2do número "El Mercado"

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P. 4 Rolter Rolter P. 14 Austerlitz en busca de en busca de las las Andrés N. Castro Andrés N. Castro Culpa y Olvido; Culpa y Olvido; algunos de los algunos de los actos violentos de la Creación. actos violentos de la Creación. SONIA PEÑA SONIA PEÑA P. 3 advierte sobre el uso de los advierte sobre el uso de los MUERTOS INCÓMODOS MUERTOS INCÓMODOS P. 2 una escena “fadica” en honor a Johnny Weissmuller. ARTURO DÁVILA ARTURO DÁVILA P. 8 Interpone formal Interpone formal denuncia de denuncia de hurto hurto URIEL SÁNCHEZ URIEL SÁNCHEZ Dejo al caminar Dejo al caminar P. 6 ¡¡Se confiesa ¡¡Se confiesa David David Robinson Robinson !! !! testimonio testimonio “De la lidia “De la lidia arenisca areniscaJorge Jorge Chen Chen Sham Sham ADRIANO CORRALES ADRIANO CORRALES María María Le dice Adiós a Le dice Adiós a JUAN BAUTISTA PÁIZ ... conversa con las ... conversa con las piedras piedras OMAR ELVIR OMAR ELVIR P. 10 “Tal vez esta foto sea un fraude” RAÚL ZURITA “EL arco del cielo de Chile cae sobre las tumbas ensangrentadas…” P. 13 RAFAEL ZELEDÓN P. 15 P. 15 “perfecto para una revista anoréxica” PEREZALONSO PEREZALONSO Editorial: Nicanor Parra, en tiempos aciagos… Editorial: Nicanor Parra, en tiempos aciagos… Editorial: Nicanor Parra, en tiempos aciagos… León Salvatierra León Salvatierra León Salvatierra P. 1 P. 12 P. 9 P. 11 P. 11 P. 5 P. 18 ESTADO DE CUENTAS

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Revista literaria

Transcript of 2do número "El Mercado"

Page 1: 2do número "El Mercado"

P. 4

RolterRolter P. 14

Austerlitz en busca de en busca de

las las

Andrés N. CastroAndrés N. Castro

Culpa y Olvido; Culpa y Olvido;

algunos de los algunos de los

actos violentos de la Creación. actos violentos de la Creación.

SONIA PEÑASONIA PEÑA P. 3 advierte sobre el uso de los advierte sobre el uso de los

MUERTOS INCÓMODOSMUERTOS INCÓMODOS

P. 2 una escena “fatídica” en honor a

Johnny Weissmuller.

ARTURO DÁVILAARTURO DÁVILA

P. 8

Interpone formal Interpone formal

denuncia de denuncia de hurtohurto

URIEL SÁNCHEZURIEL SÁNCHEZ Dejo al caminarDejo al caminar

P. 6

¡¡Se confiesa¡¡Se confiesa

David David

RobinsonRobinson!!!!

testimonio testimonio

“De la lidia “De la lidia

areniscaarenisca””

Jorge Jorge

Chen Chen

ShamSham

ADRIANO CORRALESADRIANO CORRALES

MaríaMaría

Le dice Adiós a Le dice Adiós a

JUAN BAUTISTA PÁIZ ... conversa con las ... conversa con las

piedraspiedras

OMAR ELVIROMAR ELVIR P. 10 “Tal vez esta foto sea un fraude”

RAÚL ZURITA “EL arco del cielo de Chile

cae sobre las tumbas

ensangrentadas…” P. 13

RAFAEL ZELEDÓN

P. 15P. 15

“perfecto para una revista anoréxica”

PEREZALONSOPEREZALONSO

Editorial: Nicanor Parra, en tiempos aciagos… Editorial: Nicanor Parra, en tiempos aciagos… Editorial: Nicanor Parra, en tiempos aciagos… León Salvatierra León Salvatierra León Salvatierra P. 1

P. 12

P. 9

P. 11P. 11

P. 5

P. 18 ESTADO DE CUENTAS

Page 2: 2do número "El Mercado"

Contenido Neto …..……………………………………………..N°

(EDITORIAL) La obra Nicanor Parra,

su vigencia en estos tiempos aciagos - Por León Salvatierra….….……. 1

Tarzán - Carlos Perezalonso………….……………………………………………………. 2

Muertos Incómodos - Andrés Norman Castro …...…………………………….. 3

Génesis 1—4 - Sonia Peña ……………………………………………………………….. 4, 8

Dejo al caminar - Uriel Benito Sánchez Galo ……………………………..……… 5

Confesión de credo en formato

pequeño - David C. Robinson O. ……………………………………………………… 6-7

XLVII - Arturo Dávila………………………………………………………………………… 8.

