5. SMITH - Carne y Polìtica en Argentina (Cap 4 y 6)

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5. SMITH, Peter, Carne y política en la Argentina, Hyspamérica, Buenos Aires, 1986, cap. IV y VI.
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),

VI

REACCION ANTE LA DEPRESION

La Depresión mundial de la década de 1930 no sólo quebrantó el comercio de ca:rn~ argentino, sino. que. también contribuyó a la revolución. El 6 de setiembre de 1930 el gobierno de Yrigoyen fue derribado por un golpe mili-· tar, concebido por un pequeño grupo de oficiales pero apoyado por gran can­tidad de argentinos. · La revolución, así como su popularidad, derivaban de varias fuentes: el deseo de la aristocracia de ejercer un control directo de la política, el creciente desasosiego en el ·seno de las fuerzas armadas, la seni­lidad personal de Y :rigoy~n y la incompetencia total de su gobierno. Otra causa fue sin duda la rriisma Depresión, y muchos argentinos culparon a Yrigoyen del colapso y procuraron la recuperación económica mediante la toma del Estado por parte de los militares. Por todas estas razones, la esta­bilidad constitucional que reinó en la Argentina durante sesenta Y. ocho años llegó súbitamente a su fin.

En su carácter de jefe de la revolución, el patricio general José F. Uri­. huru c:lesignó pronto un gobierno provisional. De sus ocho ministros origi­nales, cuatro pertenecían a la Sociedad Rural: dos eran militares; los otros dos era~ civiles aristocráticos, entre ellos Matías G. Sánchez Sorondo. Todos los ministros, salvo los profesionales de las fuerzas armadas, pro\Tenían de la clase alta_ tradicional. 'Al paso que en el último gobierno de Yrigoyen figuraron ministros de las clases medias urbanas, este nuevo régiinen se basó sobre fina clara alianza entre 1~ aristocracia y los militares. . .;;, Con la· bendici9n oficial del gobierno, el' gen~ral Agustín P. Jus~o ganó

elecciones presidenciales dél año siguiente y. a~umió el cargo, en,, fehrf:l-• 1932. Antipersom~lista, miembro de la SoCiedad Rural y jefe ~itar.

< . ~~~~. constituyó su gabinete principalmente con ')]li,embros de la. aristocracia <:vUas fuerzas armadas~1 Pero su color político aérecía motead<(. Persiguien- •

equilibrio, Justo intentó contia:rx;e!¡tar las fu~i:zaS conserva-

·····.·. . .•. · r:.~~-:·; ':···" \ .. >'' :·;·· . ~":·j;~~1~lt?Ji;~., ·',::t¿:~;:~\ti;~c¡t''; .. _ .. !l: prime~:·, gabineté. df;!:' Justo ,. figuraban ·. seis;(aristócratas' tr~d~cional~;' ttés

.. '~W:~~lf·~'}:'!J;~,:.:··t ~~~~.· ..

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doras con las antipersonalistas, y ofreció dos puestos claves -primero Agri­cultura y luego Hacienda- a socialistas independientes, ex miembros mode-rados del Partido Socialist:1 fundado por Juan B. Justo. ·

Es particularmente significativo que el nuevo presidente diera el mi­nisterio de Agricultura a Antonio de Tomaso, ahogado brillante, político de primer. orden, socialista independiente, hombre que se había formado a sí mismo e hijo de un ladrillero urbano. Probabl-emente nunca hubiera visitado la Sociedad Rural, y mucho menos pertenecido .a ella. Si bien es un ejemplo aislado, su designación acentúa la creciente "profesionalización" de la polí­tica de la carne .. Sugiere que la aristocracia procuraba granjearse voceros hábiles de las filas bajas y medias. Implica cierto grado de movilidad social ascend~nte. Finalmente, la aceptación del cargo por parte de De Tomaso indica que hombres .de origen urbano de la clas·e baja podían llegar a iden­tificarse con la clase alta rural.

El régimen de Justo comenzó su mandato con un firme control del po­der. En materia de política partidaria, el gobierno recibib el categórico apoyo de una coalición, o "Concordancia", entre los antiguos conservadores, cono­cidos ahora como demócratas nacionales, los radicales antipersonalistas y los socialistas independientes. La oposición procedía de los socialistas regu­lares y de los demócratas progresistas, encabezados aún por Lisandro . de la Torre, pero el grupo opositor más importante -los radicales personalistas­se abstuvieron de participar en todas las elecciones a. modo ~e protesta con­tra el notorio fraude. Como resultado de ello, ambas cámaras ·del Congreso fueron dominadas por fuerzas que apoyaban al gobierno: . en 1933, la Con~ cordancia contaba aproximadamente con el 63 % de los diputados y el 87 % de los s·enadores.2 Pormedio dt: ¡a :revolució11,Ios harones ganaderos refir-maron y aumentaron su tremendo poderío político. ··

DEPRESION DE LA PRODUCCION GANADERA

Si bien transcurrió un par de años antes de que las consecuencias econó­micas de la Depresión llegaran a los hacendados,3 la reducción del poder · adquisitivo en el extranjero· determinó una grave contracción de la demanda de carne argentina. El volumen de las exportaciones a ultramar descendió en más del 25 % entre 1929 y 1932; si bieri el comergio interno absorbió algo Illás que antes, las Illatanzas. anuales de 1931 y 1932 fueron un 15 % menor~~ que en 19~4.4 . !,\:;:medida que df'!!!!Ü!l!l,>~ el y~lumen, también caían l()fl:.m~cif:i .. s. Como se :íTiu~sfra···e-n:-~eFgríifico siguiente, d promedio de los precios . de todos los novillo:;¡. vendidos en las estancias descendió de alrededor de 3~ centavos por kilo en. vivo en noviembre de 1929 a menos ·de 17 cen-

electoral,

CARNE Y POLÍTICA EN LA ARGET\ITINA us

tavos en enero de 1933. Según las cifras de que disponemos, el valor total de las ventas de ganado descendió en más ·del 40% entre 1929 y 1932.5

En cierto contraste con la situacion imperante en 1921-23, esta crisis ,perjudicó tanto a los invernadores como a los criadores. El promedio de

GRÁFICO 5.L

PRECIOS MENSUALES DEL GANADO VENDIDO EN LAS ESTANCIAS, 1929-1933

Ctvs. /Kilo

35

30

25

20

15

1929 1930 1931 1932 1933 Fuente: Junta Nacio~al de Carnes, Informes de la labor realizada desde .1935

hasta 1937, págs. 17-18.

5 Esta cifra se ha obtenido computando el promedio de precios anuales para 1929 y 1932, conforme con los datos presentados por la Junta Nacional de Carnes, Informe de la labor realizada desde 1935 hasta 1937, pág. 17, y multiplicándoselos luego por e~ volumen total de cifras que figura en la Junta Nacional de Carnes, Estadísticas básicat5, pág. 8. La disminución . total de las operaciones alcanza al 43 %. pero pudo haber llegado al 50%; por cuanto estas cifras de precios se refieren a las compras en las estancias y· no • ill~luyen las . transacciones . de Liniers, donde . probablemente los precios hayan declinado más. rápidame11te. Durante este mismo período, el. índice del costo de la vida disJl1inuyp< sólo en alrededor del 20 %. de . modo que la reducción de, los precios reales <le~ ganado fue verdaderamente aguda: Junta _Nacional di'!" Carnes, Estadís-ticas básicas, pág;) 4. ·

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GRÁFICO 6. 2.

PRECIOS ANUALES PAGADOS POR NOVILLOS PARA INVERNAR Y, UN A~O DESPUES, POR LOS FRIGOR!JF!COS,

Peg;os, por cobezu

140

82J)

IDO

80

60

40

20

1927-1936

.Pagado por/os ; fr(t¡orificos

Pagado por/os ilrveroodores

CARNE Y POLÍTICA EN U ARGENTINA 137

precios para novillos pesados chiller siguió ca-si exactamente. la m1sma curva que la trazada más arriba.6 Ello no obstante, los precios para d ganado recién criado se mantuvieron. relativamente firmes, por cuanto la demanda de ganado liviano (y cortes pequeños de came) sig-uió siendo comparativ'a­mente intensa. Por ello, los :i.nvernadores tenían un menor cauce de salida para su ganado, y además debían comprar nuevos novillos a precios compe­titivos. Apresados en este exprimidor de precios de costo, tal como se mues­tra en el Gráfico 6.2, los criadores sufrieron como nunca habían sufrido hasta entonces. No eran los únicos que sentían el impacto de la crisis; pero esta vez debían querer :resolverla de algún modo.

Como si estas condiciones del mercado no fuesen suficientemente afli­gentes, los ganaderos argentinos -así como los empresarios frigoríficos­se veían amenazados también por una limitación artificial de las ventas a Gnm Bretaña. A mediados de 1932, cuando las naciones de todo el mundo luchaban por la supervivencia económica y la prensa dirigida por Beaverhrook solicitaba protección imperial,7 voceros de Gran Bretaña y sus dominios se reunieron en la Conferencia de Ottawa. Respondiendo a los intereses de los productores agrarios del Reino Unido y los Dominios, concertaron una serie de convenios destinados a promover la unidad económica· del Imperio. En la medida en que concernía .a la Argentina, las disposiciones más significa­tivas se relacionaban con el comercio de la carne. Gran Bretaña prometió a Australia ·y_ Ntieva Zelandia que la importación de carne enfriada ext:ra-im­p'trial seria mantenida al nivel de las importaciones durante el a:ño que fina· Hzaba el 30 de junio de 1932, cuando las exportaciones argentinas alcanzaron uno de los puntos más bajos que se habían registrado en casi una década. Las restricciones sobre la carne congelada, que era producida por los· Domi­nios, fueron aun más severas: en relación con el mismo año básico, las impor-

. taciones se r~ducirían en seis etapas trimestrales a sólo el 65 % de su nivel anterior. (Una disposición similar se adoptó para la carne de carnero y cor­dero; no había una cuota especial para el comercio de carne envasada.Y 8 Al parecer, los ganaderos argentinos, tanto criadores como inve:rnadores, po­dían perder sus dientes más valiosos.

Debe aclararse que los empresarios de frigoríficos no pudieron haber creado esta crisis total. El volumen decreciente de las ventas de carne .y de ganado puede explicarse mejor por la reducción de la demanda de los consu­midores que por la :restricción l,lel comercio fraguada a. modo de conspira­ción. Por lo demás; las cuotas impuestas-a la carne argentina amenazaban

6 Anales, LXXII, nQ 1 (enero de 1938) , entre págs. 32-33. 7 Para el trasfondo . de las opiniones británicas, véase Lord Beaverbrook (William

M. Aitken), Empire Fre~ Trade: TheNew Policy for Prosperity (Londres, 1929); Beaverbrook, My Case for Empire Free Trade (Londres, 1930); y la. respuesta de Sir Herbert Samuel, Empire FreeTrade? An Examination• of Lord Beaverbrook's Proposal (Londr!!S, 1930). . .• i. ... .. .•·.·. .. . .·.· ·

8 Secretaría de Estado para Asuntos de los Dominios; "Imperial Economic Confe­:rence at Ottawa, 1932.: Summa:ry of Proceedings and Copies of Trade Agreements"; Parliamentary Papers,I931-32 (Cd. 4174)., X, págs. 701-795_.

