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    Roberto Fernndez Retamar seala que a nes de

    los aos 80 e inicios de los 90 lo que se ha dadoen llamarel corto siglo XX, se desarrolla una orgams bien perpleja de los pos(t)ismos.1Tomando comomarco este desenfrenado auge de los pos, se desarrollala idea de poscolonialidad. Esta proyeccin de trabajocultural-ideolgica fue promovida y desarrollada porintelectuales y acadmicos latinoamericanos, ubicadosen universidades estadounidenses. En estas pginaspretendemos analizar los estudios poscolonialesen Amrica Latina y explorar su pertinencia comoinstrumento metodolgico para el anlisis de las cienciassociales, en especial de la historia.

    Los estudios poscoloniales en Amrica Latina hangenerado una inmensa controversia, en la cual se incluyehasta el ttulo bajo el cual fueron concebidos. Resultaobvio que despus de la colonia se inicia un perododiferente en el plano poltico; pero este concepto esdemasiado lato para explicar los propsitos de suscreadores.

    Janet Iglesias Cruz

    Javier Gutirrez Forte

    Colonia y colonialidadms all del relato

    El carcter impreciso del trmino ha sido sealadopor Peter Hulme en el inicio de su artculo La teoraposcolonial y la representacin de las culturas en lasAmricas, cuando expresa: Hay solo dos partescontroversiales en el trmino poscolonial: una es elprejo pos; la otra, la palabra colonial.2De estamanera simple, pero categrica, ha resumido la polmicaen torno a la poscolonialidad.

    Poscolonialidad y posoccidentalidad

    Pero, qu encierra el ambiguo trmino que aqu nos

    ocupa? Cul es el campo de conocimientos de estasteoras? Casi todos los autores coinciden en calicarlosde estudios culturales,3razn por la cual, de manerageneral, la palabra poscolonialidad es utilizada paradenir la reexin de los intelectuales de las antiguascolonias sobre las herencias econmicas, sociales yculturales que fueron causadas por los aos de coloniaje.En este sentido, Peter Hulme, en el texto citado, denela teora poscolonial como un cuerpo de trabajosque intenta romper con los supuestos colonialistas

    Profesores. Centro de Altos Estudios Fernando Ortiz, Universidad de La Habana.

    no. 64: 91-99, octubre-diciembre de 2010.

    Este artculo obtuvo Mencin en el Premio Temasde Ensayo 2008,en la categora de Ciencias Sociales.

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    que han signado muchos de los proyectos de crticapoltica y cultural lanzados desde Europa y los EstadosUnidos, mientras aprende de ellos y, frecuentemente,los remodela. Para Hulme, esta teora incluye todos losestudios que deben ser repensados, para poder lograr unmejor entendimiento de ellos a partir de la reelaboraciny apropiacin del instrumental terico existente. Segnnos explica, nada en la palabra poscolonialidad implicaun divorciologrado del colonialismo, ms bien [entraa]el procesode liberacin de los medios coloniales depensamiento.4

    Saurabh Dube considera que el uso del vocabloposcolonialidad es polticamente correcto, puesresulta tolerable a odos de decanos escpticos;adems, expresa menos culpabilidad para los pases delPrimer mundo que el de estudios de neocolonialismo,y es ms inclusivo que el de estudios de la Comunidadde Naciones Britnicas. Aade que este trminoaprovecha la deslumbrante fortuna de comercializacindel [concepto de] posmodernismo.5

    Lo cierto es que, por una u otra causa, dichotrmino hace posible la comercializacin de toda unaproduccin de foros, artculos, libros y cursos, enlos cuales los estudios enmarcados en esta corrientese presentan como una necesidad de los territoriosperifricos o marginales, bajo un nombre atractivo quedisuelve las prcticas de supremaca de los espaciosacadmicos de los pases del Primer mundo dondese desenvuelven, por lo general, los intelectualesque trabajan estos temas, para explicar, a partirde anlisis no hegemnicos, los vnculos entre elpasado colonial, en el que el capitalismo evolucion,y el presente imperial, dentro del cual la globalizacin

    neoliberal ha logrado establecer su predominio. De estaforma, pretenden crear un instrumento de liberacinintelectual que acompae, adecuadamente, la denitivaindependencia econmica y poltica. Es, en resumen,la bsqueda de la autodeterminacin intelectuala travs de la construccin de modelos regionales deconocimiento.6

    Las lneas de estudios poscoloniales se caracterizanpor rechazar los mltiples legados cognoscitivos ysocio-culturales del colonialismo; se cuestionan lapretensin de objetividad y universalidad de lasformas de conocimiento institucionalizadas comociencias en el transcurso del proceso de conquista y

    sometimiento colonial del mundo no europeo; ademsde poner en duda las estrechas conexiones entre poder,conocimiento y distribucin territorial del mundo,establecidas como parte del colonialismo. Buscan laruptura y el descentramiento geo-cultural del locus deenunciacin del conocimiento, desde Occidente haciaotras regiones poscoloniales del mundo, y demandanla formulacin de un saber capaz de dar cuentade la agenciahistrica de los sujetos y colectividadessubalternadas.7

    Estos estudios han construido un cuerpo dedeniciones claves, como colonialidad; colonialidaddel saber y colonialidad del poder. El primer trminoes denido como uno de los elementos constitutivosy especcos del patrn mundial de poder capitalista.Se funda en la imposicin de una clasicacin racial/tnica de la poblacin del mundo como piedra angularde dicho patrn de mando, y opera en cada uno de losplanos, mbitos y dimensiones materiales y subjetivasde la existencia social cotidiana.

    Los conceptos colonialidad del poder ycolonialidad del saber fueron denidos por AnbalQuijano, quien ubica su surgimiento en Amrica.

    Para este historiador y sus seguidores, la raza es unacategora mental de la modernidad,8utilizada por loscolonizadores para justicar la conquista, la colonizaciny las relaciones de dominacin.

