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7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-
OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN
27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015
Mesa 13: Desigualdad y Vulnerabilidad Social
Población y desarrollo territorial en Argentina. Migraciones internas y mutaciones en el
proceso histórico de distribución de la población y el desarrollo territorial1
PALABRAS CLAVES
Población argentina - Desarrollo territorial - Migraciones internas.
I. INTRODUCCIÓN Y RESUMEN
El proceso de desarrollo territorial tiene múltiples facetas, una de ellas es la movilidad y la
migración de las personas, que histórica y dialécticamente ha tenido influencia en la
distribución territorial de la población y las actividades productivas. Ya sea como término
descriptivo o como concepto analítico, el desarrollo ha sido parte importante del debate
teórico y político de Argentina y otros países de América Latina, por lo menos desde
mediados del Siglo XX. En este escrito se intenta articular conceptos como población,
territorio y desarrollo, en el contexto de las migraciones internas y las mutaciones
estructurales en la distribución territorial de las actividades productivas y la población en las
distintas regiones que hoy conforman la República Argentina.
Una de las preguntas que recurrentemente ha permeado la teoría y las políticas de desarrollo
es si la migración interna contribuye a la convergencia o divergencia territorial en los distintos
indicadores del proceso de desarrollo. La diversidad de enfoques teóricos, las dificultades
para modelizar la migración interna y la débil y fragmentada evidencia empírica no permiten,
todavía, una respuesta homogénea sobre la heterogénea realidad territorial en América Latina
y Argentina (Cuervo González, 2003; Rodríguez y Busso, 2009). De todos modos, el proceso
1 Gustavo Busso Docente e investigador del Instituto de Desarrollo Regional (FCE-UNRC), ([email protected]).
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del desarrollo territorial argentino se caracteriza comparativamente por una veloz
urbanización y fuerte primacía urbana a nivel nacional y provincial (Busso, 2007). El
crecimiento vegetativo, los patrones migratorios internos e internacionales transformaron la
distribución territorial de la población de Argentina desde fines del siglo XIX.
A inicios del Siglo XXI Argentina es, comparado a nivel internacional, un país de desarrollo
intermedio, de alto nivel de urbanización y con baja densidad de habitantes por kilometro
cuadrado. El desarrollo se tornó, por lo tanto, en un problema y un imaginario
mayoritariamente urbano. La localización y movilidad de la población dan cuenta de las
fuerzas dinámicas de atracción y expulsión de diferentes tipos de territorios, su resultado en
un momento del tiempo puede observarse como la distribución territorial. Aquí se parte de la
idea, implícita en la teoría del desarrollo, que la distribución territorial de la población se
interrelaciona con el proceso de desarrollo de las fuerzas productivas y sus patrones de
localización. En este marco, la segunda década del siglo XXI es analizada como consecuencia
histórica acumulativa de procesos demográficos y socioeconómicos, en donde los flujos
migratorios internos han sido importantes para definir la consolidación del patrón de
distribución urbanizado y primado a nivel provincial.
El objetivo específico del trabajo es analizar las migraciones internas inter provinciales en
perspectiva histórica, ubicando su importancia en el proceso de desarrollo y en la distribución
territorial de la población. Se exploran los impactos de las migraciones internas a inicios del
presente siglo, y, aunque de forma preliminar, no se encuentran evidencias que la migración
contribuya a procesos de convergencia socio demográfico entre territorios. El trabajo se
compone de tres partes. La primera plantea los ejes del debate teórico y político en América
Latina sobre las interrelaciones entre la dinámica de la población y el proceso de desarrollo
territorial. En la segunda se expone el proceso histórico de distribución territorial de la
población y urbanización del caso Argentino, poniendo especial énfasis en las últimas
décadas. En la tercera se analizan impactos de la migración interna interprovincial en el
desarrollo territorial argentino al umbral del Siglo XXI. Por último, en las conclusiones, se
recata la necesidad de incorporar el análisis de las migraciones internas en los desafíos de
política para el desarrollo territorial argentino.
II. EL DEBATE TEÓRICO Y POLÍTICO SOBRE LAS INTER RELACIONES
ENTRE LA DINAMICA DE LA POBLACIÓN Y EL PROCESO DE DESARROLLO
TERRITORIAL
Las interrelaciones entre el proceso desarrollo territorial y las variables de población (en
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particular su crecimiento, la migración y distribución territorial) es una de las preocupaciones
de política más antiguas que ha tenido la sociedad humana desde sus inicios. Crecer,
multiplicarse, ocupar y cuidar el territorio ha sido un imperativo para las diversas
comunidades que han habitado América y el resto del mundo. Se podría decir que la historia
de la humanidad es, a la vez, una historia de migraciones, el poblamiento del continente
americano da testimonio de ello desde hace, por lo menos, 13.500 años. Desde el origen de
los estados nacionales de América Latina en el Siglo XIX se ha asistido a un cambio
poblacional permanente en el marco del desarrollo y difusión territorial del capitalismo y los
profundos cambios tecnológicos y socioculturales que han acontecido.
En el análisis histórico sobre el desarrollo de los países o territorios han confluido diversas
tradiciones teóricas de las ciencias sociales, tanto las que enfatizan el análisis horizontal, de
tendencia al equilibrio y armonía social como las que ponen énfasis en el análisis vertical,
desequilibrado y asimétrico de las relaciones sociales que configuran las sociedades
capitalistas. Los procesos de reproducción social en términos territoriales pueden ser (y han
sido) leídos desde pares dicotómicos como convergencia-divergencia, o concentración–
desconcentración, o centralización-descentralización, entre otros. Los patrones de localización
de la población y la producción territorializan en diversas escalas geográficas el análisis de los
procesos de desarrollo. En las tendencias de largo plazo (transiciones económicas, socio
demográficas y política) interesa observar si los factores que subyacen a las fuerzas de
atracción y expulsión de población contribuyen a la convergencia o divergencia territorial.
En este plano, en el siglo XX pueden derivarse, de forma simplificada y esquemática, dos
enfoques predominantes sobre la relaciones entre población, territorio y desarrollo, que
condicionan el análisis de las migraciones internas como objeto de estudio. Uno de los
enfoques se puede sintetizar en conceptos de igualación, equilibrio y convergencia, que
pueden considerarse como las corrientes ortodoxas de las teorías del desarrollo del
capitalismo como es el caso de las escuelas neoclásicas y funcionalistas. La sociedad
capitalista centrada en el mercado genera procesos de igualación o nivelación entre sectores
sociales y territorios, y las migraciones al igual que la movilidad del capital contribuyen a
largo plazo a procesos de convergencia. En este caso la migración contribuye a la
convergencia y a equilibrar y reducir brechas sociales entre territorios. El otro enfoque puede
sintetizarse desde los conceptos polarización, desequilibrio y divergencia, que conforman la
heterodoxia de las teorías del desarrollo, asociada a autores y escuelas estructuralistas,
marxistas, dependentistas, evolucionistas, entre otras. En este caso la migración puede generar
procesos de causación circular, favoreciendo la reproducción de desigualdades y la
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divergencia socioeconómica entre territorios. En ambos casos la migración se transforma en
una poderosa fuerza redistribuidora de la población en el territorio, en un caso la
redistribución contribuye a la convergencia y en el otro a la divergencia. Pero además de los
diferentes enfoques que subyacen en la relación población, territorio y desarrollo, esta la
misma transformación histórica de los conceptos. Tanto el concepto como el término
“desarrollo” se ha ido transformando en el contexto histórico de los diferentes regímenes de
acumulación, y más allá de las adjetivaciones, escalas o énfasis en las últimas décadas se han
multiplicado las críticas al origen, uso y/o resultados del mismo, como así también han
emergido ideas alternativas que pretenden complementarlo y/o reemplazarlo como idea
central de teorías, enfoques y políticas públicas. Pero más allá de ese justo y necesario debate,
el proceso de desarrollo de las fuerzas productivas desde fines del siglo XIX claramente alteró
la división social y territorial del trabajo, generando patrones y flujos migratorios específicos
y predominantes en diferentes momentos históricos. Primero fue rural-urbano, luego inter
urbano e intra metropolitano, con una mayor diversificación de corrientes y contracorrientes
migratorias. Cada territorio ha tenido sus propias dinámicas y especificidades, y ello ha
generado algunas dificultades en la generalización de tendencias y sus procesos de cambio.
De todos modos, las investigaciones comparativas permiten estilizar procesos o transiciones
de largo plazo pertinentes para los dos últimos siglos, como son, por ejemplo, las transiciones
demográfica, migratoria, urbana, familiar, económica y ambiental (CEPAL, 1994; M. Villa,
1991; J. Rodríguez y G. Busso, 2009). Los modelos de desarrollo en los países de la región
han ido mutando, y los determinantes básicos de la distribución territorial de la población
fueron variando en importancia relativa en cada momento histórico. Nos referimos,
principalmente, a los determinantes demográficos como el crecimiento vegetativo, las
migraciones internas y patrón de asentamiento de los inmigrantes internacionales. Al respecto,
las investigaciones de las últimas décadas muestran que Argentina, aun con cierta
heterogeneidad en los indicadores provinciales, ha ido disminuyendo su ritmo de crecimiento
vegetativo y el proceso de urbanización ha continuado, la intensidad de la migración interna
interprovincial ha ido en descenso y, al mismo tiempo, los inmigrantes internacionales (de
países limítrofes, principalmente Paraguay y Bolivia) y los migrantes internacionales de
retorno tienen un patrón de asentamiento territorial más concentrado que los nativos y
residentes. En términos históricos, también como hechos estilizados, puede identificarse en
Argentina tres procesos hasta los años ochenta del siglo pasado, con modificaciones en las
últimas tres décadas. Por un lado, el aumento de la importancia relativa de la ciudad principal,
el Área Metropolitana del Gran Buenos Aires a nivel nacional y de las capitales provinciales a
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nivel sub nacional. El proceso de industrialización se retroalimento con el proceso de
urbanización generando, usando la idea de Gunnar Myrdall, un proceso de “causación circular
y acumulativa” en donde se ha manifestado un fuerte proceso de concentración territorial de
las actividades productivas y de la población. En segundo lugar, la pérdida de importancia
relativa de las provincias tradicionales del norte, que han sido expulsoras netas de población.
Por último, el aumento de participación relativa de las provincias del sur con mayor vacío
poblacional, fruto de objetivos geopolíticos y de políticas públicas orientadas al poblamiento
de áreas de menor densidad demográfica. Los tres procesos históricos han sido leídos por la
teoría como parte del proceso de desarrollo de las fuerzas productivas concentradas y
desequilibradas espacialmente a lo largo del Siglo XX, con presencia de políticas estatales
activas de distribución territorial de infraestructura, de actividades productivas y de población
(Rodríguez y Busso, 2009).
La teoría del desarrollo, iniciada por la economía política europea desde mediados del Siglo
XVIII y sistematizada desde la segunda guerra mundial en América Latina en su versión
estructuralista por autores vinculados con la CEPAL, incorporó el análisis de las migraciones
y distribución territorial de la población desde sus inicios, como parte inseparable de los
procesos que constituyen su objeto de estudio. El análisis de las migraciones internas también
fue interpretado por otros marcos teóricos que abordaban el tema del desarrollo económico,
como la teoría neoclásica, el marxismo y la teoría de la dependencia. La teoría del Desarrollo
en los países de la región tiene como una de sus fuentes la economía del desarrollo, que en el
contexto neoclásico se originó para como intento de explicación del atraso relativo de los
países de América Latina, África y Asia. La teoría neoclásica, de fuerte influencia en
Argentina y los países de la región, asimilaban el crecimiento económico y el aumento de la
productividad con el desarrollo, y los modelos sobre migración se centraban en los
diferenciales territoriales de ingresos como factores centrales para impulsar las decisiones de
migratorias de los individuos. Desde esta teoría las migraciones internas eran entendidas
como un mecanismo equilibrador entre territorios, dado que los individuos al ser racionales
migran desde territorios de menor desarrollo relativo hacia lugares con mayores
oportunidades laborales y de mayor ingreso relativo. Otra de las fuentes son el surgimiento de
visiones críticas a la ortodoxia económica respecto a la comprensión y explicación del atraso
relativo de los países considerados subdesarrollados, que abarca un amplio espectro de
enfoques. En las versiones más críticas del proceso de desarrollo, como la teoría de la
dependencia, el proceso de desarrollo que generaba el capitalismo dependiente polarizaba no
solo la situación entre países capitalistas de diferentes niveles de desarrollo, sino también al
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interior de los países de América Latina. El proceso de desarrollo es entonces desequilibrado,
con mecanismos específicos que reproducen y en algunos casos aumentan las asimetrías
territoriales.
La teoría vinculaba los procesos de inserción económica internacional y los procesos de
industrialización y modernización con grandes traslados de población de ámbitos rurales (de
baja productividad y sectores sociales tradicionales) hacia áreas urbanas vinculadas a la
industria, los servicios y el comercio (de mayor productividad relativa y vinculada a sectores
sociales modernos). En ese marco la teoría del desarrollo en América Latina ha abordado
problemas como la heterogeneidad estructural, la insuficiencia dinámica de las estructuras
productivas urbanas, la concentración del progreso técnico en pocas ramas, las formaciones y
conflictos de clase, la marginalidad social y la inserción subordinada, extravertida y
dependiente en el contexto internacional, entre otros temas vinculados directamente con la
explicación de la distribución territorial de las actividades productivas y de la población.
La importancia de las migraciones internas en la distribución territorial de la población y el
proceso de urbanización ha estado en el núcleo de las preocupaciones centrales de la teoría del
desarrollo en los países de América Latina, entendida esta como un intento de síntesis
interdisciplinaria sobre procesos dinámicos de cambio social en el que convergen aspectos
económicos, sociológicos, políticos y culturales. En Argentina la sistematización del debate
entre migración y desarrollo es reciente, desde la década de 1930, y de forma más sistemática
principalmente después de la Segunda Guerra Mundial. La metodología histórica y
comparativa es constitutiva de la teoría del desarrollo, y en ese sentido la existencia de bases
de datos cada vez más accesibles (Censos, Encuestas, etc.) desde mediados del siglo pasado
ha estimulado los trabajos que cotejan países, períodos y tendencias (Rodríguez y Busso,
2009).
Es necesario remarcar que el debate en Argentina estuvo teñido inicialmente por tres aspectos
principales. En primer lugar, por la dinámica del Modelo de Industrialización por Sustitución
de Importaciones (MISI) y el rápido crecimiento demográfico urbano vía las migraciones del
campo a la ciudad (concentrado y con alta primacía urbana). En segundo lugar, desde un
enfoque geopolítico y de geografía económica, la distribución territorial de la población era
un aspecto importante en el debate de las políticas de desarrollo, en donde los países de la
región, y en particular Argentina, realizó fuertes inversiones en infraestructura e incentivos
fiscales para impulsar la radicación en zonas de menor densidad demográfica (las provincias
petroleras del sur y de productos regionales en el norte) y la redistribución territorial de la
población (Polo Industrial en Córdoba; planes agrarios, creación de universidades nacionales
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en varias provincias, etc.) En tercer lugar, desde una perspectiva sociológica y política, el
proceso de modernización implicaba la transición desde una sociedad tradicional hacia una
moderna, Esto llevaba a pensar las políticas públicas desde el enfoque de la racionalización, y
la migración era un buen foco de observación para analizar este proceso en Argentina y los
países de la región.
En las últimas dos décadas, las investigaciones introducen con fuerza la hipótesis de la
pérdida de intensidad de la migración interna en Divisiones Administrativas mayores
(migración inter provincial) (Rodríguez y Busso, 2009). No obstante ello, el territorio y la
movilidad de la población no ha perdido importancia en las distintas escalas territoriales, tanto
en la discusión teórica como política (CEPAL, 2012). Ello es así por varios motivos, dado que
la migración puede contribuir a acelerar o frenar el proceso de desarrollo territorial. De forma
sintética, la migración interna que puede impactar en: 1) aumentar (o disminuir) la cantidad de
población, 2) modificar la composición de su estructura etaria y alterar las relaciones de
dependencia demográfica, 3) incidir en su nivel educativo, 4) alterar el tamaño de los
mercados; 5) afectar las posibilidades de división del trabajo y 6) condicionar las
(des)economías de escala y aglomeración; 7) impactar en las rentas territoriales urbanas y
rurales. Además, los patrones de asentamiento y la movilidad de la población tienen relación
directa y acumulativa con los factores de expulsión y atracción de los diversos territorios y
escala de ciudades, con amplias posibilidades, en ciertas circunstancias, de fortalecer los
procesos de divergencia, desequilibrios y polarización territorial, aunque también en algunos
casos la migración puede favorecer procesos de menores niveles de segregación
socioresidencial en las áreas metropolitanas (J. Rodríguez, 2013).
Por último, es conveniente resaltar algunas de las dificultades que tiene abordar las relaciones
entre población, territorio y desarrollo. En primer lugar, las dificultades teóricas encontradas
desde el origen del debate, en donde el contexto del estudio de la migración interna y las
políticas de desarrollo involucraba conceptos y enfoques complejos y polisémicos,
relacionados con el crecimiento económico, la modernización social y la democratización
con extensión de derechos a la sociedad civil. Esto introdujo problemas teóricos y
metodológicos de articulación de diferentes niveles de análisis (abstracto-concreto),
agregación (macro, meso y micro) y escalares (internacional, nacional, regional, local) (R.
Fernández y C. Brandao, 2009). En segundo lugar, los cambios en el debate han acompañado
las transformaciones de los modelos de desarrollo y a los cambios tecnológicos vinculados a
la producción, movilidad y conectividad de la población. Tanto la distribución como la
movilidad territorial de la población ha tenido una rápida mutación en las últimas décadas, y
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ello abonó a una más rápida obsolescencia teórica de las modelizaciones y
conceptualizaciones sobre migración y distribución territorial de la población (P. Aroca,
2004). En el siglo XXI puede observarse que el crecimiento de la productividad en la
industria sufre el mismo destino del sector agrario en términos de disminución de su
importancia relativa en la estructura ocupacional, en este caso a favor del sector servicios, y
ello afecta necesariamente la lógica de la acumulación, la localización de las actividades
productivas, la movilidad y las migraciones
III. TERRITORIO, POBLACIÓN Y DESARROLLO EN ARGENTINA:
PERSPECTIVA Y DINÁMICA HISTÓRICA DE LA DISTRIBUCIÓN
TERRITORIAL Y LA MIGRACIÓN INTERNA
La ocupación del territorio Argentino muestra profundas transformaciones históricas a partir
de la conquista española en el Siglo XVI, alterando radicalmente los espacios de vida y la
distribución territorial de la población del período pre-colonial (Ver mapas 1 y 2). Al
momento de la conquista de la corona española, las provincias que hoy conforman el noroeste
argentino era la región más dinámica en términos poblacionales y en el nivel de desarrollo de
sus fuerzas productivas. Las comunidades sedentarias, agricultoras y con cierto nivel de
organización social se vinculaban con el imperio incaico, conformando una dinámica
demográfica y económica diferente a las regiones del centro y sur del país, con mayor
presencia de comunidades cazadoras y recolectoras (Mapa1). La llegada del europeo con su
lógica económica, política y militar de ocupación territorial impactó tanto en las variables de
la estructura como en la dinámica demográfica de las poblaciones nativas, iniciándose un
proceso continuo de urbanización, que se acelero desde fines del siglo XIX y modifico
cualitativamente la distribución territorial de la población.
La conquista española de los territorios americanos trajo flujos de migración internacional de
europeos y de africanos esclavizados que redefinieron la lógica territorial de ocupación y
distribución de la población hasta inicios del siglo XVI. La población total estimada al año
1550 era 340.000 habitantes, bajando a 298.000 en 1650, de 420.000 habitantes en 1778 y en
551.000 habitantes en el año1800 (A. Lattes, 1972). La migración internacional
conjuntamente con la migración interna contribuyeron a definir entre los siglo XVI y XVIII
las áreas dinámicas (Mapa 2) centradas en el comercio con Europa (sistemas de ciudades
ubicadas en las vías fluviales y afluentes del Río de la Plata, Paraná, Uruguay y Paraguay), la
producción de mulas y artesanías (cuero, madera, telares) para las minas del Noroeste
Argentino, Bolivia y Perú; la producción de productos regionales en el noreste (Corrientes,
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Posadas y comunidades jesuíticas) y noroeste (principalmente en las ciudades de Santiago del
Estero, Tucumán y Salta). Las comunidades de pueblos originarios habitaron en el norte, la
Patagonia y en la región central y sur de lo que hoy componen las provincias pampeanas y
cuyanas, con permanentes conflictos de frontera con la Corona Española y con los gobiernos
nacionales del Siglo XIX. Las líneas de frontera entre las comunidades originarias del centro-
sur de Argentina y los territorios del centro-norte conquistados por la Corona Española
dividían, a la vez que articulaban, diferentes modos de producción y organización social, con
dinámicas demográficas profundamente diferentes.
El panorama de la ocupación del territorio comenzó a variar con el nacimiento del Virreinato
del Río de la Plata en 1776, desplazando el eje Buenos Aires-Córdoba-Tucumán-Salta-Potosí-
Lima hacia una mayor importancia relativa del eje Montevideo-Buenos Aires-Córdoba-
Mendoza y Santiago de Chile. Al sur de las provincias de Buenos Aires, Córdoba, San Luis y
Mendoza habitaban los pueblos originarios, en donde la corona española consolidó
geopolíticamente las fronteras a partir de varios tratados de no agresión y colaboración, que
luego se repitieron con los gobiernos criollos en la primera mitad del siglo XIX, desplazando
la frontera cada vez más al sur hasta la ocupación total del territorio de lo que hoy conforma
la República Argentina alrededor de 1880. En el último cuarto de siglo, luego de la derrota
militar de los pueblos originarios y solucionados los diferendos limítrofes con Chile, todo el
territorio nacional entra en la lógica del modelo de acumulación agroexportador, acentuando
la importancia de la región pampeana y de la jerarquía urbana centrada en Buenos Aires (Ver
mapa 3). Es necesario agregar también, que en el periodo que va de 1810 a 1880 se consolida
el Estado-Nación argentino a partir del triunfo militar sobre la Corona Española en los países
de América del Sur y, posteriormente, con varios conflictos armados internos entre la Ciudad
portuaria de Buenos Aires y el interior del país. En 1809 la población total estimada era de
609.200 habitantes, en tanto que en 1857 se estimaba en 1.299.000 habitantes. Las
modificaciones más importantes a nivel territorial ocurrieron con especial intensidad en la
segunda mitad del siglo XIX, a partir de la aprobación de la Constitución Nacional de 1853, la
construcción de una extensa red ferroviaria nacional de tendido radio-concéntrico con vértice
en Buenos Aires, la introducción innovaciones productivas (molino de viento, alambrado,
barcos a vapor, frigoríficos) y el inicio de una importante inmigración internacional de origen
europeo, principalmente italianos y españoles. En el año 1895 un 25% de la población era
nacida en el extranjero, en 1914 un 30%, en 1947 un 15% y en el año 2001 solo un 4%. El
patrón de asentamiento de los inmigrantes internacionales ha sido, en varias provincias, más
urbano y concentrado que el de los nativos, favoreciendo el proceso de urbanización y
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concentración de la población.
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MAPA 1
Argentina. Área del modelo de desarrollo pre-colonial (antes de 1500)
MAPA 2
Argentina. Área del modelo de desarrollo colonial (1501-1810)
Fuente: Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios (2010a), páginas 13 y 14.
Distribución territorial de la población y migración interna durante el modelo
agroexportador y de sustitución de importaciones
Como se expresó anteriormente, hacia 1880 concluye la denominada “Conquista del
Desierto” contra los pueblos originarios situados en el centro-sur de la actual República
Argentina, que borró la frontera con las comunidades ranqueles y araucanas e insertó a zona
central de Argentina en una nueva dinámica socio-demográfica propia del modelo de
desarrollo agro-exportador, que comienza a consolidarse y se mantiene hasta la década de
1930. La distribución territorial de la migración internacional se concentró en las provincias
pampeanas y, aunque cuantitativamente menor, el flujo migratorio tuvo un alto impacto en las
provincias patagónicas, dado el vacío poblacional de las amplias extensiones territoriales de
las provincias del Sur. Estos procesos luego fortalecieron las migraciones rural-urbana e inter
urbanas con crecimiento relativo del Gran Buenos Aires hasta mediado de los años setenta.
La jerarquización del sistema urbano argentino se terminó de configurar, precisamente,
durante las dos últimas décadas del siglo XIX y las dos primeras de la vigésima centuria. En
este período se produjo la aglomeración demográfica en las grandes ciudades del país y, en el
inicio de la Primera Guerra Mundial durante 1914, se consolidaron las cuatro mayores urbes
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actuales del país -Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza- con sus respectivas áreas
metropolitanas en expansión permanente. El crecimiento vegetativo y la migración interna e
internacional determinaron una distribución territorial de la población asociada a las
necesidades y potencialidades de un modelo agro-exportador que, en términos generales,
favoreció el crecimiento de los territorios provinciales ubicados en la región pampeana
(Provincias de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe) y en lo que hoy es el Área metropolitana
de Buenos Aires (Ver mapa 3). En ese período, la dinámica de poblamiento de las provincias,
y en particular las ubicadas en la región pampeana, registraron modificaciones muy
importantes2. Alrededor de las vías férreas se crearon centenares de nuevos poblados3 que
absorbieron parte importante de los migrantes internacionales y su crecimiento vegetativo,
que luego fueron migrando hacia ciudades intermedias o grandes durante todo el siglo XX.
MAPA 3 Argentina: Área del modelo de desarrollo agroexportador (1880-1930)
Fuente: Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios (2010: 14)
2 Un claro ejemplo es la Provincia de Córdoba, ubicada en el centro de Argentina, que en el censo de 1895 mostraba que el eje poblacional estaba constituido por los departamentos del norte o de la “Córdoba tradicional” pues esta área concentraba un 55,9% de la población, exceptuada la ciudad capital. Casi dos décadas después esta situación se modificó porque hacia 1914 los “departamentos pampeanos” del sur y este provincial congregaban un 65,3% de la población (Busso y Carniglia, 2013). 3 Principalmente en la región pampeana (Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe), en donde cada 20 kilómetros, aproximadamente, se fundaron localidades con estaciones ferroviarias, que en el siglo XXI constituyen ciudades pequeñas o medianas esparcidas a lo largo de todo el tendido ferroviario.
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CUADRO 1. Argentina. Población Total 1869 a 2010, variación absoluta e intercensal relativa y tasa de
crecimiento. Años Población total Variación
Absoluta Variación
intercensal relativa (%)
Tasa de crecimiento anual
medio (1) ‰ 1869 1.830.214 1895 4.044.911 2.214.697 121.0 31.0 1914 7.903.662 3.858.751 95,4 35,7 1947 15.893.811 7.990.165 101,1 21,4 1960 20.013.793 4.119.966 25,9 17,4 1970 23.364.431 3.350.638 16,7 15,6 1980 27.949.480 4.585.049 19,6 18,1 1991 32.615.528 4.666.048 16,7 14,7 2001 36.260.130 3.644.602 11,2 10,1 2010 40.117.096 3.856.966 10,6 11,4
(1) En este caso se utilizo la función geométrica. Su fórmula de cálculo es la siguiente: rz = [t√(Pf/P1) - 1] * 1000 rz: tasa de crecimiento medio anual del ano z por cada 1.000 habitantes; t : tiempo transcurrido entre la población inicial y la población final (medido en anos y fracciones correspondientes). Fuente: Censo de Población 2010. Tomo I. INDEC. Censos de población de 1869 a 2010.
En el Modelo de desarrollo por sustitución de importaciones (MISI, 1930-1975) el
crecimiento demográfico de las ciudades argentinas resultó intenso, en parte por la migración
desde las áreas rurales y pequeños poblados, mientras que la población rural mostró tasas de
crecimiento negativas ya a partir de mediados del siglo XX. La población rural de Argentina
disminuyó en términos absolutos, en un proceso más acentuado en las provincias de la región
pampeana. Si bien pueden identificarse diversas etapas dentro del modelo de industrialización
por sustitución de importaciones (1930-1945, 1946-1955 y 1956-1975) que contextualizan
históricamente la dinámica de concentración territorial de la producción y la población, dado
los objetivos del trabajo solo se harán una descripción general de las mismas. Cada una de
estas etapas dejó su impronta particular en las estructuras productivas y sociales como asi
tambien en la distribución territorial de la póblación a nivel nacional y subnacional, según se
observa en la rica discusión sobre la teoría del desarrollo y la modernización desde mediados
del siglo pasado (F. Toledo y J. C. Neffa, 2008; S. Torrado, 1993, Rodriguez y Busso, 2009).
La primera etapa del MISI se ubica entre los años 1930 y 1945, Argentina ya tenía más del
50% de poblacion urbana. Un período en que el incipiente proceso sustitutivo de
importaciones, inicialmente forzado por la crisis mundial de 1929, se basó en los aumentos de
la producción de bienes de consumo no durables por pequeñas y medianas empresas
nacionales con trabajo intensivo y baja incorporación de capital. Con esta transformación
aumentó fuertemente la producción industrial (textiles, alimentos y metalurgicas) y se estancó
comparativamente la producción agropecuaria. Esta etapa se centró en la incorporación de
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trabajo al proceso productivo y en toda su extensión las migraciones internas (rural-urbanas e
interurbanas) pasaron a tener mayor importancia cuantitativa que las migraciones
internacionales en la redistrubición territorial de la población. Una segunda etapa,
comprendida entre los años 1946 y 1955, conocida como etapa justicialista o distribucionista,
en donde la población urbana superaba el 60% a mediados de siglo XX. Tuvo como contexto
internacional una pos-guerra mundial caracterizada por una demanda internacional sostenida
de productos agroalimentarios y una creciente sustitución de fuerza de trabajo por maquinaria
en el campo y la ciudad, procesos ambos contemporaneos de aumentos en la productividad
del trabajo y subas en los ingresos reales de los trabajadores, en particular de los residentes en
el Área Metropolitana de Buenos Aires y las grandes ciudades de la región pampeana.