'/'7,

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los. intereses de- los frigoríficos, así como de los ganaderos, y voceros de aquéllos declararon frecuentemente su oposición a la protección imperial9

Pero a causa de su poderío económico, los frigoríficos podían traspasar cual­quier· descenso consecuente de los precios a los ganaderos Y. mantener así sus beneficios. Como lo muestra el Cuadro 6.1, continuaron obteniendo un pro­medio de beneficios del 10 al 15 %, al paso que el de los productores era casi nulo.10 Es comprensible, pues, que el pool de frigoríficos se convirtiera en un punto focal de resentimiento de los hacendados.

.Afio

1929 1930 1931 1932 1933 1934

CUADRO 6.1.

BENEFICIOS DE LAS PRINCIPALES EST ANClAS Y FRIGORIFICOS, 1929-1934

Frigorlficos

10,80 13,65 13,13 12,22 11,46 14,12

Estancias

8,49 4,91 2,29 0,65 1,1-5 1,91

·Fuente: Cámara de Comercio Británica, Report of the ]oint Committee of En'quiry into the Anglo-Argentirte Jieat Trade (Londres, 1938), págs. 59, 136.

EL PACTO ROCA-RUNCIMAN

La Sociedad Rural Argentina, dirigida ahora por Horacio N. Bruzone, mi­raba estas· distintas tendencias registradas en el mercado de ganado y de carne con creciente alarma. No pasó muchó sin que la Sociedad comenzara a pre­sionar al gobierno de Justo para que éste emprendiera una acción diplomática. Por lo menos una solución parcial de la crisis general, argüían loir direqtores de la Sociedad, podía obtenerse merced a la aplicación del slogan: "Com· prar a quien nos compra." 11 El Pacto D' Abernon resultaba claramente inadecuado para problemas de esta magnitud; era preciso un nuevo esfuerzo. En respuesta. a esto~>, pedidos; Justo envió eventualmente un equipo negociador • ·t~Hiv~l •.•. ll . .fin .. ~e q11e discutiera con los británicos,_ encabezado por una

' . . como la g~ Julio A,. Roca, vicepresid~nte de la República, hijo

Lord Vestey al Parlamento británico, OÚawa y la sin fecha) y en la Review of the River Plate, .

CARNE Y POLÍTICA EN L~ ARGENTINA 139

de un ex presidente, prominente aristócrata y miembro de la Sociedad RuraL :ci propósito ostensible de la misión, era social ~devolver la visita hecha por el príncipe de Gale~ pero su propósito último era claro.12 Los aristócratas se movilizaban.

Aparentemente, Roca había recibido dos instrucciones principales. En primer lugar, debía ayúdar a los ganaderos argentinos aumentando ·su par­ticipación en el mercado del Reino Unido; en segundo término, debía arre­batar el control del c_omercio de exportación al pool frigorífico anglo-norte­americano. Los británicos, ·representados por Walter Runciman en su carácter de presidente de la Cámara de Comerc!o, tenían una variada mezcla de mo­tivos. Tenían escasez de libras esterlinas y procuraban "descongelar" alrededor de .tll millones en pesos argentinos que habían ·sido bloqueados por los controles de cambio argentino desde octubre de 1931. Esperaban expandir los mercados extranjeros para· sus productos manufacturados.13 Y deseaban continuar· protegiendo a los criadores de ganado británicos. Después de meses de difíciles regateos se llegó finalmente a un acuerdo y el 1 Q de mayo de 1933 se suscribió el Pacto Roca-Runciman (conocido también como el Tratado de Lóndres) .14

Destinado a tener vigencia por tres años, el convenio satisfizo las exi­gencias de los hacendados argentinos en términos condiciónales. "Recono­ciendo plenamente la importancia que la industria de la carne vacuna enfriada tiene en la vida económica de la Argentina",15 Gran Bretaña prometía mantener las cuotas permitidas por los acuerdos de Ottawa, a menos que, por causa de la situación de los ganaderos de Inglaterra y del Imperio, fuesen nece­sarias reducciones "para asegurar un nivel remunerativo de precios del mercado del Reino Unido". Si "circunstancias imprevistas" obligaban a Gran Bretaña a reducir las importac~ones de carne enfriada en más de un

.10 %, el Reino Unido se comprometía a reducir las importacioneS de carne de los Dominios por la porción que excediera del 10 %. En cuanto a la _carne congelada de. carnero y cordero, Runciman convino en no reducir las cuotas señaladas en Ottawa -que contemplaban un decrecimiento eventual del 35 %- a menos que se impusieran restricciones a los Dominios. Adem¡Ís, los brit4nicos consintieron en participar en una junta oficial de investigación

12 Véase el Times de Londres, esp. 12 de febrero, pág. 11 y 16, 1933. 13 Frederick Benh'am, Great Rritain under Protection (Nueva York, 1941), págs.

129, 135. 14 Para algunos detalles de la negociación, véase Ministerio de Relaciones Exte­

riores y Culto, Memoria presentada al Honorable Congreso Nacional, correspondiente al periiJdo 1933-1934 (Buenos Aires~ 1934), págs. 351-482; y N.A., D.S., 641.3515/1-29. ?.~r~)os textos oficiales del tratado, véase Secretaría de Estado para JRelaciones E.xte­rio¡-es¿"Convention between. the Government of thf!, United KingdoiJ1 and the (;overn­

,,,::'' ~~:Pt.:g,f: the Argentine. Republic •. :Itelating ·. t,o Trade . and Commerce,/~ith .Protoco1", ~ iLo.n,dres; 19. de mayo de. 1933, Parliam(!ntqry Papers, _1932-33 · (Cd. 4310), XXVII, ,'•' • ',•'''"•''-' ,,,:_,,''- J"::~-'o~-·,':.:>·~0\-~':.·:/'~ ''~, ',, ,•' .. --• ''•• ',,_•; ',•

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del comercio de carnes anglo-argentino "con referencia particular a los medios a adoptarse para asegurar un razonable- beneficio a los ganaderos". .

Según otra estipulación, el Reino Unido proporcionaría una cuota del 15 % a cualquier empresa frigorífica que no persiguiera beneficios y que fuese sostenida por el gobierno argentino con la intención de. mejorar los p~ecios del ganado "sobreentendiéndose que dichos embarques serán colocados eficientemente en el mercado por las vías normales", presumiblemente en buques británicos. Por cuanto en esta cuota estaban incluidas dos plantas existentes, la porCión asequible para cualquier nueva empresa sería realmente inferior al ll %. Era ésta una cláusula ambivalente. Aumentaría en gran medida la participación argentina en el negocio de los frigoríficos, tal como. lo regulaban las licencias de importación otorgadas por la Cámara de Comer­cio, pero también limitaría su participación futura. La medida representaba un· fracaso para Roca, pues el gobierno argentino renunciaba formalmente al derecho de -controlar la distribución de las exportaciones de carne. Al parecer, a través de la influencia de la diplomacia británica·, se les garantizó a lós frigoríficos de propiedad extranjera un' continuo predominio en el comercio de la carne anglo-argentino.

En ausencia de una prueba documental, es difícil decir si esta cl4usula. 85-15 estaba destinada a mantener el comercio en las garras "imperialistas" de los inversores británicos. Indudablemente, la ~tipulación de las "vías normales" protegería los intereses navieros ingle5es. Como dijo . sarcástica­mente un diputado laborista: "Lord Vestey ha de recibir algún premio." 16

Pero . esta teoría no explica el que Runciman no haya logr~do reducir la· cuota de los frigoríficos norteamericanos, que tan a menudo se opmiía.n a los británicos y que constituían el grupo más poderoso en este. negocio.17

Una interpretación más convincente de tal cláusula, según pienso, debería centrarse en la política de transacción del Gobierno Nacional, esta vez con . los consumidores del Reino ·Unido. En primer término, la cláusula 85-15 ayudaría a ~gurar una afluencia regular de carne a Gran Bretaña, por obra de las manos experimentadas del pool dé frigoríficos . y las empresas navieras, y tendería a estabilizar los precios en Smithfield. En segundo tér­mino, impedía la form~ción de cualquier posible "monopolio de productor~" que pudiera dominar el comercio y elevar los precios de la carPe. De este modo, tanto el volumen como el valor de la carne importada podían mante.. nerse a niveles aceptables. Desde luego, la cláusula ayudaría incidentalment~ a algunos.inver~ores británicos, 'pero muy bien podía·· haber sido· concebida para beneficio de los consumidores.18 •.. ,,,_. .·

~- 16, Cátriara de los Comunes, Parliamentary Debates, 5'~- serie, vol, 277 (10 de mayo &~. de 1833),. col. 1558. . . >' · . . · ··· ·· . . . ··. ~)' . • 17 En la: práctica, la Cámara de, Comerc10 perm1t1a a los frtgonf¡cos anglo-li'". •.· norteamericanos distribuir por si mismos participación en el mercado. NA., D., 641.3515/ ~.,·· .· · 18, Bliss al secretario de Estado, 3 de marzo de 1933. >. ,. . •. . .••• ., .. •;• ;,:'· ~ . .. ".18 Según manifestó un funcionario oficial: ."Si el P\l~bl<{británico, desea retornar ~jtf;;; a. la piC)spe~idad, debe comer más 'cáme.'; Times ele Londres/ 11 de: abril de 1933. ~~- .. . .

