, y otros derro-ches energéticos, nadiehabla. Lo importanteera que un ex-obrero

con estudios primarios fuera presi-dente de la República. Y eso que habíaasistido a dar su discurso incandes-cente en el funeral de Chico Mendes,y a todas masas humanas posibles delos anteriores años. Este primerode mayo, por primera vez en un terciode siglo, no va a la gran misa católicaobrera al sur de Sao Paulo, famosacuando la dictadura militar. El papaultra, Ratzinger, está a punto de veniral Brasil. Un día antes de ese San Joséobrero asiste al entierro del patriarcamediático de Sao Paulo, y su cara anteel cadáver parece ver al mismo Dios,o su juicio. Todo esto se llama altatraición social. Brasil es un superesta-do federal donde el personaje históri-co más popular es el desarrollista Ge-tulio Vargas, que tras la II GM, puso atoda máquina la urbanoindustrializa-ción; de dictador a elegido en urnas.Acabó suicidándose de modo oscuroen su silla de poder.

El «brasileiro-malo» típico es anti-hospitalario y chulesco, chouvinistaxenófobo de una manera sudaca mí-sera, simplona, protectora de su me-diocridad, animalesca cuando se irri-ta. Porque junto a la amoralidad fe-menina cabalgante, el machismodominante latino más ancestral es ex-

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4. G. F. Vasconcellos, en Revista Caros Amigos, Marzo 2007.

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tremo. Dicen que el capitalismo esmachista. La adicción al fútbol y alcóctel sexo-playas-samba es directa-mente proporcional a la corrupción,la violencia, la devastación ecológica,la especulación y la desigualdad… Laanticultura televisiva consumista yreafirmadora del hedonismo es om-nipresente, con un carnalismo visualsexual, que es el aderezo de toda pre-sencia y existencia femenina pública.Una amoralidad sexual, herencia cul-tural indígena y del colonizador pro-miscuo. En la excolonia imperial por-tuguesa me encontré un patriarcadoultra-tradicionalista, al más duro es-tilo latino tradicional y antiguo, do-minante absolutista del círculo y elclan familiar; con un mal gesto todala prole-tropa ha recibido tal o cualorden, exacta y lógica. En el mundo

social actual esto se hereda en los fa-zendeiros terratenientes, los gruposmafiosos del juego, en el narcotráfico,en la abundante prostitución. La mo-ral individual y social es algo asícomo un concepto místico especula-do por no sé qué griegos antiguos.Una de las tantas revistas «de adul-tos» que inundan todos los kioscos ylibrerías se llama, sin rubor, «abusa-da». Otra es, a lo patriótico, «brasilei-ras». Y ni la pomposamente progreprimera dama de la República se in-muta.

En Pernambuco, Doña Antonia sejuntó a un campamento de semterrasen las cercanías de un latifundio, ytras bastantes meses recibió en Abrildel el título de posesión de unárea que había sido expropiada a laempresa por el INCRA, instituto fe-

deral para la reforma agraria. Ya esta-ba oficialmente asentada, «fue en lasemana de la Cuaresma. El oficial deJusticia nos leyó el decreto firmadopor el presidente (Lula). Comenza-mos a construir y plantar. No pasarondos meses, y un día llega la policía di-ciendo que teníamos que salir», re-cuerda. «Tenía perros, helicópteros.Cuando un compañero mostró copiadel documento de posesión del IN-CRA, dijeron que era un engaño. Die-ron una hora para el desalojo, des-pués quemaron con veneno los culti-vos. Yo ya había plantado maíz,judías, batata…» Los desalojadoscontinúan acampados por la zona.Sobreviven con cestas básicas (limos-na en especie del estado), y andan conmiedo.

O Brasil… encontrarse perdidopor los sucios aledaños del cen-tro de Rio, la ciudad más peligro-sa del mundo con barrios en es-tado de sitio y guerra, a las diezde la noche y con algo de equipa-je, puede ser una experienciamística casi de ataúd, exageran-do, sic. En el Cristo del Corcoba-do parece verse a la humanidad ytoda su escoria desde el mismocielo, y no se la percibe ni huele,tras subir en antiguo trenecito yoír cantar a los típicos humildesvioleros. Sus diversas melodíascantadas son para mí la lenguamás musical, y su himno no sé siserá el más bello, pero plasmadoy oído en la desfigurada y surrea-lista masa social carioca es sinduda un sentimiento musicalhumano de primer orden, dra-mático, descarnado, brutalmenteromántico.

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5. Extraído de Revista do Brasil, nº 11, abril 2007, Sao Paulo.