034b - MARIA DE NAZARETH, LA MUJER PERFECTA, LA SUPER EVA, SEGÚN LAS REVELACIONES HECHOS A MARIA...

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MARIA DE NAZARETH, LA MUJER PERFECTA, LA SUPER EVA, SEGÚN LAS REVELACIONES HECHOS A MARIA VALTORTA DEL SEÑOR JESÚS Y DE LA VIRGEN MISMA: Los hombres y los Cristianos en particular, conocen Maria de Nazareth; también la conocen como la Virgen, la Madre de Jesús; también la conocen como la Inmaculada Concepción como la Virgen Maria y con otros nombres. Todos los Cristianos lo ruegan y la invocan como Madre y Co-Redentora 1 ; muchos de nosotros pueden hablar y escribir de Usted y de Sus célebres Apariciones, él última de las que a Medjugorje en Croacia: inició el 24 de junio de 1981 y todavía en curso, abril 2013. Nosotros sabemos y creemos en Su importantísimo papel en el Plan de la Salvación de Dios - empezado en su fase final - con la aceptación de Maria a volverse la Madre de Jesús, el Mesías por la intervención del Espíritu de Dios 2 . Ella nos prepara a recibir la intervención redentivo del Hijo Jesús, el Emmanuele es decir el Dios con nosotros 3 , el Redentor/Salvator 4 de la Humanidad. Pero mientras tanto la Virgen inicia la obra redentora de quien se dirige a Ella, a cualquiera raza, pueblo o religión pertenezca. Pero no todos los hombres conocen la particular promesa de Redención y Salvación que la Virgen les hace a todos, también a los No cristianos: << ... A todos aquellos que por cinco meses, al primero sábado se confesarán, desgranarán el Rosario, y me har del Rosario, con la intención de ofrecerme reparaciones, prometo de asistirlos en la harán compañia por quince minutos meditando los Misterios (mi nota : del Rosario) con la intención de ofrecerme reparaciónes, prometo de asistirlos en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias a la Salvación 5 >>. Esta promesa es la obra maestra de la Virgen, en Su calidad de Co-Redentora en la Historia de la Salvación. ¡Potencia del amor! ¡Tampoco Usted tiene cuento de los pecados de los hombres y de las mujeres que se valen Su promesa! ¡ Por lo tanto también Usted es amor! Por cuánto concierne las numerosísimas Apariciones de la Virgen en las diferentes Naciones del mundo se consulta la lectura de un libro, por ejemplo aquel de Paola Giovetti, Usted Apariciones del Virgo Maria, Ediciones San Paolo. También quién escribe podría hablar indignamente de la Virgen, pero prefiere referir algunas Revelaciones que el Señor Jesús y la Virgo Maria misma le hicieron a Maria Valtorta en el siglo XX°. En todos los diez volúmenes del Evangelio revelado a la Valtorta son cantadas las alabanzas de Maria. De tales volúmenes ha sido llevado un libro de 256 páginas de parte de Gabriele M. Raschini, del título "Usted Virgen en los escritos de Maria Valtorta", publicado de CEV srl, Avenida Piscitelli 89-91, 03036, Isla del Liri (FR), Italia. 1 Maria Valtorta, L’Evangelo come mi è stato rivelato, Vol. I°, página 96 y Vol. VI°, página 284, CEV srl, Viale Piscitelli 89-91, 03036 Isola del Liri (FR), Italia 2 Vangelo di Luca 1, 26-38 ; Il Corano, trad. L. Bonelli, sura III 40 y 52-53, Ulrico Hoepli 3 Isaia 7, 14 y nota 7, 14 4 Vangelo di Luca 2, 8-20 ; Eileen Caddy, Le porte interiori, Mensajes del 24 y 25 de Diciembre, Amrita ; Cerchio Firenze 77, Le grandi verità ricercate dall’uomo, páginas 160-161 (“Il ritorno” del Cristo), Mediterranee 5 Lucia racconta Fatima, página 141, Editrice Queriniana ; Pregate, Pregate, Pregate, página 248, MIR 1

Transcript of 034b - MARIA DE NAZARETH, LA MUJER PERFECTA, LA SUPER EVA, SEGÚN LAS REVELACIONES HECHOS A MARIA...

MARIA DE NAZARETH, LA MUJER PERFECTA, LA SUPER EVA, SEGÚN LAS REVELACIONES HECHOS A MARIA VALTORTA DEL SEÑOR JESÚS Y DE LA VIRGEN MISMA:

Los hombres y los Cristianos en particular, conocen Maria de Nazareth; también la

conocen como la Virgen, la Madre de Jesús; también la conocen como la Inmaculada Concepción

como la Virgen Maria y con otros nombres. Todos los Cristianos lo ruegan y la invocan como

Madre y Co-Redentora 1 ; muchos de nosotros pueden hablar y escribir de Usted y de Sus

célebres Apariciones, él última de las que a Medjugorje en Croacia: inició el 24 de junio de 1981 y

todavía en curso, abril 2013. Nosotros sabemos y creemos en Su importantísimo papel en el Plan

de la Salvación de Dios - empezado en su fase final - con la aceptación de Maria a volverse la

Madre de Jesús, el Mesías por la intervención del Espíritu de Dios 2 .

Ella nos prepara a recibir la intervención redentivo del Hijo Jesús, el Emmanuele es decir el

Dios con nosotros 3 , el Redentor/Salvator 4 de la Humanidad. Pero mientras tanto la Virgen inicia

la obra redentora de quien se dirige a Ella, a cualquiera raza, pueblo o religión pertenezca. Pero

no todos los hombres conocen la particular promesa de Redención y Salvación que la Virgen les

hace a todos, también a los No cristianos: << ... A todos aquellos que por cinco meses, al primero

sábado se confesarán, desgranarán el Rosario, y me har del Rosario, con la intención de

ofrecerme reparaciones, prometo de asistirlos en la harán compañia por quince minutos

meditando los Misterios (mi nota: del Rosario) con la intención de ofrecerme reparaciónes,

prometo de asistirlos en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias a la Salvación 5 >>.

Esta promesa es la obra maestra de la Virgen, en Su calidad de Co-Redentora en la Historia de la

Salvación. ¡Potencia del amor! ¡Tampoco Usted tiene cuento de los pecados de los hombres y de

las mujeres que se valen Su promesa! ¡ Por lo tanto también Usted es amor!

Por cuánto concierne las numerosísimas Apariciones de la Virgen en las diferentes

Naciones del mundo se consulta la lectura de un libro, por ejemplo aquel de Paola Giovetti, Usted

Apariciones del Virgo Maria, Ediciones San Paolo.

También quién escribe podría hablar indignamente de la Virgen, pero prefiere referir

algunas Revelaciones que el Señor Jesús y la Virgo Maria misma le hicieron a Maria Valtorta en el

siglo XX°. En todos los diez volúmenes del Evangelio revelado a la Valtorta son cantadas las

alabanzas de Maria. De tales volúmenes ha sido llevado un libro de 256 páginas de parte de

Gabriele M. Raschini, del título "Usted Virgen en los escritos de Maria Valtorta", publicado de CEV

srl, Avenida Piscitelli 89-91, 03036, Isla del Liri (FR), Italia.

1 Maria Valtorta, L’Evangelo come mi è stato rivelato, Vol. I°, página 96 y Vol. VI°, página 284, CEV srl, Viale Piscitelli89-91, 03036 Isola del Liri (FR), Italia2 Vangelo di Luca 1, 26-38 ; Il Corano, trad. L. Bonelli, sura III 40 y 52-53, Ulrico Hoepli3 Isaia 7, 14 y nota 7, 144 Vangelo di Luca 2, 8-20 ; Eileen Caddy, Le porte interiori, Mensajes del 24 y 25 de Diciembre, Amrita ; Cerchio Firenze 77, Le grandi verità ricercate dall’uomo, páginas 160-161 (“Il ritorno” del Cristo), Mediterranee5 Lucia racconta Fatima, página 141, Editrice Queriniana ; Pregate, Pregate, Pregate, página 248, MIR

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Se aconseja sea la adquisición de la estupenda obra evangélica del Valtorta que del libro

antedicho. Aquí me limito a indicar los episodios que me han golpeado de más y que son

contenidos en el primero volumen de dicho Evangelio :

1. Se vean las páginas 22/30 del primero volumen de la obra de la Maria Valtorta, El

evangelio como me ha sido revelado, publicado por CEV srl, Viale Piscitelli 89/91, 03036 Isola del

Liri (FR), Italia.

Dice Jesús:

<< Surges y te apresuras, pequeña amiga. Tengo ardiente deseo de llevarte con Mí en el azul

paradisíaco de la contemplación de la virginidad de Maria. Surgás con el alma fresca como si

fuera tú incluso creado testé del Padre, una pequeña Eva que todavía no conoce carne. Surgás

con el espíritu lleno de luce, perché te zambullirás en la contemplación de la obra maestra de

Dios. Surgás con todo tu ser harto de amor, porque habrás comprendido como sepa amar Dios.

Hablar de la concepción de Maria, ella Sin mancha, quiere decir zambullirse en el azul, en la luz,

en el amor. Vienes y lees las glorias de Usted en el libro del avo": Dios me poseyó al principio de

Sus obras, desde el principio, antes de la creación. De la eternidad fui establecida, al principio,

antes que fuera hecha la tierra, no eran todavía suertes los abismos que yo ya era concebida.

Todavía no las fuentes de las aguas rebosaban y los montes se erigían en su grave mole, ni las

colinas eran collares al sol, que yo era parida. Dios no había hecho todavía la tierra, los ríos y las

bisagras del mundo, y yo era. Cuando preparaba los cielos yo estaba presente, cuando con ley

inmutable cerró bajo la bóveda el abismo, cuando hechas estable hacia arriba la bóveda celeste y

os suspendieron las fuentes de las aguas, cuando fijaba al mar sus confines, y daba leyes a las

aguas de no pasar su término, cuando echaba los fundamentos de la tierra, yo estaba con Él a

ordenar todas las cosas. Siempre en la alegría bromeaba continuamente frente a Él, bromeaba en

el universo...".

La habéis aplicado a la Sapiencia, pero hablan de Usted: la bonita Madre, la santa Madre,

la virgen Madre de la Sapiencia que Yo soy que te hablo.

He querido que tú escribieras lo primero verso de este himno en jefe al libro que habla de

Usted, porque fuera confesada y nota el consuelo y la alegría de Dios; la razón de Su constante,

perfecta, íntimo regocijo de este Dios Uno y Trino, que os lleva y ama y que del hombre hubo

muchas razones de tristeza; la razón por que perpetuó la raza también cuando, a la primera

prueba, se mereció ser destruida; la razón del perdón que habéis tenido. Tener a Maria que lo

amara. ¡Ay! ¡Bien merecía crear el hombre y dejarlo vivir, y decretar de perdonarlo, para tener la

Virgin bonita, la Virgin santa, la Virgin immacolata,la Virgirgin enamorada, la Hija querida, la Madre

purísima, la Novia amorosa! Tanto y más todavía os ha dado y os habría dado Dios también de

poseer la criatura de Sus delicias, el Sol de su sol, la Flor de Su jardín. Y mucho os sigue dando

por Usted, a solicitud de Usted, por la alegría de Usted, porque su alegría se volver a echar en la

alegría de Dios y la aumenta a resplandores que llenan de destellos la luz, la gran luz del Paraíso,

y cada destello es una gracia al universo, a la raza del hombre, a los Beatos mismos que

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contestan con un resplandeciente grito suyo de aleluya a cada generación de milagro divino,

creado por el deseo del Dios trino de ver el resplandeciente la risa de alegría de la Virgin. Dios

quiso poner un rey en el universo, que Él creó del nada. Un rey que, por naturaleza de la materia,

fuera lo primero entre las criaturas creadas con materia y dotadas de materia. Un rey que por

naturaleza del Espíritu, fuera poco menos que divino, fundido a la Grazia como estaba en su

inocente primero día. Pero la Mente suprema, a cuyo son conocidos todos los acontecimientos

más lejanos en los siglos, cuyo ve continuamente todo cuanto era, es y será; y qué, mientras

contempla el pasado y observa el presente, he aquí que arroja la mirada en el último futuro y no

ignora como será el morir del último hombre, sin confusión y discontinuidad, no ha ignorado nunca

que el rey de Él creado para ser semidivino a su costado en Cielo, heredero del Padre, llegado

adulto en Su Reino después de haber vivido en la casa de la madre - la tierra con que fue hecho -

durante su puerizia de niño de lo Eterno por su día sobre la Tierra, habría cometido verso si

mismo el delito de matarse en la Grazia y el latrocinio de robarse del Cielo. ¿Por qué entonces ha

creado él? Ciertamente muchos si lo preguntan. ¿Habríais preferido no ser? ¿No merece, también

por si mismo,también así pobre y desnuda, y hacha áspera de vuestra maldad, de haber vivido

este día, para conocer y admirar el infinito Bonito que la mano de Dios ha sembrado en el

universo? Por quien habría hecho estos astros y planetas que corren como saetas y flechas,

rayando el arco del firmamento, o van o parecen lentos, van majestuosos en su carrera de

bólidos, regalándovos luces y estaciones y dándovos, eternos inmutables e itambién mudables

siempre, una nueva página de leer en el azul, cada tarde, cada mes, cada año, casi quisieran

decirvos: “Olvidáis la cárcel, dejáis vuestras habitaciones llenas de cosas oscuras, podridas,

sucias, venenosas, mentirosas, blasfemas, corruptoras, y os elevadas, al menos con la mirada, en

la ilimitada libertad de los firmamentos, hacéis vos un alma azul mirando mucho buen tiempo,

hacéis vos una reserva de luz de llevar en vuestra cárcel oscura, leéis la palabra que nosotros

escribimos cantando nuestro coro sideral, más armonioso de aquél llevado por órgano de

catedral, la palabra que nosotros escribimos resplandeciendo, la palabra que nosotros escribimos

amando, ya que siempre tenemos presente El que nos dio la alegría de ser, y lo amamos para nos

haber dado este ser, éste resplandecer, éste correr, este ser liberos y bonitos entre este azul

suave más allá del que vemos un azul aun más sublime, el Paraíso, y del que cumplimos la

segunda parte de la regla de amor amandovos, próximo nuestro universal, amandovos con el

darvos guía y luz, calor y belleza. Leéis la palabra que nosotros decimos, y es aquella sobre la

que nosotros regulamos nuestro canto, el nuestro resplandecer, nuestra risa: “ ¿Dios "? Por quien

habría hecho aquel líquido azul, espejo al cielo, camino a la Tierra, sonrisa de aguas, voz de

donde, palabra también ella que con crujidos de seda desplazada, con pequeñas risotadas de

niñas serenas, con suspiros de viejos que recuerdan y lloran, con bofetadas de violento y choques

y mugidos y boati, siempre habla y dice: "¿Dios?" El mar es por vosotros, como lo son el cielo y

los astros. Y con el mar los lagos y los ríos, los estanques y los arroyos y los fuentes puras, que

sirven todos a llevarvos, a nutrirvos, a refrescarvos y mondarvos, y que os sirven, el Creador

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sirviendo, sin salir a sumergirvos como merecéis. Por quien habría hecho todas las innumerables

familias de los animales, que son flores que volan cantando, que son sirves qué corren, que

trabajan, que nutren, que os recrean: ¿los reyes? ¿Por quién habría hecho todas las

innumerables familias de las plantas y las flores que parecen mariposas, que parecen gemas e

inmóviles pajaritos, de los frutos que parecen collares o cofres de gemas, que soy alfombra a

vuestros pies, amparo a vuestras cabezas, distracción, útil, alegría a la mente, a los miembros, a

la vista y al olfato? ¿Por quién habría hecho los minerales entre las entrañas del suelo y las sales

soltadas en álgidas o hirvientes manantial, los azufres, los yodos, los bromos, si no porque ellos

gozara a uno que no fuera Dios pero hijo de Dios? Uno: el hombre. A la alegría de Dios, a la

necesidad de Dios nada se necesitaba. Él basta a Si mismo. No tiene que contemplarse para

complacerse, para alimentarse, vivir y reposarse. Toda la creación no ha aumentado de un átomo

su infinidad de alegría, belleza, vida, potencia. Pero todo lo ha hecho por la criatura que ha

querido poner rey en la obra de él hecho: el hombre. Para ver tanta obra de Dios y por gratitud a

su potencia que os la dona, merece vivir. Y de ser vivientes tenéis que estar agradecidos. Lo

habríais debido aunque no hubierais sido redimidos otro que al final de los siglos, porque, a pesar

de que hayáis estado en los Primeros, y ahora lo seáis singularmente todavía, prevaricadores,

soberbios, lujuriosos, homicidios, Dios os concede todavía de gozar de lo bonito del universo, de

lo bueno del universo, y os trata como fuerais de los buenos, de los hijos buenos a cuyo todo es

enseñado y concedido para devolverles más dulce y sanea la vida. Cuánto sabéis, lo sabéis por

lumbre de Dios. Cuánto descubrís, lo descubrís por indicación de Dios. En el Bien. La otra

cognición y descubrimientos, que llevan mal señal de, vienen del Mal supremo, Satanás. La

Mente suprema que nada ignora, primera que el hombre fuera sabía que el hombre él habría sido

de sí mismo ladrón y homicida. Y ya que la Bondad eterna no tiene límites en su ser buena,

primera que la Culpa fuera pensó el medio para anular la Culpa. El medio: Yo. El instrumento

para hacer del medio un instrumento operante: Maria.