    Amrica, para los poscoloniales, es la propiciadora dela modernidad, razn por la cual la colonialidad es partesustancial de esa categora. Tales estudiosos sostienenque la modernidad no es un fenmeno europeo, sinode todo el mundo conocido. Segn EnriqueDussel,esta surge con el descubrimiento de Amrica y esprecisamente este continente el que permite que Europasea el centro de ella, y se convierta en la concienciareexiva de la historia mundial.

    Por mltiples razones, el vocablo poscolonialresulta, para muchos investigadores, un conceptoinapropiado para Amrica Latina. Comenzaremoseste anlisis a partir de las limitaciones sealadas porestudiosos indios como Gayatri Chakravorty Spivak.9Segn esta autora, Amrica Latina no ha participado en

    la descolonizacin porque los procesos independentistasde esta regin no ocurrieron en las dcadas de los 40a los 60 del siglo XX. A esta afirmacin, RobertoFernndez Retamar acota: Cmo se llama aquello enque s ha participado durante ms de dos siglos?.10Loscriterios de Spivak han sido muy debatidos. De su parteestuvieron algunos acadmicos como Rolena Adorno yJorge Klor de Alva, quienes tambin excluyen a Amricade los estudios poscoloniales al considerar que susguerras de independencia no fueron, en lo esencial,libradas por los colonizados contra los colonizadores;lo que resulta un total contrasentido, porque si no seestaba luchando por eliminar el estatus colonial, cul

    era el objetivo de esas luchas? Por su parte, RamnPajuelo Teves, partiendo de los anlisis hechos porWalter Mignolo11y por Fernando Coronil,12encuentrados causas para rechazar la utilizacin del trminoposcolonialidad para Amrica Latina y el Caribe:las tempranas independencias de la regin, que ladesmarcan de los procesos de reexin generados porlas alcanzadas despus de la Segunda guerra mundial,y el peculiar proceso de constitucin relacional entreAmrica Latina y Occidente ya que la primera fue

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    concebida como parte de la periferia del hemisferiooccidental y no como su otredad, muy diferentedel que tuvo lugar en el mundo oriental.13

    En relacin con el Caribe, Pajuelo Teves ignorala multiplicidad de islas no hispanohablantes queobtuvieron su independencia despus de la Segundaguerra mundial, y otros antiguos enclaves que formanparte de territorios europeos Martinica, AntillasHolandesas, Islas Vrgenes Britnicas, adems delas Islas Vrgenes estadounidenses. Tratando de hallarrespuestas a esta cuestin, Mignolo opina que laposcolonialidad tiene su lugar natural en los casosde las ex colonias britnicas.14Lo anterior encuentraeco en trabajos tan dismiles como el de la historiadoraespaola Izaskun lvarez Cuartero,15 y el de VctorBravo, quien considera que el trmino, aplicado aAmrica Latina, es un violentamiento conceptualque ha sido legitimado por el prestigio de la academianorteamericana. Para rearmar esta idea cita a Dirlix:Lo poscolonial comienza cuando los intelectualesdel Tercer mundo han llegado al mundo acadmico delPrimer mundo.16

    A partir de la crtica sobre la pertinencia de utilizardicho trmino para el subcontinente americano, se haacuado otro concepto similar, el de posoccidentalismo,que, segn Santiago Castro-Gmez, es una manera deevitar que se le considere la sucursal latinoamericanade una compaa transnacional llamada teoraposcolonial.17Para Mignolo, el cambio obedece a lanecesidad de encontrar un trmino que sea aceptadopor los estudiosos de Amrica Latina, por los que desdelos Estados Unidos se ocupan de estudiar a esta regin

    y por los que nancian estos estudios.

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    Para llegar a los conceptos de occidentalismo yposoccidentalismo, toma como punto de partidael trabajo de Fernndez Retamar Nuestra Amrica yOccidente19y los anlisis realizados por este sobre laadecuacin del posoccidentalismo a nuestra regin.Considera que el posoccidentalismo es una continuaciny profundizacin de la crtica poscolonial formuladadesde la especicidad latinoamericana, que se formaen el cruce y superposicin de poderes imperiales. Esaes la razn, segn Mignolo, para utilizar tal concepto enlugar de posmodernismo o poscolonialismo, yaque es una palabra que encuentra su territorio natural

    en la trayectoria del pensamiento latinoamericano.Ampliando este criterio aade: Me gusta pensar quelo que en general se entiende por posoccidentalismo,posorientalismo, poscolonialismo es una formacinespecca del proyecto, ms amplio, de reexin crticasobre los legados coloniales.

    Otro estudioso del tema, Fernando Coronil, haabordado la cuestin en artculos como Ms alldel occidentalismo: hacia categoras neohistricas noimperiales y Naturaleza del poscolonialismo: del

    eurocentrismo al globocentrismo.20En este ltimo,utiliza el vocablo occidentalismo como sinnimo deeurocentrismo. Dentro de esta corriente de estudio, hayautores como el lsofo colombiano Santiago Castro-Gmez, quien maneja el concepto de poscolonialidadsin ningn temor a la sucursalidad que puede implicareste trmino.21Utiliza, como referente terico, elconjunto de la obra de Edward Said, mostrando queel trmino poscolonial y la reexin terica queconlleva pueden ser perfectamente utilizados en el casode Latinoamrica.

    Pensamos, en consonancia con la reflexin dePajuelo Teves, que el eje del grupo de acadmicosafiliados a esa corriente se encuentra en el hechode compartir un campo problmico comn quegenera hallazgos interrelacionados y que an resultaprematura la utilizacin del concepto posoccidentalismopara denominar los trabajos a cuyos autores nosreferimos. Pero, a diferencia de lo planteado por l,consideramos que estos se enmarcan, claramente, enlo que denomina el pensamiento social o la losofacrtica latinoamericana.

