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URABA: LA RITUALIZACION DE LA MASACRE, UNA MIRADA DESDE LA ANTROPOLOGIA
PRESENTADO POR GERONIMO EDUARDO HERAZO ORTIZ
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
DEPARTAMENTO DE ANTROPOLOGIA 2002
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INTRODUCCION
La masacre como modalidad de guerra, se utiliza bajo diferentes
argumentos y perspectivas, dependiendo de los diferentes sectores
que se encuentren en conflicto, de su contexto histórico y de las
particularidades del país o región donde se cometan. Para el caso de
Colombia, la zona del Urabá se encuentra en la esquina noroccidental,
tradicionalmente ha sido una región de conflicto(Steiner,C;1995), se
divide entre el Urabá chocoano, el Urabá cordobés y el Urabá
antioqueño(CorpoUraba;1998), este ultimo es conocido por su industria
bananera. El eje bananero como se conoce, al enclave Apartado,
Chigorodo y Turbo, es la carretera que conecta al departamento de
Antioquía y concretamente a la ciudad de Medellín con el mar caribe.
En estas tres poblaciones, se ha presentado de manera reiterativa la
práctica de la masacre y en general la zona del Urabá se ha convertido
en el escenario cotidiano de la masacre colectiva de campesinos, y
dilucidar el contexto y la lógica de estas masacres a partir de una
análisis ritual y simbólico se presenta como un problema de
investigación
Entre las formas de lucha violenta existe una gran diversidad; van
desde la sangrienta, dirigida a la aniquilación de la vida del contrario y
desligada de toda regla, hasta el combate entre caballeros,
convencionalmente regulado (Uribe, M; 1997). Desde el punto de vista
anterior, se entiende a la masacre como un tipo de relación social cuya
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forma de lucha característica es la eliminación del contrario, y en
cuanto que es reciproca se distinguen dos sujetos que participan en
ella: Los autores y las víctimas. En cuanto hecho violento, la masacre es
un tipo de relación social que implica lucha pero que culmina con la
aniquilación del otro.
La masacre como fenómeno social, representa que los individuos
inscritos en este tipo de practica tienen una serie de relaciones
directas o indirectas, mediadas o no mediadas entre sí (víctimas y
victimarios)1. Teniendo en cuenta lo anterior se entiende que la
masacre se contextualiza a una serie de elementos, tanto culturales,
políticos y sociales, que solo víctima y victimario pueden llegar a
entender. Para el caso colombiano la masacre cuenta con una serie de
antecedentes de marcada importancia, y entender e identificar la
masacre como un fenómeno social reiterativo de la historia reciente
del País se constituye como un problema de investigación que se hace
necesario abordar.
Pero abarcar la totalidad del territorio nacional y la totalidad de
masacres ocurridas en este, seria un estudio de varios años, por tal
razón el presente trabajo se centrara, en la región de Urabá, lo cual
permite generar un contexto mas especifico de las condiciones
socioculturales y políticas de la región, que en los últimos años se ha
convertido en una zona caracterizada por las masacres colectivas de
campesinos, cometidas mas concretamente en el eje bananero, del
Urabá antioqueño, en donde se encuentran los pueblos de Apartado,
1 Informe oficial del consejo económico y social de la organización de las naciones unidas 1990.
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Turbo y Chigorodo, que entre los años de 1988 y 1994 fueron azotados
de manera reiterativa por este fenómeno.
El Urabá es una región de colonización tardía, solo hasta principios de
la segunda mitad del siglo se realiza una colonización clara y
delimitada de la región(Botero, F;1996) pero esta colonización tiene
una serie factores particulares y a su vez una serie de procesos que
solo se entienden bajo la panorámica de los actores que pueblan la
región. De esta forma caracterizar y contextualizar a las masacres
ocurridas en la zona del Urabá se convierte en el objetivo general del
presente trabajo.
La masacre es un fenómeno que se presenta dentro de lo que se
denomina lucha violenta, pero no por esto es una practica generalizable
y contextualizable a cualquier territorio o región, por el contrario cada
masacre representa unas condiciones sociales y culturales
determinadas y especificas.
Por tal razón este tipo de practica debe analizarse e identificarse
bajo parámetros concretos.
Por tal razón la presentación del siguiente trabajo tiene como hilo
conductor, en un primer capitulo un acercamiento a la construcción de
la región del Urabá como territorio, de sus diferentes acontecimientos
históricos, de las perspectivas de la región como fuente de riqueza y
de su más importante obra de infraestructura; la carretera de salida
al mar.
En este mismo capitulo se planteara un acercamiento demográfico, en
cuanto factores de movilización, y más concretamente las dinámicas de
migración por las cuales a atravesado la región del Urabá, de los
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diferentes grupos que pueblan y conforman la región, y de sus
constantes bonanzas económicas. Por último se analizara con
detenimiento los diferentes actores en conflicto en la región, su
historia y el papel que juegan en la conformación del Urabá como
región.
Siguiendo en esta línea, se presenta al lector un segundo capitulo, en el
cual se realiza una mirada antropológica y sociológica al concepto de
masacre, sus diferentes repercusiones, y por ultimo una serie de
ejemplos en el ámbito mundial de este tipo de fenómenos, esto con el
propósito que el lector se familiarice con el término a su vez que tenga
líneas de referencia o comparación internacional.
En un tercer capitulo, se propondrá dos tipos de acercamiento teórico
a las masacres de la región del Urabá, uno de manera estadística o
bajo una serie de elementos de análisis numérico, que de una u otra
forma sirven para futuras investigaciones ; y un acercamiento ritual y
simbólico con el cual se quiere demostrar como las masacres de la
región del Urabá se pueden contextualizar a un concepto de paso ritual
donde se distinguen una serie de fases características a las masacres
en general del Urabá.
Quiero por último hacer énfasis, en las dificultades del trabajo
presentado a continuación, en primer lugar no es posible tener un
contacto directo con la zona en cuestión, debido a los múltiples
problemas de orden publico, y además por las repercusiones que este
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tipo de estudios generan en nuestro país, sin embargo es necesario
aclarar que toda la información obtenida se realizó a través de
consulta Bibliográfica y en ningún momento se realizaron ni entrevistas
ni consultas a fuentes primarias debido a las dificultades ya
mencionadas. Este tipo de trabajos en al actual situación del país, no
son mucho menos que peligrosos, sin embargo considero que estos
mismos estudios sirven para futura investigaciones, en cuanto que son
de alguna manera una aproximación teórica a un problema como es de
la violencia en Colombia, que afecta a toda la población en general.
Quiero dar gracias a todos aquellos que con sus valiosos comentarios
enriquecieron, de manera significativa el presente trabajo, en especial
al Doctor Sergio de Zubiria, que como director de la presente
monografía, participo en la elaboración de toda la estructura general
de la tesis, aportando siempre sus más acertados comentarios.
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1. URABA REGION O TERRITORIO
En la conformación de la zona del Urabá diferentes autores coinciden
en afirmar que es una zona de poblamiento tardío, las primeras
incursiones de campesinos en el ultimo siglo son evidentes a partir de
la década del 50, años por los cuales el flujo de campesinos y colonos
es de manera determinada por causas de la violencia bipartidista
Por otro lado, en cuanto a la región de Urabá, trabajos como el de
Clara Inés García, James Parson y William Tobón concuerdan en
identificar que la colonización de Urabá empieza a manifestarse a
partir de la construcción de la carretera que une a Medellín con el mar
caribe a través del enclave bananero.
Para Clara Inés García la región del Urabá se ha constituido a partir de
los actores en conflicto y de una marcada tendencia a la explotación de
la mano de obra campesina.
Las diferentes oleadas de colonización por parte de campesinos,
indígenas y obreros han constituido al Urabá en un hervidero propicio
para la instalación tanto de guerrillas de marcada tendencia comunista,
como de autodefensas y de grupos de delincuencia común (García, C;
1996).
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1.1 Eje bananero carretera de salida al mar de Antioquía
El eje bananero como se conoce, al enclave de Apartado, Chigorodo y
Turbo, es la carretera que conecta al departamento de Antioquía y
concretamente a la ciudad de Medellín con el mar caribe
Definir a la región del Urabá, parte en primera instancia de reconocer
en ésta, a una zona de poblamiento o migración masiva relativamente
reciente, que cuenta con escasos 40 años.
Para la mayoría de colombianos es una zona asociada con el cultivo del
banano. Y sospechada como una región selvática, diferente y ajena,
incluso para algunos investigadores, llegar a la zona del Urabá, es
“penetrar en lo inhóspito, enfrentarse a la vorágine, desafiar al tiempo
a la exuberancia y el furor de la naturaleza”(Sarmiento, M;1995).
Para María Teresa Uribe, investigadora del tema, el Urabá, “es una
zona que no ha logrado todavía una identidad de región, y es mas bien,
hasta hoy, un territorio en disputa, una colonización en proceso”(Uribe,
M;1992).
Los municipios que conforman convencionalmente a la zona del Urabá,
para los términos del presente estudio están distribuidos entre los
departamentos de Antioquía y Choco, en total son trece, nueve
pertenecientes al departamento de Antioquía ubicados desde el limite
de Dabeiba, hasta el mar Caribe, a saber: Mutatá, Chigorodo, Carepa,
Apartado, Turbo, San Pedro de Urabá y Arboletes; dos municipios de
Antioquía ubicados en el Atrato medio, Murindo y Vigía de Fuerte; y
finalmente, dos municipios del norte del Choco, Ungía y Acandi,
pertenecientes al Darién chocoano.
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Por los objetivos de la presente monografía, se analizara con
intensidad los municipios, conocidos como el eje bananero, Apartado,
Chigorodo y Turbo.
Desde la independencia de Colombia, la región del Urabá estuvo en
constante disputa por los departamentos de Antioquía, Choco y Cauca.
Para los Antioqueños el Urabá es un territorio suyo por derecho propio,
aunque no hubiera ningún tipo de infraestructura que comunicara con el
departamento. Para la pujante colonización Antioqueña, Urabá se
constituía en una necesidad absoluta para el desarrollo de la parte
occidental del departamento(Parsons, J. 1996).
Solo hasta el año de 1905, el general y Presidente de la República
Rafael Reyes, anexo por decreto la región del Urabá al departamento
de Antioquía, dando por cerrado el conflicto de limites y jurisdicción
entre los tres departamentos. Este fue el punto de partida para una
gran campaña gubernamental y departamental, en pos de un
poblamiento masivo de la zona.
Tras la perdida de Panamá, se planteo al Urabá como un territorio de
frontera, que había que defender contra la invasión Yanqui (Steiner,
C.1991).
“El Urabá reemplaza a Panamá en todo sentido,
menos en que jamas será traidor a la patria. Y la
decidía del gobierno nos dejara morir pero, antes
la tumba que dejar de cubrirnos con el pabellón
glorioso de la patria colombiana”(Steiner, C;1991).
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De igual forma para el gobierno departamental, Urabá se constituía en
una selva de ilimitados recursos naturales, la futura riqueza del
departamento.
De esta forma la región del Urabá, se constituía por un lado como la
fuente de futuras riquezas, y por otro en el territorio de frontera que
sé hacia necesario defender de eventuales colonizaciones
norteamericanas.
