1. Introducción

La basura era un gran problema de las ciudades americanas a principios del siglo veinte. Pocas ciudades contaban con un buen servicio de recogida de basura, así que la basura simplemente se amontonaba. Un historiador describió el problema de la basura en un barrio pobre de Chicago llamado el 19th Ward (Sector 19):En algunos de sus callejones las pilas de basura en putrefacción alcanzaban la altura de un piso o más; sus podridas calles de madera estaban atascadas de estiércol, basura en descomposición y cuerpos hinchados de perros y caballos; y las banquetas de tablas estaban bordeadas de cajones descubiertos rebosantes de basura debido al servicio de recogida irregular de personas autorizadas por la ciudad para buscar comida hurgando entre los desperdicios.

—Donald Miller, City of the Century (Ciudad del siglo), 1996

Jane Addams, una trabajadora social y cofundadora de Hull House, la primera casa de acogida de la ciudad, era residente del 19th Ward. Addams sabía que se reproducían ratas en la basura y que los niños jugaban en ella. Escribió que los montones de basura “eran los primeros objetos que aprendían a subir los niños que empezaban a caminar”. Le preocupaba que estas condiciones facilitaran la propagación de las enfermedades en los barrios pobres de Chicago.Addams decidió actuar al respecto. No dejaba de fastidiar a los líderes de Chicago con el problema de la basura. Al no recibir respuesta, solicitó el puesto de recolectora de basura de su distrito. En cambio, fue nombrada inspectora de basura. Con ese cargo, Addams se aseguró de que los colectores de basura hicieran bien su trabajo.Addams era una entre muchos reformadores sociales y políticos de principios de los 1900. Estos reformadores se referían a sí mismos como progresistas porque estaban entregados a la causa de mejorar las condiciones de la vida americana. El limpiar las calles de la ciudad era sólo una de las reformas que apoyaban los progresistas.En este capítulo, aprenderás quiénes eran los progresistas y en qué creían. Leerás acerca de sus esfuerzos por mejorar la vida urbana, eliminar la corrupción gubernamental y extender la democracia americana.

2. Los Orígenes del progresismo

Para 1900, la industrialización, la urbanización y la inmigración contribuían a grandes cambios en la vida americana. Estos cambios traían nuevas oportunidades pero también creaban nuevos problemas, sobre todo en las ciudades. Los progresistas actuaron en respuesta a estos problemas.Deseaban mejorar la sociedad al promover el bienestar social, proteger el medio ambiente y hacer el gobierno más eficiente y democrático. Los progresistas tenían mucha fe en el futuro y una fuerte creencia en los ideales fundamentales de la nación. Deseaban poner en práctica estos ideales. El presidente Woodrow Wilson describió estos objetivos en un discurso de 1913:Nos ha refrescado una nueva comprensión de nuestra propia vida… Hemos resuelto conciliar de nuevo todos los procesos de nuestra vida nacional con los estándares que con tanto orgullo establecimos al principio y siempre hemos llevado en el corazón. Nuestro trabajo es un trabajo de restauración.—Woodrow Wilson, discurso inaugural de 1913

Los Progresistas ven problemas y buscan soluciones Los progresistas se preocupaban por los crecientes problemas que veían en la sociedad y estaban decididos a resolverlos. Hasta entonces, la responsabilidad de tratar las cuestiones de este tipo no correspondía al gobierno. Adoptando un nuevo enfoque, los progresistas se convirtieron en activistas dispuestos a hacer uso de la acción política para lograr reformas. Querían que el gobierno solucionara los problemas de la sociedad.La mayoría de los progresistas eran individuos urbanos de clase media con estudios universitarios. La gran mayoría de ellos eran blancos, y muchos eran mujeres.Los progresistas incluían personas con diversas ideas con respecto a qué reformar, cómo reformarlo y

hasta dónde debían llegar las reformas. Representaban muchos movimientos reformistas más pequeños en lugar de unirse en un solo movimiento. Pero todos compartían la entrega al progreso y la convicción de que podían mejorar la sociedad.

