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UNIVERSIDAD NACIONAL DE TRUJILLOFACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES
ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE ARQUEOLOGÍA
INTRODUCCIÓN
En el siguiente informe contiene el desarrollo de la temática de la
tercera unidad para el curso de Arqueología Peruana III, lo que refiere
a la Cultura Huarpa y Lima.
Las investigaciones arqueológicas realizadas en Ayacucho, han
permitido recuperar valiosa información por las investigaciones. Esto
permite entender la importancia de la evolución histórica social de
nuestro mundo andino. Huarpa es una cultura regional que va a
permitir el avance hacia sociedades más complejas.
Tras la moderna ciudad limeña se esconden los restos de una
sociedad que se desarrolló entre los años 200 y 700 d. C; denominada
“cultura Lima”. Esta sociedad construyó extensos centros urbanos
con monumentales edificios piramidales, como fue el caso de la
ciudad de Maranga, en donde se concentro numerosa población,
dedicada a diversas actividades económicas y ceremoniales.
ARQUEOLOGIA PERUANA III
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LA CULTURA HUARPA
I. TERRITORIO:
La Cultura Huarpa ó Warpa fue una civilización regional dentro de lo
que hoy es el departamento de Ayacucho, en las provincias de
Huamanga y Huanta, ubicados en la Cuenca del río Warpa, cuya
capital pudo ser Ñawinpuquio.
La cultura regional recibe el nombre de “Huarpa”, por el río que tiene
la misma denominación, un rio afluente del Mantaro, que recorre una
cuenca de más de 100 km. de largo y algo más de 50 km. de ancho;
al sur del Mantaro, en donde hay dos ciudades contemporáneas
Huanta y Ayacucho.
Por el momento el área de la cultura parece estar limitada a la cuenca
de Huarpa con sitios ubicados desde los 2600 a 3600 msnm. Hasta el
momento, los restos Huarpa en mayor proporción se concentran en el
territorio norteño de Ayacucho, aunque algunas evidencias vienen
indicando que posiblemente se extendió por el oriente hasta muy
cerca de la zona de selva por el rio Apurímac y hacia el sur se
encuentran evidencias en la cuenca del río Pampas.
II.INVESTIGADORES:
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La cultura Huarpa es la manifestación regional de la zona de
Ayacucho; en realidad de ella se sabe todavía bastante poco, dado
que su estudio se está recién realizando.
Los primeros rasgos de esta cultura fueron consignados por
Julio C. Tello en 1931, cuando al visitar la zona de Ayacucho,
destaco la existencia de unos gruesos “cucharones de arcilla” de
aspecto “arcaico”, de vasijas toscas con tres asas y base cónica
(Lumbreras, 1960), encontrados principalmente en unos sitios
de la parte media del valle de Ayacucho- Huanta, que se llaman
Tanta Orqo y Auki Willca.
En 1946, Jhon Rowe, Donald Collier y Gordon Willey
hicieron una pequeña recolección superficial del sitio de Wari,
recogida años atrás por Lila O’Neale y que se guarda en el
Museo de la Universidad de california (Kroeber, 1994:49) en
Berkeley. Entre los fragmentos de cerámica encontraron unos
decorados Negro sobre Blanco a los que agruparon bajo el
nombre “Huarpa” aunque no comprometieron a la identificación
del estilo con cronología alguna dentro de la seriación que
establecieron para Ayacucho.
Posteriormente Wendell C. Bennett (1953) hizo excavaciones
en Wari y otros sitios de Ayacucho y estableciendo una
secuencia en la que la “Serie Huarpa” de cerámica Bicroma y
Tricolor representaba el último periodo en Wari, posteriormente
a los estilos “Tiahuanacoides” de Wari, con esta secuencia ,
además, la formulada por Rowe, Collier y Willey (1950)con sus
Huamanguilla , Wari y Tanta Orqo , siendo esta ultima quizá
contemporánea a los Incas , quedo desechada.
Trabajos mas recientes , realizados en la década del 60 por
Dorothy Menzel y Luis Guillermo Lumbreras ,
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aisladamente , lograron demostrar que Huarpa era un estilo
cuya ubicación temporal era anterior a Wari , o sea
contemporáneo con Nazca, Moche ,Tiwanacu ,etc. Cuyos
trabajos en el campo permitieron , finalmente , estudiar Huarpa
ya no como estilo, sino como una cultura regional de
manifestaciones muy complejas .
En 1971, las arqueólogas asistentes de la Universidad de San
Marcos, Srtas. Rosa Mendoza F. y Marcela Ríos R., y un
grupo de estudiantes en conexión con el Proyecto Arqueológico
Botánico Ayacucho-Huanta dirigido por el doctor Richard Mac
Neish, se realizaron estudios de más aliento, que darán en un
futuro muy próximo, resultados de mucho valor.
En 1974, 1981, Lumbreras en su opinión considera a muchos
asentamientos con cerámica Huarpa, que guardan afinidad con
lagunillas. Además, de considerar a Ñawinpuquio como capital
de un estado regional Huarpa, cuyo poder residía en controlar el
uso del agua y la utilización de las tierras de cultivo.
William Isbell, Mario Benavides y Enrique Gonzales Carre
también en los últimos años han publicado artículos e informes
que contienen nuevos datos y evidencias acerca de Huarpa, la
cultura regional ayacuchana.
III. CRONOLOGIA
Apareció entre los años 200a.C - 500d.C. Pertenece al Periodo
Intermedio temprano ayacuchano, ya que llegaría a ser un antecesor
o la base de la cultura huari.
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PERIODO CULTURAL EDAD SECUENCIA CULTURAL
AYACUCHO
IMPERIO DEL
TAHUANTISUYO
1532
1430
Inca
ESTADOS REGIONALES
TARDÍOS
1250
1100
750
500
D. C.
Chanca
IMPERIO WARI Wari
DESARROLLO REGIONALES
TEMPRANOS
Huarpa
A.C.
FORMATIV
O
Superior 200
500
1000
2000
4000
6000
8000
10 000
14 000
20 000
Rancha
Chupas
Medio Kichkapata
Inferior Wichqana
ARCAICO
Cachi
Chihua
Piki
LÍTICO
Superior
Jaywa
Puente
Inferior
?