Para Steiner la propaganda gubernamental distaba de manera clara
con la percepción de los posibles colonizadores antioqueños, para estos,
el Urabá más allá de ser una lucha patriótica o una futura fuente de
riquezas, se convertía en una selva poco llamativa y casi inexplorable, y
por el contrario se percibía más bien como un territorio ideal para el
envío de vagos y ladrones, con lo cual daban pronta solución al
creciente problema de seguridad pública del departamento (Steiner,
C.1991). De esta forma la región del Urabá inicia el siglo XX con las
esperanzas de un futuro promisorio para algunos gobernantes de
Antioquía y del interior del país, mientras para otros se convertía en
un territorio de poca importancia económica.
Durante los primeros años del siglo XX, luego de la perdida de Panamá,
Urabá definitivamente se convierte en un territorio de frontera con lo
cual la pronta colonización de la zona se hace imprescindible, para
evitar futuros sucesos como el ocurrido en 1903.
Sin embargo pocos empresarios antioqueños se atrevieron a realizar
cualquier tipo de inversión en la zona, estos, según Steiner, esperaban
mejores opciones de colonización, por tal razón exigían al gobierno que
realizara obras de infraestructura que les garantizara poder realizar
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el envío de productos hacia el interior del departamento, de igual
forma la inversión estaba supeditada a que la zona fuera habitada por
personas de montaña1, los cuales tendrían por derecho propio
legitimado la colonización.
El principal obstáculo para una rápida colonización del Urabá por
campesinos antioqueños, eran la ineficientes o inexistentes vías de
comunicación entre el departamento y el golfo. La única vía de acceso
existente era conocida como el camino de occidente a cañas gordas
que se inicio en 1846, y que conducía solo hasta la población de
Frontino. La construcción de la carretera de occidente significaba para
el departamento de Antioquía obtener un centro de importante
actividad económica.
“!cosa rara! El primer territorio pisado por los españoles en
Antioquía es hoy el más atrasado del estado. Al lado de esta
desconsoladora verdad, hay, sin embargo, una halagüeña
esperanza. Es por otra parte, por lo que Antioquía habrá que
tener en el porvenir, seguro medio de engrandecimiento y
riqueza; por que es por ella por donde habrá de establecerse
mas tarde un camino que conduzca a los antioqueños hasta la
orilla del Atlántico, y de allí a todas partes del mundo.”(
Parson, J;1996).
Debido a las continuas guerras civiles del siglo XIX la construcción de
caminos tanto de Antioquía como de otras regiones del país siempre
quedaban inconclusas, el camino de occidente no fue la excepción y
hacia 1898 la construcción de la carretera fue paralizada, dejando
1 Se entiende por hombres de montaña a los colonizadores antioqueños
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atrás de esta forma, la ilusión de muchos antiqueños, de por fin
obtener la tan deseada adjudicación jurisdiccional del Urabá y a su vez
excelente enclave económico.
En vista de las pocas facilidades de transporte, a finales de la primera
década del siglo XX, se plantea nuevamente por parte del gobernador
de Antioquía la construcción de la vía férrea que comunicara al
departamento con el interior del Urabá, esta idea fue presentada por
primera vez, por el también gobernador Marcelino Veles en 1889
(Parsons, J. 1996), aunque en ese momento la construcción de la vía
férrea fue recibida con bastante entusiasmo nunca fue llevada a cabo.
Para 1905 la construcción del ferrocarril parecía tener un buen augurio
entre los dirigentes departamentales, aunque hay que tener en cuenta
que durante los primeros 30 años del siglo, en Colombia la idea de
construir ferrocarriles era una constante en los discursos políticos y
una alternativa que atraía de manera especial a los gobernantes
(Steiner, C.1991), según el entonces ingeniero Juan Enrique White,
encargado de la apertura de vías en el occidente del país, la
construcción del ferrocarril, significaba para Colombia el fomento de
la industria, tanto en la explotación de los productos naturales del
suelo, como en la creación de inversión de capital (Uribe, M.1992). Para
la construcción del ferrocarril se concedió la concesión al ingeniero
norteamericano Henry Granger, sobre la explotación de un monopolio
del ferrocarril, por 99 años, que conduciría al golfo de Urabá hasta la
ciudad de Medellín. El trabajo sobre el ferrocarril central de Colombia,
así era como habría de llamarse, debía empezar en los primeros 6
meses de 1905 y un estudio completo de la ruta debería terminarse en
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los siguientes dos años (Steiner, C.1991). El terminal de la línea férrea
seria construido en la desembocadura del río León, en donde se
constituiría la industria del banano de la futura ciudad Reyes, en honor
del presidente que firmó el contrato (Parsons, J. 1996). Según las
cláusulas del contrato, el contratista debía obtener las tierras
necesarias por su cuenta para la construcción de la línea, aunque el
gobierno podría realizar expropiaciones si era necesario. Sin embargo
la construcción de la línea férrea nunca llego a realizarse, debido a sus
altos costos de construcción, como a la dificultad del terreno para
realizar la obra. Además no había suficientes terrenos baldíos sobre la
ruta propuesta para empezar siquiera a satisfacer los términos del
contrato (Parsons, J. 1996).
Para el año de 1909, un consorcio alemán, conocido como Albingia de
Hamburgo, obtuvo una concesión de 5000 hectáreas para el cultivo del
banano a lo largo del golfo de Urabá, para el transporte de dicho
producto la compañía alemana construyo sobre las bases del antiguo
trazado de la línea férrea, los únicos rieles de transporte hasta el
campamento de la empresa en Puerto Cesar, pero con el advenimiento
de la primera guerra mundial la totalidad del proyecto fue abandonado
(Parsons, J. 1996), al igual que la zona del Urabá por un largo periodo
de tiempo.
Al termino de la primera guerra mundial, la economía colombiana
empezaba nuevamente a tener un respiro, y empezó a tejerse la idea
de la construcción de una carretera al mar para vehículos automotores,
ante la imposibilidad de la construcción del ferrocarril. En 1926 por
orden de la asamblea departamental de Antioquía, se dio inicio a la
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construcción de la carretera proyectada (Steiner, C.1991), el primer
tramo conectaría hasta la población de Dabeiba en un total de 140 KM,
para tal tramo se designo a la compañía R. W. Herbard, se le dio
además la oportunidad de realizar el estudio de los restantes 210 Km
hasta el mar (Parsons, J. 1996). La ruta que seguiría la carretera era
casi la misma que White había recomendado para el ferrocarril de
Granger 20 años atrás. Aunque la construcción de la carretera se
inicia por orden del gobierno departamental, en 1927 el gobierno
nacional, a través del congreso de la República aprobó una partida de
$20000 por kilometro construido, para el año de 1928 se modifico el
contrato con Herbard, para cubrir solamente el tramo de San
Cristóbal a Cañas gordas, y a partir de 1929 es el departamento
directamente quien se encarga de la dirección del proyecto (Parsons,
J. 1996).
Empezaba la época de recesión, y el crack del 29, obstaculizo de
manera sustancial la entrada de dinero, y los fondos adicionales
presupuestados por el Gobierno no estaban disponibles, la obra ya
alcanzaba los 270 Km desde Medellín a Mutata, cuando a finales de
1929 se paralizaron las obras. Con la llegada de los liberales al poder
en 1930 en cabeza de Enrique Olaya Herrera, parece haber coincidido
con el freno total de la obra. Según Miguel Ortiz Sarmiento al igual
que James Parsons, Antioquía conservadora políticamente era objeto
de recelo por los nuevos dirigentes liberales en el poder, y al parecer
el departamento no participo plenamente en el desarrollo del sistema
de carreteras del país. Aunque durante el periodo de 1930–1946 la
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malla vial del país aumento de 9200 Km. a 28700Km, construidos, la
carretera al mar no estuvo dentro de los planes de desarrollo.
A pesar de que existía ya una ruta de entrada al Urabá, los planes de
colonización, no eran los esperados, la zona se mantenía en la
constante de una población bastante reducida, con lo cual la carretera
al mar perdía poco a poco importancia dentro del panorama
departamental.
La terminación de la carretera al mar, tuvo que esperar, hasta el final
de la segunda guerra mundial. En 1946 con la llegada nuevamente al
poder los conservadores, se reanudaron las obras, aunque no esta muy
claro según Parson que esto halla tenido una verdadera importancia. La
construcción se inicia a un paso bastante lento solo diez años después
de la reanudación de las obras, los vehículos pudieron transitar de
Medellín a Turbo, dando así por terminado casi después de un siglo la
salida de Antioquía al mar.
1.2 Dinámicas de migración
Aunque como se menciono en un principio la zona del Urabá es un
territorio de colonización tardía, se hace necesario realizar un
pequeño recorrido histórico de la región, a partir de las diferentes
oleadas de colonizadores del Urabá.
Aunque es claro que la colonización masiva de la región del Urabá, se
dío con la construcción de la carretera al mar, desde principios del
siglo XX, con la adjudicación de esta región al departamento de
Antioquía en 1905, los dirigentes departamentales se dieron a la tarea
de colonizar a cualquier costo la zona, a pesar de que para los propios
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antioqueños, esta región no representaba ningún llamativo tanto en el
ámbito económico como social.
Mientras en el interior del departamento se llevaban a cabo las
campañas de colonización, la región continuaba configurándose con
pobladores procedentes del Choco (negros), de la costa atlántica y de
los valles del sinu (chilapos). Además se identificaba a la comunidad
indígena cuna de caimán nuevo, quienes habitaban las selvas del Darién
tanto en la parte occidental como oriental desde antes de la llegada de
los españoles.
Tanto para los tres grupos étnicos como para los indígenas la conexión
con el interior del departamento de Antioquía era totalmente nula,
hasta para los propios antioqueños que visitaban la zona estos eran
considerados como una horda de gentes incultas y poco valorables, a
las cuales era necesario relegar en pos del hombre de montaña, quien
seria el encargado de colonizar y llevar la civilización a la región.
“ Nos detuvimos, aunque por muy pocos momentos, en los
caseríos ribereños del Guayabal, Curvarado y Riosucio, así
como también en la población de Turbo que esta situada en el
fondo de la bahía de Pisisi, caseríos que hacen hoy parte del
departamento de Antioquía, y fue más desagradable la
impresión que recibió el señor intendente viendo la
decadencia de estos poblados y de la desmoralización que de
ellos se ha apoderado sin ninguna culpabilidad de los
empleados superiores a quienes corresponde administrarlos.
No hay pues en estos caseríos, ni templos, ni escuelas, ni
cárceles, es decir la trinidad indispensable para el progreso
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y moralización de los pueblos. Puede asegurarse que estos
infelices viven actualmente haciendo uso del antiguo decir
castellano como moros sin su señor”(Steiner, C; 1991).
Las poblaciones del Urabá se encontraban en total abandono del
departamento y eran pocos quienes se ofrecían para establecerse en la
zona como trabajadores administrativos, en primer lugar debido al la
imposibilidad de comunicares con la capital del departamento, y en
segundo lugar por las pocas garantías que se ofrecían para tales
cargos, es significativo el caso del alcalde de turbo en una
comunicación que envía al director de prisiones de Medellín:
“...hace tres meses que estoy como alcalde y ninguno de los
administradores de hacienda nacional, ni el de Quibdo ni el
de Turbo han querido pagar mis sueldos por que las rentas no
dan para ello. En este lugar todo es enormemente costoso, y,
caro, además de las frecuentes enfermedades que se
padecen...”(Steiner, C;1991).
Este tipo de comunicaciones eran frecuentes por parte de los pocos
colonizadores antioqueños, que se aventuraban en la región. Es
importante observar como entre más distante fuera la población de
Medellín, menos ventajas existían para una posible colonización, como
esperaban los lideres antioqueños. Por el contrario en poblaciones como
Frontino que tenían una cercanía más favorable a la capital, las
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condiciones eran mucho mejores, sin embargo la colonización no
llamaba del todo a los campesinos antioqueños.
