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    Lingue e LinguaggiLingue Linguaggi 10 (2013), 47-61ISSN 2239-0367, e ISSN 2239-0359DOI 10.1285/i22390359v10p47http://siba-ese.unisalento.it, 2013 Universit del Salento

    UN EPISODIO DEL PENSAMIENTO FRANCS

    DE LA AUTONOMABenjamin Constant y las ides trs ingnieuses

    FRANCISCO GELMAN CONSTANTINUNIVERSIDAD DE BUENOSAIRES

    Abstract This paper attempts a consideration of the significance of Benjamin Constants aestheticthoughts within the context of the history of the concept of aesthetic autonomy. With that in mind itreevaluates his transformation of the German tradition, by way of its binding to the social theorycorresponding to the cultural and historical analysis of early French Romanticism. Taking the coinage of the

    expression art for arts sake as a starting point, this paper reconstructs the whole of Constants thought-system, as well as its exchanges with some of his contemporaries namely Mme de Stal and Henry CrabbRobinson in the means of understanding the proper reach of the conceptual novelties brought in by him, ascan be seen from the standing point of Begriffsgeschichte.The paper deals not only with his postulates referring specifically to a negative relationship towards themercantile society, but also with the analogies he establishes between art, love, religion and morality, whileit furthermore examines his theory of social autonomy. The reflexive setting together of this differentelements, assembled from his political essays, his journals, the novel Adolphe and other writings, brings tothe light a general form of a thought of the autonomous, which explains the manner in which Constantunderstands aesthetic autonomy in particular, by way of his collaboration and dissent with his Europeancolleagues.

    Keywords:autonomy, Constant, art for arts sake, Begriffsgeschichte, religion.

    1. Historiar la autonoma

    La pregunta respecto de la necesidad de desterrar el pensamiento de la autonoma a lahistoria de la esttica o la conveniencia de preservarlo para la reflexin sobre las artescontemporneas persiste entre nosotros (Ludmer 2010; Link 2009; Kohan 2008 entreotros). Mientras as sea, seguir siendo de vital importancia para la fundamentacin de esadiscusin la escritura de esa historia de la esttica. Un paso decisivo en este sentido en elmbito latino lo ha dado Marcelo Burello con suAutonoma del arte y autonoma esttica.Una genealoga(Burello 2012). En el marco de la Begriffsgeschichte, el libro esboza unahistoria general del concepto de autonoma en Occidente, con foco en el idealismo alemn,que sienta bases fundamentales para el estudio sistemtico de la cuestin.

    Compartiendo varias de sus premisas, este trabajo aspira a reconstruir laespecificidad del momento francs de esa serie histrica. Para ello, recurre al estudio de larecepcin de la teora kantiana en la obra de Benjamin Constant y de los fragmentostericos afines, de modo de configurar su particular posicin en las transformaciones delconcepto en el mbito europeo. En ese contexto, la adscripcin geogrfica implica enrealidad una ponderacin del papel de las revoluciones burguesas en la constitucin del

    pensamiento de la autonoma, supuesto que dejar de ser tal con el avance de la

    investigacin.

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    Al adoptarse el punto de vista de la historia de los conceptos, no se presupone unadefinicin esencialista del concepto de autonoma; toda categora del pensamiento existeen su dispersin histrica. La obra de Benjamin Constant no se toma como un episodio enla constitucin progresiva de una idea adecuada, o en la degeneracin de una comprensin

    originaria. Se trata aqu, en cambio, de investigar las notas que la circulacin por estostextos franceses enlaza al concepto, dentro de la serie ms amplia de transformaciones queconforman su historia continental. Asimismo se trata de comprender de qu modo unhorizonte ms amplio de construccin de sentido el pensamiento de Constant puedealojar una configuracin particular del concepto y no otra. El anlisis considera qumodificaciones de la nocin kantiana resultan necesarias dentro de la nueva tramacognitiva en la que se la introduce.

    La incorporacin de esta investigacin en el legado de la Begriffsgeschichteautoriza, por otro lado, el anlisis de una unidad semntico-pragmtica precisamente, elconcepto ms all de las discontinuidades onomasiolgicas (Koselleck 1972, p. XXIII).Como se ver, la obra de Constant utiliza raramente la palabra autonoma, pero en

    cambio su papel en la historia del conceptode autonoma es maysculo, por la va de lautilizacin de toda otra serie de expresiones, entre las que su celebrrimo art pour lartes slo un ejemplo.

    2. Ms ac de lo anecdtico

    Benjamin Constant ha contado en la historia del problema de la autonoma en virtud de unacontecimiento lingstico. Se le atribuye (hasta donde puede verse, con razn) laacuacin del trmino art pour lart en la entrada de sus diarios del once de febrero de1804:

    Dner avec Robinson, colier de Schelling. Son travail sur lesthtique de Kant. Ides trsingnieuses. Lart pour lart, et sans but; tout but dnature lart. Mais lart atteint au but quilna pas. (Constant 1994, p. 58)

    El dato circula en la bibliografa universitaria especfica al menos desde su mencin en elModern Language Reviewen 1910.1Sin embargo, por esa va el evento fue devaluado aancdota erudita; desde que en la historia del concepto de autonoma escrita en lenguaalemana e inglesa la participacin francesa es reducida a los nombres de StphaneMallarm y Paul Valry, la intervencin de Constant en la serie pasa por ser una meracontingencia, de parte de alguien a quien se supone ajeno a las cuestiones artsticas y mero

    poltico de carrera o terico liberal.2

    1 Se trata de una breve carta de lector del historiador de la crtica literaria Joel E. Spingarn, que se dirige a laredaccin para corregir la atribucin convencional de la expresin a Victor Cousin (Spingarn 1910, p. 95).