Las Raíces políticas y religiosas del progresismo Los progresistas se inspiraban en dos movimientos reformistas de finales de los 1800. Uno de éstos era el movimiento político que se conoce como populismo. El otro era el movimiento religioso llamado el Evangelio Social.El progresismo y el populismo tenían mucho en común, aunque sus orígenes sociales eran diferentes. El populismo era ante todo un movimiento rural, mientras que el progresismo tenía sus orígenes principalmente en la clase media urbana. A pesar de esta diferencia, los progresistas abrazaban muchos objetivos populistas. Querían mejorar las condiciones de los agricultores y obreros industriales. Deseaban poner freno al poder del gran capital y hacer el gobierno más accesible a los ciudadanos comunes. Además, buscaban extender la oportunidad económica y hacer más democrática la sociedad americana.Muchos progresistas también se inspiraban en los ideales religiosos del movimiento Evangelio Social. Este movimiento se basaba en la idea de que la reforma social y el cristianismo iban de la mano. Los seguidores del Evangelio Social aplicaban enseñanzas cristianas a problemas sociales y económicos. Por ejemplo, opinaban que la búsqueda sistemática de la riqueza había llevado a algunos americanos por la senda moral equivocada. Walter Rauschenbusch, un pastor del movimiento Evangelio Social, describió así el problema:Si un hombre sacrifica su dignidad humana y amor propio para aumentar sus ingresos… está… negando a Dios. Asimismo, si consume y hiere la vida de sus semejantes para ganar dinero para sí, … niega a Dios. Pero nuestra orden industrial… convierte a la propiedad en el fin, y al hombre en el medio para producirlo.—Walter Rauschenbusch, Christianity and the Social Crisis (El Cristianismo y la crisis social), 1907

Los seguidores del Evangelio Social opinaban que la sociedad debe hacerse cargo de los que tienen menos que los demás. Muchos progresistas abrazaban este ideal y en sus esfuerzos de reforma hacían especial hincapié en la moralidad cristiana.

El Desafío progresista al darwinismo social Los progresistas se oponían firmemente al darwinismo social, una teoría social basada libremente en la teoría de la selección natural de Charles Darwin. Darwin había escrito que en la naturaleza sólo sobreviven los más aptos. Los darwinistas sociales creían que en la sociedad humana los individuos—y las corporaciones—más aptos prosperarían, mientras que los otros se quedarían atrás. Afirmaban que la concentración de riqueza y poder en manos de los empresarios y monopolios reflejaba el orden natural.Al rechazar el darwinismo social, los progresistas argumentaban que el dominio de los ricos y poderosos era una distorsión de la democracia. Declaraban que la mayoría de los americanos se veían perjudicados cuando los monopolios controlaban la economía y corrompían la política. Los progresistas creían que el gobierno debería desempeñar un papel activo en la defensa de los derechos económicos de los ciudadanos comunes contra el poder del gran capital. Además, deseaban promocionar reformas sociales para limpiar las ciudades y ayudar a los necesitados.Aunque los progresistas criticaban el gran capital, en su mayoría no eran radicales. A diferencia de muchos socialistas, creían en la iniciativa privada. Opinaban que el gobierno debería equilibrar los intereses de los empresarios y los trabajadores, promoviendo el orden y la eficiencia al mismo tiempo. Favorecían a los necesitados, pero también opinaban que se debería destinar ayuda a los que estaban dispuestos a ayudarse a sí mismos. Aunque algunos reformadores radicales colaboraban con los progresistas, por lo general los progresistas reivindicaban objetivos políticos moderados.

3. Los Progresistas luchan por reformas

En 1904 el trabajador social Robert Hunter escribió un libro sobre la pobreza que atrapaba a muchos citadinos. Describió así la situación de los trabajadores urbanos: “En su mayoría viven miserablemente sin comprender por qué es así. Trabajan duro, pero no se adelantan nada. Saben lo que significan el hambre y el terror a la miseria”. Junto a otros progresistas, Hunter se esforzaba por mejorar las condiciones de los pobres.Mejorar las condiciones de vida en las ciudades Las condiciones de vida de los pobres urbanos eran terribles durante los primeros años de los 1900. Muchos residentes urbanos estaban hacinados en casas de vecinos y vivían en condiciones antihigiénicas. Con frecuencia las calles estaban llenas de basura, como Jane Addams sabía muy bien.Los progresistas aceptaron el reto de hacer las ciudades más limpias y habitables. Bajo presión por parte de progresistas, el estado de Nueva York aprobó la Ley de Casas de Vecinos (Tenement House Act) en 1901. Esta ley exigía que las nuevas casas de vecinos contaran con un patio central y un baño en cada apartamento.Los progresistas como Addams también deseaban que el gobierno se responsabilizara de la recolección de la basura. En Nueva York, el Servicio de Limpieza de las calles se hizo cargo de la recolección de la basura. Sus colectores se conocían como los White Wings (Alas Blancas) por sus uniformes blancos y limpios. El muckraker Jacob Riis escribió que, gracias a los White Wings, “Las calles, antes sucias, se barrieron. Desaparecieron los botes de la basura que

