37 - Revista de la Universidad de México · la joven. El primer libro (sobre su generi ... * La...
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que le han valido el éxito (entendido estecomo salida) entre/hacia una generación: lafrescura, agilidad, sencillez (no pocos lectores se deben a los escritos de J.A.), yasume otras, no menos importantes, comola cursilería (temida y malinterpretada precisamente por los más cursis). Cuando unescritor comienza a tratar sus materiales sintemor a la cursilería o el envejecimiento,comprometiendo y compenetrándose conellos, descubre los rasgos verdaderos de esosmateriales, lo que le permitirá mayor profundidad en su manejo. Tal vez a esto sedeba, a esa naturalidad y desenfado, queJosé Agustín permanezca como el úniconarrador valioso de eso que se dió porllamar "la generación de la onda". Sustextos nos conciernen e interesan, muchasde las cuestiones sobre las que se interrogatambién son nuestras, y cuando el lectordeja simplemente de divertirse y regocijarsecon el texto para encontrarse en él, esosignifica que el autor está diciendo cosascada vez más importantes.
* Ed. Joaquín Mortiz, México, marzo de 1977.
Rafael Vargas
Silvia MalinaLa mañanadebe seguir gris*
Empieza con una suerte de coda, lo que entérminos teóricos puede llamarse el tema:diario privado en el que lo social del mundo convive con el nacimiento, el desarrolloy la muerte de una relación amorosa entreuna joven de la clase alta mexicana que hallegado a vivir a Londres y un poeta, JoséCarlos Becerra, que significa en sus modosy percepción de las cosas todo lo opuesto ala joven. El primer libro (sobre su generidad luego hablaremos) de Silvia Molinanace de una tragedia acentuada por elhecho de que José Carlos Becerra ya eraun enorme poeta cuyo trabajo corta intempestivamente la muerte en una carreteraitaliana, y en la conmovedora lucha interiorde Silvia Malina para hacerse parte de su
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mundo. Cuando ·la decisión -o la parte dela decisión que implica la aceptación- hasiqo tomada, él muere y ella, por supuesto,ya no puede ser la misma. El libro cerca,así, esa zona vacilante en la que las consecuencias de la tragedia fluctúan entre loque de ella se percibe y lo que la tragediaes en sí misma, entre las circunstanciasprevias a ella y lo que ella desencadena(que apenas se infiere). Las páginas de esediario que precede a la narrativa informan,en un tono de desolada neutralidad, losnúcleos que, después, habrán de explayarseen una curiosa y ágil puesta en situaciónque no deja de anunciar el carácter testimonial de la subsecuente escritura. Abierta atintes de información que, lentamente, devienen signos, las notas de la coda insinúanlos avatares de una percepción fría e ingenua, solitaria e individual, én las que nodeja tampoco de percibirse cierto desprecioagrio hacia el mundo y lo que lo hace serel mundo: así funcionan los dos temasobsesivos junto al de la historia de amor:los motivos de índole político (que van delfeminismo aJan Palach, y de los asesinatosde Kennedy y Allende) que configuran, depaso, la pesada evidencia de los sesentas y,segundo, motivo intrigante, morboso, el tema de la deformidad, el ejemplo circense,lo grotesco, el amarillismo cuyo sentido,quizá, sea conservar lo circense en el circoy lo enfermo en el manicomio. Si lasreferencias políticas indican lo histórico, lasnotas sohre el hombre a quien se le injertóun corazón, los bebés bicéfalos y los gigantes apuntan hacia la evidente interiorización, escandalizada, tortuosa, de una vozasediada, indecisa, francamente asustada ante la realidad. Este es el marco del amor.
Terminada la coda, expuesto el asunto,
se mICla el desglose de esos mismos díaspero ahora con Íiteratura. En 23 capítulosque más forman un cuento (en tanto sujeción a lo que Macedonio llamaba la hilarante ortodoxia decimonónica monotemático,con un desenlace que es, simultáneamentesu desarrollo, con una escritura tendidasobre un solo plano y con las habitualesunidades) que una novela como la anunciala solapa, se busca algo que destaque laperspectiva de la introducción. La separación se justifica en tanto que la "novela"evade remitirse a lo puramente circunstancial, a aquello que hubiera cumplido apenasla función de llenar los espacios entre losgrandes núcleos de articulación del relato.En este sentido es admirable el resultado dela obra, en tanto que narra algo cuyoasunto central me es conocido de antemanoy ante el cual yo tengo una posición afectiva claramente previa. No podemos hablarde re-creación (aunque la haya) ni de visióninterior ni de cualquier otro clisé obligado.Lo que hay es una prosa delicada, asida deuna experiencia desgarradora, tan desvalidacomo su autora ailte la realidad de losmonstruos de las noticias.