    2 Probablemente el ejemplo ms extremo de este tipo de postura es el de John Wilcox, para quien Constantwrote nothing about art or philosophy, as como he was never more than casually interested inaesthetics and philosophy (Wilcox 1953, p. 363). De aqu la cada automtica en el anlisis estereotipadode lart pour lart: the lart pour lart movement grew out of the misreading of Kantian aesthetic theory, afantastically careless and incompetent misreading (ibid., 361). Ms adelante quedar claro hasta qu

    punto resulta desacertada esta clase de reduccin del movimiento francs al producto de un error delectura. Por el momento, por extensin, puede contrastarse sus igualmente despreciativos comentarioshacia Mme de Stal como lectora de Schelling con el mucho ms incisivo trabajo de Margaret R.

    Higgonnet (1986). Las tres dcadas que median entre los trabajos de Wilcox y Higgonnet pueden granjearalgo de comprensin para la inexactitud de aqul, siquiera en atencin a la tarda publicacin de los

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    Para quien atribuye a Constant slo la escritura de la historia del estatuto social dela religin (Constant 1999) o de especulaciones abstractas sobre la naturaleza del estadocomentando a autores mayores (Constant 2010, 2001, 1997a, 1997b) y un papel en laconspiracin contra Napolen, Lart pour lart habra salido por pura casualidad de su

    pluma. Si se considerara de ese modo su trayectoria, poco habra de interesar situar todoello en serie con la publicacin del melodrama novelesco Adolphe, con la escritura de unaversin francesa del Wallenstein y los escritos introductorios que pasan por uno de los

    primeros episodios del romanticismo francs, o con su posicin de interlocutor deMadame de Stal (a quien, por otra parte, se olvida como tema principal de los diarios

    personales).Corresponde aqu ms bien, por tanto, retroceder sobre Lart pour lart para

    evitar su conversin en mera ancdota y recuperar la discontinuidad histrica introducidapor la invencin terminolgica. Para ello es preciso reconstruir el proyecto intelectual deConstant en el que la acuacin se inserta, de forma de poder percibir qutransformaciones conceptuales supone el breve comentario de la teora kantiana de la

    autonoma y poder captar all la particularidad del momento francs en la historia de lacategora.

    3. Qu es una teora de los fines

    Lo enigmtico en la expresin lart pour lart no parece referirse a qu sea el arte encualquiera de los dos casos, sino que, segn todo indicio, es la preposicin pour elmomento ms delicado en la interpretacin del lema. Contra la ambigedad del porespaol, a continuacin del pour francs slo cabe una direccionalidad, una finalidad ouna consecuencia intencionada (Robert 1977, pp. 1499-1500; Peeters, Magnus 2012, p. 8).Detrs de la frase pour lart debe buscarse una teora de los fines, lo cual explica lacentralidad del concepto de but en el resto del pasaje de los diarios.

    En el mbito alemn, una teora de los fines es por sobre todas las cosas unconstructo de teologa natural o metafsica. All se ubica la reivindicacin leibniziana de la

    perspectiva teleolgica (Leibniz 1982, pp. 301-310) o su ataque en la tradicin spinozistaalemana,3y mucho ms cerca del foco de este trabajo la perspectiva trascendental en laCrtica del juiciokantiana. Dada la intencin presente de analizar un caso de recepcin dela esttica de Kant, pueden concentrarse los esfuerzos en su texto.

    La tercera Crtica se ocupa de la fundamentacin trascendental de los juiciosreflexionantes de tipo esttico y teleolgico como sustento para el trnsito entre la filosofa

    terica y la filosofa prctica y entre las jurisdicciones gobernadas por el concepto denaturaleza y el concepto de libertad (Kant 2005, pp. 13-24). En ese marco, el textokantiano ubica el problema de los fines en trminos de qu relacin debe tener lugar entre

    inditos estticos de Schelling y los cuadernos de Crabb Robinson en la dcada de 1960 (Higgonnet 1986,p. 163). Para una crtica de Wilcox en el mismo sentido, ver el artculo de Frederick Burwick (1999 [esp.]p. 121n).

    3Los ataques de Baruch Spinoza al punto de vista final en filosofa pueden buscarse por ejemplo en suApndice a la parte I de la tica (Spinoza 2004, pp. 75-81), y ocupan una posicin privilegiada en larica tradicin de spinozismo alemn de fines del siglo XVIII al siglo XIX. Tanto Constant como Mme deStal testimonian aquel predominio filosfico entre sus contemporneos; aquel, por caso, escribe haberobtenido, luego de una conversacin con el mismo Henry Crabb Robinson, Confirmation que la

    philosophie actuelle est au fond le spinozisme, et quils veulent en venir l (Constant 1994, p. 53). Cfr.sobre tema del spinozismo alemn los trabajos de Jimena Sol (2010, 2011).

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    el campo de la experiencia y los principios morales suprasensibles para que los fineshumanos puedan realizarse en la tierra con acuerdo a la libertad del hombre (ibid., p. 19).

    Se haga del afn kantiano una crtica a la metafsica o el basamento de unametafsica crtica (Thisted 2009, p. 85), en todo caso el tratamiento de la cuestin

    teleolgica en el texto pertenece enteramente a la especulacin filosfica en el sentido msestricto, que slo el comentarista posterior puede conectar a un anlisis social. El acuerdoa fin no remite a un clculo menos o ms pragmtico de un agente social, sino a la

    potestad de una voluntad sobre la base de su relacin con imperativos formales.Tal es el contexto propositivo en el que se hace de la belleza la Form der

