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    Tiempo Y Presencia

    Jacques Derrida*

    Orientada hacia la cuestin del sentido del ser, la destruccin de la ontologaclsica deba primero hacer vacilar el concepto vulgar del tiempo. Se trataba de unacondicin de la analtica delDasein: ste es ahpor la apertura a la cuestin del sentido delser, por la precomprensin del ser; la temporalidad constituyente el ser de un serah(Dasein) que comprende el ser, es el sentido ontolgico de la cura en tanto estructura delDasein. Por esto, slo ella puede dar su horizonte a la cuestin del ser. Se comprende as latarea asignada a Sein und Zeit, tarea preliminar y urgente. No slo es menester liberar laexplicitacin de la temporalidad de los conceptos tradicionales que dominan el lenguajecorriente y la historia de la ontologa, de Aristteles a Bergson, sino tambin dar cuenta de laposibilidad de esa conceptualidad vulgar, reconocerle un derecho propio (Heidegger, Seinund Zeit, Tbingen, Niemeyer, 1957, p.18).

    No se puede, pues, destruir la ontologa tradicional sino repitiendo e interpretando surelacin con el problema del tiempo. De qu modo una cierta determinacin del tiempo hagobernado implicitamente la determinacin del sentido del ser en la historia de la filosofa?

    Heidegger lo anuncia desde el sexto pargrafo de Sein und Zeit. Solamente lo anuncia; y apartir de lo que no considera todava sino como un signo, una seal un documentoexterno(ibid., p.25). Se trata de la determinacin del sentido del ser como parousa ocomo ousa, lo que, en el orden ontolgicotemporal, quiere decir presencia(Anwesenheit). El ente se concibe, en cuanto a su ser, como presencia (Anwesenheit), esdecir, se le comprende por respecto a un determinado modo del tiempo, el presente(Gegenwart)1.

    El privilegio del presente (Gegenwart) habra sealado ya el Poema de Parmnides.El legein y el noein deban captar un presente como forma de lo que permanece y persiste,

    * En: Tiempo y Presencia, Editorial Universitaria, Santiago de Chile, 1971. Tr. Patricio Marchant. (Ttulooriginal francs: Ousia et gramme, publicado por primera vez en Lendurance de la pense, Plon, Pars,

    1968. Publicado posteriormente enMrgenes de la filosofa).1 Heidegger, Zeit, p. 25. La misma cuestin, bajo la misma forma ocupa el centro de Kant y el problema dela metafsica. No es de asombrarse; esta obra envuelve Sein und Zeit: resultado de cursos pronunciados en1925-1926, deba tambin corresponder , en su contenido, con la segunda parte, no publicada, de Sein und

    Zeit. Exponiendo la finalidad de la ontologa fundamental, la necesidad de la analtica del Dasein y de laexplicitacin de la cura como temporalidad, Heidegger escribe, por ejemplo: Qu significa el hecho quela metafsica antigua determine el onton on el ente que es tan existente como puede serlo el ente que nohace sino existir como aie on?. Manifiestamente se comprende aqu el ser del ente como permanencia y

    persistencia (Bestndigkeit). Qu proyecto est tras esta comprensin del ser? El proyecto que se relacionacon el tiempo; porque aun la eternidad, comprendida de alguna manera como el nunc stand, no es de uncabo al otro concebible, en tanto que ahora persistente, ms que a partir del tiempo. Qu significa elhecho que el ente propiamente dicho (das eigentlich Seiende)sea comprendido como ousa, parousa, segnuna significacin que en el fondo quiere decir la presencia (das Anwesen), el dominio inmediatamente ya cada instante presente (gegenwrtigen Besitz), el haber? Lo que se traiciona en este proyecto es: serquiere decirpermanencia en lapresencia. No se acumulan as aun en la comprensin espontnea del ser lasdeterminaciones del tiempo? No se mueve el combate por el ser de antemano en el horizonte deltiempo?...La esencia (Wesen) del tiempo, tal como fue producida por Aristteles, de una manera decisiva

    para la historia de la metafsica posterior, no da ninguna respuesta a esta cuestin. Por el contrario: se puedemostrar que, precisamente, este anlisis del tiempo est guiado por una comprensin del ser que, disimuladaa s misma en su propia operacin, comprende el ser como presente (Gegenwart) permanente y, porconsiguiente, determina el ser del tiempo a partir del ahora (Jetzt), es decir del carcter del tiempo queen l est siempre y permanentemente presente (anwesend), es decir, que propiamente es, en el sentidoantiguo de esta palabra (Kant y el problema dela metafsica pargrafo 44). Acerca de la relacin entre

    Anwesen y Gegenwrtigen, cf. tambin Sein und Zeit, p.326.

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    prximo y disponible, expuesto a la mirada o al alcance de la mano, un presente en la formadel Vorhandenheit. Esta presencia se presenta, es aprendida en el legein o en el noein deacuerdo con un proceso cuya estructura temporal es de pura presentacin, de purohacer presente (reinen Gegenwrtigens). El ente se muestra en l y para l, y que secomprende como un ente en sentido propio, recibe, por consiguiente su explicitacin porreferencia al presente (Gegenwart), es decir, se lo concibe como presencia (Anwesenhei)(ousia). (ibid., p.26).

    Esta cadena de conceptos solidarios (ousia, parousia, Anwesenhei, Gegenwart,Gegenwrtigen, Vorhandenheit) est depositada al comienzo de Sein und Zeit: a la vezpuesta y provisionalmente abandonada. Si la categora de Vorhandenheit, del ente en laforma del objeto substancial y disponible, no cesa, en efecto, de actuar y de tener valor detema, los otros conceptos permanecen disimulados hasta el fiinal del libro. Es necesarioesperar las ltmas pginas de Sein und Zeit (de su primera parte, la nica publicada) paraque la cadena sea exhibida de nuevo, esta vez sin elipse y como la concatenacin misma dela historia de la ontologa. Pues se trata, entonces, de analizar expresamente la gnesis delconcepto vulgar del tiempo, de Aristteles a Hegel. Ahora bien, si somete a anlisis elconepto hegeliano del tiempo consagrndole varias pginas, Heidegger no concede ms que

    una nota a los rasgos pertinentes que asignan a este concepto un origen griego y muyprecisamente aristotlico. Esta nota nos invita a algunas lecturas que no pretendemosemprender aqu y ni siquiera esbozarlas; se trata slo de subrayar la indicacin, abrir lostextos indicados por Heidegger y sealar las pginas. Al comentar esta nota, querramosextenderla un poco, es nuestra nica ambicin, que responde a dos motivos:

    1. Para leer ah, tal como se anuncia en forma muy determinada2, la cuestinheideggeriana de la presencia como determinacin ontoteolgica del sentido del ser.Transgredir la metafsica en el sentido que le da Heidegger, no es acaso desplegar uninterrogante que vuelve a ese extrao lmite, a esa extraa epoj del ser que se oculta en elmovimiento mismo de supresentacin, en su presencia y en la conciencia, esta modificacinde la presencia, en la representacin o en la presencia ante s? De Parmnides a Husserl, el

    privilegio del presente jams ha sido cuestionado. No ha podido serlo. Es la evidencia mismay ningn pensamiento parece posible fuera de su elemento. La nopresencia ha sidopensada siempre en la forma de la presencia (bastara decir: simplemente en la forma) ocomo modalizacin de la presencia. El pasado y el futuro ha sido determinado siempre comopresentes pasados o presentes futuros;

    2 Las pginas siguientes podrn ser ledas como tmidos prolegmenos a un problema de traduccin. Peroquin mejor que Heidegger nos ha enseado a pensar lo que se compromete en tal problema? la cuestinsera aqu la siguiente: cmo hacer pasar o, ms bien, qu ha pasado cuando hacemos pasar en la sola

    palabra latina presencia todo el sistema diferenciado de palabras griegas y alemanas, todo el sistema detraduccin ya en el cual se produce la lengua heideggeriana (ousa, parousa, Gegenwrtigkeit,

    Anwesen, Anwesenheit, Vorhandenheit, etc.)? Y esto teniendo en cuenta que las dos palabras griegas y lasque le estn asociadas, tienen ya en francs [y en castellano] traduccionescargadas de historia (esencia,substancia, etc.). Sobre todo cmo hacer pasar en la sola palabra de presencia a la vez demasiado rica ydemasiado pobre, la historia del texto heideggeriano que asocia o separa estos conceptos, de manera sutil yordenada, a lo largo de un itinerario que cubre cerca de cuarenta aos? Cmo traducir en Francs [o enCastellano]o traducir el Francs [o el Castellano] en el juego de estos desplazamientos? para no considerarms que un solo ejemplo pero que nos interesa aqu en forma privilegiadaLa palabra de Anaximandro(1946) disocia rigurosamente conceptos que significan todos ellos la presencia y que, en el texto de Sein und

    Zeit que acabamos de citar, estaban alineados como sinnimos o, en todo caso, sin que algn rasgopertinente fuese entonces relevado. Separemos una pgina en las palabras de Anaximandro... [Derridatranscribe a continuacin la pgina 282 de la traduccin francesa (Chemins..., Gallimard, pginas 319 y 320de la edicin alemana) N.del T.].

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    2. Para indicar, de lejos y de manera todava muy indecisa, una direccin que no estabierta por la meditacin de Heidegger: el pasaje disimulado que hace comunicar elproblema de la presencia y el problema de la huella escrita. Por este pasaje, a la vez secreto ynecesario, los dos problemas dan, se abren el uno al otro. Es lo que aparece y sin embargose sustrae en los textos de Aristteles y de Hegel. Al incitarnos a releer estos textos,Heidegger distrae de su tema ciertos conceptos que nos parecen requerir de ahora enadelante que se insista en ellos. La referencia al grama (gramme) nos reconduce a la vez aun centro y a un mrgen del texto de Aristteles sobre el tiempo (Fsica IV). extraareferencia, extraa situacin. Estn ya comprendidas, implicadas, dominadas por losconceptos que Heidegger ha sealado como decisivos en el texto de Aristteles? No estamosseguros y nuestra lectura proceder, en verdad, de esta incertidumbre misma.

