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48 La violencia de género en el colectivo extranjero: FACTORES CULTURALES E INDICADORES DE PREVENCIÓN POR JORGE FLETA ASÍN. Profesor Asociado. Escuela Universitaria de Estudios Empresariales. Universidad de Zaragoza. Y POR FANG PAN Filóloga e intérprete. F O R O D E D E B AT E

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D EBATE Profesor Asociado. Escuela Universitaria de Estudios Empresariales. Universidad de Zaragoza. 48 Y POR F ANG P AN P OR J ORGE F LETA A SÍN . Filóloga e intérprete. Keywords: gender violence, foreigners, statistical hypothesis testing, cross-cultural management, qualitative studies. 49 Palabras clave: violencia de género, extranjeros, test de hipótesis, gestión de organizaciones multiculturales, estudios cualitativos. Agradecimiento

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La violencia de género en

el colectivo extranjero:

FACTORES CULTURALES E INDICADORES

DE PREVENCIÓN

POR JORGE FLETA ASÍN.Profesor Asociado.

Escuela Universitaria de Estudios Empresariales. Universidad de Zaragoza.

Y POR FANG PAN

Filóloga e intérprete.

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RESUMENLa violencia de género parece no tener un perfil concreto que defina al agresor ya la víctima, sin embargo, el colectivo extranjero parece estar sobre-representado en las estadísticas. El presente trabajo revisa mediante un test dehipótesis de proporciones poblacionales, los agresores extranjeros quecometieron agresiones extremas en España, constatando diferenciassignificativas en cada una de las nacionalidades al compararlas con la española.Además, se aborda una perspectiva inédita de los factores culturales quepodrían motivar la violencia de género, confirmando una leve influencia dealgunas dimensiones culturales. Sin embargo, ante la insuficiencia explicativa dela cultura como desencadenante de la violencia, se establecen ratios dedetección que permiten planificar políticas informativas segmentadas pornacionalidades. Por último, se sugiere el estudio cualitativo por colectivos,como medio de extraer factores desencadenantes de violencia que son comunesa todas las víctimas extranjeras, abordando de forma exploratoria el colectivochino en España.

Palabras clave: violencia de género, extranjeros, test de hipótesis, gestión de organizaciones multiculturales, estudios cualitativos.

ABSTRACTGender violence in foreigner collective: cultural factors and prevention indicatorsGender violence does not seem to have a specific profile of victim andaggressor, however, the foreigner collective looks overrepresented in officialstatistics. First, the current paper starts revising with a statistical hypothesistesting of population proportion, the foreign aggressors who committed extremegender violence in Spain, and confirms those significant differences not onlybetween Spanish and other nationalities together but also between Spanish andin each nationality. Furthermore, an unprecedented perspective is taken, that is,how cultural factors could influence gender violence, after confirming the slightinfluence of some cultural dimensions. Meanwhile, due to the lack of thesatisfactory explanation of these factors, some indicators are built to detect anddesign campaign information segmented by nationalities. Finally, taking theChinese collective living in Spain as an example in an exploratory manner,qualitative studies based on nationalities are suggested to be the way to extractthe common factors that can trigger violence in all the foreigners as a collective.

Keywords: gender violence, foreigners, statistical hypothesis testing, cross-cultural management, qualitative studies.

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Agradecimiento

Los autores quieren expresar su agradecimiento al Seminario Interdisciplinar de Estudios de laMujer por la concesión, al presente trabajo, del primer premio de investigación feminista Con-cepción Gimeno de Flaquer en su XII edición. También agradecen al Dr. Jesús FletaZaragozano y Dra. Marisa Ramírez Alesón los comentarios, sugerencias y correcciones realiza-dos con posterio ridad a la entrega del premio, así como al Dr. Javier García Bernal por la mo-tivación y estímulo que transmite con sus consejos para afrontar las dificultades diarias delproceso investigador. Los errores que puedan aparecer en la presente versión son responsabili-dad exclusiva de los autores.

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1. INTRODUCCIÓN Y OBJETIVOSLa violencia de género se manifiestade forma creciente en los últimosaños, con un incremento del númerode denuncias de un 15,9% entre losaños 2007 y 2008 (Ministerio deIgualdad, 2009). Su estudio resultade interés para prevenir la violencia ymejorar la atención a sus víctimas.Con este objetivo, la mayoría de estu-dios se centran en los factores quemotivan la violencia de género, así co-mo los posibles perfiles de víctimas yagresores (Alberdi, 2005).

En el caso de los perfiles, una de lasdificultades de estudio es que pareceno existir una caracterización concre-ta de víctima y agresor (Ministerio deIgualdad, 2008; Bonino 2008). La violencia de género se caracteriza en-tonces por ser un fenómeno transver-sal, que afecta a todas las clases sociales

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y por tanto difícil de predecir (Alber-di, 2005).

A pesar de ello, la variable nacionali-dad se incorporó hace unos años enlos registros estadísticos, constatandoque desde el año 2004 hasta el 2008se han doblado aproximadamente del20% al 40% las víctimas y agresoresextranjeros sobre el total de los regis -trados en territorio español (Minis -terio de Igualdad, 2009). Por tanto,el número de mujeres extranjerasparece estar sobre-representado ennúmero de denuncias (Ministerio deIgualdad, 2009) y en víctimas asesi -nadas por violencia de género (Cen-tro Reina Sofía, 2008).

Sin embargo, el elevado dinamismo nopermite asegurar con un criterio téc-nico y para cada nacionalidad, la exis-tencia de diferencias proporcionalesrespecto a la violencia producida y

padecida por ciudadanos españoles.Resulta conveniente contrastar todoslos colectivos de manera individual,conocer el peso de cada uno y estable -cer medidas concretas en el caso deque algunos presenten mayor violen-cia de género.

Por otro lado, en la mayoría deartículos de prensa y documentos detrabajo, se atribuye la violencia degénero a una serie de factores que po-drían condicionarla. Particularmenteen inmigrantes, se argumentan losfactores culturales (Alberdi, 2005),condiciones económicas frágiles, re-ducida red familiar en el país destinoy escaso conocimiento del nuevo en-torno entre las causas más frecuentes.A pesar de la importancia de dichosfactores, resulta complicado establecerrelaciones causa-efecto generalizables,y en el caso concreto de los factores

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culturales resulta una cuestión espe-cialmente compleja de abordar.

El presente trabajo pretende analizary revisar la importancia del colectivoextranjero con técnicas estadísticasmás rigurosas, comprobar empírica-mente los factores culturales que po-drían motivarla, y sugerir técnicasalternativas que permitan detectar tan-to víctimas potenciales por colectivocomo factores de riesgo que puedanpropiciarla.

