120-137 AVazquez-Las Malagas · Filipinas. Lo único que sabemos es que, desde el punto de vista...
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Alfonso Vázquez García
LASMÁLAGASDEL MUNDO
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LA Historia ha transformado un buen puñado de pue-
blos y ciudades de España en experimentados viajeros.
A pesar de que, a primera vista, parecen no haberse movido
de sus centenarios emplazamientos, los encontramos en los
puntos más dispares del planeta. Quizás el ejemplo más
exótico sea el que nos deparó el sevillano Pedro de Ortega,
quien en 1568 acompañó al explorador Álvaro de Mendaña
en una expedición por los Mares del Sur y bautizó una her-
mosa isla con el nombre de su pueblo natal: Guadalcanal.
Que en el corazón de la Melanesia exista una isla con un
nombre sevillano de origen árabe es difícil de superar.
También el nombre de Málaga lo encontramos disperso
por todo el globo, en los rincones más insospechados. Pero no
ha habido mucha suerte con las tres málagas localizadas en
Filipinas. Lo único que sabemos es que, desde el punto de
vista administrativo, están catalogadas como barangays, aun-
que a veces las autoridades fi lipinas emplean la palabra espa-
ñola barrios. Las dos primeras málagas se encuentran en el
archipiélago central de Bisayas y en concreto, la primera en
la ciudad de Bindoy, en la isla de Negros —esta Málaga con-
taba con unos 1.700 habitantes en 2007— y la segunda en la
isla de Sámar, formando parte de la ciudad de Calbayog, con
casi 2.000 habitantes también en 2007. No está claro que el
origen de estas dos poblaciones guarde relación con la ciudad
de Málaga, pues en el idioma del archipiélago, el cebuano —
uno de los más hablados en Filipinas junto con el tagalo—, el
adjetivo Málaga signifi ca “cocido” o “guisado”. Por último, en
la isla de Mindanao, en la ciudad de Panabo, existe un baran-
gay llamado New Málaga, aunque también es conocido como
Dalisay y en 2007 contaba con casi 1.400 habitantes. New
Málaga alcanzó la categoría de barrio en 1968.1
}
1 Republic Act 5299. An act creating certain barrios in the municipality of Panabo, province of Davao (1968)
Las málagas del mundo / Alfonso Vázquez García / p. 120-137
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Library of Congress. Washington
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También en Oceanía hay una Málaga (sin
acento), pero su origen parece bastante incierto. Se
trata en realidad de una zona suburbana de la ciudad
de Swan, en el oeste de Australia, a unos 12 kilóme-
tros de Perth. Mientras una teoría afi rma que lleva su
nombre en honor de la capital de la Costa del Sol, otra
señala que el nombre proviene de la palabra aborigen
Málaga, que signifi ca “resistente”. En todo caso, los
orígenes de esta Málaga australiana comienzan a ges-
tarse en 1877, cuando un tal Robert de Bugh vende su
propiedad y 2.000 acres de ella son divididos en lotes,
uno de los cuales llevará el nombre de Málaga Park.
En 1894 se construyó la carretera Málaga Road y en
la década de 1930, la compañía Peet and Co, encar-
gada de desarrollar la zona, sostuvo que el nombre de
Málaga se debía a la ciudad española, aunque como
afi rma el gobierno australiano en un informe2 no hay
prueba de ello. La Málaga oceánica se transformó
con el tiempo en un importante centro industrial y de
hecho, es la zona industrial más notable de Swan. En
la actualidad cuenta con unas 650 hectáreas dedicadas
2 Landgate (2009) A History of Metropolitan Suburn Names http://www. landgate.wa.gob.au/corporate.nsf
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a uso industrial y con cerca de 2.000 negocios, la mayoría de ellos centrados
en la manufactura y el comercio al por mayor. Wiki Power, del departamento
de Negocios de la ciudad de Swan, ha tenido la gentileza de aportar para este
trabajo fotografías de la zona industrial de Málaga, en la que apreciamos un
núcleo limpio y espacioso en un estado general de revista del que deberían
tomar nota bastantes polígonos de la Málaga andaluza.
}
Pero debemos viajar a otro continente, a América, donde abundan las
málagas, empezando por los Estados Unidos, que cuenta con seis de ellas,
islas aparte. Si las recorremos de norte a sur, la primera de todas es una pobla-
ción que se encuentra en el estado de Washington —el vecino de Canadá,
no Washington D.C—. Esta Málaga está enclavada en el condado de Chelan.