CARNE Y POLÍTICA EN LA ARGENTINA 141

Mientras hacía estos arreglos, Runciman negoció laboriosamente, En primer lug-ar, obtuvo el contr-ol de la tasa de cambio entre el peso y la libra. Esencialmente, la Argentina prometió utilizar las esterlinas adquiridas merced a las ventas- al Reino Unido para hacer pagos en efectivo a las cuentas en pesos .de propiedad británica. A fin de ayudar a la Argentina a pagar las deudas que tuviera fuera de la Comunidad Británica, Gran Bretaña ofreció (en un acuerdo separado) un empréstito de diez millones de libras en pesos, pero insistió en que ambos gobiernos adoptaran juntos las decisiones acerca de la prioridad de las deudas externas, En segundo lugar, Runciman persuadió a los argentinos a no imponer tarifas sobre mercancías libres de gravámenes, especialmente carbón, y a reducir las tarifas de todas las oh·as mercancías británicas a su nivel de 1930: en realidad, esto significaba un trato preferen­cial. En tercer término, exigió una promesa de. que el gobierno argentino concediera un "trato benevolente" al capital británico invertido en empresas

· privadas y públicas, especialmente las compañías de ferrocarriles y de tranvías. Desde el momento en que se lo suscribió, el Pacto Roca•Rnnciman se

convirtió en tema de acalorado debate. Hubo reacciones diversas en el Reino Unido. En tonos apopléticos, el Daily Express de lord Beaverbrook deploró ••d gran embrollo de la carne", lamentó la "traición a· los agricultores" y expresó pesar por el hecho de que los negociador~ británicos. hubiesen :oai'tlo en la "trampa argentina".19 Expresando la opinión de los laboristas, Clement Attlee arguyó que el pacto determinaría que los consumidores británicos pa­garan precios "remunerativos" a los ganaderos argentinos a fin de que éstos; a su vez, pudieran pagar a los rentistas ingleses: "Llamo a esto un esquema fraguado a sangre fría ... " 120 Ello no obstante, el tratado reeibió apoyo ge­neral, inclusive de los agricultores.21 Como explicó el Daily Máil, mostró las ventajas de las tarifas británicas: "Por primera vez en los últimos setenta años, los estadistas británicos han sido' capaces de negociar con potencias e~-

. tranjeras en pie de igualdad." 22 · ·

. , En laJ\;~~~~.a,,J~ .. :Sfi.YQ! •. Pli.x:!~~:i!~ .!2§~g!l1R2~ :Y~~~!!!:«l~.:>: .. ~?~. ~ p~­cwn_ .. c:le <;a;ntf! .• :l!J!X:Q~.1!.1'.2.!l, .• ~LJl5!<;!.(),,,., .. Coy,.,cieJ,"tas. r.~ervas .. :l!.~r,(:a aeT control P\)r pªr.te .. d~. ~fllP.'"Bretañ¡¡'" c:I.eJa~ ... G~Qt.as .. c:l~ •. ~2EI>,()rtación, la SoCiedad RUral declaró su satisf~cción por la estabilidad del mercado y la reciprocidád-'có-

- ~e~:iai:~~~~ar~d~,_J~;ts_;:i~pJ_~~~ías;~!~li;».JQrdnxru:!l~~~ti-.,. *'"'"'''~mtel'es es~~lltl por la carne enfriada, los' cnadores respaldaron el con­

",·~··· _,,·:~~··:~?:::·~~~.'~·ry~;~!~~:;x~~~~~ft#"·;~·~y, -~~~~,r{"~;·~·;~~i,&~~~;0~·P*'"'~-,"-~~~{W~~{~~~ ...

