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TEMAS DE HISTORIA CONTEMPORANEA DE AMERICA EN EL ANALISIS DE JORGE 1. DOMíNGUEZ MANUEL HERNANDEZ RUICOMEZ Instituto «Gonzalo Fernández de Oviedo» Pocas novedades editoriales pueden estar más de actualidad que un análisis en profundidad del presente político de zonas como México, el Caribe y América Central. Si además a ello se añade un estudio serio e inusual, una explicación muy personal y nueva del por- qué de la rebelión de las colonias americanas de Es- paña en el primer cuarto del siglo pasado, nos encon- traremos ante un autor que sabe llegar de verdad a las más íntimas ansiedades del lector interesado. Tres son las publicaciones recientes de Jorge 1. Domínguez, Profesor de Sistemas de Gobierno de la Universidad de Harvard, que versan sobre los temas mencionados: Mexico’s Political Economy. Challenges at Honie ant! Abroad; U.S. Interests md Policies in 11w Caribbean and Central America, y Insurrection or Loyatty. Tite Breakdown of tite Spanish American Empire. 255

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TEMAS DE HISTORIA CONTEMPORANEADE AMERICA EN EL ANALISIS

DE JORGE 1. DOMíNGUEZ

MANUEL HERNANDEZRUICOMEZInstituto «GonzaloFernández de Oviedo»

Pocasnovedadeseditoriales puedenestar más deactualidadqueun análisisen profundidaddel presentepolítico de zonascomo México, el Caribe y AméricaCentral. Si ademása ello se añadeun estudioserio einusual,unaexplicaciónmuy personaly nuevadel por-qué de la rebelión de las coloniasamericanasde Es-pañaen el primer cuartodel siglo pasado,nos encon-traremosanteun autor que sabe llegar de verdadalas másíntimasansiedadesdel lector interesado.Tresson las publicacionesrecientesdeJorge1. Domínguez,Profesorde Sistemasde Gobierno de la Universidadde Harvard,queversansobrelos temasmencionados:Mexico’s Political Economy.Challengesat Honie ant!Abroad; U.S. Interests md Policies in 11w Caribbeanand Central America, y Insurrection or Loyatty. TiteBreakdownof tite SpanishAmericanEmpire.

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INDEPENDENCIA DE AMÉRICA

Despuésde más de ciento cincuentaaños transcu-rridos entreel sucesoy nuestrosdías, es curioso ob-servarcómo todavíapuedenformularseteoríasnove-dosasque busquenexplicacionesa tal estructurahis-tórica. Se puede decir, sin exageración,que el fenó-menode la independenciahispanoamericanaes el queha motivadouna literatura más abundantey, sin em-bargo,aún se escribenestudios queenuncianteoríasdiferentesacercadel tema —tratado, bien entendido,globalmente—aportandoargumentosque, desde lue-go —acertadoso erróneos—,significan un enriqueci-miento historiográficosin par del temay la época.

Uno de estos libros es Irisurrection or Loyalty. Enél se planteala cuestión de por quéunas coloniasserebelaronmientras que otras permanecieronleales aEspañaenel transcursodel primer cuartodel siglo XIX.

La respuesta,espaciadaen etapas,supone un pensa-miento totalmenteoriginal sobre la problemáticadela independenciay hay queencuadrarladentro de lascorrientesmás modernasdel quehacerhistórico; unametodologíaquereposafundamentadaen trespuntosesenciales.En primer lugar, el autor delimita el temaa un imperio colonial —el español—y, dentro de él,a cuatro casosparticulares,Cuba,Chile, México y Ve-nezuela, que comparaexhaustivamente.En segundolugar, el autor se concentraen trespuntos: el renaci-miento de la participación política, la respuestadelgobierno metropolitano y la hábil capacidadde lasinstituciones políticas para adaptarsea la situaciónmutante; el aislamientode estos factoreso variablesse hacenecesarioen orden a comprendersus posiblesrelacionesmutuas y con los cuatro casoscoloniales.En tercer lugar, Domínguezpropone la aplicación deconceptosde ciencia social para el análisis del sujeto,

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debido a la riqueza de datos y a la excelenciade lasfuentes históricas que lo ilustran. Paraello el autorse sirve de la sociología,de la estadística,de la geo-grafía humana,de la economía>de las relacionesin-ternacionales,como único camino viable si lo que enrealidad se pretendees una comprensiónprofunda,intelectual, audaz si se quiere, de la significación deunossucesosquede forma aparentementeinexplicable—en principio— tienen lugar en América a partir de1808. Lo contrarioseríaquedamosen la interpretaciónfácil y cómodade la tradición historiográficahispano-americanamayoritaria, que se detieneen la invasiónnapoleónicade la penísulaibérica y en el consecuentevacío de poder para explicarse—y desgraciadamentetambiénexplicamos—el porquéde la sublevacióndeunosterritorios hastaese momentolealesa la Corona.

El temacentral de la obra es, comoya se ha dicho,la búsquedade unarazón que expliquepor quéunascoloniaspermanecieronfieles a la Coronay otrasesco-gieron la sublevación,a través del examendel com-portamiento político de las masasy de las élites, asícomo la respuestagubernamentalanteellos. La inves-tigación llega a conclusionesque, desdemi punto devista, sonrealmentenuevase importantes.La metodo-logia utilizada es,estavez, mástradicional: tesisver-sus antítesis.La primera parte del razonamientoseobtiene de los resultadosa los que la historiografíaha llegado hasta el presente.Las antítesis provienende las propias conclusionesdel autor. No puedo me-nos que expresaruna cierta reservamental personalante la utilización delmétododialéctico,del queaceptosu idoneidada la hora de mostrar las contradiccionesdel sistema —en este caso de las comparaciones—,pero con el queno se puedensuperarciertasdificul-tadesqueen una investigacióncomplejase presentancon facilidad.

La primerahipótesisque Domínguezse planteaesla de si la movilización social explica la aparicióndela participaciónpolítica. La rechazaen basea quetal

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participaciónalcanzaba,en aquellosmomentos,nivelesmuy bajos; a travésdel compromisoy de la represiónse logró enfocarincluso las más violentasexplosionespopularesanterioresa 1810. Fueron los procedimien-tos tradicionalesde la movilidad social y posicionallos que actuaroncomo válvula de seguridadde lasatadurasde aquellosterritoriosal podercentralpenin-sular.

Tampocolas restriccionesal comercioexterior, enopinión de algunosautores,fueron lo suficientementeimportantescomo para empujara la población de laAmérica españolaa la rebelión. Hoy se sabeque im-portantessectoresde, por ejemplo, las ¿litesmexicanay chilena estabanopuestasa una liberalización delcamercio.Por contra, era una vieja aspiración de lasé¡itescubanas.Tampocola caídadel nivel de exporta-ciones fue suficientepara que un fuerte deseo inde-pendentistatuviera lugar en México, aunqueciertosautores han comprobadoque alguna de las guerrasde independenciaseprodujoal mismotiempo quepér-didassensiblesen el comercioexterior.Domínguez,sinembargo,apuntaqueen Cuba,apesarde habersufridopérdidas importantesen su comercio exterior antesde 1810, nadie se levantó en armascontra el podercentral.