    Actualmente, adems del trmino poscolonial, quean se emplea, hemos corroborado el uso de otrasexpresiones como descolonizacin y pensamientodecolonial. Son utilizadas por investigadores comoMara Lugones, quien estudia las relaciones entrecolonialidad y gnero y ha creado un centro depensamiento decolonial en Binghamton, EstadosUnidos, y Nelson Maldonado Torres, que laborasobre el concepto de colonialidad-descolonialidad delser, entre otros. Por su parte, Walter Mignolo, en sus

    ltimos trabajos, maneja los trminos descolonizaciny descolonialidad, continuadores de los conceptosde poscolonialidad y posoccidentalidad que amplansu campo de investigacin hacia todas las experienciascoloniales. Consideramos que estos cambios respondena las realidades polticas que vive el mundo, cuandolos sueos democratizadores de la globalizacindemostraron ser falacias.22

    La controversia de los pos a partir de su localizacingeogrca y sus objetivos, ya sean los construidos poralgunos cientcos sociales que analizan una realidadconcreta o por aquellos que los ven como el simplerelato de una realidad imaginada, que nunca logran

    contextualizar, es ms una cuestin de trminos quede diferencias reales entre sus objetos de estudio.

    Puntos de partida tericos y situacionales

    Los estudios poscoloniales tienen una de sus basestericas ms importantes en los cultural studiesnacidos enInglaterra a nales de la dcada de los 50 del siglo XX.Elgrupo de intelectuales integrado por Raymond Williams,

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    William Hoggart, Edward P. Thompson y Stuart Hall,entre otros, desarroll, desde la perspectiva marxista,una nueva interpretacin de los problemas del arte, laliteratura y otras prcticas sociales signicantes, estotrajo como consecuencia una profunda renovacin enla lectura de los fenmenos culturales.

    Los cultural studiesllegaron a los Estados Unidos, yall se generalizaron con celeridad debido a la capacidadde sus colectivos acadmicos para facilitar la indagacincrtica de los fenmenos culturales de una maneratransdisciplinaria. Esto posibilit su rpida introduccinen algunos contextos latinoamericanos. Bajo su impulso,y como parte de la ola renovadora que se produjo en elmundo intelectual europeo a nales de los 60 del sigloXX,nacieron, tambin en Inglaterra, los denominadossubaltern studies, por un pequeo grupo de jveneshistoriadores del sur de Asia reunidos en torno a RanajitGuha, profesor de historia en la Universidad de Sussex.Este grupo realiz una reinterpretacin marxista de la

    historia a partir de los escritos gramscianos, y tuvo comoobjetivo principal crear una nueva agenda para lahistoriografa de la India, una agenda que reconociera lacentralidad de los grupos subordinados protagonistaslegtimos pero desheredados en la hechura delpasado, y con ello corrigiera el desequilibrio elitista degran parte de lo que se escriba al respecto.23

    La repercusin de estas discusiones lleg al campointelectual de los latinoamericanos insertados enuniversidades de lite de los Estados Unidos, dondenaci el Latin American Subaltern Studies Group, cuyoManifestoreconoce la inuencia que sobre ellos tuvieron,de manera directa, las ideas promovidas por los subaltern

    studies. Esto se maniesta en las constantes citas a laobra de Guha. Tambin se evidencia la inuencia de loscultural studies y la proyeccin de un marco internacionalglobalizante, signado por profundos cambios en lapoltica, la economa y el inmenso poder que detentanlos medios de comunicacin en manos de los sectoreshegemnicos. Una de las integrantes de este grupo,la nicaragense Ileana Rodrguez, reafirma dichaascendencia y agrega las de Michel Foucault y AntonioGramsci.24Esta mltiple inuencia ha sido retomada yreconocida por el grupo que aborda la poscolonialidadlatinoamericana, como puede verse en las obras deMignolo, Quijano, Pajuelo, Castro-Gmez y EstelaNadal, entre otros.

    Algunos tericos de los estudios poscolonialesreconocen la obra de Roberto Fernndez Retamarcomo uno de los pilares de esta corriente depensamiento en el marco latinoamericano. Taldistincin radica en la incitacin que hace el poetacubano a la construccin de una teora literarialatinoamericana como un instrumento de liberacinintelectual capaz de acompaar, adecuadamente, la

    definitiva independencia econmica y poltica denuestro continente. Se trata, en sntesis, de la bsquedade una autodeterminacin intelectual a travs de laconstruccin de modelos regionales de conocimiento,que proponen la cultura popular como una alternativafrente a la metropolitana. La nota discordante en esta

    tendencia es aportada por Santiago Castro-Gmez, paraquien el Caliban de Retamar no puede ser representativode los subordinados en Amrica Latina. En la raz desu crtica asoma el cuestionamiento de algunos de losposcoloniales por las influencias del marxismosovitico y el concepto de clase social, presentes en laobra de Fernndez Retamar.25

    Otra de las bases de los estudios poscoloniales esel trabajo de Immanuel Wallerstein sobre el sistema-mundo y la vinculacin entre centro y periferias.26Estosconceptos ayudaron a los tericos de la poscolonialidada tomar conciencia de que las supuestas periferiastambin pueden analizarse como centros. Su inuencia

    se maniesta de manera precisa en los trabajos deMignolo, especialmente en su artculo La colonialidada lo largo y a lo ancho. El hemisferio occidental enel horizonte colonial de la modernidad,27 dondeaplica la propuesta de Wallerstein y la trasmuta ensistema-mundo moderno colonial, armando quela colonialidad es el reverso de la modernidad, su ladooscuro. En otro artculo, publicado en 1996, Espaciosgeogrcos y localizaciones epistemolgicas: la ratioentre la localizacin geogrca y la subalternizacin deconocimientos, Mignolo plantea algunas de sus clavespara entender el desarrollo de los pos en AmricaLatina. Reconoce, adems, como puntos de partida para

    la posterior reexin poscolonial en nuestro continente,dos de las obras de Darcy Ribeiro:El proceso civilizatorioy Las Amricas y la civilizacin. En Posoccidentalismo: elargumento desde Amrica Latina,Mignolo arma:

