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    NOTAS SOBRE LA VIOLENCIA

    Psicoanlisis APdeBA - Vol. XXII - N 2 - 2000

    Notas sobre la Violencia1

    Isidoro Berenstein

    1. CARACTERIZACION DE LA VIOLENCIA

    El anlisis de la violencia tiene sentido en tanto se refiera alsujeto, de otra manera circula como un discurso abstracto. Habi-tualmente nos referimos a lo violento como una cualidad deciertas acciones, ligadas a fuertes emociones vinculadas a laagresin, con una caracterstica de exceso en el sentimiento de notolerancia al lmite ofrecido por otro sujeto, su mente y enespecial su cuerpo. As se puede hablar de un amor violento, deuna pasin violenta, de una muerte violenta. Por lo generaltransmite la idea de un plus de destructividad que se agrega alacto y lo califica dndole un sentido de rotura de su forma

    original, o de ensaamiento y degradacin. Pero las circunstan-cias han llevado a usar el trmino tambin como sustantivo, noslo como cualidad sino como el nombre de una accin o conjun-to de acciones consistente en invadir el lmite del otro a losefectos de ejercer una imposicin sobre l mediante la fuerza consu componente motor (muscular). El sujeto que ejerce la violen-cia tiene poder para hacerlo y el que la recibe por lo general est,por distintas circunstancias, en una posicin inerme. Muchasveces es un nio respecto de un adulto. A veces quien recibe laviolencia es un adulto destituido de su lugar de sujeto con undeseo propio y con una propia forma de pensar, inmovilizado porla fuerza del o de los otros. La imposicin de un sentido llevado

    1 Este trabajo es una ampliacin del presentado sobre este tema en el Encuentro Interregio-nal, Montevideo. Abril de 1999. I.P.A.

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    ISIDORO BERENSTEIN

    a cabo por la madre sobre el beb llev a Piera Aulagnier a unnotable desarrollo metapsicolgico con su concepto de violenciaprimaria, usado en el sentido de instituir al beb como sujeto alirrumpir en su espacio psquico en el momento de encuentro conla voz materna. Ello permiti complejizar el concepto de violen-cia y ubicarlo en la trama de las relaciones originarias.

    As trata de un trinomio (sistema de parentesco, estructuralingstica y los efectos sobre el discurso de lo ocurrido en laotra escena) que es la causa de la primera violencia, radical ynecesaria, que la psique del infans vivir.El fenmeno de la violencia tal como lo entendemos aqu,

    remite, en primer lugar, a la diferencia que separa un espaciopsquico, el de la madre, en que la accin de represin ya se haproducido, de la organizacin psquica propia del infans .Castoriadis-Aulagnier, P. (1975)

    Fiel al modelo freudiano su exceso permitira entender laviolencia secundaria sobre la base de la primaria. Pienso quedebemos referirnos a varias violencias y no a una sola y conside-rar cada una de ellas por separado, con su propio origen. Todoesfuerzo de unificacin y de ubicar un origen nico lleva comoconsecuencia no deseada pero posible a una cierta banalizacin.Si se caracteriza la violencia como destituyente, si separa y privade la libertad al sujeto, cmo usarla para designar una accin

    instituyente, que funda o establece un espacio psquico?Es que un pensamiento basado en un solo origen tiene comoconsecuencia borrar las diferencias a veces substanciales quedistinguen las acciones y sus efectos. El pensamiento de lo nicotiene una raz profunda y se remonta al pensamiento cristianofeu-dal que aplica un mismo origen al sujeto, a lo que de l deriva yal conjunto social al cual pertenece, son de origen divino, nicopara todo y para todos.