Y la Virgen, Nuestra Señora fue creada en el Pensamiento sublime de Dios. Todas las

cosas han sido creadas por Mí, Hijo querido del Padre. Yo-Rey habría debido tener bajo mi pie de

Rey divino alfombras y joyas cual ninguna palacio real tuvo de ello y cantos y voces, y sirves y

ministros alrededor de mi ser cuantos ningún soberano tuvo de ello y flores y gemas, todo el

sublime, lo grandioso, lo gentil, el minuto es posible llevar del Pensamiento de un Dios. Pero Yo

debía ser Carne más allá de que Espíritu. Carne para salvar la carne. Carne para sublimar la

carne, llevándola en Cielo muchos siglos antes de la hora. Porque la carne habitada por el

Espíritu es la obra maestra de Dios, y por ella había sido hecho el Cielo. Para ser Carne

necesitaba de una Madre. Para ser Dios necesitaba que el Padre fuera Dios. He aquí entonces

Dios crearse la Novia y decirle: Vienes conmigo. A Mi cadera ves cuanto Yo hago para nuestro

Hijo. Mira y exulta eterno Virgen, Niña eterna y tu sonrisa llena este empíreo y dé a los Ángeles la

nota inicial. Al Paraíso enseñas la armonía celeste. Yo te miro. Y te veo cuál serás, o Mujer

inmaculada qué hora sólo eres Espíritu: el Espíritu en cuyo Yo me complazco. Yo te miro y doy el

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azul de tu mirada al mar y al firmamento, el color de tu cabellos al trigo santo, como la blancura a

la azucena y el róseo a la rosa como es tu epidermis de seda, copio las perlas de tus dientes

menudos, hago las dulces fresas mirando tu boca, a los ruiseñores pongo en boca tus notas, y a

las tórtolas tu llanto. Y leyendo tus futuros pensamientos, oyendo los latidos de tu corazón, Yo

tengo motivo de guía en crear. Vienes, Mi Alegría, téngate los mundos por entretenimiento hasta

que me serás luz danzante en el Pensamiento, los mundos por tu risa, téngante los serti de

estrellas y los collares de astros, poneste la luna bajo los pies gentiles, fajados en la bufanda

estelar de Galatea. Son por ti las estrellas y los planetas. Vienes y gozas viendo las flores que

serán juego a tu Niño y almohada al Hijo de tu seno. Vienes y ves crear las ovejas y los corderos,

las águilas y las palomas. Sé mí cerca mientras hago las copas de los mares y los ríos y alzo las

montañas y las pinto de nieve y de selvas, mientras siembro los forrajes y los árboles y las vides,

y hago el olivo por tí, Mi Pacífica y la vid por ti, Mi sarmiento que llevarás el Racimo eucarístico.

Corres, vuela, exulta, o Mi Guapa y el mundo universo, que se crea de ahora en ahora, aprenda

a amarme de ti, Enamorada, y se haga más bonito por tu risa, Madre de mi Hijo, Regina de mi

Paraíso, Amor de tu Dios. Y todavía, viendo el Error y contemplándola Sin Error: Me vienes, tú

que borras la amargura de la desobediencia humana, de la fornicación humana con Satanás, y de

la humana ingratitud, Yo tomaré contigo, la revancha sobre Satanás ".

Dios, Padre Creador, había creado el hombre y la mujer con una ley de amor tanto

perfecta que os no podéis más tampoco de ella comprender las perfecciones. Se os extraviades

en el pensar a como habría venida la especie si el hombre no la hubiera conseguida con la

enseñanza de Satanás.

Miráis las plantas de fruto y de semilla. ¿Consiguen semilla y fruto a través de fornicación,

a través de una fecundación sobre ciento pareja? No. De la flor macho sale el polen y, conducido

por un complejo de ley meteórica y magnética, va al ovario de la flor a hembra. Este se abre y lo

recibe y produce. No se ensucia y lo rehusa luego, como vosotros hacéis, para gustar el día

después de la misma sensación. Produce, y hasta a la nueva estación no se hermosea, y cuando

se hermosea es para reproducir.

Miráis los animales. Todos. ¿Habéis visto nunca a un animal macho y una hembra ir el un

verso el otro por estéril abrazo y lascivo comercio? No. De cerca o de lejos, volando,

arrastrándose, saltando o corriendo, ellos van cuando es la hora, al ritual fecundativo, ni os se

sustraen parándose al gozo, pero van además a las consecuencias serias y santas de la prole,

única finalidad que en el hombre, semidiós por el origen de Grazia, que Yo he devuelto entera,

debería hacer aceptar la animalidad del acto, necesaria de cuando sois descendidos de un grado

hacia el animal.

Vosotros no hacéis como las plantas y los animales. Vosotros habéis tenido a maestro

Satanás, lo habéis querido a maestro y lo queréis. Y las obras que hacéis son dignas del maestro

que habéis querido. Pero si hubisteis sido fieles a Dios, habríais habido la alegría de los hijos,

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santamente, sin dolor. Sin agotarvos en cópulas obscenas, indignas, que ignoran también las

bestias, las bestias sin alma razonable y espiritual.

Al hombre y a la mujer, depravados por Satanás, Dios quiso oponer el Hombre nacido por

Mujer sobre sublimada por Dios, al punto de generar sin haber conocido a hombre: Flor que

genera Flor sin necesidad de semilla, pero por único beso del Sol sobre la copa inviolada de la

Azucena-Maria.

¡La revancha de Dios!

Silba o Satanás, tu livor mientras Ella nace. ¡Este Pargola te ha vencido! Antes que tú

fueras el Rebelde, el Tortuoso, el Corruptor, eras ya lo vencido y Usted tu vencedora. Mil ejércitos

alineados nada pueden contra tu potencia, caen las armas de los hombres contra tus escamas, o

Perenne, y no hay viento que valga a dispersar el hedor de tu aliento. Sin embargo este calcañar

de infante, que es tan róseo que parecer el interior de una camelia rosada, que es tanto liso y

blando que la seda es áspera a la comparación, que es tanto pequeño que podría entrar en la

copa de un tulipán, y hacerse de aquel raso vegetal una zapatilla, he aquí que te comprime sin

miedo, he aquí que te retiras en su cueva. Sin embargo he aquí que su vagido te hace volver en

fuga, tú que no tienes miedo de los ejércitos, y su aliento purifica el mundo de tu hedor. Eres

vencido. Su nombre, su mirada, su pureza son lanza, rayo y gruesa piedra que te traspasan, que

te derriban, que te encarcelan en tu madriguera de infierno, o Maldito, que le has quitado a Dios la

alegría de ser Padre de todos los hombres creados. Inútilmente ya los has corrotos, éste que

habían sido creados inocentes, llevándolos a conocer y a concebir por a sinuosidad la lujuria, Dios

privando, en la criatura su querida, de ser el Elargitore de los hijos segundas reglas que, si

hubieran sido respetadas, habrían mantenido sobre la tierra un equilibrio entre los sexos y las

razas, acto a evitar guerras entre los pueblos y desventuras entre las familias.

Obedeciendo también habrían conocido el amor. Más bien, sólo obedeciendo habrían

conocido el amor y lo habrían tenido. Una posesión llena y tranquila de esta emanación de Dios,

que de lo sobrenatural baja a lo inferior, porque también la carne exulta de ello santamente, ella

que es juntada al Espíritu y creada por el Mismo que le creó el Espíritu.

¿Ahora vuestro amor u hombres, vuestros amores que son? O libídine vestida por amor. O

miedo insanable de perder el amor del cónyuge por su libídine y de otros. No sois jamás más

seguros de la posesión del corazón del novio o de la novia, de cuando libídine está en el mundo.

Y tembláis y lloráis y os ponéis locas de celos, asesinos a veces para vengar una traición,

desesperados talaltra, abúlicos en ciertos casos, dementes en otros.

He aquí que has hecho Satanás a los hijos de Dios. Estos, que has corroto, habrían

conocido la alegría de tener a hijos sin tener dolor, la alegría de haber nacidos sin miedo del morir.

Pero ahora eres vencido en una Mujer y para la Mujer. De ahora adelante quién Usted amará

volverá a ser de Dios, superando tus tentaciones para poder mirar su inmaculada pureza. De

ahora adelante, no pudiendo concebir sin dolor, las madres tendrán Ella por consuelo. De ahora

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adelante tendrán las novias a guía y a los moribundos a madre. Por cuyo dulce será el morir sobre

aquel seno que es escudo contra ti, Maldito, y contra el juicio de Dios.

Maria (mi nota: Valtorta) pequeña voz, has visto el nacimiento del Hijo del Vergin y el

nacimiento al Cielo de la Vergin. Has visto por lo tanto que a los sin culpa es desconocida la pena

del dar a la vida y la pena del darse a la muerte. Pero si a la superinocente Madre de Dios fue

reservada la perfección de los celestes regalos, a todos, que en los Primeros hubieran quedados

inocentes e hijos de Dios, habría venido el generar sin dolores, como era justo para haber sabido

unirse y concebir sin lujuria, y el morir sin jadeo.

La sublime revancha de Dios sobre la venganza de Satanás ha sido el llevar a perfección

de la criatura querida a un superperfección, que anulara al menos en una cada recuerdo de

humanidad, susceptible al veneno de Satanás, por cuyo no de casto abrazo de hombre pero de

divino abrazo, que hace descolorar el espíritu en el éxtasis del Fuego, habría venido el Hijo.

¡La Virginidad de la Virgin!...

Vienes. ¡Medita esta virginidad profunda, que da en el contemplarla vértigos de abismo!

¿Qué es la pobre virginidad forzada de la mujer que ningún hombre se ha casado? Menos que

nada. ¿Cosa la virginidad de aquélla que quiso ser virgen para ser de Dios, pero sabe serlo sólo

en el cuerpo y no en el espíritu, en el que deja entrar muchos extraños pensamientos y caricia y

hacha caricias de humanos pensamientos? Empieza a ser una larva de virginidad. Pero bien poco

aún. ¿Qué es la virginidad de un claustral que vivas sólo de Dios? Mucho. Pero no es siempre

perfecta virginidad con respecto a aquella de la Madre mi.

Un coniugio os ha sido siempre, también en el más santo. Aquel de origen entre el Espíritu

y la Culpa. Aquél que sólo el Bautismo desata. Desata, pero, como de mujer separada por muerte

del novio, no devuelve virginidad total cual era aquella de los Primeros antes del Pecado. Una

cicatriz queda y duele, haciendo recuerdo de si, y siempre está lista a reflorecer en llaga como

ciertos morbos que periódicamente sus virus agudizan. En el Virgo no hay esta señal de soltado

coniugio con la Culpa. Su Alma aparece bonita e intacta como cuando el Padre la pensó

reuniendo en Usted todas las gracias.

Es el Vergin. Es la única. Es la Perfecta. Es ella Completa. Pensada tal. Quedada tal.

Coronada tal. Eternamente tal. Es la vergin. Es el abismo de la intangibilidad, de la pureza, de la

gracia, que se pierde en el abismo de que ha manado: en Dios, Intangibilidad, Pureza, Grazia

perfectísimas.

He aquí es la revancha del Dios trino y uno. Contra a las criaturas profanadas Él alza esta

Estrella de perfección. Contra la curiosidad malsana, este Esquiva, satisfecha sólo de amar Dios.

Contra la ciencia del mal, esta sublime Ignorante. En Usted no es sólo ignorancia del amor

abatido; no es sólo ignorancia del amor que Dios había dado a los hombres novios. Pero más

aún. En Usted es la ignorancia de los alicientes. Herencia del Pecado. En Usted sólo hay la

sapiencia gélida y candente del Amor divino. Fuego que coraza de hielo la carne, porque sea

espejo transparente al altar dónde un Dios se casa con un Vergin, y no se desalienta, porque Su

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Perfección abraza Aquélla que, como le se conviene a novia, es de sólo punto inferior al Novio, a

Él sometido porque Mujer, pero sin mancha como Él es >>.

2. Dice Jesús, se vean las páginas 33/34 del Primo volumen del Evangelio revelado a

Maria Valtorta, CEV srl, 03036 Isola del Liri, Viale Piscitelli 89-91, (FR), Italia: <<Salomón hace

decir a la Sapiencia: “Quien es niño me venga a mí ". Y realmente de la roca, de las murallas de

su ciudad, la eterna Sapiencia le decía a la eterna Niña: “Me vienes ". Ardía de tenerla. Más

tarde, el Hijo de la Niña purísima dirá: “Dejáis venirme a a los niños, ya que el Reino de los Cielos

es suyos y quién no se vuelve parecida a ellos no tendrá parte en mi Reino." Las voces se pillan

y, mientras que la voz del Cielo le grita a Maria pequeñita: “ Me vienes ", la voz del Hombre dice, y

piensa a su Madre en decirlo: “Me venís si sabéis ser niños ".

El modelo os el doy en Mi Madre. He aquí la perfecta niña del corazón de paloma simple y

pura, he aquí La que años de contactos de mundo no la volven huraña en una barbarie de espíritu

corrompido, tortuoso, mentiroso. Porque Ella no lo quiere. Me venís Maria mirando. Tú que la ves

me dices: ¿el su mirada de infante es muy diferente de lo que la viste a los pies de la Cruz, o en

el júbilo de la Pentecostés, o en la hora que los párpados bajaron sobre su ojo de gacela por el

último sueño? No. Aquí está la mirada incierta y asombrado del infante, luego será aquél

asombrado y verecundo del Anunciada, y luego aquel beato de la Madre de Belén, y luego aquel

adorante de Mi primera sublime Discípula, luego aquel torturado de la Torturada del Golgota,

luego la radiante mirada de la Resurrección y Pentecostés, luego aquel velado por el extático

sueño de la última visión. Pero, sea que se abra a las primeras vistas, sea que se cierre cansado

sobre la última luz, después tanto haber visto de gozo y de horror, el ojo es el sereno, puro,

plácido borde de cielo que siempre resplandece igual bajo la frente de Maria. Ira, mentira,

soberbia, lujuria, odio, curiosidad, no lo ensucian nunca de sus nubes humosas.

Es el ojo que mira Dios con amor, sea que llora o rie, y que por amor de Dios acaricia y

perdona y todo soporta, y del amor por su Dios es hecho inatacable a los asaltos del Mal, que

muchas veces se sirve del ojo para penetrar en el corazón. El ojo puro, relajante, bendeciente que

tienen los puros, los santos, los enamorados de Dios....>>.

Yo lo he dicho: “ Lumbre de tu cuerpo y el ojo. Si el ojo es puro, todo tu cuerpo será

iluminado. Pero si el ojo es turbio, toda tu persona estará en las tinieblas." Los santos han tenido

este ojo que es lumbre al Espíritu y salvación a la carne, porque como Maria no tienen que por

toda la vida mirado Dios. Más bien, más todavía se han recordados de Dios. Te explicaré,

pequeña voz (mi nota: Maria Valtorta) cosa es el significado de esta Mi palabra >>.

3. Se vean las páginas 34-38 del citado primero Volumen del Evangelio revelado a Maria

Valtorta, CEV srl, 03036 Isola del Liri, Viale Piscitelli 89-91 (FR), Italia

Dice Jesús:

<< ... Pero Maria era no sólo la Pura, la nueva Eva recreada por la alegría de Dios: era la super

Eva, era la Obra maestra de lo Altísimo, era la llena de Grazia, era la Madre del Verbo en la mente

de Dios. “Fuente de la Sapiencia” dice Jesús Bar Sirac es el “Verbo ". ¿No tendrá el Hijo, pues,

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puesto sobre el labio de la Madre su sapiencia? ¿Si a un profeta, que debía decir las palabras que

el Verbo, la Sapiencia, le confiaba para decirlas a los hombres, fue mondada la boca con los

carbonos ardientes, no tendrá el amor a su Novia infante que debía llevar la Palabra, limpiada y

exaltada el habla, por qué no más hablara de niña y luego de mujer, pero sólo y siempre de

criatura celeste, fundido s a la gran luz y sapiencia de Dios? El milagro no está en la inteligencia

superior mostrada en pueril edad de Maria, como luego de Mí. El milagro está en contener la

Inteligencia infinita que os habitaba, en los terraplénes adecuados a no asombrar las

muchedumbres, y a no despertar la atención satánica. Todavía hablaré sobre este, que regresa

"en el recocordarse” que los santos tienen de Dios>>.

4. Se vean las páginas 45-46 del citado primero volumen del Evangelio revelado a Maria

Valtorta, CEV srl, 03036 Isola del Liri, Viale Piscitelli 89-91 (FR), Italia.

Dice Jesús:

<< ...El Sumo Sacerdote había dicho: “ Camina en mi presencia y sé perfecta ". El Sumo

Sacerdote no sabía que hablaba a la Mujer sólo a Dios inferior en perfección. Pero hablaba en

nombre de Dios y por lo tanto sacro era su orden. Siempre sacro, pero especie a la Rellena de

Sapiencia.

Maria había merecido que la Sapiencia la anticipara y le se mostrara por primera ", porque

“del principio de su día Ella había velado a su puerta y, deseando de instruirse, por amor, quiso

ser pura con tal que conseguir el amor perfecto y merecer de haberla a maestra.

En su humildad no sabía de poseerla desde antes de haber nacido y que la unión con la

Sapiencia no era que un continuar los divinos latidos del Paraíso. No podía imaginar éste. Y

cuando en el silencio del corazón Dios le decía palabras sublimes, humildemente Ella pensaba

fueran pensamientos de orgullo, y quitándo a Dios un corazón inocente suplicó: ¡Piedad de la

tuya sirva Señor!". ¡Ay! Verdaderamente que la verdadera Sabia, la eterns Vergin, ha tenido sólo

uno pensamiento desde el alba de su día: Dirigir a Dios su corazón desde la mañana de la vida y

velar para el Dios, rogando delante de lo Altísimo ", preguntando perdón por la debilidad de su

corazón, como su humildad le sugería de creer, y no sabía de anticipar las peticiónes de perdón

para los pecadores, que habría hecho a los pies de la Cruz junto al Hijo moribundo. “ Cuando

luego el gran Señor lo querrá, Ella será llenada del Espíritu de inteligencia y comprenderá

entonces su sublime misión. Por ahora no es que un párvula, que en la paz sacra del Templo, ata

reata cada vez más estrechos sus conversaciónes, sus afectos, sus recuerdos con Dios. Éste es

por todos. ¿Pero por ti, pequeña Maria, mi nota: la Valtorta, no tienes nada de particular de decir

a tu Maestro? Camina en mi presencia, sé por lo tanto perfecta ". Modifico levemente la sacra

frase y te la doy por orden. Perfecta en el amor, perfecta en la generosidad, perfecta en sufrir.

Mira una vez de más la Mamá. Y medita sobre lo que tantos ignoran, o quieren ignorar, porque el

dolor es materia demasiado spero a su paladar y a su espíritu. El dolor Maria lo ha tenido de las

primeras horas de la vida. Ser perfecta como Ella era, era también poseer una perfecta

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sensibilidad. Por lo tanto más agudo debía serle el sacrificio. Pero por este más meritorio. Quien

posee pureza posee amor, quién posee amor posee sapiencia, quién posee sapiencia posee

generosidad y heroísmo, porque sabe el por qué se sacrifica. Hacia arriba tu Espíritu aunque la

cruz te curva, te parte, te mata. Dios está contigo >>.