    la teora de la dependencia (en sociologa y economa)y la teora del colonialismo interno (en sociologa yantropologa), complementaron el escenario de laproduccin intelectual en Amrica Latina. Ambas son,a su manera, reexiones posoccidentales, en la medidaen que ambas buscan proyectos que trasciendan lasdicultades y los lmites del occidentalismo. Tambinson respuestas a nuevos proyectos de occidentalizacinque, segn este autor, sustituyen los trminos y accionesde cristianizacin o de misin civilizadora, por

    los de desarrollo.28

    Santiago Castro-Gmez reconoce como antecedentesde los estudios poscoloniales en Amrica Latina a JosCarlos Maritegui un marxista heterodoxo, VctorRal Haya de la Torre, Jos Enrique Rod, DarcyRibeiro, Pablo Gonzlez Casanova y Fals Borda, entreotros autores reconocidos por su crtica al imperialismocultural. Destaca que son escasos los estudios que hanhecho nfasis en una dimensin propiamente epistmica

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    del colonialismo, puesto que se centran en los aspectoseconmicos, histricos o polticos.29

    Para la mayor parte de los estudiosos poscoloniales,la posmodernidad crea el marco idneo para la crticade la modernidad como invencin europea pues, enlo fundamental, se maniesta a partir de su perl

    colonial. Esta manera de apreciar las cosas permite unaperspectiva ms amplia sobre la difusin de las teorasposcoloniales. Segn la investigadora chilena NellyRichard, la posmodernidad:

    Al crear la posibilidad de releer crticamente la modernidad[...] nos brinda la oportunidad de reconsiderar todolo que haba quedado por decir [] En el contextolatinoamericano, esta revisin de la modernidad nospermite plantear de nuevo el asunto de nuestra propiaidentidad de individuos nacidos de y en la mezcladialctica.30

    A pesar de los criterios que sitan la posmodernidadcomo el asunto idneo para el desarrollo de laposcolonialidad, muchos de sus estudiosos hacenun deslinde entre ambos conceptos. Para Mignolo,por ejemplo, posmodernidad y modernidad son doscaras de una misma moneda; por esta causa, convocaa separar la dicotoma posmoderno/poscolonial a travsde un examen crtico de los lenguajes de la academiay de la crtica cultural.31 Por su parte, Pajuelo Tevesargumenta que debe marcarse la diferencia entre ambastendencias, pues la primera opac a la segunda y tambina algunos espacios intelectuales que haban nacido conla posmodernidad y traan consigo el cuestionamientoprofundo de sus propios fundamentos histricos yacadmicos.32

    Otro de los puntos de partida tericos para los estudiosposcoloniales se centra en el anlisis de la ltima etapa dela llamada globalizacin, surgida a nales de los aos 90.Tal posicin se enmarca en el anlisis de la cada del camposocialista, la crisis del marxismo y de las izquierdas,y considera que la cultura es uno de los principalesproductos globalizados. Reexiona sobre cmo eseproceso mundial est conformando nuevas formas desometimiento y de exclusiones que rearman las viejasdesigualdades y crean otras.

    Crticas principales

    Los estudios poscoloniales latinoamericanos sepierden en un bosque de tupidos discursos, vagabundeanpor torcidas sendas narrativas y pierden de vista loesencial: la colonia y la colonialidad sobreviven fuera desus relatos. La necesidad de la independencia culturalen Amrica Latina es, en buena medida, la continuacinde una vieja y profunda polmica de inicios del sigloXX, centrada en las obras de Jos Enrique Rod,Jos Vasconcelos y Antonio Caso, desarro llada

    entre intelectuales seguidores del irracionalismo.Esta discusin es renombrada y ajustada por losposcoloniales a los nuevos tiempos de la globalizaciny al discurso posmoderno. Armar que categoras comolibertad, identidad, nacin, emancipacin, pobreza,explotacin, enajenacin, exclusin no son otra cosa

    que prcticas discursivas, conduce a un tremendo,infecundo y falaz extraamiento narrativo. Para estostericos la pobreza real no existe, es mero discurso, yel imperialismo es otro invento narrativo de Jos Mart,Julio Antonio Mella, Jos Carlos Maritegui y otros, quesolo buscaban un efecto de verdad y no pretendantransformar revolucionariamente las sociedades en lascuales les toc vivir.

    Una de las pretensiones de los estudios poscolonialeses criticar y deconstruir los discursos hegemnicos alplantear la necesidad de su superacin en AmricaLatina, pero abordan este constructo desde posicionestan hegemnicas como las que cuestionan. La mayor

    parte de los estudiosos de esta corriente viven en pasesdesarrollados, que fueron o son metrpolis coloniales,representantes de las culturas centrales del universo;realizan sus investigaciones en universidades de litede estos centros de poder; es decir, en un espaciodesde el cual se genera, de manera continua, eseconocimiento que supuestamente tratan de combatir.De una u otra forma, constituyen un sector de trabajoque aplica la hegemona al detentar el poder que generael conocimiento.

    Otro de los puntos conictivos, y en cierta medidacontradictorios, es que estas teorizaciones de losposcoloniales se plasman por lo general en ingls,

    sin siquiera apreciar que, cuando asumen el idiomadel otro, estn aceptando la carga de ese centro depoder, pues los problemas ms generales comienzana percibirse desde la ptica parcial de la cultura cuyoidioma se utiliza [...] en el idioma de la hegemona quehabla para s de lo marginal, subalterno, poscolonial.33El cuestionamiento sera entonces si realmente se tratade dar voz a los latinoamericanos subalternos o deconsolidar el poder de intelectuales procedentes de susculturas dentro de las universidades estadounidenses,a partir de la elaboracin de una nueva teora.

