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Clanes enla Cámara

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Por E. S.

E s celebre la anécdota en la que eldiputado de la Restauración Án-gel Ossorio, bramando patética-mente contra el Gobierno, excla-

mó en el Hemiciclo: “¿Qué será de nuestroshijos?”, mientras una voz anónima le res-pondía desde los escaños: “¡Al de su seño-ría le hemos hecho subsecretario!”. Federi-co Utrera recoge este suceso ilustrativo deun panorama político en que hijos, herma-nos y sobrinos de un mismo linaje han ocu-pado el primer plano de la vida pública du-rante muchos años. Una situación que a prin-cipios del siglo XX era incluso más llamati-va, hasta el punto de que la “cámara de di-putados era conocida como “Congreso deFamilia” porque cincuenta y cuatro nombresde la política del momento estaban empa-rentados entre sí […], lo que llevó a un cro-nista parlamentario a preguntarse: “¿Qué otro

país puede presentar tantos ejemplos de amora la familia?”.

Uno de los clanes familiares más ilustresque han ocupado escaño en la Cámara Ba-ja es el de los hermanos Ortega y Gasset. Fe-derico Utrera recoge una anécdota protago-nizada por el mayor de ellos, Eduardo, y unAlejandro Lerroux, que por aquel entonces,en la II República era el presidente del Go-bierno. Lerroux estaba recibiendo a algunosdiputados en el despacho que para estas ta-reas todavía existe, junto al hemiciclo. Co-mo relata el autor, “habitualmente, ante esemismo despacho, hacía cola un buen nú-mero de parlamentarios, cada uno con suparticular cuita, al acecho del jefe del eje-cutivo para formular la eterna pregunta, in-combustible al paso de los años: “¿Qué hayde lo mío?”. Ese día solo se encontraba enla fila Eduardo Ortega y Gasset, hermano delfilósofo y diputado republicano José Ortegay Gasset. El presidente, cansado de tanta exi-

gencia y apremiado por el tiempo, pregun-tó a su asistente:

—¿Quién queda por recibir?—El señor Ortega y Gasset -señaló el man-

darín.—¿El listo o el otro? -replicó el mandata-

rio.Y entonces el diputado, que se encontra-

ba atento y oyendo muy cerca de la puertaque le franqueaba el paso, se coló raudo enel despacho y contestó por su propia boca:“El tonto, señor presidente, para servirle austed y a la República”. Y el “tonto”, que nolo era tanto, llegó a fiscal general del Estadocon el nuevo régimen”.

Los apellidos influyen en política, por su-puesto, “y si Alberto Ruiz-Gallardón, hastaque se hizo un perfil propio, era solamenteel hijo del portavoz del Grupo Popular enel Congreso, José María Ruiz-Gallardón,otros partidos hicieron lo propio con sus vás-tagos y familiares más cercanos”. Por ejem-

POLÍTICA

Cabanillas, Redondo, Calvo Sotelo, Semprún…

Clanes enla Cámara

Desde los Silvela, en el siglo XIX, hasta los Costa y losFabra en la actualidad, las estirpes familiares que hanmarcado la vida política española son innumerables. Elperiodista Federico Utrera dedica uno de los capítulosde su reciente obra Los leones del Congreso (La Esferade los Libros) a repasar “la existencia de varias célebresdinastías familiares que han heredado las actas como side una medieval Cámara de los Lores se tratara”. Algoque normalmente ocurre, según el autor, “no tanto por elafán en perpetuar los genes, sino por el interés de lospropios partidos políticos en aprovechar el tirón yconocimiento popular de un apellido ilustre”.

Algunos apellidos han poblado los escaños del Congreso desde el s

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plo, está el caso de Felipe González, que“no pudo impedir que el PSOE de Cádiz eli-giese candidata a diputada a su esposa, Car-men Romero, para aprovechar su tirón porvía conyugal, como José María Aznar tam-poco pudo obstaculizar que su consorte,Ana Botella, fuese concejala en el Ayunta-miento de Madrid”. Más curioso es el casode Juan Antonio Bisbal, pariente del can-tante David Bisbal, y que “fue llevado a laslistas del PSOE de Almería cuando este sehizo célebre y aprovechando su militanciasocialista”. Por su parte, “el PP de Granadaintrodujo en las suyas al hermano del poe-ta Luis García Montero, con el que lógica-mente también compartía apellidos y algomás, pues Juan García Montero fue nom-brado concejal de Cultura”.

