Post on 04-Feb-2016
description
UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
JORGE JAIR CORONADO ROSALES
TRABAJO FINAL
SOCIOLOGÍA INTERPRETATIVA
1
Max Weber
Max Weber fue un teórico sociológico esencial en la teoría sociológica de principios
del siglo XX. Vino a re-definir el andamiaje teórico tendencial de la sociología
contemporánea a una visión meramente comprensiva, racional e interpretativa que
no sólo convenía a la sociología como ciencia positiva, sino también era necesario
ampliar aquella visión limitada, estricta que en las ciencias duras, exactas
prepondera. Y así poder superar las pretensiones de acequiar el grado de “ciencia”
que su similar Émile Durkheim al crear un método particular (que en su círculo se
consideraba completo, pero sobre todo objetivo, al transformar el hecho o fenómeno
social a una simple “cosa”, con el fin de eliminar prejuicios de valor que alteren
cualquier resultado en el desarrollo del hacer científico) intentó para la sociología.
Sin embargo las condiciones históricas apuntaban a favor de un método que se
ajustaba de mejor forma para el estudio de lo social, superando las normatividades
objetivas pero limitadas de la cientificidad: el materialismo histórico. De hecho gran
parte de la obra de Durkheim está inclinada a una discusión permanente contra la
visión de Marx. Y es evidente entender esta discusión si partimos de que ambos
están influenciados o simpatizan con corrientes ideológicas distintas como lo es el
idealismo alemán con Hegel contra la escuela jacobina francesa como Rousseau.
La construcción teórica de Weber comenzó a apuntalarse seriamente como una
visión diferente y vanguardista en el terreno de lo sociológico. Conjuntaba
herramientas del método científico tradicional científico, partiendo de la observación
pero desde un plano diferente al acostumbrado por la corriente positivista. Weber
manifestaba la importancia del acercamiento al fenómeno social a estudiar con base
en un andamiaje de conocimiento previo, tal que hará que el fenómeno social sea
comprensible de mejor forma, ya que dicho pre-conocimiento, también conocido
como prejuicio de valor, es factor indispensable en la curiosidad del científico social
porque pone a disposición categorías en las que debe basar su desarrollo analítico.
Para Weber es fundamental el factor racional en su acervo teórico, ya que además
de ser un elemento esencial para su construcción, garantiza su conocimiento y se
2
coloca como continuador de la corriente del idealismo alemán surgido de la escuela
Kantiana. Generando así un retorno a Kant (centrando el problema de la crisis
teórica con respecto a lo racional) y sobre todo a lo importante que era el papel del
sujeto en esta construcción comprensiva de los fenómenos sociales, es decir, la
acción social. Siguiendo esta línea, debemos adentrarnos al origen e influencias de
Weber en el desarrollo de su teoría en relación al sujeto como individuo racional,
comprensivo e interpretativo. Teniendo en cuenta el desarrollo histórico que siguió la
cuestión filosófica de la razón que culminó en un necesario regreso a Kant para
replantearse las capacidades y configuraciones externas e internas del individuo
como actor social.
En primer lugar tenemos como influencia de Weber la corriente seguida por el autor
Wilhelm Dilthey en el terreno de la razón. Lo que es muestra de la ruptura con la
visión objetivista totalitaria y universal que supuestamente debiera ser la sociología
como ciencia. Dilthey fue un teórico alemán que estuvo en contra de la dominación
que sufrían las alternativas latentes de conocimiento en contra de la visión científica
universal con respecto a los acontecimientos sociales. Mismos que consideraba
debían estar al margen de la metodología objetiva que utilizaban las ciencias
exactas. Los fenómenos sociales están constituidos de formas subjetivas al
depender de la actividad humana en relaciones sociales. La historia del individuo
como agente activo, actor y creador de la misma; mediante un proceso lógico en
función de una totalidad en movimiento, osea cambiante, que viene a ser la fuente
de toda noción común e históricamente representativa de cada sociedad, es decir, la
cultura que baña a cada sujeto de un acervo de conocimientos esenciales para su
desenvolvimiento en la sociedad y que está sujeto a cambio al transcurrir la vida de
la persona en sociedades intercambiantes e interinfluyentes. Rechaza
especialmente las pretensiones naturalistas del positivismo, ya que limitan el papel
de la capacidad cognoscitiva del individuo que representa su temporalidad y su
cultura.