De la lidia arenisca - Jorge Chen Sham ………………………………………….… 9

La mejor pose - Omar Elvir……………………………………………………………... 10

Adiós María - Adriano Corrales ……………………………………………………… 11

Edith Gron - Juan Bautista Páiz ……………………………………………………….. 12

Fragmento de EL MAR (INRI) - Raúl Zurita ……………….……………………… 13

Las chinelas Rolter - Erick Andrey Moncada Austerlitz …………………… 14, 16

Chinelas colgadas de una antena en símbolo de desamor y pérdida del apetito a causa del aumento de la canasta básica - Rafael Zeledón………………………….. 15

USO DE LA MONEDA EN EL MERCADO / Contáctenos….…………………… 17

ESTADO DE CUENTAS: PUBLICACIONES EL MERCADO 2011 …………...…. 18

Nota: Reproducción íntegra del texto: Para qué antipoetas

en tiempos aciagos - Heriberto Yépez….……..………………………………….. 19

AGRADECIMIENTOS…………………………………………………………………………… 20

CONSEJO EDITORIAL:

León Salvatierra

Marcia Ondina Mantilla

José Luis Pereira

DISEÑO GRÁFICO Y DE PORTADA:

José Luis Pereira

CONTRAPORTADA:

Marcia Ondina Mantilla

y

León

Salvatierra

CIUDADO DE LA EDICIÓN:

Consejo Editorial

ILUSTRACIÓN DE PORTADA:

Eugenia Tenorio.

(Fuente: FACEBOOK María Tenorio)

FOTOGRAFÍAS Y ESTILO:

A cargo del Consejo Editorial

NICARAGUA: Iglesia La Recolección 3 c., y 1/2 al este, León. Cels : 89294462

88377924 / EE.UU.: Berkeley California.

Page 3: 2do número "El Mercado"

Rápidamente después que saliera la noticia del nuevo premio Cervantes, Heriberto Yépez escribe un breve artículo titulado: Para qué antipoetas en tiempos aciagos *1+. Hace un cotejo de la obra de Nicanor Parra que rebosa de frases hechas y vacías. Cierra con una sentencia: “Despidámonos de Parra citándolo: ‘La poesía pasa – la antipoesía también”’. Aunque la liviandad crítica de Yépez no nos interesa aquí, sirve para iniciar una reflexión sobre el modo-pasarela en que, con frecuencia, se lee dentro y fuera de las academias. Ha pasado de una obsesión por lo ‘nuevo’ a una cultura obsesionada por lo que vendrá después. La cita de Parra pro-viene de la “Nota sobre la lección de la antipoesía”. Yo la entiendo de otro modo: la poesía como la antipoesía “pasa”, ocurre, se experimenta en la vida cotidiana. Esa es la lección perdurable de Parra, en cuyo campo textual, la autoridad del “yo” se disuelve en el lenguaje común de la gente. Pero ojo, no es el chistoso Chespirito como sugiere Yépez, es quizás el primer poeta de América Latina que pone en crisis, de modo radical, la autoridad del autor, anticipando los planteamientos teóricos de los franceses: ¿Qué es un autor? (Michel Foucault) y La Muerte del autor (Roland Barthes).

Recordemos: es el año 1968 ó 69 en París, podría ser también el D.F, Berkeley o Berlín. Estudiantes, profesores, grupos marginados protestan, reclaman derechos civiles y humanos, se manifiestan en contra de la guerra en Vietnam. Ellos popularizan una idea central: cuestionar la autoridad—todo tipo de autoridad. En ese despertar político resulta difícil desvincular al autor de la voz autoritaria del poder. Con la palabra compuesta “Autor-Dios”, Barthes enmarca la univocidad del autor. Esta aproximación cambia la modalidad en la lectura. La balanza, naturalmente, se inclina hacia el lector.

Poco más de cuatro décadas han pasado, y aunque en Los EEUU se eligió al primer presidente negro o “casi negro” como lo llama Eduardo Galeano, hoy se intensifica la descomposición mundial. Las maniobras económicas en los llamados países del pri-mer mundo destruyen las economías del resto. Auque Obama haya alcanzado la presidencia, mucha gente está indignada porque al fin de cuentas, Obama es sólo el rostro que representa a los grandes monopolios. Sin embargo, como nos recuerda Stéphane Hessel, la indignación es el núcleo generador del compromiso con la historia, y de la indignación debe surgir la lucha contra la dic-tadura de los mercados. El problema es que el consumismo amenaza con dictar y definir el mismo acto de la protesta. Basta anotar que la revista Time eligió al “manifestante” como la persona del año 2011.