“Otras veces se intenta utilizar la popula-ridad de un apellido. Elvira Castilla del Pinofue diputada gaditana del PSOE y activistavecinal en San Roque, pero quien era más

conocido era su hermano, el célebre psi-quiatra Carlos Castilla del Pino.Y quien es-té libre de pecado que tire la primera piedra:Izquierda Unida ofreció ser candidato porGranada al simpático maestro Baltasar Gar-zón Garzón, primo del famoso juez, que sa-lió elegido diputado. A la siguiente legisla-tura el propio magistrado decidió probar for-tuna y fue elegido también diputado comoindependiente por el PSOE, aunque en elpropio Congreso y ya con el acta bajo el bra-zo, el juez manifestó sus simpatías por IU.Ignoraba las más elementales reglas de la po-

lítica y no duró ni un año en la cámara”.Aunque no siempre llevar tal o cual ape-

llido es garantía de prosperidad en política.A veces, llamarse de determinada manera esmás bien una losa. Por ejemplo, “el diputa-do madrileño del PSOE Carlos López Riañose quejó de que su partido le apeó de las lis-tas por su homonimia con la sanguinaria eta-rra Idoia López Riaño, alias la Tigresa, en-tonces la más buscada por la policía y muyreconocida por las fotos en todos los aero-puertos españoles. Sus llamativos ojos ver-des y su larga cabellera rizada negra eran tanconocidos como sus crímenes. Otro trágicocaso de homonimia fue el de Fernando Mú-gica, presidente del PSE-PSOE en el País Vas-co, cuya retirada del cargo no fue obstácu-lo para que fuera asesinado por ETA. Quienestaba en activo por entonces era su herma-no Enrique Múgica, diputado, ministro y de-fensor del pueblo sucesivamente”.

“A veces no se busca el apellido célebre

el siglo XIX.

“¿Qué será de nuestroshijos?”, y en el

hemiciclo se oyó: “¡Alde su señoría le hemoshecho subsecretario!”

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F. MORENO


sino el de su consorte. Bárbara Dührkop en-tró en política como eurodiputada tras el ase-sinato de su marido, el senador socialista En-rique Casas. Y la lista de familiares que sehan introducido aún más en la actividad pú-blica desde un partido o desde la sociedadcivil por motivos de sangre sería demasiadolarga en España: Consuelo Ordóñez, her-mana del concejal y diputado Gregorio Or-dóñez (PP); María San Gil, que era entoncessu secretaria; y Ana Iríbar, su viuda. O Mai-te Pagaza, que ya era concejala pero se hi-zo más conocida por ser hermana de Jose-ba Pagaza (PSE), cruelmente asesinado porel terror. También Cristina Cuesta, activistadel pacifismo e hija de Enrique Cuesta, de-legado de ¡Telefónica!, pues entonces esta

compañía también era objetivo político dela violencia ultranacionalista, ya que su an-tecesor, Juan Manuel García Cordero, habíasido secuestrado y asesinado por ETA...”.

Ningún partido ha estado libre de estas sa-gas que, en muchas ocasiones, dan un to-que de pedigrí y distinción a las formacio-nes políticas. Tal es el caso de Fernando AbrilMartorell, el histórico vicepresidente de laUCD y hombre de confianza de Adolfo Suá-rez. Su trayectoria “tuvo su continuación enel PP con su hermano Joaquín Abril Marto-rell, diputado por Valencia, aprovechandoasí el apellido. Algo parecido a la relaciónentre Ana Mato, la eternamente joven diri-gente y diputada madrileña del PP, y GabrielMato, diputado canario del PP, que son her-

manos. O la diputada socialista Dolores Gar-cía-Hierro, hermana del concejal madrileñoManuel García-Hierro, dirigente muy influ-yente que aspiró a liderar la Federación So-cialista Madrileña”.

En la política catalana esta regla tambiénse cumple, de forma más notable si cabe.Por ejemplo, “la saga Maragall comienza porsu padre, el senador del PSOE Jordi Mara-gall i Noble, el último de los trece hijos delpoeta Joan Maragall. De ahí a los hijos Pas-qual Maragall y Ernest Maragall, que com-partieron incluso su gobierno. Como OriolPujol Ferrusola, hijo del honorable Jordi Pu-jol, también ha sido alto cargo, concejal ydiputado autonómico de su mismo partido”.