Se ha dicho que el crecimiento económicopuededestruir las basesdel sistemasociopoiltico,degeneran-do, en el casode tratarseel sujeto de unacolonia> enguerra de independencia.Domínguezrechazaestateo-ría y para ello expone el ejemplo cubano: Cuba fue,enaquellaépoca,la colonia másprósperade todaslasde América. Chile, en contraposición,tuvo un creci-mientomuy desigualy ello no fue óbicepara quelle-gadoel momentode la rebelión, éstatuviera lugar.

No es factible, en opinión del autor, la hipótesissegúnla cual la legitimidad imperial colapsóen 1808,comoya sehasugeridoinclusohastalímites quelleganal abuso.Domínguezrecuerdaqueya durantela gue-rra de Sucesiónse produjo una situaciónparecidade

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vacío de podery nadieentoncesse sublevó,como tam-poco aparecieronmovimientosindependentistas.AducetambiénDomínguez,que algunasde las sublevacionesaparecieronantesdel colapsoimperial en 1808.

Tampocole gustaal autorla hipótesisquedefiendeque algunascoloniasse rebelaronporque empezarona perdercariño a lo queEspañasignificaba.Aparte desonaraburdo argumentoinfantil, las poblacionescrio-llas venezolanasde Coro y Maracaibopodíanmostrar,y de hecholo hacían,desagradohaciaEspañaen cuan-to componentesque eran del estamentocriollo y, sinembargo,permanecieronfieles. Añade el profesor Do-mínguez que la competenciaentre las ¿lites de losdiferentesestamentosno es suficienteexplicación, yaque dicha competenciaexistía tanto en las coloniasque se sublevaron,como en las que se mantuvieronfieles.

No se sostiene,para Domínguez,la teoría de quelas áreasquepermanecieronfieles eran,entonces,lasque alcanzabanun menor grado de modernización,mientrasque las que se rebelaroneran las másavan-zadas.Tanto Cuba,como Maracaiboy Coro, se encon-trabanentrelas sociedadesmás desarrolladasdeAmé-rica en aqueltiempo y, sin embargo,no se levantaronen armascontrael poder metropolitano.Si bien, reco-noce el autor, el sur de Chile y el norte de NuevaEs-pañaeranzonasquearrastrabanun importanteatrasocon respectoa sus respectivasregionesvecinas,mos-trándosefieles a Españaen el momento de la suble-vación.

Domínguezse muestrareticente al examinarunomásde los tópicos quese hanavanzadoparaexplicarla independenciade los paísesdel centroy sur de Amé-nca. En su opinión, la teoría de que la rebelión se ini-ció a causade que las élites criollas teníancerradoelaccesode sus miembrosal poder, es, por sí sola,bas-tantedébil, ya queno son los casosni de Chile ni deCuba.Por si fuera poco, habíacasosentre las cuatrocoloniasqueocupanel estudiode estaobra, de criollos

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al cargode puestosimportantesen toda la escaladelpoder> desdepuestosciviles a puestoseclesiásticosymandos militares.

Se ha dicho, asimismo,que los gobiernosvirreina-les, así como el central, colapsaronporqueerantradi-cionales y rígidos. Y, sin embargo, recuerdaDomín-guez, se realizaronconsiderablesesfuerzosen pos demodernizacionesde todo tipo, incluso,dice> avecesseutilizaron planteamientosradicaleso liberales paralo-grar dicho fin. Bajo el poder centralespañol,la escalasocial de blancosy negrosera móvil, y se puededecir—el autoral menosasí lo expresa—queel gobiernodeEspañapromovió la movilidad social de los hombresde color dentro del sistemaque, incluso, permitíaqueoficiales negrosformasenpartede las filas de su ejér-cito> teniendobajo sus órdenesa personasblancas.Elejemplode Venezuelaes,en estesentido,significativo,ya que los negrosprestaronsuapoyo ala Coronaparaqueretuvierael poder.

No resulta aceptablepara el autor la hipótesisdequeun pequeñodescensoen la proporciónde criollosmiembrosde las más importantesinstitucionesde go-bierno fuera provocaciónsuficientecomo para iniciarla revuelta,pues,se recuerda,queaprinciposdel xvíííse produjeron importantesdescensosen esta propor-ción, sin haberlevantamientos.

Es, pues> evidentequeningunade las explicacionesquea lo largo de másde cientocincuentaañosde in-dependenciase han barajado,satisface,por sí sola, anuestroautor. Es posible que tratándolasen su con-junto no se pueda llegar a apreciar con nitidez susrealesinflujos de interacciónen un momentocronoló-gico concreto.Pero lo que sí parececlaro es que, mu-chasveces>la independencia,aunqueno totalmenteex-plicablepor ninguna de las hipótesisdesechadassuce-sivamentepor Domínguezen tanto en cuanto actoresindividualesen un mismo marcohistórico, si sepuedeentender,en algunoscasos>por la conjunción de doso más de estashipótesis.En apariencia,el profesor

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Domínguezno sé detienea examinarestaposibilidadque,en mi opinión, sí presentavisosposibles de mate-rialización concreta.Sí, en cambio, hay que estardeacuerdocon Domínguez>en que ningunade las expli-cacionestradicionalescriticadas en su libro merece,en solitario, la exaltaciónhistórica de causaúnica yverdaderade la emancipaciónhispanoamericana.Elcaso de México es, en este sentido,elocuente; no esen absoluto creíble que la estratificación social delpaísfuera causasuficienteparalevantar al pueblo encontradel gobiernolegalmenteconstituido;como tam-poco el colapsodel poder centralen la primaverade1808 con motivo de la invasión francesa;ni las anti-cuadasestructurasdel virreinatototalmenteestancadasen su evolución en contrade los vientosindustrializa-dores que empezabana correr, no sólo por Europa,sino tambiénpor el NuevoMundo; ni la rigidez de lospostuladosdel gobiernovirreinal (virrey y Audiencia)en sus tomas de posición, tanto políticas como econó-micas; ni siquiera el bloqueo al que los criollos seveían sometidosen sus ambiciones—legítimas— deautogobierno.Pero de lo que no cabe duda es que lainteracciónde todosestos factoresen el espacioy enel tiempo es razónsuficientementecontundentecomopara estaren disposición de avanzarlas explicacionesnecesariasquehagancreíbleel hechode la independen-cia americana,mexicanaen este casoconcreto.

La discusiónno acaba,no obstante,ahí. Despuésdeanalizarexhaustivamentelas más conocidashipótesisexplicativas del fenómenode la independenciaameri-cana,JorgeDomínguezentraen polémicacon los másafamadosautoresque se han ocupado del tema. Enprimer lugar, no acepta en su totalidad las razonesexpuestaspor JohnLynch en el sentidode que,en laopinión del historiador inglés, las insurreccionesfue-ron la culminaciónde un largo procesode alienaciónen el que los hispanoamericanostomaronconcienciade su propia identidad, se mostraronconscientesdesu propiaculturay orgullososde sus propios recursos.

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Domínguez,por contra, apuntaquetodos estosproce-sos fueron muy importantes,cruciales,peroinsuficien-tes. Parademostrarloexpone el caso de Cuba, en elque la élite criolla desarrollóunaconciencianacionaltan importantecomo cualquierotra y. a pesarde ello,no se sublevó.