Aunque las distintas ciudades continuaron receptando población del campo, decreció la
importancia relativa de los inmigrantes de origen rural hacia las ciudades, principalmente por
la creciente significación de las migraciones interurbanas. La estrategia distribucionista se
orientó a una expansión del consumo de bienes masivos del mercado interno y una extensión
de los derechos de ciudadanía a la clase obrera, las mujeres, los niños y la tercera edad4. En
comparación con el modelo agroexportador, durante las tres décadas posteriores a la guerra
mundial mejoraron sustantivamente los indicadores de desarrollo humano –esperanza de vida,
nivel educativo, ingreso promedio- y la distribución funcional y personal del ingreso en el
marco de un modo de regulación redistribucionista conocido como el estado benefactor.
Asimismo, entre 1946 y 1955 las significativas transformaciones sociales mostraron una clara
tendencia a la expansión de las ocupaciones urbanas y no manuales con la concomitante
disminución del empleo en actividades agrícolas y manuales. Los aumentos en el consumo del
mercado interno se vincularon de forma virtuosa con la producción urbana, expandiéndose las
empresas medianas y pequeñas para atender el crecimiento de la población y de sus ingresos
reales. La extensión de derechos sociales, civiles y políticos se manifestó principalmente en
las áreas urbanas, con mayor protección social a través de la mayor cobertura por sexo y edad
de la educación, la salud, la seguridad social y otros bienes de origen público o privado. Con
el crecimiento demográfico y las migraciones internas se produjo la consolidación de los
centros urbanos y se inició el proceso de densificación de las áreas centrales en las ciudades
grandes y medianas, favoreciendo el crecimiento de las conurbaciones en las ciudades de
Buenos Aires, Córdoba, Rosario y Mendoza en la zona central de Argentina.
4 En esta época se consideró al trabajo como el mecanismo central de la integración y protección social, en el marco de una estructura familiar urbana a cargo de un jefe de hogar masculino con trabajo estable y formal. Esta situación cambió radicalmente en el modelo neoliberal de fines del siglo XX.
15
La tercera etapa del MISI acontece entre 1956 y 1975 identificándose a nivel nacional con las
estrategias desarrollistas. En la época empiezan a predominar en el proceso de acumulación
las unidades de producción capital intensivo (aumento de la composición orgánica del
capital), con creciente importancia de las empresas trasnacionales y un proceso de
redistribución de ingresos promovido por el Estado. En el ciclo de golpes de Estado
instaurados desde el año 1930, varios gobiernos de facto condujeron este período. Esto
favoreció la consecuente volatilidad institucional, que afectó los mecanismos de regulación
generando ciclos económicos más agudos para toda la economía nacional. De todos modos, se
expandieron las ramas productivas intensivas en capital, sustitutivas de bienes importados de
consumo durable y de bienes de capital. Empezaron también a ganar peso en el total de
población las localidades de tamaño intermedio, tanto de la zona pampeana cuanto
extrapampeana, aunque el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) continuó como el
principal destino de los migrantes internos.
La insuficiencia dinámica de las economías urbanas para incorporar productivamente el
crecimiento vegetativo y migratorio de la población en edad de trabajar generó fenómenos de
informalización y marginalidad de los pobladores urbanos. Los sectores de población con
mayores niveles de privación y vulnerabilidad social no eran incorporados a los beneficios de
la seguridad social, aunque en este período la extensión de la cobertura de salud y educación
alcanzó a grandes grupos de población. El financiamiento del proceso de industrialización se
realizó, en parte, con la renta agropecuaria a través de las retenciones percibidas por un estado
de carácter redistribucionista y con tendencia a las políticas sociales universales. El consumo
en el mercado interno sostenía la producción nacional, generando empleo urbano y
favoreciendo las fuerzas de atracción de las ciudades medianas y grandes.
Migración y desarrollo en el periodo neoliberal
Las contradicciones políticas y sociales del MSI (estrucutura productiva desequilibrada,
restricción externa, diferentes intereses en las fracciones del capital) llevaron a partir de los
años de 1960 a una crisis interna dentro de un proceso de crisis internacional iniciado en los
primeros años de la siguiente década. La resolución de la crisis económica, política e
insitucional en el MISI se resolvio a través de golpes de estado a mediados de los años sesenta
y setenta, que desde 1976 implico un cambio de matriz sociopolítica. Con el gobierno de facto
desde 1976 a 1983 se inauguro un nuevo nuevo patrón de desarrollo en el capitalismo
argentino, denominado aquí como modelo neoliberal o de crecimiento hacia afuera (1976-
2001). En este periodo se inicia y profundiza un complejo proceso de deterioro en la industria
16
manufacturera y de la distribución funcional y personal de los ingresos que culmina a
mediados del año 2002. En la década de 1980 se implementaron los regímenes de promoción
industrial en la provincia de San Luis, San Juan, Catamarca y Tierra del Fuego que generaron
ventajas impositivas y en algunos casos subsidios para la localización de industrias en esas
jurisdicciones. En dichas fases se produjeron algunos cambios de tendencia en la distribucion
de la población argentina porque comienza un proceso de desconcentración territorial con
disminución de la primacía del Área Metropolitana de Buenos Aires y las localidades de
tamaño intermedio registran un crecimiento por encima del promedio nacional. En este
período, en los años 1976-83 y principalmente en la década de 1990, el proceso de desarrollo
se basó en políticas macroeconómicas orientadas por una regulación estatal focalizada en los
mercados, apertura externa, flexibilización laboral y privatizaciones. Las articulaciones entre
las políticas públicas se enmarcaron en procesos de desconcentración y descentralización
administrativa, con un traslado de responsabilidades a los gobiernos subnacionales, que ha
contribuido a generar tensiones sobre los sistemas de coparticipación de ingresos públicos y el
financiamiento de los principales mecanismos de inversión pública y previsión social. Los
supuestos y objetivos de este modelo sostenían que el crecimiento económico originado por
las políticas de ajuste estructural, apertura externa y estabilidad macroeconómicca fomentaria
inversiones, dinamizaría el mercado de trabajo, aumentaría la productividad laboral, por lo
tanto generaría adicionalmente beneficios a los sectores de mayor informalidad laboral, de
bajos ingresos y desempleados. Otro supuesto orientativo de las polìticas publicas era que el
acceso a la salud, la educación, la protección social y la vivienda se brindarían de forma más
eficiente y equitativo a través de la libre interacción entre la oferta y la demanda en los
distintos mercados proveedores de estos servicios. En el contexto de un proceso de
globalización y descentralización que modificó significativamente los parámetros de
actuación de los gobiernos subnacionales, se desactivaron en los años noventa las polìticas de
desarrollo regional de décadas anteriores, como las de promoción industrial en provincias, de
beneficios de radicación en zonas desfavorables y las de orden geopolíticas de ocupación y
cuidado de fronteras. Hubo además un fuerte aumento en la productividad en el sector
primario, que en gran parte valorizaron sus excedentes económicos en construcciones urbanas
y el sector financiero, ambos de uso intensivos en fuerza de trabajo. Los deteriorios en la
distribución y polarización de ingresos marcaron este período, y ello contribuyo a acentuar la
segregación socioresidencial, introduciendo nuevos fenomenos migratorios intra
metropolítanos. En los mapas 4 y 5 puede observarse al año 2001 la migracion neta
interproncial y la distribución territorial de la población urbana en Argentina, con una
17
población de 36.260.000 habitantes, en tanto que en los cuadros 1 y 2 se presenta la evolución
población total y la población urbana y rural.
CUADRO 2
Argentina (1947-2001). Promedio de crecimiento demográfico anual según tipo de ciudades
Región, aglomerados y localidades
Tasa de crecimiento anual (en %)
1947 1960
1960 1970
1970 1980
1980 1991
1991- 1950-
2001 2001
Total 1.7 1.5 1.8 1.5 1.0 1.5
Urbana 3.0 2.2 2.3 1.9 1.4 2.2
Rural -0.9 -0.7 -0.3 -1.3 -1.8 -1.0
Ciudades de 100.000 y más habitantes 3.0 2.4 2.2 1.9 0.7 2.1
Localidades de 2.000 y más 2.9 2.1 2.3 1.9 1.2 2.1
Localidades de 20.000 y más 3.0 2.6 2.4 2.0 1.2 2.3
Localidades de 50.000 a 500.000 2.1 4.7 1.6 1.8 2.2 2.4
Localidades de 500.000 a 1.000.000 6.7 2.4 2.6 1.7 0.9 3.1
Localidades de menos de 2.000. -0.9 -0.3 -0.5 -0.9 -2.2 -1.0
Área Metropolitana de Buenos Aires 2.6 2.0 1.5 1.1 1.2 1.7 Fuente: Base de datos DEPUALC, CELADE-CEPAL. Elaborada con Censos Nacionales de Población.
MAPA 4:
Tasas de migración interna neta en argentina 2001. Migración interna reciente
interprovincial.
Fuente: Busso, 2006.
18
CUADRO 3: Argentina. Año 2001. Provincias ganadoras y perdedoras de población. Saldo de migración
neta (SMN). Migrantes recientes y de toda la vida. Población mayor de 5 años.
Pierden población. SMN Reciente (-) 2001-1996
Ganan población. SMN Reciente (+) 2001-1996
Provincia Migración de toda la vida
Migración Reciente Provincia Migración de
toda la vida Migración Reciente
Ganan población
SM (+) Migrantes de toda la vida al
año 2001
Río Negro 13,292 -5,168 Buenos Aires 2,455,621 54,066 Chubut 27,150 2,786 Neuquén 59,103 5,003 Santa Cruz 36,908 4,694
Tierra del Fuego 42,111 3,122
Pierden población
SM (-) Migrantes de toda la vida al
año 2001
Capital Federal -570,294 -60,237 Catamarca -48,190 3,396 Corrientes -317,417 -6,654 Córdoba -44,937 20,372
Chaco -281,953 -11,542 La Pampa -23,111 1,455 Entre Ríos -334,538 -2,801 La Rioja -8,702 9,995 Formosa -64,085 -4,815 San Juan -92,562 873
Jujuy -58,913 -5,671 San Luís -3,277 10,513 Mendoza -15,351 -3,052 Santa Fe -18,168 1,998 Misiones -127,033 -7,498
Salta -91,683 -4,286 Santiago del
Estero -311,448 -4,934
Tucumán -222,523 -1,615 Fuente: Busso, 2006, con base en CELADE-CEPAL, 2006.
MAPA 5: Argentina. Distribución población urbana. Año 2001.
Fuente: Plan Estratégico Territorial Argentina, 2009.
19
Migración interna y desarrollo a inicios del siglo XXI
En el Siglo XX, principalmente en la segunda mitad, tres aspectos pueden ser remarcados
para iniciar el análisis de los primeros años del siglo actual. En primer lugar, las políticas de
redistribución de la población impulsadas por el Estado fueron importantes y tuvieron efecto
directo en las migraciones de varias provincias, principalmente en las patagónicas (Tierra del
Fuego, Santa Cruz, Chubut, Neuquén y Río Negro) y en cuyo (San Luis, San Juan y
Mendoza). Segundo, los ciclos económicos, particularmente agudos en la economía
Argentina, afectaron de forma diferente las condiciones de atracción y expulsión de diversos
territorios, aunque queda claro que el desarrollo de las fuerzas productivas orientó los flujos
migratorios hacia la ciudades ubicadas en los puestos más altos de la jerarquía urbana. En
tercer lugar, en el Siglo XX la población Argentina se multiplico por cerca de siete veces,
ritmo que no se repetirá en el siglo XXI, pero que generó algunos cambios cualitativos en la
distribución territorial y en la composición de edades. La inercia demográfica se expresa en la
primera década del siglo actual, en donde más de un 90% de la población vive en localidades
de más de 2000 habitantes, está en pleno proceso de envejecimiento demográfico y se
empiezan a observar signos de estancamiento y decrecimiento demográfico en algunas
localidades pequeñas y medianas.
En este siglo, y luego de la profunda crisis del año 2001 y el fin del modelo neoliberal, el
fuerte crecimiento económico que se produce a partir de mediados del año 2002 contribuye a
revertir el saldo negativo de la migración internacional y a dinamizar y transformar los
mercados de trabajo de las diferentes provincias argentinas. En ese contexto, el aumento en
los precios internacionales de los commodities sumado a un importante cambio tecnológico,
profundiza la pérdida de población en el ámbito rural acentuando una distribución territorial
de la población cada vez más urbana y concentrada en localidades de mayor tamaño. Las
áreas metropolitanas de Buenos Aires, Córdoba y Rosario aumentan su participación relativa
en el total nacional, tanto en términos del Producto Bruto Interno como del total de población.
Los sistemas productivos que lideraron la acumulación de capital (principalmente
agroalimentario y metalmecánico) en el periodo 2002-2013 “urbanizaron” los mercados de
trabajo, con fuerte expansión del sector industrial, construcción, servicios y comercio. A su
vez, la modificación en el modo de regulación de las principales instituciones
macroeconómicas a nivel nacional (normas laborales, monetarias, crediticias, cambiarias y
fiscales) y la modificación de los precios relativos a partir de la devaluación y default del año
2002 genero un prolongado e inédito proceso de crecimiento económico, con mejoras
sustantivas en la distribución funcional del ingreso. Esto permitió un aumento sostenido en el
20
consumo, la inversión, el gasto público y las exportaciones que dinamizaron las áreas urbanas,
pero la heterogeneidad territorial de la estructura productiva Argentina5 se ha manifestado en
la jerarquía urbana, en donde las unidades productivas de mayor tamaño relativo (de mayor
productividad laboral que las medianas y pequeños) tienen un sesgo de localización en las
áreas urbanas de mayor tamaño.
Las decisiones migratorias de la población y los factores de atracción y expulsión de un
territorio específico se relacionan y son selectivas cuando se las observa a través de variables
individuales como la edad, sexo y nivel educativo, pero también están relacionadas con
variables familiares, sociales, culturales y ambientales de cada territorio. Median entre ellas
las formas institucionales que regulan las relaciones sociales, que son las que definen un
modelo de desarrollo. En el periodo 2002-2013 se configura otro modelo de desarrollo,
denominado aquí como neo desarrollista, con cambios sustantivos en las orientaciones de
política, que se tradujeron en diferentes ritmos y composición del crecimiento económico. Por
otro lado, y en el contexto de las políticas centradas en los derechos humanos en el período
2002-213, existe creciente consenso político en Argentina en que la migración es un derecho.
Ello implica, para los estados, garantizar y proteger la libre movilidad por el territorio.
En el período de Convertibilidad, entre el año 1993 y 2001 el crecimiento anual promedio del
PBI fue de 1,4%, explicado mayoritariamente por el crecimiento en los servicios (2,1% anual
promedio) más que por los sectores productores de bienes (0,7 %). El periodo post-
convertibilidad mostró crecimiento anual promedio superior, el periodo 2002-2012 de 7,3%,
en donde el Sector productor de bienes creció al 6,5% y el de servicios al 6,8% (Manzanelli et
al, 2014). El fuerte crecimiento experimentado en el periodo posconvertibilidad parte una
importante caída en los años 1998-2002, que se recupera hasta el año 2007. A partir del año
2008, en el contexto de la crisis internacional y de problemas estructurales internos, el
crecimiento económico fue menor pero se instauraron políticas redistributivas que permitió
seguir mejorando la distribución de ingresos en el conjunto de las provincias argentinas.
En efecto, en este periodo de posconvertibilidad pueden distinguirse dos sub etapas, del año
2002 al 2007 y del 2008 al 2013. En el primer periodo, luego de una fuerte devaluación a
inicios del año 2002 y disminución de los salarios reales, el crecimiento anual promedio del
PBI fue de 8,8%, y en el segundo periodo fue de 5 %, pero con una composición diferente
entre los sectores productores de bienes y de servicios. De hecho, en el primer periodo el 5 La heterogeneidad territorial de la estructura productiva es entendida como los diferencias de productividad laboral, lo antagónico es la homogeneidad, que implicaría niveles de productividad del trabajo iguales, o similares, en todos los territorios. Los diferentes niveles de productividad laboral se expresan en los diferentes niveles de salarios, constituyendo un factor importante para la migración interna.
21
sector productor de bienes creció a un 10,2% anual, en tanto que en el segundo sólo al 3,3%,
en comparación con los sectores productores de servicios que fue el 7,3% y del 5,8%. Estos
niveles de crecimiento económico y su impacto en el empleo consolidaron las tasas de
crecimiento demográfico y las fuerzas de atracción del sistema urbano, principalmente en la
cúspide de la jerarquía urbana integrada por el Gran Buenos Aires, Gran Córdoba, Gran
Rosario y otras capitales de provinciales.
En suma, ¿por qué ha seguido aumentando el proceso de urbanización en Argentina? Hay
varios factores que han influido en el proceso, pero de forma preliminar se pueden señalar
cuatro factores relevantes relacionados entre sí en el nuevo modelo de desarrollo. En primer
lugar, el fuerte aumento en la productividad en las actividades rurales, en donde la mayor
expansión se ha realizado en el cultivo de oleaginosas, principalmente la soja, que además
tuvo un fuerte crecimiento en los precios internacionales. El paquete tecnológico para la
producción de oleaginosas es intensivo en capital, lo cual ha contribuido a disminuir los
requerimientos de fuerza de trabajo por hectárea sembrada. En segundo lugar,
concomitantemente al proceso de sojización se ha concentrado la propiedad y ha cambiado el
uso de la tierra hacia actividades ahorradoras de fuerza de trabajo, proceso que ha afectado
negativamente la necesidad de residir en áreas rurales. En tercer lugar, la devaluación de
enero del año 2002 y el crecimiento en los precios internacionales de la producción
oleaginosa generó un importante aumento en la renta agropecuaria, que fue reinvertida en
actividades urbanas como la construcción y el comercio, ambas intensivas en el uso de fuerza
de trabajo. Por último, posterior al año 2002, el proceso de crecimiento económico con
aumento en los ingresos reales activó el consumo interno, y a ello se le sumaron políticas
públicas de sostenimiento de la demanda agregada que aportaron positivamente al crecimiento
de actividades industriales, a la demanda de empleo urbana y a la transferencia de ingresos a
sectores populares urbanos.
En todo este período, la expansión del mercado interno y la definición de políticas industriales
y laborales activas reactivo un proceso de crecimiento con mejoras en la equidad social que
repararon en parte las desigualdades originadas en el modelo neoliberal anterior. A inicios del
Siglo XXI, el grado de urbanización, la dotación de recursos naturales y los indicadores de
Desarrollo Humano de las provincias son las características regionales que se han registrado
como de mayor influencia sobre los movimientos migratorios entre provincias. Ello fue
definiendo regiones y provincias ganadoras o expulsoras netas de población en los últimos 40
años (G. Pizzolito, 2006; G. Busso, 2007; J. Rodríguez y G. Busso, 2009). Si bien todavía es
prematuro analizar las tendencias migratorias y de la distribución territorial de la población,
22
todo indicaría que ha disminuido la intensidad migratoria interprovincial, las provincias
expulsoras siguen siendo las del norte (excepto Jujuy en el 2010) y las de fuerte atracción las
del sur (incluida Río Negro que en el 2001 fue expulsora de población). Se observa, como se
indico anteriormente, la continuidad del proceso de urbanización, a pesar del alto nivel
alcanzado hasta el año 2001. En la primera década del siglo puede observarse que no
existieron modificaciones importantes en la distribución relativa de la población provincial y
regional ni en el destino de los flujos migratorios internos.
Respecto a la distribución provincial de la población, la región pampeana y el Gran Buenos
Aires siguen concentrando dos tercios de la población nacional, con una importancia creciente
en las tres últimas décadas de Provincia de Buenos Aires, principalmente por los partidos del
Gran Buenos Aires. La novedad de la primera década del Siglo XXI es que el Área
Metropolitana del Gran Buenos Aires, que crece de 31,6% al 31,9, revirtiendo tres décadas de
disminución de su participación relativa. Diferente es la región pampeana, que disminuye su
participación relativa desde mediados del siglo XX, pasando de un 42% a un 34,4% del total
de Argentina al año 2010, con un proceso de concentración de población en Gran Córdoba y
Gran Rosario. La dinámica poblacional muestra al año 2010 un aumento de la participación
relativa de la Región Patagónica, llegando a un 5,2% del total nacional (desde el 2,3% en
1947). Las regiones del Nordeste y Noroeste muestran bajas leves hasta los años setenta por
migración neta negativa, pero vuelven a ganar participación relativa en las décadas posteriores
estabilizándose en la última década en un 9,2% y 12,2% respectivamente. La Región de Cuyo
(provincias de Mendoza, San Juan y San Luis) mantiene su participación relativa en un 7,1%
de inicios de siglo al año 2010. La Provincia de San Luis a partir de políticas nacionales de
promoción industrial revierte su condición de expulsora de población y se consolida como una
de las de atracción de población en las últimas tres décadas.
Respecto de la migración interna, el Censo 2010 muestra que las provincias con mayor
proporción de población nacida en otras provincias son Tierra del Fuego, Santa Cruz y
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Las jurisdicciones de mayor pérdida de población por
emigración interprovincial entre 2005 y 2010 fueron Ciudad Autónoma de Buenos Aires y
provincia de Formosa, en tanto que las de mayor atracción de inmigrantes han sido las del sur,
particularmente Santa Cruz y Tierra del Fuego, y en menor medida Chubut y Río Negro. En el
norte, La Rioja se consolida en los dos últimos censos como receptora de población, al igual
que San Luis en los últimos tres censos, y ello tiene relación directa con políticas nacionales y
provinciales de las últimas cinco décadas de fomento a las actividades productivas.
23
IV. IMPACTOS DE LA MIGRACIÓN INTERNA INTERPROVINCIAL EN EL
DESARROLLO TERRITORIAL DE ARGENTINA
La distribución territorial de la población Argentina en la primera década del Siglo XXI es el
resultado de un proceso histórico de desarrollo (path dependence), relacionado con aspectos
internos y con la expansión del capitalismo europeo a nivel global desde 1492.
Conjuntamente y más allá de la topografía y de la ubicación y características de cursos de
agua y recursos naturales del país, la inserción subordinada en la economía internacional ha
sido uno de los aspectos históricos centrales que ha marcado la distribución de las actividades
productivas y la población. En ese marco, la direccionalidad e intensidad de los flujos
migratorios internos e internacionales ha variado a lo largo del tiempo y ello ha influido
también en las tendencias de la distribución territorial, dado que se fueron redefiniendo las
áreas de atracción y expulsión de población que está en el sustrato del análisis teórico y
empírico de la migración.
Como se ha expresado anteriormente, en el desarrollo de las fuerzas productivas desde 1870
se consolida el Gran Buenos Aires como la principal área urbana y portuaria de Argentina,
acompañada por las aglomeraciones urbanas de Córdoba y Rosario en una segunda jerarquía
urbana. El proceso de industrialización por sustitución de importaciones promovido por
políticas estatales y la introducción de innovaciones en el agro favorecieron
acumulativamente la urbanización hasta mediados de la década de los setenta del siglo
pasado. En el último cuarto del siglo XX el fuerte proceso de concentración y extranjerización
de la producción que generó el modelo neoliberal se sumo a un proceso de concentración en
la propiedad de la tierra y a un salto en la productividad en la producción agropecuaria
(principalmente en oleaginosas y cereales, pero también en productos regionales como la vid,
frutas, olivos, cítricos, caña de azúcar) que favoreció el proceso de desruralización, y su
contracara, el proceso de urbanización de la población.
Todos estos aspectos fortalecieron las fuerzas de atracción de ciudades intermedias y grandes
(principalmente capitales de provincias) y las fuerzas de expulsión de las áreas rurales y
ciudades más pequeñas en la jerarquía urbana de Argentina. Las economías de escala,
urbanización y localización operaron como fuerzas que retroalimentaron la urbanización
concentrada a nivel nacional y subnacional, generando una expansión del sistema de ciudades
que opera como una plataforma territorial en donde se expresan los flujos migratorios y son
los que contienen mayoritariamente el stock de migrantes. El alto nivel de urbanización de
Argentina desde la mitad del siglo pasado, y más todavía en la segunda década del presente
siglo, ubica a la migración inter urbana como la predominante en los flujos migratorios,
24
incorporando aquí la migración intrametropolitana e intra provincial. En Argentina, al igual
que en otros países de América Latina, la concentración de las actividades productivas y de la
población en pocos territorios no ha disminuido, al mismo tiempo que se observa un proceso
de un estancamiento del proceso de convergencia económica6 (CEPAL, 2009).
Ahora bien, ¿qué papel ha cumplido la migración interna en términos de la convergencia o
divergencia entre las provincias argentinas?¿la migración contribuye en el mediano y largo
plazo a disminuir brechas territoriales o fortalece el proceso de polarización?. ¿De qué forma
y con qué intensidad han influido las políticas de desarrollo en la retención, relocalización y/o
reorientación de población en las provincias y sistemas de ciudades argentinas? Si bien las
respuestas a estas preguntas requieren análisis detallados y comparativos, de todos modos la
migración genera impactos cuantitativos sobre el total de población (efecto crecimiento) como
cualitativos (efecto composición) (J. Rodríguez y G. Busso, 2009; J. Rodríguez, 2013). Este
último se expresa en los diferentes censos de población a través de la composición por sexo y
edad en los distintos territorios, edad promedio, relación de dependencia demográfica, nivel
educativo, etc.. Dada la hipótesis plausible de selectividad de la migración (predominancia de
jóvenes, mujeres y de mayor nivel educativo), la composición de los migrantes es diferente a
la de los no migrantes, por lo tanto la migración interna puede ampliar o reducir las brechas
cuantitativas y cualitativas entre áreas de atracción y expulsión de población (Rodríguez y
Busso, 2009).
Para avanzar en la comprensión de los impactos, se pueden remarcar tres aspectos
interrelacionados en la historia de la migración interna argentina, que no debería perderse de
vista. La sistematización de los estudios migratorios inter provinciales en Argentina muestran
como denominador común en su análisis el reconocimiento las disparidades socioeconómicas
de las diferentes provincias, que ubica a la migración y la movilidad territorial como
estrategias de vida posibles para individuos y hogares para escapar de situación de pobreza,
desempleo o de desventajas sociales (Busso, 2006 y 2007). Esto es importante para un país
como Argentina que, en las últimas décadas, ha sido uno de los países capitalistas periférico
más cíclico del mundo, con elevada volatilidad institucional y que además presenta y
reproduce fuertes disparidades socio-territoriales.
En segundo lugar, los impactos sociodemográficos dependen de las cantidades y dimensiones
6 De hecho, la razón entre territorio de mayor y menor PIB por habitante en Argentina al año 2005 era de 8,09 (Ciudad de Buenos Aires- Formosa), un poco menor que la Brasil en el año 2009 de 8,56 (Distrito Federal –Piauí) y México de 12,37 ( Campeche – Chiapas), pero superior a Chile en el 2010 con 4,33 (Antofagasta – Araucanía) y a España 2007 con 1,89 (País Vasco – Extremadura) y Portugal 2007: 1,74 ( Lisboa – Norte) (CEPAL, 2012).
25
de las áreas a considerar entre los migrantes, mientras más pequeñas las áreas se capta mas
migrantes. En este caso solo se analizan impactos a nivel interprovincial, perdiendo la riqueza
y diversidad de los flujos migratorios intra provinciales de las 24 jurisdicciones provinciales.
Tampoco se analizan aquí las migraciones intrametropolitanas (Gran Buenos Aires, Córdoba,
Rosario, Mendoza y Tucumán) y los cambios en los componentes de estas grandes áreas
urbanas, aspectos hoy cada vez más importante en el análisis de las migraciones internas (J.
Rodríguez, 2013).
En tercer lugar, solo se analizan impactos de con matrices censales de migración del año 2001
en variables de edad, sexo y educación. Aquí es preciso reconocer la necesidad de ampliar y
diversificar las bases de datos, adecuar modelos y actualizar los enfoques teóricos
metodológicos sobre los estudios de migración (CEPAL, 2012, Rodríguez y Busso, 2009). De
todos modos, los migrantes internos actuales son mayoritariamente urbanos, y no presentan
grandes diferencias socio-culturales-demográfica como en la época en donde predominaba la
migración rural-urbana.
En el apartado anterior se presentaron los impactos de la migración interna interprovincial
sobre el volumen de población (efecto crecimiento), a continuación se presentan, con datos
del censo 2001, los impactos cualitativos de la migración (efecto composición) sobre la edad,
sexo y nivel educativo.