Aunque la dinastía de políticos catalanes

En la lista de diferencias políticofamiliares destaca la de LeopoldoCalvo Sotelo, presidente del Go-bierno y diputado de UCD, cuya so-brina, Mercedes Cabrera Calvo So-telo, fue ministra y diputada con Jo-sé Luis Rodríguez Zapatero. Segúnexplica Federico Utrera, LeopoldoCalvo Sotelo -sobrino de José Cal-vo Sotelo, el líder monárquico ase-sinado por guardias de asalto du-rante la II República- “tuvo la des-gracia de que su hijo Juan Calvo So-telo no fuera reelegido alcalde conel PP en la bella localidad asturianade Castropol, pero sí la dicha de queotros dos de sus hijos, el primogé-nito Leopoldo Calvo Sotelo y su her-mano Víctor fueran subsecretariosde Interior y Fomento respectiva-mente”.

Entrelazada con la saga de los Cal-vo Sotelo aparece la de los Bustelo,en la rama materna de la familia, yque arranca con Ramón Bustelo, di-putado liberal por Ribadeo durantedos décadas, “hasta la llegada de la

dictadura de Primo de Rivera. Mer-cedes casó con Leopoldo Calvo So-telo, otro cabeza de la estirpe, y suhijo fue el presidente Leopoldo Cal-vo Sotelo. Su hermana Carlota ma-trimonió con el ingeniero FranciscoBustelo, ‘el ingeniero del 27’, y tuvocuatro hijos: Carlos Bustelo fue mi-nistro de Industria con Adolfo Suá-rez, mientras que su hermano PacoBustelo, histórico dirigente del PSOE,tuvo su continuidad en los escañoscon su hermana Carlota Bustelo. Unúltimo hermano, José Ramón Bus-telo, fue director general de PolíticaArancelaria con UCD”.

Del abolengo de esta saga, dafe el cronista parlamentario VíctorMárquez Reviriego, que, según re-lata Federico Utrera, “los llamó‘los bustélidos’ y los describe así:Don Carlos Bustelo y García delReal es hijo de don Francisco y dedoña Carlota. Una hermana de supadre era cuñada de don José Cal-vo Sotelo, ministro de Haciendacon Primo de Rivera. De esta ra-ma salen sus primos, Mari Luz, ca-sada con el senador socialista Fer-nando Morán, y el actual ministroLeopoldo Calvo Sotelo, casado conuna hija de Ibáñez Martín, minis-

tro de Educación con el generalFranco”.

El árbol genealógico de esta sa-ga se enreda, y mucho, ya que “lamadre, doña Carlota, está empa-rentada con la familia Entrecana-les (ilustre apellido en el Gotha dela construcción) y con la Azcárate(no menos ilustre apellido en elGotha de la Institución y de la Re-pública). Ahí encontramos a viejosconocidos: el senador ucedeo donJustino, suegro de Mariano Rubio,alto cargo de la política financiera,y don Manuel Azcárate, encargadode las Relaciones Exteriores delPCE y relacionado interiormentecon el ministro Bustelo, concuña-do de su hija”. Y no queda aquí lacosa, los hermanos del ministro sontres “Paco, senador socialista porMadrid, exdiputado por Ponteve-dra, ligado en santo matrimonio conuna hija de don Emilio Orbaneja,exdirector general del Banco Ur-quijo; Carlota, exdiputada del PSOEpor Madrid, casada con el econo-mista Juan Manuel Kindelán, nie-to del general; y José Ramón, altocargo en la política comercial. Y elseñor ministro está casado con Te-resa Tortella: los Tortella son otrailustre familia del mundo editorial–Tecnos– y académico”.

Sotelos yBustelos

Leopoldo Calvo-Sotelo ‘colocó’ a dos hijos en los gobiernos de José María Aznar.

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es la de los Rahola. “Procedentes de Finlan-dia y arraigados en el Ampurdán, todo co-mienza con el pionero Pere Rahola, diputa-do republicano catalán y luego ministro conla CEDA. También Carles Rahola fue un acre-ditado intelectual catalán fusilado por las tro-pas franquistas. Frederic Rahola fue hombrede confianza de Tarradellas y síndic de greu-ges, hermano del senador de ERC Josep Ra-hola, mientras que su hermana Roser Raho-la era la esposa del editor Jaume Vicens i Vi-ves. De esta familia procede Pilar Rahola,que fue diputada de ERC y hoy ha retoma-do su oficio de periodista”.