Ayacucho
Pacaycasa
Según la cronología establecida por Lumbreras para Ayacucho, la
Cultura Huarpa se desarrollo en el periodo cultural del Desarrollo
Regional, con su antecedente de la cultura llamada rancha; que
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abarca los primeros siglos de nuestra era hasta quizá el siglo V
después de Cristo.
IV. ANTECEDENTES DE LA CULTURA HUARPA
Existen varios sitios registrados en Ayacucho, de los cuales ninguno
ha sido excavado intensa y extensivamente. La mayoría de las
intervenciones a excepción de Wichqana, fueron hechas en pequeña
escala o motivadas por hallazgos circunstanciales que ponían en
riesgo su desaparición total.
Aun así se disponen de datos importantes aunque segmentados de
los sitios formativos los mismos que nos han permitido conocer
algunas de las características de los pobladores de esta época.
IV.1. Wichqana
Este sitio arqueológico está situado en una colina de poca elevación,
que se encuentra ubicada en el valle de la Totora, al norte de la
quebrada de Wichqana y al oeste en la margen izquierda del río
huamanga, a unos 4 Km al noreste del centro de la ciudad Ayacucho.
Los primeros informes de su reconocimiento fueron proporcionados
por John H. Rowe y Dorothy Menzel en mayo de 1958.
Más tarde Isabel Flores (1960) realiza el primer trabajo de
excavación, logrando identificar cinco capas diferenciadas, en las que
recupera información que le permite afirmar que Wichqana es una
ocupación que corresponde a las tempranas manifestaciones
culturales del área andina. Así mismo establece relaciones y
comparaciones a base de la cerámica vinculándola con San Blas
(Junín), Cheqo Orquna y Atalla (Huancavelica), Kichka Pata y Rancha
(Ayacucho), Chanapata (Cusco), con Chavín, Kotosh, Pallka y Ancón.
En 1970, Gary Vescelius realiza excavaciones en Wichqana,
encontrando importantes restos arquitectónicos correspondientes a
un centro ceremonial construido a base de cantos rodados.
Desafortunadamente los datos no han sido publicados.
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En 1971, como parte del Proyecto Arqueológico Botánico Ayacucho-
Huanta, Lumbreras realiza excavaciones con fines de muestreo de
cerámica, llegando a trabajar 59 unidades, en las que se encuentran
restos de un conjunto de construcciones reconstruidas en diferentes
momentos de ocupación. Lumbreras describe un total de once
estratos asociados a los diferentes momentos de ocupación y
construcción del templo, donde los estratos inferiores se vinculan con
la etapa más temprana de ocupación. Que corresponde al periodo
Wichqana, mientras que en los posteriores se hallaron restos de
estructuras que pertenecen al viejo templo vinculados con los
periodos de Kichka Pata, de neto carácter chavinoide. Posteriormente
define un edificio de cantos rodados de corte semicircular, que estaría
relacionado a los periodos de Chupas y Rancha. Este templo fue
construido en varias oportunidades de las cuales las dos primeras
siguen básicamente el plano del viejo templo, mientras que la última
adopta una tendencia curvilínea.
El templo temprano Pese a que por estar muy deteriorado no
es posible saber con certeza la forma que tuvo, pudo haber
tenido la forma de "U" de lados y ángulos rectos, cuyo lado
abierto se orientaba hacia el este. Asimismo es posible que
haya tenido un patio hundido de forma cuadrangular conectado
con plataformas de un metro o más de altura. Tenía un vano de
acceso de más de dos metros de ancho que quizás daba acceso
a una escalinata. Su construcción se hizo con lajas de piedra
que fueron colocados a doble hilada en posición vertical de
modo que tenían las caras planas siendo unidos con mortero de
barro. Posteriormente se clausura el vano de acceso y se
construyen otras estructuras con piedra; de canto rodado
achatados a una sola hilada, con las caras planas superpuestas
y con lo: cantos hacia el paramento formando paredes laterales
de forma irregular que fueron enlucidos con barro arcilloso
previa la utilización de una armazón de sogas o cañas que
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formaban una especie de red interna de amarre. En las capas
superiores se encontraron restos de enlucido.
El templo tardío fue construido en varias épocas, de las
cuales, las dos primeras siguen básicamente el plano del viejo
templo, mientras que la ultima, adopta una tendencia
curvilínea. En asociación con estos edificios se encontraron
evidencias del uso de postes y, finalmente, restos de un rito.
Los trabajos realizados también sacaron a luz evidencias de
prácticas rituales de:
Enterramiento de Cabezas Humanas : Lumbreras encontró 5
entierros rituales de cabezas humanas deformadas. Estas
cabezas estaban depositadas en unos pequeños hoyos de
planta circular, apenas suficientemente grandes como para
contener los cabezas, definitivamente contemporáneos con los
edificios de cantos rodados. Presentan la característica común
de haber sido colocados mirando al muro, aun cuando en
algunos casos estuvieron puestas “paradas” sobre el cuello y en
otros (1, 2, 5) “boca arriba”. Otra característica común es que
todas presentan una notable deformación “tabular erecta”, que
de acuerdo a lo que hasta hoy sabemos, constituye un rasgo
asociado a cráneos del formativo. El Dr. Weiss le llama estilo
Chavín a este carácter deformatorio, que aparece también en la
cultura Cupisnique.
Las cabezas muestran algunos detalles que pueden servir mucho
para reconstruir determinadas costumbres de la época; por ejemplo
no fueron colocadas como “cráneos” sino como cabezas cercenadas
que al momento de ser puestas en el hoyo conservaban aun todos
sus ligamentos y parte del cuello. Aun en los casos de las cabezas
dispuestas “boca arriba” como la Nº 5, estas conservan aun “in situ”
las vertebras (una o dos) que quedaron luego de la decapitación con
el cuello del personaje; igualmente las mandíbulas estaban en su
posición original, incluso, como en el caso de la cabeza Nº 3,
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aprisionando fuertemente un terrón, como si el acto de la
decapitación hubiera sido hecho en el mismo lugar y la cabeza
hubiera caído al hoyo aun con movimiento de la boca y hubiera
aprisionado, en un rictus final parte de la tierra. En otros casos la
cabeza fue colocada parada mirando al muro. Este mismo entierro
tenía un canto rodado a manera de cobertura. Las cabezas no fueron
colocadas todas a la vez, lo que se advierte por su asociación
estratigráfica, aunque por su disposición alterna, pudiera parecer que
sí. Obviamente se trata de un ritual ligado a un culto quizá
identificado con las “cabezas trofeo”.
