13- Galdames y Arón- Construcción de Una Escala Para Medir Creencias Legitimadoras

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Copyright 2006 by Psykhe ISSN 0717-0297 PSYKHE 2007, Vol.16, Nº 1, 15-25 Construcción de una Escala Para Medir Creencias Legitimadoras de Violencia en la Población Infantil Elaboration of a Children’s Scale That Measures Beliefs Which Legitimize Violence Susan Galdames Ana María Arón Universidad de La Serena Pontificia Universidad Católica de Chile Este artículo presenta la construcción y validación preliminar de una escala diseñada para niños y niñas, cuyo objetivo es medir creencias que legitiman la violencia en las relaciones interpersonales. El proceso incluyó su aplicación a 608 niños de 12 colegios de Coquimbo y a 20 niños víctimas de violencia. El instrumento muestra adecuados niveles de confiabilidad y evidencia un constructo multidimensional, compuesto por distintas formas de legitimación de la violencia. Los resultados permiten vincular estas creencias a contextos relacionales violentos y sugieren su asociación con las variables: cultura escolar y socialización de género. El instrumento se plantea como una herramienta para el estudio de los mecanismos que obstaculizan la erradicación de la violencia en nuestras comunidades. Palabras Clave: creencias, legitimación, violencia. This article presents the development of a scale, designed for children, which measures beliefs that legitimate interpersonal violence. The scale shows adequate reliability and shows evidence of a multidimensional construct, constituted by different ways to legitimize violence. Results suggest an association of this beliefs system with violent relational contexts, school culture and gender socialization. The scale is proposed as a tool for investigation of underlying mechanisms that perpetuate violence in our communities. Keywords: beliefs, legitimacy, violence. Hace algunas décadas la ocurrencia de malos tra- tos hacia los más débiles no se reconocía como un problema social apremiante y más bien se le normali- zaba y atribuía al dominio de lo privado (Arón, 2001; Corsi, 2003). Desde entonces se han aprobado leyes y se han implementado diversas acciones que pro- mueven un orden social de respeto hacia los dere- chos de las personas (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo [PNUD], 1999). Podemos afirmar un buen grado de avance en el reconocimiento de las distintas formas de violencia existentes en nuestra sociedad, sin embargo, este avance ha sido fruto de un proceso paulatino y que no ha estado exento de diversos obstáculos, tanto de índole social como po- lítico, económico y tecnológico; proceso que a la luz de las estadísticas sigue mostrando una gran tarea pendiente ante quienes siguen siendo víctimas de violencia en nuestras comunidades (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia [UNICEF], 2000; Urzúa, Ferrer, Gutierrez, Larraín & Meza, 2002). Paralelamente a la evolución social en torno a la problematización de la violencia, las instituciones sociales y los investigadores provenientes de distin- tas disciplinas han abordado, progresivamente, la detección y descripción del problema, el estudio de sus consecuencias, de sus factores de riesgo y de las formas de prevención de este. Por su parte, se han construido modelos teóricos que buscan dar cuenta de las distintas manifestaciones de la violencia, sin embargo, sólo en parte se ha logrado acompañar to- dos estos objetivos por un cuerpo psicométrico que permita profundizar y asegurar la rigurosidad del co- nocimiento generado. Diversos enfoques han destacado el rol central de las creencias como invisibilizadoras y legitimadoras de los sistemas en los cuales emerge la violencia, las Susan Galdames, Departamento de Psicología, Universi- dad de la Serena, Chile. Ana María Arón, Escuela de Psicología, Pontificia Uni- versidad Católica de Chile. La correspondencia relativa a este artículo deberá ser diri- gida a Susan Galdames Cruz, Departamento de Psicología, Universidad de La Serena, Matta 147, Coquimbo, Chile. E-mail: [email protected]