Sin embargo hay que anotar que ladecisión inteligente de narrar la interiordisposición ante los hechos se ve menguadaen los primeros capítulos por la excesivaconciencia de narrar para terceros, en desdoro de esa blancura expresiva de los últimos en los que, con habilidad, se siente eseinterés de la narradora por detectar lasacciones y los sucesos con una mayor distancia especulativa. Con lo que quiero decirque todo, en Silvia Malina, parece darsepor ausencia. La historia que debería haberse narrado es aquella que, sentimos, quierenarrarse y siempre se difumina, se aísla sólopara dejar las imprecisas huellas de su estelaen el libro. En alguna parte ella define biensu problema: "Dejo un orden para entrar enotro y es difícil dejar uno que no funcionapara tomar el tuyo del que no estoy muysegura..." y es agradable seguir el pudoroso viraje que lleva a cabo la narrativa a lapar del viraje emocional d·e la autora, siempre dentro de su propio orden, capaz enextremo de percibir las cosas en su discretaironía y en su plácida recolección de lassituaciones. La sutileza del autorretrato casilo impregna de una funcional involuntariedad, accidentada, confusa, como no sehabía observado en nuestras letras desdeciertos cuentos de Inés Arredondo.
Es difícil comentar un libro tan íntimo(en su realidad, no en su verosimilitud)
porque parece que el vocabulario de laliteratura resulta por lo menos banal. Si sequiere la objetividad hay que hablar tantode sus limitaciones (debilidad de los personajes secundarios en tant~ actuantes, acartonamiento de las atmósferas, una inseguridadexpresiva que, a veces, no logra pasar comodeseo de evitar lo "literario") como de susintrigantes virtudes: su limpieza contagiosay natural, su sinceridad sin urdimbres, emocionalmente compartible, su riguroso desapego en el autoanálisis y la valentía de suespeculación interior. Si la coda del principio anuncia el texto subsecuente, éste, a suvez, parece anunciar otro que, con un pocode malicia y oficio, seguramente ha dellegar, ya madurado, pronto.
G. Sheridan
* La mañana debe seguir gris, de Silvia Molina, "Nueva narrativa hispánica", Joaquín Mortiz,México, 1977.
Oppiano Licario*Quizá no exista poeta latinoamericano tan
\centrado y confiado en los poderes queencierra la "imagen" como el escritor. cubano José Lezama Lima (1910-1976). Laimagen poética, e incluso histórica, fue paraél una alquimia capaz de descubrir unmisterio en lós más evidente y palpable.Por eso, Lezarna crea imágenes amparadasbajo eternas verdades cristianas. El cristianismo le dio una resurrección tanto cotidiana como teológica. Cotidiana porque elpoeta ~tólico vive en un mundo de plenay "vigente significación"; resurrección cotidiana porque en el catolicismo se encuentran actos "incomprensibles pero razonabIes". Por lo tanto, el poeta debe rastrear
, todo lo oculto" lo inaudible, lo inasible y loevanescente, a fm de crear un poema desimilares potencialidades que la naturaleza.De una o de otra manera, esta actitud estápresente en toda la obra poética de Lezama-Lima, en su novela Paradiso (1967) y en sunovela póstuma e inconclusa Oppiano Licario; previamente titulada "Inferno","El reino de la imagen", "La muerte deOppiano Licario" y "Fronesis". OppianoLicario es la continuación de Paradiso.
