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UNIVERSIDAD NACIONAL DEL CALLAO
FACULTAD DE INGENIERIA PESQUERA Y DE ALIMENTOS
ESCUELA PROFESIONAL DE INGENIERIA DE ALIMENTOS
CURSO:
REFRIGERACION
PROFESOR:
BELLIDO FLORES RONALD SIMEON
ALUMNOS:
ROLANDO OSCAR ESTRADA REQUENA
RICHARD HANSIS PLACIDO OSCCO
25/04/2011
INTRODUCCION
El cambio climático es uno de los temas ambientales más importantes en la actualidad. La
preocupación sobre los cambios aumenta junto con las evidencias que las respaldan y el consenso, que
la interferencia más importante sobre el ciclo natural de los gases con efecto invernadero (GEI) es la
intervención humana. Los GEI se denominan así por su capacidad de atrapar calor solar en la atmósfera
terrestre. El dióxido de carbono (CO2) se reconoce como el más importante junto con el metano,
hidrofluorocarbonos, perfluorocarbonos y hexafluoruro de azufre, según el Protocolo de Kyoto que
enumera seis GEI producidos por actividades humanas. Desde principios del siglo la concentración de
GEI está en aumento y las mayores causas identificadas son: a) la quema de combustibles fósiles y b) el
cambio de uso de la tierra, en particular la deforestación.
Las emisiones de GEI a la atmósfera debidas a la quema de combustibles fósiles se estimaron en
6,3 GtC/año en la década de los años 90 (1 GtC es igual a 109 toneladas de carbono); mientras que las
atribuidas a la deforestación de 16,1 millones de hectáreas anuales se estimaron en 1,6 GtC/año. Esto
suma 7,9 GtC anuales liberadas a la atmósfera. Si continúa el ritmo actual de incremento en las
emisiones de GEI, esta cifra se elevaría a aproximadamente 26 GtC anuales para el año 2100.
Sin embargo, el Informe Especial del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC
2001) estimó que la cantidad neta de C en la atmósfera aumenta 3,3 GtC/año y que la diferencia
existente entre el aumento anual total de CO2 liberado a la atmósfera y el absorbido por la vegetación
terrestre y los océanos en aproximadamente partes iguales, alcanza las 4.6 GtC anuales. Para aumentar
la cantidad secuestrada por los ecosistemas terrestres se aceptan dos enfoques: (1) protección de los
ecosistemas que almacenan carbono de manera que la fijación pueda ser mantenida o incrementada
(conservación y manejo de bosques) y (2) la manipulación del ecosistema (plantaciones forestales en sus
diversas formas incluyendo enriquecimiento) para aumentar la fijación más allá de las condiciones
actuales. Sin embargo, el primero de ellos a pesar de ser biológicamente viable, no se incluyó en los
MDL según la COP7, pero sí se incluyó la reforestación.
Una solución teórica y tal vez utópica a este problema sería reducir el consumo de combustibles
fósiles, disminuir las emisiones de GEI y aumentar la captura y almacenaje de carbono, a la vez que
reducir las tasas de deforestación y aumentar la cobertura boscosa, ya sea en forma de plantaciones
forestales, manejo y enriquecimiento de la regeneración natural en bosques secundarios, recuperación
de pastizales abandonados y áreas improductivas y degradadas mediante la reforestación con especies
forestales nativas.
El presente trabajo se ha elaborado para conocer lo importante y delicado que debemos
trabajar para seguir subsistiendo en nuestro planeta, relacionado con el medio ambiente que nos rodea
como seres vivientes de la tierra.
Alrededor del mundo se hace concientización de lo peligroso que son las quemas y tala de
bosques y el calentamiento global, pero al parecer debido a la gran sobrepoblación que hay, casi es
imposible evitarlo, en algunos lugares que aún se conservan reservas forestales que son las que
contribuyen en gran parte a mantener el clima un poco estable.
La temperatura de nuestro planeta es perfecta para la vida. Ni demasiada fría, ni demasiada
caliente, Gracias a estas condiciones, la vida se extiende por todos sitios. La Tierra recibe el calor del Sol.
Algunos gases de la atmósfera la retienen y evitan que parte de este calor se escape de retorno al
espacio.
Hoy día esta situación de equilibrio delicado está en peligro a causa de la contaminación de la
atmósfera, que provoca que los gases retengan mucho calor cerca de la superficie. Las temperaturas de
todo el planeta han aumentado en el último siglo y esto podría provocar un cambio climático a nivel
mundial.
El aumento del nivel del mar y otros cambios en el medio ambiente representan una amenaza
para todos los seres vivos.
El termino efecto invernadero hace referencia al fenómeno por el cual la Tierra se mantiene
caliente y también al calentamiento general del planeta. Para mantener las condiciones ambientales
óptimas para la vida es indispensable que entendamos las relaciones complejas que se establecen entre
la Tierra y la atmósfera.
Actualmente se sabe, por un gran consenso científico, que el clima global se verá afectado
significativamente en el próximo siglo, a consecuencia de la concentración de gases invernadero. Lo cual
da como respuesta una alteración en las precipitaciones globales. También sufrirán cambios los
ecosistemas globales.
Es por ello que existe una gran incertidumbre referida al cambio climático global y las
respuestas de los ecosistemas, lo cual se traduce en desequilibrios económicos, de vital importancia en
países que dependen fuertemente de los recursos materiales.
En relación al impacto sobre los humanos también trae consecuencias: expansión de
enfermedades infecciosas, inundaciones de terrenos costeros y ciudades, tormentas más intensas y
extinción incontable de plantas y animales, fracasos de cultivos en áreas vulnerables y aumento de
sequías, entre otras.
SUMIDEROS DE CARBONO
Actuación de la vegetación, bosques y plantaciones forestales como sumideros de carbono
El término “sumidero”, según la Convención Marco de las Naciones Unidas Sobre el Cambio
Climático (CMNUCC), se define como cualquier proceso, actividad o mecanismo que absorbe o remueve
un GEI, un aerosol o un precursor de un GEI de la atmósfera. En el caso específico del CO2 atmosférico,
este GEI es absorbido por las plantas y otros organismos fotosintéticos y fijados en la biomasa como
resultado del proceso de la fotosíntesis. Aunque una parte es respirada, otra queda retenida en la
biomasa y se conoce como carbono fijado, depósito o reservorio de carbono. Por tanto, de acuerdo a la
CMNUCC se define como Depósito de carbono: todo componente del sistema climático que almacena
un gas de efecto invernadero o un precursor de un GEI. En este contexto la permanencia o periodo de
tiempo en el que el C está absorbido en la biomasa fuera de la atmósfera es un aspecto crítico y
controversial. La permanencia depende de varios factores tales como la respiración, los raleos, los
incendios y plagas, el aprovechamiento maderable, la deforestación y el cambio de uso de la tierra, que
regulan la pérdida de C acumulado.
La mayoría de los depósitos de C en la vegetación (62%) están localizados en bosques tropicales
de baja latitud, mientras que la mayoría del C del suelo (54%) está localizado en los bosques templados
de alta latitud. Dicho autor también revisó que en los trópicos, el C que está en depósitos epígeos
(superficiales) varía entre 60 y 230 t/C/ha en bosques primarios, y entre 25 y 190 t C/ha en bosques
secundarios (Cuadro 1), que en bosques tropicales, el C almacenado en el suelo varía entre 60 y 115 t
C/ha y que en los sistemas agrícolas o ganaderos, los depósitos de C en el suelo son menores (Cuadro 2).
Cuadro 1. Depósitos superficiales de C en los bosques tropicales.
Tipo de Bosque Almacenamiento de Carbono (t C/ha)
Primario Secundario
Bosque Nuboso 230 190
Bosque Estacional 140 120
Bosque Seco 60 25
Fuente: Kanninen, 2000 con datos de Brown y Lugo, 1992 y Brown et al. 1989.
Cuadro 2. Depósitos de Carbono en suelos tropicales.
Uso del Suelo Almacenamiento de Carbono (t/C/ha)
Bosque Tropical 60 - 115
Agricultura (maíz)
- inicial 35
- después de 50
años
9
Agroforestería (árboles con cultivos)
- inicial 8.9
- después de 9 años 24.1
Fuente: Kanninen (2001)
Cuando se habla de fijación de carbono, es importante tener claro el concepto de depósito que
es una cantidad acumulada a través del tiempo y el de sumidero que es una tasa de captura expresada
por unidad de tiempo.
La reforestación en los países en desarrollo del Sur para crear sumideros de carbono es una
oportunidad rentable para las naciones del Norte industrial, dado que la inversión para sembrar árboles
en Estados Unidos que absorban la emisión industrial de gases causantes del efecto invernadero
asciende a cien dólares por tonelada de carbono. Los proyectos destinados a fijar carbono atmosférico
en programas de reforestación podrían ascender a más de US$3.500 millones en los próximos 20 años
para América Latina y el Caribe (Castro 2000, citado por Pratt 2000).
