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I I d ,J . \ 1I i '\ 1 , I 11 ,1 11, \ ,l i::; í --- _ 270 Luego dice el profeta que vió los que suelen verse en las b un aspecto como arco, como nu es cuando U aspecto de resplandor alreded E ueve, y que era un la Esposa que estaba vestida dar. ~ este arco se significaba es el arco que se ve e 1 e.vanedad de colores, como lo d" - n as nubes As' 1 . IjO:clrcumamic/a varle/a/ y .' I a VIÓDavid, cuando _ e. aSI como el es senal de paz Con D' arco de las nubes . lOS,Ypor esto le . VIOen señal que no casto. puso después del dilu- Igana el mundo . 1 agua, asi pone a su Espo 111 e asolaría por sa como arco cuerpo, para que mirándola o ' aunque en la nube del 1 SIempre ea . lalle como obligad . o nSlgo en esa señal se o. ' o a no castrgar tant pacJflcarse Con eUos po loa los pecadores y a . ' l' os rueo-os de E CIa por los de Moisés Cl'la d b su sposa, Como lo ha- , n o estaba . pero este arco era de l' I enojado con su pueblo' t . esp andor, COIIIO de' d ' o, Silla todo en circuito y Iue a, no arco abier- . expresa esto más claro que significaba a la Es para que se entienda frado como rueda cuando .. posa, la cual se había mos- t 'VIO en esta I . res Divinas Personas. nrsllla semejanza a las y viendo a la Esposa tan levant tan hecha una cosa co él dada, tan semejante a Díos y n , e lo cual Su M . goza tanto, dice lueo-o el pr f t a]estad se glOria y b o e a que esta '" mejanza de la gloria de DO VISlOnera una se- lOS,y como v· admiración y espanto . lese esto le causó tanta que cayo sobre su l' 't que una voz le habla<e 1 os 1'0 y fué menester '\ y e mandase levantar. XXIII A~vista de este mismo misterio . . rece que estaba el Santo Re .Yde esta mIsma visión, ;pa- , .' y DavId, cuando va prosiguiendo '11 ~-;all1lo,en que después de haber dicho que las aguas se 1",l>i:11] conturbado y temido a la vista de estas grandezas y 1I11::¡'ricordias de Dios, viendo a las tres Divinas Personas y a 1.1I':sposa en semejanza de rueda, como el profeta Ezequiel, le 1':lrece que querían tirar saetas a la Esposa para enamorarla III:b de si y pasarle con ellas el corazón, y estando a la mira de ¡',;lo dice: etenim sagittae tuae transierunt. Como si dijera: veo, : ;dlOr, que estás tirando saetas y que verdaderamente pasan 1,1 corazón de tu Esposa. Tres modos de saetas suelen llagar de amor un corazón: la IlIla, de palabras amorosas y dulces, que asi como las pala- bras ásperas y nocivas las llama el mismo Davíd saetas, dí- ciendo: quid detur tibi, allt quid apponiutur tibi, ad linguam dolosam? sagittae potentis acutae, cum carbonlbus desola/orils, de manera que llama saetas agudas a las palabras de la mala lengua, y suelen ser como ascuas que abrasan en ira y en in- dignación, por el contrario, las palabras amorosas, dulces y suaves, son saetas que abrasan y hieren el corazón en amor, y dijo la Esposa que, en oyendo hablar a su Esposo, luego se derretía en amor. La segunda manera de saetas es de resplan- dores y rayos abrasados, que, como lanzas, pasan el corazón, y más si descubren la hermosura del amado, que es una de las cosas que más enamora y aficiona. La tercera manera de sae- tas son las dádivas y dones con que un corazón agradecido queda como cautivo de su bienhechor. Estas tres maneras de saetas veia el profeta Rey que tiraban a su Esposa las tres Divinas Personas. La primera, que es de palabras amorosas Y dulces, le tiraba la persona del Padre Eterno, y asi prosígue luego: vox lonilru! itu in rola, la voz de tu íronido es saeta que da en la rueda, que es

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Luego dice el profeta que viólos que suelen verse en las b un aspecto como arco, comonu es cuando Uaspecto de resplandor alreded E ueve, y que era unla Esposa que estaba vestida dar. ~ este arco se significabaes el arco que se ve e 1 e.vanedad de colores, como lod" - n as nubes As' 1 .

IjO:clrcumamic/a varle/a/ y .' I a VIÓDavid, cuando_ e. aSI como eles senal de paz Con D' arco de las nubes. lOS,Ypor esto le .VIOen señal que no casto. puso después del dilu-

Igana el mundo . 1agua, asi pone a su Espo 111 e asolaría porsa como arcocuerpo, para que mirándola o ' aunque en la nube del1 SIempre ea .lalle como obligad . o nSlgo en esa señal seo. ' o a no castrgar tant

pacJflcarse Con eUos po loa los pecadores y a. ' l' os rueo-os de ECIapor los de Moisés Cl'la d b su sposa, Como lo ha-, n o estaba .pero este arco era de l' I enojado con su pueblo't . esp andor, COIIIOde' d 'o, Silla todo en circuito y Iue a, no arco abier-. expresa esto

más claro que significaba a la Es para que se entiendafrado como rueda cuando . . posa, la cual se había mos-t 'VIO en esta I .res Divinas Personas. nrsllla semejanza a las

y viendo a la Esposa tan levant

tan hecha una cosa co él dada, tan semejante a Díos yn , e lo cual Su M .goza tanto, dice lueo-o el pr f t a]estad se glOria y• b o e a que esta '"mejanza de la gloria de DO VISlOnera una se-lOS,y como v·admiración y espanto . lese esto le causó tantaque cayo sobre su l' 'tque una voz le habla<e 1 os 1'0 y fué menester

'\ y e mandase levantar.

XXIII

A~vista de este mismo misterio . .rece que estaba el Santo Re .Yde esta mIsma visión, ;pa-

, .' y DavId, cuando va prosiguiendo

'11 ~-;all1lo,en que después de haber dicho que las aguas se1",l>i:11] conturbado y temido a la vista de estas grandezas y

1I11::¡'ricordiasde Dios, viendo a las tres Divinas Personas y a

1.1I':sposa en semejanza de rueda, como el profeta Ezequiel, le

1':lreceque querían tirar saetas a la Esposa para enamorarla

III:b de si y pasarle con ellas el corazón, y estando a la mira de¡',;lo dice: etenim sagittae tuae transierunt. Como si dijera: veo,

: ;dlOr, que estás tirando saetas y que verdaderamente pasan1,1 corazón de tu Esposa.

Tres modos de saetas suelen llagar de amor un corazón: la

IlIla,de palabras amorosas y dulces, que asi como las pala­

bras ásperas y nocivas las llama el mismo Davíd saetas, dí­ciendo: quid detur tibi, allt quid apponiutur tibi, ad linguam

dolosam? sagittae potentis acutae, cum carbonlbus desola/orils,

de manera que llama saetas agudas a las palabras de la mala

lengua, y suelen ser como ascuas que abrasan en ira y en in­

dignación, por el contrario, las palabras amorosas, dulces ysuaves, son saetas que abrasan y hieren el corazón en amor, y

dijo la Esposa que, en oyendo hablar a su Esposo, luego sederretía en amor. La segunda manera de saetas es de resplan­

dores y rayos abrasados, que, como lanzas, pasan el corazón,

y más si descubren la hermosura del amado, que es una de lascosas que más enamora y aficiona. La tercera manera de sae­tas son las dádivas y dones con que un corazón agradecido

queda como cautivo de su bienhechor. Estas tres maneras desaetas veia el profeta Rey que tiraban a su Esposa las tresDivinas Personas.

La primera, que es de palabras amorosas Ydulces, le tiraba la

persona del Padre Eterno, y asi prosígue luego: vox lonilru! ituin rola, la voz de tu íronido es saeta que da en la rueda, que es

I I)

tu Esposa. El decir que es voz de trueno, es lo mismo que del

Padre Eterno, y así Cristo Nuestro Señor llamó a dos de susdicípUlos, San Juan y Santiago, hijos de trueno, que era 10

mismo que hijos de su Padre celestial. y de las palabras amo­

rosas que este divino Padre decía a la Esposa, dijo el miSmo

David en otra parte, hablando en su nombre por estas pala­bras: Ego dixi: di¡ estis, &ftlii excelsi omnes. Yo (dice el Padre

Eterno) dije: vosotros sois dioses y semejantes a mí, porquesois mis hijos. ¿A quién le pueden cuadrar mejor estas pala­bras que a la Esposa de su Hijo, el divino Cordero, pues la

tiene hecha toda semejante a si? y no sólo por el titulo deadopción es Hija Suya, sino también por ser Esposa de su

Hijo, Y son de tanta estima, de tanta honra y ponderación

estas palabras, que apenas habrá otras en la Escritura que

Cristo Nuestro Señor tanto ponderase y afirmase la verdadde ellas en su Evangelio como éstas.

Cuando los judíos le díjeron que blasfemaba porque deciaque era Híjo de Dios, respondió Su Majestad: ¿No está escrito

en la Escritura que dijo Dios: vosotros sois dioses e hijos del

Altísimo? y la Escritura no puede faltar. Como si dijera: no

pueden dejar de ser verdaderas estas palabras; pues si a los

justos llama mi Padre Eterno dioses, ¿de qué os maravilláis y

os escandalizáis de que yo diga que lo soy, cama si dijera,siéndolo, no por adOPción, síno por naturaleza?

Parece que estaba este divino y celestial Padre mirando

atentamente mi alma, y viéndola tan semejante al Esposo,que es su Hijo, la llama Hija por excelencia y por dos títUlos.y aun no sólo la llama Hija, sino Dios, por participación, com­

placiéndose y deleitándose en ella, a semejanza de como se

deleita en su Hijo natural y verdadero, Dios esencialmente,

273

,. . tad con aquella voz que Sonó en el

como lo dIJO Su MaJe~, 'ón diciendo: Hic est Filius meus

Bautismo y en la Trans Iguracl , , honrar a la' ihi bene complacUt. Este favor de

dilectus, tn qua m . mo HiJ'o sólo con lasI alabras que a su mIs ,Esposa con as p t d que están hechas un

que son escogidas para este es a o y . dice luego ha­o ·tu con Dios parece que habla aqUl, pues

espm I demás hombres predestinados en grado or­

blando con os , '. C mo si dijera:" utem sicut homines monemtnl. o

dmano: vos a f s en pecado mortal, sino

vosotros moriréis, no como bes la '. d Dios y en graciacomo hombres de razón, que es temen o a . arasuya. Y aunque sois prÍl~ci~es porqu: sOisbiore::~:I:::~ Puna

ser colocados con los pnnclpes de mI pue ~ulPas aunque se. , caen algunas veces en ,de los pnnclpes que , . 'bus cadetis No soist ' ut unus de prtnClpl •

vuelven a levan ar: SlC o t semejante a. . Esposa que siempre está en pIe, y an

como mI, O' y lo parece.

mí y tan unidaEconmigo, ~ueE~:~:::n I~:sCantares a la caba-Compara el sposo a . tuicurrus Faraonis

lIería del carro y carroza de Faraón: ~qUtta s o anímales, son. 'lavi te amica mea. Esta caballena, yegua .

aSSlml , uedas de DIOS,los que Ezequiel vió que llevaban la carroza o r losY que después los llama querubines. Y así el comparar a

. decir que era se-. ales o yeguas del carro de Faraon, es

amm parece que se con-. nte a aquellos querubines. Pero ya no . "

meJa _ rla a ellos Sll10a SImls­

tenta este divinot Senor c:;o~omq~:~~amarla Di~s e Hija suya,O' no se canten a con m . ,

m , l' ales que llevan las ruedas dlvmas,ue sea no de os anlm . .

Y q , , d u semejante a las tres dIVInas,sino que sea tambIén rue a m y

como se ha diCh~. de haber para llagar UJI c()ra~

Qué saeta mas poderosa pue .", l'¿ t S, ior quc oir dc su hoca p;¡J;¡llJ ,1., ,111

zón, en amor de es e CI , 1M

::74

amorosas y grandiosas? ¿cuál estará el de la Esposa que ta­les favores recibe de tan gran Dios?

Prosigue luego David y dice de la segunda manera de saetasque la persona del Hijo tira a la Esposa, y dice: Illuxerunt co­

ruscationes tuae orbi terrae, como si dijera: SeJior, estoy miran­

do los rayos de luz y saetas de fuego que, como sol ardiente yradiante, estás enviando a tu Esposa, y son tantos y tan pode­rosas que han ilustrado toda la tierra y orbe abreviado de estaalma.

Parece que mira en esta ocasión a Cristo SeJior Nuestro

como sol de Justicia y a la Esposa como luna, y que el divino

sol está comunicándole su hermosura y con ella hiriéndole

Como con saetas de rayos de luz, no sólo para iluminarla, sinotambién para abrasarla en su amor.

Este misterio parece que estaba encerrado en aquel milagrotan portentoso y admirable que SUcedió cuando Cristo estuvo

en la Cruz, donde hizo Y consumó los despOsorios Conla Igle­sia, la cual es como luna, y por estos divinos despOsorios se

juntaba con el Sol de Justicia, aunque, según su naturaleza,estaba mucho más distante, infinitamente más inferior al Sol

Cristo que la luna material 10 está del sol, así en la grandeza

como en la claridad y el lugar que cada uno de estos planetas

tiene. Pues para significar y declarar que aquel Señor eraautor de la naturaleza y de la gracia, cuando hacía una obra tan

maravillosa como era levantar a su Esposa la Iglesia y traerla

de tal manera a sí que se pudiese unir ConEl con tan estrecho

vínculo, mostró también Cómo era autor de la Naturaleza yque, como tal, podía juntar la luna con el sol, cuando, según

el orden de la misma Naturaleza, estaba tan distante, y queeste milagro y maravilla fuese Como figura y comprobación

275

, y asl como la luna cuando co-

011'1 otro que era de gracIa., meJ'or decir, ocultabadel sol impedla, o por

11 ió para ponerse 'b'a más de cerca y con' ero ella los recl I

:.IIS rayos a la tierra, p 1 'Iuminaban y encendlan ytI herían en ella y a I llllayor for a eza d l Sol de Justicia parec ab ' aunque los rayos e

penetra an, aSI, . t ertan encubierta suUos a la tIerra, por en

que estaban ocu h participaba de ellos yI-':randezay fortaleza, la Esposa muc o

d fuerza y hermosura. dde su resplan or, 1 y de la velocida'1 o de la natura eza

A la vista del mI agr 1 sol estaba aquel1 para juntarse con e ,con que corrió la una 't on grande admiracióngran filósofo San Dionisio Areopaglda, y ~ toda la máquina del

' d 1 Naturaleza pa ece ldijo: O el DIOS e a , d la Naturaleza padec ajy ra así que el DIOS e 1mundo perece, e, t palabra padecer ede entender por es a

pero no sólo se pue , b' é el recibir alguna cosa,, dolores SIllOtam In.

sufrir trabajOS y , d 1 'te no por modo activo,consuelo y e el ,aunque sea de sumo D' isio hablando de su

' , di' o el mismo San IOn , ,síno paSIVO,Y aSI ) , las cosas divinas, silla't e no sólo conocla

discípulo HIero eo, qu 'bla y experímentaba.' sto es que las reclque las padecla, e " do decir de Cristo que' te sentido se pu

y así tambIén en es a Esposa con queId ba su Padre eterno un

padecía porque e a 'b' como pasívamente, puesdI 'te y El la recl la lrecibía sumo e el . , t a ganarla y alcanzar a y

Ó t to y trabaJó tan o par .aunque obr an d" Isalas' crenerationemeJus

h s hijos como 1)0 '''' 'ttener en ella muc o , t iventium: si posuert' 'bscisus est de erra v

quis enarrablt? quza a " lonrraevum, de manera. am vldebzt semen '" .