La migración interna como estrategia de vida entre territorios de diferentes niveles de
desarrollo socioeconómico
Al igual que en otros países de América Latina, los territorios más rezagados en términos
socioeconómicos han sido, en general, de expulsión de población o de migración neta
negativa. Las interrelaciones entre el proceso de desarrollo y las corrientes migratorias
internas contribuyen a definir la distribución territorial de la población, que en el caso
Argentino corresponden a las áreas de atracción de los partidos del Gran Buenos Aires y otras
ciudades (áreas metropolitanas de las ciudades de Córdoba, Rosario, Mendoza y Tucumán),
las provincias del Sur, San Luis y, en menor proporción el resto de la región pampeana. En los
últimos tres censos las provincias de mayores índice de desarrollo humano y menores niveles
de pobreza se correlacionan con las provincias de atracción de población (excepto Capital
Federal), y en su mayor parte debido a la atracción de sus aglomerados urbanos de mayor
tamaño (Busso, 2006; Rodríguez y Busso, 2009; CEPAL, 2012).
La migración, como una de las estrategias disponibles en distintas etapas de los ciclos de vida
individuales y familiares, se da mayoritariamente entre la población en edad de trabajar
26
(PET), principalmente en edades tempranas, pero el proceso de envejecimiento y aumento de
la esperanza de vida hace crecer también la participación de los adultos mayores en total de
migrantes intra e inter provinciales e intra metropolitanos, aunque sus motivos son
sustancialmente diferentes a la PET. Los motivos familiares, de seguridad y accesibilidad a
los servicios urbanos son centrales para abordar las migraciones internas de los adultos
mayores en diversas escalas territoriales. Los factores de atracción de las grandes áreas
urbanas muestran claramente una mayor participación de adultos mayores por tamaño de
ciudad, principalmente en sus áreas centrales.
Desde los años sesenta, los estudios sobre el desarrollo y los procesos de movilidad y
migración de la población se diversificaron. En ese contexto, y en el cruce de estudios
sociológicos, antropológicos, económicos, políticos y demográficos, la migración fue
conceptualizada como un derecho y una estrategia de vida apta para lograr una movilidad
social por lo menos no descendente, como así también para escapar de la pobreza o
situaciones adversas (crisis económicas, conflictos políticos, etc.) a escala individual y del
hogar. Los aportes latinoamericanos sobre las estrategias de vida y reproducción de los
hogares de diversos sectores y clases sociales, como conceptos intermediarios entre los
factores estructurales y las decisiones individuales de migración, fueron algunos de los
aportes que se realizaron desde las ciencias sociales de Argentina (S. Torrado, 2003). Los
estudios de caso se vincularon a sistemas productivos locales (ganadero, frutihortícola, vid,
azúcar, cítricos, yerba mate), como así también a diversas comunidades de residencias
urbanas y rurales (pueblos originarios, comunidades bolivianas y paraguayas, comunidades
fronterizas, grupos vulnerables, etc.) que se movilizan y migran por diferentes territorios del
país.
Aunque en los últimos años las migraciones internacionales adquirieron mayor relevancia de
política que las internas, la migración siguió siendo una variable central en la estructura y la
dinámica demográfica, más aun en procesos tendenciales de baja en la fecundidad. La
expansión territorial y demográfica urbana ha puesto énfasis en migrantes intra e inter
urbanos, ya no tanto en poblaciones tan diferentes como implicaba la migración rural – urbana
de la primera mitad del siglo XX.
Los impactos socio demográficos de la migración interna interprovincial
A partir de las tres últimas rondas censales se ha avanzado sustantivamente en la medición de
algunos impactos de la migración interna a escala inter provincial (CEPAL, 2012; Rodríguez,
2004; Rodríguez y Busso, 2009; Busso 2007). El impacto socio demográfico es la huella o
27
señal que deja la migración interna en variables demográficas y sociales en los diferentes
territorios. En los censos de población argentinos, aun con dificultades de comparación con la
migración intraprovincial, se pueden definir en cuatro categorías: Migrante antiguo o de toda
la vida, Migrante reciente, Migrante de retorno, Migrante múltiple. Esto surge de las tres
preguntas sobre migración, es decir, 1) donde nació, 2) donde vive al momento del censo y 3)
donde vivía cinco años antes del censo. En la combinación de las tres preguntas se definen los
distintos tipos de migrantes, de los cuales aquí nos referiremos principalmente a los migrantes
recientes (lugar de residencia actual diferente al de cinco años antes) y de toda la vida (lugar
de nacimiento diferente al de residencia actual).
Las ideas preliminares, que requieren más trabajo sistemático en distintos territorios y países
(Rodríguez y Busso, 2009, CEPAL, 2012), permiten hipotetizar que en las Divisiones
Administrativas Mayores (DAM), o Provincias en el caso Argentino, las migraciones
contribuyen a alterar la composición por sexo y edad, las relaciones de dependencia
demográfica y el nivel educativo de las áreas de origen y destino de los migrantes, aunque por
ahora los signos de los impactos no arrojan conclusiones definitivas. Los análisis preliminares
sobre la ronda de los censos del 2010 en comparación con los de los años 2000 y de 1990 no
permiten conclusiones definitivas (CEPAL, 2012, J. Rodríguez y G. Busso, 2009). En el caso
de las DAM expulsoras teóricamente puede esperarse que la migración contribuya a aumentar
porcentaje de niños y adultos mayores ( aumento de la relación de dependencia demográfica,
¿anti bono demográfico?), a aumentar índice de masculinidad y a disminuir años promedio de
estudio (¿pérdida de capital humano?). En tanto que en las DAM de atracción pueden
contribuir a aumentar el porcentaje de PET (disminución de la relación de dependencia
demográfica, ¿bono demográfico?) y con posibilidades (no muy altas) de aumentar años
promedios de estudio. De todos modos, en el contexto de la heterogeneidad socioterritorial de
Argentina los resultados empíricos observados en los estudios sobre los impactos de la
migración interna en estos indicadores no son tan claros ni lineales, lo cual dificulta la
sencillez de cualquier generalización (Busso, 2007).
Como puede observarse en el cuadro 4, la migración altera variables como la edad, el sexo y
el nivel educativo. Los impactos de la migración en el año 2001 han contribuido a disminuir
la relación de dependencia demográfica en las provincias de atracción y a aumentarla en las
provincias de expulsión, ya que en las provincias de expulsión aumenta el porcentaje de niños
y adultos mayores en relación a la PET. La composición por sexo de los flujos migratorios
depende de varios factores que tienen que ver con las condiciones de expulsión de las
provincias de origen y las condiciones de atracción de las provincias de destino. El aumento
28
en el índice de masculinidad por migración indica que crece la proporción de hombres
respecto a mujeres, en este caso por efecto de la migración interna. Argentina presenta al año
2001 una situación muy variada para los distintos tipos de provincias, aunque son mayoría (10
de 12) las provincias con tasa de migración neta (TMN) positiva que ganan índice de
masculinidad (excepto Córdoba y Tierra del Fuego).
Las provincias de Catamarca, San Luis y La Rioja son provincias que han sido durante el
modelo de sustitución de importaciones expulsoras de población pero luego de los regímenes
de promoción industrial fueron provincias de atracción. Estas tres provincias también han
aumentado su índice de masculinidad por efecto de la migración interna, y ello se explica, por
lo menos en parte, por el tipo de actividades productivas que crecieron durante la promoción
industrial (minería, industrias alimenticias, metalmecánica, química, textil, construcción, etc.)
y las inversiones en infraestructura pública que se realizaron en las dos últimas décadas.
Diferente es el caso de la Provincia de Santiago del Estero que históricamente ha sido
expulsora de población y es una de las provincias de mayor nivel de pobreza, y en este caso
expulsa una proporción mayor de mujeres que de hombres. Otro caso muy particular es
Capital Federal, que es la división administrativa de menor índice de masculinidad (82,29) y
en donde la migración tiene el más alto impacto en la reducción del índice (-0,79%). En este
caso se requeriría analizar con más detalle la composición por sexo de los flujos de
inmigrantes y emigrantes, pero evidentemente la alta proporción de adultos mayores que tiene
esta jurisdicción (23,57%) ofrece una pista para futuras investigaciones, dado la mayor
esperanza de vida de las mujeres.
En el caso de la educación, los resultados en Argentina no son claros, en general
ambivalentes, al igual que en otros países como Brasil y Chile, Bolivia. Tanto el promedio de
años de estudio como el porcentaje de profesionales tiende a aumentar tanto en las provincias
de expulsión como de atracción (Busso, 2006; Busso y Rodríguez, 2009), y no existirían
evidencias que la migración contribuya a equilibrar el capital humano en las distintas
jurisdicciones. Si bien hace falta profundizar estos tipos de estudios con la ronda censal de
2010 y otras fuentes de datos, las investigaciones disponibles permiten hipotetizar que los
migrantes internos tienen, en comparación con los no migrantes, una composición de mayor
desempleo y menor porcentaje de personas propietarias de viviendas pero mayor nivel
educativo.
Los impactos de la migración interna en las variables seleccionadas no son nulos (positivos o
negativos), en general de efecto bajo (0,01 a 2,5%, en gran parte de los indicadores), pero
debe tenerse en cuenta que en el mediano y largo plazo efectos bajos son acumulativos. En
29
este marco, la migración interna tiene impacto cualitativo por una doble vía, por el lado de los
emigrantes y por el lado de los inmigrantes, que en términos netos puede dar un balance
positivo o negativo, dependiendo de las característica particulares de esos flujos de
población. Puede, por ejemplo, contribuir por varias vías a consolidar y reproducir las áreas
expulsoras de población, una de ellas es que aumentan la relación de dependencia
demográfica por efecto de la emigración, y por esa vía contribuyen a diluir los ingresos y los
recursos disponibles en el hogar y, por otro lado, por qué la población emigrante de un área
suele tener una composición de mayor nivel educativo y mejor salud que la población no
migrante, diluyendo también el denominado capital humano de un territorio expulsor.
CUADRO 4:
Argentina. Provincias que ganan y pierden población según tasa de migración neta. Variables
seleccionadas y variación originada (en %) por migrantes interprovinciales recientes. Personas
mayores de 5 años. Censo de Población y Vivienda 2001.
Continúa
Provincia
Edad Sexo Educación
Edad promedio
Variación por
migración
Relación de dependencia
Variación por
migración (%)
Índice de Masculinidad
Variación por
migración
Años de estudio
promedio 30-59 años
Variación por
migración
Provincias de atracción de población (TMN +)
Buenos Aires 35,20 -0,06 0,46 -0,02 94,01 0,03 9,19 0,10
Catamarca 31,21 0,21 0,50 0,03 98,35 0,31 9,07 0,14
Córdoba 35,13 -0,18 0,46 -0,51 93,66 -0,05 9,57 -0,25
Chubut 31,72 0,20 0,44 0,65 99,74 0,21 8,90 0,43
La Pampa 34,63 0,29 0,47 1,26 98,96 0,18 8,66 0,08
La Rioja 30,68 -0,24 0,49 -1,98 99,39 0,52 9,27 0,04
Neuquén 30,45 0,24 0,44 -0,34 98,72 0,04 8,99 0,50
San Juan 32,63 0,09 0,47 0,87 94,17 0,17 9,03 0,19
San Luís 32,57 0,07 0,47 -1,22 98,69 0,53 9,06 0,36
Santa Cruz 30,80 -0,38 0,43 -0,65 103,86 1,04 9,50 0,11
Santa Fe 35,56 -0,08 0,48 0,00 93,43 0,01 9,35 -0,13
Tierra del Fuego 29,15 -0,36 0,42 -1,94 104,69 -0,05 10,15 0,19
30
CUADRO 4:
Argentina. Provincias que ganan y pierden población según tasa de migración neta. Variables
seleccionadas y variación originada (en %) por migrantes interprovinciales recientes. Personas
mayores de 5 años. Censo de Población y Vivienda 2001.
Nota: El porcentaje de profesionales corresponde efectivamente a quienes terminaron la educación universitaria, de 30 a 59 anos. Fuente: Elaboración propia, con base en CELADE/CEPAL, procesado a partir de datos censales del año 2001.
V. CONCLUSIONES
La población y el territorio en su dinámico vinculo histórico constituyen la materia prima de
lo hoy llamamos proceso de desarrollo en las sociedades con relaciones sociales de tipo
capitalistas. La reconfiguración territorial del capital ha afectado y afectará la división
territorial del trabajo y la dinámica de las fuerzas de atracción y expulsión en los diferentes
territorios que componen desde hace dos siglos lo que hoy es la Republica Argentina. Mirado
en perspectiva histórica de la transición demográfica, la migración es un elemento central para
Provincia
Edad Sexo Educación
Edad promedio
Variación por
migración
Relación de dependencia
Variación por
migración(%)
Índice de Masculinidad
Variación por
migración
Años de estudio
promedio 30-59 años
Variación por
migración
Provincias de expulsión de población (TMN -)
Capital Federal 41,19 -0,06 0,44 -2,70 82,29 -0,79 12,24 0,53
Corrientes 30,87 0,26 0,51 0,96 96,69 0,03 8,07 -0,26
Chaco 29,98 0,34 0,52 1,25 99,01 -0,08 7,42 0,22
Entre Ríos 33,92 0,37 0,49 1,29 95,44 0,18 8,68 0,17
Formosa 29,29 0,35 0,55 1,59 100,18 0,00 7,87 0,25
Jujuy 30,08 0,36 0.49 1,96 96,42 0,12 8,53 0,37
Mendoza 33,83 0,08 0,48 0,19 94,10 -0,09 8,99 0,06
Misiones 29,17 0,36 0,54 1,44 100,29 0,14 7,49 0,43
Río Negro 32,14 0,49 0,46 1,12 98,23 -0,10 8,60 0,39
Salta 29,93 0,29 0,51 1,13 97,32 0,03 8,66 0,50
Santiago del Estero 30,62 0,29 0,53 1,29 100,07 0,22 7,72 0,36
Tucumán 31,84 0,01 0,47 0,15 95,91 -0,12 8,79 -0,23
31
entender la distribución territorial de la población. En este sentido, la dinámica de la
población en su interrelación con el proceso de desarrollo ha generado en Argentina, al igual
que en otros países de la región, un continuo y persistente proceso de urbanización que no se
repetirá en el próximo siglo. La migración ha jugado un papel de alta ponderación en la
distribución territorial, reproduciendo cambios cualitativos desde una sociedad
predominantemente rural, agraria y joven, hacia una sociedad urbana, de servicios y en pleno
proceso de envejecimiento.
En este trabajo se han abordado algunos procesos de esa relación y algunos temas respecto a
los impactos de la migración interna interprovincial. La migración, a diferencia de la
movilidad territorial, implica cambio de residencia de forma permanente, lo cual conlleva una
decisión y una estrategia de vida del individuo, hogar o grupo familiar. Desde la teoría del
desarrollo la migración ha sido un proceso difícil de modelizar, por la cantidad, diversidad y
dinámica de los niveles territoriales de análisis, más aún en procesos de cambio social
acelerado como las últimas décadas. Aunque en América Latina y Argentina puede observarse
una intensidad decreciente de la migración interprovincial, a lo largo del tiempo sus
consecuencias son acumulativas. En este sentido, la migración puede contribuir a consolidar y
ampliar situaciones de disparidades territoriales si no hay políticas en sentido contrario que las
contrarresten. De hecho, para la provincias expulsoras los indicios presentados en este trabajo
no aportan pruebas para pensar que la migración interna favorezca la convergencia en los
niveles de desarrollo. De hecho, todo lo contrario, los impactos sociodemográficos analizados
sobre la composición de edades, sexo y nivel educativo para el año 2001 dan algunas
indicaciones que las provincias sistemáticamente expulsoras de población, las que en general
aumentan su relación de dependencia demográfica y su índice de masculinidad respecto a las
áreas de atracción o migración neta positiva.
La migración tiene sus impactos en procesos complejos que definen la competitividad, la
equidad y la sustentabilidad de los territorios, y por lo tanto es un aspecto a tener en cuenta en
las políticas de desarrollo en las distintas escalas territoriales. Lo ha sido de forma muy
importante en los dos últimos siglos, y de forma diferente lo será en el siglo que viene. Pero,
de todos modos, se requiere profundizar en estas intersecciones, dado que la orientación
territorial y la composición de los flujos de migración interna será un factor de creciente
importancia en la composición de edades y en la distribución territorial de la población. Por
otro lado, esto implicará revisar los alcances y limitaciones de los censos y otras fuentes
secundarias para el estudio de la migración y la movilidad interna, como así también la
necesidad de complementarlas con otras fuentes de información dada la dinámica urbana de
32
los procesos de movilidad y migración (CEPAL, 2012). Por último, la experiencia argentina
muestra que los cambios en el entorno macroeconómico y las políticas públicas impactan en
los flujos migratorios y tiene efectos de mediano y largo plazo, como ilustran los casos de las
provincias patagónicas y cuyanas y las áreas urbanas mayores de Argentina. Los planes
urbanos de las áreas metropolitanas, los planes estratégicos sectoriales y los planes de
ordenamiento territorial hoy constituyen herramientas de política difundidas en todos las
provincias Argentinas, en este marco la comprensión de las tendencias y los impactos de los
flujos migratorios puede constituir un punto de encuentro entre la sistematización teórica y
empírica con las políticas de desarrollo territorial para los años que se avecinan.
VI. BIBLIOGRAFÍA BID-CEPAL. (1996). “Impacto de las tendencias demográficas sobre los sectores sociales en América Latina: contribución al diseño de políticas y programas”. LC/DEM/G.161, Santiago de Chile. Busso, G. (2008) “Población, migración interna y desarrollo. Argentina, Región Pampeana y Provincia de Córdoba después del modelo de crecimiento por sustitución de importaciones”. En El nexo entre Ciencias Sociales y Políticas: Migración, Familia y Envejecimiento. “Migración interna, movilidad espacial y reconfiguraciones territoriales: fuentes de datos, metodología y estudios”. Celton, D. ; Ghirardi, M y Peláez, E. (Editores). UNESCO-Universidad Nacional de Córdoba. Busso, Gustavo. (2007). “Impactos socio-demográficos de la migración interna interprovincial en Agentina a inicios del siglo XXI”. Seminario internacional sobre “Migración y desarrollo: el caso de América Latina”. CEPAL, Santiago de Chile, 7 y 8 de agosto de 2007 Busso, Gustavo. (2008). “Impactos sociodemográficos de la migración interna. Brechas sociales e impactos de la migración interna en Argentina, Bolivia, Brasil y Chile a inicios del Siglo XXI”. Revista Notas de Población Nº 82. CEPAL-CELADE –Naciones Unidas. Santiago de Chile. Autor. Busso, G. y Carniglia E. (2013) “Políticas de Desarrollo para los municipios del Gran Río Cuarto. Diagnósticos, agendas y proyectos”. Editorial UNIRIO. Argentina Camagni, R. (2005). “Economía Urbana”. Antoni Bosch, Editor, S.A., Barcelona. CEPAL. (2012). “Población, territorio y desarrollo sustentable”. (LC/I. 3474(CEP.2/3)). Santiago de Chile. CEPAL (2010)- “La hora de la igualdad. Brechas por cerrar, caminos por abrir”. Naciones Unidas. Santiago de Chile. CEPAL. (2006). “Migración internacional, derechos humanos y desarrollo en América Latina y el Caribe. Síntesis y conclusiones”. Naciones Unidas-CEPAL-CELADE. Santiago de Chile. CEPAL (1998) “Cincuenta años de pensamiento en la CEPAL. Textos seleccionados” Tomo I y II. Santiago de Chile. Chackiel, Juan. (2004). “La dinámica demográfica en América Latina”. CELADE-CEPAL. Santiago de Chile. Domenach, H. y M. Picouet (1996). “Las migraciones”. Universidad Nacional de Córdoba. Dos Santos, T. (2003) "La Teoría de la Dependencia. Balance y Perspectivas". Plaza Janés. Buenos Aires. Argentina. Ebanks, Edwards. (1993). “Determinantes socioeconómicos de la migración interna”. CELADE-CEPAL. Santiago de Chile. Furtado, C. (1974) “Teoría y Política del Desarrollo Económico”. Editorial Siglo XXI. Argentina. Gorenstein, S.; Hernández, J. y Landriscini, G. (Comp.) (2012) "Economía Urbana y Ciudades Intermedias: Trayectorias Pampeanas y Norpatagónicas". Programas de estudios Sociales Agrarios. Buenos Aires, CICCUS. Infante R. y Gerstenfeld, P. (2013) “Hacia un desarrollo inclusivo el caso de la Argentina”.
33
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1
7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-
OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN
27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015
Mesa 13: Desigualdad y Vulnerabilidad Social
Juventud Sostenible 1/2/3
PALABRAS CLAVES:
Jóvenes – Vulnerabilidad – Mercado Laboral
1-CONTEXTO SOCIOECONOMICO DEL GRAN RIO CUARTO
La población de la ciudad, está compuesta por aproximadamente 170556 personas, distribuidas en
alrededor de 60501 hogares.
Es una población joven, donde menos del 11,8% tiene más de 65 años, alrededor de un 66,1% tiene
edades que oscilan entre 15 y 65 años La mediana corresponde a una edad de 32 años.
Presenta un buen nivel educativo. Un 18% aproximadamente de la población mayor a 20 años alcanzó
un estudio superior completo y un 4,5% de la población mayor a 4 años, no posee instrucción.
El 43,8% de los hogares declara jefe mujer. Alrededor del 56,8% de los hogares son propietarios de la
vivienda que habitan, y un porcentaje importante, de alrededor del 29,9%, alquila.
En cuanto al acceso a servicios esenciales, una amplia mayoría de los hogares dispone de acceso a
servicios sanitarios dentro de su propia vivienda, un importante número tiene conexión de gas de red y
dispone de agua potable.
Si los indicadores se refieren al mercado laboral, en los últimos períodos, los índices de desocupación
toman valores menores a dos dígitos. En el segundo trimestre de 2014 el porcentaje de desocupados en
el Gran Río Cuarto es del 9,6%, algo por encima de la desocupación promedio del país que es del
7,5%.
1 Cra. Silvia Butigué. Profesor Asociado, Facultad de Ciencias Económica UNRC, ([email protected]). 2 Cra. Graciela Recabarren. Profesor Titular, Facultad de Ciencias Económicas UNRC, ([email protected]) 3 Cr. Carlos Marchesini. Profesor Titular, Facultad de Ciencias Económicas UNRC, ([email protected])
2
En el periodo considerado, los desocupados más los subocupados, o sea las personas que declaran
algún problema de empleo, en Río Cuarto, son un 15,5% de la población económicamente activa y en
el país ese porcentaje es del 16,9.
La ocupación que más se repite en el mercado laboral de Río Cuarto, es la del obrero o empleado del
sector comercial o de servicios.
Dentro de los asalariados, prácticamente el 38,2% declaran que no le realizan aportes a un sistema
previsional, pero si se considera solo a las personas ocupadas en el servicio doméstico, ese porcentaje
asciende al 74,4%.
Se destaca que un 31,3% de los desocupados son jefes de hogar
Un 19% de los desocupados no declara actividad anterior, y el resto que sí declara haber trabajado
antes, proviene fundamentalmente del sector de la construcción y del servicio doméstico.
La clase pasiva riocuartense, integrada por 23.750 jubilados y pensionados, constituye el 26,9% del
total de población inactiva, siendo en esa categoría la cantidad de mujeres más del doble de los
varones. El porcentaje mayor de inactivos lo constituyen los estudiantes que representan un porcentaje
del 40,3%.
La brecha de ingresos entre los ingresos promedio por personas de los hogares más pobres con
relación a los que más tienen, es del alrededor de 18,5 veces, lo que significa que si se divide la
población según deciles de hogares, en los hogares del último decil, ingresan 18,5 ingresos promedios
por persona del primer decil. En el primer decil un 15,0% de las personas, se distribuyen el 2,9% de
los ingresos de la ciudad; en el último decil el porcentaje de personas es del 6,6% y se distribuyen el
23,5% de los ingresos.
En general, los datos del segundo trimestre de 2014, reflejan un desmejoramiento en la evolución de la
mayoría de los indicadores socioeconómicos de la ciudad de Río Cuarto. Muestran una situación
desfavorable si se la compara con el trimestre inmediato anterior, y peor aún si se los compara con
respecto al promedio de los aglomerados en donde se releva la Encuesta Permanente de Hogares.
2-SITUACION PROBLEMÁTICA
Los datos de la referida encuesta, indican una población urbana radicada en la ciudad de Río Cuarto de
alrededor de 170.000 personas, poniendo de manifiesto un incremento en el número de habitantes del
7,6% con relación al dato captado en el año 2006.
En general, los indicadores socioeconómicos correspondientes a esta población, se han comportado
siguiendo las tendencias de los indicadores que registran el resto de los aglomerados urbanos del país,
asumiendo en la mayoría de los casos, valores muy cercanos a los promedios que corresponden al total
país.
3
Estas series de datos que se representan en valores estadísticos, nos reflejan la situación en que se
encuentra, tanto la ciudad de Río Cuarto como los demás aglomerados urbanos en donde el INDEC
aplica la Encuesta Permanente de Hogares.
Los registros correspondientes al 2º trimestre de 2014 muestran un deterioro en la mayoría de los
datos, fundamentalmente en los que describen la situación del mercado laboral.
Este desmejoramiento repercute en los indicadores de calidad de vida que se refieren al grado de
satisfacción de determinadas necesidades del núcleo social, ya sea familia, hogar, ciudad o país.
La calidad de vida, entendida como una expresión del desarrollo, involucra áreas de nutrición, salud,
educación, derechos humanos, seguridad social, vivienda, seguridad laboral.
Por ello y considerando que la población más joven es la que tradicionalmente se ha visto más
afectada por el desempleo y la incertidumbre, se focaliza el análisis en el segmento de la población
menor a los 30 años, siguiendo la evolución registrada por algunos de sus indicadores en los últimos
años, así como realizando una evaluación comparativa con los indicadores correspondientes al
promedio del total país.
Hace ya muchos años que las dificultades de empleo son un tema central de la realidad social y
económica del país y constituyen una de las principales causas del deterioro en las condiciones de vida
de amplios segmentos de la población.
El problema de la inserción laboral deriva básicamente de la incapacidad del sistema socioeconómico
para generar suficiente cantidad de puestos de trabajo.
La tasa de participación de los jóvenes argentinos en el mercado laboral se ha venido reduciendo en
los últimos años, así como también se empeoró la participación de las mujeres en dicho mercado.
Según datos elaborados por la OIT en base a la EPH de los años 2005 y 2011, Argentina tiene una
marcada y concentrada tendencia al desempleo en la población de jóvenes, manifestando un riesgo de
desempleo juvenil superior al 20 %, lo que duplica el porcentaje observado en la población adulta.
Según estas variables la posibilidad de desempleo extrema alcanzaría al 40 % de los jóvenes
argentinos en promedio y desglosando la cifra por género correspondería al 51,5 % en las mujeres y
solo el 36 % en los hombres.
La precarización laboral encuentra a los jóvenes como su principal víctima.
Los problemas de desempleo y precariedad juvenil parecen ser el resultado de una combinación entre
la evolución macroeconómica general y el surgimiento de una serie de complejos factores sociales.
A veces son los jóvenes con menores credenciales sociales y educativas los que primero ocupan
espacios en el mercado laboral, urgidos por sus propias necesidades, pero también son los últimos en
obtener un empleo de calidad.
3-LOS JÓVENES EN EL MERCADO LABORAL DE RIO CUARTO
4
Según las últimas mediciones, correspondientes al 2º trimestre 2014, el número de jóvenes
comprendidos entre los 18 y los 30 años alcanzó la cifra de 36.643, registrando un incremento con
relación al año 2006 del 14 %.
Puede observarse en el Gráfico 1, que entre los años comparados existe un incremento mayor en la
porción de la población mayor a los 50 años, registrando un aumento considerablemente mayor que el
correspondiente al grupo más joven, lo que origina un achatamiento en la pirámide poblacional.
Elaboración Propia - Fuente EPH – INDEC – -
Ahora bien, la situación que presenta este segmento de la población en el mercado laboral de Río
Cuarto, tanto en el año 2006, como en el 2014, se refleja en el cuadro 1:
Cuadro 1
Población entre 18-30 años Según Estado
Aglomerado
Río Cuarto
Año
2006
AÑO
2014
Año
2006
AÑO
2014
Ocupados 17.263,0 20.014 57,7% 54,6%
Desocupados 2.932,0 3.702 9,10% 10,1%
Inactivos 11.949,0 12.927 37,20% 35,3%
Totales 32144 36643 100% 100%
Elaboración Propia - Fuente EPH – INDEC – -
Si bien en el periodo considerado, el número de ocupados creció porcentualmente un 16 % sobre los
ocupados que había en el 2006, también en el mismo período se incrementa el número de desocupados
en un 26,26 % sobre la base del mismo año 2006.
5
Considerando el peso relativo que presenta cada estado en cada uno de los trimestres considerados,
puede advertirse un incremento en el peso relativo de los ocupados y de los desocupados jóvenes de
Río Cuarto, al tiempo en que disminuye el peso relativo de los inactivos.
Aunque el mayor porcentaje sigue correspondiendo a los ocupados, no se desprende de él que tipo de
ocupación tienen.
En el cuadro 2, se discrimina la población total de la ciudad de Río Cuarto, según estado, ocupados
desocupados e inactivos.
La categoría ocupacional discrimina básicamente entre ocupados que trabajan en forma independiente
de aquellos que estando en relación de dependencia las formas y condiciones organizativas de la
producción le son dadas y también los instrumentos instalaciones o maquinarias, aportando ellos su
trabajo personal.