Solana y sus hermanos. Javier Solana tam-bién forma parte de estos clanes de la polí-tica española. El exministro socialista, exse-cretario general de la OTAN y primer MísterPESC “ compartió escaño con su hermanoLuis y ambos son sobrinos-nietos del políti-co y escritor Salvador de Madariaga. […] Yen efecto, si Javier Solana superó las tres dé-cadas ininterrumpidas en política, su her-mano Luis proporciona esta semblanza fa-miliar: Casi nadie sabe quién es Isabel Sola-na. Poca gente conoce que es hermana deJavier Solana (alto comisario europeo de Po-lítica Exterior) o que otro de sus hermanoses Ignacio Solana, arquitecto notable y jefede gabinete de Joaquín Leguina (presidentede la Comunidad de Madrid), o que otro her-mano, Jesús Solana, fue alto directivo deRENFE, o que otro, Luis Solana, fue presi-dente de Telefónica. Esta mujer ha sido ca-paz de concentrar en su memoria y en subuen hacer años y años de una familia muyespecial. Y estos días ha cumplido setentaespléndidos años. Los Solana y los Mada-riaga tienen derecho a ocupar un trozo dela reciente historia de España. Pero todosellos serán memoria útil solo si Isabel Sola-na Madariaga nos deja indelebles sus re-cuerdos. Quiero decir -y pedirle- que cuen-te lo que vivió y lo que recuerda a herma-nos y parientes que han sido actores impor-tantes de la reciente y pequeña historia deEspaña”.

En el PP se acumulan varios casos ilustresde políticos cuyos vástagos recogen el testi-go, como el de Pío Cabanillas Gallas, dipu-tado y ministro del gobierno de Arias Nava-rro y cinco veces ministro con Adolfo Suá-rez en la Transición. Su carrera se vio conti-

nuada por su hijo, Pío Cabanillas Alonso,ministro portavoz del Gobierno con José Ma-ría Aznar. Lo mismo sucede con Rafael Arias-Salgado, ministro de Fomento con Aznar ehijo de Gabriel Arias-Salgado, responsablede la cartera de Información y Turismo conFranco. El hermano de Rafael, Fernando, fueembajador de España en Marruecos, dondeprotagonizó algún que otro altercado diplo-mático”. Frustrado fue el caso de Adolfo Suá-rez Illana. El hijo del expresidente AdolfoSuárez, se retiró de la política tras perder laselecciones a la presidencia de la Junta deCastilla-La Mancha contra José Bono. “Suefímero paso por la escena pública con elPP le transformó de presunta estrella en au-téntico estrellado”.

Entre los socialistas, destacan los casos deJuan Moscoso, “hijo del diputado con UCDy PSOE, ministro y fiscal general del Estadocon los socialistas, Javier Moscoso”, y del di-putado socialista y líder de UGT Nicolás Re-

dondo, “que tuvo su continuidad en su hijo,Nicolás Redondo Terreros, diputado por Viz-caya”.

Aunque si relevante ha sido en las filas delPSOE el linaje de los Redondo, padre e hi-jo, en Andalucía, el clan de los Zarrías se re-monta hasta hace más de 80 años. “GasparZarrías Moya era alcalde de Cazalilla durantela II República y fue fusilado por las tropasde Franco. Su hijo, Juan Zarrías Jareño, cum-plió once años de cárcel por su militanciaen el PSOE y finalmente fue senador por es-te partido en la democracia. El nieto, Gas-par Zarrías, también heredó el escaño y lle-gó a secretario de Estado en el último go-bierno socialista tras ser considerado el ver-dadero virrey de Andalucía durante el go-bierno de Manuel Chaves”.

Y precisamente en la capital andaluza sedio un caso difícilmente repetible, “el de uncatedrático tuvo a su departamento enterocon escaño en las Cortes. Jaime García Año-veros era diputado de UCD por Sevilla y ca-tedrático de Economía Política y Derecho Fi-nanciero. Su adjunto en la cátedra, EmilioPérez Ruiz, era diputado del Partido Socia-lista Andaluz, mientras que el agregado, Fer-nando Pérez Royo, logró el escaño con loscomunistas”.

A la larga lista, en la que también estaríanlas hermanas y ministras con Aznar Ana y

La estirpe a la que pertenecía Jorge Semprún arranca en el siglo XIX con el senador José María Semprún.