Era clara la posición de Dilthey ante la pretensión positivista que atendía a la
totalidad del mundo de lo social, prescindiendo de las particularidades de la misma
en general. Los fenómenos sociales se expresan de manera distinta en condiciones
distintas y con actores distintos, lo que avala que la compresión de los hechos
históricos sea de manera específica y no siguiendo un modelo que tratase de
3
normativizar el mundo de lo social como si estuviera compuesto por elementos
monótonos.
Como actor social, el individuo está en interacción constante con el mundo de lo
material, con los objetos. De los cuales su relación no se basará en el simple hecho
de utilizarlos de la manera más correcta y vulgar sino que a través de ellos es como
puede desenvolverse óptimamente. Dando al estudio de Dilthey fuerza en cuanto a
la composición del sujeto racional y su relación inmediata y constante con lo
material. Una relación que se convierte en inseparable, la subjetividad con lo
objetivo, sujeto/objeto, interior y exterior. Esta división es importante en la
construcción de Dilthey. Nos permite comprender la característica principal del
rompimiento metodológico, la capacidad mental interiorizada por parte del individuo
para permitirse reconstruir un acontecimiento por medio de su experiencia, de igual
forma interiorizada, que genere la comprensión máxima del fenómeno. Lo externo
como su vida en la estructura de la vida social, que permite generar explicaciones
que son comunes a la mayoría de las personas a través de los objetos.
“La relación con el mundo humano se da de manera inmediata desde la
interioridad. Dilthey pretende rechazar una distinción en el plano ontológico
(todo hecho “externo” está en conexión con el yo); no se trata de distinguir
entre hechos materiales y hechos esptirituales...Su distinción remite a dos
tipos de experiencia. No es entonces la inclusión de hechos ganados por la
experiencia y su referencia a un sistema de valores lo que distingue al
conocimiento histórico, sino que se basa en la historicidad misma de la
experiencia.” 1
Para Dilthey es crucial el hecho de saber y entender las dos formas de experiencia
en el hombre, que están en relación inmediata, dual, entre la comprensión del
fenómeno y su explicación por medio de la interiorización del sujeto. De aquí que
Weber pudiera rescatar estos elementos necesarios para la teoría sociológica que
posteriormente armaría siendo la comprensión y la explicación causal de los hechos
parte principal de su pensamiento. 1 Rabotnikoff, Nora. “Horizonte, razón e historia en Max Weber”. 1986. Capítulo II “El horizonte teórico” Pp 58
4
Una segunda influencia es la que Rickert proyecta en Weber a inclinar su teoría a
una construcción conceptual que sea el eje que pueda traducir el hecho empírico a
una lógica cultural histórica determinada. Rickert sigue la concepción teórica de
Windelband esencialmente la que está ligada a los valores universales que son los
principios no experimentados que garantizan la validez lógica del conocimiento, que
están inmersos en un sistema normativo intrínseco e ideológico pero que son
independientes a su realización. Los valores como la base del conocer, del actuar y
del sentir.2 Windelband a través de los valores es como puede distinguir la validez
normativa de la validez empírica, entre natural y norma. Dicho de otro modo lograr
diferencia el “ser” del “deber ser”. Adentrándonos a una especulación meramente
enmarcada de una composición tendencialmente a la filosofía del derecho, ya que al
hablar de leyes naturales hace referencia a un proceso de aceptación de una norma,
que después se posiciona como un hecho natural del ser humano y lógicamente
atiende a la alimentación de una cultura dada en crecimiento constante. Lo cual
genera que se cuestione si realmente es una parte distinta de la otra o si es en
realidad un proceso del cual la norma se convierte en ley natural. Lo que se le
conoce como naturalización. Sin mencionar el hecho de que en este dilema la
validez lógica depende de cada situación social histórica y económica por supuesto.
Resultando de esto que la pretensión posterior por parte de Rickert fuera construir
un conocimiento que formule leyes generales necesariamente culturales, que fueran
capaces de comprender los fenómenos particulares con la garantía de validez
universal. Llegando a la solución en utilizar principios a priori: valores universales
como necesarios y que orientan al conocimiento.