Cuadro 2
Población Total, Según Estado
Aglomerado Río Cuarto Año 2014
Ocupados 74.117 51,32%
Desocupados 7.834 5,42%
Inactivos 62.475 43,26%
Totales 144.426 100,00% Elaboración Propia - Fuente EPH – INDEC – -
Ahora bien, comparando los indicadores relativos a los jóvenes (cuadro 1) con los registrados en el
total de la población de Río Cuarto (cuadro 2), para el segundo trimestre de 2014 podemos observar
cómo se comportaron los jóvenes con relación al total de la población de Río Cuarto.
Estas cifras reflejan la peor situación que presentan los jóvenes de la ciudad con relación al resto de
los pobladores de Río Cuarto, ya que el porcentaje de desocupados de jóvenes entre 18 y 30 años, casi
duplica al porcentaje correspondiente al total de la población. Recordemos que los desocupados para
EPH son aquellos que no tienen ocupación y la buscan activamente.
Si bien el porcentaje correspondiente a ocupados, se incrementa en el mismo periodo pasando del
51,32% al 54,6%, veremos en el cuadro siguiente, cómo se distribuyen los jóvenes de Río Cuarto,
considerando su Categoría Ocupacional tanto en el año 2006 como en el año 2014.
Cuadro 3
Población entre 18-30 años Según Categoría Ocupacional
Aglomerado
Río Cuarto
Año
2006
AÑO
2014
Año
2006
AÑO
2014
Patrón 810 413 4,70% 2,10%
6
Cuenta propia 2.273 3.145 13,20% 15,70%
Asalariados 14.013 16.173 81,20% 80,80%
Trabajador Familiar 167 283 1,00% 1,40%
Totales 17.263 20.014 100,00% 100,00% Elaboración Propia - Fuente EPH – INDEC – -
La categoría Patrón, que disminuye porcentualmente más de dos puntos en el lapso considerado,
representa a aquellos ocupados que declaran tener empleados a cargo.
Se incrementa casi en igual medida el porcentaje de cuentapropistas, englobando a quienes trabajan
por su cuenta en ocupaciones que muchas veces son de extrema precariedad, mientras que continúa
siendo mayoritario el porcentaje correspondiente a los asalariados.
Los asalariados declaran estar en relación de dependencia, aunque no se distingue si su empleo es
formal o informal.
Se considera que un asalariado tiene un empleo formal si en la ocupación le realizan aportes
jubilatorios en contraposición a aquellos asalariados que ostentan una ocupación informal sin ningún
tipo de descuento.
En el cuadro 4 se discriminan los asalariados, según tengan o no tengan descuentos jubilatorios, en
ambos períodos analizados.
Cuadro 4
Población entre 18-30 años Ocupada Asalariada Según Descuento Jubilatorio
Aglomerado Río Cuarto
Año
2006
AÑO
2014
Año
2006
AÑO
2014
Con Descuento 6653 6683 47,00% 41,00%
Sin descuento 7360 9535 53,00% 59,00%
Totales 14013 16218 100,00% 100,00% .Elaboración Propia - Fuente EPH – INDEC – -
La informalidad laboral en los jóvenes asalariados de Río Cuarto, casi alcanza al 60 % de los
asalariados de entre 18 y 30 años.
La tasa de informalidad que surge de la encuesta, está medida solo respecto de quienes declaran tener
un empleador, pero muchos analistas coinciden en que entre quienes realizan tareas por su cuenta, el
problema de la falta de aportes, es aún mayor.
El trabajo no registrado que afecta a tantos trabajadores a quienes no les realizan aportes al sistema de
seguridad social, constituye una seria problemática en el mercado laboral argentino. Implica la
7
carencia de todos los derechos y beneficios que prevé la ley para los trabajadores en relación de
dependencia. Es decir que aunque solo se les pregunta a los encuestados si les realizan descuentos
jubilatorios, quienes carecen de ese ahorro previsional tampoco tienen acceso a otros beneficios
previstos en la legislación laboral, como la cobertura de la obra social o la protección ante riesgos de
trabajo.
Si comparamos los datos de los cuadros 4 y 5, vemos que la situación de la población total de Río
Cuarto, ocupada y con descuento jubilatorio representa el 62% aproximadamente, mientras que la
situación de los jóvenes trabajadores se muestra más precaria ya que la población ocupada entre 18 y
30 años , con descuento jubilatorio solo alcanza el 41%.
Cuadro 5
Población Total Según Estado
Aglomerado Río Cuarto Año 2014
Con descuento 31.953 61,79%
Sin descuento 19.760 38,21%
Totales 51.713 100% Elaboración Propia - Fuente EPH – INDEC – -
Otro indicador importante acerca de la calidad del empleo que registran los jóvenes de Río IV, se
refiere a los que teniendo una ocupación, declaran estar buscando otra.
Cuadro 6
Población mayor a 18- 30 buscan otro trabajo
Aglomerado
Río Cuarto
Año
2014
buscan 5.100 25,48%
No buscan 14.913 74,52%
Totales 20.013 100,00%
Elaboración Propia - Fuente EPH – INDEC – -
El hecho de que una persona que ya posee una ocupación, manifieste estar buscando otra, muestra un
grado de insatisfacción respecto de su ocupación actual, ya que la búsqueda se orienta a reemplazar la
ocupación actual o complementarla.
En muchos de estos casos, el descontento obedece a que la ocupación actual es precaria o de magros
ingresos.
La búsqueda de otra ocupación, por parte de los jóvenes de Río Cuarto, se ha incrementado
8
dramáticamente en los últimos ocho años al pasar del 9 % de la población ocupada al 25,5 %.
Este fuerte aumento en la variable de búsqueda, se registra en casi la totalidad de los aglomerados en
donde el INDEC aplica la encuesta, los que es su gran mayoría asumen un porcentaje superior al 15 %
de los ocupados.
Como la calidad de la ocupación muchas veces tiene una relación directa con el grado de instrucción
alcanzado por el postulante, es importante analizar el nivel educativo de la población.
En general, es reconocida la relación que existe entre escolaridad y presencia en el mercado laboral.
A menor nivel educativo, más baja será la probabilidad de acceder a empleos de calidad y alta
productividad.
En el caso particular de los jóvenes, su escasa participación en el mercado laboral, podría resultar
auspiciosa si se debiera a que están dedicados a los estudios. Sin embargo entre los jóvenes de bajos
recursos, un alto porcentaje, no son económicamente activos ni estudian.
Estos magros ingresos presentes y futuros perpetúan la inequidad, fomentando la transmisión
generacional de la pobreza.
Dado que la educación condiciona la futura inserción laboral, veamos la situación que presentan los
jóvenes de Río Cuarto en cuanto a su escolaridad.
4-NIVEL EDUCATIVO DE LOS JOVENES DE RIO CUARTO
El nivel educativo medido en grado de asistencia a algún nivel de educación formal, indica para los
jóvenes de Río Cuarto en el segundo trimestre de 2014 una escolaridad primaria del 16,1 %,
secundaria del 38,8 % y superior del 45 1 %.
Este buen nivel de instrucción, desglosado según hayan o no completado cada ciclo, se muestra en el
cuadro siguiente
Cuadro 7
Población entre 18-30 años Según Nivel Educativo en %
Aglomerado
Río Cuarto
Prim.
Incom.
Prim
Comp.
Sec.
Incom.
Sec.
Comp.
Sup.
Incom.
Sup.
Comp.
Sin
instruc.
Totales
Año 2006 3,38% 7,92% 16,48% 14,79% 46,87% 10,34% 0,21% 100%
Año 2014 9,5% 6,6% 21,3% 17,5% 37,9% 7,20% 0% 100%
Elaboración Propia - Fuente EPH – INDEC – -
Si bien el nivel educativo siguió siendo bueno comparándolo con los registros del 2006, en los últimos
8 años crecieron los porcentajes correspondientes a los niveles de escolaridad primaria y secundaria
incompletos al tiempo en que decrecen los valores correspondientes al nivel de educación superior
9
tanto completo como incompleto.
5-CONCLUSIONES
El análisis comparativo de los indicadores correspondientes a los periodos 2006 – 2014 muestra que,
la situación de los jóvenes en la ciudad de Río Cuarto ha desmejorado en los últimos años. También
resulta desfavorable la comparación de algunos indicadores con los correspondientes al total de la
población de la ciudad o al promedio correspondiente al total país.
Los jóvenes que no tienen ocupación y buscan activamente insertarse en el mercado laboral superan
porcentualmente al número de desocupados del total de la población de Río Cuarto.
La gran mayoría de los jóvenes ocupados de la ciudad, al igual que el resto de los ocupados de la
ciudad y del país declaran relación de dependencia. Sin embargo es mucho más precaria la situación
de la población joven dado a que casi al 60 % de estos asalariados no se les realizan aportes
jubilatorios, lo que supera en casi 15 puntos al porcentaje de asalariados en negro de la población de
Río Cuarto.
La búsqueda activa de otra ocupación, también es un indicador del grado de insatisfacción del ocupado
y las últimas mediciones indican que uno de cada cuatro jóvenes ocupados está buscando otra
ocupación.
Un desarrollo sostenible requiere de jóvenes que enfrenten una diversidad de desafíos en términos de
igualdad de oportunidades tanto en la búsqueda de puestos de trabajo como en la participación en la
toma de decisiones que afectarán sus vidas.
Un joven que no está capacitándose, que no encuentra un trabajo que dignifique su vida, corre un serio
riesgo de caer en la marginalidad y muchas veces en la delincuencia. Si a su vez se trata de un joven
que es jefe de hogar, el riesgo y la precariedad se multiplican, afectando a todos y cada uno de los
miembros de su hogar.
10
6-BIBLIOGRAFIA
• Bases Usuarias publicadas en página Web de INDEC -Cuarto Trimestre 2006-2014.
• Fernández Wagner, V. (2009): “Informe Socio Demográfico”. UDER Río Cuarto, Secretaría
de la Dirección de Comunicación e Investigación, Junio. Río Cuarto.
• Informe Socio demográfico, UDER Rio Cuarto, Secretaría de la Dirección de Comunicación e
Investigación – Elaborado por: Lic. Verónica Fernández Wagner- Junio 2009.
• Nota: Capacitan a más de 200 jóvenes que no estudian ni trabajan- Editorial: Editorial
Fundamento S.A-Fecha Edición: 07/09/2010.
1
7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-
OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN
27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015
Mesa 13: Desigualdad y Vulnerabilidad Social
Los Jóvenes y la Cuestión Social Hoy, en Rivadavia – San Juan.1
PALABRAS CLAVES
Jóvenes Vulnerables, Activos, Oportunidades
RESUMEN
El trabajo se propone abordar algunos aspectos relacionados con la vulnerabilidad y exclusión
social de los jóvenes del departamento Rivadavia-San Juan. Se inscribe en el marco teórico
“…la cuestión social...” (Castel, 1997); incluyendo también los conceptos de estructura de
oportunidades y activos (Filgueira, 2001). Ambos enfoques son superadores de los estudios
sobre pobreza, dado que ellos realizan un análisis estático de una situación cambiante; a la vez
que no privilegian los recursos disponibles de las personas para salir del estado de pobreza.
El concepto de vulnerabilidad, en cambio, alude a una situación inestable e intermedia “…que
conjuga la precariedad del trabajo y la fragilidad de los soportes de proximidad…” (Pérez
Sosto y Romero, 2007). Es posible superar esa situación gris en base a las condiciones que
ofrecen el entorno y aquellas que desarrollan los propios sujetos.
A partir de los datos censales disponibles y publicados del Cen’2010 (INDEC), se
seleccionaron jóvenes de ambos sexos entre 15 a 24 años de edad. El territorio elegido
corresponde al departamento Rivadavia, integrante del Aglomerado Metropolitano Gran San
Juan. La cercanía con la Ciudad y departamento Capital, sumado a la oferta educativa-laboral
del contexto escogido, se presumen favorables tanto a la inserción en el sistema educativo
formal como al mercado de trabajo de los jóvenes, descartándolos como potenciales
1 María Virginia Córdoba ([email protected]); Florencia Ferreyra ([email protected]). Alumnas Promoción 2015 de la Cátedra Sociología de la Población. 4° Año. Licenciatura y Profesorado en Sociología. Departamento Sociología. FACSO. UNSJ. La ponencia elaborada y presentada en el 7° Encuentro tiene su antecedente inmediato en el trabajo monográfico realizado en el Espacio de Integración Curricular Núcleos Problemáticos III de las Carreras Lic. y Prof. en Sociología.
2
obstáculos en el espectro de los condicionantes de la vulnerabilidad y/o exclusión,
dimensiones que se indagarán en el presente estudio. Las categorías de análisis comprenden:
“oportunidades” y “activos” —a través de sus dimensiones: “nivel educativo”, “condición de
actividad”, “tenencia y manejo de computadora”—, “sexo” y “edad”.
¿POR QUÉ PREOCUPARNOS DE LOS JÓVENES LOCALES?
- ¿Es suficiente la estructura de oportunidades que ofrece el contexto de Rivadavia a los
jóvenes allí residentes?
- ¿Poseen una cartera de activos adecuada para insertarse en el ámbito laboral?; ¿Dicha
posesión condiciona esas oportunidades?
- ¿Acaso las diferencias de género inciden en las posibilidades laborales de los jóvenes
en estudio?
MARCO REFERENCIAL
Se abordarán algunos aspectos relativos a la vulnerabilidad y exclusión social de los jóvenes
de Rivadavia, dentro de los lineamientos de “…la cuestión social…” (Castel, 1997) y los
conceptos de estructura de oportunidades y activos (Filgueira, 2001). Dichos enfoques son
superadores de los estudios sobre pobreza, por cuanto ellos representan un análisis estático de
situaciones cambiantes y no tienen en cuenta los recursos disponibles de las personas para
salir del estado de pobreza.
El concepto de vulnerabilidad, en cambio, alude a una situación inestable e intermedia “…que
conjuga la precariedad del trabajo y la fragilidad de los soportes de proximidad…” (Pérez
Sosto y Romero, 2007). Dicha situación puede ser superada en base a las condiciones que
ofrecen el entorno y aquellas que desarrollan los propios sujetos.
El territorio elegido para este estudio es el departamento Rivadavia, localizado en el Gran San
Juan. Escogido, primordialmente, por considerar que su integración con la capital provincial,
configura dos zonas urbanas continuas. La principal ciudad de San Juan, su capital, brinda las
mejores posibilidades laborales, educativas y recreativas. Por otro lado, la oferta educativa y
laboral de Rivadavia puede evaluarse como satisfactoria, en comparación con otras zonas de
la provincia. Estos factores (cercanía con la ciudad capital, oferta educativa y laboral dentro
del departamento mismo), se presumen favorables a la inserción educativa y/o laboral de sus
jóvenes, descartándolos como condicionantes de situaciones de vulnerabilidad y/o exclusión,
dimensiones que se indagarán en el presente estudio.
3
OBJETIVOS
Las metas que guiaron el trabajo fueron:
• Analizar la situación de vulnerabilidad de los jóvenes entre 15 y 24 años, en el
departamento Rivadavia, en el año 2010.
• Describir la estructura de oportunidades que ofrece tal departamento.
• Caracterizar la cartera de activos de los jóvenes en estudio y describir en qué medida
influye ese portafolio de activos en su inserción laboral.
• Examinar cómo incide la condición de género en las posibilidades de inserción laboral.
HIPOTESIS
Los supuestos de partida:
• La cartera de activos que poseen la mayoría de los jóvenes que viven Rivadavia les
permitiría insertarse laboralmente.
• Los varones del departamento Rivadavia tendrían más posibilidades de conseguir trabajo
que sus pares mujeres en el mismo tramo etario.
LOS JÓVENES EN RIVADAVIA
El departamento Rivadavia está incluido en la zona urbano-metropolitana, conocida como
Gran San Juan, limita con Capital, Chimbas y Rawson. Es una de las entidades geográficas
con menor superficie (157 Km2), su población total alcanzó los 82.641 habitantes según el
Censo Nacional 2010. La variación intercensal entre 2001 y 2010, significó sólo un 8,5 por
ciento, lo que evidencia un ligero crecimiento demográfico, inclusive menor al promedio de la
provincia que fue del 9,8%.
Su población se distribuye en conglomerados urbanos, semi-urbanos y rurales, la villa
cabecera constituye una de las zonas más densamente pobladas y de mayor desarrollo
comercial, conocida con el nombre Punta de Rieles. En ella se encuentra el Municipio,
Seccional de Policía y Hospital M. Quiroga. Hacia el oeste va disminuyendo la densidad
poblacional, encontrándose una franja territorial despoblada que la separa de la villa de
Marquesado, localidad urbana con cierta gravitación económica. Hacia el sur se emplaza la
localidad denominada La Bebida, contexto en el cual se asienta un importante grupo de
población de bajos recursos y alta conflictividad social. Hacia el este, en las zonas limítrofes a
Capital se ubican los barrios de mejor posición socioeconómica.
La población objeto de análisis —jóvenes entre 15 y 24 años— de Rivadavia-San Juan,
representa el 18,0% de la población total del departamento; prácticamente significan una
4
quinta parte de la población. En este grupo etáreo la razón de masculinidad se aproxima al
100%, valor indicativo de paridad entre los varones y mujeres.
La característica más notoria es que la totalidad de la población en estudio es urbana, tanto
por su radicación como por el tipo de actividades que desarrollan.
Como ya fuera señalado, en el departamento, el área rural tiene escaso peso como tampoco
está habitada; en general, se localizan allí fincas de cultivo, que demandan mínima mano de
obra.
CONCEPTUALIZACIONES Y OPERACIONALIZACIONES INTERVINIENTES
ESTRUCTURA DE OPORTUNIDADES:
Según expresa Filgueira (2001) constituye “…la estructura de oportunidades que provienen
del mercado, del Estado y de la sociedad…”, conformada por a la presencia del Estado a
través de sus instituciones, en tanto aportan servicios directos (derivados de sus funciones
específicas) e indirectos (infraestructura vial, seguridad pública, servicios bancarios).
También, representan en sí mismos, un valor simbólico para la población de las zonas de
influencia. Las instituciones educativas tienen especial relevancia por ofrecer las principales
oportunidades para la educación de los jóvenes.
LOS JÓVENES Y LA ESTRUCTURA DE OPORTUNIDADES
Oportunidades ofrecidas por el Estado
En el departamento Rivadavia se ubican las principales instituciones académicas de la
provincia. La Universidad Nacional de San Juan dispone del Complejo Universitario Islas
Malvinas (CUIM) donde se localizan tres de sus cinco Facultades y Unidades Académicas de
otras Facultades —Departamento de Artes Plásticas de la FFHyA— y Laboratorios de
Agronomía de la FI— y, la Universidad Católica de Cuyo con prácticamente la totalidad de
sus Facultades y Escuelas universitarias.
Es destacable la presencia del Regimiento de Infantería de Montaña Nº 22, cuyo
emplazamiento dio origen a la Villa de Marquesado. Así como el Destacamento de
Gendarmería Nacional, constituyendo espacios referenciales importantes en el imaginario
colectivo sanjuanino.
También se encuentran radicados en el departamento el Hogar de Ancianos, la Escuela de
Policía, el Observatorio Astronómico Félix Aguilar, dependiente de la UNSJ, que dio
nacimiento a la Villa Observatorio.
5
El Dique Partidor San Emiliano fue construido en la zona Oeste del mencionado
departamento, significando una obra de gran envergadura y utilidad para la producción y
regadío público. En sus cercanías, el Complejo Recreativo El Pinar, junto al Instituto
Hidrobiológico de San Juan.
Respecto de la infraestructura sanitaria provincial, se sitúa el Hospital Marcial Quiroga, uno
de los dos hospitales generales de mayor complejidad.
Amerita precisar que existen en la zona numerosos centros educativos, tanto de gestión
pública como privada, en todos los niveles de enseñanza.
La red de transportes puede considerarse fluida, aunque no óptima, ya que conecta barrios de
este a oeste, pero no de norte a sur.
En cuanto a programas y planes gubernamentales dirigidos especialmente a jóvenes, se
pueden citar los siguientes: Plan Jóvenes por Más y Mejor Trabajo; Capital Semilla;
Programa Nacional de Alfabetización y Educación Básica para Jóvenes y Adultos
“Encuentro”; Programa Nacional de Becas Estudiantiles; Becas Bicentenario
Oportunidades ofrecidas por el Mercado:
Sector primario: Actividad agropecuaria: su desarrollo es muy pequeño ya que los terrenos
que históricamente constituían fincas productivas, han sido y están siendo loteados para
viviendas, como consecuencia de la expansión de la zona urbana hacia el oeste.
Así, la superficie de la zona agrícola es de tan sólo 485 hectáreas, que representan un 0,60%
de la zona cultivada provincial. De ellas, un 92% corresponde a frutales (mayormente vid y
olivo) y el resto a hortalizas y forestales. Si bien la actividad agropecuaria no es la más
elegida por los jóvenes que buscan empleo, constituye una oportunidad laboral temporaria en
momentos de cosecha, poda o atada; en particular para los jóvenes que estudian y trabajan.
Minería: sólo una empresa desarrolla la actividad de explotación de canteras para la obtención
de cal, absorbiendo un total de 14 empleados.
Sector secundario: Industria: se encuentran radicados en el departamento 50 establecimientos
industriales, que dan trabajo a 386 personas. La mayoría corresponden al rubro “Fabricación
de alimentos y bebidas”.
Sector terciario: Comercio: este sector nuclea aproximadamente 566 establecimientos, que se
reparten en los rubros de venta de motos y autopartes, combustibles, alimentos y bebidas.
Servicios: se encuentran distribuidos en servicios comunitarios y sociales (106); de salud (40);
inmobiliarios (29); educación (15); transporte (10). Los servicios de comunicación suman 30
6
empresas y, los de hotelería y restaurantes (23). En esta última actividad es donde los jóvenes
encuentran mayor inserción laboral asociada también a una alta volatilidad.
Oportunidades ofrecidas por la Sociedad
En el aspecto social, se distingue una variedad de agrupaciones sociales y políticas que
desarrollan sus actividades en la zona. No obstante, cabe destacar que la mayoría de ellas se
ubican en barrios de recursos económicos medios o altos y de cierta cohesión social, salvo
algunos casos aislados. De acuerdo con los datos proporcionados por el municipio, la cantidad
de organizaciones aumentó significativamente entre el año 2010 y 2014, según se aprecia en
el cuadro que luego se expone. Es probable que ese incremento refleje una tendencia creciente
en la participación comunitaria-barrial y un mayor grado de cohesión social que vincula y liga
a los vecinos.
Organizaciones sociales según tipo localizadas en Rivadavia. Años 2010 y 2014.
Tipo de organización
Año 2010
Año 2014
Absolutos Relativos (%) Absolutos Relativos (%) Uniones vecinales 3 7,9% 110 43,8% Clubes deportivos 20 52,6% 53 21,1% Bibliotecas 5 13,2% 15 6,0% ONGs varias 10 26,3% 73 29,1% Organizaciones de culto Sin datos 19 7,6% Total 38 100,0% 251 100,0% Nota: Tabla resumen informativa de la oferta de oportunidades institucionales. Fuente: elaboración propia a partir de los datos proporcionados por el Municipio Dptal.
La categorización e indicadores de las variables se corresponden con las delimitadas en la
Base Redatam (Recuperación de Datos para Áreas pequeñas por Microcomputador),
proporcionada por INDEC.
Condición de actividad económica e inserción laboral: es la posibilidad real y concreta de
tener un trabajo, medida de acuerdo a la “condición de actividad”. La condición de actividad
económica comprende a la población económicamente activa, de 14 o más años que en el
período de referencia adoptado por el censo, estuvo:
- Ocupada: incluye a la población que durante al menos una hora, en la semana anterior a la
fecha del operativo censal, desarrolló cualquier actividad (paga o no) que generara bienes o
servicios para el mercado.
- Desocupada: define a todas aquellas personas que no hallándose en ninguna de las
situaciones de ocupación, desarrolló, durante cuatro semanas previas a la fecha censal,
acciones tendientes a establecer una relación laboral o iniciar una actividad empresarial.
7
- Inactiva: complementariamente se define a la población económicamente inactiva
integrada por la población de 14 y más años que no participa de actividades laborales
(jubilados, estudiantes y otras situaciones).
CARTERA DE ACTIVOS:
Se “…refiere a la posesión, control o movilización de recursos materiales y simbólicos que
permiten al individuo desenvolverse en la sociedad…” (Filgueira, 2001). A los fines del
presente estudio y dentro de las limitaciones que impone la información brindada por el
Censo Nacional 2010, se considerarán los siguientes recursos del individuo para enfrentarse al
mundo del trabajo:
- Nivel educativo: nivel de instrucción al que el joven asiste o asistió, a la fecha del censo.
- Posesión de computadora: según los datos que refleja el censo, fue relevado como parte del
equipamiento de la vivienda. Esta herramienta es muy importante tanto para la formación del
joven como para sus posibilidades de acceder a programas informáticos que son/serán
necesarios para su inserción-desempeño laboral.
- Manejo de computadora: capacidad de manejar cualquier programa o software en una
computadora, ya que se trata de una herramienta fundamental para poder insertarse y
desenvolverse en el ámbito laboral.
Seguidamente se detallan las categorías trabajadas.
- Nivel educativo: Primario y EGB; Secundario y Polimodal; Terciario y Universitario
- Utiliza computadora: Si/No
- Vivienda equipada con computadora: Si/ No
La variable sexo se consideró atento a su potencial de diferenciación de los comportamientos
sociales de los actores en estudio. Su categorización fue femenino/masculino.
LOS JOVENES Y LA CARTERA DE ACTIVOS
Jóvenes y Nivel Educativo
Uno de los aspectos fundamentales para el análisis relativo a las posibilidades de inserción
laboral de los jóvenes, es el nivel educativo alcanzado, ya que constituye uno de los
indicadores más importantes del portafolio de activos. También, el estar escolarizado revela la
inclusión de los jóvenes en alguna red social o institucional. Por consiguiente, se supone que
8
la posibilidad de entrar/permanecer en un franja de vulnerabilidad es menor, respecto de
aquellos que no se encuentran escolarizados.
Al momento del Censo 2010, aproximadamente el 76% de los jóvenes entre 15 y 19 años
estaba asistiendo a algún nivel de educación formal, mientras que el 24% restante había
dejado de asistir.
Por el contrario, en el rango de 20 a 24 años, es mayor el porcentaje que corresponde a los
jóvenes que dejaron de asistir (58,7%), esto probablemente podría explicarse por la edad.
Dado que la escolaridad obligatoria alcanza hasta el nivel secundario, el cual generalmente se
concluye a los 18 años (véase Cuadro Nº1).
Cuadro Nº1: Condición de asistencia escolar según sexo y edades quinquenales de los jóvenes. Rivadavia – San Juan, 2010.
Nota (1): la diferencia entre los valores absolutos, corresponden a registros espúreos que debieron ser excluidos. Por ejemplo: las unidades de análisis que nunca asistieron que implican tan solo el 1%. Nota (2): el cuadro contiene simultáneamente los porcentajes horizontales, verticales y totales, respecto de las tres variables bajo análisis. Fuente: Base de datos Redatam Censo 2010 INDEC.
En cuanto a las diferencias de acuerdo al género, en el año 2010 había entre un 4% y un 9%
más de mujeres escolarizadas que varones. Mientras que los varones que asistieron a la
escuela pero ya no asisten, superan entre el 5 y 7% a las mujeres, mostrando esto una mayor
tendencia al abandono escolar por parte de los varones, posiblemente motivados por la
necesidad y búsqueda de trabajo, en un contexto en el cual aún hoy prevalece el rol asignado
al varón como principal proveedor (véase Cuadro Nº1). Es importante analizar las alternativas
de ese 24% aproximado de adolescentes que abandonó la escuela a una edad tan temprana,
puesto que se supone son los más vulnerables. De este grupo, alrededor de un 58% no
Sexo y Edad Asiste Asistió Nunca asistió Totales
15-19 años
Varón 48,0% (2.760) 55,1% (991) 85,7% (18) (3.769)
Mujer 52,0% (2.985) 44,9% (809) 14,3% (3) (3.797)
Total 75,9% 23,8% 0,3% 100,0% 100,0% (5.745)
100,0% (1.800)
100,0% (21)
100,0% (7.566)
20-24 años
Varón 45,6% (1.289) 52,6% (2.127) 65, 4% (17) (3.433)
Mujer 54,4% (1.535) 47,4% (1.920) 34,6% (9) (3.464)
Total 40,9% 58,7% 0,4% 100,0%
(2.824) (4.047) (26) (6.897)
9
completó el nivel (se presume que desertó del secundario, porque ya superó la edad
obligatoria). Este porcentaje desciende al 46% en el rango de 20 a 24 años, lo cual permite
suponer que, o bien se insertaron en el mercado laboral, o se encuentran en una zona de
vulnerabilidad, fuera del sistema educativo y laboral (ver Cuadro Nº2).
Cuadro Nº 2: Condición de asistencia según terminalidad educativa y edades quinquenales de los jóvenes. Rivadavia – San Juan, 2010.