    Zweckmigkeit eines Gegenstandes, sofern sie ohne Vorstellung eines Zwecks an ihmwahrgenommen wird (Kant 1922, p. 77). Se trata de la tercera definicin de lo bello, entrminos de la forma general de finalidad de un objeto con perjuicio de una adecuacin acualquier fin especfico. La perspectiva trascendental postula un sujeto cualquiera que no

    puede representarse ciertos objetos de su experiencia de una flor a una escultura comoproducidos por mero azar natural, pero tampoco adjudicarles una funcionalidad particular

    cualquiera.Todo objeto bello se sita en esa situacin paradojal, para cuya explicacin esnecesario atribuir su creacin al genio. Slo siendo creados por un genio pueden los

    productos estticos ostentar una Zweckmigkeit anloga a la que presentan las bellezasnaturales y a un tiempo carecer de Zweck en sentido propio. La obra de arte bello

    poseer en virtud de las facultades del genio una cierta organicidad, y a la vez se sustraertanto a la realizacin inmediata del fin ltimo (la dignidad humana) como a la de los finescontingentes meramentesubjetivos.4La posicin media de la belleza entre conocimiento y

    praxis requiere de la obra de arte bello la exclusin indistinta de cualquier fin, sea moral opuramente pragmtico. El motivo reside en que desde el punto de vista trascendentalambos tipos de fines coinciden en su referencia a un concepto determinado y la

    intervencin de un concepto en el juicio de gusto pierde cualquier percepcin de belleza(Kant 2005, pp. 53-54).5

    4 Se destaca aqu el adverbio meramente en atencin a los usos kantianos: no debe confundirse aquellorelativo al sujeto (subjetivo sin ms, por cuanto es caracterstico de la empresa idealista trascendental lareferencia de las circunstancias del conocimiento y la accin a las facultades que cabe presuponer en unsujeto cualquiera, que habrn de ser necesarias) con aquello reconocible en un sujeto emprico particularcomo consecuencia de sus experiencias individuales (meramente subjetivo, por completo contingente,arbitrario).

    5 La insercin en este contexto de laFilosofa del artey el Sistema del idealismo trascendental de Friedrichvon Schelling y su posicin relativa al problema de la finalidad requiere algunas salvedades. La paradojakantiana de la finalidad sin fin se reescribe aqu como la conjuncin en la belleza de mxima libertad yabsoluta necesidad (von Schelling 2006, p. 39), que singularizan al arte de entre el conjunto de los

    productos de la conciencia. Por oposicin a los artefactos, el arte carece de un fin fuera de s y [de] estaindependencia respecto de los fines externos nace esa santidad y pureza del arte que va tan lejos querechaza no slo la afinidad con todo lo que es placer meramente sensible [] o con lo til exigir esto delarte slo es posible en una poca que pone el supremo esfuerzo del espritu humano en invencioneseconmicas, sino que incluso rechaza la afinidad con todo lo que pertenece a la moralidad, y hasta dejamuy atrs a la ciencia (von Schelling 2005, p. 420; la cursiva es ma). La ausencia de fines externosen el arte, por tanto, se asocia ya en algunos pasajes de su filosofa marginales, es cierto, pero explcitoscon una relacin negativa especfica con el utilitarismo econmico. Habra que apuntar, con todo, a) queeste tipo de referencias sociales no desplazan a estos textos de su condicin de monumentos metafsicos;

    b) que el pasaje recin citado asigna implcitamente al arte un fin inmanente; y c) que tanto la moralidadcomo la utilidad son interpretados como ordenados a fines externos. Con ello, las relaciones que establece

    Marcel Franon entre Schelling y Constant iluminan sobradamente lo que distingue a aqul de Kant, perooscurecen las diferencias entre el filsofo nacido en Leonberg y el hombre de letras suizo-francs (Franon

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    La formulacin fragmentaria de una teora de los fines a lo largo de la produccinterica y literaria de Benjamin Constant es totalmente independiente de la tradicinmetafsica; se trata de un anlisis social y moral- psicolgico, sobre la base de unahiptesis histrica de cambio epocal. Su formulacin debe rastrearse a partir de su artculo

    de teora poltica De la libert des anciens compare celle des modernes.En ese artculo, Constant promueve la conciliacin de la libertad en un sentidoantiguo, entendida como la capacidad de ejercer el gobierno por medio de larepresentacin institucional, y la libertad en un sentido moderno, que refiere a la seguridaden el disfrute de los placeres privados. Si bien en la explicacin de ambas nociones recurrea la palabra but, slo en el segundo caso el foco est puesto en la realizacin de ciertosfines: la libertad de los antiguos es un tipo de praxis poltica, que no implica de maneradirecta alguna clase de objetivos, mientras que la libertad de los modernos supone laliberacin de la contrainte social para el cumplimiento de los objetivos egostasindividuales, los intereses (Constant 2001, pp. 447-459).

    La libertad buscada espontneamente por los modernos debe ser reunida con la

    libertad a la que aspiraban los antiguos porque la esfera de los fines en sentido estricto nobasta para dar forma a una sociedad. Contra el fin entendido como una intencionalidadprctica individualista, caracterstica del resguardo de lo privado que define la experienciamoderna ha de elevarse el deber, visto como aquella orientacin en la accin que sesustrae a todo inters o clculo, en el que subsiste ms all de su tiempo la inclinacinhacia la libertad en el sentido comunitario de los antiguos. Reconstruyendo algunas de susexperiencias inmediatas, Constant escribe en su diario al respecto:

    Cest une chose bien admirable que le devoir. [] Quand je compare mon impressiondaujourdhui, triste, mais paisible et dcide, ce que jai prouv plusieurs fois en faisantdes choses beaucoup moins contraires mes calculs et mes projets, je sens que toute ladiffrence vient de ce que, dans ce choses, il ny avait devoir ni dun ct ni de lautre, et que,dans la situation actuelle, le devoir est clair. [] Quand on ne calcule que son intrt, lersultat seul dcide si lon ne sest pas tromp, et si lon sest tromp, on na aucun sentimentqui adoucisse la peine quon en prouve. Mais en obissant le devoir, on ne peut pas setromper, car le rsultat, quel quil soit, ne change pas ce quon a d faire. (Constant 1994, p.78)

    De acuerdo con el autoanlisis relatado en este pasaje, la sensacin interna de disminucindel pesar sugiere al sujeto que hay un bien en el cumplimiento del deber tanto ms

    perceptible cuanto mayor es su contradiccin respecto de los intereses particulares.Ningn resultado afecta la consistencia del deber, porque ste se sustrae a todo

    clculo de fines, y sin el deber el individualismo moderno puede conducir a la disolucin

    del lazo social (Todorov 1997, pp. 6-7). La teora de los fines formulada por Constant seconecta inmediatamente con su confianza en el ethosdemocrtico rousseauniano, comocontrapartida de los principios liberales, y con su crtica al espritu mercantil (Constant1994, p. 70): slo la salida de la esfera de los fines asegura la cohesin de la comunidad.