Al reflexionar sobre la administración Obama, Ángela Davis subraya nuestra tendencia a creer en los Mesías y a depositar nuestro potencial en otros. Sobre ese mismo tema, Galeano se burla del papel “mesiánico” de los EEUU, diciendo que el único me-sianismo que le parece es el de Leonel Messi. Ahora me pregunto: hacia qué horizonte nos encaminamos el lector, espectador, ciudadano. Esto ha sido para mí la lección de la antipoesía: desacralizar el aura de los autores para leer las obras desde un enfoque estético-político de reflexión y crítica, un lugar de tensiones y particularmente un lugar de trabajo, donde se percibe cierto modo de intervenir en el mundo, una forma de sentir e imaginar la comunidad. A mí me parece que antes de despedirnos de Parra, to-davía podemos tomar algo de su obra para enfrentar estos tiempos aciagos, de indignación e incertidumbre, sin deslizarnos en el modo-pasarela del sistema, en la apatía o en el cinismo.

[1] Véase nota al final de esta edición de el mercado [p. 19] donde reproducimos el artículo ínte-

gro de Yépez, publicado en: http://impreso.milenio.com/node/9077032

1

León Salvatierra

Page 4: 2do número "El Mercado"

A la memoria de Johnny Weissmuller

Tarzán murió gritando

dentro de una alberca en Acapulco.

Gritó y nadó todo el día y toda

La noche.

Y ni un mono, ni león, ni elefante

Acudió a su triste alarido.

Al borbollón de espuma,

cloro y anhídrido carbónico,

grito burbujeante,

nadie respondió.

EL sol se puso como siempre.

Sus vecinos, los otros ricos,

Ya no lo soportaban.

Erezalonso

Ocaso en El Tránsito/ Carlos

Perezalonso-- 1 a. ed. Ma-

nagua 2009.

Publicado con permiso del

Autor.

(Nicaragua)

2

Foto

: León Salva

tierra

/Com

posición

: José Luis P

ereira

Page 5: 2do número "El Mercado"

An

dré

s

Después de muertos

todos somos pobres.

Nos enterramos en todas partes:

en un recoveco entre el lóbulo occipital y el parietal,

en las nubes que desgastan el cielo,

en los versos liberados del verso libre

o en el casquillo de una .357.

3

Norman Castro

Muertos inc modos

Pero también hay muertos distintos.

Estos se entierran en el acto,

se hilvanan fantasías redentoras

y se asume demencia incurable.

Pero ante todo esfuerzo,

seguirán siendo cuñas que detienen puertas;

muertos incómodos.

En memoria de Roque Dalton.

Fotografía: Joseph Ríos

"It is our duty to fight for freedom. It is our duty to win."

Page 6: 2do número "El Mercado"

Génesis 1- 4.

nada le faltaría (después de todo había sido uno de sus preferidos).

El traidor pasaba sus días y sus noches en soledad, pensando qué habría sido de él

si su levantamiento hubiera resultado exitoso, se paseaba por los senderos del Paraí-

so con la idea del triunfo, cabizbajo por la derrota. El Creador se compadeció del po-

bre diablo (¡ojalá nunca lo hubiese hecho!). Dijo entonces: “No es bueno que el desca-

rriado esté solo”. Y creó a la mujer, a su imagen y semejanza la creó.

Desde ese día vivieron en absoluta armonía, hasta cierta noche de insomnio en que el

ángel caído oyó roncar a la mujer de forma grosera, a punto tal que no pudo evitar

darle un codazo con tanta fuerza que le dislocó una costilla. Pero Dios hizo que ella

siguiera durmiendo, y, luego de reprender al ángel, quitó la costilla a la mujer sin que

ésta se percatara. Para no desperdiciar nada de su magnífica obra, creó de allí al hombre, y

con su aliento le infundió vida. Así, los tres convivían felices sobre la faz de la tierra, compar-

tiendo sus penas y alegrías.

