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Pinocho El Futuro en sus manos LA CÁMARA DE DIPUTADOS de los chicos Cuentos Infantiles Para leer y colorear Presidencia PERUCHO CASSANI Honorable Cámara de Provincia de Corrientes DIPUTADOS UNA CÁMARA MODERNA

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Pinocho

El Futuro en sus manos

LA CÁMARA DE DIPUTADOSde los chicos

Cuentos InfantilesPara leer y colorear

Presidencia

PERUCHO CASSANI

Honorable Cámara de

Provincia de CorrientesDIPUTADOS

UNA CÁMARA MODERNA

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El Futuro en sus manos

LA CÁMARA DE DIPUTADOSde los chicos

PinochoGeppeto era un excelente carpintero, y una noche, al

terminar un gracioso muñeco de madera, se quedó pro-fundamente dormido. Una gran sorpresa aguardaba.

¡Despertó y el muñeco tenía vida! Increíble, por lo que quiso cuidarlo como a un niño: "Te llamaré Pinocho e irás a la escuela", le dijo Geppeto.

Al día siguiente le compró sus libros y lo envió a la escuelita del pueblo. Suspiró, pensando que Dios le había enviado el hijo que nunca tuvo.

En un descanso de la escuela, Pepe Grillo, el gran amigo de las Hadas, se presentó ante Pinocho y le dijo: "Tengo que cuidarte, pero te castigaré si mientes o come-

“¡Está embrujado!”, gritó y lanzó la jaula a las frías aguas del mar. Pinocho creyó morir ahogado pero una fuerza descomunal lo elevó por los aires. Al calmarse todo, quiso ver en medio de la oscuridad: ¡Sorpresa! Estaba dentro de una ballena y le acompañaba Geppeto, quien había sido tragado por el mar durante un terrible maremo-to. Juntos pidieron a Dios que los salvara y sus suplicas dieron resultado.

Mas tarde, Pinocho llamó a su Hada y pidió perdón por sus mentiras y travesuras. Volvió donde Geppeto, quien lo recibió alborozado: “¡Eres un niño, ya no eres de madera!”. El Hada había cumplido y Pinocho sería el niño más bueno de la tierra.

tes travesuras". Pinocho rió confiado, pero se escapó de clases uniéndose a dos rufianes: don Zorro y el Michi, con quienes vagó hasta llegar al puerto.

Los malos amigos, lo obligaron a vender sus libros para volver a casa. Don Zorro y el Michi huyeron con el dinero, dejando a Pinocho en la más penosa soledad.

Entonces se le volvió a presentar el buen Pepe Grillo y esta vez lo amenazó: "Te portaste mal y mentiste, de ahora en adelante te crecerá la nariz cada vez que mientas".

Lloroso, Pinocho volvió a la escuela y cuando el maes-tro le preguntó por su ausencia, le mintió al decirle que estaba muy enfermo. Su nariz creció un tanto. Y sus com-pañeros no paraban de burlarse. Más triste aún, escapó de nuevo y vagó por las calles, siendo avistado por un sujeto que no dudó en llevarlo con él y encerrarlo en una jaula. "Serás sensación en mi circo, pero te pagaré sólo con comida", amenazó el sujeto, sorprendiéndose al ver que las orejas también le crecían.

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Geppeto era un excelente carpintero, y una noche, al terminar un gracioso muñeco de madera, se quedó pro-fundamente dormido. Una gran sorpresa aguardaba.

¡Despertó y el muñeco tenía vida! Increíble, por lo que quiso cuidarlo como a un niño: "Te llamaré Pinocho e irás a la escuela", le dijo Geppeto.

Al día siguiente le compró sus libros y lo envió a la escuelita del pueblo. Suspiró, pensando que Dios le había enviado el hijo que nunca tuvo.

En un descanso de la escuela, Pepe Grillo, el gran amigo de las Hadas, se presentó ante Pinocho y le dijo: "Tengo que cuidarte, pero te castigaré si mientes o come-

“¡Está embrujado!”, gritó y lanzó la jaula a las frías aguas del mar. Pinocho creyó morir ahogado pero una fuerza descomunal lo elevó por los aires. Al calmarse todo, quiso ver en medio de la oscuridad: ¡Sorpresa! Estaba dentro de una ballena y le acompañaba Geppeto, quien había sido tragado por el mar durante un terrible maremo-to. Juntos pidieron a Dios que los salvara y sus suplicas dieron resultado.