pro pecato anzmam su , lma todo se le hIZOque hasta dar su a , .

que no le costó menos que como el mls-' da según era su amor,no sólo poco, silla na, . .dederit homo omnem subs-d" en los Cantares. SI

tilOEsposo 1)0 ,. t uam nihil despiciet eam,lantiam domus suae pro dllectLOne, anq

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Yno sólo dió la sustancia de su

nes, sino su misma sangre y v,~as~ que Son riquezas y bie­que no ha hecho nada y ,la, Con todo eso le parece, aSI cuando los dos dO , Iiban a Emaus después d ISCIPUos que, e Sl1 resurrección °é

peregrino, le preguntaron si sabía lo ' ' y VI'ndole comoreno, dió a entender que n P s trabajos de Jesús Naza-. o, reguntando querecIa que todos había 'd porque le pa-n SI o nada, y que sin t b o

como pasivamente habia recibido el oz :a aJo suyo ypojado y de tener Esposa t g o y glona de ser des-

an a su gusto Y s' J bamor que tenía a Raque! le o • laca, por el

trabajos y de ser pastor ~ienPdaOreelcleronpoco catorce años de, amor de este S - 'f"mente mayor que el de J b enor III Imta-aco para con su eque no sólo habia d Sposa, claro está

, e parecer poco, sino nada

SI el ~ran filósofo Dionisio Areopagita estuv'oaquel m I a la mira de

I agro, que Dios obró en la natur o

estos desposorios divin 1 aleza al ftempo deos, e cual fué Como f' dque obraba la gracia que el ' Igura e milagromIsmo Cristo ga .la Iglesia, por medio de 1 no para su Esposaa cual se unía 'Habacuc estuvo con su es ' 0t consIgo, el profetapm u profético a la 'milagro segundo y no ' mIra de este, menos admIrado de verIe o, •

de ver el de naturaleza d" 'S que DlOmslOsuo. Como si d" 'G' IJ~, 01& luna steterunt in habitaculoIjera, randlOso y tque veo, pues veo al Sol de J t' ,por entoso milagro es esteus ICla Cristo y a la Lsu Esposa, la Iglesia, y cualquie; , , una, que esdad de ser su Esposa . rama que alcanza esta feIici-, que estan en un o 1

misma morada y siendo t dOt mIsmo ugar, en una, an IS ante y t d'ftiene el Sol a la que hab' d an I erente la quela e tener la Luna se h .manera que están en un . an Juntado deT mIsmo lugar y la L

abernáculo del mismo Sol t" una mora en el

tabernáculo de por sí d ' no lene cada uno su habitación y, e manera que sean dos, sino uno solo

•...

177

'''; para entrambos, in tabernaculo SUD, y como está a Luna

1;111 pegada y unida con el Sol, su luz y sus rayos le son como-:aeías que la hacen caminar, in luce sagittarum tuarum ibunt;

PlTOno camina ella sola, sino juntamente con el divino Sol

'lue le acompaña siempre.

Porque aunque parecía que estaban parados, cuando dijo

.I'leterunt,estaban en pie, a punto y aparejados para caminar,

porque mientras la Esposa es viadora, siempre ha de estarcaminando, y aunque parece que pára en el ocio de la contem­

plación, entonces es cuando más camina, porque la lleva eldivino Sol por la posta, que el curso del Sol es mucho más

veloz y ligero que el de la Luna, y como ella está unida a él yes fuerza andar a su paso, camina mucho más y sin sentir que

si con mucho trabajo suyo caminara más a solas y sin la inme­

diata compañía del Sol.

Dice luego el profeta cómo y adónde caminaban, en aquellas

palabras que se siguen: In splendore julgurantis hastae tuae, con

el resplandor y rayos refulgente s de la lanza del divino Espo­

so, que es su Cruz; esa es la que los guía como guiaba el res­

plandor de la columna de fuego a los hijos de Israel, cuandocaminaban por el desierto. Así, mientras la Esposa camina

por el desierto de la vida mortal, ha de caminar con el res­

plandor que sale de la Cruz de Cristo, a la cual llama la IglesiaArbol decora & julgida, hermosa y refulgente. En ella ve la

Esposa la hermosura de su divino Esposo, que le roba y hiereel corazón, como saeta de amor, y con su resplandor camina

segurísima, porque va por el camino que fué el Esposo mien­tras caminó por el desierto de la vida mortal, como ella cami­

na ahora, y así la da su misma lanza, su misma guía resplan­

deciente, para que acierte a caminar siguiendo su senda estre-

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278

cha y angosta. Y el mismo Ecomo se ha dicho y así ' sposo también la acompañaC ' no qUIere ya otra l '

ruz, como decía San P bl' " g ona sino la de laI a o, Mihl autem b'n cruce Domlnl l/ostrl jesuchrlstl. M" a slt glorlarl nlsl

Cruz, más gloria y consuelo t' lentras más resplandece lad lene la Espos

e que camina bien y po b ' a, y más seguridadd . r uen cammo .no eJar un punto de l ' Y aSI se determina a. a mano esta d' ,

sIempre todo lo que fuere á IVIna lanza, obrandozand l m s penoso y de .o o que su Esposo le d mas cruz, y abra~aun f a con Sumo gust Dque ueran trabal"os ' o. e manera que'ó Inmensos com l

CI en ella y por ella le Id' o os que Cristo pade-re " ' lan e parecer nad

CIOcuanto padeció p á a, como a El le pa~, , ag ndose de tsIendo fidelísima Esposa de t l E es a manera el amor y

Prosigue luego David en e; sa~~o:o, ,tercer modo de saetas que se Iba diciendo el, , que es de hacer b f"y nquezas, lo cual hiere ' ene ICIOSy dar donesb' h Y cautIva un co Ólen echar. Este modo d raz n para amar a sue saetas es p ,porque es el dador de d roplO del Espíritu Santoones yes el mis D " ,munerum y donum Del altl . I mo on mfmito: datorestos d sSlm, le llama la 1 I 'ones y riquezas l g eSla, y para darc ' e parece al sa t R~mllla por el mar de las aguas de ' n o ey David que

vratua,&semltaetuae In aqu' . ,gracIa, y así dice: In marlce t lS lllUltlS& vest' , t

n ur, Parécele este di' E _,' 19ta ua non cognos-" vmo spmtu -que vIene de Indias po l y comparale al mercader. r a mar y vielnquezas, y como viene po le con grande suma denocen sus sendas nI' r.mar y por tantas aguas no se coE camlllos qu -

vangelio, el Espiritu Santo dond e, ~omo dijo Cristo en susaber de adónde viene ni d' e ql1lere aspira y 110 se puedecam' a onde va y 1-

lila por agua, en la cual . a causa es porque

caminar. Pero la nave que t no queda senda ni se siente elrae este divino Mercader, llena de

-,

Z/9

lll\llczas y dones, aunque no sepa por dónde camina, ni vea1.1 scnda, segura va con tal Piloto y rica y llena de bienes está-,íll echado de ver.

Esto parece que quiso decir el Espíritu Santo cuandohablando de la Mujer fuerte, que es la Esposa, y de sus di­

chas y felicidades, dice: Facta est qllasi navis institoris de

ionge portans panem Sllllm. Como si dijera: El divino Merca­

der, que es el Espíritu Santo, la ha hecho nave suya, en

que trae de lejos y de las Indias divinas, inmensas riquezas ydulzuras de pan suavísimo y dulcisimo. y esto lo trae de lejos

porque se entienda que no es de la tierra ni del mundo, sinodel cielo y del mismo Dios. Esta nave es como el arca delTestamento, donde estaba guardado el maná y las Tablas de

la Ley y la vara de Aarón, Porque en esta nave está muchas

veces guardado el maná del cielo, que es el Santísimo Sa­

cramento, que tantas ventajas hace al maná de los hijos

de Israel, y tiene esculpida la ley de gracia y amor, no ley detemor como era la antígua, y no escrita en tablas, sino en el

mismo corazón. Está también la vara del Sumo Sacerdote,

Cristo, la cual vara es la lanza que se ha dicho de su Cruz,florecida como Arbol frondoso, como la llama la Iglesia, Y está

llena esta nave de otras riquezas celestiales. Pero no sólo es

nave, sino arco, como queda dicho que vió Ezequiel, adonde

pone el divino Amor sus saetas, y por su medio las arroja aotras almas, ya por palabras, ya por su ejemplo y oraciones, yal mismo arco le quebrantan y traspasan tanto las dichas

saetas que parece le deshacen, como dijo David en otro Sal­

mo, por estas palabras: Venite & videte opera Domini, qllae

POSUltprodigia super terram auferens bella usque ad finerr¡terre.

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280

Está este gran contemplativo tan admirado de las obras queDios hace con su Esposa y de las muchas maneras que mues.

tra el amor que la tiene y lo que desea ser amado de ella, quellama a todas las criaturas a que vean estas obras, que soncomo prodigios obrados por el mismo Dios en la tierra de su

Esposa, que, al fin, aunque más divinizada, es naturaleza hu­mana y se puede llamar tierra.

y los prodigios que este divino Seilor hace en esta tierra esquebrantar el arco de su espíritu a fuerza de saetas de amor',las demás armas no las quiere ni usa de ellas, antes las des.

hace y rompe o quiebra: arcum conteret, & conJringet arma. Ya

no Son menester armas para conquistar esta ciudad, que toda

es enterisima y totaIlsimamente del divino Señor. No se trata

ya de otra guerra que la del amor, Cuyas armas propias son las

saetas, y para que éstas lleguen a lo íntimo del alma y cora­zón, dlce luego David: & scuta comburet igni, que quemó con

su divino fuego los escudos, esto es, 10 que podIan tener de

impedimento y defensa para no penetrar a 10 íntimo, de mane­

ra que quemado esto quedase toda descubierta y patente sin

ningún impedimento, para recibír las divinas impresiones yheridas de amor. Y esta obra es para Dios de tanto gusto y se

precia tanto de ella que manda a sus criaturas que, desocupa.das de todas las cosas terrenas, miren cuanto muestra en estoser Dios, y cuando se ensalza con esto, así en las gentes como

en la tierra: vacate, & videte, quoniam Ego sum Deus: exsaltabor

in genlibus, & exsaltabor in terra. De estas saetas se sentia he­

rido y llagado el mismo rey David cuando decia: quemadmc­

dum desiderat cervus ad Jontes aquarum, ita desiderat anima

mea ad Te Deus, como si dijera: ciervo herido me veo y melliento, y como las heric1as SOI1 qe amor, me causan tan .insa-

28/

ciable sed de las aguas vivas, que es Dios, que aunque la

comparo a la del ciervo. es porque no hallo otra mayor a quecompararlaj pero la mia muy mayor es. Y así me hace correr

con velocidad de ciervo hasta subir a lo alto y levantado, que

es Dios, qui ponet pedes meos, tamquam cervorum, & super ex­celsa statuens me. En viéndose allí luego pretendió herir éltambién a Dios y vencerle, de lo cual gusta tanto el mismo

Dios, que Él le enseña cómo lo ha de hacer: qui docet manus

meas ad praelillm, &posllisli ut arcum aereum brachia mea, comosi dijera: la guerra de amor es ciencia mistica y que sólo Dios

la puede enseñar, y así lo hizo conmigo y no sólo me enseñó

cómo le había de amar y herir con mi amor sino que me puso

mis brazos como arco para que le flechase, y no arco flaco yfácil como era cuando Él queria vencerme a mi, que con gran

facílidad me deshizo y quebrantó porque me estaba a mi muybien quedar deshecho con la fuerza de sus saetas, pero cuandoquiso recibirIas de mi y me puso como arco para este fin no

fué arco flaco sino de hierro fuerte, y así confiada y animosa.mente tiré saetas de amor al mismo Dios.

XXIV

A este propósito se puede también declamr lo que dice enotro salmo: In Domino con/ido: quomodo dicilis animae meae:

transmigra in montem, sieut paser. Como si dijera: los que sabenpoco o nada de las propiedades del amor divino, hacen como

burla de mi diciéndome que vuele al monte como pájaro. Puesconfiado en el Señor y en su ayuda subíré a ese monte al­

tísimo de la Divinidad, y si no fuere volando como pájaro será

! .

!

'.•.. ,

283

de volver todo a Dios sin votar nada para sí y quedarse en su

vaelo para que de nuevo le vuelva Dios a llenar como los ríos

que se vuelven a la mar de donde salieron: ut iterum jluant,

para tornar a correr de nuevo y con más abund:mcia. Y esto

es para Dios una saeta que le llaga y afic~ona el c.oraz.ón,.La segunda es de mansedumbre: beatl mltes, quomam IPSI

possl debunl terram. Esta virtud parece que corre parejas en los

ojos y estimación de Dios con la humildad, porque ambas ados virtudes nos mandó juntamente que aprendiésemos de Su

Majestad: dlscite a me, quia milis sum, & humilis corde, y el Es­

píritu Santo dice, por el profeta Joel: ¿sobre quién descansarámi espíritu sino sobre los humildes y mansos?

La tercera saeta con que la Esposa hiere a Dios, son las lá­

grimas, las cuales son poderosísimas con Él para alcanzarcuanto con ellas se pide, como se dice en muchos lugares de laEscritura. En viendo el divino Esposo lágrimas en los ojos de

su Esposa, luego se enternece y la consuela, cumpliendo lo

que prometió, de que los que llorasen serian consolados, y San

Juan le vió en su Apocalipsis que Él mismo por su mano es­taba quitando y enjugando las lágrimas de su Esposa.

La cuarta saeta es el hambre y sed de la justicia y santidad,

es tanto lo que gusta el divino Señor de verla con esta sed,

~ue parece se gloria de ello por el Eclesiástico, di.c~endo:.QUiedunl me, adhuc esurient, & qui bibunt me, adhuc sItlent; mIen­

tras más me gusta y más recibe de mí mi Esposa, mayor ham­

bre le queda, y por el gusto que me da de verla con mayor ha~­bre le doy más a comer y a gustar de mí. Y mientras masbe~e de las aguas vivas, más sed tiene de tornarlas a beber,

y para que se le aumente la sed le doy estas aguas con.abu·dancia, porque me roba la eficacia cuando la veo hambne'

282

corriendo como ciervo, según queda dicho: quoniam ipsi pecca­

tores &. Y aunque soy pecador, es talla confianza y el atrevi­

miento que me da el amor, que tengo de extender mi arco yaparejar mis saetas en mi aljaba, que es mi voluntad, y en se­guridad de mi entendimiento tirár las saetas y herir de amor a

los rectos de corazón, que son las tres Divinas Personas en las

cuales está la suma rectitud, porque el Señor Dios es dulce yrecto: dUlcis & rectus Dominus, y su espíritu es espíritu recto

y es el que hace rectos a los hombres justos, siendo partici­pantes de la rectitud de Dios.

El mismo intento de herir a Dios con su amor tenía la Es­

posa cuando se mostraba junto a las tres Dívinas Personas en

figura de arco, y las saetas con que hiere a Dios no sólo es el

amor, sino también otras virtudes, particularmente aquellasocho que tanto alabó Cristo Nuestro Señor en el sermón del

Monte, y se mostró tan herido de ellas y que le tenían tan cau­

tivo el corazón y le llevaban tanto la afición, que no se Con­

tentó Con prometer el reino de los cielos por premio de todas

ellas, sino que a cada una de por sí se le promete, aunque pordiferentes modos de hablar. La primera virtud es la humil­

dad y pobreza de .espíritu. Es tanto lo que enamora a Diosque a ella sola atribuye San Pablo la exaltación de la humani­

dad del mismo Cristo, y la Virgen Santísima parece que atri­buye también a sola esta virtud de la humanidad todas sus

grandezas y felicidades por las cuales la llaman bienaventu.

rada todas las generaciones: quia respexit humilitalenz ancillae

suae &. Gusta Dios mucho de que la Esposa mire síempre su

pobreza y que no se apropie nada de lo que El le ha dado, ni

tenga asimiento ni propiedad en ninguna de sus riquezas, sinosólo en El mismo, que esto es ser pobre de espíritu. Háselo

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284

sedienta sin apetecer ni gustar de otra cosa sino de mí.