En la correspondencia del alcalde de Frontino, sus mayores
preocupaciones eran el cumplimiento de los deberes religiosos y el
mantenimiento de las buena costumbres por parte de los habitantes.
Al parecer fue la inversión extranjera la primera en establecer un
proceso de colonización en términos reales en la región, pero no como
colono ni como fusionador de las razas, sino como empresarios que
vieron las posibilidades económicas que la especial ubicación de la
región podía ofrecer para el cultivo del banano (Steiner, C.1991). La
primera compañía en la región fue el consorcio Albingia de Hamburgo, a
la cual, por medio de la ley 66 de 1909 el congreso aprobó, a dicha
compañía el fomento del cultivo del banano para la exportación en la
costa oriental del golfo de Urabá. El gobierno nacional le adjudico
títulos de concesión de baldíos en una extensión de 4997 hectáreas.
Esta primera incursión por parte de empresas, es esta caso
extranjeras, dio inicio a la primera colonización de la zona del Urabá
por parte de campesinos que veían en esta la solución a su miseria de
los últimos años acentuada por las fuertes plagas de langosta, y a su
vez una oportunidad para el establecimiento total con sus familias.
Alrededor de 700 u 800 trabajadores provenientes en su mayor parte
del Sinu, establecieron los primeros núcleos de población en la zona de
puerto cesar, lugar del campamento central de la compañía alemana.
Al estallar la primera guerra mundial la compañía abandona la zona, sin
embargo muchos de los que llegaron del Sinu atraídos por la promesa
del banano, se quedaron definitivamente en el golfo. Algunos tumbando
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selva para sembrar y la gran mayoría como recolectores de nuez de
tagua, producto que con el tiempo se convertiría en la segunda bonanza
de la zona y de la posterior oleada de colonización.
A pesar de que la recolección de nuez de tagua, junto con la Raiccila
de Ipecuana, era desde comienzos de siglo una de las principales
razones por las cuales llegaban inmigrantes de las sabanas del Sinu y
de la costa atlántica, el aumento en la demanda externa por tales
productos, motivo a otros pobladores a dirigirse a la región en busca
de nuevas oportunidades.
“...Acandi es una población pintoresca. Diariamente va
tomando incremento, pues llegan con frecuencia emigrados
de todas partes a dedicarse a la agricultura y a la extracción
de tagua...”(Steiner, C;1991).
Las semillas de nuez de Tagua, son fruto de la palma que lleva el
mismo nombre, estas van secándose y endureciéndose, al secarse
completamente son cortadas en laminas y se convierten, en la
materia básica para la fabricación de botones. A principios del
siglo XX Estados Unidos y Europa eran grandes compradores de
tagua, para Colombia este producto se contaba como uno de los
productos de mayor exportación, junto al cacao, café, algodón y
caucho.
Para la región del Urabá la extracción de tagua se convirtió en
uno de los mayores atractivos, para campesinos y colonos, durante
las tres primeras década del siglo XX. Su colapso final se
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relaciona con el descubrimiento del plástico, material que
remplazaría a la tagua en la fabricación de botones (Parsons, J.
1996).
La caída de la exportación de tagua es recordada todavía por los
pobladores de la región que a trevés de cantos populares
recuerdan aquella época:
“... oye mujeres, lloren la novedad la tagua se va a acabar
mujeres lloren la novedad, la tagua se va a acabar
y se acabara la plata del golfo de Urabá.
Se acabaron la plata del golfo de Urabá, oye mujeres lloren
la tagua se va a acabar, y de San Juan vengo a llamar la
tagua
Por que dicen los tambores, se acabaron las monedas para
Mantener nuestro pueblo, mujeres lloren la novedad, la tagua
se va a acabar.” (Parsons, J. 1996).
1.3 ACTORES EN CONFLICTO
Al definir, los actores, que de una o otra manera han marcado las
últimas décadas de accionar violento en la región del Urabá, nos
percatamos que la mayoría de estos grupos sin distinguir su enfoque
político, han incursionado en la región como agentes sustentadores de
orden y por que no decirlo, con funciones reguladoras que en principio
pertenecen al derecho natural del Estado.
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No es de extrañar que las primeras incursiones de la guerrilla en esta
caso representada en las FARC, se diera bajo contextos en los cuales
su participación era la de limpieza y la de reguladora de un orden social
en la región, eliminando delincuentes y bandoleros que asaltaban a la
población campesina.
El Estado, tanto en su representación de fuerza publica, como de
representación política, se ha mantenido al margen de los procesos
sociales de la región. La debilidad del Estado, en su función de
salvaguardar los derechos y bienes de la ciudadanía, se ha convertido
en un discurso retórico, que se encuentra lejos de la realidad.
Para ciertos investigadores, el Estado en Colombia, parte de entender
a éste, primero en un orden fáctico, y segundo en un orden
representacional con sus circuitos simbólicos.
En el orden fáctico, el Estado se manifiesta o se caracteriza por su
ineficiencia, en el orden representacional, el Estado se ejemplifica en
la precariedad; al hablar de ineficiencia nos referimos a la falta de
cobertura en servicios públicos, acueducto y alcantarillado, presencia
de agencias gubernamentales, es decir la población se encuentra en un
nivel de necesidades básicas insatisfechas ( Sarmiento, M.1995).
El orden representacional del Estado; “. Es el poco peso y el bajo
puesto que dentro de los juegos de símbolos que circulan socialmente
en la zona del Urabá, tiene el Estado como referente en las cotidianas
relaciones de los pobladores”(Sarmiento, O;1995).
Ante la falta de un Estado representativo y regulador de conflictos
entre los diversos pobladores del Urabá, los habitantes de la región
perciben cualquier tipo de ayuda o intromisión del estado como un
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elemento negativo, esto debido al abandono al cual han sido sujetos,
dicha percepción pasa de generación en generación, y de una u otra
manera construye una tradición de rebeldía, contra el estado
representado en el gobierno, sin importar el tipo de filiación, de dicho
gobierno.
Por tal razón nos enfrentamos ante un Estado que en el orden fáctico,
no cumple con las necesidades de los pobladores del Urabá, y por tal
razón el orden representacional, es visto de manera negativa, y con
pocas posibilidades de maniobra a la hora de instaurar cualquier tipo
de plan de desarrollo.
Bajo este marco social, lanzan su discurso armado las organizaciones
guerrillas, acentuando la indisposición de los pobladores hacia el
estado, esto acompañado, que estas organizaciones en primera
instancia, como ya se menciono realizan funciones de brindar seguridad
a los campesinos, con lo cual obtienen en gran medida aceptación y
respeto por parte tanto de campesinos como de los nuevos inmigrantes
de la región. En este sentido María Teresa Uribe, recalca que el
estado al Urabá “ llega tarde”. Solo es hasta 1984, cuando el estado
colombiano inicia una serie de cuantiosas inversiones en la región, sin
embargo la percepción de los pobladores no varia de manera
significativa frente a ese estado que por mas de 70 años los ha
mantenido lejos de cualquier plan de inversión social.
De tal forma la significación de lo estatal, en el Urabá, es de manera
particular, vista, como un agente negativo donde, por el contrario de
ser un ente regulador o mediador de conflictos, se presenta como
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representante de alguno de los bandos o actores en conflicto, dando
así una nueva dinámica al conflicto en la zona.
De hecho, la actuación del ejercito y la policía contribuye a prolongar
la situación de violencia, esto se debe a que tanto ejercito como policía
han actuado dentro de uno de los tipos de lógica del sistema político (
amigo-enemigo), a la hora de instaurar el orden, dentro de alguno de
los bandos en conflicto. Hasta el año de 1953, las acciones de la fuerza
publica estaban del lado del partido conservador, de 1953 a 1957 del
lado del gobierno militar con sus partidarios liberales y conservadores,
de 1958 a 1974 del lado del Frente Nacional, y de ahí en adelante de
los partidos tradicionales, asumiendo como enemigo cualquier tipo de
filiación política diferente. Este tipo actuaciones del estado,
representado en sus fuerzas publicas, se encuentran inmersas, dentro
de las poblaciones rurales, en donde la colonización se ha llevado a cabo
a partir de diferentes oleadas o bonanzas económicas que representan
para el estado algún tipo de beneficio económico, por tal razón se hace
necesaria la presencia de la fuerza publica para preservar el orden, sin
tener en cuenta, que en estas zonas debido a la falta de presencia
estatal se han generado una serie de canales o conductos, en algunos
casos armados, que regulan las actividades cotidianas tanto de
campesinos como terratenientes.
En definitiva, observamos como en la zona del Urabá, la ausencia total
o parcial del Estado, conlleva a la falta de conductos mediadores de
conflictos, que de una u otra manera se instauran, ya sea por los
mismos campesinos o terratenientes de la región o como es el caso por
parte de organizaciones guerrilleras que prestan servicios de
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seguridad y regulan los roces que se presentan entre los distintos
habitantes.
1.3.1FARC
Con el auge de la inversión bananera a principios de los 60, el conflicto
en la zona se acentúa de manera clara, la opresión de los grandes
terratenientes sobre los campesinos trabajadores, generó un estado
de desconfianza entre las partes, a esto se suma la llegada de
atracadores y bandoleros que ante la posibilidad de obtener ganancias
a través del robo y el pillaje, generaron una violencia inusitada en la
zona.
Aparecen entonces las guerrillas, responden en principio a las
necesidades de seguridad y defensa de las comunidades, función
semejante a la que cumplían las guerrillas liberales y conservadoras de
los cincuenta. Estas nuevas guerrillas de tendencia revolucionaria, para
ganar simpatía y apoyo de campesinos y terratenientes, se ofrecen
para eliminar ladrones, cuatreros, chantajistas y violadores, de alguna
forma se presentan como autodefensas en la región.
Estas primeros grupos guerrilleros, estaban ligados a las células civiles
del partido comunista, sus primeras poblaciones en incursionar son:
Chigorodo, el Tigre, Apartado y Turbo. Las FARC como se denomina a
las fuerzas armadas revolucionarias de Colombia, a partir de 1966
establecen sus primeros núcleos de combate, en dichas regiones. Para
el año de 1970, cuando se reúne la IV conferencia de las FARC, se
trazan las nuevas directrices de la organización en cuanto a
fortalecimiento económico e ideológico, entre las zonas de influencia, a
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su vez que se da inicio al entrenamiento militar de grupos móviles con
los cuales se pretende realizar incursiones en poblaciones aún no
exploradas (Sarmiento, M.1995).
Ante las nuevas decisiones de la conferencia, el reclutamiento de
jóvenes de la zona no se hizo esperar, y para el año de 1971 en el
municipio de San José de Apartado se crea el V frente de las FARC,
que hoy en día es el más importante de los cinco que operan en la zona
entre Urabá, el Darién, el bajo y medio Atareo y el Sinu (Sarmiento,
M.1995).
Los primeros años del V frente, corresponden precisamente a la época
en la cual las guerrillas del EPL y ELN casi desaparecen al ser
duramente golpeadas por el ejercito. Desde su núcleo base de san José
de Apartado las FARC diseñaron su estrategia de desplazamiento en
varias direcciones, en especial hacia la zona del Sinu, de Turbo y hacia
la población de Mutata (Sarmiento, M.1995).
