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UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA
UNIDAD ETAPALAPA
LICENCIATURA EN FILOSOFIA.
TESINA
"- EL SER DEL PODER &I MAQUIAVELO
Investigación presentada a esta casa de estudios para obtener el
grado de Licenciado en Filosofía.
J AUTOR: HERNÁNDEZ MORENO SILVESTRE MANUEL.
ASESOR: DR. FRANCISCO PIÑÓN GAYTAN
MARZO DE 1997.
1
"., c
INDICE
Pág.
Introducción.. ................................................................ 3
Capí'tulo I.
EL FENOMENO DEL PODER ............................................ 7
I. La historia como el espejo de los engranajes
del poder ................................................................................. 10
II. La fundamentación de la acción del poder ......................... 18
111. El poder como órgano motor de la continuidad
del Estado ............................................................................... 27
IV. La separación de lo ético y lo político ............................... 38
Capítulo I1
GRAMÁTICA DEL PODER ....................................................... 46
I. El lenguaje como develador de la intencionalidad
del poder .................................................................................
II. La posibilidad de una epistemología del
poder ....................................................................................... 56
49 .
Capítulo I I I
EL LUGAR DEL HOMBRE EN EL SER DEL PODER .............. 64
I. Temporalidad ....................................................................... 67
I I . ¿Es posible encontrar una naturaleza humana? ................. 71
Ill. El enfrentamiento con " el otro " ......................................... 81
Conclusión ... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 88
Bibliografía .............................................................................. 92
2
INTRODUCCION
3
ya no se hace desde u n orden sobrehumano donde el individuo sólo es en ser
degradado, sino que se comienza a buscar en sí mismo la razón innlediata a su
experiencia cotidiana. esto es. se despoja al hombre de cualquier referencia
metafisica o religiosa, y se le presenta en su grandeza y miseria. Y aquí se
desarrolla el individualismo tan característico de la era moderna, al
construirse el ideal del hombre singular; así como la preponderancia del poder
sobre el derecho, del obrar sobre l a teoria, de l a voluntad sobre la razón.
;Tiene sentido hablar del poder? ¿Cuál es el fin u objetivo de estudiar
a 1111 pensador de la política de siglos pasados ? Estas son dos de las muchas
preguntas que se podrían formular en l a investigación que se ofiece, y que
desemboca en una indagación sobre la parte interna del poder, sobre lo que se
podría denominar su ser. Y si hubiera que responder a las intel-rogantes
anteriores, se afirmaría que sí tiene sentido hablar del poder, y más desde la
filosofia. que no se queda con l a simple definición o imaginario colectivo de
los hombres, sino que va hasta los fundamentos mismos de las cosas e ideas y
extrae su valor y su razón de ser; y el sentido más palpable se encuentra en la
esfera de acción de tal término, a saber, todos los espacios donde actúa el
hombre, quien es el que manifiesta el poder. Y el objetivo de releer e
interpretar a un autor clásico en l a filosofia política, es conservar lo
imperecedero de su doctrina, que siempre está ligada a una parte de lo que es
el Hombre, y no sólo a un contexto histórico.
Como en todas las investigaciones realizadas, no sólo a nivel
humanístico, sino también en el ámbito científico, hay una serie de preguntas
que guían el proyecto a desarrollar; en el tema que se trabaja se tuvo en
consideración las siguientes cuestiones:
;Cuál es el ser del poder ? i En qué se sustenta ?
¿Cuál es su origen ? ;Es posible hablar de una
gramática del poder; y más aún,
de una epistemología del poder ?
¿ Se puede hablar de un lugar del
hombre en el ser del poder ?
¿Cuál es la naturaleza del hombre ?
Preguntas que no pueden ser abordadas desde una sola disciplina
filosófica, como lo sería la filosofia política ( al ser ésta una dimanación de l a
filosofia de l a historia y l a filosofia del hombre de Maquiavelo ) , sino que
tienen que enfocarse, además de l a rama ya mencionada, desde los parámetros
de la ética, la filosofia del lenguaje , la antropología filosófica, pero sin ser un
análisis de tal naturaleza, sino sólo una ayuda conceptual para tratar de
especificar mejor los subtemas derivados del problema central : definir el ser
del poder.
La metodología empleada consiste en trabajar con los supuestos
maquiavelianos, como lo son la conservación del Estado, su duración, su
incremento, el equilibrio de las fuerzas de una república, y la técnica de
dominio de si para someter las voluntades particulares a l a decisión de un
poder superior a l de los individuos comunes, que es el del monarca; para de
ahí aprehender lo que es el ser del poder.
6
CAPITULO l .
EL FENóMENO DEL PODER.
Tras la revaloración de la apariencia, en el siglo XVIII, como
manifestación de la realidad a los sentidos y a l entendimiento humano,
fenómeno designa el objeto específico del conocimiento humano, justo en
tanto que aparece bajo particulares condiciones, características de la
estructura cognoscitiva del hombre.
El poder, entendido desde el punto de vista de los social, es decir,
desde la relación de los individuos, es la capacidad del hombre de obrar y
determinar la conducta del hombre: el poder del hombre sobre el hombre.
Estas dos definiciones son las que guían el presente capítulo, y como se
observa, la primera corresponde a la rama de la filosofía conocida como
epistemología: mientras que l a segunda se ubica en la filosofia política. Ahora
bien, el intento de conjuntar estas dos disciplinas responde al marco
conceptual desde donde se analiza el fenómeno del poder, que es la filosofia;
donde al abordar un problema muy concreto, como lo es el poder, y en un
pensador muy particular, como lo es Maquiavelo, se parte de su base
primaria, que para el autor de esta investigación se encuentra en la historia, en
el ámbito de la relación intersubjetiva, pero que no se queda en ese nivel, sino
que trasciende l a mera cotidianidad, y asciende al peldaño más alto de l a vida
pilblica. para desde ahí convertirse en el fundamento de sí mismo. y rector de
la vida del Estado, deshacikndose de todo aquello que pretenda 1imitat.lo.
como podría ser la ética.
I
LA HISTORIA COMO EL ESPEJO DE LOS
ENGRANAJES DEL PODER.
L a reflexión de Maquiavelo sobre el poder inicia con el estudio de la
historia, con la función teórica de ésta (explicar el movimiento anterior de la
sociedad) , y me estoy refiriendo: de manera muy concreta, a la repilblica
romana: contenedora de una historia secular J. gloriosa. y de un desarrollo que
oscila. despuis de los primeros siglos, entre una repilbiica y un principado. 1
Maquiavelo analiza la historia no como una concatenación de
acontecimientos, en que colabora la providencia de Dios, sino como obra
exclusiva de las fuerzas humanas y naturales. En la dedicatoria de El príncipe
a Lorenzo de Medici, Maquiavelo expresa:
"( ...) no he encontrado entre mis
pertenencias cosa alguna que considere
más valiosa o estime tanto como el
conocimiento de las acciones de los gandes
hombres, adquirido por mí mediante una
larga experiencia de las cosas modernas y
una continua lectura de las antiguas.. . .. 2 '
Lo que nos plantea el interés de Maquiavelo por indagar sobre "las
leyes de l a convivencia" con el realisnlo antropológico con el que otro podría
observar y describir los principios que regulan el mundo de l a física ( para
hablar del quehacer naciente de su época). realismo que se identifica con l a
' Estas dos formas de gobit.rno darán sentido a la tesis de l laquiaxlo de que todos los Esrados o son repilblicas o son principados; que se verá en el apart:ldo 111 de este capítulo.
'Maquiavelo. N. : El I'ríncipe . P. 3 1.
1 1
función social de la historia, cuyo fin es organizar el pasado en función de los
requerimientos del presente; donde lo antiguo y lo moderno se complementan.
y generan un nuevo tipo de conocimiento. Nos dice Bobbio:
"La tarea del historiador es recabar del estudio
de la historia las grandes leyes que en ella
regulan los acontecimientos. Sólo quien es capaz de
explicar por qué las cosas suceden,
está en posibilidad de prever cómo acontecerán."
Lo que significa que la historia proporciona una orientación
permanente de las acciones de la especie humana en el mundo. El propio
Maquiavelo advierte:
"El que estudia las cosas de ahora y las antiguas, conoce fácilmente
que en todas las ciudades y en todos los pueblos han existido y existen los
mismos deseos y las mismas pasiones; de suerte que, examinando con
atención los sucesos de la antigüedad, cualquier gobierno republicano prevé
lo que ha de ocurrir, puede aplicar los mismos remedios que usaron los
antiguos, y , de no estar en uso, imaginarlos nuevos, por la semejanza de los
acontecimientos."
Si nos preguntamos por qué hablar de "leyes de la historia" en un
pensador del poder como l o fue Maquiavelo, tendríamos que partir de un
supuesto, y éste sería el reconocimiento de l a constancia de ciertas
9
'Bobbio, N. : "Maq"ia\.elo",...p.7j 'hlaquiavelo, N, : Discursos. I , XXXIX, P. 120. La misma idea está presente en el capítulo XI,III del libro tercero. PP. 294 - 295.
características de la naturaleza hlumana. como lo son los deseos y las pasiones.
Pero no quedarnos nada más con esto. sino aceptar que la propia historia tiene
una escencia ( imposible de ignorar), que es la captación de lo individual
histórico, lo que define la estructura de la vida histórica: la acción del hombre
que puede concebirse como categoría; a la vez que el redescubrimiento de
nuevas dimensiones de la vida, que en Maquiavelo son el soporte del poder.
Por tal motivo, rvlaquiavelo considera valioso todo aquello que aporta datos
para la comprensión de la "cosa pilblica", como lo son los llamados
"tumultos", que no son causa de l a ruina de los Estados, sino l a condición
para que se promulguen buenas leyes en defensa de la libertad. Y esta
concepción implica una reinterpretación de la historia, que a decir de Bobbio:
"( ...) podríamos llamar justamente "moderna", de acuerdo
con la cual el desorden, no el orden, el conflicto entre
las partes contrapuestas, no la paz impuesta desde
arriba, la desarmonía, no la armonía, los " tumultos",
no la tranquilidad derivada de un dominio
irresistible, son el precio que se debe pagar
por el mantenimiento de l a libertad."
El trabajo de Maquiavelo en sus obras más connotadas en el ánlbito de
la política y la historia, muestran una lógica interior en l a observación que L .
realiza de los acontecimientos precedentes, de donde va a sustraer la
trascendencia del hecho político, y ver de qué manera puede reincidir en la
preservación del Estado. Esto es, Maquiavelo no se queda con una idea
superficial o repetitiva de los hechos históricos, sino que toma lo individual
de l a historia para aplicarlo a lo particular de l a acción humana . Y es aquí
-~ -
'Bobbio. op. cit., P.78.
donde podemos ubicar a Maquiavelo como “hombre del renacimiento’.,
donde ideal era el creador activo, el hombre que utiliza SLI razón para darle
sentido a el devenir o a la transformación de la naturaleza; es así que la razón
es acción creadora, póiesis. Pero también hay un uso instrumental de la razón
en Maquiavelo, patente en la búsqueda de la fimcionalidad del poder para
conservar el Estado. Es así que expresa a Clemente Séptimo:
“Al leerlos (los ocho libros de la Historia de Florencia),
podrá Vuestra Santísima Beatitud ver en primer
lugar a costa de cuántas ruinas y cuántos príncipes
ha ido Italia cambiando su configuración política
a lo largo de muchos siglos, desde que el imperio
romano comenzó a perder su filerza en Occidente ... 7) 6
Aquí se puede observar que el decurso histórico tiene sentido, al
reflejar el acto político, portador del poder, con lo que Maquiavelo supera
definitivamente la crónica medieval, y se coloca en la historiografia moderna,
al lado de su contemporáneo Francesco Guicciardini. Con lo que la historia,
en el caso de Maquiavelo y de Florencia, es hndamental para encausar la
lucha por la libertad ’, donde no sólo está involucrado el príncipe, sino el
pueblo en general; y ambos coparticipan y se evidencian en la historia.