ParaNéstor Meza Villalobos> los chilenos,haciaelfinal de la primera mitad del siglo xvín, adquirieronconcienciade su destinocomún,un sentimientode pa-tria> pidiendola satisfacciónde las injusticias cometi-das.Domínguezse preguntay preguntaa Meza Villa-lobospor quéno se sublevaronentonceslas ¿lites chi-lenascontrael poder metropolitano.JoséValero Silvainsiste en un sentidocontrario; en su opinión, en Mé-xico, en 1810, no existíaunaverdaderaconcienciana-cional. Parael historiadormexicanohubo queesperarhastalos periodosde la Reforma(Juárez)y de las gue-rras internacionalespara que se pudierahablar conalgunabasede la formación de unaauténticaconcien-cia nacional.¿Porqué—seautocuestionaDomínguez—el comienzo de la sublevacióntiene lugar en 1810?Para él la exlicación habría que haberlabuscadoenlas relacionesentrelas ¿litesy el gobierno> queseríanmásdecisivasa la hora de explicarseel nacimientodela insurrección o el mantenimiento de la lealtad, loque constituye la aportaciónfundamentaldel trabajoqueen estaspáginassecomenta.No hayquedesdeñar,sin embargo,otrasrazonesen las queabundael autor,paraquien cuandoun imperio burocráticoy centrali-zado, como el español,pierde un cierto equilibrio in-terno,social, económico,político, religiosoe intelectualo sus basesde legitimación tradicionalesno estánar-monizadascon las necesidadesdel gobernanteparaad-quirir recursosmodernosy ampliarel campode accióny su dominio de poder, todo el entramadojurídico-burocráticose viene abajo de la maneramás estrepi-tosa; el colapsodel equilibrio y de la armoníainterio-res del imperio español,verdaderosbasamentosde suestructura,constituyeuna causamás, no menos im-

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portante,paraque en determinadomomentolos com-ponentesde tal estructura se sublevaran,al mismotiempo que otros permanecíanfieles. Brevementesepodría decir que la quiebraviene dadapor el intentode mantenerun imperio que, a un tiempo>era dema-siado tradicionaly demasiadomoderno.Es igualmenteimportante el aporte metodológicoqueesta obra su-pone> al poner en relación los componenteshistóricosdel tema en sí, con las ventajasquenos ofrecenotrascienciassociales,algo queparecemuy naturaldespuésde haberleído y utilizado la obracientífica del profe-sor JorgeDomínguez.

POLÍTIcA NORTEAMERICANAEN AMÉRICA CENTRAL Y LAS ANTILLAS

Ya decía al principio de esta nota, que cualquieranálisis en profundidad —alejado por supuestodelmero tratamientoinformativo de la prensacotidiana--estaríade la más candenteactualidad,puesno es exa-geradodecir que, junto al área geográficadel OrientePróximoy Medio, AméricaCentralconstituyeel mayorfoco de tensión internacionalen el mundo de hoy. Noes casual. La posición geográfico-estratégicaque estazonaocupapuededecirsequees envidiable,o penosa>segúnse vea: como cualquierzona de contactode laTierra, éstaescodiciadaprimeropor sus valoresestra-tégicos desde posicionesuniversalesde hegemonía>ysegundo,por la utilidad económicade quegozaal ser-vir de intermediariacomercial entre diferentesáreasgeográficas—en ambos aspectos>la estrategiay laeconomía,el canal de Panamájuega un papel funda-mental—. En este último sentido, tanto las Antillascomo los paisesde la América Centralponenen rela-ción los dos océanosmásimportantesdel mundo; po-nenen contactoel nortey el sur del hemisferioameri-cano;y, por fin, sirve de paso—el canal de Panamá—

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parael comerciocon Europay Norte de Africa —y vi-ceversa—de los paisesamericanosque sólo cuentancon costasal Pacífico, es decir, Chile, Perú,Ecuador,quizás Bolivia —país que perdió su única salida almar— y> en cierta medida, los Estadosmásoccidenta-les de los EstadosUnidos. De esta manera,el tema,tan movilizador paracualquierespíritumedianamentepreocupado,es tratado por Domínguezen su trabajoU.S. Interestsant! PoUcies in tite Caribbean ant! Cen-tral America, a la búsquedaquizás de unarespuestaque solucionelos dramasque se ciernensobreaque-llas tierras. Pero también> y sobre todo, para hallarla salidaa unapolítica de «cul-de-sac»que,desdequela Administración Reaganentró en funciones, ha si-tuado las expectativasestadounidensesde hegemoníaen simple éter volatilizado que prácticamenteobligaal empleo de la fuerza —física y de influencia—paramantenerun tipo de relaciones—hastaahorade amis-tad— que ilustraron un pasadobeneficiosopara am-bas partes.

Las relacionesentre los EstadosUnidos y los paí-sescentroamericanosy caribeñosno se entiendensinodentro de la actual dialécticade bloques,es decir, laconfrontaciónEste-Oeste.De tal forma queno es ex-traño que un funcionarionorteamericanode la Secre-taría de Estadoescribieraquegran parte de los erro-resnorteamericanosen Iberoaméricahansido debidosal temor de quedichasnacionescaigande nuevobajoel dominio europeo.A lo queDomínguezañade:«sus-titúyase europeopor cubanoy soviético y la declara-ción sigue estandoplenamentevigente». No obstante,es muy posible que despuésde un análisis exhaustivohayaquemostrarsecomprensivos.No es paramenos.Es de vital importanciapara la seguridaddefensivade los EstadosUnidos estaren condicionesde ejercerun control absolutosobreesta zonasurorientalde suespaciogeográfico,a la quetambiénellos mismos per-tenecencomo paísribereñodel Caribe.Por otra parte>como ya señalabamásarriba, gran partede los sumi-

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nistros de los estadosoccidentalesde la Unión depen-den del paso interoceánicode Panamá.No es, pues,extrañoque el vital impulso queempuja a los norte-americanosa establecersu hegemoníasobrelas An-tillas y Centroaméricaestéplagadode errorescuando>sobretodo, no se actúacon la sangrefría precisa.Unejemplosignificativo fue la famosacrisis de los misi-les soviéticosen Cuba;otro, la invasiónde la Repúbli-ca Dominicana. La política visceral y absurdade laAdministración Eisenhoweranteel cambio de gobier-no en La Habanacon motivo de la derrotadel régimencorrupto de Batista> empujó al nacienterégimencas-trista a los brazosde la Unión Soviética,deseosaporentoncesde contarcon una baseideológica,primero,logística después,en zonatan importantedesdeel pun-to de vista estratégicoal queobliga el enfrentamientoEste-Oeste.No fue esolo peor.Con la llegadaa la CasaBlanca de un nuevo presidenteen 1961 —JohnF. Ken-nedy—, los errores en este importante campo de lapolítica exterior norteamericanano sólo no se inten-taron remediar,sino que el empuje nacionalistadeciertos sectoreso lobbiesde la sociedadestadouniden-se motivaron un enfrentamientoaún mayor hacia elrégimende Fidel Castro>y de ahí, a la instalacióndemisiles de alcancemedio apuntandoa los centrosvi-tales de los EstadosUnidos, sólo hubo un paso.