ensuciaban las banquetas”. Riis declaró que al remediar las condiciones antihigiénicas, los White Wings “salvaron más vidas en las atestadas casas de vecinos que un escuadrón de médicos”.Luchar por mantener a los niños alejados de las fábricas y en la escuela Los progresistas también trataban el problema del trabajo infantil. Ya que muchos niños trabajaban en fábricas y sweatshops para ayudar a mantener a sus familias, no podían asistir a la escuela. En 1890 sólo el cuatro por ciento de los adolescentes americanos iban a la escuela.Los progresistas presionaban para la aprobación de leyes que limitaran o prohibieran el trabajo infantil. Florence Kelley, una colega de Addams en Hull House, convenció a la legislatura de Illinois para que prohibiera el trabajo infantil en 1893. En 1904 ayudó a fundar la Comité Nacional de Trabajo Infantil (National Child Labor Committee). Addams sirvió también como miembro del consejo directivo de esta organización. Para 1912, el comité había logrado que 39 estados aprobaran leyes sobre el trabajo infantil. Estas leyes prohibían que trabajaran niños menores de 14 años. Algunas de estas leyes también limitaban las horas de trabajo de los niños mayores de esta edad.El descenso del trabajo infantil significaba que más niños podían educarse, así creando una demanda de más escuelas. En 1870, había sólo 500 escuelas secundarias (preparatorias) en toda la nación. Para 1910, ese número había aumentado a 10,000. Para 1930, casi la mitad de los jóvenes en edad de segunda enseñanza (preparatoria) iban a la escuela.Los progresistas no sólo querían que los niños se educaran, sino que también se “americanizaran”. Eran partidarios de presionar a los estudiantes inmigrantes a renunciar a sus tradiciones culturales y asimilarse a la sociedad americana.Los progresistas también protestaban el trato de los niños por parte del sistema de justicia penal. En muchos lugares la ley exigía que se condenara a los delincuentes menores a un reformatorio, pero los niños acusados no siempre recibían un juicio. Aun cuando no se condenaba a los niños, se los podría enviar a un correccional para su rehabilitación. Además, con frecuencia se trataba a los niños indigentes que vivían en la calle como menores que habían cometido un delito.Varios progresistas intentaban identificar y tratar las causas de la delincuencia de menores. Uno de estos reformadores era el juez Ben Lindsey de Denver, Colorado.Al igual que muchos progresistas, Lindsey creía que los delincuentes menores eran fundamentalmente buenos, pero se descarriaban por culpa de su entorno.Argumentaba que la delincuencia desaparecería si se mejorara su entorno. Lindsey opinaba también que la promoción de buenas relaciones entre jóvenes revoltosos y jueces imparciales ayudaría a los jóvenes delincuentes.Lindsey y otros progresistas abogaban por la creación de un sistema de tribunales separado para los jóvenes. En 1905 sólo alrededor de 10 estados contaban con tribunales de menores. Para 1915, todos los estados salvo dos contaban con ellos.