    En el siglo XII con el advenimiento de la mentalidad burguesacomenz un cambio y otra concepcin basada en la diferencia delos orgenes: la ciudad tiene un origen y el sujeto otro pues sereunan diversidad de personas caracterizadas precisamente porsus diversas procedencias, tal provena del seoro, tal otro habasido un esclavo que haba comprado su propia libertad, tal otroera un campesino o un artesano y, aunque se reunan en la nueva

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    ciudad, cada uno conservara su origen instituyndose a su vezuna subjetividad individual (Lewkowicz, 1999).

    Si postulamos varios orgenes para el sujeto, uno basado en lavivencia de satisfaccin (Freud, 1895), lo temprano y lo infantil,otro en la constitucin de la pareja u en otras experiencias designificancia radical con los otros sociales, deberamos poderpensar en varios espacios subjetivos donde mora el Yo y donde seda la violencia.

    2. LA VIOLENCIA EN LOS DISTINTOS ESPACIOS SUBJETIVOS

    Referirse al sujeto es tambin hacerlo a los distintos espaciosmentales en los que habita y donde es posible que una violenciatenga origen. Vemoslo en los tres espacios subjetivos: indivi-dual, vincular y social (Puget, J., 1988; Berenstein, I., 1990). Enlo individual (intrasubjetivo) podemos decir que la violenciasurge de una accin que irrumpe desde el interior de su mundointerno, lo cual incluye lo corporal y mental, llevado a cabo porun objeto interno a un Yo del cual no tolera la separatividad y quetiene como base un conjunto de imposiciones en situacionesinfantiles de inermidad. Cuando no puede ser tramitado por lasrepresentaciones y acciones que en general la orientan hacia unotro, la violencia opera sobre el propio cuerpo. Debera diferen-ciarse de la agresin que responde a una fusin pulsional de vida

    y muerte, a predominio de una u de otra, pero su caracterstica decombinacin hace que su efecto, salvo casos extremos, y susconsecuencias sean tolerables por el sujeto.

    Desde el punto de vista vincular (intersubjetivo) dir que laviolencia consiste en los actos que se realizan entre un sujeto y unotro vinculados consistentes en el despojo de su carcter deajenidad y el intento de transformarlo en semejante o idntico as mismo. Se asocia a borramiento de la subjetividad del otro, lacual se apoya no slo en la especificidad de su deseo sino en sucarcter de otredad en un vnculo, sea ste familiar o social. Es nims ni menos que hacerlo desaparecer como un Yo distinto. Loajeno caracteriza aquello del otro que el Yo no puede inscribircomo propio a pesar de intentarlo. Es lo que irremisiblementehace que el otro sea otro. Dir que hay tres sectores ajenos al Yo:el propio inconsciente, lo ajeno del otro y lo ajeno del conjunto

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    social al cual pertenezco. La violencia opera distinta en cada unode ellos. El propio inconsciente est estructurado sobre algntipo de relacin con el propio Yo que surge de l, de manera quesiendo ajeno lo es a la medida de ese inconsciente de donde se hadiferenciado.

    La violencia intersubjetiva tiene como fuente el vnculo conlos otros y opera una desvinculacin, en especial con aquelloscon los que se est ligado en una relacin estable como ocurre enla familia o la pareja. Uno de sus orgenes es la permanentenegacin y desmentida del otro por parte del Yo o del Yo porqueparte del otro, se considera slo como una prolongacin de smismo.

    Cuando los lmites del Yo son desestimados o cuando sedesoye que el otro no autoriza, no desea ni busca esa accin, sehabla de violacin. Ese sera el lugar definitorio del sujeto en laviolencia que recibe. Los vnculos pasionales, la violacin y elabuso sexual as como la tortura estaran en este lugar.