Cabe anotar que la filosofía de la historia de Maquiavelo es cíclica
(hasta cierto grado similar a la de Polibio) ‘,donde el poder está inmerso en el
círculo o ciclo alrededor del cual giran eternamente todos los Estados,
6
7 Maquiavelo, N. Historia de Florencia; “Dedicatoria” , p. 1 S. Los paréntesis son míos. Aquí “libertad” tiene el carácter de independencia, pues Maquiavelo está pensando en las posibles disputas
territoriales con otras repúblicas, y no en la libertad de los individuos. . Polibio de Megalópolis : Historia Universal. Durante la república romana, V. I1 , Edit. Iberia, n
Barcelona,l968, Capts. I1 - IV. PP. 103 - 109 14
transitando de l a monarq~~ía a la tiranía olig,irquica, y de ista a l a democracia,
para regresar de aquí a la primera:
"Tal es el círculo en que giran todas las naciones,
ya sean gobernadas , ya se gobiernen por sí;
pero rara vez restablecen la' misma organización
gubernativa, porque casi ningún estado tiene tan
larga vida que sufra muchas de estas mutaciones
sin arruinarse, siendo frecuente que por tantos
trabajos y por la falta de consejo y de filerza
quede sometido a otro estado vecino. cuya
organización sea mejor.**
Pero Maquiavelo no se queda sólo con los sucesos revelados por el
estudio de la república romana, sino que también cuestiona el por qué del
acontecer actual (como lo h e la invasión francesa de 1494 por Luis XII, o el
dominio de Fernando de Aragón sobre Nápoles (1458-1494)), es decir, para éI
la historia es una conjunción de antigiiedad y contemporaneidad, y en estos
dos campos se sumerge Maquiavelo, en el primero a través de la lectura de los
clásicos, en el segundo por su desempeño en l a cancillería florentina (hechos
que propiciaron su impresionante realismo metodológico y expositivo). Con
lo que la vida histórica es vida política, a l a vez que saber vital.
Narración histórica y sistemática política confluyen en h4aquiavel0, y
el objetivo compartido es entender la vida en su acción palpable, sin ningiln
presupuesto determinista o redentor, pues en su espíritu se entretejen los
"Mnquiavelo, N. : Discursos, 1 , I I . PP.65-66.
elementos de la teoría y la práctica, para dar paso, una vez maduradas las
ideas por la reflexión, a la acción pitblica, pues como nos dice Romero:
”( ...) porque nada le apasionaba tanto
como el saber cómo se lucha entre
los hombres por la conquista del poder.” lo
Y dentro del interés de Maquiavelo por la historia, se encuentra la
hsión de los fenómenos sociales y las motivaciones del ser humano en el
plano político, que constituyen una especie de apriori para investigar sobre el
acontecer histórico, y de ahí obtener una estructura que permita demostrar la
subordinación del que-hacer humano al que-hacer político, donde se perciben
las transformaciones de las formas de vida.
La enseñanza de la historia hacia Maquíavelo, con respecto al poder, es
que el hombre se realiza en la tierra, su actuar está en la mundanidad, y sus
tendencias, razones y fines están aquí mismo. Y esto qué significa, que
Maquiavelo no apela a algo extramundano para explicar el por qué de la
historia , sino que en su desarrollo mismo encuentra la grandeza y la miseria
humanas y desde la “fría objetividad”, desde la captación de la lógica de las
cosas extrae el motivo conductor y el valor que refleja la acción del poder
individual o colectivo, y obra en consecuencia para moldear la realidad que se
le presenta, haciendo uso de su razón y de su teleologia política. Forjándosela
en:
“( ...) el registro de la experiencia humana en materia
IO Romero, J.L. : Maquiavelo historiador, P.61
de vida politica o, lo que es lo mismo, de las formas
de comportamiento del hombre como ser animado
por una irreprimible voluntad de dominio."
Y es así que Maquiavelo contempla la utilidad que l a historia tiene
para el hombre, en tanto que es expresión de la vida política y espejo de las
mutaciones humanasI2,pues de ella aprende que la realización de los fines
individuales están sujetos a la "legalidad" que dimana de un poder
establecido.
1 1
12 Romero, op. cit., P.117 En la actualidad, y con nuestro lenguaje, podríamos decir que la historia es conciencia colectiva, y que el
historiador la escribe desde la necesidad que le impone SU tiempo, y desde el conjunto de creencias e ideas ;I
las que se debe. 17
I1
LA FUNDAMENTACIÓN
DE LA ACCIóN DEL PODER
Tant 'grande In sete
di gustnr que1 paese,
Ch 'a tutto il mondo dié In legge p i a .
Che voi non v'accorgete
che le vostre contese
Agl 'inimici vostri apron la via. *
' LLaquiavelo, N. : Canto derli Spiriti beati. citado en Maquiavelo, SLI vida y s u tiempo, Villari, P., Bibliografias Gandesa. MGsico. 1953, P.334.
19
El interés por el pensamiento de Maquiavelo se debe, esencialmente, a
su análisis de los problemas del poder, y porque todo lo que se relaciona con
el poder apasiona no sólo a quienes lo ejercen, sino también a los que sueñan
y hacen todo lo posible por poseerlo y manifestarlo. Lo que nos plantea una
interrogante: i cuál es la fúndamentación de la acción del poder ? Una vez
que ya se tiene el antecedente de la historia, y se han vislumbrado los
engranes del poder: pasiones, deseos e instintos de dominio en el hombre. Y
se ha entrevisto la autonomía del quehacer político, que al no ceñirse a más
finalidad que la de su propio desarrollo, es un fin en sí mismo. Y este que
hacer político subordina todas las actividades públicas (religión, economía,
etc., que adquieren significado en cuanto que son medios para una tarea
especifica ) a una función determinada del Estado, que es la expresión
suprema de la voluntad de dominio, y como se observa, el Estado se vuelve
onmipotente, y portador del destino de la nación.
Con lo anterior se puede decir que la fundamentación de al acción del
poder está en el uso que se le de a la política para conservar l a unidad de la
repilblica. Y esto da la pauta para hacer una distinción entre la "buena
política " y la " mala política", siendo el éxito de una o el fracaso de la otra, lo
que puede establecer el objetivo a utilizar. En el pensamiento de Maquiavelo,
el éxito del príncipe nuevo13 se mide por su capacidad para resguardar el
Estado ; aquí es muy importante el valor de la estabilidad.
L a fundamentación de l a acción del poder, para el príncipe ( cuya
voluntad de poderío no respeta mis que la audacia y l a astucia, y cuyo fin es
la construcción de la monarquía italiana ), es mantener el poder y velar por l a
unidad de la república; y el juicio de bondad o maldad sobre éI depende del
resultado que obtenga :
"Trate , pues, un príncipe de vencer y conservar su estado, y los medios
siempre serán juzgados honrosos y ensalzados por todos, pues el vulgo se deja
seducir por las apariencias y por el resultado final de las cosas, y en el mundo
no hay más que vulgo. "14
La cita anterior ya insinúa la separación de l a ética y la política, así
como una característica de la naturaleza humana". Y estos conceptos no son
sino parte de las normas de gobierno que expone Maquiavelo, donde el
hombre se ve sometido a la autoridad del príncipe y no hay cabida para refutar
el acto de violencia que sobre é1 se ejerza, pues Maquiavelo subsume esto a la
"razón del Estado", y aunque el estadista florentino no lo haya dicho
literalmente, es por ésta que se pueden exculpar los excesos del gobernante.
Pero el príncipe no se queda sólo con el actuar inmediato, sino que
debe prepararse para el ejercicio del poder, y el medio más idóneo para ello es
la revalorización de la historia, pues ésta penetra en l a vida pública :
.. (...) y si alguna lección resulta btil a los ciudadanos que gobiernan los
estados es la que expone los motivos de los odios y de las rencillas de una
ciudad, a fin de que, escarmentadas en el mal ajeno, puedan dichos
ciudadanos mantenerse unidos.""
Y la revaloración se hace principalmente en su aspecto negativo, para
no cometer los mismos errores de antaño, causa de las rebeliones e incluso de
la pérdida del reino ; pero también debe preservar lo vigente para el Estado, y
lo que ayuda a conservarlo, y ésto lo aprende de l a enseñanza anecdótica. Y
en este tenor es que Maquiavelo advierte:
" Quien desee reformar la constitución de un Estado de suerte que la
reforma sea aceptada y subsista con beneplácito de todos, necesita conservar
la sombra al menos de las antiguas instituciones ... , 3 1 7
Aquí es claro el giro estratégicco de Maquiavelo ( que siempre tiene
una postura intelectual anterior a todo discernimiento), que después de
realizar un frío y razonado balance de lo ganado y lo perdido, pasa a postular
enseguida las consignas para l a conducta italiana de los tiempos por venir ; 18
I h
17 Maquiavelo, N. : IHistoria de Florench, *. Prohemio" , P.22
Maquiavelo , N. : Discursos , 1, XXV, P.101. I S Seria intelminable enumerarlas, pues sus obras están llenas de ellas.
transitando, históricamente, de la república romana al Estado florentino de
principios del XVI, y tomando al príncipe como el encargado de dirigir los
objetivos del Estado.
Dentro de la fundamentación del poder, que es la conservación del
Estado, el ámbito militarI9 es de gran relevancia, y es por ello que
Maquiavelo" expresa:
"Un príncipe, pues, no debe tener otro objeto, ni otra preocupación,
ni considerar competencia suya cosa alguna, excepto la guerra y
su organización y dirección, porque éste es un arte que
corresponde exclusivamente a quien
Con lo que Maquiavelo desecha cualquier viso de delegar el mando de
las fuerzas armadas a los militares o civiles, o continuar con las prácticas en
tiempos de paz; y la razón de ello es que éstos se harían de estrategias e
instrumentos de guerra y lucharían no sólo contra el agresor extranjero, sino
contra el propio gobierno de la repitblica, para hacerse del poder supremo. Y
la guerra es un arte, porque además de cumplir un deber para con el Estado y
ayudar a su gloria, ejemplifica las cualidades del príncipe en el dominio de la
situación adversa, amén de l a virtud que le aportará. Pero esta observancia del
príncipe no debe quedar en manos mercenarias, sino en las tropas del propio
19 Recordemos que la guerra fue asunto primordial en la administración de los príncipes y de Ius repúblicas
Como secretario de los Nueve de la Milicia, Maquiavelo tuvo a su cargo la "ordenanza", CUL-O f in era el
Maquiavelo, N. : El Príncipe, C:XIV . P.80.
en el Renacimiento.
reclutamiento en aldeas de infantes y jinetes y armrlos para l a defensa del Estado.
20
23
Ahora bien, por qué hablar del príncipe >’ no de un cuerpo legislativo
o asociación política que dirija el rumbo del estado ? Skinner nos responde:
“ cuando ílegamos a los humanistas de finales del Renacimiento,
casi siempre los vemos presuponer un nlarco de gobierno
principesco, aun cuando sea evidente (...) que su preferencia
personal habría sido una República. Por consiguiente, vemos
que tienden a pasar por alto la figura del ciudadano individual
y a concentrar toda su atención en la figura mucho más
impresionante y poderosa del príncipe.””
Esto amerita las sisuientes consideraciones. En primer lugar, la
predilección por el príncipe se debió al momento histórico en que se vivía, es
decir, é1 era la cabeza del reino , y por tal motivo es que los tratados sobre
política eran dedicados a estos personajes.23En segundo lugar, la figura del
ciudadano es “relegada” por el cambio experimentado en el pensamiento
político de aquel entonces, donde se genera una disminución de la empatía de
valores que habían ayudado a fijar el tradicional concepto de ciudadanía
(acuñado en l a Grecia clásica. y reinterpretado en la Edad Media), donde cada
ser humano era visto como “parte del todo” , >’ había una identificación entre
individuo y Estado. Para el siglo XV y principios del XVI , Maquiavelo se da
cuenta de la pérdida de sentido de esta concepción ; y es por ello que se
” Skinner, Q. : ’‘ La edad de los príncipes” ,... P.140. No sólo Maquiavelo dedicó El Príncipe a una figura pilblica. conlo lo file Lorenzo de Medici. Francesco
Patrizi dedicó su discusión de El reino y la educación del rev al Papa Sisto IV, durante el decenio de 1.170. de hecho, era muy común en esa época escribir sobre la *. cosa pilblica” pensando en w l dignatario.
>,
24
muestra tan "crudo" en sus definiciones sobre el ser humano y la forma de
someterlo.
Regresemos al príncipe. Dentro de las estrategias a seguir para
conservar el Estado,'está la estimación de "alguna figura histórica que sea
elogiada y honrada" , manteniendo en todo n~on~ento "sus hazafias y acciones
ante ellos". Y el ejemplo que da Maquiavelo es el de Fernando de Aragón,
soberano digno de ser imitado.'4 Mas el príncipe no debe caer en l a
magnificencia extrema, y sí apegarse a la moderación de sus actos, pues como
dice Maquiavelo :
" Respecto a la prudencia y a la constancia afirmo que un pueblo es
más prudente y más constante que un príncipe. No sin razón se compara la
voz del pueblo con la voz de Dios, porque los pronósticos de la opinión
pública son a veces tan maravillosos, que parece dotada de oculta virtud para
prever sus males y sus bienes.''25
Aquí nos encontramos con un término central en Ia filosofia política de
Maquiavelo : virtud 26. Quien la concibe en dos esferas de acción: la militar y
la política; veámoslo separadamente.
a) La virtud en lo militar.