Si nos atenemos a las asociaciones estratigráficas, los entierros de
cabeza de Wichqana deben corresponder al periodo Chupas, es decir
a la modalidad ayacuchana de la cultura Paracas-Ocucaje en sus
fases 6-8.
Como producto de las excavaciones realizadas por Lumbreras,
Wichqana se define como un centro ceremonial, que originalmente
pudo tener la forma de U, asociado a un patio hundido, sobre el que
se hizo una reconstrucción y modificación adoptando una forma
curvilínea. Estos edificios fueron hechos con cantos rodados unidos
con mortero de barro, donde los paramentos tenían uniformidad y
alineación adecuadas, que permitió la concentración de un número
dado de gentes, siendo uno de los primeros esbozos de un núcleo
urbano de población.
Si bien se cuenta con una información mínima acerca de Wichqana
con relación; a su arquitectura, su estratigráfica y en parte a su
cerámica, gracias a los trabajos de Lumbreras, hasta la fecha, no
existe la certeza de cómo pudo haber sido este templo, como eran
sus instrumentos líticos, que tipo de restos óseos de animales se
encontraron y cuáles fueron las áreas de actividad al interior de este
complejo ceremonial.
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En este lugar no es que hagan falta más excavaciones sino que se
publiquen los resultados de los trabajo; intensivos realizados por Gary
Vescelius en 1970 como parte del Proyecto Arqueológico Botánico
Ayacucho-Huanta.
En la actualidad este sitio virtualmente ha desaparecido pese a que
fue cubierto después de las excavaciones, encima de ello se han
construido vivienda; modernas y en las inmediaciones un moderno
grifo de gasolina que ha destruido prácticamente una buena parte de
las estructuras arquitectónicas y evidencias que aún quedaban.
Cerámica tipo Wichqana: Con este nombre se identifico a un grupo
de cerámica reconocida principalmente por Isabel Flores (1960), al
que posteriormente Lumbreras (1974) define en función del nombre
del sitio.
La cerámica de Wichqana presenta un carácter muy propio, en donde
predomina un tipo de tratamiento rustico, que muestra una superficie
irregular debido a las marcas del artefacto usado para alisar; hecha
con arcilla no seleccionada que contiene considerable cantidad de
inclusiones de mica y arena que permitieron coser los objetos a
temperaturas lo suficientemente altas como para lograr una dureza
mayor. Los hornos de cocción debieron ser más bien elementales,
quizá usando el guano de los auquénidos que como se sabe producen
bastante calor; al ser cubiertas las vasijas al momento de cocerla;
impidiendo su oxigenación regular, los colores del objeto tienden a
ser obscuros , con un alto índice de color marrón obscuro, se observa
una cocción defectuosa. Las vasijas suelen tener una carácter
domestico y sus formas son por tanto ollas y cuencos
fundamentalmente, no conocemos piezas de otro carácter, las ollas
tienen forma esferoidal con cuello muy bajo apenas proyectado de la
vasija o sin cuello, los cuencos tienden a tener lados abiertos con
base redondeada. En algunos casos se uso asas, las cuales son muy
características, pues están constituidas por dos o tres cordones de
arcilla unidos lateralmente. Cuando se decoran las vasijas se recurre
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a la incisión y el engobe, efectivamente varias piezas muestran una
capa muy fina de arcilla rojiza en la superficie, cubriéndola total o
parcialmente; las incisiones y puntuaciones nunca llegan a diseñar
otros motivos que no sean estrictamente geométricos, en donde la
figura triangular es dominante. Se usa el recurso del “applique” que
consiste en agregar unos botones de arcilla sobre la superficie o
cordones alrededor del cuello de las ollas.
Anteriormente a la cerámica de Wichqana se evidenciaron tipos de
cerámica que fabricaron los que dejaron sus restos en los estratos
más bajos de Wichqana y Chupas y a no dudarlo su elaboración no
requería de especialización ninguna y podría haber sido lograda por
cualquier miembro de la comunidad entrenado en el arte de la
alfarería, como sucede aun en muchas sociedades tribales de similar
nivel de desarrollo, como es la denominada cerámica de Andamarka,
de las cuales hay pocos ejemplares; el tipo dominante es una
cerámica anaranjada muy bien lograda a través de hornos con
oxigenación; la cerámica es compacta y en algunos casos muestra
pintura roja en bandas sobre una superficie pulida.
IV.2. Kichkapata
Kichka Pata es una de las tres colinas (junto con Usno Pampa y Usno
Era) que se ubica a 25 km. al sur de la ciudad de Ayacucho, en la
Pampa de Chupas.
Este tipo de cerámica fue identificado a partir de los trabajos de José
Casafranca (1960), Augusto Cruzatt (1972) y Luis Lumbreras (1974),
quien lo define con este nombre relacionando con la presencia de la
influencia de chavín en la región. Se caracteriza por presentar una
superficie finamente bruñida que le da un brillo especial, teniendo
una decoración incisa y motivos de neto carácter chavinoide.