Mejorar las condiciones en el lugar de trabajo Los progresistas tuvieron un éxito relativo en ayudar a los trabajadores adultos. Una ley aprobada en Nueva York para limitar las horas de trabajo semanales de los panaderos fue revocada por la Corte Suprema en 1905. En Lochner contra Nueva York, la Corte falló que las leyes de este tipo afectaban las libertades protegidas por la Enmienda Catorce. El juez Rufus Peckam escribió que “El derecho a comprar o vender trabajo es una parte de la libertad protegida por esta enmienda a menos que existan circunstancias que excluyan el derecho”.Los esfuerzos por proteger a las mujeres tuvieron más éxito, quizás porque la mayoría de los hombres creían que el “sexo débil” necesitaba protección especial. En 1908 la Corte Suprema falló en Muller contra Oregon que los estados podían limitar las horas de trabajo de las mujeres. La corte falló que “Como las madres saludables son esenciales para los hijos vigorosos, el bienestar de la mujer es un objeto de interés público… [y] no está en conflicto con las cláusulas de debido proceso o igualdad de protección de la Enmienda Catorce”.Los reformadores también presionaron para que se aprobara legislación que proporcionara prestaciones a los trabajadores heridos en el trabajo. Para 1916, casi dos tercios de los estados contaban con leyes de prestación por desempleo. De acuerdo a estas leyes, los trabajadores heridos en el trabajo seguían cobrando una parte de su salario, incluso cuando no podían trabajar por sus heridas.

4. Los Progresistas presionan por reformas políticasEl periodista Lincoln Steffens estaba entre los muckrakers que sacaban a la luz la corrupción al principio del siglo. Como muchos progresistas, hizo más que simplemente poner las cosas al descubierto y criticarlas. Propuso una solución. Dijo que los ciudadanos podían mejorar el gobierno municipal exigiéndoles a los políticos locales que cumplieran. Escribió: “Si nuestros líderes políticos han de ser siempre una turba de comerciantes políticos, satisfarán cualquier demanda que podamos crear. Lo único que tenemos que hacer es establecer una demanda continua de buen gobierno”.

Luchar por un gobierno local honesto y eficiente A principios del siglo veinte, muchos gobiernos locales estaban en manos de máquinas políticas corrompidas. El soborno era común. Las empresas pagaban a los políticos por votar por leyes que favorecían sus intereses, y con frecuencia las personas que querían ejercer cargos de servicio público estaban obligados a comprarlos. Por ejemplo, obtener un puesto de maestro en Filadelfia costaba caro. Los nuevos maestros tenían que pagarle a la máquina política 120 de los primeros 141 dólares que ganaban.Con el objetivo de mejorar la democracia, los progresistas le apuntaban a la corrupción en los gobiernos municipales. Una estrategia era elegir a alcaldes progresistas que apoyaran la reforma. En Toledo, Ohio, el alcalde Samuel M. Jones reformó el cuerpo de policía, estableció un salario mínimo para los trabajadores municipales y mejoró

los servicios municipales. En Cleveland, Ohio, el alcalde Tom Johnson redujo las tarifas de los tranvías, estableció baños públicos y aumentó el número de parques y patios de recreo.Los progresistas también deseaban reformar la estructura de los gobiernos locales. A principios de los 1900, una ciudad típica estaba controlada por un alcalde elegido, y concejales municipaleselegidos representaban cada una de las subdivisiones (wards), o distritos, de la ciudad. El sistema facilitaba el control de los gobiernos locales por parte de las máquinas políticas.Un huracán devastador ocurrido en Galveston, Texas, en 1900 creó el marco para un tipo de reforma. Al verse incapaz de resolver los problemas de la reconstrucción, el gobierno de Galveston entregó el control a una comisión municipal de cinco personas nombradas por el gobernador. Cada comisionado era un experto en un campo dado, como las finanzas o la seguridad pública. Estos cargos se convirtieron después en cargos de elección popular. El trabajo de la comisión municipal de Galveston tuvo tanto éxito que, para 1913, más de 350 ciudades americanas habían adoptado una forma de gobierno a base de comisiones municipales.Otras ciudades establecieron formas de gobierno a base de administradores municipales en las que un consejo municipal elegido contrataba a un administrador municipal profesional. Se seleccionaba a este funcionario en base de sus habilidades y experiencia en lugar de su lealtad a un partido. Algunos progresistas opinaban que este sistema limitaba el poder de las máquinas políticas y hacía más competentes a los gobiernos municipales. Sin embargo, otros se preocupaban de que la eficiencia se lograra a expensas de la democracia porque los votantes no elegían al administrador municipal.