    Desde el punto de vista social dir que la violencia incluye elarrasamiento del sentimiento de pertenencia de un conjunto desujetos o parte de la comunidad por parte de otro conjunto o partede la misma comunidad. La violencia transubjetiva originada enlo sociocultural atraviesa los vnculos interpersonales y al propioYo. El intento es hacerlos dejar de pertenecer, lo cual incluye sutraslado sbito, expulsin o matanza. Existira un profundo mal-entendido: que la comunidad es la misma para todos a pesar de las

    profundas diferencias tnicas, religiosas, polticas, econmicas,las cuales aaden sentido a la diferencia sexual y generacional. Elsurgimiento de los estados nacionales ofreci la base para soste-ner ese malentendido. Ntese que se toma como violencia socialslo aquella que el poder del estado define como tal: los robos,los asesinatos, el abuso sexual, la represin de un sector socialhacia otro aunque aqu ya depende de quin la nomine. No senombran y por lo tanto parecieran no existir aquellas formas deviolencia dadas por el despojo de la subjetividad de los otros porabuso econmico, religioso o prdida de la fuente de trabajo.

    Es importante diferenciar los espacios y no confundirlos alatribuir a un rea lo correspondiente a otra. Como son suscepti-bles de transferencia es importante para el Yo y para el analistadiscriminar sus efectos. Por ejemplo: confundira al pacienteinterpretar como intrasubjetiva o intersubjetiva el efecto de una

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    violencia social o como social el de una violencia intersubjetiva.A veces la violencia en uno de los espacios desencaden violen-cia en los otros, lo cual complica aunque enriquece su anlisis.

    3. VERSION SOLIPSISTA DE LA VIOLENCIA

    El solipsismo se refiere a un ismo de lo individual, como unfundamentalismo del Yo cuando se lo tiene como nica fuenteposible (Berenstein, 1998). Esta versin dira que la violenciaest determinada casi exclusivamente por su base pulsional,siendo inherente al Yo y dependiendo de las desgraciadas expe-

    riencias infantiles, all donde padeci y se vio atravesado por laviolencia parental y su intrusin en el cuerpo del beb y con lafantasa de irrumpir en el cuerpo de la madre. En esta versin nose incluira tambin las otras fundamentales condiciones deproduccin de la subjetividad, del pensamiento y de la violencia:las vinculares y las sociales. Esta definicin solipsista tieneconsecuencias en la visin de la violencia social y conlleva laidea de que es la accin de un sujeto singular severamenteperturbado, con predominante funcionamiento psictico o psico-ptico y que tuvo precarias condiciones familiares o infantiles.Siendo stas las condiciones de la violencia individual por lascuales cierto y determinado sujeto la encarna en lo social, deberaser suplementada con las determinaciones vincular y social, ms

    integradas en el sujeto cuyo anlisis es complejo e inseguro, peropermitiran desnudar las explicaciones encubridoras y aquellasque toman lo parcial por total.

    4. EL MAL

    Se refiere a una violencia radical, cuyo modelo es el extermi-nio del otro o de grandes ncleos de seres humanos en lo social.Mi contacto con esta violencia social o sus efectos lo he tenidocon los fenmenos de terrorismo de estado llamado entre noso-tros el proceso y, por la misma poca y dada la migracin aIsrael, con descendientes del Holocausto. En verdad fue uncontacto, este ltimo, que de otra manera haba tenido y segura-mente reprimido en mis aos infantiles. De todos modos la

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    aproximacin a este tema, como otros pero ms que a otros,despierta un sentimiento un tanto diferente relacionado con lamayor proximidad y el surgimiento e incidencia de categorasticas y valorativas acerca de donde uno ubica el bien y el mal.Cada uno de los procesos sociales tiene determinaciones singu-lares y diferentes y la tendencia a asimilarlos en la bsqueda deuna consideracin abarcativa produce un efecto generalizadorcon prdida de su especificidad. No obstante los ocurridos encierto perodo histrico guardan alguna semejanza epocal. Peroello no nos autoriza a asimilarlos como una produccin nica. Porejemplo, durante la Inquisicin, la tortura como medio para elinterrogatorio ofreca un carcter pblico y oficial que los proce-

    sos de represin de la dcada del 70 ocultaron, de donde seprodujo un no saber y un no-existir corporizado en el desapare-cido. Ciertamente la sustraccin de la subjetividad puede pare-cer semejante pero las operaciones prcticas y por lo tanto lasmarcas subjetivas producidas son especficas de las distintasviolencias.