    LA NOTA

    Slo una nota, pero, con mucho, la ms extensa de Sein und Zeit, plena dedesarrollos anunciados, retenidos, necesarios pero diferidos. Veremos que ella nos prometeya el segundo tomo de Sein und Zeit, pero, diramos, reservndolo, a la vez, como un

    despliegue por venir y como una envoltura definitiva.La Nota pertenece al penltimo pargrafo del ltimo captulo (La temporalidad y la

    intratemporalidad como origen del concepto vulgar del tiempo). Se piensa generalmenteel tiempo como aquello en lo que se produce el ente. La intratemporalidad sera ese mediohomogneo en el cual se cuenta y se organiza el movimiento de la existencia cotidiana. Estahomogeneidad del medio temporal sera el efecto de un nivelamiento del tiempo originario(Nivellierung der ursprnglichen Zeit). Constituira un tiempo del mundo a la vez msobjetivo que el objeto y ms subjetivo que el sujeto. Al afirmar que la historia es decir, elespritu, pues slo el espritu tiene historiacae en el tiempo (... fllt die Entwicklung derGeschichte in die Zeit3 ), no piensa Hegel segn el concepto vulgar del tiempo? Sobre estaproposicin como resultado (Im Resultat), Heidegger se muestra de acuerdo con Hegel en

    tanto ella concierne a la temporalidad del Dasein y a la copertenencia que lo liga al tiempodel mundo4. Pero nicamente sobre la proposicin como resultado, sobre ese resultado queHegel nos ha enseado que nada es sin el devenir, fuera del lugar que le asigna un itinerarioo un mtodo. Ahora bien, Heidegger quiere mostrar en qu su proyecto de ontologafundamental desplaza el sentido de ese resultado, haciendo aparecer, entonces, laproposicin hegeliana como la formulacin ms radical del concepto vulgar del tiempo.No se trata de criticar a Hegel, sino que, restaurando la radicalidad de una formulacin ala cual no se ha prestado atencin, mostrndola en accin y al centro del pensamiento msprofundo, ms crtico y ms acogedor de la metafsica, de aguzar la diferencia entre laontologa fundamental y la ontologa clsica o vulgar. Este pargrafo comporta dossubpargrafos y sus pginas se articulan alrededor de las proposiciones siguientes:

    3 Hegel,Die Vernunft in der Geschichte. Einleitung in die Philosophie der Weltgeschichte (G. Lasson, 1917,p. 133).4 p. 405. Deberemos preguntarnos si este acuerdo sobre el resultado, en tanto que se limita a ladescripcin de una temporalidad cada, no compromete a Heidegger ms all de los lmites que l quieresealar aqu. A pesar de la reinterpretacin a la cual somete el Verfallen (por ejemplo, al final de & 82), se

    puede preguntar si la sola distincin cualesquiera sean la reestructuracin y la originalidad entretemporalidad propia e impropia, autntica e inautntica, originaria y nooriginaria, etc., no es ella mismatributaria del hegelianismo, de la idea de cada en el tiempo. Y en consecuencia del concepto vulgar deltiempo.

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    1. La interpretacin de Hegel de la relacin entre tiempo y espritu opera a partir deun concepto del tiempo expuesto en la segunda parte de la Enciclopedia, es decir, en unafilosofa de la naturaleza. Este concepto pertenece a una ontologa de la naturaleza, tiene elmismo medio y los mismos rasgos que el concepto aristotlico, tal como se lo construye enlaFsica iv en el curso de una reflexin sobre el lugar y el movimiento;

    2. La nivelacin se debe al privilegio exorbitante de la forma del ahora y delpunto; como lo dice Hegel mismo, El ahora tiene un derecho inaudito (ein ungeheuresRecht), no es ms que el ahora singular, pero lo que se da importancia en ese privilegioexclusivo se ha disuelto, se ha desecho y dispersado en el momento mismo en que loenuncio (Enciclopedia & 258).

    3. Todo el sistema de conceptos que se organizan en torno de la asercinfundamental de Hegel, segn la cual el tiempo es la existencia (Dasein) del concepto, elespritu absoluto en su automanifestacin, en su inquietud absoluta como la negacin de lanegacin, depende de una determinacin vulgar del tiempo y, por tanto, delDasein mismo apartir del ahora nivelado, es decir, de un Dasein en la forma de la Vorhandenheit, de lapresencia mantenida en disponibilidad.

    La Nota corta este encadenamiento en dos. Est colocada al final del subpargrafo

    consagrado a la exposicin hegeliana del concepto de tiempo en la filosofa de la naturalezay antes del subpargrafo sobre la interpretacin de Hegel de la conexin entre tiempo yespritu. Traduzcmosla*:

    El privilegio acordado al ahora nivelado pone en evidencia que la determinacinconceptual del tiempo por Hegel sigue tambin la lnea de la comprensin vulgar del tiempoy esto significa al par que sigue la lnea del concepto tradicional del tiempo. Se puedemostrar que el concepto hegeliano del tiempo ha sido sacado directamente de laFsica deAristteles. En la Lgica de Jena (edicin de G. Lasson 1923), que fue proyectada en lapoca de la habilitacin de Hegel, el anlisis del tiempo que se encontrar en laEnciclopedia est ya elaborado en todas sus partes esenciales. La Seccin sobre el tiempo(p. 202 ss.) se revela ya al examen ms rudimentario como una parfrasis del tratado

    aristotlico sobre el tiempo. Ya en la Lgica de Jena, Hegel desarrolla su concepcin deltiempo dentro del marco de la Filosofa de la Naturaleza (p. 136), cuya primera parte setitula Sistema del Sol (p. 195). Hegel examina el concepto del tiempo en conexin con ladeterminacin conceptual del ter y del movimiento. Aqu el anlisis del espacio est ansubordinado (nachgeordnet). Si bien la dialctica aflora, todava no tiene la forma rgida,esquemtica, que tendr ms tarde, sino que an hace posible una fluida comprensin de losfenmenos. En el camino que lleva de Kant al sistema acabado de Hegel se produce, una vezms, una decisiva irrupcin de la ontologa y de la lgica aristotlica. En tanto factum, estoes bien conocido desde hace mucho. Pero el camino, el modo y los lmites de esta influenciano han permanecido menos oscuros hasta el presente. Una interpretacin filosficacomparada y concreta de la Lgica de Jena de Hegel y la Fsica y la Metafsica deAristteles aportar una nueva luz. Para las consideraciones que preceden bastarn algunasindicaciones sumarias.

    Aristteles ve la esencia del tiempo en el nn, Hegel en el ahora (Jetzt). A. concibe elnn como ros, H. toma el ahora por un lmite (Grenze). A. comprende el nn comostigm, H. interpreta el ahora como punto. A. caracteriza el nn como tde ti. H. llama alahora el esto absoluto (das Absolute Dieses). Siguiendo la tradicin, A. pone en relacinchrnos consfara, H. insiste sobre el curso circular del tiempo (Kreislauf). Hegel se sustraeseguramente a la tendencia, central en el anlisis aristotlico del tiempo, de descubrir una

    * Ibid., pgs. 432-433.

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    correspondencia (akolouthen) fundamental entre nun, ros, stigm, tde ti. Con la tesis deHegel: el espacio es el tiempo, concuerda, como resultado, la concepcin de Bergson, apesar de todas las diferencias que separan las justificaciones. Bergson no hace sino darvuelta la proposicin: el tiempo (temps, en francs en el texto, para oponer el tiempo a laduracin) es espacio. La concepcin bergsoniana del tiempo surge manifiestamente de unainterpretacin del tratado aristotlico sobre el tiempo. Si al mismo tiempo que el Ensayosobre los datos inmediatos de la conciencia, que expona el problema del tiempo y de laduracin, Bergson publicaba un tratado titulado Quid Aristoteles de loco senserit, no setrataba nicamente de una coincidencia exterior y literaria. Refirindose a la determinacinaristotlica del tiempo como arithmskinseos, B. hace preceder el anlisis del tiempo porun anlisis del nmero. El tiempo como espacio (cf. Ensayo, p. 69) es una sucesincuantitativa. Por contraste (Gegenorientierung) con este concepto, la duracin se describecomo sucesin cualitativa. No es ste el lugar para una explicacin (Auseinandersetzung)crtica del concepto bergsoniano del tiempo y de las restantes concepciones actuales deltiempo. Si los anlisis actuales del tiempo nos han hecho ganar algo esencial sobreAristteles y Kant, es en la medida en que conciernen la aprehensin del tiempo y laconciencia del tiempo. Volveremos sobre este tema en la primera y en la tercera seccin

    del segundo tomo (esta ltima frase ha sido suprimida en las ediciones ulteriores de Seinund Zeit, lo que da a la nota toda su fuerza de sentido). Esta indicacin sobre una conexindirecta entre el concepto hegeliano y el anlisis aristotlico del tiempo no pretende imputar aHegel una dependencia sino llamar la atencin sobre el alcance ontolgico de estafiliacin para la Lgica hegeliana.

    De esta manera queda propuesta una inmensa tarea. Los textos as sealados figuransin duda entre los ms difciles y los ms decisivos de la historia de la filosofa. Y, sinembargo, lo que Heidegger designa en estos puntos de referencia no es acaso lo mssimple? No slo una evidencia sino el medio, el elemento de evidencia fuera del cual pareceque el pensamiento pierde aliento? No es acaso del derecho inaudito del presente dedonde se autoriza toda la historia de la filosofa? No es acaso en l donde se ha producido

    siempre el sentido, la razn, el buen sentido? No es l lo que une el discurso comn aldiscurso especulativo, al de Hegel en particular? Cmo se habra podido pensar el ser y eltiempo de otra manera que a partir del presente, en la forma del presente, es decir, de uncierto ahora en generalque ninguna experiencia, por definicin, jams podr abandonar?La experiencia del pensamiento y el pensamiento de la experiencia no tienen que ver sinocon la presencia. Tampoco se trata, para Heidegger, de proponernos pensar de otra manera,si esto quiere decir pensarotra cosa. Se trata, ms bien, de pensar lo que no ha podido serni ser pensado de otra manera. En el pensamiento de la imposibilidad de lo de otra manera,en este node otra manera se produce una cierta diferencia, un cierto temblor, un ciertodescentramiento que no es la posicin de otro centro. Otro centro sera otro ahora; estedesplazamiento, por el contrario, no mirara hacia una ausencia, es decir, otra presencia;nada reemplazara. Por tanto es necesario diciendo esto venimos a nuestro problema, y talvez aqu ya habremos hecho pie pensar nuestra relacin con (todo el pasado de) la historiade la filosofa de otra manera que en el estilo de la negatividad dialctica; la cual tributariadel concepto vulgar del tiempo pone otro presente como negacin del presente pasadoyretenido en laAufhebung, liberando, entonces, su verdad. Se trata precisamente de algoenteramente distinto: hay que pensar el vnculo de la verdad y el presente en un pensamientoque, quizs desde entonces, no necesite ms ser verdadero ni presente, para el cual elsentido y el valor de verdad queden puestos en cuestin como nunca momento intrafilosfico alguno ha podido hacerlo, sobre todo no el escepticismo ni todo lo que con l hace

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    sistema. La negatividad dialctica, que permiti a la especulacin hegeliana tantasrenovaciones profundas, permanecera as interior a la metafsica de la presencia, de lamantenencia5 y del concepto vulgar del tiempo. De ello nicamente recogera lo enunciadoen su verdad. Por otra parte, ha querido acaso Hegel hacer otra cosa y no declarafrecuentemente restituir la dialctica a su verdad todava oculta, aunque revelada por Platny Kant?

    No hay posibilidad de que en la temtica de la metafsica algo se haya movidorespecto del concepto del tiempo, de Aristteles a Hegel. Los conceptos fundadores de lasustancia y de causa, con todo su sistema de conceptos conexos, bastan, cualesquiera hayanpodido ser su diferenciacin y su problemtica interna, para asegurar (nos) el relevo yconfirmarnos la continuidad ininterrumpida de todos los momentos de la Metafsica, de laFsica, de la Lgica, sin omitir la Etica.

    LA EXOTERICA

    Reestablezcamos ante todo un contacto, el del concepto de vulgaridad en laexpresin concepto vulgar del tiempo, con el punto de partida declarado de la

    interpretacin aristotlica. Precisamente con el punto de su exotrica.En laFsica iv (en 217 b), Aristteles comienza por proponer una apora. Lo hace

    en la forma de una argumentacin exterica (di tn eksterix on lgon). Se trata, primero,de preguntarse si el tiempo forma parte de los entes o de los noentes; despus, cul es sufsis. Erton d kals jei diaporsai per auto (jrnou) ka di tn eksoterikn lgon,pteron tn nton estn tn m nton, eta ts fsis auto.