Para Maquiavelo, el mantenimiento de un buen gobierno depende de
una inquebrantable voluntad de suplementar las artes de persuación con el
empleo de una eficaz fuerza militar, y en estas hay una necesidad de construir
el concepto de virtud como parte de las cualidades militares (para luchar en
nombre de la patria misma ). y es por ello que Maquiavelo rechaza las tropas
mercenarias, y está consciente de que si un principado depende de ellas, se
'.I Cfr. Maquiavelo, N. : El Príncipe, XXI, "Qué debe hacer un príncipe para distinguirse" . PP. 108-1 1 1 25
26 Maquiavelo. N. : Discursos . 1, LVIII , P. 146. En el capítulo 111, I1 de este trabajo, se retoma el concepto.
dejará todo a la fortuna- . y no habrá virtud que lo deiieuda en caso de
adversidad.
77
b) La virtud en lo político.
Maquiavelo la refleja en una especie de ironía, al dar cabida a que el
príncipe actue tan virtuosamente como le sea posible. pero no haciéndolo todo
el tiempo; en otros términos, lo que importa es conservar las apariencias, ser
lo bastante inteligente como para imitar l a virtud (cuando se carece de ella),
pues lo que importa es alejarse de la mala reputación que pueda poner en
peligro la conservación del Estado. Y esto lo “jjustifica” Maquiavelo con l a
razón de que habida cuenta de todo, el príncipe “encontrará alguna cosa que
parecerá virtud. pero si se la sigue traería consigo su propia ruina, y alguna
otra parecerá vicio y si se la sigue garantiza l a seguridad y el bienestar
SLIYO”~~.Y de aquí se sigue que un príncipe que desee conservar su gobierno y
alcanzar las mayores alabanzas de honor, gloria y fama, habrá de aprender
cómo ser virtuoso y a valerse de esto, o no, según l a necesidad. L a virtud no
es sino la capacidad razonada del ser humano dirigida hacia fines muy
concretos.
III
"^. , 'd
EL PODER COMO ÓRGANO MOTOR DE LA :.
CONTINUIDAD DEL ESTADO.
"( ...) toda su vida ha buscado la proximidcrd
del poderoso. Maquiavelo es siempre un
amante pzidico del Poder,
pero tiene que sentirle con sus
manos, obrar con él en la oscuridad,
si no es posible de otra forma.
El ocuparse y pensar en el
Poder llena todo su ser. " *
Marcu, Valeriu: Maquiavelo. La escuela del Dodel-, Escasa-Calpe, Madrid, 1967, P.52.
Como hijo de su tiempo , Maquiavelo es ajeno a los idealismos que
pudieran surgir en un Estado donde el poder se convertía en el fin Único y
último de la acción humana. Se sostiene que no es idealista porque sus
concepciones y juicios están basados en el conocimiento de los hechos
pasados que motivaron el desarrollo público, donde el transcurrir del ejercicio
político se ha identificado con las conjuras y asesinatos de príncipes,
magistrados y papas, es decir, de hombres que representaron la conducción
del Estado (realidad efectiva) y la encarnación del poder en su grado más alto.
Y tal hecho no podía dar cabida sino a una indagación de las partes internas
del poder, esto es, había que llegar a la estructura misma, y de ahí proyectar
su esencia hacia el objetivo primordial de todo Estado : su continuidad. Y
esto no es idealismo, sino realismo puro. Veámos io en una de las
instituciones del Estado:
“Mas, si nos pusiéramos a considerar las antiguas
instituciones no encontraríamos cosas más unidas,
mis conformes y que tanto se estimasen mutuamente
como estas dos (la vida civil y la militar) , porque
29
todo cuanto se establece en una sociedad para el
bien común de los hombres, todas las instituciones
que regulan la vida en el temor de Dios y de la ley
resultarían vanas si no se dispusieran mecanismos que
las defendiesen." 29
Las anteriores palabras que expresa Maquiavelo a Lorenzo de Filippo
Strozzi, Patricio Florentino, evidencian el empeño de Maquiavelo por orientar
el poder, en este caso el militar, hacia la conservación del Estado. Y lo hace
desde su condición de civil, donde puede influir, aunque no con gran peso en
las decisiones del príncipe, pues lo hace desde su puesto de secretario en la
cancillería.
El otro sector lo representa el Papa, y en la continuidad del poder que
inquieta a Maquiavelo, el poder que aquél ejerce es un obstáculo; pues el
pontificado romano, al haberse propasado indevidamente en sus hnciones, al
rebasar lo espiritual, y colocarse en lo temporal y terrenal, ha usurpado un
ámbito de la vida pública que no le competía. Y es así que Maquiavelo
expresa:
"De modo que, a partir de entonces, los pontífices heron
la causa principal de todas las guerras que se dieron
.......................
29. ) M aquiavelo, N. : Dei arte de l a guerra,. . .P. 10. Los paréntesis son
míos.
30
en Italia, y ellos fueron tambih quienes la mayor parte de las veces
llamaron a los bárbaros que las invadieron." 30
Con Io que nuevamente encontramos que la preocupacion de
Maquiavelo es la unión de su patria, donde el poder de la iglesia no ha
consumado la unidad. Ejemplo de ello es el capítulo XI de El Príncipe, "De
los principados eclesiásticos" "; donde Maquiavelo expone la debilidad de
los Papas (como lo fue el de Sixto IV ) en el cuatrocientos para contener las
facciones rivales de los "barones romanos" encabezados por los Orsini y los
Colonna, quienes se habían dedicado a fomentar disturbios populares para que
los Papas no se adueñaran del gobierno de la ciudad. Y aquello que divida o
perjudique al "bien c ~ r n ú n " ~ ~ debe ser señalado , y en el último de los casos
neutralizado; pues de no ser así se estaría presenciando la inminente caída de
la república, propiciada por las disputas para hacerse del poder (transferencia
del interés público al interés privado). Pero hay que precisar que el ataque a
los Papas se debe a su intromisión en lo político, que corresponde a la acción
mundana; y no se ocupa del dogma cristiano, privativo de la teología. Lo que
intenta Maquiavelo es terminar con cualquier resquicio que subordine el
poder terrenal hacia el poder divino.
30.) Maqiavelo, N. : Historia de Florencia, I, IX, P. 41.
3 1 .) Maquiavelo, N. : El Príncipe, XI, P. 68 - 71.
32.) En nuestros días esta expresión denotaría cierto grado de
patriotismo. Burckhard, el siglo pasado, expresó de Maquiavelo lo
siguiente: " Es, ante todo, un patriota en el más estricto sentido de la
palabra ..." Burckhard, J. : La cultura de Renacimiento en Italia, . . ,P.
71.
Esta crítica parecería contraria con las observaciones que hace
Maquiavelo al Papa León X, después de analizar las constituciones de
Florencia a partir de 1393 hasta su época, que se suceden de una repilblica a
una monarquía, y donde no hay lugar para alguna forma intermedia; pero no
lo es, pues el razonamiento de Maquiavelo es que aquella persona que ocupe
el más alto cargo de la república, debe tener la mejor organización posible ,
pues:
"( ...) los mayores honores que pueden tener los hombres son los
que voluntariamente les concede su patria, como el mayor bien que
puede hacerse y el más grato a Dios es el que se hace a la patria."33
Y esto se refleja en un gobierno sólido; el cual lo será cuando todos
intervengan en él, sabiendo cada quien su deber y lo que espera de la
institución; eliminando con esto las innovaciones en el gobierno, y dando
paso a la continuidad del poder y del Estado. Pues la propuesta de
Maquiavelo hacia el Papa, en el sentido de reformar todas las actividades del
ejercicio público, €undamentan la continuidad del Estado, al justificar y
delimitar cada cargo de los participantes, y facultando la dirección a Vuestra
Santidad, quien tendrá al mando las fuerzas armadas y el control de los
tribunales, así como la promulgación de leyes.
"_"""""""""""""""""""""""" 33 . Maquiavelo, N. : Dictamen sobre la reforma de la Constitución de Florencia hecho a instancia del Papa
León X, en " Obras Políticas" , P. 372. Esta misma idea está presente en el capítulo final de El Príncipe, donde
Maquiavelo, al dirigirse a los Medici, se preocupa por ofrecerles la garantía de que "nada da mayor honor a tin
hombre" que fimdar un nuevo principado. recordándoles asi q w SI lograban dar " nuevas leyes y nuevas
instituciones '' a Italia, también obtendrían para si mismos la recompensa más preciada de la vida política. Cfr.
C. XXVI, PP. 120 - 124.
En este apartado de la investigación nos encontramos con un nuevo
concepto de análisis: Estado , debido a la terminología propia de Maquiavelo.
Y lo es porque la filosofía política posterior al siglo XVI tendrá uno de
los sustentos de su quehacer en este término. Pero para el trabajo que se
presenta es hndamental, porque es aquí donde confluyen las instituciones de
gobierno, y por lo tanto el poder. Estado, en el lenguaje de Maquiavelo, es
similar a lo que los griegos llamaron POLIS , o los romanos RES PUBLICA;
y este concepto lo encontramos al inicio de El Príncipe:
"Todos los Estados, todos los dominios que han tenido
y tienen soberanía sobre los hombres, han sido y son
repúblicas o principados.'' 34
Es obvia la bipartición que realiza Maquiavelo del poder, y que
corresponde a la realidad de su tiempo, donde tras la caída del imperio
romano se transforman los Estados territoriales y el dominio de las
CIVITATES se extiende, hasta llegar a lo que en la actualidad denominamos
"Estado moderno'?. La bipartición de Maquiavelo es opuesta a la tradición
aristotélica (monarquía, aristocracia, politia-gobierno de muchos y cuyo fin es
el bien común)35; y lo es porque para Maquiavelo el poder se fundamenta en
la voluntad, siendo un principado cuando sólo radica en un individuo, y una
república cuando la voluntad es colectiva, y se expresa en una asamblea o
"~"""""""""""""""~""""- 34. ) Maquiavelo, N. : El Príncipe, I, P. 33.
35. ) Cfr. Aristóteles: La política, Libro 111, 1279 a - b. Credos, Madrid, 1958. PP. 169 - 176.
colegio. Y de esta nueva realidad, Mayuiavelo no hace sino ir a la “verdad
efectiva” de las cosas, y recelar de aquella forma de gobierno que se da “por
hecha” , y que en el fondo sólo es apariencia.
La distinción de las formas de gobierno que hace Mayuiavelo es
esencial, pues el buen ordenamiento del Estado, y por consiguiente su
continuidad, se deriva de una sola constitución; esto es, de la opción que se
adopte para dirigir las acciones públicas, y no de las constantes mutaciones.
Ejemplo de esto lo tenemos en la premisa de que parte Maquiavelo para
recomendar al Papa León X un cambio substancioso de la constitución de
Florencia:
“La causa de los frecuentes cambios de instituciones
en Florecia, consisten en no haber sido nunca ni
republicanas ni monárquicas con las cualidades genuinas de
cada una de estas formas de gobierno; porque se llama
monarquía sólida aquella en que la deliberación es de
muchos y la ejecución de uno, y no puede ser república
duradera aquella en que no se satisface la opinión de la
mayoría, pues al desatenderla, se arruina el régimen
republicano.”36
”
Cabe anotar que en otro párrafo del Dictamen , al referirse 3 1
Maquiavelo a Cosme de Medici, rechazará la idea de un Estado intermedio
36.) Maquiavelo, N,: Dictamen sobre la reforma ..., P. 363
37.) Op. Cit., P. 366.
entre república y principado, pues esto traería como consecuencia la
inestabilidad, mal propio de los malos Estados. Y lo hace porque esto
supondría:
"( ...) un acuerdo provisional entre dos partes en
conflicto que no lograron encontrar una constitución
unitaria que las abarque y supere.""