Entre los apellidosilustres del PP están

los de los ministros dela dictadura Cabanillas

y Arias-Salgado


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Loyola de Palacio, también se añaden algu-nos apellidos de parientes cercanos que mi-litaron ocuparon puestos bajos siglas políti-cas diferentes. Por ejemplo, la también her-manas Isabel y Cristina Alberdi que coinci-dieron “en el Congreso como diputadas has-ta que la última, que había sido ministra so-cialista, fue nombrada por Esperanza Agui-rre alto cargo del PP en la Comunidad deMadrid. No tiene nada de particular la di-sonancia: el canario Fernando Bergasa fuediputado de UCD y su hermano Óscar Ber-gasa lo fue del PSOE. Caso parecido al delos hermanos Pérez-Llorca. José Pedro, co-nocido como ‘el Zorro Plateado’, fue dipu-tado, ministro y padre de la Constitución porUCD, mientras que Jaime Pérez-Llorca fuesenador del PSOE”. Y hay más, como ocu-rre con José Ramón Pin, “diputado de UCDpor Valencia, que es sucedido años despuéspor su hermana Margarita Pin, diputada so-cialista valenciana”.

Estos pequeños conflictos familiares ya sevivieron en la I República, cuando el por

aquel entonces joven Emilio Castelar y elmás maduro tradicionalista Antonio AparisiGuijarro “eran primos y sus diferencias so-bre la monarquía y la religión le llevó a ex-clamar a este último en los pasillos de la cá-mara: “Este chico no se acuerda de su ma-dre. Si su madre levantara la cabeza...”. Se-gún Federico Utrera, éste “es un hecho ex-cepcional, porque los diputados suelen guar-dar discreción sobre su parentesco para noalimentar más el morbo de la prensa ni fa-vorecer los malentendidos sobre el nepotis-mo. No se conocen diferencias públicas en-tre parientes con escaño distinto, pero denuevo Aparisi Guijarro puede darnos ideade la sutilidad con que se establecen las dis-crepancias parlamentarias entre primos: “Es-ta cuestión de la enseñanza se ha personifi-cado en un hombre. De este hombre he ha-blado en alguna ocasión sin ofensa y he di-cho siempre de él que me estaba ligado convínculos de sangre y de antigua y probadaamistad. Y que yo, sábelo Dios, le quería mu-cho, pero quería infinitamente más el trono

de mis reyes y los altares de mi patria”.En algunas ocasiones, “son los descen-

dientes de segunda generación quienes he-redan la pasión y el oficio de la política”. Porejemplo, Ignasi Guardans y Cambó, es nie-to de Francesc Cambó, el gran impulsor delnacionalismo político catalán a principiosde líder a través de la formación que lideró,la Lliga Regionalista, y después de comen-zar en las filas de CiU, “acabó como alto car-go del PSOE en Madrid. Si Maura hizo mi-nistro a su abuelo, Zapatero nombró direc-tor general de Cinematografia al nieto, aun-que solo duró año y medio en el cargo”. Tam-bién Josep Pi-Sunyer, que fue senador y di-putado con CiU y ERC, procedía de una fa-milia de políticos catalanes de prestigio. Supadre era Carles Pi i Sunyer, diputado y mi-nistro de ERC en el gobierno de Martínez Ba-rrio en 1933 y alcalde de Barcelona hasta1937.

“Otra estirpe tan memorable en España co-mo la de los faraones en Egipto es la de losSemprún”, subraya el autor. “Tiene su cabe-

El clan de los Fernández Díaz nogoza de tanta fama como otros, pe-ro es igualmente numeroso. Cuen-ta con Jorge Fernández Díaz comopatriarca, diputado durante seis le-gislaturas, secretario de Estado entres ocasiones, quien vivió “todo eltránsito de UCD a Alianza Popular,previa parada y fonda en el CDS deAdolfo Suárez, y de ahí al PartidoPopular, donde logró que su herma-no Alberto Fernández Díaz presidie-ra su filial catalana. Además, du-rante la Transición fue protagonis-ta de un reportaje en El País de laperiodista Elena Lorente que subra-yaba lo peligroso de su entrañableternura familiar porque degenerabaen una compulsiva actitud para co-locar a toda su estirpe: Los nume-