    El mal puede ser caracterizado como el efecto de la accin dedespojo y destitucin del carcter humano de un otro consideradoajeno por medio de procedimientos humanos de deshumanizacincomo pueden ser la tortura, el maltrato y el exterminio llevadohasta la aniquilacin del otro sujeto, no sin abolicin de todo tipode identificacin con quien se llama la vctima. Parece ser queel Yo no soporta hacerse cargo de estos hechos y entonces los

    reviste de razones polticas o ideolgicas expresadas como con-vicciones (ver ms abajo) que contiene determinaciones polti-cas, econmicas, nacionales y religiosas. Con lo cual el sujetoparece quedar relevado de la culpa aunque afortunadamente no dela responsabilidad social por los actos crueles con esos ajenosque puede considerar aparentemente como semejantes pero queel o los sujetos productores del mal consideran como no pertene-cientes a la comunidad humana, es decir habilitados para serdestruidos. Esta prctica a su vez es resultado de y produce a lavez una prdida en la subjetividad del victimario. Tomando elaforismo de Castoriadis podramos decir: Hacer hace ser.

    Otra destitucin de la subjetividad se da con la prdida de laposibilidad de trabajar, condicin que lo remarca como sujeto, yque no se explica slo por su correlativa prdida de salario. Enaquellos pases en que el seguro de desempleo compensa el

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    salario por un tiempo, no puede hacer lo mismo con la subjetivi-dad, esto es compensar la prdida de la condicin de trabajador,que lo deja afuera del conjunto y de la pertenencia con lasconsecuencias psquicas correspondientes: depresin, conflictosde pareja y familiares, adicciones varias, violencia social, delin-cuencia, etc.

    En el mal hay una falta de relacin, de vnculo y de deseo entreel victimario, llammosle torturador o represor o asesino y lavctima. Nunca podra sostenerse que la vctima desea servictimizada por el victimario. Slo existe ste ltimo, sin empa-ta con aqul. No obstante lo vincular puede surgir pero resultaespurio y parece ser slo a los efectos de la supervivencia. La

    posibilidad de cambiar el efecto de violencia es a travs delpensamiento y de una accin pensada, pero en este caso primerohabr que remover algunas categoras que obstruyen nuestropensamiento. A ellas recurrimos por conocidas pero esto nopermite dar lugar a otros pensamientos propios de y para estasituacin. Ocurrencias repetitivas odas en las sesiones as comoen la vida cotidiana y en los temas de conversacin de nuestrosgrupos sociales de pertenencia son: no podemos hacer nada, elpoder tiene tal fuerza que no vale la pena enfrentarse, o es mejoridentificarse con el consumo, la corrupcin pequea o mediana,etc., que si lo hacen todos o la mayora es bueno, mejor es estardentro del sistema que fuera, expresiones que resultan de unaidentificacin con el discurso de una parte del conjunto que tiene

    una notable fuerza inoculatoria.Es un hecho de observacin corriente que nadie acepta que elmal puede estar dentro suyo y para no aceptarlo se rodea de unmarco de proposiciones a las que llam convicciones (Berens-tein, 1986). Son formas de pensamiento antipensamiento quesostienen al Yo, basados en la generalizacin, en simplistasexplicaciones unicausales, reidas con la complejidad y queavala la intolerancia a lo que el otro es y piensa en el planoideolgico, religioso o nacional, a la diferencia de sexos, a ladiferencia generacional o a la que se establece entre el Yo y elotro. Las convicciones se ubican entre el impulso a destruir y elefecto destructivo que al volver sobre el Yo lo atormentara porla culpa y por el espectculo del infierno que es capaz de crear yrealizar. En realidad la conviccin permite anular la observaciny el pensamiento acerca de la relacin entre el Yo y los efectos