Lezama Lima siente un verdadero terrora quedar atrapado en una realidad carentede sentido. Si no existe un "misterio", la
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_vida se vuelve un resumen de actos incomprensibles. En Oppiano Licario, GabrielAbatón Awalobit reconoce este misteriogracias al Eros del conocimiento: "Si nofuera por ese Eros del conocimiento, Cemí,usted y el mismo Licario, seríamos unamueca grotesca de enajenación. Si no fuerapor ese Eros del conocimiento... seríamoslocos y no mitos para ser cantados por losefímeros venideros". Esta apresurada resurrección, confiesa un tremendo miedo avivir en ,un mundo que prodiga situacionesbanales y tediosas. Por eso, Lezama Limasiempre utiliza una especie de gongorismoque recolecciona, de la cotidianeidad, lossucesos y los encuentros capitales.
En Oppiano Licario se encuentran muchos personajes de Paradiso. Están JoséCerní, Fronesis, Ynaca Eco Licario -hermana de Oppiano-, Lucía y Foción. Perotambién están presentes los pintores LuisChampollion y Margaret McLean, el homosexual Cidi Galeb, el arquitecto GabrielA.batón Awalobit (esposo de Ynaca) y Focioncillo, hijo de Foción. En todos ellos lapresencia de Oppiano Licario, muerto enParadiso, resulta importante.
Como los personajes de Julio Cortázar,los de José Lezama Lima se abocan aintegrar grupos de personas escogidas y acongregarse en reuniones elitistas. Sus actividades y temas frecuentes: la poesía, pintura (discusiones en torno a El AduaneroRousseau), el descubrir una vivencia másprofunda, excursiones colectivas y discusiones fIlosóficas, y, sobre todo, la paternidad.En Oppiano Licario este es el leit motiv:Lucía, embarazada, va en busca de Fronesisa Francia; Foción aparece con su hijo recorriendo los museos europeos; Ynaca EcoLicario va a tener un hijo de Cerní, a pesar
de que se acuesta con Fronesis; MargaretMcLean, en cada cuadro que pinta, evadelas imágenes de sus padres; el doctor Ricardo Fronesis recuerda a su hijo que abandonó la casa; José Ramiro, el alzado, constatacómo han matado a su hijo. En ciertosentido, la paternidad es una especie deresurrección y una continuidad de nosotrosmismos.
La trama de Oppiano Licario es mínima.Todo lo que existe se subordina a la resurrección de Fronesis y esta se consumatotalmente cuando se conoce la paternidady se trasmite el secreto de Oppiano Licario.Es muy revelador que el destino de Cerní yde Fronesis sean diametralmente opuestos.
José Cerní conoce primeramente el secreto de la naturaleza (que le revela Licarioen Súmula, nunca infusa, de excepcionesmorfológicas) y después lo preña a YnacaEco Licario. Mientras que Fronesis primeroembaraza a Lucía y luego -por medio deCemí- descubre el secreto de la sobrenaturaleza.
Al finalizar Oppiano Ucario Fronesisoye, de la vieja Editabunda, esta resurrección de la que hemos venido hablando:"Ya sé a qué has venido a Europa, aconocer a tu madre y a repetir por elconocimiento de la gesta de Oppiano Licario, según las palabras de él que Cernírepetía. Crees que esa gesta debe engendraruna tradición para tradición y la leyenda...Lo que no pudieron alcanzar ni el tíoAlberto, ni el Coronel, lo alcanzarán Cerníy tú. Los dos alcanzarán al unirse al Erosestelar, interpretar la significación del tiempo, es decir, la penetración tan lenta comofulgurante del hombre en la imagen. Perotambién has venido a conocer a tu madre.Pero eso también forma parte de tu vida enla que ya está la de Oppiano Licario".
Tanto en Paradiso como en OppianoLicario, los personajes actúan y meditanpor medio de semejanzas, transferencias,sustitutos, referencias y equivalencias. Unejemplo. En Oppiano Licario MargaretMcLean, Champillon, Fronesis y Cidi Galeb,se convierten en fumadores de opio y endiscutidores de todo. En plena ebriedadMargaret y Champollion se acuestan. Fronesis comprende que se acostará con CidiGaleb, en la única cama disponible. Elhomosexual tunecino lo trata de excitarexplorando sus genitales; Fronesis se levanta y se va de la casa. Poco después sueñaque Foción lo masturba. Por medio derecurrencias, Fronesis se da cuenta de estasituación: "¿Qué hacer entre la realidad, la