    Walter Mignolo, en su artculo Los estudiossubalternos son posmodernos o poscoloniales?:la poltica y las sensibilidades de las ubicacionesneoculturales, al realizar su anlisis sobre los subalternstudies cuestiona a sus hacedores: Desde dnderealizan su produccin intelectual, desde el Norte odesde el Sur?. Por si fuera poco, seala adems queel pensamiento terico est necesariamente vinculadoa ubicaciones lingsticas y geoculturales y que hacer locontrario constituira una herramienta para justicar lasubalternizacin de culturas.34Este argumento resulta

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    vlido para analizar su propia produccin intelectual,que contrariamente a lo que propone algo as como elviejo refrn de haz lo que digo y no lo que hago nosolo se realiza desde el Norte, sino que es producida enidioma ingls. Esta cuestin le ha procurado recientes ysperas confrontaciones con otros estudiosos, ante lascuales su reaccin fue prometer una respuesta en otromomento, que an se espera.35

    Utilizando el anlisis realizado por Richard Morse,Mignolo se refiere a los defectos de los estudioslatinoamericanos en los Estados Unidos, y los remitea la alienacin entre las dos Amricas. Arma quelas culturas de ambas no solo son diferentes, sinodiametralmente opuestas.36El asunto que nos concierneahora no es estar o no de acuerdo con la armacinde Morse retomada por el antroplogo argentino, sinollamar la atencin sobre lo que el profesor peruanoAntonio Cornejo Polar sealara tres aos ms tarde ensu Testamento intelectual:que los textos escritos en inglssuelen utilizar bibliografa en ese idioma y prescindiro no citar de lo que trabajosamente se hizo enAmrica Latina.37

    En el trabajo de Walter Mignolo Espaciosgeogrcos y localizaciones epistemolgicas..., dondese reere a dos textos importantes para los estudiosposcoloniales latinoamericanos, el de Roberto FernndezRetamar, que acua el trmino de posoccidentalismo,38yel de Edward Said, que refrenda el de posorientalismo,39el intelectual argentino hace el siguiente comentario:

    El primero, vertido en castellano, pas poco menos quedesapercibido [SIC] en la discusin intelectual internacional.El segundo, publicado en ingls y abarcando un espectroamplio de legados coloniales, desde la India al MedioOriente, tuvo una enorme repercusin.40

    Este importante comentario no solo refuerza loexpresado por Cornejo Polar, sino que esboza unaexplicacin para comprender por qu casi toda laproduccin de los estudiosos poscoloniales se escribeen ingls y no en la lengua de sus lugares de origen, yaque su objetivo primordial es ser ledos por la ampliacomunidad intelectual de habla inglesa.

    Tal circunstancia, que puede calicarse de pavorosapor sus implicaciones metodolgicas, permite entendercmo una teora que pretende enunciarse comodestinada a la liberacin de Amrica Latina no ha tenido

    la recepcin esperada por sus promotores, ni ha sidoadoptada ampliamente por los crculos intelectualeslatinoamericanos que laboran y piensan en sus culturasy pases de origen.

    Los elementos esbozados en este trabajo, comoresultado del anlisis de diversos estudiosos del tema,nos conducen a cuestionar las intenciones reales queexistieron al disear una nueva teora descolonizadorapara la regin, pues su discurso tiene un origen tanhegemnico y colonial como el que dicen combatir.

    La lgica ms simple indica que si lo que intentaronfue construir una teora para Latinoamrica, no tenasentido alguno disearla y divulgarla en un idiomaque no es el de la mayor parte de la regin. El uso deuna lengua hegemnica genera, segn Cornejo Polar, unajerarquizacin que parte no del contenido de lo que se

    escribe, sino del idioma en el que se redacta. En estesentido, nos acercamos al criterio esbozado por NellyRichard, comentado por Santiago Castro-Gmez yEduardo Mendieta, segn el cual

    lo que se halla en juego es el acceso a posiciones depoder en las universidades, la nanciacin millonaria deproyectos acadmicos, los intereses mercantilesde las editoriales y, por ltimo, la restructuracinmetropolitana de los programas educativos de acuerdoa las nuevas necesidades del capital. Es all, en este aparatoinstitucionalizado de saber-poder, donde se ubica eldebate sobre los estudios culturales, la poscolonialidady la subalternidad.41

    A los estudios poscoloniales se les puede sealar,

    como otro de sus errores, lo que Estela FernndezNadal describe para el caso de Walter Mignolo: eldesconocimiento que este muestra sobre la categoramarxiana de clase social. Al respecto, seala:

    Estas afirmaciones nos llevan a reflexionar sobrelas dificultades que plantea cualquier programaepistemolgico de superacin de un paradigma tericopor el que nunca se ha pasado. Pues es evidente queMignolo no conoce la categora marxiana de clasesocial, ni la abundante literatura marxista posterior (nisus antecedentes en Hegel) sobre clase-en-s y clase-para-s, origen de clase y conciencia de clase.42

    Esta acotacin de Fernndez Nadal es aplicable

    a otros casos similares, como el del colombianoSantiago Castro-Gmez, quien trata de sealar elpunto ciego de Marx, pero lo fundamental es queesa crtica se realiza a partir del Manifesto comunista,cuyo claro destino era la divulgacin poltica parael proletariado de Europa occidental. Esta es unaseleccin congruente e ideolgicamente intencionadapara construir generalizaciones sobre el pensamientode Carlos Marx, a partir de un anlisis exclusivamentedel discurso. La utilizacin de una obra ms compleja,comoEl Capital,obligara a estos intelectuales a hacerun estudio econmico y poltico de la sociedad en elque no tienen ningn inters.

    El desconocimiento del pensamiento del lsofoalemn es palpable en los autores de casi todas lasobras y artculos consultados para este trabajo. Marxes citado a partir de referencias secundarias y node sus obras originales. Lo que hemos descrito conrespecto al lsofo de Trveris sucede tambin con laproduccin intelectual del italiano Antonio Gramsci,cuyos conceptos de subalternidad y hegemona sonprofusamente utilizados por los estudios poscoloniales

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    de Amrica Latina sin un saber cabal de su obra. Se trata dereproducir categoras exentas de un anlisis profundo.

