2. CVC. El Trujamán. Historia. Carta de Freud a Su Traductor Español, Por Julia Escobar

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BUSCAR EN EL TRUJAMÁN Centro Virtual Cervantes © Instituto Cervantes, 1997-2014. Reservados todos los derechos. [email protected] El Trujamán > Historia Lunes, 25 de enero de 1999 HISTORIA Carta de Freud a su traductor español Por Julia Escobar Algunos consideran que recurrir a la traducción es admitir una insuficiencia lingüística y les produce gran incomodidad hacerlo. Otros, desconfían de la traducción y esto les lleva incluso a rechazar la lectura de ciertas obras con la esperanza de aprender el idioma en el que están escritas y, como generalmente no lo consiguen, se quedan sin conocer lo que en principio admiran. Son todos esos que no quieren, según la expresión acuñada por Steiner, «recurrir a la humillante confianza de la traducción». Pero hay casos en los que ocurre completamente lo contrario y ese prurito de autonomía lingüística produce excelentes resultados. En una carta fechada en Viena, el 7 de mayo de 1923, dirigida a Luis López Ballesteros y de Torres, su traductor al español, Sigmund Freud le dice lo siguiente, que copio de la edición de Biblioteca Nueva (Madrid, 1948): Siendo yo un joven estudiante, el deseo de leer el inmortal «Don Quijote» en el original cervantino, me llevó a aprender, sin maestros, la bella lengua castellana. Gracias a esta afición juvenil puedo ahora —ya en edad avanzada — comprobar el acierto de su versión española de mis obras, cuya lectura me produce siempre un vivo agrado por la correctísima interpretación de mi pensamiento y la elegancia del estilo. Me admira, sobre todo, cómo no siendo usted médico ni psiquiatra de profesión ha podido alcanzar tan absoluto y preciso dominio de una materia harto intrincada y a veces oscura. Sin duda, esto es tan admirable como estimulante, pero si todos le hubieran imitado ni Cervantes ni él tendrían la dimensión universal que ahora tienen. El Instituto Cervantes utiliza cookies propias y de terceros para facilitar, mejorar y optimizar la experiencia del usuario, por motivos de seguridad, y para conocer sus hábitos de navegación. Recuerde que, al utilizar sus servicios, acepta su aviso legal y su política de cookies . Aceptar

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Lunes, 25 de enero de 1999

HISTORIA

Carta de Freud a su traductor españolPor Julia Escobar

Algunos consideran que recurrir a la traducción es admitir una insuficiencialingüística y les produce gran incomodidad hacerlo. Otros, desconfían de latraducción y esto les lleva incluso a rechazar la lectura de ciertas obras con laesperanza de aprender el idioma en el que están escritas y, comogeneralmente no lo consiguen, se quedan sin conocer lo que en principioadmiran. Son todos esos que no quieren, según la expresión acuñada porSteiner, «recurrir a la humillante confianza de la traducción».

Pero hay casos en los que ocurre completamente lo contrario y ese prurito deautonomía lingüística produce excelentes resultados. En una carta fechada enViena, el 7 de mayo de 1923, dirigida a Luis López Ballesteros y de Torres, sutraductor al español, Sigmund Freud le dice lo siguiente, que copio de laedición de Biblioteca Nueva (Madrid, 1948):

Siendo yo un joven estudiante, el deseo de leer el inmortal «Don Quijote» enel original cervantino, me llevó a aprender, sin maestros, la bella lenguacastellana. Gracias a esta afición juvenil puedo ahora —ya en edad avanzada— comprobar el acierto de su versión española de mis obras, cuya lectura meproduce siempre un vivo agrado por la correctísima interpretación de mipensamiento y la elegancia del estilo. Me admira, sobre todo, cómo no siendousted médico ni psiquiatra de profesión ha podido alcanzar tan absoluto ypreciso dominio de una materia harto intrincada y a veces oscura.

Sin duda, esto es tan admirable como estimulante, pero si todos le hubieranimitado ni Cervantes ni él tendrían la dimensión universal que ahora tienen.

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