Al parecer, solo hasta el año de 1977 las FARC lograron consolidarse
en la región cercana a la población de Mutata, con lo cual tenían el
acceso hacia el occidente por la serranía del Darién y hacia el sudeste
a Murindo, buscando de esta forma las riveras del Atrato en cercanías
de Antioquía y Choco.
Tanto en San José de apartado como en la zona de Belén de Bajirá las
FARC en cabeza del partido comunista hicieron de estas poblaciones
sus más grandes fortines electorales a principios de la década del 80
(Sarmiento, M.1995).
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Es a principios de la década del 1980 que las FARC se entrelazan en
una fuerte disputa de territorio con la guerrilla del EPL, por el control
de la zona entre Apartado y San José de mulatos y posteriormente
por el norte y nordeste del Urabá. Esta confrontación intraguerrillera
es uno de los elementos de análisis de las posteriores masacres de la
zona, por el control de los sindicatos bananeros, las dinámicas de
estas masacres se analizaran en posteriores capítulos.
Hasta el momento el V frente de las FARC sigue actuando en la región
del Urabá, aunque es necesario aclarar que los constantes
enfrentamientos, tanto con los paramilitares y el ejercito, han
diezmado su capacidad militar con lo cual se han desplazados a zonas
del choco donde su actividad militar sigue de manera constante
(sarmiento, M.1995).
1.3.2. Ejercito regular
Como ya se mencionó, la presencia de la fuerza pública en la región del
Urabá, se ha presentado, dependiendo las condiciones políticas en las
cuales han hecho sus respectivas incursiones, a pesar de esto es
necesario reconocer que más allá de la agudización en el conflicto que
se halla generado por este nuevo actor, la presencia del ejercito,
motivó en alguna forma en la población de Urabá, una nueva percepción
del Estado por parte de los pobladores, no en vano desde 1950 y más
específicamente a comienzos de 1960, es reiterado el deseo, tanto de
empresarios como de péquenos grupos de campesinos, la designación de
un destacamento de ejercito (Steiner, C.1996), incluso algunos de los
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más importantes terratenientes ofrecieron parte de sus terrenos para
dicha construcción.
Solo hasta el año de 1967, los pedidos de la población se vieron
recompensados con la construcción de la base militar de la Maporita.
Aunque la base militar, no produjo los resultados esperados, se
promovió lo que para Miguel Sarmiento, se denomina la militarización
total de la población del Urabá, esto significa en términos del autor
que se le dio un estado de preponderancia al uso de las armas como
legitimador y sobre todo se le confirió el poder de regular
definitivamente cualquier tipo de conflicto. Para este mismo autor, a
pesar que el ejercito si combatió a los grupos guerrilleros, fomentó un
estado de anarquía en vez de promover un estado democrático donde
se hicieran cumplir los conductos regulares, para la resolución de
conflictos. Y esta tesis es sustentada en los procedimientos, que le
dieron al ejercito para hacer valer el orden según Sarmiento, el
ejercito presenta cinco etapas claramente definidas:
1. Instalación de la base militar de la Maporita en los años 60 y
progresivo control del eje bananero
2. Designación de alcaldes militares para los tres municipios bananeros
y Mutata
3. Restricciones institucionales a la actuación del ejercito por efecto
de la política de paz de 1984
4. Creación de la jefatura militar del Urabá Antioqueño en 1988
5. Disolución de la jefatura militar en 1990 y avanzada del fenómeno
paramilitar
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Al designarse alcaldes militares, el conflicto por el contrario se
acrecentó, y no es de extrañar que el mayor número de desaparecidos
se halla incrementado de manera sorprendente, las detenciones
arbitrarias, los allanamientos sin orden previa y en algunos casos el
asesinato, eran para los pobladores de la zona del Urabá un elemento
más de desconfianza hacia el Estado representado en su ejercito.
Es necesario recordar que en el gobierno de Turbay, el ejercito contó
con una serie de facultades conferidas por el estatuto de seguridad,
que en algunos de los casos eran pretexto para el abuso de la fuerza en
contra de los pobladores, en especial en contra de aquellos lideres de
izquierda, que en su momento pertenecieron a las filas del partido
comunista.
En vista de los graves problemas de orden publico, presentados en el
país, el presidente Turbay dio inicio a la creación de una comisión de
paz, que lamentablemente no funciono, fue necesario un cambio de
gobierno para que se pudieran plantear nuevas perspectivas de
negociación.
Con el cambio de gobierno, al parecer las aciones militares
disminuyeron, y la zona del Urabá no fue la excepción, aunque es
paradójico observar, como la arremetida por parte de los grupos
guerrilleros fue más feroz que nunca, y grupos como el EPL y las FARC
crecieron en numero antes y después de los acuerdos firmados en
1984.
Para el inició de la presidencia de Virgilio Barco en 1986, los militares
exigían nuevamente, un mayor apoyo por parte del gobierno. La zona
del Urabá se convertía poco a poco en una zona de cruentos
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enfrentamientos, al incursionar en la región nuevos grupos de
autodefenas dirigidas en ese entonces por los hermanos Castaño Gil,
que se denominaron autodefensas unidas de córdoba y Urabá.
Ante el pavoroso aumento de violencia en Urabá en el año de 1988 se
crea la figura jurídica de una jefatura militar del Urabá antioqueño con
las funciones de mando sobre la autoridad civil, para de alguna forma
frenar la escalada de violencia que llegaba a limites insospechados. Es
necesario traer a colación que este tipo de figura ya se había
presentado en el año de 1928 en santa marta bajo la denominación de
jefatura militar de la provincia de santa marta, a la cual se hace
responsable de la triste historia de la masacre de las bananeras.
Con la creación de esta jurisdicción, se declara a la región del Urabá,
como zona de emergencia y escenario de operaciones militares.
Durante los dos años aproximadamente de duración de la jefatura
militar, se generalizó de manera sorprendente el enfrentamiento entre
paramilitares y los diferentes grupos guerrilleros. La fragmentación de
la región del Urabá era evidente, en el conflicto existían mas de tres
actores armados en busca de consolidar un poder territorial, esto sin
tener en cuanta a grupos de delincuencia común que aprovechaban para
realizar todo tipo de actos violentos, disfrazados de los otros actores
en conflicto.
En 1990 se disolvió la jefatura mi litar del Urabá antioqueño, no antes
sin dejar atrás una serie de odios y futuras venganzas entre los
diferentes actores del conflicto.
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Muchas han sido las especulaciones entorno, a los nexos del ejercito
con los grupos paramilitares, en el Urabá. A partir de 1992 se inicio
una serie de masacres en el conocido eje bananero, como las de Santa
María, Gilgal y la de los secuestrados de Pueblo Bello.
En definitiva la representación estatal, por parte del ejercito parece
haber volatilizado mucho más el conflicto, en el cual, solo hay una
víctima dentro de este fuego cruzado, la población civil.
1.3.3. Autodefensas
Es necesario resaltar antes de analizar la conformación de los grupos
paramilitares, que la literatura existente sobre estos es bastante
reducida, las pocas publicaciones al respecto, detallan de manera poco
clara la conformación de estos grupos, y se limitan mas bien a
relacionar las posibles aciones que se les han imputado.
Es probable que por lo reciente de su conformación y por las poca
fuentes de información que se tiene al respecto, no se halla elaborado
un texto de verdadera importancia académica acerca de los
paramilitares.
A principios de la década del 80, se conforman las primeras
autodefensas privadas, por los pobladores víctimas del accionar
subversivo conocidas como A.U.C.U(Autodefensas unidas de Córdoba y
Urabá). Estas mismas autodefensas al igual que los grupos guerrilleros
para la década del 90 se enraizaron en una confrontación a muerte.
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Luego de los acuerdos de paz de 1984 los grupos de autodefensa o
paramilitares, iniciaron, sus primeros enfrentamientos con los
diferentes grupos guerrilleros, en el Magdalena Medio más
concretamente en el municipio de Puerto Boyaca, se convirtieron
desde entonces en el centro de expansión de esta nueva forma de
organización armada de lucha irregular.
La región del Urabá, se convirtió para las autodefensas en una zona de
importancia principal, para las futuras incursiones en las diferentes
zonas del país. Los paramilitares se les considera como aquellos que
revivieron la practica de la masacre como forma de lucha violenta. Las
primeras masacres ocurridas en Urabá y el Darién, por parte de
paramilitares al parecer fueron perpetradas por el grupo de los
Pangueros con asiento en el sur de córdoba y el grupo de los Tanelas
con asiento en el Darién, en las fincas de los ganaderos Fidel y Carlos
Castaño ?(Sarmiento, O.1995).
Estos grupos paramilitares fueron los que más violentamente golpearon
a los simpatizantes de las FARC y del EPL entre 1989 y 1990.
Las ACCU, han ganado considerable terreno, en la mayoría de
municipios del Urabá antioqueño, como Turbo y Apartado, e incluso en
Mutata, poblaciones que otrora eran bastiones emblemáticos del
partido comunista y por ende de las FARC
A partir de 1990, las aciones paramilitares toman un incremento
inesperado, tras los conflictos con el EPL y las FARC. El E.P.L. (ejercito
popular de liberación), grupo guerrillero que nació en 1965 en la región
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de Córdoba (Behar, G; 1991), inició en 1990 la desmovilización de sus
filas dentro del proceso de paz llevado a cabo en el periodo
presidencial de Virgilio Barco, esta reinserción es un elemento básico
para entender las posteriores acciones violentas de los grupos en
conflicto (Garcia, C; 1996)
En el año de 1992 las cifras de muertos por violencia en Urabá,
aumentaron de manera considerable, para el mes de Agosto la cifra de
muertos se aproximaba a los 700, las repetidas masacres sobre la
población civil, mostraron al Urabá como una de las zonas más violentas
del País, hasta el punto de declarar el estado de conmoción en la zona1.
Para final de 1997, 147 masacres se contabilizan en los últimos de 13
años en Urabá, con un aumento evidente a partir de 1992 (Uribe, M;
Vasques, T; 1997).
A la fecha las ACCU cuentan hoy con veinte frentes, con expansión en
Meta y Santander, y con nexos con otros grupos paramilitares de los
llanos orientales y del Magdalena medio.
1 En semana, No156; Noviembre de 1997
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2. Ejecuciones Arbitrarias a campesinos comúnmente llamadas
masacres
Las ejecuciones arbitrarias o masacres se entienden, como el asesinato
de mas de 3 personas en estado de indefensión1. Al identificar este
tipo de fenómeno como practica o expresión de la violencia, se
entiende ha está última como el resultado de un sin numero de
factores, tales como la variedad de conflictos que la alimentan y por
ende la multiplicidad de actores involucrados; la diversidad de
métodos y conductas violentas; las diferencias regionales que
dificultan cualquier generalización; y la constante volatilidad de las
alianzas políticas y militares de los distintos actores comprometidos
en el ejercicio de la violencia1. En este sentido la masacre se presenta
como uno de los métodos o practicas de la violencia. De esta forma la
masacre sé contestualizá a una serie de elementos particulares y
concretos.
Por tal razón, al revisar los trabajos o reportes con relación a
masacres ocurridas en el mundo, tienen como estructura general, la
explicación de
éstas a partir de razones políticas, étnicas o religiosas. Dejando a un
lado las consideraciones teóricas con respecto al termino de masacre y
a la consideración de estas como universos de investigación
1 Tomado del informe oficial del consejo económico y social de la organización de las naciones unidas 1990.
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sistemática, en donde la masacre deje de ser observada como el
resultado o fruto de la demencia colectiva, y por el contrario se
entienda como una practica social, reiterativa y culturalmente
determinada (Uribe, M; 1996).