La quinta virtud es la misericordia, la cual arrebata también

tanto la afición a Dios, que quiere que imitemos en ella, nosólo a su sagrada Humanidad, Como en la humildad y manse­dumbre, ::.ino a su Padre celestial: estote ergo misericordes. ,Slcut & Pater vester misericcrs est, y róbale tanto el corazón

esta misericordia que, por ser la oliva símbolo de ella llama

David a los hijos de este divino Señor pimpollos de oliva: vien­do que es el nombre de que más gusta. Y supuesto que todos

los bienes que una criatura recibe de Dios, espirituales y cor­porales, SOIl misericordias suyas y efectos de su misericordia

infinita, todos esos bienes promete Cristo Nuestro SeI10r a losmisericordiosos, cuando dice que conseguirán misericordia.

La sexta virtud y saeta es la limpieza de corazón, la cual

roba tanto la afición a Dios, que en viendo un corazón y unalma con esta limpieza, no parece que le sufre el corazón

dejar de manifestársele aun desde esta vida en el modo queen ella puede ser visto, ya esta pureza atribuye Cristo Nues­

tro Señor la visión beatifica cuando dijo que los limpios de

corazón verIan a Dios. Y es esto de manera que si fuera posi.

ble (que no 10 es) que entrara en el cielo algún alma impuray con manchas, no' pudiera ver a Dios aunque estuviera en

aquel lugar, porque sólo de los puros y limpíos de culpaspuede ser visto y a ellos solos está prometido por el sumogusto que Dios recibe de ver en ellos aquesta pureza.

La séptima virtud y saeta es la de la paciencia, la cual roba

tanto la afición a Dios, que en cualquiera que la ve le reco­

noce por hijo suyo y le ama COmoa tal por la semejanza quetiene con Su Majestad, de quien dice David en muchas partesde sus Salmos que es SUmamente paciente sufriendo a sus

385

criaturas tanto como nos sufre, y no sólo es paciente sino

pacífico, sin que jamás pueda caber en Dios turb~ción, aunque

más ejecute los castigos de su justicia con qU1el~I~ mer~cesegún sus secretísimos juicios. Siempre está este dlV1l10Senor

en suma tranquilidad y pacificación, y róbale tanto esta paz y

dale tan sumo gusto que no sólo reconoce, ama y trata como

a hijos a los que la tienen sino que son el lugar de su des­

canso como dijo David: Factus es! in pace locus ejus, &.

La ~ctava saeta y virtud es el padecer trabajos y persecu­

ciones por la justicia, lo cual, como es tan propia imitación de

Cristo y no sólo en deseos sino en obras, que es lo más per­

fecto ; de mayor estima. Enamora grandemente a Dios el alma

que va por este camino de cruz y de trabajos, y que a tru~code volver por su honra y por la verdad y justicia no teme mn­

gunos sino antes tiene a mucha dicha el padecerlos. A estostales ~e derecho parece que se les debe el cielo, y así se les

promete Cristo y dice que es suyo y le tengan por ~(¡yo.Con estas ocho virtudes procura la Esposa henr a su Es­

poso como con saetas, sabiendo que son las que le hieren el

cora~ón y se le Ilagan en amor del alma en quien las ve. Ypara que pueda herir con más fuerza y con más ánimo; poneel mismo Señor su mano sobre la de la Esposa cuando la tiene

puesta en el arco; esto es, cuando con veras trata de poner

en obras estos ejercicios y afectos, como cuando Eliseo puso

su mano sobre la del rey, cuando la tenia en el arco, para queambos juntos tirasen la saeta; que si el mismo Dios no concu­

rriera y diera fuerza y valor a las obras de la Esposa, no va·

Iieran nada, pero obrando juntos y poniendo Dios su m~nosobre la suya, son obras poderosas y fuertes, como de DIOS,

a quien él mismo se rinde y vence del amor divino junto con

286

el de su Espo~a. Esto parece que quiso decir Isaias enaque­lIas palabras: in pharetra sua abscondit me: in umbra manus

s~ae protexit me, & posuit me, quasi sagittam electam; como si

~IJera: en la aljaba de su amor infinito me escondió, y que­

rIendo que mi amor, junto con el suyo, fuese poderoso para

vencerle y herirle, puso su mano sobre la mia de manera queme hacia sombra, y de esta manera obrábamos juntos. Y asime puso y me hizo como saeta, y no Como quiera sino esco­

gida y aguda y tan eficaz que la robé la afición y el amor, de

manera que luego, al punto, mostrándase vencido de mí, dija:

servus meus es tu, Israel, quia in te gloriabor; y ya dije (dice

lu~ga el profeta): en vana trabajara yo sOlo; ahara si que sonmiS abras fuertes, que son juntas can mi Dios: & opus meum

cum Deo meo, & glorificatus sum in oculis Domini, & Deus meusfactas est fortitudo mea.

xxv

Par otro modo declaró y dijo la Espasa en las Cantares esta

de estar debajo de la sombra de la mano de Dias, la cua/ es la

persona de Crista, diciendo: Sub umbra illius, quem desiderave­

ran sedi, & fructus ejus dalGisguturi meo. Este divino Señor no

se ~emostraba entonces coma mano cuya sombra le ayudasea tIrar saetas, como dijo Isaias, sino como árbal can dulcisimo

fruto, y la Esposa se sentó muy de asienta en su sombra ygozaba y se sustentaba de su fruta. La sombra de Crista Nues­

tro Señor son las especies sacramentales, porque en el Santi­

simo Sacramento está Su Majestad coma árbol llena de fruta

el cual es la gracia que nos ganó con sus trabajos y mereci~

281

miento s, y esta gracia es fruto propio de las Sacramentos, pero

muy en particular de este de la Eucaristía, porque está en élel mismo árbol divíno, Cristo Jesús, que con grandisima abun­

dancia está produciendo este fruto, y con suma largueza lo co­

munica y reparte. Este divino árbol está cubierto de la sombra

de las especies sacramentales, y la Esposa hace su asiento ymorada n.o sólo en la sombra, estando mirándola, sino debajo

y dentr~ de ella, penetrando can los ojos de la fe este divino

árbol y cogiendo su fruto, el cual es sabrosísimo para su ga~­ganta, porque, como se ha dicho, da la gracia, que es suavisl­ma y dulcisima.

Después de haber la Esposa trabajado en la guerra de amor

y luchado can el mismo Dios, y arrojádole tantas saetas comose ha dicho, viene muy bien que se siente a descansar, y no en

otra parte sino junto al que tanto había deseado, y al que tan­

to procuró alcanzar, vencer y poseer. Por eso dice que sesentó debajo de la sombra del que había deseado, dando a en­

tender que ya no tenia que desearle de aquella manera, porque

ya le habia vencida y le tenía por suyo, y asi se podía sentardespacio, junto y aun dentro de él, y comer a su sabor de su fru·to dulcisíma. Y no díce que se sentó debajo del árbol a la som­

bra que el mismo árbol hacia, sino que se sentó debajo de lasombra, y para ser esto así habia de cubrir la sombra al árbol.

Yeso quiere la Esposa dar a entender con aquel modo de ha­

1Jlar,y que se entienda que la sombra que cubre ese árbal sonItI:; accidentes sacramentales, los cuales con gran propiedad

'''lllpara a la sombra, porque ella también no es más de acci­

,1<'11'" y porque como sombra obscura encubre "la grandeza y1111\" dd {u"bol.Y para conocerlo es menester entrar debajo de

la :001 11lira y en medío de ella, como entró Moísés en la níebla

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288

que cubría el monte para hablar con Dios, y como entró la

Esposa para comer el fruto, el cual no dice que era hermoso

ni oloroso ni de otra cualidad de las que entran y se perciben' ,con los sentidos exteriores, ni aun con la lumbre natural del

entendimiento y razón, sino sólo dice que era dulce, yeso no

lo sintió en la boca corporal ni sensible, sino en la garganta,en lo más interior del alma y en la esencia de ella, adonde sesujeta la gracia, que es el fruto dulce, como se ha dicho.

Luego, al punto, como comió la Esposa, dice que la metióen la bodega de sus divinos y dulces vinos y que orden6 en ellala caridad: Infroduxit me in cellam vinariam: ordinavit in me

charifafem. Claro está que habiendo comido la Esposa, for­zosamente habia de beber luego y que habia de ser vino sien­

do fruta lo que habíacomidoj esto es, que habiendo recibido y

gustado la gracia que da este divino Sacramento, era forzosoque, a medida de ella, recibiese y gustase también el aumento

de la caridad, porque esa comida y bebida andan tan juntas,que no es posible estar la una sin la otra; y no s610 están jun­tas, sino que han de estar a una misma medida y en un mismo

grado. Por eso dice: Ordinavif in me charifalem; como si dije­

ra: a la medida y en el grado que me di6 la comida de la gra­cia a esa misma orden6 que se me diese la bebida de la cari-,dad, y que la gracia y la caridad estuviesen en mi tan ordena­

das que no salga la una ni un grado más que la otra.

Antes había entrado el Esposo a la Esposa en su bodega;pero entonces era muy al principio, y se habían tratado tan

poco que no s~ atrevi6 a lIamarIe Esposo, sino Rey, y entoncesno dice que le di6 de beber sino s610 que se alegraron de ver

la inmensidad y fortaleza de aquellos divinos vinos de amor;

pero ya que no sólo se tratan con llaneza de Esposo y Esposa,

289

sino que le tiene tan rendido con la fuerza de su amor, queaun no le llama Esposo, sino suyo, y como cosa en que tieneya posesión, dale la comida dulce y la bebidól fuerte de sus ce­lestiales vinos hasta embriagarle.

De esta comida y bebida sentía mi alma que la convidaba eldivino Señor, y que no sólo me daría gracia y caridad cuando

le recibiese y comiese sacramentado corporalmente, sino tam­bién espiritualmente, yel tiempo que está descubierto en esta

octava en particular, que me asentase muy despacio y morasemuy de asiento en aquella y debajo de aquella sombra de los

accidentes de pan, particularmente en estos días que los tenia

tan presentes y tan a la vista, y que estuvi~se con grande ham­bre y sed, que El me satisfaría dándome con tanta abundancia

su fruto de la gracia y su vino del 'jivino amor, que fuese cin­

co veces más que las demás almas que asistían delante de SuMajestad.

A este propósito me trajo a la memoria la historia de Jo­

seph, el hijo de Jacob. y era como si me dijera: .Yo soy elverdadero Joseph, que el otro fué figura de mí, y asi como él

por buscar a sus hermanos y darles noticia de sus sueños yrevelaciones, fué por ellos vendido y padeció tantos trabajos,hasta que, después de sacano de la cárcel en Egipto, le hizo

Faraón su gobernador y como seI10r de toda aquella tierra,así, por buscar yo a mis hermanos los hombres y por dar lesnoticia de mi Divinidad y de la de mi Padre, fui por ellos ven­

dido y atormentado, mucho m;1s que Joseph. Morí, con tan in­

mensos dolores y desprecios, y después de esto y de habersalido de la cárcel del cuerpo mortal y pasible resucitando a

vida gloriosa, me dió mi Padre el gobierno de todas las gentes.

Postula a me, & dabo tibi gentes, Izeredifatem tuam, &. possesLO-

19

290

nem tuam, terminos terrae Reges eos in virga fetrea. Y yo dije por

David: Ego autem constitutus sum rex abeo. Y aunque tengo

poder sobre toda la tierra, a quien en particular gobierno ysustento es a mis hermanos los justos y predestinados, que

son hijos adoptivo s de mi Padre celestial. Para ellos tengo

guardado el pan y trigo de la gracia, de la cual et'ltá el mundotan estéril que no se hallará sino en mi casa y en las trojesde mis Sacramentos, que para guardarla y depositarIa en ello s

los fundé e institui, y, en particular, en esta dilatada trox delSacramento de la Eucaristia, donde yo mismo asisti a repartir

y medir el pan de gracia que se ha de dar a cada uno, confor­me a la medida y disposición que trae.

Pero entre todos mis hermanos tu espiritu es el más peque­

ño y, por el consiguiente, es el que yo amo con amor ternísimo,

como joseph a Benjamín, porque no sólo es tu espíritu hijo

adoptívo de mi Padre celestial, como los demás hermanosmíos, sino hijo también de mi Naturaleza humana y en par­ticular de mi Alma, que hace contígo ofício de madre. Comootro día te di a entender, eres hijo de la hermosísima Raquel,

que, aunque es esposa mía, es también mí madre, y así ereshermano de padre y madre, como Benjamín 10 era de Joseph,

y por esto sumamente amado de mí y con tan gran ternura

que en víéndote en mi presencia se conmueven mis entrañasamaro sísimas mucho más que se conmovieron las de josephcuando víó a su hermano Benjamín y le obligó a prorrumpír

en abundancia de lágrimas y a esconderse de los demás her­

manos porque no lo echasen de ver.

No puedo yo derramar lágrimas, porque no se compadececon los dotes de gloria y vída impasible de mi Humanidad;

pero derramo las al'uas de mis misericordias sobre ti con

291

tan infinito y tierno amor, que no lo manifiesto ahora a mishermanos, antes lo encubro hasta que la caridad sea tan per­

fecta que el verlo les sea de sumo gozo, como lo tienen losbienaventurados por la gloria de cada uno como si fuera pro­

pia. Y así como luego mandó joseph que diesen de comer asus hermanos, y lo que mandó que se pusíese en la mesa no

nombró más que pan, y luego dice la Escritura que bebieron

hasta embriagarse y que mandó que a Benjamín le diesen de

todo cinco veces más que a los demás hermanos, asi el con­

vite que yo hago él los míos es de este divíno Pan del cielo yel víno de mi Sangre, y la sustancia y sustento que sacan de

este pan es, como he dicho, la gracia que causa en el alma; y

el vino y sangre mía les causa tambíén aumentos de carídad

y amor, de manera que pueden quedar embríagados sí no

queda por su indisposición y negligencia.

Pero éltu espíritu, que es mi Benjamín, quiero darle cincoveces más de esta gracia y caridad que a los demás que asis­

ten a mi mesa, y esto no sólo cllando me recibas como man­

jar, sino cuando me mirares y asistieres delante de mi en este

Sacramento; que estando con hambre y sed y dilatada la

hoca de los afectos y peticiones, yo la llenaré con abundancia

y 110 contentándome con sustentarte tan abundantemente es­

111" "LIS ell que se celebra mi octava. Después de ella te daré

1" "'1':111;, ("opa en que yo bebo, como lo hizo joseph con Ben­

¡,II11ill y (""11 fin y traza de que con esto se quedase en su'"11'1',1111,'. "in l'lIíenderle él ni alcanzar aquel misterio, que­01,11,01 ••. ,0111111."1,, de ver la copa de su hermano Joseph en su

'·11:,\,11411- 1111',11,

1.1' "1,.1 '"11 '11[" Y" bebo el vino del Amor infinito es el

1111::11111 \'1"11111 : ;.1111". ¡'~Ies el vino y es la copa, porque vino

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292

infinito no puede caber sino en copa infinita, y en esta divina

Persona está el infinito amor con que el Padre y yo nos ama­mos. Esta copa con que yo bebo mi mismo amor pondré en el

costal de tu trigo, esto es, en tu espiritu, donde está recogida

la gracia, de manera que ya no sea trigo solo ni gracia sola,

sino que habite por ella y en ella el mismo Espíritu Santo: Chao

rifas Dei diffusa est in cordibus nostris per Spiritum Sanctum,dijo San Pablo. Pero de tal manera estará en ti este divíno vaso,

que no lo sabrás tú con cierta ciencia ni muchas veces lo sen­

tirás; pero todo lo trazo yo para que no te apartes un punto

de mí, por lo mucho que te amo.~

Mírase mi espíritu debajo y dentro de la sombra de aque­

llos accidentes sacramentales que no parece se puede apartar

de allí aunque sea el tiempo que no asísto allí corporalmente,

y está con gran ansia y sed pidiendo los aumentos copiosísi­

mas de la gracia y caridad que allí me tiene guardada, y pí­

dole que no sólo me la dé a mí, sino a todos sus hermanos ymíos con la misma abundancia que yo le deseo y pido y Su

Majestad parece ofrece de dármela, como queda dicho, por

la semejanza de Benjamín, pues que todos los demás herma­

nos lo merecen tanto mejor que yo, y que de lo que diere a los

demás me gozaré yo tanto como si me lo diera a mí.