5. La muerte de Gioacchino y Anna, se vean las páginas 46-49 del antedicho I° volumen

del Evangelio revelado a la Valtorta.

..................

9. Cantiga de Maria, se vea las páginas 49/54 del antedicho I° volumen del Evangelio del

Valtorta:

{ No he visto otro que una bien joven Maria, una Maria a lo más doceañera, cuyo

pequeño rostro no tiene más aquellas redondeces propias de la puerizia, pero ya desvela los

futuros contornos de la mujer en el oval que se alarga. También los cabellos no son más sueltos

sobre el cuello con sus bucles leves, pero están recogidos en dos pesadas trenzas de un oro

pálido de parece mezclado a plata tanto están claros a lo largo de los hombros y bajan hasta a

los costados . El rostro es más pensativo, más maduro, por cuánto sea siempre el rostro de una

niña, una bonita y pura niña que, toda vestida de blanco, cose en una pequeña habitación y todo

blanca, de cuya ventana abierta se ve el edificio imponente y central del Templo y luego toda la

pendiente de las graderías, de los corrales, de los porches y, más allá de las paredes del recinto,

la ciudad con sus calles y casas y jardines y, en el fondo, la cima gibosa y verde del monte

Uliveto. Cose y canta en voz baja. No sé si sea una cantiga sacra. Dice: <<Como una estrella

dentro un agua clara me resplandece una luz en el fondo del corazón. Desde la infancia de mí no

se separa y suavemente me guia con amor. En el fondo del corazón es un canto. ¿De dónde

viene nunca? Hombre tú no lo sabes. De dónde eposa el Santo. Yo miro mi estrella clara ni quiero

cosa que no sea, sea también la cosa más dulce y querida, que esta dulce luz que es toda mía.

Me has llevado de los altos Cielos, Estrella, dentro a un seno de madre. Ahora vives en mí, pero

además de los velos te veo, o rostro glorioso del Padre. ¿Cuándo a la tuya siervas tú darás el

honor de ser humilde criada del Salvador? Manda, del Cielo nos manda el Mesías. Acepta, Padre

santo, la oferta de Maria>>.....Entra Anna di Fanuel ….<< ¿ Rogas tú? ¿No te basta nunca el

ruego?>>. << El ruego me bastaría, pero yo hablo con Dios. Anna, tú no puedes saber cómo me

lo siento cerca . Más que cercano en corazón. Dios me perdona tal soberbia. Pero yo no me

siento sola... No temer que el orgullo me ciegas haciendo pensarme lo que ahora te digo. Yo la

miro, ni os es humilde sirvo en el pueblo de Dios que miras más humildemente la Casa de su

Señor como yo la miro, convencida de ser la más mezquina de todos. ¿Pero qué veo? Un velo.

¿Qué pienso más allá del Velo? Un Tabernáculo. ¿Qué, en aquél? Pero si me miro en corazón, he

aquí, yo veo Dios resplandecer en su gloria de amor y decirme: Te amo ", y yo le digo: “ Te amo "

y yo me licuo y me divierto a cada latido en este beso recíproco.... Io soy en medio a

vosotrosmaestras y compañeras queridas. Pero un círculo de llama me aisla de vosotros. Dentro

del círculo Dios y yo. Y yo os veo por el Fuego de Dios y así vos amo...pero no puedo amar vos

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según la carne, ni nunca alguno podré amar segundo la carne. Pero sólo éste que meama, y

según Espíritu. Sé mi suerte. La Ley secular de Israel quiere de cada niña a una novia y de cada

novia una madre. Pero yo, aunque obedeciendo a la Ley, obedezco a la voz que me dice: "Yo te

quiero", y virgen soy y seré. ¿Cómo lo podré hacer? Esta dulce invisible Presencia que es

conmigo me ayudará, ya que Ella quiere tal cosa. Yo no temo. Ya no tengo padre y madre ...sólo

lo Eterno sabe cómo en aquel dolor se ardió cuánto yo había de humano. Se ardió con dolor

atroz. No tengo ahora que Dios. A Él pues obedezco ciegamente ... Ya lo habría hecho tambien

contra padre y madre porque la voz me instruye que quien quiere seguirla debe pasar más allá de

padre y de madre, amorosas guardias de ronda en torno a las murallas del corazónfilial, que

quieren conducir a la alegria secundo le sus vías... y non saben que os son otras vías, la cuya

alegria es infinita...Habría dejado vestidos y capa con tal que seguir la voz que me dice: “Vienes

amada mía, o mía novia!” Todo Habría los dejado; y las perlas de las l llorado de tenerle que

desobedecer, y los rubíes de mi sangre, porque también la muerte habría desafiado para seguir la

Voz que llama, tendrían ustedes dicho que vosotros algo más grande del amor de un padre y una

madre, y más dulce, y es la Voz de Dios... y no saben que hay otras calles, cuya alegría es

infinitaa es infinita.Avrei sus dejados vestidos y capa, con tal que seguir la voz que yo ¡Ven o mi

querida o mi novia! Todo les habría dejado; y las perlas de las lágrimas, porque habría llorado de

tenerle que desobedecer, y los rubíes de mi sangre, porque también la muerte habría desafiado

para seguir la Voz que llama, habrían ustedes dicho que os es algo más grande del amor de un

padre y una madre, y más dulce, y es la Voz de Dios. Pero ahora su voluntad me ha desatado

también de este lazo de piedad filial. Ya lazo no habría sido. Eran dos Justos y Dios cierto alguno

hablaba en ellos como a mí habla. Habrían seguido justicia y verdad.... Cuando la hora será, yo

diré al novio mi secreto...y él lo acogerá >>. << Pero Maria....: ¿cuáles palabras encontrarás para

persuadirlo? Tendrás contra el amor de un hombre, la Ley y la vida>>. << Tendré conmigo

Dios...Dios abrirá a la luz el corazón del novio...la vida perderá sus acúleos de sentido volviendo

un puroflor que ha olor de caridad. La Ley...Anna non decirme blasfema. Yo pienso que la Ley

está a punto de ser cambiada. ¿De quién, piensas tú, si es divina? Del sólo que cambiarla puede.

De Dios. El tiempo está próximo más que no penséis, yo os lo digo. Porque, leyendo Daniel, una

gran luz me se ha hecho viniendo del centro del corazón, y la mente ha comprendido el sentido de

los arcanas palabras secretos... por lo tanto yo digo: "prójima es la hora que oirá dar vagidos el

Nacido de una Vergin". ¡Ay quisiera, esta Luz que me ama, decir me, ya que muchas cosas me

dice, dónde es el Feliz que dará a luz el Hijo a Dios y el Mesías a su pueblo! Caminando descalza

recorrería la tierra, ni frío e hielo, ni polvo y solazo, ni ferias y hambre me harían obstáculo para

llegarle a Usted y decirle: Concedes a la tuya sierva y a la sierva de los siervos del Cristo de vivir

bajo tu techo . Giraré la muela y el trapiche como esclava a la muela pones me como cabañera a

tu rebaño como quien que deterge los pannilini a tu Nacido, ponme en tus cocinas, ponme a tus

hornos...donde tú quieres, pero acogesme ¡Qué yo lo vea! ¡Oiga de ello la voz! Reciba de ello la

mirada ". ....<< ¡Tú deberías ser la Madre del Cristo, tú que lo amas así! ¿Es por éste que quieres

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quedar virgen? << ¡Ay! No. Yo soy miseria y polvo. No oso levantar la mirada hacia la Gloria. Es

por éste que más que el doble Velo, más allá del que sé ser la invisible Presencia de Jehová , yo

amo mirar dentro de mi corazón. Allá está el Dios terrible del Sinai. Acá, en mí, yo veo nuestro

Padre, una amorosa cara qué me sonríe y me bendice, porque soy pequeña como un pajarito.".

7. Dice Jesús, se vean las páginas 54/56 de dicho I° volumen del Evangelio revelado a

Maria Valtorta,:

Maria se recordaba de Dios. Soñaba de Dios. Creyera soñar. No hacía qué rever cuánto su

espíritu había visto en el fulgor del Cielo de Dios, en el instante en que había sido creada para ser

unida a la carne concebida sobre la tierra. Compartiía con Dios, aunque de manera muy menor,

como justicia quería una de las propiedades de Dios. Aquella de recordar, ver y prever por el

atributo de la inteligencia potente y perfecta, porque no lesionada por la Culpa. El hombre es

creado a imagen y semejanza de Dios. Una de las semejanzas es en la posibilidad, por el

Espíritu, de recordar, ver y prever. Ésta explica la facultad de leer en el futuro. Facultad que viene,

para querer de Dios, muchas veces y directamente, otras por recuerdo que se levanta como sol

sobre de un mañana, iluminando un determinado punto del horizonte de los siglos ya visto por el

seno de Dios....Pero por poseer lo Espiritu, necesita la Gracia. Pero, para poseer la Verdad y la

Ciencia, necesita la Gracia. Pero, para tener consigo el Padre, necesita la Gracia. Tienda en cuyo

las Tres Personas hacen morada. Propiciatorio sobre cuyo pose él Eterno y habla, no desde

adentro a la nube, pero desvelando la suya Cara al hijo fiel. Los santos se recordan de Dios. De

las palabras oís en la Mente creadora que la Bondad resucita en su corazón para levantarlos

como águilas en la contemplación de l Verdadero, en el conocimiento del tiempo. Maria era la

Llena de Gracia. Toda la Gracia una y trina era en Usted. Toda la Gracia una y trina la preparaba

como novia a las bodas como tálamo a la prole, como divina a su maternidad y a su misión. Ella

es quien que concluye el ciclo de las profetisas del Antiguo Testamento y abre aquel del "portavoz

de Dios" en el Nuevo Testamento. Arca verdadera de la Palabra de Dios, mirando en su seno para

siempre inviolado, descubría, trazadas por el dedo de Dios sobre su corazón inmaculado, las

palabras de ciencia eterna, y recordaba , como todos los santos, de tenerlas ya oís en el ser

generada con su espíritu inmortal de Dios Padre creador de todo cuanto tiene vida. Y, si no todo

recordaba de la su futura misión, eso era porque en cada perfección humana Dios deja lagunas,

por ley de una divina prudencia, que es bondad y que es mérito por y hacia la criatura. Eva

segundo, Maria ha tenido que ganarse su parte de mérito en el ser la Madre del Cristo, con una

fiel, buena voluntad, que Dios ha querido también en su Cristo para hacerlo Redentor. El espíritu

de Maria era en el Cielo. Su moral y su carne sobre la Tierra, y debaban pisar tierra y carne para

alcanzar el espíritu y juntarlo al Espíritu en el abrazo fecundo>>.

8. Maria confía el suyo voto al Sumo Sacerdote, se vean las páginas 57/60 del primero

volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta.

......

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9. José fue escogido como novio de la Vergin, se vean las páginas 60/65 de dicho primero

volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta.

....

10. Boda de la Vergin conJosé, instruido por la Sapiencia a ser guardián del Misterio, se

vean las páginas 66/72 del primero volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta.

<<...Sé contenta, Maria. No eres huérfana ché los tuyos son teco y tienes a un novio que te es

padre y madre, tanto es perfecto... ¡Ay! ¡Sí! Éste es verdadero. De él no me puedo amargar

ciertamente. En men de dos meses dos veces ha venido, y hoy viene por la tercera, desafiando

lluvias y tiempo ventoso, para tomar órdenes de mí ...Piensa: ¡órdenes! ¡Yo que soy una pobre

mujer y de él tan más joven! Y nada no me ha negado. Más bien tampoco espera que yo pede.

Parece que un ángel le diga lo que yo deseo, y me lo dice él antes que yo hable. La última vez ha

dicho: Maria, yo pienso que tú prefieres estar en tu casa paternal. Puesto que eres hija heredero,

puedes hacerlo, si crees. Yo vendré a tu casa. Sólo, para observar el ritual, tú irás por una

semana a casa de Alfeo, mi hermano. Maria te ama tan ya. Y de allá partirá la tarde de la bodas el

cortejo que te llevará a casa ". ¿No es gentil? No le es importado ni siquiera de hacer decirle a la

gente que él no tiene una casa que me guste... A mí siempre sería gustada, porque hay él,

mucho bueno. Pero ciertamente.... prefero la mi casa, ... para los recuerdos... ¡ Oh! Es bueno

José.

¿Qué ha dicho del voto?, Aún no me dijiste nada". Nada ha opuesto. Más bien, sabidas de ello las

razones, ha dicho: Yo uniré mi sacrificio al tuyo ".

¡Es un joven santo! ", dice Anna de Fanuel.

El "joven santo " entra en este punto acompañado por Zacarías.

Literalmente es espléndido. Todo de amarillo oro, un soberano oriental parece. Un espléndido

cinturón sustenta bolso y puñal, la una de marroquí y bordados de oro, el otro en vaina también de

marroquí a frisos de oro. En jefe un turbante, o sea el usual paño puesto a capucha echa como el

aún lo tienen ciertos pueblos de África, los beduinos por ejemplo, tenido a puesto por un círculo

precioso, un hilo de oro sutil al que son atados ramilletes de mirto. Tiene un manto flamante, lleno

de franjas, en el que se drapea con majestad, y es deslumbrante de alegría. Entre las manos tiene

ramilletes de mirto en flor.

¡Paz a ti, novia mi! saluda. Paz a todos ". Y, tenido el saludo de respuesta, dice “He visto tu

alegría aquel día que te he dado la rama de tu huerto. He pensado llevarte el mirto , culto cerca de

la gruta a ti tan querida. Quería llevarte las rosas, que ponen ya las primeras flores, contra tu

casa. Pero las rosas no duran en más días de viaje...Sería llegado con solas espinas. Y yo a ti,

querida, quiero ofrecer sólo rosas, y de flores blandas perfumadas esparcir el camino, porque

sobre ellos tú posas el pie sin encontrar suciedad o aspereza".

¡Oh! ¡Gracias a ti, bueno! ¿Cómo has podido hacerlo llegar fresco así?

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He atado una vasija a la silla y os he puesto dentro las ramas de las flores en capullo. A lo largo

del camino han florecido. Aqui te los, Maria. Tu frente se corona de pureza, símbolo de la novia,

pero siempre, siempre mucho menor a la que te es en corazón... “..

... Todo está listo. Mientras esperan no sé que, José dice, lo dice apartándose un poco con Maria:

he pensado en este tiempo en tu voto. Yo te he dicho que lo comparto. Pero más os pienso y más

comprendo que no basta el nazareato temporal 6 , aunque renovado más veces. Te he

comprendida Maria. Todavía no mérito la palabra de la Luz. Pero un murmullo me viene da ella. Y

este me hace leer tu secreto, al menos en las líneas más fuertes. Soy un pobre ignorante, Maria.

Soy un pobre obrero. No sé de letras humanas y no tengo tesoros. Pero a tu pies pongo mi

tesoro. En perpetuo. Mi castidad absoluta, para ser digno de estarte cerca, Vergin de Dios,

hermana mi novia, cerrado jardín, fuente sellada ", como dice nuestro Abuelo, que quizás escribió

la Cantiga viéndote.... Yo seré el guardián de este jardín de aromas, en cuyo son las más

preciosas frutas y de cuyo brota un manantial de agua viva con ímpeto suave:la tu dulzura, oh

novia que con tu blancura me has conquistado el espíritu, oh todo bonita. Bella más que una

aurora, sol que resplandeces ya que te resplandece el corazón, oh todo amor por tu Dios y por el

mundo, a cuyo quieres dar al Salvador con tu sacrificio de mujer. Vienes, mi amada y la coge

delicadamente por mano, conduciéndola hacia la puerta....>>.

11. Los novios le llegan a Nazareth. ( se vean las páginas 73/77 del primero volumen del

Evangelio revelado a Maria Valtorta.

......

12. El Annunciazione(si vean las páginas 79/82, del primero volumen del Evangelio

revelado a Maria Valtorta:

Lo que veo. Maria, niña jovenísima, quince años a lo más al aspecto, es en una pequeña

habitación rectangular. Una verdadera habitación de niña....El canto se cambia en ruego:

<<Señor Dios Altísimo, no tardes además de mandar el tuyo Sirvo para llevar la paz sobre la

Tierra. Suscita el tiempo propicio y la virgen pura y fecunda por el advenimiento de tu Cristo.

Padre, Padre Santo, concedes a la tuya sierva de ofrecer la su vida a esta finalidad. Concédeme

de morir después de haber visto tu Luz y tu Justicia sobre la tierra y de haber conocido que la

Redención es cumplida. O Padre santo, manda a la tierra el Suspiro de los Profetas. Manda a la

tuya sierva el Redentor. Qué en la hora en cuyo cese mi día, se abra por mí tu Morada, porque

sus puertas ya han sido abiertas por tu Cristo por todos los que han esperado en Ti. Vienes,

vienes, o Espíritu del Señor. Les vienes a tus fieles que te esperan. ¡Vienes Príncipe de la Paz! ....

Maria queda absorta así.... La cortina palpita más fuerte, como si alguien detrás de ella aireara

con algo o la sacudiera para alejarla. Y una luz blanca de perla fundida a plata pura hace más

claras las paredes ligeramente un poco amarillas, más vivos los colores de los telas, más

espiritual el rostro levantado de Maria. En la luz, y sin que la cortina sea alejada sobre el misterio

que se cumple más bien no palpita más, pende bien rígida contra las jambas, como si fuera pared

6 Judeo que se consagraba a Dios con votos de abstinencia

14

que aisla el interior del exterior - se prosterna el Arcángel. Tiene que necesariamente asumir lo

aspecto humano. Pero es un aspecto trascendido la naturaleza humana. ¿De cuál carne es

compuesta esta figura guapísima y fulgurante? ¿De cuál sustancia la ha materializada Dios para

hacerla sensible a los sentidos del Vergin? Sólo Dios puede poseer estas sustancias y usarlas en

tal manera perfecta. Es un rostro, es un cuerpo, son ojos, boca, pelos y manos como las

nuestras. Pero no son nuestra opaca materia. Es una luz que ha tomado color de carne, de ojos,

de cabellera, de labios, una luz que se mueve y sonríe y mira y habla.