    En las obras de los autores poscoloniales, larealidad histrica no traspasa su carcter discursivo. Porejemplo, los aborgenes y los negros de Latinoamricason apreciados por ellos como comunidades nooccidentales. En la actualidad modernizante pueden servistos realmente as? Cabra analizar las diferencias entrelos orgenes y el presente. Pensamos que, junto con loancestral de sus culturas, estos individuos han vivido porsiglos en la occidentalidad. Son herederos directos delas primeras vctimas, pero tambin lo son de la culturade los victimarios. Sobreviven en el mundo occidental,y asumen sus reglas.

    Como se expres al inicio de este trabajo, los estudiosposcoloniales carecen de investigaciones capaces devericar los abundantsimos postulados que proponen.La sobreproduccin sobre el tema y su alejamientode las realidades del continente impiden comprobarla veracidad de sus teoras. Nstor Garca Canclini destacaque la preocupacin principal de estos estudios se vinculams a la ltima moda intelectual que a la realizacin deacuciosos trabajos diseados para un largo plazo, quepermitan vericar estas grandes teorizaciones.43Padecende una circularidad referencial, pues la mayora de lascitas remiten a miembros de un mismo grupo. Se obviantrabajos realizados por otros estudiosos de la regin.Por ejemplo, casi la mitad de las citas que aparecen enlos textos de Walter Mignolo pertenecen a sus obrasanteriores o a las de Anbal Quijano, lo cual este ltimoreciproca. De igual forma, se ignora la produccin delas ciencias sociales de Europa, sobre todo de la no

    angloparlante, que tuvo y tiene una gran inuencia enLatinoamrica.44

    Otro de los problemas que presentan estos estudioses que se mueven a travs de valores dicotmicos: blancoo negro, sin admitir los medios tonos. Magnican elpapel de las culturas populares; al decir de Castro-Gmez se pretende que las masas estn dotadas de unasuperioridad moral frente al opresor, por el mero hechode ser oprimidas, lo que los acerca mucho a la retricacristiana de la victimizacin. En esta direccin, se puedellegar a extremos como el de Walter Mignolo, quienplantea que en el mundo posoccidental el intelectualsobra.45Esto implica un nuevopos:el posintelectual.

    El camino trazado por esas reexiones nos conduce alprimitivismo, tantas veces usado. Volvemos al mito delbuen salvaje?

    La Historia y los estudios poscoloniales

    Para muchos de los representantes de laposcolonialidad la ciencia es solo un invento dela modernidad, un instrumento de dominacin, y se

    puede prescindir de ella. No hay diferencia entre elcuentacuentos y el historiador porque, para ellos, amboshacen literatura con alguna pretensin de veracidad.Esto tal vez se deba a su asuncin del papel de lahistoria como conciencia losca de la modernidad.La equiparacin de la historia con la literatura, as comoel entrelazamiento con la ccin, es una propuesta muygeneralizada desde nes del siglo XX. El historiadorespaol Carlos Barros ubica su origen en los EstadosUnidos.46

    La corriente de estudios poscoloniales no presentacoherencias temticas, solo comparte un objetode estudio: Amrica Latina. Sus obras carecen depropuestas metodolgicas; tampoco existe ningnintento por sistematizar la inmensa experienciasubcontinental. Muestran gran apego a trminosgenricos como subalternidad o marginalidad, sinmayores precisiones, de forma tal que homogeneizandiferentes clases sociales y ocultan las diferencias entreestas, sus capas, sectores y grupos. Pretenden ignorarque tales aspectos existen, que en su seno se generan yluego despliegan las diferencias. Esta forma de abordarel objeto de estudio solo permite realizar un anlisissimplicador, parcializado y mutilado, privado de unacategora axial, que s tiene el anlisis histrico.

    A pesar de las acerbas crticas que los estudiososposcoloniales realizan a los grandes metarrelatoshistricos, a los cuales acusan de silenciar las voces delos subalternos, se puede colegir que bajo esta defensadel marginado sin voz se encubren propsitos decreacin y consolidacin de un nuevo discursohegemnico cuyo centro radica en las universidades

    de lite de los Estados Unidos. Para los poscoloniales,la historia resulta disuelta o subsumida en un montajeculturalista.

    Ms que entender a los latinoamericanos y susculturas, tratan de explicarse las relaciones, desdela ptica de la cultura, entre los centros de poder ysus periferias.Todo esto conduce a materializar unasospecha, pues lo que realmente est en juego es laconstruccin de un lugar de enunciacin panptico,desde el cual un vigilante privilegiado en estecaso intelectuales que han emigrado a territorioestadounidense y estn bien ubicados en su mundoacadmico, pretende universalizar sus experiencias,

    a la vez que reduce a mujeres y hombres subalternos deAmrica Latina a una masa homognea, coherente; unhomnculo mental producto de una mirada ajena.

    En Cuba, los estudios poscoloniales se handesenvuelto ms en la literatura y el arte que en lasciencias sociales, al igual que en los Estados Unidos.En ambos casos, incentivados por las becas ynanciamientos dedicados al rea de la literatura enlas universidades que estudian a Latinoamrica en esteltimo pas.

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    En los estudios histricos, en la Isla ha existidoms inters por los de los subalternos que por losposcoloniales propiamente dichos, con mayor o menorapego a las propuestas del grupo indio. En este contextose destacan los estudios de gnero, los referidos a lascapas populares, y los enmarcados en temas sobre la

    racialidad, entre otros. En ocasiones se maniesta que,ms que estudiar a los subalternos como sujetos sociales,se trata de estudiar temas subalternos.47

    Llama la atencin que, a pesar del auge que desdeinicios de los aos 90 tuvieron los subaltern studiesy lasteoras poscoloniales, sean poco mencionados en Cuba.Tambin resulta preocupante su ausencia en los eventosdedicados a la produccin intelectual iberoamericanaque se desarrollan en nuestro pas. Por qu ocurreesto? Esta interrogante podra tener una de dos posiblesrespuestas: porque no es aceptada por la poltica culturalocial, o porque la escuela cubana de Historia halogrado una madurez tal que le permite distanciarse de

    la propuesta poscolonial. La segunda nos parece la msprxima a la realidad. Lo que no se explica entonceses la ausencia de una crtica profunda a los estudiosposcoloniales dentro de la Historia como ciencia.