Y véase ComiÚÓ;i.::E¿~~ó~ici:Imperial, chitlea.~d-"'eefSurvey: A Surve·y of Production and Trade in_Brit,ish'CEmpir~ ahdFor,eigrv .Co":'ntr,ie~> (Londres, 1934).

~~~~!s~~illiBfii~~~!~~:~.:::

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venio.24 Los empresarios de frigoríficos, que naturalmente tenían gran interés en-;;;} eotnercio y pudieron haber apreciado la cláusula 85-15, apoyaron tam­bién el tratado.25 El único grupo que debía perder a causa del pacto consistía ·en losconsumidores urbanos, por cuanto la mayor parte de las disposiciones .del tratado tenderían a elevar los precios locales de venta al menudeo.

CONGRESO Y POLITICA COMERCIAL

La Cámara de Diputados de la Argentina comenzó a considerar el Pacto Roca­Runciman a mediados de julio d:e 1933. Según lo pidió el gobierno ~e Justo. · las comisiones conjuntas de Finanzas y Relaciones Exteriores recomendaron la sanción del tratado. Pero la mayoría era leve -sólo de once a nueve­y la votación respondió a líneas partidarias: la Concordancia se pronunció en favor del tratado, y los socialistas y demócratas progresistas votaron en ·disi­dencia.26 Al parecer, la política comercial estaba convirtiéndose en un pro­blema partidario.

El vocero de la mayoría fue Adrián Escobar, ganadero de la clase alta y demócrata nacional, quien afirmó que el comercio recíproco debía proteger las actividades rurales del país. Una industrialización prematura, declaró, sólo determinaría costos más altos. "Nuestro. problema es agricolaganadero y se resuelve así: a mayor compra de nuestros productos, mayor adquisiciÓin de mercaderías extranjeras. Aumentando el volumen de nuestras transacciones, creamos trabajo y bienestar." En cuanto al mismo tratado, Escobar arguyó que la cláusula 85-15 daba a la Argentina una porción mayor del comercio que la que había tenido en cualquier tiempo reciente y descartó la cuestión del Gontrol de la exportación porque de cualquier modo "desgraciadamente, n1,lllca lo hemos tenido". Considerando la lucha mundial por la supervivencia eco­nómica, el convenio comercial era notablemente justo. ·Al concluir, encomió retóricamente la amistad anglo-argentina y exhortó a sus cotegas a respaldar la "política económica activa" del gobierno.27 ·

Nicolás Repetto, socialista de la ciudad de Bueno'S Aires, se opuso en forma vociferante al tratado. Atacó la cláusula 85-15 ·porque, según dijo, con ella se abandonaba la dignidad nacional, se violaban las leyes anti-trust y se estipulaba que las firmas participantes argentinas debían ser organiza­ciones que "no obtuvieran beneficios". Predijo que el préstamo de die3 mi­llones de libras esterlinas sería una carga financiera imposible de sobrellevár durante la Depresión. Manifestó que las tarifas preferenciales concedidas a

24 Véase la petición de la Confederación de Sociedades Rurales del Litoral Diputados, 1932, VI (20 de setiembre), pág. 190 y la declaración de Olariaga El ruralismo argentino, págs. 273-288.

25 [Empresas frigoríficas], Presentación de las empresas frigoríficas ante. el greso de la Nación. (Buenos. Aires:, .l~; págs. 21-23. · Véanse también . las observaciones. aparecidas en el Buenos Aires Herald, 3 de mayo y 29 de julio de 1933.

26 Dipll;tados, 1933, I • (7 de junio) , págs. 403-407; II (18 de julio) , pág. 264. 27 lb,id., II (18 de julio), págs. 269-285.

CARNE Y POLÍTICA EN LA ARGENTINA 143

las mercaderías británicas desalentarían el intercambio comercial con otros países y que amenazaban la embrionaria industria argentina. Y, en general, E e lanzó contra toda la idea de comercio recíproco: "Lo fundamental para un país como el nuestro -sostuvo· Repetto- es dar amplias puertas abiertas y exigir al mismo tiempo puertas abiertas al resto del mundo." La protec­ción sólo elevaría los precios al menudeo, y en este caso proveería .a las ne· cesidades a corto plazo de la aristocracia sin atender a los intereses perma­nentes de los consumidores urbanos.28

A medida que avanzaba la sesión, ·el debate sobre el tratado se dividió a lo largo de líneas partidarias: la Concordancia contra la oposición. Acaso por causa de sus distritos productores de ganado, los demócratas progresistas acabaron por votar en favor del acuerdo. De modo que, en un análisis final, quienes se enfrentaban eran los productores con los consumidores. De con­formidad con esta fractura, el Pacto Roca-Runciman se aprobó por 61 votos contra 41.29 Si bien la votación no fue nominal, es casi seguro que los votos negativos corre,spondieron a los socialistas, por cuanto ese día ha­bía exactamente 41 miembros del partido en la Cámara. Los consumidores volvieron a perder.

Una escena un tanto distinta tuvo lugar en el Senado, donde Lisandro de la Torre puso en tela de juicio la eficacia del tratado, aunque no su propó­sito general de proteger a los hacendados. Candidato presidencial dos veces derrotado y miembro del Partido Demócrata Progresista, alegó que el conve­nio no resolvería nada. "Si estábamos a merced de la Gran Bretaña después de los acuerdos de Ottawa, seguimos a merced de la Gran Bretaña después del convenio de Londres." Según la cláusula de las "circunstancias imprevisi­bles", acusó de la Torre, no había límite para las eventuales reducciones bri­tánicas de importación de carne enfriada argentina. El requisito de que las firmas nacionales no obtuvieran beneficios, estipulado por la cláusula 85-15, postergaba efectivamente la participación argentina en el negocio, pues la Com­pañía Sansinena, de propiedad argentina y que perseguía beneficios, podía manejar por sí misma el 15 %. "Esto se llama subordinar los -intereses de

· la industria ganadera argentina a los intereses ·de las compañías frigoríficas extranjeras ... " Mientras que Gran Bretaña obtenía protección para los fe­rrocarriles, tarifas preferenciales y la lihera.ción de fondos ·congelados, con­tinuó el senador, hací.a concesiones notablemente magras: una promesa de buena voluntad, un compromiso de no elevar los impuestos ya altos . sobre el trie:o, un préstamo de diez millones de libras. La Argentina no había lo­

ninguna de sus metas principales, cuotas de carne más elevadas o con­· la distribución dé exportaciones. Como resultado de ello, alegaba De

el Pacto Roca-Runciman constituía "un fracaso total: un fracaso y un fracaso . comercial". A modo abier.tamente partidario, culpó

, , .. ·.. • ~ 285-301. Repetto no realizó esfuerzos explícitos por conciliar la para~oja existente entre su preocupación por la industria nacional· y su insistencia en

de julio), pág. 379.

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144 PETER H. SMITH

de este resultado a la ineptitud del gobierno, particularmente al ministro de Relaciones ·Exteriores, ·Carlos Saavedra Lamas . .ao Hasta cierto punto, el se­nador estaba .désarrollando un juego pqlítico. . . Después de .que Saavedra Lamas y otros funcionarios gubernamentales

hablaran en su defensa, el Senado aprobó prontamente el pacto.:!! No son ·asequibles datos de· la votación, pero --considerando el predominio abruma­dor de la Concordancia- no pueden caber dudas de que el margen favorable fue amplio. Los ganaderos querían el tratado y lo obtuvieron.32

En general, los dehates sobre el Tratado de Londres revelaron una co­lisión entre los intereses ~onómicos y las lealtades políticas. La mayor parte de los ganaderos y .-$US representantes favorecieron el tratado, si bien algunos de ellos lo hallaron inadecuado. (No hay nin~Wna razón particular para creer que este conflicto pusiera a los inv:ernadores en contra de los criadores.) V e­nían luego los consumidores. En la Cámara de Diputados, los consumidores y los voceros .antiguhernamentáles de la campaña constituyeron una alianza retórica a lo largo de líneas partidarias, pero en la votación final una frac­tura funcional separó a li:>s productores de los consumidores. La discusión en el Senado tuvo sobre todo carácter partidario, por cn.anto los ganaderos ·que apoyaban .al gobierno y los que estaban en contra de él disputaron acerca de medios y no de fi~. Así y todo, nunca hubo muchas dudas acerca del resultado, y el pacto se aprobó prontamente. . .

SOCIED~ RURAL: CAMPA:fitA EN PRO DE UNA LEGISLACION

A despecho de su importancia, el Pacto Roca-Runciman constituyó sólo una parte de la réplica de la Argentina a la cris~ ganadera que siguió a la De· presión. La.. Sociedad:::Jlural lan~ó una campañ·a, ·con el declarado propósito de proteger a los ganad.~z:os .;!~J!ls. t~EÉc~.YI:I!~c~ delpool de frigoríficos, a fin de que se :delñj~¡i;r~ _1;1n nuevo y comprensivo· prograína legislativo. En ·apa:t:iencia, _la. Sociedli«! !!~optó este· Cmnpórt'áíriienttf-""fJO?'ll1e,,)~ . c¡-isis· vulne­r\lha los . intereses·"de -. inveriiadóres . tááto c()ÍiÍÓ ae· criadores; _ y el directorio de la inSi:itucióñ;JiresUiia<r}ior HoraCio· Bruzone, estaña." ErinéiJ!almente cons-

-~~~!~a~~~~~fi~~~~r::.~?~~~~~~~J;~~~~~~~1ri~~l~~iil~1i-re~~~~1~~~1e!e~~,:,~k~~e e~ ·~-~t~do les . diera protecció11. Ambos

.,. . ', ,_·. · -· "· ~""'"MW"'--'f"'Gii!?= )<;~~-~~"7;;,-.)3c,;to-;;:.,,,.¡;¡l,*·T.i'<O'irÜ'-t~Y""'4""'"''''"-"'.'<;-'1·M~';<~»'i·*\?'i~."«"'•~--

30 Senadores, 1933; 1(27 de jülioh'pág5:· 568~5-sf y (28~~~ j:tl}}~): págsó 6o5:6ii; también en [Lisandro de la Torre], Obras de Lisandro de la ·Torre, ·comp. Raúl La~:ra, 3• ed., II (Buenos Aires, 1958), págs. 10-49; Y· véanse observaciones similares· formula­das por J. A. Noble, otro demócrata progresista, en Diputados, 1933, II (19 de julio), págs. 332-345. . . . . . .·· .. ·. - . . . . .

J.~l Selladores; 1933;: I (28 .de. julio), págs. 584~598, 615~616: ··•. : _S2_Pttra~c::>sd~Ji~t~si;acérca. de.: un.• protocolo siguiente. al . lralaao .n:.•auvu •

mel:lida~ . sóbre .iarif~s(~~p{:dfiéas; véase Diputados> 1933, V (26-27 de. setieinbre): 411~412: VI (2~~30jde~seti~t.re) ,. págs. 141-142, 146-165. Y Senadore. ~ti~mtir~);,:J?~~:i~~~:~~~~~·:¿l;~~l; c'F\• · ·

CARNE Y POLÍTICA EN LA ARGENTINA 145

g~avorecían un~~!~=.~~L!í!l!cO..,P.':l:!l:!() de disputa entre ellos consistía en cual deoi¡:nrer~esaley.33 e

-> Eñ' ufiaeseríee··ae·anuncios y comunicaciones públicos al gobierno entre diciembre' de 1931 y mayo de 1932, la Socíedad definió su "plan orgánico" para la defensa de la producción ganadera.34 Sus características generales incluían: 1) la creación de una Comisión Nacional para el Control del Co­mercio de la Carne, constituida por ocho miembros, cinco de ellos represen­tantes de la Sociedad Rural y tres designados por el presidente; ·2) una ac­ción conjunta con Uruguay y Brasil para inspeccionar y controlar el comercio de. ultramar; 3) la intervención directa de los g~naderos en el mercado in­terno, mediante la conversión del Frigorífico Municipal de la Ciudad de Buenos Aires en una empresa· mixta sostenida por el gobierno nacional y los gana­deros del país;35 4) y finalmente, en el futuro,, la participación de los ganaderos en el comercio internacional de la carne. La prioridad de estos <!os .~Jtjmos pynt()s ... era clara: la intervención _ en el comercio local,_~qn la SQ.ciedad, -dehía .. preceder-aia"lñfervenciótr en t!l -c:omeréi&"'"'íntein.a&ionaL

-·-En mayo de 193i,~fgobierno ... de "Just~-~~p~iidió -~··~~t~~ pedidos con la designación de una Comisión Nacional de Carnes, cuya misión consistía en aconsejar al gobierno sobre cuestiones ganaderas, vigilar la aplicación de las leyes pertinentes, estudiar los movimientos de los precio_s, promover la ,venta df?. carne argentina en el extranjero y proponer una nueva legislación,. en particular los .medios ·factibles en cuya virtud los ganaderos podían par­ticipar en el negocio frigorífico para los mercados local y (más adelante) ~:X~ tranjero.36 Salvo la idea de una acción conjunta con Uruguay y Brasil, a la que aparentemente se renunció por consentimiento general,37 la Comisión es­taha encargada virtualmente de llevar a cabo el "p~an orgánico". La influen-