El tema de los biocombustiblesEl tema de los biocombustibles
La bioenergía es energía obtenida de la biomasa, que tanto puede ser producida de cultivos
establecidos con dicho propósito, de bosques o plantaciones energéticas, o de subproductos forestales y
agrícolas (BIN 2002). Dicha energía puede recuperarse por combustión directa como en el caso de la
leña y el carbón o transformando la biomasa en otros combustibles, que por su origen se denominan
biocombustibles. Tal es el caso del alcohol (bioetanol) , obtenido a partir del bagazo resultante de la
cosecha de la caña de azúcar o de la producción de maíz (Marland y Turhollow 1991) y del biodiesel,
obtenido como subproducto de la producción de aceites vegetales de soya, girasol o maíz, de aceite
quemado de cocina o a partir de grasa animal. Químicamente es un éster mono alquílico que se obtiene
a través de un proceso denominado transesterificación, en el cual los aceites y grasas reaccionan con
metanol e hidróxido de sodio como catalizador para producir ácidos grasos con cadenas de 16-18
carbonos. El biodiesel tiene una cantidad de energía similar al diesel de petróleo (128,000 vs. 130,500
BTU), pero tiene mayor punto de encendido. Esto lo hace un combustible más limpio que el diesel
regular y pueda ser utilizado por cualquier tipo de vehículo diesel solo, o en solución como aditivos para
mejorar la lubricidad del motor. El uso de biodiesel presenta ciertas ventajas, ellas son, su alta
biodegradabilidad, balance neutro en términos de generación de nuevas emisiones de GEI y bajas
emisiones de monóxido de carbono, ozono, material particulado y dióxido de azufre en relación a la
utilización de combustibles convencionales derivados del petróleo (BDC 2001).
La principal diferencia con los combustibles fósiles es que la quema de los mismos libera a la
atmósfera CO2 que ha estado inmovilizado por millones de años, resultando en un incremento del
contenido neto atmosférico de CO2, mientras que la quema de biocombustibles libera CO2 que no
incrementa las emisiones netas de dicho GEI, dado que fue absorbido e inmovilizado recientemente por
las plantas como parte del ciclo atmosférico del carbono (BIN 2002, Boman y Turnbull 1997). La
eficiencia de esta sustitución se expresa en emisiones reducidas por unidad de tierra o biomasa usada y
en los costos de sustitución por tonelada de C. Los costos de sustitución se calculan como la diferencia
de costos entre continuar usando combustibles fósiles a precio actual y el uso de biomasa, asumiendo
que las tecnologías de biomasa se usan cuando se requiere reinversión en tecnologías existentes. La
sustitución de combustibles fósiles por biocombustibles en la producción de electricidad y calor es
menos costosa y brinda mayores reducciones de CO2 por unidad de biomasa que la sustitución de
gasolina o diesel en el transporte (Gustavsson et al. 1995, Marland y Schlamadinger 1995).
La importancia de los sumideros de carbono y los biocombustibles en el cambio climático global
Aunque el tema de los sumideros ha sido fuente de divergencias en las COP-6 y COP-7, la Sexta
y Séptima Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas Sobre el Cambio
Climático, en la última se acordó la inclusión de los sumideros, con ciertas limitaciones, dentro de los
llamados Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL), por los cuáles los países desarrollados podrían
compensar emisiones de GEI con fijación de carbono en países no desarrollados mediante plantaciones
forestales (UNFCCC 2002). Esta inclusión de los sumideros dentro de los MDL ha recibido objeciones de
distinto tipo, entre ellas cuestionamientos basados en externalidades, dificultades de cuantificación,
suplementariedad y permanencia, aún antes de su inclusión (Lohmann 2000). De todos ellos, sin duda el
aspecto más crítico ha sido el de permanencia. Esto es porque el problema de la permanencia no surge
principalmente de debilidades técnicas o institucionales, eventualmente subsanables, sino que es parte
de la naturaleza misma de algunos sumideros y particularmente de los bosques. Otra preocupación
crítica es que los créditos de carbono provenientes de los sumideros permitirán a los países
industrializados continuar utilizando enormes cantidades de combustibles fósiles (Greenpeace 2000).
El uso de biocombustibles como fuente de energía renovable puede contribuir a reducir el
consumo de combustibles fósiles, responsables de la generación de emisiones de gases efecto
invernadero. Vale decir que reemplazando el uso de combustibles fósiles con biocombustibles
obtenidos a partir de biomasa producida en forma sostenible puede reducir el flujo neto de CO2 a la
atmósfera. Inclusive, los biocombustibles de origen forestal y de desechos agrícolas fueron incluidos en
la “Lista Positiva” de Greenpeace (2000) junto con el biogás.
Finalmente, si se consideran los lineamientos definidos por el del Fondo para el Medio
Ambiente Mundial (FMAM) para la realización de estudios de mitigación del cambio climático se
plantean dos escenarios de evolución futura del sistema analizado. El primero, llamado escenario de
base, está asociado con la evolución previsible del sistema, según su dinámica actual y en ausencia de
acciones para reducir las emisiones o incrementar la capacidad de absorción de GEI. El segundo
escenario, llamado de mitigación, por el contrario, supone elegir un conjunto de opciones de mitigación
del cambio climático (GEF 1996).
En este marco, tanto la captura de dióxido de carbono por medio de actividades de
reforestación con especies nativas como el uso de biocombustibles son opciones de mitigación del
cambio climático, en el primer caso porque es una acción para incrementar la capacidad de absorción de
CO2 atmosférico y en el segundo porque es una para reducir las emisiones de dicho GEI.
DEFORESTACION
Deforestación
La deforestación es el proceso por el cual la tierra pierde sus bosques en manos de los
hombres; El hombre en su búsqueda por satisfacer sus necesidades personales o comunitarias utiliza la
madera para fabricar muchos productos. La madera también es usada como combustible o leña para
cocinar y calentar. Por otro lado, las actividades económicas en el campo requieres de áreas para el
ganado o para cultivar diferentes productos. Esto ha generado una gran presión sobre los bosques.
Al tumbar un bosque, los organismos que allí vivían quedan sin hogar. En muchos casos los
animales, plantas y otros organismos mueren o les toca mudarse a otro bosque. Destruir un bosque
significa acabar con muchas de las especies que viven en él. Algunas de estas especies no son conocidas
por el hombre. De esta manera muchas especies se están perdiendo día a día y desapareciendo para
siempre del planeta.
En Colombia se deforestan entre 1.5 a 2.2 millones de acres al año. Esto es igual a más o menos
4 millones de canchas de fútbol al año o 456 canchas en una hora o 7.6 canchas por minuto!!! Si esto
continua, Colombia no tendrá bosques en 40 años !
Las selvas tropicales de nuestro planeta, localizadas principalmente en América del Sur y
Central, África Central y el sudeste asiático, sufren diariamente la tala indiscriminada de sus árboles,
muchos de ellos con cientos de años de antigüedad; cada minuto que pasa queda arrasada una
superficie de selva equivalente a la de un campo de fútbol.
Hay dos razones principales que ocasionan esto. Una es la demanda de madera por parte de
ciertos países, que permite a las naciones endeudadas del tercer mundo obtener dinero fácil; la otra es
la transformación de los bosques en superficies dedicadas a la agricultura y ganadería. El primer motivo
es rentable para quienes lo practican, pero el segundo no; los suelos del ecosistema tropical contienen
un alto porcentaje de hierro y aluminio. Al exponerse a la acción del sol y el aire se endurece, y la poca
tierra fértil que le queda es arrasada por las lluvias.
Aunque ocupan sólo el catorce por ciento de la superficie terrestre las selvas contienen el
sesenta por ciento de las especies animales y vegetales vivas del planeta. En ellas hay muchos recursos
que podrían ser utilizados por el hombre sin dañar el equilibrio ecológico: desde vegetales comestibles
hasta componentes químicos usados en los más diversos campos de la medicina y la industria.
Hay otro tema relacionado con las selvas: el dióxido de carbono. Los países industrializados
emiten 2200 millones de toneladas anuales de este gas procedente de la quema de combustibles fósiles,
mientras que otras naciones lanzan al aire otros 1300 millones de toneladas por año como subproducto
de los incendios masivos de bosques. ¿Y esto qué tiene que ver? Muy simple: además de reducir las
emisiones debe llevarse a cabo un plan de reforestación masiva. Si tenemos en cuenta que una hectárea
de bosque tropical puede neutralizar unas diez toneladas de dióxido de carbono al año, habría que crear
un bosque de tres millones de kilómetros cuadrados, superficie equivalente a las dos terceras partes del
territorio de Perú.