En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

Luego, hubo una gran sublevación celestial y ex-

pulsó al cabecilla. A la tierra lo envió, allí

Son

ia P

a (A

rgen

tin

a)

4

(continúa en la pág. 8)

Page 7: 2do número "El Mercado"

(Nicaragua)(Nicaragua)(Nicaragua) Ur

iel

nch

ez

Dejo al caminar hoy al igual que ayer y siempreDejo al caminar hoy al igual que ayer y siempreDejo al caminar hoy al igual que ayer y siempre

las huellas de mis zapatos fabricados por unalas huellas de mis zapatos fabricados por unalas huellas de mis zapatos fabricados por una

transnacional encima del pavimento del ranchotransnacional encima del pavimento del ranchotransnacional encima del pavimento del rancho

postizo de los autos de las cosas sintéticas delpostizo de los autos de las cosas sintéticas delpostizo de los autos de las cosas sintéticas del

desarrollodesarrollodesarrollo

dejo al caminar el deseo de mis piesdejo al caminar el deseo de mis piesdejo al caminar el deseo de mis pies

de ir en la playa o en la selvade ir en la playa o en la selvade ir en la playa o en la selva

dejo huellas solo huellasdejo huellas solo huellasdejo huellas solo huellas

Solo huellas dejan mis zapatos y mis piesSolo huellas dejan mis zapatos y mis piesSolo huellas dejan mis zapatos y mis pies

donde caminodonde caminodonde camino

donde los pongodonde los pongodonde los pongo

donde quieren estar y disfrutardonde quieren estar y disfrutardonde quieren estar y disfrutar

alguna preocupación de un descalzoalguna preocupación de un descalzoalguna preocupación de un descalzo

de un simple caminante explotadode un simple caminante explotadode un simple caminante explotado

dejo huellas solo huellas dejan mis zapatosdejo huellas solo huellas dejan mis zapatosdejo huellas solo huellas dejan mis zapatos

y mis pies donde caminoy mis pies donde caminoy mis pies donde camino

Niñ@s de la calle y otros poe-

mas / Uriel Benito Sánchez Ga-

lo. - - 1a ed. Managua 2011.

Con permiso del Autor.

Dejo al Caminar

5

Page 8: 2do número "El Mercado"

CONFESIÓN DE CREDO EN FORMATO PEQUEÑO

“La existencia misma del Estado exige

que haya alguna clase privilegiada

vitalmente interesada en mantener esa

existencia”.

Mikhail Bakunin

¿Será verdad que las civilizaciones fueron construi-

das para beneficio de unos pocos? ¿Qué sólo después de al-

canzados y acrecentados los privilegios de esos pocos, los

muchos pueden esperar algo de las civilizaciones y ese algo

les va a costar sangre, sudor y lágrimas?

¿Qué hay un hilo conductor en la historia de las civili-

zaciones y que ese hilo conductor no es más que la creación

de una cultura manipuladora disfrazada de progreso? ¿Qué

esa cultura se ha ido perfeccionando a lo largo de los siglos?

¿Qué mucho del desarrollo tecnológico de las civilizaciones

nació con el objetivo de sustentar a esa cultura manipulado-

ra?

6

Page 9: 2do número "El Mercado"

¿Qué los pocos siempre están dispuestos a hacer la guerra donde mueren mu-

chos de los muchos? ¿Qué cuando no hay guerra la estrategia es mantener distraídos

a los muchos? ¿Crearles problemas innecesarios y después ofrecerles soluciones nece-

sarias, que van a ser cobradas? ¿Qué cuando no se tienen suficientes fusiles para jo-

der brutalmente, lo hacen gradualmente, sin importar los años o décadas que demore

el proceso? ¿Qué para mantener ese proceso de joder gradualmente se hacen prome-

sas ipso facto y que se demora su cumplimiento? ¿Qué se trata a los muchos como a

los idiotas? ¿Qué por considerarlos idiotas se les habla emocional y no racionalmente?

¿Qué se aplaude la ignorancia y la mediocridad? ¿Qué al que no acepte ser ignorante

y mediocre se le hace sentir culpable?

¿Será verdad que los muchos, sino son asesinados, sólo pueden esperar ser estu-

pidizados por los pocos en las civilizaciones construidas con el sudor de los muchos

para beneficio de los pocos?

Por David C. Robinson O. (Panamá)

7 Foto: León Salvatierra

Page 10: 2do número "El Mercado"

Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del Reino, dijo entonces a Luzbel: ¿Te has dado cuenta que

la mujer presta mayor atención y cuidado al hombre? ¿Vas a permitir que se burlen de ti? ¿Dónde está tu dignidad?