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La técnica de manufactura es el modelado con empleo de
desgrasante como la mica, el cuarzo y partículas blanquecinas en
escasa proporción la superficie exterior es monocroma de color
negro, marrón, rojo o ante cuyo acabado lleva un lustre de brillo sin
exhibir las huellas del alisado. El negro y rojo fueron obtenidos a
partir de pintura y engobe, mientras que los restantes a través del
bruñido en pasta blanda. El lado opuesto presenta esta misma
modalidad en el color, variando solo en el acabado que tiene
ocasionalmente la técnica del alisado. Presenta una textura casi
compacta, con cierta porosidad en la pasta. Las formas encontradas
corresponden a ollas sin cuello, de cuello corto y cuencos. Los
elementos decorativos son motivos abstractos que denuncian la
presencia de chavín en la zona. Existen también las botellas de asa
estribo en las que se empleo la técnica de incisiones con motivos de
círculo con punto al centro, hechos a mano mientras que en otros hay
círculos impresos, cuyas líneas adquieren nitidez y el mismo brillo de
la superficie y en otros casos son opacas y apenas visibles. Otro
motivo es el de los círculos concéntricos con líneas paralelas incisas
que sirven para delimitar la zona de decoración. Adicionalmente se
han encontrado fragmentos de cerámica con decoración de
puntuaciones ubicadas posiblemente dentro de un círculo mayor.
La presencia de este tipo nos indica indudablemente la llegada de
chavín a Ayacucho. Estratigráficamente se asocia a los estratos
inferiores de Jargam Pata de huamanga, Chupas y Wichqana,
mientras que en Ñawinpuquio y Waichaupampa se vincula a las capas
intermedias; vale decir, desde el momento que corresponde a la
época de máximo desarrollo y expansión de chavín o desde otro
punto, es decir una influencia indirecta a través de otro centro
difusor. Es indudable que a partir de este momento se producen
importantes cambios en la organización social económica e ideológica
de los habitantes de esta zona.
IV.3. Chupas
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Chupas está ubicado en una meseta a 25 Km al sur de la ciudad de
Ayacucho, siguiendo la carretera de Ayacucho al Cusco y en el punto
donde nacen los riachuelos que forman los ríos del valle, en la Pampa
de Chupas, donde existen también, vestigios de unos muy viejos
templos, en un lugar que la tradición ha conservado con el nombre de
Andamarka, a una altitud de 3,600 m.s.n.m.
El sitio arqueológico de Chupas está integrado por tres sectores
conocidos como Usno Pampa, Usno Era y Kichka Pata.
Sobre este lugar las primeras noticias fueron publicadas por el
señor José Casafranca (1960), a base de una excavación muy
pequeña que hizo en el lado norte del montículo llamado Usno
Era y de la recolección de fragmentos de cerámica que hizo en
el sector denominado Kichka Pata. Estos trabajos preliminares
le permitieron estable la existencia de una ocupación “Chavín”
en el sitio gracias al hallazgo de cerámica evidentemente
vinculada a este estilo.
Posteriormente Augusto Cruzatt (1971) hizo excavaciones
más intensivas en el mismo lugar, las que publico parcialmente.
El indica que excavo en “el centro ceremonial de Chupas” que
se halla ubicado en el lugar denominado “Solar Moqo” y que
consiste en una plataforma a la cual se accede por medio de
escaleras que según el representan “varios accesos en formas
de escalinatas”, distribuidas en la parte interna y externa, como
se puede observar en la cara norte del templo.
La plataforma de esta pirámide esta sostenido por un muro
externo que permite el afianzamiento de una de las
escalinatas, pero también está cortado por un vano de
acceso, que da cabida a otra gradería interna más pequeña,
ubicada en el costado derecho de la cara norte del templo.
En realidad, lo que Cruzatt encontró es una superposición de edificios
con cambios en la ubicación de las escaleras de acceso a la
plataforma.
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Usno Era o Solar Moqo es una plataforma de unos 5 m. de alto, que
ha sido construida sobre una planicie de base rocosa, constituido por
un relleno de grandes piedras irregulares sostenidas por un muro de
contención, el relleno que forma el núcleo del edificio tiene la piedras
sueltas, sin tierra o argamasa de alguna clase, sugiriendo haber sido
colocadas en grupos quizás unidos mediante gigantescas “canastas”
de materia vegetal; el relleno esta sostenido por un muro que rodea,
adoptando una planta sub rectangular; es decir de lados rectos pero
con las esquinas redondeadas, la parte superior de plataforma ha sido
cubierta por una capa de tierra que ahora se usa como campo de
cultivo, mide 65 m. de largo y su ancho es 60 m. . Se puede advertir
la existencia de al menos tres plataformas superpuestas que pueden
significar un aspecto de pirámide escalonada o que pueden ser parte
de las varias reedificaciones a las que fue sometido el templo. Se
observa que el edificio fue replanteado en varias oportunidades, de
modo que hay al menos tres estructuras superpuestas: la más
antigua corresponde al núcleo central del montículo y tiene unas
escalinatas que penetran al edificio, el muro que delimita la
plataforma está construido con piedras irregulares de unos 40 cm de
alto. Es además la muralla más alta de la plataforma que da accesos
a la terraza superior sub rectangular.
La segunda estructura adosada a la anterior aunque más baja
está constituida por un muro hecho de grandes lajas de piedra
de unos 90 cm de alto. El muro está a unos 3 m. del anterior el
cual está separado por un relleno similar al que constituye el
núcleo del montículo; este relleno cubría además las
escalinatas de la estructura de piedras irregulares más
pequeñas que penetraban en el núcleo de la plataforma.
Finalmente la escalinata adosada al primer muro, más
elaborada, fue al aparecer construida en una época
contemporánea al segundo muro.
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La tercera restructuración corresponde a edificaciones de la
cultura Huarpa.
La estructura más antigua tiene paramento constituido por un lienzo
de piedras irregulares, buscando que la cara paramental sea plana
para lograr un aspecto uniforme. Las hiladas no son regulares sin
embargo tienden a buscar líneas, usando los planos para los niveles
de sostén. Algunas piedras fueron obtenidas del campo pero es
evidente que otras fueron extraídas de canteras.
La estructura de las escalinatas está hecha en cambio, con piedras
canteadas con las irregularidades suavizadas a golpes logrando una
forma paralelepípeda. Cada escalón tiene unos 30 cm de alto por
unos 40 cm de ancho, con alabardas que pudieron ser del alto del
muro original. En todos los casos las piedras están unidas con barro.
El muro tardío varia en su planteamiento paramental, dado que está
hecho a base de piedras alargadas dispuestas “de cabeza”, entre las
cuales hay piedras más pequeñas.