También se propone la fiscalización de las actividades ilícitas de explotación de los bosques por
parte de comisiones municipales y de gobierno, el combate masivo a la corrupción imperante en todos
los estamentos oficiales y la valoración de productos forestales no maderables así como de los servicios
ambientales prestados por los bosques. El proceso de deforestación ocurrido en la Región Oriental del
Paraguay muestra que en 40 años, comprendidos entre 1.945 y 1.985, ha llegado a eliminar 4.916.452
hectáreas, lo cual representa un promedio aproximado de 123 mil hectáreas cada año. En dicho periodo
resalta el intervalo de 8 años, entre 1.968 y 1.976, en que la tasa de deforestación fue aproximadamente
212 mil hectáreas cada año. Estudios del año 1985, indican que en el año 1.985 existían 3.507.670
hectáreas de bosques continuos, de los cuales el 32,8% estaban constituidas por pequeños bosques
residuales y el 68,8% restante por bosques de valor comercial bajo, como consecuencia de la
disminución de sus especies más valiosas.
En el periodo comprendido entre 1.985 y 1.991, se produjo una deforestación de 2 millones de
hectáreas aproximadamente, con una tasa media de aproximada de 290 mil hectáreas cada año. Queda
bien evidenciado que la destrucción de los bosques ha resultado principalmente de las malas prácticas
agrícolas y cría de ganado, asociados de problemas de uso y tenencia de la tierra. De hecho estos
principales elementos causales de la deforestación, demuestran que el problema forestal ha estado
fuertemente ligado a la tenencia de la tierra y a los modelos de reforma agraria y de producción
agropecuaria del país.
Se entiende por deforestación a la destrucción a gran escala del bosque por la acción humana.
Avanza a un ritmo de unos 17 millones de ha al año (superficie que supera a la de Inglaterra,. Entre 1980
y 1990, las tasas anuales de deforestación fueron de un 1,2% en Asia y el Pacífico, un 0,8% en
Latinoamérica y un 0,7% en África. La deforestación no es lo mismo que la degradación forestal, que
consiste en una reducción de la calidad del bosque. Ambos procesos están vinculados y producen
diversos problemas. Pueden producir erosión del suelo y desestabilización de las capas freáticas, lo que
a su vez favorece las inundaciones o sequías. Reducen la biodiversidad (diversidad de hábitats, especies
y tipos genéticos), lo que resulta sobre todo significativo en los bosques tropicales, que albergan buena
parte de la biodiversidad del mundo. Los bosques desempeñan un papel clave en el almacenamiento del
carbono; si se eliminan, el exceso de dióxido de carbono en la atmósfera puede llevar a un
calentamiento global de la Tierra, con multitud de efectos secundarios problemáticos. En las regiones
templadas la agricultura se basó en la eliminación de los bosques aprovechando la fertilidad de sus
suelos.
Los procesos de deforestación son, por lo general, más destructivos en los trópicos. La mayor
parte de los suelos forestales tropicales son mucho menos fértiles que los de las regiones templadas y
resultan fácilmente erosionables al proceso de lixiviación, causado por la elevada pluviosidad que
impide la acumulación de nutrientes en el suelo. No obstante, las políticas coloniales se basaban en el
supuesto, equivocado, de que un bosque exuberante significaba suelos fértiles. Pretendían conquistar
los bosques, sobre todo para destinarlos a los cultivos comerciales y la agricultura, y han dejado un
legado de suelos exhaustos.
La deforestación tropical aumentó rápidamente a partir de 1950, con la ayuda de maquinaria
pesada. Desde entonces, el crecimiento de las poblaciones humanas ha llevado también a la destrucción
de zonas forestales por la vía más difícil, a mano. Las tasas anuales de deforestación en 52 países
tropicales prácticamente se duplicaron entre 1981 y 1990.
Agentes de la deforestación
Entenderemos por agentes de deforestación a las personas, corporaciones, organismos
gubernamentales o proyectos de desarrollo que talan los bosques. En todas las áreas geográficas, los
agricultores que practican roza y quema se sitúan entre los agentes de deforestación más importantes,
ya que ocupan tierra forestal que limpian para plantar cultivos comestibles. Otros agentes importantes
del sector agrícola son los ganaderos que talan los bosques para sembrar nuevos pastizales para
alimentar el ganado y los agricultores comerciales que establecen plantaciones agrícolas comerciales
como el caucho y el aceite de palma. Entre los agentes secundarios de la deforestación se encuentran
los madereros, los dueños de plantaciones forestales, los recolectores de leña, los industriales mineros y
petroleros y los planificadores de infraestructura.
La deforestación: enemiga del bosque
Los bosques constituyen uno de los ecosistemas más valiosos del mundo, al contener un alto
porcentaje de la biodiversidad del planeta. Lamentablemente, ellos se encuentran muy vulnerables
frente a la acción del hombre, y en muchas partes del mundo incluso han desaparecido.
Durante la década de los ochenta, los índices de deforestación mundial llegaron hasta 15
millones de hectáreas por año; y en la mayor parte del mundo la deforestación se aceleró durante la
década del 90. Entre las causas directas más importantes de la deforestación se encuentra la pobreza
del tercer mundo (donde se hallan la mayoría de los más grandes bosques y selvas), que necesitan
explotar estos ecosistemas para obtener recursos; la necesidad de abrir espacios nuevos para la
agricultura, para la cría de ganado, la urbanización y la construcción de infraestructura (carreteras, vías
férreas, tendidos eléctricos); la minería; la inundación para generar energía hidroeléctrica, y la
explotación de petróleo.
Este fenómeno de deforestación se ve agravado por la lluvia ácida, la desertificación, y los
incendios forestales. En el caso de los pequeños agricultores, considerados como pobres, al asentarse
cerca de los bosques deben talar una parcela de tierra y utilizarla para la plantación de cultivos de
subsistencia o comerciales. Sin embargo, ese tipo de prácticas degrada rápidamente el suelo, y el
agricultor se ve forzado a talar otra porción de bosque para transformarlo en tierras de cultivos.
Posteriormente, el área que ya no se puede cultivar es utilizada para la cría de ganado, lo que termina
por degradar completamente el suelo, al eliminar la escasa vegetación que podría haber quedado. En
muchos países las prácticas forestales de tala rasa han sido la causa principal de la pérdida forestal.
Ejemplos claros de ello es lo que ocurrió en Irlanda y Escocia, que alguna vez estuvieron prácticamente
cubiertos de bosques, pero durante el Imperio Británico fueron casi totalmente cortados para abastecer
de madera a los aserraderos ingleses.
En Chile también existe pérdida de bosques nativos. De hecho, se estima que nuestro país
poseía 25 millones de hectáreas de bosques a la llegada de los españoles; es decir, un 45 por ciento del
territorio estaba cubierto por bosque nativo. En la década de los cuarenta se hizo una estimación de 16
millones de hectáreas, y actualmente la cifra solo alcanza a poco más de 13 millones.
Los incendios forestales
Otra de las causas de la deforestación son los incendios forestales, los que pueden definirse
como la propagación libre e ilimitada del fuego, cuya acción consume pastos, matorrales, arbustos y
árboles. Para que un incendio ocurra deben existir tres factores: el oxígeno, el calor y el combustible.
Los efectos del fuego en los bosques son principalmente los siguientes:
• Eliminación de las áreas boscosas
• Pérdidas económicas
• Desaparición o disminución de los recursos hídricos
• Erosión
• Desertificación
• Pérdida de biodiversidad
• Aumento de gases de efecto invernadero
• Aumento de la temperatura ambiental
• Incremento de los efectos erosivos del viento
• Disminución de la humedad
• Alteración de los regímenes de vida de los humanos
• Emigración de la fauna local
Asimismo, la acción del fuego también afecta al suelo mineral en tres formas, que son: física, al
destruirse la estructura y compactación del suelo por falta de humedad; química, al producirse una
disminución de los nutrientes de la vegetación, y finalmente biológica, al destruirse los microorganismos
del suelo encargados de la descomposición de los restos orgánicos.
Agentes importantes de la deforestación
Agente Vínculo con la deforestación
agricultores de roza y quema- Descombran el bosque para sembrar cultivos de subsistencia y otros
cultivos para la venta
Agricultores comerciales
- Talan los bosques para plantar cultivos comerciales, a veces
desplazan a los agricultores de roza y quema, que se trasladan a su vez
a los bosques.
Ganaderos- Talan los bosques para sembrar pastos, a veces desplazan a los
agricultores de roza y quema, que se trasladan a su vez a los bosques.
Pastores de ganado menor y
mayor
- La intensificación de las actividades de pastoreo de ganado menor y
mayor puede conducir a la deforestación.
Madereros- Cortan árboles maderables comerciales; los caminos que abren los
madereros permiten el acceso a otros usuarios de la tierra.
dueños de plantaciones
forestales
- Aclaran barbechos boscosos y bosques previamente talados para
establecer plantaciones para proveer fibra a la industria de pulpa y
papel.