33 En los comienzos de esta camp~ña; la Sociedad Rural persuadió al. gobiet:~o a imponer multas a los frigoríficos, por ·primera vez en la historia, conforme eon ·~ ley de control e inspección de 1923. Anales, LXVI, n9 1 (enero de 1932) , pág. 57; ~VII~ n9 4 (abril de 193!!), págs. 151-152, 155-156. Ministerio de Agricultura, Carnes, ~.ra?'IOS, Elevador_es de Gran'Os, Colonización•, Petróleo. (Buenos· Aires, 1933), págs. 52-57. Para los textos de los alegatOSI archivados por los- frigoríficos y el gobierno durante el subsiguiente litigio, ganado por el gobierno, véase Abelardo M. Barrios y col., Las empresas de frigor{ficos en juicio contencioso con el gobierno de la Nación sobre la interpretación y co7;utitúcionalidad de la ley· 11.226: demandas, alegatos, memoriales y antecedentes (Buen05_Aires, 1934).

• 34_ Sociedad. ~~r.alArgentina, Plan orgdnico de defensa ganadera, Boletín de_ Divul-'·5' l'-".IS ...... 6n; ___ ºo .5i ... (BY~Qs~,:Aires, .. 1932). Y véase Anales, LXVI, n9 1 (enero de 1932),

. -12; nQ 5 (mayo de 1932). págs. 263-266; y n9' 6; (junio de 1932)' págs. 395-396. . Esta propi)sicióiLfue. promovida originariamente por Rómulo Naón, in~endente

'dé Buéné)s Aires:. su explicación aparece en Concejo Deliberante, 1932, En 1930 babia comenzado a operar un nuevo mata,~ero

Pl~n org~nico; pá~. 35~38 ... · Anales, LX~i!~~~~f~ tripartita, pero no se. emprendió ninguna~ :i.d:ión·

'."'·····'"'·:.;'···''···""f_· .. y'á··-·-"'_._.2.6 ..• ,.1.;_:· -e_·_. (marzo de 1932), págs. 135-137; Sociedad Rura1.Ar~'1t~~·i ' OTHaniCQ;';'p es:•: ·a ;··': ..... ·•- ..

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146 PETER H. SMITH

cia de la Sociedad quedó también demostrada en la composición de la Co­misión. Si bien el decreto presidencial manifestapa que sólo cinco de los quince miembros deblan proceder cle la Sociedad, ocho de ellos fueron -direc­tores de la misma. . . y las tres cuartas partes de todos los designados perte­necían a la institución. Para sorpresa de nadie, la Comisión pronto adoptó el "plan orgánico" de la Sociedad y lo recomendó al presidente de-la nación.3~>

Pocas semanas después, Justo y De Tomaso, _el ministro de Agricultura. enviaron un proyecto de ley al Congreso en cuya virtud se constituía una Junta Nacional de Carnes ·-'como entidad autónoma, dependiente del Minis­terio de Agricultura", que debía inspecciona-r el comercio_ de carnes así como_ la aplicación de todas las leyes .a él referidas.39 La Junta estaría compuesta de diez miembros: cuatro de ellos. serían designados por voluntad del presi­dente, mientras que los otros seis.- serían elegidos de una lista de candidatos propuestos por la Sociédad Rural. Todos los nornl:lres pr()puestos por la So­ciedad debían ser "productores de ganado", esto !$, personas que hubieran trabajado por lo menos cinco años en "la cría o engorde :del ganado". N~n:gún miembro de la Junta recibiría paga por sus serviCios, ni se le permitiría mantener vincul.aciones personales con los frigoríficqs. -·

La función más significativa de la Junta consistiría en fundar un frigo­rífico de tipo cooperativo "para la de!ensa de la ganadería nacional y abara~ tamiento de los productos ganaderos, .. ·~ Esta era la órganización anticipada en el Pacto Ro~a-Runciman y su propósito principal consistiría en- utilizar la cuota del 11 % que se destinaba a semejante empresa. Una vez establecido, este frigorífico sería "totalmente independiente" de la Junta, si bien continua-· ría sujeto a las regUlaciones generales del comercio.

Suponíase que la Junta de Carnes protegería también a los ganaderos de otros modos. En un esfuerzo por desalentar. la compra discriminatoria por parte de los frigoríficos, enunciaría reglas oficial~ enderezadas a clasificar y graduar la carne argentina.- A fin de impedir, después de la compra, que la carne se graduara en forma más alta {la CODlpra de ganado a precios freeier, por ejemplo, y la venta de carne en forma· enfriada), fijaría normas de procedimiento para la exportación de carne. Respecto de la acción .anti­trust, su papel era un tanto incierto: la Junta había de averiguFtr si el pool frigorífico violaba la ley, pero no aplicaría la mism~:~. ley. -

Conforme con esté' proyectó, el programa total de la -Junta de Carnes debía ser sostenido por multas, donaciones privada~ y especialmente por

3s Anales, LXVII, nQ 5 (mayo de 1932), págSl. _ pág. 543. Para la protesta de un criador y miembro de la Soc1t!$td que la Comisión Directiva presidida por Bruzone .había procedido véase [Octavio Augusto Mariño], Observaciones al proyecto d,~l ~o_der Ejecutivo de la Naci6.n. (Buenos Aires, .193: en. que. la Comisión siguió, el cimsejo de la. Sociep.~d Car~es, págs, 9-12, y · · ·39 Para·el·

CARNE Y POLÍTICA EN LA ARGENTINA 147

una "contribución" automática "de los que vendan ganado a las empreEas industrializado-ras de carne". El 20 % de estos fondos se utilizaría para cubrir los gastos de operación de la Junta; el resto se .asignaba a la organización frigorífica de los productores. · He aquí el ¡mnto crucial: las participaciones en la nueva empresa se . distribil!!!!ñ,~~.1:contrituc-wi1"!'t~áil~uJI!, sf--":b'í'eñ jíadiepoOía-teñe!'""".:iñáScte un voto en las~_asambleB:s o ele~::si2P...!~ Y por cuanto 'la~coñttilruciófi''ctrbrta. las···!~.!l.t~~: 1:1~~-:M,!!a,_ªo realiúidas por los invernmiu-re'!f""a:-ln'S"'irtgomiCOs;pero'"ño- por los criadores a los inv~érnauores, ello significaba que los invernado res gariarian el .. control económico l?_obre el frigorífico de los'ganaaeros: · · ·.·- · ·· · · -~--

Como medrdll. complementaria, Justo y De Tomaso presentaron otro pro­yecto de ley en setiembre de 1932 para la nacionalización del frigorífico de Buenos Aires.40 Según estas disposiciones, la planta de la ciudad se converti­ría en una empresa mixta, dirigida conjuntamente por la Municipalidad y la Junta de Carnes -en otras palabras, por los consumidores y los productores-:-, en la que tendría mayoría la Junta de Carnes. El propósito del proyecto era doble,. por no decir ambiguo: contribuir a la ·elevación del precio del ganado y también a la disminudón del precio de la carne vendida al menudeo. Pero su significación básica era clara: los ganaderos se harían cárgo del ma­tadero de la ciudad. Con esta proposición y el proyecto de ley de la Junta de Carnes, el gobierno de Justo estaba siguiendo casi a la leti:a el. ;•pian or.- · gánico" de la Sociedad.41

DESAFIO DE LOS CRIADORES

Cuando los invernadore~~___k_Soc_ie_dad_.RuraLj.g_g:~icaron su camp_,a§!, ~j)ro de]ID[.:l"!m!~ .!?~ -~:.~11:ª2.!~~~-~-!!!~!l~a,_I.Q!!A~l.!llk"F'Ef proceso tuvo lugar a princip,ig~ _d.t:Jíl d~caÍÍLde.1930, a .lo largo --de--tOd-as .}as-4onas .. cria-d?ras .. de ~ganado, .x_,!tte .. · ent~p.¡:~~-- f.!!l!!l.~,I? .... ~C:~~~d2 .~~~.!.~. Ilú~~r?~Q~.!l~Q<?_a- . ~s: · li'l:OñfederaciOn de Sociedades Rurales del Litoral, Ta Confederac1on de Sociedades Rurales del Litoral Medio y Occidental, y otro grupo para los criadores de ovejas de la Patagonia. La más vital y actru ...!k~..m:g~­ciones de criadores e,....empero..~la...éanfedel:aciól.J....de-Asociru:ian~~ de a rovincia de Buenos Aii:'es y el Territoi-io de la Pampa, conocido no.r ·-· sus TnicíaTeS'"""éüiño·crífiX'P;·;¡iie-"liie·I~iidada ·en T93~~lf2"-·==--,~--~~~~,·~ ~~· •q"·-w•La~ctitüd de CARBAP era militante.· 41 m:ip.~ji!io,. al pa~C?.-~~2!1!~­daronaÍgunasiDmtií:Ias adicionares, sus miembros apoyaron el "plan orgánicoh" "

,~~'f'!f.o'."""-~~-<-::<W."'<;i';-$>-"A~~"<'%''"f"'-"""•-oc",,-,:t.o: -~ -~·-"""~~~'-"-~""'-=,;...c-_•-..•.-·"·'o-·.'.<.;\:.."""--,~~"""-~~-"'"-~"""'-'""'''··•-"''=-,_..',,.., ...... ,~~~

40 Ibid:, V (i de setiembre) , págs. 329-332. 41 Al parecer, el propio Horado Bruzone, presidente de la

proy~ctos. Tomás Patricio Ryan, "El fe~tín de los buitres", artículo ~~SI.e proporcion?. el autor ~B~enos At!.~s, sin fecha), .eá~. 19: _ . ___ . ·•'"·'*'"":: . .. , ·X?~~s-::-'!"':f:Pi

4,2 Co11federacwn de Asoaacwnes R11.rales de Buenos. Aires y La Paftllilá'. ~·>- · .. 7"':' Recop~{aci~n de. las deliberaciones de los congresos rurale~; 1932 a 1946) ~págs. 3-6. •;:

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de la Sociedad JlJJraJ.43 Pero no pasó mucho tiempo sin que los criadores entraran en. pugiia con los invemadores .. En una reunión. celebrada en Nueve de. Julio, precisamente después de que. el gobierno de Justo· presentara su proyecto de ley para 1a creación de la Junta Nacional de Carnes, sobrevino el primer enfrentamiento. En un bando figuraban los criadores, representados por la mayor pmrte de los miembros de la juvenil CARBAP; en el otro estaban los invernadores, representados por Hotacio Bruzone y el directorio de la Socieda.(l( Rural. Las discusiones eran acaloradas y frecuentemente ásperas.

Los criadores expresaron cierto número de importantes motivos de queja. En primer lugar, :resolvieron que el frigorífico sostenido po:r los productores debía ser enteramente independiente de la Junta de Carnes y que, como tal, de­bía instaurarse por una ley separada" He modo similar, opusieron objecio­nes a la posibilidad de "ingerencia" en la conducción de la Junta de Carnes por parte del ministerio de Agricultura, alegando que la Junta debía tener "gran autonomía". En realidad, los criadores pedían la independencia insti­tucional ·respecto de la influencia política de la Sociedad RuraL En segundo término, los voceros de los c:riadori~s sostenían que a la Junta debían dársele poderes· para hacer aplicar la ley general anti-i:rust, y no meramente para inquirir acerca de su violación; en mayor medida que los invernado:res, de­seaban atacar el pool frigorífico" En tercer lugar, señalaron que las reglas 12ara la "contribución" de las ventas de ganado Jreconocerian solamente los ~sfuer:¡:os "de los invernadores, . y les darían consecuentemente acciones (y poder) erl la firma frigorífica cooperativa; mi·entras ellos, los criadores_ nro­hablemente pagarían la mayor parte del impu~,;t4

Después de esta tormentosa convención, CARBAP se volvió hacia el Con­greso. En una declaración escrita acerca de sus motivos de queja,45 los criadores propusieron una modificación en el procedimiento de "contribución" y asimismo enjuiciaron la composición de la Junta Nacional de Carnes" En lugar de seis miembros pertenecientes a la Sociedad Rural y cuatro designa­rlos por el presidente, afinnaha CARBA.P, la distribución debía ser diferente: tres miembros . designados por el presidente,· tres por la Sociedad Rural y cuatro por "Confederaciones de Sociedades Rurales" legalmente constituidas. Además, los miembros de la Junta debían :recibir sueldos a fin de impedir que los ·hombres del interior sufrieran pérdidas económicas. Los consigna­tarios de ganado y cualquiera que estuviera vinculado con las· compañías frigoríficas o de transporte!;l (ferrocarriles o empresas navieras) debían que· dar automáticamente excluidos de la Junta. · ·

Atacando en una nueva línea, CARBA.P censuró eLplan de nacionalización d-el frigorífico municipal, en parte a causa ,de su equipamiento supuestamente :inadecuado. Por lo demás, CARBAP protestó contra la elevada prioridad de la Sociedad Rural en la participación en el mercado interno" La interven-

4~ !bid., págs. 229-230, 44 lbidJ., págs; 230·231. 45 Diputados, 1932, VI (27-28 de setiembre)., págs. 683-690.

CARNE Y POLÍTICA EN LA ARGENTINA 149