    Como puede apreciarse, estos estudios sobreAmrica Latina son, en lo fundamental, investigacionesculturales que no brindan instrumentos nuevos a loshistoriadores, aunque provengan de los subaltern studies.Ni siquiera se les puede adjudicar el propsito de resaltar elanlisis del discurso como instrumento de aproximacinal estudio de un colectivo humano. Esta cuestinfue apuntada por Michel Foucault y por LawrenceStone, quienes plantearon la urgencia de examinar

    textos contemporneos a los grupos humanos que seinvestigan.48

    Una de las virtudes del pensamiento poscoloniales la de apelar a una reinterpretacin de la historiade la regin desde nuestros pases latinoamericanosy subdesarrollados. Pero es imprescindible que sustericos sean capaces de retroalimentarse con losresultados de las investigaciones histricas para evitarfrecuentes dislates en sus trabajos. Hemos podidoconcluir que, en general, les hace falta profundizar enlos instrumentos tericos que emplean, como sucedecon el marxismo,pues el que utilizan no pasa de ser,en la mayora de los casos, de manual, que ignoralos aportes realizados desde Antonio Gramsci49hastaEdward Thompson y Eric Hobsbawm, a pesar deldiscurso legitimador que incluye a estos pensadores enel basamento de su propuesta.

    Los estudios poscoloniales han propuesto nuevasvis iones sobre un tema que no por conocido hasido sucientemente analizado: el hecho de que lacolonialidad dene la cultura de los oprimidos y la delos opresores.

    Notas

    1. Roberto Fernndez Retamar, Pensamiento de NuestraAmrica: autorreexiones y propuestas, Casa de las Amricas,n. 204, La Habana, julio-septiembre de 1996.

    2. Peter Hulme,La teora poscolonial y la representacin delas culturas en las Amricas, Casa de las Amricas, n. 202, La

    Habana, enero-marzo de 1996.3. Entre los autores que enmarcan la poscolonialidad en losestudios culturales se encuentran Peter Hulme, Ramn PajueloTeves, Estela Fernndez Nadal,Walter Mignolo,Saurabh Dube,Santiago Castro-Gmez, Nstor Garca Canclini, Vctor Bravo,Edward Said y Gayatri Spivak.

    4. Peter Hulme, ob. cit.

    5. Saurabh Dube, Temas e intersecciones de los pasadosposcoloniales, en Saurabh Dube, coord.,Pasados poscoloniales,Colegio de Mxico, Mxico, D.F., 1999.

    6. Zulma Palermo, Los estudios sociocrticos y el sujeto coloniallatinoamericano, Ponencia en el Congreso Internacional deSociocrtica, Universidad de Guadalajara, octubre de 2000,

    disponible en www.cucsh.udg.mx.7. Para esta caracterizacin utilizamos el trabajo de RamnPajuelo Teves, Del poscolonialismo al posoccidentalismo:una lectura desde la historicidad latinoamericana y andina,Comentario Internacional, n. 2, Quito, 2001.

    8. Anbal Quijano, Colonialidad del poder, eurocentrismo yAmrica Latina, en Edgardo Lander, comp., La colonialidaddel saber: eurocentrismo y ciencias sociales. Perspectivaslatinoamericanas,CLACSO-UNESCO, Buenos Aires, 2000.

    9. Gayatri Spivak, Outside in the Teaching Machine, Routledge,Nueva York y Londres, 1993.

    10. Roberto Fernndez Retamar, ob. cit.

    11. Walter Mignolo, Herencias culturales y teoras poscoloniales,enBeatriz Gonzlez Stephan, comp., Cultura y Tercer mundo.Cambios en el saber acadmico,Nueva Sociedad-Nubes y Tierra,Caracas, 1996, p. 101.

    12. Fernando Coronil, Ms all del occidentalismo: haciacategoras neohistricas no imperiales, Casa de las Amricas,n. 214, La Habana, 1999.

    13. Ramn Pajuelo Teves, ob. cit.

    14. Walter Mignolo, Posoccidentalismo: el argumento desdeAmrica Latina, en Santiago Castro-Gmez y EduardoMendieta, eds., Teoras sin disciplina (latinoamericanismo,

    poscolonialidad y globalizacin en debate),Miguel ngel Porra,Mxico, D.F., 1998.

    15. Izaskun lvarez Cuartero, La Ilustracin cubana desde los

    estudios poscoloniales: posibilidades para una investigacin, enImilcis Balboa y Jos A. Piqueras, eds.,La excepcin americana,Centro Francisco Toms y Valiente, Valencia, 2006.

    16 . Vctor Bravo, Poscoloniales, nosotros? Lmites yposibilidades de las teoras poscoloniales, disponible en http//atlantis.uh.cu.

    17. Santiago Castro-Gmez,La (pos)colonialidad explicada alos nios. Perspectivas latinoamericanas sobre modernidad,colonialidad, y geopolticas del conocimiento,Instituto Pensar,Universidad Javeriana, Bogot, 2000.

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    18. Walter Mignolo, Posoccidentalismo..., ob. cit. Resulta,cuando menos curioso, que dos aos antes, en 1996, en elartculo Espacios geogrcos y localizaciones epistemolgicas:la ratio entre la localizacin geogrca y la subalternizacin deconocimiento (disponible en www.javeriana.edu.co), este autorarmaba que el objetivo de su inters por la colonizacin y lateora poscolonial no era decidir cul pas es poscolonial y culno, sino realizar una reexin crtica sobre el colonialismo tanto

    con miras acadmicas como de transformacin social.