Su emplazamiento es idílico, y no es una licencia del fi rmante, sino que así lo
afi rman sus cerca de 3.000 habitantes, en las deliberaciones de una suerte de
plan de ordenación urbana de 20063. Situada en la rivera del río Columbia,
su temprano origen, como el del condado, se encuentra en el desarrollo de
la agricultura. Y si el condado de Chelan viene al mundo administrativo en
1899, Málaga nace ofi cialmente en 1903, el mismo año en que entra en fun-
cionamiento un ambicioso canal de irrigación, el Highline Canal, que hace
posible la explotación agrícola en 20.000 acres del valle de Wenatchee, donde
entre otros pueblos se encuentra Málaga.
Pero las poblaciones no nacen por generación espontánea, ni siquiera con
la llegada de un canal de irrigación. Hubo un primer pionero que eligió estas
tierras llamado John Dutch Galler, nacido hacia 1813 en Baden, Alemania. A
causa de la revolución de 1848 deja su país natal y marcha al año siguiente a
Estados Unidos, estableciéndose primero en Filadelfi a y al morir su esposa,
encuentra su hogar a orillas del río Columbia, en el valle de Wenatchee. Allí
lleva una vida de película: se casa con la hija de un jefe indio, después de que
esta le salvara de morir helado en las aguas heladas del río; la pareja se esta-
blece en 80 acres de tierra y John trabaja duro para crear un canal que rie-
gue sus tierras (y que todavía se conserva). En 1873 lleva a cabo su sueño de
3 Málaga Vision Plan-Málaga Comunity Council (2006)
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plantar un viñedo, como hacían en su tierra prusiana.
La variedad de uva es la de Málaga y con ella planta
20 acres de tierra que darán un vino muy celebrado
en los alrededores, hasta el punto de convertirse en
un próspero negocio que le deja 2.000 dólares al año.
En 1890 la compañía de ferrocarril del Norte cons-
truye una estación que se llamará Málaga, en honor
de las viñas plantadas por este alemán que murió en
1921, a la bíblica edad de 108 años y que tres años
antes todavía concedía entrevistas, asegurando que
se había dedicado a “plantar uvas, hacer vino y vivir
como un rey”4.
4 Wenatchee Daily World, 16 agosto de 1916
Los habitantes de Málaga, en el condado de
Chelan, también demuestran esa satisfacción vital.
En el mencionado informe de 2006 para elaborar un
plan de desarrollo urbanístico, manifestaban como
puntos fuertes de su pequeña comunidad el maravi-
lloso entorno natural y las envidiables vistas así como
el vivir en un tranquilo entorno rural en el que no
faltan ni el agua ni la posibilidad de practicar activi-
dades al aire libre. En este sentido, los malagueños de
Washington cuentan, a la vuelta de la esquina, con
un completo club de golf, el Three Lakes Golf Club.
Por último, existe en Málaga un destartalado cemen-
Malaga Ohio. Retrato de Edward F Truex de las primeras familias de Malaga
Malaga Ohio. Ewdard Truex y su mujer Nora B. Stephen e hijos hacia 1920
Malaga Ohio. Plano fi nales XIX
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terio llamado “de los pioneros”, en el que descansan
las primeras familias que se establecieron junto a la
granja del patriarca John Dutch.
La segunda Málaga norteamericana hace men-
ción a una población y también a un municipio que,
siguiendo la división administrativa de Estados Uni-
dos, engloba varios pueblos dentro del condado de
Monroe, en Ohio. Este condado, nacido en 1813,
recibió a los primeros pobladores de Málaga hacia
1815. Estos fueron sus nombres: John Hendershot,
Stillwell Truex, Mattew Rogers, Martin Fogle. Fre-
derick Hayes, William Kennard, Peter Mann, David
Upton, David Mann y James Graham. Fue el pri-
mero de ellos, John Hendershot, quien construyó la
primera cabaña de madera y quien en 1818 trazó las
calles de esta Málaga del Medio Oeste norteameri-
cano. Dos años más tarde se celebraron elecciones
en la cabaña de Peter Mann y se contabilizaron 22
votos, lo que nos da una idea de la reducida exten-
sión de este poblado. En esos años fueron llegando
novedades imprescindibles para la vida de la comu-
nidad como un molino de agua, un aserradero, una
casa de reuniones o la escuela, que en 1818 aten-
día a 22 estudiantes. Y como fi el refl ejo de la varie-
dad de creencias religiosas dentro del cristianismo,
se construyeron en el municipio iglesias para los
baptistas, presbiterianos, católicos, y metodistas a
lo largo de todo el siglo XIX. También es reseña-
ble la paulatina llegada de emigrantes alemanes que
se distribuyeron por todo el municipio de Málaga.
