01 El Niño y Los Lobos
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El nio y los lobos
(Cuento Piel Roja)
HABA una vez un guerrero piel roja, sencillo y
generoso, y ms dado a amar que a odiar, quien,
cansado de las crueldades de su tribu y de la
mezquindad y dureza de corazn de sus amigos,
decidi alejarse de ellos.
As que se adentr en el bosque con su mujer y
sus hijos, abri un claro en las orillas de un
tranquilo arroyuelo, y construy all su choza al
estilo indio. Durante muchos aos vivi feliz en
su nuevo hogar, del que se alejaba nicamente
para cazar animales salvajes cuya carne les serva
de alimento, y cuyas pieles usaban para cubrirse
durante los crudos inviernos.
Lleg, sin embargo, el momento en que el guerrero enferm, y adivinando que iba a morir, llam a
su mujer y a sus tres hijos.
Voy a dejaros les dijo, para ir en busca de las regiones de la Cacera Feliz. T, esposa ma,
compaera de mi vida, me seguirs antes de muchas lunas. Pero vosotros, hijos mos, sois jvenes
y tenis vuestras vidas por delante. En el curso de ellas, tropezaris con la maldad y el egosmo, de
los cuales hu para disfrutar de paz en estos bosques. Mi corazn se sentir tranquilo si me
prometis amaros siempre y no abandonar a vuestro hermano menor.
Nunca! le respondieron, levantando la mano en seal de promesa solemne.
Al escuchar esto, el piel roja, tranquilizado, dej caer la cabeza, y su espritu vol en busca de las
regiones de la Cacera Feliz.
Antes de la octava luna, tal como lo haba anunciado, su mujer lo sigui, dejando solos a los tres
hijos. Pero antes de morir, volvi a suplicar a los dos mayores que no abandonaran a su hermano
menor, pues era demasiado pequeo y no podra bastarse a s mismo.
Nunca! prometieron; y tambin ella se alej tranquila a reunirse con su esposo.
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Mientras la nieve cubri la tierra y el viento helado aull entre los pinos
con ms fuerza que los lobos, cumplieron los muchachos su promesa y
cuidaron de su hermano menor con gran ternura y cario.
Pero cuando lleg la primavera y los primeros brotes de hierba asomaron
sobre la tierra, el mayor de los tres hermanos, que era ya mozo, sinti
que su corazn se inquietaba, y un gran deseo se apoder de l por
conocer las gentes de la tribu de su padre y unirse a ellas en sus danzas
guerreras.
Comunic estos pensamientos a su hermana, quien le respondi:
Querido hermano, no me extraa que desees mezclarte con los
jvenes guerreros, ya que aqu nunca vemos a ninguno de nuestros
semejantes. Pero temo que si buscamos satisfacer nuestros propios
deseos, abandonaremos a nuestro hermano pequeo y olvidaremos
nuestra promesa.
El joven no quiso escucharla. Por el contrario, recogi su arco y sus
flechas, se cubri con su manta, y una madrugada se alej por el bosque.
Lleg el verano, y pas; cay la nieve una vez ms, y desapareci, pero
nada volvieron a saber del hermano ausente.
Con el correr del tiempo, el corazn de la hermana empez igualmente a tornarse frio y egosta.
Consideraba al pequeo como una carga y un obstculo cruel que le impeda dirigirse a la aldea
india donde los jvenes guerreros bailaban alrededor del Ttem, mientras las jovencitas los
aplaudan.
Y un da le dijo al nio:
Aqu tienes comida que ser suficiente hasta la prxima luna. No te
alejes de la choza. Yo voy a buscar a nuestro hermano, que se ha
perdido, y cuando lo encuentre, regresare con l.
Recogi su manta, tom su hacha y camin a travs del obscuro
bosque hasta llegar a la aldea, en donde inmediatamente se enter de
que su hermano viva all con su joven esposa y era ya un guerrero
notable. Al saber esto, no tuvo prisa alguna por volver a la choza
solitaria, y cuando otro joven guerrero la escogi por esposa, pens
nicamente en l, y olvid por completo a su hermano pequeo,
abandonado en el bosque.
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Este, mientras tanto, segua viviendo completamente solo. Al principio todo march bien, pues al
terminarse la comida que su hermana le haba dejado, pudo salir al bosque y alimentarse de
bellotas y races.
Lentamente desapareci as el verano, y cuando el viento empez de nuevo a soplar entre los
pinos, al mismo tiempo que los lobos aullaban, y volvi la nieve a caer, Sintise el pequeo en el
ms terrible desamparo. Por las noches se acurrucaba en la choza o se esconda entre los rboles,
aventurndose a salir nicamente durante el da, a recoger las migajas que los lobos dejaran.
Poco despus, vindose tan solo, sin ninguna compaa humana, empez a hacerse amigo de los
lobos. Cuando escuchaba su salvaje cacera en el bosque, los segua para estar cerca a la hora en
que la presa mora. Y mientras los lobos la devoraban, se sentaba con ellos, hasta que llegaron a
conocerlo y le dejaban algunas sobras. Si los lobos no le hubieran socorrido as, seguramente
hubiera muerto helado bajo la nieve.
Desapareci sta, al fin; el hielo se fundi en el lago que llamaban Gran Mar de Agua, y los lobos
huyeron hacia la ribera en busca de comida. El nio se les uni, feliz en la radiante primavera.
Y ocurri que un da, el hermano mayor, el gran guerrero, pescaba en su canoa cerca del lago,
cuando escuch de repente, entre los pinos, la voz de un nio que cantaba como los indios:
"0h, hermano mo! ven hermano! Convirtindome estoy en nio lobo, Pronto ser un enorme
lobo."
Y al terminar el canto, se perdi la voz en un
largo y triste aullido, el aullido de un lobo.
El guerrero sinti que la vergenza y el temor se
apoderaban de su corazn, al recordar la
promesa hecha a sus padres y el amor que
senta por su hermano.
Rpidamente amarr su canoa, salt a tierra y
corri a la orilla, gritando en direccin de los
arboles:
- hermano, hermanito, Ven! aqu estoy!
Pero el nio era ya casi un lobo, hasta el punto
de no haber podido terminar su canto en
lenguaje humano, sino con aullidos de lobo.
El guerrero volvi a llamarlo angustiosamente: -
- hermano, hermanito! i Ven, ven...!
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Pero mientras ms gritaba, mas rpidamente hua el pequeo, como huyen los lobos de los
cazadores indios, buscando seguridad entre sus hermanos. Segn se iba alejando, su piel se volva
cada vez ms gruesa. Pronto estuvo corriendo a cuatro patas, y un momento despus aullaba
como los lobos..., hasta que desapareci en las profundidades del bosque.
Con gran vergenza y remordimiento en su corazn regres el guerrero a la aldea, y l y su
hermana lloraron hasta el ltimo da de sus vidas por la promesa no cumplida y por la prdida de
su hermano pequeo que, por culpa de ellos, se haba convertido en lobo.