<< ¡Ave, Maria, llena de Gracia, ave! >> La voz es como un dulce arpegio de perlas echadas

sobre un metal precioso. Maria sobresalta y baja la mirada. Y más sobresalta cuando ve la fúlgida

criatura se arrodillada a un metro acerca de de distancia de Usted y que, con las manos cruzadas

sobre el pecho, la mira con una veneración infinita. Maria salta en pie y se apreta a la pared. Se

pone pálida y roja alternativamente. Su cara expresa estupor y consternación. Se aprieta

inconscientemente las manos sobre el seno escondiéndole bajo las anchas mangas, casi se

agacha para esconder el más posible su cuerpo. Un acto de pudor suave. << No. No temas. ¡El

Señor es teco! Tú eres bendecida entre todas las mujeres>>. Pero Maria sigue temiendo. ¿De

dónde ha venido aquel ser extraordinario? ¿Es un enviado de Dios o del Engañador? << ¡No

temas, Maria!>> repite el Arcángel. << YO soy Gabriel, el ángel de Dios. Mi Dios me ha mandado

a ti. No temas, porque tú has encontrado gracia cerca de Dios. Y ahora tú concebirás en el seno y

darás a luz a un Hijo y le pondrás nombre "Jesús." Éste será grande, será llamado Hijo del

empinado, y tal será en realidad, y el Señor Dios le dará el trono de Davide su padre y reinará

para siempre sobre la casa de Jacob, y su reino no tendrá nunca fin. Comprendes o santa Vergin

querida por el Dios, hija bendita de Él, llamada a ser Madre de su Hijo, cuál Hijo tu generarás>>.

<< ¿Cómo puede ocurrir este si yo no conozco a hombre? ¿Quizás que el Señor Dios más no

acoge la oferta de la suya sierva y no me quiere virgen por amor de Él? >>. << No por obra de

hombre serás Madre o Maria. Tú eres el eterna Vergin, la Santa de Dios. El Espíritu Santo bajará

en te y la potencia de lo Altísimo te sombreará. Por lo tanto Santo se llamará a El que nacerá de

tú e Hijo de Dios. Todo puede nuestro Señor Dios. Elisabet, la estéril, en su vejez ha concebido un

hijo que será el profeta de tu Hijo, el que prepara de ello las vías. El Dios ha alzado de esta su

ignominia, y su memoria les quedará en las gentes juntadas al nombre tu como el nombre de su

criatura y aquél del tu Santo y hasta al final de los siglos las gentes os llamarán beatas para la

Gracia del Señor venida hasta vosotros y a ti especialmente; les venida a las gentes por tu

medio. Elisabetta está en su sexto mes y su peso la levanta al gozo, y más la levantará cuando

conocerá tu alegría. Nada es imposible a Dios, Maria, llena de Gracia. ¿Qué debo decirle a mi

Señor? No te enturbiaa pensamiento de ningún tipo. Él tutelará su intereses si a Él te confias. ¡El

mundo, el Cielo, el Eterno, esperan tu palabra!>>. Maria, cruzando a su vez las manos sobre el

pecho y agachandose en una profundidad reverencia, dice: <<He aquí la sierva de Dios. ¡Se

haga de mi según tu palabra! >>. El ángel chispea de la alegría. Adora, ya que cierto él ve el

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Espíritu de Dios bajarse sobre la Vergin curvada en la adhesión, y luego desaparece sin mover

cortina, pero dejándola bien tirada sobre el Misterio santo."

12. La desobediencia de Eva y la obediencia de Maria, páginas 84/91 de dicho primero

volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta.

Dice Jesús: "...Lúcifer era ángel, el más bonito de los ángeles. Espíritu perfecto, inferior a

Dios solamente. Sin embargo en su ser luminoso nació un vapor de soberbia que ello no dispersó.

Pero más bien condensó empollándolo. Y de esta incubación ha nacido el Mal. Ello era antes que

el hombre fuera. Dios lo había precipitado fuera del Paraíso, el Incubador maldito del Mal, este

ensuciador del Paraíso. Pero ello ha quedado el eterno Incubador del Mal y, ya no pudiendo más

ensuciar el Paraíso, ha ensuciado la Tierra. Aquella metafórica planta está a demostrar esta

verdad. Dios había dicho al hombre y a la mujer: “Conocéis todas las leyes y los misterios de la

creación. Pero no queráis usurparme el derecho a ser el Creador del hombre. A propagar la

estirpe humana bastará Mi amor que en os circulará, y sin libídine de sentido pero por sólo latido

de caridad suscitará los nuevos Adánes de la estirpe. Todo os dono. Sólo me guardo este misterio

de la formación del hombre ".

Satanás ha querido quitar esta virginidad intelectual al hombre, y con su lengua serpentina

ha prospiciado y acariciado miembros y ojos de Eva, suscitando reflejos y agudezas que antes no

tenía, porque la Malicia no los intoxicó todavía. Ella "vio". Y viendo quiso probar. La carne era

despertada. ¡Oh! ¡si hubiera llamado Dios! Si fuera corrida a decirle: ¡Padre! Yo soy enferma. El

Serpiente me ha acariciada y la turbación es en mí ". El Padre la habría purificada y sanada con

su aliento, que, como le había infundido la vida, podía infundirle de nuevo inocencia,

desmemoriandola de lo tóxico serpentino y más bien poniéndole en ella la repugnancia por el

Serpiente, como está en los que un mal ha atacado y que, curados de aquel mal, llevan de ello

una instintiva repugnancia. Pero Eva no va al Padre. Eva regresa del Serpiente. Aquella

sensación es dulce para ella. Viendo que el fruto del árbol era bueno a comerse y bonito al ojo y

agradable al aspecto, lo cogió y comió de ello. Es “comprendió”. Ya la malicia era bajada a

morderle las entrañas. Vio con ojos nuevos, y oyó con orejas nuevas las custumbres y las voces

de los brutos. Y los anheló con loco afán. Inició sola el pecado. Lo llevó a término con el

compañero. He aquí porque sobre la mujer pesa condena mayor. Es por ella que el hombre se

ha puesto rebelde a Dios y que ha conocido lujuria y muerte. Es por ella que él ya no ha sabido

más dominar los suyos tres reinos: del espíritu porque ha permitido que el espíritu le

desobedeciera a Dios; del moral, porque ha permitido que las pasiones lo señorearan; de la

carne porque la envileció a las leyes instintivas de los brutos. “El Serpiente me ha seducido” dice

Eva dice. “La mujer me ha ofrecido el fruto y yo he comido de ello dice Adán” . Y la codicia tríplice

aferra desde entonces los tres reinos del hombre. No hay que la Gracia que logre aflojar el

apretón de este monstruo despiadado. Y, si está viva, intensa, mantenida cada vez más viva de la

voluntad del hijo fiel, llega a estrujar el monstruo y a ya no tener más a temer de nada. No de los

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tiranos interiores, o sea de la carne y de las pasiones; no de los tiranos externos, o sea del

mundo y de los potentes del mundo. No de las persecuciones. No de la muerte. Y como el apóstol

Pablo dice: Ningúna de estas cosas yo temo, ni tengo a mi vida más de mí, conque yo cumpla mi

misión y el ministerio recibido por el Señor Jesús para dar testimonio al Evangelio de la Gracia de

Dios ".

Dice Maria: << En la alegría, ya que cuando he comprendido la misión a cuyo Dios me

llamaba fue rellena de alegría, mi corazón se abrió como una azucena cerrada y de ello se

derramó aquella sangre que fue terrón al Germen de Dios. Alegría de ser madre. Me era

consagrada a Dios de la primera edad, porque la luz de lo Altísimo me había iluminado la causa

del mal del mundo y había querido, por cuánto era en mi poder, borrar la huella de Satanás.

Yo no sabía de ser sin mancha. No podía pensar de serlo. El sólo pensarlo habría sido

presunción y soberbia, porque nacida por humanos padres, no me era lícito pensar que propio yo

era la Electa a serla Sin Mancha. El Espíritu de Dios me había instruido sobre el dolor del Padre

delante de la corrupción de Eva, que había querido envilecer si, criatura de gracia, a un nivel de

criatura inferior. Era en mí la intención de endulzar aquel dolor reconduciendo mi carne a la

pureza angélica con el guardarme inviolada de pensamientos, deseos y contactos humanos. Sólo

por Él mi latido de amor, sólo a Él mi ser. Pero, si no me era en mí sed de carne, era pero todavía

el sacrificio de no ser madre.

La maternidad, falto de lo que ahora la envilece, había sido concedida por el Padre creador

también a Eva. ¡Dulce y pura maternidad sin pesadez de sentido! ¡Yo la he probada! ¡De cuanto

Eva se ha desvestida renunciando a esta riqueza! Más que de la inmortalidad. Y no os parezca

exageración. Mi Jesús, y con Él yo, su Madre, hemos conocido la languidez de la muerte. Yo

la dulce languidez de quien cansado se duerme. Él la atroz languidez de quien muere por su

condena. Pues también a nosotros ha venido la muerte. Pero la maternidad, sin violaciones de

ningún tipo, ha venido a me sola, Eva nueva, porque yo pudiera decir al mundo de cuál dulzura

fuera la suerte de la mujer llamada a ser madre sin dolor de carne. Y el deseo de esta pura

maternidad podía ser y era también en la virgen todo de Dios, ya que ella es la gloria de la mujer.

Si vosotros pensáis, luego, en cuál honor era tenida la mujer madre cerca de los judíos, todavía

más podéis pensar cual sacrificio había cumplido consagrándome a esta privación.

Ahora a la suya sierva el eterno Bueno daba este regalo sin alzarme la blancura de que

me era vestida para ser flor sobre su trono. Y yo exultaba con la dúplice alegría de ser madre de

un hombre y de ser Madre de Dios.

Alegría de ser Aquella por la que la paz se afianzaba entre Cielo y Tierra.

¡Oh! ¡Haber deseado esta paz por amor de Dios y de prójimo, y saber que a través de mí,

pobre sierva del Potente, ella venía al mundo! Decir: "¡Oh! Hombres no lloráis más. Yo llevo en mí

el secreto que os hará felices. No os puedo decirlo, porque me es sellado en mí, en mi corazón,

como es cerrado el Hijo en el seno inviolado. Pero ya el puerto entre vosotros pero cada hora que

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pasa está más próximo el momento en que lo veréis y conoceréis de ello el Nombre santo."

Alegría de haber hecho feliz Dios: alegría de creyente por su Dios hecho feliz.

¡Oh! ¡El haber alzado del corazón de Dios la amargura de la desobediencia de Eva! ¡De la

soberbia de Eva! ¡De su incredulidad!

Mi Jesús ha explicado de cuál culpa se manchó la primera Pareja. Yo he anulado aquella

culpa retrocedediendo, para ascender, las etapas de su pendiente.

El principio de la culpa estuvo en la desobediencia. “ No coméis y no tocáis de aquel árbol”

había dicho Dios. Y el hombre y la mujer, los reyes de la creación, que podían de todo tocar y

comer fuera que de aquel, porque Dios quería no devolverlos que inferiores a los ángeles, no

tener cuenta de aquella prohibición. La planta: el medio para probar la obediencia de los hijos.

¿Qué es la obediencia al orden de Dios? Es bien, porque Dios no manda sino el bien. ¿Qué es la

desobediencia? Es mal, porque pone el ánimo en la disposición de rebelión sobre cuyo Satanás

puede obrar.

Eva va a la planta de que habría venido su bien con el evitarla, o el suyo mal con el

acercarla. Allí ella va ser arrastrada por la curiosidad niña de ver que tuviera en si de especial, de

la imprudencia que le hace parecer inútil el mando de Dios, puesto que ella es fuerte y pura, reina

del Edén, en cuyo todo le obedece y en cuyo nada podrá hacerle del mal. Su presunción la ruina.

La presunción ya es levadura de soberbia.

A la planta encuentra el Seductor el que, a su inexperiencia, a su virgen tanto bonita

inexperiencia, a su mal tutelada de ella inexperiencia, canta la canción de la mentira. ¿Crees tú

que aquí hay del mal? No. Dios te lo ha dicho, porque os quiere tener a esclavos de su poder.

¿Creéis de ser rey? No sois liberas ni siquiera como lo es la animal. A ella es concedido de

amarse de amor verdadero. No a vosotros. A ella es concedido de ser creadora como Dios. Ella

generará hijos y verá crecer a su placer la familia. No a vosotros. A vosotros negados es esta

alegría. ¿A qué finalidad hacervos hombre y mujer si tenéis que vivir en tal manera? Sed dioses.

¿No sabéis cuál alegría es el ser dos en una carne sola, que crea de ella una tercera y muchas

más terceras? No creéis en las promesas de Dios de tener alegría de posteridad viendo a los hijos

crearse nuevas familias, dejando por ellas a padre y madre. Os ha dado a una larva de vida: la

vida verdadera es de conocer las leyes de la vida. Entonces seréis parecidas a dioses y podréis

decir a Dios: “Somos tus iguales".

Y la seducción es continuada, porque no os fue voluntad de partirla, pero más bien

voluntad de continuarla y de conocer lo que no le estaba en el hombre. He aquí que el árbol

prohibido se vuelve, a la raza, realmente mortal, porque de sus ramas está pendiente el fruto de lo

amargo saber que viene de Satanás. Y la mujer se vuelve hembra, y con la levadura del

conocimiento satánico en corazón, va a corromper a Adán. Abatida así la carne, corroto el moral,

degradado el espíritu, conocieron el dolor y la muerte del espíritu privado de la Gracia, y de la

carne privada de la inmortalidad. Y la herida de Eva generó el sufrimiento, que no se calmará

hasta que no será extinguida la última pareja sobre la tierra.

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Yo he recorrido a reacio la calle de los dos pecadores. He obedecido. En todos los modos

he obedecido. Dios me había pedido preguntado de ser virgen. He obedecido. Amada la

virginidad, que me hacía pura como la primera de las mujeres, antes de conocer Satanás, Dios

me ha preguntado de ser novia. He obedecido, reconduciendo el matrimonio a aquel grado de

pureza que estaba en el pensamiento de Dios cuando había credo los dos Primeros. Convencida

de ser destinada a la soledad en el matrimonio y al desprecio de lo próximo por mi esterilidad

santa, ahora Dios me preguntaba de ser Madre. He obedecido. He creído que eso fuera posible y

que aquella palabra viniera de Dios, porque la paz se difundiá en mí en el oírla. No he pensado:

“Me lo soy merecido ". No me he dicha: Ahora el mundo me admirará, porque soy parecida a Dios

creando la carne de Dios ". No. Me he aniquilada en la humildad.

La alegría me ha brotada del corazón como un tallo de rosa florida. Pero se ornó

inmediatamente de agudas espinas y fui estrujada en el enredo del dolor como aquéllos ramas

que son envolvidos en el enredo de los convólvulos. El dolor del dolor del novio: he aquí el

estrechamiento del mío alegrarse. El dolor del dolor de mi Hijo: he aquí las espinas del mío

alegrarse. Eva quiso el gozo, el triunfo, la libertad. Yo acepté el dolor, el aniquilamiento, la

esclavitud. Renuncié a mi vida tranquila, a la estimación del novio, a la libertad mi propia. No me

guardé nada. Me volví la sierva de Dios en la carne, en el moral , en el espíritu, confiándome a Él

no sólo por la virginal concepción, pero por la defensa de mi honor, por el consuelo del novio, por

el medio con que llevar también a él la sublimación del coniugio, de modo de hacer de nosotros

los que les devuelven al hombre y a la mujer la dignidad perdida.

Abracé la voluntad del Señor por mí, para el novio, por mi criatura. Dije: "Sí" por todo y

tres, cierta que Dios no habría mentido a su promesa de socorrerme en mi dolor de novia, que se

ve juzgada culpable, de madre que se ve generar para dar el Hijo al dolor.

"Sí" he dicho. Sí y basta ya. Aquel "sí" ha anulado el "no" de Eva al mando de Dios. Sí,

Señor, como Tú quieres. Viviré como Tú quieres. Me alegraré si Tú quieres. Sufriré por aquel que

Tú quieres. Sí, siempre sí, mi Señor, del momento en que tu rayo me hizo Madre al momento en

que me llamaste a Ti. Sí, siempre sí. Todas las voces de la carne, todas las pasiones de lo moral

bajo el peso de este mío perpetuo sí. Y sobre, como un pedestal de diamante, mi espíritu al que

faltan las alas para volar hasta Tú, pero es señor de todo el yo, domado y siervo Tuyo. Siervo en

la alegría, siervo en el dolor. Pero sonríes, o Dios, y eres feliz. La culpa es vencida. Es quitada, es

destruida. Ella yace bajo mi talón, ella es lavada en mi llanto, destruida por mi obediencia. De mi

seno nacerá el árbol nuevo que llevará el Fruto que conocerá todo el Mal, para tenerlo sufrido en

Si, y dará todo el Bien. A éste podrán venir los hombres, y yo seré feliz cogerán, también sin

pensar que ello nace de mí. Siempre que el hombre se salve y Dios sea amado, se haga de su

sierva aquellos que se hace del terrón sobre que un árbol surge: peldaño para subir."

Maria, mi nota: la Virgen se dirige a la Valtorta, siempre debemos saber ser peldaño

porque los demás le ascenden a Dios. Si nos pisan, no hace nada. Siempre que ellos logren ir a la

Cruz. Es el nuevo árbol que tiene el fruto del conocimiento del Bien y del Mal, porque dice al

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hombre lo que es mal y lo que es bien porque sepa elegir y vivir, y sabe en el mismo tiempo hacer

de si licor para curar los intoxicado por el mal querido gustar. Nuestro corazón bajo a los pies de

los hombres, siempre que el número de los rescatados crezca y la Sangre de mi Jesús no sea

derramado sin fruto. He aquí la suerte de las siervas de Dios. Pero luego merecemos de recibir en

el regazo la hostia santa y a los pies de la Cruz, empapada de Su sangre y de nuestro llanto,

decir: “He aquí, o Padre, la hostia inmaculada que te ofrecemos por la salud del mundo. Mira a

nosotros o Padre, fundidas con Ella, y por Sus méritos infinitos, das nos tu bendición." Y yo te doy

mi caricia. Hija reposas. El Dios es contigo. >>.