Estas últimas palabras obraron con rapidez en la mente del desterrado, encendiendo su ira. Pero luego de recupe-

rar la calma se encaminó al encuentro con el hombre, a quien dijo con voz tierna: “salgamos al campo a dar un pa-

seo”. Y aconteció que estando en el campo se levantó contra el hombre y lo mató. Y Dios (que suele distraerse en

otras creaciones) no se percató de ello hasta muchos días después, cuando le preguntó a Luzbel “¿Dónde está el

hombre?” Y éste contestó: “No sé, ¿soy yo acaso su guardián? ¿No es esa tu tarea? ¿Para qué lo creaste si no te ocu-

pas de él?” Dios se sintió culpable y no quiso seguir con el interrogatorio, es más, dio por desaparecido al hombre, a

quien olvidó (ocupado en nuevas creaciones). Con el tiempo también olvidó la traición de Luzbel y otorgó a la pa-

reja la capacidad de concebir y reproducirse por los siglos de los siglos...

XLVIIXLVII Caco vio el auto nuevo de Patricio.

Patricio nunca vio su auto de nuevo.

(México, EE.UU.)

Arturo Arturo

DávilaDávila

8 (viene de la pág. 4)

Foto: José Luis Pereira

Page 11: 2do número "El Mercado"

El matador conquista con sus movimientos soberbios;

Su cuerpo suda ante la víctima obediente,

De atávico estrabismo sensual a los instintivos gozos

El matador hiere con su portentosa daga;

Su cuerpo se inmola para que la víctima cumpla

Su papel sangriento de deseado amor, expectante a sus embates.

El matador se lanza una y otra vez al ataque;

Su cuerpo se gratifica de sudor y de vista altiva,

Cuando la víctima no claudica a sus delirios.

El matador cumple su faena en vítores quejumbrosos

Su cuerpo no obedece más a su pasión primera

Pues la víctima se lamenta, en tumefacta unión, transida.

……………………………………………………………………………………….

Víctima y matador se complacen en la arena mullida.

Son la luna y el mar los testigos,

Cuando no las estrellas...

(Costa Rica)

Nocturnos de mar inaca-

bado/ Jorge Chen Sham.

San José Costa Rica.

2011.

Con permiso del Autor.

9

Page 12: 2do número "El Mercado"

Omar

La mejor pos

Un hombre de mediana edad, sin camisa, algo tenso, sentado frente a una máquina

de escribir, usando lentes de marco negro y grueso. Indiferente ante la cámara, ab-

sorto más bien en lo que escribe o transcribe; incluso parece no darse cuenta de que

le toman una foto. Es como si al margen del contenido del papel, del trabajo que rea-

liza frente al aparato, no existiera nada más.

Esta imagen es la primera que se me viene a la mente cuando nombran al autor ni-

caragüense protagonista de la misma y pienso en el contraste con los retratos de los

escritores que aparecen en las solapas y contraportadas de los libros donde se les

ve por lo general sonriendo, orgullosos, seguros de sí mismos, tal vez rodeados de

libros en su casa o leyendo; disertando en alguna conferencia o fumando en actitud

despreocupada.

Pienso en la foto también cuando leo una entrevista o artícu-

lo en el que se habla sobre la escritura y el acto de escribir.

Para mí, ahí se condensa el significado de escribir: un hom-

bre sin camisa, solitario, un ser humano tan frágil o despre-

ciable como cualquiera, concentrado en la máquina y en los

papeles, atareado, buscando un medio de expresarse, sin

pensar en premios, ni viajes, ni en cómo será recordado.

Tal vez esta foto sea un fraude más y tanto nuestro autor co-

mo el fotógrafo pactaron de antemano sacarla de esta forma

y no de otra. Al menos, para mí, no fueron tan obvios.

(Nicaragua)

(Nicaragua)

(Nicaragua)

10

Page 13: 2do número "El Mercado"

Te recuerdo a mis 15 años calentado

Por tu insolente desnudez y el vigor del cabrón Marlon

Que te sodomizaba con mantequilla

Recuerdo tus lágrimas que fueron reales

Fuera del script y del director

Recuerdo muy bien la furia

El encabronamiento con Brando

Es decir los celos

Te recuerdo María Schneider

Ahora que te fuiste de manera discreta

Luego de un largo descenso

Por eso continuás teniendo los veinte años descocados

Que exhibías y que fueron el puerto de salvación

Y al mismo tiempo la condena de Paul

El boxeador exguerrillero exmarido exrebelde y extrabajador

Una pérdida enorme

Dicen las escasas noticias

Para quienes todavía creen en el nudo erótico

Porque allí pueden estar las señales

De una evasiva o extraviada redención

AdrianoAdriano (Costa Rica)

Del Libro Inédito:

“San Lucas y otros poemas”

11 Foto: Marcia Ondina Mantilla y León Salvatierra

Page 14: 2do número "El Mercado"

Nadie da un ápice por sus primeros trabajos,

emergen de su intelecto a fuerza de cincel y mazo.