ción en el mercado local llevaría a los ganaderos a un conflicto abierto y costoso con las masas de consumidores urbanos, míentras que un intento de participar en el comercio de exportación signifi,caría entrar en batalla con los frigoríficos, bata]la en que los· estancieros argentinos probablemente con­tarán con el apoyo deigobiex:n() britál)ico y los. ~()nsuJnid~n:es 1Jrj~~.l1i!.<.()S. Además, el nivéf de precios del mercado de exportación era de vital impor­tancia para los criadores, mientras que los invernado:res .. podían mantener habitualmente sus beneficios transfiriendo las :reducciones de precios. De cual­quier modo, los crii:tdo:res des·eaban participár en el comercio de exportación tan pronto como fuese posiple.46 ·

De esta suerte, los· criadores lanzaron un desafío a los inverna dores y a la Sociedad Rural. Las protestas de CARBAP tuvieron eco en otras asocia­ciones,47 y -el movimiento de los criadores prosiguió cobrando importancia. En 1932 CARBAP inició sus actividades con sólo diez miembros registrados, entre ellos la Sociedad Rural; a mediados de 1935, contaba con 19 asociacio­nes miembros y más de 3.800 socios individuales, más que los que tenía la Sociedad Rural; hacia'1939, después de que finalmente se reí:ira:ra la Sociedad Rural, CARBAP agrupaba a 29 sociedades locales. 48 Como un signo notable de la modernización política verificada en el seno del sector rural, los cria­dores prosiguieron su conflicto con los invernado :res por· medio de una orga­nización institucionaL .Naturalmente, este proceso implicaba la movilización de muchos criado :res de la clase media; así y todo, la mayoría de los dirigentes del movimiento pertenecían a la aristocracia.

AUTODEFENSA DE LOS FRICORIFICOS

Mientras los criadores libraban uná batalla con los invernado:res por el do­minio de la campaña . de defensa del ganado, los empresarios de frigoríficos procuraban impedir que se aprobara una legislación especiat Como en 1921-23, deseaban restrin¡2;i:r el conflicto a la lucha económica y no permitir que pasara al terreno político. Demoraron su respuesta hasta mediados de 1933, cuando las proposiciones de Justo-De Tomaso habían de ser consideradas por el Congreso, y entonces declararon cuál era sn posición. A lo lin'go todo el debate que sobrevino, los empresarios de frigoríficos expres presa por el hecho de que el Pacto Roca-Runcimari no hubiera "'""'"; .. tn

irracionales de "pánaceas legislativas" y recordaron a los caso de 1923 acerca del precio mínimo. Si se aprobaban

46 !bid., págs. 688-689. Un plan para la participación en. el dón había sido promovido por Octavio Augusto Mariño y de ganaderos celebrada en La. Plata en junio de. ] 932. Asociación Cooperativa Nacional (Buenos Aires [?J, 1932).

47 Véase Mariño, Observaciones. 48 CAIUIAP, Recopilación, págs. ]:X-XIV" Bueno.\: .Aires

(abril de 1935) , págo 5.

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raban notoriamente sus intereses, insinuaron, los frigoríficos deberían volver a detener sus actividades.40

Negando firmemente las repetidas alegaciones acerca de sus beneficios excesivos, los empresarios de frigoríficos pasaron. a predecir los resultados desastrosos que tendrían las proposiciones del gobierno. La nacionalizació-n d-el frigorífico municipal implicaría una costosa renovación de la planta, y la intervención estatal en el comercio interno determinaría que eventualmente el negocio de la carne fuese una presa política. El precio de la carne, indu­dablemente, se elevaría. Afirmaron también que la intervención de los pro­ductores. en el negocio frigorífico les daría un injusto acceso a los secretos comerciales de los empresarios. de frigoríficos privados, en virtud. de su vincu­lación con el ministerio de Agricultura, y provocaría una emigración de capital extranjero. Ello era particularmente posible, declararon, a causa de la proyectada "preponderancia?' de los ganaderos en la Junta Nacional de Car­nes; en su opinión, los empresarios de frigorífícos debían tener tantos repre­Sentantes como los ganaderos.50

Concediendo que la Junta de Carnes podía desempeñar un papel útil en .el mercado interno -donde no incomodaría al pool-, los empresarios de fiigoríficos .declararon también que la proyectada "contribución" en las ventas de ganado era anti-constitucional. Señalaron asimismo que entre los hacen­dados cundían quejas, pues t:emían que el impu~sto fuese "casi confiscatorio", y ponían en duda que los hacendados desearan realmente pagarlo. En apoyo de su argumentación, los empresarios de frigorífjcos desafiaron a la Sociedad Rural a. celebrar un plebiscito entre los ganaderos sobre su plan de aplicación de impuestos.51 Su objeto era obvio: abrir una grieta en las filas de los pro-ductores a fin de debilitar a la oposición. ·

Pero esta táctica fracasó. La Sociedad Rural reclamó vehemente apoyo a· su esquema y citó algmias resoluciones adoptadas por CARBAP que respal­daban su punto de vista. 52 Si bien los empresarios de frigoríficos respon­dieron con una petición en la que se Opon~an a que se aplicaran impuestos a ciertos ganaderos, 53 no pudieron conquistar la adhesión perdurable de ningún grupo importante. El intenso deseo de los invernadores de· obtener una legislación protectora descartó la posibilidad inmediata de concertar una alianza . con ellos. Por lo demás, tampoco los criadores militantes parecían ser aliados pí-omisorios. Casi todl?s los ganaderos deseaban una ley.

Como lo da a entender su confianza en una cuestión tan débil como el impuesto, los empresarios de frigoríficos no tenían a su disposición muchas · alternativas estratégicas. En particular, no podían ejercer la presión econó-

49 Véase su Presentación, págs. 21-23, 41-47; y. N.A., D.S., 835.6582/63 Bliss al Secr{!tario de Estado, 19 de mayo de 1932, y 835.6582/75, memorándum de J. C. Shillo_dl;, 28 de octubre de 1932. · ·

·· 50 Presentación:, págs .. 27-28, 30. 5k,(bid.., págs. 28:29,. Ill. ~~*,'J?iputados, I!}~,3.;,g; (7 .de julio), págs. 254-257.

· · i .. ,5,~,' "fresentación; p;ígs:' 35~38.

;'{;:~~; \~t~~ ..

CARNE Y POLÍTICA EN LA ARGENTINA 151

mica --deteniendo las compras de ganado- que había dado tan buenos resultados en 1923. Semejante acción sólo hubiera irritado a los ganaderos. Por lo demás, estaba la cuestión de la cuota británica. El Pacto Roca-Runci­man aún no había entrado en vigor .. Si los frigoríficos detenían todas las operaciones en ese momento, corrían el grave riesgo de que el gobierno bri­tánico redujera su participación en el mercado del Reino Unido, aun cu,ando deseara un constante . y firme suministro de carne para sus consuntidores. En estas circunstancias, los empresarios de frigoríficos se abstuvieron de to-da acción. · ·

En una etapa posterior del debate, los frigoríficos se volvieron hacia un grupo totalmente distinto: los consumidores urbanos. Con más énfasis que antes, los representantes de las compañías arguyeron que la intervención del Estado en el comercio de las carnes provocaría un aumento del precio de la car­ne vendida al menudeo. Un frigorífico de los productores sería incapaz de ope­rar dentro de un equilibrio económico; cuotas pequeñas aumentarían los costos básicos de todos los frigoríficos, y ello determinaría el aumento de los precios de la carne vendida al menudeo en las carnmei'ías. En última instancia, quienes deberían pagar ese despilfarro serían los consuntidores. Lo que éstos harían, sugirieron los empresarios .de frigoríficos, sería fundar una coope-

rativa propia.54 Con estas arguntentaciones, loa. miembros del pool frigorífico procuraban

impedir que se aprobara una legislación especial. Para algunos, su lógica era sin duda persuasiva, y la prensa pro británica, especialmente la Review of the River Plate, se alineó repetidas veces junto a los empresarios de fri­goríficos.5" Pero aún quedaba en pie el problema fundamental: los ganade­ros no podían- dividirse por el momento, por cuanto tanto criadores como invernadores deseaban una ley que los protegiera de algún modo. La única esperanza de los empresarios de frigoríficos estribaba en acercarse a los con­sumidores, el más débil de todos los grupos participantes, en busca de apoyo político. Incapaces de lograr una representación indirecta significativa en el sistema político argentino, los empresarios de frigoríficos sólo podían pro­clamar su ino.cencia y su oposición a la legislación . . . a quienquiera que

quisiera escucharlos.

APROBACION DE LA LEY DE. CARNES

A despet:ho · del intenso esfuerzo desplegado por la Sociedad Rural y otras asociaciones ganaderas paJ:Ii qljf?lo~ proyectos .de. ley. relativos a la Junta Nacional de Carnes y al frigorífíco municip¿¡l se consideraran en las sesiones

M Senadores, 1933, Pyf~~ntad6~, págs.9-17, : ,\;;,~!'.~~~e;w~ or the ]l~v~r,)~l,!!~,~;.\l;',_q!!: ~tl;!Jlyrc: "":.,.•• .d«o 193~;;'pág.¡;.16 de. seueml:lr~ .. !i~;.J!}32.,p¡¡.gs,,,J)l; 11

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152 PETER H. SMITH

extraordinarias del Congreso de 1932, el gobierno de Justo, merced a un "acuerdo" con los empresarios de frigoríficos, decidió esperar hasta que se resolviera acerca de cierto litigio sobre la aplicación de la ley de co"ntrol de 1923.56 En julio de 1933, los proyectos se presentaron ante la Cámara de Diputados en forma comh:inada (conocidos a partir de entonces como proyecto de Ley de Carnes), con la •aprobación de ll contra 3 votos de la comisión conjunta de Legislación Agraria, Industria y Comereio.57 Apoyaron· la r<.-co­mendación los hombres de la Concordancia, además de dos demócratas pro­gresistas; se opusieron a. ella tres socialistas de Buenos Aires. La división no era tanto ·política como funcional: una vez más, los productores contra los consumidores.

Este conflicto dominó el debate preliminar. Al presentar el proyecto, Ben­jamín Palacio, demócrata nacional por Córdoba, explicó la necesidad de defender a los ganaderos argentinos de la rapacidad de los frigoríficos extran­jeros; ello sólo podía lograrse restaurando la competencia, lo que se obtendría en parte mediante la nacionalización del frigorífico municipal.58 Atacando acerbamente esta argumentación, Nicolás R"epetto, socialista de Buenos Aires, calificó el esquema de "un mero recurso para establecer en el país el mono­polio del consumo interno de la carne", que eventualmente conduciría a precios más altos al por menor. En lugar de tales medidas extravagante€-, sugirió planes para una reforma cooperativa y agraria en favor de los peones rura]e;;.511

· La opinión de Palacio .bailó fuerte apoyo entre otros representantes de los ganaderos, empero, y la Ley de Carnes gl\nÓ la aprobación general de los diputados.60 Si bien el Diario de Sesiones no ofrece datos sobre la mi~ma vota­ción, el carácter unilater~l del debate sugiere que el margen fue l'lmplio.

Después de la aprobación general de la ley, el conflicto volvió.a alinearse por sí inisnm·. E:rr·rugar de 1a lucha entre. productóres· contra consumidores,· en­globaba anora"alos· cfiaaóres e invernadores: Erprol>leiña··que.~s~1J1añ!~~ erir el de la c~;>mposieión de la Juntá. de Carnes. 1\il como la rev15o la émnis1ón conjunfa, la· Lef ·aeT#rñes .. c~ñieiñplab~a·la'constitución de. una "entidad autó­noma" presidida por el ministro de Agricultura. Tres nlÍemhros serían desig­nados por el presidente, f!es, por la Sociedad Rural~ uno por el frigorífico naCionalizado. El_ cambio .. ~~ .1,1()11:!:l:lle C()l,lCe:rnía .. a Jos emp:resarios ... de JrigPJi· ficos : repre5entani~s. • íi:e .. i.Q~e.reses- privados .ext:r.an}er.o.s, . .,.y"~resentidos ., como estaban, se les dio empero un asiento en la Junta. Esto estaba lejos de satisfacer