    La aportica es una exotrica. Se abre y se cierra sobre este camino sin salida: eltiempo es lo que no es o lo que es apenas y dbilmente ( los ouk stin mlis kaiamydrs). Pero, cmo pensar que el tiempo es lo que no es? Reconociendo que el tiempoes, tiene por esencia el nn, que se traduce habitualmente por instante, pero que funcionams bien en griego como nuestra palabra ahora. El nn es la forma que el tiempo nunca

    puede abandonar, bajo la cual no puede no darse; y, sin embargo, el nn, en un ciertosentido, no es. Si se piensa el tiempo a partir del ahora, hay que concluir que el tiempo noes. El ahora se da, a la vez, como lo que no es ms y como lo que no es todava. Es lo queno es y no es lo que es. T mn gr auto ggone ka ouk sti, to d mllei ka opo estn.En un sentido, ha sido y no es ms; en otro sentido, ser y no es todava. El tiempo estas compuesto de noentes. Pero, lo que entraa un cierto noser, lo que se compone conla noestandidad no puede participar de la presencia, de la sustancia, de la estandidad(tantit) misma (ousa).

    Esta primera fase de la apora obliga a pensar el tiempo en su divisibilidad. El tiempoes divisible en partes y, sin embargo, ninguna de sus partes, ningn ahora es en el presente.Detengmonos aqu antes de considerar la otra fase de la apora sobre la estandidad o lanoestandidad del tiempo. Aristteles sostendr la hiptesis inversa: el ahora no es unaparte, el tiempo no est compuesto de nn.

    De la primera hiptesis retenemos que se define al tiempo segn su relacin con unaparte elemental, el ahora, que es afectado, como si el mismo no fuera ya temporal, por untiempo que lo niega determinndolo como ahora pasado o ahora futuro. El nn, elementodel tiempo, no sera en s temporal. No es temporal sino deviniendo temporal, es decir,cesando de ser, pasando a la nada en la forma del entepasado o del entefuturo. Auncuando se le considera como noente (pasado o futuro), se determina el ahora como

    5Maintenance. Ver nota 21. N. del T.

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    ncleo intemporal del tiempo, ncleo no modificable de la modificacin temporal, formainalterable de la temporalizacin. El tiempo es lo que sobreviene a ese ncleo afectndolo denoser. Pero para ser, para ser un ente, es necesario no estar afectado por el tiempo, esmenester no devenir (pasado o futuro). Participar de la estandidad, de la ousa, es puesparticipar del entepresente, de la presencia del presente, si se quiere, de la presentidad.El ente es lo que es. Se piensa, pues, la ousa a partir del sti. El privilegio de la tercerapersona del presente del indicativo libera aqu toda su significacin historial6. El ente, elpresente, el ahora, la sustancia, la esencia, estn ligadas, en su sentido, a la forma delparticipio presente. Y el paso al sustantivo, se podra mostrarlo, supone recurrir a la tercerapersona. Suceder lo mismo, ms tarde, con esa forma de la presencia que es la conciencia.

    LA PARAFRASIS:PUNTO, LINEA, SUPERFICIE

    Heidegger recuerda que por lo menos dos veces Hegel parafrase la Fsica iv alanalizar el tiempo en el marco de una filosofa de la naturaleza. La primera fase de la

    exotrica est, en efecto, reproducida en la Filosofa de la naturaleza de laLgica de Jena.La primera parte de esta Filosofa de la naturaleza, consagrada al sistema del sol, defineel tiempo en el interior de un desarrollo sobre el concepto de movimiento. Se encuentran,aunque Aristteles no sea jams citado estas evidencias fundadoras no necesitanreferencias, frmulas que comentan la primera fase. As, por ejemplo, el lmite (Grenze),o el momento del presente (Gegenwart), el esto absoluto del tiempo (das absolute Diesesder Zeit), o el ahora (das Jetzt), es absoluta y negativamente simple, excluye absolutamentede s toda multiplicidad y, por consiguiente, est absolutamente determinado... En tanto actode negar (als Negieren), est relacionado absolutamente con su contrario, y su actividad, susimple acto de negar es relacin con su contrario, y el ahora es inmediatamente lo contrariode s, el acto de negarse a s mismo... El ahora tiene su noser (Nichtsein) en s mismo y

    deviene inmediatamente algo distinto de s, pero este otro, el futuro, en que deviene (setransporta, se transforma) el presente, es inmediatamente lo distinto de s mismo, pues esahora presente (denn sie ist jetzt Gegenwart)... Esta su esencia (Dies sein Wesen) es su noser (Nichtsein).

    Pero quizs la reasuncin dialctica de la apora aristotlica est articulada de modo,a la vez ms riguroso y ms rgido, en la Enciclopedia (Filosofa de la naturaleza, & 257).Nuevamente es al comienzo de la Mecnica, en la primera parte, donde se considera elespacio y el tiempo como categoras fundamentales de la naturaleza, es decir, de la Ideacomo exterioridad o separacin (Aussereinander, Aussersichsein). El espacio y el tiemposon las categoras fundamentales de esta exterioridad en tanto que inmediata, es decir,abstracta e indeterminada (das ganz abstrakte Aussereinander).

    La naturaleza es la Idea fuerades. El espacio es ese serfuerades, estanaturaleza en tanto que ella est ella misma fuera de s, es decir, en tanto no se relacionatodava consigo misma, en tanto que no es paras. El espacio es la universalidad abstractade este serfuerades. No relacionndose a s, la naturaleza, como espacio absoluto(es la expresin de laLgica de Jena que no reaparece en laEnciclopedia, por razones, sinduda, esenciales), no conoce mediacin, diferencia, determinacin, discontinuidad alguna.

    6 Heidegger subraya, desde otro punto de vista, la dominacin historial de la tercera persona del indicativopresente del verbo ser en la Introduccin a la Metafsica (Derrida escribe Historial y no histrica. Laidea de Historia est determinada por la metafsica de la presencia. N. del T.).

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    Corresponde a lo que la Lgica de Jena llamaba ter: medio de trasparencia ideal, deindiferenciacin absoluta, de continuidad indeterminada, de juxtaposicin absoluta, es decir,sin relacin interior. Nada todava se relaciona con nada. Tal es el origen de la naturaleza.

    Slo a partir de este origen se podr plantear la cuestin siguiente: de qu modo elespacio, la naturaleza, en su inmediatez indiferenciada, reciben la diferencia, ladeterminacin, la cualidad? Diferencia, determinacin, cualificacin no pueden sobrevenir alespacio puro ms que como negacin de esta pureza original y de este primer estado deindiferenciacin abstracta en que consiste propiamente la espacialidad del espacio. Laespacialidad pura se determina negando propiamente la indeterminacin que la constituye, osea, negndose a s misma. Negndose a s misma: esta negacin debe ser una negacindeterminada, negacin delespacio porel espacio. La primera negacin espacial del espacioes el PUNTO. Pero la diferencia (Unterschied) est esencialmente determinada, es unadiferencia cualitativa. En tanto tal 1. es ante todo la negacin del espacio mismo, porqueste es el serfuerades inmediato, indiferenciado (unterschiedlose): el punto. (&256). El punto es este espacio que no ocupa espacio, este lugar que no tiene lugar; suprimey reemplaza el lugar, suple al espacio que niega y conserva. Niega espacialmente al espacio.Es su primera determinacin. En tanto primera determinacin y primera negacin del

    espacio, el punto espacializa o se espacia. Se niega a s mismo al relacionarse consigomismo, es decir, con otro punto. La negacin de la negacin, la negacin espacial del puntoes la LINEA. El punto se niega y se retiene, se extiende y se sostiene (porAufhebung) en lalnea que constituye, de este modo, la verdad. Pero la negacin es 2. la negacin del espacio,es decir, que ella es ella misma espacial; en tanto que por esencia es esa relacin, es decir, entanto que se retiene al suprimirse (als sich aufhebend), el punto es la lnea, el primer serotro, es decir serespacial del punto (ibid).

    Segn el mismo proceso, porAufhebungy negacin de la negacin, la verdad de lalnea es la SUPERFICIE: Pero la verdad del serotro es la negacin de la negacin. Lalnea se convierte, entonces, en superficie, la que, por una parte, es una determinacinrespecto de la lnea y del punto, y por ello superficie en general, pero que por otra parte, es

    la negacin suprimidaretenida del espacio (die aufgehobene Negation des Raumes) y, poreso mismo, la restauracin (Wiederherstellung) de la totalidad espacial, la cual tiene, en losucesivo, en s el momento negativo... (ibid).

    El espacio devino, por tanto, concreto por haber retenido en s lo negativo. Devinoespacio perdindose, determinndose, negando su pureza de origen, la indiferenciacin y laexterioridad absolutas que lo constituan en su espacialidad. La espacializacin, larealizacin de la esencia de la espacialidad es una desespacializacin e inversamente. Einversamente: este movimiento de produccin de la superficie como totalidad concreta delespacio es circular y reversible. Se puede demostrar, en sentido inverso, que la lnea no secompone de puntos, puesto que est hecha de puntos negados, de puntos fuerades; yque la superficie no se compone de lneas por la misma razn. Se considerar, entonces, quela totalidad concreta del espacio est al comienzo, que la superficie es la primeradeterminacin negativa; la lnea, la segunda; el punto, la ltima. La abstraccin indiferenteest indiferentemente al principio y al fin del crculo. Etctera.

    Debemos dejar de lado, a pesar de su inters, la discusin de los conceptos kantianosque se entrelaza con esta demostracin en una serie de Observaciones. Debemos llegar a lacuestin del tiempo.

    Debe ser planteada todava? Hay que preguntarse, an, cmo aparece el tiempo apartir de esta gnesis del espacio? En cierto modo siempre es demasiado tarde para plantearla cuestin del tiempo. Este ya ha aparecido. El noserms y el sertodava que

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    relacionaban la lnea con el punto y la superficie con la lnea, esta negatividad en laestructura de laAufhebungera ya el tiempo. En cada etapa de la negacin, cada vez que laAufhebungproduca la verdad de la determinacin anterior, se haba requerido del tiempo.Negacin actuante en el espacio o como espacio, negacin espacial del espacio, el tiempo esla verdad del espacio. En tanto que es, es decir, que deviene y se produce, que se manifiestaen su esencia, en tanto que se espacia refirindose a s, es decir, negndose, el espacio es(el) tiempo. Se temporaliza, se relaciona a s y se mediatiza como tiempo. El tiempo esespaciamiento. Es la relacin a s del espacio, su paras. Sin embargo, la negatividad que,en tanto punto, se refiere al espacio y desarrolla en l sus determinaciones como lnea ysuperficie, es, en la esfera del serfuerades, igualmente para s, y sus determinacionestambin (a saber, en el serparas de la negatividad...). As puesta paras, es el tiempo(& 257). El tiempo releva7el espacio.