La estructura del trabajo es la si -guiente. En la sección 2, se valora es-tadísticamente el peso de la violen-cia de género en víctimas extranjerasmediante un test de hipótesis de proporciones poblacionales. Una vezcomprobada su importancia, en la sec-ción 3 se ofrece una perspectiva cul-tural inédita sobre aquellos factoresque podrían afectar a la violencia degénero según la nacionalidad de pro -cedencia. Ante los resultados obte -nidos se sugieren en la sección 4indicadores que, con las estadísticasdisponibles, permitan establecer políti-cas informativas y priorizar determi-nados colectivos dentro del conjuntode extranjeros. Posteriormente y co-mo técnica complementaria, se pro-pone en la sección 5 el método delestudio por colectivos, con especialatención al colectivo chino inmi-grante, para detectar determinantes deviolencia de género que podrían sercomunes a otros colectivos. Final-mente, en la sección 6 se aportan lasconclusiones del trabajo.

2. UNA PERSPECTIVAESTADÍSTICA

En general, las cifras oficiales sobrevio lencia de género muestran datosestadísticos que podríamos clasificar,de entre muchas formas posibles, entres categorías:

Cifras absolutas del fenómeno

Por ejemplo, el número de agresionesproducidas mensualmente, número deasesinatos anuales, o media de llamadasrealizadas al teléfono 016 (Bengocheaet al, 2008; Ministerio de Igualdad,

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2009). Estos datos son representativosporque permiten conocer la magnituddel fenómeno estudiado, así como suevolución a lo largo del tiempo.

Características sociodemográficasde víctimas y agresores

Por ejemplo, la nacionalidad del agre-sor, nivel educativo de la víctima, suedad, nivel salarial, etc. (Centro ReinaSofía, 2008). La utilidad de esta in-formación corresponde a la búsquedade un perfil o características generalesde la víctima y agresor, que permitanuna prevención hacia determinadaspersonas o colectivos concretos.

Porcentajes que cuantifican el peso de una característicarespecto al total de una magnitudque se considera de interés

Por ejemplo, porcentaje de mujerescon hijos/as o de extranjeros que su -fren violencia de género (InstitutoAndaluz de la Mujer, 2008; Ministe-rio de Igualdad, 2009). La finalidadprincipal es conocer el peso que tieneun factor relevante de entre un con-junto de casos, así como su dinamis-mo a lo largo del tiempo.

Sin embargo, y a pesar de la utilidadde estos datos, todos ellos puedenpresentar problemas de interpretaciónsi no se aportan indicadores comple-mentarios o contrastan con otras téc-nicas.

El principal problema de los datos ab-solutos es que en muchas ocasiones nocaptan la verdadera realidad del obje-to de estudio. Por ejemplo, se podríanrecibir un total de 600 llamadas al 016,con una media de 200 diarias durante3 meses. Sin embargo, se constata quelas llamadas realizadas tienen ciertocomponente estacional y se realizan enmayor medida en unos meses deter-minados (Ministerio de Igualdad,2009). En el caso de que se hubiesenrecibido 50, 50 y 500 llamadas en ca-da uno de los meses (en total las 600llamadas), el estadístico de la mediadejaría de tener tanta utilidad, por noser representativo del comportamien-

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to normal de un conjunto de datos.En estos casos se deberían adjuntar es-tadísticos descriptivos complementa -rios como pueden ser la mediana,moda y desviación típica en un inter-valo de tiempo.

Respecto a las características sociode-mográficas de víctimas y agresores,presentan el problema de la propia se-lección de éstas para el análisis de laviolencia. Numerosos estudios apun-tan que la violencia de género es unfenómeno transversal y que no tieneperfil concreto (Alberdi, 2005). Si noexisten evidencias sobre la existenciade características propias de la víctimay agresor, entonces el análisis estadís-tico de la violencia de género no seestá fundamentando en criterios lógi-cos que permitan su detección y análi-sis para comprender el fenómeno.

Por último, los porcentajes puedenllegar a establecer conclusiones in -tuitivas erróneas. Si, por ejemplo, ob-servamos el peso de las agresionesproducidas por extranjeros sobre lastotales producidas en España, pode -mos concluir que en los últimos añosaumentan en mucha mayor medidalas agresiones de extranjeros, al pasardel 20% en 2004, al 40% en 2008. Sinembargo, los porcentajes no recogensi ese incremento es el natural pro-ducido por un propio aumento delnúmero de extranjeros; o si indivi -dualmente por nacionalidades no seproduce tal incremento, sino que sedebe a unas pocas nacionalidadesconcretas que tienen un gran peso so-bre el conjunto. Resulta de interéssaber si el porcentaje de víctimas-agre sores extranjeros guarda relacióncon su peso como colectivo extran-jero, y si éste es significativo a efectosestadísticos al compararlo con el co -lectivo español. Un mayor dinamismoy comportamiento diferente en suconjunto, indicarían una mayor nece -sidad de profundizar en el colectivoextranjero.

Para ello, se analiza si se puede afir-mar que la proporción de agresoresextranjeros es igual a la de agresoresespañoles, cuando el resultado de laagresión es un homicidio. Con este

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objetivo se plantean varios contrastesde hipótesis estadísticas, uno para ca-da una de las nacionalidades de losagresores que sea distinta a la españo-la, según datos disponibles del Minis-terio de Igualdad (2009).

La hipótesis nula a contrastar es-tablece que las proporciones pobla-cionales de agresores españoles y decada colectivo extranjero son las mis-mas, mientras que la hipótesis alter-nativa es que dichas proporciones sondistintas. De modo que el contraste arealizar sería el siguiente:

H0: P1 = Pi i = 2, 3, …, 21

H1: P1 ≠ Pi i = 2, 3, …, 21

Siendo P1 la proporción resultante dedividir el número de agresores es-pañoles (Ministerio de Igualdad,2009) respecto al total de personascon nacionalidad española residentesen España (INE, 2008), y Pi la pro-porción de agresores de cada una delas nacionalidades a contrastar (Mi -nisterio de Igualdad, 2009) con res -pecto al número total de dicho co-lectivo residente en España (INE,2008).

La aceptación de la hipótesis nula, im-plica afirmar que la proporción deagresores con nacionalidad españolaes igual a la de la nacionalidad extran-jera que estamos contrastando. Mien-tras que el rechazo de la hipótesisnula, supone rechazar que el fenó-meno se produce en las mismas pro-porciones.

El número de agresiones no estádisponible para cada año, sino queaparecen como las acumuladas en losaños 2006, 2007 y 2008 (Ministeriode Igualdad, 2009), por lo que seprocede a calcular la población de ca-da nacionalidad como la media arit-mética de ese colectivo en los años2006, 2007 y 2008 (INE, 2008), conel fin de reducir el sesgo de selecciónque produciría tomar la población deun solo año para cuantificar agre-siones acumuladas durante tres años.De este modo, se calculan las propor-ciones de agresiones y población me-

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dia de cada colectivo entre 2006 y2008, ambos años inclusive.