rosos parentescos sanguíneos y con-sanguíneos de Fernández en la VíaLayetana, sometidos a la fórmuladel contrato administrativo, se ex-tienden a su esposa, Asunción Cár-coba Garitoinandía, también con-tratada por el Instituto Nacional deEmpleo en 1979, precisamente conun mes de antelación a la realiza-

ción de las pruebas de acceso”.Aunque esta no fue la única apari-ción de familiares de Jorge Fernán-dez Díaz en el INEM. “María Isabely Francisco Javier Fernández Díaz,hermanos del exgobernador, fueronasimismo contratados por el INEMen 1979, mientras que su otra her-mana, Carmen Fernández Díaz, des-

pués de ser contratada en el mismoorganismo de Barcelona, fue tras-ladada a Pamplona. La contrataciónen Barcelona y el subsiguiente tras-lado se repitieron en el caso de Jo-sefina Cabrera, cuñada de Fernán-dez, que así accedió a su puesto enel INEM de Tenerife”.

Federico Utrera subraya que Jor-ge Fernández Díaz indica en su fichadel Congreso, “con desparpajo”, que“es inspector de Trabajo de profe-sión, y merced a su habilidad en es-ta materia admite como justificaciónque esa especie de endogamia hasido generalizada: “La mitad de lasmujeres de los inspectores de Tra-bajo y de muchos delegados traba-jan en las dependencias de la Di-rección Provincial de Trabajo. Todosmis familiares que fueron contrata-dos pasaron antes las pruebas pre-ceptivas, no fueron designados a de-do y, además, el número de ellos noes muy grande, dadas las contrata-ciones masivas que se realizaron en1979”.

Los FernándezDíaz y el INEM

El actual ministro del Interior es el líder del linaje más importante en el PP catalán.



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za en el senador del siglo XIX José MaríaSemprún, casado con Carmen Pombo, cuyoabuelo también era diputado por Palencia.Cuatro de sus vástagos viven de la política ola alumbran: Manuel, Mariano, María Luisay Amparo, casada con el diputado y sena-dor Antonio Jalón y cuyo hijo, José Jalón Sem-prún, ocupó igualmente escaño en la cámaraalta. María Luisa también fue diputada con-sorte, pues casó con José Luis Gallo Díez deBustamante, que consiguió escaño por Bé-jar y Talavera de la Reina. De su hermanoManuel Semprún sabemos que fue diputa-do y senador por Valladolid, Salamanca yCádiz y, como hizo su padre, emparentó tam-bién con la política: se casó con Paulina, lahija del diputado Juan Alzurena”. A travésdel hermano que queda por reseñar, Maria-no Semprún, llegamos a Jorge Semprún, mi-nistro socialista con Felipe González y ex-dirigente del PCE durante el franquismo. Ma-riano era el abuelo de éste, y sus padres fue-ron José María Semprún y Susana Maura, hi-ja de Antonio Maura, cinco veces presiden-te de Gobierno.

De Alberdis y ‘MAFOS’. Al igual que el de losSemprún, otro complejo árbol genealógicoes el de las Alberdi, “una verdadera saga par-lamentaria, que emparenta además con losFernández Ordóñez y extiende así sus ramaspor todo el espectro político. A Cristina e Isa-bel les sigue Inés Alberdi, diputada madrile-ña, reconocida socióloga y directora del Fon-do para la Mujer de la ONU, que matrimo-nió con el diputado socialista Miguel ÁngelFernández Ordóñez, sólido gobernador delBanco de España y hermano a su vez del di-putado de UCD primero y PSOE después,Francisco Fernández Ordóñez, ministro deHacienda con Adolfo Suárez y de Exteriorescon Felipe González”. El clan enlaza, in-cluso, el mundo del arte con el de la políti-ca a través José Antonio Fernández Ordóñez,“ingeniero e íntimo colaborador del escul-tor Eduardo Chillida, además de presidentedel Patronato del Museo del Prado, cargo enel que fue confirmado por los ministros deCultura de PSOE y PP”.

La saga de los Miranda también ha llega-do muy lejos en la política nacional. “Tor-cuato Fernández-Miranda fue presidente delCongreso con UCD y su primogénito, Enri-que Fernández-Miranda, diputado del PP por

Guadalajara, mientras que Ramón María Ál-varez de Miranda y Fernando Álvarez de Mi-randa fueron diputados de la UCD. Esta no-bleza parlamentaria ha llegado tan alto queel rey Juan Carlos hizo duque de Fernández-Miranda a Torcuato y a renglón seguido suhijo Enrique solicitó la sucesión en el títu-lo”.