Dice Jesús: <<La palabra de mi la Madre también debería dispersar cada titubeo de

pensamiento en los más obstaculizados en las fórmulas. He dicho: "metafórica planta". Ahora

diré: "simbólica planta." Quizás entenderéis mejor. Su símbolo está claro: del cómo los dos hijos

de Dios habrían actuado con respecto de ella, se habría entendido como era en ellos tendencia al

Bien o al Mal. Cómo agua regia que prueba el oro y balanza de orfebre que pesa los quilates,

aquella planta, se vuelta una "misión" por el mando de Dios con respecto de ella, ha dado la

medida de la pureza del metal de Adán y Eva.

Ya siento vuestra objeción: ¿Ha sido no excesia la condena y pueril la media para llegar a

condenarlos?". No ha sido. Una desobediencia actualmente en vosotros, que sois su herederos,

es menos grave que no fuera por ellos. Pero el veneno de Satanás siempre queda listo a resurgir,

como ciertos morbos que no se aniquilan nunca totalmente en la sangre. Ellos, los dos

progenitores, eran posesorios de la Gracia sin haber tenido nunca roce con la Desgracia. Por lo

tanto más fuertes, más sustentados por la Gracia, que generaba inocencia y amor. Infinito era el

regalo que Dios había les dado. Bien más grave por lo tanto su caída aunque aquel regalo.

Simbólico también el fruto ofrecido y comido. Era el fruto de una experiencia querida

cumplir por instigación satánica contra el mando de Dios. Yo no había interdicto a los hombres el

amor. Únicamente quería que se amaran sin malicia; como Yo los amaba con mi santidad, ellos

debían amarse en santidad de afectos, que ninguna libídine ensucia.

No se debe olvidar que la Gracia es lumbre, y quién posee ella conoce lo que es útil y

bueno conocer. La Llena de Grazia conoció todo, porque la Sapiencia la instruyía, la Sapiencia

que es Gracia, y se supo conducir santamente. Eva conocía por lo tanto lo que era bueno

conocer. No más allá de, porque es inútil conocer lo que no es bueno. No tuvo fe en las palabras

de Dios y no fue fiel en su promesa de obediencia. Creyó a Satanás, quebrantó la promesa, quiso

saber el no bueno, lo amó sin remordimiento, hizo el amor que Yo había dado así santo, una

corrompida cosa, una abatida cosa. Ángel decaído se revolcó en el barro y sobre el mullido de

paja, mientras que podía correr feliz entre las flores del Paraíso terrenal y verse florecer alrededor

la prole, tal como una planta se cubre de flores sin curvar la cabellera en el pantano.

No seáis como los niños necios que Yo indico en el Evangelio, los que han oído cantar y

se han tapados las orejas, han oído tocar y no han bailado, han oído llorar y han querido reír. No

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seáis cicateros y no seáis negadores. Aceptáis, aceptáis sin malicia y testarudez, sin ironía e

incredulidad, la Luz. Y basta ya sobre eso.

Para hacervos entender cuánto debéis ser agradecidos a El que ha muerto para realzarvos

al Cielo y vencer la concupiscencia de Satanás, he querido hablarvos, en este tiempo de

preparación a la Pascua, de éste que ha sido el primero anillo de la cadena con que el verbo del

Padre fue llevado a la muerte, el Cordero divino al matadero. He querido hablar vos de ello porque

ahora el noventa por ciento entre vosotros es parecida a Eva intoxicada del aliento y de la palabra

de Lúcifer, y no vivís para amarvos pero para saciarvos de sentido, no vivís por el cielo, pero por

el barro, no sois más criaturas dotadas de alma y razón pero perros sin alma y sin razón . El alma

la habéis matada y la razón depravada. En verdad os digo que los brutos os superan en la

honestidad de sus amores>>.

13. Maria anuncia a José la maternidad de Elisabet y confía a Dios la tarea de justificar la

suya, se vean las páginas 91-96 del I° volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta, publicado

por CEV srl, 03036 Isola del Liri, Viale Piscitelli 89-91 (FR), Italia.

........

14. La Pasión de José: se vea de página 125, del renglón 17mo, del I° volumen del

Evangelio revelado a Maria Valtorta de "... La única poco observada, mejor dicho esquivada casi

con asco, cuando se percatar de su estado, es Maria” - hasta página130).

…..

15. José pide perdón a Maria. Fe, caridad y humildad para recibir Dios, se vean las páginas

130-134 del I° volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta.

......

16. El edicto del censo. Enseñanzas sobre el amor al novio y sobre la confianza en Dios,

se vean las páginas 134-139 del I° volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta.

.....

17. El nacimiento de Jesús. Eficacia salvadora de la divina maternidad de Maria, se vea las

páginas 143-151 del I° volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta.

....Maria alza jefe el como por una llamada celeste y se levanta de rodillas de nuevo. ¡Oh!

¡Como está aquí bonito! Ella levanta al jefe que parece resplandecer en la luz blanca de la luna, y

una sonrisa no humana la transfigura. ¿Qué ve? ¿Qué oda? ¿Qué prueba? Sólo Usted podría

decir cuánto vio, sintió y probó en la hora fúlgida de su Maternidad. Yo sólo veo que alrededor de

Usted la luz crece, crece, crece. Parece baje del Cielo, parece emanas de las pobres cosas que le

están alrededor, parece sobre todo que emanas de Usted. Su vestido, azul oscura, ahora parece

de un moderado celeste de miosotis, y las manos y la cara semejan hacerse un poco azul como

aquellos de un puesto bajo el fuego de un inmenso zafiro pálido. Este color, que me recuerda,

aunque más tenue, lo que veo en las visiones del santo Paraíso, y también lo que vi en la visión

de la venida de los Magos, se difunde cada vez más sobre las cosas, las viste, las purifica, las

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hace espléndidas. La luz se emana cada vez más del cuerpo de Maria, absorbe aquel de la luna,

parece que Ella atrae en si aquella luz que puede venirle del Cielo. Ya es Usted la Depositaria de

la Luz. Aquella Luz que debe dar esta Luz al mundo. Y este beatífica, incontenible, immisurabile,

eterna, divina Luz que está al punto de ser dada, se anuncia con un alba, un diana, un coro de

reflejos de luz que crecen, crecen como una marea, que suben, suben como un incienso, que

bajan como una crecida, que se echan como un velo.... La vez, llena de endeduras, de telarañas,

de escombros salientes que están en vilo por un milagro de estática, negra, humosa, repelente,

parece la bóveda de una sala real. Cada piedra gruesa es un bloque de plata, cada hendedura un

esguince de ópalo, cada telaraña un preciosísimo balaquín compuesto de plata y diamantes. Un

gran lagarto verde, en letargo entre dos granitos, parece un collar de esmeralda olvidado allá por

una reina; y un racimo de murciélagos en letargo, un precioso lumiera de ónix. El heno, que pende

del más alta gamella no es más hierba, son hilos e hilos de plata pura que tiemblan en el aire con

la gracia de una cabellera suelta. La sometida gamella es, de su madera oscura, un bloque de

plata bruñida. Las paredes son cubiertas de un brocato en que la blancura de la seda desaparece

bajo el bordado perlino del relieve y el suelo ¿qué es hora el suelo? Es un cristal encendido por

una luz blanca. Los salientes parecen rosas de luz echadas por homenaje al suelo; y los hoyos,

copas preciosas de que deben subir aromas y perfumes. Y la luz crece cada vez más. Es

insostenible al ojo. En ella desaparece, como absorbida por un toldo de incandescencia el Vergin

y la Madre emerge. Sí. Cuando la luz vuelve a ser sostenible al mío ver, yo veo Maria con el Hijo

recién nacido sobre los brazos. Un pequeño Niño, róseo y rollizo, que aspa y brinca cuanto con

los pequeñas manos grandes cuanto un capullo de rosa y con los pequeños pies que estarían en

el hueco de un corazón de rosa; qué da vagitos con un pequeña voz trémula, propio de un

corderito apenas nacido....".

Dice Maria, mi nota: a Maria Valtorta: << Yo, Maria, ha redimido a la mujer con mi

maternidad divina. Pero no fue que el principio de la redención de la mujer, éste. Negándome a

cada humano nupcial con el voto de virginidad, había suspenso cada satisfacción concupiscente

mereciendo gracia de Dios. Pero no bastaba todavía. Porque el pecado de Eva era árbol de

cuatro ramas: soberbia, avaricia, golosidad, lujuria. Y todos y cuatro debían iser tronchados antes

de aridecer el árbol de las raíces. Humillándome hasta a la profundidad, he vencido la soberbia.

Me he humillado delante de todos. No hablo de mi humildad hacia Dios. Éste es debida a lo

Altísimo por cada criatura. Lo tuvo su Verbo. La debía tener yo, mujer. ¿Pero has meditado nunca

cuáles humillaciones yo debí soportar, y sin defenderme de ninguna manera, de parte de los

hombres? También José, queera justo, me había acusado en su corazón. Los otros, que justos no

eran, habían pecado de murmuración hacia mi estado, y el ruido de sus palabras había venido

como ola amarga a romperse contra mi humanidad.

Y fueron las primeras de las infinitas humillaciones que mi vida de Madre de Jesús y del

género humano me procuraron. Humillaciones de pobreza, humillaciones de prófuga,

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humillaciones por reproches de parientes y amigos que, no sabiendo la verdad, juzgaron débil mi

modo de ser madre hacia mi Jesús hecho joven hombre, humillaciones en los tres años de su

ministerio, humillaciones crueles en la hora del Calvario, humillaciones hasta en deber reconocer

que no tenía tuve de qué comprar lugar y aromas por la sepultura de mi el Hijo.

He vencido la avaricia de los Progenitores renunciando en antelación de tiempo a mi

Criatura.

Una madre no renuncia nunca que forzadamente a su criatura. La peden a su corazón la

patria, el amor de una novia o el Dios mismo, ella busca de evitar la separación. Es natural. El hijo

nos crece en seno y no es cercenado nunca completamente la unión que tiene la su persona

juntada a la nuestra. Si también es partido el canal del vital ombligo, queda siempre un nervio que

parte del corazón de la madre, un nervio espiritual más vivo y sensible de un nervio físico, el que

se injerta en el corazón del hijo. Y se siente estirar hasta a lo retortijón si el amor de Dios o de una

criatura o las exigencias de la patria, alejan el hijo de la madre. Y se parte lacerando el corazón si

la muerte arranca a un hijo de una madre.

Y yo he renunciado, del momento que lo he tenido, a mi Hijo. A Dios lo he dado. A os lo he

dado. Yo, del fruto de mi seno, me soy despojada de ello para reparar al robo de Eva del fruto de

Dios.

He vencido la golosidad, y del saber y del gozar, aceptando únicamente de saber lo que

Dios quería supiera, sin preguntar a mí o a Él más de lo que me fuera dicho. He creído sin

investigar. He vencido la golosidad del gozar, porque me he negado cada sabor de sentido. Mi

carne la he puesto bajo a los pies. La carne, instrumento de Satanás, la he confinada con Satanás

bajo a mi calcáneo para hacer me peldaño de ello para acercarme al Cielo. ¡El Cielo! La mi méta

là dónde era Dios. El único mi hambre. Hambre que no es gula pero necesidad bendita por Dios,

el que quiere que lo deseamos.

He vencido la lujuria, la que es la golosidad llevada a la voracitad. Porque cada vicio no

atascado conduce a un vicio más grande. Y la golosidad de Eva, ya reprobable, la condujo a la

lujuria. No le bastó más el darse satisfacción a solas. Quiso y se hizo maestra de lujuria al

compañero. Yo he volcado los términos y, en lugar de bajar, siempre soy subida. En lugar de

hacer bajar, siempre he atraído hacia arriba, y de mi compañero, un honesto, ha hecho un ángel.

Ahora que poseaba Dios y con Él sus riquezas infinitas, me he apresurada a desvestirme

de ellos diciendo: He aquí, sea hecha por Él y de Él Tu voluntad ". Casto es el que tiene no sólo

templanza de carne, pero también de afectos y de pensamientos. Yo debía ser la Casta para

anular la impúdica de la carne, del corazón y de la mente. Y no salí de mi discreción diciendo

tampoco de mi Hijo, únicamente mío sobre la Tierra como únicamente era de Dios en Cielo: “Éste

es mío y lo quiero ".

Sin embargo no bastaba todavía para obtener a la mujer la paz perdida de Eva. Aquella os

la obtení a los pies de la Cruz. En el veder morir Lo que tú has visto nacer. En sentirme arrancar

las entrañas al grito de mi Criatura que muría, he quedada vacía de cada feminismo: no más

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carne pero ángel. Maria, la Vergin casada al Espíritu, murió en aquel momento . Quedó la Madre

de la Gracia, la que os tiene de su tormento generada la Grazia y os la ha dada. La hembra que

había reconsagrada mujer la noche de la Navidad, a los pies de la Cruz adquirió los medios de

volverse criatura de los Cielos.

Éste yo he hecho por vosotros, negándome cada satisfacción también santa. De vosotros,

reducidas por Eva a hembras no superiores a las compañeras de los animales, he hecho, sólo

que lo queráis, las santas de Dios. Yo he ascendida por vosotros. Como hice con José, os he

llevado más hacia arriba. La roca del Calvario es mi Monte de los Olivos. De allí cogí el bote para

llevar a los Cielos el alma resantificada de la mujer junto a mi carne, glorificada para haber llevado

el Verbo de Dios y anulado en mí también la última huella de Eva, la última raíz de aquel árbol de

las cuatro venenosas ramas y de la raíz clavada en el sentido, que había arrastrado a la caída la

humanidad y que hasta al final de los siglos y a la última mujer os morderá las entrañas. De allá,

dónde ahora yo resplandezco en el rayo del amor, yo os llamo y os indico la Medicina para vencer

vosotros mismos: la Gracia de mi Dios y la Sangre de mi Hijo.

Y tú, mi nota: Maria Valtorta, mi voz, reposa tu alma en la luz de este alba de Jesús, para

tener fuerza por las futuras crucifixiones que no te serán ahorradas, porque aquí te queremos y se

viene aquí por el dolor, porque aquí te queremos y tan más alto se viene cuanto lo más se ha sido

llevado pena para obtener Gracia al mundo.

Và en paz, yo soy contigo >>.

18. La santidad de José y la obediencia a los sacerdotes, se vean las páginas 159-165 del

I° volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta,:

Dice, luego, Maria, mi nota: de Nazareth: “...Yo entiendo Lo sé. Pero me verás llorar más

fuerte aún. Por ahora te levanto el espíritu mostrandote la santidad de José, que era hombre, o

sea que no tenía otro ayudo a su espíritu que la su santidad. Yo tenía todos los regalos de Dios en

mi condición de Inmaculada. No sabía de serlo. Pero en mi alma ellos eran activos y me daban

espirituales fuerzas. Pero él no era inmaculado. La humanidad le era en él con todo su peso

pesado, y él debía elevarse hacia la perfección con todo aquel peso, a costa de la continua fatiga

de todas sus facultades para querer alcanzar la perfección y ser agradable a Dios. ¡Oh! ¡Santo mi

novio! Santo en todas las cosas, también en las más humildes cosas de la vida. Santo por su

castidad de ángel. Santo por su honestidad de hombre. Santo por su paciencia, por su

laboriosidad, por su serenidad siempre igual, por su modestia, por todo.

Ella santidad brilla también en este acontecimiento. Un sacerdote le dice: Es bien que tú

te establezcas aquí ", y él, también sabiendo a cuánta mayor fatiga va encuentro, dice: "Por mí no

es nada. Pienso al dolor de Maria. No fuera por este, no me afligiría por mí. Basta ya que eso sea

útil a Jesús." Jesús, Maria: sus angélicos amores. No ha querido otro sobre la tierra, este mi

santo novio. Es a este amor ha hecho siervo sí mismo.

Lo han hecho protector de las familias cristianas y de los trabajadores de muchas

categorías. Pero no sólo de los agonizantes, de los novios, de los obreros, aunque también de los

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consagrados debería hacerlo. ¿Cuál entre los consagrados de la tierra, al servicio de Dios, cuál

que sea, que se sea consagrado como él al servicio de su Dios, aceptando todo, renunciando a

todo, soportando todo, cumpliendo todo con prontitud, con espíritu jovial, con humor constante,

como hizo él? No, aquí no hay ningúno iguale.

Y otra cosa te hago observar, más bien dos. Zacarías es un sacerdote. José no lo es. Pero

también observa como él que no lo es tiene el espíritu en Cielo más del sacerdote. Zacarías

piensa humanamente y humanamente interpreta las Escrituras porque, no es la primera vez que

lo hace, se hace demasiado conducir del sentido común humano. Ha sido castigado de ello. Pero

en esto todavía recae, aunque menos gravemente. Por el nacimiento de Juan habís dicho:

¿Cómo puede ocurrir si yo soy viejo y mi mujer es estéril?". Ahora dice: “Para allanarse el

camino, el Cristo debe aquí crescer y, con aquel pequeña raíz de orgullo que también persiste en

los mejores, cree de poder ser él útil a Jesús. No útil como quiere serlo José sirviéndolo, pero útil

haciéndole de maestro. Dios lo ha perdonado por la buena intención. ¿Pero había nunca el

"Maestro" de tener maestros?

Yo traté de hacerle ver la luz en las profecías. Pero él se sintía más docto que yo y usaba

este suyo sentir a su modo. Habría podido insistir y vencer. Pero - he aquí la segunda

observación que te hago hacer- pero he respetado el sacerdote por su dignidad, no por el suyo

saber.

El sacerdote es, generalmente, siempre iluminado por Dios. "Generalmente he dicho ". Lo

es cuando es un verdadero sacerdote. No es el vestido aquél que consagra, es la alma. Para

juzgar si uno es un verdadero sacerdote es suficiente juzgar lo que sale de su alma. Como ha

dicho mi Jesús, es del alma que salen las cosas que santifican o que contaminan, las que

informan todo el modo de actuar de un individuo. Pues bien, cuando uno es verdadero sacerdote,

generalmente es siempre inspirado por Dios. De los otros, que tales no son, necesita tener

sobrenatural caridad, y rogar por ellos.

Pero mi Hijo ya te ha puesto al servicio de esta redención y no digo de más. Sé risueña de

sufrir porque los verdaderos sacerdotes aumenten. Y tú reposas sobre la palabra de quien te

guia . Y crees y obedeces a su consejo. Siempre obedecer salva. Aunque no está en todo

perfecto el consejo que se recibe.