56 Diputados, 1932, VI (2Lde setiembre), pág. 267; (26·2? d_e~~e!ien~!Jre), pág. 564; (28 de setiembre), pág. ~54;:: División de Aií:hivos; ~.j Püblicaci..ones de la Biblioteca del Congreso Nacional;· :Bire!l:bs Aires: 1932, Caj1'("i299,'"· Expedientes 944, 946.5, 985; Caja 1300, Expediente 998. Para comentarios sobre la negociación del gobierno con. los frigoríficos, véase N.A., D.S., 835.6582/75,' memorándum dé J .. C. Shillock, 28 de octul:.lr!! _QJ! 19~~' \féase también la· nota 33, ya · . sT. Diputado;:q!}~3; II (2& .~'jil}io). '·págs, 589-599.

58 lbid. lbid:{(g6de julio~,;'p,ágs. 600:611; y (27 de . . . 59lbid., págs~:;.§,~g;701. Y;,XS~~l-'.~1 discurSo. de Demetrio• Buirá/ 784-796. . .· }2fi2i'~ : .· :,:,c~··th; •. ; : · .· .... so Diputados;•,I933;. ur 'U );I~.~~g05~o); pág .. 113. ·.

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CARNE Y POLÍTICA EN LA ARGENTINA 153

sus exigencias de contar con tanta representación como los ganadet·os,61 pero de cualquier modo significaba una concesión import¡mte; al menos, implicaba que la Junta no podría emprender nunca ·una acción sorpresiva o secreta en contra del pool. No aparece claro cómo se llegó a esta decisión. Acaso los ganaderos razonaran que .la experiencia comercial de los empresarios de fri­goríficos le sería útil a la Junta; acaso esperaran dominar de cualquier modo la política; acaso, al conceder un asiento a los empresarios de frigoríficos, alentaran la esperanza de evitar en el futuro contiendas que no pudieran domi­nar. Cualquiera que haya sido el caso, parece ser que el Congreso llegó a un consenso a puertas cerradas.· Y de moélo harto significativo, el debate que luego se entabló apenas si tocó el tema.

En lugar de luchar contra los empresarios de frigoríficos, los hacendados lucharon entre sí. Voceros de los criadores insisti~ron en que la Junta debía incluir a miembros que no pertenecieran a la Sociedad Rural. Algunos sugi­rieron que debía haber dos de la Sociedad y uno de las organizaciones del interior del país, incluyendo la CARBAP. Otros sugirieron que debía haber uno de la Sociedad y dos del interior. Luis Duhan, ex presidente de la Sociedad, propuso . una transacción: dos miembros de cada grupo. Eduardo Bruchou, criador de ganado de Corrientes, declaró que debía excluirse a todos los in­vernadores de la Junta por cuanto todos ellos maptenian vínculos con los :frigoríficos; la idea fue rechazada por votación, pero por el margen sorpren­dentemente estrecho de· 44 contra 41. Enrique Dickmann, socialista de Buenos Aires, restó importancia a la controversia entre criadores e invernadores, cali­ficándola de "una disputa pequeña", pidió la plena representación de los consumidores urbanos y afirmó que los empresarios de frigoríficos extranjeros no debían tener ningún asiento en la Junta.62 · ·

Cuando finalizaba el debate sobre el tema, Palacio, hablando en nombre de la comisión conjunta, aceptó la .transacción propuesta por Duhau. Habría dos delegados de la Sociedad Rural y dos del interior, y los criadores senan el~Yalacro::::coñilii:Q~J~mbi~=-~u-~uela_,.J uitta -eSiuvíeSe":CompTetamerite se_earada del ministerio de Agricultura.·:L~;Trrg:;;rific<?:~~~~ii!'i~"buñniencoit

. un ~i[c)C]:'Qª:E.Q1!1Umidóte.i:f"ñii~~"éñarí§!!jg.irr!_o: A pesar delas-olij'eCioñes de los criadores, se decidió que ningún miembro de la Junta de Carnes. (ex-cepto su presidente) recibiría sueldo.63 . ·..••. .

Como lo indica la votación acerca dela prop~esta .deBruch&~y·el cuadro transcrito más ahajo, este resultado re:eresenta,J~n triunfo parcial de los cria-4~ No obtuvieron todo'1o-'que~c:Íese~:P;e~o, niercéd·a org~llizacmn Y'

' > ..... · .. ·.·.·.· •• <

· Íll Según un funcionario de la emb;já~~.;~o;teahtericana, ;'~íos ~e~;r~s~ri()~ de frigoríficos objetarol} seriamente su. representa~ión .• xpiri~r!t<,tria eri·.·la•.comi~ión'; :. ~-A:,

:,:~~~~~t~~f~~r~~JttlfjJiii~r~~~

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154 PETER H. S.MITH.

pa.rtícipación parlamentaria, arrancaron algunas notables concesiones a los - invernadores, a la Sociedad Rural y al gobi-erno de Justo.

CUADRO 6. 2.

PROPOSICIONES Y RESULTADOS ACERCA DE LA COMPOSICIO:\' DE LA JUNTA DE CARNES

Poder Ejecutivo; Soc. Rural

Min. deAgr. ...... --Presidente ........ 4 Sociedad Rural .... 6 Interior ........... -Frigoríficos ....... Frigorífico Nacionalizado ...... Consumidores ..... Totales ........... lO

Comisión CARBAP conj~:nta

- J 3 3 3 3 4

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Dickmann

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Resultado

3 ? 2

!)

·Al menos en nivel parlamentario, no hay ninguna indicación de que este conflicto entre criadores e invernadores haya definido claramente matices sociales, partidarios o personalistas. El vocero principal de los invernadores fue Luis Duhau, aristócrata y demócrata nacional de la provincia de Buenos Aires. De los seis principales portavoces de los criadores, cuatro pertenecían a la clase alta; cinco apoyaban a la Concordancia, tres como demócratas na­cionales; dos procedían de la provincia de Buenos Aires. Ninguno de los bandos tenía dirigentes carismáticos. Si bien había algunas distinciones regienales, ésta fue esencialmente una lucha interna de una clase acerca de intereses económicos.

Avanzado el debate, surgió una índole distinta de conflicto en lo relativo al plan de nacionalización del frigorífico de la ciudad. Uila vez más, los consumidores atacaron a los productores. Encabezados por Nic()lás Repetto, los socialistas arguyeron que el control por parte de los productores de -la planta determinaría una elevación de los precios al por menor.64 Daniel Ama­deo y Videla, demócrata nacional por la provincia de Buenos Aires, procuró poner las cosas en su lugar. "¡No, señor presidente! --1exclamó-. No hay despojo a la Municipalidad ni hay un acaparamiento del negocio de venta de carne. Lo que hay es necesidad imperiosa de salvar, no al ganadero A, B o C, sino al país entero, porque es sabido que si la ganadería y la agricultm:a no tienen en este país la remuneración necesaria para cubrir siquiera sus gastos de producción, este país no puede marchar. Y no puede marchar porque no

11 págs. 319-3_39,

CARNE Y POLÍTICA EN LA ARGENTINA 155

tenemos industria, porque las fuentes básicas de nuestra riqueza son la gana­dería y la agricultura." ¡;¡¡

La cláusula se puso finalmente a votación y se la aprobó por 63 con­tra 44.66 En el fondo, tratábase de una lucha entre productores y consumidores. Treinta y cinco de los votos favorables a la nacionalización correspondieron a delegados de distritos productores de ganado, entre ellos muchos miembros de la. Sociedad RuraL La oposición provino de los representantes de los consu­midores; los socialistas de Buenos Aires sumaron 21 votos negativos. Empero, este conflicto cobró. también una significación partidaria. Todo el apoyo al plan provino de los partidos· de la Concordancia; el disentimiento, de 40 socia­listas y demócratas progresistas -los principales partidos de oposición- y un solitario radical. Ello no obstante, el margen relativamente estrecho no ha de interpretarse como un signo de debilidad del gobierno. Por lo contrario, muestra que,- a pesar de la disciplina partidaria y. de los esfuerzos parlamen­tarios, los voceros del consumidor estaban aún muy lejos de ganar poder.67

Es significativo que datos asequibles, pero limitados, revelen una percep­tible dimensión de clase en la lucha entre productores y consumidores, entre

· la Concordancia y la oposición. Como lo muestra el Cuadro 6.3, los congre­sistas pertenecientes a la clase alta votaron en favor de la nacionalización del frigorífico municipal; los pertenecientes a la clase baja votaron en contra; los de la clase media se dividieron. Por supuesto, los procesos de cooptación y de profesionalización ·han indicado que el origen social no proporciona un índice definitivo de las actitudes sociales . ..Sin embargo, los datos son sugestivos. Como veremos más adelante, las batallas ent:-e productores y consumidores se librarían en múltiples frentes.

CUADRO 6. 3.

ORIGEN DE CLASE DE LOS DIPUTADOS QUE VOTARON E:-¡ FAVOR Y El'~ CONTRA DE LA ::-JACIONALIZACION DEL FRIGORII'ICO MUNICIPAL

Ciase A favor En contra --

Alta ...................... . 15 Media Alta ............ : . ...... . 4 Media Baja .................. . 8 Baja .... _ ................. · · ·. 7 Totales ..................... . 19 15

Cuando el proyecto de la Ley de Carnes llegó al Senado, se lo aprobó discusión. Había unas pocas peticiones, entre ellas una de

lá ocasión a 40 de sus 43 diputados; la Concor­tercios de sus hombres. que bastaban de sobra

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JSf) PETER H. SMITH

CARBAP,ns pero nadie habló en disentimiento. El 29 de setiemhre de 191;), presentó el proyecto Benjamín Villafañe, industrial de Jujuy, y fue apwbado esa misma tarde. fm Al fin, los ganaderos contaban con una Ley de Carnes comprensiva.

Si bien la aprobación de la ley significó un gran triunfo para los gana­deros, no ha de considerarse este acto fuera de su contexto. Los ~ana2ern<; no fueron los únicos q.ue obtuvieron ayuda del gobierno de Justo. En consonancia con su perspectiva "corporativista", el gobierno respaldó también leyes para una Junta Reguladora de Granos y una Junta Nacional de Vinos. He modo claro, los hacendados obtuvieron especial consideración, como lo muestra la asidua cooperación de Justo con la Sociedad Rural y el dominio sustancial que los ganaderos tenían de su Junta.70 Así y todo, es importante recordar que la c,reación de la Junta de Carnes guardaba consecuencia con una política gubernamental general enderezada a incrementar el control del Estado sobre la economía y que no constituye una excepción a élla. 71

NACIONALISMO Y RESTRICCION RETORICA

Estas luchas ideológicas· sobre la industria de la carne tuvieron también lugar en un nivel ideológico. Como en 1923, los empresarios de frigoríficos se opu~ sieron a cualquier legislacióil que pudiera amenazar su superioridarl dentro de la esfera económica. Con.cordantemente, continuaron sosteniendo la santidad del laissez-fairre. La acción política no podía .nunca contrarrestar las fuerzas del mercado; como arguyó un manifiesto: "La inflexible ley de la oferta y Ja demanda no tolera barreras artificiales que detengan o paralicen su libre juego." 72 Al obstruir la competencia, la acción gubernamental sólo impediría el progreso. Innecesario es decir que también comprometería la posición de poder de los frigoríficos.

Los ganaderos y sus portavoces, por otro lado, recurrían al anti-imperia· lismo tradicionaL Como en ocasiones anteriores, hicieron repetidas alusiones :retóricas al papel histórico de los ganaderos en la construcción del estadn nacional, señalaron la necesidad de inde-pendencia económica, hicieron cálculos de los beneficios de los frigoríficos y acusaciones contra las acciones monopo­listas del pool. El cuadro era ahora familiar: los sufridos trabajadores del campo e!.ltahan sometidos a la despiadada explotación de los extranjeros que sólo procuraban amasar fortunas. ·

68 Senadores, 1933, HI (29 de setiembre). págs. 806-BJ:L 69 Ibid., págs. 746-755.

70 Los dueños de viñedos y agricultores tuvieron una representación mucho menor: véase Diputados, 1933, VI ("''~¡¡ sancionadas"'), págs. 396-398; 1934, IX ("Leyes sancionadas"), págs. 400-46L . .. . . . ·

· . 71 Véase Ministerios de Hacienda y Agricultura, El jJltm de acción económica nacional (Buenos Aires, .1934) . .

72 [Empresas Frigoríficas], Presentación, págs. 47-48.