Recolectores de leña- La intensificación en la recolección de leña puede conducir a la
deforestación.
Industriales mineros y
petroleros
- Los caminos y las líneas sísmicas proporcionan acceso al bosque a
otros usuarios de la tierra; sus operaciones incluyen la deforestación
localizada.
Planificadores de programas
de colonización rural
- Planifican la relocalización de habitantes a áreas forestales, lo mismo
que proyectos de asentamiento que desplazan a los pobladores
locales, los que a su vez se trasladan a los bosques.
Planificadores de
infraestructuras
- Los caminos y carreteras construidos a través de áreas forestales dan
acceso a otros usuarios de la tierra; las represas hidroeléctricas
ocasionan inundaciones.
Existe una diferencia considerable entre regiones y entre países con respecto a qué grupos
constituyen los agentes de deforestación más importantes. En América Latina, la agricultura de roza y
quema y la ganadería están a la vanguardia de la deforestación. En el sudeste de Asia, por el contrario, la
agricultura comercial, la industria maderera y las plantaciones de aceite de palma juegan un papel más
significativo. La situación en África es una mezcla compleja de pastoreo excesivo en las zonas forestales
secas, agricultura de roza y quema y un alto grado de explotación forestal en los bosques húmedos de
África central y del oeste.
La Desaparición del Bosque Tropical
El bosque tropical es una maravilla de la naturaleza. En numerosos países constituye una parte
viva de la cultura. Sin embargo, muchos de esos bosques están actualmente en peligro. Ya se han
perdido más de la mitad y el índice de deforestación casi se ha duplicado durante la década de 1980. En
otros pocos decenios podemos asistir a la práctica eliminación del bosque tropical. Pensemos en ello:
esa franja de verde intenso a los dos lados del ecuador, que significa la vegetación más exuberante de la
Tierra, puede tener que ser coloreada de marrón para detonar que el bosque tropical ha desaparecido
para siempre.
El bosque tropical es la más hermosa celebración con que la naturaleza ha embellecido la
superficie del planeta. Su diversidad biótica es legendaria. En 50 hectáreas de la Malasia peninsular hay
más especies de árboles que en todo Norteamérica; solo un arbusto de Perú puede albergar tantas
especies de hormigas como las Islas Británicas!!! Posiblemente los bosques tropicales son el hogar hasta
del 90% de todas las especies de la Tierra, por eso es importante conservar estos hermosos bosques ya
que si se terminan solo quedaríamos con el 10% de las especies que teníamos.
Cuando el bosque tropical desaparece, también lo hacen las especies que viven en él,
probablemente hoy a un ritmo de varias docenas al día. Los bosques tropicales son MUY indispensables
para la vida del hombre; deberíamos estar agradecidos a la riqueza del bosque tropical la próxima vez
que compremos un medicamento en la farmacia. Hay una posibilidad de 1/4 de que ese medicamento
se haya extraído de alguna planta del bosque tropical.
La Estabilidad del Clima
Un beneficio aún más importante del bosque tropical reside en el papel que desempeña en el
control del clima. La deforestación está creando 2 problemas principales a este respecto. A medida que
la franja verde entorno al ecuador se transforma en terreno baldío, se produce un aumento en la
"brillantez" de la superficie terrestre. Este "efecto de reflejo" acabará por alterar las corrientes de
convección, los sistemas de vientos y los regímenes de lluvia en los trópicos y posiblemente en otras
regiones más alejadas.
Aún más significativa es la alteración climática que se seguirá de la acumulación del dióxido de
carbono (CO2) en la atmósfera global. A las emisiones de CO2 se debe la mitad del efecto de
invernadero, que amenaza con causar un drástico cambio climático y ecológico mediante el proceso del
calentamiento global. Cada año se acumulan en la atmósfera 4,000 millones de toneladas adicionales de
carbono y aproximadamente el 30% de ese exceso se estima que deriva directamente de la quema
acelerada de los bosques tropicales.
Bomba de Tiempo: El Bosque Tropical
Casi la mitad de los bosques húmedos tropicales del mundo han sido destruidos. Sabiendo lo
que hacemos con su incalculable diversidad, con sus enormes beneficios potenciales y las consecuencias
de su desaparición para el clima del mundo, es una locura que esa destrucción continúe. Sin embargo,
un área de bosque húmedo del tamaño de 6 campos de fútbol se destruye aún cada minuto de cada
día. En pocas décadas, mas de tres cuartas partes (3/4) de los bosques originales pueden haber
desaparecido para siempre. Para disminuir este ritmo de destrucción, la comunidad internacional debe
ayudar a los países que tienen bosque húmedo a desarrollar políticas de explotación viable y otras
fuentes de ingresos; demasiados proyectos de ayuda simplemente aceleran la propagación de la
silvicultura comercial.
Causas ocultas de la deforestación y la degradación de los bosques
Los bosques constituyen uno de los ecosistemas más valiosos del mundo. Contienen más del
sesenta por ciento de la biodiversidad del planeta que, además de su valor intrínseco, tiene otros
múltiples valores sociales y económicos: desde las importantes funciones ecológicas del bosque en
términos de protección del suelo y de las cuencas, hasta el valor económico pecuniario y no pecuniario
de los numerosos productos que pueden extraerse del bosque. Para muchos indígenas y pueblos que
dependen de él, el bosque constituye su sustento; los abastece de plantas comestibles y medicinales, de
carne de animales silvestres, frutas, miel, refugio, fuego y varios otros productos, y en torno a él erigen
sus valores culturales y espirituales. A escala mundial, los bosques desempeñan un papel crucial en la
regulación del clima y constituyen uno de los principales sumideros de carbono del planeta. Su
supervivencia, pues, impide el aumento del efecto invernadero.
Los bosques ya han desaparecido en muchas partes del mundo, y los índices de deforestación
mundial llegaron hasta 15 millones de hectáreas por año solamente para los bosques tropicales durante
la década del 80. En la mayor parte del mundo la deforestación se aceleró durante la década del 90. En
este sentido, conviene destacar que los índices de deforestación tienden a oscurecerse por la
ambigüedad que existe en torno a la definición del bosque. La última definición de la Organización para
la Agricultura y la Alimentación (FAO), formalmente el principal órgano responsable de los bosques
dentro del sistema de las Naciones Unidas, es tan amplia que de hecho la mayor parte de las superficies
urbanas verdes pueden ser consideradas grandes ecosistemas de bosques. Es así que pocas veces se
tiene en cuenta la sustitución de valiosos ecosistemas de bosques primarios por plantaciones de
monocultivos -en muchos casos de una especie arbórea foránea como el eucalipto o el pino- o por
bosques biológicamente pobres. Gran parte de Europa, por ejemplo, perdió la mayoría de sus bosques
primarios durante el siglo XIX. Sin embargo, los últimos informes de la FAO establecen con entusiasmo
que hay un aumento de los bosques boreales y templados en esta región. Pero una parte sustancial de
este "bosque" tiene una producción biológicamente pobre y carece de sotobosque, de biodiversidad
edáfica original y de la mayoría de especies originales de aves, mamíferos y reptiles. En realidad se
acercan más a plantaciones de monocultivos que a bosques verdaderos.
Causas directas de la deforestación
Entre las causas directas más importantes de la deforestación figuran la tala, la conversión del
bosque a la agricultura y a la cría de ganado, la urbanización y la construcción de infraestructura, la
minería y la explotación de petróleo, la lluvia ácida y los incendios. No obstante, ha habido una
tendencia a hacer hincapié en los pequeños agricultores migratorios o en la "pobreza" como causa
principal de la pérdida de bosques. La tendencia general de estos agricultores es la de asentarse a lo
largo de caminos que atraviesen el bosque, talar una parcela de tierra y utilizarla para la plantación de
cultivos de subsistencia o de cultivos comerciales. En los bosques tropicales, ese tipo de prácticas
terminan por provocar una rápida degradación del suelo ya que en gran medida es demasiado pobre
como para resistir las prácticas agrícolas. Por consiguiente, a los pocos años el agricultor se ve forzado a
talar otra parcela del bosque. La tierra agrícola degradada a menudo es utilizada algunos años más para
la cría de ganado, lo cual equivale a firmar su sentencia de muerte ya que el ganado elimina los últimos
rastros de fertilidad que podían quedar. El resultado es una parcela de tierra totalmente degradada que
durante muchos años no podrá recuperar su biomasa original. Es un gran error creer que tales prácticas
agrícolas insustentables sólo ocurren en los países tropicales. Muchas partes de América del Norte y
Europa Occidental se han deforestado debido a la agricultura insustentable, provocando una severa
degradación del suelo y en muchos casos el abandono de la zona por los agricultores.