Reformar el gobierno estatal Los progresistas también combatían la corrupción a nivel estatal. En muchos estados el gran capital controlaba el gobierno, dejando a los ciudadanos comunes con poca influencia. Para devolver el poder al pueblo, los progresistas abogaban por diversas reformas electorales.Una de estas reformas era el voto secreto. A principios de los 1900, cada partido solía imprimir boletas electorales de su propio color, lo que significaba que las elecciones de los votantes eran evidentes para todos. Con el voto secreto, los ciudadanos votaban en una casilla de votación y usaban una boleta oficial. Con el tiempo, el voto secreto llegó a practicarse en la mayoría de las elecciones.Otra reforma era las elecciones primarias directas en las que los votantes celebraban elecciones para seleccionar candidatos de cada partido para presentarse a cargos públicos en elecciones generales. Las elecciones primarias directas reemplazaron un sistema en el que los líderes de los partidos seleccionaban a los candidatos.Una tercera reforma era la destitución, el proceso mediante el que los votantes pueden cesar del cargo a un funcionario elegido antes del final de su mandato. Para que una destitución se someta a votación, una cantidad suficiente de votantes tienen que firmar una petición para exigir elecciones especiales.Una cuarta reforma era la iniciativa directa. Ésta es una reforma de la legislación que les permite a los ciudadanos proponer y aprobar una ley directamente sin la participación de la legislatura estatal. Primero una cantidad suficiente de votantes tienen que firmar una petición para someter la propuesta a votación. Después se hace ley si los votantes la aprueban el día de las elecciones. Esta reforma era más común en los estados del oeste, donde muchos progresistas habían heredado la desconfianza de las legislaturas estatales típica de los populistas.

Otra reforma legislativa popular en los estados del oeste era el referéndum. En este proceso, una ley aprobada por una legislatura estatal se somete a votación para la aprobación o el rechazo de los votantes. El referéndum es parecido a la iniciativa, pero su uso es menos común.

Además de presionar por reformas electorales, los progresistas elegían a gobernadores reformistas.Un progresista famoso era Robert La Follette, gobernador de Wisconsin entre 1900 y 1906. Bajo su orientación, el estado aprobó leyes para limitar el cabildeo, conservar los bosques y otros recursos naturales y apoyar a los trabajadores.La Follette, conocido como “Bob el Batallador” (“Battling Bob”), adoptó una postura firme contra los ferrocarriles, que controlaban la distribución de muchos productos, incluyendo la carne y el grano. Al cobrarles a los clientes favorecidos tarifas más bajas por el transporte de mercancías, los ferrocarriles dificultaban la competencia por parte de otras empresas. Debido a la reducción de la competencia, los consumidores pagaban más por muchos productos. La Follette respondió formando una comisión para regular las tarifas ferroviarias. También consiguió que la legislatura aumentara los impuestos sobre los ferrocarriles.El gobernador Hiram Johnson de California también promovía reformas progresistas. Como La Follette, deseaba limitar el poder de los ferrocarriles. Su consigna electoral era “Echemos de la política a la Ferroviaria del Pacífico y del Sur”. Johnson también regulaba las empresas de servicio público, limitaba el trabajo infantil y firmó una ley que estableció una jornada laboral de ocho horas para las mujeres.

5. Los Progresistas se enfrentan a la desigualdad socialAunque los progresistas encaraban cuestiones de pobreza, derechos de trabajadores y corrupción gubernamental, muchos no trataron la desigualdad a que se enfrentaban las mujeres y los africanoamericanos. Sin embargo, el activismo progresista indujo a muchas mujeres y africanoamericanos a luchar por sus derechos.