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Copyright2006byPsykheISSN 0717-0297PSYKHE2007, Vol.16, N 1, 15-25ConstruccindeunaEscalaParaMedirCreenciasLegitimadorasdeViolencia en la Poblacin InfantilElaborationofaChildrensScaleThatMeasuresBeliefsWhichLegitimizeViolenceSusan Galdames Ana Mara ArnUniversidad de La Serena Pontificia Universidad Catlica de ChileEsteartculopresentalaconstruccinyvalidacinpreliminardeunaescaladiseadaparaniosynias,cuyoobjetivoesmedircreenciasquelegitimanlaviolenciaenlasrelacionesinterpersonales.Elprocesoincluysuaplicacina608niosde12colegiosdeCoquimboya20niosvctimasdeviolencia.Elinstrumentomuestraadecuadosnivelesdeconfiabilidadyevidenciaunconstructomultidimensional,compuestopordistintasformasdelegitimacindelaviolencia.Losresultadospermitenvincularestascreenciasacontextosrelacionalesviolentosysugierensuasociacinconlasvariables:culturaescolarysocializacindegnero.Elinstrumentoseplanteacomounaherramientaparaelestudiodelosmecanismosqueobstaculizanlaerradicacindelaviolenciaennuestrascomunidades.PalabrasClave:creencias,legitimacin,violencia.Thisarticlepresentsthedevelopmentofascale,designedforchildren,whichmeasuresbeliefsthatlegitimateinterpersonalviolence.Thescaleshowsadequatereliabilityandshowsevidenceofamultidimensionalconstruct,constitutedbydifferentwaystolegitimizeviolence.Resultssuggestanassociationofthisbeliefssystemwithviolentrelationalcontexts,schoolcultureandgendersocialization.Thescaleisproposedasatoolforinvestigationofunderlyingmechanismsthatperpetuateviolenceinourcommunities.Keywords:beliefs,legitimacy,violence.Hace algunas dcadas la ocurrencia de malos tra-tos hacia los ms dbiles no se reconoca como unproblema social apremiante y ms bien se le normali-zaba y atribua al dominio de lo privado (Arn, 2001;Corsi, 2003). Desde entonces se han aprobado leyesysehanimplementadodiversasaccionesquepro-muevenunordensocialderespetohacialosdere-chos de las personas (Programa de Naciones Unidaspara el Desarrollo [PNUD], 1999). Podemos afirmar unbuengradodeavanceenelreconocimientodelasdistintasformasdeviolenciaexistentesennuestrasociedad, sin embargo, este avance ha sido fruto deun proceso paulatino y que no ha estado exento dediversos obstculos, tanto de ndole social como po-ltico, econmico y tecnolgico; proceso que a la luzdelasestadsticassiguemostrandounagrantareapendienteantequienessiguensiendovctimasdeviolenciaennuestrascomunidades(FondodelasNaciones Unidas para la Infancia [UNICEF], 2000;Urza, Ferrer, Gutierrez, Larran & Meza, 2002).Paralelamente a la evolucin social en torno a laproblematizacindelaviolencia,lasinstitucionessociales y los investigadores provenientes de distin-tasdisciplinashanabordado,progresivamente,ladeteccin y descripcin del problema, el estudio desus consecuencias, de sus factores de riesgo y de lasformasdeprevencindeeste.Porsuparte,sehanconstruido modelos tericos que buscan dar cuentade las distintas manifestaciones de la violencia, sinembargo, slo en parte se ha logrado acompaar to-dos estos objetivos por un cuerpo psicomtrico quepermita profundizar y asegurar la rigurosidad del co-nocimiento