Domínguez,con su libro, lo que intentaes ayudarabuscarunasalidainteligente al callejón sin salidadeque hablabaantes,manteniendoa la vez las caracte-rísticas hegemónicasde la política de la CasaBlancaen un áreaquehastael momentoha sido de su exclu-sivo dominio (algún malévolocomentaristala ha cali-ficado, no sin falta de razón, de «coto privado decaza»). No obstante,la tarea no es tan simple. Si elmundohoy está dividido en diversaszonasde influen-cia correspondientes,respectivamente,a las das gran-des potencias—en grados diversos—es debido a lasconsecuenciasde la Conferenciade Yalta (febrero de1945),por un lado, y a la permanenciadeciertosprin-

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cipios políticosque,a lo largo de los últimos decenios,se han manifestadoinmutables,por otro; estoy ha-blando> por supuesto,de las distintas doctrinas depolítica exterior quedesdeWashingtonhan intentado—y conseguido—por medio de diferentesargumenta-ciones,el dominio político y económicode los vecinosestadounidensesdel sur: el «ContinentalDestiny» deJefferson,la DoctrinaMonroe,el «DestinoManifiesto»de Hayes, el «Big Stick» de T. Roosevelt>etc. Lo queen definitiva lateen la ideade Domínguezes hacerverla necesidadde la enunciación,por parte del poderejecutivo norteamericano,de una nueva doctrina enpolítica exterior que,sin menoscaboparala soberaníade sus vecinos>no supongala pérdidadel nivel de he-gemoníahasta ahora alcanzado.En este sentido, elautor proponeunaremisiónen los miedos tradiciona-les de los políticosestadounidensesa la posible inter-vencióndeotraspotencias—y cita los casosde México,Venezuela,Japóny los paíseseuropeoscon intereseslegítimosen la zona—en los destinospolítico-económi-cos de los paisesimplicados, ademásde un respetoalas decisionesque se tomen en tanto en cuanto queentessoberanos,dentro de un acatamiento>si se quie-re indirecto y formal, de la doctrina Estrada>obviandode esta forma el sistema de gobierno elegido por elpaís implicado.Muchasvecesla particular concepciónde la idea de Libertad por parte del ejecutivo norte-americanoha motivado su intervención,si no directa,sí al menosindirecta, a través de los múltiples y po-derososmedioscon que cuentael poder más grandede la Tierra. Domínguezlo dejabien clarocuandopidey reconoce,a quien se considerereceptor de su con-sejo, que el idealismohace tiempo que murió en elmundo; un poder tan decisivo como el que está enmanosde los EstadosUnidos no puedeestarbasadoen conceptosmoralistasde la libertad que no sirvenen un mundo tan interesadocomo el actual: «la polí-tica exterior norteamericanano puedeestar basadaen la esperanzade que un día el sueño se convierta

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en realidad».Hay quehuir, en definitiva, de concep-ciones infantiles con influencia en la maneraprácticade aplicar unadetenninadavía política; hay que lu-char contraestatendenciahistóricaestadounidensede«salvadoresdepatrias»máspropia de una inmadurezhistórica patenteque de la situaciónhegemónicaquetal país detentahoy, y estoes lo que Domínguezim-plora desdesus páginas:unapolítica exteriorpragmá-tica en contraposicióna una política exterior traumá-tica y visceral.Pero de momentono parecequehayareacción por parte del «establishment»político deWashington.Todavíase escuchandeclaracionesde im-portantes«decision-makers»anatematizandoel régimenpolítico nicaragilensesimplementepor no plegarsealas exigenciasimperialistas,de viejo cuño, estadouni-denseso por su rechazoal tradicional hegemonismo(algunoslo llaman influencia)norteamericanoen aquelpaís.La repeticiónen Nicaraguadel error Eisenhowercon Cuba es lo suficientementetrascendentalcomoparapensarquealgo másgraveaúnde lo queestásu-cediendose produzca>y de ello es muy conscienteelinfluyente profesor Domínguez.

El autor, en su trabajo>proponeuna nueva meto-dología en el plano de las relacionesbilateralesentreEstadosUnidos y cadauno de los paísesantillanosycentroamericanosque seria superadoradel papel que,arrogado por los propios estadounidenses,pretendeque su gobierno sea el «Defenderof Freedom»mun-dial, emulandoasí al «Defenderof Faith»del siglo xvi.Qué duda cabe que hay poderosasrazoneshistóricasque explican la mencionadaactitud norteamericana,ya que no en vano fueron ellos los que primero en1916 y luego en 1941 acudieronen auxilio de Europacuando la libertad del viejo continenteestuvoen pe-ligro. Pero tampococabe duda de que la repeticióndual de unamisma acciónen un corto periodode tiem-po histórico no crea ciencia política, la cual de nin-guna maneraestábasadaen principios inmutablesalestilo de algunas ciencias exactas o teológicas (que

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puedenhastallegar acambiaren algún momento,peroqueen principio son «inmutables»).Pararemediarestetrastorno psico-histórico,estametodologíaqueDomín-guezsugiereestábasadaen el análisisde la situaciónmediantela aplicación de los conceptosreunidosbajolo que él llama «interesesobjetivos de los EstadosUnidos’> e <‘intereses subjetivos de los EstadosUni-dos».Por los primerosentiendoaquellosasuntosrazo-nablementebien identificados que relacionanlos Es-tados Unidos con los paísesde que, en cada caso> setrate; los interesessubjetivos serían los asuntosdeinterés para los EstadosUnidos que esténrazonable-mentebien identificados,pero sin relación sustancialcon los paísesespecíficos.Esta fría metodología,dehaber sido aplicadaantes,habríaahorradoa EstadosUnidos muchoserroresdebidosa reaccionesvisceralesy precipitadas:intervencionesen Nicaragua>actuaciónen el casocubanoo, más recientemente,el caso de ElSalvador>paísal que,por cierto, Domínguezidentificacomo un interés subjetivo de los EstadosUnidos, loque en caso de ser así, explicada el confusionismocreadoen el tratamientodel tema, tanto por parte delDepartamentode Estadocomo por parte de la CasaBlanca, lo quees aún más grave. Muchos influyentescomentaristasde la actualidadnorteamericanaempie-zan a preguntarsesi El Salvadorno seráun nuevo,ymástraumáticoaún> Vietnam,apoyándoseen el prin-cipio, hoy generalmenteadmitido, de que ni Vietnamconstituíaun asuntode vital importanciapara los Es-tados Unidos, ni lo que se podía perder —o ganar—aportabagran cosa al devenir nacional de los norte-americanos.Sin embargo,todavíaexisteel temor den-tro de la clase dirigente norteamericanade que enEl Salvadorse repitael casode Nicaragua,y ello, por-que para los EstadosUnidos resulta intolerable queen una zonade seguridaden la que se aplica el prin-cipio de hegemoníano compartidase instale un go-bierno que practique una política exterior beligeran-te contra cualquier intervencionismonorteamericano.