A la piedra de mármol le da forma novedosa, ex-

presión en la boca, los ojos, las facciones del ros-

tro, sus esculturas casi hablan. La belleza se asemeja a los dioses. El tacto especial de

ésta artista de la sílice, esculpe con síntesis y formas simples. Tendencia al realismo

en sus realizaciones. Priva en ella una manifestación hacia la abstracción modera-

da, sus creaciones casi son reales: las venas, los tendones, el estado anímico del

modelo. Logra establecer en sus obras el equilibrio y la armonía en toda su magni-

ficencia. La mujer artista elabora movimientos alucinantes en cada bronce: de pie, sen-

tada, reclinada, en actitud desafiante, con los puños crispados o, en total pasividad. A veces

se olvida que son seres inanimados: conversa con ellos, les pregunta, crítica, espera res-

puestas. Se da cuenta que son piedras, no importa si son de mármol, bronce o, si

la escultura es de madera, lo que le interesa es que son obras convertidas en

maravillosos productos de la imaginación de la gran escultora. Una noche

seca y calurosa de abril en su estudio no podía darle el acabado que

deseaba, entonces enfadada lanzó el cincel y el mazo. Pareció escuchar

que la escultura le susurró: “No te empeñés en darme un acabado per-

fecto, yo tengo mis defectos físicos, me has labrado mejor de lo que

soy”. Sorprendida piensa “Será mi terquedad, el silencio o, su espíritu

el que habla y se siente ligado a mí por un lazo condenable. Él merece

más que este rústico monigote de piedra caliza”. La escultora percibe una admi-

ración por su obra y se lo manifiesta esculpiéndolo. “A lo mejor él lo sabe, por eso me

hace sufrir y no logro darle el retoque final a este joven pálido, no le puedo dar vida, pero sí

esculpirlo sin sangre, construido de una roca”.

La aprendiz cierra el gran libro y piensa: “Cuando grande seré como esta labradora de la

piedra y la primera escultura que haga la nombraré Edith Gron”.

12

(Nicaragua)

Ilust

raci

ón

. Jo

sé L

uis

Per

eira

Page 15: 2do número "El Mercado"

Cruces hechas de peces hechas para los Cristo. EL arco del

cielo de Chile cae sobre las tumbas ensangrentadas

de Cristo para los peces. He allí tu madre. He allí

tu hijo. Sombras caen sobre el mar. Extrañas

carnadas de hombres caen sobre las cruces de peces

en el mar. Viviana quiere acurrucar peces, quiere

oír ese día claro, ese amor trunco, ese cielo fijo.

Viviana es ahora Chile. Acurruca peces bajo el

hosanna del cielo.

Caen sorprendentes Cristo en poses extrañas sobre

las cruces del mar. Sorprendentes carnadas llueven

del cielo: llueve un último rezo, una última pasión,

un último día bajo las hosannas del cielo. Infinitos

cielos caen en raras poses sobre el mar.

Infinitos cielos caen, infinitos cielos de piernas

rotas, de brazos contra el cuello, de cabezas torcidas

contra las espaldas. Lloran para abajo cielos

cayendo en poses rotas, en nubes de espaldas y

cielos rotos. Caen, cantan.

He allí tu madre. He allí tu hijo.

13 Foto: León Salvatierra

(Chile)

Fuente: INRI / Raúl Zurita.

Fono Económico de Cultura

EFE. 2003. Fragmento de la

sección titulada El mar.

Nota: Publicado con permiso

del autor.

El marEl marEl mar

Page 16: 2do número "El Mercado"

Una de esas tantas mañanas

iba yo al mercado, con la inten-

ción de reponer mi viejo par de chinelas

Rolter que tanta comodidad le han brinda-

do a mis pies, desde que soy un niño. Era

satisfactorio imaginar que después de una larga faena co-

mo estudiante de colegio, llegar a mi casa con tremendo

cansancio, quitarme los zapatos, los calcetines; y ponerle

a mis pies ese par de chancletas de tosca imagen pero de

divina sensación. Tan así que al rozar el suave hule que

las formaba, con las plantas de mis pies, era un delicioso momento que a pesar de los años se

mantiene intacto y pragmático.