Grupos de Edad Completó Asiste Asistió Totales
15-19 años
SI 0,0% (0)
42,3% (757)
10,1% (757)
NO 100,0% (5.675)
57,7% (1.033)
89,9% (6.708)
Total 76,0% (5.675)
24,0% (1.790)
100,0% (7.465)
20-24 años
SI 0,0% (2.798)
54,0% (1.864)
31,7% (2.165)
NO 100,0% (2.798)
46,0% (1.864)
68,3% (4.662)
Total 46,0% (2.798)
54,0% (4.029)
100,0% (6.027)
Nota: la diferencia entre los valores absolutos, corresponden a registros espúreos que debieron ser excluidos. Por ejemplo: las unidades de análisis que nunca asistieron que implican tan solo el 1%. Fuente: Base de datos Redatam Censo 2010 INDEC.
Respecto de la situación de los jóvenes y el nivel educativo completo, se observa que de la
totalidad de los jóvenes en estudio, sólo el 20,4% completó algún nivel educativo. Sin
embargo, el porcentaje de abandono escolar es menor al 79,6%, ya que una gran parte de estos
jóvenes se encuentran aun cursando sus estudios. El 45,3% de los jóvenes completó la
escuela primaria, el 19,8% el nivel secundario, y sólo el 5,9% el nivel terciario (véase Cuadro
Nº3).
Cuadro Nº3: Terminalidad educativa según nivel educativo alcanzado de los jóvenes. Rivadavia – San Juan, 2010.
Nivel educativo Si completó No completó Totales
Primario 45,3% (1.081)
54,7% (1.305)
16,7% (2.386)
Secundario 19,8% (1.625)
80,2% (6.599)
57,6% (8.224)
Terciario 5,9% (216)
94,1% (3.464)
25,8% (3.680)
Totales 20,4% ( 2.922)
79,6% (11.368)
100% (14.290)
Fuente: Base de datos Redatam Censo 2010 INDEC
10
Por otra parte, centrar el análisis en el nivel educativo al que asisten o asistieron los
jóvenes, permite visualizar la calidad de la cartera de activos del que disponen esos jóvenes,
en cuanto a su educación. De los que asisten a la escuela entre 15 y 19 años, el 7,5% cursa el
nivel primario, mientras el 2,4% del otro grupo etáreo asiste a este nivel. El 79,5% de los
jóvenes asiste al nivel secundario, frente al 16,8% de los jóvenes adultos. El 13,0% de los más
jóvenes (15-19 años) se halla en el nivel terciario frente al 80,8% de los jóvenes de 20 a 24
años que asisten a ese nivel. Esta distribución responde a la lógica de comportamiento en
correspondencia con sus edades cronológicas, respecto a los niveles educativos en curso. Cuadro Nº 4: Condición de asistencia escolar según nivel educativo alcanzado y edades quinquenales de los jóvenes. Rivadavia – San Juan, 2010.
Edades
Nivel educativo
Condición de asistencia escolar Asiste Asistió Totales
15-19 años
Primario 7,5% (427)
46,0% (824)
16,8% (1.251)
Secundario 79,5% (4.511)
50,9% (911)
72,6% (5.422)
Terciario 13% (737)
3,1% (55)
10,6% (792)
Totales 100,0% (5.675)
100,0% (1.790)
100,0% (7.465)
20-24 años
Primario 2,4% (66)
26,5% (1.069)
16,6% (1.135)
Secundario 16,8% (470)
57,9% (2.332)
41,1% (2.802)
Terciario 80,8% 2.261
15,6% (627)
42,3% (2.888)
Totales 100,0% (2.797)
100,0% (4.028)
100,0% (6.825)
Nota (1): el cuadro contiene simultáneamente los porcentajes horizontales, verticales y totales, respecto de las tres variables bajo análisis. Fuente: Base de datos Redatam Censo 2010 INDEC.
De los jóvenes que asistieron pero que ya no asisten a la escuela, se observa un 46% de ellos
cuyas edades van entre 15 y 19 años que abandonó la escuela en el nivel primario, frente a un
26,5% de jóvenes adultos (20-24 años) que desertó en el mismo nivel (ver Cuadro Nº4).
Jóvenes y Condición de Actividad Económica e Inserción Laboral
En relación con la inserción en la estructura productiva de los jóvenes rivadavienses, el 66,7%
de los comprendidos entre los 15-19 años, al momento del censo declaró estar inactivo, o sea
que sólo permanecía contenido por el Sistema de Educación Formal.
11
Cuadro Nº5: Condición de actividad económica según nivel educativo alcanzado y edades quinquenales de los jóvenes. Rivadavia – San Juan, 2010.
Fuente: Base de datos Redatam Censo 2010 INDEC
Hecho auspicioso y coincidente con el alto porcentaje de escolarizados en esas edades. En
cambio, en el rango de los mayores (20-24 años), ese porcentaje baja a casi la mitad (33,8%);
no obstante una porción importante se encuentran (55,1%) ocupados (véase cuadro N°5).
La combinación entre nivel escolar al que asistieron o asisten y la condición de actividad
expuesta en el Cuadro Nº5, muestra que el 26,5% de los jóvenes entre 15 y 19 años que están
ocupados, cursan o cursaron el nivel primario. El 63,6% el secundario y sólo el 9,9% el nivel
terciario, respectivamente.
La matriz situacional de los jóvenes evidenciada a través de los porcentuales calculados,
permite anticipar que esas evidencias pueden deberse a dos motivos: por un lado, la falta de
correlación entre nivel educativo alcanzado y posibilidad de conseguir trabajo, aspecto que
también podría vincularse y mostrar la precarización laboral a la que son expuestos los
jóvenes, ocupados en labores que implican baja calificación y, por consiguiente, con
retribuciones o salarios mínimos y condiciones laborales inestables.
El segundo motivo posible se orienta a pensar que los jóvenes que asisten al nivel superior
(terciario/universitario), se dedican tiempo completo a sus estudios y no trabajan
Condición de Actividad Económica Ocupado Desocupado Inactivo Totales
Nivel educativo 15-19 años
Primario 26,5% (539)
24,3% (113)
11,7% (584)
16,5% (1.236)
Secundario 63,6% (1.291)
62,2% (289)
77,8% (3.883)
72,9% (5.463)
Terciario 9,9% (201)
13,5% (63)
10,6% (527)
10,6% (791)
Total 27,1% (2.031)
6,2% (465)
66,7% (4.994)
100% (7.490)
20-24 años
Primario 18,4% (688)
14,7% (111)
14,1% (323)
16,5% (1.122)
Secundario 47,8% (1.791)
44,0% (332)
29,2% (671)
41,1% (2.794)
Terciario 33,9% (1.269)
41,3% (312)
56,7% (1.303)
42,4% (2.884)
Total 55,1% (3.748)
11,1% (755)
33,8% (2.297)
100% (6.800)
12
simultáneamente. En este grupo etáreo, el 24,3% de los desocupados sólo alcanzó el nivel
primario, el 62,2% el secundario y el 13,5% el terciario. O sea que la mayoría de los jóvenes
que busca trabajo se halla en el nivel secundario; pero también existe un porcentaje
considerable de jóvenes que buscan trabajo durante la escolaridad primaria. Con respecto a
los inactivos del mismo grupo de edad, estos representan el 66,7% de la población total entre
15 y 19 años. El 11,7% aún está en el nivel primario, el 77,8% en el secundario y el 10,6% en
el nivel superior, respectivamente.
Los jóvenes ocupados entre 20 y 24 años representan el 55,1% del total de esta edad. Se
distribuyen en 18,4%, 47,8% y 33,9% en los niveles primario, secundario y terciario,
respectivamente, evidenciando un aumento de jóvenes que estudian (o estudiaron) alcanzando
el nivel superior y que simultáneamente trabajan.
Entre los desocupados de ese rango de edad, se observa un 14,7% en el nivel primario, el
44,0% en el nivel secundario y el 41,3% en el superior. Cabe precisar que el porcentaje de
desocupados que alcanzó el nivel terciario de educación es elevado (41,3%), hecho que estaría
dando muestras de una población en riesgo o situación de vulnerabilidad.
Los inactivos de esas edades representan el 33,8%, distribuyéndose un 14,1% en el nivel
primario, el 29,2% en el secundario y un 56,7% en el terciario (Cuadro Nº5).
Jóvenes y Posesión/Manejo de Computadora
Cómo ya fuera citado, la cartera de activos quedó representada a través de la posesión y
manejo de computadora en la vivienda. La importancia de tener una computadora propia o
familiar, radica en la disponibilidad para acceder cuando se necesita, sin necesidad de
trasladarse o pagar cargos por uso. Esto vuelve más accesibles y amigables a los sistemas
informáticos que hoy son fundamentales a la hora de acceder a un empleo, desenvolverse en
los estudios secundarios y universitarios, realizar trámites bancarios o de otro tipo. La
presencia de una PC en la vivienda, implica además un valor social importante, dada la amplia
difusión de las redes sociales, los juegos digitales, programas educativos, navegación por
internet, etc. “…En las últimas décadas, las Tecnologías de la Información y la
Comunicación (TIC) han modificado sustancialmente las relaciones sociales en todos sus
aspectos. Formar parte de esta nueva sociedad, no estar excluido, implica, cada vez más,
poder participar activamente a través de las nuevas tecnologías…” (Conectar Igualdad,
2012).
Al relacionar la posesión de PC con el nivel educativo al que asistió o asiste, se observa que
los Jóvenes incorporados al nivel secundario muestran el porcentaje más elevado. Mientras
13
que en el nivel primario sólo tiene PC el 6,9% de los jóvenes entre 15 y 19 años, en el
secundario esta cifra aumenta al 77,7%. En el nivel terciario tienen computadora el 15,4% de
los jóvenes de esta edad (Cuadro Nº6).
Una explicación potencial sobre la cual se basarían los niveles relativos estimados por el
cen’2010, referida a la tenencia de pc, podría deberse a la implementación del Programa
Conectar Igualdad, en todos los niveles de instrucción formal del territorio de San Juan.
Entre los jóvenes de 20 a 24 años, los porcentajes aumentan notablemente al avanzar en los
estudios, llegando a un 61,8% en el nivel terciario. El nivel porcentual de jóvenes que tiene
computadora (jóvenes 19-24) de la mano del nivel educativo cursado, puede obedecer a la
necesidad de esta herramienta para desarrollar sus estudios, así como a la mayor
independencia en el manejo de la PC paralela al crecimiento en edad.
También se analizó la relación entre el nivel educativo alcanzado y el manejo/posesión de
computadora (Cuadro Nº6). Tal como se detecta, entre los más jóvenes, un 77,9% de los
que manejan PC, se encuentran en el secundario, un 9,2% en el primario y 12,9% en el
terciario. Esta mayoría de estudiantes secundarios que manejan PC, estaría relacionado
también con las posibilidades que brinda el programa Conectar Igualdad, focalizado a los
alumnos del nivel secundario.
En el grupo de los jóvenes mayores, a medida que el nivel educativo alcanzado es más alto,
también el porcentaje de jóvenes que saben utilizar una computadora es elevado, en el nivel
primario sólo un 7,2% posee y usa la pc, el 39,0% en el secundario y el 53,8% en el terciario.
Esto podría atribuirse a una evolución en la capacitación informática según el nivel educativo
logrado, así como a la mayor necesidad de utilización de PC en los niveles educativos
superiores.
14
Cuadro Nº6: Posesión y manejo de PC, según nivel educativo por edades quinquenales de los jóvenes. Rivadavia – San Juan, 2010.
Grupos de Edad
Nivel educativo 15-19 años 20-24 años
Si No Total Si No Total Posesión de PC
Primario 6,9% (289)
29,0% (947)
16,6% (1.236)
5,6% (204)
29,1% (918)
16,5% (1.122)
Secundario 77,7% (3.245)
66,5% (2.168)
72,8% (5.413)
32,6% (1.181)
51,2% (1.613)
41,1% (2.794)
Terciario 15,4% (645)
4,5% (146)
10,6% (791)
61,8% (2.242)
19,7% (622)
42,4% (2.864)
Manejo de PC
Si No Total Si No Total
Primario 9,2% (540)
43,6% (696)
16,6% (1.236)
7,2% (365)
44,4% (757)
16,5% (1.122)
Secundario 77,9% (4.553)
53,9% (860)
72,8% (5.413)
39,0% (1987)
47,3% (807)
41,1% (2.794)
Terciario 12,9% (751)
2,5% (40)
10,6% (791)
53,8% (2.742)
8,3% (142)
42,4% (2.884)
Fuente: Base de datos Redatam Censo 2010 INDEC.
En cuanto al vínculo entre el manejo de PC y condición de actividad económica, los datos
reflejan que la población inactiva tiene mayor capacidad de utilización que los desocupados y
los ocupados entre los más jóvenes. Dentro de la población inactiva están incluidos los
estudiantes, lo cual podría explicar esta diferencia. Mientras en el rango de 20 a 24 años los
porcentajes de manejo de PC son mayores entre los ocupados, posiblemente debido a que
utilizan la computadora como herramienta de trabajo (Cuadro Nº7).
Cuadro Nº7: Posesión y manejo de PC, según condición de actividad económica por edades quinquenales. Rivadavia – San Juan, 2010.
Grupos de Edad
Condición de actividad económica
15-19 años 20-24 años Si No Total Si No Total
Manejo de PC
Ocupado 25,2% (1.479)
35,0% (580)
27,3% (2.059)
53,8% (2755)
58,8% (1.028)
55,1% (3.783)
Desocupado 5,8% (341)
7,5% (125)
6,2% (466)
11,4% (585)
9,9% (173)
11,0% (758)
Inactivo 69,0% (4.057)
57,5% (952)
66,5% (5.009)
34,7% (1.778)
31,3% (547)
33,9% (2.325)
Posesión de PC
Si No Total Si No Total
Ocupado 22,7% (957)
33,2% (1.102)
27,3% (2.059)
51,2% (1.882)
59,6% (1.901)
55,1% (3.783)
Desocupado 5,0% (211)
7,7% (255)
6,2% (466)
10,5% (385)
11,7% (373)
11,0% (758)
Inactivo 72,3% (3.043)
59,2% (1.966)
66,5% (5.009)
38,3% (1.408)
28,7% (917)
33,9% (2.325)
Fuente: Base de datos Redatam Censo 2010 INDEC.
15
Variaciones similares se observan al relacionar la cantidad de jóvenes que tienen
computadora, con su condición de ocupación. El mayor porcentaje de jóvenes que tienen
PC se encuentra entre los inactivos, en el rango de 15 a 19 años (66,5%), los que
presumiblemente son estudiantes que usan la computadora como herramienta educativa
conjuntamente podrían haber sido adjudicatarios de netbooks otorgadas por el Estado. Entre
los jóvenes de 20 a 24 años, el 59,6% de los que no poseen PC están ocupados, se puede
suponer que hacen uso de la misma en su lugar de trabajo (Cuadro Nº7).
Jóvenes, Vulnerabilidad y Cuestiones de Género
“…La mayoría de las mujeres en Argentina debe enfrentar todavía inequidades en el plano
de los ingresos, las oportunidades de acceso a empleos de calidad y el desarrollo de
itinerarios laborales satisfactorios, aún en un período sostenido de recuperación de la
economía y de disminución del desempleo. Con indicadores económicos y de empleo
favorables desde hace aproximadamente un quinquenio (crecimiento del PBI, del empleo
industrial y de los servicios), la participación de las mujeres en la población económicamente
activa, aunque se mantiene constante sigue estando por debajo de la de los varones. Las
mujeres tienen buenas o mejores credenciales educativas (que los varones) para acceder a
puestos de supervisión, jefatura, gerenciales y de dirección que les deparen mejores ingresos,
pero siguen siendo minoría en estas categorías...” (Rodríguez, 2008).
De acuerdo con la tendencia general observada en el resto de la provincia, de la región y el
país, la condición de género entre la población femenina, incide en la posibilidad de insertarse
en el mercado de trabajo; en contraposición, los varones tienen más facilidad de conseguir
trabajos. Entre los motivos esgrimidos por los empleadores, la discriminación se debe a la
posibilidad de las mujeres de embarazarse, lo que supone una licencia por maternidad, con su
consiguiente erogación de costos laborales, así como licencias por el cuidado de los hijos.
En Rivadavia el supuesto se confirmaría, ya que según reflejan los datos, de los jóvenes entre
15 y 19 años de edad, el 34,3% de los varones se encuentran ocupados frente a tan solo un
20,4% de mujeres ocupadas. Los varones inactivos, categoría que incluye a los estudiantes,
representan el 59,7% frente a un 73,2% de mujeres inactivas (Véase Cuadro N°8).
En el rango de 20 a 24 años, los varones ocupados representan un 66,9% frente a un 43,3% de
mujeres ocupadas. Los varones inactivos representan el 22,8%, mientras que las mujeres en
esta misma condición alcanzan al 44,9% (ver Cuadro N°8).
16
Cuadro Nº8: Condición de actividad económica según sexo y edades quinquenales de los jóvenes. Rivadavia – San Juan, 2010.
Condición de Actividad Económica Ocupado Desocupado Inactivo Totales
Sexo y Edad 15-19 años
Varón 34,3% (1.287)
6,0% (225)
59,7% (2.243)
49,8% (3.755)
Mujer 20,4% (772)
6,4% (241)
73,2% (2.766)
50,2% (3.779)
Total 27,3% (2.059)
6,2% (466)
66,5% (5.009) 7.534
20-24 años
Varón 66,9% (2.291)
10,3% (353)
22,8% (779)
49,9% (3.423)
Mujer 43,3% (1.492)
11,8% (405)
44,9% (1.546)
50,1% (3.443)
Total 11,0% (3.783)
11% (758)
33,9% (2.325) 6.866
Fuente: Base de datos Redatam Censo 2010 INDEC.
En ese tramo de edades, según los niveles relativos estimados, se advierte que una mayoría de
mujeres se encontraría asistiendo al nivel terciario, aspecto que indicaría una mejor
calificación para el mercado de trabajo que los varones.
Cuadro Nº9: Manejo de PC según sexo y edades quinquenales de los jóvenes. Rivadavia – San Juan, 2010.
Sexo y Edad Manejo de PC
Si No Totales 15-19 años
Varón 78,8% (2.960)
21,2% (795)
100% (3.755)
Mujer 77,2% (2.917)
22,8% (862)
100% (3.779)
Total 78% (5.878)
22% (1.657) 7.534
20-24 años
Varón 75,0% (2.568)
25,0% (855)
100% (3.423)
Mujer 74,1% (2.550)
25,9% (893)
100% (3.443)
Total 74,5% (5.118)
25,5% (1.748) 6.866
Fuente: Base de datos Redatam Censo 2010 INDEC.
17
Al evaluar como recurso importante de su cartera de activos el uso de computadora, no se
observan diferencias significativas en los porcentajes de mujeres respecto a varones, lo que da
cuenta de que teniendo la misma composición en su cartera de activos, existen desigualdades
entre varones y mujeres al momento de conseguir un trabajo. (Cuadro Nº9).
HALLAZGOS Y CONCLUSIONES
El presente estudio se inició teniendo como objetivo general el análisis de la vulnerabilidad de
los jóvenes en Rivadavia, tomando en cuenta las oportunidades ofrecidas por el Estado,
Sociedad y Territorio como también los activos o recursos con que cuentan los jóvenes para
insertarse en el mundo del trabajo.
Para ello se concretaron diversas estrategias de análisis. Inicialmente se realizó la
aproximación al Municipio a través de la observación directa, consulta bibliográfica y
recolección de datos mediante entrevistas a referentes claves (funcionarios/as) del gobierno
municipal.
De acuerdo a la información obtenida, se pudo concluir que en el año 2010 la estructura de
oportunidades en cuanto a educación ofrecía posibilidades para todos los niveles, a través de
numerosas escuelas, estatales y privadas, de nivel inicial, primario, secundario y terciario. En
cuanto al nivel universitario, las dos universidades existentes en la provincia se encuentran
radicadas en el departamento, constituyendo una considerable oferta académica.
Con respecto al empleo, no hay datos de oferta laboral específica dirigida a los jóvenes. Sin
embargo, se puede pronosticar un futuro próximo mejor para ellos, teniendo en cuenta los
nuevos proyectos puestos en marcha desde el municipio, a través de convenios con distintas
instituciones y empresas. Con su implementación, el gobierno municipal pretende dar
solución al problema de capacitación (cursos) y experiencia en el trabajo (pasantías rentadas),
requisitos difíciles de conseguir para los jóvenes que buscan trabajo por primera vez, ya que
el mercado exige experiencia laboral, pero no facilita o permite a los jóvenes adquirirla en sus
empresas.
En cuanto a las oportunidades de integrarse socialmente, la cantidad de organizaciones
sociales ha aumentado en los últimos años, brindando más espacios a los jóvenes para
actividades recreativas, culturales, solidarias y políticas. En los últimos tiempos ha crecido de
manera espontánea y también incentivada desde políticas públicas, la cantidad de
agrupaciones juveniles que reconstruyen la identidad colectiva, en forma de murgas, grupos
de circo, bandas de percusión, etc. También los clubes deportivos han recibido subsidios
estatales para el financiamiento de sus actividades y sostenimiento de sus instalaciones. El
18
ámbito deportivo es un espacio característico de la juventud que brinda un soporte social y
normativo valioso.
En lo recreativo, desde el municipio se organizan competencias deportivas, jornadas
culturales en el Jardín de los Poetas, lugar muy concurrido los fines de semana y fiestas
populares como la “Fiesta de la Empanada” o la “Fiesta de las dos Puntas” que ponen en
escena, espectáculos musicales dirigidos al público joven.
Esta variada y abundante estructura de oportunidades y de cohesión social, permite a la
juventud realizar actividades recreativas, ya sea como protagonistas o como espectadores.
Este panorama no es homogéneo, encontrándose zonas más desfavorecidas en este aspecto,
como por ejemplo los sectores de La Bebida y Marquesado, que no cuentan con suficientes
agrupaciones ni actividades sociales que estimulen a los jóvenes a la participación o a la
integración social, por lo que resultan territorios marginales y marginados, condenados a la
postergación tanto material como cultural. Esto se traduce en una población joven
estigmatizada, la cual reproduce una imagen socialmente construida pre-juiciosa, que presenta
elevados casos de delincuencia, alcoholismo y drogadicción, sumados a la pobreza y la falta
de oportunidades laborales. Esta constituye, sin duda, la población más vulnerable del
departamento, a la que deberían atender, urgente y contundentemente, las intervenciones
concretas de políticas públicas.
Se definió a la vulnerabilidad como una situación que supone ciertos riesgos o amenazas, a las
que los jóvenes pueden oponer sus propios recursos (activos) para aprovechar las
oportunidades, logrando el paso a una situación favorable. En este sentido, el estudio se
enfocó en la educación y la disponibilidad/manejo de computadoras como recursos activos de
los jóvenes. En cuanto a los factores predisponentes a la vulnerabilidad, se abordó la
dificultad de lograr la inserción laboral y las diferencias de género, que no favorecen a las
mujeres. La cartera de activos en lo que se refiere a educación, cuenta con un alto porcentaje
de jóvenes escolarizados al momento del Censo 2010, especialmente los del grupo etáreo más
joven (15-19 años). También se detectó un porciento considerable de jóvenes cursando el
nivel terciario, sobre todo los mayores (20-24 años), hechos que permiten avizorar un futuro
más promisorio para este grupo, dadas las exigencias de calificación cada vez más altas para
ingresar al mercado de trabajo. La gran mayoría de la población objetivo se encuentra
cursando la educación secundaria.
No obstante, se evidencia una parte de la población juvenil que no ha concluido sus estudios
primarios por abandono de la escuela, pudiendo considerarse en situación de vulnerabilidad,
desde dos puntos de vista: por un lado se encuentran fuera de las redes institucionales propias
19
de su edad; por otra parte, no cuentan con una formación suficiente para insertarse en el
mundo del trabajo. El fenómeno de la deserción escolar puede obedecer a algunas de estas
causas, según refiere Rodríguez: “…asunción temprana de roles adultos, en particular los
relacionados con responsabilidades de crianza o manutención de “otros”; (…) síndrome de
desventajas recién aludido y que hace que los jóvenes no tengan los recursos mínimos para
seguir asistiendo a la escuela; (…) sensación de frustración basada en la contradicción entre
las “promesas” de la escuela y la persistente y “penosa realidad del trabajo y los salarios”
ante lo cual los muchachos se desencantan del proceso educativo y optan por apartarse de
aquel sin que hayan detectado otros mecanismos de movilidad social; (…) los
apresuramientos o expectativas de una ganancia rápida y fácil atentan contra la mantención
en el sistema escolar, pues este no reporta ingresos ni tampoco asegura ingresos futuros, lo
que contrasta con otras opciones disponibles para los jóvenes (que van desde el trabajo
familiar hasta el ingreso a la fuerza de trabajo hasta caminos de índole más bien ilegal) que
reportan un ingreso inmediato. Aunque mirado a largo plazo esa deserción casi con certeza
implicará ingresos futuros mucho menores, la incapacidad de diferir las gratificaciones lleva
a optar por un ingreso actual seguro...” (Rodríguez J., 2008)
Con referencia a la conformación de un portafolio de activos, que les permita desenvolverse
adecuadamente en su formación e insertarse laboralmente, una gran cantidad de jóvenes llega
al nivel secundario siendo capaces de manejar una computadora. No obstante, se debería
aspirar a una capacitación más temprana de la totalidad de la juventud en el manejo de
sistemas informáticos, por tratarse de una herramienta indispensable para su educación y
desenvolvimiento en el mundo del trabajo. Se supone que en pocos años, la aplicación del
Programa Conectar Igualdad empezará a producir el impacto deseado en la población de nivel
secundario. No obstante, la capacitación informática es cada vez más una necesidad urgente y
debería ser ofrecida desde la escuela primaria como una herramienta educativa.
En acuerdo con los resultados obtenidos, se observó que la posibilidad de insertarse
laboralmente no estaría condicionada por la habilidad en el manejo de PC; esto podría estar
reflejando la contratación de jóvenes para trabajos poco calificados; sobre todo entre aquellos
que todavía están cursando sus estudios y no han alcanzado una formación profesional o
titulación.
Según sostienen numerosos teóricos y tal como ha sido aceptado por el sentido común “…la
educación es el principal instrumento que una sociedad moderna tiene para elevar su capital
en recursos humanos y promover el bienestar y la integración de adolescentes y jóvenes…”
(Íbidem). Sin embargo, en la población objeto del estudio se puede concluir que el nivel
20
educativo alcanzado no exhibe una relación directa con la posibilidad de conseguir un trabajo.
Es decir, los jóvenes que han logrado alcanzar un nivel educativo superior, no constituyen la
mayoría de los ocupados laboralmente; por el contrario, el mayor porcentaje de ocupados ha
cursado hasta el nivel secundario. Sería conveniente indagar más en este fenómeno y sus
causas en futuros estudios, para conocer el origen de este desfasaje, ya que muestra una
contradicción entre la teoría existente y la realidad manifiesta.
En cuanto a las posibilidades de inserción laboral según género, se observa que, de igual
modo con la cartera de activos, los varones evidencian un porcentaje de ocupación más alto
comparado con el correspondiente a las mujeres. Esto contribuye a confirmar el supuesto de
partida, acerca de la discriminación que por cuestiones de género experimentan las mujeres en
el mercado de trabajo. En orden a las estimaciones obtenidas, los varones jóvenes de
Rivadavia, tendrían más facilidades para obtener un empleo que las mujeres, aunque estén en
igualdad de condiciones en edad, educación y capacitación en manejo de computadoras.
Los resultados del estudio indicarían que la estructura de oportunidades ofrecida desde el
territorio, sociedad y estado así como los activos con los que cuentan la mayoría de los
jóvenes al momento del Censo 2010, no son suficientes para enfrentarse al mundo del trabajo.
Este panorama no es el mismo para la totalidad de la jurisdicción, existiendo marcadas
diferencias entre los subcontextos socioeconómicos al interior del departamento. Situaciones
no reflejadas por los datos del Censo, sino que se constataron a través del reconocimiento del
territorio y de barrios o asentamientos específicos (La Bebida, Marquesado, Lote Hogar),
existiendo zonas de mayor cohesión social, más presencia del Estado y mejores condiciones
de vida (Barrios Puyuta, FOEVA, Jardín Municipal y Policial, Universitario, ATSA), que
facilitan oportunidades y posibilidades de acceso a mejores niveles de educación e inserción
laboral, frente a otros sectores en inferioridad de condiciones.
Sin embargo, de acuerdo al relevamiento realizado, puede suponerse un mejoramiento de la
situación, tanto a nivel de la estructura de oportunidades como de los recursos activos de los
jóvenes. En cuanto a las oportunidades, desde el gobierno municipal se han instrumentado una
serie de proyectos tendientes a facilitar la inclusión de los jóvenes en el mercado de trabajo,
así como su capacitación y experiencia laboral. Es esperable, entonces, que el portafolio de
activos de los jóvenes debería incrementarse desde y con la aplicación de programas
nacionales orientados y focalizados especialmente en los jóvenes, tanto en el ámbito
educativo como social.
Por último, se sugiere para futuros estudios, realizar el análisis de activos y oportunidades por
espacios territoriales menores, ya que no puede concebirse al departamento Rivadavia como
21
un todo homogéneo, existiendo sectores privilegiados y otros con características propias de
poblaciones en situación de vulnerabilidad, a los cuales el Estado debería atender en forma
prioritaria.
BIBLIOGRAFÍA
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Aires: Paidós.