La excavación de Luis Lumbreras permitió apreciar una
superposición estratigráfica con 4 grandes estratos a los que
denomino A, B, C y D de los cuales los tres primeros eran
rellenos o derrumbes del templo o restos del periodo Huarpa y
en cambio el D correspondía al formativo y a su vez mostro
hasta 5 capas.
Chupas fue un sitio de ocupación intensiva durante el periodo
formativo y que estuvo estructurado a partir de un centro ceremonial
con un edificio central de aspecto piramidal, con construcciones en
otros lugares aledaños cuya función aun no conocemos.
Tiene pocos parecidos con Wichqana aunque es evidente que hubo
relaciones étnicas entre ambos centros, pues hubo comunidad de
rasgos en la artesanía y también hubo una semejanza en ciertos
elementos arquitectónicos.
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Cerámica Tipo Chupas: Es un estilo muy distinto a Kichka Pata, a la
que se le denomino Chupas en homenaje al sitio y que representa,
además, no solo un cambio en el estilo cerámico, pero un evidente
cambio en el comportamiento total de la cultura en Ayacucho. La fase
chupas tiene mucho que ver con la cultura paracas de la región de Ica
en la costa; su existencia plantea la necesidad de estudiar Ayacucho
permanentemente en relación con Ica – Pisco. Hay varios tipos de la
cerámica Chupas pero los más definidos son:
• Chupas negro inciso
• Chupas inciso rojo sobre negro
• Chupas policromo inciso
• Chupas policromo sobre rojo
• Chupas rojo inciso
• Chupas inciso en el interior
• Chupas llano
Adicionalmente se le asocia con una cerámica llamada Lambraswayqo
que se caracteriza por sus formas y su decoración lograda a base de
puntuaciones.
El chupas Negro Inciso tiene una superficie pulida, pasta fina
con mica y ortosa; las formas son predominantemente cuencos de
paredes bajas y muy abiertas. El Rojo sobre Negro, tiene
pintura fugitiva de color rojo aplicada directamente sobre la
superficie llana, con pasta y formas del mismo tipo que el Negro
Inciso. Las incisiones son cortantes y bastantes delgadas. El
diseño más socorrido es el de los escalones y de los círculos
impresos, la cerámica policroma está decorada con pintura
post- cocción usando colores rojo, blanco gris y anaranjado
amarillento; nunca se combina en una pieza más de tres colores,
se han encontrado las siguientes combinaciones: rojo- blanco- gris
sobre negro, amarillo-rojo sobre negro, rojo- blanco sobre negro,
rojo-gris sobre negro y también blanco-rojo sobre rojo.
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El Chupas rojo- rojo Inciso y el Inciso interior corresponden en
realidad a una misma categoría; de todos ellos el más
característico es el Inciso en el interior, que muestra líneas incisas
en platos abiertos, en el fondo de los platos de base redondeada.
Las incisiones son finas y cortantes, paralelas cruzándose en
distintas direcciones sin superponerse u ofreciendo grupos de
líneas ramificadas.
La cerámica del tipo Lambraswayqo, que parece de carácter local es
de color anaranjado, con la superficie mate aislada con la pasta con
mucha mica. La forma más común es la de unas ollas con un fuerte
reborde en el labio y los bordes en bisel. Es característica de la
decoración hecha principalmente a base de puntos muy profundos
de diámetro hasta de 0.5 cm. hechos con instrumento punzante romo
en pasta blanda. Son también frecuentes los bordes engrosados y
decorados con estas puntuaciones y la decoración obtenida por
presión digital. Algunas puntuaciones son de aspecto cuneiforme,
bastante profundas. Comparando la cerámica de esta época con Ica,
se advierte que los rasgos de Chupas corresponden a la fase que
Wallace (1962) llamo Isla y que Menzel, Rowe y Dawson (1964)
clasifican entre sus fases 5-8.
Chupas por las informaciones obtenidas vendría a ser otro centro
ceremonial ocupado intensamente desde la llegada de la influencia
de Chavín en Ayacucho, pero aún sabemos muy poco de los
diferentes modos de vida, interrelaciones con otras regiones, el uso
del espacio, la arquitectura, su organización económica y otro tipo de
actividades que se desarrollaron en ella.
Las excavaciones se hicieron de modo limitado y durante temporadas
cortas razón por la que los materiales obtenidos no permiten
afirmaciones sustentables por el momento, si a esto le agregamos
que durante los años sesenta el objetivo fundamental era establecer
tipologías y seriaciones con fines cronológicos a partir de la cerámica,
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el resto de los materiales obtenidos no han recibido el tratamiento
necesario. Un ejemplo claro de ello son los informes de Augusto
Cruzatt quién prioriza en su informador a la cerámica estableciendo
innecesariamente una infinidad de tipos de cerámica y descuidando
el análisis de la lítica, los restos óseos, malacológicos, el medio
ambiente entre otros.
En la actualidad este sitio arqueológico si bien no ha sufrido procesos
de destrucción violenta, una gran parte de su superficie es utilizada
como campo de cultivo y como zona de plantaciones de eucaliptos.
Esto lo ha convertido en un pequeño bosque cuyas raíces están
debilitando y deteriorando irremediablemente a las estructuras
arquitectónicas de este centro ceremonial.
IV.4. El Periodo Rancha
Se defino a partir de las excavaciones de Lumbreras en el sitio de
Aya Orqo en 1958.
Aya Orqo es un cerro que está a unos 3000 m.s.n.m, se divisa desde
la ciudad de Ayacucho como el punto más alto del SO. Durante una
época que aun no se puede precisar se construyeron andenerías que
posibilitaban más el cultivo, por la técnica de construcción podría
suponerse que muchas de estas estructuras datan desde el Periodo
Rancha, que debe remontarse hacia comienzos de nuestra era.
Se hizo pequeños pozos de prueba y en ellos encontramos que las
capas más bajas estaban ocupadas por cerámica de estilo Rancha,
que se caracteriza por una serie de tipos que siguen un patrón
bastante regularizado, tanto en el acabado como en la forma de las
vasijas.
La cerámica es delgada y fina, con un control de hornos suficientes
como para permitir la decoración mediante áreas oxidadas y
reducidas. La pasta tiene pequeñas partículas de cuarzo y mucha
mica y en algunos tiestos aparece feldespato.