    Recordando este movimiento Heidegger subraya que de este modo el espacio no hasido pensado sino como tiempo (ibid, p. 430). El espacio es tiempo en tanto que l, elespacio, se determina a partir de la negatividad (primera o ltima) del punto. Esta negacinde la negacin como puntualidad es, segn Hegel, el tiempo (ibid). Se piensa, pues, eltiempo a partir o en vista del punto; el punto a partir o en vista del tiempo. Al punto y al

    tiempo se les piensa en esta circularidad que los relaciona entre s. Y el concepto mismo denegatividad especulativa (laAufhebung) no es posible ms que a partir de esta correlacin ode esta reflexin infinitas. El estigma, la puntualidad es, por tanto, el concepto que, tanto enHegel como en Aristteles, determina la mantenencia8 (nn, jetzt). No es, pues, asombrosoque la primera fase aportica de la Fsica iv informe o preforme la primera figura deltiempo en laFilosofa de la naturaleza de Hegel. Prefigura, al mismo tiempo, las relacionesentre el espritu y el tiempo, la naturaleza siendo el serfuerades del espritu y eltiempo la primera relacin a s de la naturaleza, el primer surgimiento de su paras, elespritu no relacionndose a s ms que negndose y cayendo fuera de s.

    Aqu la apora aristotlica est comprendida, pensada, asimilada en lo que constituyepropiamente la dialctica. Basta y es necesario tomar las cosas en otro sentido y bajo

    otro aspecto para concluir que la dialctica hegeliana no es sino la repeticin, la reedicinparafrsica de una apora exotrica, la brillante presentacin de una paradoja vulgar9. Parapersuadirse, es suficiente comparar el pasaje de Aristteles ya citado (218a) y esta definicindel tiempo en el pargrafo 258 de la Enciclopedia: El tiempo, en cuanto unidad negativadelserfuerades, es igualmente un abstracto. Un ideal. Es el ser que siendo, no es,y que no siendo, es: el devenir intuido (das angeschaute Werden), es decir, que lasdiferencias simplemente momentneas suprimindoseretenindose inmediatamente

    7Relveres la traduccin propuesta por Derrida para laAufhebunghegeliana. N. del T.8Maintenance. Ver nota 21. N. del T.9 Hegel pensaba su relacin con la exotrica aristotlica o con las paradojas de los Elatas bajo una categoracompletamente diferente de la parfrasis a la que se refiere Heidegger. A sus ojos se trataba, a la vez, deuna anticipacin genial de la dialctica especulativa y de la necesidad teleolgica de un yanotodavade lo que l desarrollar en la Lgica; por lo que se puede leer, por ejemplo, en medio de pginas que seranecesario citarin extenso: Infinitamente ms ingeniosos y profundos que la antinomia kantiana, de la cualnos acabamos de ocupar, son los ejemplos dialcticos de la antigua escuela Eletica, sobre todo en lo queconcierne al movimiento... Las soluciones que Aristteles da de esas formaciones dialcticas merecen losmayores elogios; estn contenidas en sus nociones verdaderamente especulativas del tiempo, del espacio ydel movimiento... No basta poseer una viva inteligencia (y bajo esta perspectiva nadie todava ha superado aAristteles), para poder comprender y juzgar las nociones especulativas de Aristteles y para ver lo que hayde grosero en la argumentacin de Zenn... etc. (Ciencia de la Lgica), cf. tambin toda la problemtica dela certidumbre sensible.

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    (unmittelbar sich aufhebenden Unterschiede) se determinan como exteriores, o sea, sinembargo, como exteriores a s mismas.

    Esta definicin tiene, por lo menos, tres consecuencias directas en el texto de Hegel,considerado como parfrasis de Aristteles.

    1. Se reproduce el concepto kantiano del tiempo. Ms bien se lo deduce. Lanecesidad de tal deduccin revelara, pues, que la revolucin kantiana no ha removido elalbergue aristotlico, sino que, al contrario, se ha desplazado en l, reinstalado, arreglado.Lo sugeriremos ms adelante desde otro punto de vista. En efecto, el devenir intuido en smismo, sin contenido sensible emprico, es losensible puro, lo sensible formal, puro de todamateria sensual, sin cuyo descubrimiento ninguna revolucin copernicana se habraproducido. Kant descubri lo sensible insensible que reproduce aqu la parfrasis deAristteles: El tiempo es como el espacio unaforma pura de la sensibilidado del intuir, losensible insensible (das unsinnliche Sinnliche). (& 258. Observacin). Haciendo alusin alo sensible insensible10, Heidegger no refiere este concepto hegeliano a su equivalentekantiano, y se sabe que, a su parecer, y bajo varios aspectos, Hegel habra recubierto yborrado la audacia kantiana. No se puede acaso pensar aqu, contra Heidegger, que Kantest en el hilo directo que,segn Heidegger, va de Aristteles a Hegel?

    2. Segn un movimiento que se asemeja al deKant y el problema de la metafsica (ypor consiguiente al de Sein und Zeit), Hegel concluye de su definicin.

    a) que el tiempo es el mismo principio que el Yo = Yo de la conciencia pura de s.Sera necesario poner en relacin pero no podemos hacerlo aqu toda la Observacindel pargrafo 258 de laEnciclopedia que demuestra esta ltima proposicin y, por ejemplo,el pargrafo 34 del Kant... de Heidegger, sobre el tiempo como afeccin pura de smismo (Selbstaffektion) y el carcter temporal del smismo (Selbst). No repite acasoHeidegger el gesto hegeliano cuando escribe, por ejemplo: El tiempo y el yo pienso no seenfrentan ms, incompatibles y heterogneos, sino que son lo mismo. Gracias al radicalismocon el cual, en su fundamentacin de la metafsica, por vez primera someti a la explicacintrascendental tanto el tiempo por s mismo como el yo pienso por s mismo, Kant reuni

    los dos en su mismidad originaria (ursprngliche Selbigkeit) sin que sta, ciertamente,fuese ella misma expresamente y en tanto que tal, visible para l?.b) que no es en el tiempo (in der Zeit) donde el todo surge y pasa, sino que el

    tiempo es l mismo ese devenir, ese surgimiento y ese pasaje... (& 258). Hegel hamultiplicado las precauciones de este tipo. Oponindola a todas las formulacionesmetafricas (a las cuales, por lo dems, no se trata de negar toda su gravedad) que expresanla cada en el tiempo, se podra exhibir toda una crtica hegeliana de la intratemporalidad(Innerzeitigkeit). Esta no sera solamente anloga a la que desarrolla Sein und Zeit; como enSein und Zeit ira unida a una temtica de la cada o de la desposesin, del Verfallen.Volveremos sobre este concepto, que ninguna precaucin y Hegel no ha tomado menosque Heidegger en Sein und Zeit puede sacar de su orbe ticoteolgica.

    3. De acuerdo con un gesto fundamentalmente griego, esta determinacin hegelianadel tiempo permite pensar el presente, la forma misma del tiempo, como eternidad. Esta noes la abstraccin negativa del tiempo, el notiempo, lo fueradeltiempo. Si la formaelemental del tiempo es el presente, la eternidad no podra estar fuera del tiempo sinopermaneciendo fuera de la presencia; no sera presencia; vendra antes o despus del tiempoy volvera a ser, por esto, una modificacin temporal. Se hara de la eternidad un momentodel tiempo. Todo lo que en el hegelianismo recibe el predicado de eternidad (la Idea, elEspritu, lo Verdadero, etc.) no debe, por lo tanto, ser pensado fuera del tiempo (y tampoco

    10 Heidegger, Sein und Zeit, p. 428.

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    en el tiempo)11. La eternidad como presencia no es temporal ni intemporal. La presencia es laintemporalidad en el tiempo o el tiempo en la intemporalidad: he aqu, tal vez, lo que haceimposible una temporalidad originaria. La eternidad es otro nombre de la presencia delpresente. Hegel distingue tambin esta presencia del presente como ahora. Distincinanloga pero no idntica a la que propone Heidegger, pues apela a la diferencia entre lofinito y lo infinito12. Diferencia intrantica, dira Heidegger; y es aqu, en efecto, dondedebera residir toda la cuestin.

    LO ELUDIDO DE LA CUESTION

    Hasta ahora nos hemos mantenido, en cierto modo, en la primera hiptesis de laaportica aristotlica. Esta ha comenzado, pues, por paralizarse en la determinacin deltiempo como nn y del nn como mros (parte).

    11 Debemos limitarnos aqu a citar y situar algunos textos sobre los cuales debera insistir pacientemente la

    interrogacin. Por ejemplo: Lo real (das Reelle) es, ciertamente, diferente del tiempo, pero tambinesencialmente idntico a l. Est limitado (beschrnkt), y lo otro, respecto de esta negacin, estfuera de l.La determinacin es, pues, exterior a l, y de all viene la contradiccin de su ser; la abstraccin de laexterioridad de su contradiccin y de la inquietud (Unruhe) de sta es el tiempo mismo. Por ello lo finito es

    pasajero y temporal, porque no es, como el concepto, en s mismo la negatividad total... Pero el concepto, ensu identidad existiendo libremente para s, como Yo = Yo, es en s y para s la negatividad y libertadabsolutas; el tiempo no es, pues, su potencia como tampoco (el concepto) est en el tiempo y no es un un entetemporal (ein Zeitliches), sino que es ms bien la potencia del tiempo (die Macht der Zeit) en tanto sta essolamente esa negatividad como exterioridad. Slo lo natural est, por tanto, sometido al tiempo, en tanto esfinito; en cambio, lo verdadero, la idea, el espritu, es eterno. Pero el concepto de eternidad no debe sercaptado negativamente como la abstraccin del tiempo, de suerte que existiera, por decirlo as, fuera de l(del tiempo); y no hay que entenderlo en el sentido de que la eternidad vendra despus del tiempo; se hara,entonces, de la eternidad un futuro, un momento del tiempo (& 258).12 La diferencia entre lo finito y lo infinito se propone aqu como diferencia entre el ahora (jetzt) y el presente

    (Gegenwart). La presencia pura, la parousa infinita, no estara pues, segn Hegel, gobernada por ese ahoradel cual Heidegger nos dice que desde laFsica a laEnciclopedia, limita y determina laparousa. Pero comoHeidegger seala tambin un privilegio de la Gegenwart, sera necesario internarse aqu en las diferenciasentre Jetzt, Gegenwart, Anwesenheit. Siempre a ttulo de preliminares, contentmonos aqu de traducir eltexto de Hegel: Las dimensiones del tiempo, el presente (Gegenwart), el futuro y el pasado, son el devenirde la exterioridad como tal y su disolucin (Auflsung) en las diferencias del ser en tanto que paso a la naday de la nada en tanto que paso al ser. El desvanecimiento inmediato de estas diferencias en la singularidadesel presente como ahora (die gegenwart als Jetzt), el que, en tanto es la singularidad, es exclusivo y al mismotiempo pasa continuamente en los otros momentos, no siendo l mismo ms que el desvanecimiento de suser en nada y de la nada en su ser.