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    destructivos sobre el otro siendo la amenaza suprema la de tenerque desestructurar sus convicciones y quiz su pensamiento poraccin de la relacin con el otro. El paso siguiente es que laconviccin autoriza al Yo a despojar de subjetividad, de sucualidad de persona a ese otro, de romper su cuerpo y penetrarloy privarlo del sentido de ser otro ajeno, postulando una solaforma de ser sujeto. Se quiebra la red intersubjetiva por el hechode que ese otro es un ajeno. Dira que el mal es esa potencialidadque el hombre tiene para decir y hacer que el otro no sea personasiendo declarado prescindible, siendo equivalente a desvnculo ysupresin de toda ajenidad.

    4. VIOLENCIA Y PODER

    Como fue dicho anteriormente, para ejercer o aplicar unaviolencia es necesaria la fuerza en una relacin con otro sujetopuesto en estado de pasividad. Se ha de establecer una diferenciaentre violencia y relaciones de poder. Aunque se suele asociarviolencia con poder, es un agregado que adems desestructura lamisma relacin de poder en su carcter instituyente de un Yo y deun otro, en su posibilidad de marcar y de recibir esa marca,representar a otro y constituir un vnculo. Al decir de Foucault(1983), las relaciones de poder designan relaciones entre sujetosy

    el modo en que ciertas acciones pueden estructurar el campode otras acciones posibles.

    Es en este sentido que las relaciones de poder estn en la basede las relaciones entre los sujetos, como lo estn la sexualidad ylas relaciones de comunicacin, cada una de ellas con distintoorigen y diferente estatuto. Es posible la transferencia de un tipode relacin a otro pero cada uno de estos campos, sexualidad,poder y lingstica tiene sus caractersticas especficas y deja susmarcas singulares en el sujeto. No remiten a un slo origen y notienen la misma lgica. En las relaciones de poder la operacinsobre las acciones de los otros o de stos sobre el Yo implica queno opera y su objetivo directamente no es el cuerpo como s lo esen la violencia. En las relaciones de poder quien lo recibe no est

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    en estado de pasividad y necesariamente interviene en el conjun-to del Yo y los otros con los cuales se relaciona. La violenciaopera sobre la relacin a la que desestructura y sobre el cuerpo,en forma directa tratando de penetrar sin consentimiento a travsde aquellas partes de la piel que tienen orificios naturales yespecialmente en aquellas partes que no los tienen hacindolossuyos propios. Pero la violencia hace tambin que los orificiosnaturales funcionen como si no lo fueran para all tambinpenetrar en los cuerpos. Meltzer y Williams (1990) sealan que

    los orificios del cuerpo son sacrosantos, incluso para el beb.Esto ocurre, obviamente porque atribuimos a esas entradas la

    significacin de portales de acceso al mundo interno. (pg.72)

    En relacin a la aproximacin del otro y su relacin con loprivado/secreto es que dicen:

    que la entrada debe ser por invitacin. (pg. 71)

    La violacin, sea sexual o de los derechos de los otros, seapoltica, social, religiosa o econmica apunta y se dirige alcuerpo pero ste es maltratado en forma especfica en cada una deesas violencias. Aunque un primer paso es agrupar las diversasformas de violencia, luego se impone analizarlas en su especifi-

    cidad.

    5. BREVE COMENTARIO DESDE UNA SUPERVISION SOBRE LOS

    EFECTOS DE UNA VIOLENCIA SOCIAL

    Deseo transmitir aqu una reconsideracin del punto de vistacon el cual observar nuevas situaciones de sufrimiento vincula-das a los efectos de la violencia social poltica La siguientesituacin clnica muestra muchos de los ingredientes que estn enjuego y que necesariamente e l pensamiento tiene que considerarpara tomar contacto con un acontecimiento violento ocurrido enel pasado y de qu manera sigue ocurriendo en la mente y en elvnculo con los otros de la familia o en el vnculo social.