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Como dice Domínguez, la Doctrina Monroe —que apesar de todos los pesaressigue aún vigente- «nopuedeser la basedeunapolítica exteriorcreíble> sinoque hay que ir hacia la cooperacióncon los paisesiberoamericanosy europeoscon más interesesen elárea».No hayqueolvidar,además>la trascendentalpo-lítica de negociación que la Internacional Socialistaquiso emprenderen el área ante el deterioro progre-sivo de la situación, tanto político-económicacomopolítico-social, y el papel decisivo que Españay sugobierno puedenjugar en la resoluciónde este ame-nazadorconflicto.

Peroel sero no ser El Salvadorun interés subje-tivo de los EstadosUnidos no explica,por otra parte.toda la problemáticaquerodeaa estepeligrosoasun-to. Incluso se podríadecir quemástrascendentalmen-te profunda es la concepciónmaniqueaactual de lapolítica internacional,hija directa del bipolarismola-tente, que> al dividir el planetaen dos bloquesanta-gónicos>provoca reajustesy replieguesen alguno delos bloquescomo consecuenciade las accionesy pre-sionesdel otro> y viceversa,no teniendouna influenciadecisiva las respectivasplanificacionesde la actuaciónen la esferainternacional.Esto explica,ami entender,la realidadmás actual del escenariointernacional,ra-zón fundamentalpara comprenderla actuaciónsovié-tica en la experienciachecade 1968,con la enunciaciónposteriory consecuentede la llamada«DoctrinaBrez-nev» de la soberaníalimitada, que no hacíamás querecordar que para la Unión Soviética no existe másorden internacionalque el creadopor Yalta. La pos-terior actuaciónen el casoafgano(1979) y las presio-nes constantesejercidas sobrelos dirigentespolacospara impedir a toda costa la creaciónde una fuerteorganizaciónsindical autónomadel Partido SocialistaUnificado de Polonia (marxista-leninista)corroboranestatesis. De igual manera,y presionadospor pareci-dos condicionantes,los EstadosUnidos se ven obli-gadoso, másexactamente,impulsadosa mostrar cuál

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es su posición y cuálesson sus exigenciasen unare-gión de la Tierra en la que cadavez estánmáspresen-tes los peonesde la influencia soviética>independien-tementede un análisisfrío de la situaciónquedemo-raría la propia reacciónen oposicióna la acción delcontrario. Y así> la influencia norteamericana—sote-rrada, pero no por ello menosinfluencia— en los go-biernos de Guatemala,El Salvador,Hondurasy Haití,por mencionarsolamentelos casosmássignificativos,es obligadadesdeque la invasión soviéticade Afganis-tán acabócon el sistemade détenteen las relacionesinternacionales>así como paraimpedir quelos citadospaísessiguieranel ejemplo nicaragiiensede no alinea-miento con los postuladosde la política norteameri-cana.

La propuestaque Domínguezformula en su traba-jo se aparta radicalmentede las posturasde fuerzaactualesde la administraciónestadounidenseen susrelacionescon los paísesantillanos y centroamerica-nos. Es de vital importancia para nuestro autor lareanudaciónde la asistenciatécnica y económicaa laJuntaquegobierna Nicaragua;en su opinión no hayfuturo parauna política exterior norteamericanaque,favoreciendoal actual gobiernosalvadoreño,se opon-ga al Frente Sandinistanicaragliense:«si los EstadosUnidos quieren ser el poder hegemónicoen esta re-gión, tienenque tratar a estospaísespor lo queson>no enbaseal miedo a lo que la Unión Soviéticapuedahacer>’> a lo queañadequeestasnacionesno son sim-píespeonesnorteamericanosen unapartidade ajedrezcon la URSS. Un nuevo error cubano tendría fatalesconsecuenciasparael futuro de la humanidad.El man-tenimiento de teorías políticas como la que inspiróQuincy Adams al presidenteMonroe puedetenercon-secuenciasgravesal seraplicadaen unas condicionestotalmentediferentesa aquellasparalas que fue con-cebida,al menosen lo que se refierea sus dos prin-cipios fundamentales:impedir a toda costacualquierintervención extra-americanaen aquel continente y

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ejercer un protectoradode «hermanomayor» en lasrelacionesinteramericanas>en las que prima, sin nin-gún génerode dudas,el dogmatismodel poderososo-bre los débiles.Sic transit gloria mundi.

ECONOMÍA POLÍTICA MEXICANA

No es aventuradoafirmar que la situacióneconó-mica por la que atraviesaMéxico —y en generallospaísesiberoamericanos—es la más grave de las quehan afectadoa aquel país americanoen el transcursode la época moderna.Una conjunción de factoresal-tamentedesfavorablespara las economíasde aquellasnacionessehan reunidoa lo largo de los últimos añosparadotara la crisis actual de suscaracterísticascir-cunstanciales,lo que de no serasí haría inexplicablela razón por la queunos paisestan poderososen re-cursosde todo tipo se encuentranen tal postraciónydesesperaciónfinanciera,de la quesin dudatardaránmuchosaños en salir. Sirva para ello el ejemplo deMéxico, país que,segúndatos quese acabande publi-car, deberáinvertir todos los beneficios de la ventapetrolerade los próximoscuatroaños enpagarel ser-vicio quesu superdeuda—más de 80.000 millones dedólares—creaanualmente,no sin por ello olvidar losno menosdramáticoscasosde Brasil, Argentina, Ve-nezuelao Cuba.

Pero,con sertrascendental,no es éste—a pesardesu contundenciainformativa y didáctica—el casoqueocupa el libro que, con el profesor JorgeDomínguezcomoeditory coautorprincipal,y Edward3. Williams,David R. Maresy Kevin 3. Middlebrook, como coauto-res, lleva por título Mexico’s Política! Economy.Cha-llengesat Hame and Abroad. No por ello, su impor-tancia es menor: el papel decisivo que de forma cre-ciente va adquiriendoMéxico en el conciertode lasnacionesa través de la evolución de su economíain-

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ternay de su comerciocon el exterior. A lo largo dela última década,la economíamexicanaha experimen-tado un cambio trascendentalen todos los sentidos.Ello es debido, bien se sabe,al descubrimientode lasreservaspetrolerasa todo lo largo de la costacaribeñadel paísazteca.La fuerzade estefactor ha repercutidosensiblementeen la elevacióndel rango internacionalque hasta hace poco ha disfrutadoaquel país ameri-cano,siendola causaprincipál quenos ayuda aexpli-car el boom de ciertos sectoresde la economíame-xicana,descritosen estelibro conjunto.