Tú ves. Nosotros obedecimos. Y fue bien. Verdadero que Herodes se limitó a hacer

exterminar los niños de Belén y alrededores. ¿Pero no habría podido Satanás empujar y propagar

estas olas de livor bien más allá de, y persuadir a igual delito todos los poderosos de Palestina

para hacer suprimir el futuro Rey de los judíos? Habría podido. Y habría ocurrido en los primeros

tiempos del Cristo, cuando el repetirse de los prodigios había despertato la atención de las

muchedumbres y el ojo de los potente. ¿Cómo habríamos podido, si eso hubiera ocurrido,

atravesar toda la Palestina para venir de la lejana Nazareth a Egipto, tierra hospitalaria a los

judíos perseguidos, y hacerlo con un pequeño niño y mientras enfurecía una persecución? Más

fácil la fuga de Betlem, aunque igualmente dolorosa.

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La obediencia siempre salva. Recuérdalo. Y el respecto al sacerdote siempre es señal de

formación cristiana. Apuros - y Jesús lo ha dicho - ¡apuros a los sacerdotes que perden su llama

apostólica! ¡Pero apuros también a quien se cree lícito despreciarlos! Porque ellos consagran y

distribuyen el Pan verdadero que desciende del Cielo. Y aquel contacto ellos devuelve santos

como un cáliz sacro, aunque santos no son. A Dios de ello contestarán. Vosotros consideráis ellos

tales y no os curáis de otro. No sed más intransigentes de vuestro Señor Jesús, el que deja el

Cielo a su mando y baja para ser elevado en sus manos. Aprendéis de Él. Y si son ciegos, y son

sordos, del alma paralítica y el pensamiento enfermo, si son demasiado leprosos de culpas en

contraste con su misión, si son de los Lazzari en un sepulcro, llamáis a Jesús, que ellos curas,

que los resucitas.

Llámalo ello con vuestro orar y con el vuestro sufrir, o almas víctimas. Salvar un alma es

predestinar al Cielo la propia. Pero salvar un alma sacerdotal es salvar un número grande de

almas, porque cada sacerdote santo es una red que arrastra almas a Dios. Y salvar a un

sacerdote, o sea santificar, resantificar, es crear esta mística red. Cada su presa es una luz que se

suma a vuestra eterna corona. Và en paz>>.

19. La presentación de Jesús al Templo. La virtud de Simeón y la profecía de Ana, se vean

las páginas 165-171 del I° volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta,:

“... Siento las palabras del santo viejo y veo la mirada de José, aquel emocionado de

Maria, y también aquellos de la pequeña muchedumbre, se asombrados en parte estupefacta y

emocionada y en parte, a las palabras del viejo, tomada por hilaridad. Entre este hay de los

barbudos y presumidos miembros del Sanédrin, que sacuden al jefe, Simeón mirando con

compasión irónica. Lo deben pensar ido fuor de cerebro por la edad.

La sonrisa de Maria se apaga en una más viva palidez, cuando Simeón le anuncia el

dolor. Por cuánto Ella sepa, esta palabra le traspasa el espíritu. Se acerca de más a José, Maria,

para consolarse, se apreta con pasión a su niño al seno y bebe, como anima sedienta, las

palabras de Ana, la que, mujer como es, tiene piedad del suyo sufrir y las promete que él Eterno

las endulzará de una fuerza sobrenatural la hora del dolor. << Mujer, a Quien el Salvador ha dado

a su pueblo no faltará el poder de dar su ángel a confortar tu llanto. No es faltado nunca la ayuda

del Dios a las grandes mujeres de Israel, y tú eres bien más de Judit y de Giaele. Nuestro Dios te

dará corazón de oro purísimo para resistir al mar de dolor, por cuyo serás la más gran Mujer de la

creación, la Madre. Y Tú, Niño, recordas de mí en la hora de Tu misión

20. Canción de cuna de la Virgen , se vean las páginas 171-173 del I° volumen del

Evangelio revelado a Maria Valtorta.

.......

21. Adoración de los Magos. Es “Evangelio de la Fe”, se vean las páginas 174 185 del I°

volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta.

.....

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22. Fuga en Egipto. Enseñanzas sobre la última visión atada al nacimiento de Jesús, se

vean las páginas 186 - 194 del I° volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta,:

"... Regresa José. << ¿Estás lista? ¿Es listo Jesús? ¿Has tomado sus mantas, su

pequeña cama? ¡No podemos llevar la cuna, pero al menos Él tenga Su colchoneta, pobre Nene

que buscan a muerte!>>. << ¡José!>>. Maria tiene un grito mientras se aferra al brazo de José. <<

Sí, Maria, a muerte. Herodes lo quiere muerto... porque tiene miedo de ello... por su reino humano

tiene miedo de este Innocente, aquella fiera inmunda. Qué hará cuando entenderá que Él es

huido no sé. Pero nosotros seremos lejanos, ya. No creo que se vengará buscándolo en Galilea.

Ya sería demasiado difícil por él descubrir que nosotros somos galilei y tan menos que de

Nazareth y quiénes somos de preciso. A menos que Satanás no lo ayuda para agradecerlo de

serle siervo fiel. Pero...se eso ocurra …. Dios nos ayudará el mismo. No llorar a Maria. Verte

llorarme es un dolor bien más fuerte de aquel de deber ir en exsilio >>.

<< ¡Perdóname aJosé! No es por mí que lloro, ni por el poco bien que pierdo. Lloro por ti

¡qué ya has debido sacrificarte tan! Y ahora regresas a no tener más clientes ni casa. ¡Cuánto te

cuesto José! >>. << ¿Cuánto? No, Maria. No me cuesta. Me consuelas. Siempre. No pensar al día

siguiente. Tenemos las riquezas de los Magos. Nos ayudarán en los primeros tiempos. Luego

encontraré trabajo. Un obrero honesto y capaz se abre enseguida camino. Has visto aquí. No me

bastan las horas al trabajo que tengo>>. << Lo sé. ¿Pero quién te levantará de la nostalgia? >>.

<< ¿Y tú, quién te levantará de la nostalgia de aquella casa que te es tan querida? >>.

<< Jesús. Teniéndolo todavía tengo lo que allá he tenido>>.

<< Y yo, teniendo a Jesús, tengo la patria, esperada hasta pocos meses son. Tengo mi

Dios. Tú ves que no pierdo nada de lo que me es querido sobre cada cosa. Es suficiente salvar a

Jesús y entonces todo nos queda. Aunque ya no tuviéramos que ver este cielo, estos campos ni

aquellas aún más querida de Galilea, siempre tendremos todo porque tendremos él. Vienes,

Maria, porque el alba se inicia. Es tiempo de saludar al huésped y de cargar nuestras cosas. Todo

acabará bien>>.

Maria se alza en pies, obediente. Se envuelve en la capa, mientras que José hace un

último lío y sale carga de aquél.

Maria delicadamente el Niño levanta y lo envuelve en un chal y si lo aprieta al corazón.

Mira las paredes que la han hospedada por de los meses y con una mano las roza. ¡Beata casa,

que ha merecido de ser querida y bendecida por Maria!

Sale. Atravesa la pequeña habitación que fue de José, entra en la grande habitación. La

dueña de casa, en lágrimas, la besa y saluda y, levantando un borde del chal, besa sobre la frente

el Niño, que duerme tranquilo. Bajan por el pequeña escalera externa. Hay un primero claror de

alba que da apenas modo de ver. En la poca luz se ven tres borricos. El más robusto, carga de los

trastos. Los otros con la silla. José se da que hacer a asegurar por bien arcón y envoltorios sobre

el basto de lo primero. Veo atados a ramo, y puestos sobre la cima del saco, sus herramientas de

27

carpintero.... La fuga tiene principio mientras Belén, que sueña todavía la fantasmagórica escena

de los Magos, duerme quieta, inconsciente de lo que la espera.

Dice Jesús: <<....Y también este series de visiones cesan así. Con buena paz de los

doctores difíciles hemos ido mostrandote las escenas que han precedido, acompañado y seguido

mi Adviento, no por ellas mismos, que son muy conocidos por cuánto desvirtuadas por elementos

sobrepuestos en los siglos, siempre por aquel modo de ver humano que para dar mayor alabanza

a Dios - y por lo tanto es perdonado - devuelve irreal lo que es tan bonito dejar real. Porque mi

Humanidad y aquella de Maria no salen apocadas, como no es ofendida mi Divinidad y el

Majestad del Padre y el Amor de la Trinidad Santísima . De éste ver las cosas en su realidad, pero

más bien resplandecen los méritos de la Madre mi y mi humildad perfecta, como fulgura de ello la

bondad omnipotente del eterno Señor. Pero te hemos mostradas estas escenas para poder

aplicarte a ti y a otros el sentido sobrenatural que sale a darvoslo a norma de vida.

El Decálogo es la Ley; y mi Evangelio es la Doctrina que os devuelve más clara esta Ley y

más querida a seguirse. Bastarían esta Ley y esta Doctrina a hacer, de los hombres, de los

santos.

Pero sois tan impedidos en vuestra humanidad - qué, en verdad, rebasa de más en

vosotros el espíritu - qué no podéis seguir estas vías y caéis; o os paráis desmoralizados. A os

decís y a quién os querría llevar adelante citándovos los ejemplos del Evangelio: Pero Jesús,

pero Maria peroJosé, y abajo, abajo por todos los santos, no eran como nosotros. Eran fuertes,

han sido consolados enseguida en el dolor, también de aquel poco dolor que han tenido, no

sintían las pasiones. Eran seres ya fuera de la tierra ". ¡Aquel poco dolor! ¡No sintían las pasiónes!

El dolor ha sido el amigo fiel y tuvo todos los más varios aspectos y nombres.

Las pasiónes…. No usáis un vocablo malmente, llamando “pasiónes” los vicios que os

descarrian. Vos llamáis sinceramente ellos "vicios" y capitales por añadidura. Aquellos no es que

los ignoráramos. Teníamos ojos y orejas para ver y oír, y Satanás nos hacía o bailar delante y

alrededor estos vicios, mostrándonoslos con su porquería en obra o intentándonos con sus

insinuaciones. Pero, la voluntad siendo tensa a querer ser agradecidos a Dios, este pringue y

estas insinuaciones, en lugar de conseguir el objetivo establecido de Satanás, consiguía el

contrario. Y tan más ello trabajaba y tan más nosotros se refugibámos en la luz de Dios, por asco

de la tiniebla fangosa que ello nos mostraba a los ojos del cuerpo y del espíritu. Pero las pasiones

en el sentido filosófico, no las ignoraron, en nosotros. Hemos querido la patria, y en la patria

nuestra pequeña Nazareth más de cada otra ciudad de la Palestina. Hemos sentido los afectos

por nuestra casa, los parientes, los amigos. ¿Por qué no habríamos debido sentirlos? No somos

hechos esclavos de ellos porque nada debe sernos dueño salvo Dios. Pero de los buenos

compañeros somos hechos de ellos.

Mi Madre ha tenido un grito de alegría cuando, después de cuatro años acerca de, le ha

vuelta a Nazareth y ha pono pie en su casa, y ha besado aquellas paredes en que su "Sì" le

aperse el seno a recibir el Germen de Dios. José ha saludado con alegría los parientes y los

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pequeños sobrinos, crecidos de número y de años, y ha gozado en verse recordado por los

conciudadanos y enseguida buscado por sus capacidades. Yo he sido sensible a las amistades y

he sufrido como una moral crucifixión la traición de Judas. ¿Y que por lo tanto? Ni mi Madre, ni

José antepusieron su amor a la casa y a los parientes a la voluntad de Dios.

Y yo no ahorré palabra, si era de decir, adecuada a atraerme el rencor de los judíos y la

ojeriza de Judas. Sabía, y habría podido hacerlo, que habría bastado dinero para someterlo a Mí.

No a Mí Redentor; a Mí rico. Yo que he multiplicado los panes, también podía multiplicar el

dinero, si quería. Pero no era venido para procurar satisfacciones humanas. A ningúno. Tan

menos a los míos llamados. Había predicado sacrificio, desasimiento, vida casta, modestos

puestos. ¿Qué Maestro habría sido y que Justo, si a uno, sólo por qué era aquel el medio de

tenerlo, hubiera dado dinero por su sensualismo mental y físico?

Grandes en mi Reino se vuelve haciéndonos "pequeños." Quien quiere ser "grande" a los

ojos del mundo no es adecuado a reinar en mi Reino. Es paja por la cama de los demonios.

Porque la grandeza del mundo está en antítesis con la Ley de Dios.

El mundo llama grandes los que, con medios casi siempre ilícitos, saben tomar los puestos

mejores y, para hacerlo, hacen de lo próximo un taburete sobre el que montan aplastandolo.

Llama "grandes" los que saben matar para reinar, moralmente y materialmente matar, y arrancan

puestos y países y engrasan si svenando otros en las riquezas individuales y colectivas. El mundo

llama a menudo grande los delincuentes. No. La grandeza no es en la delincuencia. Es en la

bondad, en la honestidad, en el amor, en la justicia. ¡Veis vuestros "grandes" cuáles atosigantes

frutos os ofrecen, cogidos en el suyos malvado, demoníaco jardín interior!

La última visión, ya que quiero hablar de ella y descuidar de hablar de otro - porque tanto

es inútil, porque el mundo no quiere oír la verdad que lo concierne - ilumina un detalle citado por

el Evangelio de Mateo, una frase repetidas dos veces: "Levantate, toma al Niño y su Madre y

huyes en Egipto"; "Levantate, toma al Niño y la Madre de Él y regresas en la tierra de Israel." Y tú

has visto que Maria era sola en su habitación con el Niño.

Muy es combatida por los que para ser barro podrido no admiten que uno de ellos pueda

ser ala y luz, la virginidad de Maria después del parto y la castidad de José. Son desgraciados del

ánimo tanto corrompido y de la mente tanto prostituida a la carne, de ser incapaces de pensar que

uno cómo ellos pueda respetar a la mujer viéndo en ella el alma y no la carne, y elevar sí mismos

viviendo en una atmósfera sobrenatural, deseando no lo que es carne, pero lo que es Dios.

Pues bien estos negadores del más bonito y estos gusanos incapaces de volverse en

mariposa, a estos reptiles cubiertos por la baba de su libídine, incapaces de ver la belleza de una

azucena. Yo digo que Maria fue y quedó virgen y que el alma sola se fue casada a José, como su

espíritu únicamente fue juntado al Espíritu de Dios y por obra de Él concibió lo único su llevado:

Yo, Jesús Cristo, Unigénito de Dios y Maria.

No es este una tradición florida después, por un amoroso respeto de la Beata que me fue

Madre. Es verdad, y desde los primeros tiempos fue conocida.

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Mateo no nació después siglos, era contemporáneo de Maria. Mateo no era un pobre

ignorante vivido en las selvas y fácil a creer a cada bola. Era un empleado a los impuestos,

vosotros ahora diríais; un empleado aduanero, nosotros decíamos entonces. Sabía ver, oír,

entender, distinguir lo verdadero de lo falso. Mateo no oyó las cosas por oído decir de tercera

partes. Pero las recogió del labio de Maria, a la que su amor para el Maestro y por la verdad lo

han empujado a hacer preguntas.

No pienso ya que estos negadores de la inviolabilidad de Maria piensen que Ella ha podido

mentir. Mi mismos parientes la habrían podida desmentir, si os hubieran sido otros hijos. Jaime,

Judas, Simón y José eran condiscípulos de Mateo. Por lo tanto fácil a éste confrontar las

versiones, si más versiones os hubieran estadas. Y Mateo no dice nunca: “Levantate y toma a tu

esposa"; dice: "Toma a la Madre de Él." Antes dice: "Vergin se casada a José"; "José su novio ".

Ni ésos me digan, que lo que era un modo de decir de los judíos, casi que decir a "esposa"

fuera una infamia. No, negadores de la Pureza. De las palabras del Libro se lee: ...y se unirá a su

esposa. Es dicha "Compañera" hasta al momento de la consumición sensual de la boda, y luego

es llamada "esposa" en varias veces y en varios capítulos. Y así de las novias de los hijos de

Adán. Y así de Sara, llamada a "esposa" de Abraham: “Sara, tu esposa"; y "Tomas tu esposa y

las dos tus dos hijas es dicho a Lot...., mi nota: El Señor Jesús enumera otros ejemplos de lo

Antiguo y el Nuevo Testamento; se vea a página 194 de dicho volumen primero del Evangelio

revelado a Maria Valtorta.

Como veis no era este nombre un vocablo proscrito de quien era en las vías del Señor, un

vocablo inmundo que era no digno de ser proferido y tanto menos escrito dónde se trata de Dios y

de sus obras admirables. Y el ángel, diciendo: “ el Niño y la Madre de Él ", os demuestra que

Maria le fue Madre verdadera, pero no fue mujer a José. Siempre quedó la Vergin se casada a

José.

Y ésta es la enseñanza de estas últimas visiones. Y es una aureola que resplandece sobre

el jefe de Maria y de José. La Vergin inviolada. El hombre justo y casto. Las dos azucenas entre

que crecí oyendo sólo fragancias de pureza.

A ti, pequeño Juan, mi nota: el pequeño Juan es Maria Valtorta, podría hablar sobre el

dolor de Maria por su dúplice tirón de la casa y de la patria. Pero no hay necesidad de palabras.

Comprendes que sea y mueres de ello. Da me tu dolor. No quiero que éste. Es más que cada otra

cosa tú puedas darme. Es viernes, Maria. Piensa al mi dolor y a aquel de Maria sobre el Golgota

para poder soportar tu cruz.

La paz y nuestro amor quedan contigo>>.

23. La Sagrada Familia en Egipto, se vean las páginas 1957/202 del I° volumen del

Evangelio revelado a Maria Valtorta.

...............

24.Primera lección de trabajo a Jesús, que no salió de la regla de la edad, se vean las

páginas 202/206 del I° volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta.

30

.............

25. Maria, maestra de Jesús, Judas y Jaime, se vean las páginas 210/213 del I° volumen

del Evangelio revelado a Maria Valtorta,:

<< .... Los adultos dicen, es Alfeo que habla,:... Un poco la escuela y un poco las ovejas

lograré tenerlos quietos. Pero este año deberás también tú mandar Jesús a la escuela. Es la

hora>>.