XXVI

Estando en estas peticiones se me ofrecieron a la memoria

unas palabras de San Pablo, que son estas: Scio, cui credidi, &certus sum, quia potens est deposifum meum servare in illum

diem. Y en otra parte: Repdsita est mihi corona justitiae, quam

.\!

.293

reddet mihi Dominus in illa die. Como si dijera: No sólo estoy

cierto de lo que creí, sino que lo sé también por experiencia,

y es que la herencia que mi padre y hermano mayor, Cristo

Jesús, me ganó con tantos trabajos, que fué la gracia, y me la

dejó para mí y para que fuese mia, como lo es de los hijos la

herencia que sus padres les dejaron y ganaron, como es he­

rencia tan rica y preciosa no quiere dármela toda junta ni de

una vez, sino como Señor todopoderoso que, aunque murió,

resucitó y está vivo, quiere que la tenga depositada en Él

porque esté más guardada y segura; pero de tal manera, que

en cualquiera día y hora que fuera a pedirle que me dé parte

de lo que me tiene guardado, me lo dará sin falta ninguna

como si no me lo diera de gracia sino que me lo debiera de

justicia, como lo debe el que tiene la hacienda de otro guar­dada en depósito, que en cualquiera día y hora que se la fuere

pidiendo está obligado a dársela. Y así pido mucho y con gran

confianza: además de la gracia que me tiene este Señor depo­

sitada para írmela dando mientras estoy en esta vida mortal,me tiene, no depositada sino guardada la corona de la justi­

cia, que es la gloria. Ésta no la puedo yo pedir, ni mi Señor me

la dará hasta que llegue aquel día en que haga conmigo ofi­

cio de justísimo Juez, si tengo derecho a ella de justicia, que

:;""'1 si la he granjeado con la gracia que acá me fué dando

v ["11 IlIis obras. Daráme de asiento y por entero de una vez

1.1""'''lIa de la gloria, que ésta no es depósito que le va pa­

1'"111.1,, V dando poco a poco, como la gracia, sino corona guar­

.1,111.1 1',11 a d:lrla toda junta, la cual estoy cierto me dará, si la

111<'1\"11"", l'"rqlle gratia Dei in me vacua non fuit, sed semper

111 1111' 111111'1'1, Y lo mismo será con cualquiera que guardare

l'~i;1",1.11 la y Ir;lilajare con ella, no quedando en él vacía.

í

~!',1,

294

A este propósito parece que dijo el Santo Profeta David

aquellas palabras de un salmo: Dominus pars hereditatis meae,&calleis mei, tu es, qui restitues hereditatem meam mihi, como si

dijera: el Señor es mi heredad y mi herencia, porque lo es la

gracia qUé me ganó, y esa gracia es una participación de Dios,

y por medio de ella poseo al mismo Dios, que es el divino ycelestial Pan en que tengo mi herencia y heredad, y también es

la parte de mi cáliz, esto es, no sólo tengo en mi Dios guarda­da y depositada la heredad del pan de la gracia, sino también

la del vino de la caridad y amor, y lo uno y lo otro me lo resti­

tuye y me lo vuelve cuando se lo pido y cuando llevo medida

y disposición en que recibirlo, como vuelve el depósito y lerestituye el que le tiene guardado cuando su dueño se le pidey le ha menester. Pero además de esta herencia que mi Padre

me ganó, tengo también otra que es los trabajos y penas con

que me ganó esa misma gracia, lo cual también quiero yo he­redar para ganar y granjear con ellos la corona de justicia de

la gloria, que ésta, aunque también me la ganó mi Padre ce­

lestial y me la mereció, fué con condición que yo también pa­

deciese y trabajase y cooperase con Él y le siguiese, y para

esto me echó cordeles: junes cecidcrt/nt mihi in praeclaris; pero

cordeles hermosisimos y preciosísimos para mi, y que los ten­go por dichosa suerte, que son los trabajos.

Como el Señor habia prometido, por el profeta Oseas, dicien­do: in juniculls Adam ffahalll eas, los cordeles de Adán son los

trabajos y penas; que si a Adán y a sus descendientes se le

dieron estos cordeles por pena de su culpa, abrazándolos el

segundo Adán, Cristo, y siendo atado con ellos, los esclareció

tanto y los hizo tan preciosos, que ya no los miro ni los tengopor penas de culpas, sino por suerte escogida. Y cordeles de

295

oro y de resplandor de gloria, son también cordeles y atadurasde caridad, como lo dijo Dios por el mismo profeta Oseas: in

vinculls charitatis; son las cadenas y las ataduras con que Dios

me junta a sí y la prueba del amor fuerte y constante con que

nos amamos, de manera que, aunque la carne parece que va

algo forzada, el espíritu corre y vuela tras Dios atraído de Su

Majestad con esos cordeles, como dijo Cristo Nuestro Señor

en su Evangelio: ninguno puede venir a mi si mi Padre no le

trajere con estos cordeles de amor. Y es de notar el modo de

decir nisi Pater meus traxerit illunz, que parece es con al­

guna fuerza y violencia; pero esto es según la carne, que síem­pre repugna los trabajos y ser apretada de estos cordeles, pero

el espíritu, como gusta del amor y dulzura con que Dios le en­

vía y como por medio de ellos le une y ata consigo y le hace

ganar la corona de justicia que es la gloria, tiene esos trabajos

por heredad hermosisima, escogidisima y preclara.

y así, en diciendo David que cayeron sobre él estos cordeles,díjo luego: eteninz flereditas mea praeclara est nzihi, estas heren­

cias y heredades dichosas y de tan suma riqueza pide mi es­

píritu al divino Señor sacramentado con grandes ansias, puestiene allí en sí mismo todos estos tesoros depositados, para

dar10s a quien con veras se los pidiere y deseare, y que no sólo1111'ti,',~;tt capa como Joseph a Benjamín, que significa, como

'lIIt'tI,1dicilo, al l~spíritu Santo yel vino dulcísimo de su Amor,llill" 1.1,'''i'a y c;Uiz amargo de su Pasión y de sus dolores y

111"'1'11'1'1""'1111'11"11l(~parece puedo creer que estas muestras

ti•. ',11,1111"1V1"" I.IVI)l"(~S'lile me hace son de Su Majestad, si

111IIllt' 1" 11111'".11;11'11i"It'I'rIllCparticipante de este cáliz y enII;lCI'IIIII'1111'111'<1'1111'k I'lll'd;1 yo servir con obras y que 110sean

sulo:. d"':I''''", (,1111'1": p.II,1IlIidI' ~~rallconfusión y sentimiento

\)

296

recibir tantas mercedes y beneficios de su mano y no poder

servir a Su Majestad en cosas muy grandes como quisierahacerla.

XXVII

Estando un día pensando que no debía de ser Dios quien me

comunicaba estas declaraciones, pues para ninguna cosa pare­cia necesario que yo gastase tiempo en esto, ni que a mí se

me diesen a entender estas cosas, y sintiendo con extremo que

la obediencia me obligase a escribirlas, temiendo si en algún

tiempo las había de poder ver alguna persona, que es la cosa

de mayor sentimiento j'¡Pena que me parece podía tener, pare­

ce que me respondían interiormente que por ser yo sujeto taninútil y tan corto, de todas maneras no era posible que Diosse me comunicase.

Por este camino me engañaba mucho, porque antes es con­

dición y gusto de Su Majestad el comunicarse y manifestar

sus secretos a los pequeñitos, y encubrirlos a los que se preciancon vanidad de sabios y prudentes, como dijo Cristo Nuestro

Señor en su Evangelio, cuando dió gracias a su Padre Eterno

porque escondía sus secretos a los sabios y prudentes y los

revelaba y manifestaba a los niños pequeñitos, humildes e ig­norantes.

El santo rey David dice en un salmo: lestimonium Domini

¡idele, sapientiam praestans parvulis, en las cuales palabras nosólo quiso decir que la guarda de los Mandamientos de Dios

causa luz y sabiduria en los pequeños y humildes, como en

otro salmo, super senes infelexi: quia mandala lua quaesivi, sino

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2!J7

también quiso decir que el testimonio fidelísimo del Espíritu

de Dios es el de dar sabiduría a los niños muy pequeños, detodas maneras, asi en la capacidad como la humildad, reco­

nociendo su pequeñez y poco caudal.

Según esto no es causa para dudar ni temer que no sea

de Dios esta comunicación y declaraciones, porque aunque

la pequeñez de mi caudal y sujeto y mi ignorancia no las

pudiesen alcanzar, antes eso mismo manifiesta y da testimo­

nio de que es obra de la gracia y no de la naturaleza, y loque Dios pretende en esto es perfeccionar su alabanza como

dijo el mismo David en otro salmo por estas palabras: ex ore

infantium & laclentium perjecisti laude11l,como si dijera: Se­

ñor, muchos hay que con su sabiduría y COll sus letr:ls y doc­

trinas 1e alaban y son medio para que otros te alaben; pero lo

perfecto, lo acendrado y maravilloso de tus alabanzas sale de

la boca de los sencillos ignorantes, sin letras ni sabiduría y sin

capacidad ni habilidad para tenerla, que son como los niños

que están colgados de los pechos de sus madres, que no tie­nen capacidad para saber más que chupar la leche de ellos.

Estos pequeñitos y humildes son 1<'s que dan el último com­

plemento y perfección a tus alabanzas, porque manifiestan con

evidencia que es todo tuyo, y que siendo ellos tan incapaces

de yntender ni de hablar en esos misterios y secretos, eres tan

poderoso que les puedes dar inteligencia y palabras de manera

que sean instrumento y motivo de que seas alabado perfecta­

mente, dándote la gloria de todo Iv que en las tales criaturas

pequeñitas se ve y oye, sin que a ellas se las puedas atribuir

parte ninguna por pequeña que sea, sino que toda la gloria y

alabanza sea para ti solo.

y supuesto que el fin que Dios tiene en mandarme por obe-

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298

die'lcia escribir estas cosas es este, bien puedo dar por bien

empleado este pequeño trabajo a trueC() de que algún almaalabe a Su Majestad con la perfección que se ha dicho. AUll­

que otras personas podrá ser que hagan burla de que una mu­

jer, y tan flaca y ruin como yo, me ocupe en escribir estas co­sas tan impropias de mi bajo sujeto. Pero de ambas cosas y de

que sigan estos dos efectos me puedo alegrar, así de los que

glorificaren a Dios por este medio, como de que otros burlen

de mí y me desprecien, que de cualquiera de estas dos mane­

ras que se reciba y mire esto me está a mí muy bien.

XXVIII

Otro día antes de comulgar se me ofrecieron a la memoria

aquellas p~11bras del santo Rey David, que dijo en un salmo:incUnavit cae/os suos, & descendit, & caUgo sub pedibus ejus, y

pareciame que hablaba muy propiamente de la venida queCristo Nuestro Señor hace al Santísimo Sacramento, en la cual

parece que inclina los cielos y los baja a la tierra, pues el Reyde ellos viene a hacer presencia real y verdadera y personal­mente ell la tierra. Pero este divino Señor hace esta bajada y

descendida suya cubriéndose de niebla que le encubre todohasta los mismos pies; eso es, caUgo sub pedibus ejus, y estaniebla son los accidentes sacramentales, de los cuales está

Cristo Nuestro Señor cercado y rodeado, como dijo el mismo

David en otro salmo: nubes & caUgo in circuitu ejus.y entrando este Señor en mi alma, asi cubierto y sacramen­

tado, se me daba a entender que quería hacer en mí lo que dijo

299

luego David en el mismo salmo: Ascendit super cherubim, &volavit. Estas palabras no viniera bien en esta ocasión decirlas

del mismo Cristo, pues acabando de decir que descendia de los

cielos, no habia de decir que subía sobre los querubines, quees el coro más inmediato al supremo de todos los ciclos, que

es el de los serafines. Y así lo que quiso decir aquí es que el

haber bajado y descendido Dios a la tierra y entrado en el alma

sacramentado era para hacerla subir sobre los querubines, y

no sólo eso, sino que de ellos velase aún más alto y pasase alas alas de los vientos: el ascendit super cherubim, & volavit.

Volavii super pennas ventorum.Llama alas de los vientos a los serafines, porque son los

que siempre tienen extendidas las alas del amor y suben a loaltísimo de su esfera y fuego divino, y así siempre que losserafines se muestran en alguna visión, como a Isaias y otras

semejantes, se mostG¡ron con seis alas y que estaban siem­

pre volando. Cuando la Escritura habla de otros ángeles,de otras jerarquías, y que los enviaba Dios a la tierra acosas tocantes a su servicio y bien de los hombres, como la

bajada y enviada del arcángel San Gabriel a anunciar el naci­miento del Bautista y después el de Cristo Señor Nuestro, y la

venida del ángel San Rafael al santo Tobías, y otras muchas

apariciones de ángeles que cuenta la Escritura, no hace men­ción de sus alas sino solamente cuando habla de serafines. De

ellos son propias las alas del amor, que son espíritus abrasa­

dos, y así David, para que se entendiese que del coro de los

qucrnbines subían y volaban las almas al de los serafines, le

pareció que lo declaraba con propiedad llamándolas alas deviento, y que diciendo que sobre esas alas había volado era

decir que habia volado, no sólo hasta los serafines, sino sobre

,)

300

ellos. Y asl dice luego: et posuit tenebras latibulum suum, in cir­

cuitu ejus tabernaculum ejus.

Parece que estaba este santo contemplativo mirando con su

esplritu profético lo que este divino Señor sacramentado haceen las almas, y particularmente lo que aquel día hacía en la

mia, y cómo por medio de la gracia de este Santisimo Sacra­mento hace volar tanto a las almas y que la mía volase aquel

día del coro y grado de querubln en que habla estado el tiem­

po que habla recibido de Su Majestad estas noticias y decla­raciones misticas, con tanta ilustración en el entendimiento,

lo cual es propio de los querubines, a los cuales se les comu­

nica Dios, como sabiduría infíníta, dándoles particularísima

luz y conocimíento de la Divina Sabiduría. Y asl el tiempo queDios se me comunicaba en ese modo era como tenerme en el

grado y coro de querubín; pero que ya queda volase y su­biese al de serafín y que todo fuese ocuparme en su dívinoamor como lo hacen los serafines, y de esa manera entrase enla divinídad escondiéndome en las divínas tiníeblas de que la

misma divínidad está cercada para la flaca vi:ita de nuestro

entendimiento, y dando Dios a sentir a mi alma este modo deesconderse con estas tinieblas luminosas y divinas.