    Un terapeuta recibi en 1996, en un pas europeo, a una familia

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    de tres personas: padre, madre y una hija de 20 aos, o sea nacidaprecisamente en 19762. Provenientes de un pas latinoamericanovivan actualmente en este otro pas y la situacin familiar sehaba vuelto insostenible. La hija no toleraba al padre, por lo cuallo insultaba de la manera ms soez y violenta que pueda imagi-narse. Pero no se limitaba a las palabras sino que pasaba a laaccin: en un momento dado la emprenda fsicamente con l, lepegaba y pateaba.

    Contaron al terapeuta que en su pas de origen el gobiernomilitar secuestr a la pareja, dada la militancia del marido,estando la mujer embarazada, por lo que dio a luz en cautiverio.Fueron separados durante el secuestro y al cabo de un tiempo, un

    ao y medio, y a partir de que el esposo, bajo presin, se declarresponsable de aquello por lo que se los acusaba, se logr que lamadre y la hija fueran liberadas, inmediatamente de lo cualemigraron. As crecieron madre e hija juntas sin el padre, en elnuevo pas y en una nueva situacin emocional y vincular. Elpadre pas de estar secuestrado a preso y lo estuvo durante treceaos. Despus de liberado, viaj adonde estaban la mujer y la hijay se reunieron.

    En esos aos de crcel fue visitado espordicamente por lamadre y por la hija. En la entrevista con el terapeuta, sta ltimarecuerda dos momentos vinculados a las visitas: en una de ellas,la primera, los presos y los hijos que iban a visitarlos fueronpuestos en fila, unos enfrente de los otros. Ella reconoci al padre

    al que haba visto slo en fotografa, pero el padre no podareconocerla puesto que no la haba conocido siquiera como pudohacerlo la nia, por lo cual no se acerc y dud ante el acerca-

    2 En la dcada del 70 la intensa represin poltica en pases de Latinoamrica comoArgentina, Chile, Uruguay, llev al aniquilamiento de opositores bajo la forma especficade desaparecidos. La no visibilidad del cuerpo de la persona, por lo tanto pensada comoni viva ni muerta, introdujo un padecimiento emocional en los familiares, suerte de torturaa distancia del torturador, ya no originariamente en su cuerpo sino en la relacin con lospropios afectos y pensamientos as como en las relaciones familiares y en las relacionessociales donde la solidaridad se vio seriamente daada y se reconstituy en agrupacionesespecficas.Seguramente si este trabajo hubiera sido escrito en esa dcada nuestra memoria hara

    innecesaria esta descripcin pero se hace obligada a medida que el tiempo pasa y los sucesosadquieren una dimensin histrica y ser conocida por aquellos que aun no haban nacidoen esa poca.

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    miento de la nia. Ella tena cuatro aos. Esto constitua uno delos reproches que incrementan la furia, el descontrol, y la violen-cia actual de la hija; que el padre no la hubiera reconocido. Elpadre le dio y le daba explicaciones que no lograban apaciguar losreproches.

    En las entrevistas familiares el padre coment que estuvo enestado de aislamiento, encerrado, que haba pasado tanto tiempoque no tena cmo hacer el reconocimiento de ella. La hija no leotorgaba credibilidad a lo que el padre deca y en el colmo de laexasperacin pona en duda que realmente hubiera estado presoy encerrado.

    Tiempo despus visitaron nuevamente al padre en prisin.

    Este no saba qu hacer con la hija y sta no saba qu hacer conaqul. No era como otros padres, deca. Esos otros padres a losque se refera era el modelo de un padre deseado pero recreadocon la imagen de aquellos que haba conocido mucho despus enel colegio.