Entre esos primeros prusianos, Laurenz Schaub y
J.Dorr, que se asentaron en la vecina población de
Miltonsburg, perteneciente al municipio de Málaga.
En 1890 el pueblo contaba con unas 150 personas y
según un visitante de la época, se trataba de un pue-
blo “agradable y próspero” rodeado de muy buenas
granjas5. Cruzado por dos carreteras (la de Somer-
ton y Barnesville y la de Jerusalem, esta de pésima
factura) y con dos calles principales (Main Street
y Market Street), en ese año de 1890 encontramos
en sus calles dos almacenes, tienda de comestibles,
carpintería, herrería, hotel y saloon, zapatería, tala-
bartería, un molino de harina, ofi cina postal, dos igle-
sias (la Christian Church y la Methodist Epicospal
Church) y un colegio. El dueño del primer almacén,
A.H.Evans, contaba con un elegante surtido de ropa
y quincalla, mientras que el segundo almacén, perte-
neciente a H. C. Kotzebue, estaba especializado en
botas, zapatos, ropa, verduras “y prácticamente todo
lo que le pidas”, contaba este testigo.
Queremos agradecer a Joyce Wiggins, la actual
presidenta de la Monroe County Historical Society, aso-
ciación de voluntarios que preserva la historia de este
hermoso condado de Ohio, el que se haya volcado en
proporcionarnos datos sobre esta Málaga montañosa
y con ofi cina postal, cuya trama urbana, resalta, no ha
cambiado mucho desde fi nales del XIX.
En el condado de Gloucester, en Nueva Jer-
sey, encontramos la tercera Málaga, una población
perteneciente al municipio de Franklin que surgió
en la segunda década del siglo XIX. En concreto
en unas tierras que hacia 1813 pertenecían al señor
Daniel H. Miller6 En esa Málaga de los comien-
zos sólo había una granja y algunas casas hasta
1814, cuando los terrenos los adquiere Christian
L. Stanger quien construyó un aserradero del
5 The Monroe Gazette, 18 de septiembre de 1890
6 History of the Counties of Gloucester, Salem and Cumberland, New Jersey, with Biographical Sketches of their Prominent Citizens by Thomas Cushing and Charles E. Sheppard. Philadelphia. Everts and Peck, 1883. Pag 213
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que saldría la madera para levantar una impor-
tante fábrica de cristal que se instaló en las cerca-
nías, con el nombre de Franklin. La calidad de la
arena de Málaga era ideal para esta industria. En
1820, según el censo gubernamental, trabajaban
en el negocio 11 hombres, dos niños, una mujer
y ocho niñas. El capital invertido era de 16.000
dólares y su producción principal, cristales para
ventanas. En 1872, la fábrica, renovada en varias
ocasiones, daba empleo a 80 personas. Como es
lógico, todas las industrias de Málaga, para bien o
para mal, giraron en torno a la fábrica de cristal,
como la herrería o incluso una fábrica de ruedas.
No faltó tampoco una taberna, regentada por uno
de los primeros habitantes de este pueblo, Fergu-
son McGonigal. Tuvo esta Málaga de los prime-
ros años una época fl oreciente, aunque siempre
fue demasiado dependiente de la fábrica de cris-
tal, que cerraría sus puertas en 1880. En 1882 la
población era de 250 habitantes, y como curiosi-
dad contaba con tres sociedades secretas: Knights
of Pythias, Knights of Labor y la Junior American
Mechanics. En el año 2000, la Málaga de Nueva
Jersey tenía algo menos de 1.500 habitantes.
En el verano de 2011 fue noticia en Estados
Unidos por la lucha de los feligreses de la iglesia
católica de Saint Mary, que se oponían a que el
obispo de Candem fusionara esta parroquia con
otras ante la escasez de parroquianos los domingos.