    Ciertamente en virtud de la transformacin histrica recin descrita todo puedeser considerado desde la perspectiva de los fines, al punto de que a la hora de juzgar la

    poesa pueda concebirse a la belleza o a la moral como but. Los problemas a la hora detraducir a Goethe para un pblico francfono residen en una

    1946, p. 16). Advirtase tambin que Crabb Robinson entra en contacto con la obra y la enseanza de

    Schelling en este perodo de su produccin, su llamada filosofa de la identidad (Crabb Robinson 1869,pp. 126-128; Giner Comn y Prez-Borbujo 2004, p. 20).

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    Difficult de faire entrer la posie allemande dans une tte accoutume la posie franaise.La posie franaise a toujours un but autre que la beaut potique. Cest de la morale, ou delutilit, ou de lexprience ou de la finesse, ou du persiflage, enfin toujours de la rflexion. Enconsquence, la posie ny existe que comme vhicule ou comme moyen. (ibid., p. 88)

    Pero el carcter paradjico de la afirmacin se percibe inmediatamente. La belleza poticacaracterstica de la poesa alemana aparece como un fin alternativo a aquellos fines(externos) en los que suele incurrir su par francesa; sin embargo, slo cuando la creacin

    procede con acuerdo a stos ltimos es la poesa un medio. Habra que imaginar un butdisociado de todo moyen, o bien aceptarque la poesa a un tiempo tenga y no tenga fines.La paradjica segunda posibilidad conduce de modo directo a la recepcin de la estticakantiana contenida en el dilogo con Robinson (lart atteint au but quil na pas), que

    por tanto Constant parece haber hecho suya. Adems, se encuentra en perfectaconsonancia con el enunciado ms adelante en los mismos diarios del peligro propio demesurar todo valor en proporcin a la utilidad (ibid., p. 175).

    La analoga entre el modo como Constant comprende la esttica kantiana a travsde Robinson y las posiciones que declara como propias no puede de ningn modo ocultarel desplazamiento introducido en el sistema nocional metafsico crtico al transponerlo a laesfera de una teora social. Pero la transformacin no se explica simplemente como unamala lectura, sino que responde al reconocimiento de una diferencia de preocupacionesentre alemanes y franceses diagnosticada por Constant. As como registraba la diferenciaentre ambas poesas nacionales, distingue con claridad climas intelectuales dispares. Losalemanes se le aparecen ostentando un amour des ides absolues (ibid., p. 53),gobernados en todas las disciplinas por un misticismo filosfico; el pensamiento en lenguafrancesa, en cambio, se le presenta como teniendo siempre como referente y condicin devalidez las convenciones sociales particulares, bajo el modelo de Lesprit des lois deMontesquieu.

    Mucho ms elocuente y enftica al respecto es su amante Germaine de Stal en suextenso tratado de espritu comparativo De lAllemagne. Si bien no se puede asumir lacoincidencia de ambos escritores a propsito de cualquier asunto,6all donde concuerdan,sus frecuentes intercambios por correo y encuentros personales autorizan a tomar muchasreflexiones de Madame de Stal como expansiones de las ideas de Constant (y viceversa).

    Segn declara en correspondencia inmediatamente anterior a la escritura de laobra, ella est persuadida de que la comprensin de la peculiaridad de la literatura alemana

    presupone el recorrido por los nouveaux sistmes de philosophie et dsthtique (DeStal 1968, p. 20). En el cuerpo de la obra se comprende el motivo:

    On pourrait dire avec raison que les Franais et les Allemands sont aux deux extrmits de lachane morale, puisque les uns considrent les objets extrieurs comme le mobile de toutes lesides, et les autres, les ides comme le mobile de toutes les impressions. (ibid., p. 46)

    El supuesto espiritualismo de los alemanes, interpretado por Madame de Stal comosuperioridad moral, presupone la necesidad de partir de cmo se representan la agencia delalma en general para luego comprender su organizacin social. AunqueDe lAllemagneseorganiza segn la secuencia murs - littrature et arts -philosophie et morale - religion etenthousiasme (ibid., p. 47), incluso las ms tempranas caracterizaciones geogrfico-

    6

    Tanto como el de los propios involucrados, el testimonio de Crabb Robinson abunda suficientemente en lorecurrente de sus disputas intelectuales (Crabb Robinson 1869, p. 181).

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    culturales se ordenan al eje Knigsberg- Weimar (vale decir, Kant- Goethe). Madame deStal y Constant diagnostican como singularidad alemana la necesidad de captar latotalidad social a partir de universales del espritu, por oposicin a la organizacinenteramente material y por ende particular que adjudican a Francia.

    Independientemente del acierto o desacierto del contraste general entre amboshorizontes culturales segn lo formula la pareja francesa, de all proviene que Constant yMadame de Stal consideren necesaria y deseable la traduccin en trminos sociales ymorales de la esttica y tica metafsicas idealistas alemanas. Hacer comprensibles los

    postulados kantianos para el mbito francfono equivale inmediatamente a hacerles seguirprincipios que el filsofo alemn llamara antropolgicos, y de acuerdo con los cuales lano finalidad se interpreta de modo directo como una relacin negativa con la esfera delclculo mercantil.