2.1 Definición sociológica y antropológica de la masacre
En cuanto al concepto de masacre, dentro del estudio de este
fenómeno en Colombia, investigadores como Teófilo Vasquez y María
Victoria Uribe, utilizan la siguiente definición: se entiende a la
masacre como el acto de liquidación física violenta, simultánea o cuasi
simultánea, de más de 4 personas en estado de indefensión. Pero la
masacre representa también una expresión de un fenómeno social más
amplio, que es el de la violencia, y para entender de manera clara a la
masacre, es importante tener en cuenta la diferencia que Max Weber
establece entre acción y acción social (Uribe, M; Vasquez,T:1997),
según Weber, por acción social debe entenderse una conducta humana,
sea ésta un hacer externo o interno, un omitir o permitir, siempre que
el sujeto o los sujetos de la acción enlacen a ella un sentido subjetivo
(Uribe, M; Vasquez, T; 1997). De esta forma una acción social es una
acción en donde, “el sentido aducido por su sujeto o sujetos está
referido a la conducta de otros, orientándose por ésta en su
desarrollo” (Uribe, M; Vasquez, T;1997).
Esto representa que la acción social de la masacre, es una acción en
donde la percepción o el sentido que le da el sujeto o sujetos se
1 Informe oficial del consejo económico y social de la organización de las naciones unidas; 1990.p 3.
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orienta por las acciones de otros las cuales pueden ser pasadas,
presentes o esperadas como futuras, entre estas últimas, la venganza,
puede ser por previos ataques o replicas a ataques presentes y
medidas defensivas frente a posibles ataques futuros. La venganza, es
uno de los factores que se asocian a las matanzas colectivas o
masacres; la venganza como acto pasado o futuro, representa que los
otros, según sea el caso, pueden ser sujetos individualizados y
conocidos, o ser una pluralidad de individuos indeterminados y
completamente desconocidos” (Uribe, M; Vazques , T;1997).
Para estos autores la masacre entonces, es un tipo de acción social
violenta para cuya descripción, explicación e imputación causal es
necesario desentrañar el fin, el sentido y el motivo de la acción social,
“... el fin se refiere a lo que se busca, el sentido a la forma como el
actor o los actores lo elaboran subjetivamente, y el motivo a la
conexión de sentido que para el actor o el observador aparece como el
fundamento con sentido de una conducta” (Uribe,M; Vasquez,T; 1997).
Teniendo en cuanto lo anterior las masacres pueden clasificarse
como, masacres políticamente orientadas, masacres orientadas
socialmente, y masacres orientadas económicamente.
Las masacres orientadas políticamente se definen como aquellas en
donde el fin, el sentido y el motivo de la acción se relaciona con la
lucha violenta por el poder. Se entiende por como la obtención o
mantenimiento del sistema sé este cual sea. De esta forma el fin se
entiende como la eliminación o aniquilación del contrario o enemigo,
entendido este en un sentido genérico más no individual, el sentido por
su parte se conforma ideológicamente y el motivo que justifica la
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acción, es la necesidad de obtener el poder o mantenerlo, esto plantea
que la elaboración subjetiva del sentido y el motivo de la acción se
basa en que se considera al medio violento como la forma más expedita
para conseguir el fin (Uribe,M; Vasquez,T: 1995).
Dentro de las masacres políticamente orientadas se diferencian las
estatales, paraestatales y para el caso colombiano se identifica
también entre estas a las de la guerrilla. Las estatales son aquellas
cometidas por los agentes o funcionarios pertenecientes al Estado. Las
para –estatales son aquellas llevado a cabo por agentes del Estado que
actúan al margen de su investidura institucional, vinculados a un sector
o sectores de la sociedad civil. La de la guerrilla, que son aquellas que
se realizan contra agentes del Estado o aquellos que tengan filiación
con este.
Por su parte las masacres orientadas socialmente tienen como fin, la
eliminación genérica o individual, de determinado sujeto o sujetos que
se consideran indeseables; el sentido y el motivo de este tipo de
masacres se elaboran subjetivamente, de la intolerancia social o de la
venganza (Uribe, M; Vasquez,T; 1995).
Dentro de las masacres por móviles socialmente se diferencian las
cometidas contra grupos marginales, que se caracteriza por la
aniquilación de individuos que se consideran fuera del sistema, estos
serían mendigos, prostitutas, drogadictos etc., y las cometidas contra
grupos familiares, que tienen como finalidad eliminar a todo grupo
familiar, es decir, borrar los vínculos de sangré matando a todos los
miembros de determinada familia.
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En el caso de las masacres de móviles económicos, se entiende que
son las que tienen como fin próximo la obtención o apropiación de
bienes ajenos, y el sentido y motivo de la masacre se elabora a partir
de considerar a la violencia como la forma más expedita de lucrarse
fácilmente.
2.2 Ejemplos significativos de la masacre en cuanto hecho histórico
La masacre como practica, se presenta como un método reiterativo
de los diferentes conflictos en el ámbito mundial, por tal razón la
presente monografía, presenta algunas de las masacres mas conocidas,
como punto de análisis y ejemplos significativos.
En el caso de la masacre de Nanjing, ciudad localizada al sur de China
en las estribaciones del río Yangté, se ejecuto a más de 340.000
personas entre diciembre y enero de 1937 por parte de las fuerzas
armadas japonesas(Haibo,L;1995). La masacre de Nanjing para la
mayor parte del mundo es una historia casi desconocida o desde otro
punto de vista puede ser una historia no contada, afirma Li Haibo
historiador chino al referirse a la matanza colectiva de civiles, que se
inscribe dentro de lo que se conoce como el holocausto oriental de la
segunda guerra.
En 1931 el ejercito imperial del Japón invadió y tomo control de las
provincias del nordeste de China y el 7 de julio de 1937 inicio su
ofensiva general. En el mes de octubre la ciudad de Shanghai cayo en
manos Japonesas y para el 13 de diciembre se iniciaron las seis
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semanas del terror en la ciudad de Nanjing en donde el promedio de
personas muertas por día se estimo en 8095 (Haibo.L;1995). 40 años
después de la masacre de Nanjing, la explicación de esta, proviene del
testimonio oficial de los altos mandos del ejercito japonés, frente al
tribunal mi litar del lejano Oriente que se conformo para el juicio de los
actos cometidos por parte de los militares japoneses durante la
ocupación del territorio chino. En este proceso los oficiales japoneses
informaron que la orden recibida por parte del mando imperial , era la
de eliminar a los ciudadanos chinos. Las ejecuciones perpetuadas en
Nanjing, se circunscriben en el panorama de la segunda guerra
mundial, de esta forma las masacres corresponden a actuaciones
militares, que en el caso de China se presentan no solo contra las
fuerzas armadas de este país, sino también en contra de la población
civil.
De igual forma en la antigua Unión Soviética, en los campos próximos
a la colina de las cabras en la población de Katyn, en el año de 1940,
las fuerzas Soviéticas masacraron de manera sistemática a más de
10.000 oficiales y soldados polacos(Preminger,G;1982), en una de las
mayores masacres cometidas en el siglo XX. A pesar de que la unión
soviética había firmado una serie de pactos de no-agresión con el
estado polaco(tratado de paz de 1928. Protocolo de 1929 y pacto de
no enfrentamiento en 1932 en la convención de Londres de 1933), el 17
de septiembre de 1939 la U.R.S.S. invadió territorio polaco aduciendo
que le era prioritario el acuerdo de paz firmado con los alemanes
(Preminger, G:1982), en el mes de agosto del mismo año, teniendo en
cuanta que las tropas del Tercer Riech destruyeron las fronteras que
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la separaban de Polonia, poniendo en posible conflicto a los ejercito
alemanes y soviéticos. El 28 de septiembre de 1939 tanto Alemania
como la U.R.S.S. emitieron una declaración conjunta, en donde
sentaban las bases de una paz duradera en la desmembrada Polonia1.
En los quince primeros días de invasión rusa se capturaron
aproximadamente 10 generales, 52 coroneles, 72 tenientes coroneles,
5131 oficiales, 4096 suboficiales y 181 233 soldados, los cuales en su
gran mayoría fueron enviados a campos de concentración en la vecina
región de Ucrania, a poblados como Kozelsk, Starobelsk y Ostaskov
(Primenger,G;1982). El campo de Koselsk, situado a 250 Km de la
localidad de Smolensk, albergó en 1939 a 5000 polacos, y para abril de
1940 aproximadamente a 10000 polacos en su gran mayoría
pertenecientes al ejercito, los cuales después de 4 años en 1943,
fueron encontrados en 3 fosas comunes, por parte del ejercito alemán,
tras invadir a la Unión soviética en junio de 1941. Los hechos cometidos
en el otoño de 1940 son un misterio lo único que queda clara es la
ejecución sistemática de mas de 10000 personas en campos de
concentración Rusos. El motivo o justificación de esta masacre se
encuentra en investigación a pesar de haber transcurrido más de 50
años. Lo que queda claro hasta el momento, es que la masacre fue
cometida en mayo de 1940 esto lo corroboran exámenes e
investigaciones en criminalista y antropología forense. Sin embargo por
décadas la unión soviética insistió en que los funcionarios polacos
encontrados en Katyn fueron masacrados por el ejercito alemán tras
haber invadido la zona de ucrania en 1941. Esta explicación dada por la
1 http://www.britannica.com/bcom/eb/article/idxref/8/0,5716,92679,00.htmlPolish
39
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URSS se acepto hasta 1989 por los gobiernos polacos comunistas, que
cambiaron su resultados investigativos, al inculpar a la policía secreta
rusa la NKVD por la masacre cometida en Katyn y por su
encubrimiento1. Dentro de las masacres de la segunda guerra mundial,
probablemente no puede hallarse otro crimen tan atroz ni tan
fríamente calculado como el que aniquilo a 1, 5 millones de personas
en los campos de concentración nazi El pueblo judío se vio reducido a la
mayor degradación moral y física, hombres, mujeres y niños fueron
salvajemente torturados y masacrados por el solo hecho de
pertenecer a una raza considerada inferior o de sostener creencias
religiosas o políticas antagónicas a la raza aria (Vashen,J; 1975 ). El
antisemitismo existió en Alemania y en otros países europeos durante
muchos siglos (Preminger, G;1982), pero a partir del siglo XIX, el
antisemitismo toma un nuevo impulso al convertirse en propaganda
política para lograr el apoyo de las masas, sin embargo, solo en la
década de 1930, al afianzarse el nacional socialismo en el gobierno
alemán, el antisemitismo racista fue adoptado como línea por un
partido político de grandes dimensiones. El antisemitismo si bien era
basado en una serie de restricciones al pueblo Judío, por considerarlos
elementos nocivos para el desarrollo económico, social y político de
Europa, fue solo a partir de 1930 que se le añadió un nuevo elemento
que seria la justificación practica para el posterior holocausto. El
judío como individuo, no solo era nocivo para la convivencia social, solo
por el hecho de tener bases religiosas o morales diferentes, sino por
que pertenecían a una raza inferior, de esta forma el antisemitismo se
1 http://www.britannica.com/bcom/eb/article/idxref/8/0,5716,92679,00.htmlPolish
40
40
baso en una peculiaridad biológica, es decir, en la sangre impura que
corre por las venas del pueblo hebreo (Vashen,J; 1975).