Mas tarde, Pinocho llamó a su Hada y pidió perdón por sus mentiras y travesuras. Volvió donde Geppeto, quien lo recibió alborozado: “¡Eres un niño, ya no eres de madera!”. El Hada había cumplido y Pinocho sería el niño más bueno de la tierra.

El Futuro en sus manos

LA CÁMARA DE DIPUTADOSde los chicos

tes travesuras". Pinocho rió confiado, pero se escapó de clases uniéndose a dos rufianes: don Zorro y el Michi, con quienes vagó hasta llegar al puerto.

Los malos amigos, lo obligaron a vender sus libros para volver a casa. Don Zorro y el Michi huyeron con el dinero, dejando a Pinocho en la más penosa soledad.

Entonces se le volvió a presentar el buen Pepe Grillo y esta vez lo amenazó: "Te portaste mal y mentiste, de ahora en adelante te crecerá la nariz cada vez que mientas".

Lloroso, Pinocho volvió a la escuela y cuando el maes-tro le preguntó por su ausencia, le mintió al decirle que estaba muy enfermo. Su nariz creció un tanto. Y sus com-pañeros no paraban de burlarse. Más triste aún, escapó de nuevo y vagó por las calles, siendo avistado por un sujeto que no dudó en llevarlo con él y encerrarlo en una jaula. "Serás sensación en mi circo, pero te pagaré sólo con comida", amenazó el sujeto, sorprendiéndose al ver que las orejas también le crecían.

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Geppeto era un excelente carpintero, y una noche, al terminar un gracioso muñeco de madera, se quedó pro-fundamente dormido. Una gran sorpresa aguardaba.

¡Despertó y el muñeco tenía vida! Increíble, por lo que quiso cuidarlo como a un niño: "Te llamaré Pinocho e irás a la escuela", le dijo Geppeto.

Al día siguiente le compró sus libros y lo envió a la escuelita del pueblo. Suspiró, pensando que Dios le había enviado el hijo que nunca tuvo.

En un descanso de la escuela, Pepe Grillo, el gran amigo de las Hadas, se presentó ante Pinocho y le dijo: "Tengo que cuidarte, pero te castigaré si mientes o come-

El Futuro en sus manos

LA CÁMARA DE DIPUTADOSde los chicos

Honorable Cámara de

Provincia de CorrientesDIPUTADOS

UNA CÁMARA MODERNA Presidencia

PERUCHO CASSANI

“¡Está embrujado!”, gritó y lanzó la jaula a las frías aguas del mar. Pinocho creyó morir ahogado pero una fuerza descomunal lo elevó por los aires. Al calmarse todo, quiso ver en medio de la oscuridad: ¡Sorpresa! Estaba dentro de una ballena y le acompañaba Geppeto, quien había sido tragado por el mar durante un terrible maremo-to. Juntos pidieron a Dios que los salvara y sus suplicas dieron resultado.

Mas tarde, Pinocho llamó a su Hada y pidió perdón por sus mentiras y travesuras. Volvió donde Geppeto, quien lo recibió alborozado: “¡Eres un niño, ya no eres de madera!”. El Hada había cumplido y Pinocho sería el niño más bueno de la tierra.

Fin

tes travesuras". Pinocho rió confiado, pero se escapó de clases uniéndose a dos rufianes: don Zorro y el Michi, con quienes vagó hasta llegar al puerto.

Los malos amigos, lo obligaron a vender sus libros para volver a casa. Don Zorro y el Michi huyeron con el dinero, dejando a Pinocho en la más penosa soledad.

Entonces se le volvió a presentar el buen Pepe Grillo y esta vez lo amenazó: "Te portaste mal y mentiste, de ahora en adelante te crecerá la nariz cada vez que mientas".

Lloroso, Pinocho volvió a la escuela y cuando el maes-tro le preguntó por su ausencia, le mintió al decirle que estaba muy enfermo. Su nariz creció un tanto. Y sus com-pañeros no paraban de burlarse. Más triste aún, escapó de nuevo y vagó por las calles, siendo avistado por un sujeto que no dudó en llevarlo con él y encerrarlo en una jaula. "Serás sensación en mi circo, pero te pagaré sólo con comida", amenazó el sujeto, sorprendiéndose al ver que las orejas también le crecían.