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Las formas dominantes son platos abiertos y cuencos, que se
caracterizan por tener muy engrosado y generalmente plano; hay
también tacitas incurvadas con tales bordes característicos; botellas
y cantaros de cuellos o pico corto y asas cintadas de bordes rectos.
Entre todos estos rasgos, sin embargo el más notable es el espesor
de las vasijas, que en algunos casos alcanza a 2mm de espesor; a ello
se agrega la extrema dureza de la pasta.
La decoración más característica es la puntuación lograda mediante
un punzón romo logrado sobre pasta dura; cuando hay incisión, las
líneas son anchas y acanaladas, obtenidas con punzón romo sobre
pasta blanda, aunque también aparecen incisas líneas muy delgadas,
apenas hechas sobre superficie dura y con retoque romo delgado.
Un detalle decorativo muy notable es la combinación de un interior
negro y un exterior rojo o marrón. Esto se logra buscando que el
exterior del plato este sometido a oxigenación, mientras que el
interior debe ser reducido o ahumado. Este sistema decorativo
también se encuentra en la cultura Paracas Necrópolis, cultura con la
que Rancha comparte otros rasgos en su cerámica, tales como la
incisión delgada en pasta dura y algunas de las formas de las vasijas.
Además de la decoración inciso, en Rancha existen objetos que
fueron decorados mediante la técnica conocida como “Negativo” o
“Resist”. Finalmente categorías menores de decoración son el Rancha
pintado, el Rancha engobado fino y el Rancha Padrón Bruñido, rasgo
este definitivamente emparentado a Paracas necrópolis.
Naturalmente la cerámica en si misma o las demás artesanías de las
que sabemos poco o nada, durante el periodo Huarpa, no significan
nada frente a la tarea agraria, cuya técnica llegó a límites
insospechados.
V. SITIOS Y ASENTAMIENTOS HUARPA
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De la cultura Huarpa se conoce un buen número de sitios, pero han
sido estudiados superficialmente. Están asociados bancales y a
estructuras simples de piedra de forma circular o planta rectangular.
Son todas poblaciones que se concentraron en los valles y no se
preocuparon mayormente por la producción de Puna.
Los sitios más importantes son Ñawinpuquio, Cumun Senca, Quica
pata, Lagunillas, Tantahuasi, Trigo pampa, Pacaycasa y Chupas. Con
la excepción de Ñawinpuquio que según Lumbreras es una ciudad
grande el resto serian pueblos rurales.
V.1. Lagunillas
Es un sitio muy extenso y si bien casi totalmente perteneciente
a Periodo Huarpa, en la parte sur, un pequeño sector fue
ocupado también durante la época Wari en sus épocas iniciales.
Esta cortada por 2 carreteras una que va de sur a norte, de
Ayacucho a Huanta y otra de este a oeste en dirección a
Cangari en el valle de Huanta.
Los restos de andenería fueron cortados por las carreteras.
Los andenes siguen las curvas de nivel naturales , lo que hace
que la carretera, corte las terrazas en muchas partes
transversalmente y en otras longitudinalmente, Los aparejos de
los muros de contención de terrazas son variados : algunos
están constituidos a bases de piedras pequeñas de campos ,
generalmente achatadas , dispuestas en hiladas irregulares ,
horizontalmente (parece que no se hubiera usado argamasa)
otros están construidos con grandes piedras , formando
murallas de aspecto desordenado pero macizo ; algunas
murallas muestran aparejo irregular pero con paramento plano,
como de estilo Wari; finalmente, existe un aparejo muy vistoso
en donde se alternan piedras grandes con pequeñas , de modo
que los grandes están dispuestas en una hilera continua y los
intersticios que separan una piedra de otra rellenados con las
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pequeñas. Dispersos, en lugares que una exploración mas
prolija puede detectar como estratégicos para el cuidado de
campos de andenes, hay grupos de viviendas; las casas tienden
a ser circulares aunque las formas son más bien irregulares, de
planta adaptada a las sinuosidades del terreno; fueron hechas
generalmente aprovechando abrigos naturales formados por los
roquedales, agregando piedras grandes en lo que parecen
haber sido las cimentaciones , que es lo único que queda ahora,
En las excavaciones que hizo Lumbreras solo dieron unos pocos
centímetros de tierra (40 a 50) de deposición, con poco
contenido cultural. Sin embargo en un lugar aparentemente
privilegiado encontró, restos de edificios de planta rectangular,
asociados naturalmente, a cerámica de la época.
En los cortes practicados en las terrazas encontraron la
siguiente estratificación: Capa A, B, C, D, E, F, G, H.
El muro de la terraza se hizo sobre la capa G y sirvió para
contener la Tierra C; parece probable que las capas D, E y F
fueron dispuestos en el andén, artificialmente; B seria posterior
al uso del sitios y A de formación reciente.
Aunque en Lagunillas no se ha apreciado bien, otro aspecto
importante de la cultura Huarpa fue precisamente la
construcción de canales y represas, que se inicio desde el
formativo superior.
V.2. Quicapata (Colina de Yeso)
Esta al sur de la ciudad de Ayacucho , justo en el límite entre la
parte alta y media de la cuenca , el mexicano Ángel García
Cook ha encontrado un sistema de canales y reservorios
excepcional, asociado a terrazas que cubren los cerros , para el
aprovechamiento de una fuente permanente de agua , que
ahora sirve para el abastecimiento de la ciudad. Se trata de una
cadena de reservorios ubicados a niveles distintos, desde
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donde partían canales para la distribución del agua, de modo tal
que el área podía ser irrigada en forma uniforme. Este sitio fue
habilitado desde el Periodo Rancha.
Los canales excavados en varios eran construidos con mucho
cuidado, protegiendo el interior con estuco impermeable; hay
canales de 1.60 m. de ancho y hasta kilómetros de largo.
V.3. Raqay Pampa
Se encuentra en Chupas , se excavo una zona servida por un
canal longitudinal que proveía de agua a un poblado con
algunas casas ubicadas sobre campos de cultivo en terrazas ; el
canal-madre que cruzaba de sur a norte y se diversificaba en
canales laterales que partían de algo así como alcantarillas que
servían a sementeras delimitadas con muros formando terrazas.