Conectar Igualdad. (s.f.). Recuperado el 10 de 11 de 2014, de www.conectarigualdad.gob.ar
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1
7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-
OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN
27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015
Mesa 13: Desigualdad y Vulnerabilidad Social
Vulnerabilidad Sísmica de Barrios con NBI. Análisis de la Vulnerabilidad Social Asociada al
Sismo.1
PALABRAS CLAVES
Vulnerabilidad Sísmica - Representaciones Sociales - Mitigación
RESUMEN
La provincia de San Juan, se caracteriza como la región de mayor peligrosidad sísmica de la
República Argentina y, aunque gran parte de las viviendas son construidas con prescripciones
sismorresistentes, existen aún áreas urbanas residenciales con alta vulnerabilidad sísmica.
Esto, se debe a la existencia de edificaciones construidas con normas anteriores a las vigentes
y al hecho de que amplios sectores de la población no pueden acceder a viviendas ofrecidas
por el gobierno o con el asesoramiento técnico y resuelven su hábitat con los recursos que
disponen sin ninguna previsión ante el sismo. Investigaciones previas del IRPHa desarrollaron
metodologías de evaluación de la vulnerabilidad sísmica ante la ocurrencia de un evento
sísmico de considerables magnitudes. Sin embargo, en la gestión del riesgo el fortalecimiento
de una organización social informada que se involucra en las etapas de diagnósticos,
planificación, capacitación y asesoramiento, constituyen la base para avanzar en la
formulación de propuestas integrales para la resolución del hábitat; entonces se hace necesario
profundizar en la valoración de los aspectos sociales.
Este trabajo presenta aspectos conceptuales y metodológicos sobre la necesidad de evaluar la
1 Alicia Pringles (Dra. Arq.); Amelia Sconamillo (Arq.); Osvaldo Albarracín (Arq.); Norma Merino (Arq.); Alberto Merlo (Arq.); Alejandra Dubós (Arq.). Instituto Regional de Planeamiento y Hábitat- Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño- Universidad Nacional de San Juan. Av. Ignacio de La Roza y Meglioli - Rivadavia - San Juan – CP. 5400 Tel.:+54 264 4232395. Contacto: ([email protected]);([email protected])
2
vulnerabilidad social asociada al sismo. Estos se aplicaron a los casos de las Villas Mariano
Moreno y 2 de Abril, ya que constituyeron un ejemplo de gestión participativa en la que se
conjugan acciones que buscan la consolidación de un hábitat autoconstruido y del
mejoramiento de la calidad del hábitat en sus aspectos físicos y sociales; propiciando la
integración de los habitantes a la trama socio-espacial ciudadana.
KEYWORDS
Seismic Vulnerability- Mitigation - Social Representations
ABSTRACT
The province of San Juan is characterized as the region with greatestseismic hazard of the
Argentina Republic, even that much of the houses are built with seismic requirements, there
are still urban residential areas with a high seismic vulnerability. This is because the existence
of houses built with previous standards to the current ones, and to the fact that a large sectors
of the population cannot access to technical assessment or housing offered by the
Government.They solve their habitat with the resources that have available without any
provision in the earthquake.Previous investigations of the IRPHa have developed
methodologies for evaluation of the seismic vulnerability in case of an occurrence seismic
event of considerable magnitude.However in the risk management, the strength of an
informed social organization involved in the stages of diagnostics, planning, training and
advice makes the bases for progress in the formulation of comprehensive proposals for the
resolution of habitat.
This paper presents a conceptual and methodological aspect of the need to evaluate the social
vulnerability associated with the earthquake.
These were applied to the cases of the villages Mariano Moreno and 2 de Abril, given they
constituted an example of participative management, which combine actions and seeking the
consolidation of the environment and improvement of the quality of the habitat in their
physical and social aspects; promoting the integration of residents to a socio-spatial citizen.
3
1. INTRODUCCION
El Valle de Tulúm se encuentra ubicado en la provincia de San Juan, caracterizada como la
región de mayor peligrosidad sísmica de la República Argentina. Su superficie se desarrolla
en zonas definidas como 3 y 4, en una escala creciente que va de 0 a 4, según la clasificación
del INPRES (Instituto Nacional de Prevención Sísmica).
Si bien rige en el país la norma INPRES-CIRSOC 103 con prescripciones sismorresistentes
para la construcción de edificios, existen aún áreas urbanas de alta vulnerabilidad sísmica.
Esto se debe por un lado, a la existencia de edificaciones construidas con normas anteriores,
hoy obsoletas, con escaso o nulo mantenimiento. Por el otro, al hecho de que amplios sectores
de la población no pueden acceder a viviendas ofrecidas por organismos de gobierno o con el
asesoramiento de profesionales de la construcción y que resuelven su hábitat con los recursos
de que disponen, asentándose en áreas inadecuadas y sin ninguna previsión ante el sismo.
La problemática de la mitigación de la vulnerabilidad sísmica de las viviendas de los sectores
sociales de menores recursos no comprendidos en planes estatales, no puede ser abordada sólo
desde la perspectiva tecnológica. Aspectos sociales y económicos resultan condicionantes en
la generación de soluciones alternativas sustentables y no pueden ser obviados.
Esta visión de dicha problemática deviene de una fuerte evolución conceptual que se ha
transitado durante las últimas décadas del siglo XX. Los desastres se dejaron de ver como un
sinónimo de eventos naturales o el sencillo resultado casi automático de estar expuestos a
estos o la falta de la resiliencia física frente a tales eventos y comenzaron a comprenderse
como una orientación guiada por el reconocimiento del riesgo. Es decir, se configura el
Riesgo, de que se produzca efectivamente un determinado nivel de afectación, cuando se
produce un daño de cualquier magnitud debido a que interactúan la amenaza y la
vulnerabilidad en un contexto dado.
Con esto, la costumbre de referirse a la Administración o Manejo de Desastres ha dado paso
en muchos lugares a la noción de la Gestión del Riesgo. En consecuencia, el concepto de
vulnerabilidad surge de reflexionar que, muchas veces existen condiciones extremas que
hacen realmente frágil el desempeño de ciertos grupos sociales, las cuales dependen del nivel
de desarrollo alcanzado y también de la planificación de ese desarrollo. Ello implica, que debe
existir cierta armonía entre el hombre y el medio ambiente. Por lo tanto, se empieza a
identificar en los grupos sociales a la vulnerabilidad, como la reducida capacidad para
“adaptarse” o ajustarse a determinadas circunstancias.
En consecuencia, se entiende por gestión del riesgo al proceso eficiente de planificación,
organización, dirección y control dirigido a la reducción de riesgos, el manejo de desastres y
4
la recuperación ante eventos ya ocurridos. Además, diversas investigaciones sobre los
desastres y los riesgos han producido un corpus de teorías y terminologías sólido y de amplía
aceptación que superan los aportes de las ciencias naturales, aplicadas y sociales, hasta llegar
a modelos y conceptos más complejos y holísticos (La Red, 1998:10).
1.1 Evolución de los enfoques Teóricos-Conceptuales sobre la Vulnerabilidad
El concepto de vulnerabilidad abordado desde las Ciencias Sociales, debió superar enfoques
previos. Entre ellos, el enfoque desde las Ciencias Naturales. La concepción y análisis
sistemático de este enfoque prácticamente lo asumieron los especialistas estas disciplinas, con
estudios acerca de fenómenos geodinámicos, hidrometeorológicos y tecnológicos tales como
terremotos, erupciones volcánicas, deslizamientos, huracanes, inundaciones, accidentes
industriales, etc. En otras palabras, inicialmente el énfasis se dirigió hacia el conocimiento de
las amenazas. Durante la segunda mitad del Siglo XX, época del desarrollo tecnológico se
facilitó la instrumentación de fenómenos naturales mediante sensores, incluso en tiempo real,
que permiten dar alertas o avisos anticipados de sucesos intensos. Sin embrago, en la mayoría
de los casos no es posible predecir con certeza y precisión la ocurrencia de un suceso futuro.
Con la consecuencia de considerar que los desastres son hechos del destino o de la mala
suerte e incluso se les ha atribuido causas sobrenaturales o divinas. Incluso, algunas
autoridades políticas han apelado a la lectura fatalista del fanatismo religioso de ciertas
comunidades para excusar eventuales responsabilidades por negligencia u omisión.(Cardona,
2001). La semiótica del enfoque está poblada por imágenes de fenómenos naturales
imponentes e incontrolables. Mediante la conceptualización de los desastres como eventos
inevitables, no previsibles y extremos que interrumpen procesos políticos, sociales y
económicos "normales".
Desde los años 1970 a 1980, se le dio especial atención a las propiedades físicas del sistema
que podía sufrir el daño por la acción de un fenómeno externo o de que pudiera ocurrir un
fallo o siniestro en el sistema debido a la tecnología inherente del mismo. Es decir que, en el
marco del enfoque de las Ciencias Aplicadas e introduciendo el concepto clave de
vulnerabilidad, se analizó que los impactos asociados con las amenazas. Por lo tanto, el
riesgo empezó a ser definido como función de la amenaza así como de la vulnerabilidad. (LA
RED, 1998)
Por esta razón, varios especialistas promovieron el estudio de la vulnerabilidad física, la cual
básicamente fue relacionada con el grado de exposición y la fragilidad o capacidad de los
elementos expuestos para soportar la acción de los fenómenos. Este último aspecto permitió
5
ampliar el trabajo a un ámbito multidisciplinario debido a la necesidad de involucrar a otros
profesionales tales como ingenieros, arquitectos, economistas y planificadores, quienes
paulatinamente han encontrado especial importancia la consideración de la amenaza y la
vulnerabilidad como variables fundamentales para la planificación física y las normas de
construcción de edificaciones e infraestructura (Starr, 1969).
Por lo tanto, se le dio importancia a los sistemas constructivos, a las morfologías urbanas, a
las redes de infraestructura y sistemas vitales, etc. También, desde la ingeniería, se estudiaron
las propiedades físicas de los sistemas estructurales y tendrían un rol especialmente
importante en la respuesta o capacidad de una estructura ante la acción de una solicitación o
carga externa aleatoria. Por otra parte, disciplinas como la geografía, la planificación física,
urbana o territorial, la economía y la gestión del medio ambiente fortalecieron este enfoque.
Se empezaron a producir de manera más frecuente “mapas” con la participación de geólogos,
ingenieros geotecnistas, hidrólogos, etc. quienes aportaron insumos para la identificación de
zonas de peligro o amenaza, según el área de influencia de los fenómenos naturales.
Herramientas informáticas como los sistemas de información geográfica SIG han facilitado
este tipo de identificación y análisis.
Este enfoque es todavía bastante tecnocrático porque sigue siendo muy dirigido hacia el
detonante del desastre: la amenaza y no hacia a las condiciones que favorecen la ocurrencia de
la crisis, que son las condiciones de vulnerabilidad global; concepto más amplio incluso que
el de vulnerabilidad física. Pero, sí reconoce la existencia de responsabilidades sociales y
políticas para evitar las pérdidas. Tanto los gobiernos, como el público en general, están
exhortados por investigadores y funcionarios para implementar medidas de reducción de
riesgos. La semiótica del enfoque enfatiza imágenes de desastre asociadas con grandes
amenazas (LA RED, 1998).
1.2 Desde la Vulnerabilidad Social a enfoques más Holísticos
Este enfoque, involucra estudios principalmente sobre las reacciones y la percepción
individual y colectiva (Drabek, 1986, Mileti, 1996). En general, el énfasis está en que desastre
no es sinónimo de evento natural y sus aportes están dados en relación con la necesidad de
considerar la capacidad de adaptación o de ajuste de una comunidad ante la acción de eventos
naturales o tecnológicos.
En general, su enfoque plantea que la vulnerabilidad tiene un carácter social y que no
solamente está referida al daño físico potencial o a determinantes demográficas. Se postula
que un desastre en realidad ocurre sólo cuando las pérdidas producidas por un suceso superan
6
la capacidad de la población de soportarlas o cuando los efectos impiden que pueda
recuperarse fácilmente. Es decir, que la vulnerabilidad no se puede definir o medir sin hacer
referencia a la capacidad de la población de absorber, responder y recuperarse del impacto del
suceso.
Sin bien, en los últimos años diversos especialistas de las ciencias sociales se ha interesado de
nuevo por el tema, aún existen grandes vacíos que impiden un entendimiento completo de los
problemas de riesgo y sus verdaderas posibilidades de mitigación. Desde una visión más
integradora se entiende que puede llegar a ser muy diferente la lectura o la representación que
las personas tienen, las comunidades expuestas y las autoridades gubernamentales encargadas
de la gestión y de la toma decisiones para la reducción o mitigación del riesgo. Por esta razón
hoy se acepta que es necesario profundizar, también, el conocimiento acerca de la percepción
individual y colectiva del riesgo e investigar las características culturales, de desarrollo y de
organización de las sociedades que favorecen o impiden la prevención y la mitigación;
aspectos de fundamental importancia para poder encontrar medios eficientes y efectivos que
logren reducir el impacto de los desastres en el mundo. (Cardona, 2001). Es decir, la
vulnerabilidad puede ser interpretado desde varios componentes, entre ellos vulnerabilidad:
física (o localizacional), económica, social, política, técnica, ideológica, cultural, educativa,
ecológica, e institucional (LA RED, 1998, págs. 15-16).
1.3 Vulnerabilidad Social asociada al sismo en barrios con NBI
El Informe Mundial sobre Desastres 20102 deja de manifiesto la necesidad de que, los actores
sociales, las organizaciones institucionales y la comunidad misma, aborden la problemática de
la vulnerabilidad de los más desprotegidos; y así, poder reducir la diferencia existente entre el
mundo en desarrollo y el mundo desarrollado frente a los riesgos que amenazan a la
población en las zonas urbanas. También pone de relieve que en la era de la globalización las
deficiencias que padece una región pueden afectar al mundo entero.
Desde los últimos enfoques teóricos-conceptuales, es importante observar a la vulnerabilidad
social desde la capacidad de la población en cuestión de absorber, responder y recuperarse
luego de un evento sísmico. Estos planteamientos hacen énfasis en el rol activo que las
personas tienen en la construcción del significado del riesgo como apreciación, lectura o
“imaginario” y no algo externo al mismo. Por lo tanto, es fundamental considerar las
2 Cruz Roja, & Medialuna Roja. (2010). Informe Mundial sobre Desastres 2010. La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Suiza
7
percepciones, actitudes, motivaciones individuales y colectivas, las cuales pueden variar de
manera notable de un contexto a otro.
En consecuencia, en una comunidad con NBI la vulnerabilidad sísmica será mayor si su
cohesión interna es pobre; es decir, si las relaciones que vinculan a los miembros de la misma
no se afianzan en sentimientos compartidos de pertenencia y de propósito. Sumando a ello, si
no existen formas organizativas que lleven a acciones concretas y una ausencia de liderazgo
efectivo a nivel comunitario suelen ser un síntoma de vulnerabilidad.
2. DESARROLLO
2.1 Caracterización de la Villa M. Moreno y 2 de Abril. Caso de Estudio3
2.1.1 Localización
Las Villas Mariano Moreno y 2 de Abril, se localizan en un sector al este de Ruta Nac. Nº 40,
fuera del límite urbano establecido por la D.P.D.U. En la misma el uso residencial es
complementario al uso industrial, presentando las industrias un cierto grado de concentración
en las adyacencias al barrio en donde predominan las parcelas de usos agrícolas e industriales
preservadas para esos usos por la normativa de la D.P.D.U.- (Ver figura 1y 2)
Figura 1: Ubicación de las villas (UEP-PROMEBA, 2008) Figura 2: Vista Aérea
2.1.2 Caracterización Social En la zona se desarrollan, principalmente, actividades de minería de tercer orden —extracción y
clasificación de áridos— que dan al área un aspecto muy particular por la envergadura de las
acumulaciones de material de rechazo, del flujo de tránsito pesado, como por las dimensiones y
profundidad de las cavas que generan; aunque también hay establecimientos que realizan actividades
económicas de otro tipo (industriales, pecuarias y agrícolas)
Este diagnóstico realizado, dejó de manifiesto mediante análisis censales que el 65% de la comunidad 3 Síntesis obtenida del Informe elaborado por UEP-PROMEBA. (2008). Diagnóstico Integral Completo. Proyecto Villa Mariano Moreno y 2 de Abril. San Juan. Argentina: Autor
8
de ambas Villas presentan sus Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), a nivel urbano-poblacional se
encuentran bajo la Línea de Pobreza y sus viviendas, en general , son de carácter espontáneo. Una
síntesis de la lectura de situación realizada a partir de los datos arrojados de los 769 hogares que
participaron del censo poblacional realizado en las Villas Mariano Moreno y 2 de Abril, se observa:
Población: Cantidad de Habitantes: 3033, femenino (51,27 %) y masculino (48,73 %). El mayor
porcentaje de esta población pertenece al grupo etario de menores de 14 años. Seguido por la franja
etaria de jóvenes y adultos.
Educación: De acuerdo a lo expresado en las cedulas censales, de las personas que tienen entre 36 a
50 años, el 82% terminaron sus estudios primarios, 6,5% sus estudios secundarios; y 0,7% personas
cursaron alguna materia en la universidad. De las personas mayores de 51 años, sólo 8 accedieron al
colegio secundario de los cuales 5 terminaron esos estudios (1,7%).
De lo expuesto anteriormente podemos inferir que el nivel educativo general de las comunidades es
bajo, lo cual se ven sin posibilidades concretas de mejora sin una escuela con el ciclo completo del
secundario en la zona.
Trabajo: se observa un alto nivel de desocupación, que alcanza el 15%, a pesar que los niveles de
desocupación provinciales no llegan al 8%, esto puede ser por la falta de oficios, mencionado por la
comunidad, por una cuestión de cultura del trabajo o simplemente porque los que aumentan ese
porcentaje son menores de 20 años, de todas maneras es un porcentaje a tener en cuenta en la siguiente
intervención.
Se puede inferir que los datos coinciden con lo expresado por la comunidad de la necesidad de
capacitación de oficios para jóvenes y adultos, ya que el 63% no tiene un oficio definido, lo que
dificulta la progresiva competencia en el ambiente laboral. La comunidad expresa que de este número
la mayoría corresponde a jóvenes de entre 18 y 40 años.
2.2 Análisis de la Vulnerabilidad asociada al Sismo. V° Mariano Moreno y 2 de Abril
La variable social se abordó desde dos niveles, el primero orientado a las instituciones que se
encuentran en el área, y el segunda con información requerida particularmente a cada familia
que habita el área. Teniendo en cuenta los siguientes aspectos: a) características
socioeconómicas, b) capacidad de prevención y respuestas institucional, y c) percepción local
al riesgo sísmico.
a) Características socioeconómicas
Proporciona un parámetro para medir las posibilidades de organización y recuperación
después de un desastre. Los indicadores socioeconómicos que influyen directamente sobre las
condiciones básicas de bienestar y de desarrollo de los individuos y de la sociedad, en general,
son cinco: Salud, Educación, Vivienda, Empleo e Ingresos y Población.
9
b) Capacidad de prevención y respuesta
La capacidad de prevención y respuesta se refiere a la preparación antes y después de un
evento por parte de las autoridades. El principal objetivo es evaluar de forma general el grado
en el que las instituciones comunitarias se encuentran capacitadas para incorporar conductas
preventivas y ejecutar tareas para la atención de la emergencia. Se analiza:
b.1) Organización Institucional: Permite conocer la capacidad de prevención y respuesta de
los órganos responsables de llevar a cabo las tareas de atención a la emergencia y
rehabilitación. Se observa:
b.1.1) Existencia, cantidad y tipos de Instituciones, asociaciones, club, etc.: la mayor
cantidad de instituciones comunitarias permitirá reflejar el grado de organización
presente en el área.
b.1.2) Existencia de Unidad o comité comunitario de protección civil.
b.1.3) Implementación de Planes y/o programas de prevención y emergencias
orientadas al sismo.
b.1.4) Vínculos con centros de asistencia social.
b.1.5) Personal capacitado activo.
b.2) Percepción Institucional del riesgo sísmico: Se analiza la percepción del riesgo que se
hay en las instituciones locales, lo que permite planear estrategias y planes de prevención de
acuerdo con la forma de pensar y con la concepción de riesgo exista en dichas instituciones.
Se analiza:
b.2.1) Conocimiento de planes y programas oficiales: Para asegurar continuidad a las
acciones que los gobiernos tengan contemplados en los planes y/o programas de contingencia.
b.2.2) Implementación de mecanismo de alerta temprana: La alerta temprana es una de
las bases para la reducción de desastres, reaccionar con anticipación y de manera apropiada
para reduciría la posibilidad de daños tanto humanos como materiales.
b.2.3) Detección de posibles rutas de evacuación y acceso: El establecimiento de las
rutas de acceso y evacuación en caso de un desastre es muy importante, principalmente en las
comunidades más aisladas.
b.2.4) Ubicación de áreas para refugios temporales: Es importante elaborar con
anterioridad y que quede establecido en los planes de emergencia la previsión de la ubicación
de lugares para la concentración de damnificados para lograr una mejor organización en caso
de presentarse una emergencia.
10
b.2.5) Stock de alimentos, cobertores, colchonetas, etc.: La existencia de fondos o
stock, indica una concientización sobre los riesgos en caso de desastre por parte de la
administración municipal.
b.2.6) Mapas que identifiquen puntos críticos o zonas de peligro: contar con mapas o
con croquis de la localidad facilitará en gran medida las acciones a tomar en la localidad al
contar con la ubicación de varios de los aspectos mencionados anteriormente, como la
ubicación de rutas de evacuación, refugios temporales, etc. así como zonas críticas y/o de
peligro.
b.2.7) Equipo necesario para la comunicación: El equipamiento en una unidad de
protección civil será completo en la medida en que cuente con los elementos básicos tanto
para recibir información de manera rápida y oportuna, así como para enviar la misma de
manera efectiva en el menor tiempo posible.
c) Percepción local del riesgo sísmico de las familias y habitantes:
Se analiza:
c.1) Participación activa en instituciones: La percepción local de riesgo es el imaginario
colectivo que tiene la población acerca de los peligros y las vulnerabilidades que existen en su
comunidad. En muchas ocasiones la población no tiene una percepción clara del peligro que
representa una amenaza de tipo natural o antrópicas en su localidad, lo que incide
directamente en la capacidad de respuesta de la población ante un desastre. La información
que se pueda obtener en esta variable puede despertar el interés para producir información,
que pudiera resultar útil en la toma de decisiones por parte de los organismos de atención de
emergencias, en lo referente al comportamiento de la población.
c.2) Vivencia de situaciones de desastre asociadas a amenazas y pérdidas de algún bien a
causa de un fenómeno natural: Una situación de emergencia se refiere a un evento que haya
causado la pérdida de vidas o bienes de la población, bajo esta óptica, será importante conocer
la memoria colectiva acerca de estas situaciones. Además la pérdida de bienes ocasionada por
un fenómeno natural llega a ser muy común y es un buen parámetro para detectar eventos que
tal vez no fueron considerados como desastre, pero que sin duda influyen en la percepción del
riesgo.
c.3) Asociación de la vulnerabilidad física a lo social: Determina si dentro de las
representaciones sociales, se reconoce como importe los aspectos físicos de la vivienda;
posibilitaría luego, despertar el interés en la población para asimilar nuevas técnicas
constructivas que mitiguen el riesgo de sus viviendas. También, permitiría producir
11
información que pudiera resultar útil en la toma de decisiones por parte de los organismos de
atención de emergencias, en lo referente al comportamiento de la población.
c.4) Conocimientos de procedimientos en caso de emergencia: Es importante que la
población conozca los procedimientos que debe seguir. Si la comunidad no conoce los lugares
ni a los responsables de la atención no responderá apropiadamente a los sistemas existentes,
por más efectivos que éstos sean.
c.5) Participación en simulacros: Dentro de las acciones de prevención, los simulacros son
de gran importancia, debido a que es un ejercicio que promueve la cultura de la prevención y
al ser aplicado crea conciencia en los participantes.
c.6) Pan familiar de contingencia: Es importante que las familias conozcan los
procedimientos que deben seguir. La atención responderá apropiadamente a los sistemas
existentes si cada familia conoce a quién y dónde acudir.
c.7) Valoración de la información relacionada a la prevención sísmica: el desarrollo de
una cultura segura, en la cual la población esté informada y consciente de las amenazas que
afronta, y asuma la responsabilidad de protegerse a sí misma de la mejor manera posible
facilita el trabajo de las instituciones encargadas de la protección civil.
2.3 Resultados obtenidos de evaluación de la vulnerabilidad social
2.3.1 Capacidad de Prevención y Respuesta Institucional
De los análisis realizados a las instituciones comunitarias para evaluar si se encuentran
capacitadas para incorporar conductas preventivas y ejecutar tareas para la atención de la
emergencia surge:
a) de la organización institucional: se concluye que la vulnerabilidad social ante el sismo
sobre la capacidad de prevención y respuesta en las instituciones es media- alta. Es positivo
el auto-reconocimiento entre instituciones, entre ellas se reconocen: el Centro de Salud
Mariano Moreno; el CIC Bº los Andes; los clubes deportivos San Martín y Racing; la Capilla
Católica y la Iglesia Evangélica; las organizaciones no gubernamentales Rayito de Sol –taller
de juegos-, Rayuela –taller de murga, Concienciar y Centro de Jubilados. Más de diez
instituciones comunitarias reflejan un alto grado de organización en el área y por consiguiente
una menor vulnerabilidad social ante desastres. Sin embargo, no cuentan con una Unidad o
Comité de prevención que incluya a todas las instituciones, para que en caso de emergencia se
organice y dirija las acciones de atención a la emergencia, pero consideran muy importante
formarlo u organizarlo.
12
Cada institución, tampoco cuenta con un plan o programa de prevención sísmica pero sí
consideran importante contar con uno. Además, las instituciones no poseen vínculos con
centros de asistencia social u otros organismos para la recepción, almacenamiento y
distribución de apoyos, así como para la operación de los albergues para los damnificados,
como Cruz Roja o Defensa Civil. No cuentan con personal capacitado en materia de
protección civil, pero le atribuyen gran importancia comenzar a trabajar en ellos.
b) de la percepción institucional: la percepción institucional del riesgo sísmico, se enfoca en
la percepción local del riesgo que tiene cada institución. De los análisis realizados se puede
observar que la vulnerabilidad social asociada al sismo es alta.
El 80% de las instituciones no tiene conocimiento sobre los planes y/o programas de
contingencia nacionales, que les permita acceder a los mecanismos o procedimientos
específicos de solicitud y acceso a los recursos de protección y/o recuperación, luego de
ocurrido un desastre sísmico.
No tienen ningún tipo de mecanismo de alerta temprana que les permita reaccionar con
anticipación y de manera apropiada, y así reducir la posibilidad de daños tanto humanos como
materiales.
Tampoco están establecidas las rutas de acceso y evacuación en caso de un desastre,
principalmente importante en las comunidades más aisladas.
El 80 % de las instituciones no tiene determinados los sitios temporales que podrían funcionar
como lugares para la concentración de damnificados y lograr una mejor organización en caso
de presentarse una emergencia.
No tienen fondos o stock de alimentos y provisiones de abrigo, esto indica poca
concientización sobre los riesgos en caso de desastre por parte de las instituciones.
El 80 % de las instituciones no cuentan con mapas o croquis de la localidad sobre la ubicación
de rutas de evacuación, así como de zonas críticas y/o de peligro.
Tampoco cuentan con la información necesaria y/o los elementos básicos tanto para recibir
información de manera rápida y oportuna, así como para enviar la misma de manera efectiva
en el menor tiempo posible a los organismos encargados en el manejo de desastres.
Sin embargo, en cada caso se considera que es muy importante contar con la información o
las previsiones necesarias para estar preparados y responder oportunamente en caso de una
emergencia sísmica. Esto significa que las instituciones se encuentran predispuestas para
recibir cursos e información para la capacitación de preparación y prevención ante el riesgo
sísmico.
13
2.3.2 Percepción local del riesgo sísmico del as familias y personas.
La percepción local de riesgo es el imaginario colectivo que tiene la población acerca de los
peligros y las vulnerabilidades que existen en su comunidad. La evaluación de la
vulnerabilidad social de la población sobre percepción que representa una amenaza sísmica en
su localidad y la capacidad de respuesta que tienen ante la misma, surgen:
El análisis de la vulnerabilidad social de la población sobre la percepción local ante el riesgo
sísmico y su capacidad de respuesta, que tienen ambas villas, evidencia una vulnerabilidad
media-alta debido a:
• Ambas villas expresan que más del 60% de la población no participan activamente de
las organizaciones barriales.
• En las mismas, más del 60 % no se evidencia en la memoria colectiva vivencias de
situaciones de desastre ocasionadas por el sismo. Sin embargo, un 20% de la población se
refieren haber vivido alguna situación de emergencia o desastre asociada al sismo e influyen
en la percepción que poseen del riesgo.
• Se destaca que más de 80% de la población de ambas villas, reconocen que es
importante considerar los aspectos físicos de la vivienda; esto induce a despertar el interés en
la población para asimilar nuevas técnicas constructivas que mitiguen el riesgo de sus
viviendas.
• Más del 85% de la población no conocen los procedimientos que se deben seguir, los
lugares ni a los responsables de la atención en caso de emergencia sísmica, pero están
interesados en conocer dicha información.
• Más del 70% no saben o consideran que no se han realizado campañas de información
o prevención y tampoco han realizado algún tipo de simulacro.
• Más del 75% de la población no tienen un plan familiar sobre los procedimientos a
seguir y dónde acudir, los lugares o los responsables de la atención, por lo tanto no
responderán apropiadamente a los sistemas existentes, por más efectivos que éstos sean.