    4. Finalidad y no finalidad del amor

    Segn advierte con acierto Edward D. Sullivan, tambin en la novela amorosa Adolphedebe ubicarse el problema del fin en el centro del texto.7En efecto, el dinamismo de laobra reside en la adopcin como but vital por parte del protagonista del amor por suamante polaca Ellonore, luego devenido lien(Sullivan 1959, p. 296).

    Yerra, no obstante, el crtico norteamericano cuando diagrama el recorrido de lanarracin como la ruta entre dos formas distintas de ser un hombre sin fines. Es precisoomitir un pasaje decisivo del primer captulo de la novela para hacer de ese primerAdolphe un homme sans but (ibid., p. 295). Antes del dbil enamoramiento que loocupa a lo largo de todo el texto, el protagonista vive una vida superflua pero no porausencia de direccin, sino por sufrir el desgarramiento entre una multitud de fines,

    ninguno de los cuales merece en realidad su esfuerzo. Formula una multitud de planssolitaires en contradiccin con los intereses ajenos y vive agitado por ese afn egosta,cuya falta de valor intrnseco reconoce:

    Je navais point cependant la profondeur dgosme quun tel caractre parat annoncer: touten ne mintressant qu moi, je mintressais faiblement moi-mme. Je portais au fond demon coeur un besoin de sensibilit dont je ne mapercevais pas, mais qui, ne trouvant point se satisfaire, me dtachait successivement de tous les objets qui tour tour attiraient macuriosit. (Constant 1816)

    Consciente de la futilidad del pragmatismo egosta que lo mueve, en la persecucin de una

    infinidad de fines superfluos, el protagonista otorga poco valor a sus ocupaciones. Alutilitarismo ciego opone una sensibilidad indeterminada que lo inclina ms all de susituacin actual y lo mueve pronto a la adopcin del amor como but, lo cual a la postredemuestra ser una empresa insostenible. La experiencia del enamoramiento bajo la lgicafinal somete a un sufrimiento inevitable; la pasin se convierte en una rida aritmtica delos medios de conservar el objeto de deseo:

    Malheur lhomme qui, dans les premiers moments dune liaison damour, ne croit pas quecette liaison doit tre ternelle! Malheur qui, dans les bras de la matresse quil vient

    7Adolphees la nica novela que Constant public en vida, en 1811. Con carcter pstumo fue conocida

    Ccile, que comparte la adscripcin genrica de la otra; por lo que a nuestro trabajo respecta, no ofreceaportes sustanciales respecto de losJournaux.

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    dobtenir, conserve une funeste prescience, et prvoit quil pourra sen dtacher! [] Ce nestpas le plaisir, ce nest pas la nature, ce ne sont pas les sens qui sont corrupteurs; ce sont lescalculs auxquels la socit nous accoutume, et les rflexions que lexprience fait natre.(Ibidem)8

    Ese modo de vivenciar el vnculo resulta tanto ms funesto por cuanto se opone al ideal depureza representado por el tipo de pasin de Ellonore:

    Dans ses relations prcdentes, son coeur avait t froiss par une dpendance pnible; elletait avec moi dans une parfaite aisance, parce que nous tions dans une parfaite galit; ellestait releve ses propres yeux par un amour pur de tout calcul, de tout intrt; elle savaitque jtais bien sr quelle ne maimait que pour moi-mme. (Ibidem)

    Mientras el narrador ha rebajado a afn interesado todo movimiento de su alma, para suamada slo las preocupaciones econmicas estn gobernadas por el clculo. Cuando seenamora de un hombre con un patrimonio semejante al suyo, toda consideracin

    pragmtica se suspende y el nico sufrimiento que la aqueja corresponde al desamor delotro. l mismo alcanza a comprender gracias al ejemplo de su amada que el amorautntico no puede comprenderse sino como oubli de tous les intrts, de tous lesdevoirs (ibidem). Por mucho que slo lo sepa a travs de los sentimientos de Ellonore,las aserciones del narrador de la novela enriquecen la esfera sustrada a la consideracinfinal que delimitaba el pasaje de los diarios de Constant tratado anteriormente: no slo eldeber libera de los sufrimientos del finalismo, sino tambin el amor en sentido propio, talcomo lo vive el personaje de la mujer polaca.

    La transformacin del amor como fin en el amor como lazo de la que hablaSullivan representa una degradacin nicamente para la sensibilidad embotada delnarrador, que slo del primer modo puede acceder a una experiencia cualquiera. El amor

    menoscabado que siente se transforma en un obstculo en los dems objetivos cuyaambicin le abre su tiempo: les lettres, les armes, ladministration (ibidem). Frente a estainterferencia recproca de los distintos caminos en el campo de los medios y los fines paraquien se jacta de que toutes mes actions avaient un but, el amor puro de Ellonore selevanta con una desesperanza tpicamente trgica contra el ordre des choses socialtodopoderoso (ibidem) sobre el que trata la condensacin pedaggica de la novela en laficticia carta al editor que cierra la obra.9

    Aquella estructura social de la poca para la que el escndalo es ms intolerableque el vicio y confunde las convenciones con las reglas legtimas se pronuncia contra lasexperiencias carentes de clculo condenndolas a la desdicha; aunque aquella sensibilidadindiferenciada que lo incomoda a lo largo de toda la novela predisponga al protagonista

    siempre contra la sociabilidad de su tiempo, el modo degradado de amar de Adolphe no es

    8 La edicin virtual consultada carece de paginacin. El lector puede utilizar en cambio el sistema debsqueda textual para rastrear los pasajes referidos.