Cerrada en noviembre de 2010, desde enero de 2011
y durante los siguientes nueve meses, los feligreses
la ocuparon de forma ininterrumpida para reclamar
su apertura, algo a lo que el obispo, Joseph Galante,
accedió el pasado 30 de agosto de 20117, aunque en
días sucesivos puntualizó que sólo se abrirá en oca-
siones especiales. En líneas generales los malague-
ños consiguieron su objetivo.
Los recuerdos del señor Denzel Billy Joe Brewer,
un piloto de las fuerzas aéreas norteamericanas
nacido en Málaga, condado de Wolfe, Kentucky, en
1936 y fallecido recientemente, nos dibujan un pue-
blecito de pocas casas, habitado por esforzados tra-
bajadores con escasos medios para vivir, situado al
pie de una frondosa colina y con un valle enfrente.
El señor Brewer vino al mundo en su casa y de su
infancia recuerda que jugaba a indios y vaqueros
y que su familia tenía una vaca que proporcionaba
leche a todos los miembros. Pocos datos tenemos
de este enclave exóticamente malagueño. Sabemos
que existe un cementerio Taylor en los alrededores
y una iglesia. Algunas pinceladas nos llegan por los
periódicos, como el The Hazel Green Herald del 3
de marzo de 1910, en el que encontramos que Willie
Taylor compró maiz a E.T.Kash. El maíz parece ser
que fue la principal plantación de la zona, al menos
a comienzos del siglo XX. Eso es al menos lo que
atestigua el Breathitt County News, que el 8 de mayo
de 1908, en un apartado dedicado a las pequeñas
noticias de la Málaga de Kentucky informa de que:
“Todo lo que puedes oír de los agricultores es “planta
maiz”, “planta maiz”, y ellos lo siguen al pie de la
letra”. Por lo demás, pequeñas anécdotas de la vida
diaria como esta noticia: “Miss Lula Hurst regresó la
semana pasada de Jackson donde ha estado visitando
a unos parientes. Pensamos que muy pronto dare-
mos la noticia de algunas bodas”. Y no se equivocaba
7 www.nj.com/news/index.ssf/2011/09/parishioners_win_fi ght_to_keep.html
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esta modesta publicación porque unos meses más
tarde, el 22 de diciembre, anunció la boda en Málaga
de Tom Spencer con Laura Napler, también nacida
en esta humilde aldea.
La comunidad agrícola de Málaga, en el con-
dado de Eddy, en Nuevo México, muy cerca del
famoso río Pecos, se encuentra a 15 millas de una
ciudad de indudables ecos centroeuropeos, Carls-
bad, de la que depende administrativamente.
Esta Málaga quizás nos recuerda algo la obra de
Steinbeck Las uvas de la ira, por las vicisitudes por
las que pasaron sus primeros pobladores.
Fue fundada en 1882 por colonos suizos y se
llamó así en honor del vino dulce de Málaga, pues
viñedos fue lo que plantaron. Estos datos los aporta
un libro conmemorativo del condado de Eddy,
publicado por la Southeastern New Mexico Historical
Society en 1982, del que tenemos constancia gracias a
Beth Nieman, de la biblioteca pública de Carlsbad8.
La pobreza de la tierra y enfermedades de los viñe-
dos hicieron necesario un ambicioso plan de riego
para salvarla.
Quizás fueron estas difi cultades las que pro-
vocaron que los pioneros suizos se marcharan en
pos de mejores aires. En su lugar llegaron —por
8 Eddy County New Mexico to 1981, Southeastern New Mexico Historical Society 1982
Biblioteca Nacional.España
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tren— muchos colonos de estados como Kansas,
Oklahoma, Misuri o Tejas en busca de aire puro
para familiares con tuberculosis. En estos trenes
atestados las familias solían introducir todas sus
escasas pertenencias, incluido el ganado, que ali-
mentaban durante el trayecto. La inestable vida en
esta Málaga de Nuevo México hizo muy frecuentes
las subastas de las posesiones familiares para que
los emigrantes pudieran regresar a sus estados de
origen. Ese día, la escuela de Málaga dejaba a los
alumnos asistir a la subasta con sus padres. De una
de estas jornadas, celebrada en 1915, es un reloj que
en 1982 conservaba el hijo de Flora Rei Lawrence,
una malagueña de Nuevo Méjico que lo adquirió de
la familia Billings, que vendió sus posesiones.