Parece, pues, que estando el santo Rey David a la mira

y contemplación de esto, decla las palabras dichas con par­ticular admiración, como si dijera: Señor, es posible que no

bastara la merced que hablais hecho a esta alma en inclinar

los cielos y descender a ella y haberos cubierto de esa niebla

y nube para que 03 pudiese recibir, sino que la levantaste

tanto que volase ella sobre los querubines y no sólo eso,

sino que volase también sobre los serafines. Y después de

todo esto veo que no pára hasta esconderse y hacer su mora-

301

da escondida en las tinieblas altisimas y divinlsimas de tu Di­vinidad: posuit tenebras latibulum suum, in circuitu ejus taber­

naculum ejus, Y esa misma Divinidad tuya, que le das por mo­

rada y escondrijo, la tiene toda cercada para que ya no vuelvamás a salir, como dijo Jeremlas: circumaedificavit adversum

me, ut non egrediar.Pues si este cerco y edificio en circuito es la misma Divini-

dad, ¿cómo dice adversum me?, ¿esle Dios por ventura contra­rio? A las almas que no han alcanzado del todo la suma pu­

reza y semejanza de Dios, aunque sean santos y estén muycerca de Su Majestad, como lo estaba el Santo Profeta Jere­

mias y el Santo Job, aquello poquito de tierra o de impureza

que les falta por acabar de acrisolar y purificar, es en l>U ma­nera contrario a Dios y a su perfecta semejanza, Y asi parece

que se da el mismo Dios a sentir algo contrario cuando consu divina luz y luminosa tiniebla cerca al alma, hasta que

de todo punto esté purisima, sutilísima y espiritualisima, sin

peso ninguno de tierra. Que aquello poquito que ha quedado

y no está del todo consumido, hace como un peso y un modode oposición y obstáculo a la divina luz de la Divinidad, y asicuando ésta cercaba al Profeta Jeremías, le parecía que le era

algo contraria hasta que acabase de gastar y purificar lo queno es semejante a Dios, y el Santo Job, de la misma manera, se

quejaba de que Dios le hacia alguna contradicción y le habla

puesto como contrario al mismo Dios, aunque a fin de quitar

y purificar lo que tenía contrario a El y a su infinita pureza,

que, como se ha dicho, es alguna cosa de tierra que aún .~a

quedado, la cual le hacia pesado a sí mismo. Así no sólo diJo:

quare posuisti me contrarium tibi?, sino también & Jactus summihimetipsi gravis?, y apenas lo habia acabado de preguntar

11

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1

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302

cuando al punto conoció que la causa era el haber quedadoen él alguna reliquia y rastro de culpa, que no estaba del todo

desarraigada y purificada en él la raiz del pecado, y asl dijoluego: eur non tollis peeeatum meum, & quare non aujers iniqui­

tafem meam? ¿Por qué, Señor, no acabas ya de quitar esto que

ha quedado en mi, que no me deja gozar de esa divina luz,

sino que cuando embiste en mi me parece tiniebla y me causaalguna pena por mi flaqueza e impureza?

Esto mismo quiso decir David, cuando al punto que hablaacabado de decir que el alma habla entrado en estas tinieblas

misticas y luminosas y que le tenían cercado, dijo: Tenebrosa

agua in nubibus aeris. Parecíale que estaba el alma alll C01l10 el

agua está en la nube, que la nube y el agua que está en ella estodo COlllO una misma cosa, y el agua está tan escondida en la

11111)[\ que 110 puede ser vista si no es que se derrame y caiga

sobre la tierra; así el alma está tan escondida en Dios que no

la podrán ver ni conocer las criaturas, si no es que por su cul­

pa salga le aquel divino escondrijo y se derrame en cosas de

la tierra. Pero como la nube es tan purísima y tan sumamente

luminosa de suyo y el alma es, por el contrario, de suyo obscura,impura y miserable, a la vista y con la jun ta de la nube divina

parece el alma agua tenebrosa, cenagosa e inmunda, lo cual

causa tan grande sentimiento, confusión y humillación y un

dolor tan vivo e Intimo a lo profundo de mi alma que me hace

muchas veces prorrumpir en abundancia de lágrimas.

Por otro ejemplo y comparación declara el Profeta Joel esta

obscuridad que el alma siente en si acerca de Dios, y cómo el

mismo Dios es para él la tiniebla, y hablando en nombre de

I l¡m; dice estas palabras: Sc:I& super servos meos, & ancillas

11/ diclms illis ejjundanz spiritum meum: sol convertetur in tene-

i,\

393

bras, & luna in sanguinem. Habla dicho primero que derramarla

su Esplritu sobre toda carne, y luego especificó: que en sus

siervos muy escogidos y en sus esclavas, que son las almas

muy suyas y que escoge para sus Esposas, no sólo derramará

en ellas su Esplritu en el modo ordinario que a los demás jus­

tos y predestinados, sino que hará que el sol se convierta entinieblas y la luna en sangre, las cuales cosas serán para muy

grande bien y purificación de las dichas almas.

Parece que este convertirse el sol en tinieblas y la luna en

sangre, es propio modo de hablar para significar el eclipsenatural de la lum, el cual se causa estando el sol ausente de

este hemisferio y, por el consiguiente, en tinieblas, y habien­

do de recibir la luna los rayos del sol, como planeta leVélntado

sobre la tierra, asl cuando la tierra está en tinieblas por fal­

tarle la luz del sol, la luna está luminosa porque los recibe por

la parte superior. Pero sucede alguna vez interponerse algunatierra en medio del sol y la luna, e impide que los rayos del sol

se la comuniquen y la penetren con la claridad; que cuando no

hay ese obstáculo entonces se muestra la luna obscura y decolor de sangre, hasta que con la velocidad posible a su curso

natural va apartándose de la tierra que la impide el recibir

los rayos del sol y quitado ese impedimento los recibe congran fuerza y claridad.

Aplicando esto al propósito de lo que se iba diciendo, pa~

rece que el decir Dios por el Profeta Joel que el sol se con­

vertirá en tinieblas, es decir que el divino de Justicia, que es

('1mismo Dios, aunque en si mismo no es posible conver­

Iil :;l~en tinieblas, que es luz eterna e inmutable, pero esa luz,, 111110 es en si misma, no se comunica ni exLiende sus rayos

,1 •. :;k hemisferio, donde se vive en carne mortal, y asl mien-

1:

¡

304

tras dura esta vida, todo es noche, y en el hemisferio de la

vida eterna todo es día, sin haber noche, porque siempre se

comunica el Sol divino allá y no acá, y si se comunica acá

es mostrándose como tiniebla, convirtiéndose (digámoslo asi)

y acomodándose de esta manera a la flaca vista .del entendi­miento, que como murciélago o lechuza no ve Silla de noche

y estando el sol escondido. . .Por eso dijo David que era como lechuza en la dlvllla mo-

rada donde estaba: factus sum sicut nicticorax in domicilio, yel esconder Dios sus rayos como son en si mismos y comuni­

carse como tiniebla acomodándose a nuestra vista, es una de

las grandes mercedes que hace a las almas, y lo que ofreció y

prometió por Joel, diciendo: sol convertetur in t:nebr~s ..Perocomo su luz es infinita, aunque más cubierta este de tlmeblas

y de fe obscura, no deja de resplandecer algo por medio deesa misma fe, a la cual llamó San Pablo luz que luce en lugar

obscuro y tenebroso: quasi lucernae lucenti in caliginoso loco,donec dies illucescat, & lucifer oriatur in cordibus vestris. Que

es como si dijera: mientras vivimos en esta vida mortal esta­mos como de noche y en lugar obscuro y caliginoso; pero al

fin ya que no vemos el Sol de Justicia, hanos dado una luzli~itada como la que luce de noche, luz de luna, que al fin se

acierta a andar con ella y se ven las cosas eternas y espiritua­

les y divinas; pero no de manera que se ha dicho, hasta que

llegue el tiempo que, dies illucescat, resplandezcan ya los ra­

yos del Divino Sol de Justicia y amanezca el dia eterno y ~llucero de la lumbre de gloria nazca Y esté en nuestro entendi-

miento.

También-la Esposa llamó~noche~y sombra a esta vida mor-

tal y dia a ¡a eterna, cuando dijo: dilectus meus mihi, & ego iUi:

305

donec aspirel dies, & inclinentur umbrae, como si dijera: mi Ama­

do será para mi luz de sol aunque cubierto de tiniebla, hasta

que la noche de esta vida se incline y acabe y comience el

dia eterno, y en esta noche seré yo para mi Amado luna, queestando levantada sobre todo lo que es tierra y teniendo mi

asiento en el firmamento celestial, participaré de sus rayos y

luciré en esta noche; que la luz de la luna, aunque participada

del sol, es tan limitada, que bien se compadece con la nochey con las tinieblas.

Pero mientras la Esposa está en esta noche de la vida mortal,

aunque sea luna está sujeta a eclipses y a que algunas veces

se le interponga alguna tierra entre ella y el sol, que le impi­

dan la luz de sus rayos y quede algo oscurecida y de color de

sangre, esto es, de unos accidentes impuros, que por la san~re

se entiende en la Escritura los pecados, y aunque aquella

tierra que se interpuso para eclipsar la luna no llegó a ser

IH'cado, no llegó a ser sangre, fué, a lo menos, una color y unaap;lli"llria de ella. Todavia causó impureza y alguna oscuri­

tI,l< 1II':;p,'cl"ode la divina luz, y para volverla a recibir, y parti­

IIP,II tilo 1••:; rayos divinos con la claridad de que ella es capaz,

lid 1l1l'1l(:skrcorrer con velocidad para apartarse de aquella

(ierra que se lo impide, y como su curso natural y ordinario no

es suncieute para hacer esto con la presteza y eficacia que es

lIIenester y quiere el divino Sol, él también le ayuda a purifi­

carIa hasta que quede limpia de la impureza y desemejanza

que la tierra la causó, y para esto embiste este divino Sol elrayo de su palabra purísima, limpisima y castisima, como dijo

el santo rey David en otro salmo por estas palabras: eloquia

/)olJlini, eloquia casta: argentum igne examinatum, probatum

{arae purgatum septuplum. Como si dijera: la palabra de Dios20

J'i

\

III

"

¡ ¡

306

es castlsima y purisima, y enviala-Dios al alma para que la pu­

rifique y deje también castísima y purísima, como el fuegoacrisola y limpia la plata, purgándola y aniquilando en ella

todo lo que tenia de tierra, dejándola tan blanquisima y purí­sima como acrisolada y purgada, no sólo una vez ni cinco

veces, que es lo sumamente purificado.

A las cosas muy finas, muy puras y muy acendradas y cinco

veces destiladas, se llama quintaesencia, y si lo sumo que en

las cosas terrenas se purifica es hasta cinco veces, no se con­

tenta con eso este divino Fuego y Sol, sino que dete veces

acrisola y purifica a su plata y a su luna, que es su Esposa: pur­galum seplUpIum.

Estas siete purificaciones y crisoles son los que se siguen: El

primero, el conocimiento propio, la humillación, confusión y do­

lor que de ese mismo conocimiento se sigue, con que el alma

grande y eficazmente se purifica y acrisola, no sólo de las im­

perfecciones e impurezas leves, pero aunque fueran graves,qt! _ siendo grande y verdadero el dolor y contrición, con sumo

y profundo conocimiento de su vileza y displicencia de si mis­

ma, bastará a de.jarla purificad;: y limpia. El segundo crisol

son las lágrimas, efecto propio del dolor dicho, y que tienengrande fuerza para purificar, lavar y acrisolar el alma. El ter­

cero es el Sacramento de la penitencia, crisol poderosisimo,

por estar en él la eficacia de la sangre de Crísto, que es la quesumamente purifica las almas. Y mucho más el cuarto crisol,

que es el Santisimo Sacramento de la Eucaristia, el cual, sobrelas purificaciones dichas, hace gran efecto y purifica sobre­

manera, y da nuevos resplandores y lustre a esta plata. El

quinto crisol es el dolor y sentimiento de la pasión de Cristo

Nuestro Señor, que va representada en este divino Sacramento,

307

y qllc fué instituido para memoria suya. El sexto crisol es el

'1IIC causa la misma luz divina y tiniebla luminosa, que, como:;e ha dicho, si halla alguna impnreza, lo primero que hace espllrgarla y purificarla, manifestando a la misma alma esta luz

1;1 impureza que tiene de suyo, para que con el sentimiento de

ella y de la fuerza del amor, con que desea verse sumamente

1'1Iray semejante a la divina luz, se purifique de nuevo. El:;('ptimo crisol es el fuego ardentisimo del amor extático e in.

lIIediata asistencia y comunicación del Espiritu Santo, el cual

Ilace al alma sumamente semejante a Dios y la deja purisima

\1 aeendradisima y hecha como carbones y brasas de fuego

divillO,sin que se vea rastro de la materia impura y tenebrosa,

'lile era antes que estuviese penetrada de ese fuego y le tu­vil~seconcentrado en si, como lo es el carbón antes de estar

I"d" encendido y penetrado del fuego.

A:;Í dijo luego David en el salmo de que se iba hablando al

1" ill,ipi,,: el inlonuit de coeIo Dominus, & Altissimus dedil

1'",,'11/ .••.1111111: gran do & carbones ignis, como si dijera: viendo

I'I"'¡ ,ti alllla, su Esposa, que estaba como agua tenebrosa,

1111'1111.1('11 {:Icomo en nubQ, sonó su voz poderosisima, y dió

'11p,ll.lilra que, como queda dicho, es castisima y que acriso­

1" i1l1lpiay purifica. Y así luego aquella agua que parecía

1, ""¡''' o:,a se volvió tan pura y tan blanca como el granizo,

'1"' 1', 1;. hlallcura que le da la nieve, y la mayor que se

11 "1 , '111.1 Iinra a que comparar las cosas blancas y puras,

\ 11"1, , '"llp;lr;\ a la nieve, sino al granizo, porque es blan­'111' 111" "lIl:;i:;iellte y que no se deshace ni se junta tan

10;' 1", "11 l., Ii/'lra como la nieve. Y no sólo la hizo la pala­

1t,,¡ d, 1'1" \'111;1Y hlanca como el granizo, sino hízola fuego

l' ,,,'",, 111 ,1'"" V ('arbones encendidos, y junta esto por-

308

qn(' se entienda que del granizo no toma la semejanza desn frialdad, sino sólo de su pureza y blancura, y que con ella

viene muy bien el fuego del amor divino y estar semejante alas brasas y carbones encendidos en el calor, como era seme­

jante al granizo en el candor. Con este divino fuego de la pala­

bra divina y comunicación del Espiritu Santo, purifica el di­

vino Esposo a su Esposa de cualquier impureza de tierra, y la

deja como plata pura acrisolada y como luna resplandeciente,sin el color de sangre y eclipse que por su negiigencia de la

Esposa cobró, como dijo el Profeta Joel, que esto significa elconvertirse la luna en sangre, en este sentido mistico.

XXIX

No se puede decir el sentimiento de mi alma mirándose y

considerándose COlpO agua tenebrosa, cenagosa y asquerosa

delante de Dios, y las lágrimas qne me hacia derramar este

sentimiento, y las ansias con que pedia a Nuestro SeflOr que

me purificase, enviándome su divina voz, palabra y Verbohumanado y sacramentado, para que, entrando dentro de mi,me causase los efectos dichos de purificación, pureza y fuego

de amor, y asi se cumpliese también en mí lo que dice luego elsanto Profeta rey: & appamcrunt jontes aquarum; iquién podrá

decir cuántas y cuán inmensas son las fuentes que así se ma­

lIifiestan y descubren al alma, porque en cada una de las Divi­I1asPersonas ve fuentes y de todas desea beber!

La primera fuente es de suma dulzura, porque en ella se da

a ~lIstar y a beber algunas gotas de la Divinidad, que es

1:\lllente perenne que mana de la Persona del Padre Eterno.