Y en El Príncipe, Maquiavelo se dedica al estudio de los principados,
en los cuales encuentra una distinción fundamental, la cual atañe a la manera
en que se adquieren; siendo hereditarios aquellos donde el poder se transmite
con base en una ley de sucesión, constitucionalmente establecida; y nuevos
cuando el poder es conquistado por un señor que antes de hacerse del poder
no era príncipe. Y estos muestran la siguiente característica: virtud, fortuna,
maldad, consenso de los ciudadanos, como medio para arribar al poder. De
entre los cuales Maquiavelo se inclina por los principados nuevos, al hacer la
exhortación al "príncipe nuevo" para que libere a Italia.
Pero hasta aquí no se a precisado lo que hay que entender por Estado, y
menos aun por "razón de Estado", para tal hecho es ilustrativa la siguiente
cita:
.....................
38.) Bobbio, N. : " Maquiavelo " , , . .P. 68.
35
“La edad moderna es el triunfo del Estado, apoyado por
la monarquía, sobre los demás poderes y jerarquías socia-
les. Este Estado moderno pone su justificación en su pro-
pio ser. Eso es la razón de Estado: no una norma concre-
ta, ni un conjunto de ellas, sino el mismo ser del Estado,
que al constituirse en suprema autoridad sobre todas las
jerarquías sociales, determinaba su igualdad ante las
normas jurídicas y la sumisión de toda interna discordia
a su poder ina~e lab le . ”~~
Con respecto a la “ razón de Estado”, y sin olvidar que el objetivo de
Maquiavelo es la continuidad y salvación del Estado ; hay que recordar que se
encuentra presente, con los matices pertinentes de cada caso, en la “mentira
soberana” de Platón, o en la justificación de la esclavitud por parte de
Aristóteles. Como lo enseña la historia, esta consigna se ha autorizado antes y
después de Maquiavelo; siendo el diplomático florentino tan sólo el
enunciador de la época moderna.
La “razón del Estado” es atacada por la falta de moral en su actuar,
esto es, por su fimdamentación en la estrategia y su olvido del componente
moral. Pero de qué tipo de moral se habla . y qué facultad se adjudican sus
detractores, cuando la iglesia y los hncionarios del Estado se disputaban los
......................
39.) Expresión de A. Garcia Valdecasas, citado en Maouiavelo Prensa Española,.. . P. 125
36
cargos públicos o religiosos sin ningún miramiento de respeto a la dignidad
humana. Y es así que Maquiavelo puede hacer la siguiente observación:
"( ...) que ningún príncipe vivirá seguro en su
reino mientras vivan en é1 los despojados de
la corona. .. ,740
Y la hace porque sabe muy bien cuál es el impulso que mueve a los
hombres y los fines que persiguen; y esto, para Maquiavelo, es una traba para
la continuidad del Estado, y por lo tanto , debe ser eliminada por el poder del
príncipe.
.....................
40.) Maquiavelo, N. : Discursos, 111, IV, P. 226
37
IV '. , I '
l j <
LA SEPARACI~N DE LO ÉTICO Y LO POL~TICO.
38
“Cognoscer chiaramente
che quanto piace al mondo 2 breve sogno. >,*
“La moral es una convencih privada;
la decencia, una cuestión pública; toda
licencia demasiado visible me ha hecho
siempre el efecto de una ostentación
de mala ley.” *
* Maquiavelo, N.: Esortazione alla penitenza, citado en Gómez Robledo, XXVI.
Yourcenar, M. :Memorias de Andriano, Edit. Sudamericana, Buenos Aires, 1955, PP. 12 1 - 122. 39
La naturaleza de los medios que considera Maquiavelo para que el
príncipe conserve el Estado. como lo es la apariencia de la virtud y el
sometimiento de los súbditos por medios violentos (si fuera necesario),
marcan la separación de la ética y la política, a la vez que constituyen el
sorprendente rompimiento con el pensamiento político clásico; y en cierto
sentido también corroboran la tendencia a la autonomía de la segunda, al no
estar subordinada a la primera (como en el caso de Platón, cuya finalidad era
alcanzar la justicia), y al considerar como irrelevantes los juicios éticos para
el abordamiento de los problemas políticos; la política debe inquirir cómo de
las cosas en su realidad propia.
Para los teóricos contemporáneos, esto no es sino el inicio de la ciencia
política moderna; que desde la perspectiva de Benedetto Croce:
"( ...) está más allá, o mejor dicho más acá, del
bien y del mal moral, en cuanto que tiene sus
leyes a las que es en vano rebelarse, y que no
se puede exorcizar y arrojar del mundo con
agua bendita."41
Pero qué estamos entendiendo por moral en el discurso de Maquiavelo,
donde su objetividad expositiva es extremadamente sincera y refleja el
ambiente de la época impregnando por cierto desencanto hacia la justicia y l a
"~"""""~"""""""""""""""- 41.) Cr0ce.B. : Etica e politica, Bari, 1956, citado en Gomez Robledo, XLI
40
equidad, no otra cosa que la acción que le dictan las circunstancias al
príncipe, esto es, Maquiavelo deja al soberano en libertad para discernir qué
es lo que debe hacer, qué camino tomar para llegar al kxito de su empresa. Y
así . la cocepción política de Maquiavelo excluye a la ética, o cualquier
finalidad de orden moral; no hay una normatividad, porque el campo de
acción se expresa en la coyuntura del devenir social del hombre, cuya
eIecci6n oscila entre una situaci6n y otra, donde éste puede instmmentar
acciones de acuerdo al problema que se le presenta , y no asirse a un código
establecido para normativizar su comportamiento, con lo que:
"Maquiavelo no teoriza (...) Indica los más
eficaceces medios de gobernar sin tener en
cuenta el derecho ni la
Maquiavelo coloca la moral exclusivamente en los fines y califica
como acción moral todo aquello que, de un modo u otro, conduzca hacia
ellos, aunque contravenga la juridicidad o moralidad convencionales. Y en
este sentido , la orientación moral adquiere un "fundamento práctico "en tanto
que sirve a algo muy preciso, como puede ser la pervivencia del Estado. Sirva
de apoyo a esta afirmación la siguiente cita:
"Hay que aconsejarse con muchos sobre lo que
se debe hacer, y con pocos sobre lo que se
quiere realmente
...........................
12.) Gautier - Vignal, L. : klaquiavelo ,... PP. 7 - S,
43.) Maquiavelo, N. : Del arte de l a guerra ,... P. 231.
Lo anterior es ilustrativo por la relativización de los términos “deber” y
“hacer” , amén de la patente instrumentalidad de la razón, enfocada hacia dos
paradigmas: uno con el deber, otro con el querer. El primero atañe al orden
público, es decir, al poder del Estado; el segundo a la individualidad del
sujeto, a su poder de acción, el cual puede estar limitado por las funciones del
Estado. Y es obvio que Maquiavelo preferencia el del ámbito público, por la
consecuente implicación en el Estado.
La secularización de la moral y la política se puede rastrear en el
pensamiento de Maquiavelo a través de su desempeño en el servicio público
de Florencia, donde convive de forma muy directa con el poder y con las
decisiones de los ministros y mandatarios; lo que lo hace ver la gran
diferencia entre lo político y lo ético. Y es por ello que Maquiavelo trata de
explicar lo que es , “sin tomar como modelo un reino perfecto, sino uno como
los que hoy existen” 44, y lo que no debe ser:
“( ...) porque hay tanta distancia de cómo se
vive a cómo se debería vivir, que quien deja
a un lado lo que se hace por lo que se
debería hacer, aprender antes su ruina
que su preservación ...9745
Y expone esta tesis porque de cierta manera “su idea fundamental es la
uniformidad de la naturaleza humana” 46 . Pero esto encierra un matiz
14 ) op Cl l . P 25.
45.) Maquiavelo, N. : El Príncipe, XV, P. 83 . 46 .) Dilthey, G.: ”Concepto y análisis del hombre en los siglos XV y XVI ’*, en Hombre Y mundo en
los siglos XVI y XVII, ... P.39.
42
negativo, ser dirá, a saber, la falta de reconocimiento de la autonomía
mora1,que Maquiavelo delega al Estado, pues este es el órgano de confluencia
de la fortaleza, el entendimiento y la “justicia”.
Recordemos que en los años de vida de Maquiavelo prevalecían dos
concepciones sobre la moral; una correspondía a la visión cristiana del
comportamiento humano, y otra a la interpretación dsl actor político, propia
del estratega florentino. La primera es demolida por Maquiavelo, y la
segunda debe ver observada desde nuevas reglas para el ejercicio del poder
del príncipe, pues:
”( ...) es necesario a un príncipe, si se quiere man-
tener, que aprenda a poder ser no bueno y a usar o
no de esta capacidad en función de la necesidad. “”
Y al final del capítulo XVIII Maquiavelo aconseja :
“El príncipe debe aprender a no alejarse del bien,
si puede, pero a saber entrar en el mal si se ve
obligado.”48
Lo que a Maquiavelo le importa, sobre todo, no es la felicidad y el
bienestar personal de los gobernantes o gobernados, sino la grandeza, unidad
y prosperidad del Estado. Y esto se logra en el actuar inmediato del hombre,
donde no hay una definición previa de cómo deben guiarse moralmente los
47 ) Maqulabelo, N El I ’ I I I I C I P U . XV. P. 8%
48.) Op. Cit., Cap. XVIII, P. 92.
dirigentes y los súbditos , no hay una ética de la cual se derive la
política. Al servicio del pueblo o al servicio del tirano la “moral política” es
una y la misma. Baste con mencionar el capítulo XVIII de El Príncipe: ”De
qué modo han de guardar los príncipes la palabra dada” 49 , para presenciar el
desmoronamiento de todos los valores éticos en aras de la conservación del
poder en manos del príncipe. Pero también por la falta de una verdadera
fimdamentación de la ética en el imaginario colectivo, porque:
“( ...) a casi todos los hombres satisfacen lo
mismo las apariencias que la realidad, y muchas veces
les agitan más las primeras que las segundas.”50
Por todo lo anterior , se puede decir que la patria es la verdadera
“realidad ética” para Maquiavelo, pues al estar esta por encima de cualquier
orden jurídico u organización estatal, es antes que nada una “realidad
espiritual”, una comunidad indestructible. Es ella la que merece todo
sacrificio individual, y a su servicio debe estar la existencia y orientación del
Estado; entendiendo aquí Estado como sinónimo de poder , “totalidad de los
órganos que detentan el poder público.” 51
Ahora bien, parece ser un lugar común calificar a Maquiavelo de
“amoral”, y hasta de “predicador del mal”, pero esta sentencia no es sino:
49 Maquiavelo, N.: El Príncipe, XVIII, PP.90-93.
’ O Maquiavelo, N,: Discursos, I , XXV, PlOl. 51 Uscatescu, G.: Maquiavelo y la pasión del poder ,... P.97.
”( ...) un reflejo de su propia opinión de sí mis-
mo como experto en política, capaz de ofrecer máxi-
mas y reflexiones apropiadas para cada ocasión. Y
esto a su vez significa que a veces habla de manera
puramente técnica de cuestiones de obvio significa-
do moral.” 52
Y si esta imprecisión es objetable desde la ética misma, no lo es desde
el proyecto político de Maquiavelo, donde la ética, como ciencia del fin al que
deben dirigirse los hombres, es transcendida por la idea de la unidad , por el
quehacer político que toma a la realidad tal cual, y conduce los motivos que
determinan al individuo hasta la consumación del Estado, cuya finalidad es
superior a cualquiera crítica que anteponga al valor de la patria la observancia
de ciertos “valores morales”. Y Maquiavelo no tiene ningún rasgo de
hipocresía o encubrimiento, en su.pensamiento vertido, al llamar a las cosas
“por su nombre” , o “justificar” toda acción de príncipe que tiene como fin la
estabilidad del Estado, pues como é1 mismo lo dijo: “( ...) amo a la patria mía
más que a mi alma ... ,753
45
CAPITULO I1
GRAMATICA DEL PODER
46
En filosofía, las cuestiones gramaticales se hallan ligadas a problemas
relativos de la naturaleza y forma del lenguaje, y a problemas concernientes a la
lógica; donde difícilmente se puede ver la línea divisoria entre lo “gramatical” y
lo “lógico”; cuanto más entre estas dos y lo “ontológico”. Pero olvidémonos de
esta última expresión, pues corno se presentó al poder en el capítulo anterior,
no se puede hablar de una “ontología del poder” en Maquiavelo, y sí de la
acción de un individuo sobre otro, donde se manifiesta el poder , el cual no
escapa al análisis lingüístico.