Loa campos de concentración se constituyen en el escenario propicio
para la practica de la masacre, en la Alemania nazi. En 1933, con el
motivo de la puesta en servicio de los primeros campos – Oranienburg
y Dauchauo-, Adolf Hitler definió así la función de este tipo de
establecimientos: “ La brutalidad inspira respeto. Las masas tienen
necesidad de que alguien les infunda miedo y las convierta en
temblorosas y sometidas. No quiero que los campos de concentración
se conviertan en pensiones familiares. El terror es el más eficaz entre
todos los instrumentos políticos, los descontentos y desobedientes se
lo pensaran dos veces antes de enfrentarse con nosotros, cuando sepan
lo que les espera en los campos de concentración. Agrediremos a
nuestros adversarios con brutal ferocidad y no dudaremos en
doblegarlos a los intereses de la nación mediante los campos de
concentración”1 .
Se estima que al finalizar la guerra murieron alrededor de más de
5.934 000 judíos en campos de concentración, de estos, 3 millones
eran polacos, se debe tener en cuenta que dentro de la posición
ideológica del nacional socialismo, Polonia representaba la base
biológica principal del pueblo Judío. Otros 900 000 judíos eran
ucranianos, 450 000 húngaros, 300 000 rumanos y 210 000 alemanes y
austríacos. Las proporciones que tomaron las muertes durante el
holocausto Judío se constituyen como la mayor masacre perpetuada en
la historia y que se justifico por parte de sus autores como una
41
41
matanza racial y étnica. En este mismo sentido se han explicado las
masacres cometidas en Ruanda como resultado de las tensiones ínter
étnicas, sin embargo los últimos informes tienden a presentar a estas
masacres como fruto de la lucha por el poder2.
1 En hechos de nuestra época: Holocausto el genocidio Judío; 1992 2 http://www.twf.org/index.html
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3. Urabá: región de masacres
Para el estudio de la masacre son diferentes las fuentes de
información utilizadas, en tanto que son diferentes los objetivos y
perspectivas teóricas manejadas por cada autor. En los estudios mas
recientes como el de “Enterrar y callar’ de Teófilo Vasquez, la
perspectiva metodológica se basó en la confrontación de información
proveniente en una primera parte de base de datos estatales, como
procuraduría, defensoría del pueblo y O.N.G que manejan este tipo de
información, teniendo siempre en cuenta que la información de estas
masacres debe haber finalizado su proceso jurídico; por otro lado la
obtención de información se realizó en consultas de fuentes
secundarias, que dependiendo zona, tiempo y actores se realizaron a
través de periódicos, gacetas y en algunos casos como las masacres del
periodo de la violencia en prensa adscrita a algunos de los partidos o
sectores en conflicto. En el trabajo de Vasquez (1997), como el
objetivo central era el de obtener una base de datos sobre las
masacres ocurridas en las diferentes zonas del país, es poca la
información de primera mano que se tiene, excepto cuando se plantea
un ejemplo significativo de alguna masacre.
Para el caso de ”Matar, rematar y contramatar” de María Victoria
Uribe, se basó en la consulta de expedientes judiciales que por la
época en que se centra el estudio son folios de acceso libre, además de
trabajo de campo en donde la entrevista es la obtención de
información de fuente primaria. En le presente trabajo se plantean dos
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tipos de acercamiento a la masacre; uno de manera estadística o
cuantitativa y otro de manera ritual y simbólica
3.1 Acercamiento cuantitativo
Para el caso concreto de la presente investigación, los datos de las
masacres de la región de Urabá, se obtuvieron a través de fuentes
primarias por medio de prensa escrita, centrándose en el periódico El
colombiano de Medellín, la revista Noche y Niebla, publicación de la
defensoría del pueblo y el periódico El Tiempo de Santa Fe de Bogotá.
Este tipo de publicaciones corresponde a un período determinado, este
corresponde a los años de 1988 1994 tomando únicamente las
poblaciones del eje bananero en particular Apartadó, Chigorodó y
Turbo. Esta revisión tiene una serie de ejes o ítems bajo los cuales se
trata de registrar y organizar la información de tal manera, que se
pueda analizar como se construyen y se caracterizan las masacres en
esta zona, a partir de un acercamiento cuantitativo, de tal forma los
elementos se enumeran de la siguiente manera:
1. Forma de entrada de los victimarios.
2. Numero de personas involucradas (víctimas y victimarios).
3. Vehículos.
4. Armas.
5. Tiempo y duración de la masacre.
6. Forma de la muerte.
7. Forma de salida.
8. Comunicación o propaganda que se haya dejado.
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9. Manejo del cuerpo de las víctimas(Vasquez,T;1998).
En cuanto a las tablas de estadísticas, (ver Anexo), se tomaron como
puntos de análisis 11 ítems, los cuales dan una noción general de las
masacres ocurridas en dichas poblaciones; los ítems son los siguientes:
A. Año en que fue cometida la masacre
B. Mes en que se realiza la masacre
C. Día
D. Municipio en particular de dicha masacre
E. La localidad, vereda o barrio del municipio Ej. : Turbo, Currulao, la
Negra, Honduras
F. Numero de víctimas
G. Grupo social al que pertenecen las víctimas
H. Posible Filiación de los victimarios
I. Edad promedio de las víctimas
J. Numero de victimarios
K. Armas utilizadas
En algunos casos la información no es de fácil verificación o no se
conocen los datos con exactitud, por tal razón en la tabla se han
denominado SD, que representa sin Datos
3.2 Análisis ritual y simbólico de las masacres del Urabá
En un contexto general, las masacres en el Urabá, se caracterizan por
la aniquilación física del contrario por medio de la utilización de
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armas de fuego, que por las características del conflicto, se
denominan armas de largo alcance, como metralletas, fusiles, granadas
y en algunos casos revólveres. El modo empleado común es el llamado
tiro de gracia(disparo en la parte frontal o trasera de la cabeza, por lo
general en la parte inferior de la nuca).
Al observar el contexto general de víctimas de dichas masacre se
hace evidente, que la mayoría de estas se realizan en contra de
labriegos o trabajadores de las fincas dedicadas al cultivo del banano.
En algunos casos las masacres se llevan a cabo dentro de la misma
finca, que para los términos de esta trabajo se reconoce como el
espacio o centro de sacrificio. Al referirnos a sacrificio, se parte de
la idea de la masacre como una acto ritual en el cual tanto víctimas
como victimarios, entran en un juego de significados y relaciones, que
de una u otra manera montan una especie de performance, cargados de
simbolismos, que van desde la utilización de prendas características,
listas en hojas de papel, anuncios pre y post masacre y una serie de
elementos que revelan como la masacre va cogiendo forma desde un
primer anuncio hasta la culminación de ésta. Se hace necesario aclarar,
que la representación simbólica de la masacre, parte de analizar
elementos o actos específicos que revisten algún tipo de significado
como el uso de prendas de camuflaje, la utilización de mensajes
intimidatorios, la forma como son retenidas las posibles víctimas y por
ultimo la ejecución de las mismas.
Al identificar al fenómeno de la masacre, bajo un contexto ritual o
como una practica ritual, se parte de los términos teóricos de Van
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Gennep, en donde el ritual de sacrificio se compone de tres etapas o
fases, una fase pre liminar, una liminar y una post liminar (Uribe, M;
1996). La fase preliminar corresponde a los aspectos que preceden a
la masacre, estos comprenden avisos, boletas y amenazas de muerte;
la fase liminar por su parte, corresponde al escenario de la masacre
o espacio sacrificial, y a la forma de ejecución de las víctimas; la fase
postliminar corresponde a la escena posterior de la masacre, es decir,
como los vecinos, parientes o autoridades encuentran a las víctimas y a
las posibles boletas o mensajes dejados por los victimarios. En el caso
de las masacres de la violencia1 en Colombia, más concretamente en
el departamento del Tolima, se identifican una serie de características
concretas; en la fase preliminar por ejemplo, las masacres se avisan a
los campesinos por medio de rumores o amenazas, a su vez, los
victimarios se visten con prendas no cotidianas, por lo general prendas
militares, estas se utilizan por que permiten perpetuar la masacre, ya
que las víctimas creyendo que se trata del ejercito o de la policía,
abren la puerta de la casa, de esta forma no se permite la huida de las
víctimas (Uribe, M; 1996); En el caso de la fase liminar, el espacio
sacrificial es el patio de la casa de las víctimas, en algunos casos se
recurre a la tortura antes de la ejecución, las víctimas generalmente
se les mataba de un tiro, posteriormente se les decapitaba y
finalmente se realizaban una serie de cortes Post morten; en la fase
postliminar la escena posterior a la masacre, dependiendo el caso, es
caótica y desordenada, los cadáveres se encuentran desmembrados,
diseminados o apilados por todo el lugar, o por el contrario la escena
1 En este caso se hace referencia a la violencia como el periodo de 1948 a 1965.
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de la masacre se encuentra en un orden intencional, en la cual los
cadáveres han sido colocados en fila o sentados y con las cabezas de
los decapitados entre las piernas o sobre el vientre, de igual forma los
victimarios en ocasiones dejaban boletas firmadas, las cuales se
escribían en la parte de adentro de cajetillas de cigarrillos Pielrojas,
sobre las paredes de la casa de las víctimas o en la corteza de los
arboles (Uribe, M;1996).
Para el caso del Urabá Antioqueño, con respecto a las masacres
ocurridas en esta zona, se identifica como en una primera instancia o
fase pre liminal se hacen llegar una serie de comunicados a los
pobladores en general, de la posible matanza, se les recuerda que es
mejor que se retiren de la zona, es interesante observar como la
masacre se comenta y se divulga entre toda la población, como si esta
fuera a llevarse acabo contra toda en general y no contra un grupo
definido y especifico. En algunos casos, según la versión de los
pobladores, se ven personas ajenas a la comunidad rondando el casco
urbano, según los pobladores identificando y constatando como se
llevara a cabo la masacre y contra quienes se debe perpetuar. En esta
primera fase de la masacre, sé esta montando el espacio sacrificial, sé
esta determinando quienes serán las víctimas que tendrán que
acogerse al acto ritual, que tendrán que pasar por éste. Las posibles
víctimas o actores del acto ritual se determinan dependiendo el
conflicto en que se enmarca el espacio sacrificial, por tal razón se ha
mencionado ya, que la mayoría de las víctimas corresponden a
trabajadores bananeros, puesto que el espacio por lo general son las
fincas. En este caso podría decirse que las víctimas pueden ser
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asesinadas por motivo de conflicto laboral, o de confrontación
ideológica entre uno y otro de los actores en conflicto, que para los
objetivos del presente trabajo no son el punto de análisis.
En el momento en que inicia el acto ritual de la masacre, es decir en
la fase preliminar los victimarios hacen su entrada en busca de las
víctimas, por lo general se toma como hora propicia la noche o en el
amanecer, horas en las cuales las víctimas se encuentra departiendo
con su grupo familiar, o se disponen a iniciar las labores de trabajo.
Dentro de las masacres de más recordación en el Urabá se encuentran
las realizadas en la finca Honduras y la finca la Negra en el municipio
de turbo, mas específicamente en el corregimiento de Currulao, en
este caso concreto los victimarios distribuyeron panfletos y anuncios
en el municipio de Turbo sobre la posible masacre, además se les vio
rondando en inmediaciones de varias fincas el día anterior1.