309

I)e esta bebida dulcísima parece que gustaba el santo Rey

David cuando dijo: Quam magna multitudo dulcedinis tUGe,Do·

mine, quam abscondisti trimentibus te:perjecisti eis, qui sperantin te. No halla con qué comparar la dulzura que Dios tiene es­

condida para los que le temen y en particular para los que es­

peran en Él, y así sólo dice aquella palabra de ponderación

l/uam magna est, y para que se entienda que el gustar de esta

dulzura y beber de esta fuente es después de haber entrado enlas divinas tinieblas y escondrijo que había dicho en otro sal­

11I0, como queda declarado, dijo aquí que esta dulzura estabaescondida. Y no sólo eso, sino que tlrosigue luego: abscondes

('OS in abscondito jacici tuae a conturbatione hominum, proteges

('os in tabernaculo tuo, como si dijera: para darles a beber y a

I~tlstar esta dulzura de la fuente divina de tu Divinidad, los es­condes en lo escondido de esa misma Divinidad que es tu ros­

il", Y lo escondido de Él son las tinieblas místicas dichas con

'111t' 1,>encubres para que no puedan verle y con que los encu­

1"''',:1 ('lios y los ocultas y libras de las conturbaciones terre­11.", '11'" son propias de los hombres, y en ese divino taber­

lI,knlo ulllbroso y oscuro los tienes amparados y defendidos.I ,1t'1',:inl!oa tratar más en particular de esta divina fuente

'11'" ''',i:llldo en esta sombra se bebe, dice en otro salmo un

1""" 1",'''; adelante: filii autem lzominum in tegmine alarum

/JI,Jl/JlI/ '.j',·I'¡tiJllnt,como si dijera: los espíritus humanos y

'1"'''''' ''',1,'''1 Yviven en carne mortal, en entrando por la con­

l. "'1 d " 1"11 "11 I:IS tinieblas místicas, que son la sombra de tus

ti, , 1", "" "1)('1':111 que se les ha de descubrir algo de la di­,1'1' 111' "l. V "" les salen en vano sus esperanzaf;, qne al

1'11111" • "11 "lIiI'I;:II';:ulos de lo sustancial y abundoso de tu

• "",1, '1'" ,', lu divillo amor: /nebriabuntur abuberlate dOl1luS

I !

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310

tuae, & torrente voluptatis tuae potabis eos, y del arroyo de tus

.deleites les das a beber, aunque con tasa y medida, según sucorta capacidad, como dijo en otra parte: & potum dabis nobis

in lacrimis in mensura. Es tan poquito lo que en esta vida le

cabe de esa bebida al alma, que la medida es como unas gotasde lágrimas, y aun con ese poquito se embriaga; porque cono­

ce que en ti hay una fuente de vida, que le descubre la fe yel ansia de beber de ella con más abundancia la saca de sí:

quoniam apud te est fons vite. Y prosigue: &, in lumine tuo vi­

debimus lumen, corno si dijera: esta divina fuente, como ella esen su manantial, no hay luz en esta vida para poderla ver.

Pero diste, Señor, esta fuente, que es tu Divinidad y tu mismaNaturaleza, a tu Hijo y divino Verbo, como Jacob dió su fuentea su hijo Joseph que fué figura de tu Hijo.

No sin misterio hizo particular mención de esto el evangelis­ta San Juan cuando cuenta en su evangelio cómo Cristo Nues­

tro Señor fué a una ciudad de Samaria llamada Sichar, junto

al campo o hercdamiento que Jacob dió a su hijo Joseph, enel cua' estaba la fuente del mismo Jacoa, y sobre esta fuente se

recostó o sentó Cristo y allí trató con la Illujer samaritana cómo

él era fuente de agua viva. COIllOsi dijera el evangelista: Cristoera figura deJoseph yJacob de su Padre Eterno, del cual heredó

Cristo en cuanto Dios la fuente de agua viva que es la misma

divinidad del Padre; y como esta fuente de Jacob parece quesignificaba esto, quiso sentarse en ella y allí manifestar este

misterio, que en ella estaba significado, probando y declaran­do cómo Él era la fuente de agua viva, la cual en Cristo es luz

de luz, lumen de lumine, Deum verum de Deo vera, canta la

Iglesia en el Credo. La luz en si misma y como es en la per­

sona del P¡¡<Ire,no puede ser vista, pero esa misma luz, en

311

la persona de Cristo, que es luz de esa luz, está cubierta con lahumanidad, y ahí se deja ver y puede ser vista. Y es lo mismo

que ver al Padre, como dijo Cristo: qui ¡,idet me, videt & Patrem

meum, y así dijo muy bien David al punto que acabó de decir

que Dios era fuente: & in lumine tuo videbimus lumen,' en esta

luz de la persona de Cristo ven los hombres tu luz, que si no

fuera en Cristo y por él, no pudieran verla. Así dijo Su Ma­jestad: Ego sum lux mundi, y con esta luz se le manifiestan al

alma muchas y copiosísimas fuentes que manan de este divino

Señor, no sólo la de la divinidad que heredó de su Padre, comose ha dicho, sino las que por la junta y unión con la naturaleza

humana manaron y corrieron con abundancia para los hombres.

Porque este Señor, por razón de la unión, es fuente de graciaque está siempre corriendo por las almas que con sed se la

piden. Como dijo Cristo a la Samaritana: si tú supieses el

don de Dios y quién es el que te pide de beber, tú por ventu­

ra se 10 pedirías y él te daria agua viva, de manera que en el

pedirlo puso la duda y el forsitan, pero en darlo Su Majestad

pidiéndoselo no la puso, sino que absolutamente dijo que se la

daría. Demás de la fuente de la gracia que está en Cristo, es­

tán también las cinco de sus llagas y de los infinitos mereci­

11Iientosque con las corrientes de su sangre nos ganó, no sólo

para lavamos de las culpas sino para satisfacer las penas que

l'"r ellas merecíamos. Todas las cuales fuentes están siempre,. '11 ie.ldo con tanta abundancia "'paralas almas y en tanto pro­\,",llll y felicidad suya, que dice el Santo Profeta Isaías: ha

111 I,'ti ../lflllaS in gaudio de fontibus Salvatoris, como si dijera:

'¡llll 1.111l'opiosas y manantiales las fuentes del Salvador, que1'"1 IOllcli:I:, aguas que saquéis de ellas no se agotarán ni me­

1111:, •.• ,11;11;'111 jamás, y son estas aguas de tan suma felicidad

I~

312

para el alma que las saca, que el hacerla le causa sumo gozo,

y le obliga a prorrumpir en alabanzas divinas y convidar a ellas

a las demás criaturas: &: dicetis in illa die: confitemini Domi­110&: invocate nomen ejus: mementote quoniam excelsllm estnomen ejus &.

Pero demás de estas fuentes, que manan del Salvador yque son propias de este divino Señor, quiso beber las aguas

de los trabajos cuando vivió en carne pasible. Y de estas aguastuvo tan inmensa sed, que no parece la podía encubrir ni disi­

mular, encubríendo otras cosas grandiosísimas que tenía den­tro de sí. Pero la sed de los trabajos quíso manifestarla cuando

díjo: con un bautismo tengo de ser bautizado. ¡Gh, cómo me

aflige y me congoja la sed de estas aguas, y de verlas ya en

mí, no sólo como bebida limitada, sino como agua en quepueda ser bañado y bautizado!

Parece que el santo Rey David estaba mirando a Cristo

Nuestro Señor con esta insaciable sed y contemplando la

congoja y aflicC!ón que le causaba la dilación Je su Pasión,donde con tanta abundancia había de beber estas aguas de

los trabajos, dolores, persecuciones y desprecios, que tanto

deseaba y contemplaba el santo Rey, que esta ansia, sed ytristeza le tenían como oprimido y caíd3 la cabeza, corno suele

suceder en los demás hombres cuando los oprime algunatristeza.

y estando mirando esto, vió con su espíritu profético cómo

ya IIcgado el tiempo de la Pasión, la bebió de tan buena ganay con tanta ansia y abundancia de estas aguas, que se echó

(~IIel mismo arroyo de ellas, para beberlas sin limitación algu­

lIa. Y cn habiéndolo hecho y satisfecho la sed y el hambre,

Vit"II!1oSCya harto de oprobios, como dice Jeremías: Salurabi~

313

tur opprobriis, no porque se le hicieron muchos ni quedara har­to de ellos, síno porque fueron tantos que, a menor sed y ham­

bre que la suya, pudíeran causar hartura, pues viendo esto el

santo Rey Davíd, díce: De torrente in via bibet, propterea exsal­

tabil capllt, como si dijera: al que veía triste y caída la cabeza,

oprimído de la grande sed, ya le veo beber abundantemente

del arroyo de los trabajos, que es el agua propia del camino yde los que son víadores. Y porque bebió y cumplió su deseo y

ansia de padecer, luego alzó cabeza, luego se mostró con

suma alegria y gloria. Estando Su Majestad en la Cruz, vien­

do que se le acababa ya la vida y, por consíguiente, sus tra­

bajos, quéjase con gran clamor a su Padre Eterno porque des­

ampara a su Naturaleza humana y la deja perder las fuerzas

para padecer más. Y viendo que en cuanto al deseo de que sedilate la vida mortal no es oído y que se iba ya acabando, era

tan insaciable su sed que le obligó también a manifestarla, di­

ciendo: Sitio. Y aunque le dieron de beber y bebida amarga,

hízosele tan poco que al punto se le cayó la cabeza diciendo:COnS1l11lmatumesto Como si dijera: habiéndose ya acabado mís

trabajos y no dándome más agua, no es posible ya vivir nialzar cabeza en vida mortal y pasible. Tanta como ésta era la

estima y la sed que este Señor tenía de este género de aguas,teniendo tantas fuentes de gloria y de gracia dentro de sí mis­

mo, y juntándose estas aguas de los ímbajos que bebió, con

las fuentes }lue tenía en sí y manaban de El, quedaron lasaguas amargas de los trabajos tan dulcísimas y tan apeteci­bles que les parece a las almas que tienen sabor de gloria y

que sólo por beber de ellas parece que beben juntamente gra­

cia y princípios de gloria.Estas son las fuentes que se aparecen y manifiestan a mi

11

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mismo que decir las fuentes del Salvador, que dijo Isaías.

y prosigue luego David: ibi Benjamin, adoleseentulus in men~tis exeessu, como si dijera, hablando con los mismos santos: mi­

rad que junto a (stas fuentes está este espíritu, que es el Ben­

jamín y hermano querido de ese divino Señor, y que las ansias

y sed de beber de ellas le tiene como fuera de sí~ in n:entisexceSSll.Y pues sois príncipes poderosos con ese Senor mas que

los principales de Judá, Jabulón y Neptali, y sois como caudi~llos de este Benjamín que quiere seguir vuestros pasos, al­

canzad de ese divino Señor que le conceda sus deseos y peti­

ciones. y luego los Santos, llenos de caridad, dijeron: manda

Deus viriuti tuae, confirma hoe Deus, quod operatus est in

nobis, como si dijeran: muestra Nuestro Señor Dios tu infinita

virtud y manda conforme a ella, y lo que te pedimos que man­

des es que se confirme en este espíritu lo que obraste en nos­

otros; no nos contentamos con que le des deseos de seguir­

nos y de imitamos, sino que se confirmen esos deseos conobras, como los confirmaste en nosotros. Y luego parece quehablando el santo rey David con mi espíritu le decía todo

aquel salmo que comienza: exalldiat te Dominus in die tribula~tionis &, en particular algunos versos de él, como tribuat tibi se­

eumdum eor tuum, & omne consiliunz tuum confirmet: impleat

Dominus omnes petitiones tuas &.

Pero no sólo se le muestran a[ alma las fuentes dichas de la

Persona del Padre eterno y de la de Cristo Señor Nuestro, sino

tambiéri las del Espíritu Santo, el cual es también fuente divina,

y así le llama [a Iglesia: fons vibus, fuente de agua viva. Estadivina Persona tiene también muchas fuentes que comunica a

[as almas; fuentes suyas son aquellos doce frutos del Espíritu

~anto que refiere San Pablo y los siete dones con que enrique-

315

alma en la persona de Cristo Nuestro Señor, y es tan grandela sed y ansia que tiene de beber de ellas con abundancia

que parece la hacen algunas veces salir de sI. Y dígolea Su Majestad que supuesto que me ha hecho merced de

mirarme y lIamarme su hermano Benjamín, que a quién leviene más de derecho el participar y beber de sus fuentes

par~icularmente la de los trabajos y desprecios, que a mí, qU~amandome con amor tan tierno e íntimo, como lo muestra la

comparación del que tenía Joseph a Benjamin, justo es que

m~ dé lo que Su Majestad té nto estimó y deseó, y que, como

qUien sabe ~or experiencia lo que aflige la sed de estas aguasde los trabaJOS, se compadezca de la mia, y me la satisfagaconforme fuere su voluntad.

Parece que estaba el santo rey David mirando a mi espíritucomo Benjamín de este Señor y que le estaba pidiendo las co~

sas dichas, y que a la mira y vista de estas fuentes y con lafuerza de la sed y ansias estaba mi entendimiento como fuera

de sí en exceso o éxtasis. Y dando gracias a Dios por estamerced que me hacia, convidaba también a los santos del cie~

lo y de la tierra para que hicieran lo mismo y para que me

ayudasen a pedir el cumplimiento de mis deseos, y dijo estas

pal:,:Jra.s: ~n Eclesiis benedicite Deo Domino, de fontibus Israel,como SI dIJera: todos los que estáis en las dos'ig[esias del Se­

ñor Dios, que es la Iglesia triunfante y militante; todos lossantos del cielo y todos los justos de la tierra, bendecid al

Señor. Y el motivo particular de estas alabanzas sean las

fuentes de Israel, esto es, las fuentes de Cristo que se han di­cho, porque Israel es lo mismo que Jacob, que ambos nombres

tiene. Y la fuente de Jacob es la que está en Cristo, que figuraJoseph, como se ha dicho, y así las fuentes de Israel es lo

314f

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3/6

re tanto a las almas, y así bien dice David que en estando pu­rificadas, acrísoladas y abrasadas, luego se les manifiestan las

I'nentes de aguas divinas e infinitas que hay en Dios: apparue­

runtfontes aquarum, y no sólo eso, sino que dice luego: & reve­lata sunt fundamenta orbis terrarum; también se les manifies­

tan y revelan y descubren los fundamentos de la tierra, esto

es, que se le da al alma un profundísimo conocimiento de sus

fundamentos, los cuales son dos: uno, en cuanto a la natura­

leza, y otro en cuanto a la gracia. En cuanto a la naturaleza ,conoce que su funGamento fné la nada, como dijo el Santo ]ob:

Appendisti terram super nihilul1l, fundaste y cargaste el peso de

la naturaleza humana sobre nada. Esa nada fné el fundamen­

to y la materia de que fué criada, o, por mejor decir, supuesto

que la materia fué la nada, no tuvo materia en que fundarse. ,S1110 sólo la que le dió la Omnipotencia divina en su creación ,de manera que allí se le manifiesta bien claro al alma su po-

quedad y flaqueza, pues de suyo no tiene otro fundamento ni

firmeza sino la nada. El fundamento que Dios le dió en cuanto

a la gracia es sobre mares y ríos caudalosísimos. Así lo dijo

David mírando a las almas de los justos que están en gracia, y

que aunque de suyo son nada y fundados sobre la nada, los ha

fundado Dios sobre las aguas divinas; dice: Domini es! terra &plenitudo ejus /lrbis ferrarum, & universí, q/li lza!Jitant in ~a

como si dijera: del Señor es la tíerra de la naturaleza humana:

y en particular de esta alma que Él ha tomado tan por suya,

que todo cuanto hay en ella en 10 superior y en lo inferíor

en lo ínterior y en lo exterior, todo es suyo. Porque Él la h~

I'nudado sobre la mar inmensa de las aguas divinas de la

grada. Y sobre los ríos que se causan de las corrí entes

d(~ las fuentes dichas le preparó lugar y asiento: quia ipse

317

super maria fundavit eum, & super jlumina praepatavit eum.Muéstrale Dios al alma este fundamento tan firme y precio­

so que le da de gracia para que no desmaye y se descaezca,

cuando ve el vil y sumamente flaco que tiene en cuanto la na­

turaleza y para que sea agradecida al divino y amoroso Señor

por haberse dignado de fundarle en si mismo, no habiendo quemirar en ella otro fundamento más que la nada que tiene de

suyo y las miserias de culpas que ella sobrepuso a esa nada,

con que quedó aún más vil y miserable. Algunas veces me

descubre Dios estos fundamentos profundísimos con tanta

claridad y sentimiento, que no hay palabras con que declarar­

lo ni significarlo; sólo quisiera que todas las criaturas pudie­

ran verio como yo lo veo y me despreciaran y aborrecieran

como yo me desprecio y aborrezco, y mucho más.