generado.Diversosenfoqueshandestacadoelrolcentralde las creencias como invisibilizadoras y legitimadorasde los sistemas en los cuales emerge la violencia, lasSusanGaldames,DepartamentodePsicologa,Universi-daddelaSerena,Chile.AnaMaraArn,EscueladePsicologa,PontificiaUni-versidadCatlicadeChile.Lacorrespondenciarelativaaesteartculodeberserdiri-gidaaSusanGaldamesCruz,DepartamentodePsicologa,UniversidaddeLaSerena,Matta147,Coquimbo,Chile.E-mail:[email protected] GALDAMES Y ARNcuales actuaran como factor de riesgo y mantencinde los circuitos de violencia (Barudy, 1998; Blanco &De la Corte, 2003; Corsi, 2003; Ravazolla, 1997). Peseaesto,anquedaporconocerrespectoacmoseorganizan tales creencias, cmo se distribuyen en lapoblacin o si se asocian con otros factores de ries-go;qutansusceptiblessonalcambioymediantequ mecanismos operan. Pese a esto, son escasos losinstrumentos que permiten medir el constructo, ha-cindosedifcillacontrastacindehiptesisyprofundizacin de los modelos tericos planteados.En este marco, se ha construido un instrumentopara medir en la poblacin infantil chilena aquellascreencias que legitiman la violencia en las relacio-nesinterpersonales,elcualseproponecomounaherramientaque,desdeladisciplinapsicolgica,permita recavar informacin sobre aspectos del pen-samientosocialquepodranestarjugandounrolimportanteenlaobstaculizacindelaprogresivaerradicacin de la violencia en nuestra cultura. Nues-tro propsito es potenciar as, aquellas explicacio-nes y modelos de intervencin que integren varia-bles de distinto orden (individual hasta macrosocial),con el fin ltimo de promover el desarrollo de unacultura donde primen los buenos tratos y el respetopor los derechos de todos y todas.Antecedentes TericosViolenciayModeloEcolgicoPese a las distinciones particulares de cada au-tor en torno a la violencia, se pueden observar algu-noselementoscomunesqueestnpresentesenlamayora de las definiciones y que nos permiten defi-nirlacomocualquiersituacindeabusodepoderquevulneralosderechosynecesidadesdeperso-nas o grupos, pudiendo adoptar diversas formas, deacuerdo al contexto relacional en el que opera y losmecanismos mediante los cuales se intenta someteral otro (Arn, 2001; Barudy, 1998; Blanco & De laCorte, 2003; Corsi, 2003; Pedreira, 2003).Desde el modelo ecolgico se define la violenciacomo un fenmeno relacional en el que convergenvariablesdedistintoordenderecursin,desdeloindividualhastalomacrosocial,enconsideracinde su presente y de su historia. Adems de su soli-dez terica, este modelo posee un valor heursticoen trminos de ofrecer respuestas y sostener mode-los de intervencin en torno al problema de la vio-lencia(Arn,2000;Ortega,2000),habiendosidoavalado mediante investigaciones que han buscadosu contrastacin emprica (Fras, Corral, Arizmendi& Contreras, 1998).Este modelo permite visualizar el rol de los otrosen las dinmicas de violencia, ya que abre la pers-pectiva de una influencia didica a una de influen-cia tridica, donde la capacidad de una dada paraservir de contexto adecuado para el desarrollo hu-mano depende en forma crucial de otras personas(Bronfenbrenner, 1987, p.25), que no necesariamen-te interactan directamente con el individuo. Por suparte, la dinmica de la violencia deja de ser abusa-dorvctima para incluir a los otros que por algu-na forma de legitimacin perpetan el problema.De acuerdo al modelo ecolgico, las relacionesque conforman la red primaria o ms cercana del nioconstituyen su microsistema, el cual corresponde alcontexto directo donde el nio se desarrolla. Es ascomo, el presente instrumento centra su atencin enlas formas de violencia que operan