A la 1 de la mañana se dio inicio al acto ritual cuando los victimarios
asaltaron las dos fincas, escogieron según versiones de algunos
sobrevivientes con lista en mano a los individuos que serian
ejecutados, y fueron apartados hacia los cultivos. En este punto es
interesante analizar como la lista en una hoja de papel hace las veces
de elemento señalador, elemento cargado de simbolismo ya que a
través de este se intimida y se selecciona, como cuando en un acto
ritual indígena él Chaman decide quienes serán los elegidos
merecedores para acceder al acto ritual. En el momento en que son
apartadas las víctimas se da inicio a la fase liminal del rito, las víctimas
se separan del grupo inicial a donde no se les vea, un lugar en donde se
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encuentran entre el estar y no estar, un sitio donde el iniciado esta
entra la vida y la muerte. En esta fase liminal los victimarios recurren
a la tortura, al interrogatorio y a la vejación de las víctimas, en esta
fase solo pueden acceder los dos actores víctimas y victimarios de lo
contrario estarían contaminando el espacio sacrificial, y el acto como
tal no tendría validez.
Luego del interrogatorio y la tortura se procede al aniquilamiento, en
este caso se realiza por medio de un único disparo en la cabeza, el cual
tendrá el objeto de acabar con el ente biológico, como también con el
desfiguramiento del rostro, que en términos simbólicos representa la
idea de no identificar o borrar cualquier rastro de la imagen de la
víctima, para así no permitir que esa imagen se divulgué o se conozca.
Cuando la masacre en términos físicos se ha llevado a cabo, los
victimarios abandonan el espacio sacrificial para que aquellos que no
estuvieron en la fase anterior reconozcan y observen los resultados de
dicho paso. Es en este momento en que se da inicio a la ultima fase del
acto ritual, la etapa post liminal.
En esta fase por lo general los victimarios dejan de manera
desordenada la escena sacrificial, sin embargo los panfletos o anuncios
que corroboran su acto son imprescindibles, además estos anuncios
traen como advertencia la ejecución de nuevas masacres, y la
señalización de las posibles víctimas futuras, que para el caso de
Urabá varían entre sindicalistas, colaboradores de la guerrilla,
paramilitares y en algunos casos agentes del Estado.
1 La masacre se realiza el 4 de marzo de 1988
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Es necesario aclarar que si bien no todas las masacres tienen los
mismos actores (víctimas y victimarios), todas tienen como eje común
el acto ritual, y sus correspondientes representaciones simbólicas.
Es interesante observar como la misma alcaldesa del municipio de
Apartadó, relata y comenta la situación de crisis por la que atraviesa
su municipio y en general la región del Urabá. La siguiente es la nota
publicada en el diario El Tiempo el 6 de Marzo de 1996:
"Yo vi a la niña muy pálida, casi desmayada, pero creí que estaba
impresionada porque un hombre cayó muerto a sus pies. Cuando ella se
fue al suelo la recogí y vi que tenía una herida en la parte derecha del
vientre",
dice uno de los testigos de la última masacre de Urabá.
Ayer, el padre de la niña, Luis Alberto Quintana, apenas logró reunir
150.000 pesos de los 300.000 pesos que le costó el ataúd de su
pequeña de ocho años, quien fue sepultada en ceremonia colectiva,
junto a las otras nueve víctimas de la matanza de la noche del
Miércoles Santo.
La masacre, según las autoridades, fue perpetrada por grupos de
justicia privada en el billar El Golazo del barrio Policarpa, de Apartadó,
en donde habitan simpatizantes del Partido Comunista y de la Unión
Patriótica.
La sandalia ensangrentada, tirada al frente de la vía principal,
levaticinó a Quintana la tragedia. Esa noche, mientras su familia veía
televisión la niña fue a comprar una gaseosa en compañía de una
amiguita.
"Después de 30 minutos nos empezamos a preocupar porque la niña no
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llegaba. Fui a la tienda y la gente hablaba de una niña herida. Cuando vi
la sandalia reconocí que era la de mi hija", relata Quintana.
Vecinos del sector dicen que una camioneta Luv blanca, en la que se
movilizaban cerca de 15 encapuchados y que iba escoltada por dos
motos, pasó disparándole a todo cuanto se movía.
"Es la primera vez que en una de las tantas masacres que han ocurrido
en Urabá, los niños son víctimas", decían indignados los vecinos del
barrio. La suerte lo abandonó. El otro menor que cayó muerto fue un
niño de 15 años que todos los días después de terminar su jornada
escolar en la escuela Policarpa salía a vender chances por las calles de
Apartadó.
"Como estábamos en vacaciones él había salido desde las 4 de la tarde
a vender chances. Se hizo al lado del billar porque ahí entra y sale
mucha gente", cuenta uno de sus amigos de colegio. Sus compañeros de
curso dicen que hace mucho tiempo había dejado los juegos y desde
hace varios años solo se dedicaba a las tareas y a la venta de chances.
Ayer, el temor, la rabia y la impotencia se apoderaron de los
habitantes del barrio Policarpa, uno de los 10 barrios de la llamada
comuna Bernardo Jaramillo. Allí, señalan abiertamente a los
paramilitares como los responsables de la masacre y se quejan porque
pese a los operativos militares siguen ocurriendo este tipo de delitos.
A casi 200 metros del barrio está ubicado un puesto militar y sólo
media hora después del tiroteo llegaron las autoridades, se queja la
población.
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"Nosotros no sabemos qué hacer, ni en quien confiar. Yo trabajo en una
finca bananera y no puedo decir que vivo en Policarpa porque me
matan", dice uno de los habitantes del barrio.
Según los pobladores del Policarpa, la masacre estaba anunciada porque
desde hace varios días empezó a rodar el rumor de que los
paramilitares se meterían a cada uno de los 10 barrios populares.
También crece el temor por las retaliaciones.
Aunque la administración de Apartadó estableció la ley seca y la
restricción en el uso de las armas hasta el próximo lunes, la gente cree
que las cosas van a cambiar "imagínese, si esta es la primera vez que se
meten al Policarpa y matan a 10, ¿cómo será después?", pregunta
angustiado un habitante del sector.
Con el asesinato de 10 personas el pasado Miércoles Santo, son nueve
las masacres ocurridas en Urabá desde agosto de 1995, Esta en la
segunda en el año. En febrero, 11 obreros fueron masacrados por las
Farc en Carepa. "A Apartadó lo están crucificando", dijo la alcaldesa
de Apartadó, Gloria Isabel Cuartas, al explicar que hasta ahora el
problema de violencia en Urabá ha sido visto como una disputa local
entre guerrilla y paramilitares.
Por su parte, el inspector general del Ejército, general Norberto
Adrada Córdoba, atribuyó el múltiple crimen a grupos de justicia
privada.
Impotente y sola, Cuartas dijo que el problema de violencia en Urabá
se le ha salido de las manos a los mandatarios locales. La Alcaldesa
convocó a la solidaridad del pueblo colombiano y se mostró dispuesta a
declarar el municipio en estado de emergencia, como refugio
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permanente, si no hay un decidido respaldo a la paz por parte del
Estado y la sociedad.
"Nos declaramos impedidos para hacer otra acción de tipo local", dijo
la mandataria después de invitar a los sindicalistas, campesinos,
estudiantes, jóvenes y religiosos a exigirle al Estado que asuma su
responsabilidad por la violación de los derechos humanos.
La alcaldesa de Apartadó anunció que no seguirá haciendo
pronunciamientos a nombre de los alcaldes de Urabá de quienes no ha
recibido la solidaridad y dijo que si la próxima semana no ha habido
ninguna acción de respaldo de los colombianos, procederá a declarar a
Apartadó en estado de emergencia (El Tiempo;04-06-1995). Esta es
una de las tantas crónicas sobre las masacres en la región del Urabá,
en donde se hace evidente la crisis social de la región. Quiero poner a
disposición del lector una segunda nota, en la cual se realiza un
informe detallado de las masacres cometidas durante el año de 1995,
tomado del diario el Tiempo, el día 6 de mayo de 1995
La masacre de Turbo es la tercera que se registra este año en la zona
de Urabá Se trata de la décima matanza, desde agosto de 1995,
cuando han ocurrido, los peores asesinatos de la historia de la región.
En suma, a lo largo del último año, se han registrado 15 ataques
colectivos, que dejaron 157 víctimas.
El número de homicidios en la región asciende a 200. La primera
masacre de este año se registró el 14 de febrero en la finca Osaka, en
Carepa, donde fueron asesinados 11 trabajadores bananeros.
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Las autoridades aseguraron que se trató de una venganza de las Farc
por la captura de 38 milicianos, entre ellos un importante cabecilla de
las milicias bolivarianas.
El pasado 3 de abril, Miércoles Santo, fueron asesinadas diez personas
y seis quedaron heridas, en el billar El Golazo del barrio Policarpa, en
Apartadó. Esa acción fue atribuida a grupos de justicia privada.
El año pasado fue particularmente violento en la región bananera,
especialmente durante el mes de agosto. En ese período fueron
asesinadas 120 personas en cerca de 12 ataques colectivos.
Las masacres son atribuidas por las autoridades militares a grupos de
las Farc y paramilitares, que se disputan el predominio del territorio.
Sin embargo, la mayoría de las víctimas son trabajadores bananeros. El
siguiente es el registro de la ola de violencia:
Enero 10: 5 muertos y 2 heridos en el corregimiento Currulao, de
Turbo.
Mayo 13 y 14: 21 personas son asesinadas en Turbo y Carepa.
Junio 8: 3 muertos en la finca La Argentina, de Turbo.
Julio 30: 4 personas muertas en la carretera de San Pedro de Urabá
a
Turbo.
Agosto 3: 4 muertos en la finca El Limón, en Turbo.
Agosto 13: 6 muertos en el barrio La Martina de Apartadó. Esa
misma noche en el barrio El Bosque, de Chigorodó, son asesinadas 18
personas que se encontraban divirtiéndose en una taberna.
Agosto 15 y 30: 3 maestros son asesinados y se origina un éxodo de
educadores en el eje bananero.
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Agosto 19: 9 muertos en el corregimiento Churidó Pueblo, de
Apartadó.
Agosto 24: 4 muertos en Turbo.
Agosto 29: 17 obreros son masacrados en Carepa.
Septiembre 14: 6 muertos en el corregimiento Currulao, de Turbo.
Septiembre 20: 24 trabajadores asesinados en el sitio el Bajo del
Oso,en
Apartadó.
Quiero por ultimo dejar a consideración del lector la crónica de la
masacre de la finca los Kunas, donde claramente se evidencian los
pasos discutidos en el análisis de la masacre como sistema ritual.
ASI FUE LA MASACRE DE LOS KUNAS
Los milicianos de la Compañía Manuel Cepeda Vargas que habrían de
participar en la masacre de la hacienda bananera Los Kunas, en la
madrugada
del martes 29 de agosto, salieron de las fincas en que diariamente
jornalean
la recolección del plátano y se pusieron en marcha hacia la serranía
poco antes del mediodía del domingo 27.
Tenían instrucciones de reunirse con una columna de guerrilleros del
Bloque José María Córdoba del V Frente de las Farc en 'Tempestad',
un punto intermedio entre Apartadó y Carepa a orillas del Río León.
El mensaje se los transmitió un hombre de Chigorodó al que en el
Urabá conocen como 'Luis Rivera', en realidad, un veterano de las
milicias a quien los cabecillas del V frente han encomendado
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reclutamiento de milicianos, extorsiones fabulosas; visitas periódicas a
administradores y capataces y, en el lenguaje de las gentes de Urabá,
'tumbar' a más de un esperanzado.