Las Mujeres luchan por el derecho al voto Muchas mujeres progresistas se veían como “amas de casa sociales”. Definían su trabajo público como una extensión del trabajo que realizaban en casa.Razonaban que si podían limpiar sus casas, también podían limpiar la sociedad. Pero, sin el derecho al voto, sus posibilidades de éxito estaban limitadas. Por ejemplo, después del incendio en la Triangle Shirtwaist, un periodista le preguntó a un político de la máquina de Nueva York por qué las obreras industriales no contaban con protección contra los incendios. “Eso es fácil de contestar”, respondió. “¡No tienen el voto!”Las mujeres habían exigido el derecho al voto ya en 1848, cuando un grupo de 300 mujeres y hombres se reunieron para hablar de los derechos de las mujeres. En la Convención de Seneca Falls, Elizabeth Cady Stanton argumentó que “el poder de hacer leyes era el poder mediante el que todos los demás derechos podían obtenerse”. Sin embargo, el progreso hacia ese objetivo era de una lentitud exasperante. Las mujeres siguieron haciendo campaña a favor del sufragio femenino durante los últimos años de los 1800. Durante este período, destacadas sufragistas se unieron para formar la Asociación Nacional para el Sufragio de las Mujeres Estadounidense (NAWSA por sus siglas en inglés National American Woman Suffrage Association), de la cual Stanton fue la primera presidenta. Este grupo ayudó a organizar el movimiento sufragista para crear una poderosa fuerza política a nivel estatal y nacional.Las primeras victorias en la lucha por el sufragio femenino se produjeron a nivel estatal. Para 1898, cuatro estados del oeste habían concedido el derecho al voto a las mujeres. Para 1918, las mujeres tenían el derecho al voto en 15 estados. Como consecuencia, empezaron a influir en las elecciones. En Montana ayudaron a elegir a Jeannette Rankin a la Cámara de Representantes en 1916, cuatro años antes de que las mujeres lograran el derecho al voto en toda la nación. Rankin fue la primera mujer en servir en el Congreso.

Los Africanoamericanos luchan por la igualdad Los africanoamericanos enfrentaban una lucha por sus derechos incluso más dura. A principios de los 1900, las cuatro quintas partes de los africanoamericanos vivían en el Sur. La mayoría de ellos luchaban por ganarse la vida como agricultores y eran sometidos a una estricta segregación. Los negros del Sur estaban privados del derecho al voto, ya que pruebas de alfabetización, impuestos al voto y otros métodos, les negaban el derecho al voto. Sin embargo, muchos africanoamericanos se inspiraban en ideales progresistas y se esforzaban por mejorar su condición.Booker T. Washington, un educador africanoamericano, era un destacado defensor de la mejora de la posición de las minorías. Washington fundó el Instituto Tuskegee, una institución de formación profesional para africanoamericanos en Alabama. Animaba a los negros a ganarse respeto y estatus trabajando hasta mejorar su posición en la sociedad.

Algunos progresistas eran partidarios de afrontar el racismo. En 1909 un grupo progresista formó laAsociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color, (NAACP por sus siglas en inglés, National Association for the Advancement of Colored People). La NAACP luchó en los tribunales para acabar con la segregación. También intentó asegurar el derecho al voto de los hombres africanoamericanos bajo la Enmienda Quince.El distinguido erudito y activista africanoamericano W. E. B. Du Bois fue uno de los miembros fundadores de la NAACP. Entre 1910 y 1934, dirigió La Crisis, una publicación de la NAACP que trataba cuestiones de importancia para los africanoamericanos.Además de su trabajo legal, la NAACP protestaba los linchamientos y otras formas de violencia racista. Entre 1894 y 1898, se linchó a unos 550 africanoamericanos. Entre los progresistas que denunciaron esta violencia estaba Ida B. Wells-Barnett, uno de los cofundadores de la NAACP. En 1892 Wells-Barnett protestó el linchamiento de tres tenderos africanoamericanos en Memphis, Tennessee. Expresó su indignación en el periódico Memphis Free Speech (Libertad de expresión de Memphis), un periódico del que era copropietaria y directora. Además, instaba a los africanoamericanos a abandonar Memphis. Como respuesta, una turba saqueó sus oficinas.Basándose en investigaciones sistemáticas, Wells-Barnett concluyó que el linchamiento tenía un motivo económico. Argumentó que los blancos usaban el linchamiento “para deshacerse de los negros que adquirían riqueza y propiedades”. A pesar de los esfuerzos de Wells-Barnett y otros progresistas, el gobierno federal no aprobó ninguna ley en contra del linchamiento.