en el microsistemade los nios, esto es, su familia y su grupo de pares,quedando delimitado nuestro foco de estudio a lascreencias en torno a la violencia intrafamiliar ejerci-da por los padres hacia sus hijos, entre la pareja depadres y la violencia entre pares, nios y nias.Las Creencias Como Formas de Legitimacin delaViolenciaSe ha definido el concepto de creencia como unaconviccin u opinin aceptada como verdadera sinnecesidaddepruebasoconfirmacinlgica,subrayndose su rol en el traspaso del bagaje cultu-ral intergeneracional, como sostenedoras de algunasdimensiones de la cultura (Castorina & Lenzi, 2000).En tanto estructuras, se caracterizan por una or-ganizacin jerrquica donde prevalece la intensidady estabilidad de las formaciones ms tempranas yoriginales.Puedenservistascomoestructurascognitivas activas que surgen en la interaccin conel entorno y en el nivel ms amplio (del macrosistema),se componen en sistemas de creencias, conforman-doestructuraspermanentesqueponenenmarchasuscorrespondientesmecanismosdecontrolhomeosttico cuando se ven amenazadas, lo que lashace tener una alta resistencia al cambio.En el abordaje de las distintas formas de violen-cia (intrafamiliar, interpersonal, de grupos, poltica,etc.), se ha detectado un conjunto de creencias quejustifican el sometimiento del otro en circunstanciasde transgredir y vulnerar su bienestar, creencias aso-ciadas a una cultura patriarcal y que han tenido comoconsecuencia la reproduccin y la invisibilizacin17 ESCALA PARA MEDIR CREENCIAS LEGITIMADORAS DE VIOLENCIA EN NIOSdelaviolenciaennuestrasociedad(Arn,2001;Barudy, 1998; Blanco & De la Corte, 2003). Estascreencias se observaran tanto en vctimas como enabusadores, y a su vez en los terceros, que inclu-yenaquienesconocenopotencialmenteconocende la agresin, cuyo papel no puede ser neutral.Los conocimientos acumulados en el campo deestudio e intervencin de la violencia intrafamiliarsealan, por su parte, que las organizaciones fami-liares abusivas se caracterizan por sostener creen-cias basadas en una cultura patriarcal y de controlde los ms fuertes sobre los ms dbiles. Esto permi-tira la emergencia de situaciones de desigualdad ydesequilibrio de poder, dndose origen a estructu-rasverticales,deacuerdoacriteriosdegneroyedad,atribuyndosemsvaloralomasculino,entanto mujeres y nios quedaran en un orden infe-rior. En este escenario, se han observado creenciasqueexpresanformasparticularesde:obediencia,estructuracin de la familia, respeto, disciplina, gra-dodeautonomadelosmiembrosdelafamiliaygnero,entreotras(Arn,2001;Corsi,2003;Ravazzolla, 1997).Estas creencias son consideradas mitos cultura-les y cumpliran tres funciones principales en la legi-timacin de la violencia: culpabilizar a la vctima,naturalizar la violencia e impedir que la vctima salgade la situacin (Corsi, 2003).Porotraparte,peseatrascenderelmbitorelacional interpersonal, se observan estudios des-de la psicologa social en torno al manejo de comu-nicaciones de masas que muestran coincidencias enla forma en que ocurre la legitimacin de los actosviolentos(diarios,noticieros,discursospolticos).Estos estudios muestran que, mediante una serie deargumentos ofrecidos a la audiencia, se enfatiza elgrado de responsabilidad de la vctima en la situa-cin de violencia, se desva la atencin dejando a unladoelsufrimientodelasvctimasoseimpideelreconocimiento de estas como personas inocentes(Sabucedo, Blanco & De la Corte, 2003).Legitimacin de la Violencia Hacia los NiosA lo largo de la historia de nuestra sociedad hanexistido diversas formas de legitimacin de la