La cultura es aquí como se coloca como una parte fundamental del estudio
weberiano, partiendo del hecho de que la cultura es una multiciplidad de
conocimiento aglutinado y que se reproduce a través de los conceptos y sus
realizaciones. Una cultura que consolida una relación inmediata y básica con los
valores, que vienen a ser los indicadores ejemplares para la comprensión de una
cultura específica. Entendiéndola como la conclusión general de un proceso de
conocimiento constante desde la individualidad del un ser permeado de este
andamiaje cultural hasta su conjunto en lo social.
2 Idem. Pp 63.
5
Para Weber es esencial la parte racional de ser humano, lejos de querer adentrarse
en un debate interno sobre la distinción entre los diferentes tipos de validez, ya sea
natural o normativo. Weber intenta concluir en una composición conceptual que le
permitirá y será determinante como guía en su pensamiento, hacer de la sociología
una ciencia que parta desde el conocimiento surgido por medio de los valores como
una selección de sentimientos del todo que configura a la cultura. Y que a través de
estos valores se puedan conjuntar categorías tipificadas que Weber llamará tipos
ideales que tienen la función de crear subjetivamente una aproximación
estigmatizada de la realidad gracias a la experiencia interiorizada que permite
reconstruir algún fenómeno.
Es de suma importancia entender la influencia teórica de Weber para comprender
las pretensiones de su obra, así como también saber diferenciar el sentido de la
misma con respecto a otras tendencias teórico filosóficas contemporáneas. No es
que Weber sea el mejor para entender y descifrar los fenómenos sociales y sus
particularidades históricas, de hecho no podríamos hacerlo si quisiéramos utilizar de
manera más precisa su metodología nos encontraríamos infortunada y
desgraciadamente en una instancia donde las limitantes históricas de Weber
saldrían a flote. Pero no podemos prescindir de su construcción teórica si queremos
abarcar un amplio conocimiento de la sociología en su expresión comprensiva.
También debemos dar crédito a una construcción que es muy puntual en lo que
estudia, además de describir el fenómeno de manera crítica y detallada como en el
caso de su obra “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”3 en donde postula
que el capitalismo va en crecimiento contiguo con la evolución religiosa protestante
de las sociedades en búsqueda de una colocación más conveniente
económicamente hablando. Los grupos dominantes, poderosos, tienden al
protestantismo rompiendo con las ideas tradicionales que no están a favor de un
posicionamiento económico mayor. La tendencia de la economía moderna apunta a
que fueran los grupos sobresalientes curiosamente protestantes lo que se colocaban
como manipuladores directos. Históricamente se habían posicionado como una
clase en crecimiento económico en vísperas de controlar el mercado, incluso la
enseñanza otorgada a los hijos de protestantes era notoriamente beneficiaria de la
clase protestante.
3 WEBER, Max. La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Madrid: Istmo, 1998
6
Weber señala la impresionante inclinación por parte de los protestantes hacia un
racionalismo económico derivado de la singularidad de opresión que han sufrido en
el transcurso del tiempo al pertenecer a otra corriente religiosa que a diferencia de
los católicos que históricamente han sido mayoría por ende heterogéneas y
disgregadas. Los protestantes tienen a su favor la particularidad de ser minorías
desde origen y por ello su ideología es más precisa y pretenciosa. 4
Otra vez el concepto de razón aparece en como eje central en otra obra de Weber,
demostrándonos la importancia que le da a este concepto para el accionar humano.
Mismo que es intencionado, está lleno de sentido racional, lógico dentro de un
marco cultural que lo garantiza como tal. Weber define acción de la siguiente forma:
“Por acción debe entenderse una conducta humana siempre que el sujeto o los sujetos de la acción
enlacen a ella un sentido subjetivo. La acción social por tanto es una acción en donde el sentido
mentado por su sujeto o sujetos está referido a la conducta de otros, orientándose por ésta en su
desarrollo.”5
El sentido mentado evidentemente hace referencia al significado que tiene la acción
en su realización, el verdadero motivo para su ejecución solo es concerniente a la
persona que lo hace. El sentido de una acción siempre va en beneficio de un interés
en disputa que se coloca como dominante en caso de ser una orden o mandato. O
puede ser que ese sentido obedezca a un deseo particular de la persona, que
produzca en él una satisfacción prolongada como en el caso de comer, hacer
ejercicio, ver la televisión, leer un libro, fumar, etc. Mentado porque obviamente tiene
como origen un proceso cognoscitivo en el cual los valores inmersos en mi acervo
cultural juegan un papel importante como ya lo hemos discutido anteriormente. En
otras palabras, lo mentado corresponde a la subjetividad que es la característica
principal del razonamiento humano.