Siguiendo las instrucciones de 'Luis Rivera', los milicianos alcanzaron el
punto 'Tempestad' hacia las tres de la tarde de ese domingo 27 de
agosto. 14 guerrilleros acampaban en una finca platanera a 300 metros
del Río León. La columna estaba a órdenes de un insurgente que se
aproxima a los 32 años y al que en Urabá apodan 'James' u
'Hojarasca'.
"Es como 'chilapo'. O sea gente que habla todo ordinario. No es paisa.
Es como de Córdoba", relató un testigo al equipo de investigadores de
la Fiscalía General de la Nación que está a cargo de esclarecer la
sangría en Urabá y que ha asignado a la Brigada 17 la captura de los
responsables.
Los otros guerrilleros eran 'Abelardo', 'Eduardo'. 'Tapujo', 'Camarón',
'Richard', 'Machetazo', 'Abrahán', 'Alexander', 'Trucha', 'Eduardo' y
'Héctor'. 'Yurlady' era la única mujer del grupo, una paisa de 16 años
que, como los demás, vestía camuflado de la Policía. Era la única que
portaba revólver.
"Todos llevaban fusil AK47. 'Papujo' tiene como unos 24 años;
'Machetazo' tiene unos 30 o 33 años; 'Abrahán' tiene unos 22,
'Alexander', unos 16 o 17 años; 'Trucha', unos 18 y Eduardo, unos 20",
dijo un testigo a las autoridades.
'James' ordenó a algunos milicianos prestar guardia y a otros recoger
y cortar leña y organizarla en el suelo al estilo de camas. Los
guerrilleros montaron varias carpas pequeñas entre matas de plátano.
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Los testimonios recogidos por la Fiscalía indican que el grupo pasó la
noche en ese sitio y que a las seis de la mañana apareció una lancha a
motor que lo transportó entre el Río León y el Río Chigorodó.
"Nos fuimos por el Río Chigorodó hacia arriba y del sitio en donde nos
dejó la lancha andamos una media hora por entre el río porque ahí el
agua le da a uno al pecho.
"Llegamos a un sitio que llama 'La Guacamaya' y cruzamos la montaña a
salir al Río Carepa. Es como una hora de camino. Llegamos como a las 12
del día y nos quedamos cerca de la orilla como hasta las seis de la
tarde.
"'Ahí fue cuando 'Hojarasca' dijo que íbamos a una masacre, que
ningún miliciano se podía devolver y que todo el mundo dejara el miedo.
Nadie dijo nada porque después dicen que uno es un voltiado y lo matan
es a uno".
La investigación estatal sobre la que se constituyó en la segunda
masacre de Urabá, una macabra retaliación de las Farc por 'El
Aracatazo' y la aparición de los paramilitares en la región (ver
recuadro), indica que a las ocho de la noche del lunes 28 de agosto, los
guerrilleros llegaron a la mayoría de una finca situada a 1:30 horas de
Los Kunas, el sitio que al día siguiente habría de ser escenario de la
masacre de 19 trabajadores campesinos.
El grupo comió en la finca y acampó ahí hasta las cuatro de la
madrugada cuando los guerrilleros se pusieron en marcha hacia el sitio
Río Grande, un desvío de la carretera principal de Carepa que conduce
hacia el aeropuerto Antonio Roldán Betancut y que está entre las
fincas Los Kunas, Los Almendros y Santa Cruz.
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La orgía empezó a las 5:35 de la mañana.
"El primer bus que llegó fue un escalera. Hicieron bajar la gente y
caminar en cunclillas hasta cerca de la empacadora de plátano y allí
iban requisando a todo el mundo.
"Venían otros tres buses y unos camperos. Ellos pusieron guardias lejos
para que no dejaran devolver los carros. 'Machetazo' y 'Héctor'
quedaron en la parte de atrás. 'James' y los demás le pedían la cédula
a todo el mundo. Las cédulas las tiraban al piso para que cada uno las
recogiera.
"Como 'James' tenía una lista, él miraba y, si era uno de los que estaba
en la lista, lo sacaban aparte, le decían que se tendiera en el suelo y
mandaban a los milicianos a que lo amarraran con las manos atrás. En
eso se utiliza nylon de bananera.
“Abelardo' era el que paraba los carros y 'Tapujo' y 'Yurlady' estaban
requisando la gente. A 'Camarón' y a unos milicianos los pusieron a
amarrar.
Richard' y 'James' estaban requisando y pidiendo papeles. Los otros
estaban haciendo la guardia.
"Unos sí decían que no los mataran, pero los comandantes les decían
que se callaran. Es que ese 'man' ('James' u 'Hojarasca') carga una
lista la verraca. Son como unas 100 personas en esa lista.
"La gente cayó de todos los buses y carros que pasaban. Hicieron bajar
unas 200 personas y cayeron 19 de la lista. Mujeres no. Hasta que no
sacaron toda la gente, no le dijeron al resto que se montaran a los
carros. Un miliciano dijo que conocía a uno y que él respondía por él y a
ese lo soltaron "Después comenzaron a disparar. La gente vio cuando
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los mataron. Les daban un tiro en la cabeza. 'Trucha', 'Alexander' y
'Camarón' se encargaron de eso, pero el último que les disparó a todos
fue 'Papujo' que iba rematando.”James' les gritaba que estos eran los
h.p. de los esperanzados y de los comandos populares.
"La matanza fue como a las 7:30 y de ahí 'Richard' cogió tres carros
para que nos sacaran hasta donde llegaba la carretera, carros
pequeños, un Willys, un Suzuki y un Nissan. Después volvimos a
'Tempestad' y cada quien a lo suyo".
En poder del Estado se encuentra el verdadero alcance de las
actividades de 'Luis Rivera' y otros agentes rurales de las Farc en la
explosiva región de Urabá y su proximidad a episodios como la masacre
de Los Kunas.
"Le dicen a uno que si quiere trabajar. El que quiera trabajar dentra.
Cuando se dentra dicen que es un partido fuerte como cualquiera, que
no tiene nada que ver con armas y ya después si le dicen a uno que
tiene que ver con armas. Si uno se va a salir, no lo dejan y le advierten
que lo matan.
"Uno aprende a manejar armas: revólver, pistola y aprende a manejar
fusil.
Los mismos guerrilleros le enseñan. Pero no le hacen más
entrenamiento si
uno no es efectivo sino miliciano.
"No le pagan nada. Se llaman Milicias Bolivarianas José María Córdoba.
Lo que se hace primero es investigación y después trabajar 'tumbando'
gente por ahí. Ese es el trabajo del miliciano: pendiente de lo que pasa.
Hay unos que no han estudiado nada. Hay veces que se matan ladrones
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y basuqueros. Esa orden la dan los comandantes. La persona que manda
aquí en la región es 'Karina', la que da la orden para todo.
"Las órdenes para matar las pasa 'Luis Rivera' que es el comandante
de milicia. El manda a los milicianos, pero no se le dice al miliciano por
qué. Esa información no se suministra.
“Rivera' también es comandante de finanzas. Se le pide plata a los
bananeros y a los capataces, a todo el mundo. Los milicianos mandan a
buscar a la gente y negocian con ellos y le ponen plazo para que den la
plata. "Se habla y negocia según la capacidad de cada persona. Se
piden hasta veinte millones de pesos. Eso es por año y hay unos a los
que les piden 400
mil o 200 mil al mes.
"Se negocia es con los administradores. Les avisan, van y hablan a la
finca o buscan al dueño en Medellín o en dónde esté", ha relatado ante
fiscales y oficiales de la 17 Brigada uno de los protagonistas de la
sangría en el Urabá.
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5. CONCLUSIONES
La violencia en Colombia, al parecer es un cuento de nunca acabar, cada
vez son mas las retaliaciones y venganzas entre los colombianos que de
una u otra manara están inscritos entre uno y otro de los bandos en
conflicto. La violencia parece que es ya un termino inscrito dentro del
vocabulario general del colombiano, tanto por su significado histórico
como por su representación social de destrucción y barbarie, no es
gratuito que la violencia sea el factor que más cohibe y segrega a una
sociedad, pero peor es aun cuando esa violencia no es estudiada y ni se
reflexiona sobre ella y sobre sus altos costos sociales, y sus
posteriores consecuencias, es en ese momento en que la violencia deja
de ser una forma de lucha y se convierte en un circulo vicioso en el que
cada individuo u organización confronta a los otros grupos en
beneficio de sus propios intereses si tener en cuenta el beneficio de la
sociedad como ente colectivo y general.
Los actos violentos por si mismos están cargados de misiles
simbólicos, de ideas preconcebidas y de conceptos generados por uno
de los bandos en conflicto. El actuar violentamente es la utilización de
la fuerza en busca de un fin determinado, que por lo general no es
entendido sino como la aniquilación del contrario, del enemigo, aquel
que esta por fuera de nuestras concepciones de normalidad y de
nuestras fronteras ideales de sociedad.
En el Urabá, las fronteras ideales de una sociedad, están marcadas por
el conflicto, por la lucha de tierras y por el no respeto de las
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diferencias, es una zona donde el individuo no cuenta con el respaldo
de un Estado eficiente que garantice, su vida, su honra y sus bienes
como nuestra violentada constitución enmarca.
Podría concluirse que una de las posibles causas de la violencia en el
Urabá, es la falta parcial o total del Estado, es una región donde cada
poblador o grupo al margen de la ley puede utilizar cualquier tipo de
acción violenta, sin que se tenga ni el más mínimo respeto por el otro, lo
único importante es eliminar al contrario, al enemigo, político,
económico, social o ideológico.
Muchas podrían ser las explicaciones al respecto de la violencia en la
región del Urabá, algunos pueden argüir que es una zona de
poblamiento tardío que no contó ni cuenta con los canales para la
resolución de cualquier conflicto, otros por el contrario entienden la
violencia en el Urabá como la lucha entre sectores de población
oprimida por grandes terratenientes, otros dan por sentado que es la
lucha partidista ya sea liberal, conservadora, paramilitar o guerrillera,
la que genera ese estado de crisis general en que se encuentra la
región. Pero hay algo en común en todas las posibles explicaciones, y es
que la región del Urabá, es un universo de conflictos, de actores, de
poblaciones, y sobre todo de disputas.
En el Urabá, pareciera que cualquier tipo de disputa o conflicto,
unívocamente solo puede ser solucionado o resuelto a través de la
fuerza y en especial de la fuerza violenta del asesinato, y lo que es
peor por medio del asesinato colectivo indiscriminado e intimidatorio
de la población civil.
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Este tipo de asesinato colectivo o comúnmente llamado masacre, tiene
sus propios juegos simbólicos, sus propias representaciones sociales
que de una u otra manera, solo se identifican o son particulares a los
pobladores y actores de la región del Urabá.
Las masacres más allá de menguar al enemigo, logran crear una
atmósfera de inseguridad, de desprotegimiento, de no-solución en la
población civil, con lo cual ahondan más en los problemas de la región.
El Urabá representa ese margen de colombianos que se encuentran
entre el fuego cruzado de la intolerancia, del no respeto a la vida, de la
lucha por un puñado de tierra y billetes, un lugar donde la significación
de la vida pende del hilo entre el estar con uno o con otro de los
bandos en disputa.
En conclusión general, el Urabá es una zona donde no ha llegado el
Estado, donde no ha llegado la libertad de expresión, en donde las
armas son más fuertes que él dialogo, una región en la cual el
desarrollo se ha inscrito en términos del cultivo del banano, y este a su
vez se encuentra en el contexto general de la muerte, económica,
social, política.
En sí el Urabá en una región de conflictos, una región de masacres.
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