    19. Roberto Fernndez Retamar, Nuestra Amrica y Occidente,Casa de las Amricas,n. 98, La Habana, 1976.

    20. Fernando Coronil, Ms all del occidentalismo..., ob.cit.; y Naturaleza del poscolonialismo: del eurocentrismo alglobocentrismo, en Edgardo Lander, ob. cit.

    21. Santiago Castro-Gmez,La Hybris del punto cero. Ciencia,raza e ilustracin en la Nueva Granada (1750-1816),InstitutoPensar, Ponticia Universidad Javeriana, Bogot, 2004.

    22. Walter Mignolo, El pensamiento descolonial, AmricaLatina en Movimiento, Quito, septiembre de 2006.

    23. Vase Saurabh Dube, ob. cit., p. 11.

    24. Ileana Rodrguez, profesora de la Universidad de Ohio,entrevistada por Juan Zeballos-Aguilar sobre el quehacer delGrupo de Estudios Subalternos Latinoamericanos (Procesos.

    Revista Ecuatoriana de Historia, n. 10, Quito, 1997), reconocela dicultad que entraa para ella y los miembros del gruporesponder por qu toman como modelo al Grupo de EstudiosSubalternos del Sudeste Asitico y no las experienciasintelectuales posestructuralistas y gramscianas latinoamericanas.Walter Mignolo en The Darker Side of the Renaissance. Literacy,Territoriality and Colonization (The University of MichiganPress, 1995), a diferencia de Ileana Rodrguez, reconoce lainuencia de un amplio espectro de pensadores latinoamericanosde diferentes pocas e ideologas, que van desde Jos CarlosMaritegui hasta Leopoldo Zea, por lo que resulta, cuandomenos, extraa la armacin de Rodrguez sobre lo embarazoso

    de la pregunta.25. Santiago Castro-Gmez, Geografas poscoloniales ytranslocalizaciones narrativas de lo latinoamericano. La crticaal colonialismo en tiempos de la globalizacin, en RobertoFollari y Rigoberto Lanz, comps.,Enfoques sobre posmodernidaden Amrica Latina, Editorial Sentido, Caracas, 1998, pp. 18-9.

    26. Immanuel Wallerstein, The Modern World-System: CapitalismAgriculture and the Origins of the European World-Economy inthe Sixteenth Century,Academic Press, Nueva York, 1974.

    27. Walter Mignolo, La colonialidad a lo largo y a lo ancho: elhemisferio occidental en el horizonte colonial de la modernidad,en Edgardo Lander, ed.,La colonialidad del saber. Eurocentrismo

    y ciencias sociales. Perspectivas latinoamericanas,CLACSO-UNESCO, Buenos Aires, 2000.

    28. Walter Mignolo, Posoccidentalismo..., ob. cit.

    29. Santiago Castro-Gmez, La (pos)colonialidad..., ob. cit.

    30. Nelly Richard, Cultural Peripheries: Latin American andPostmodernist De-centering, en John Beverley, Jos Oviedoy Michael Aronna, eds., The Postmodernism Debate in Latin

    American, Duke University Press, Durkham, 1995.

    31. Walter Mignolo, Los estudios subalternos son posmodernoso poscoloniales? La poltica y las sensibilidades de las ubicacionesneoculturales, Casa de las Amricas,n. 204, La Habana, julio-septiembre de 1996.

    32. Ramn Pajuelo Teves, ob. cit.

    33. Antonio Cornejo Polar, Del testamento intelectual de AntonioCornejo Polar, Casa de las Amricas,n. 212, La Habana, julio-septiembre, 1998, p. 4.

    34. Walter Mignolo, Los estudios subalternos.., ob. cit., p. 24.

    35. Esto surge al calor del debate generado por el artculoEurocentrism 21stCentury: The King and the Colonial Vassal,

    julio de 2008, disponible en www.waltermignolo.com.

    36. Ibdem, pp. 27-8.

    37. Antonio Cornejo Polar, ob. cit.

    38. Roberto Fernndez Retamar, Nuestra Amrica..., ob. cit.

    39. Edward Said, Orientalismo,Libertarias/Prodhu, Madrid,1995.

    40. Walter Mignolo, Espacios geogrcos..., ob. cit.

    41. Santiago Castro-Gmez y Eduardo Mendieta, Introduccin,Teoras sin disciplina..., ed. cit.

    42. Estela Fernndez Nadal, ob. cit.

    43. Nstor Garca Canclini,El malestar en los estudios culturales,disponible en http//atlantis.uh.cu.

    44. Sobre la influencia de las ciencias sociales europeas,fundamentalmente la francesa, vase Carlos Antonio AguirreRojas, Itinerarios de la historiografa del siglo XX. De losdiferentes marxismos a los varios Annales,Centro de Investigaciny Desarrollo de la Cultura Cubana Juan Marinello, La Habana,1999, pp. 239-58; Carlos Barros, Hacia un nuevo paradigmahistoriogrco,Debates Americanos,n. 10, La Habana, julio-diciembre de 2000.

    45. Mignolo, Walter, Posoccidentalismo..., ob. cit.

    46. Carlos Barros, ob. cit.

    47. Sobre estos temas podemos resaltar la obra de PedroDeschamps Chapeaux, El negro en la economa habanera del

    siglo XIX, UNEAC, La Habana, 1970; y de Gloria Garca, Laesclavitud desde la esclavitud, Editorial de Ciencias Sociales,La Habana, 2003.

    48. Lawrence Stone, History and Post-Modernism, Past andPresent,n. 131, Oxford, mayo de 1991, p. 217.

    49. De Antonio Gramsci son imprescindibles los conceptossobre hegemona y su significado gnoseolgico; tambin los desubalternidades y sociedad civil tan utilizados por losestudiosos poscoloniales y tan pocas veces citados por estos,desarrollados por su autor en Cuadernos de la prisin.

    , 2010