En otros países, las prácticas forestales de corte a tala rasa han sido la causa principal de la
pérdida forestal. A principios de los 90, Canadá y Malasia fueron ejemplos famosos de países en los que
las compañías madereras talaron sin piedad miles y miles de preciosos bosques primarios. Aquí tampoco
puede pasarse por alto la perspectiva histórica.
Países como Irlanda y Escocia estuvieron prácticamente cubiertos de bosques, pero durante el
imperio británico fueron casi totalmente talados para abastecer de madera a los aserraderos ingleses.
Actualmente, la explotación forestal todavía sigue siendo la amenaza directa más importante para los
bosques de regiones como el Escudo de la Guyana, África Central, Siberia Oriental y la Colombia
Británica.
Durante las últimas décadas, la crisis forestal ha motivado el surgimiento de varias iniciativas
internacionales, regionales y nacionales encaminadas a la preservación de los bosques, si bien muchas
de ellas lograron escaso éxito. En algunos casos tienen que ver con grandes fenómenos económicos
internacionales, tales como estrategias macroeconómicas que ofrecen fuertes incentivos para la
obtención de ganancias a corto plazo en lugar de buscar la sustentabilidad a largo plazo. También son
importantes las estructuras sociales profundamente arraigadas que provocan desigualdad en la tenencia
de la tierra así como discriminación de los pueblos indígenas, de los agricultores de subsistencia y de los
pobres en general. En otros casos incluyen factores políticos tales como la falta de democracia
participativa, la influencia de los militares y la explotación de zonas rurales por élites urbanas. El
consumismo desmedido de los consumidores de los países de ingresos elevados constituye otra de las
principales causas ocultas de la deforestación, mientras que en algunas regiones la industrialización no
controlada es un factor clave en la degradación de los bosques, afectados por la lluvia ácida provocada
por la contaminación generalizada.
Debido a su complejidad, es imposible mencionar incluso la mayoría de las causas subyacentes
más importantes de la deforestación en este contexto. Sin embargo, pueden darse varios ejemplos para
demostrar cómo estas causas pueden parecer sumamente diversas a primera vista, y sin embargo están
estrechamente interrelacionadas entre sí.
EL EFECTO INVERNADERO
La progresiva acumulación en la atmósfera de los gases que provocan el llamado Efecto
Invernadero (gases de invernadero) han provocado un aumento en la temperatura de la superficie
terrestre (calentamiento global). Lo cual tiene consecuencias en el clima y demás procesos que
dependen de él.
El Efecto Invernadero en un fenómeno atmosférico natural que permite mantener la
temperatura del planeta, al retener parte de la energía proveniente del sol. El aumento de la
concentración de dióxido de carbono proveniente del uso de combustibles fósiles ha provocado la
intensificación del fenómeno y consecuente aumento de la temperatura global, derritiendo los hielos
polares y aumentando el nivel de los océanos.
Otro término a tener en cuenta sería “albedo”, que es el reflejo de la radiación solar por la
atmósfera y por las superficies del globo terráqueo. Se produce principalmente por las nubes, polvo
volcánico, nieve, hielo, superficies oceánicas y terrestres. Es común en zonas desérticas. El 46% de la
radiación solar que llega al planeta es absorbida por la superficie terrestre (23% por componentes de la
atmósfera: aire, polvo o nubes, y el resto reflejado por las nubes y la superficie terrestre o dispersada
hacia el espacio por moléculas de aire).
La atmósfera y los océanos redistribuyen la energía recibida desde el sol en distintas latitudes.
Las superficies de los océanos y los continentes pierden energía irradiando hacia el espacio exterior en
longitudes de onda que dependen de sus temperaturas. Parte de la radiación emitida por la superficie
terrestre es absorbida y vuelta a emitir en todas las direcciones, incluso nuevamente hacia la tierra por
algunos gases que componen la atmósfera. Estos gases reducen la pérdida efectiva del calor por la
superficie terrestre y aumentan la temperatura. Los gases intervinientes en este proceso se denominan
“gases invernadero” (atrapan parte de la energía infrarroja y reducen el enfriamiento de la Tierra). El
aumento de estos gases provocan grandes consecuencias en el clima, como ser: alteración de
temperaturas, alteración en lluvias, aumento de la desertificación, alteración en la agricultura y
descongelación de casquetes polares, entre las principales.
La magnitud del efecto invernadero dependerá de la concentración de cada uno de los gases y
de la forma en que esa concentración varíe con la altura. El dióxido de carbono es producido por todos
los organismos que obtienen su energía del consumo de oxígeno y por los procesos de combustión
natural o de origen humano. Entre las fuentes de producción del metano se encuentran los procesos
bacterianos que se generan en los cultivos de arroz, las industrias del carbón, petróleo y gas natural. Los
clorofluorocarbonos son producto de síntesis humana que fueron usados como disolventes y como
gases refrigerantes.
La causa principal del aumento de los gases invernadero, es la actividad humana: calefacción,
industria, agricultura, transporte; otra causa y efecto es el aumento de la población. El efecto
invernadero es indispensable para el desarrollo de las formas de vida propias del estado actual del
planeta. Sin gases invernadero la temperatura media sería de 18ºC bajo cero, comparando esto con el
valor actual de la superficie terrestre que es de 15ºC. La concentración atmosférica de gases
invernadero aumentó desde el inicio de la era industrial por el aumento de combustibles fósiles y
destrucción de las selvas, provocando el aumento de la temperatura media de la atmósfera próxima a la
superficie de la tierra (calentamiento global). La tasa de emisión de gases invernadero en el futuro está
determinada por el comportamiento humano, que definirán las elecciones que la sociedad haga en el
futuro sobre el uso de combustibles fósiles. La emisión de dióxido de carbono y gases invernadero se
relacionan con factores como: aumento de población, crecimiento económico, costo y disponibilidad de
fuentes de energía, producción y consumo, nivel oceánico. Los cambios climáticos regionales pueden
afectar la biodiversidad, las características del hábitat costero, el régimen de incendios forestales y las
actividades productivas como agricultura, ganadería, generación hidroeléctrica y el turismo.
Proceso del efecto invernadero
El vapor de agua, el dióxido de carbono (CO2) y el gas metano forman una capa natural en la
atmósfera terrestre que retiene parte de la energía proveniente del Sol. El uso de combustibles fósiles y
la deforestación ha provocado el aumento de las concentraciones de CO2 y metano, además de otros
gases, como el óxido nitroso, que aumentan el efecto invernadero.
La superficie de la Tierra es calentada por el Sol. Pero ésta no absorbe toda la energía sino que
refleja parte de ella de vuelta hacia la atmósfera.
Alrededor del 70% de la energía solar que llega a la superficie de la Tierra es devuelta al
espacio. Pero parte de la radiación infrarroja es retenida por los gases que producen el efecto
invernadero y vuelve a la superficie terrestre.
Como resultado del efecto invernadero, la Tierra se mantiene lo suficientemente caliente como para
hacer posible la vida sobre el planeta. De no existir el fenómeno, las fluctuaciones climáticas serían
intolerables. Sin embargo, una pequeña variación en el delicado balance de la temperatura global puede
causar graves estragos. En los últimos 100 años la Tierra ha registrado un aumento de entre 0,4 y 0,8ºC
en su temperatura promedio.
.
Las consecuencias del recalentamiento global
Las consecuencias no serán uniformes geográficamente. El ciclo hidrológico se verá alterado
por la mayor evaporación del agua (que a su vez refuerza el calentamiento), se prevé un aumento de las
lluvias en las latitudes altas durante el invierno, e intensificación de las sequías del 5% de frecuencia
actual a un 50% para el 2050.
Una subida semejante significaría la contaminación de acuíferos, la recesión de costas y tierras
húmedas, hasta el 15% de la tierra fértil de Egipto y el 14% de la de Bangladesh serian inundadas con la
subida máxima prevista. Posiblemente se afecte la estabilidad de los bosques tropicales y su diversidad
biológica, debido a su alto grado de vulnerabilidad a cambios en el equilibrio ambiental, siendo
sustituidos por ecosistemas más degenerados.
Los arrecifes de coral contienen la mayor diversidad genética después de los bosques
tropicales, incluyendo un tercio de todas las especies de peces que se conocen. La mayor parte se
encuentran en aguas cuyas temperaturas promedios se aproximan al máximo tolerable sin que se
presenten cambios en su equilibrio simbiótico. Si la temperatura del mar aumenta en 2 0 3 °C, la
estabilidad de algunos corales se vería amenazada. Los aumentos previstos en el nivel del mar también
afectarían su capacidad de sobrevivencia, pues la estabilidad de los arrecifes de coral se encuentra
asociada al mantenimiento de una cierta distancia de la superficie del agua.
El calentamiento esperado excede con mucho la capacidad de migración de comunidades
naturales, resultando una destrucción sin reemplazo y un empobrecimiento de los ecosistemas, perdida
de especies y en definitiva perdida de la capacidad de la Tierra para soportar vida. Quizá la agricultura
industrializada pueda responder a la nueva situación con suficiente rapidez (aunque en EEUU la ola de
calor del año 1988 significó un descenso del 30% en la cosecha de grano), pero la agricultura de los
países en desarrollo no tiene medios para una adaptación semejante.