Antes que nada,no obstante,es precisocomentar,aunquesólo seabrevemente,las importantesideasqueel prof. Domínguezformula en la introducción,dondese sugierequeson las condicionespolítico-socialeslasque han coadyuvadoa este despegueeconómico. SerecuerdaqueMéxico es uno de los pocospaisesiberoa-mericanosque ha disfrutado de unaestabilidadpolí-tica generaldurantemás de cincuentaaños,señalán-dose, incluso> que tal estabilidad superaya a la dealgunosregímeneseuropeosy al japonés.A partir dela estabilizacióndel procesorevolucionariocon la crea-ción, en 1929, del Partido RevolucionarioInstitucio-nal (PRI), en gran parteobra de PlutarcoElías Calles,se inicia en México un procesode reconstrucciónna-cional queva a poner fin a las veleidadesde la etaparevolucionariaque se inició en 1910. En opinión deDomínguez,cinco aspectoshan contribuido al logrode la estabilidadpolítico-social: primero, el apoyo alsistema por parte de las élites políticas> que pasanaengrosarlas filas del PRI; segundo,unaalianzade lasélitesen pos de un crecimientoeconómico,lo quepro-ducedos efectosa largoplazo,unaevolución haciaunsistema de economíamixta y un endeudamientoquecomienzaa sermasivocon los EstadosUnidos a par-tir de 1960; tercero, una alianzacon los EstadosUni-dos en la esferainternacionalque ha sido, hastame-diado el mandatode Echeverría,incondicional, cam-biandoa partir de entonces,posiblementedebidoa la

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fuerza internacionalde serun importanteexportadorde crudos;el cuartoesque,a pesarde todo, la distri-bución de la rentaen México permaneceentrelas másdesigualesdel mundo; y quinto, la política mexicanase mueve en un escenarioen el que casi existe unaigualdadde oportunidadesideológica.

Sin minusvalorar la trascendenciadel apoyopres-tado por las élites al proyecto político del PRI —noolvidemos la importanciaquenuestroautor concedeala actuaciónpolítica de las élites—, no hay quequitarrelevancia,no obstante,al significadoreal del endeu-damiento externoen el engranajehistórico mexicano.Si bien escierto> como Domínguezseñala,queapartirde 1960 se produceuna concentraciónmasivade ries-gos en el mercadocrediticio estadounidensepor partede México, no hay que olvidar el hecho másactual detal tendenciamexicana,consecuenciadirectade buscarcasi exclusivamente—y no menosobsesivamente—fi-nanciaciónen los EstadosUnidos: el crédito a Méxicoha alcanzadotales cotas,que una quiebrao una sus-pensiónde pagosde dicho país arrastraríatras de sía miles de pequeñosahorradoresnorteamericanosquehan invertido su pequeñocapital en accionesde ban-cos con concentracionesde riesgoen México, que su-peranel 70 por 100 en algunoscasos.De tal forma quese generaun efectode ida y vuelta que impideutilizarel endeudamiento,por parte del país acreedor,comoarmaarrojadizacontrael paísendeudado,o mássim-plemente,como forma de presióna la hora de aplicaruna determinadapolítica en un caso específico, yaseade política interior o de política exterior. Esteefec-to de ida y vuelta, ataa los dos paísesobligándolosaun cierto nivel de entendimiento.Claro que nobody>sperfect y este irritante intermediario quees el endeu-damientoexternoen las relacionesentreestosdos paí-sesamericanos,se podríaquebrarsi México decidiese,en cualquier momento, recurrir al Fondo MonetarioInternacionalparasolucionarsu agudacrisis, obligán-dose a cumplir las estrictas y severas normas que

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el FMI impone a los paisesa los que prestasu auxilioeconómico.Por su parte, los EstadosUnidos ya handecidido rebajarsu Prime Rate, lo queconstituyeunpasoimportantísimo—a lo quese añadesu tendenciainternacional a la baja— para una sensible mejorade la crisis económicainternacional.El abaratamien-to del crédito internacionalno es, desdeluego, la pa-naceade los remedios financieros,pero si ayudaráaque los créditosfuturos no signifiquenla hipotecadelEstadodébil frente al podroso,lo quesin dudacoope-rará a quitar dramatismoa las actuales relacionesinternacionales,empezandopor el diálogo Este-Oeste,y siguiendo,sobretodo, con las relacionesNorte-Sur,crispadas,entre otras cosas,por las dificultades eco-nómicasal borde del abismode algunospaíesde deci-siva importanciamundial.

El tercer aspecto,que en la opinión de Domínguezha coadyubadoa generarla estabilidadpolítica mexi-cana, ha sido la autosujeciónen los Estados Unidosde ciertastendenciasque,duranteel siglo xix y prin-cipios de éste,afectarona las relacionesentre los dospaíses: la ocupación de territorios hastaentoncesdeplena soberaníamexicana>las intervencionesparapro-mover la democracia(una vez más,salvadoresde pa-trias), los castigos a los «malos», etc. Sin embargo,a partir de 1940, todo esto deja de estarpresenteenestasrelacionesde vecindad: México decidió unilate-ralmente iniciar un procesode desarmeante la cons-tataciónde queen caso de invasión del paíspor partede algunapotenciade importanciainternacional>pocose podría haceren realidad (principio que sin dudaquedadesmentidodespuésde las experienciasde Es-tados Unidos en Vietnan y la URSS en Afganistán),mientrasqueunaalianzacon el poderosopaís del nor-te, le reportaríaseguridaden sus fronteras y unacier-ta independenciade criterio en la escenainternacional,dentro de unas coordenadasdelimitadaspor el hechocierto de que México no se aliarifa jamás con ningúnenemigode los EstadosUnidos. No obstante,y a pesar

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de todo, la posiciónmexicanarespectoal conflicto cen-troamericano,constituyeuna seriapreocupaciónde lapolítica exterior de la CasaBlanca al apoyardiáfana-menteunasalida diferentede la que con tanto ardor,y no menosgastoeconómico,está llevandoa cabolaadministraciónde RonaldReaganparademostrarquelas solucionesquepor partede Washingtonse ofrecen>son las únicas posiblesen tanto en cuantoel poderde-cisorio estadounidensesiga tan altamentecualificado.

Si bienhayquereconocerqueel descubrimientodelas enormesreservasde petróleo en México ha dadoalasasu política exterior y> en ciertamedida, tambiéna la interior, la situaciónsocial de la poblaciónno dejade serun importante lastreen pos de la constituciónde un importantepoío de decisión internacionalal surde las fronterasestadounidenses.No obstante,y comoel profesor Domínguezconstata,los avancesen estosúltimos cuarentaañosde estabilidadpolítica hansidoimportantísimos,aunqueestamismaestabilidadsecon-vierta enesclerosisdel sistemacuandose certifica quecon los mediosdisponibles,la evolucióndebierahabersido muchomayor.Los mexicanosson conscientesdequecadauno de ellos es parteimportanteen el llama-do milagro económicoque se ha desarrolladoen eltranscursode las últimas décadas,algo que quedare-flejado a la perfecciónen el espectacularincrementodel Producto Interior Bruto hasta la fecha, beneficioque ha repercutidodirectamenteen la poblacióny ensu calidadde vida: si en la primeramitad de los añoscincuenta,la esperanzamediade vida de los mexicanosse situabaentre los cincuentay los cincuentay cincoaños,veinte años despuésestáya entrelos sesentaylos sesentay cinco años.Estaevidentemejoradesluceun poco cuandoel investigador se percatade que ladistribución de la renta sigue siendotan injusta comoantaño.Jorge Domínguezaportael dato esclarecedorde que siete estudiosconsultadosdemuestranque ladistribución de la rentaha permanecidoprácticamen-te invariableentre 1950 y 1977, lo que se apoyaen la