    El presentefinito (die endliche Gegenwart) es el ahora fijado como ente, distinto de lo negativo, delos momentos abstractos del pasado y del futuro, en tanto que es la unidad concreta y, por consiguiente, entanto es lo afirmativo; pero este ser no es el mismo ms que abstracto, desvanecindose en la nada. Por lodems, en la naturaleza, donde el tiempo es ahora, las diferencias entre estas dimensiones no pueden llegara la subsistencia; son necesarias slo en la representacin (Vorstellung) subjetiva, en el recuerdo, en el temoro en la esperanza. Pero el pasado y el futuro del tiempo, en tanto que estn en la naturaleza, son el espacio,

    pues ste es el tiempo negado; as el espacio suprimidoretenido (aufgehobene) es primero el punto y,desarrollado para s, el tiempo (& 259). Estos textos y otros parecen a la vez confirmar e impugnar lainterpretacin de Sein und Zeit. La confirmacin es evidente. La impugnacin complica las cosas en el puntoen que se distingue el presente del ahora, en que ste, en su pureza, no pertenece ms que a la naturaleza yno es todava el tiempo, etc... En una palabra, habra mucho de precipitacin y de simplificacin al decir queel concepto hegeliano del tiempo est tomado de una fsica o de una filosofa de la naturaleza, y que

    pasa as, sin modificacin esencial, a una filosofa del espritu o a una filosofa de la historia. El tiempoes tambin ese paso mismo. La lectura de Aristteles suscitara, ya, cuestiones anlogas.

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    Nuestra pregunta es, entonces, la siguiente: al derribar la hiptesis, al demostrar queel ahora no es una parte del tiempo arranca Aristteles la problemtica del tiempo a losconceptos espaciales de parte y de todo, a la predeterminacin del nn como mros o auncomostigm?

    Recordemos las dos cuestiones de Aristteles. 1. El tiempo forma o no parte de lasnta? 2. Despus de las aporas relativas a las propiedades que pertenecen al tiempo (pertn hyp arjnton), se pregunta lo que es el tiempo y cul es su physis (t d estn o jrnoska ts auto e phsis). La manera como se formula la primera pregunta muestra que seanticipa el ser del tiempo a partir del ahora y del ahora como parte. Y esto mismo en elmomento en que Aristteles parece derribar la primera hiptesis y oponerle que el ahora noes una parte o que el tiempo no est compuesto de ahoras (to d nn ou mros ... o djrnos ou doke sygkesthai ek tn nn. 218a).

    Esta segunda serie de proposiciones pertenece al encadenamiento de las hiptesis delsentido comn tendientes a hacer pensar que el tiempo no pertenece a los entes ni, demanera pura y simple, a la estandidad (ousa). Estas hiptesis exotricas iniciales jamssern debatidas en otro nivel, en un nivel no exotrico 13. Despus de haber recordado porqu se puede pensar que el tiempo no es un ente, Aristteles deja la interrogante en

    suspenso. En adelante ser cuestin de laphysis de aquello cuya pertenencia al ente quedaan indecisa. Como se ha sealado14, hay ah un problema metafsico que Aristteles haquizs en parte eludido, si bien, sin embargo, lo ha planteado netamente. Que la cuestineludida sea propiamente metafsica, podra entendrselo de otra manera. Lo metafsico es,tal vez, menos la cuestin eludida que la cuestin eludida. La metafsica, entonces, seestablecera gracias a esta omisin. Repitiendo la cuestin del ser en el horizontetrascendental del tiempo, Sein und Zeitsacara a luz esta omisin por la cual la metafsica hacredo poder pensar el tiempo a partir de un ente ya silenciosamente predeterminado en surelacin con el tiempo. Si toda la metafsica est comprometida en este gesto, Sein und Zeit,por este concepto al menos, constituye un paso decisivo ms all o ms ac de la metafsica.La cuestin fue eludida porque se la plante en trminos de pertenencia al ente o al no

    ente, habiendo sido el ente determinado ya como entepresente. Es lo eludido de lacuestin lo que Heidegger vuelve a poner en juego desde la primera parte de Sein und Zeit:el tiempo ser, entonces, aquello a partir de lo cual se anuncia el ser del ente y no aquellocuya posibilidad se tratar de derivar a partir de un ente ya constituido (y en secretotemporalmente predeterminado) como ente presente (del indicativo, en Vorhandenheit), seaen sustancia o en objeto.

    Que lo eludido de la cuestin propague sus efectos sobre toda la historia de lametafsica o que, ms bien, la constituya como tal, como su efecto, no se reconocersolamente en el hecho, masivamente evidente, que, hasta Kant, la metafsica ha consideradoel tiempo como nada o accidente extrao a la esencia o a la verdad. Que toda la metafsicase haya, por decirlo as, sumido en la apertura o, si se prefiere, paralizado en la apora deldiscurso exotrico de laFsica iv, esto se manifiesta todava en Kant, no solamente por elhecho que une la posibilidad del tiempo al intuitus derivativus y al concepto de una finitud ode una pasividad derivadas, sino, sobre todo, en lo que hay de ms revolucionario y demenos metafsico en su pensamiento del tiempo. Se le cargar, como se quiera, en el pasivode Kant o en el activo de Aristteles; en ambos casos tendr muy poco sentido.

    13 Tal es la diferencia, en la Fsica iv, entre el tratado sobre el lugar y el tratado sobre el tiempo. Slo elprimero agrega un desarrollo crtico a un desarrollo exotrico y explicita la articulacin (210b).14 J. Moreau,Lespace et le temps selon Aristote, Padoue, 1965, (p. 92).

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    Porque, como dice Aristteles, el tiempo no pertenece a los entes, no es parte nideterminacin, porque no pertenece al ente en general (fenomnico o en s), es necesariohacer de l una forma pura de la sensibilidad (sensible insensible). Esta profunda fidelidadmetafsicase organiza,se arregla con la ruptura que reconoce el tiempo como condicin deposibilidad del aparecer de los entes en la experiencia (finita), es decir, con aquello de Kantque ser repetido por Heidegger. Por lo tanto se podr siempre, en principio, someter eltexto de Aristteles a lo que se podra llamar la repeticin generosa: aqulla de la que sebeneficia Kant y que se le rehsa a Aristteles y a Hegel, al menos en la poca de Sein undZeit. De alguna manera, la destruccin de la metafsica permanece interior a la metafsica, nohace ms que explicitar su motivo. Se trata de una necesidad que sera necesario interrogaren este ejemplo y cuya regla habra que formalizar. Aqu la ruptura kantiana estaba preparadapor la Fsica iv; y se podr decir lo mismo de la reasuncin heideggeriana del gestokantiano en Sein und Zeity enKant y el problema de la metafsica.

    Si se las compara, en efecto, laFsica iv y la exposicin trascendental del conceptodel tiempo, se descubre rpidamente este rasgo comn y decisivo: El tiempo no es algo queexista por s (en s) o que pertenezca a las cosas como determinacin objetiva y que por ellopersistiese si se hiciera abstraccin de todas las condiciones subjetivas de su intuicin. Se

    dir tal vez que ese rasgo la no estandidad en s del tiempo es bien general y que lacomunidad de intencin entre Kant y Aristteles es muy limitada. Consideremos entonces ladefinicin ms estrecha del tiempo en la Exposicin Trascendental, no del tiempo como noexistencia en s ni como condicin formal de todos los fenmenos en general, tantointernos como externos, sino como forma del sentido interno. Toda la fuerza de ruptura deesta definicin parece estar tambin rigurosamente prescrita en la Fsica iv. Interrogndosepor laphysis del tiempo, Aristteles se pregunta, puesto que el tiempo, que no es el cambioni el movimiento, se relaciona con el cambio y el movimiento (as, precisamente, comienza laExposicin Trascendental) t ts kinses stin (219a), lo que del movimiento es el tiempo;y hace notar, no como se traduce a menudo y vagamente que percibiendo el movimientopercibimos el tiempo, sino que hma gr kinseos asthanmetha kai krnou: Tenemos en

    conjunto sensacin del movimiento y del tiempo. Cuando estamos a la sombra y no somosafectados por algn cuerpo (medn d to smatos psjomen), si un movimiento se produceen el alma (en t psych) parece, entonces, que un cierto tiempo ha pasado y, a la vez, enconjunto (hma) parece haber pasado un cierto movimiento. Es en la asthesis dondeAristteles une el tiempo y el movimiento. Y esto sin que ningn contenido sensible exterior,sin que ningn movimiento objetivo sea necesario. El tiempo es la forma de lo que puede notranscurrir sino en t psych. La forma del sentido interno es tambin la forma de todos losfenmenos en general. La exposicin trascendental del tiempo pone este concepto enrelacin esencial, aunque distinguindolo rigurosamente, con el movimiento y el cambio 15; y,

    15 Cf. tambin 233ab. aristteles piensa tambin el tiempo en relacin con el movimiento (knesis) y elcambio (metabol), si bien comienza por demostrar que el tiempo no es lo uno ni lo otro. Tal es tambin el

    primer momento de la Exposicin trascendental del concepto de tiempo. Agrego aqu que el concepto decambio (Vernderung) y con l el concepto de movimiento (Bewegung) como cambio de lugar, no es posiblems que por y en la representacin del tiempo, y que si esta representacin no fuera una intuicin (interna) a

    priori, ningn concepto, cualquiera que fuese, podra hacer inteligible la posibilidad de un cambio, es decir,la unin de predicados contradictoriamente opuestos (por ejemplo, el estar y el no estar en un mismo lugar lamisma cosa) en un solo y mismo objeto (Objekte). Es solamente en el tiempo, es decir, sucesivamente, quedos determinaciones contradictoriamente opuestas pueden encontrarse en una sola y misma cosa. Nuestroconcepto del tiempo explica, pues, la posibilidad de tantos conocimientos sintticos a priori como los quenos propone la teora general del movimiento, la que no es poco fecunda.

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    como lo hace la Fsica iv, ya lo veremos, parte de la posibilidad de la analoga queconstituye el trazado determinado como lnea (gramm,Linie)16.

    El albergue aristotlico es pues, al mismo tiempo, el de la seguridad metafsicatradicional y, en su ambigedad inaugural, el de su propia crtica. Al anticipar el concepto delo sensible nosensible, Aristteles pone las premisas de un pensamiento del tiempo que noestara ya ms simplemente dominado por el presente (del ente dado en la forma de laVorhandenheit y de la Gegenwrtigkeit). Hay all una inestabilidad y posibilidades dereversin, y cabra preguntarse si Sein und Zeit, de alguna manera, no las ha tenido. Lo queen la imaginacin trascendental parece escapar de la dominacin del presente dado bajo laforma de la Vorhandenheit y de la Gegenwrtigkeitha sido, sin duda, anunciado por laFsica iv. La paradoja sera, pues, sta: la originalidad de la ruptura kantiana, tal como se larepite enKant y el problema de la metafsica17, no trasgrede el concepto vulgar del tiemposino explicitando una indicacin de la Fsica iv. La explicitacin de la cuestin eludida semantiene siempre y necesariamente en el sistema de lo eludido. Cmo la predeterminacin del tiempo a partir del nn elude la cuestin? En cierto sentido Aristtelesretoma, en su exotrica, la argumentacin de Zenn. Reconociendo que esta argumentacinnada aclara (218a), repite la apora sin desconstruirla. El tiempo no es (entre los entes).