La población Huarpa estaba distribuida en función de este
sistema, dentro de un régimen habitacional de neto carácter
rural; aldeas dispersas o incluso simplemente estancias ligadas
a complejos agrarios como Lagunillas. La población era
considerablemente grande; en la cuenca, de cerca de 500 sitios
ubicados para todas las épocas, alrededor de 300 fueron
ocupados durante este periodo y todos excepto Ñawinpukyo al
parecer eran aldeas.
VI. LA CIUDAD ÑAWINPUKYO
El sitio de Ñawinpukyo se ubica sobre una colina, a unos 5 km al
sudeste del centro de la actual ciudad de Ayacucho. La colina
forma parte del flanco sur del valle y alcanza una altura máxima
de 3.007 msnm. Si bien se encuentran restos arqueológicos en las
laderas y parte baja de la colina (Cabrera 1998; Machaca 1997), la
concentración más densa se ubica directamente sobre la cima.
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La cima de la colina es una planicie suavemente ondulada de unos
500 m de largo por 200 m de ancho. En ella se encuentran amplias
áreas abiertas que se alternan con densas concentraciones de
arquitectura arqueológica en ruinas.
Las investigaciones realizadas en 2001 se concentraron en las
partes central y este de la cima, y a través de una combinación de
limpieza de vegetación y escombros, definición de cabeceras de
muro y excavación, se consiguió exponer un área estimada en 650
m2, definiéndose 32 cuartos o estructuras (denominados “Espacios
Arquitectónicos”) de los cuales 26 fueron total o parcialmente
excavados. Las investigaciones revelaron una secuencia
ocupacional que se extiende desde el período Intermedio
Temprano (ocupación Huarpa del sitio), hasta finales del Horizonte
Medio (ocupación Huari de la colina).
Ñawinpuquio en el Período Intermedio Temprano
Se cree que este período de la prehistoria de Ayacucho se
caracterizó por la presencia de unidades políticas de pequeña
escala, quizás señoríos, representadas por conjuntos de sitios
centrados en torno a uno o varios asentamientos principales
(Isbell2001; Lumbreras 2000; Schreiber 1992).
Ñawinpuquio habría formado, junto con Conchopata, Acuchimay y
sitios menores, uno de estos enclaves, controlando el sur del valle
de Ayacucho (Isbell 2001:114)
La ocupación de la cima de Ñawinpukyo en el período Intermedio
Temprano tenía un carácter complejo, presentando varios sectores
arquitectónicos netamente diferenciados. Parece claro que entre
los siglos IV y VI d.C. el núcleo de la ocupación estaba constituido
por la Plaza Este, un gran recinto de forma irregular que corona la
cima de la colina, y que habría tenido primordialmente propósitos
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ceremoniales. La presencia de cerámica diagnóstica tanto en la
superficie como en las excavaciones desarrolladas, justo al norte y
sur de la plaza, indicaría que conjuntos de edificios Huarpa, quizás
de naturaleza residencial, podrían haber existido en estos
sectores, aunque las investigaciones no revelaron restos
arquitectónicos o evidencias primarias de ocupación. La
construcción de edificios en estas áreas durante el Horizonte
Medio podría haber resultado en el desmantelamiento de cualquier
arquitectura más temprana.
La presencia de cerámica Huarpa en superficie sobre un área
rocosa a corta distancia al sudoeste de la plaza, y en la parte oeste
de la cima de la colina (áreas no investigadas sistemáticamente)
sugiere que podrían haber existido otros núcleos de ocupación,
aunque sus características exactas permanecen desconocidos.
Asimismo, y tal como lo sugieren investigaciones anteriores
(Cabrera 1998; Lumbreras 1974; Machaca 1997), existían núcleos
de ocupación Huarpa en las partes bajas de la ladera oeste de la
colina. Un grupo importante de edificios, que posiblemente datan
de finales del período Intermedio Temprano, fue identificado a
unos 100 m al oeste de la plaza, en el sector que denominamos
Grupo Arquitectónico Central.
Las investigaciones en la parte noreste de este sector revelaron lo
que parece haber sido parte de un complejo de elite, compuesto
de galerías alargadas, cuartos y patios rectilíneos, con pisos y
enlucidos blancos manufacturados con diatomita (roca
sedimentaria abundante localmente) molida y compactada. Estas
estructuras seguramente formaban parte de un conjunto mayor
que se extendería hacia el oeste, pero que no pudo ser definido.
No se encontraron evidencias de actividades domésticas o
ceremoniales en ninguna de estas presuntas estructuras Huarpa.
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En 1960 Lumbreras comienza la ejecución de trabajos de campo
que le permitieron reunir información y evidencias que
incrementan los conocimientos referente a los Huarpa.
Posteriormente el sitio es investigado por Benavides, Gonzales
(1982) y nuevamente Lumbreras (1974), quien en 1971 realiza
excavaciones sistemáticas en tres sectores. El primero un basural
con abundante cerámica que tenía una estratigrafía bastante
definida, con presencia de cerámica del tipo rancha,
correspondiente al formativo superior. El segundo, un canal de
agua que había sido sometido a sucesivas restauraciones y,
finalmente el tercero ubicado al interior de un conjunto
arquitectónico que al parecer estuvo vinculado al culto o a algún
sistema comunal urbano.
Producto de los trabajos ejecutados, Lumbreras llega a la
conclusión de que en la cultura Huarpa se define la ciudad y se
incrementa la capacidad productiva de la región. Es entonces
cuando la labor económica va girar básicamente en torno a la
agricultura sustentada en el dominio alcanzado en la tecnología
agropecuaria que permitió a los Huarpa tener una producción
permanente e intensiva, llegando a construir terrazas de cultivo,
en la falda de los cerros cercanos a sus poblados.
Sus antecedentes de acuerdo a las investigaciones realizadas
hasta ese momento los vinculaban al formativo superior,
específicamente a la fase rancha. Durante 1986, en compañía de
Mario Benavides y un grupo de estudiantes de la U N S CH,
tuvieron la oportunidad de realizar reconocimientos y
excavaciones a pequeña escala. El resultado preliminar de estas
investigaciones proporciono importantes evidencias que modifican
los planteamientos acerca de esto antecedentes.