    9 Puro y desinteresado son atributos de valor idntico respecto del amor de Ellonore a lo largo de la novela,por cuanto en ella la eliminacin del factor econmico equivale a la entera sustraccin del dominio de losmedios y los fines. La exposicin programtica de esta equivalencia se encuentra en De la religion: hayuna lutte entre lintrt et la puret en esta caso relativa al sentimiento religioso en la que se juega elcarcter genuino de la praxis gratuita (Constant 1999, p. 342). En trminos ms generales, entonces, enConstant habr que comprender como coextensivas la aplicacin en el terreno de la literatura de la teora

    del desinters y la doctrina de la poesa pura.

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    sino otra manifestacin del finalismo aplastante de la sociedad, a la que la noveladiagnostica un empobrecimiento moral sin medida.

    5. De la religin considerada en esttica, y el problema del todo,el gnero y la especie

    Constant dedic una enorme parte de su vida al extenso tratado inconcluso De la religionconsidere dans sa source, ses formes et ses dvloppements, cuya progresiva gnesis,maduracin, reformulacin e ilimitada transformacin atestan abundantemente los diarios.A medida que la investigacin progresa, la obra no deja de expandirse, hasta que el

    proyecto abarque una cantidad de volmenes que el autor nunca pudo completar. Contodo, el ttulo con el que se conoce hoy el texto efectivamente producido es el queencabez en las sucesivas publicaciones todos los tomos que Constant lleg a imprimirdurante su existencia; las expansiones y los reordenamientos sufridos por la obra pudieron

    afectar el conjunto de segmentos que habran de componer el todo, pero la terna deaspectos que nombran el libro contuvo el concepto de conjunto que anticipaba todocontenido posible: respecto del fenmeno de la religin, interesa escribir sobre source,

    formesy dvloppements.Desde el punto de vista de Constant, hay una fuente universal y omnihistrica de

    todas las manifestaciones religiosas el sentimiento religioso al que cada sociedadresponde con la elaboracin de una forma particular de religin; slo estas modificaciones

    peculiares manifiestan el transcurso de la historia, el desarrollo de sucesivas religionesdiferentes entre s y pasibles de comparacin. Las distintas formas son el nico objetoemprico (i.e. histrico) accesible a la observacin y al estudio sistemtico; pero el

    propsito del anlisis es el esclarecimiento de ese ncleo sustrado a la transformacinhistrica que es el sentimiento, al que los modernos tienen el deber de proteger de la crisisque afecta a las principales religiones imperantes en el contexto de la prosaicacontemporaneidad. All se percibe la profunda influencia de Montesquieu sobre laconcepcin metafsico-metodolgica de De la religion, tomada directamente del Lespritdes lois.

    Sentiment religieux, enthousiasme y perfectionnement son nombresalternativos para ese rasgo nico de la naturaleza humana que la distingue de la de lasdems especies, un impulso a ser ms de lo que se es, que recuerda con justicia al carcternegativo de aquella sensibilidad indeterminada de Adolphe al comienzo de la novela. Esuna capacit et [] besoin de dpassement que fundamenta todo sacrificio del egosmo

    de los fines (Todorov 1999, p. 13); de aqu la necesidad de refutar emprica y tericamentelos argumentos del linaje utilitarista, que rene a algunos antiguos con Hume, Helvtius yBentham (ibid., p. 14). Fiel a una matriz cognitiva que ya conocemos, Constant opone elsentimiento religioso a les calculs exacts, impassibles, invariables de lintrt bienentendu con los que intentan suplantarlo algunos hombres modernos, poniendo en peligrola vida de los europeos pero preservando la propiedad (Constant 1999, pp. 29-31). Si seaspira a franquear el aislamiento de los hombres, a liberarlos de la molicie presente que losdeja disponibles a la esclavizacin,10 [n]anantissez donc pas en lui le seul mobiledsintress qui lutte contre tant de causes davillissement (ibid., p. 33).

    10Por cierto que Constant nunca deja de aludir al rgimen napolenico, bajo cargo de tirana.

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    La referencia al sentimiento religioso como seul mobile dsintress luego deque hayamos estudiado ya en ese sentido la produccin y contemplacin del arte bello, laexperiencia del amor y el deber puede resultar algo desconcertante; con todo, diversos

    pasajes de la obra esclarecen suficientemente el punto. En el contexto deDe la religionel

    sentimiento religioso opera frecuentemente como una denominacin genrica bajo la cualcaen todas las otras formas de desinters: la inclinacin hacia el ms all de s es elfundamento del mismo modo del culto, de la aspiracin de belleza, de la devocin por otroser humano y del deseo de actuar bien.11

    Ahora bien, por mucho que la distincin emprica de cada una de esas experienciasdesinteresadas pueda resultar evidente, su comunidad de origen suscita la necesidad de unadiferenciacin conceptual. Tal como seala Tzvetan Todorov, Constant nous a dit queltait le genre proche de la religion, mais non pas sa diffrence spcifique (Todorov1999, p. 16) y lo mismo vale para cada una de las dems especies. Cierto que el deber o elamor no pueden aportar la impresin de un sentido unitario de la vida que encuentra elautor en la religin; pero cmo distinguir entonces la religin en sentido propio respecto

    de la contemplation de la nature ou lextase devant la beaut dune uvre dart ( ibid.,pp. 17-18) que comparten incluso ese atributo? La cuestin parece harto delicada paraesclarecer el papel de un romntico francs como Constant en la historia del concepto deautonoma (cfr. en relacin con los romnticos alemanes Burello 2012, pp. 151-152, 156)y sin embargo no es fcil hallar un respuesta explcita al punto ni enDe la religionni en elresto de sus textos.