Nuestros conceptos, que nacen de las palabras, nos crean (y en muchas
ocasiones nos imponen) cierta visión del mundo, de la “realidad”, que reduce
todo lo diverso a lo “idéntico”, lo nuevo a “lo ya visto”.
Ahora bien, con estos antecedentes se tiene ante sí la reflexión del poder
desde el ámbito del lenguaje, desde la aproximación significativa y develadora
de la utilización de la gramática; es decir, de qué manera se debe entender
este gran tema “maquiaveliano”, desde la “pura comprensión de las palabras”.
I
En este sentido, el presente capítulo tiene como fin reflexionar sobre el
poder desde la intención de las palabras. Y como se verá, el análisis es más
exploratorio que bibliográfico, pero no por ello carente de interés en el
seguimiento que se hace del pensamiento de Maquiavelo.
47
“(. . .) no escribe para el público,
sino para las autoridades y los
príncipes o para sus amigos. Lo
peligroso en éI no es la falsa ge-
nialidad, ni la falsa urdimbre Ide los
conceptos: nada de esto encontrarnos
en su obra. Su mayor enemigo es una
vigorosa fantasía, que domina con
dificultad.” *
* Burckhardt, J.: La cultura del Renacimiento en Italia, EDAF, Madrid, 1982, P.71. 48
I
EL LENGUAJE COMO DEVELADOR DE LA
INTENCIONALIDAD DEL PODER.
49
La lectura de las obras de Maquiavelo evidencia, estructural y
lingüísticamente, el empleo de una terminología precisa para lo que quiere
significar, es decir, cada palabra se refiere a un objeto o idea específico. Lo que
induce a pensar que Maquiavelo tenía muy presente, a la hora de redactar sus
trabajos, el código lingüístico que se utilizaba no sólo en los asuntos del
gobierno, sino en el trato de individuo a individuo en el nivel público o
existencial; prueba de ello es la comedia La mandrágora, donde uno presencia
la fluidez y gracia del lenguaje, amén del transfondo que retrata: una sociedad
en decadencia, permeada por la corrupción y el anhelo de poder y dominio en el
aspecto más palpable: la relación con el otro, la satisfacción de un instinto.
Analiticamente, uno se sumerge en la disección de la realidad circundante
de la Italia del siglo XVI, plasmada en expresiones enérgicas y reflexiones bien
dirigidas (cargadas siempre de matices filosbficos), donde la función del
lenguaje es desnudar, sistemáticamente, las pasiones humanas, y hacer una
pintura del hombre común renacentista, el propio Maquiavelo lo dice en el
prólogo de la obra mencionada :
“Un amante mezquino,
un doctor poco astuto,
un fraile de mal vivir,
un gorrón,
predilecto de la malicia,
serán hoy vuestra diversión.”’
1 ,) Maquiavelo, N. : La rnandráqora, ... P. 20
w , * a 3 5 2 9 9 - El lenguaje, en Maquiavelo, es prueba de la subjetividad, o del
antropomorfismo, de todas nuestras categorías , llámese Estado, Nación,
Virtud, Fortuna, Poder, Pasión, manifiestas en la gramática utilizada, en la
forma discursiva del pensador florentino. Pero CUAI es la intención del discurso,
podría uno preguntar ingenuamente; y responder con toda certeza después de
seguir la trayectoria intelectual de Maquiavelo : irrlbuir al individuo, en este caso
al príncipe, de la mejor forma de conducir sus acciones en la república, esto es,
de ejercer su poder con la mayor eficacia. Y aquí el lenguaje es el develador de
la realidad concreta, y desmitificador de los valores que supuestamente guían la
conducta del hombre.
2
Si bien de una obra a otra de maquiavelo se pueden encontrar
ambiguedades o contraposiciones de un juicio de valor con respecto a un
personaje determinado, para el corpus mismo del escrito y la finalidad
concebida, la exposición es coherente. Prueba de ello es el empeño por.
esclarecer los conceptos y sentencias, al menos en el grado de penetración
psicológica, que es el motivo conductor de la constante reiteración de qué debe
hacer el príncipe para mantener el poder; y esto lo hace desde la motivación
verbal y a veces retórica. Pero no hay que entender este último término en
sentido peyorativo, sino en su acepción más literal, que es el campo de los
argumentos persuasivos, y que no se limita al arte de la expresión en público,
2.) Que tomamos como universales y necesarias para vivir, en tanto que determinan la realidad, y a .la vez sirven
para investigarla y comprenderla.
3.) No escapa a las contingencias de la semántica y de la sintaxis
sino que se dilata en el fenómeno universal de la comprensión y del
entendimiento ( factores presentes en los libros de Maquiavelo ), y actúan con
mayor profundidad en la esfera de la " comunión intersubjetiva " , abarcando,
por ejemplo, todas las formas en que se realiza el consenso tácito.
Mas el arte de decir las cosas y el empeño por " penetrar en la mente del
receptor " a través de oraciones bien estructuradas, lo tenemos en Maquiavelo
en Del arte de la querra , el cual se vuelve un arte del discurso para sí mismo,
una conversación consigo mismo y un constante pulimiento de ideas, una
resignificación del sentido de las palabras, clue no es sino la forma de
concretizar su pensamiento en frases bien intencionadas, cuyo fin es provocar
la empatía de caracteres sobre la importancia de la organización militar.
El lenguaje, como significador, creador y transformador del mundo, de la
realidad, tiene un poder propio que ayuda a " develar la verdad ", la intención
que manifiesta o no el sujeto por medio de las palabras, pues el lenguaje
expresa lo que siente o piensa alguien; y es gracias a éste que Maquiavelo
puede decir:
Así, tal como yo lo entiendo, se va acomodando a
las circunstancias y coloreando sus mentiras."
""""""""""""-"""""""""" 4.) Juicio de Maquiavelo sobre Savonarola. Carta de Maquiavelo a Riccardo Becchi, 4 de marzo de 1498, en
Cartas privadas de Nicolás MaQUiaVelO, Edición de Luis A. Arocena, EUDEiBA, Buenos Aires, 1979, P. 14.
5 2
Esta valoración de Maquiavelo sobre fray Girolamo Savonarola, se
produce después de haber presenciado los últimos sermones del fraile.
Y es importante no sólo por la crítica subyacente hacia la iglesia y la
religión, sino por la reflexión del sentido o intención de las palabras (
para no hablar del lenguaje en su conjunto .- fonético, mímico, etc. - evidente en un acto de esta naturaleza ), que desembocan en un abierto
deseo de ejercer el poder. Nos dice Uscatescu de Maquiavelo:
'' Descubre la psicología de los hombres ;y lo que
en ella hay de permanente. Estudia el universo de
la intención y la acción, y en su doctrina adquiere
valor únicamente la intención que se realiza y en
cuanto se realiza."
Y así, se puede decir, sin caer en afirmaciones temerarias, que es
a través del lenguaje como se accede a la comprensión del poder; pues
gracias a aquél que se reivindican los recursos del análisis lógico del
texto, con la intención de destacar los métodos del discurso persuasivo,
opuesto a la forma de demostración lógica-apodíctica. Con lo que el
lenguaje político tiene su propia lógica; una argumentación especial que
no responde a las características de la '' teoría de la ciencia " ( naciente
en la época de Maquiavelo ).
El Príncipe y los Discursos sobre la primera década de Tito Livio,
patentizan lo sistemático, riguroso y a la vez metodológico que f.ue
""""""""""""""""""- 5.) Uscatescu, G. : MaQuiavelo y la pasión del poder, ... P. 114
53
Maquiavelo, entendiendo por esto la minuciosidad reflexiva para exponer
un proyecto cuya finalidad ( entender lo que es el poder y cómo se
ejerce ) atañe al común de los individuos. Y en este tenor, el lenguaje
tiene una función muy precisa: afirmar aquello' que el antecedente nos
ha referido, es decir, una vez "definido internamente el concepto de
poder ", las oraciones sólo cumplen la tarea de matizar ese
"presupuesto", concibiendo la realidad conno es; y es así que
Maquiavelo:
Llamó a las cosas por su nombre precisamente
en el momento en que triunfaba el compromiso
de omitirlo. De allí el curioso destino de su
pensamiento, definido con el rótulo de
maquiavelismo."
De este '' llamar a las cosas por su nombre ' I y del pensamiento de
Maquiavelo en general, se extraen argumentos que no se inscriben
dentro de la deducción lógica tradicional, pero sí dentro de la acción del
hombre público, cuyas estrategias se orientan a la conservación del
poder. Y la estructura expositiva de Maquiavelo consiste en asirse a un
principio general; la pervivencia de la república; y de ahí .deducir las
acciones particulares que favorecen tal objetivo. Esto es, el lenguaje, en
Maquiavelo, no se reduce al simple acto enunciativo, ni se apega a la
objetividad científica, sino que apunta siempre hacia la "totalidad del
poder"; y ésta escapa a cualquier intento de aprensión de corte """""""""""""""""
6.) Romero, J. L. : Maquiavelo historiador, ... P. 18.
54
materialista, como lo sería en un proceso científico, y se queda en
el círculo intersubjetivo del lenguaje y la comunión de sentimientos e
intenciones que éI mismo genera.
55
II
LA POSIBILIDAD DE UNA EPISTEMOLIGíA DEL PODER.
“Por lo menos, Maquiavelo
fue capaz de olvidar su
propia persona para juz-
gar con plena objetividad.” *
* Burckhardt. J. :La cultura del Renacimiento en Italia, EDAF, Madrid, 1982,P. 71
57
Si toda epistemología supone una ontología, al reflexionar sobre la
posibilidad de una epistemología del poder, y teniendo en mente que no hay
una ontología del poder en Maquiavelo, lo que se está intentando hacer es
mostrar los fundamentos del poder, que si bien no son los mismos que los de la
epistemología como tal, por ser una disciplina aparte (la filosofía política, desde
donde se analiza la cuestión del poder); sí se llega a ellos con el mismo
instrumento de Investigacicn: la razén. Actuando esta de distinta manera y
sobre distinto objeto de estudio; en la primera se aboca a la estructura del
pensamiento y su expresión, es decir, no se sale de la relación sujeto-objeto;
mientras que a la segunda le interesa la acción e intenciones del hombre en su
transcurrir social, es decir, el fenómeno de la subordinación de un individuo a
otro, donde no hay nada trascendental, sino cotidianidad y características
palpables del hombre común envuelto en el deseo de dominio.
Enfoquemos el estudio en dos vertientes: la sintáctica y la
epistemológica.
a.) La sintáctica.
La sintaxis nos aprisiona en una cierta visión del mundo, como si la
realidad debiera también obedecer a las reglas de la gramática, como si el
orden estuviera en las cosas. Es así como buscamos en lo real sujetos y .
predicados, acciones y objetos, causas y efectos, etc.; así es como creamos un
sujeto para el acto del pensar. Pero en la reflexión que se está haciendo sobre
el poder ¿cuál sería su sujeto? Sabiendo que en Maquiavelo no hay un ser
absoluto; si acaso un ser aproximado y finito para el modo perecedero e
histórico del hombre y sus posibilidades de acción, que es la figura del príncipe.
Este “sujeto” del cual se podría predicar una infinidad de cosas, es simplemente
la acción de un individuo sobre otro, pues no hay un Suieto en a en
Maquiavelo, ya que el poder está desontologizado.
Y así, lo que podría ser la derivación de un fundamento último hacia una
acción concreta: el poder en el ámbito público subsumido a un Poder Supremo,
se elimina, y sólo queda el poder como tal, el ejercicio de una facultad o fuerza
sobre un tercero. Y de esto es de donde se extrae la “posibilidad de la
epistemología del poder”, pues su fundamento es el poder basado en la acción
de dominio de un hombre sobre otro, cuya verdad reside en el anhelo de
satisfacer ciertos deseos e instintos.
B.) La epistemológica.
Tradicional y etimológicamente epistéme se refiere a ciencia o saber, en
cuyo interior se encuentra la verdad. Recordemos que la epistemología, como
rama de la filosofía, tiene como tema fundamental el carácter del conocimiento y
sus criterios de validez. Pero al hablar del poder, y al ser éste el corazón del
ejercicio público del estado, ¿cómo hay que entender la “epistemología del
poder”? Como subdisciplina de la epistemología, como “otro saber”.
Si nos atenemos a lo anterior, y queremos analizar el pensamiento de
Maquiavelo desde este parámetro, entonces tendríamos que partir de lo
siguiente:
l.) Su trabajo es “científico”, en tanto que se basa en el conocimie.nto de
las fuentes y los datos de la historia, para llegar a una sistematización de
características personales y públicas, no carentes de cierto valor objetivo.