    Es nada porque es tiempo, es decir, ahora pasado o futuro. El es decirsupone aqu que yo

    16 El tiempo no es sino la forma del sentido interno, es decir, del acto de intuirnos a nosotros mismos ynuestros estados internos. Pues el tiempo no puede ser una determinacin de los fenmenos externos; no

    pertenece a una figura o a una posicin, etc.; en cambio, determina la relacin de las representaciones ennuestros estados internos. Y, precisamente porque esta intuicin externa no da figura alguna, tratamos de

    suplir esta falta por analogas y nos representamos la secuencia temporal por una lnea que progresa alinfinito (und stellen die Zeitfolge durch eine ins Unendliche fortgehende Linie vor), en la cual lamultiplicidad constituye una serie que no tiene ms que una sola dimensin, y de las propiedades de estalnea deducimos todas las propiedades del tiempo, a excepcin de que las partes de la primera sonsimultneas, mientras que las del segundo son siempre sucesivas. Resulta de esto que la representacin deltiempo mismo es una intuicin, puesto que todas sus relaciones se dejan expresar por una intuicin externa.17 Por ejemplo en el pargrafo 32 (La imaginacin trascendental y su relacin con el tiempo) que muestra enqu la intuicin pura del tiempo, tal como est descrita en la Esttica trascendental, est liberada del

    privilegio del presente y del ahora. Debemos traducir un largo pasaje que aclara todos los conceptos de Seinund Zeitque nos interesan aqu en primer lugar. Hemos presentado la imaginacin trascendental como elorigen de la intuicin sensible pura. Con ello ha sido fundamentalmente reconocido que el tiempo, comointuicin pura, surge a partir de la imaginacin trascendental. Un anlisis apropiado debe, todava, elucidarlas modalidades segn las cuales precisamente el tiempo se funda en la imaginacin trascendental.

    El tiempo fluye sin cesar como la sucesin pura de la secuencia de los ahoras (Nacheinander derJetztfolge). Esta sucesin, la intuicin pura la intuye en forma no objetiva ( ungegenstndtlich). Intuir quieredecir recibir lo que se da. La intuicin pura se da a s misma, en el acto de recibir, lo receptible.

    Recibir, en el sentido en que se le entiende primero, es acoger algo dado (Vorhandenen), un presente(Anwesenden). Pero este concepto estrecho del recibir, orientado todava por la intuicin emprica, debe serseparado de la intuicin pura y de su carcter propio de receptividad. Es fcil darse a la evidencia de que laintuicin pura de la sucesin pura de los ahoras no puede ser la recepcin de un presente (Anwesenden). Sifuese as no podra jams intuir ms que el ahora en su ahora (das Jetzige Jetzt), pero en ningn caso lasecuencia de los ahoras en tanto que tal ni el horizonte que se constituye en ella. En rigor, en la pura ysimple recepcin de un presente (Gegenwrtigen), no se puede siquiera intuir un ahora (Jetzt), en lamedida en que, por esencia, ste se extiende sin discontinuidad en su pasado inmediato y en su futuroinmediato (in sein Soeben Und Sogleich). El recibir de la intuicin pura debe dar en s el vistazo sobre elahora (den Anblick des Jetzt) de tal manera que prevea (vorblickt) su futuro inmediato y revea (rckblickt)su pasado inmediato.

    Lo que se revela, entonces, ms concretamente que nunca, es hasta qu punto la intuicin de la cualtrata la esttica trascendental, no puede ser desde un principio la recepcin de un presente (Gegenwrtigen).Fundamentalmente, lo que se da como recepcin en la intuicin pura no se refiere a algo slo presente ( einnur Anwesendes) y an menos a un ente en la forma de lo que se mantiene en disponibilidad (vorhandenes

    seiendes).

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    tengo alguna anticipacin de lo que es el tiempo, a saber, lo nopresente en la forma delahora pasado o por venir. El ahora actual no es el tiempo porque es presente; el tiempo noes (ente) en tanto que no es (presente). Esto significa que si, en apariencia, se puededemostrar que el tiempo es noser (noente), es porque ya se ha determinado el origen yla esencia del noser como tiempo, como nopresente en la forma del no todava o delno ms. Ha sido necesario, por lo tanto, apelar al tiempo, a una precomprensin deltiempo y, en el discurso, a la evidencia y al funcionamiento de los tiempos del verbopara decir el noser del tiempo. Se ha operado ya, sin descubrirlo, en el horizonte delsentido del tiempo para poder pensar el noente como nopresente y el ente comopresente. Se ha determinado temporalmente el ente como entepresente para poderdeterminar el tiempo como nopresente y noente.

    Qu se dice, en efecto di tn etsoterikn lgon?: que (el tiempo) no esabsolutamente o que es apenas y dbilmente... Por una parte ha sido y no es ms (ggoneka ouk sti); por otra, ser y no es todava (mllei kai uto estn). Tales son loscomponentes del tiempo, del tiempo infinito (peiros) y del tiempo considerado en suretorno incesante (aei lambanmenos). Ahora bien, parece imposible que lo que admite noentes en su composicin participe de la estandidad (ousa).

    El m n, el noser del tiempo no es, pues, accesible ms que a partir del ser deltiempo. No se puede pensar el tiempo como nada sino segn los modos del tiempo, elpasado y el futuro. El ente es el notiempo, el tiempo es el noente en la medida en queya, secretamente, se ha determinado el ente como presente, la estandidad (ousa) comopresencia. En tanto ente es sinnimo de presente, es lo mismo decir noser y decir tiempo.El tiempo es, entonces, la manifestacin discursiva de la negatividad y Hegel mutatismutandi no har ms que explicitar lo que se dice de la ousa como presencia.

    Aun antes de que se la introduzca en los difciles anlisis del nmero numerante onumerado la pareja aristotlica tiempomovimiento ha sido pensada a partir de la ousacomo presencia. La ousa como enrgeia, en oposicin a la dnamis (movimiento,potencia), es presencia. El tiempo, que comporta un noms y un notodava, es un

    compuesto. La energa se compone con la potencia. Es por lo que, si se quiere18

    , no est enacto, y por lo que no es ousa (siendo, si se quiere, subsistente o sustancial). Ladeterminacin de la estandidad (ousa) como enrgeia o entelcheia, como acto y fin delmovimiento, es inseparable de la determinacin del tiempo. Se piensa elsentido del tiempo apartir del presente como notiempo. Y no puede ser de otra manera; nunca ningnsentido(en cualquier sentido que se le entienda, como esencia, como significacin del discurso,como orientacin del movimiento entre un archi y un telos) ha podido ser pensado en lahistoria de la metafsica de otra manera que a partir de la presencia y como presencia. Elconcepto de sentido est gobernado por todo el sistema de determinaciones que sealamosaqu, y cada vez que una cuestin de sentido ha sido planteada, slo pudo serlo en laclausura metafsica. Sera vano, digmoslo seca y rpidamente, querer arrancar, en tanto tal,la cuestin del sentido (del tiempo o de lo que sea) a la metafsica o al sistema de conceptosllamados vulgares. Pasar, pues, lo mismo con una pregunta por el ser que estdetrminada, como sucede al comienzo de Sein und Zeit, como pregunta por el sentido del

    18 Si se quiere, en acto... porque esta traduccin plantea problemas. Que no vaya de s, es un problema queno podemos abordar aqu. Nos remitimos por una parte a La palabra de Anaximandro, que seala ladistancia entre la enrgeia de Aristteles y la actualitas o el actus purus de la escolstica medieval; por otra

    parte, a P. Aubenque, quien subraya que la traduccin moderna de acto no es un olvido del sentido original,sino que se atiene, por una vez al menos, fielmente a l (Le problme de ltre chez Aristote, p. 441, nota1).

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    ser, cualesquiera sean la fuerza, la necesidad y el valor, tanto de irrupcin como fundadora,de tal cuestin. En tanto pregunta por el sentido est ligada ya, en su punto de partida, yHeidegger lo reconocer sin duda, al discurso (lxico y gramtica) de la metafsica cuyadestruccin entabla. En cierta manera, como Bataille lo hace pensar, la pregunta por elsentido, el proyecto deguardarel sentido es vulgar. Es tambin su palabra.

    En cuanto al sentido del tiempo, por tanto, la determinacin segn la presencia estanto determinante como determinada: nos dice lo que es el tiempo (noestandidad comonoms o como notodava), pero slo puede hacerlo porhaberse dejado decir, porun concepto implcito de las relaciones entre el tiempo y el ser, que el tiempo no podra sersino (siendo) un ente, es decir, siguiendo ese participio de presente, sino un presente. Sedesprende que el tiempo no puede ser (siendo) un ente sino no siendo lo que es, es decir, unentepresente. Porque se piensa el tiempo en su ser a partir del presente, se le piensaextraamente como noente (o ente impuro, compuesto). Porque se cree saber lo que es eltiempo, en su physis, porque implcitamente se ha respondido a la cuestin que slo serplanteada ms tarde, se puede, en la apora exotrica, concluir su menor existencia y aun suno existencia. Se sabe ya, aunque no sea sino en la prctica ingenua del discurso, lo que eltiempo debe ser, lo que quieren decirpasado (ggone) ofuturo (mllei), para poder concluir

    su menor existencia y aun su no existencia. Y se piensa el pasado y el futuro comoafecciones empequeecedoras que sobrevienen a esa presencia de la que se sabe que es elsentido o la esencia de lo que es (el ente). Es lo que no se mover, de Aristteles a Hegel. ElPrimer Motor, como acto puro (enrgeia kath, autn) es presencia pura, en tanto tal,anima todo el movimiento por el deseo que inspira. Es el bien y lo deseable supremo. Eldeseo es deseo de la presencia. El eros est pensado tambin a partir de la presencia. Igualque el movimiento. Hegel llama concepto absoluto o sujeto al telos que pone en movimientoel movimiento y orienta el devenir hacia s. La transformacin de la parousa en presenciaante s y del ente supremo en sujeto que se piensa y se recoge en s en el saber, nointerrumpe la tradicin fundamental del aristotelismo. El concepto como subjetividadabsoluta se piensa a s, es para s y prximo a s, no tiene algo exterior y recoge,

    borrndolos, su tiempo y su diferencia en la presencia ante s19

    . En el lenguaje de Aristteles

    19 El tiempo es la existencia del crculo, y del crculo de crculos de que habla el fin de la Lgica. El tiempoes circular, pero es tambin lo que, en el movimiento del crculo, disimula la circularidad; es el crculo entanto se oculta a s mismo su propia totalidad, en tanto que pierde en la diferencia la unidad de su comienzoy de su fin. Pero el mtodo que se nlaza as en un crculo no puede anticipar en un desarrollo temporal sinoque el comienzo como tal est ya derivado. El tiempo es, pues, el concepto puro concibindose a smismo, y se cumple, sin embargo, como desaparicin del tiempo. Comprende al tiempo; es el sentido deltiempo. Y si el tiempo tiene un sentido en general, se ve mal cmo se lo podra arrancar de la ontoteologa(por ejemplo, hegeliana). No es tal o cual determinacin del sentido del tiempo lo que pertenece a esta onto

    teologa, sino ya la anticipacin del sentido. El tiempo ha sido ya suprimido en el momento en que seplantea la cuestin de su sentido, cuando se le pone en relacin con el aparecer, la verdad, la presencia, laesencia en general. La cuestin que se plantea, entonces, es la de su acabamiento. Por ello, quizs, acaso nohay otra respuesta posible a la pregunta por el sentido o el ser del tiempo que la del fin de la Fenomenologadel Espritu: el tiempo es aquello mismo que borra (tilgt) el tiempo. Pero este borrar es una escritura que daa leer el tiempo y lo mantiene al suprimirlo. El Tilgen es tambin unAufheben. As, por ejemplo: El tiempoes el concepto mismo que est ah(derda ist), y se presenta a la conciencia como intuicin vaca. Por ello elespritu se manifiesta necesariamente en el tiempo, y se manifiesta en el tiempo hasta que no concibe suconcepto puro, es decir, no elimina el tiempo (nicht die Zeit tilgt). El tiempo es el puro S exterior intuido,no concebido, por el S, el concepto solamente intuido; cuando ese concepto se concibe a s mismo suprimesu forma de tiempo (hebt er seine Zeitform auf), concibe la intuicin y es la intuicin concebida y queconcibe. El tiempo se manifiesta, pues, como el destino (Schicksal) y la necesidad del espritu que no estacabado todava en el interior de s.... Cualesquiera sean sus determinaciones, el ser hegeliano cae tan pocoen el tiempo como en su dasein, comosale simplemente en la parousa. Que el crculo sea ya en Aristteles

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    se le puede llamar: nesis noseos, el pensamiento del pensamiento, acto puro, primermotor, seor que, pensndose a s mismo, no est sujeto a objetividad ni a exterioridad,mantenindose inmvil en el movimiento infinito del crculo y de la vuelta a s.