    De seguir tambin a este respecto las sugerencias en la obra de Madame de Stal,la importancia del problema de la diferencia retrocede (quizs en perjuicio de la relevanciade la ensayista en la historia del concepto de autonoma). La unidad del sentimiento de loinfinito que adjudica a los alemanes haber reconocido como orientacin de todos losafanes espirituales (incluida la literatura) le permite imaginar

    un dvloppement du cristianisme qui rassamblera dans un mme foyer tous les rayons pars,et qui nous fera trouver dans la religion plus que la morale, plus que le bonheur, plus que lesentiment mme, puisque chacun de ces biens sera multipli par la runion avec les autres.(Stal 1968, p. 238)

    La relevancia de la distincin de cada las esferas sustradas (para Constant) de arreglo afines perdera importancia si la perfeccin humana se juega (para Madame de Stal) en sureunin futura bajo una sola aspiracin. La utilizacin del sentimiento religioso en De lareligion como gnero de todas las dems experiencias antiutilitarias podra indicar unaconcordancia con aquella posicin de su interlocutora, para quien la reunin de la

    naturaleza humana bajo la orientacin religiosa imperante en Alemania cifrara laesperanza civilizatoria (Jossoua 1994, p. 32).Sin embargo, no hay ms que ese indicio (cuyo valor limita la obra en la que se

    inscribe: bien puede habrsele concedido la prioridad al sentimiento religioso simplementeporque es el objeto del tratado) que sugiera la solidaridad de Constant con esta perspectivaen particular de su amante. De hecho, las ms de las veces los textos de l representan launificacin de principios sociales o espirituales diferentes como una amenaza autoritaria,

    11En este sentido la pertinencia durante el estudio del politesmo homrico de considerar la contemplacinde la estatua de Apolo de Belvedere. La belleza artstica pertenece al problema analizado, por cuanto lacontemplation du beau en tout genre nous dtache de nous-mmes, nous inspire loubli de nos intrtsles

    plus troits, nous transporte dans une sphre de puret plus grande et de perfectionnement inespr(Constant 1999, p. 340 ; las cursivas son mas).

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    de aqu que sus simpatas lo ubiquen siempre ms cerca de Kant que de Schelling. Eldesagrado que le despierta el dogmatismo religioso de Schelling (Constant 1994, p. 64), encomparacin con la simpata que le suscita la diversidad de religiones tpicamentemoderna (Todorov 1999, p. 18) ilustra suficientemente esta tendencia. Con ello, la

    cuestin de un fundamentacin conceptual de la diferencia entre sentimiento religioso ensentido estrecho y aspiracin de belleza permanece abierta: es poco plausible queretroceda en Constant ante una esperanza de unificacin.12

    6. A cules leyes le habla la autonoma

    Hay experiencias que se sustraen al dominio de los medios y los fines eminentementepragmticos o econmicos, es decir: existe una legalidad interna en ciertas praxis querechaza la tendencia social hacia el puro clculo. Tal es el diagnstico sobre la concepcindel arte en Constant del que se ha tratado hasta aqu. En las artes en general y en la

    literatura en particular, en analoga con otras esferas de la agencia humana, hay reglasinmanentes que disputan el arreglo a fines caracterstico del exterior de esas esferas.13Ahora bien, este postulado general no excluye en principio ni segn demuestra laobservacin en la prctica la competencia de esas leyes internas con leyes externas: queel arte tenga leyes propias no impide que adems caiga dentro de la jurisdiccin de otras.

    La clarificacin de la cuestin depende del tratamiento de otra autonoma de la quehasta el momento no se ha hablado en este trabajo: aquel fenmeno que Marcel Gauchetha llamado autonomisation du social, affirmation autonome de la societ oautonomisation de la societ civile (Constant 1997a, pp. 74-98). El teorema de que setrata se encuentra fragmentado entre el captulo Une partie de lexistence humaine desu comentario a la obra de Gaetano Filangieri y los Principes de politique(Constant 2001

    y 1997b).Expuesto de manera unitaria, lo que implica la autonomizacin de lo social es la

    separacin, de hecho y de derecho, de un mbito del obrar humano dotado de undinamismo interno, que empuja una evolucin interna libre y progresiva con prescindenciade la intervencin de un poder agentivo cualquiera. Una esfera de la existencia de loshombres, privada pero colectiva, se mueve de acuerdo con leyes que le son internas y noresponden a la direccin de un monarca o la institucin eclesistica. Dicho de otro modo,la sociedad civil como fenmeno eminentemente moderno, en el sentido en el que lo es lalibertad de los modernos entra a la existencia en tanto que autnoma. En las palabras deGauchet, un ordre se faisant, dexistence indubitable, mais ne dpendant de personne,

    bien que cr par les hommes, rsultant de leurs entreprises et en permanence agi par eux(Constant 1997a, p. 76).

    Autonoma de lo social, entonces: he ah el concepto cuya acuacin se atribuye aConstant; o, de otro modo, la novedad social cuyo diagnstico inaugurara. Lo decisivo a

    12Por dems, el problema de la diferencia conceptual no debe expresarse simplemente como el de que todaslas especies sean recogidas bajo el gnero del sentimiento religioso. Sugerencias en otro sentido da porejemplo la posibilidad de la subsuncin del amor bajo la belleza literaria, toda vez que aqul puede ser unlangage o un style (Constant 1994, p. 28, y 2012). Simplemente ocurre que De la religion es elespacio textual en que ms ntidamente aparece el problema de la diferencia entre las mltiples praxisgratuitas, y el tema del tratado empuja a tomar a la religin como centro del desarrollo.

    13Por mucho que pueda resultar anacrnica, la expresin sphre es de Constant. Se la encuentra

    frecuentemente en su obra, en textos de distinta ndole, siempre con el sentido de un dominio delimitadode la existencia humana que puede describirse separadamente.