Pensar en los motivos de una acción es sujetarnos a cuestiones meramente
arbitrarias, si pensamos en cuan diferentes pueden ser las causas de la realización
de una acción en particular. Para Weber no es tan importante este tipo de
4 Nota al pie de página no. 18. WEBER, Max. La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Pp 155 Weber, Max. “Economía y sociedad”. Ed. Fondo de Cultura Económica. México 1944. pp. 5
7
particularidades que pueden llegar a ser un obstáculo en su construcción teórica, ya
que pensar en las infinitas arbitrariedades en la sociedad es retroceder a lo que la
sociología como ciencia pretende. Weber inclinaba su análisis al hecho de cómo
poder, para el científico social, hacer que el fenómeno estudiado sea comprensible
de manera “exacta” gracias a la utilización de tipos ideales que permiten que la
reconstrucción fuese cercana a la realidad correspondiente. Aunque encontramos
aquí un paradigma en la teoría weberiana. Y es que ¿es posible considerar que los
motivos por los cuales realizamos acciones atiendan a necesidades en relación a
nuestra condición material o solo es posible encontrarnos con que la necesidad
motor de la acción atiende exclusivamente a cuestiones vanas, egoístas y sin un
sentido comunitario en pro de alguna liberación ante la indiscutible dominación tanto
cultural como coercitiva que sufra algún pueblo? Para Weber la cuestión económica
de la sociedad fue un parámetro que manejo muy cuidadosamente debido a que no
quería comprometerse con la generación marxista de su época tendencialmente
inclinada al ámbito de lo económico, característica principal de la II Internacional. La
noción de clase en Weber difiere del marxismo6, aunque sí podemos encontrar
divisiones de las mismas y afirmaciones que comprueban el apoyo hacia su misma
teorización al hacer que su división de clases y la manera de conceptualizarlas
vayan en sintonía y no sea visible en su construcción una posible lucha de clases o
revolución. Ya que considera que las clases son históricamente inamovibles osea
que no es dinámica, es decir, que el proyecto de dominación por parte de las clases
propietarias es tan efectivo que trasciende la temporalidad. Reduciendo el papel de
las mismas clases para la emancipación y no solo eso, sino también reduce
cualquier opción a pensar que las acciones con arreglo a fines siempre irán
sufriendo las iniciativas de las clases dominantes. Si es el caso de que las clases no
son dinámicas es imposible pensar, según Weber, que no hay una ideología
conjunta y representante de clase. Pero de alguna forma se suscita una
contradicción en el pensamiento weberiano, al tener en cuenta su postura ante la
creciente fuerza económica de las clases protestantes. Esta, como lo vimos
anteriormente, ha crecido principalmente gracias a la homogeneidad de su clase, es
decir que comparten un razonamiento conjunto, equiparable, en beneficio de los
6 Desde un principio la conceptualización de clase en Weber denota una limitante, aunque era menester tocar el tema, no quiere adentrarse a los problemas destapados por el marxismo y la lucha de clases. Weber define clase como todo grupo humano que se encuentra en una igual situación de clase. Weber, Max. “Economía y sociedad”. Ed. Fondo de Cultura Económica. México 1944. Pp 242
8
intereses plenamente acumulatorios/capitalistas. De hecho el protestantismo en
principio se presenta como una clase lucrativa, en términos weberianos, porque
sufre la hegemonía de la religión católica. Cómo es posible que en este
planteamiento Weber sí considera y proyecta el desarrollo capitalista por medio de
las prácticas protestantes, haciendo énfasis en la configuración de estas clases que
los coloca en puestos, de todos los círculos sociales, privilegiados a raíz de que
tienen a su disposición tanto una mejor educación como una mejor administración
económica dentro de su entorno en la Iglesia. Sin querer reconocer de manera
directa la relación conjunta y dialéctica que sostienen las clases con el mundo de lo
material, Weber descifra el proceso de progreso capitalista de la clase protestante
con base en la adquisición económica. Rasgo definitorio en otra obra preliminar que