~-~--~--- ------ -·-- -· -~'------

CARNE Y POLÍTICA EN .LA ARGENTINA 157

Julio y Rodolfo lrazusta, dos hermanos de un clan ganadero de Entre Rios, dieron clara expresión a esta opinión en un conocido libro titulado La Argentina y el imperialismo británic;. Su tesis presentaba un doble filo. En primer lugar, el Pacto Roca-Runciman reveló los planes de vieja data alentados por Gran Bretaña para convertir a la Argentina en una "colonia económica". En segundo término, merced a la cooperación práctica con este plan, la a:ris· tocracia gobernante de la Argentina había vendido la independencia de la nación. Según los lrazusta, el comercio an¡:1;lo-argentino había equivalido siem­pre a una servidumbre económica, bajo el disfraz de la doctrina liberal, con· sagrada en el tratado de 1825, o bajo la direcció.n gubernamental que hizo posible el Pacto Roca-Runciman. Sarmiento, Roca, y ahora sus descendientes, abandonaban a la verdadera Argentina para ir en pos de :r.llodelos extranjeros vacíos: " ... Había que sistematizar el antipatriotismo, cambiar totalmente E)l país, su índole, sus costumbres, sus ideas, su religión, su carácter. Nada de tradicionalismo latino-español; nada de ca:toli.cismo." Para salvar su identidad, el país debía hacer revivir sus sagrados valores históricos e instituciones na· tivas, tipificados por el· gobierno autoritario de Juan Manuel de Rosas.73

A la vez que los lrazusta planteaban su juicio en términos moralistas e ideológicos, la mayor parte de los estancieros ajustaban el empleo que hacían del anti-imperialism.o tradicional a las exig·encias pragmáticas del momento. Sus dirigei!tes políticos, al menos, tuvieron especial cuidado en evitar la torpe ·exagei:aci:Ón. Sin duda alguna, los estancieros alentaban resentimiento hacia los empresarios de frigoríficos.74 Ello no obstante, no hallaron que el anti­imperialismo fuese tan necesario o útil como en otras ocasiones.

Una de las funciones centrales de esta ideología, particularmente como se observó en el Capítulo IV, consistía en justificar la transferencia del con· flicto desde la esfera económica a la política. Pero a principios de la década

. del 30 no había ninguna duda ce que los ganaderos podían convertir sus motivos de queja en cuestiones políticas. Las d-elegaciónes favorables a los ganaderos poseían gran influencia en el Congreso, así como en el gabinete; el gobierno de Justo acogió su causa inmediatamente" No era necesario el na-cionalismo para este propósito. .

Tampoco era preciso unir a los ganaderos en una lucha simbólica contra las fuerzas foráneas del modernismo, el materialismo y la decadencia. Los criadores y los invernadores a veces disentían, pero tenían una opinión en común: el Estado podía emprender una acción decisiva. Ambos grupos cul­paban de sus apuros al pool frigorífico. En estas circunstancias, muy poco era lo qrie podía gíuiárse con una evocación retórica de un enemigo ideológico,

Consideradas las realidades diplomáticas del momento, en realidad bien podría perderse algo. La mayoría de los ganaderos argentinos estaban ~~lizados por la Conferencia de Ottawa, y en modo alguno dispuestos a

73 (Buenos Aires, 1934); la cita figura en la pág. 149. 74 Véase Ministerio de Agricultura, Carnes, págs. 44-46; y !.a· Res, l, nQ 1 (febrero

de 1933) , págs. 4·6.

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158 PETER H. SMITH

alejarse de los hrlfcínicos y proporcionar excusas para que se impusieran a su comercio restricciÚÜes aun más severas. Con toda probabilidad, la negoc~6.11 y· consideración del Pacto Roca-Runciman disuadió a algunos hacendados en­colerizados de zaherir los males de las inversiones privadas británicas. En una época como aquélla, el anti-imperialismo. sin restricciones podría haber sido adoptado fácilmente como medida defensiva. ·

Estas limitadas funciones políticas del anti-imperialismo tradicional ayu­dan a explicar la cautela con que procedía. Si la ideología perseguía algún propósito fundamental, probablemente fuera el de despejar las dudas que pudieran haberse podido suscitar en los sectores externos de que los ganaderos obraran, en última instancia, en favor de la nación y su independencia econó­mica. Ello conjuraría la amenaza de la participación potencial de otros grupos y aseguraría a los ganaderos una continuada superioridad. De modo claro, los hacendados poseían gran poder político y no deseaban que nadie intervi­niera en el proceso que eventualmente condujo· a la aprobación de la Ley de Carnes.

SECTORES EXTERIORES

De conformidad con estos deseos, f-i bien no necesariamente como respuesta a ellos, los grupos ajenos a la industria de la carne no participaron activa­mente en la política ganadera. El boletín oficial de la recién creada organiza­ción laboral, la C.G.T., nunca se refirió a la Ley de Carnes ni al Pacto Roca­Runciman. Presumiblemente preocupada por problemas propios, la C.G.T. no pareció considerar que estos conflictos afectaran a los trabajadores. No se imprimió ni una solapalabra acerca de toda la crisis.

Los manufactureros guardaron también un discreto silencio. A despecho de su propia campaña,. aparentemente antitética, en procura de protección de tarifas,7l.1 la Unión Industrial Argentina aceptó el Pacto Roca-Runci.man sin protestas, posiblemente porque podía desalentar la competencia de los Estados Unidos. Respecto de la Ley d·e Carnes, la Unión parece haber aceptado la idea de una legislación favorable a los ganaderos en la medida en que ésta no vio­lara los intereses de los manufactureros.76. Todo considerado, su actitud fue de pasivo consentimiento. Cualesquiera que fuesen sus preferencias, los. Indus­triales no emprendieron ninguna acción definida.

Entretanto, los cultivadores de trigo afrontaban una crisis propia. La Fe­deración Agraria apoyó abiertamente el Pacto Roca-Runciman porque éste incluía una promesa británica de no gravar con impuestos el trigo, así como todas las cláusulas concernientes a las carnes.77 Aun más significativa fue la actitud de La Tierra acerca de legislación ganadera, que identificaba el. des-

75 Boletín, XLIV, n'? 746 (febrero de 1931), págs. 23-25. 76 Véase la entreYista. con Bruzon!' en Ibid., XLVI, n<:> í75

32. . ..... ·-77 [A. Tierra, 13 de febrero, 30 de abrH y 30 julio d~ 1933:

CARNE Y POLÍTICA EN LA ARGENTINA 159

tino de los agricultores con el de los ganaderos: "Los agricultores, los gana­deros, todos los que dedicamos nuestras actividades a la labor de la tierra, conscientes de las obligaciones que tenemos para el sostén de la colectividad, las estamos cumpliendo con valor, con denuedo y a pesar de todo ... " Lo me­nos que merecían ambos grupos era una legislación protectora. La Federación saludó luego con beneplácito la aprobación de la Ley de Carnes, int·erpretán­dola como una parte de un muy amplio plan gubernamental para defender y sustentar los pilares gemelos de la economía nacionaP8

De esta suerte, la Federación Agraria dejaba de lado su anterior actitud hostil hacia los criadores de ganado. La principal razón de este cambio parece haber consistido en que ambos grupos atravesaban una crisis económica,· y la ayuda estatal a uno de ellos implicaba al menos la posibilidad de la ayuda estatal al otro. Además, la extraordinaria influencia que tenían los ganaderos en el gobierno de Justo bien puede haber inducido a algunos agricultores a una cooperación complaciente con los planes en favor de aquéllos. Cualquiera fuese el resentimiento que a la Federación Agraria inspiraran los ganaderos y la Sociedad Rural, el mismo quedó temporariamente suprimido por esta co­munidad de intereses económicos y políticos. Así y todo, la organización que agrupaba a los cultivadores de trigo no dio ningún paso positivo en avoyo de la campaña de los ganaderos que procuraban una legislación especial. Como en otras oportunidades, la política de la carne correspondía a quienes estaban directamente vinculados con ella.

LOS GANADORES Y tOS PERDEDORES

De esta intrincada pauta de conflicto de grupos no salió ningún vencedor ab­soluto. Virtualmente, todas las victorias fueron parci&les y casi ninguna fue ·absoluta.

Primer Round: El Pacto Roca-Runciman contaba con el ávido apoyo de los invernadores, los empresarios de frigoríficos y hasta de los criadores, quienes al menos no se quejaron de las implicancias restrictivas del comercio recíproco. El único grupo argentino que salió perdedor en esta oportunidad fueron los consumidores urha!los. Asimismo, la exhortación política de De la Torre contra el tratado probó ser infructuosa. ·

Segundo Round: La aprobación de la Ley de Carnes representó un gran triunfo para los ganaderos, criadores e invernadores sobre los frigoríficos. Los ganaderos se las compusieron para trasladar el conflicto al sistema po­lítico, tanto en el nivel del poder Ejecutiv.o como en el parlamentario, donde primero se redactó la ley y luego se la aprobó.

Tercer Round: Esta victoria quedó en parte neutralizada por que los empresarios de frigoríficos consiguieron un asiento en

78 Jbid., 30 de junio, 13 de agosto y 20 de agosto de -Í933.

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160 PETER H. SMITH

de Carnes. Si bien los empresarios de frigoríficos habían pedido una repre­sentación mayor, esta concesión significaba de cualquier modo que la Junta no estaría nunca· en condiciones de emprender una acción sorpresiva contra el pool. El modo en que los empresarios de frigQríficos lograron esto cons­tituye una suerte de misterio político.

Cuarto Round: El enfrentamiento más directo entre· CARBAP y los inver­na dores de la Sociedad Rural concernió a la composición de la J Mnta ile Carnes. A través de su influencia con el gobierno de Justo, la Sociedad Rural estaba destinada a dominar la nueva organización. Pero al ejercer pre­sión sobre el Congreso, los criadores ganaron una representació~ iguaL De esta suerte, CARBAP obtuvo una gran victoria moral. En cierta medida, este resultado parece indicar que los conflictos que estallaban dentro de la clase superior podían verse afectados por la acción política. ··

Quinto Round: En otras cuestiones, empero, CARBAP fue categór.icamen· te vencida por la Sociedad RuraL N o había ninguna ley separada que favoreciera al frigorífico sosienido por el Estado, el comercio interno conser­vabá clara prioridad para la intervención de los ganaderos en el negocio fri­gorífico, y los miembros de la Junta de Carnes no recibirían sueldos .. En general, la forma final de ·Ia Ley de Carnes representa un triunfo de los :invernadm:es sobre los criadores,

Razmd: El choque entre productores y consumidores acerca

su poderío político, conquistaron Por otro lado, los voceros del consumidor

no pudieron obtener representación en la Junta de Carnes. Una y otra vez, este grupo urbano de la clase inferior fue categóricamente derrotado por sus contendientes de la clase alta rural. .

En su mayor parte, el poder político correspondía aún al poder ·econó- · mico. Siendo extranjeros, los empresarios de frigoríficos podrían ser excep-­tuados de esta generalización, si bien cabría argüir qúe su falta relativa de. influencia política derivaha de su incapacidad para ejercer presión econó:i-nica _co111o lo habían hecho en 1923. De cualquier modo, dentro del sistema político argentino la correlación continuaba: los inver~adores venc~eron a los <:dado­res. y, unidos ambos, aplastaron repetidamente a los consumidores. Como en Qeasiones anteriores, los grupos que tenían motivos de queja dentro del siste­IIIa.ecP~ÓrnÍc? fueron incapaces de lograr una compensación efectiva mediante el. recí.u'so al sistema político.