Poco a poco el tiempo fue pasando y me era inusual usar un par de chinelas que no fueran de

aquella marca “Rolter”; tradicionalmente histórica en el ser nicaragüense, evolucionando el hemis-

ferio del pobre, porque muchos llegaron incluso a remplazar calzados por estas, que eran baratas,

duraderas y cómodas para el trabajo; pensando a veces que el ingenioso creador allá por los años

56 las hizo con la intensión de fomentar la capacidad autónoma de nuestra pequeña nación a las

grandes empresas de zapatos que sin piedad sangraban a los habitantes de Nicaragua en épocas

del gran dictador, pero ese no fue el punto, la marca Rolter trascendió en todos los estatus socia-

les de los ciudadanos, eran médicos, maestros, personajes del gobiernos, empresarios quienes

adoptaron para sus pies estas emblemáticas chinelas.

Con el pasar de los años, las chinelas Rolter se convirtieron en un ícono nacional, niños, mujeres,

hombres de todas las edades adquirían sus chinelas en los mercados de todo el país. Se emitían

anuncios y comerciales en casi todos los medios de comunicación y prensa, hasta grupos musica-

les en escenario cantaban y bailaban llevando en sus pies las famosísimas chinelas Rolter, como

emblema cultural de la personalidad del nicaragüense.

Era común recuerdo, en los centros comerciales, en los supermercados, incluso en muchos res-

taurantes, personas que portaban en sus pies chinelas Rolter, sin acomplejarse en lo absoluto, a

decir verdad, debo confesar que en muchas ocasiones lucí mi chinelas en lugares elegantes sin

sentir la mínima vergüenza, mostrando grotescamente mis dedos, porque al final de cuentas

todos se salían de la chancleta… más si eran usadas por individuos de dedos largos y

encorvados.

(Nicaragua)

14

(continúa en la pág. 16)

Page 17: 2do número "El Mercado"

15

Chinelas Chinelas colgadascolgadas de de una antena una antena en símbolo en símbolo de desamor de desamor y pérdida y pérdida del apetito a del apetito a causa del causa del aumento de aumento de la canasta la canasta básicabásica

A como se terminaron los frijoles que cociné anoche,

así se terminó la atracción que sentías hacia mí,

ni media libra de azúcar para endulzar tu ausencia,

me quedo derramando lágrimas en una sartén

para freír mis culpas, tus culpas, las culpas

eso, aquello, lo otro

lo que se queda conmigo,

un par de chinelas colgadas en la antena

para captar mejor la señal en el televisor,

¿por qué?

Porque me adueñé de la desgracia en una sola compra,

te alejas y se aleja el precio de la canasta básica.

Y me quedo aquí, muerto de hambre y desamor,

perfecto para una revista anoréxica.

(Nicaragua)

Page 18: 2do número "El Mercado"

Al acercarme al puesto de doña Lupe, una mujer de épocas retóricas quien

llevaba años vendiendo estas chinelas a cientos de personas que transita-

ban el mercado, incluyéndome; me dijo con un rostro de decepción. Que

los agentes vendedores de la compañía le habían contado, que el dueño

de las chinelas Rolter había fallecido hace un tiempo a los casi 90

años de edad; el negocio y la empresa había quedado a nombre y en

manos de sus hijos, quienes malversaron la fortuna construidas por

años, siendo inevitable la decisión de aumentar considerablemente

el precio de la chinelas Rolter, a tal punto que ya no era una chinela

para todo mundo. “Aunque usted no lo crea”, y por si fuera poco, do-

ña Lupe aun mas resignada me mostró el nuevo prototipo de estas, con

un material de baja categoría lo que ponía en riesgo su creíble durabili-

dad. En palabras breves: de material comercial y barato.

.Yo creo que van a quebrar, me dijo doña Lupita un poco triste por-

que ella era una de las tantas vendedoras que usaban en sus

pies éstas chinelas.

Me despedí de ella, siempre con cordialidad y

cariño, esa vez me había ido con las manos

vacías, al llegar a mi casa lo primero que

hice fue quitarme los zapatos, los calceti-

nes y sacar entre la basura mis viejas

chinelas Rolter que aún conservaban su

color anaranjado desteñido. Las lavé

con detergente y quedaron algo lim-

pias, procedí a ponérmelas, siempre

surtiendo el mismo efecto de comodi-

dad en mis pies, medité en silencio y

encendí la televisión mientras me

agitaba en la mecedora.

Qué risible esta muerte que

no respeta siquiera, el lega-

do y la idea del alguien, me-

nos la cultura de un país…

no es tradicionalista.

16

(viene de la pág. 14)

Foto

: José Lu

is Pereira

Page 19: 2do número "El Mercado"

17

La moneda que corre

en el mercado tiene

valor facial simbólico

y su propósito es

llevar un registro de

las publicaciones de

cada colaborador.

El valor incrementará a razón de colaboraciones publicadas

en próximas ediciones.