    El grado de violencia de la hija era tal y la pasividad de lamadre y del padre tan irritante en el decir del terapeuta, quepensndolo como una relacin sadomasoquista opt por indicarel tratamiento en forma separada al padre y a la hija.

    Una de las primeras consideraciones clnicas discutidas con elterapeuta fue si sta era una escena propia de una relacinsadomasoquista. sta implica una circulacin de placer, tanto delsdico como del masoquista y ambos son condicin no slo

    suficiente sino necesaria para la relacin. A diferencia de ella, enla violencia no se le podra adjudicar ningn placer al violentado.Esto puede generar una primera confusin. Cuando el torturado-violentado erotiza la relacin con el torturador es, como dijeantes, a los fines de la sobrevida. Aunque el matiz sadomasoquis-ta puede agregarse oculta la circulacin de violencia, definidasta como no relacin. Que se superpongan obliga a considerarlasseparadamente en tanto estructura, origen y determinacin.

    Una segunda cuestin que implica una conducta tcnica, esque el terapeuta al separarlos, sin quererlo ni saberlo reproducelo que ocurri durante el secuestro y sus consecuencias. Claroque el espacio individual permitir la elaboracin de las signifi-caciones en uno y otro. Y eso ser parte del camino teraputicoa recorrer. Pero el analista y ellos mismos debern pasar por laexperiencia de estar juntos no slo para significar los efectos de

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    la violencia, entenderla y desplegar unas prcticas antiviolenciamediante el dar lugar a nuevas marcas, vinculares, donde no lashubiera, cediendo lugar a la posibilidad de una investidura libi-dinal.

    La violencia ocurrida sigue ocurriendo. En esos accesos defuria, tanto el padre como la madre en su pasividad as como lahija en su violencia vuelven a producir en la ltima la vivencia deimpunidad, all donde puede decir y hacer todo, suerte de omni-potencia y omniciencia, desarrollo individual de una oferta iden-tificatoria social. El padre que se siente culpable y la madresuponen que as como no pudieron defenderse de los represoresen la situacin de cautiverio, salvo sobrevivir, tampoco pueden

    hacer nada en esta situacin presente. Por ejemplo que no puedenencontrar recursos para frenar esa violencia de la hija. Si lolograran generara menos destructividad en ella y posibilidad deun vnculo donde tenga lugar la inscripcin de semejanza, dife-rencia y ajenidad. El reconocimiento de la diferencia entre pasa-do y presente hace que la inermidad de ese entonces puedadiferenciarse de este momento, que se recrea la violencia deaquella situacin de un represor pero ahora con cierta entrega delpadre y de la madre a diferencia de la experiencia originariadonde estas personas particulares poco o nada pudieron o supie-ron hacer.

    La hija, al identificarse con los represores a travs de laimpunidad, vuelve a producir una herida en el tejido vincular, lo

    cual la separa y separa al padre y la madre de ella. El terapeuta enesta circunstancia, como otros agentes sociales por plegarse aformas de pensamiento apropiadas a otras situaciones pero no alas derivadas de la violencia, tambin separan lo que deberanunir y as como el padre, permite que el otro a travs de laimpunidad no se incluya en ese ataque a la subjetividad del otroy propia. Inevitablemente si alguien ataca la subjetividad de otropierde su propia cualidad de sujeto. Esto trae como consecuenciala intensificacin de la ira, la irritacin hacia el otro lo cual seirradia hacia el propio Yo y hacia la familia de origen as comohacia el pas de origen, lo cual lesiona ms al sujeto en susentimiento de pertenencia as como en su sentimiento de iden-tidad.

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    RESUMEN

    Violencia se refiere a una cualidad de ciertas acciones y fuertes

    emociones ligadas a la agresin en la no tolerancia en el lmite ofrecido

    por otro sujeto, su mente y en especial su cuerpo. Propongo referirnos

    a varias violencias y no a una sola y considerar cada una de ellas por

    separado, con su propio origen, por ejemplo segn los distintos espa-

    cios: intra, inter y transubjetivos. Es importante diferenciarlos y no

    confundirlos al atribuir a un rea lo correspondiente a otra. Como son

    susceptibles de transferenc ia es importante para el Yo y para el analista

    discriminar sus efectos.