59
11.) Su exposición conlleva un saber; y lo es así porque la estructura del
discurso está sustentada en la aprehensión de lo particular histórico, en el
conocimiento de la acción práctica, y en la proyección hacia una finalidad muy
concreta: la conservación del Estado gracias al poder del príncipe.
Ahora bien, para llegar a esto, Maquiavelo hace gala de su razonamiento,
que desde una perspectiva epistemológica, implica que el criterio correcto es la
“experiencia combinada con el saber y la razón”. Y en Maquiavelo confluyen
ambos requisitos; el primero lo obtiene por SIJ función de secretario en la
cancillería de Florencia; el segundo gracias a su lectura de autores clásicos. Y
esto lo impulsa, como analista del quehacer público, a juzgar con la agudez y
perspectivas adecuadas los hechos que favorecen o no al poder, que le dan un
sustento, una “verdad’,.
Uno de los problemas que se presentan al concebir una epistemología del
poder, es el tipo de objetividad a sustentar. Y es obvio que al hablar de una
disciplina de las ciencias sociales, como lo es la filosofía política, uno no puede
caer en el error de esperar una “objetivización” con características científicas,
es decir, hechos materializados o experimentados metodológicamente en un
laboratorio, pues en ésa área el investigador se enfrenta con la contingencia
humana, con aquello que no puede predecir al cien por ciento, o con
información que no siempre es verdadera.
Estas aclaraciones son necesarias para ver que al emitir el término
poder, intuímos la referencia, o alguna acción con la cual se “identifica”, pero
“objetivamente” no se puede decir “este o esto es el poder”, y mostrar un objeto
o sustancia determinado, sino que es en la relación interpersonal, donde uno se
subordina a otro, como se puede “definir” al poder. Veámoslo en el llamado
“maquiavelismo”, que a decir de Uscatescu, “no fue sólo la doctrina de un
60
2 5 3 5 2 hombre, sino la de toda una é p ~ c a ” ~ ; generalmente utilizado para dar a
entender una manera de pensar y de actuar que, rechazando todo escrúpulo,
se inspira en la astucia y en la perfidia; pero que en el fondo no es sino el
camino para llegar a la realidad misma, pues como nos dice el mismo autor:
“En su tiempo, Maquiavelo prefería ir tras la
“verita effettuale della cosa” más que tras
la ctimmaginazione11.8
Y esta “verdad efectiva” Maquiavelo la encuentra en el hacer del hombre,
en el deseo de satisfacer sus propios intereses, sin preocuparse de la moral ni
del derecho, y en el desconocimiento de su propia palabra,si lo considera
conveniente para la realización de sus fines, pues:
“No puede, por tanto, un señor prud,ente - ni debe - guardar fidelidad a su palabra cuando tal fidelidad
se vuelve en contra suya y han desaparecido los mo-
tivos que determinaron su p r~mesa . ”~
y si esta “recomendación” corresponde al orden privado; con respecto a
los Estados expresa Maquiavelo:
7.) Uscatescu, G. : Maquiavelo y la pasión del poder,. .. P. 129.
8.) Op. cit., P. 32
9.) Maquiavelo, N. : El Príncipe, XVIII, P. 91
61
“( ...) para poseerlos con toda seguridad basta
con haber extinguido el linaje del príncipe
anterior. .. I110
‘ I ( ...) el que ocupa un Estado debe tener en cuen-
ta la necesidad de examinar todos los castigos
que ha de llevar a cabo y realizarlos todos de
una sola vez, para no tenerlos que renovar cada
día y para poder - al renovarlos - tranquilizar
a los súbditos y ganárselos con favores.””
Estas máximas de Maquiavelo bien pueden discutirse en nombre de la
moral y del derecho, pero no desde la llamada “ciencia política”, pues si se toma
la frase en sentido literal, ciencia (conocimiento positivo-preciso) y política
(desarrollo cultural e idiosincrático de las formas de pensar la “cosa pública”)
son incompatibles. Lo que propicia una escisión del Conocimiento, o si se
quiere aceptar, una “bipartición de la epistemología”, dedicada a mostrar los
fundamentos de las ciencias naturales, y de las “ciencias del espíritu” (según
Dilthey). Y desde la óptica del análisis presente, estas ideas se inscriben, dentro
de una epistemología del juicio de valor, por la evidente carga moral que implica
un acto de poder (donde la jerarquización de los valores responde a la mayor
10.) Op. cit. , 111, P. 36
11.) Op. cit. , P. 62, Capítulo VIII.
astucia e inteligencia mostrada por el gobernante), que garantiza la elección del
contenido que posee valor verdadero, como lo sería la aniquilación de los
adversarios del príncipe, si con ello se conservan las facultades adquiridas por
el poder de mando; siendo los méritos intrínsecos a este tipo de valor, los que
predisponen a favorecer la aprovación.
La “objetividad” que se desprende de las sentencias de Maquiavelo, se
opone por completo al “pensamiento objetivo”12, el cual rechazaría la postura
de Maquiavelo por no ser una “explicación” del fenómeno Poder, sino una
característica de cierto tipo de poder: el poder político; y no el que daría sentido
a los demás “poderes del hombre”, y que estaría emparentado con una “fuerza
interior del individuo” (razón).
Y así, de los apartados a.) y b.), se vislumbra la posibilidad de una
epistemología del poder, por el fundamento o “condición de posibilidad” extraído
de las obras de Maquiavelo, a saber: la conservación de la república a través
del conocimiento del hombre en su actuar pública; donde el conocimiento no es
producto de conceptos previos, sino resultado de la observación de lo
permanente en el hombre: el deseo de poder y dominio, la acción concreta de
un individuo sobre otro.
““”””“””“““”“””“”
12.) En la actualidad correspondería al proyecto, desarrollo y conclusión del análisis del acontecer social visto
desde una postura cientificista, como lo sería la sociología positiva.
63
CAPITULO 111
EL LUGAR DEL HOMBRE EN EL. SER DEL PODER.
"¿No sabes que poco bien se
encuentra en las cosas que
el hombre desea, en compara-
ción con lo que esperaba en-
contrar?" *
"""""""""""""""- l .) Maquiavelo, N, : La mandrkora, Fontamara, México, 1995, P. 73.
65
En este capítulo se analiza al hombre en lo que se ha caracterizado como
el ser del poder, que es la acción de un individuo sobre otro. Para lo cual se
parte de cierto apego a la antropología filosófica (sin querer hacer propiamente
un estudio de tal naturaleza), en su variante de antropología pragmática,
centrada en el hacer del hombre como ser libre, y en su deber o poder hacia sí
mismo, y en su reincidencia en las relaciones sociales, en el actuar “del otro”,
en el ejercicio del poder.
Hablar de un lugar remite a cierta idea o imagen donde el hombre ocupa
un espacio de la totalidad; y tal hecho no es incorrecto, si se considera al
Estado (totalidad del poder público) como el lugar de confluencia de las
actividades sociales donde el individuo ve realizadas o truncadas sus
aspiraciones en la vida. Y en este contexto, tiene sentido hablar del “lugar del
hombre en el ser del poder”.
El lugar se encuentra en las máximas de la doctrina viva de Maquiavelo,
alejada de todo dogmatismo estéril y fundada en un razonamiento sobre la
virtud, la fortuna y la necesidad, que desembocan en un redescubrimiento al
mundo de la realidad del poder. Y aquí, la ternporalidad sirve para ubicar la
acción de un individuo sobre otro; y para .aprehender lo imperecedero del
hombre: su ambición, su inquebrantable anhelo de dominio, y su bestialidad.
Términos característicos de la naturaleza humana; que en Maquiavelo no
responden a un análisis filosófico o humanista, sin0.a una concepción forjada en
el actuar de los hombres en el Estado, lugar donde se presenta el
enfrentamiento con el “otro”.
66
I
TEMPORALIDAD.
67
Como personaje del Renacimiento, Maquiavelo entiende al hombre en su
temporalidad y acción social, es decir, en la realidad de la existencia humana
que oscila en el centro del tiempo total de la historia del hombre, relativa a cada
época. Y haciendo un paralelismo con el aspecto filosófico desarrollado en
aquél entonces, donde el hombre se convierte en el centro del universo y del
quehacer intelectual, gracias a la revaloración de la cultura greco-romana y al
preguntarse sobre el por qué de su ser en el mundo; en el ámbito político, en el
ejercicio del poder, que ubica al hombre en cierto lugar y circunstancia, la
temporalidad es imprescindible para entender lo propio del hombre.
Y la temporalidad, entendida como el fenómeno donde el individuo se
transforma a sí mismo y cambia el sentido de la acción política, que está ligada
a la historia y al poder, es necesaria para que el poder se manifieste ( o para
reflexionar sobre su esencia), pues éste no es quietismo, sino acción, y ésta se
da y se construye en el tiempo. Pero qué debemos entender por tiempo: una
realidad absoluta, que sólo puede ser explicada por el movimiento, patente en
los actos humanos, en el desempeño del poder. Y es un factor determinante en
el pensamiento de Maquiavelo, pues sirve de “puente conceptual” entre lo que
fue una era de esplendor (la república romana) y una actualidad en crisis (siglo
XV y principios del XVI).
La temporalidad también es condición necesaria para entender lo esencial
del comportamiento de las figuras públicas, que es el mantener el poder:
68
“( ...) los papas, en un primer momento con las
censuras y luego con éstas y con las armas, y
empleando también las indulgencias, llegaron a
ser al mismo tiempo temidas y veneradas ... , I 1
AI hablar de la temporalidad, inevitablemente se piensa en el tiempo, y se
genera la interrogante: ¿por qué introducir el concepto tiempo en un estudio sobre el poder? Y la pregunta es lógica. Pero más que basarse este apartado
en un término filosófico, donde se tendría que caracterizar el orden mensurable 1 ’
del movimiento, o lo intído de éste, o la parte que le corresponde en la .
estructura de las posibilidades del conocimiento; se considera a la temporalidad,
que si bien pertenece al tiempo, no es lo mismo que éI, sino tan sólo lo que
concierne o sucede en el tiempo. Hecho que permite adentrarse en el poder, en
el transcurrir mundano de esta facultad activa; completamente opuesta a la
visión filosófica y espiritual del cristianismo, que implicaría pensar en el tiempo
como una condición para llegar al Ser, postura que en Maquiavelo no existe.
La temporalidad no sólo hace posible captar lo característico del poder de
un período a otro, o la mutación y florecimiento de nuevas ciudades:
“En los tiempos antiguos, en cambio, gracias
a estas colonias, o surgían frecuentemente
nuevas ciudades o aumentaban las ya
existentes.”
1.) Maquiavelo, N. : Historia de Florencia, I , X , P. 42.
2.) Op, cit. , 11, I , P. 81.
69
sino que permite observar el propio desarrollo del pensamiento de Maquiavelo,
como lo es de El Príncipe a los Discursos, donde se ha encontrado una
dualidad temática, y en algunas ocasiones hasta una supuesta contradicción.
Correspondiendo a la primera obra la defensa de la monarquía, y a la segunda
la apología de la república. Oposición que podría establecerse entre hipótesis y
tesis, realidad e ideal. Siendo la tesis, el ideal, la república, y por consecuencia
la libertad y la “democracia”; y la hipótesis, ineludible y bastante cruda, el
principado despótico o monarquía. En otros términos, tenemos el óleo de la
ambición y el anhelo de poder de un hombre, y de un pueblo; y una lógica que
trasciende cualquier intento de limitación conceptual, y se proyecta hacia el
verdadero objetivo del análisis : el ser del poder y su reincidencia en el
quehacer público.
El método de interpretación de los fenómenos de la historia, y su
revaloración para la situación presente, para la mejor forma de dirigir los asuntos de la nación, es uno de los grandes aportes de Maquiavelo a la filosofía
política; y es impensable sin la temporalidad y sin el devenir del ser humano,
cuya característica parece ser la no identificación con el presente, como
tampoco con el futuro (que es lo que todavía no es, es ser en potencia), ni con
el pasado que lo determina. Pero al realizar Maquiavelo un estudio tan
importante sobre los hechos humanos, está dando cabida a una conjunción
entre vivencia individual del hombre en la sociedad y exteriorización de su
personalidad, que desde cualquier enfoque que se vea implica necesariamente
la temporalidad.
70
II
LE ENCONTRAR UNA NATURALEZA HUMANA ?