de forma concreta define la vocación del político ponderada de la vocación del
científico. 7 En este libro podemos notar de manera más clara su posición
esencialmente en contra del marxismo al limitarse a una visión de la política
totalmente sectaria y empresarial. Una política que hace al ser humano de cierta
forma en cuestión a normatividades que él supone son las guiadoras para el óptimo
político. Weber divide al político en aquellos que viven de la política y los que viven
para la política. Desde aquí observamos la pretensión de Weber de definir una
política totalmente inclinada a un ejercicio que no es igual para las dos partes. Y en
realidad así sucede, la política actual se ha reducido a una práctica descontrolada de
intereses artificiales ordenados de manera estratégica para un entendimiento
propiciado, gracias a la ayuda de medios de comunicación que sirven como
principales generadores de la ideología. Pero Weber no vivía una realidad ni cercana
a la moderna; weber pretendía preparar una concepción de la política meramente
objetiva. El político para Weber es un personaje crucial en la deconstrucción
histórica de las sociedades. Es en la política en donde se ha depositado el rumbo de
los países, sin embargo, la política weberiana no atañe a todos en general. Claro
uno puede se político y vivir “para” la política siempre y cuando tengamos una
alternativa independiente al mundo político desde la cual recibamos un salario para
desarrollarnos. También se puede vivir “de” la política y realmente injerir en las
decisiones cruciales en torno a una soberanía. Se vive de la política al ocupar un
puesto administrativo en alguna dependencia estatal burocrática, en primera
instancia y que sugiere limitarse a dirigir las cuestiones administrativas; o un político
7 Weber, Max. “El político y el científico”. ED. Colofón, S.A. de C.V. México D.F.
9
profesional, estrictamente calificado para serlo, abarcando todas las especificidades
tanto sicológicas como físicas. Un político razonable y con un sentido inigualable de
lo que maneja a su alrededor, tanto en teoría como en práctica. Como lo es el
instinto de poder, cualidad necesaria y natural en el político que siempre está en
peligro de distorsionar el motivo principal del papel del político, llevándolo a un ansia
de poder por el poder.8 En contraposición al marxismo que considera en la política
en elemento necesario para la conciencia de clase, la política es el accionar del
individuo en masas, generada por una conciencia “para sí” que da validez a su
ejecución, ya que corresponde a sus necesidades históricas de clase en la
búsqueda por la liberación. Para Weber el político es la expresión máxima de la
capacidad cognoscitiva del individuo en cuanto que atiende a todos los procesos de
razonamiento inmersos en su persona, capacitada profesionalmente a ocupar
puestos fijos y externos al parlamento. El político profesional viene a ser la
representación de un cúmulo de intereses institucionalizados en búsqueda del
poder, conocidos como partidos políticos empresariales. Que se caracterizan por
estar constituidos burocráticamente. El partido como empresa, reclutador de votos
en el fin de los hechos, juega un papel de individuo en su forma compacta,
aglutinada. Pareciera está inmerso en un razonamiento completamente a favor de
los intereses que su clase anticipa y demanda. Los integrantes del partido político
son elegidos cuidadosamente, en el mejor de los casos, aunque es menester
señalar las tendencias de la fuerza administrativa a controlar la dirección de la
empresa. Maldición que encontramos en toda jerarquización empresarial que
deposita su devenir en las manos del aparato burocrático. El único sentido que se
encuentra en el accionar de los partidos políticos es el de llegar al poder en el
mundo electoral. De aquí que partamos a las suposiciones de que los partidos
políticos se manejen de manera brusca ante la sociedad, con “políticas” dirigidas a
su conveniencia como empresa. Viendo a la sociedad como clientes potenciales que
a través del voto logran cristalizar su simpatía o dominación. Es posible decir que
hemos dado con el sentido principal de la política para Weber, la causa fundamental
del papel que juega la política en el mundo de la vida.