Se establecen así 20 contrastes dehipótesis, uno para cada nacionalidaddistinta a la española en la que elagresor cometió un homicidio. Elanálisis se realiza con el software es-tadístico Excel y se verifican los resul-tados con Stata.

Los resultados indican que en gene ral–19 de los 20 contrastes– se recha zala hipótesis nula de que la proporciónde agresiones es la misma en el colec-tivo español y en cada uno de loscolectivos extranjeros al discriminarpor nacionalidad. En consecuencia sepuede afirmar la hipótesis alternativa,es decir, que la proporción pobla-cional de agresores extranjeros sí esdistinta a la de los españoles cuandolas comparamos respecto a su pobla -ción residente en España, salvo el ca-so de ciudadanos británicos que es lamisma (véase Tabla I).

Las causas de dichas diferencias podrían ser comunes al colectivo ex-tranjero en su conjunto, dada la ge -neralización de estas diferencias enprác ticamente la totalidad de nacio -nalidades. Los resultados muestran laimportancia de profundizar en la vio -lencia de género para el colectivo extranjero debido al patrón de com-portamiento diferente respecto al delos españoles, a su sobre-represen -tación, su dinamismo a lo largo deltiem po y la especial vulnerabilidadque presentan.

3. UNA PERSPECTIVA CULTURAL

Si se asume que la violencia de génerotiene un componente cultural (Alber-di, 2005; Rojas-Marcos, 2005), po-dría encontrarse una explicación de lasobre-representación de extranjerosdesde esta perspectiva. No hay queolvidar que algunos inmigrantes pro -vienen de culturas muy distintas a lanuestra, y su posicionamiento respec-to a la violencia de género puede sermuy diverso (Bonino, 2008).

Así, la violencia en general y la degénero en particular, presentan rasgos

comunes a todas las culturas. La vio-lencia en un entorno se fomenta conespecial fuerza en comunidades don -de existe mayor desigualdad, así comodesequilibrio entre aspiraciones yoportunidades (Rojas-Marcos, 2005).En concreto, cuando la violencia esde género se considera un instrumen-to de dominación y control, que seutiliza como mecanismo de mante -nimiento del poder masculino y de reproducción del sometimiento feme -nino (Alberdi, 2005) . Hay quienconsidera que la violencia interper-sonal y el maltrato psicológico se ge -neralizan debido precisamente a la iraque sienten los hombres por la pérdi-da de ese poder (Alberdi, 2005), yaque el ansia irracional de control y depoder sobre la otra persona es la mo-tivación principal del agresor (Rojas-Marcos, 2005).

Estos factores asociados a la violenciade género, como son la desigualdad,concentración de la autoridad, el gra-do de control y la diferencia marcadaentre los roles masculino y femenino,pueden asociarse con dimensionesculturales concretas (véase Figura 1).

La desigualdad y concentración de laautoridad se asocia a culturas nacio na -les con distancias de poder eleva das,caracterizadas porque la autoridad ytoma de decisiones se concentra enuno o muy pocos individuos y existegran desigualdad entre los miembrosque la componen (Hofstede y Hofs -tede, 2005). La necesidad de concen-trar la autoridad en un solo individuo

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Para contabilizar cada colectivo se utilizan losdatos del Padrón Municipal de cada pobla -ción. Según recoge la Encuesta Nacional deInmigrantes (2007), existen diversas formasde contabilizar el número de extranjeros, sibien el Padrón Municipal se considera muy fiable porque actualiza cada dos años toda suinformación, evitando así las dobles contabi-lizaciones de inmigrantes que se empadronana lo largo del tiempo en diferentes ubicacio -nes.

Aunque la violencia de género puede ser tan-to del hombre hacia la mujer, como de la mu-jer hacia el hombre, la mayoría es ejercida porel hombre con un 85% de los casos sobre eltotal de las producidas (Rojas-Marcos, 2005).

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dentro de una unidad organizativacomo es la pareja, puede ser fuente deconflicto en nuevos entornos a losque se desplaza el extranjero, dondeexiste mayor autonomía para decidir yno se depende de la voluntad de otraspersonas.

Por otro lado, el grado de control enuna organización se relaciona con laaversión a la incertidumbre, definidacomo el temor que sienten los indi-viduos a las situaciones desconocidas,de modo que cuanto mayor es el mie -do a lo desconocido en una cultura,existe una mayor necesidad por au-mentar la vigilancia sobre los procesos

o personas (Hofstede y Hofstede,2005). Es previsible que las culturasnacionales con gran aversión al riesgo,presenten una mayor necesidad deejercer un control sobre el compor-tamiento de los demás componentesde una unidad de convivencia.

Ambas dimensiones en su conjunto,distancias de poder altas y elevadaaversión a la incertidumbre, facilitanla concentración de toma de deci-siones en una persona ejerciendo ungrado de control elevado sobre elresto. Mientras que culturas con nive-les bajos de aversión a la incertidum-bre y distancias de poder, ejercerán

poco control sobre sus miembros ytomarán las decisiones de manera másconsensuada (Hofstede y Hofstede,2005).

Por último, el género es un fenómenoque sirve para identificar las dife -rencias sociales y culturales que seproducen entre los hombres y las mu-jeres, ya que lo masculino y femeninoson construcciones culturales (Alber-di, 2005). Las sociedades más mas-culinas son aquéllas en las que el roldel hombre y de la mujer es marcada-mente diferente; mientras al hombrese le supone firmeza y forta leza, a lamujer se le supone modestia y sen -sibilidad. Por el contrario, las socie -dades son femeninas cuando los rolesemocionales de cada género soniguales y a ambos, hombres y mu-jeres, se les supone modestos y sensi-bles (Hofstede y Hofstede, 2005). Dehecho, muchos comportamientos dis-criminatorios hacia la mujer se asocianal patriarcado social donde se articu-lan las relaciones sociales, en lugar dea otros factores como es la religión,que generalmente es manipulada parareproducir la subordinación de la mu-jer al hombre (Elósegui, 2002).

En consecuencia, tanto la distancia depoder en forma de autoridad, como laaversión a la incertidumbre a travésdel control ejercido sobre los indivi -duos, y masculinidad como diferenciaacusada entre los roles en el género,podrían explicar el comportamientode los agresores por culturas nacio -nales de procedencia.

Se espera que los extranjeros queproceden de culturas nacionales condistancias de poder alta, gran aversióna la incertidumbre y muy masculinastraten de ejercer ese mayor control so-bre la mujer, y pueda ocasionar ma-yor fuente del conflicto cuando el des-tino al que se emigra tenga una cul-tura nacional caracterizada por unasdimensiones culturales menos acu-sadas respecto al país del que procede.