71
La pregunta que motiva esta parte de la investigación se ciñe por
completo a la acción del poder y a las contingencias del mismo, y no a una
concepción previa o presupuesto del cual se deriven o acomoden los hechos
de tal manera que se llegue a la conclusión "ya intuída" en el proyecto de
análisis. Por tal motivo, se considera al hombre, desde la óptica de Maquiavelo,
y a su facultad de realizarse en la vida y transformar la realidad, como un ser
total, en cuanto que ejerce su poder para la pervivencia del Estado, o para la
satisfacción de sus deseos e instintos, como "una fuerza de la naturaleza, una
energía viva'' Y en este sentido, Maquiavelo no da lugar a la mediocridad, pues
ésta traería como consecuencia el desmoronamiento de la repGblica.
Ahora bien, en el plano interior del hombre. Maquiavelo observa que éste
no es malo por naturaleza (aún a sabiendas que ella está constituida por la
animalidad, los instintos y las pasiones), sino que tiene una inclinación
irresistible a pasar de los deseos e impulsos al mal, si nada lo detiene, nos dice
Maquiavelo:
"( ...) los hombres no saben ser o completa-
mente criminales o perfectamente buenos ... 1, 4
""""""""""""""""""""- 3.) Dilthey, G. : " Concepto y análisis del hombre en los siglos XV y XVI " , en Hombre v mundo en los sialos X V I
m, ... P. 34.
4.) Maquiavelo, N. : Discursos, I , XXVII. P. 103.
72
Y es por esto que Maquiavelo acepta la intervención del Estado para
someter al individuo, pues de no hacerlo estaría tejiendo su propia ruina, ya que
lo esencial del hombre es que:
"( ...) por debajo de cuanto ha hecho de éI
un ser civilizado, subyacen y perduran sus ca-
racteres primigenios, los instintos egoístas
de conservación y los impulsos volitivos de
dominio."
En la interrogante que guía este apartado encontramos dos términos
consustanciales a la definición de la naturaleza humana: bien y mal; que en
Maquiavelo simplemente tienen una función técnica, entendiendo por ésta el
éxito de la política, que en el contexto del pensador florentino se vuelve un arte,
y no la connotación moralizante que "la tradición" le ha adjudicado.
Presenciando con esto:
"( ...) el pensamiento de un hombre que, por ha-
ber frecuentado a los demás hombres, carece de
ilusi6n; que sabe, por lo demás, distinguir per-
fectamente el bien y el mal, y que, inclusive,
preferiría el bien, pero que se niega a cerrar
los ojos ante lo que éI cree la necesidad del
Estado, ante lo que éI cree la servidumbre de
la condición humana." """""""""""""""""""
5.) Romero; J. L. : Maquiavelo historiador, ... P. 70.
6.) Chevallier, J-J. : '' El Principe, de Maquiavelo " , en Los qrandes textos politicos, ... p. 23.
73
En El Príncipe quedó plasmada una sentencia muy fuerte:
"( ...) es mucho más seguro ser temido que
amado cuando se haya de renunciar a una
de las dos cosas."
Y Maquiavelo nos hace saber que ser al mismo tiempo lo uno y lo otro es
lo más difícil. Y el hecho de preferir la dureza a la clemencia se basa en la
concepción que el secretario florentino tiene del hombre, sin la cual no se
puede entender su filosofía política. Expresa Maquiavelo:
"Porque en general se puede decir de los hombres
lo siguiente: son ingratos, volubles, simulan
lo que no son y disimulan lo que son, huyen del
peligro, están ávidos de ganancia; y mientras
les haces favores son todos tuyos, te ofrecen la
sangre, los bienes, la vida, los hijos (...) cuan-
do la necesidad está lejos; pero cuando se te vie-
ne encima vuelven la cara."
Mas no hay que creer que sean más leales por los beneficios que reciben,
porque como los hombres son malos, nada desean tanto como poder sacudirse
.....................
7.) Maquiavelo. N. : El Príncipe, XVll , P. 88.
8.) Ibidem.
74
el vínculo de la gratitud, por lo que es más seguro tenerlos obligados por el
miedo. Ya que los hombres se afligen del mal y se aburren del bien. Y esto no
es otra cosa que la visión de la naturaleza humana de Maquiavelo, demasiado
sombría, se dirá.
Y si buscamos en los Discursos, las declaraciones semejantes no se
ocultan:
“( ...) los hombres hacen el bien por fuerza;
pero cuando gozan de medios y libertad para
ejecutar el mal, todo lo llenan de confusión
y desorden.”
Como se contempla, la idea del hombre de Maquiavelo es más .que
pesimista, podría decirse desesperada. Y es de notar que cuando habla de la
humanidad no recurre a ejemplos, y no lo hace porque no hay salvación para el
hombre, su constitución interna es inmutable y sólo desaparece con el arribo de
la muerte. La redención del hombre que la filosofía de Platón concibió, a través
de la educación para alcanzar el bien y la virtud; o la filosofía cristiana que dió
esperanzas al hombre de superar el estado de la simple existencia, al participar
de la gracia divina por medio de la fe y el renunciamiento. de las pasiones y de
todo aquello que lo ataba a lo terreno y perecedero. Es eliminado por
Maquiavelo, y en su concepción sobre el hombre no hay exquisiteces teóricas o
promesas extramundanas, sólo acciones concretas y palpables que desnudan
al hombre y lo dejan ante los demás sin máscaras o simulaciones.
9.) Maquiavelo, N. : Discursos, I , I l l , P. 67.
En la perspectiva de Maquiavelo, la naturaleza humana es tan
permanente como la del cielo o los elementos de la naturaleza, y siempre será
como hasta ahora ha sido. Tan fatal y tan incontrastable como cualquier ley de
la física.
Lo anterior son reflexiones que brotan de la madre y espejo dei devenir
del hombre, que es la historia, y trascienden la vivencia, de suyo transitoria, y la
circunstancia espacio-temporal, para adentrarse en el ser del hombre, en la
pasión e instinto que lo impulsa a la acción, al ánimo de saciar sus ansias de
poder. Ante lo cual Maquiavelo recomienda al príncipe:
“( ...> utilizar correctamente la bestia y el hombre.
Ya que:
“Esto de tener por preceptor a alguien medio bestia
y medio hombre no quiere decir otra cosa sino que
es necesario a un príncipe saber usar una y otra
naturaleza y que la una no dura sin la otra.” ‘O
Consejo evidentemente dirigido hacia la cancelación de los móviles que
pudieran ser perjudiciales para la estabilidad de la república. Y ya centrados en
el pensamiento “antropológico” de Maquiavelo, es digno de reconocer que sus
expresiones se elevan del nivel todavía medieval.* , y regional, como 10,sería la
territorialidad de Florencia o las ciudades importantes política y
comercialmente, como lo fueron Venecia y Milán, hasta la experiencia europea.
Que a decir de Gramsci:
10.) Maquiavelo, N. : El Príncipe, XVIII , PP. 90 y 9 l . * Se menciona a la Edad Media en lo que esta tiene de criticable hacia la gradación del hombre; que bien visto también es una gerarquización con respecto al poder, nada más que en este caso no se trata del poder terrenal y contingente de la interpretación de Maquiavelo, sino del poder Supremo de Dios devenido en poder temporal concentrado en las manos del Papa y la iglesia, desde donde se otorgan mínimas facultades al hombre común.
76
"En la "naturaleza humana" de Maquiavelo está
comprendido el "hombre europeo" y este hombre,
tanto en Francia como en España, ha superado
efectivamente la fase feudal disgregada con
la monarquía absoluta."
En la naturaleza del hombre hay dos conceptos centrales: virtud y fortuna,
que si bien se explayan hasta la idea maquiaveliana de la historia, tienen su
influencia más radical en el libre albedrío del hombre, ya que para Maquiavelo lo
que uno consigue no depende del todo de la virtud ni de la fortuna:
"No obstante, para que nuestra libre voluntad no
quede anulada, pienso que puede ser cierto que
la fortuna sea árbitro de la mitad de las accio-
nes nuestras, pero la otra mitad, o casi, nos es
dejada, incluso por ella, a nuestro control." '*
Es de notar la importancia que Maquiavelo concede a la voluntad, la cual
detenta una función rectora, al ser libre, mas su libertad no es albedrío, ya que
tiene que ser considerada como tal en la medida en que cristaliza en formas y
situaciones objetivas, como lo sería la ley; y en este tenor, la voluntad es acto, y
proyección hacia afuera. Y según Uscatescu:
"""""""""""""""""""- 11.) Gramsci, A. : Maquiavelo y Lenin, ... P. 117
12.) Maquiavelo. N. : El Príncipe, XXV, P. 117.
77
"Para Maquiavelo, la virtud es la libertad huma-
na en acto, el ejercicio de la libertad y, como
tal, de la voluntad." l3
Y en la atmósfera del siglo XVI, es en el enfrentamiento con las fuerzas
humanas y naturales donde aparece el valor - la virtud - del hombre, concebido
como energía de voluntad capaz de imponerse al destino.
La doctrina de Maquiavelo descansa fundamentalmente en la idea de
libertad. La voluntad humana libre es factor primordial de toda acción, ya que
sólo la mitad de nuestros actos están dominados por la fortuna. Y con esto,
Maquiavelo está rechazando, de forma directa, cualquier determinism0 de corte
fatalista, o un gobierno de las cosas que sólo corresponda a la fortuna o a Dios;
y deja al hombre la guía de su destino terrenal.
En un apartado anterior l4 ya se hizo referencia al término virtud, que bien
podría ejemplificarse con la siguiente cita:
"En Maquiavelo, ..., el concepto de virtud es
simplemente utilizado para referirse a cualesquiera
cualidades que el príncipe considere necesario ad-
quirir para conservar su Estado y lograr grandes co-
sas." l5
"""""_"""""""""""""" 13.) Uscatescu. G. : Masuiavelo v la pasión del poder .... P. 123.
14.) Capítulo I , II , de esta investigación.
15.) Skinner, Q. : " La edad de los príncipes ", en Los fundamentos del pensamiento político moderno, I ,
Renacimiento, _.. P. 163.
7s
Y esto nos muestra que aunque las cualidades, y su puesta en marcha,
choquen con las valoraciones tradicionales (no relegadas por completo),
Maquiavelo estima que un hombre de la más alta virtud debe ser capaz, cuando
la situación lo requiera, de comportarse de manera completamente perversa, :: . - .
ya que la condición de los príncipes es tal que la virtud no puede excluir la ;+ :; perversidad. El ejemplo lo tenemos en el emperador Severo, quien fue r
"extremadamente cruel y rapaz" y fue un príncipe de "tanta virtud" que reinó t. triunfalmente hasta su fin pese a incontables dificultades.
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:A _,. . a
2 !I.
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i :: ;;. Y así , el hombre debe tener una disposición flexible para variar su
conducta de buena a mala, y viceversa, según lo dicte la fortuna o la ocasión,
siempre teniendo en mente la conservación del poder, y el no caer en el error ,; de cambiar la capacidad propia y creativa ( que hace al hombre virtuoso) por lo
efímero de la suerte o fortuna, que debe ser dominada y superada por la . .
estrategia del individuo.
.. I
Y qué se entiende por fortuna, no algo distinto a una "diosa inestable", en
la cual no se debe confiar vehementemente con su apoyo:
"(...) porque la fortuna es mujer y es necesario
si se quiere tenerla sumisa, castigarla y gol-
pearla."
Siendo la virtud el Único medio con que cuenta el hombre para rebasar el
encono de la fortuna; y en el caso del príncipe, es el camino para arribar al
honor, la gloria y la fama, ya que "las únicas defensas buenas, seguras y """""""""""- IG.)Maquiavelo, N.: El Príncipe, XXV, P. 120
79
durables son las que dependen de uno mismo y de su virtud" I7.Con lo que
Maquiavelo entiende por virtud la capacidad personal para dominar los
acontecimientos y realizar el fin deseado ( que es igual al éxito, al resultado de
empresa ) , aun a costa de cualquier medio; por fortuna, entiende el curso de
los eventos que no se subordinan a la voluntad humana.
En este contexto, se patentiza la acción humana en su hecho concreto,
es decir, en la relación con el otro; y no se admiten una determinación o azar
(mitad y mitad) en aquello que realiza el hombre. No hay un destino que
conduzca al ser humano, sino una trama de relaciones donde el individuo se
enfrenta con la acción del otro, con el poder que no es suyo. Y se coloca en
igualdad de posibilidades con "el otro", pues ambos están inmersos en el
transcurrir del ejercicio del poder.
"""""""""""""
17.)Op. cit., XXIV, P.116.