De entre los personajes de la corta historia de
esta Málaga tenemos al señor Hoag, que fue nom-
brado juez de paz en 1927 y que durante 32 años
hizo respetar la ley al oeste del río Pecos, contando
para ello con una cárcel de reducidas dimensiones.
Tuvo también Málaga su época dorada, a fi nales del
XIX y comienzos del XX, cuando disfrutaba de un
periódico propio, el Málaga News, tres bodegas, dos
hoteles e incluso el típico saloon, que fue regentado
por el señor Chattinger alrededor de 1908 y hasta
1911. Con este panorama y no existiendo oferta
alguna de bebidas en la vecina Carlsbad, los sába-
dos por la noche era normal encontrarse con treinta
caballos atados delante del saloon, que no se salvó
ni de peleas ni de apuestas, aunque nunca empleó
a bailarinas.
En 1892 recibió una importante hornada de pio-
neros italianos y en esos años, a medida que iba cre-
ciendo el pueblo, también lo hicieron sus cultivos:
se plantaron árboles frutales y algodón. En 1917, 28
estudiantes de la escuela se enrolaron para partici-
par en la Gran Guerra. Sin embargo, esta pobla-
ción fue decayendo y ya en 1982 sólo contaba como
edifi cios más señeros con una ofi cina postal y una
iglesia (católica). El resto, granjas desperdigadas y
edifi cios desvencijados. Un panorama que conti-
núa casi 20 años después. La foto que acompaña el
reportaje, proporcionada por la New Mexico Histo-
rical Society, nos muestra el aspecto de esta modesta
encrucijada de caminos en los años 60.
De mayor entidad es la Málaga californiana,
en el condado de Fresno y a pocos kilómetros de
la ciudad del mismo nombre. Algo menos de mil
personas estaban censadas en este pueblo el año
pasado. Melissa Scroggins, de la biblioteca del con-
dado de Fresno, nos proporciona valiosa infor-
mación sobre su historia. Se trata del último de
los pueblos del condado que se establece junto a
la importancia vía ferroviaria de la Southern Paci-
fi c Railroad y lo hace en 1883. A este respecto, la
mitad del pueblo fue trazado ese año y la otra mitad
en 1889. Muchos de los pioneros que se hicieron
con tierras aprovecharon para comprar esquejes de
viñedos de Málaga, de ahí que la población tomara
ese nombre. Es precisamente en los años 80 del
siglo XIX cuando se construye el Canal Málaga,
que completa el sistema de riego de la zona. La pro-
lija Historia del Condado de Fresno, publicada en
1919 por Paul E. Van Dor, detalla que Málaga es un
villorrio de forma triangular rodeado de viñedos y
creado gracias al esfuerzo del pionero G. G. Briggs,
del que hay constancia que importó vino moscatel
de Málaga y plantó viñedos en muchas otras zonas
de California. El de Briggs es un apellido que tam-
bién da nombre a un canal de riego de los alrede-
dores. Unido a su fi gura también se encuentra el
señor St. John, que además de trabajar para él desde
131
su llegada a California en 1888, compró en Málaga
varios terrenos, propiedad de este potentado. Otra
de las primeras familias de este núcleo de población
son los Cartwright, que se trasladaron a Málaga
en 1885, adquiriendo también tierras al adinerado
señor Briggs. Ese mismo año será precisamente un
miembro de la familia, George Cartwright, el pri-
mer maestro de la recién inaugurada Málaga School.
En un viejo plano de 1907 vemos que se encuentra
junto a la carretera principal que lleva a Fresno, hoy
la S.Chesnut Avenue y entre sus calles localizamos
una dedicada al Muscat, es decir al moscatel. Como
curiosidad, en 1945 contó con el primer cine para
coches del condado, una tradición muy americana
que tenía el nombre de Málaga Motor In y que ofre-
cía a los conductores doble sesión de cine9. Muy
poco ha crecido esta comunidad un siglo después.
Calles amplias, casas unifamiliares y un parque con
piscina y campito de beisbol completan este rincón
de California.