vio-lenciahacialainfancia,todasellasasociadasalapocarelevanciayreconocimientootorgadoalosnios y sus derechos (Casas, 1998). Si bien las con-sideraciones legales en torno a la infancia han evo-lucionado, llegndose al reconocimiento de la Con-vencin Internacional sobre los Derechos del Nioel ao 1989, an persiste el maltrato infantil como unproblema grave que no ha logrado ser erradicado denuestrasociedad.Numerososautoreshanvinculadolacreenciadequeelnioesunobjetodepropiedaddelospadres con diversas formas de maltrato infantil (Gra-cia & Musitu, 1993). Esta creencia, que en sus fun-damentos alude a razones de buena crianza, asumeque los nios pueden ser manejados de acuerdo a lalibre eleccin de los padres y se asocia a creenciasque validan la violencia fsica como medio para elaprendizaje, legitimndose el abuso como una formaparadjica de obtener el bienestar, apoyando la ideadequelasituacinvaenbeneficiodeldominado(Barudy,1998).Estascreencias,generalmente,seobservanensistemasfamiliaresdondelosniospasan a servir las necesidades afectivas de los adul-tos,aloquesesumanfactoresmacrosistmicoscomo la sobrevaloracin del consumo, donde niosyniaspasanaserunacargaparalafamilia;unobstculo a las posibilidades de consumo o, por elcontrario, una justificacin o presin para aumen-tarlo (Barudy, 1998).Por otra parte, las dificultades en la crianza delos hijos llegaran a ser vistas como una amenazapor parte de los padres, quienes asumen que debendefendersedesushijosproblemticosyquetienen derecho a vengarse de ellos. Esto ltimo,muestra la negacin de la asimetra existente entrenio y adulto, en pro del bienestar del adulto, quienslo reconoce la diferencia jerrquica cuando buscalegitimar su rol de poder, como por ejemplo, en lacreencia de que los nios siempre han de someter suvoluntad a la de los adultos, aun en circunstanciasque implican la negacin de sus necesidades (Barudy& Dantagnan, 2005).Desde un modelo ecolgico, se ha evidenciadola presencia de creencias sobre un efecto positivodelcastigofsicocomocaractersticadelmacrosistema donde se presenta el maltrato infantil.El castigo fsico se valida sostenindose que la faltade castigo hace difcil que los nios lleguen a serbuenos ciudadanos, que los nios violentos debenser castigados fsicamente y que es bueno que la leypermita lo anterior (Fras et al., 1998).Porotraparte,unadelasformasdeviolenciaque se encuentra ms invisibilizada en nuestra so-ciedad corresponde a la violencia psicolgica, la cuales de difcil constatacin, en tanto no involucra unaconducta evidente y tiende a ser an menos recono-cida que la violencia fsica como una vulneracin alos derechos de la infancia. Su legitimacin se pro-18ducira en tanto no se golpea fsicamente a los ni-os, minimizndose sus efectos por ser menos con-cretos, ms indirectos y diferidos en el tiempo. Comopartedeunaseriedeestudiossobrelaviolenciapsicolgica en la crianza de los hijos, se han identi-ficado prcticas parentales en las cuales los padresbuscaran justificar sus rdenes mediante razonesafectivas tales como si me amas vas a hacer lo quete diga y en general, por razones de buena crianza(Gagn & Bouchard, 2001).Legitimacin de la Violencia en la ParejaLa presencia de una ideologa patriarcal da lugara creencias que legitiman el uso de la violencia y elsometimiento del otro dentro de la pareja. Desde unaperspectiva de gnero se ha puesto en evidencia lainequidad en las relaciones al interior de la familia,donde el jefe de familia asumira el poder y estatuspor sobre los dems, lo que temporalmente puedeser adecuado, sin embargo, tales patrones tienden aperpetuarse generando una relacin de dominantedominadoquesemantienegraciasaunaseriedecreencias