• Casi la totalidad de la población no tiene conocimiento sobre la información
relacionada a la prevención sísmica y están muy interesados en conocer las amenazas que
afronta y las responsabilidades que deben asumir para protegerse de los mismos. Esto
resultaría importante para el desarrollo de una cultura segura.
14
3. CONCLUSIONES
La comprensión de la evolución conceptual de la mitigación de la vulnerabilidad sísmica de
las viviendas de sectores con NBI, por parte del equipo de investigación, permitió abordar
desde una perspectiva integradora la problemática, sumando a los aspectos tecnológicos
aquellos sociales y económicos que conllevan a la generación de soluciones alternativas
sustentables.
En tal sentido, la vulnerabilidad es entendida como proceso de carácter multidimensional y
multicausal, dado que confluyen simultáneamente la exposición a riesgos, las capacidades de
respuesta y adaptación de individuos, hogares o comunidades, ante una amenaza como es el
sismo, condicionante determinante para la arquitectura en esta zona.
La información surgida del análisis de los casos de estudio, dejó en claro que la población de
las villas Mariano Moreno y 2 de Abril son vulnerables socialmente frente a las acciones
sísmicas. Pero también, reflejó un gran interés por parte de los pobladores y las instituciones
para estar informadas y generar acciones que mitiguen dicha vulnerabilidad.
A partir de ello y bajo el pedido expreso del equipo de campo actuante, representando por
profesionales del IPV y de los vecinos, se llevó a cabo una jornada de capacitación en la villa.
En la misma se desarrollaron conceptos referidos a la sismicidad, sus orígenes, consecuencias,
prevención y modo de operar frente al evento.
Así también se brindaron instructivos a los vecinos con acciones a implementar antes,
durante y después del sismo; como así también carpetas con información referida a la
organización comunitaria para casos de emergencia.
Además, queda de manifiesto la necesidad de contar con estos instrumentos de diagnóstico y
análisis de la Vulnerabilidad Social asociada al Sismo para replicar en otros sectores con
NBI; y poder identificar sus imaginarios y representaciones sociales, con el propósito de
generar estrategias y acciones que mitiguen la Vulnerabilidad de Sísmicas de estos sectores.
Figura 3: Charla de Capacitación
15
4. BIBLIOGRAFIA
-ARAYA UMAÑA, S. (2002). Las Representaciones Sociales: Ejes teóricos para su
discusión. Costa Rica: FLACSO.
-Cardona, O. D. (2001). La necesidad de repensar de manera holística los conceptos de
Vulnerabilidad y Riesgo. “Una Crítica y una Revisión Necesaria para la Gestión”.
International Work-Conference on Vulnerability in Disaster Theory and Practice-
Wageningen, Holanda
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Suiza: La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja.
-DINAPRE, & UUEER. (2006). Manual Básico para le Estimación del Riesgo. Perú: Instituto
Nacional de Defensa Civil.
-Ferrero, A. (2003). Hábitat en Riesgo. Experiencias Latinoamericanas. ¿Participación o
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Vivienda de Interés Social RED XIV-G.
-Garcia Arroligan, N., Marin Cambranis, R., & Mendez Estrada, K. (2006). Guia Básica para
la Elaboración de Atlas Estatales y Municipales de Peligros y Riesgos. Evaluación de La
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Zonas de Alto Riesgo.
-Satterthwaite, D. (2010). Capítulo I: Evitar la Urbanización de los Desastres. En CruzRoja, &
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Federación Internacional de Sociedades CR y MR.
-UEP-PROMEBA. (2008). Diagnóstico Integral Completo. Proyecto Villa Mariano Moreno y
2 de Abril. San Juan. Argentina: Autor-IPV
1
7º ENCUENTRO DE INVESTIGADORES/AS DE CIENCIAS SOCIALES DE LA REGIÓN CENTRO-
OESTE DE ARGENTINA Y LA IV REGIÓN DE CHILE
FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES. UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN
27, 28 Y 29 DE MAYO DE 2015
Mesa 13: Desigualdad y Vulnerabilidad Social
Riesgos y Brechas Demográficas Desiguales y Distintas….
Insumos para formular y evaluar políticas de inclusión y promoción sustentables.….1
PALABRAS CLAVES
Riesgos Desiguales de Mortalidad - Fecundidad Diferencial - Dimensiones Demográficas.
Desigualdad.
RESUMEN
El propósito general consiste en analizar la dinámica demográfica experimentada por
segmentos particulares de la población del contexto provincial y metropolitano de San Juan;
en el decenio presente y futuro. En tanto pueden considerarse indicadores reflejos de la
desigualdad social, dado que la desigualdad como fenómeno complejo, diferencia los espacios
geográficos, la estructura social, las posiciones y estilos de comportamiento de los actores
que integran y conforman dicha estructura – contextos sociales. Esa situación suele
caracterizarse por la insatisfacción absoluta de las necesidades para la sobrevivencia de los
grupos sociales y por la frustración relativa que afecta a los individuos, poniendo en evidencia
riesgos diferenciales de mortalidad y fecundidad. En el propósito de este trabajo, subyace un
interés demográfico y sociológico, cuyos resultados se espera brinden aportes al diagnóstico y
formulación de políticas sociales en particular para la mujer. Puntualmente, el trabajo se
orienta a la determinación y análisis del riesgo de mortalidad de las mujeres residentes en
distintos contextos, contrastado con el de los hombres; la intensidad final de la reproducción y
el calendario de la fecundidad de la población femenina de San Juan y del área metropolitana.
1 Autores: Lic. Sara Mabel Valenzuela ([email protected]), Prof. Elba Guerra ([email protected]), Leonardo Drazic ([email protected]); Margarita Ana Maldonado ([email protected]). Instituto de Investigaciones Socioeconómicas, Facultad de Ciencias Sociales, UNSJ.
2
LINEAMIENTOS TEÓRICO-METODOLÓGICOS:
El enfoque metodológico es descriptivo e interpretativo. Se recurre al uso de estrategias y
técnicas estadísticas-demográficas consagradas en el análisis de la población. En general,
existe consenso y suficiente evidencia que múltiples factores, sean biológicos y socio-
culturales, los que afectan e intervienen en la mortalidad y en la reproducción de los
colectivos sociales. Sin embargo, tres aspectos de la dinámica demográfica de un colectivo
humano y contexto determinado, son los que reflejan las condiciones de desigualdad más
acabadamente. Ellos son: (a) Los riesgos de mortalidad, medida por la esperanza de vida al
nacer y, complementariamente por las probabilidades de sobrevivencia, diferenciales según la
edad, sexo y contextos. (b) La intensidad final de la reproducción, evaluada con la fecundidad
acumulada o retrospectiva y la tasa global de fecundidad (hijos nacidos vivos tenidos por las
mujeres en edades fértiles 10-49 años), cuyo nivel y estructura que es diferencial según
edades y contextos. (c) El calendario de la fecundidad, expresado por la distribución de los
nacimientos en el período reproductivo, implica el aporte de la maternidad de mujeres en las
distintas etapas vitales —mayor proporción de mujeres tienen hijos a menor edad—. El
cálculo de los riesgos de mortalidad por sexo, en las distintas etapas de la vida, se
corresponden con las funciones e índices derivados de las tablas de mortalidad —tasas
centrales de mortalidad (m x, x+n), probabilidad de sobrevivencia (lx,x+n) y probabilidad
(riesgo) de muerte (q x,x+n), estos índice quedan expresados en la esperanza de vida al nacer (e
0), o bien a determinadas edades (e x,x+n)—. El nivel de la mortalidad, en rigor demográfico,
queda expresado por su mejor medida, la esperanza de vida al nacer E (0). Dicho índice,
función de las tablas de mortalidad, no está afectado por la estructura de edades, representa el
promedio de años de vida que un recién nacido (componente de una generación) viviría si se
mantienen las condiciones de mortalidad observadas en un momento y espacio dado; o sea
que estuviera toda su vida, expuesto a la ley de mortalidad de un contexto determinado.
Situación que queda contenida en una tabla de muerte; instrumento que “...mide la mortalidad
en función de años de vida y no en función de las muertes...” (Arriaga, 1990; 95; 96). Siendo
el procedimiento por excelencia para el análisis de la mortalidad por edad y sexo. Asimismo,
las diferencias entre dichas tablas de distintos grupos de población de un mismo contexto, en
épocas diferentes o de contextos diferentes, en un mismo periodo de tiempo o deducidas de la
combinación de ambas situaciones, radican sólo en la fuerza diferencial de la mortalidad entre
las edades componentes. Vale recordar que el número total de muertes en una población, está
determinado por el tamaño y estructura demográfica de esa población, o sea por el
comportamiento diferencial por edad, sexo y causas que asume su ley de mortalidad. De
3
igual modo, la E(0) evidencia los avances y logros sanitarios en la prevención/promoción
masiva de salud, porque ocasionan el descenso de la mortalidad general e infantil y
concomitantemente el incremento de la expectativa de vida al nacer. Otros impactos
importantes estrechamente vinculados a la declinación de la mortalidad se visibilizan en el
aumento de los efectivos de mayor edad (ancianos), en particular de las mujeres (feminización
del envejecimiento) por efecto de la mayor longevidad de ellas y la sobremortalidad
masculina; hechos que redundan en el incremento de los años que una persona puede vivir en
las últimas etapas de la vida, siendo el envejecimiento individual un logro de este siglo,
beneficio que alcanza diferencialmente a los grupos humanos. En términos conceptuales y
operativos, la intensidad de la fecundidad se relaciona con el número de hijos nacidos vivos
tenidos por las mujeres en el transcurso de su vida fértil. El calendario de la fecundidad,
representa los diferentes momentos de la vida (edades) de las mujeres en los cuales se tienen
los hijos. Dichos acontecimientos vitales quedan sintetizados por las tasas específicas de
fecundidad por edad, tasa global de fecundidad, tasa de reproducción (bruta y neta) calculadas
para las distintas situaciones de las mujeres.
Dimensión espacial: fue delimitada como total provincia, áreas metropolitanas y resto;
construida a partir de las entidades político-administrativas; reagrupados según indicadores
socioeconómicos y concentración urbana- rural, para superar la división administrativa.
Dimensión temporal: El período en estudio comprende los años 2000-2001 hasta 2010, con
datos observados y disponibles. Las proyecciones de población, componentes demográficas e
indicadores correspondientes al lapso 2009/2010 hasta 2030, surgen de la aplicación del
Programa Rural and Urban Projections —RUP—. Para el análisis de las componentes
demográficas se utilizó el Software PASEX, desarrollado en el U.S.Bureau of the Census,
(Arriaga, 1984).
Fuentes de datos: Los datos provienen de Censos de Población realizados por INDEC (1991,
2001 y 2010). Las Estadísticas Vitales (nacimientos y defunciones 2001–2010), de la
Dirección Nacional de Estadísticas de Salud del Ministerio de Salud de la Nación.
Universo de estudio. Unidades de análisis: La unidad de análisis es cada sujeto censado o
expuesto a un acontecimiento vital, por entender que es el portador de la información de
interés a los fines de esta investigación reflejando las características distintivas e indivisibles
(edad, sexo, hijos, lugar de residencia, etc.). La agregación de las unidades de análisis, en su
conjunto y, según las variables de segmentación conforma el universo de análisis.
4
ANÁLISIS DE LA MORTALIDAD2
El proceso de transición demográfica implica el cambio del nivel y estructura de la
mortalidad y fecundidad, de un estado de equilibrio a otro. Dicho proceso fue experimentado
tanto en el orden nacional, regional como en el provincial (local) San Juan. En ese marco, las
distinciones observadas en los niveles, padrón (estructura) y dinámica de las variables
demográficas son atribuidas a la heterogeneidad estructural de las fronteras locales. Según la
tipología de Perfiles de Mortalidad, San Juan, en la década de 1980-1990, fue clasificada en el
estrato intermedio, caracterizado por la declinación de la mortalidad infantil, valores medios
de esperanza de vida al nacer con variación moderada y ligeros incrementos, próximos al
promedio nacional (INDEC,1998). Esta situación representó ganancias en la sobrevivencia de
la población de todas las edades (Tabla Nº 1 en Anexos). Respecto de la distribución de los
beneficios por sexo, en ese período, los nacimientos masculinos alcanzaban a vivir en
promedio 7 años menos que los nacimientos femeninos, bajo las condiciones de mortalidad
de esa década. Al inicio de los noventa el margen a favor de las mujeres, disminuye a 6 años
y fracción; indicios que estarían marcando un aumento del nivel de la mortalidad femenina y,
por ende, la disminución de la masculina; esto es, bajo las condiciones de mortalidad de los
años evaluados (1980/91). Comparativamente, para cada sexo, los incrementos representan
ganancias de 3 años (mujeres) y 4 años (varones) en la sobrevivencia de sus respectivas
poblaciones; que significa un incremento por año calendario de 0,3 y 0,4 años de E(o)
respectivamente (Tabla Nº 2 en Anexos). En la etapa 1990-2000, el cambio de la mortalidad
en el contexto provincial, fue prácticamente similar al decenio previo. En la década presente,
particularmente, en el primer quinquenio (2001-2005) se detecta una ligera retracción de las
E(o) y E(x) , retrocesos menos significativos entre las mujeres sanjuaninas que entre los
sanjuaninos (Cuadro Nº 1 – Gráfico Nº 1 y Nº 2). No obstante, en el decenio completo (2001-
2010), el cambio (disminución) de la mortalidad, ocurre con mayor intensidad en el segundo
tramo, lo que implica un aumento de la E(o) de aproximadamente 2 años y fracción.
Teniendo en cuenta que la mortalidad exhibe un fuerte diferencial por sexo, la dinámica antes
descripta puede interpretarse observando el comportamiento de la brecha entre la E(o) de las
mujeres y los hombres. Al inicio de los noventa el diferencial por sexo era de casi 6 años a
favor de las mujeres, hacia el final del período la posición alcanzada retrocede a 5,5 años. Esa
distancia se acentúa ligeramente al comenzar el decenio 2001-2010 con un valor de 5,4 años.
Asimismo, la ligera retracción en la E(o), en la primera mitad de la década, se debe al
2 Las notaciones E(o) y E(x) significan esperanza de vida al nacer y esperanza de vida a determinadas edades.
5
aumento de la mortalidad entre los hombres, hecho que frena el incremento de la E(o) para
ambos sexos; no obstante entre las mujeres se advierte una recuperación de 1,2 años de E(o) en
ese tramo de la década. El punto de inflexión se sitúa en el 2005, momento en el cual el
cambio de la mortalidad inicia un claro descenso, que consecuentemente provocará el
aumento de la E(o) de 1,8 años, aproximado a 2 años, entre los varones; mientras que entre las
mujeres la distancia es de sólo 1,1 años. Existen vastas evidencias acerca del exceso de
mortalidad masculina acompañado de la mayor sobrevivencia de las mujeres; sin embargo
durante el decenio 2001-2010, se advierte que la posición de ventaja ocupada por las mujeres
se ralentiza, al aumentar la mortalidad entre ellas y, consecuentemente estancarse el nivel de
la E(o). Por el contrario, los hombres sanjuaninos han recuperado a su favor el beneficio de
casi 2 años. Al proyectarse los comportamientos de la mortalidad hasta el 2030, se advierte el
mantenimiento de las tendencias descriptas; es decir la ralentización del nivel de la E(o), para
ambos sexos debido al efecto de la mortalidad femenina, la brecha o diferencial entre la E(o)
de los hombres y mujeres se estabiliza en 5 años, cuando inicialmente era de siete y seis años.
Cuadro Nº 1: Esperanza de Vida y Tasas de Mortalidad Infantil. San Juan Total Provincia y Área Metropolitana. Período 2001-2030.
Años
Esperanzas de vida al nacer E (0)
Tasa de mortalidad
infantil (T.M.I.)
Índice de Evolución T.M.I
Base 2001=100 H/M
(Sx/Ratio) (%) A. S. H M Dif.
M-H A. S. H M A. S. H M
San Juan Total Provincia 2001 73,5 70,9 76,2 5,4 18,9 20,1 17,7 113,7 2005 74,2 71,1 77,4 6,3 16,4 17,8 14,9 -13,2 -11,4 -15,5 119,2 2010 75,6 72,9 78,5 5,6 12,6 13,9 11,1 -33,6 -30,6 -37,1 125,6
2001-05 0,7 0,2 1,2 0,9 -2,5 -2,3 -2,7 2005-10 1,5 1,8 1,1 -0,8 -3,9 -3,9 -3,8 2001-10 2,1 2,1 2,2 0,2 -6,3 -6,1 -6,6
2015 76,6 74,0 79,4 5,4 10,9 11,9 9,7 -42,6 -40,5 -45,0 122,8 2020 77,5 74,9 80,2 5,3 9,5 10,4 8,6 -49,8 -48,4 -51,4 120,9
2015-20 0,9 0,9 0,8 -0,1 -1,4 -1,6 -1,1 2025 78,3 75,7 81,0 5,3 8,4 9,1 7,7 -55,5 -54,5 -56,6 119,3 2030 79,0 76,4 81,6 5,2 7,5 8,2 6,9 -60,1 -59,4 -60,9 117,9
2025-30 0,7 0,7 0,7 0,0 -0,9 -1,0 -0,8 2020-30 1,5 1,5 1,4 -0,1 -2,0 -2,2 -1,7 Fuente: Censos de Población, Estadísticas Vitales y Estimaciones - Proyecciones Demográficas.
6
Cuadro Nº 1: Esperanza de Vida y Tasas de Mortalidad Infantil. San Juan Total Provincia y
Área Metropolitana. Período 2001-2030.
Años
Esperanzas de vida al nacer E (0)
Tasa de mortalidad
infantil (T.M.I.)
Índice de Evolución T.M.I
Base 2001=100 H/M
(Sx/Ratio) (%) A. S. H M Dif.
M-H A. S. H M A. S. H M
San Juan Área Metropolitana
2001 73,9 71,2 76,6 5,3 16,3 16,4 16,2 101,1 2005 74,6 71,5 77,8 6,3 14,3 15,6 12,9 -12,3 -4,8 -20,3 120,8 2010 73,3 71,0 75,6 4,6 18,6 19,6 17,6 14,5 20,0 8,7 111,7
2001-05 0,7 0,3 1,2 0,9 -2,0 -0,8 -3,3 2005-10 -1,3 -0,5 -2,2 -1,7 4,4 4,1 4,7 2001-10 -0,6 -0,2 -0,9 -0,7 2,4 3,3 1,4
2015 73,5 71,4 75,7 4,3 17,9 18,4 17,4 9,9 12,5 7,2 106,1 2020 73,8 71,9 75,8 3,9 17,2 17,3 17,1 5,6 5,4 5,7 100,8
2015-20 0,3 0,4 0,1 -0,3 -0,7 -1,2 2025 74,6 72,6 76,7 4,1 15,3 15,4 15,2 -5,9 -5,6 -6,2 101,8 2030 75,4 73,4 77,5 4,2 13,6 13,8 13,4 -16,2 -15,6 -16,9 102,8
2025-30 0,8 0,7 0,8 0,1 -1,7 -1,6 2020-30 1,6 1,5 1,7 0,3 -3,6 -3,4 Fuente: Censos de Población, Estadísticas Vitales y Estimaciones - Proyecciones Demográficas.
Al analizar el Área Metropolitana, durante igual período, 2001 -2010, se detectan bastantes
similitudes tanto en el nivel como en el patrón de mortalidad de ambos sexos y, para las
mujeres y hombres del contexto. Sin embargo, merece destacarse que la E(o), alcanza un
promedio de 74 años para ambos sexos al inicio del decenio y disminuye a 73 al final de la
década; recuperándose a 75 años como valor esperado para el 2030, año final de la
proyección. Ahora bien, las metropolitanas inician y finalizan el período observado y
proyectado con casi 77 años de E(o). Cabe destacar que de mantenerse las tendencias
estimadas, la brecha o diferencial por sexo en el contexto metropolitano, cuantificado en 6
años en promedio, sólo será de 4 años, evidencia que señala un aumento de la mortalidad
entre las mujeres y un acercamiento al patrón de mortalidad masculina. Para este contexto,
como para el total provincial, los cambios descriptos implican que en la década en estudio, no
se ha logrado aún una E(o) para ambos sexos, mayor a los 76 años, aunque las mujeres
metropolitanas y sanjuaninas si alcanzaban ese nivel al comienzo del decenio, lo que las ubica
en una posición de mayor ventaja. Si bien era esperable que se mantuvieran y acrecentaran
los logros obtenidos en la década de 1980-90, los niveles de mortalidad estimados presentan
indicios de la ralentización en la reducción de la misma. Se ha sostenido con acierto que el
nivel de mortalidad infantil de un contexto refleja con transparencia el estado de desarrollo
socioeconómico del mismo; asimismo es susceptible de cambios en la medida que las causas
7
de muerte de su población varían debido las transformaciones que se producen en las
condiciones socioeconómicas y en los programas de salud implementados. Interesa señalar
dos fuertes evidencias válidas tanto en el período de datos observados 2001-2010, como en
las décadas siguientes, que resultan de las proyección demográfica por componentes, ellos son
el sostenido y paulatino proceso de descenso de la mortalidad infantil, lo cual implica que el
riesgo de mortalidad temprana está bajo control; Particularmente, el exceso de mortalidad
observable entre los menores de un año. La mortalidad infantil, presenta un descenso
importante entre 2001 - 2010 y continuará su declinación entre el 2010 – 2030, pasando del
18,89 al 7,54 por mil en ambos sexos, con una ganancia de aproximadamente 11 por mil
para cada sexo. Por otra parte, las evidencias encontradas indican, la existencia de un margen
positivo para la aplicación de medidas sanitarias y políticas asistenciales masivas, que de
implementarse podrían facilitar en un plazo no muy lejano —decenio siguiente— el logro de
mayores descensos en los niveles de mortalidad y un aumento en la expectativa de vida. Es
probable que en San Juan, en los próximos años, el ritmo del descenso en los niveles de
mortalidad sea aún más lento, debido a que las disminuciones por efecto de los avances
médicos y sanitarios, fueron experimentadas con anticipación, particularmente en la
mortalidad infantil. En otras palabras, se habría llegado a la etapa de la evolución de la
mortalidad en la cual los progresos en salud han alcanzado su máximo, de acuerdo a los
recursos disponibles. En ese sentido la eficacia de los recursos disponibles —económicos y
sanitarios— disminuye o es inexistente a partir de un cierto nivel de mortalidad, si no va
acompañada por el mejoramiento de la calidad de vida y por una distribución del ingreso más
equitativa para la población, consecuentes del crecimiento general de la economía.
Gráfico Nº 1: Evolución de la Esperanza de Vida al Nacer. Período 2001 – 2030.
San Juan Total Provincia San Juan Área Metropolitana
Ambos sexosy = 72,992 * e0,0027x
R2 = 0,9699
Hombresy = 70,136 * e0,003x
R2 = 0,9619
Mujeresy = 76,079 * e0,0024x
R2 = 0,9744
60,0
61,0
62,0
63,0
64,0
65,0
66,0
67,0
68,0
69,0
70,0
71,0
72,0
73,0
74,0
75,0
76,0
77,0
78,0
79,0
80,0
81,0
82,0
83,0
84,0
85,0
2000 2005 2010 2015 2020 2025 203060,0
61,0
62,0
63,0
64,0
65,0
66,0
67,0
68,0
69,0
70,0
71,0
72,0
73,0
74,0
75,0
76,0
77,0
78,0
79,0
80,0
81,0
Hombres Mujeres Ambos sexos Exponencial (Ambos sexos) Exponencial (Hombres) Exponencial (Mujeres)
EVOLUCION DE LA ESPERANZA DE VIDA AL NACER (en años) POR SEXO SAN JUAN 2000 - 2030
OBSERVADAS PROYECTADAS Ambos sexosy = 72,992 * e0,0027x
R2 = 0,9699
Hombresy = 70,136 * e0,003x
R2 = 0,9619
Mujeresy = 76,079 * e0,0024x
R2 = 0,9744
60,0
61,0
62,0
63,0
64,0
65,0
66,0
67,0
68,0
69,0
70,0
71,0
72,0
73,0
74,0
75,0
76,0
77,0
78,0
79,0
80,0
81,0
82,0
83,0
84,0
85,0
2000 2005 2010 2015 2020 2025 203060,0
61,0
62,0
63,0
64,0
65,0
66,0
67,0
68,0
69,0
70,0
71,0
72,0
73,0
74,0
75,0
76,0
77,0
Hombres Mujeres Ambos sexos Exponencial (Ambos sexos) Exponencial (Hombres) Exponencial (Mujeres)
EVOLUCION DE LA ESPERANZA DE VIDA AL NACER (en años) POR SEXO area metropolitana SAN JUAN 2000 - 2030
OBSERVADAS PROYECTADAS
8
Gráfico Nº 2: Evolución de la Tasa de Mortalidad Infantil. Período 2001 – 2030.
San Juan Total Provincia San Juan Área Metropolitana
Gráfico Nº 3: Diferencial de la Mortalidad por Sexo. Período 2001 – 2030.
San Juan Total Provincia
San Juan Área Metropolitana
Fuente: Los Gráficos Nº 1; Nº 2 y Nº 3 se elaboraron a partir del Cuadro Nº 1
Análisis de la Fecundidad
El análisis de la convergencia de la fecundidad, específicamente la evolución del nivel, la
intensidad y el calendario de la fecundidad, se basa en los indicadores clásicos para su
medición: tasas de fecundidad por edad de las madres (mujeres en edades fértiles 15-49) a
partir de la cual se deriva la tasa global de fecundidad, la edad media, mediana y modal de las
madres y la distribución porcentual de las tasas específicas por edad. Dichos indicadores
Hombresy = 20,567e-0,0334x
R2 = 0,961
Mujeresy = 16,964e-0,0321x
R2 = 0,9072
Ambos sexos y = 26,673e-0,0335x
R2 = 0,9698
0,0
5,0
10,0
15,0
20,0
25,0
2000 2005 2010 2015 2020 2025 20300,0
5,0
10,0
15,0
20,0
25,0
30,0
Hombres Mujeres Ambos sexos Exponencial (Hombres) Exponencial (Mujeres) Exponencial (Ambos sexos)
EVOLUCION DE LA MORTALIDAD INFANTIL (TASA POR MIL) SAN JUAN 2000 -2030
OBSERVADAS PROYECTADAS
Hombresy = 20,567 * e-0,0334x
R2 = 0,9610
Mujeresy = 16,964 * e-0,0321x
R2 = 0,9072
Ambos sexos y = 26,673e-0,0335x
R2 = 0,9698
0,0
5,0
10,0
15,0
20,0
25,0
2000 2005 2010 2015 2020 2025 20300,0
5,0
10,0
15,0
20,0
25,0
30,0
Hombres Mujeres Ambos sexos Exponencial (Hombres) Exponencial (Mujeres) Exponencial (Ambos sexos)
EVOLUCION DE LA MORTALIDAD INFANTIL (TASA POR MIL) AREA METROPOLITANA SAN JUAN 2000 -2030
OBSERVADAS PROYECTADAS
2000
2005
2010
2015
2020
2025
2030
66,0
67,0
68,0
69,0
70,0
71,0
72,0
73,0
74,0
75,0
76,0
77,0
78,0
79,0
Mujeres Ambos sexos Hombres
OBSERVADAS
PROYECTADAS
DIFERENCIALES POR SEXO ESPERANZA DE VIDA AL NACER AREA METROPOLITANA SAN JUAN. 2000 - 2030
-4,0
-3,0
-2,0
-1,0
0,0
1,0
2,0
3,0
4,0
5,0
6,0
7,0
8,0
2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030
64,0
66,0
68,0
70,0
72,0
74,0
76,0
78,0
80,0
82,0
84,0
Diferencial Hombres - Mujeres Diferencial Ambos Sexos - Mujeres Mujeres Hombres
OBSERVADAS PROYECTADAS
DIFERENCIALES POR SEXO ESPERANZA DE VIDA AL NACER AREA METROPOLITANA SAN JUAN 2000 - 2030
9
permiten medir el nivel —intensidad— y estructura (o padrón) de la fecundidad, a la vez que
ése último índice dará cuenta del calendario de la fecundidad; es decir el momento de la vida
(edad) de las mujeres madres en las que ocurren los nacimientos de sus hijos y,
comparativamente cuál es el aporte de cada grupo de mujeres al nivel total. Asimismo,
calculados a través del tiempo, para una serie de puntos observados (2001-2008) y
proyectados (2009 -2030), mediante procedimientos demográficos estandarizados, es posible
reconocer la dinámica y tendencia evolutiva de dicha variable. Las tasas específicas de
fecundidad por edad miden la frecuencia de nacimientos ocurridos entre las mujeres madres,
clasificadas en grupos de edades quinquenales. En rigor, permiten estimar el nivel de
fecundidad que ha ocurrido durante los 35 años que transcurren entre los 15 años (límite
inferior del primer intervalo) hasta 49 años o límite superior del último intervalo. Ese período
reproductivo representa la experiencia de fecundidad de cada una de las siete cohorte de
mujeres, observados o estimados en un momento dado del tiempo y asignada al punto medio
de cada tramo quinquenal para suavizar efectos distorsivos; es decir, que corresponde a una
estimación transversal que expone conjunta y simultáneamente la experiencia / trayectoria de
fecundidad de esas siete cohortes. De este repertorio de tasas específicas se deriva la tasa
global de fecundidad, indicador que representa el número de hijos que en promedio tendría
cada mujer de esas cohortes hipotéticas de mujeres que, durante el período fértil (desde los 15
a los 49 años), tuvieran sus hijos de acuerdo a las tasas de fecundidad por edad de la
población en estudio. La acumulación de las tasas específicas de fecundidad por edad de las
madres hasta la edad final del período fértil permite derivar la Fecundidad Retrospectiva o
Total. También se ha agregado un indicador muy elocuente, el referido al nivel de reemplazo
de las poblaciones, representado por la Tasa Bruta de Reproducción, derivada de la tasa
global de fecundidad, señala el número de hijas (mujeres) que en promedio, estarían
garantizando el reemplazo generacional de sus madres. En contextos de alta fecundidad los
tres índices, prácticamente alcanzan un nivel similar. Mientras que en situaciones de descenso
de la fecundidad, se distancian. Por otra parte, es necesario establecer ciertos supuestos
respecto de las mujeres madres componentes del universo bajo análisis: a) de estabilidad de
la fecundidad en el tiempo; es decir que los valores de las tasas de fecundidad por edad de
las madres, que son acumuladas para determinar la fecundidad total/retrospectiva y derivar la
tasa global de fecundidad, no cambian de una generación a otra. Estas condiciones se cumplen
con bastante aproximación en poblaciones de alta fecundidad y en los contextos que no han
sufrido cambios significativos durante cierto periodo de tiempo; b) de no impacto de la
mortalidad, la acumulación paulatina de la tasa de fecundidad de determinada edad exacta
10
[x(i)] o de un grupo de edad [x(i)-x(i+n)] que se suma hasta la edad exacta [x (i+1)] o grupo de
edad siguiente [x(i)-x(i+n)], permite alcanzar la fecundidad total/retrospectiva; este nivel refleja
la fecundidad de las mujeres que sobreviven hasta la edad o grupo de edad final considerado.