}En México existe una Málaga que sigue siendo
una gran desconocida incluso para los habitantes
de Durango, la ciudad más próxima (se encuentra
muy cerca de su aeropuerto). Los únicos datos fi a-
bles nos los proporciona la Secretaría de Turismo
de este estado, que señala que el pueblo tenía 268
habitantes en el año 2010 y a él se puede acce-
der por la carretera a Gómez Palacio o bien por
la autopista, también a esta última población. La
Secretaría de Turismo, que señala que no tiene
“levantamiento fotográfi co” de esta Málaga, nos
9 Celebrating the Journey, 150 years of Fresno County and Beyond pag. 150
remite a una página de internet, de la que hemos
reproducido una foto de la línea de tren más cer-
cana. Algún dato más nos aporta el señor Sharp,
del Colegio Americano de Durango, que en dos oca-
siones ha estado en las proximidades de este pue-
blo, en concreto en un pastizal vecino, también
conocido como Málaga, famoso por la diversi-
dad de sus aves. El portavoz del Colegio Ameri-
cano nos informa de que la Málaga mexicana está
formada por posibles ejidatarios, nombre que en
México hace referencia a los campesinos que reci-
bieron tierras expropiadas a grandes hacendados.
Estos ejidatarios no pueden vender las tierras pero
sí dejárselas a sus descendientes.
Malaga México. Ferrocarril Durango Coahuila cerca de Málaga
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Library of Congress. Washington
133
En Guatemala, perteneciente al municipio de
Escuintla, se encuentra la llamada Aldea Málaga.
El periodista guatemalteco Lucas Arnulfo Chapas,
con quien contactamos, ha tenido el detalle de via-
jar hasta esta población y tomar las fotografías que
acompañan a este reportaje. Las fotos nos muestran
una modesta aldea en medio de una frondosa vegeta-
ción, con una iglesia llena de encanto. Además, Aldea
Málaga cuenta con una escuela rural para alumnos
de primaria. En internet encontramos un informe
sobre la Salud en Guatemala en el que consta que la
población de Aldea Málaga en 2001 era de 427 per-
sonas distribuidas en 90 casas. Por otro lado, gracias
al periodista sabemos que esta Málaga guatemal-
Málaga Guatemala
Málaga Guatemala, otra vista
134
PE N D V L O X X I I I
teca ha sido siempre un asentamiento campesino.
Hacia 1800 era el latifundio de un hacendado espa-
ñol, quién sabe si con vínculos con nuestra ciudad
o nacido en ella. En los años 50 del pasado siglo las
tierras se parcelaron y se fue formando un pequeño
centro urbano, poco desarrollado, en la carretera que
va desde la capital hasta Puerto San José.
Y aunque esto pertenezca a la pequeña histo-
ria de este artículo, quede constancia de tres meses
de gestiones con el Ayuntamiento de Santo Tomás
de Jánico, en la República Dominicana, que fi nal-
mente se han quedado en buenas intenciones. Por
suerte, hemos podido contactar con el señor Omar
Collado, que tiene un blog sobre esta ciudad10 y que
se ha tomado la molestia de indagar sobre la Málaga
dominicana, que en realidad es un diseminado al
sur de Santo Tomás de Jánico. La paradoja más
grande es que esta Málaga se encuentra en el origen
de la ciudad, pues fue en este lugar donde Cristóbal
Colón, en marzo de 1494, levantó una de sus forta-
lezas, una construcción de madera que se conver-
tiría en la segunda del Nuevo Mundo y la primera
tierra adentro en la isla de La Española. Se locali-
zaba en el Valle del Cibao y le puso el nombre de
10 www.eljaniquerocom-ocollado.blogspot.com
Málaga Guatemala.Interior de la iglesia
135
Santo Tomás para recordar la incredulidad de quie-
nes dudaban de la existencia de oro. Muy cerca de
esta fortaleza, de la que hoy sólo quedan un par de
monolitos conmemorativos, se encuentra la zona lla-
mada de la Loma del Corral, aunque los habitantes
de Jánico también la conocen como Málaga. ¿Cuál
es la causa?, nos la desvela el señor Omar Collado,
que explica que se debe a un antiguo asentamiento
gitano, y fueron sus propios pobladores quienes le
pusieron este hombre. El señor Collado cuenta que
en Jánico existe otro lugar llamado Gitanos, aunque
también subraya que el origen del nombre es una
tradición. “No tenemos datos precisos o históricos
sobre esto”, resalta.