ResumenA principios de los 1900, los progresistas se esforzaban por reformar la sociedad americana. Inspirados por movimientos como el populismo y el Evangelio Social, los progresistas enfrentaban una variedad de problemas. Trataban de mejorar las condiciones de vida y trabajo en las ciudades, limpiar el gobierno local y estatal y promover los derechos de las mujeres y las minorías étnicas.Condiciones de vida urbanas Progresistas como Jane Addams, cofundadora de Hull House, se esforzaban por arreglar los barrios pobres de las ciudades.Trataban de mejorar las casas de vecinos, los servicios sanitarios y la recogida de basura.Protección para los trabajadores Los progresistas luchaban por mejorar las condiciones de trabajo. Abogaban por la limitación de las horas de trabajo y la garantía de prestación por desempleo. Formaron el Comité Nacional de Trabajo Infantil para unir esfuerzos en contra del trabajo infantil y aumentar la asistencia escolar.Gobierno limpio y receptivo Los progresistas trataban de poner fin a la corrupción gubernamental a nivel local. Se esforzaban por poner freno al poder de las máquinas políticas y reestructurar los gobiernos locales. Además, se esforzaban por extender la democracia a nivel estatal. Apoyaban a gobernadores reformistas como Robert La Follette y aprobaban reformas electorales como el voto secreto, las elecciones primarias directas, la destitución, la iniciativa y el referéndum.La lucha por la igualdad de derechos Las mujeres y los africanoamericanos trataban de promover sus derechos. Los objetivos reformistas incluían el derecho al voto para las mujeres y el fin de los linchamientos y la segregación. La NAWSA lideraba la lucha por el sufragio femenino, mientras la NAACP trataba de obtener la igualdad para los africanoamericanos.

Enrichment Essay - Differing Viewpoints: Confronting Racism

During the Progressive Era, African Americans used different strategies to combat racism and improve their status in society. The strategy championed by educator Booker T. Washington called for gradual economic advancement. The strategy favored by scholar W. E. B. Du Bois advocated the more radical path of political activism.Booker T. Washington: Economic AdvancementBooker T. Washington believed that the best way for African Americans to get ahead was to work hard and improve their economic condition. He urged blacks to "cast down your bucket where you are"—to be patient and take advantage of current opportunities rather than agitating for quicker or more radical solutions. Because Washington called on blacks to adapt themselves to the limits imposed by white society, his strategy was sometimes called accommodation. He expressed his ideas in a speech in 1895:To those of my race who depend on bettering their condition in a foreign land or who underestimate the importance of cultivating friendly relations with the Southern white man, who is their next-door neighbor, I would say: "Cast down your bucket where you are"—cast it down in making friends in every manly way of the people of all races by whom we are surrounded.Cast it down in agriculture, mechanics, in commerce, in domestic service, and in the professions . . . Our greatest danger is that in the great leap from slavery to freedom we may overlook the fact that the masses of us are to live by the productions of our hands, and fail to keep in mind that we shall prosper in proportion as we learn to dignify and glorify common labor, and put brains and skill into the common occupations of life . . . No race can prosper till it learns that there is as much dignity in tilling a field as in writing a poem. It is at the bottom of life we must begin, and not at the top. Nor should we permit our grievances to overshadow our opportunities.The wisest among my race understand that the agitation of questions of social equality is the extremist folly, and that progress in the enjoyment of all the privileges that will come to us must be the result of severe and constant struggle rather than of artificial forcing . . . It is important and right that all privileges of the law be ours, but it is vastly more important that we be prepared for the exercise of these privileges. The opportunity to earn a dollar in a factory just now is worth infinitely more than the opportunity to spend a dollar in an opera-house.—Booker T. Washington, "Atlanta Compromise" address, 1895

W. E. B. Du Bois: Political Activism

Du Bois disagreed with Washington's approach. His strategy was to push hard for civil rights through political action. He believed that African Americans should protest unfair treatment and fight for equality. In a book published in 1903, Du Bois criticized Washington's perspective:The black men of America have a duty to perform, a duty stern and delicate . . . So far as Mr. Washington preaches Thrift, Patience, and Industrial Training for the masses, we must hold up his hands and strive with him . . . But so far as Mr. Washington apologizes for injustice, North or South, does not rightly value the privilege and duty of voting, belittles the emasculating effects of caste distinctions, and opposes the higher training and ambition of our brighter minds,—so far as he, the South, or the Nation, does this,—we must unceasingly and firmly oppose them. By every civilized and peaceful method we must strive for the rights which the world accords to men, clinging unwaveringly to those great words which the sons of the Fathers would fain [gladly] forget: "We hold these truths to be self-evident: That all men are created equal; that they are endowed by their Creator with certain unalienable rights; that among these are life, liberty, and the pursuit of happiness."—W. E. B. Du Bois, The Souls of Black Folk, 1903