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evolucióndel coeficienteGini (mecanismopara medirdesigualdades),queen el mismoperíodode tiempo havariado minimamentedesdeel 0,45 al 0,57. La causa,sin embargo,no hay que buscarla tanto en las des-igualdadesque se ven favorecidaspor el sistema>comoen la profunda estratificaciónde la sociedadmexica-na, no sólo en clases, sino en etnias coincidentesdemaneraabrumadoramentemasiva con las respectivascapassociales.En este sentido, México arrastraunasituaciónque ya se vio fomentadapor la administra-ción españoladel virreinato de NuevaEspaña,el cual>por ejemplo, vedaba el acceso de los criollos a lasfuentesdel poder regional> sin hacermención de ne-gros,meztizos,indios o mulatos; la conquistadel po-der por partede los criollos> no suponeningunamejo-ra paralas capastradicionalmentemás desfavorecidasen el reparto social, sino el propio estancamientodesus componentesen la cúspidedel podernacional. Nila revolución,ni éstainstitucionalizada(PRI), han lo—grado superarestalacra secularde un sistemapolíticoampliamentedesfasado,quealgún día sufrirá las con-secuenciasde su propia esclerosisburocrática, pues,si algo es realmentecierto hoy en día en México, elloes el imparablecrecimientodemográfico,y no precisa-menteel de las clasesmásfavorecidas.Por cierto, seecha de menos,en esta obra de conjunto,un estudioserio de las consecuenciasdel desmedidocrecimientodemográficomexicano en las relacionesinternaciona-les del paísazteca.

El amplio arco social mexicanono está,ni muchomenos,reflejado en el no menosextensoespectropo-lítico que permite el sistema, de hecho, uno de losmáspermisivosde todaAmérica, incluidos los EstadosUnidos. El régimen mexicano,directamenteinspiradoen las consecuenciasde larevoluciónde 1910,tieneunascaracterísticastandeterminadas,segúnDomínguez,quese puede decir que todas ellas son firmes columnasde soportepara el edificio de la democraciamexica-na: nacionalismo, crecimiento económico, reforma

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agraria, nacionalizaciónde las empresasextractorasde crudo y gas natural, Estado secular> ademásdepluralismo, flexibilidad y tolerancia ideológica. Laparticularidad,no obstante,de este sistemapolítico,hace que sea prácticamenteimposible el acceso alpoder de otro partido político fuera, por supuesto,del que poseeel usufructo de las esenciasrevolucio-narias y en ello no insiste Domínguezcomo debiera>ya queahí, precisamente,residela razónprimera porla que el PRI obtiene, en su relacióncon México —re-presentaciónfidedigna del coito del príncipe con laisla de quehablaraN. Brown—, tan suculentasrentaspolíticas, no sólo para sus cuadros dirigentes, sinopara los interesesinternacionalesde los EstadosUni-dos,en trágicaversión del célebreménageá trois.

El primer tema de estudio,en cuanto al resto dela obracolectivaquedirige JorgeDomínguez,se ocupade los hidrocarburos.Su autor, Edward Y Williams,lo ha titulado «Petroleumand Political Change»,que-riendo seguramenteponer en solfa la importanciadelos recientesdescubrimientosde hidrocarburos(1974)para el futuro de las estructurassocioeconómicas,políticas y culturalesmexicanas.No le falta razón alautor al demostrarnosen sus páginasque las inmen-sas reservasmexicanas de petróleo tienen (escribeen 1982) y tendránun efecto de cambio sobre lassubestructuraseconómicasde México. En teoría, losbeneficios del petróleo deberíanhaber sufragadolossectoresdeprimidosde la economíaazteca,como, porejemplo, la agricultura,o habersido dirigidos a reme-diar problemassocialesde tanta importanciacomo eldel desempleorampante.Esto,comodecía,en teoría,enuna situación cercanaa la ideal. Hoy, sin embargo>es bien sabidoque los beneficiosde la venta del pe-tróleo han de ir dirigidos a enjugarlas deudascon-traídas por la administración López Portillo, que,creyendo infantilmente en una era infinita de pros-peridad,hipotecó al país internacionalmentecon unadeuda que, en estosmomentos,superaampliamente

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los diez billones de pesetas.La megalomaníade LópezPortillo ha obligado a suspenderproyectos de des-arrollo y mejorasocial que hubieranpodido, eventual-mente,convertir a México en ese nuevo poío de de-cisión queel mundo americanoestá necesitandoconurgencia.Con Williams y sus conclusiones,hay queestar obligadamentede acuerdo en las condiciones,utópicashoy en día, mexicanasde 1982: la prospen-dad del petróleo, adecuadamentegestionada>podríahaber cambiado>en poco tiempo, las característicasde subdesarrollo actualmente presentesen México>como nación y como sujeto de relacionesinternacio-nales. 1983 impone, no obstante,otra lectura no me-nos espectacularde la situación mexicana: el actualcaoseconómico,no sólo no va a ayudaral progresoeconómicode México y sus habitantes,sino que pue-de serperfectamenteregresivo,si tenemosen cuentaque algunos sectoressociales,al tomar concienciadelos fallos de la burocraciagobernante,puedendecidirreabrir el procesocerradocon la institucionalizacióny consolidaciónde la revolución (PNR, PRM, PRI) afinales de los años veinte y a lo largo de los treinta,respectivamente.La desestabilizaciónacecha,pues,alproyecto político del PM. Es obligadamentenecesa-sario que sus dirigentes abran la espita de la evolu-ción interna si no quieren que el pastel, o bien seles escapede las manos,o bien se les derrita en ellas,lo que sería igualmentedañino paraun país queestáangustiosamentenecesitado de estabilidad políticapara crear la económicay así superarel gran vacíodel macroendeudamientoexterior actual.

La segundaparte del libro, englobael tema gene-ral del comercioagrícola mexicano, sus interesesna-cionales y sus relaciones internacionales.Su autor,David R. Mares, ha dividido su estudio en cuatropartes significativas. En primer lugar, analiza la evo-lución del mercado internacionalde productos agrí-colas de invierno, que, fundamentalmente,afecta alcomercio exterior de México con los EstadosUnidos,

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así como la evoluciónde la política oficial mexicana,que de siempreha estimuladola integracióny fuertepresenciade tal agricultura especializadaen los mer-cados internacionales.Aquí, en esta primera parte,tambiénse toca el problemade la formación de unaburguesíarural dependientey su transformaciónenun colectivo social independiente.Un segundopuntode trabajo, estudia la política de producción de hor-talizas y verdurasen el estadode Sinaloa> parapasarenseguidaa analizar la organizaciónde la burguesíarural y la muy particular burguesíadel valle de Cu-liacán. Por último, se examina la relación entre estaburguesíalocal y el Estadomexicanoen relacióna lapolítica nacional de exportaciónde hortalizas.A tra-vés de tales puntos, David Mares, demuestrala im-portanciadel comercio bilateral en las relacionesex-teriores de México y los Estados Unidos, país queanualmenteadquiereuna importantepartede la pro-ducción mexicana, aportándoseel dato de que másdel 60 por 100 de las exportacionese importacionesmexicanasestánen relación con el mercadonortea-mericano, lo que viene a corroborar la estrechezyatadura, comercial y de todo tipo, de México con sugran vecino del norte, aserto que muy bien pudieraseruna brevísima conclusiónde este libro colectivo.