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    los efectos de este trabajo es en todo caso que, lejos de ser un argumento antiestatalista,dicha autonoma es la explicacin ofrecida por Constant de la funcin del Estadomoderno: porque la sociedad civil tiene un dinamismo propio que conducen las leyesciegas del colectivo (i.e. es autnoma), entonceses preciso que ese movimiento azaroso

    sea encauzado por las leyes inteligibles del Estado. La afirmacin autnoma de la sociedadconsiste en su constitucin como una esfera dotada de leyes internas, pero implica tambinsu administracin externa por las leyes producidas por el gobierno.14La formulacin deesta topologa binaria que opone lo interno a lo externo habilita la convivencia nocontradictoria (aunque siempre conflictiva) de la autonoma y la imposicin de leyes

    provenientes de una autoridad exterior.De eso se tratar entonces, mutatis mutandis, en el dominio del arte (as como,

    segn argumentbamos antes, en los del amor, el deber y la religin). Sobre la jurisdiccinesttica en sentido estrecho rige una ley interna que repugna la lgica final y muy en

    particular la dinmica mercantil que ella ordena, pero a la vezpueden regir leyes venidasdesde el exterior. La superposicin de este segundo tipo de normas no tiene por qu ser

    ilegtima, mientras se comprenda que su estatuto difiere.La aplicacin de la topologa binaria originada en la teora poltica en el terreno delarte es una forma elegante de explicar la convivencia en los diarios de Constant de juiciosque se guan por ambos tipos de leyes,15pero la prueba efectiva de la adecuacin de estaoperacin hermenutica se encuentra enAdolphe.

    Como desarrollbamos en el captulo de este trabajo dedicado a la novela, elcuerpo de la obra est consagrado al desarrollo de una teora sobre la legalidad no final enla experiencia humana. El amor puro, como caso particular del obrar desinteresado,

    permita ilustrar el modo en que el hombre moderno puede enfrentarse al crecientepredominio del clculo utilitario. Sin embargo, desde los umbrales de la obra prefaciosdel autor a las distintas ediciones, y la correspondencia ficticia que cierra el texto entre un

    editor y el personaje Constant, que acercara a aqul el manuscrito de un tercero elconjunto es valorado en trminos del but plus utile, el intrt, la utilit. Mientras elcorazn de la novela se consagra a la legalidad que repugna cualquier intromisin de loscriterios finalistas, las superficies limtrofes de contacto con el exterior del texto lesobreponen la evaluacin pragmtica: la autonoma consagrada en el interior convive con(y combate activamente contra) la normalizacin externa.

    14En cierto sentido, no es ms que la premisa recproca de un principio caro al liberalismo republicano ensus manifestaciones ms diversas. De acuerdo con la expresin de Todorov, [l]a bonne politique commela bonne religion savent se limiter elles-mmes, elles naspirent pas un rgne sans partage (Constant1999, p. 15); as como la soberana ilimitada del Estado describe la desviacin napolenica, la soberanaexclusiva de la sociedad civil sin la gua de las instituciones explica la barbarie revolucionaria en su forma

    primigenia. Fuera de la sobredeterminacin recproca de ambas fuentes de legitimidad, Constant no puedeavizorar sino tragedias. Incidentalmente, una vez ms estamos cerca de algunas reflexiones polticas deKant (Marey 2010, pp. 211-260).

    15A modo de ejemplo pueden compararse la ponderacin segn criterios estticos de la Iphigeniede Goethe(Constant 1994, p. 66) con la imputacin de semejanza moral al Candide de Voltaire y el Faust o la

    evaluacin segn el inters veritativo de la Valeriede Krdener (ibid., pp. 59 y 62).

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    7. Postales del viaje

    LosJournaux intimesde Benjamin Constant, zona de sedimentacin de toda una obra, soncomo es obvio a cualquier lector y como lo fue a Jacques Doillon cuando los transpona

    al filmDu fond du cur ante todo un registro de aventuras amorosas. Pero la puntuacinde esas aventuras depende, y he aqu lo que nos concierne, de los sucesivos traslados delhombre de letras, de Lausana a Baviera, de Edimburgo a Pars, de Zurich a Weimar, deBruselas a Londres. El diario de los traslados de Constant supone tambin el diario de susmigraciones conceptuales, apuntadas brevemente en losJournauxy expandidas en el restode su obra. Constant tiene ideas precisas del sentido de las fronteras que atraviesan l y susconceptos cada vez que se trasladan y precisamente eso es lo que hace de l un lector yactor poltico agudo.

    Cuando en ocasin de su encuentro con Henry Crabb Robinson tiene la primeranoticia de la esttica kantiana, que luego conocer ms a travs de Madame de Stal, suregistro en los diarios ya incluye las mudanzas necesarias para importarla al modo de

    pensar francs, por medio del traslado del terreno de la metafsica crtica a la teora social.El producto de esa recepcin lcida y transformacin intencionada es la

    elaboracin de la cuestin de la finalidad sin fin en trminos de una relacin opositivade las leyes internas del arte en general y la literatura en particular respecto del utilitarismodesbridado que atribuye a la modernidad mercantil. En el contexto de esta reelaboracinantropolgica de la esttica kantiana, la postulacin de esa legalidad autnoma del arteresulta no ser contradictoria con la aplicacin segunda sobre l de juicios finalistas,mientras se comprenda la naturaleza externa de estos ltimos respecto del dinamismointerno propio de la esfera artstica.

    En el circuito que organizan las sucesivas emigraciones y los intercambios decorrespondencia, los conceptos kantianos viajan llevados por Constant a unas tierras galas

    en las que transcurre una estacin declaradamente nueva de su vida. Imaginarlos ms agusto en Pars, aorando su pasado en Knigsberg o celebrando su inminente regresohacia Frankfurt am Main (acaso de camino a Bielefeld o Massachusetts) sera en este

    punto un puro nfasis emotivo. Vale la pena ms bien detenerse en ese momento francsque tiene la nocin de autonoma de la mano de Constant y apreciar lo que en ellas est en

    juego de novedoso, que dista de ser insignificante.

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