“Tampoco es despreciable la fortaleza delárbol genealógico de los Gil Robles, cuyopatriarca, José María Gil Robles, el históricolíder de la Confederación Española de De-rechas Autónomas (CEDA), tuvo la osadía deenfrentarse a Franco y pagó con el exilio porello. Su descendencia heredó la política ypor su sagacidad sabemos que esta pudo sermuy variada. En una ocasión, amparándoseen el anonimato de la masa, alguien le de-nigró desde un escaño:

—¡Su señoría es de los que todavía llevancalzoncillos de seda!

—No sabía que la esposa de su señoría

fuese tan indiscreta –replicó Gil Robles.Con calzoncillos de seda o más proba-

blemente sin ellos, José María engendró a suprimogénito, José María Gil Robles, que lle-gó a presidir el Parlamento Europeo con elPP, mientras que su hermano Álvaro Gil Ro-bles fue un respetado defensor del pueblo”.

Aparte de en Cataluña, el País Vasco tam-bién cuenta con representantes de estas sa-gas políticas, como la de los Oreja. “El abo-lengo se remonta a Marcelino Oreja Elóse-gui, diputado tradicionalista asesinado en la‘revolución’ de 1934 por militantes de UGT.Sus hermanos Ricardo y Benigno tambiénocuparon escaño en las Cortes de Francohasta que con la democracia Marcelino Ore-ja Aguirre, hoy marqués de Oreja merced altítulo concedido por el rey, se sentó en elCongreso como diputado por UCD, AP y PP.Este célebre ministro de Exteriores con Adol-fo Suárez fue heredado políticamente por susobrino, Jaime Mayor Oreja, que incluso lesucedió una vez como diputado por Gui-púzcoa. Carlos Mayor Oreja, hermano deJaime, también fue consejero en la Comu-nidad de Madrid”.

En Galicia está el caso de la familia polí-tica que la formada por los Fraga y RoblesPiquer “gracias al matrimonio de Elisa Fra-ga, hermana de Manuel Fraga, con CarlosRobles Piquer, ministro en el gobierno de

El ‘patriarca’ de losOreja, abuelo de JaimeMayor, fue asesinado

por militantes de la UGTen 1934

El clan de los Zarrías, cuyo último eslabón es Gaspar, ha formado parte de los últimos 80 años de historia del PSOE.


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Arias Navarro, director general de RTVE conAdolfo Suárez y senador y eurodiputado conel PP. Uno de sus hijos, José María Robles-Fraga, fue también diputado del PP, y su her-mana Elisa Robles-Fraga, vicepresidenta dela Comisión del Mercado de las Telecomu-nicaciones. Hasta Estrasburgo llegó CarmenFraga, hija del fundador contemporáneo dela derecha española y vivo retrato suyo, co-mo eurodiputada electa”.

De Andalucía procede la estirpe de los Gó-mez-Angulo, cuyos “próceres fueron Fran-cisco Gómez-Angulo, alcalde de Almeríacon Franco, senador con la UCD y presidentede la Diputación, y Juan Antonio Gómez-Angulo, ingeniero de minas que fue diputa-do al Congreso por UCD, mientras que otropariente, José Manuel Gómez-Angulo, mé-dico de profesión, fue senador del PP porMálaga hasta que se enfrentó a Javier Are-nas, su más enconado adversario”. Este an-tiguo exsenador aparece en la investigaciónpolocial que afectó al municipio almerien-se de El Ejido y que terminó con el encar-celamiento de su alcalde, Juan Enciso. “Se

detectaron conversaciones telefónicas entreeste exsenador y José Alemán, mano dere-cha del alcalde y cerebro de lo que se llamóel caso Poniente. El sumario las desvela:“Treinta millones de euros dice que os lle-váis, calentito”. A lo que Alemán le respon-de: “Exactamente, pues poco es”. El penúl-timo descendiente de la saga, Juan AntonioGómez-Angulo, fue secretario de Estado pa-ra el Deporte con José María Aznar, mien-tras que la última es Paula Gómez-Angulo,joven periodista y diputada del PP en laAsamblea de Madrid”.