xxx

Poco después de esto me parecia que me decían aquellas

palabras que dijo Cristo Nuestro Señor en su Evangelio a sus

discípulos: messis quidern multa, operarii autem pauei. Rogate

ergo Domínum messís, ut mittaf opeiarios in messem suam, dán­

dome a entender que lo que Dios habia sembrado en mí, y la

mies y lo que de ello se podia coger era mucho, y muchos y

muy grandes y continuos sus auxilios, suficientes y bastantes

pm'a fructificar en to,-,ó género de virtud y santidad y coger

lIil1Y grande cosecha de gracia y caridad y de todas las de­

IU:'IS virtudes, dones y gracias espirituales y sobrenaturales, si

yo por mi culpa y negligencia no lo dejase perder. Y para que('slo 110 me sucediese tenía gran necesidad de rogar al Dueño y

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318

Señor de esta mies, que es el divino labrador el Padre Eterno,

de quien dijo Cristo: Pater meus agrieola est, que me enviase

los auxilios eficaces, muchos y muy grandes, a los cuales pro­

piamente llama Cristo Nuestro Señor obreros, porque son con

los que se ponen en ejecución y en práctica los deseos, las

divinas inspiraciones y los buenos propósitos, de tal manera,

que en llegando a ponerse por obra es señal cierta y evidente

de que hubo auxilio eficaz y que envió el Señor de la mies es­

tos obreros divinos, que cogiesen fruto de obras de la mies de

los deseos y conocimientos. Los cuales obreros quiere el Se­ñor que los deseemos y pidamos con ansias, y yo las sentía

tan grandes, que cada vez que me acordaba de estas palabras,

que era muy de ordinario, me hacía luego prorrumpir en abun­dancia de lágrimas el ansia con que los pedia.

Ofrecíanseme también a la memoria aquellas palabras de

San Pablo a su discípulo Timoteo, en que le exhorta al ejer­

cicio, no sólo de deseos y de palabras santas, síno todo obras,

y en particular le encargó cinco cosas, diciendo: tu ~'erovigila,

in omnibus labora, opus jae evangelistae, ministerium tuum im­

pIe, sobrius esto. Lo primero le pide que vele cosa de tanta im­

portancia para coger el fruto de esta mies, que Cristo Nuestro

Señor en su Evangelio lo encarga, no una vez sola, sino mu­

chas y en muchas ocasiones. Y el Santo rey David, conociendo

que import'/ esto tanto, y que aunque haya sembrado muy

buena semilla en su campo no se puede echar a dormir, como

lo hizo aquel hombre que cuenta el Evangelio, porque no le

suceda lo que a él, que venga el enemigo y siembre cizaña

entre el trigo, dice en un salmo: vigilavi, & jaetus sum, sieut

passer solitarias in teeto, como si dijera: no porque he recibidotantas mercedes de Dios, ni porque ha sembrado en mí tanta

319

y tan buena semilla, dándome tanta luz y conocimiento de la

doctrina y del verdadero camino y santos deseos de caminar

por él, me dejo dormir y descuidar con esto, antes estoy siem­

pre en vela, porque no llegue al campo de mi alma y de mi

conciencia ninguno de mis enemigos, ni cosa de criatura que

pueda sembrar ni mezclar en mí cosa que no sea Dios. Y así,

como el velar es para este fin, estoy hecho como el pájaro so­

litario sobre el tejado; estoy levantado sobre todo lo que es

tierra y mundo, puesto en atalaya, y al punto que de lejos veo

venir alguna criatura, algún apetito o pasión hacia mí, hago lo

que el pájaro solitarío que no quiere compañía ni que nada

esté junto a él, y en sintiendo que se le acercan, huye y vuela amás soledad. Así, yo no puedo sufrir ni puedo ver en mi com­

pañía si no es a Dios y lo que me puede llegar más a El; de lo

demás huyo volando, y para hacerlo con presteza y antes que

se pase la ocasión, estoy siempre en vela y en atalaya.

La Esposa también, conociendo lo mucho que importaba elestar siempre velando, no quiso que se pensase que dormíadel todo, aun cuanto estaba en el sueño dulce de la contem­

plación y guardándole su Esposo el sueño, y así dijo: Ego dor­

mio & eor meum vigilat, como si dijera: aunque parece que

(Iuermo, y es verdad que duermo a todo lo corporal y sensible,

pero la parte principal, que es el corazón, muy en vela está, ypor el mismo caso que estoy en la noche de la contemplacióny que gozo de la cOlh~añía y unión de mi Esposo, he menester

vdar más, porque es muy celoso y en la noche hay más peli­¡',lOS de enemigos, y el velar y el desvelarse propiamente es1',11 a la noche y para los que están en ella.

I ,a segunda cosa que San Pablo dice a su díscípulo es: in

"lIllli!Juslabora, trabaja en todas las cosas, como sí dijera: pro.

320

cura cuanto te sea posible que esa gracia yesos auxilios sufi­

cientes que has recibido sean también eficaces, y para esto lo

primero trabaja en pedírselos a Dios con gran clamor, como lohacia el santo profeta Rey cuando decía: laboravi clamans, rau­

caefactae sunt fauces meae, trabajé clamando Ypidiendo estosauxilios y no me contentaba con clamar así como quiera, sinocon tales voces y clamores, que sí fueran corporales bastaran

a enronquecer mi garganta. Este es el primer modo de trabajar

para San Pablo, mas no se contenta con que se trabaje en unacosa sola, sino en todas. y así se ha de trabajar en disponerse

para recibir estos auxilios eficaces más que trabajar en pedir.y esta disposición consiste en aprovecharse de los auxilios su­

ficientes y cooperar con ellos con el libre albedrío y voluntad

que Dios le dió para esto. Y de esta manera alcanzará que losauxilios no sólo sean suficientes, sino eficaces; porque viendo

Dios que pone de su parte lo poquito que puede, que es pro­curar a cooperar con la luz y con el auxilio suficiente, se hallaoblirrado según su misericordia Y bondad de darle el eficaz,

par: que llegue a tener efecto y a ser fruto de obras, cogido porestos divinos obreros de Dios para gloria suya, no sólo en lo

interior y en la contemplación sino en lo exterior Y en las ac­

ciones y obras de vida activa, que en todo quiere San Pablo

que se trabaje, de manera que de todo se saque fruto.Lo tercero dice: opus fac evangelisfe, como si dijera: todo

CIló\lltote pido ~on obras y obras evangélica~, de manera que

lo qllc los Evangelistas dijeron de palabra y por escrito, tú lo

I'0llgas cn ejecución y seas evangelista, no sólo por tus pa~a­lira:; sino por tus obras. Véase en ti y por ti, no sólo escnto

('\ \'~vallgeli()sino obrado; sea tu vida un vivo retrato de la de

1'1 do, Illla per!ectísima imitación suya, que como este Señor

321

dijo en su Evangelio, no vino a desatar ni a dejar de guardar la

ley, non veni solvere, sed adimplere, sino a cumplirla puntualísi­ma y perfectisimamente, y para esto, natum ex muliere, faetum

sub lege, con ser el Sumo y Supremo Legislador y haber de dar

fin a aquella ley de temor y darle nueva de gracia, con todo eso,

el tiempo que vivió en carne mortal y duró esa ley antigua y de

temor, la guardó sin dejar ni traspasar de ella una jota ni un

ápice. De lo cual se preció tanto este Señor, que dijo a sus dis­

cipulos: donec transeat coelum & lerra, iota unum, aut unus

apex non pfaeteribit a lege, donec omnia flant, como si dijera:no dejaré de cumplir ni una tilde ni un rasgo de lo que está

escrito en la ley, y esto hasta el último punto de mi vida, queentonces será cuando el cielo y la tierra pasarán su modo de

obrar natural y se verán milagros fuera del orden de la natura­leza: en el cielo con el eclipse y tinieblas, y la tierra con los

temblores y las demás cosas que sucedieron cuando CristoNuestro Señor murió. De manera que hasta la muerte fué este

Señor observantísimo de la ley, hasta que quedó toda cumpli­

da y acabada, para damos ejemplo de cómo hemos de guardarla ley de gracia que Su Majestad nos dió, con suma perfección

y puntualidad y con perseverancia hasta la muerte, no sólo enlas cosas esenciales de la perfección evangélica, sino en las

que parece que no son más que un modo de adorno y gracia,como las ceremonias del divino culto y la puntualidad en

que no pase un punto del tiempo en que aquello se debe ejer­dtar, que esto significa el rasgo y tilde que Cristo NuestroScñor expresa en el Evangelio, que no parece de tanta impor­

tancia en la Escritura pe~p es de adorno y gracia en ella y sir­Vl~ para que se pueda leer y entender mejor.

No se contenta San Pablo con que con toda esta puntuali­21

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322

dad se obre el Evangelio y los preceptos y aun los consejos

que Cristo nos dejó en él, sino que añade en lo que enc~rg.aa su discípulo Timoteo: mi misterium (uunz inzple, como SIdI­

jera: no sólo has de obrar conforme a la perfección evangélic.a,que es ley que obliga a todos, sino que te has de adelantar aunmás para llenar tu ministerio, que a ti en particular se te ha

dado y encomendado. Mira lo que pide tu estado y el oficio .enque Dios te ha puesto, y que cuanto es mayor que el que tIe­nen otros es menester más obras y más perfeccíón para llenarle

y que las mismas obras estén llenas de caridad y de gracia·

Porque si son vacías no podrá llenar tan gran capacidad comola de tu estado y ministerio, y podráse decir de ti lo que dijo el

Señor al obispo de Sardis por San Juan en el Apocalipsis: non

eninz invenio opera tua plena eoralll Deo meo. Por esto te ruego

que trabajes para llenar tu ministerio de obras llenas y perfectas·A cada uno de nosotros, dice San Pablo en otra parte, es dada

la gracia según la medida de la donación de Cristo, esto es,.se­gún el estado y oficio que Cristo reparte y da a cada uno, sIen­do como es la cabeza de la Iglesia, y así le toca de derecho el

dar a cada uno el lugar y oficio que conviene y es su voluntad.

A unos escogió para Apóstoles, a otros hizo sus Profetas, aotros dió oficios de Evangelistas, a otros los puso por pastores

y doctor¡es, y a cada uno dió la gracia necesaria para que cum­pliese c6n su oficio y mínísterio, y q~legranj~ai1do con ella fue­

sen tanto mayores las ganancias cuanto era mayor el cauda.!.Esto quiso dar a entender Cristo Nuestro Señor en aquella para­bola de los talentos que graciosamente repartió a sus siervos

aquel hombre que quería ausentarse de ellos y dióles mucho\n;'\sa 1I110S que a otros, pues a uno dió cineo talentos, a otros

<lo:.y " otro uno; pero según lo que cada uno recíbió, quiso que

323

granjease y volviese multiplicado. Y si se contentó con que el

siervo que había recibído dos talentos se los volviese y otrostantos, no se contentara con que el que había recibido cinco se

los volviera con sólo dos de ganancia, sino que había de serigual con lo que habia recibido.

Esta gracia que Cristo Nuestro Señor da, dice San Pablo que

es ad eonsumnzationem sanetorum in opus ministerii in edifi­eationem eorporis Clzristi, como si dijera: para que sean santos

consumados y llenen el ministerio para que Dios los escogióy el lugar en que los puso en la edificación de su cuerpo mís­

tico, que es la Iglesia, de manera que cuando venga a tomarcuenta de la dícha gracia y talentos, le salgan a recibir con me­

dida doblada, no sólo como la recibieron al principio cuandoles fué dada la gracia seeundulll mensuram donationis, síno

inmensuram etatis plenitudinis Clzristi. Que a este propósíto pa­

rece que se pueden declarar y entender estas palabras, y es

como si dijera: fuimos granjeando con la gracia que nos fué

dada, hasta que saliendo a recibir al divino Señor y Juez sea­mos como varones perfectos y consumados, donee oeurramus

in virum perjeetum in mellsuram &, a semejanza de Cristo en

Sil edad perfecta y plenitud, 110 sólo en la estatura y edad cor­poral, sino en la medida y aumento de la gracia, de la cual está

IIl:noaquel divino Señor como dijo San Juan: plenum gratie et

t'1'rifatis.Y nosotros también estaremos llenos de esa gracia,

·.q~ún la capacidad y medida de cada uno, porque llenó cada

11110 esa medida de gracia que le fué dada, con obras perfec­1.\:. que cada día le fueron aumentando, hasta llenar e incluir

"1 Ing;ary }IinisLdo para que estaba predestinadc, no sólo enl., "<lificación de la iglesia militante, sino de la triunfante.

rodas estas COSq$ y cada una de por sí parecia que me de-

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324

cian a mí, dándome a entender la necesidad que tengo de estar

síempre en vela para guardar lo que ha sembrado Dios en mí,

y la obligación que tengo de trabajar procurando que llevefruto copioso de obras, pidiendo a Dios los obreros, que son

los auxilios eficacef', disponiéndome para recibirlos, procuran­

do aprovecharme de los muchos suficientes que he recibido,

pues no se contenta Dios de mi con menos que con las obras

evangélicas y perfectisimas que San Pablo quería de su dis­

cipulo Timoteo. Y que sea puntualísima en la observancia de

sus leyes, no sólo las ordinarias con que obliga Su Majestad

a sus fieles, sino la particulares de mi profesión y estado, no

faltando ni en la másminima ceremonia de él. Y que mire que

es menester mucho y muchas obras para llenar el estado yministerio en que Dios me ha puesto, que es de los más altos

y perfectos de su gloria, y demás de esto el estado y dignidad

de especialísima Esposa suya, y de estar unida por amor tanestrechamente con Su Majestad, que a mí me ha concedido

por su infinita bondad y misericordia, todo lo cual son tantos

talentos y tan preciosos, que me obliga a granjear mucho con

ellos y a no contentarme con cumplir los votos de mi profe­

sión por modo ordinario, sino en grado superlativo y suma­

mente perfecto.