Hay muchos fenómenos de gran alcance cuya evolución frente al cambio climático es incierta,
por ejemplo, las consecuencias de un Océano Ártico sin hielo sobre las corrientes marinas y su influencia
en la pesquería, o el probable desplazamiento de enfermedades tropicales hacia otras zonas de la
Tierra. Ejemplos como la malaria y el dengue podrían extenderse sobre una mayor proporción de la
superficie de la tierra, afectando a millones de personas que hoy se encuentran fuera de sus áreas de
influencia. El efecto invernadero ha sido así transformado por el hombre en una amenaza a su propia
seguridad. Los más afectados serán los más pobres, los que son víctima de la injusticia social, los
marginados económicos, los que soportan más directamente el impacto de la degradación ambiental.
Esto es, la mayor parte de la humanidad. Probablemente se acentuarían tanto la intensidad como la
frecuencia de huracanes y ciclones en la zona tropical, y se extenderían a latitudes hoy poco afectadas o
fuera del alcance de estos fenómenos naturales.
El clima en la Tierra es muy difícil de predecir, porque existen muchos factores para tomar en
cuenta: lluvia, luz solar, vientos, temperatura... Por eso, no se puede definir exactamente qué efectos
acarreará el Calentamiento Global. Pero, al parecer, los cambios climáticos podrían ser muy severos.
Una primera consecuencia, muy posible, es el aumento de las sequías: en algunos lugares disminuirá la
cantidad de lluvias. En otros, la lluvia aumentará, provocando inundaciones. Una atmósfera más
calurosa podría provocar que el hielo cerca de los polos se derritiera. La cantidad de agua resultante
elevaría el nivel del mar. Un aumento de sólo 60 centímetros podría inundar las tierras fértiles de
Bangladesh, en India, de las cuales dependen cientos de miles de personas para obtener alimentos. Las
tormentas tropicales podrían suceder con mayor frecuencia.
La Corriente del niño es uno de los ejemplos más claros de los problemas que trae el
recalentamiento global, desequilibra el estado climático del planeta haciendo que en algunos lugares
llueva demasiado hasta inundarlos y en otros sea totalmente una sequía, también se pueden citar el
cambio abrupto de temperatura y presión en la atmósfera que trae como consecuencia grandes
secuencias de tornados y tifones. Esto se ve más en las zonas tropicales en donde los tornados aparecen
en determinada época del año y por los cambios climáticos estos reaparecen muy a menudo.
Conocemos las consecuencias que podemos esperar del efecto invernadero para el próximo siglo,
en caso de que no vuelva a valores más bajos:
Aumento de la temperatura media del planeta.
Aumento de sequías en unas zonas e inundaciones en otras.
Mayor frecuencia de formación de huracanes.
Progresivo deshielo de los casquetes polares, con la consiguiente subida de los niveles de los
océanos.
Incremento de las precipitaciones a nivel planetario pero lloverá menos días y más
torrencialmente.
Aumento de la cantidad de días calurosos, traducido en olas de calor.
Gases del invernadero
Los gases que producen el efecto invernadero (ver cuadro 1), provocan que la radiación
infrarroja del sol se retenga en el ambiente. Esto ocasiona que se caliente la superficie de la Tierra y la
parte inferior de la atmósfera. Desde principios de siglo hasta hoy, la temperatura ya se ha
incrementado en 0,5 grados centígrados. El dióxido de carbono (CO2) es el gas más importante de
efecto invernadero. Las actividades humanas comunes, fundamentalmente la quema de combustibles
fósiles -carbón, petróleo y gas- y la destrucción de los bosques, son las principales fuentes actuales de
emisión de CO2 a la atmósfera. La generación de energía es la actividad que más combustibles fósiles
consume en el mundo.
Hace relativamente poco tiempo que se ha reconocido que la deforestación es una causa que
contribuye a agregar una carga importante de dióxido de carbono y metano a la atmósfera. Esta
situación se ve agravada por la rápida desaparición que están sufriendo las selvas tropicales. Sin
embargo, durante muchos años, la desaparición de los bosques templados de los países desarrollados
contribuyó enormemente a la emisión de gases de efecto invernadero. Una fuente adicional de
emisiones de metano y CO2 a la atmósfera es la estimulación de la respiración de los suelos y la
descomposición de la materia orgánica, que se verán aumentadas por el efecto del calentamiento de la
atmósfera. La importancia de esta tercera causa de expulsión de gases es lo suficientemente importante
para acelerar el calentamiento de la Tierra de forma apreciable.
Otros gases de potente efecto invernadero son el metano, cuyas principales fuentes son,
además de las explicadas anteriormente, la agricultura y forestería intensiva, la minería de carbón y los
escapes de gas en gasoductos, los Clorofluorcarbonados (CFC) y sus derivados, que tienen como fuentes
principales algunos productos industriales, y los óxidos de nitrógeno, que se producen por multitud de
causas, principalmente por la quema de combustibles fósiles y la utilización de fertilizantes químicos.
Si las tendencias continúan como hasta ahora, en los años 2030 a 2050 la atmósfera contendrá
el doble de gases de invernadero que los que tenía a mediados del siglo pasado. Estas proyecciones se
basan en las observaciones de la tasa de acumulación de CO2 y otros gases que atrapan el calor en la
atmósfera, y en la suposición de que el calentamiento global no afectará dicha tasa. El efecto de la
acumulación de esa cantidad de gases de invernadero será, según climatólogos, el calentamiento de la
tierra en un promedio de 1,5 a 4,5 grados C. El calentamiento en los trópicos traerá un aumento leve en
las temperaturas, pero se prevé una modificación sustancial en la cantidad y regularidad de las lluvias.
Se supone que el calentamiento será continuo y durará un tiempo indefinido, a menos que lo
detenga la acción humana directa: los científicos del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático
(IPCC), han demostrado que si no se pone remedio inmediatamente, la Tierra se encamina hacia un
período de cambio rápido y continuo del clima, marcado por un calentamiento global a una velocidad
extraordinaria. Los climatólogos y biólogos son capaces de predecir los efectos del aumento de la
temperatura en la Tierra en 1 o 2 grados C. Sin embargo un aumento mayor en la temperatura lanzará al
mundo a ámbitos climáticos que rebasan la experiencia -y las predicciones- de la ciencia y de los
científicos.
Nadie puede predecir con detalle, por ejemplo, cómo se modificarán las corrientes oceánicas, o
cuál será el alcance de que el Océano Ártico pierda los hielos, sobre todo en los climas de otros lugares.
Tampoco se puede saber con detalles los efectos sobre los peces y la pesca, en la distribución de la
tierra cultivable, ni los por menores de las consecuencias en los bosques, en los animales, o en la
distribución de los parásitos humanos y de las enfermedades. Sin embargo, las predicciones -generales,
incompletas y muy a corto plazo- de los expertos del segundo de los tres grupos de trabajo del IPCC
viene a confirmar que los impactos pueden ser catastróficos.
El aparente mínimo aumento de la temperatura del Planeta de 1,5 a 2 grados C que se prevé en
el escenario más optimista, traería consigo, a nivel general, el incremento del nivel de los mares, con la
consiguiente desaparición de ecosistemas costeros completos; las reservas de agua dulce se verían
seriamente afectadas, se alterarían los patrones de pesca y aumentarían las enfermedades. Las
consecuencias negativas las sufrirían todas las personas del mundo, en especial aquellas que viven en
territorios vulnerables. Sin embargo, es impracticable resolver estos problemas que se plantean en un
futuro cercano, si no se toman acciones inmediatas, drásticas y concretas.
LOS GASES COMUNES DE EFECTO INVERNADERO, SUS ORIGENES
Y LA CONTRIBUCION AL CALENTAMIENTO DE LA ATMÓSFERA
GAS* FUENTES PRINCIPALES
CONTRIBUCION
AL CALENTAMIENTO
%
Dióxido de carbono (CO2) *Quema de combustible fósiles (77%)
*Deforestación (23%)55
Clorofluoros Carbonos
(CFC) y
gases afines (HFC y HCFC)
*Diversos usos industriales:
refrigeradoras,
aerosoles de espuma, solventes.
*Agricultura intensiva
24
Metano (CH4) *Minería de carbón.
*Fugas de gas
*Deforestación
*Respiración del plantas y suelos por
efectos del calentamiento global.
*Fermentación entérica.