En la vecina isla de Cuba, en la provincia de
Santiago de Cuba, se localiza en el municipio de
Segundo Frente el pueblo de Mayarí Arriba, cuyo
origen habría sido una fi nca llamada en principio
Málaga Arriba, pero se trata de una aseveración
sin base documental como ahora veremos. Los
datos los aportan los hermanos Jorge Luis y Jorge
Manuel Sell, miembros de la rama cubana de la
familia malagueña del mismo apellido. “Cuenta
un viejo poblador que fue el de Málaga Arriba el
nombre de una fi nca alrededor de la cual creció
la actual población. El dueño de esta fi nca se dice
que era un español veterano de la guerra del 95”,
detalla Jorge Luis Sell (la guerra de 1895 es la que
en España se conoce añadiéndole tres años más, es
decir la del 98, en realidad duró de 1895 a 1898).
Sin embargo este dato no tiene fundamento real,
pues como le informa el señor Orlando Batista,
historiador del municipio al que pertenece Mayarí
Arriba, su origen es aborigen tomado del río del
mismo nombre, y no hay dato alguno en los regis-
tros de propiedad del territorio ni aún en el de
Santiago de Cuba de poblado, antiguo latifundio
o fi nca rústica con el nombre de Málaga Arriba.
Pero además Jorge Luis Sell ha tenido la paciencia
de contactar con historiadores de las cinco pro-
vincias que forman el antiguo Oriente cubano,
comprobando que tampoco hay en ellas rastro
documental de fi nca o población llamada Málaga
Arriba. Quede pues esta Málaga cubana reducida
de momento a un nombre sólo sustentado por el
recuerdo o la tradición.
Por último, en el departamento de Santander,
en Colombia, se encuentra la Málaga más grande
de todas, con unos 25.000 habitantes, capital de
la provincia de García Rovira. Debe su nombre al
capitán general y justicia mayor del Nuevo Reino
de Granada Gonzalo Suárez Rendón, que había
nacido en la Málaga española en 1503, hijo de un
jerezano que marchó poco antes a la recién con-
quistada ciudad del Reino de Granada para repo-
blarla. Gonzalo Suárez acababa de fundar en
tierras colombianas la población de Tunja y en
1542 decidió enviar al capitán Jerónimo Aguayo
para que fundara otro núcleo más al norte. El
sitio elegido era un frondoso y fértil valle descu-
bierto el año anterior por Hernán Pérez de Que-
sada y bautizado como Los Cercados, porque con
cercas de palo y cañas era como los indios de la
zona limitaban sus casas. El nuevo pueblo debería
llamarse Málaga, en honor de la ciudad natal de
don Gonzalo. Tras luchar con los indios de la zona
fue fundado ofi cialmente por Jerónimo Aguayo el
10 de marzo de 1542 con el nombre de San Jeró-
nimo de Nuestra Señora de la Soledad de Málaga,
a poca distancia de la ciudad actual. Pero este pri-
mer asentamiento tuvo una vida muy corta, según
detalla el doctor Diego Andrés Roselli en un com-
136
PE N D V L O X X I I I
pleto artículo para el diario económico colom-
biano Portafolio. Y es que, mientras se producía
la fundación de la Málaga colombiana, había sido
nombrado gobernador legítimo del Nuevo Reino
de Granada Alonso Luis de Lugo, hijo del ante-
rior gobernador, quien, por disputas políticas, en
mayo de 1543, además de mandar apresar a Gon-
zalo Suárez, ordenó destruir la nueva población
de Málaga aduciendo que su fundación había sido
un acto ilegítimo. Se quedó así Málaga sin ser la
cuarta ciudad más antigua de Nueva Granada.
En los siguientes años, permanecieron en la
zona grandes propietarios de tierras, por la fertili-
dad del valle, pero no fue hasta 1650 que el prior
dominico fray Jerónimo Surita (sic) autoriza vender
el predio llamado Hato de Tequia, que lo adquiere
por 600 pesos Juan de Ayala. Su hermano, el pres-
bítero Tomás de Ayala, construirá ahí la capilla para
los habitantes de esa segunda Málaga que ofi cial-
mente comienza a nacer y que no tendría catego-
ría de parroquia hasta 1694, trazándose sus calles
un año más tarde. De la prosperidad de esta nueva
Málaga hablaba el padre Basilio Vicente de Oviedo,
quien la visitó en el siglo XVIII: “Muy buenas hari-
nas y azúcares, dulces y dátiles, mucho ganado y de
todo, grande y menor, bovino, ovejuno y cabrío, y
se crían muchas y buenas mulas”. Algo de esta fama
continúa en nuestros días, pues la Málaga colom-
biana es famosa por sus quesos y dulces. Entre estos
últimos destaca la panucha.