compartidas por ambos, tales como, la ideade que el dominado est incapacitado para cambiaro que la situacin de dominancia es necesaria parael bienestar del dominado (Baker, 1986).En este sentido Ravazzolla (1997) habla de unadesigualdad jerrquica fija a nivel de la familia, coin-cidiendo con las bases de sistemas autoritarios o detendencia patriarcal, donde habra personas que son,casi por naturaleza, ms importantes que otras, loque generalmente se dara entre gnero masculino yfemenino.Desdelaposturadelabusadorhabracreencias de apropiacin del otro, de impunidad anteel contexto, centrarse en s mismos a costa de otros,de controlar y ser la autoridad ante los dems miem-bros del sistema familiar. Por su parte, los abusadosse caracterizan por sostener creencias como la in-condicionalidaddeayudaralotro,esperandoquesurja espontneamente la reciprocidad de trato; queel amor incondicional llegar a cambiar al abusa-dor,percibindoseellosmismoscomopersonasindefensas, incapacitadas para defenderse e inclu-so de registrar el malestar de lo que les ocurre.Legitimacin de la Violencia Entre ParesLa literatura cientfica en torno al tema enfatiza elefecto del ambiente en la validacin del uso de laviolencia en la interaccin de nios y adolescentes.Sereconocequelaexposicincrnicadeestosaunacomunidadviolentasirvecomounpoderosocontexto de aprendizaje que influencia el sistema decreencias normativas sobre el uso de la violencia,producindose una aceptacin y normalizacin delasrespuestasviolentas,especialmenteaquellaspercibidas como provocacin de pares (Lorion, 1998;Schwartz & Proctor, 2000).Por su parte, la actitud de los adultos hacia estetipo de violencia tradicionalmente ha tendido a mini-mizar sus consecuencias y normalizar sus manifes-taciones, poniendo nfasis en la responsabilidad dela vctima como provocadora de la situacin de agre-sin.Estasactitudesconformanunescenariodevictimizacin secundaria de las vctimas al interiorde las distintas instituciones que trabajan con la in-fancia (Wilczenski et al., 1997).Uno de los argumentos que se esgrimen comoformas de legitimacin de la violencia entre pares, serefiere al desquite, segn esta justificacin cual-quier acto interpretado como provocacin dara piea la respuesta violenta, en busca de restablecer laigualdad con el otro. Las creencias de aceptacindel desquite llevaran a una mayor tendencia a ac-tuarviolentamentecomoformaderesolucindeconflictos entre pares (Huesmann & Guerra, 1997).Segn otro tipo de creencia que cumple con lafuncin de justificar la violencia entre pares, la con-ducta violenta tendra a la base una rabia inconte-nible, la cual legitimara la accin poniendo la culpaen la vctima, quien habra elicitado esta emocin. Setrata de un mito que implica una amenaza constante,ya que cualquier repeticin de la conducta gatillantepodra llevar al despliegue de la emocin y subse-cuente conducta violenta (Nelson & Tedeschi, 1993).MtodoDesdeunametodologacuantitativa,lapresenteinves-tigacindetipopsicomtricabuscaofrecerevidenciasobrelaconstruccindeuninstrumentovlidoyconfiable.Paratalesefectos,sehandesarrolladodosestudiosexploratorios,quesebasanenundiseonoexperimentaltranseccionaldescriptivo(Hernndez,Fernndez&Baptista,1998).Elprimerestudio(estudioA),constituyelaaplicacindelins-trumentoaunamuestrarepresentativadelapoblacinestu-diada,mientrasqueelsegundoestudio(estudioB)consistien la aplicacin del instrumento final a un grupo de nios quehanparticipadodirectamentedesituacionesdeviolencia.SujetosMuestraA.Medianteunmuestreoprobabilstico,estratificadoporconglomeradosypolietpico,seobtuvouna muestra de 608 nios y nias que cursaban 