Recordemos que el factor indispensable en el hecho de decir que algo tiene sentido
es porque este legitima el acto realizado, a lo que prosigue: que las tendencias como
8 Ibid
10
empresa política sean a mantener el status alcanzado ya como empresa capitalista,
y ocurriese como ocurriese ese privilegio debe prevalecer en la temporalidad
histórica. De lo que se deriva que se cuestione la ética que manejan los partidos
políticos como unidad. Weber se cuestiona si existe una ética específica para el
accionar de la empresa política, si existe una tendencia a una ética religiosa en pro
de asegurar los beneficios de los puestos económicos; o si existe una sola ética
universal que puede ordenar en todos los rubros de lo social.
“Tenemos que ver con claridad que cualquier acción orientada éticamente
puede ajustarse a dos máximas fundamentalmente distintas entre sí y
totalmente opuestas: puede orientarse según la ética de la “convicción” o
según la ética de la “responsabilidad”. 9
Con esto podemos observa que nuevamente queda en jaque la cuestión de la causa
principal que hace operar al político, regresándonos al pasaje de que el poder es el
único fin, mismo que garantizará internamente el logro y pondrá en cubierta el uso
de la violencia por parte de los partidos políticos al carecer de una ética en sintonía
con la moral social en general. La división excluyente entre convicción y
responsabilidad genera una posición de incertidumbre en cuanto a los motivos de la
acción por parte del político. De forma concreta el político, gracias a su capacitación
como profesional conoce las posibles consecuencias de sus actos, puede hacerse
responsable indirectamente de los mismos, pero recordar, que los políticos son
caracterizados por representar un interés general. La convicción individual del
político termina en donde tropieza con la ideología del partido y a los intereses
particulares que la apoyan y de los cuales recibe el financiamiento de campaña. Es
ahí donde la convicción política se reduce a lo que pretende el partido empresarial.
Dado que el político, dirigido por su ética de convicción hacia sus ideales, puede
llegar a colocarse en contra del interés principal del partido, ya que este está sujeto
a cambios impredecibles en la lucha por el poder.
Lo que nos retorna a preguntarnos el verdadero significado de las acciones, al
mismo tiempo que reafirma el hecho de la subjetividad individual en el proceso
9 Ibid. Pp 67
11
cognoscitivo, a través de valores inmersos e imprescindibles. De lo que deriva la
intriga que puede llegar a ser el sentido común, sabiendo de ante mano que tanto el
ámbito de la política como el de la ciencia están, supuestamente, en un grado
avanzado del conocimiento general; teniendo en cuenta, claro está, que el sentido
común afirma el estado de discrepancia que viven las sociedades en cuestión al
conocimiento general. Evidencia, de igual forma, la capacidad individual de crearse
por sí solo sus propios motivos para la ejecución de una acción. Estando estos o no
en sintonía con la lógica dominante en su cultura y utilizándolos como herramientas
principales de dominio, como lo pueden ser las prácticas religiosas.
Weber es muy crítico en cuestiones específicas como lo son la religión, como lo
vimos en su visión acerca de la política, la ciencia, el desarrollo de la razón y el
proceso de generar conocimiento. A partir de conceptos como el sentido de la acción
siempre con arreglo a fin (que es la característica principal de su teoría porque
garantiza el uso subjetivo del sujeto, su racionalidad) inmersa en una sociedad que
se encuentra asequible por el sujeto pero que no puede modificar de manera directa.
Es sencillo transportar a un ejemplo cotidiano y entender de mejor forma la
pretensión teórica de Weber. Podemos ejemplificar el concepto de sentido de alguna
acción al cuestionarnos algo cotidiano como el porqué una persona “X” toma una
aspirina. Supondríamos que le duele la cabeza, que se siente mal por una próxima
enfermedad viral, incluso que lo toma por prevención. Pero el detalle está en el
proceso interno que realizamos los individuos para comprender la acción, al tipificar
el sentido de la acción observada. Así se logra una interpretación y explicación del
fenómeno, que atendió a una lógica cultural que hizo más asequible su
entendimiento. Y es precisamente en las cuestiones cotidianas en donde se moldea
de mejor manera la teoría de Weber en general. No es que esté limitando los
alcances de su obra, ni mucho menos mantengo la idea de que estuvo equivocado,
simple y sencillamente dio la oportunidad de encontrar una alternativa a la insipiente
discriminación que sufría la sociología al intentar integrarse al mundo de las ciencias
exactas. Con Weber surgen otro tipo de prioridades para el estudio de las ciencias
del espíritu como los son los valores inmersos en el individuo. Que están en sintonía
constante con el sentir del sujeto y que serán el motor principal de las acciones en
su sociedad. Valores distintos generan acciones distintas compuestos de diferentes
sentidos, dependiendo del sentir del individuo. Un hombre enamorado puede llegar a
12
hacer cosas que parecieran irracionales, pero que en su persona él las encuentra
totalmente llenas de sentido lógico en su sentimiento de amar a alguien o a algo.