La metodología seguida por el editor, profesorDomínguez,lleva al libro a tratar, dentro de la terce-ra parte> las implicaciones internacionalesde lo queel autor, Kevin J. Middlebrook, conocepor «cambiolaboral», con especial referencia a la industria delautomóvil en México. Las dimensionesinternaciona-les del cambio laboral mexicanoes, pues> la preocu-pación fundamentalde los autoresa la hora de enten-der el móvil que impulsala política exteriormexicana>en su apartadocomercial. Middlebrook, a través delbosquejodel nacimiento de la industria automovilís-tica mexicana,nos lleva al doble plano de las rela-ciones laborales,formación de sindicatosy relacionescon otras estructurassindicalesdel sector del metal,

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ademásde las relacionesinternacionalesde estasiii-dustriasdel motor con sus casasmatrices,en princi-pio estadounidenses,pero más tarde también euro-peas y japonesas.Hay una hipótesis fundamentaldetrabajo que, aunqueno se cita claramente,se percibenítidamente: la bonanzaeconómicaqueparalos mexi-canos y sus expectativasde un futuro mejor, hansupuestolos descubrimientosde inmensas reservasde hidrocarburos.Ello habría supuestamentede re-dundar en una expansiónsin igual de las industriasde automóvilescon baseen México. El desarrollodelos acontecimientoseconómicos internacionalesa lolargo de 1982 y primeros mesesde 1983, obliga a unserio replanteamientode unas perspectivasrealizadascon demasiadaalegría. El orden económico interna-cional de Bretton Woods todavíasigue vigentey ello,a la postrequiere decir, que los paísesde la periferiapermaneceránen el actualaislamientodecisorio,mien-tras los paíes dominadoresde la escenaeconómicainternacionalasí lo deseen.

El profesor Domínguez,a cuyo cargo está la res-ponsabilidad de esta edición, se ha reservado,paraanalizaren la cuartaparte, y última> de este libro, laproyecciónde la economíamexicanaen la escenain-ternacional: «InternationalReverberationsof a Dy-namic Political Economy».El estudio,breve, pero nopor ello menos sistemático>analiza,en primer lugar>las condicionesestructuralesdel sistema económicomexicano, para pasar inmediatamentea resaltar laimportancia de los movimientos migratoriosmexica-nos, sobre todo, aquellos dirigidos a los EstadosUni-dos, adondese encaminamás del 95 por 100 de esteflujo de población tan característicodel país azteca.Pero,sin duda, la estructuradel sistemapolítico mexi-cano no deja de tenersu importanciae influenciaenel devenir de su economía,por ello Domínguez nopuede soslayarla relevancia de tres vectoresque semanifiestanen estecampoconcreto:la presidenciadela repúblicay lo decisivode su acciónen materiaeco-

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nómica; las burocraciasgubernamentalesy paraesta-tales; los gruposde interésen disposiciónpermanentepara alcanzar su propósito particular antes que elinterés nacional. En este marco, el periodo de seisaños en el poder —sexenio— que disfruta cada pre-sidente de México, no deja de tener, para el autor,un significado concreto: la falta de continuidad enla política económica,que hace necesariala refor-ma de los planteamientosde la anterior adminis-tración —sean éstos buenos o malos—, cuando elpresidenteelegido toma posesiónde su cargo, ello apesarde la pertenenciade los presidentesaun mismopartido político desdela institucionalizaciónde la re-volución en 1929. Este inmensocapital político de es-tabilidad no ha sido aprovechadoadecuadamenteporla clasedirigente del priismo, queha contado>a lo lar-go de estosaños,no sólo con la colaboraciónmásfieldel pueblo> sino, lo quees másimportante>con la su-misión de los partidos de oposición,que sólo en losúltimos añosestánempezandoadespertarde un largoletargo institucional. Estaposibilidad real de reformaeconómicase habría visto ayudadapor el hecho deque, a diferencia de la mayor parte de paisesCentroy suramericanos,la economíamexicana no ha estadofundadasobreel monocultivodominantey avasalladorquehubierasupuestola sumisión nacionala la dicta-duradel mercadoimpuestapor el actual orden econó-mico internacional>pues es cierto que, como subrayaDomínguez,hastael comienzode las exportacionesma-sivas de crudos, ningún productomexicanode expor-tación superabala cuotadel 10 por 100 del total de lasexportaciones.En condicionesideales,el petróleo ha-bría supuesto>dentro de los cánonesde una gestiónadecuada,el relanzamientodefinitivo de México comopotenciaindustrial de primer orden. Es de generalco-nocimiento,sin embargo,hastaquépunto ha dadodesí, cuando los paísesoccidentales,para combatir larecesiónprovocadaen 1973 y 1979 por el aumentoes-pectacularde los preciospetrolerosde la OPEP,pri-

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mero lucharon hinchandosus respectivaseconomíascon medidasinflaccionistascreadorasmasivasde cré-ditos baratos,para, más tarde, imponer postuladosmonetaristasde signo totalmenteopuestoa la políticaeconómicaprevia, yugulandoel posibleavanceeconó-mico de los paisesen vías de desarrollo,México entreellos,quesevenobligadosa frenarcualquierinversióninterior para destinar esos fondos a pagar enormescuentasdeudoras.Esto es lo queni en el libro, ni enestasucuartaparte,es tratadopor los autores,enpar-te debidoa que las consecuenciasde la nuevapolíticaeconómicade los paísesmás desarrolladosno se ha-bíanaúndesatadoa la hora de redactarestaobra. Sellega incluso a decir en sus páginas,que las exporta-dones petroleras podrían posiblementesobrevalorarel peso mexicanoen los mercadosinternacionales;laventajaque suponecomentarestoshechosen 1983 es,fundamentalmente,la de saberqueno sólo esono seráasí, sino que el gobierno ya lo ha devaluadoen másde unaocasión,en un intento de salvarel difícil statuquo interior y la no menostrágica situación exterior.Hoy en día no se puedetanto decir que del plantea-mientoeconómicode lanuevaadministraciónde Miguelde la Madrid dependela salidade estaprofundacrisis,como quees en el cambio de coyunturamundial. Esdecir> si la solución de que los paisesmásdesarrolla-dos seancapacesde salir de su difícil y propio estadode crisis, puede considerarsela solución de la crisiseconómicamexicana.

El propósito del libro, no obstante,está amplia-mentecumplido; se tratabade reunir esquemasde re-ladones internacionalesy qué duda cabe,que tantolos hidrocarburos, como los cultivos mexicanos deinvierno y la industria automovilística,cumplen per-fectamente su función, al ser trascendentalesen losorganigramasestructuralesde la economíade México.El libro era, por otra parte,necesario,porque Méxicose está,o mejor dicho, se estabaantesde esta crisis>convirtiendo en un importantefoco de poder mundial

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y, sobre todo, regional, que amenazabala prepoten-cia estadounidenseen el hemisferio americano,ha-ciendo precisoun conocimientomás en profundidadde cuálessono iban a serlas característicasdel nuevoEstadoque estabasurgiendoentre el istmo centro-americanoy el río Grande.En este sentido, la finali-dadestáampliamentelograda.

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