    LA CLAVIJA DE LA ESENCIA

    El nmero mnimo, en un sentido absoluto, es la diada (220a)

    Cuando pasa a la cuestin de laphysis del tiempo, Aristteles comienza por observarque la tradicin no ha respondido jams a tal cuestin. (Gesto que ser, desde entonces,incansablemente repetido, hasta Hegel y Heidegger). Pero Aristteles no har, en seguida,ms que desarrollar la apora en sus propios trminos, es decir, en los conceptos cuyaconfiguracin Heidegger reconstituye (nn, ros o pras, stigm,sphara a los cualesser necesario agregar hlon todo, mros parte y gramm). Jams la formatradicional de la cuestin es puesta fundamentalmente en cuestin. Cul era esa forma?

    Recordmosla. La primera fase de la alternativa (ninguna de las partes del tiempo es

    presente, por lo tanto el tiempo en su totalidad no es lo que significa no espresente, no participa de la ousa) supona que el tiempo estaba compuesto de partes, asaber los ahoras (nn). Esta presuposicin es impugnada por la segunda fase de laalternativa: el ahora no es una parte, el tiempo no est compuesto de ahoras, la unidad eidentidad del ahora son problemticas. Si, en efecto, el ahora es siempre otro, comoninguna parte existe, en el tiempo, al mismo tiempo (ma) que otra..., como el ahora noente, que fue, sin embargo antes, ha sido necesariamente destruido en un momento dado, losahoras no existen al mismo tiempo (ma) los unos con los otros, y lo que fue antes ha sidonecesariamente destruido (218a).

    Cmo intervienen los conceptos de nmero (numerado y numerante) y de gramapara reordenar la misma conceptualidad en el mismo sistema?

    De manera rigurosamente dialctica: no en el sentido estrictamente aristotlico sinoya en el sentido hegeliano. Aristteles afirma los contrarios o, ms bien, define el tiempocomo dialctica de los contrarios y solucin de las contradicciones que aparecen en trminosde espacio. Como en laEnciclopedia, el tiempo es la lnea, solucin de la contradiccin delpunto (espacialidad noespacial). Y, sin embargo, no es la lnea, etc.... Los trminoscontradictorios establecidos en la aportica son simplemente retomados y afirmados juntospara definir laphysis del tiempo. En cierta forma se podr decir que siempre la dialctica nohace sino repetir la apora exotrica afirmndola, haciendo del tiempo la afirmacin de laaportica.

    As aristteles afirma que el ahora es, en cierto sentido, lo mismo; en otro sentido, lonomismo (t d nn sti mn hos t aut sti d hos ou t aut 219 b); que el tiempoes continuo segn el ahora y est dividido segn el ahora (ka synechs te d o chrnos tnn, ka diretai kat to nn 220 a)20. Y todas las afirmaciones contradictorias se renen

    el modelo del movimiento a partir del cual se piensa el tiempo y el grama, es una evidencia que apenas esnecesario recordar. Subrayemos solamente que ella est explicitada con gran precisin en la Fsica iv: Es

    por lo que el tiempo parece ser el movimiento de la esfera, en tanto ese movimiento mide los otrosmovimientos y mide tambin el tiempo. De ah, la idea corriente que los asuntos humanos constituyen uncrculo, se aplica tambin a otras cosas que tienen el movimiento natural, la generacin y la destruccin... yen efecto el tiempo mismo parce ser un cierto crculo... etc., (223b) cf. tambin P. Aubenque, op. cit., p.426.20 Cf. tambin 222 a.

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    en un manejo dialctico del concepto de grama. Este manejo dialctico est ya como loser siempre gobernado por la distincin entre potencia y acto, resolvindose lasafirmaciones contradictorias desde que se tiene en cuenta la relacin bajo la cual se lasconsidera: en potencia o en acto. Y esta distincin entre potencia y acto no es,evidentemente, simtrica; ella misma est dominada por una teleologa de la presencia, por elacto (enrgeia) como presencia (ousa,parousa).

    En primer lugar parece que Aristteles rechaza la representacin del tiempo por elgrama, aqu por una inscripcin lineal en el espacio, lo mismo que se niega a identificar elahora y el punto. Su argumentacin era ya tradicional, y lo ha seguido siendo. Apela a la nocoexistencia de las partes del tiempo. El tiempo se distingue del espacio en que no es,como dir Leibniz, orden de coexistencias sino orden de sucesiones. La interrelacinde los puntos no puede ser la misma que la interrelacin de los ahoras. Los puntos no sedestruyen recprocamente. Ahora bien, si el ahora presente no fuese anulado por el ahorasiguiente, ambos coexistiran, lo que es imposible. Aunque no fuese anulado ms que por unahora muy alejado de l, debera coexistir con todos los ahoras intermedios, que son ennmero infinito (indeterminado, peiros), lo que tambin es imposible (218 a). Un ahora nopuede coexistir, como ahora actual y presente, con otro ahora como tal. La coexistencia no

    tienesentido ms que en la unidad de un solo y mismo ahora. Esto es el sentido mismo, enlo que lo une a la presencia. Ni siquiera se puede decir que la coexistencia de dos ahorasdiferentes e igualmente presentes es imposible o impensable: la significacin misma de coexistencia o de presencia est constituida por este lmite. No poder coexistir con otro(igual a s), con otro ahora, no es un predicado del ahora, es su esencia como presencia. Elahora, la presencia en acto del presente, est constituida por la imposibilidad de coexistircon otro ahora, es decir, con otroigualas. El ahora es (en el presente del indicativo)la imposibilidad de coexistir consigo mismo: consigo mismo, es decir, con un otro s mismo,un otro ahora, un otro igual, un doble.

    Pero se ha sealado ya que esta imposibilidad, apenas constituida, se contradice, seexperimenta como posibilidad de lo imposible. Esta imposibilidad implica en su esencia, para

    ser lo que es, que el otro ahora, con el cual un ahora no puede coexistir, sea tambin, encierta manera, l mismo; sea tambin un ahora como tal y coexista con lo que no puedecoexistir con l. La imposibilidad de la coexistencia no puede ser planteada como tal msque a partir de una cierta coexistencia, de una cierta simultaneidadde lo nosimultneo,donde la alteridad y la identidad del ahora se mantienen juntas en el elemento diferenciadode una cierta mismidad. Para decirlo en latn, el cum o el co de la coexistencia slo tienensentido a partir de su imposibilidad e inversamente. Lo imposible (la coexistencia de dosahoras) no aparece sino en una sntesis (entendamos esta palabra de manera neutra sinsuponer posicin, actividad, ni agente), digamos en una cierta complicidad o coimplicacin que mantiene juntos varios ahoras actuales, de los cuales se dice que uno espasado y otro futuro. La imposible comantenencia de varios ahoras presentes es posiblecomo mantenencia21 de varios ahoras presentes. El tiempo es el nombre de esta imposibleposibilidad.

    Inversamente, el espacio de la coexistencia posible, lo que se cree precisamenteconocer bajo el nombre de espacio, la posibilidad de la coexistencia es el espacio de laimposible coexistencia. La simultaneidad no puede, en efecto, aparecer como tal, sersimultaneidad, es decir, poner en relacin dos puntos, ms que en una sntesis, unacomplicidad: temporalmente. No se puede decir que un punto est con otro punto, y unpunto, se lo diga o no, no puede estar con otro punto, no puede haberotro punto con el

    21 La relacin entre maintenance y maintenant(ahora) se pierde en nuestra traduccin. N. del T.

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    cual, etc... sin una temporalizacin. Y sta mantiene juntos dos ahoras diferentes. El con dela coexistencia espacial no puede surgir sino del con de la temporalizacin. Es lo que Hegelmuestra. Hay un con del tiempo que hace posible el con del espacio, pero que no seproducira como con sin la posibilidad del espacio. (En el puro Aussersichsein hay tan pocoespacio determinado como tiempo).

    En realidad, al enunciar as estas proposiciones procedemos ingenuamente.Procedemos como si la diferencia entre el espacio y el tiempo nos fuera dada como unadiferencia evidente y constituida. Ahora bien, Hegel y Heidegger lo recuerdan, no se puedetratar el espacio y el tiempo como dos conceptos o dos temas. Se habla ingenuamente cadavez que se toma el espacio y el tiempo como dos posibilidades que habra que comparar yrelacionar. Y, sobre todo, cada vez que, hacindolo, se cree saber lo que es el espacio o eltiempo, lo que es la esencia en general, en cuyo horizonte creemos poder plantear lacuestin del espacio y del tiempo. Se supone, entonces, que es posible una cuestin sobre laesencia del espacio y del tiempo sin preguntarse si la esencia puede ser aqu el horizonteformal de esta cuestin y si la esencia de la esencia no ha sido, secretamente, predeterminadacomo presencia, precisamente a partir de una decisin concerniente al tiempo y alespacio. No cabe, pues, poner en relacin el espacio y el tiempo, pues cada uno de los dos

    trminos solamente es lo que no es y slo consiste, ante todo, en la comparacin misma.Si Aristteles toma la diferencia entre tiempo y espacio (por ejemplo, en la distincin

    entre nn ystigm) como diferencia constituida, la articulacin enigmtica de esta diferenciaest alojada en su texto, disimulada, amparada pero operando en esta complicidad, comoesta complicidad de lo mismo y de lo otro al interior del con o del juntos, del simulen elcual el estarjunto no es una determinacin del ser sino su produccin misma. Toda lagravedad del texto de Aristteles se apoya en una pequea palabra apenas visible, porqueparece evidente, discreta como lo que va de s, eclipsada, operando tanto ms eficazmentedesde el momento en que est sustrada a la temtica. Lo que va de simplcito y hace asjugar el discurso en su articulacin, lo que en lo sucesivo constituir la clavija (clavis) de lametafsica, esta pequea llave que abre y a la vaz cierra en su juego la historia de la

    metafsica, esta clavcula donde se apoya y se articula toda la decisin conceptual deldiscurso de Aristteles, es la pequea palabra hma. Aparece cinco veces en 218a. hmaquire decir en griego junto , a la vez, los dos juntos, al mismo tiempo. Esta locucinno es primariamente espacial ni temporal. La duplicidad del simulal cual remite no renetodava y en ella misma puntos ni ahoras, lugares ni fases. Dice la complicidad, el origencomn del tiempo y del espacio, el comparecer como condicin de todo aparecer del ser.Dice, en cierta manera, la diada como lo mnimum. Pero Aristteles no lo dice. Desarrolla sudemostracin en la evidencia inadvertida de lo que dice la locucin hma. La dice sindecirla, la deja decirse o, ms bien, ella le deja decir lo que l dice.