Como cantarle al oído a su amada, llevarle flores hermosas y hablar de manera
poética en algunos casos. Existen también sentimientos de odio que pueden generar
acciones indeseables totalmente fuera de la lógica del sentido común. Gritar,
golpear, insultar o denigrar pueden afectar hasta la libertad jurídica del individuo.
La sociología comprensiva impulsada por Weber como conclusión de una corriente
filosófica inclinada o basada en la hermenéutica, es un gran avance en el mundo de
las ciencias del espíritu. Logró posicionar su método como una corriente muy seria
en las disputas por la verdad científica. Pero no logró superar las adversidades
históricas que necesitaban de una teoría vanguardista, que aunque en su círculo lo
fue, el marxismo apuntalaba a hacer más asequible la realidad. Sin embargo la
teoría weberiana se aproximo bastante a problemáticas antes no cuestionadas, ni
siquiera notadas. Como es el caso de su gran aporte al estudio del aparato
burocrático creciente en la sociedad Estadounidense que se colocaba como la
potencia mundial. En el marxismo, por ejemplo, no encontramos estudios de la
índole hasta Gramsci, ya para 1930, una década después de la muerte de Weber.
De igual forma Weber no puede ocultar su posición anti marxista al construir su obra,
de hecho elimina cualquier parecido de su conceptualización con la de Marx. Pero
es imposible no tocar aspectos que los dos encuentran indispensables para su
teorización. Hay mucha coincidencia en la estructura de “El Capital” de Karl Marx
con la obra póstuma de Weber “Economía y Sociedad”. Llegan a analizar de manera
muy parecida aspectos cruciales como lo es la cuestión individual del hombre en
sociedad. Aunque con la desventaja para Weber, ya que Marx lo descubrió mucho
tiempo atrás, dándole más peso a su obra.
Muy a pesar, Weber logra garantizarnos un estudio eficaz y detallado de los hechos
sociales, así como también de las formas en que operan ciertas sociedades
capitalistas. Él no está en contra del sistema mundo imperante, solo lo describe
como lo sugiere un científico social. De alguna forma de muestra neutral en su
concepción ante el mundo y sus estratificación. Y es sumamente imposible pensar
en que propone una teoría emancipadora.
13
Lo que es imprescindible de señalar en Weber es su trascendencia teórica, siendo la
pauta para posteriores creaciones teóricas para el estructuralismo sociológico
esencialmente estadounidense y alemán. Autores como Parsons como la línea pura
del estructural funcionalismo sociológico inclinado al ordenamiento de lo social al
transcurrir la Gran Guerra y la crisis mundial del 29. También sirvió como influencia
para autores provenientes de la escuela de la Teoría Critica marxista en Fráncfort,
Alemania, como lo fueron Adorno, Lukácks.
Weber apuntaló a la sociología a ser una rama interdisciplinaria, que posteriormente
ramas como la psicología se ayudarían de ella para una mejor comprensión ya en el
terreo de las capacidades tanto racionales como físicas del sujeto. Autores como
Mead o Shutz vienen a continuar y alimentar el andamiaje weberiano e inclinarlo a
cuestiones Freudianas intersubjetivas del yo, del mí, del otro generalizado, etc.
Bibliografía:
14
-Rabotnikoff, Nora. “Horizonte, razón e historia en Max Weber”. 1986. Capítulo II “El horizonte
teórico”
- WEBER, Max. La ética protestante y el espíritu del capitalismo. Madrid: Istmo, 1998
- Weber, Max. “Economía y sociedad”. Ed. Fondo de Cultura Económica. México 1944.
- Weber, Max. “El político y el científico”. ED. Colofón, S.A. de C.V. México D.F.
- Antonio Gramsci. “Cuadernos de la cárcel”. Edición crítica del Instituto Gramsci a cargo de Valentino
Gerratana
15