    Un tema conexo a la violencia es el mal y es caracterizado como el

    efecto de la accin de despojo y destitucin del carcter humano de unotro considerado ajeno por medio de procedimientos humanos de

    deshumanizaci n como pueden ser la tortura, el maltrato y el exterminio

    llevado hasta la aniquilacin del otro sujeto.

    Es un hecho de observacin corriente que nadie acepta que el mal

    pueda estar dentro suyo y para no aceptarlo se rodea de un marco de

    proposiciones a las que llam convicciones. Son forma de pensamiento

    antipensamiento que sostienen al Yo, basados en la generalizacin, en

    simplsimas explicaciones unicausales, reidas con la complejidad y

    que avala la intolerancia a lo que el otro hace, es y piensa. Se presenta

    un comentario clnico donde muestro un cambio de criterio basado en

    las proposiciones anteriores.

    SUMMARY

    Violence refers to a quality of aggression contai ned in certain actions

    and strong emotions to the non-tolerance of the limits offered by the

    other subject, by his mind and especially by his body. I suggest we

    should refer to various violences rather than to just one, and separately

    to consider each with its particular source, for example according to the

    different intra, inter, and trans-subjective spaces. It is important to

    distinguish these and not confuse them attributing to one area what

    corresponds to another. Since they are susceptible to transference, It is

    important for the ego and for the analyst to discriminate their effects.

    Evil is an issue associated with the subject of violence. It is the effect of

    the despoliation and dismissal of the human nature of and other (considered

    an alien) by human procedures of dehumanization such as torture, abuse

    and extermination taken to the extreme of annihilating the other.

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    It is common observation that no one accepts evil as being within

    themselves, and this non-acceptance is upheld by a series of proposi-

    tions which I call convictions. These are based on generalizations, on

    utterly simple mono-causal explanations at odds with complexity and

    encouraging intolerance towards the others being and thinking. A

    clinical commentary is presents where I depict a change of criterion

    based on the aforementioned propositions.

    RESUME

    Le terme violence se rfre une qualit de certaines actions et

    motions fortes lies lagression dans la non-tol rance, dans la limiteofferte par un autre sujet, son esprit et notamment son corps. Je

    propose de parler de plusieurs violences, et non pas dune seule, et de

    considrer chacune delles sparment, avec sa propre origine, par

    exemple, selon les diffrents espaces: intra, inter et transubjectifs . Il est

    important de les diffrencier et ne pas les confondre en attribuant une

    aire ce qui correspond une autre. Etant donn quils sont susceptibles

    de transfert, il est important pour le Moi et pour lanalyste de diffrencier

    leurs effets.

    Un thme li la violence est celui qui est mal dfini comme leffet

    de laction de dpouillement et destitution du caractre humain dun

    autre, considr tranger par le moyen de procdures humaines de

    dshumanisation , tels la torture, le mauvais traitement et lextermination

    pouss jusqu lanantissement de lautre sujet.

    Il est un fait dobservation courant que personne naccepte quil peut

    tre porteur du mal, et pour ne pas laccepter il sentoure dun cadre de

    propositions que jai appel convictions. Ce sont des formes de pense

    anti-pense qui soutiennent le Moi, fondes sur la gnralisation, des

    explications trop simples unicausales, opposes la complexit et qui

    autorise lintolrance ce que lautre fait, ce quil est et ce quil pense.

    Nous prsentons un commentaire clinique o nous montrons un

    changement de critre fond sur les propositions antrieures.

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    NOTAS SOBRE LA VIOLENCIA

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    Isidoro Berenstein

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