Se supone que la tasa específica de fecundidad por edades no es impactada por la mortalidad
en las edades anteriores de las mujeres de igual generación. Esto equivale a expresar que las
mujeres fallecidas y las sobrevivientes, en una determinada edad, tenían el mismo número
medio de hijos; eventualmente, sino han fallecido antes, tendrían a una misma edad [x(i)],
similar promedio de hijos que las sobrevivientes; c) de no impacto de la migración, no
existirían impactos diferenciales en el comportamiento reproductivo de las mujeres nativas
(no migrantes) y no nativas (migrantes internas e internacionales).
Cuadro Nº 2: Tasas Específicas de Fecundidad y Estructura de la Fecundidad por Edad de las Madres. Tasa Global de Fecundidad. Tasa Bruta de Reproducción. Nacimientos Ocurridos y
Proyectados. San Juan Total Provincia. Período 2001 - 2030.
Años
Observados Proyectados
2001 2005 2010 2015 2020 2025 2030
San Juan Total Provincia Tasas de fecundidad por edades 15-19 0,0674 0,0708 0,0704 0,0668 0,0632 0,0596 0,0560 20-24 0,1407 0,1376 0,1390 0,1259 0,1213 0,1166 0,1120 25-29 0,1541 0,1406 0,1359 0,1334 0,1310 0,1286 0,1262 30-34 0,1246 0,1200 0,1118 0,1097 0,1077 0,1056 0,1036 35-39 0,0697 0,0677 0,0620 0,0601 0,0583 0,0565 0,0546 40-44 0,0212 0,0220 0,0181 0,0176 0,0172 0,0167 0,0163 45-49 0,0012 0,0018 0,0012 0,0012 0,0012 0,0012 0,0013
San Juan Total Provincia Estructura de la fecundidad (porcentuales simples) 15-19 11,6 12,6 13,3 13,0 12,6 12,3 11,9 20-24 24,3 24,5 25,8 24,5 24,3 24,1 23,8 25-29 26,6 25,1 25,2 25,9 26,2 26,5 26,9 30-34 21,5 21,4 20,8 21,3 21,5 21,8 22,0 35-39 12,0 12,1 11,5 11,7 11,7 11,7 11,6 40-44 3,7 3,9 3,4 3,4 3,4 3,4 3,5 45-49 0,2 0,3 0,2 0,2 0,2 0,2 0,3
Estructura de la fecundidad (porcentuales acumulados edades seleccionadas) 15-19 11,6 12,6 13,1 13,0 12,6 12,3 11,9 15-29 62,6 62,3 64,1 63,4 63,1 62,9 62,6 20-29 50,9 49,6 51,1 50,4 50,5 50,6 50,7 20-34 72,4 71,0 71,8 71,7 72,0 72,4 72,7 15-34 84,1 83,7 84,9 84,7 84,7 84,7 84,6 35 y+ 15,9 16,3 15,1 15,3 15,3 15,3 15,4
Tasa global de fecundidad 2,8945 2,8025 2,6920 2,5735 2,4995 2,4240 2,3500 Velocidad de cambio TGF 0,8108 0,8078 0,9044 0,5852 0,6153 0,6220 Tasa bruta de reproducción 1,4120 1,3671 1,3132 1,2554 1,2193 1,1824 1,1463
Nacimientos ocurridos 13.796 14.332 14.680 15.088 15.298 15.408 15.461 Fuente: Censos de Población, Estadísticas Vitales y Estimaciones - Proyecciones Demográficas.
11
Como puede apreciarse en el cuadro precedente, en el período en estudio (años observados),
el nivel de la fecundidad del contexto provincial, representado por la tasa global de
fecundidad (TGF) se aproxima a casi 3 hijos por mujer, prácticamente duplica el nivel de
reemplazo3 (tasa bruta de reproducción). La velocidad de cambio anual valida el inicio del
proceso de declinación de la fecundidad, evidencia que se advierte en los años con datos
disponibles u observados; tendencia que se pronuncia paulatinamente en los años
proyectados. El otro indicador elaborado, que refleja el comportamiento de dicha variable,
queda sintetizado por las tasas específicas de fecundidad por edad de las madres. Este
repertorio de tasas, como antes se enunció, resume la experiencia reproductiva de las cohortes
consideradas en determinados momentos del tiempo. A su vez la estructura de la fecundidad o
distribución relativa de las mismas, permite observar cual o cuales grupos de edad de las
madres concentran el mayor aporte al nivel de la fecundidad4.
Según sea la contribución de los grupos de edades a la fecundidad total, será el tipo de
cúspide que adopta la curva de la fecundidad, de modo que el intervalo de edades de mayor
fecundidad determina la forma que adquiere la curva: cuando el mayor aporte proviene del
intervalo (20-24 años) la cúspide se eleva y agudiza en ese grupo, se denomina cúspide
temprana, mientras que si esto ocurre entre los 25-29 años, se llama tardía. Cuando la
fecundidad máxima se observa en más de un grupo de edad, con porcentajes similares en
ambas edades, la curva se denomina de cúspide dilatada (Camisa, 1975). Los resultados
encontrados indican que el mayor porcentaje respecto de la fecundidad total para la provincia
de San Juan, se concentró a partir del año 2001 en el grupo de 25-29 años; la estructura
presenta así, una cúspide tardía, situación que se repite en los años proyectados. Entre los
años 2005 y 2010, la curva de la fecundidad exhibe una cúspide entre dilatada y tardía, ya que
sus valores no presentan diferencias importantes. Complementariamente acompañan estas
evidencias, la edad media, mediana y modal de la fecundidad y de la población femenina San
Juan. La edad media de las mujeres que tuvieron hijos (edad promedio de las madres en el
momento del nacimiento de sus hijos), en el inicio del periodo en cuestión (2001), es de 27,03
aumentando levemente hacia el final del periodo de proyección (2030): 27,63 años. La edad
mediana de la fecundidad con un valor de 26 años y fracción nuevamente corrobora el tipo de
cúspide (el 50% del aporte a la fecundidad provine del intervalo 25-29 años), aunque aumenta
ligeramente hacia el final del período proyectado. Otro hecho singular, se aprecia en la edad
1Alude a una tasa global de fecundidad de casi 3 hijos por mujer en el periodo estudiado y, a una tasa bruta de
reproducción de 1 hijo y fracción, para asegurar el reemplazo de la pareja. 4 Cociente entre la tasa de cada grupo de edad y la sumatoria de las tasas.
12
modal que es menor en un punto respecto de la media y mediana de edad, al inicio del período
aunque hacia el final prácticamente oscilan en valores similares. Sin embargo, la edad modal
de la población femenina general es significativamente menor, a la vez que la edad media y
mediana de la población femenina es casi tres años más elevada en comparación con los
obtenidos para las mujeres madres. Un hecho favorable es que la edad modal de la población
femenina general es relativamente joven (19 años), consecuencia de una estructura
poblacional triangular que denota el volumen y peso importante de efectivos en la base de la
pirámide.
Teniendo en cuenta que el Área Metropolitana de San Juan es el aglomerado que concentra el
mayor núcleo de población, en particular, de población femenina, se realizaron las
estimaciones para todos los índices, a fin de detectar y analizar las similitudes y diferenciales
en los niveles, estructuras y tendencias de la fecundidad.
Cuadro Nº 3: Tasas Específicas de Fecundidad y Estructura de la Fecundidad por Edad de las Madres. Tasa Global de Fecundidad. Tasa Bruta de Reproducción. Nacimientos Ocurridos y
Proyectados. San Juan Área Metropolitana. Período 2001 - 2030.
Años Observados Proyectados 2001 2005 2010 2015 2020 2025 2030
San Juan Área Metropolitana Tasas de fecundidad por edades 15-19 0,0561 0,0612 0,0608 0,0573 0,0538 0,0502 0,0467 20-24 0,1253 0,1208 0,1159 0,1122 0,1086 0,1049 0,1012 25-29 0,1501 0,1380 0,1451 0,1293 0,1284 0,1276 0,1267 30-34 0,1213 0,1192 0,1120 0,1209 0,1098 0,1087 0,1076 35-39 0,0659 0,0659 0,0608 0,0592 0,0576 0,0560 0,0544 40-44 0,0183 0,0192 0,0162 0,0160 0,0158 0,0155 0,0153 45-49 0,0014 0,0017 0,0015 0,0015 0,0016 0,0016 0,0016
San Juan Área Metropolitana Estructura de la fecundidad 15-19 10,4 11,6 11,9 11,5 11,3 10,8 10,3 20-24 23,3 23,0 22,6 22,6 22,8 22,6 22,3 25-29 27,9 26,2 28,3 26,0 27,0 27,5 27,9 30-34 22,5 22,7 21,9 24,4 23,1 23,4 23,7 35-39 12,2 12,5 11,9 11,9 12,1 12,1 12,0 40-44 3,4 3,7 3,2 3,2 3,3 3,3 3,4 45-49 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,3 0,4
Estructura de la fecundidad (porcentuales acumulados edades seleccionadas) 15-19 10,4 11,6 11,9 11,5 11,3 10,8 10,3 15-29 61,6 60,8 62,8 60,2 61,1 60,9 60,6 20-29 51,2 49,2 50,9 48,7 49,8 50,1 50,3 20-34 73,7 71,9 72,8 73,0 72,9 73,5 74,0 15-34 84,1 83,5 84,7 84,2 84,2 84,3 84,3 35+ 15,9 16,5 15,3 15,8 15,8 15,7 15,7
Tasa global de fecundidad 2,6920 2,6300 2,5765 2,4820 2,3780 2,3225 2,2675 Velocidad de cambio TGF 0,5842 0,4119 0,7501 0,8598 0,4734 0,4805 Tasa bruta de reproducción 1,3132 1,2829 1,2568 1,2107 1,1600 1,1329 1,1061
Nacimientos ocurridos 8.623 8.982 9.101 9.046 8.915 8.893 9.011 Fuente: Censos de Población, Estadísticas Vitales y Estimaciones - Proyecciones Demográficas.
13
En relación al nivel de la fecundidad, la tasa global exhibe un valor de 2,7 hijos por mujer,
acentuándose la tendencia claramente descendente. Aunque el nivel de reemplazo
generacional se mantiene prácticamente en un hijo por mujer a lo largo de todo el período
estudiado, tanto en el tramo de puntos observados como en el proyectado.
Respecto de las tasas específicas de fecundidad que dan origen a la curva de la fecundidad,
dichos niveles relativos evidencian con mucho más fuerza la cúspide tardía, proviniendo el
mayor aporte del grupo de mujeres madres de 25-29 años, alcanzando un mayor peso que en
el total provincial.
Evidencias que muestran que son las mujeres metropolitanas la que marcan la tendencia a la
postergación de la edad de inicio en la maternidad puesto que la edad media es un punto
mayor que el promedio provincial acompañado por una edad modal mucho más elevada que
en la provincia.
También la edad mediana es más elevada y corrobora que el caudal de nacimientos proviene
de las mujeres de 25-29 años. No obstante, tanto en total provincia como en el aglomerado
metropolitano, el aporte del 80% al nivel de la fecundidad, se verifica hasta los 35 años.
Estas situaciones que ponen de manifiesto que aún cuando la fecundidad haya iniciado el
proceso de declinación, persiste una estructura demográfica joven (pirámide triangular) con
señales manifiestas y presentes del fenómeno de envejecimiento, particularmente entre las
mujeres metropolitanas —aumento de la edad media, mediana y modal de la población
femenina— debido a su mayor sobrevivencia o longevidad y el exceso de mortalidad
masculina, que se traducen en un mayor porcentaje de mujeres en todas las edades, alrededor
del 52 al 54% y una razón de sexos (relación Hombres/Mujer) cercana al 92 -94 por ciento,
para el total provincia y el área metropolitana.
En otras palabras dicho índice muestra la disparidad entre la cantidad de hombres por cada
100 mujeres, que es indudablemente mucho más acentuado en su distancia en el contexto
urbano.
14
Cuadro Nº 4: Edad Media, Edad Mediana y Edad Modal de las Mujeres Madres (15-49 años)
y de la Población de Mujeres en Edades Fértiles (15-49 años). San Juan Total Provincia y
Área Metropolitana. Período 2001 – 2030.
Años
Población femenina aportante a la fecundidad (Mujeres Madres 15- 49) Población Mujeres Edades Fértiles (PMEF) (15- 49)
Edad media de la fecundidad
Edad mediana de la fecundidad
Edad modal de la fecundidad
Edad Media
Edad mediana
Edad modal
San Juan Total Provincia 2001 27,0 26,5 24,7 30,6 29,4 19,8 2005 27,1 26,6 24,8 30,7 29,7 19,7 2010 27,1 26,7 24,8 30,6 30,6 19,5 2015 27,3 26,8 24,7 30,9 30,9 19,9 2020 27,4 27,1 26,0 31,1 31,4 19,8 2025 27,5 27,2 25,5 31,4 31,9 19,9 2030 27,6 27,3 26,1 31,4 32,4 19,8
Años
Población femenina aportante a la fecundidad (Mujeres Madres 15- 49) Población Mujeres Edades Fértiles (PMEF) (15- 49)
Edad media de la fecundidad
Edad mediana de la fecundidad
Edad modal de la fecundidad
Edad Media
Edad mediana
Edad modal
San Juan Área Metropolitana 2001 27,5 27,2 26,6 30,9 27,5 19,8 2005 27,5 27,3 26,6 31,0 28,4 19,7 2010 28,0 27,7 26,4 31,9 28,2 23,9 2015 28,2 28,1 28,2 32,1 30,2 18,9 2020 28,0 27,9 30,9 32,0 30,7 19,8 2025 27,9 27,4 26,6 31,9 29,6 19,9 2030 27,5 27,2 26,6 30,9 27,5 19,8 2001 27,5 27,2 26,6 30,9 27,5 19,8
Fuente: Censos de Población, Estadísticas Vitales y Estimaciones y Proyecciones Demográficas.
Gráfico Nº 4: Tasa Global de Fecundidad y Nacimientos Ocurridos. Período 2001 – 2030. San Juan Total Provincia Fuente: Cuadro Nº 2 San Juan Área Metropolitana Fuente Cuadro Nº 3
EVOLUCION DE LA FECUNDIDAD SAN JUAN 2000 - 2030
y = -529Ln(x) + 15029R2 = 0,5354
10.000
11.000
12.000
13.000
14.000
15.000
16.000
2000 2005 2010 2015 2020 2025 20300,00
0,50
1,00
1,50
2,00
2,50
3,00
3,50
Logaritmica (nacimientos)
Nacimientos ocurridos
Tasa global de fecundidadEVOLUCION DE LA FECUNDIDAD AREA METROPOLITANA SAN JUAN 2000 - 2030
y = -529Ln(x) + 15029R2 = 0,5354
7.000
7.500
8.000
8.500
9.000
9.500
2000 2005 2010 2015 2020 2025 20302,00
2,10
2,20
2,30
2,40
2,50
2,60
2,70
2,80
Logaritmica (nacimientos) Nacimientos ocurridosTasa global de fecundidad
15
Gráfico Nº 5: Edad Media, Edad Mediana y Edad Modal de las Mujeres Madres (15-49 años) y de la Población de Mujeres en Edades Fértiles (15-49 años). Período 2001 – 2030.
San Juan Total Provincia
San Juan Área Metropolitana
Fuente: Cuadro Nº 4
Estas evidencias fundamentan claramente el inicio y mantenimiento del descenso de la
fecundidad, como también de la postergación de la edad de nacimiento de los hijos por parte
de las mujeres, tendencias que se mantienen y perduran en los años proyectados.
Probablemente están interviniendo y pesando factores tales como una mayor inserción de las
mujeres en el mundo del trabajo, la permanencia en el sistema educativo y el uso de las
prácticas contraceptivas. No obstante, el fuerte caudal de los nacimiento que supera en casi 3
veces y media al volumen de las defunciones están garantizando en el corto y mediano plazo
2000
2005
2010
2015
2020
20252030
0,0
5,0
10,0
15,0
20,0
25,0
30,0
35,0
Edad media población femenina Edad media fecundidadEdad mediana población femenina Edad mediana fecundidadEdad modal fecundidad Edad modal población femenina
EDAD MEDIA - EDAD MEDIANA - EDAD MODALPOBLACION FEMENINA TOTAL Y EN EDADES FERTILES (MEF) SAN JUAN 2000 - 2030
0,0
2,5
5,0
7,5
10,0
12,5
15,0
17,5
20,0
22,5
25,0
27,5
30,0
32,5
35,0
2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030
Edad media población femenina Edad mediana población femenina Edad modal población femenina
Edad media fecundidad Edad mediana fecundidad Edad modal fecundidad
EDAD MEDIA - EDAD MEDIANA - EDAD MODALPOBLACION FEMENINA TOTAL Y EN EDADES FERTILES (MEF) SAN JUAN 2000 - 2030
2000
2005
2010
2015
2020
20252030
0,0
5,0
10,0
15,0
20,0
25,0
30,0
35,0
Edad media población femenina Edad media fecundidadEdad mediana población femenina Edad mediana fecundidadEdad modal fecundidad Edad modal población femenina
EDAD MEDIA - EDAD MEDIANA - EDAD MODALPOBLACION FEMENINA TOTAL Y EN EDADES FERTILES (MEF) AREA METROPOLITANA SAN JUAN 2000 - 2030
0,0
2,5
5,0
7,5
10,0
12,5
15,0
17,5
20,0
22,5
25,0
27,5
30,0
32,5
35,0
2000 2005 2010 2015 2020 2025 2030
Edad media población femenina Edad mediana población femenina Edad modal población femenina
Edad media fecundidad Edad mediana fecundidad Edad modal fecundidad
EDAD MEDIA - EDAD MEDIANA - EDAD MODALPOBLACION FEMENINA TOTAL Y EN EDADES FERTILES (MEF) SAN JUAN 2000 - 2030
16
un nivel favorable del crecimiento natural o vegetativo de la población sanjuanina,
principalmente de la población de mujeres, que neutraliza o estabiliza el proceso de extinción
de las generaciones; particularmente el de la población de mujeres, entre las cuales se advierte
un aumento de la mortalidad y envejecimiento.
Gráfico Nº 6: Estructura de la Fecundidad por Edades Quinquenales de las Madres (15-49
años). San Juan Total Provincia. San Juan Área Metropolitana. Período 2001- 2030.
Estructura de la fecundidad
San Juan Total Provincia San Juan Área Metropolitana
Fuente: Cuadro Nº 2 Fuente: Cuadro Nº 3
0,0000
0,0100
0,0200
0,0300
0,0400
0,0500
0,0600
0,0700
0,0800
0,0900
0,1000
0,1100
0,1200
0,1300
0,1400
0,1500
0,1600
15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49
2005 2010 2015 2020 2025 2030
NIVEL Y APORTES DE LA FECUNDIDAD POR EDADES DE LAS MADRES Estructura de la fecundidad por edad
SAN JUAN 2000 - 2030
0,0000
0,0100
0,0200
0,0300
0,0400
0,0500
0,0600
0,0700
0,0800
0,0900
0,1000
0,1100
0,1200
0,1300
0,1400
0,1500
0,1600
15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49
2005 2010 2015 2020 2025 2030
NIVEL Y APORTES DE LA FECUNDIDAD POR EDADES DE LAS MADRES Estructura de la fecundidad por edad
AREA METROPOLITANA SAN JUAN 2000 - 2030
17
Reflexiones finales.
A modo de conclusión cabe destacar que:
a) El riesgo de mortalidad temprana en particular, para la población femenina total y
metropolitana, exhibe un nivel bajo acompañado de una clara tendencia declinante.
b) La intensidad final de la reproducción y el calendario de la fecundidad, evidencian una
relativa disminución aún cuando se garantiza en la década presente y en un futuro próximo el
reemplazo generacional. No se verifica la existencia de que una mayor proporción de mujeres
tengan sus hijos a menor edad.
c) En conjunto, los rasgos descriptos en el nivel de la mortalidad y fecundidad ponen en
evidencia el inicio y paulatina consolidación del proceso de transmisión de la fecundidad y
mortalidad, ambas en descenso, situación que se expresará en definitiva en el envejecimiento
de toda la población, particularmente de la de más de 65 años, principalmente de mujeres.
d) La formulación de políticas públicas, en particular las políticas de población, requieren de
un buen y adecuado diagnóstico acerca de la dinámica demográfica y los fenómenos de
población. ¿Qué significan estos términos? Ambos se implican; es decir que guardan entre
sí una estrecha relación. A la vez, sintetizan y reflejan el estado del desarrollo económico y
social de una sociedad; o sea los modos de producción y reproducción económica social y
particularmente la apropiación y distribución de la riqueza (condiciones materiales de la
existencia). En rigor, la dinámica demográfica resume todos los hechos relacionados con el
tamaño de la población, su composición por sexo, edad, estado conyugal, educación, posición
laboral y su distribución espacial. Los fenómenos demográficos que provocan cambios de la
dinámica demográfica están dados por la nupcialidad, fecundidad mortalidad y las
migraciones. Todos estos hechos son diferenciales según regiones geográficas. Es decir, que
para contar – realizar un buen diagnóstico, base de la planificación económica social, hay que
descomponer los indicadores de la dinámica demográfica en sus diversos componentes
sociales y regionales. Dicho diagnóstico, es indispensable para la formulación e
implementación de políticas públicas, precisamente políticas de población, puesto que mira y
contiene un contexto en sus múltiples aristas, presentando sus "nuevas formas emergentes" y
la expansión de "viejas formas", aceptando y abarcando la existencia de ciertos diferenciales
en la conducta demográfica y el impacto concreto en su dinámica. Estos tienen que ver con
una multiplicidad de causas:
- Los efectos de la política de inversión y localización de las actividades productivas y el
crecimiento del mercado laboral informal;
18
- El acceso diferencial a los servicios básicos —salud, educación, vivienda con
suministro de agua corriente, combustible para cocinar, sistemas de eliminación de excretas,
energía, etc., que debieran ser brindados y otorgados sin exclusión; que indudablemente
gravitan sobre la salud, enfermedad y muerte de las personas;
- Las características de la distribución espacial de la población (sectores suburbanos y
rurales marginales) que se ligan a los aspectos sociales —a veces forzosos por el juego de la
demanda/oferta de trabajo— de la migración interna;
- La heterogeneidad social en la conformación de diversos tipos de familia y la forma en
que esto afecta los determinantes de la fecundidad.
Esta realidad muestra una sociedad fragmentada, con importantes asimetrías en cuanto al
acceso a los principales bienes como: educación, salud, trabajo y una vivienda digna.
Será menester entonces crear y propiciar los vínculos entre los organismos de gobierno,
instituciones privadas y los ámbitos académicos para que, en conjunto, se realicen programas
y proyectos de tiendan al mejoramientos de la información y el desarrollo de políticas de
población destinadas a corregir esas asimetrías
Bibliografía ARRIAGA, Eduardo (2001): “El Análisis de la Población con Microcomputadoras”, Doctorado en Demografía Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Córdoba, Año 2001, “Estimación y Proyección de la Población de la Provincia de Córdoba 1991-2005, y “La Obsolescencia de las Proyecciones de Población”. Maestría en Demografía, Centro de Estudios Avanzados, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de Córdoba. CAMISA, Zulma (1975) “Introducción al Estudio de la Fecundidad” Serie 1007 CELADE. Santiago de Chile, 1975. CENTRO LATINO AMERICANO DE DEMOGRAFIA CELADE América Latina y el Caribe, Estimaciones y proyecciones de población 1950-2050, Boletín Demográfico Nº 69, Santiago de Chile, 2002. América Latina: Fecundidad 1950-2050, Boletín Demográfico Nº 68, Santiago de Chile, 2001. INDEC: La Mortalidad en Argentina 1980–1991”. Serie Estudios Especiales Nº 9. Buenos Aires, 1998. Estimaciones y Proyecciones de Población, Total del País 1950-2050. Serie Análisis Demográfico, Buenos Aires. 2009. Estimaciones y proyecciones de población-Total del país (versión revisada). 1995- 1950-2050. Serie Análisis Demográfico Nº 5, Buenos Aires, 1996. Proyecciones de población por sexo y grupos de edades: urbana-rural y económicamente activa (1990-2025) y por provincia (1990-2010) (Versión Revisada). 1996. Serie Análisis Demográfico Nº 7, Buenos Aires, Situación demográfica de San Juan, Serie Análisis Demográfico Nº 16. Buenos Aires, 1998,
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ANEXOS
Tabla Nº 1 Esperanza de vida al Nacer por sexo. San Juan. Años 1980-1991. E(o)
SJ AS 1980: 67,4 E(o) SJ H 1980: 64,2 E(o)
SJ M 1980: 71,2 ∆E(o) SJ M / H 1980: 7,0
E(o) SJ AS 1991: 71,1 E(o)
SJ H 1991: 68,1 E(o) SJ M 1991: 74,3 ∆E(o)
SJ M / H 1991: 6,2
∆E(o) SJ AS 1980 - 1991: 3,7 ∆E(o)
SJ H 1980 - 1991: 3,9 ∆E(o) SJ M 1980 – 1991: 3,1 ∆E(o)
SJ M / H 1980 -1991: -0,8
Fuente: elaboración propia en base a datos publicados por INDEC: "La Mortalidad en Argentina 1980 – 1991”. Serie Estudios Especiales Nº 9. Buenos Aires, 1998.
Tabla Nº 2 Esperanza de vida al Nacer por sexo. San Juan. Años 1991-2005. E(o)
SJ AS 1991-92-93: 71,9 E(o) SJ H 1991-92-93: 69,1 E(o)
SJ M 1991-92-93: 75,0 ∆E(o) SJ H 1991-92-93: 5,8
E(o) SJ AS 1994-95-96: 72,1 E(o)
SJ H 1994-95-96: 69,4 E(o) SJ M 1994-95-96: 75,0 ∆E(o)
SJ H 1994-95-96: 5,6
E(o) SJ AS 1997-98-99: 72,3 E(o)
SJ H 1997-98-99: 69,7 E(o) SJ M 1997-98-99: 75,3 ∆E(o)
SJ H 1997-98-99: 5,5
∆E(o) SJ AS 1991 - 1999: 0,4 ∆E(o)
SJ H 1991 - 1999: 0,6 ∆E(o) SJ M 1991 – 1999: 0,3 ∆E(o)
SJ H / M 1991 - 1999: -0,3
E(o) SJ AS 2000-01-02: 72,8 E(o)
SJ H 2000-01-02: 70,4 E(o) SJ M 2000-01-02: 76,0 ∆E(o)
SJ H 2000-01-02: 5,7
E(o) SJ AS 2003-04-05: 72,5 E(o)
SJ H 2003-04-05: 70,2 E(o) SJ M 2003-04-05: 75,7 ∆E(o)
SJ H 2003-04-05: 5,5
∆E(o) SJ AS 2000 - 2005: -0,3 ∆E(o)
SJ H 2000 - 2005: -0,2 ∆E(o) SJ M 2000 – 2005: -0,3 ∆E(o)
SJ H / M 2000 - 2005: -0,2
Fuente: elaboración propia en base a datos publicados por INDEC: "La Mortalidad en Argentina 1980 – 1991”. Serie Estudios Especiales Nº9. Buenos Aires, 1998 y “La Mortalidad de San Juan – 1990-2005” Inédito. Informe de Investigación Proyecto acreditado por la Secretaria de Ciencia y Técnica –CICITCA 2006— UNSJ. Valenzuela, Sara; Drazic, Leonardo; Guerra, E.; Reus,S,