Que por el voto de la obediencia, atienda con particular cui­

dado a dej trme gobernar de Cristo en todas las accionesy pala­

bras, de manera que sea Él quien viva en mí, y sea yo en todo

tan semejante a este Señor que parezca Él y que me he transfor­

mado en su imagen, y estar siempre obedeciendo y guardando

la ley de amor, haciéndose mi alma por Él una cosa con Dios,

por una total entrega y transformación. El voto de la pobreza

sea una rt'nunciaci6n de todo y resignación en la voluntad de

32,5

Dios, sin buscar ni apetecer cosa ninguna corporal ni espm­

tual, ni para esta vida ni para la otra, no cuidando de mi en

cosa ninguna, sino estar totalmente aniquilada, mirando mi

nada, mi pobreza y miseria, y morar en esta profundidad ydesnudez, sin apegarme ni asirme ni aun a los mismos dones

de Dios. El voto de la castidad sea gran pureza de concienciay limpieza de corazón, excusando la más mínima imperfección

y desemejanza de Cristo, no admitiendo imágenes, ni pensa­

mientos de ninguna cosa corpórea y material que no sea forzosa.De esta manera seré sobria, pura y templada, que es lo

quinto que encargó San Pablo a su discipulo Timoteo, cuan­

do dijo: Sobr ius {sto; que ya es tiempo que, como abeja que ha

andado por las flores de los huertos y campos de la Sagrada

Escritura y sacado las dulzuras de las noticias y declaraciones

misticas que quedan dichas, me entre ya en la colmena a

labrar la miel virgen, purisima y blanquisima, digna de ser

puesta en la mesa de Dios. Y pueda decir 10 que en los Can­

tares: Comcdi javum meum cum melle meo; que es de 10que Su

Majestad gusta sumamente, y que en labrar esta miel, ponien­

do por obra las cosas dichas, sea muy' cuidadosa y diligente,

de manera que se pueda decir de mí 10 que canta la Iglesia de

Santa Cecilia en su Oficio: eaecilia jamula tua, Domine, quasi

apis tibi argumentosa deservit. Y luego convida y llama al Se­

ñor que coja su fruto de lo que en ella había sembrado, dicien­

do: Seminator casti consilii, suscipe seminum ¡fuctus, quos inCaeeilia senzinasti. Fruto dulce, fruto de miel, fruto de amor, de

¡~raciay de caridad, de que desea Dios ver llena esta colmena,

pues ha~ido ta'}a la flor que la abeja ha recibido; y habiendodl' ser el fruto y la miel a medida de la flor y del conocimiento

Vluz, como se ha dicho, mucho es menester trabajar y no ser

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3~6

abeja holgazana, sino argumentosa, artificiosa, solícíta y cui­dadosa y díligente en hacer y dar fruto, para que el SeI10r co­

munique muchos úuxilios eficaces, que son los principalesobreros de esta labor y trabajo.

XXXI

Después de escrito esto, pasaron algunos meses, y luego metornaron a elegir por priora, y aunque yo lo renuncié muchas

veces e hice todas las diligencias posibles, para excusarme de

este oficio que tanto aborrezco, no fué posible alcanzarlo, sinoque la obediencia lile obligó a que le hiciese, y en estos tres

aI10s padecí hartos trabajos; asi de poca salud (estando lo más

de este tiempo con calentura continua y suma flaqueza y al­gunas enfermedades muy largas y apretadas), como de gran­

des aflicciones y temores interiores muy continuos, y otros tra­bajos de otras maneras exteriores que Nuestro Señor trazó, de

grandísimo trabajo para mí, que no son para escritos, aunquecreo fueron sin culpa de nadie.

También tuve algunas mortificaciones de los prelados, par­ticularmente unas cartas del que lo era entonces, que fueron

de gran humillación para mí y de muy grandes pesadumbresy reprensiones, por causa harto leve y no culpable. Con estos

y otros trabajos pasé los tres años del oficio de priora, menosdos meses, que con muchos ruegos y díligenciasalcancé de

nuestro Padre general me absolviese de ellos, admitiéndome la

retlluH:ia que hice. Y así, se hizo elección, después de la cual

he tenido mucho alivio en algunas cosas; pero no me han falta­

do Crll:¿y ocaskllcs de harta humillación y pena.Lo que lile la cansa, sobre todo, es el verme con tanta fla-

3Zl

queza e impedimento para cualquier ejercicio, con este zara­tán y calentura continua que tengo; porque me parece que es

muy poco el trabajo que me causa y mucho lo que me impideel hacer algo por Dios y cumplir con mis obligaciones. y alfin traza Nuestro Señor de tal manera esta cruz y los demás

trabajos que me envia, que yo no los juzgo por agradables a

Su Majestad, y por enviados con su infinito amor que nos tie­

ne, sino por castigos merecidos por mis pecados y por 10 mal

que me aprovecho de lo que debo y he recibido de Su Ma­jestat1, y que son efectos del disgusto que tiene conmigo poresto. Tales sentimientos y pensanjentos me afligen y humi­

llan algunas veces notablemente, Yme causan algunos temoresde mi camino, y hacen que las cosas de trabajo y pena que se

ofrecen sean muy más pesadas y penosas, Y que carezca del

gusto y consuelo que tuviera si me pudiera persuadir a quees gusto de Dios lo que en esto padezco. Que con las ansias

que tengo de padecer por Nuestro Seíior, si entendiera que eneste modo de padecer le daba gusto y se agradaba de mí, fue­

ra para mí de tan sumo consuelo, que ninguna cosa me parece

me pudíera ser detrabajo.Pasados algunos meses después de haber dejado el oficio,

entré a hacer los ejercicios con grandísimas ansias de alcanzarde Nuestro Señor perdón de todas mis culpas, y particular­

mente de las que hubiese tenido en el cumplimiento de las

obligaciones del oficio, que temía habrían sido muchas (aun­

que no con voluntad ni advertencia). y así, desde el primerdia empecé a clamar a Nuestro Señor y pedirle muy de loíntimo de mi corazón y con mucha abundancia de lágrimas,

que me las perdonase. )

I)~seaba ~randemente rematar cuentas con Su Majestad de

Ir' .}. I

328

todo y alcanzar tal perdón que quedasen de todo punto bo­rradas, lavadas, abrasadas y aniquiladas con la eficacia de su

preciosa sangre y merecimientos, y con el fuego infinito de su

amor, y quedase mi _,ilnatan pura como el día del bautismo.

Ofrecíale a Nue::~{oSelior mi cuerpo para que tomase en él la

venganza que quisiese y pidiese su divina Justicia, aunque

fuese ponerme como al santo Job, y que no sólo en el cuerpo,sino que cuantas maneras de trabajos y desprecios se pueden

padecer en esta vida, a todos me ofrecía de muy buena gana yme tendría por muy dichosa de padecerlos, a trueco de alcan­zar la gracia que deseaba.

Todo aquel dia gasté en esto con Illucha abundancia de lá­

grimas, gran contrición y sentimiento de lo íntimo de mi cora­

zón, y en esto deseaba yo gastar los demás días. Pero este

primero, ya tarde, me mandó la prelada que no llorase más,que bien podía estar cierta que Su Majestad me había perdo­nado. Yo tomé estas palabras con grande fe, como si me las

dijera el mismo Cristo, e hicieron en mí tal efecto, que desdeaquel punto cesaron mis léígrimas y no sentía las ansias dichas'

y desde entonces me parecía que, como si hubiera rematad;

cuentas con Dios, de la manera que se hace al punto de lamuerte y como si hubiera ya pasado por ella y mi alma hubie­

ra salido del cuerpo, se miraba toda dentro de Dios, sin ser

posible entrar dentro de mí con la consideración, aunque fuese

para mirar a Su Majestad, como hasta entonces lo hacía, sino'que se veía el alma como en otra región que ni es cielo ni tierra.

Allí mira a aquella Divina Majestad en una gran inmensidad,ya aquel divino Ser que no necesita de cielos ni de tierra ni

de otro lugar donde estar (aunque lo llena todo por su infinitagrandeza e inmen~idad), mírale mi alma en sí mismo sin

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atender a otra criatura, y vese anegada en unas tinieblas mís-t' d" nas aniquilándose allí toda para hacerse una cosaIcas, IVl , ,con Dios. Allí está Su Majestad comunicándola una parbcu-

larísima hermosura que es participación de la suya divina, y

al paso que mi alma siente que la está Dios ha~iendo es:amerced está deseando que sea mayor y más y mas cada dla

11 ' . hernlosura no por lo que ella interesa enaque a gracia y ,

ella, sino por el gusto que Dios tiene de verla tan hermosa y

comunicarle esta gracia. , .Ve también allí el Alma santísima de Cristo, que esta Pl­

diendo los aumentos de esta gracia, y que para esto alega los

trabajos con que me la mereció, y veo claramente que solosellos son causa de que la Majestad de Dios me haga esta

merced, que yo jamás he hecho ni una sola obra con que haya

merecido nada. .Viéndose mi alma tan apartada del cuerpo como he dicho, y

como desatada de las cadenas de él para emplearse toda en

las alabanzas divinas, como dijo David: Dirupisti vincula mea,

tibi sacrificaba hastiam laudis, ya que no se le da licencia para

entrar en el cielo, donde se muestra Dios claramente, par~ceque le ha dado Su Majestad tres cielos en que more y se dila­

te y viendo a Dios en fe ilustrada goce de muchas de sus

g;andezas, de las mercedes y favores que de Su ~aiestad herecibido en toda mi vida y están escritas en este hbro.

El primer cielo es (como más superior y levantadO? el de laEsencia divina e inmensidad de Dios, donde goza mi alma de

todos los modos que quedan dichos, en que se comunicaba

Dios según su divinidad, como son: el descansar en Dios co~oen lecho propio; el ser una de aquellas cuatro ruedas que VIÓ

Ezequiel (en el sentido qus queda declarado); el estar cada

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día entrañándose y derritiéndose más en aquel divino fuego y

el ser más penetrada de él; el estar recibiendo la participaciónde sus divino~ atributos y, al fLJ, todo 10 demás de unión con

las divinas Personas y con cada una de ellas en particular.

Aqui parece que está el alma en el tercer cielo, que dijo SanPablo, y goza en particular de siete atributos y perfecciones

divinas, que son: amor, bondad, hermosura, sabiduría, miseri­cordia, justicia y omnipotencia. Con lo cual el alma se admira

más cada día de las grandezas de este Señor y se deshacemás y se abrasa t~namor suyo.

El segundo cielo, inferior a este que ha dado Dios a mi alma,en que more, se dilate y se deleite a su voluntad, es el Almasantisima de Cristo Nuestro Señor, la cual siento unida a mi

cuerpo y que vive en mi por amor (como queda dicho que SuMajestad me prometió de hacerme esta merced hasta el últi­

mo punto de mi vida). En esta santísima Alma se entra mu­

chas veces la mia mirándose unida y hecha una cosa con

ella; allí se goza y se deleita de siete grandezas que en ella ve,que son como siete signos prodigiosos de este cielo. El prime­ro es la unión altísima y milagrosísima de aquella Naturaleza

humana y Alma santísima con la divinidad del Verbo, en unión

de persona. El segundo, la gracia superabundantisima que aesta Alma le fué dada, con la cual está también unida con las

ln~sdivinas Personas por gracia supereminente y sumamenteaventajada y levantada a todos los demás santos. El tercero

es d fe~;orode la gracia que ganó para todos los demás justos

y pred('stinadns con sus obras de ínfinito valor y merecimien­to. U ('llarli), la caridad intensísima con que la voluntad del

Alma santísinla de Cristo ama a Dios y la inmensa fruición de

que goza. El qninto, la visión beatifica que le fué dada desde

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el instante que fué criada con tan inmenso y profundo conoci­miento de la divina Esencia, que, aunque no es infinito, es

sumamente mayor que el que tienen ni pueden tener todaslas demás criaturas juntas. El sexto, la sabiduría inmensa y

como infinita que le fué dada por la unión con el Verbo, quees la divina sabiduría del Padre. El séptimo, la omnipotencia

y potestad que le dió su eterno Padre en el cielo y en la tierra,como el mismo Señor dijo: Data est mihi omnis potestas in

coeIo & in terra. En este segundo cielo goza mi alma, no sólo

de las grandezas dichas de este Señor, sino también de lasmuchas mercedes que en el discurso de la relación quedan di­

chas que he recibido de esta Alma santísima, haciendo con

aquella oficio de madre de tantas maneras Yuniéndola consigocon tan tierno y excesivo amor, Y al fin todo 10demás que fuédicho acerca de esto.

El tercer cielo y algo más inferior a los dos anteriores es el

Cuerpo glorioso de Cristo, en el cual se me da a sentir junto ami con gran gloria y majestad. Pero no veo ninguna figura cor­

poral, que sólo es por presencia intelectual. En este cielo mirami alma las grandezas y gloria de que goza esta sagrada Huma­

nidad y se goza de ellas grandemente. Mira también como en

espejo c1arisimo y cristalino las virtudes que ejercitó el Señorcuando estaba pasible, que son como estrellas refulgentisimas

de este hermoso cielo: la primera, ardentísima (aridad con los

prójimos; la segunda,profundísima humildad;la tercera,heroicamansedumbre; la cuarta, suma modestia; la quinta, excelenti­

sima y prontísima obediencia; la sexta, admirable paciencia; la

séptima, pefectísimo y prudentísimo silencio. Estas siete virtu­des están como estrellas influyendo sus rayos en mi como los

de las estrellas materiales en la tierra, para que fructifiquen

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estas mismas virtudes y sean muy semejantes a las de este

SeJ1or.En este cielo goza mi alma de todas las mercedes que

Su Majestad me ha hecho hasta aqui de su sagrado cuerpo ydivina compañia y están declaradas y escritas en este libro.

Por cada uno de estos cielos se dilata mi alma y se entra en

ellos Con gran facilidad y ligereza, y mirándose unida con el

Alma santísima de Cristo se halla juntamente con ella en todos

tres; porque el cuerpo de Cristo mira su alma también unida

al Verbo divino y la mia no sólo unida al Verbo divino también

sino a esta misma alma y hecho todo un lllismo espiritu y un

mismo amor. En mi cuerpo miro el alma de Cristo, como queda

dicho, y la mia unida a ella y en particular unión al Espiritu

Santo, Como queda declarado, y todo un mismo espiritu y unamor. En la divinidad y majestad inmensa de la persona del

Padre, y co ..ó en su pecho, miro al divino Verbo, y su alma y la

mia, hecho todo un espiritu y un amor que es el Espíritu San­

to. Y de esta m'Uler'.,en cada uno de estos tres cielos y de es­

tas tres uniones desea el alma amar infinitamente y que pu­diera serL-,es veces infinito su amor, hecho una cosa Concada

una de las tres divinas Personas. y mirando a Cristo junto a

mí y su alma dentro de mí y el Espíritu Santo Con mi alma yla de Cristo, como he dicho, atiende muy de ordinario a queestamos haciendo el oficio de aquellos dos serafines que estándelante y junto de la majestad de Días, que dice Isaías cuando

le vió en aquel trono alto y levantado y queda declarado más

l;¡rgamente al príncipio, y por morar en mí el Alma de Cristo

y el Espíritu Santo, puedo de alguna manera hacer compaI1ía a<'sic Sefíor en este ejercicio y ocupación de amor.

I~sbnd() yo deseanC:v declarar más esto y pensando Cómo

111(' podrí;¡ dar ¡nejor a entender, no fué posible hallar modo ni

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. . asar más adelante, y entendí que no

razones para deCido m p t se declarase mas que ya sabíaN t o Señor que es o ,queria ues r . . l d lás que estaba escrito en

bé de escnblr o en .que cuando aca . t d que fuese como la abeja,. dijo Su MaJes aesta relaCión, me . t t flor me entrase en la caI-

que después de haber cogido .anO:10 cuando la abeja la labramena a labrar la miel, y que aSI e . saber ni entender cómo'nguna persona, mno la puede ver m . a lo que en estos tiempos mide la misma manerlo hace, que b n ella no conviene que se en-

'b Su Majestad o ra e ltalma reCl e y .' lma está mucho más ocu o. (aun a mi misma atienda 111 sepa y b tante noticia se podía tenerdes pasadas). Que as .que las merce M' tad ha hecho en mi por lo' de lo que Su ajesde mi camilla y .' escribir ni declarar más.'t y no es necesanoque está escn o . 1 d'chos son también como col-

o ól d' que los tres cle os I .. 1ASI S algo t" i alma como abeJlta a-tinuamente es a m

menas en que con , . d r divino unas veces en. l dulcíSimo e amo ,

brando nnel y pana S MaJ'estad es servido det· tro como uun modo y o rcls en o ,comunicárseme,

Acabóse de escribir estoa 24 de noviem-

br. del año

de /636.