¡No desespere; nunca

es tarde para abrir su

cuenta en el mercado!

[email protected]

Contáctenos a:

Edición:

Año: 1

N° 1

Junio - Agosto 2011.

Acu

arel

a. J

osé

Lu

is P

erei

ra

[email protected]

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En Altazor, Huidobro presumió ser “antipoeta y mago”. No era cierto: era demasia-do mago para ser antipoeta. Antipoeta y mago fue Neruda. Y Parra sólo lo primero. Y con eso digo todo. Recién salió el segundo tomo de sus Obras completas & algo †, y ganó el Premio Cervantes. Sin candor o parracidio, urge sopesar a Nicanor Pa-rra.

Neruda demostró que el idioma es tan amplio que se puede ser varios tipos de poeta. El poeta muda de piel cada ciertos libros. Y no hablaré de Pessoa, porque Parra, entonces, padece tunda.

Parra explotó su nicho. Buen escritor; no gran poeta. Y como antipoeta fue siempre idéntico a sí mismo. Lo más cercano a renovarse fue su poesía visual. En Parra, se nota el common sense de Chicago y el influjo (confeso) de Chespirito. Fue un demócrata del verso, lo redujo a la gracia más asequible y tanda de prédica chistosa. Quizá sea ingrato decirlo de un escritor tan disfrutable, pero hoy me sería imposible ponerlo a la misma altura que Neruda.

Parra fue indispensable para desintoxicar la poesía chilena de tantas imágenes de vuelo alto. Y eso nos ocurrió a todos los que nos iniciamos en los libros de Neruda. Después de tanta alucinación, Parra y su vaso de agua fueron frescos. Pero el agua cansa y nada pesa tanto como la transparencia. En las sucesiones literarias, suele ocurrir una ley del me-nor esfuerzo (desproporcionado).

Un rasgo saliente (y novedoso) de un autor es retomado (y exagerado) por sus epígonos, y restándole todo otro ele-mento más complejo que le acompañó en la fórmula origi-nal. Así, de un autor que acomete vistosa ruptura se toma sólo su factor más llamativo, popular o emulable. De la fórmula de Parra —coloquio paradójico más anticlímax humorístico—, sus seguidores sólo se quedaron con el chanfle. La poesía latinoamericana —por Parra— se relajó. De no ser por los neobarrocos post-Lezama —que tampo-co fueron filósofos o magos— la poesía de este idioma se hubiera desplomado, y la diferencia entre verso y prosa diluido por completo.

La aportación de Parra fue alcanzar, por vez primera en nuestro idioma, una poesía sin aura. Esa bofetada en pleno onirismo huidobreano-nerudiano fue oxígeno. Y lue-go simpaticón verso oxigenado. La irreverencia de la anti-poesía, pocas décadas después, deparó género para agra-dar y sacar aplausos. Por eso muchas de sus obras son dis-cursos, que buscan llana elocuencia y risa entre referen-cias. Los textos de Parra se disfrutan fácilmente. Y su con-dición de persona entrañable ha familiarizado la figura del poeta. Parra es el abuelo bonachón de la vanguardia. Pero, en el corte de caja, parte del legado parreano es que la barra para que algo sea considerado “poesía” quedó más abajo.

Despidámonos de Parra citándolo: “La poesía pasa – la antipoesía también”.

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(Ver EDITORIAL de este número de EL MERCADO en pág. N-° 1)

NOTA:

Para qué antipoetas en tiempos aciagos

Heriberto Yépez

hyepez.blogspot.com

http://impreso.milenio.com/node/9077032

10 de Diciembre 2011

Acu

arela. José Lu

is Pereira

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La expresión cultural y crítica de este número de ,

no sería posible sin la participación económica de los siguien-

tes contribuyentes, a quienes dedicamos esta edición:

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Cristiano Picado………………………………. Nicaragua

Dena Marie………………………………...…… EE.UU.

Gustavo Buenrostro……………………….… México

Javier O. Huerta…………………………….… México—EE.UU.

Jorge Díaz……………………………………….. Puerto Rico

José Luis Pereira…………………………….... Nicaragua

Joseph Mudikuneil…………………………... India

Karla Salvatierra……………………………... Nicaragua - EE.UU.

León Salvatierra……………………………... Nicaragua - EE.UU.

Marcia Ondina Mantilla………………….. Nicaragua

Marry Lee……………………………………….. EE.UU.

Miguel Pillado………………………………... México - EE.UU.

Priscilla Picado………………………………... Nicaragua

Ricardo Amador……………………………… Puerto Rico

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