En este sentido, cabe destacar que en-trevistas a expertos sobre el tema, ex-ponen que una de las causas de laviolencia de género es la mayor liber-tad e independencia que encuentran

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TABLA I. NACIONALIDAD DE LOS AGRESORES Y ESTADÍSTICOS NECESARIOS PARA EL CÁLCULO DEL TEST DE HIPÓTESIS

País de Nº de homicidios Población media Proporción Se rechaza procedencia 2006-2008 2006-2008 de agresores HOAlemania 2 151.829 1,31E-05 SÍArgelia 1 47.189 2,11E-05 SÍBolivia 6 189.954 3,15E-05 SÍBosnia y Herzeg. 1 4.357 0,0002294 SÍBrasil 4 95.068 4,20E-05 SÍCamerún 1 3.970 0,0002518 SÍChile 1 44.744 2,23E-05 SÍChina 2 101.084 1,97E-05 SÍColombia 3 269.457 1,11E-05 SÍCuba 1 48.715 2,05E-05 SÍEcuador 4 425.658 9,39E-06 SÍItalia 2 47.834 4,18E-05 SÍLetonia 1 22.758 4,39E-05 SÍMarruecos 9 538.779 1,67E-05 SÍPortugal 2 81.085 2,46E-05 SÍReino Unido 2 228.536 8,75E-06 NORep. Dominicana 3 67.062 4,47E-05 SÍRumania 10 370.619 2,69E-05 SÍUcrania 2 70.072 2,85E-05 SÍVenezuela 3 55.516 5,40E-05 SÍEspaña 134 40.711.680 3,29E-06 -

Fuente: Elaboración propia a partir del INE y Ministerio de Igualdad (2009).H0: Hipótesis nula.

FIGURA 1.CARACTERÍSTICAS DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO ASOCIADAS A DIMENSIONES CULTURALES.

Características de Dimensiones culturales que afectarían la violencia de género: a los condicionantes de la violencia de género:

-Entornos de desiguldad-Concentración de autoridad

-Reproducción del sometimientofemenino por el masculino

-Instrumento de control

-Distancia de poder alta(desigualdad, concentración de autoridad)

-Masculinidad(diferencias marcadas entre los roles de género)

-Aversión a la incertidumbre(grado de control)

Violenciade género

Fuente: Elaboración propia a partir de Rojas-Marcos (2005), Alberdi (2005), Hofstede y Hofstede (2005).

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las mujeres extranjeras con respecto asu lugar de origen al desplazarse a sunuevo destino (Diario Vasco, 2008;El Progreso, 2008). Estas diferenciaspueden darse en valores y creencias,cuestionando incluso las cosas másele mentales (Jiménez-Aybar, 2002).Por ello, algunas mujeres que decidendenunciar la violencia, están iniciandoun cambio cultural, al descubrir en sunuevo entorno, una redefinición delpapel de la mujer que les permite al-canzar una mayor libertad en sus vi-das (Gascón y Gracia, 2004) .

Para comprobar el papel de la culturaen la violencia de género, se presentanen la Tabla II, el país de origen delagresor, el número de agresiones pro-ducidas entre 2005 y 2008 por cadauna de las nacionalidades, la propor-ción de agresiones que representanrespecto a su colectivo que reside enEspaña , y las puntuaciones que pre-sentan las dimensiones culturales dedistancia de poder, masculinidad yaversión a la incertidumbre en cada

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uno de los países (Hofstede y Hofs -tede, 2005).

Se observa que las dimensiones cul-turales de las nacionalidades de losagresores, presentan valores más altosrespecto a España en al menos una delas dimensiones que podrían afectar ala violencia de género (véase Tabla II,en negrita).

Además, España presenta puntua-ciones con valores medios en distan-cia de poder (57) y masculi ni dad(42), que indicarían que un amplionúmero de culturas nacionales en-cuentran mayor igualdad y paridad enel trato del género respecto a sus paí -ses de origen.

Se observa también que de los diezpaíses que más agresiones presentanen España, siete de ellos tienen unapuntuación mayor en al menos dos delas tres variables que podrían propiciaresa violencia de género: Rumanía,Marruecos, Brasil, Ecuador, Colom-bia, Venezuela y China. En concreto,

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Una de las perspectivas de este nuevo entornoes la institucional, ya que los conflictos nor-mativos son especialmente intensos en el De -re cho de Familia entre países (Diago, 2001).

Se toma la media de su población empadro -nada entre 2005 y 2008 y se toman las agre-siones con resultado de homicidio.

Homicidios por violencia de género respectoal conjunto de hombres extranjeros de esa na-cionalidad residentes en España.

Se asume la hipótesis básica de que cada lla-mada se debe a una agresión cometida pos -teriormente. En caso de que se considere queuna víctima llama en repetidas ocasiones hasta que denuncia, o que la persona que denuncia no sea la misma que ha llamado pre -viamente, se debería otorgar un número iden-tificativo para cada persona agredida, para quese identifique su caso y se omitan múltiplescontabilizaciones. En cualquier caso, se con-sidera que la incidencia de estas contabili -zaciones se distribuye de forma aleatoria yhomogénea entre todos los colectivos.

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la mayoría de esos pares de variablesque presentan una mayor puntuaciónson “distancia de poder” y “masculi -nidad”. Lo que podría sugerir ciertainteracción entre ambas variables.

Precisamente, la interacción entre lasdimensiones culturales y sus diferen-cias frente a otro país, se puede calcu-lar a partir de la distancia culturalmediante un índice compuesto (Ko -gut y Singh, 1988; Morosini et al,1998). Este índice es ampliamenteutilizado en la toma de decisiones ycontrol de las organizaciones, cons -tatando que cuanto mayor es la dis-tancia cultural entre dos países, existemayor dificultad de adaptación de unaunidad organizativa al nuevo entorno(Barkema y Vermeulen, 1997; Barke-ma et al, 1997).

Por tanto, teniendo en cuenta las tresdimensiones que podrían influir en laviolencia de género se puede calcularla distancia cultural que se detalla enel Anexo (Morosini et al 1998). Unavez que se obtienen dichas distancias

culturales de cada país respecto a Es-paña (véase Tabla II), se obtienen lascorrelaciones lineales por pares devariables de la proporción de homi-cidios por nacionalidad del agresor ,con cada una de las dimensiones cul-turales que podrían influir en el com-portamiento y su distancia cultural enconjunto (véase Tabla II).

Los resultados muestran una corre -lación lineal baja (19%) entre la dis-tancia cultural y la proporción dehomicidios por nacionalidad, que in-dica que la relación entre las dimen-siones culturales en su conjunto y laviolencia de género (aproximada porlos homicidios cometidos) es leve.

Si se tienen en cuenta las dimensionesculturales por separado, tanto la mas-culinidad como la aversión a la incer-tidumbre presentan valores muy bajosambos con un coeficiente de corre -lación del 2% de los casos explicados.La dimensión que tiene mayor rela -ción es la distancia de poder, con un

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15% de los homicidios que se podríanexplicar con esta dimensión.