15
Oxido Nitroso *Agricultura y forestería intensiva
*Quema de biomasa
*Uso de fertilizantes
6
*Quema de combustibles fósiles
Cambios climáticos predichos para el siglo XXI
Queda claro que la previsión de cambios en los próximos 100 a 150 años, se basan
íntegramente en modelos de simulación. Comprensiblemente la gran mayoría de los modelos se han
concentrado sobre los efectos de la contaminación antrópica de la atmósfera por gases invernadero, y
en menor grado, en los aerosoles atmosféricos. La mayor preocupación presente, es determinar cuánto
se entibiará la Tierra en un futuro cercano.
En la última década, varios modelos complejos de circulación general (GCMs), han intentado simular
los cambios climáticos antropogénicos futuros. Han llegado a las siguientes conclusiones:
Un calentamiento global promedio, de entre 1,5 y 4,5 °C ocurrirá, siendo la mejor estimación
2,5 °C.
La estratosfera se enfriará significativamente.
El entibiamiento superficial será mayor en las altas latitudes en invierno, pero menores durante
el verano.
La precipitación global aumentará entre 3 y 15%.
Habrá un aumento en todo el año de las precipitaciones en las altas latitudes, mientras que
algunas áreas tropicales, experimentarán pequeñas disminuciones.
Modelos más recientes dependientes del tiempo, que acoplan los componentes oceánicos y
atmosféricos, han entregado estimaciones más confiables, los resultados más significativos indican:
Un calentamiento global promedio de 0,3 °C por década, asumiendo políticas no
intervencionistas.
Una variabilidad natural de aproximadamente 0,3 °C en temperaturas aéreas superficiales
globales, en una escala de décadas.
Cambios en los patrones regionales de temperatura y precipitaciones similares a los
experimentos de equilibrio.
Aunque los modelos CGM proveen las simulaciones más detalladas de los cambios climáticos
futuros, los constreñimientos computacionales evitan que sean usados en estudios de sensibilidad que
permitan investigar los defectos potenciales futuros en el mundo real, con respecto a las emisiones de
gases invernaderos.
Usando las sensibilidades de "mejor estimación", se generan escenarios que dan un rango de
calentamiento entre 1,5 y 3,5 °C para el año 2100. Bajo condiciones sin intervención, la temperatura
superficial global promedio, se estima aumentaría entre 2 y 4 °C, en los próximos 100 años. Hasta las
proyecciones más optimistas de acumulación de gases invernadero, no pueden prevenir un cambio
significativo en el clima global del próximo siglo. En los peores escenarios, la temperatura superficial
global promedio, podría aumentar en 6 °C para el año 2100.
Como conclusión, la temperatura global promedio podría aumentar entre 2 y 4 °C para el año 2100,
si el desarrollo global continúa a los ritmos actuales. Si se incorpora la influencia de los aerosoles
atmosféricos al modelo, el calentamiento disminuye a aproximadamente 0,2 °C por década, en los
próximos 100 años. Esta tasa de cambio climático, aún así, es más rápido que en cualquier otro
momento de la historia de la Tierra. Si las naciones no actúan, el mundo podrá experimentar numerosos
impactos adversos como resultado del calentamiento global futuro.
CALENTAMIENTO GLOBAL
Origen del calentamiento global
La Revolución Industrial (Europa hace más de 100 años) dio inicio a la transformación del
sistema económico en el mundo. Las sociedades se modernizaron a través de la industrialización, y las
economías occidentales pasaron de ser principalmente agrícolas a industriales. Este proceso
desencadenó en un importante desarrollo económico que permitió a los países de Europa occidental,
Estados Unidos y más adelante el Japón convertirse en potencias industriales, significativamente
superiores en términos económicos al resto del mundo. Así, el modelo de ‘desarrollo’ que se expandió
hacia mediados del siglo XX fue uno de intensiva promoción de la industria.
Si bien no todos los países del llamado ‘Tercer Mundo’ tuvieron éxito (África), bastó con que
gigantes como la China lo hicieran para que el planeta tierra empezase a dar señales de que en este
mundo no hay espacio para que todos los jugadores se desarrollen de la misma manera.
El fenómeno conocido como ‘calentamiento global’ se refiere a las crecientes temperaturas que
vienen experimentando la atmósfera terrestre y los océanos en las últimas décadas. Si bien este proceso
viene ocurriendo desde finales del siglo XIX, los estudios demuestran que se intensificó
significativamente en la década de los 90, y que si todo sigue igual en el próximo siglo la tierra podría
experimentar un calentamiento de entre 1.1 y 6.4 °C (Fuente: Panel Intergubernamental para el Cambio
Climático). Si estas proyecciones se cumplen los cambios climáticos podrían tener un impacto mortal en
la vida de muchas especies, además de alterar las precipitaciones sobre la tierra (huracanes, sequías,
etc.) y causar inundaciones debido al deshielo de los glaciares del mundo.
Después de una serie de investigaciones, hoy es claro que la mayor parte del calentamiento
experimentado en los últimos 50 años se debe a la actividad humana. La emisión de gases de efecto
invernadero, uno de los principales siendo el dióxido de carbono, no ha cesado de incrementar en los
últimos años, estimulado por la creciente actividad industrial de países como la China e India, y
reforzado por el continuo uso de combustibles fósiles (energías no renovables) de la Unión Europea y
Estados Unidos.
El sistema de Estados-nación que viene gobernando el mundo tiene como principio
fundamental la idea de que cada Estado es responsable por lo que ocurre dentro de su territorio
soberano, y nada más. La trágica consecuencia de este sistema es que cuando se trata de problemas
“comunes”, como precisamente lo es el calentamiento global, la propia estructura del sistema de
Estados-nación dificulta la acción conjunta. El problema es responsabilidad de todos, pero a la vez de
nadie, por lo cual ningún país se ve obligado a tomar las acciones necesarias, menos aún si esto implica
efectos negativos para su crecimiento interno.
La incapacidad de los Estados más poderosos de llegar a acuerdos concretos e iniciar acciones
drásticas respecto al cambio climático es la prueba más clara de la ‘tragedia’. Estados Unidos, el país
económica y militarmente más poderoso del mundo, viene esquivando sus responsabilidades y
promesas respecto a la protección del medio ambiente hace mucho. Siendo causante de más de un
tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, ningún plan para reducir este
fenómeno tendrá éxito si el gigante americano no se compromete.
Estados Unidos es el país con mayor potencial para seguir contaminando el mundo; sin dejar de
mencionar a los países que están en proceso de industrialización - como la India y la China-, quienes a su
vez, protestan al tener que frenar sus procesos de crecimiento interno para controlar el calentamiento
global, cuando Europa y Estados Unidos no tuvieron que enfrentar estas restricciones cuando se
industrializaron.
Causas
La principal causa son los gases de efecto invernadero: sobre todo dióxido de carbono, pero
también metano y óxidos de nitrógeno, que se producen al quemar carbón, petróleo o gas. El bióxido de
carbono y otros contaminantes del aire se acumulan en la atmósfera formando una capa cada vez más
gruesa, atrapando el calor del sol y causando el calentamiento del planeta.
La principal fuente de contaminación por la emisión de bióxido de carbono son las plantas de
generación de energía a base de carbón, pues emiten 2,500 millones de toneladas al año. La segunda
causa principal, son los automóviles, emiten casi 1,500 millones de toneladas de CO2 al año.
Las buenas noticias son: en la actualidad existen tecnologías que permiten que los automóviles
funcionen de una forma más limpia y quemen menos gasolina, también hay tecnologías que posibilitan
modernizar las plantas generadoras de energía y generar electricidad a partir de fuentes no
contaminantes. Tomar estas medidas y además reducir el consumo eléctrico mediante el uso eficiente
de energía pueden ayudar a corregir el problema y prevenir el continuo deterioro. El problema consiste
en asegurarnos que estas soluciones se pongan en práctica.
Consecuencias
A medida que el planeta se calienta, los cascos polares se derriten.
El calor del sol cuando llega a los polos, es reflejado de nuevo hacia el espacio.
Al derretirse los casquetes polares, menor será la cantidad de calor que se refleje, lo que hará
que la tierra se caliente aún más.
Evaporación de los océanos.
Mientras el balance energético de la atmósfera cambia, habrá cambios drásticos en el clima
mundial, ocasionando severas fluctuaciones en la temperatura y la pluviosidad, alterando
significativamente las estaciones de cultivos agrícolas.
Los desiertos tenderán a expandirse, las arenas del norte de África podrán invadir al
Mediterráneo, así como podrán retornar las tormentas de polvo en el Medio Oeste
norteamericano.
Crecimiento del nivel del agua por la fusión de porciones de hielo polar, lo cual hará que se
inunden las tierras más bajas, y quizás desaparezcan países completos en el Pacífico y afectaran
gravemente otros en Asia.
Aumento de las enfermedades respiratorias, cardiovasculares e infecciosas causadas por
mosquitos y plagas tropicales, además de la postración y la deshidratación debida al calor.
Escasez de alimentos ante las dificultades de cultivo por la afectación de los suelos y las altas
temperaturas.