<< Yo no mandaré nunca Jesús a la escuela>> dice tajantemente Maria. Es difícil sentirla

hablar así, y hablar antes de José.

<< ¿Por qué? El Niño debe aprender para ser a su tiempo capaz de someterse el examen

de major de edad >> . << El Niño sabrá. Pero a escuela no irá. Es decidido>>. << Serías la única

en Israel a hacer así >>. << Seré única. Pero haré así. ¿No es verdadero José? >>. << Es

verdadero. No hay necesidad para Jesús de ir a una escuela. Maria ha sido criada en el Templo y

es un verdadero doctor en el conocimiento de la Ley. Será su maestra. Así yo también quiero>>.

<< Os lo viciáis el Chico>>. << No puedes decirlo. Es el más bueno de Nazareth. ¿Lo has nunca

oído n llorar, hacer caprichos, negar obediencia, no tener respeto?>>. <<Este no. Pero lo volverá

si sigue a ser viciado>>. << Es no viciar tenerse cercano los hijos. Es amarlos con sentido común

y buen corazón. Así amamoslo nuestro Jesús y, puesto que Maria es más instruida que el

maestro, será Usted la maestra de Jesús>>. << Y cuando será hombre tu Jesús será una

mujercita espantosa también de una mosca>>. << No lo será. Maria es una mujer fuerte y sabe

educarlo virilmente. Yo no soy un vil y sé dar ejemplos viriles. Jesús es una criatura sin defectos

físicos y morales. Crecerá por lo tanto derecho y fuerte en el cuerpo y en el espíritu. Està seguro

Alfeo. No hará desfigurar la familia. Y luego he decidido y basta ya así >>. << Habrá decidido

Maria y tú... >>. << ¿Y si fuera? ¿No es bonito que dos que se aman estén listos a tener el mismo

pensamiento y el mismo deseo, por qué recíprocamente el uno abraza el deseo del otro y lo hace

suyo? Si Maria quisiera cosas necias, le diría: "no." Pero pregunta cosas llenas de sabiduría, y yo

las apruebo y hago míos. Nos amamos, nosotros, como en el primer día... Y así haremos hasta

que seremos en vida. ¿No es verdadero, Maria?>>. << Sí,José. Y, nunca sea, pero cuando tuviera

uno a morir sin el otro, todavía nos amaremos >>.

Giuseppe acaricia sobre el jefe a Maria, como fuera una hija niña, y se lo mira con su ojo

sereno y amoroso.

La cuñada interviene: <<Tenéis propio razón. ¡Fuera buena yo de enseñar! A escuela

aprenden el bien y el mal, nuestros hijos. En casa sólo el bien. Pero yo no sé.... Si Maria....>>. <<

¿Qué quieres decir a cuñada? Dices libremente. Tú sabes que te amo y soy risueña cuando

puedo gustarte>>.

<< Decía.... Jaime y Judas son de poco más viejos que Jesús. Ya van al escuela..... En

cambio Jesús ya sabe tan bien la Ley... Yo querría... ¿he aquí, si te dijera de también tenerles,

cuándo le enseñas a Jesús? Yo pienso que se volverían más buenos y más instruidos. Son

primos, por fin, y que se amen como hermanos es justo...¡Sería tan feliz! >>. << Si José quiere, y

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tu marido también, yo estoy listo. Hablar por uno o por tres es igual. Repasar toda la Escritura es

alegría. Qué vengan >>.

Los tres niños, que entraron lentamente, oyen y están en espera del veredicto. << Te harán

desesperar, Maria >>, Alfeo dice.

<< ¡No! Conmigo siempre son buenos. ¿No es verdadero que seréis buenos si yo os

enseñaré ? >>.

Los dos le corren cercanos, uno a la derecha, uno a mano izquierda, le ponen los brazos

alrededor de los hombros, los pequeñas cabezas sobre los hombros, y le prometen todo el bien

posible.

<< Déjalos probar, Alfeo, y dejas probarme. Yo creo que no serás insatisfecho de la

prueba. Cada día vendrán de la hora de sexta a tarde. Bastará, créelo. Yo sé el arte de enseñar

sin cansar. Los niños deben ser tenidos fascinados y distraidos junto. Es necesario entenderlos,

amarlos y ser amados, para obtener de ellos. ¿Y os me amáis no es verdadero? >>. Dos grandes

besos son la respuesta. << ¿Lo ves? >> << Lo veo. No tengo que decirte: “ Gracias”. ¿Y Jesús

que dirá, viendo la Mamá perdida con otros? ¿Qué dices, Jesús? >>. << Yo digo: “ Beatos los

que están a escucharla y enderezan su morada cerca de la suya ". Como por la Sapiencia, beato

quién es amigo de Mi Madre, y Yo soy feliz que los que amo sean sus amigos>>.

<< ¿Pero quién pone tales palabras sobre los labios del Niño? >> Alfeo estupefacto

pregunta. << Ningúno , hermano. Ningún que sea del mundo >>.

Dice Jesús: <<Y Maria fue maestra de Me, Jaime y Judas. He aquí porque nos amamos

como hermanos, más allá de que para la parentesco, por la ciencia y por el crecimiento unidos

como tres sarmientos sustentados por un único palo. Mi Mamá. Doctor como ningún otro en

Israel, dulce Madre mía . Sede de la Sapiencia, y de la verdadera Sapiencia, nos instruyó por el

mundo y por el Cielo. Digo: “nos instruyó", porque Yo fui su alumno no de otra manera de los

primos. Y el "sello" fue mantenido sobre el secreto de Dios, contra el indagar de Satanás,

mantenido bajo la apariencia de una vida común. ¿Te has beata en la escena suave? Ahora stà

en paz. Jesús es contigo>>.

26. Preparativos para la mayor edad de Jesús y salida de Nazareth, se vean las páginas

213/217 del volumen I° del Evangelio revelado a Maria Valtorta.

.....

27. El examen de Jesús mayor de edad al Templo, se vea las páginas 217/221 del volumen

I° del Evangelio revelado a Maria Valtorta.

......

28. La disputa de Jesús en el Templo con los Doctores. La angustia de la Madre y la

respuesta del Hijo, se vean las páginas 221/230 del I° volumen del Evangelio revelado a Maria

Valtorta.

.....

32

29. La muerte de San José. Jesús es la paz de quien sufre y de quien muere, se vean las

páginas 231 / 236 del I° volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta,:

“ ....entra la Mamá. Entra de una puerta de la pared meridional. Entra de prisa y corre hacia

Jesús. Es vestida de azul oscuro y sin nada sobre el jefe...llama con jadeo el Hijo y se apoya con

ambos las manos a un brazo, con movimiento de súplica y dolor. Jesús la caricia pasándole el

brazo sobre el hombro y la conforta, luego se encamina con Ella dejando enseguida el trabajo y

quitándose el delantal.... ,<< ¡Oh! ¡Jesús! ¡Venes, venies, está mal! >>. Son dichas con labios que

tiemblan y con un centelleo de llanto en los ojos arrebolados y cansados. Jesús no dice que:

<<Mamá>> pero hay todo en aquella palabra. Entran en la habitación al lado.... Sobre ello,

apoyado a muchas almohadas es José. Está moribundo. Lo dice claramente el rostro de una

palidez lívido, el ojo apagado, el pecho anhelante y el abandono de todo el cuerpo.

Maria se mete a su izquierda, le toma la mano arrugada y lívida en las uñas, la frega, la

caricia, la besa, le seca con un pañal el sudor que hace rayas brillantes a las sienes excavadas, la

lágrima que se invetra en el rincón del ojo, le moja los labios con un lino mojado en un líquido que

parece vino blanco.

Jesús se mete a la derecha. Levanta con rapidez y cura el cuerpo que se zanja, lo

endereza sobre las almohadas que arregla junto a Maria. Acaricia sobre la frente lo agonizante y

trata de reanimarlo. Maria llora sin ruido, pero llora. Gruesas lágrimas lruedan a lo largo de las

mejillas pálidas hasta al vestido azulo oscuro y parecen zafiros brillantes. José se reanima

bastante y fijo mira Jesús, le da las mano como para decirle algo y para tener, al contacto divino,

fuerza en la última prueba. Jesús se inclina sobre aquella mano y la besa. José sonríe. Luego se

vuelve a buscar con la mirada a Maria y también a le sonríe. Maria se arrodilla cerca de la cama

tratando de sonreír. Pero le logra mal y curva al jefe. José le pone la mano sobre el jefe con una

casta caricia que parece una bendición. No se siente que el revolotear y el arrullar de las palomas,

el crujir de las hojas, un burbujeo de agua y, en la habitación, la respiración de lo moribundo.

Jesús gira alrededor de la cama, toma un taburete y hace sentarse Maria llamándola todavía y

únicamente <<Mamá>>. Luego retorna a su sitio y retoma en las suyas la mano deJosé. Es tan

verdadera la escena que yo, mi nota: Maria Valtorta, lloro por la pena de Maria. Luego Jesús,

agachándose sobre lo moribundo, le murmura un salmo. Sé que es un salmo, pero no puedo decir

ahora cuál. Empieza así: <<Me proteges, o Señor, porque en Ti he puesto mi esperanza.... >>.

José se reanima todo y con una mirada más viva le sonríe a Jesús y le aprieta los dedos.

Jesús contesta con una sonrisa a la sonrisa y con una caricia al apretón, y continua dulcemente,

curvo sobre su padre putativo: <<Cuánto son amables Tus tabernáculos, o Señor....O Señor,

escucha mi ruego O Dios vuelves tu mirada y mira la cara de Tu Cristo....>>.

José con un hipo Jesús mira y hace el movimiento de hablar como para bendecirlo. Pero

no puede. Se comprende qué entiende, pero tiene la palabra torpe. Es pero feliz y mira con viveza

y confianza a su Jesús. “ O Señor...., Jesús continúa...., Yo haré florecer la potencia de Davide

preparando una antorcha encendida por mi Cristo>>.

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<< Gracias, mi padre, por Mí y para la Madre. Tú me has sido padre justo, y ti lo ha puesto

el Eterno a custodia de Su Cristo y de Su Arca. Tú fuiste la antorcha encendida por Él, y por el

fruto de su seno santo has tenido entrañas de caridad. Và en paz, padre. La Viuda no estará sin

ayuda. El Señor ha predispuesto porque sola no sea. Vas sereno a tu reposo. Yo te lo digo>>.

Maria llora con el rostro curvo sobre las mantas, parecen capas, extendidas sobre el

cuerpo de José, que se enfria. Jesús apresura Sus consuelos, porque el anhelo se hace más

afanoso y la mirada vuelve a velarse. << "Feliz el hombre que teme al Señor y pone en Sus

mandamientos a cada deleite.... El justo será recordado para siempre... La su justicia es eterna, la

su potencia se alzará hasta a la gloria...>>. << Tú lo tendrás esta gloria, padre. Pronto vendré a

traerá te, con los Patriarcas que te han precedido, a la gloria que te espera. Exultas tu espíritu en

tu palabra... Porque le has esperado en el Señor, Él te dice, o padre, que te liberará y te

protegerá. Porque le has levantado a Él la tu voz te atenderá, será teco en la tribulación última, te

glorificará después de esta vida, haciendote ver ya de este su Salvación ". E en lo otra haciéndote

entrar, por la Salvación qué hora te conforta y que pronto, oh, pronto vendrá, te lo repito, a ceñirte

de un abrazo divino y a llevarte Consigo, a el jefe de todos los Patriarcas, allá dónde es preparada

la morada de lo Justo de Dios que me fue padre bendito. Precedes me para decirles a los

Patriarcas que la Salvación está pronto en el mundo y el Reino de los Cielos les será abierto

pronto. Vas, padre. Mi bendición te acompañas>>. La voz de Jesús se ha elevada para llegar a la

mente de José que arroja en las nieblas de la muerte. El fin está inminente. El viejo jadea a duras

penas. Maria lo acaricia, Jesús se sienta en la ribera de la pequeña cama y ciñe y atrae a Si lo

moribundo, que se desamina y se apaga sin brincos. La escena está llena de una paz solemne.

Jesús reacomoda el Patriarca y abraza a Maria, que por último se era acercada a Jesús en el

suplicio que la angustiaba.

Dice Jesús: <<A todas las esposas que un dolor tortura, enseño a imitar Maria en Su

viudez: unirse a Jesús. Los que piensan que Maria no haya sufrido por las penas del corazón,

estoy en error. Mi Madre ha sufrido. Sepáis vos ello. Santamente, porque todo en Usted era santo,

pero agudamente. Los que piensan que Maria amara de un amor tibio al marido, ya que era el

marido de espíritu y no de carne, son igualmente en error. Maria amaba intensamente su José, al

que había dedicado seis lustros de vida fiel. José le había sido padre, novio, hermano, amigo,

protector. Ahora ella se sintía sola como un sarmiento de vid al que es serrado el árbol a que se

se sostenía. Su casa era como golpeada por el rayo. Se dividía. Antes era una unidad en que los

miembros se sustentaban recíprocamente. Ahora venía a faltar la pared maestra, primero de los

golpes inferidos a aquella Familia, señal del próximo abandono de su amado Jesús. La voluntad

de lo Eterno que la había queroda novia y madre, ahora le imponía la viudez y el abandono de su

Criatura. Maria dice entre las lágrimas uno de sus sublimes "Sì." Sí, Señor, se haga de mí según

Tu palabra ". Y para tener fuerza en aquella hora, se apreta a Mí. Siempre se ha apretada a Dios,

Maria, en las horas más graves de Su vida. En el Templo, llamada a la bodas, a Nazareth,

llamada a la Maternidad, aún a Nazareth entre las lágrimas de la viudez, a Nazareth en el suplicio

34

de la separación del Hijo, sobre el Calvario en la tortura de verme morir. Aprendéis, vosotros que

lloráis.

Y vosotros aprendéis que morís, vosotros aprendéis que vivís para morir. Tratáis de

merecer las palabras que dije a José. Serán vuestra paz en la lucha de la muerte. Aprendéis,

vosotros que morís, a merecer de haber cercano Jesús, a vuestro consuelo. Y, si también no lo

habéis merecido, atrevéis igualmente de llamarme cercano. Yo vendré, las manos llenas de

gracias y de consuelos, el corazón lleno de perdón y de amor, los labios llenos de palabras de

absolución y de estímulo.

La muerte pierde cada aspereza si ocurre entre mis brazos. Os creéis ello. No puedo abolir

la muerte, pero la hago suave a quien muere confiándome en Mí. El Cristo lo ha dicho por todos

vosotros, sobre su Cruz: "Señor a te confío a mi espíritu “. Lo ha dicho pensando, en la suya, a

vuestras agonías, a vuestros terrores, a vuestros errores, a vuestros temores, a vuestros deseos

de perdón. Lo ha dicho con el corazón partido de suplicio, antes que por la lanzada, y suplicio

espiritual más que físico, porque las agonías de los que mueren pensando a Él fueran endulzadas

por el Señor y el espíritu pasara de la muerte a la Vida, del dolor al gozo, en eterno...>>

30. A conclusión de la vida escondida, nuestra nota de Jesús y de Maria, se vean las

páginas 237/240 del I° volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta.

.....

31. El adiós a la Madre y la oración de ls Co- Redentora; se vean las páginas 242/248 del

I° volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta:

“Curva sobre el mostrador, Maria llora. Una niña parece. Tiene al jefe sobre el brazo

izquierdo replegado y llora sin ruido, pero con mucho dolor...<< ¡Mamá! >> con voz de amoroso

reproche Jesús le habla a Maria.... << Es hechos venir las parientes. No quedar sola. Seré más

tranquilo Madre, y tú sabes si necesito ser tranquilo para cumplir mi misión. Tú no faltarás mi

amor. Yo vendré a menudo y te haré advertir cuando seré en Galilea y no podré venir a casa. Tú

vendrás entonces de Mí. Mamá, esta hora debía venir. Es iniciada aquí, cuando el ángel te

apareció; ¿ahora toca y nosotros debemos vivirla, no es verdadero Mamá? Después de vendrá la

paz de la prueba superada y la alegría. Antes hace es necesario atravesar este desierto como los

antiguos Padres para entrar en la Tierra Prometida. Pero el Señor Dios nos ayudará como les

ayudó. Y nos dará Su ayuda como maná espiritual para nutrir nuestro espíritu en el esfuerzo de la

prueba. Decimos junto el Padre nuestro....>>. Y se alza t Maria con él y alzan el rostro al cielo.

Dos hostias vivas y brillantes en la oscuridad....Jesús va hacia la puerta después de haber trazado

un gesto de bendición en la habitación. Maria lo sigue y a la puerta ya abierta se besan todavía.

La calle es silenciosa y solitaria, blanca de luna. Jesús se encamina. Se volve todavía por dos

veces a mirar la Mamá, que ha quedada apoyada a la jamba, más blanca que la luna y toda

reluciente de llanto silencioso. Jesús se aleja cada vez más por la callejuela blanca. Maria

siempre llora contra la puerta. Luego Jesús desaparece a una vuelta de la calle. Es empezado Su

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camino de Evangelizador, que le terminará al Golgota. Maria entra llorando y cierra la puerta.

También por Usted es empezado el camino que la llevará al Golgota. Y por nosotros....".

Dice Jesús: <<Éste es el cuarto dolor de Maria Madre de Dios. Lo primero, la presentación

al Templo; el segundo, la fuga en Egipto; el tercero, la muerte de José; el cuarto, mi separación

de Usted. Conociendo el deseo del Padre, te he dicho anoche que aceleraré la descripción de

"nuestros" dolores porque sean hechos públicos. Pero, como ves, ya habían sido ilustrados

aquellos de mi Madre. He explicado antes la fuga que la presentación, porque había necesidad de

hacerlo en aquel día. Yo sé. Y tú comprendes y dirás el por qué al Padre. A voz.