En el caso de las tres dimensiones cul-turales, aunque la influencia en gene -ral es baja (en la distancia de poder) oprácticamente inexistente (masculi -nidad y aversión a la incertidumbre)todas tienen la relación positiva y es-perada, de manera que a mayor valorde las dimensiones habría una mayorproporción de violencia de génerocometida por extranjeros. Además, elmayor poder explicativo de la distan-cia cultural (19%) frente al resto dedimensiones por separado, sugiere lainteracción entre las variables que sesugiere en la revisión de la literatura.

4. INDICADORES DE PREVENCIÓN POR COLECTIVOS DE EXTRANJEROS

La utilización de perfiles de víctimaspermitiría focalizar esfuerzos en su de-tección y prevención. El principalproblema de la búsqueda de perfilesmediante técnicas estadísticas, consisteen que quizás una variable –como lanacionalidad– no resulta relevante res -pecto al total del grupo de estudio,mientras que el objeto de análisis po-dría estar dándose en mucha mayorproporción en individuos que presen-tan esa variable.

Una solución para priorizar la laborinformativa de la atención a víctimaspotenciales, es la construcción de in-dicadores a partir de datos estadísticosdisponibles, que registran por nacio -nalidades las llamadas al 016, de de-nuncias de agresiones y homicidios.

De este modo, se pueden construirlos siguientes ratios de prevención: lapropensión a no denunciar la agresión(como cociente entre las llamadas al016 por nacionalidad de la víctimaentre las denuncias por nacionalidadde la víctima, fórmula 1); la propen-sión a denunciar el homicidio (comocociente entre las denuncias por na-cionalidad de la víctima respecto a laviolencia con resultado de homicidiopor nacionalidad, fórmula 2); y lapropensión a señalar el homicidio (co-

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TABLA II. AGRESIONES POR NACIONALIDADES Y PUNTUACIONES DE SUS DIMENSIONES CULTURALES

Proporción agresoresrespecto a su

Nº de población masculina Distancia Distancia Aversión a la País agresiones empadronada cultural de poder Masculinidad incertidumbre

España 134 0,00067% 0 57 42 86Rumania 10 0,00503% 33 90 42 90Marruecos 9 0,00253% 24,77 70 53 68Bolivia 6 0,00723% - - - -Brasil 4 0,01059% 17,11 69 49 76Ecuador 4 0,00193% 3,25 78 63 67Colombia 3 0,00255% 24,89 67 64 80Venezuela 3 0,01243% 40,45 81 73 76Rep. Dominicana 3 0,01117% - - - -Reino Unido 2 0,00167% 60,50 35 66 35China 2 0,00355% 65,12 80 66 30Alemania 2 0,00261% 38,74 35 66 65Ucrania 2 0,00583% - - - -Portugal 2 0,00408% 21,93 63 31 104Italia 2 0,00670% 30,88 50 70 75Argentina 1 0,00101% 16,12 49 56 86Paraguay 1 0,00615% - - - -Chile 1 0,00440% 15,23 63 28 86Letonia 1 0,00706% - - - -Bosnia y Herzegovina 1 0,04120% - - - -Cuba 1 0,00457% - - - -Argelia 1 0,00287% - - - -Camerún 1 0,03831% - - - -Correlación con la proporción de agresiones - 100% 19% 15% 2% 2%

Fuente: Ministerio de Igualdad (2008), Instituto Nacional de Estadística, Hofstede y Hofstede (2005).Puntuaciones más altas indican mayor distancia de poder, masculinidad y aversión a la incertidumbre.(-) No disponible.

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mo cociente de las llamadas al 016por nacionalidad de la víctima res -pecto a la violencia con resultado dehomicidio por nacionalidad de la víc-tima, fórmula 3) .

El objetivo de las políticas informa -tivas es dirigirse prioritariamente aaquellos colectivos que se alejan enmayor medida del valor unitario delratio. Un valor muy superior a uno enla propensión a no denunciar agresión(fórmula 1), indica un número de lla-madas que finalmente se materializanen un menor número de denuncias;mientras que un valor inferior a unomuestra un número de denuncias su-perior al número de llamadas. Porotro lado, un valor muy superior auno en la propensión a denunciarhomicidio (fórmula 2) y señalizarlo(fórmula 3), indicaría que las víctimasde un colectivo denuncian (fórmula2) o piden ayuda (fórmula 3) en ma -yor medida y previamente a que secometa la agresión; mientras que va -lo res del ratio inferiores a uno indicanque un mayor número de mujeresase sinadas no denuncian ni señalan susituación.

Las diferencias de valores en los ra-tios, indican medidas a tomar concarácter preferencial y a qué colectivosaplicarlas. El ratio de una nacionalidadcon valor menor a 1, caracterizaría acolectivos que sufren agresiones y queno señalan ni denuncian su situaciónpreviamente, por lo que se deberíadar mayor apoyo a nivel informativopara ese colectivo en general. Esta la-bor de información podría darse enpuntos que concentrasen la demandade servicios de extranjeros e inmi-grantes, como pueden ser PadrónMunicipal, Servicios Sociales, Emba-jadas o tiendas de comercios propiosa cada colectivo, entre otros posibles.

Por otro lado, el ratio superior a unocaracterizaría a un colectivo con ma -yor necesidad de apoyo por mediotelefónico cuando llaman al 016 so-bre la protección que se otorga al denunciante, especialmente para aque -llos colectivos con valores más altosen el ratio. Principalmente se trataríade extranjeros que sí utilizan los ser-

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vicios de atención pero finalmente nodenuncian. En el momento en que seefectuase la llamada, con el dato de lanacionalidad de la persona que llama,se tendría información a priori sobresi ese colectivo posteriormente mate-rializa la llamada en denuncia o no.Por tanto, la nacionalidad permiti-ría detectar las dificultades y barreras que mayor frecuencia encuentra cadacolectivo, pudiendo en ese mismoins tante incidir sobre las facilidadescon cretas para cada colectivo y, a lolargo del tiempo, aproximar los valo -res del ratio al valor unitario (véaseFigura 2).

En general, la mayoría de colectivostienen una propensión alta a no de-nunciar, dado que el número de lla-madas excede a las denuncias final-mente realizadas por nacionalidades(Ministerio de Igualdad, 2009). Estosratios permitirían también ordenar loscolectivos de mayor a menor propen-sión independientemente de que suvalor sea superior o inferior a uno.

Resulta interesante observar cómo algunas nacionalidades como colom-bianos, ecuatorianos y bolivianos pre-sentan un elevado número dellamadas al 016 respecto a sus ho -micidios, mientras que ciudadanos rumanos, marroquíes y brasileñospresentan una mayor señalizaciónantes de que se cometa el homicidio(véase Tabla III).