    Verifiqumoslo. Si el tiempo parece, en la primera hiptesis de la apora, noparticipar de la ousa pura en tanto tal, es porque est hecho de ahoras (sus partes) y porquevarios ahoras no pueden:

    1) seguirse destruyndose inmediatamente los unos a los otros, porque en ese casono habra tiempo; 2) ni seguirse destruyndose de manera no inmediatamente consecutivaporque, en ese caso, los ahoras intervalarios seran simultneos e igualmente no habratiempo; 3) ni permanecer (en) el mismo ahora porque, en este caso, las cosas que seprodujesen con diez mil aos de intervalo estaran juntos, al mismo tiempo, lo que esabsurdo. Esta absurdidad, denunciada por la evidencia de al mismo tiempo, es lo queconstituye la apora en apora.

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    Estas tres hiptesis hacen, pues, impensable la ousa del tiempo. Ahora bien, ellasmismas no pueden ser pensadas ni dichas sino segn el adverbio temporalintemporalhma. Consideremos, en efecto, la secuencia de los ahoras. El ahora precedente debe, sedice, ser destruido por el ahora siguiente. Pero entonces hace notar, Aristteles, no puedeser destruido en s mismo (en heaut), es decir, en el momento en que es (ahora, en acto).Tampoco puede ser destruido en otro ahora (en llo): no sera, entonces, destruido comoahora, como l mismo y, en tanto ahora que ha sido, es (permanece) inaccesible a la accindel ahora siguiente. Sea, en efecto, la imposibilidad para los ahoras de relacionarse entreellos, como un punto se relaciona con un punto. Por tanto, si el ahora no fuera destruidoinmediatamente (en t ethekss) sino en otro ahora, sera al mismo tiempo (hma) que losahoras intermedios que son en nmero infinito, lo que es imposible. Pero no es posible quepersista (diamnein) siempre el mismo: porque ninguna cosa limitada por la divisin tiene unlmite nico, ya sea continuo segn lo uno o segn lo plural; ahora bien, el ahora es un lmitey se puede considerar el tiempo como limitado. Pues si ser al mismo tiempo ( t hma einai)segn el tiempo y no ser anterior ni posterior, es ser en lo mismo, en el ahora, si las cosasanteriores y las cosas posteriores son en este ahoraaqu, lo que se habra producido hacemillares de aos sera al mismo tiempo (hma) que lo que se produce hoy, y nada sera

    anterior ni posterior a algo (218a).

    EL GRAMA Y EL NUMERO

    Tal es, por tanto, la apora. Excluye desde ya, a pesar de su punto de partidacinemtico, que esta reflexin identifique el tiempo con el grama que representa almovimiento, sobre todo si esta representacin es de naturaleza matemtica: porque los

    ahoras no son al mismo tiempo como los puntos (218a); porque el tiempo no es elmovimiento (218b); porque la Fsica iv distingue entre el grama en general y la lneamatemtica (222a. Aristteles habla de lo que pasa ep tn mathematikn grammn en lascuales los puntos son siempre los mismos); en fin porque, como lo veremos, el tiempo,como nmero numerado del movimiento, no es intrnsecamente de naturaleza aritmtica.Por todas estas razones resulta evidente que no tendremos que habrnoslas con el conceptocinematogrfico del tiempo tan vigorosamente denunciado por Bergson; an menos con unsimple matematismo o aritmetismo. Y resulta, a la inversa, que en un sentido tal vezdiferente del que indica Heidegger, Bergson es ms aristotlico de lo que l mismo cree22.

    22 Recordemos, por ejemplo, para fijar las cosas, estos pasajes entre tantos otros. Fue as como fuimosconducidos delante de la idea de Tiempo. Una sorpresa nos esperaba all. En efecto, nos impresion

    profundamente ver cmo el tiempo real, que ocupa el primer lugar en toda la filosofa de la evolucin,escapa a las matemticas. Siendo su esencia el pasar, ninguna de sus partes est todava ah cuando otra se

    presenta... en el caso del tiempo, la idea de superposicin implicara un absurdo, pues todo efecto de laduracin que fuera superponible a s mismo, y, por consecuencia, mensurable, tendra por esencia el nodurar... La lnea que se mide est inmvil, el tiempo es movilidad. La lnea pertenece a lo hecho, el tiempoes lo que se hace y aun lo que hace que todo se haga. Y esta observacin, que estara de acuerdo con ese

    pasaje de la nota de Heidegger si sta no denunciara precisamente un lmite de la revolucin bergsoniana: Alo largo de toda la historia de la filosofa, el tiempo y el espacio han sido puestos en el mismo rango ytratados como cosas del mismo gnero. se estudia entonces el espacio, se determina su naturaleza y sufuncin, despus se trasportan al tiempo las conclusiones obtenidas. Las teoras del espacio y del tiempo secorresponden. Para pasar de la una a la otra basta cambiar una palabra: se ha reemplazado juxtaposicin

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    Cmo el tiempo entra en lnea en laFsica?1. El tiempo no es el movimiento (knesis) ni el cambio (metabole). Estos estn

    nicamente en el sermovido o en el serquecambia y son ms o menos lentos orpidos, lo que no vale para el tiempo. Este, por el contrario, hace posible el movimiento, elcambio, su medida y las diferencias de velocidad. Aqu el tiempo es lo que define y no lodefinido (218b).

    2. Sin embargo no hay tiempo sin movimiento. Es aqu23 donde Aristteles une eltiempo a la experiencia o al aparecer (dinoia, psych, asthesis). Si el tiempo no es elmovimiento, no podemos, sin embargo, experimentarlo ms que sintiendo y determinandoun cambio o un movimiento (Aristteles considera que aqu la diferencia entre movimiento ycambio no es pertinente ni debe interesarle 218b). Est claro, pues, que el tiempo no es elmovimiento ni sin el movimiento (219a).

    Qu es, pues, lo que relaciona el tiempo con lo que l no es, esto es, con elmovimiento? Qu es lo que del movimiento determina el tiempo? Es necesario buscar en eltiempo t ts kinses estin, es decir, en suma lo que lo relaciona con el espacio y con loscambios de lugar. Y encontrar los conceptos de esa relacin.

    Discretas, propuestas sin insistencia y como si fuesen de por s, las categoras

    fundamentales son aqu las de analoga y de correspondencia. Ellas reconducen con otrosnombres y apenas desplazndolo, el enigma del al mismo tiempo, que nombra y a la vezoculta, dice y disimula el problema.

    La magnitud es continua. Tal es el axioma de este discurso. Ahora bien, elmovimiento sigue el orden de la magnitud y corresponde a l ( kolonthe to megthei knesis). En consecuencia es continuo. Por otra parte, lo anterior y lo posterior sonsituaciones locales (en tpo). En tanto tales estn en la magnitud y, por tanto, segn lacorrespondencia o la analoga de la magnitud y del movimiento (219a), en el movimiento y,por ende, en el tiempo puesto que el tiempo y el movimiento se corresponden siempre.(di t akolonthen ae thatro thteron autn). Resulta, finalmente, que el tiempo escontinuo por analoga con el movimiento y la magnitud.

    Esto lleva a la definicin del tiempo como nmero del movimiento segn el antes y eldespus (219 ab). Definicin que se precisa, como se sabe, por la distincin entre el nmeronumerado y el nmero numerante. El nmero se dice de dos maneras (dichs): nmeronumerante y nmero numerado (219 b). El tiempo es nmero numerado (ouk arithmomen all arithmomenos). Esto significa que, paradjicamente, si el tiempo estsometido a las matemticas, a la aritmtica, no es en s, en su naturaleza, un ser matemtico.Es tan extrao al nmero mismo, al nmero numerante, como los caballos y los hombres sondiferentes de los nmeros que los cuentan, y diferentes entre ellos. Y diferentes entre ellos,lo que nos deja libres de pensar que el tiempo no es un ente entre otros, entre los hombres ylos caballos. Es un solo y mismo nmero el nmero de cien caballos y el nmero de cienhombres, pero las cosas de las cuales hay nmero, los caballos y los hombres, son distintas.(220 b).

    Slo hay tiempo en la medida en que el movimiento tiene nmero, pero, en sentidoestricto, el tiempo no es movimiento ni nmero. Se deja numerar slo en tanto se relacionacon el movimiento segn el antes y el despus. La unidad de medida del tiempo asnumerado es el ahora, que permite discernir el antes y el despus. Y, puesto que elmovimiento est determinado segn el antes y el despus, Aristteles necesita, y a la vezexcluye, la representacin grfica lineal del tiempo. Esta determinacin segn lo anterior y lo

    por sucesin.La pense et le mouvant, p. 2, 3, 5, ss.23 Cf. tambin 223 a.

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    posterior corresponde, en efecto, en cierta manera al punto (Akolouthei d ka toto post stigm). El punto da su continuidady su lmite a su longitud. La lnea es una continuidadde puntos. Y cada punto es a la vez unfin y un comienzo (arch ka teleut) para cada parte.Se podra, pues, creer que el ahora es al tiempo lo que el punto es a la lnea. Y que la esenciadel tiempo puede pasar intacta y sin dao a su representacin lineal, en el desarrollocontinuo, desplegado, de la puntualidad.

    Aristteles seala firmemente que no es as. La representacin espacial y lineal, almenos en esta forma, es inadecuada. Lo que se critica as no es la relacin del tiempo con elmovimiento ni el sernumerado o numerante del tiempo, sino su analoga con una ciertaestructura del grama.

    En efecto, al servirse del punto y de la lnea para representar el movimiento, semaneja una multiplicidad de puntos que son a la vez origen y lmite, comienzo y fin; estamultiplicidad de inmovilidades, esta serie, si se puede decir, de detenciones sucesivas no dael tiempo y cuando Aristteles lo recuerda, su lenguaje no se puede distinguir del deBergson: Pues el punto es la continuidad y el lmite de la magnitud. Es, en efecto, comienzode esto y fin de aquello. Pero si se considera el elemento nico como doble, la detencin esnecesaria puesto que el mismo punto sera a la vez comienzo y fin. (220 a).

    En este sentido, el ahora no es el punto puesto que no detiene el tiempo; no es elorigen, ni el fin ni el lmite. Por lo menos no es el lmite en tanto que pertenece al tiempo. Laimportancia del en tanto que no dejar, en adelante, de precisarse.

    No es pues el grama como tal lo que se encuentra as recusado, sino el grama comoserie de puntos, como composicin de partes donde cada una sera un lmite detenido. Perosi se considera ahora que el punto, como lmite, no exis