5 y 6 bsicoencolegiosMunicipalesyParticularesSubvencionadosdelGALDAMES Y ARN19rea urbana de la comuna de Coquimbo (margen de confianzadel96%yunerrorde0,04).Estamuestraseextrajoentresniveles,sortendosepormediodeunprocedimientodetm-bolaunprimerniveldeconglomeradoscolegioyluego,unsegundoconglomeradocursodentrodelcolegio,parafinal-mentesortearseunnmeroproporcionaldeniosyniasdentrodelcursoseleccionado.Lamuestrafinalconsistien310alumnosde5colegiosMunicipalesy298alumnosde7colegiosParticularesSubvencionados,cuyasedadesfluctua-ronentrelos9y14aos,estandolamayoraconcentradasentrelos10y11aos.MuestraB.Enunsegundoestudioseevalua20sujetospertenecientesaunestablecimientoeducacionalqueatiendea nios y nias en situacin de alta vulnerabilidad psicosocial,alcualasistenlosniosyniasdeunhogardemenorespertenecientealaredSENAME,dondepermanecenenfor-matransitoriamientrasserealizanprocesosdiagnsticosy/odereinsercinfamiliarordenadosportribunales,debidoasituacionesdeviolenciaenlafamiliay/odesajustesconductualesseveros.Descripcin del InstrumentoElinstrumentoconsisteenunaescaladerespuestatipoLickert,de33temesagrupadosen4subescalasquetienencomoreferenciaunavietadeunasituacindeviolenciaparticular:violenciafsicaentreparesnios,violenciafsicadepadresahijos,violenciafsicayverbalentrelosmiem-brosdelapareja(padres)yviolenciafsicaentreparesnias.Lostemesseplanteancomolasopinionesdeunsupues-toniooniasobrelasituacindeviolenciapresentada.Frente a estas afirmaciones, se pregunta a los sujetos sobre sugrado de acuerdo o desacuerdo con lo que los supuestos niospiensan,enunformatode4alternativas,donde1reflejaestarmuyendesacuerdo,2endesacuerdo,3deacuerdoy4muydeacuerdoconlasafirmaciones.ProcedimientoLaprimerafasedeconstruccindelinstrumentoconsis-ti en la definicin de variables y redaccin de temes en basealosestudioscualitativosrealizadoscomopartedelproyec-toFondefdeEducacinParalaNo-Violencia,alocualsesumlarevisintericaydeinstrumentosrealizada(Arn,2000).Luego,estaversinsesometialjuiciodeexpertos,quienesofrecieronsloalgunassugerenciasquellevaronareformularlaredaccinde8temes.Estaversinpreliminarcontabacon41temesyconelobjetivodeestudiarelcomportamientoinicialdelaescalaseefectusuaplicacinaunamuestrade37alumnosde5bsicodeuncolegiodelacomuna,traslocualsemodificnuevamentelaredaccindealgunostemes,dadaladificul-taddecomprensinquereportaronalgunosniosalcontes-tarlos.Luegodeestaaplicacin,confinesdidcticos,serealiz un ensamblaje de las subescalas por separado, tal comoenlaversinfinal.Estosajustesbuscaroncontextualizarelinstrumentoalaetapaevolutivadelossujetosy,enalgngrado,manejarladeseabilidadsocialqueoperaalpreguntarenformadirectaelgradodeacuerdoodesacuerdoconunadeterminadaafirmacin.La escala fue aplicada a los alumnos en sus salas de clasesyeltiempoderespuestatuvounpromediode22minutos.Elprocedimientodeseleccindetemesserealizmedianteunanlisisdelacapacidaddediscriminacincadatem,traselcualsedescartaron8temescuyascorrelacionesconlaesca-latotaleranmuybajasyque,adems,disminuanlaconfiabilidadtotaldelinstrumento(Viladrich,Doval,Prat&Vall-llovera,1998).Paraestimarlaconfiabilidaddelaescala,secalculelndicedeconsistenciainterna,usndoseelcoeficientealfadeCronbach.Porotraparte,seconsiderlaevaluacindejuecesexpertoscomoestrategiadevalidacindecontenidoyseusunaestrategiadevalidacinrelacionadaconcrite-rio,atravsdelaevaluacindeungrupodeniosencondi-cindealtoriesgosocial,vctimasdeviolencia.Porltimo,seutilizunanlisisfactorialexploratoriocomoestrategiainicialdevalidacindeconstructo(Hernndezetal.,1998).Conelfindecaracterizarelcomportamientodelaesca-laensuversinfinalserealizaronalgunosanlisisdescripti-vos:anlisisdefrecuencias,depromediosycomparacionesde