En el caso de nacionalidades como lachina, británica o rusa principalmente,se estarían cometiendo homicidios sinapenas recibir llamadas en el 016 (yaque a efectos estadísticos se englobansus llamadas con otras nacionalidadesal representar menos del 2% del totalde las realizadas). En este caso, dichasnacionalidades deberían obtener unamayor información al colectivo engeneral, dirigiéndose a posibles pun-tos de encuentro de estos colectivos(véase Tabla III).

Resultaría conveniente y más intere-sante calcular la propensión a no de-nunciar ante un acto de violencia,estableciendo el ratio de denunciaspresentadas respecto a las llamadasrea lizadas al 016 por grupos de na-

7

8

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FIGURA 2. TOMA DE DECISIÓN PARA POLÍTICAS INFORMATIVAS ENLA VIOLENCIA DE GÉNERO EN EXTRANJEROS.

Ratios de:

Propensión a denunciar agresión.

Propensión a denunciar y señalizar homicidio.

1

2

Ratio >1

Ratio <1

• Mayor información telefónica en 016.

• Priorizar información por colectivos con ratios más altos.

• Informar sobre facilidades según el colectivo.

• Mayor información en puntos de encuentro de inmigrantes de dicho colectivo.

Se entiende que el ratio de propensión aseña lar homicidio debería ser elevado y noalejarse del valor unitario, lo que significaríaque existen menos víctimas fallecidas en pro-porción a llamadas, si bien se entiende queacercarse al valor unitario del ratio indica altonúmero de casos señalados previamente alhomicidio.

Se asume la hipótesis básica de que la personafallecida denuncia.

7

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cionalidades. Sin embargo, no se hanencontrado datos disponibles desa -gregados por nacionalidad para efec-tuar el análisis.

Conviene destacar, que las llamadas al016 deberían considerarse por na-cionalidad calculándolas por colectivoen un periodo anterior al homicidio.En este caso se han calculado loshomicidios entre 2005 y 2008 de en-tre las llamadas recibidas durante unaño y medio hasta el 2008. Habría si-do más correcto registrar las llamadasanteriores al momento del homicidioy durante un intervalo de tiempo di-latado, si bien la falta de datos ha li -mitado el análisis.

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otros diferentes y, posteriormente,generalizar los desencadenantes de laviolencia al colectivo extranjero engeneral.

En este apartado, se propone el estu-dio del colectivo chino por ser uno delos de mayor crecimiento en los últi-mos años en España (INE, 2008),tener mayores diferencias culturalesrespecto a nuestro país (Hofstede yHofstede, 2005) y presentar dificul-tades de acceso por las barreraslingüís ticas (Consejo Económico ySocial de Aragón, 2005).

Tanto las causas que motivan la vio-lencia de género en su país de origencomo destino, pueden aportar algu-nas claves para su mayor comprensióny detección.

La violencia de género en China

La violencia de género constituye unproblema grave en la sociedad china.Según fuentes oficiales de 1995, al -rededor de 400.000 familias se sepa-ran cada año, en un 25% de los casospor violencia de género. Además, secalcula que en el 30% de las familiaschinas podría existir violencia degénero, donde el 90% de los agresoresserían hombres (National WomenUnion, 2000).

Entre los factores que podrían mo -tivar la violencia, destaca la consi -deración de la mujer por parte delhombre como una propiedad privada,sobre la que ejercen control y puedenhacer lo que quieran en su hogar; lafalta de un sistema legal que castigueseveramente estos delitos y desincen-tive la agresión; y la gran transforma-ción social en la que se ve inmersaChina, que redefine e influye en laconcepción tradicional de moral, fa-milia y matrimonio.

Por otro lado, se observa un cambioen algunas características de la violen-cia de género en los últimos años.Así, en el pasado la violencia degénero se manifestaba en mayor me-dida en pueblos del interior de Chi-na, mientras que actualmente la

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TABLA III. NACIONALIDADES DE AGRESOR Y VÍCTIMA SEGÚN LLAMADAS AL 016 Y HOMICIDIOS

Nº de llamadas Nº de llamadasNº de homicidios Nº de homicidios al 016 al 016 Ratio de

País (víctima) (agresores) (agresor) (víctima) señalización

Rumania 9 10 197 258 28,6Marruecos 6 9 186 136 22,6Bolivia 7 6 148 269 38,4Colombia 3 3 111 287 95,6Argentina 2 1 50 n.d. -Perú - - 126 201 -Armenia - - 50 n.d. -Eslovenia - - 45 n.d. -Brasil 8 4 n.d. 206 25,7Ecuador 6 4 n.d. 383 63,8Paraguay - 1 n.d. 115 n.d.China 3 2 n.d. n.d. n.d.Reino Unido 3 2 n.d. n.d. n.d.Rusia 3 - n.d. n.d. -Alemania 2 2 n.d. n.d. n.d.Honduras 2 - n.d. n.d. -Venezuela 2 3 n.d. n.d. n.d.Bélgica 1 - n.d. n.d. -Bosnia y Herzeg. 1 1 n.d. n.d. n.d.Chile 1 1 n.d. n.d. n.d.Francia 1 - n.d. n.d. -Guatemala 1 - n.d. n.d. -Letonia 1 1 n.d. n.d. n.d.Noruega 1 - n.d. n.d. -República Checa 1 - n.d. n.d. -Rep. Dominicana 1 3 n.d. n.d. n.d.Sierra Leona 1 - n.d. n.d. -Ucrania 1 2 n.d. n.d. n.d.Argelia - 1 n.d. n.d. n.d.Camerún - 1 n.d. n.d. n.d.Cuba - 1 n.d. n.d. n.d.Italia - 2 n.d. n.d. n.d.Portugal - 2 n.d. n.d. n.d.

En el número de llamadas se registran las nacionalidades que representan mayor proporción de entre los no nacionales, pero existeun 29,8% de agresores extranjeros y un 28,9% de víctimas extranjeras que aglutinan el resto de nacionalidades distintas, y que indi-vidualmente representan menos del 2% y 4% respectivamente sobre el total de llamadas de extranjeros.n.d: No disponible. (-): No hay casos contabilizados. En la columna de homicidios.Fuente: Elaboración propia a partir del Ministerio de Igualdad (2009).

La importancia del colectivo extran-jero en la violencia de género, así co-mo la falta de explotación de los datosestadísticos para prevenirla, sugierenque se debería profundizar en mayormedida en la información disponiblepara poder establecer medidas con -cretas para dicho colectivo.