Es mi intención alternar tus contemplaciones y mis consiguientes explicaciones, con los

dictados reales, para levantar te y tu espíritu dándote la beatitud del ver, y también porque así es

patente la diferencia estilística entre el tuyo componer y el mío. Además, del frente a muchos

libros que hablan de Mí y que, toca y retoca, muda e enperejiles, se han volvidos irreales, Yo

tengo deseo de dar a quién en Mí cree una visión conforme a la verdad de Mi tiempo mortal. De

ello no estoy disminuido, pero más bien devuelto más grande en Mi humildad, que se hace pan a

vosotros para enseñarvos a ser humildes y parecidos a Mí, que fui hombre como vosotros y que

llevé en Mi vestido de hombre la perfección de un Dios. Debía ser Modelo vuestro, y los modelos

deben siempre ser perfectos.

No tendré en las contemplaciones una línea cronológico corresponsal a aquella de los

Evangelios. Tomaré los puntos que encontraré más útiles en aquel día por ti o por los otros,

siguiendo a una mi línea de enseñanza y bondad.

La enseñanza que viene de la contemplación de Mi separación les va especialmente a los

padres y a los hijos, que la voluntad de Dios llama a la renuncia recíproca por un más alto amor.

En según lugar va a todos los que se encuentran de frente a una renuncia penosa. ¡Cuántas

encontráis de ellas en la vida! Ellas son espinosas sobre la tierra y traspasantes el corazón, lo sé.

Pero a quién acoge ellas con resignación, atencion, no digo: a quién las desea y las acoge con

alegría, eso ya es perfección,; digo: con “resignación" - se cambian en eternas rosas. Pero pocos

las acogen con resignación. Cómo pollinos repropios, contrastáis al querer del Padre y os

obstináis, si también no buscáis de golpear con espirituales patadas y mordiscos, o sea con

rebelión y blasfemias al buen Dios.

Y no decís: “Pero yo no había que este bien y Dios me lo ha quitado. Pero yo no había

que este afecto y Dios me lo ha arrancado ". También Maria, mujer gentil, amorosa a la

perfección, porque en la Toda Grazia también las formas afectivas y sensitivas eran perfectas, no

había que un bien y un amor sobre la tierra: su Hijo. No le quedaba que Aquel.. Los padres

muertos desde hace tiempo, José muerto de algún año. No había que Yo para amarla y hacerles

sentir que no era sola. Los parientes, por causa de Mí, de que no sabían el origen divina, le eran

un poco hostiles, como hacia una mamá que no sabe imponerse al hijo que sale del común

sentido común, que rehusa la bodas propuesta, los que podrían dar lustre a la familia, y también

ayudo. Los parientes, voz del sentido común - vosotros las llamadas bueno sentido, pero no es

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que sentido humano o sea egoísmo - habrían querido estas prácticas desarrolladas en mi vida.

En el fondo siempre había siempre el miedo de deber un día pasar de los aburrimientos por mi

causa, que osaba ya exteriorizar ideas demasiado idealistas, según ellos, los que podían chocar

la sinagoga. La historia hebrea era llena de enseñanzas sobre la suerte de los profetas. No era

una fácil misión aquella del profeta, y daba a menudo, muerte a lo mismo y aburrimientos al

parentesco. En el fondo siempre había el pensamiento de deber, un día, ocuparse de Mi Madre.

Por lo tanto el ver que Ella no me obstaculizaba en nada y parecía en continua adoración

del frente al Hijo, ellos chocaba. Este choque sería luego crecido en los tres años de ministerio,

hasta a culminar en los reproches abiertos cuando me alcanzaban en el medio de las

muchedumbres y se avergonzaban de la mía, según ellos, manía de chocar las castas potentes.

¡Reproche a Mí y a Usted, pobre Mamá!

Sin embargo Maria, que sabía el humor de los parientes - no todos fueron como Jaime y

Judas y Simón, ni como su madre Maria de Cleofa - y qué prevía el humor futuro. Maria, que

sabía su suerte durante aquellos tres años y la que la espería al final de los mismos y mi suerte,

no contrastó como vosotros hacéis. Lloró. ¿Y quién no habría llorado de frente a la separación de

un hijo que lo amaba como Yo la amaba, delante de la perspectiva de los largos días, vacíos de

mi presencia, en la casa solitaria, delante del futuro del Hijo destinado a dar de choque contra la

animosidad de quién era culpable y que se vengaba de ser culpable ofendiendo lo Inculpable

hasta a matarlo?

Lloró porque fue la Co-Redentora y la Madre del género humano renacido a Dios, y debía

llorar por todas las mamás que no saben hacer, de su dolor de madres, una corona de gloria

eterna.

¡Cuántas madres en el mundo, a cuyo la muerte quita de los brazos a una criatura!

¡Cuántas madres a las que un sobrenatural querer arranca de la cadera a un hijo! Por todas sus

hijas como Madre de los cristianos, por todas sus hermanas, en el dolor de madre despojada,

Maria ha llorado. Y por todos los hijos que, nacidos por mujer, son destinados a volverse

apóstoles de Dios o mártires por amor de Dios, por fidelidad a Dios, o por ferocidad humana.

Mi Sangre y el llanto de mi Madre son la mixtura que fortifica éste señalados a heroica

suerte, la que anula en ellos las imperfecciones, o también las culpas cometidas por su debilidad,

dando, además al martirio, en todo caso enseguida, la paz de Dios y, si sufrido por Dios, la gloria

del Cielo.

Los misioneros le encuentran como llama que calienta en las regiones dónde la nieve

impera, le encuentran como rocío allá dónde el sol arde. Son exprimidas por la caridad de Maria y

han brotadas de un corazón de azucena. Tienen por lo tanto, de la caridad virginal casada al

amor, el fuego, y de la virginal pureza el perfumado frescor, parecido a aquel del agua recogida en

la copa de una azucena después de una noche rociada.

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Le encuentran los consagrados en aquel desierto que es la vida monástica bien entendida:

desierto, porque no vive que la unión con Dios, y cada otro afecto cae únicamente volviéndose

caridad sobrenatural: para los parientes, los amigos, los superiores, los inferiores.

Le encuentran los le consagrados a Dios en el mundo, que no los entiende y no los ama,

desierto también por estos, en cuyo ellos viven como fueran solos tanto son incomprendidos y

ridiculizados por mi amor.

Le encuentran mis queridas "víctimas", porque Maria es la primera de las víctimas por

amor de Jesús, y a sus seguidoras Ella da, con mano de Madre y de Médico, Sus lágrimas que

confortan e inebrian a más alto sacrificio.

¡Santo llanto de la Madre mí!

Maria ruega. No se niega de rogar porque Dios le da un dolor. Recuérdatelo. Ruega junto a

Jesús. El Padre ruega. Nuestro y vuestro.

El primer "Pater Noster" ha sido pronunciado en el huerto de Nazareth para consolar la

pena de Maria, para ofrecer, "nuestras" voluntades a lo Eterno en el momento que se iniciaba por

estas voluntades el período de siempre creciente renuncia, culminante a aquella de la vida por Mí

y de la muerte de un Hijo para Maria.

Y, por cuánto nosotros no tuviéramos que nada de hacernos perdonar del Padre, también

por humildad, nosotros, los Sin Culpa, hemos pedito el perdón del Padre por ser perdonados,

absueltos también de un suspiro, encuentro a nuestra misión, dignamente. Para enseñarvos que

más se es en Grazia de Dios y más la misión es bendecida y fructuosa. Para enseñarvos el

respecto a Dios y la humildad. Frente a Dios Padre también las nuestras dos perfecciones de

Hombre y de Mujer se han sentido nada y han pedido perdón. Como han pedito el "pan cotidiano."

¿Cuál era nuestro pan? ¡Oh! No aquel amasado por los puras manos de Maria y cocido en

el pequeño horno, por el que muchas había ahormado atados y fajinas. También aquel necesario

hasta que se es sobre la tierra. Pero "nuestro" pan cotidiano era aquel de hacer día tras día

nuestra parte de misión. ¿Qué Dios la dieranos cada día, por qué hacer la misión que Dios da es

la alegría de nuestro día, no es verdadero pequeño Juan ? ( mi nota: ¿Maria Valtorta) no lo dices

también tú que te parece vacío el día, te parece no estado, si la bondad del Dios te deja un día sin

tu misión de dolor?

Maria ruega junto a Jesús. Es Jesús que os justifica, hijos. Soy Yo que hago aceptables y

fructuosas vuestros ruegos cerca del Padre. Yo lo he dicho: Todo lo que le pediréis al Padre en Mi

nombre, Él os lo concederá", y la Iglesia avalora sus oraciones diciendo: Para Jesús Cristo

nuestro Señor ". Cuando rogáis, siempre únís vos, siempre, siempre, siempre a Mí. Yo rogaré a

voz alta por vosotros, cubriendo vuestra voz de hombres con la mía de Hombre-Dios. Yo pondré

en mis manos traspasadas vuestro ruego y lo elevaré al Padre. Se volverá hostia de cualidad

infinita. Mi voz, fundida con la vuestra subirá como beso filial al Padre, y la púrpura de mis heridas

hará precioso el vuestro rogar. Estad en Mí si queréis tener el Padre en vosotros, con vosotros,

por vosotros.

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(mí nota: A Maria Valtorta Jesus dice:) Has terminado la narración diciendo: “ Y por

nosotros...”, y hacías decir: “ por nosotros que somos así ingratos hacia este Dos que han

montado el Calvario por nosotros." Has hecho bien a poner aquellos palabras. Ponle cada vez

que te haré ver un dolor nuestro. Sea como la campana que toca y que llama a meditar y a

arrepentirse. Basta ya, ahora. Reposa. La paz sea contigo>>.

32. Maria manda a Judas Taddeo a invitar Jesús a la bodas de Cana, se vean las páginas

284/288 del I° volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta,

"....<<Tú sabes la suerte de tu primo el Baptista está en prisión, y si aún no ha muerto es

porque aquel sucio Tetrarca tiene miedo de la muchedumbre y el rayo de Dios. Sucio y

supersticioso como cruel y libidinoso. Tú... ¿qué harás? ¿A qué suerte quieres ir encuentro?>>,

<< ¿Judas, éste te preguntas que conoces mucho de mi pensamiento? ¿Hablas de tu impulso?

No. ¡No mentir! Te han mandado, y no mi Madre cierto, a decirme estas cosas.... Judas baja el

jefe y calla. << Primo habla>>. << Mi padre... Y con él José y Simón...sabes... por tuyo bien....

por afecto por Tú y Maria.... no ven de buen ojo lo que Tú te propones de hacer...y... Te querrían

que pensaras a Tu Madre....>>. << ¿Y tú que piensas?>>. << Yo...yo >>. << Tú eres combatido

entre las voces de lo alto y de la tierra. No digo del Bajo. Digo de la tierra. También Jaime lo es,

más que de te todavía. Pero Yo os digo que sobre la tierra es el Cielo, sobre los intereses del

mundo, hay la causa de Dios. Necesitáis de cambiar modo de pensar. Cuando lo sabréis hacer

seréis perfectos>>. << Pero...¿y Tu Madre? >>. << Judas, no es que Usted que tendría derecho a

volverme a llamar a mis deberes de hijo, según la luz de la tierra: o sea mi deber de trabajar por

Usted, para disponer a sus necesidades materiales, a mi deber de asistencia y consuelo con una

vecindad a la Madre. Y Usted no me pregunta nada de éste. De cuando me tuvo, Ella sabe que

me habría perdido, para hallarme en una manera más vasta de aquel del pequeño círculo de la

familia. Y desde entonces se ha preparada a éste. No es nueva en su sangre esta absoluta

voluntad de donación a Dios. Su madre la ha ofrecida al Templo antes que Ella sonriera a la luz. Y

Ella me lo ha dicho las innumerables veces que, teniéndome contra su corazón en las largas

tardes de invierno o en las claras noches de verano llenas de estrellas, me ha hablado de su

infancia santa - y Ella se ha dado a Dios hasta de aquellas primeras luces de su alba en el

mundo. Y más aún se ha dada cuando me tuvo, para ser dónde Yo soy, sobre la vía de la misión

que me viene de Dios. Todos me dejarán en una hora; a lo mejor por pocos minutos, pero la vileza

será dueña de todos y pensaréis que era mejor para vuestra seguridad, no me tener nunca

conocido. Pero Usted que ha comprendido y que sabe, Usted siempre estará conmigo. Y vosotros

volveréis a ser míos por Ella. Con la fuerza de su segura, amorosa fe, Ella os aspirará en si y por

lo tanto vosotros riaspirerà en Mí porque Yo soy en la Madre y Ella es en Mí y Nosotros en Dios.

Éste querría que todos vosotros comprendierais, parientes según el mundo, amigos e hijos según

lo sobrenatural. Tú y contigo los otros no sabéis quien es mi Madre. Pero, si lo supierais, no la

criticaréis en vuestro corazón para no saberme tener a Usted sujeto, pero las veneraríais como la

amiga más íntima de Dios, la Potente que todo puede sobre el corazón del eterno Padre y sobre

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el Hijo de su corazón. Por cierto que le vendré a Cana. Quiero hacerla feliz. Comprenderéis mejor

después de esta hora. Jesús es imponente y persuasorio >> ".

33. Las bodas de Cana. El Hijo, no más sometido a la Madre, cumple por Usted el primer

milagro, se vean las páginas 288/294 del I° volumen del Evangelio revelado a Maria Valtorta:

<<Vamos a hacer feliz Mía Madre>>dice aún Jesus sonreyendo. Y se encamina por los

campos, con los dos compañeros, hacia casa...Pero lo que me gusta es el saludo lleno de amor y

de respeto de Maria al Hijo y viceversa. No expansiones, pero una mirada tal acompaña la

palabra de saludo: <<La paz está contigo>> y una tal sonrisa que vale ciento besos y ciento

abrazos>>. El beso trémulo sobre los labios de Maria, pero no es dado. Solamente Ella pone la su

mano blanca y nena sobre el hombro de Jesús y le roza un bucle de su larga cabellera. Una

caricia de enamorada púdica. Jesús sube al lado de la Madre y seguido de los discípulos y de los

dueños ….El banquete empieza ha estorbado, y entende hay de lamentable. << Hijo>> dice

despacio, volviendo llamar la atención de Jesús con aquella palabra. << Hijo, ya no tiene más vino

>>. << ¿Mujer, que os es más entre Yo y tú? >>. Jesús, en decirle esta frase, todavía sonríe más

dulcemente, y sonríe Maria como dos que saben una verdad que es les alegre secreto, ignorada

por todos los otros. Aquel “más", que muchos traductores omiten, es la llave de la frase y la

explica en su verdadero significado. Era el Hijo sometido a la Madre hasta al momento en que la

voluntad de mi Padre me indicó la hora haber venido de ser el Maestro. Del momento que Mi

misión tuvo principio, ya no era más el Hijo sometido a la Madre, pero el Siervo de Dios. Rotos los

vínculos morales hacia mi Progenitora. Ellos se cambiaron en otros más altos, se habían

refugiados todos en el Espíritu. Aquél siempre llamaba "Mamá" Maria, mi Santa. El amor no

conoció altos ni enfriamento, más bien no fue nunca tan perfecto como cuando, separado de

Usted como por una segunda Filiación, Ella yo me dio al mundo por el mundo como Mesías como

Evangelizador. La suya tercera sublime mística maternidad fue cuando, en el suplicio del Golgota,

me dio a luz a la Cruz haciéndo de mí el Redentor del mundo. "¿Qué os es más entre Yo y tú?".

Antes era tuyo, únicamente tuyo. Tú me mandabas. Yo te obedecía. Te era "sometido." Ahora soy

de la Mi misión. ¿No lo he dicho quizás? Quien, puesta la mano al arado, se vuelve atrás a

saludar quien queda, es no adecuado al Reino de Dios." Yo había ponido la mano al arado para

abrir con la reja no las glebas pero los corazones, y allí sembrar la Palabra de Dios. Sólo habría

quitado aquella mano cuando me la habrían arrancada de allá para clavarme ella a la Cruz y abrir

con mi torturante clavo el corazón del Padre mío, haciendo de ello salir el perdón por la

humanidad. Aquel "más" olvidados por los más, quería decir éste: Todo me has sido, o Madre,

hasta que fui únicamente el Jesús de Maria de Nazareth, y todo me eres en Mi espíritu; pero, de

cuando soy el Mesías esperado, soy del Padre mío... Pero ahora son de todos esteos hombres. Y

soy del Padre que me ha mandado a ellos ". ....He aquí aquel que quiere decir aquel pequeño y

así denso de significado "más."

Maria ordena a los sirves: <<Hacéis lo que Él os dirá>>. Maria ha leído en los ojos

sonrientes del Hijo el asenso, velado por la gran enseñanza a todos los que tienen la vocación. Es

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a los sirves: <<Llenáis de agua los botijos >> Jesús ordena. Veo los sirves llenar los botijos de

agua llevados por el pozo, oigo chirriar la polea que lleva sobre y abajo el cubo goteante. Veo el

mayordomo escanciarse un poco de aquel líquido con ojos de estupor, catarlo con actos de

todavía más vivo estupor, gustarlo y hablar al dueño de casa y al novio, estaban cercanos. Maria

todavía mira al Hijo y sonríe; luego, recogido una sonrisa de Él, baja la cabeza ruborizándose

levemente. Es beata. En la sala pasa un bisbiseo, las cabezas se vuelven todas hacia Jesús y

Maria, hay quien se alza para ver mejor, quién va a los botijos. Un silencio, y luego un coro de

laudos a Jesús. Pero Él se alza y dice una palabra: <<Agradecéis a Maria>> y luego se sustrae al

banquete. Los discípulos lo siguen. Sobre el umbral repite: <<La paz sea a esta casa y la

bendición de Dios sobre vosotros>>. Y añade: <<Madre, te saludo>>.".

(mi nota: En todos los otros nueve volúmenes del Evangelio de Maria Valtorta - El

Evangelio como me ha sido revelado - publicado de CEV srl, Viale Piscitelli 89-91, 03036, Isola del

Liri (FR), Italia, se hace a menudo referencia a la Beata Vergin Maria ).

También recuerdo el dolor y la angustia de la Virgen después de la detención, los procesos

y la crucifixión de Jesús, se vean las páginas 2/152 del décimo volumen. Y aquellos de la

glorificación de Jesús y Maria, se vean las páginas 162/443 del décimo volumen.

Se vea también el libro "La Virgen en los escritos de Maria Valtorta", páginas 256, de

Gabriele Rascini, misma Editorial.

Gloria, alabanza y gratitud a Dios, al Cristo, a Maria de Nazareth - la Co-Redentora - y a

San José.

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