Por último, este viaje por las málagas del mundo
concluye en dos islas de Estados Unidos con este
nombre. En concreto se encuentran ambas en el
estado de Maine, aunque han tenido trayectorias
históricas muy dispares. La primera de ellas, en la
desembocadura del río Meadows. Puede deber su
nombre a la palabra de los indios abanakis Málaga,
que signifi ca “cedro”, pero también existe una teo-
ría que protagoniza Benjamin Darling, un esclavo
negro caribeño que se estableció en Maine y fue
liberado a fi nales del XVIII por su dueño, el capi-
tán Darling, porque le salvó la vida al naufragar
su bergantín, que al parecer había sido construido
con madera de la Málaga española. Como premio
por su acción, en 1794 Benjamin Darling recibió
un dinero con el que compró la isla de Horse, pero
sus descendientes se establecieron en otras de alre-
dedor, entre ellas la isla de Málaga, que tiene una
terrible historia detrás y es que, desde la década de
1860 fue poblándose por miembros de las familias
Darling y Griffi n, formadas por antiguos esclavos
negros que en esos años de la Guerra de Secesión
habían conseguido la libertad al abolirse en los esta-
dos del Norte la esclavitud.
La isla se pobló de una comunidad de blancos
y negros que vivió en buena armonía y dio lugar a
parejas mixtas, algo prohibido entonces. En 1900
vivían en la isla unas 40 personas. Cinco años más
tarde, la prensa comenzó a hablar de la “sangre
negra sureña” y de la inmoralidad de los Mála-
gaites, como eran conocidos. El estado reaccionó a
las críticas en 1911 con la expulsión de los isleños,
Málaga Colombia.Vista de una calle(cogida de un foro de internet)
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algunos de los cuales fueron enviados a un sana-
torio mental recién inaugurado. El oprobio conti-
nuó con el traslado de las tumbas de los Málagaites
al cementerio de este psiquiátrico. En nuestros
días se suceden los estudios y documentales sobre
esta comunidad y los descendientes de los isleños
hablan del trauma que para sus abuelos y bisabue-
los supuso la expulsión.
Pero existe otra Málaga Island en Maine. El
historiador Dennis Robinson, un experto en la his-
toria de la costa de Nueva Inglaterra, nos informa
de que la isla de Málaga, es la más pequeña de las
nueve islas rocosas de Shoals, un diminuto archi-
piélago que se encuentra dividido entre los estados
de New Hampshire y Maine. Por las fotografías
que ha tenido la amabilidad de enviarnos, vemos
que Málaga es casi un suspiro de isla, con espacio
para construir en ella una sola vivienda. Desde el
siglo 19 está conectada por un rompeolas con su
hermana mayor, la isla de Smuttynose. Las carac-
terísticas de estas dos islas, las únicas del archi-
piélago sin árboles, ofrecían a los pescadores que
regresaban de los grandes bancos de pesca del
sur de Canadá un lugar ideal para secar y salar
el bacalao ya a comienzos del siglo XVI. El señor
Robinson resalta el origen ciertamente español del
nombre de Málaga. Y aunque las primeras eviden-
cias históricas en la isla provienen de pescadores
ingleses hacia 1620 —la escritura de venta de una
solitaria casa en la isla— otros historiadores sos-
tienen que la presencia de pescadores españoles es
anterior. ¿Algún pescador malagueño bautizó este
modesto islote? Es muy posible. En la actualidad, el
historiador informa de que la isla de Málaga es de
propiedad privada, pero sus modestísimas medi-
das la han convertido únicamente en un refugio
de gaviotas, con espléndidas vistas a tres estados
de Norteamérica. Termina aquí este paseo cosmo-
polita y en cierto modo malagueño aunque muchas
de estas poblaciones luzcan el nombre de Málaga
sin acento. Pero se lo hemos puesto a todas, ¿será
por tildes?
Málaga ShoalLa islita del fondo.