5. UNA PERSPECTIVACUALITATIVA

Existe por tanto, un mayor peso delcolectivo extranjero, que es significa-tivamente más alto y al que no se en-cuentra una explicación satisfactoria.El motivo puede deberse a un com-ponente común compartido por los

extranjeros a su llegada a España, porlo que la causa inicial de la violenciade género no es el hecho de ser deotra nacionalidad, sino a las condi-ciones que acompañan a la condiciónde extranjero. Estas carencias ponende manifiesto la necesidad de profun-dizar y estudiar los factores comunesdel colectivo, para detectar determi-nantes que permitan identificar elfenómeno.

Una técnica de análisis habitual en es-tas situaciones, es el estudio de casosa partir de entrevistas en profundidadpor colectivos de extranjeros, que per-mitiría detectar aquellas característicascomunes a un colectivo, comprobar sialgunos de ellos también lo son en

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violencia de género crece vertiginosa-mente en las ciudades. Otro cambioimportante es el nivel educativo delagresor, mientras años atrás no teníaeducación básica finalizada o apenasalcanzaba la educación superior, ac-tualmente se da con mayor frecuenciaen agresores con niveles educativosaltos, alcan zándose paridad de niveleseducativos en el agresor. Además, laviolencia de género física se ha idodesplazando hacia la psicológica, da-do que ésta resulta de una detecciónmás complicada por parte de los ór -ganos competentes.

Un factor cultural clave en la violen-cia de género en China lo constituyeel carácter colectivo de su cultura. Es-tas sociedades se caracterizan porqueen ellas prima la armonía del grupofrente a la individualidad de la per-sona, la lealtad a los miembros delgrupo es incuestionable, y la deshon-ra y vergüenza se producen en susmiembros en la medida en que otraspersonas conocen sus situaciones y és-tas no son como el entorno espera(Hofstede y Hofstede, 2005).

De este modo, el pensamiento tradi-cional chino enfatiza la expresión aimianzi (literalmente cuidar la cara)entendido como la importancia deconservar el status para mantener laarmonía del grupo; frente al diumian zi (literalmente perder la cara)o des prestigio y deshonra que se pue -de sentir frente a los demás .

Así, muchas mujeres chinas conside -ran que la tolerancia y lealtad hacia elmarido están por encima de cualquieragresión física o psicológica y, aunqueconsideren la opción de divorciarse odenunciar, la propia familia y sociedadpodría no aceptar su nueva situacióncensurando su comportamiento, cues-tionando la falta de tolerancia y leal-tad hacia el marido.

Sin embargo, esta actitud cultural ini-cial difiere notablemente en el com-portamiento de la mujer según residaen la ciudad o en las zonas rurales. Enla ciudad las mujeres suelen tenermayor nivel educativo, independenciaeconómica y anonimato, por lo que eldivorcio es una forma más fácil de evi-

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tar la violencia de género. Mientrasque en los pueblos del interior deChina el divorcio no está aceptado enel entorno familiar, por lo que en al-gunos casos extremos las mujeres aca-ban suicidándose.

La violencia de género enextranjeros chinos en España

La mayoría de inmigrantes chinos co -menzaron a llegar en la década de los80 a España, procedentes de zonasrurales de la provincia de Zhejiang yFujian , con la intención de salir de lapobreza extrema en sus localidades deorigen. Ambas provincias de las queproceden son especialmente pobresdentro de China, lo que motiva queemigren con el objetivo de hacerse ri-cos emprendiendo negocios, y que asu llegada carezcan de tiempo e in-terés en aprender español para inte-grarse. En consecuencia, los chinosque emigran acaban creando comu-nidades cerradas en las ciudades don -de se asientan.

La violencia de género en inmigranteschinos también se manifiesta en Es-paña. Algunos factores que la gene ranpueden diferir de los que presentanen su origen. Así, el nivel educativodel hombre inmigrante chino en Es-paña es muy bajo, por lo que la vio-lencia es uno de los medios pararesolver conflictos en la familia frentea la negociación o discusión razonada.Además, la dureza y sacrificio del tra-bajo unido a una gran presión porsalir adelante en un nuevo país, pro -voca gran impaciencia dificultando lacomunicación entre los miembros dela familia que puede desembocar enviolencia.

Los motivos económicos tambiénsuelen ser una gran fuente de disputa.Los ciudadanos chinos carecen de lavida social y divertimentos que tienenen su lugar de origen, por lo que a sullegada a España invierten su tiempoy grandes cantidades de dinero en eljuego . La pérdida de grandes canti-dades de dinero en este tipo de activi-dad lúdica es una frecuente disputafamiliar entre el hombre y la mujer.

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Por otro lado, cuando los negociosque emprenden no les funcionan, elhombre muestra su insatisfacción enel entorno familiar dificultando la ar-monía entre ellos y resolviendo el con -flicto con violencia.

Además, la mujer china se encuentracon grandes dificultades para denun-ciar por el desconocimiento de lalengua, represalias del marido y caren-cia de familia materna que le apoye,así como el tener que hacerse cargode los hijos/as y la falta de ingresoseco nómicos porque generalmente tra-baja con el marido en restaurantes otiendas de “todo a cien”.

Dos casos recientes de violencia degénero en ciudadanas chinas ocu -rrieron en Zaragoza. En el primer caso, una mujer se desplazó desdeChina a España porque su familiaacor dó su matrimonio con un ciu-dadano chino residente en Zaragoza.Las desavenencias entre ambos a lolargo del tiempo, así como los pro -ble mas económicos, motivaron laagresión hacia la mujer. El preacuer-do matrimonial entre familias sin quela futura pareja se conozca lo sufi-

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Estas expresiones en las que se utiliza la pa -labra “cara” son habituales en culturas colec-tivas, en la medida que es la parte del cuerpoque los demás miembros de un grupo puedenvisualizar e identifican a otro individuo. Unaexpresión similar en España es “dar la cara”por alguien, utilizada cuando una persona tra-ta de que alguien externo al grupo de refe -rencia sea protegido o considerado por otromiembro que goza de mayor aceptación, po -der o status.

Cabe destacar que la consideración de zonarural y urbana en el país asiático no es la mis-ma que en occidente, por las restricciones enmovilidad de personas que hay entre las dos,así como la mayor pobreza y desigualdad quesuele caracterizar en general a las zonas ruralesde China.

El juego y apuestas con dinero es una prácti-ca prohibida en China, con la excepción deHong-Kong y Macao. Muchas denuncias aciudadanos chinos en España proceden de susactividades ilegales en juego. Además, granparte de los conflictos que se registran entrefamilias de ciudadanos chinos son derivadas de las deudas del juego.

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ciente continúa siendo habitual enalgunas zonas de China, por lo que laprobabilidad de discordancia a largoplazo entre ambos aumenta.

En el segundo caso, un ciudadanochino residente en Barcelona y casa-do con una mujer residente enChina, comenzó una relación conuna ciudadana china en España. Lafalta de confianza entre ambos porestar casado ya, así como el compor-tamiento obsesivo del hombre porcontrolar a la mujer, motivaron ame-nazas de muer te. La mujer tuvo quehuir desde Barcelona a Valencia, yposteriormente a Zaragoza para es -capar de él.