SO
111
EL ENFRENTAMIENTO CON “EL OTRO”.
81
“El otro” , la expresión misma genera incomodidad lingüística e
interpretativa, y da cabida para ciertas ambigüedades. Para no caer en ellas, es
necesario precisar lo que se entiende por dicho término, y aunque “ toda
definición es una limitación”, según Kierkegaard, en el trabajo que se viene
desarrollando es imprescindible no hacerlo. Por tal motivo, se considera “el otro”
como el hombre que comparte las mismas pasiones, instintos y deseos de
dominio que igualan al género humano; y en este sentido, cualquier persona
puede ser catalogada como “el otro”, con respecto a un segundo o tercer
individuo. Pues como le dice Ligurio a Callimaco en La mandragora:
”( ...) creo que nuestras dos naturalezas están hechas
de acuerdo una con la otra,
y deseo tanto como tú que tu deseo se cumpla”. l8
Y si ya vimos cuál es la naturaleza humana que sostiene Maquiavelo, no
queda sino apegarse a un código donde se pueda “regular” la ambición y
crueldad de los hombres, esto es, controlar el enfrentamiento con “el otro”. Y
para esto tenemos un rasgo importante en el respeto a la propiedad ajena ( si
no se aniquila al propietario), ya que en el expropiado permanecerá el deseo de
la venganza, pues como afirma Maquiavelo:
‘‘ (...) los hombres olvidan con mayor rapidez la
muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio.”
18.) Maquiavelo, N. : La mandránora, P. 34.
19.) Maquiavelo, N. : El Príncipe, XVII, P. 89
Pero el enfrentamiento no sólo se da en la convivencia de los ciudadanos,
sino también de éstos hacia el príncipe; para lo cual es necesaria una represión
por parte del gobernante, al grado tal que la sangre derramada sirva para hacer
saber quién es el que detenta el poder, y así ir normando la conducta de los
gobernados desde el proyecto del príncipe.
y asi , el mfrentamiento con el otro" se da desde el anhelo de poder y
dominio de un individuo sobre su similar; y esto ¿qué nos muestra?, que ya en
el pensamiento de Maquiavelo se está sembrando la semilla de la discusión con
respecto a si el hombre es un fin en sí mismo o tan sólo es un medio para
alcanzar los fines propuestos por alguien con mayor poder; y esto lo expone
Maquiavelo, aunque no de forma tan directa como se haría en la actualidad, con
la conocida "dialéctica de los medios y los fines", y es obvia y bastante sabida
la desacreditación de tal tesis.
Mas el enfrentamiento con "el otro", que podemos esquematizar con el
siguiente trinomio:
Hombre (deseo de poder y domino)--Medio (cosa u objeto sobre lo que se
actúa e intenta subordinar y manipular, que puede ser otro hombre)--Fines(
realización del proyecto o satisfacción de la pasión).
Se apega por completo a la idea que Maquiavelo tiene del hombre, y al
juicio valorativo que de ahí se desprende. Y es así que Maquiavelo expresa:
la sabiduría de este mundo es enemiga de Dios." 2o
""""""""""""""""""""""- 20.) Maquiavelo, N. : Belfeaor, citado en "Maquiavelo", Prensa Española ,...P. 32.
83
Concepción a todas luces contraria a la visión vertical que en la Edad
Media se tenía del conocimiento humano, donde el hombre ocupaba el peldaño
más bajo de la escala, y sólo ascendía al saber por la gracia y la iluminación
divina.
El enfrentamiento con "el otro" también se puede observar en el aspecto
intelectual:
' I ( ...) le fue preguntando con cuál de los grupos deseaba
caminar hacia la eternidad; a lo cual respondió Maquiavelo
que "con los sabios, naturalmente" : mejor al infierno
a discutir de política con ellos que al paraíso con aquellos
desgraciados de antes." ''
Cabe anotar aquí que eternidad y Paraíso son conceptos que trascienden
la mera significación gramatical y se adentran en el sentido que el hombre tiene
de su vida y del mundo. Y al respecto, Maquiavelo, al igual que los humanistas,
se puede calificar de pagano irredento, al no haber visto nada sobrenatural en
estos términos, y en las demás expresiones que denotaban una carga religiosa;
y todavía se puede decir más, no veía nada extraordinario en los orígenes de la
religión cristiana, ni creía que por la vía eclesiástica se pudiera conseguir en
Italia una disciplina moral de la vida, un desarrollo moral de la persona, ya que
la Curia romana era la propiciadora de la corrupción. Y como dice Dilthey de
Maquiavelo:
"Mide la importancia de la religión por su efecto
"""""""""""""""""""""- 21 .) Ibidem.
sobre el Estado y las costumbres, el juramento
y la honradez de que necesita aquél.” 22
Y aquí, como se ha comentado en apartados anteriores, el Estado es lo
más importante para Maquiavelo, al ser el origen, ya no del “bien”, pero sí de los
principios “morales fundamentales”, como lo es la necesidad de compromiso,
honradez y entrega para la continuidad del Estado, donde la religión sólo tiene
un valor secundario.
Ahora bien, al hablar de un enfrentamiento con el otro”, y de una
“regulación de la ambición”, tenemos la tarea de especificar cuál es la extensión
del poder individual; para tal finalidad, se introducen en el análisis dos
conceptos centrales: libertad y ley; que en Maquiavelo, aun por sobre las
intenciones de “respeto” que se vislumbran en los Discursos, donde se aprecia
que el mantener la libertad y seguridad de una república es el objetivo y valor
supremo de la vida política, los conceptos están limitados por el ejercicio del
poder del más fuerte:
“Los señores y las leyes eran menoscabados
por la furia de los poderosos, y los ciudadanos
más prudentes y mejores vivían llenos de inquietud.” 23
Otro ejemplo que da Maquiavelo son las disputas entre los gibelinos y los güelfos, donde una vez vencidos los primeros: ......................
22.) Dilthey. G. : ” Concepto y análisis del hombre en los siglos XV y XVI “, en Hombre y mundo en los siqlos
XVI v XVII, ... P. 37.
23.) Maquiavelo, N. : Historia de Florencia, II, XVIII, P. 103.
“( ...) ni las leyes ni los magistrados bastaban para vengarlos
porque todos los nobles se defendían del poder de los
Priores y del Capítulo mediante parientes y amigos.” 24
La libertad la concibe Maquiavelo como una de las cosas esenciales para
la salvaguarda de la rep6blica, pues si se privara de ella a los scbditos, el
príncipe estaría gestando su derrocamiento; por lo que las leyes deben mirar los requerimientos de la libertad. También por libertad Maquiavelo entiende ante
todo la independencia de toda agresión y tiranía extranjera, es decir, admite el
poder de un pueblo libre para gobernarse a sí mismo. Pero esto tiene sus
bemoles, a saber: 9
“Los errores en le mantenimiento de la libertad son,
entre otros, ofender a quien deberían. recompensar
y desconfiar de aquellos en quienes deberían confiar.”
En voz del propio Maquiavelo :
“Los pueblos libres tienen dos pasiones: la de engrandecerse
y la de conservar su libertad; ambas les hacen cometer faltas.”
Y en el nivel de la “comunidad”, el problema de la voluntad del hombre,
indisoluble del ejercicio del poder, y por lo tanto del enfrentamiento con “el otro”, ”“”“”””“”“””””””““
24.) Op. Cit. , I I , XI1 , P. 96
25.) Mansfield, H. C. : Maquiavelo y los PrinciDios de la política moderna, _.. P. 118.
26.) Maquiavelo, N. : Discursos, I, XXlX , P. 105.
S6
implica la variante necesidad-libertad, y en la cartografía del poder de
Maquiavelo se impone la primera , pues la libertad individual depende de la
necesidad del Estado. La libertad para Maquiavelo es el supremo bien a cuya
consecusión debe ordenarse la comunidad política.
Y de este ambiente de normatividad impuesta, lo Único que queda es el
hombre con sus miserias y debilidades, con su codicia y maldad, con su
verdadera realidad social e intima, con su anhelo de poder y dominio sobre “el
otro”. Y al caracterizar la “lucha de poder”, Maquiavelo está revelando un mundo
real, en donde no puede convivir lo bueno y lo hermoso, un mundo
irremisiblemente depravado en el que , a través de la desidealización, coloca al
hombre en el mundo tal y como es, y donde todo está a merced del poder que
se detenta.
87
SS
El ser del poder, en Maquiavelo, es la acción de un individuo sobre otro. Y
esto qué significa, que el estratega florentino no apela a un supuesto
extrahumano para explicar las acciones de los hombres, no “ontologiza” el
poder , a la manera de Platón o la filosofía cristiana, sino que contempla la
trama de relaciones humanas, y ahí presencia la manifestación del poder, y
dentro de éste, Maquiavelo encuentra las características propias del hombre;
deseos, pasiones, instintos, y un anhelo inquebrantable de dominio. Y este
“hallazgo” es digno de reconocerse desde cualquier ámbito del quehacer
intelectual, pues Maquiavelo ya está pensando en el hombre como “ser real” ,
como ente finito que sólo tiene una existencia concreta a la cual asirse; y no
como una idealización fundada en un “deber ser”, -en un imperativo que
trasciende la experiencia histórica. Maquiavelo transmuta la teleologia humana,
al suplantar una idea por un hecho palpable, una esperanza por una realidad,
una hipótesis que nunca se comprueba (“el hombre debería...”) por una
radiografía del comportamiento humano a través del tiempo, que
inevitablemente lo conduce a lo mismo: el ejercicio del poder para obtener la
finalidad propuesta. Y esto es reconocible porque ahora el hombre sólo tendrá
su razón y su inquietud para cuestionar no sólo el por qué de su acción en la
vida pública, sino todo aquello que tenga relación con su ser en el mundo.
La continuidad expositiva de Maquiavelo nos muestra el interés de un
hombre ubicado por completo en la “modernidad”, al fundamentar sus
aseveraciones (sean compartidas o no ) en el transcurrir del hombre mismo, en
lo que hay de imperecedero y significativo para la vida contemporánea en el
análisis de la historia, en la aprehensión de lo particular que se vuelve universal,
al abarcar una parte esencial del Hombre; pues Maquiavelo desciende “al
alma” del hombre y del fenómeno político, para extraer la razón de ser de tal
suceso, y proyectarla hacia la pervivencia del Estado.
Es de notar que Maquiavelo no cae en ingenuidades sobre lo
concerniente a los problemas del poder, no postula una solución definitiva para
terminar con la mutabilidad de intereses de! hombre o de las naciones
extranjeras; sino que propone la forma más adecuada de velar por la unidad de
la república. Y en este presupuesto están incluidas, de manera directa, las
privaciones de aquello que los individuos llaman libertades, pues hay un
objetivo superior que cumplir: el bien de la nación.
Lo que aporta Maquiavelo a la filosofía política moderna, es el espíritu
que da forma a toda concepción teórica sobre una legitimación de gobierno: la
conservación del Estado. Y como se deduce de los capítulos desarrollados, esta
teoría se construye desde la cotidianidad del individuo, desde su relación con el
otro, y desde su mundo que en ocasiones se contrapone a la funcionalidad del
ordenamiento político de la república.
Las preguntas que guiaron esta investigación, se conjuntaron en la
definición del ser del poder, pues al ser éste la acción de un individuo sobre
otro, y tener como antecedente la unidad de la república; el sustento se da en
ésta; el origen del poder es el deseo de dominio; el lenguaje es el develador de
las intenciones del sujeto, y la epistemología es el conocimiento analógico en
donde se fundamentan los juicios sobre el hombre y sobre el desarrollo de la
“cosa pública”; el lugar que ocupa el hombre en el ser del poder, es relativo
con respecto al del príncipe, quien detenta “el mayor poder” ; y la naturaleza
humana es bastante deprimente, pero no por ello falsa o carente de argumentos
que la “comprueben”.
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Y en este razonar e indagar sobre el poder, Maquiavelo nos abrió la
posibilidad de pensar la política desde lo más cercano al hombre: su existencia
y temporalidad, que sólo atañen a éI mismo, y no dependen de algo que no este
en su voluntad cambiar o conservar. Maquiavelo ha dejado al hombre “sólo” ,
pero lo ha “dotado” de un poder transformador, que es la delegación de las
facultades que anteriormente le fueron negadas, como lo es la reflexión de las
cosas que le dan sentido a la vida pública, a lo más inmediato del vivir, por muy
crudas que sean las conclusiones a que se llegue, y los fines que se persigan
con ellas.
91
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