promedios (t de Student y Anova), para lo cual se conside-raronlassiguientesvariables:sexo,colegioycurso,ademsdeevaluarseelcomportamientodelassubescalasdeviolen-ciaentreparessegngneroalquehacereferencialasubescala.Finalmente,serealizlaaplicacindelaescalaensuversinfinala20niosynias,queconformaronelgrupocriterio.Lamodalidaddeaplicacindelaescalafueindivi-dual,enunamismajornadaparaevitarlacontaminacindelainformacinproducidaporloscomentariosentrelosni-os.Debidoalascaractersticasdelgrupo,seusunamoda-lidaddelecturaasistidadelaescalaenloscasosdondelacapacidadlectoraseencontrabadisminuida.Losresultadosobtenidosenelsegundoestudioseproce-saronmedianteunanlisisdescriptivodelospuntajesdelgrupo,obtenindoselasmedidasdetendenciacentral,varia-bilidadylacomparacindelospuntajesconlosdelprimeramuestradenominadagrupodereferencia,aplicandolaprue-batdeStudent.ResultadosCaractersticas Psicomtricas del InstrumentoCon algunas excepciones, los 33 temes que semantuvieron para la versin final presentan una bue-na capacidad discriminativa, con correlaciones tem-test > 0.3.Se estim la confiabilidad del instrumento total,obtenindose un ndice alfa de Cronbach de 0.86, parasu aplicacin a la muestra de 608 sujetos. Por su parte,para estudiar la validez de constructo del instrumen-to, se realiz un anlisis factorial exploratorio de Com-ponentesPrincipales,optndoseporlarotacinVarimax, la cual ha probado ajustarse mejor a este tipode variable (Araya, 2003) y facilita la interpretacinterica de los datos. Segn los resultados tras la rota-cin, la escala total se puede caracterizar por una es-tructura de 5 factores, que explican el 34,17% de lavarianza total. Un primer factor explica el 9,70% de lavarianzatotal,elsegundoun6,69%,elterceroun6,24%, el cuarto un 5,86% y un quinto factor un 5,67%la varianza, respectivamente.ESCALA PARA MEDIR CREENCIAS LEGITIMADORAS DE VIOLENCIA EN NIOS20En base al anlisis de los pesos factoriales signi-ficativos por cada reactivo en los cinco factores en-contrados y el anlisis de los contenidos evaluadospor los temes, se han logrado configurar cinco fac-tores que expresan distintas formas de legitimacinde la violencia. Tales factores se han denominado:1. Legitimacin como justa defensa.2. Legitimacin como estrategia de crianza.3. Legitimacincomoregulacindelcomporta-miento en pareja de acuerdo al estereotipo degnero.4. Legitimacin como forma de resolucin de con-flictos.5. Legitimacin por dificultad de control emocio-nal.Podemos decir que las dimensiones se refieren ala forma de legitimacin de la violencia ms que alcontexto relacional en el que esta emerge, ya que lostemesasociadosaundeterminadofactornosloforman parte de una subescala, por ejemplo, el fac-tor de creencias que legitiman la violencia por difi-cultad de control emocional se encuentra expresadoentodaslassubescalas(Unodelosniostenaque pegarle al otro porque ya no aguantaba ms surabia,Lospadreslespeganasushijosporquetienen muchos problemas y preocupaciones, Lasparejas pelean entre ellos porque sus hijos los ha-cenrabiar,Hayquedejarquelasniaspeleenporque se ve que estn muy enojadas). Conforme alo anterior, se puede proponer que la forma de legiti-macin de la violencia parece no estar asociada altipo de relacin en que se expresa.Por otra parte, la correlacin positiva moderadaentre las subescalas, evidencia que los sujetos quepuntanaltoenunadelassubescalastambinlohacen en las dems, es decir, a mayor presencia decreencias legitimadoras de violencia entre pares ni-os, mayor es la presencia de creencias que legiti-man maltrato, violencia en la pareja y entre paresnias (p