En ambos casos ninguna de las dosmujeres denunció la situación y fue lapolicía la que presenció las agre-siones. En el primer caso la mujer lle -vaba más de cinco años sufriendo laviolencia, mien tras que en el segundo

había su frido agresiones continuadasdurante 2 años.

Esta situación pone de manifiesto lasreticencias a denunciar la violencia degénero en el colectivo chino, motiva-da principalmente por factores cultu -rales y económicos.

6. CONCLUSIONES

La proporción de agresores quecometen violencia de género es, engeneral, diferente entre extranjeros y españoles, al compararlos con su población empadronada en España.El único colectivo que tiene la mismaproporción de homicidios es el bri -tánico, mientras que todos los de-más presentarían mayor proporciónde agresiones con consecuencia deho micidio. Los datos se contrastanmediante un test de hipótesis de pro-porciones poblacionales.

Además, el dinamismo de la violenciaen extranjeros, su diferente compor-tamiento y su vulnerabilidad sugierenprestar mayor atención a este colecti-vo como medida preventiva a pesar deno existir un perfil concreto de víc -tima. Para ello, se aborda de forma inédita una explicación cultural defactores que podrían desencadenar laviolencia de género. En concreto, seutilizan modelos ampliamente aplica-dos en la gestión de organizacionesmulticulturales, entendiendo la vio-lencia como una consecuencia de dis-cordancia organizativa en la toma dedecisiones de una pareja en un nuevoentorno. Se observa que la “distanciade poder” de las nacionalidades deorigen podría explicar un 15% delnúmero de agresiones cometidas,mientras que la mayoría de nacionali-dades de los agresores presentan va -lores mayores en distancia de poder ymasculinidad res pecto a España. Al

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analizar las tres variables estudiadasconjuntamente mediante la distanciacultural se mejora el poder predictorhasta explicar casi el 20% de las agre-siones. Se sugiere así la influencia dela cultura en la violencia de géneroextrema.

Ante el limitado poder explicativo delos factores culturales de la violencia,se proponen dos ratios que permitenpriorizar la labor de información yatención a nacionalidades de extran-jeros especialmente vulnerables. Losratios indican, por nacionalidades, lapropensión de las mujeres a señalizaro denunciar previamente a la agresión.Esta medida permite focalizar y dife -renciar la labor de información en loscolectivos susceptibles de sufrir vio-lencia de género extrema, aprovechan-do mejor los recursos y medios dedifusión. Se propone además, asignarun número o código para identificar acada víctima en la llamada telefónica,que permitiría conocer si finalmentedenuncia y evitar dobles contabiliza-ciones en registros.

Finalmente, se sugiere el estudio cuali -tativo, como técnica para detectar fac-tores comunes a cada colectivo quepodrían explicar la violencia de género.La extracción de factores comunes atodos ellos, permitiría la profun-dización y estudio posterior de lascausas que afectan especialmente a ca-da conjunto de distinta nacionalidad.En concreto, se analiza el caso delcolectivo chino inmigrante, por ser elde mayor aumento, con menor señali -zación de la violencia y el carácter ce -rra do de su comunidad. Conocer susfactores culturales aporta claves paraun estudio más profundo de los inmi-grantes en general y de la nacionalidadchina en particular. En el conjunto deextranjeros chinos, se extraen comoprincipales causas de la violencia degénero las siguientes: la consideracióncultural de la violencia de género ensus países de origen (en especial sen-timiento de vergüenza que por culturatiene la ciudadana china de hacerpública su situación), los problemaseconómicos y la falta de estabilidad enEspaña.

ANEXO

Cálculo de la distancia cultural

Donde DCj es la distancia culturalque presenta el país j-ésimo (cada unade las nacionalidades de donde pro-cede el extranjero) con respecto elpaís i-ésimo (respecto a España). Iij esla puntuación de Hofstede, que re -presenta la dimensión i-ésima del paísj-ésimo. Iil es la puntuación de Hofs -tede, que representa la dimensión l-ésima del país i-ésimo.

Notas metodológicas

La variable utilizada para aproximar laviolencia de género debería comple-mentarse con las denuncias en con-junto o llamadas al 016, y no sólo conlos homicidios por nacionalidad.

El homicidio sería la manifestaciónmás extrema de la violencia de género,por lo que reflejaría la máxima discor-dancia entre dos individuos y podríainvalidar las consideraciones culturalesde origen. Además, el homicidio sepresenta en un número muy inferiorde nacionalidades y por tanto existenmenos países para contrastar y mayordificultad para generalizar. En estesentido, el número de países analiza-dos debería ser superior para disminuirasí el peso de posibles atípicos.

La nacionalidad con la que se em-padrona un extranjero no siempre de-fine su cultura de procedencia. Seutiliza la variable nacionalidad paraaproximar la cultura nacional que ca-da individuo podría tener. Si bien parala mayoría de inmigrantes España esel primer país al que han emigradopor primera vez desde su lugar denacimiento (Sven-Reher et al 2008).

1

2

En las estadísticas oficiales no se con-tabilizan como agresores extranjerosaquellos que se han nacionalizado co-mo españoles, si bien su cultura na-cional de procedencia no sería laespañola.

En el presente estudio se utilizan co-mo fuentes de datos oficiales el Insti-tuto Nacional de Estadística (INE) yel Ministerio de Igualdad del Gobier-no de España.

Concretamente, del INE se toma lapoblación extranjera según los crite-rios del Padrón Municipal, que regis-tra a las personas según la nacionalidadque consta en su carné de identidad,pasa porte o documento identificativoequivalente.

Por otra parte, el Ministerio de Igual-dad registra los homicidios por vio-lencia de género según la nacionalidadque tienen en ese momento las vícti-mas y los agresores. Mientras que lanacionalidad de las llamadas al 016 seasigna según la información verbalproporcionada por las víctimas quehacen uso del servicio.

A este respecto, conviene destacar queel término “extranjero” sería el másapropiado a utilizar según las fuentesde datos utilizados. Sin embargo, a lolargo del trabajo se utiliza en algunasocasiones el término “extranjero” e“inmigrante” como equivalentes aun -que ambos no significan lo mismo.

La utilización de ambos responde aque muchos de los argumentos quefundamentan la violencia de géneroen personas de origen extranjero escompartido por la gran mayoría de in-migrantes y extranjeros (p.e. menorred familiar en España, sufrir un pro-ceso de adaptación a un nuevo en-torno, etc.), por lo que se respeta laterminología empleada por los au-tores que se referencian si bien se uti-lizan los argumentos desde la lógicaque ocupa el objeto de investigación.

3

4

60

DCj =

3

i =1

(I ij – I il )2

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