Cuatro generaciones de ‘Silvelas’. Estas si-tuaciones, habituales hoy en día, eran in-cluso mucho más corrientes a principios delsiglo XX, cuando los Silvela jugaron un pa-pel esencial en la historia del parlamenta-rismo nacional. La saga “comenzó con elmagistrado Francisco Agustín Silvela, minis-tro y vicepresidente del Congreso, y tuvo sucontinuación en su hijo Francisco Silvela, di-putado, ministro y presidente con la regen-te María Cristina y con Alfonso XIII. Incluso

su bisnieto, Francisco Silvela, nieto a su vezdel jefe del ejecutivo, se enfrentó desde latribuna con sorna al célebre Blasco Ibáñez,que había aludido críticamente a su ances-tro: “Mi ilustre abuelo, don Manuel Silvela,perteneció a aquella parte de liberales es-pañoles que, educados en la escuela de losenciclopedistas y desconfiados del amor ala libertad de don Fernando VII, se inclina-ron al rey intruso. Yo no apruebo ciertamentesu conducta, pero me extraña que su seño-ría haga de ello un cargo contra mí y contrami prestigio. Yo le puedo dar a su señoría mipalabra de que en aquella resolución de miilustre abuelo no tuve la menor parte.

Y como las “grandes risas” -descripción quelos taquígrafos reservan solo para las grandesocasiones- inundaban la cámara, Silvela seanimó a concluir su intervención con un es-toque: “Si su señoría considera que yo soy res-ponsable de los pecados y culpas de mis an-tepasados, permítame que le haga observarque esta doctrina tiene algún deje histórico yreaccionario que me extraña ver en los con-ceptos y en los labios de su señoría”. l



En la Comunidad Valenciana nopuede obviarse la relevancia delclan de los Fabra-Costa, con el to-dopoderoso Carlos Fabra a la ca-beza, “al que sus enemigos llaman'Don Fabricio'”. La hija “del presi-dente provincial del PP, de la Dipu-tación de Castellón y factotum entoda la autonomía”, Andrea Fabra,“es diputada del PP por Castellón,y el marido de ésta, Juan José Güe-mes, fue consejero de Sanidad conEsperanza Aguirre en la Comunidadde Madrid”. Juan Costa, cuatro ve-ces diputado por Castellón, minis-tro del PP y mano derecha de Ro-drigo Rato en el gobierno, “consi-deraba a Fabra su principal valedorporque “hay una realidad: es muydifícil entender el proyecto de es-

te partido sin Carlos [Fabra], y yosoy parte de este proyecto”. Su her-mano, Ricardo Costa, dimitido co-mo portavoz del PP valenciano porel caso Gürtel, forma también par-te del clan, cuyos vericuetos estu-dió a fondo la periodista homóni-ma María Fabra: “La distancia de-rritió el cariño y la relación entreCarlos Fabra y Juan Costa, mante-nida por conveniencia, acabó rom-piéndose por una cuestión perso-nal en la que fue protagonista lamayor de las hijas de Fabra, An-drea”. Según su investigación, elmomento cumbre llegó en 1996:Juan Costa Galindo (su padre) eradelegado de Hacienda en Caste-llón; la madre, Marisa Ribes, con-cejal en el Ayuntamiento de la mis-ma ciudad; Juan Costa Climent, se-cretario de Estado de Hacienda; yRicardo, el diputado autonómicomás joven de las Cortes valencia-nas: “Un mismo apellido en todaslas administraciones”.

Federico Utrera pone el foco enotros dos linajes valencianos. Unode ellos es el del político José Ma-ría Pajín, concejal y candidato a al-calde de Benidorm y su mujer, Mai-te Iraola, que “le sucedió en la se-cretaría general del PSPV-PSOE yahora es concejala. Con estos an-tecedentes genéticos, que Leire Pa-jín Iraola haya llegado a número tresdel PSOE nacional no debe causarsorpresa alguna”. Según el autor,“sus rivales del PP en Benidorm, co-mo los Montescos y Capuletos, sonlos Barceló. El patriarca es el abue-lo, el viejo senador Miguel Barceló,un escaño que heredó el nieto,Agustín Almodóvar Barceló. La ma-dre de este es la diputada autonó-mica Ángela Barceló, y su primo,Francisco Murcia Barceló, es dipu-tado en el Congreso. Pero quien máslejos llegó fue su cuñado, EduardoZaplana, casado con Rosa Barceló -hija de Miguel Barceló-, que fue nú-mero tres del PP nacional”.

Linajes al solde Levante

Ricardo (a la izquierda) y Juan Costa.EFE


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