Aumento de la demanda del agua potable pero reducirá los niveles de los embalses, causando
desabastecimiento.
Escasez de alimentos ante las dificultades de cultivo por la afectación de los suelos y las altas
temperaturas.
Extinción de gran cantidad de especies animales a consecuencia de cambios en los ecosistemas.
Aumento de la intensidad y frecuencia de las lluvias, huracanes y tornados, ante un ascenso en
los índices de nubosidad por el incremento de la evaporación del agua. Por el contrario, en
otros lugares disminuirá la cantidad de lluvias.
Disminución del nivel de agua de ríos y lagos debido a la evaporación causada por el aumento
de la temperatura.
Los suelos se tornarán casi desérticos, perdiendo gran parte de sus nutrientes.
El aumento de las temperaturas permitirá la reproducción de ciertos insectos que le causarán
enfermedades a las plantas y afectarán los cultivos.
PERÚ Y EL CALENTAMIENTO GLOBAL
Informe del PNUD sobre cambio climático es un llamado de advertencia. Temperatura mundial
aumentó 0.7 grados. Su efecto más notorio en el Perú se observa en el derretimiento de los glaciares.
Los efectos del calentamiento global ya se sienten en nuestro país. Así lo demuestra el informe de las
Naciones Unidas, "La lucha contra el cambio climático: Solidaridad frente a un mundo dividido",
presentado ayer conjuntamente con el Consejo de la Prensa Peruana y el Consejo Nacional del
Ambiente (CONAM).
Para Ricardo Giesecke, jefe de la Unidad Climática del Consejo Nacional del Ambiente (CONAM)
ese aumento, que parece ligero, ha ocasionado que los veranos en la sierra sean más largos y por ello las
estaciones de lluvia ya no duren lo mismo.
"Antes los agricultores sabían que en octubre empezaban las lluvias y que terminaban en mayo.
Hoy en día, a ningún campesino se le ocurre hacer siembras antes de fines de diciembre porque el calor
las quema", explica Giesecke.
El especialista precisa que antes los hombres del ande disponían de 8 meses de lluvia y ahora
solo de 3 a 4 meses. Eso significa que ya no es posible sembrar y producir todo lo que se hacía décadas
atrás. Ante esta realidad los campesinos han tenido que adaptarse y migrar a las ciudades.
"Por el calentamiento global, ahora los fenómenos naturales como El Niño y La Niña son más
exagerados. Por ejemplo, en el Hemisferio Norte hay superhuracanes", afirma el experto del CONAM.
Glaciares Derretidos
Agrega que lo más notorio del calentamiento global lo padecen nuestros glaciares derretidos.
Como ejemplo, indica que hace 20 años cuando se pasaba por la Carretera Central (por Ticlio) las
personas podían ver las nieves eternas que ahora ya no existen.
"Los glaciares son un sistema de regulación del agua. Cuando hay mucha lluvia el glaciar condensa este
líquido elemento y lo convierte en hielo. Cuando ya no llueve, en la época de sequía y hay mucho sol, el
glaciar suelta un poco de agua", explicó Giesecke. Con total seguridad calcula que en los próximos 35
años estos glaciares desaparecerán, "es un gran daño, porque no vamos a tener este regulador
gigantesco de agua".
Antonio Brack, presidente del Grupo de Trabajo Multisectorial encargado de revisar el proyecto
de Ley del Ministerio del Medio Ambiente, indicó que el calentamiento global tiene un impacto social y
ambiental en nuestro país. "No podemos seguir así. Mientras en la Costa no hay agua, Lima arroja 400
millones de metros cúbicos de agua anualmente al mar en vez de purificarlas", señaló. También alertó
que los empresarios agroexportadores, en la región Ica, están más preocupados porque el agua
subterránea que usan cada vez está a mayor profundidad.
"Encima, el 90% del riego en el Perú es por acequias, cuando se debe regar por aspersión o por
goteo, con nuevas tecnologías. Mañana puede ser demasiado tarde", concluyó.
Soluciones al calentamiento global
En primer lugar, una de las soluciones que podríamos realizar para combatir el calentamiento
global, es el reciclaje. Este es el proceso que consiste en volver a usar productos materiales obtenidos a
través de residuos, es decir reutilizar los productos que todavía no han llegado al final de su vida útil.
Dicha alternativa sería muy útil para la zona, ya que un pequeño porcentaje del CO2 que existe
actualmente proviene de la descomposición de los diversos productos orgánicos y no orgánicos
(desperdicios) que se arrojan en distintos lugares alrededor de la ciudad, ya sea en las calles, pistas,
veredas.
En segundo lugar, el consumo de energía eléctrica es un gran problema para la atmósfera,
debido a que utilizar electricidad por medio de artefactos conductores se puede originar en gran
cantidad dióxido de carbono (CO2).
En tercer lugar, detener la deforestación ayudaría enormemente a que el calentamiento global
en Huaraz desaparezca.
CONCLUSIONES
La deforestación es un hecho que ocurre y que seguirá ocurriendo especialmente si las
autoridades mundiales no toman las medidas necesarias para provocar un cambio. No hay que dejar de
lado el papel que jugamos nosotros, los jóvenes, ya que somos los llamados a generar ideas que en un
futuro cercano lleven a una solución de este problema. Además serviremos como creadores de
conciencia en nuestro círculo cercano y en nuestras futuras generaciones.
El bosque en general, especialmente el tropical, ha experimentado una disminución drástica, lo
que nos puede llevar a eliminar una fuente de riqueza no considerada hasta ahora. Con esto me refiero
a eliminar una fuente de recursos medicinales, turísticos, climáticos y otros que están por conocerse.
En las partes donde nos presentamos para observar los terrenos se ve claramente la deforestación de lo
que un día fueran cultivados por diferentes clases de árboles y arbustos. Y esto nos permite ver la
necesidad de trabajar muy arduamente para ayudar en el sistema del medio ambiente. Debemos tener
conciencia que al talar un árbol debemos cultivar otro en su lugar, hacer por lo menos a nuestro
alrededor la tarea de reforestar en los lugares que aun se pueden salvar.
Los gobiernos a nivel mundial han reaccionado a ésta amenaza cada vez más cercana. Algo hay
en claro, y es que estos problemas son imposibles de solucionar si no hay una conciencia mundial del
peligro que corremos.
El cambio climático ha dejado muy clara la globalización de los problemas ambientales.
No es sano dejar la búsqueda de soluciones para el futuro o para cuando se hagan fuertemente
necesarias. La atmósfera y los procesos que mantienen sus características no tienen tiempos de reacción
muy rápidos comparando con los períodos humanos.
Soluciones a los problemas del adelgazamiento de la Capa de Ozono, al Calentamiento Global, a las
alteraciones climáticas devastadoras, no son cuestión de años ni de décadas. Es una preocupación que
debe ser tratada de inmediato; no se puede esperar a que los daños sean notables, porque en ese caso
ya será tarde para buscar soluciones.
Tenemos que empezar a actuar, desde nosotros mismos, en nuestra vida cotidiana, poner
nuestro granito de arena y construir un futuro mejor, o por lo menos en el que se pueda vivir sanamente
y sin peligros. No es demasiado tarde aún.
El calentamiento global es una de las más graves amenazas a nuestro ambiente, a nuestra salud
y a nuestra economía. La mayoría de los estudios científicos más recientes confirman que el planeta se
está calentando y que este calentamiento ya está causando cambios ambientales que tendrán impactos
económicos y sociales considerables. Los científicos señalan que los niveles del bióxido de carbono en
nuestra atmósfera son los más altos de los últimos 650.000 años.
La buena noticia es que podemos detener las peores consecuencias del calentamiento global si
logramos que las fábricas sean más eficientes, que los hogares y las oficinas reduzcan el desperdicio de
energía y que se fabriquen automóviles con mayor rendimiento de gasolina y que usen tecnologías más
limpias. Pero es necesario tomar medidas ahora y que se actúe de una manera decidida para evitar
graves consecuencias. Cada año que pasa sin que el problema del calentamiento global se enfrente de
una manera decidida hace que éste problema sea más difícil y más caro de resolver. Si no hallamos una
solución dentro de los próximos 10 años podría ser demasiado tarde.
“Cambiemos el concepto basura por material reusable y debemos preguntarnos si debemos
estar preparados a vivir una crisis”.
Disminuir nuestro consumo de energía, y buscar otras fuentes energéticas que no produzcan
gases de invernadero (energía solar, energía del viento, del agua o de las olas del mar).
No todo está perdido ya que se pueden realizar acciones como las propuestas anteriormente
para tratar de apaciguar el calentamiento global y así evitar que siga la destrucción de las zonas
naturales y culturales.
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Regional de Estudios de Economía Ecológica (CREESE), del 18 al 23 de febrero de 2002, Hotel
Villa Zurquí, San José, Costa Rica.