Como consecuencia de ello se ha recuperado un conjunto de
evidencias materiales como la cerámica, que en el estrato
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correspondiente a la época de su ocupación inicial está asociado a
la fase Kichka Pata, vale decir al formativo medio, dentro del
momento de la influencia de la cultura chavín en la región. Esto se
sustenta en el hallazgo de fragmentos que muestran motivos
decorativos: figuras de círculos con punto al centro, puntuaciones
y líneas horizontales incisas. En cuanto a la forma se cuenta con la
botella de asa estribo, de cuerpo globular y con otras botellas
representando un ave, todo esto asociado al tipo Wichqana y
Qarqanpata que caracterizan a la zona.
Se recupero también una significativa cantidad de resto óseos
calcinados y sin calcinar, destacando uno que presentaba
decoraciones de puntuaciones y líneas incisas que al parecer fue
parte de un artefacto. En relación a los líticos existe una
significativa cantidad de desechos de talla, núcleos, cuchillos,
puntas de proyectil, e instrumentos destinados a labores agrícolas.
El vestigio más importante son las terrazas de cultivo que aun
pueden apreciarse. Hast6a el momento se han identificado una 15
terrazas que van desde la orilla hasta la parte alta de una pequeña
cumbre (Se ubica a km. Al NO del sector que excavo lumbreras en
la margen derecha de un riachuelo, formado a partir de u
manantial permanente).
Fue en este sector donde se realizaron excavaciones al detectar la
presencia de cerámica del horizonte temprano en su superficie, lo
que confirmo la existencia de una ocupación vinculada con este
horizonte, concretamente a partir de la presencia de Chavín en
esta región, en la época de su máximo apogeo. Evidencias que
llevan a plantear, por el momento, que la ocupación del sitio de
Ñawinpuquio no data del formativo superior y tampoco vinculado a
la fase rancha; sino más bien al formativo medio, momento en que
al parecer comienza la construcción de tarrazas de cultivo, que
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van a generalizarse durante el periodo de la cultura Huarpa
cuando se logra un gran desarrollo de la tecnología hidráulica.
Isbell pone en tela de juicio el argumento de Lumbreras, arguyendo
que sus interpretaciones se basan exclusivamente en
reconstrucciones hipotéticas de forma de edificio, ya que las pocas
excavaciones que este efectuara se hicieran fuera del área de
arquitectura significativa. Además, en términos generales la
arquitectura es poco conservada y no se ha hecho un examen
sistemático profundo del material arqueológico de superficie. Isbell
recuerda que si bien es cierto que en área hay cerámica Huarpa en
los alrededores de los edificios de piedra Menzel recogió cerámica
correspondiente a los tiempos de Huari lo que pone en duda el
fechado de Lumbreras; a esto se suma que Isbell duda incluso que
los depósitos de Ñawinpuquio puedan ser considerados Huarpa
como sostiene Lumbreras.
VII. ECONOMÍA
Al igual que en el resto del territorio andino, encontramos el
desarrollo de la agricultura, la experimentación de tecnología
hidráulica para el uso racional del agua, mediante la construcción
de represas, canales y andenes para aumentar la frontera agrícola
y solucionar el problema de la falta de tierras y de agua en la
zona.
71. Agricultura:
Los Huarpa cultivaron la tierra con un riguroso control en la
distribución del agua, por medio de canales y represas y luego
habitaron nuevas tierras construyendo terrazas agrícolas en la
falda cerros cercanos a sus poblados los que les facilito ampliar
sus campos y evitar la erosión. Esas terrazas se llaman
“andenes”.
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Sin lugar a dudas el más importante vestigio, lo que constituyen
las terrazas de cultivo que aun existen y son claramente
perceptibles.
Se especializaron en cultivos de quebradas como el maíz el pacay
pallares y calabaza.
7.2. Comercio:
Esta cultura fue un activo miembro del comercio, esto se sabe
porque los huarpas (Ayacucho) comerciaron con la cultura Nazca
(Ica), intercambiando productos y materias primas y de igual
manera intercambiando sus artes y costumbre. Un poco después
aparecen evidencias de contactos con Tiawanaco (Tiahuanaco),
que durante el siglo VI se convirtieron en un rasgo importante de
Ayacucho, dando origen a lo que estamos llamando Wari (Huari).
VIII. ESTILOS DE CERAMICA E ICONOGRAFIAS
Para el arqueólogo Luis Lumbreras, Huarpa resultó
culturalmente más pobre que otras culturas más o menos
contemporáneas, como Moche y Nazca.
La cerámica Huarpa representa una tradición en donde la
decoración pintada en rojo y negro sobre una superficie
engobada de blanco mantiene un aspecto de uniformidad
sorprendente. La decoración, en general, tiende a ser lineal,
geométrica, de modo que los cambios así son menos
perceptibles. Al lado de ella se desarrollan dos tipos bien
definidos, uno llamado “caja” y otro llamado “Kumun Senqa”.
En las fases tardías se hace presente, luego una cerámica
policroma llamada “Cruz Pata”.
Por el momento, Huarpa es divida en cuatro etapas, llamadas A,
B, C y D; la primera aparece asociada incluso con cerámica del
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tipo Rancha (Formativo Superior), Mientras que la ultima está
muy cerca de los comienzos de Wari.
1. En la fase A de Huarpa, los tipos dominantes son Huarpa Fino
y el Caja. El Huarpa A es una cerámica delgada en donde
predominan las tazas, los cuenco con perfil en forma de “S”
muy abierto con la base redondeada, en algunos casos son asas
que se proyectan del borde al cuerpo; los bordes de las vasijas
son afilados y muchas veces cortados a bisel hacia el exterior.
La decoración esta dada por bandas negras o rojas que se
desarrollan horizontal o verticalmente sobre la superficie
externa de los objetos y acompañadas de bandas que cubren,
a manera de lenguas, una parte del borde interior. El diseño
más característico es el de tres bandas horizontales que se
ubican en la mitad superior de las vasijas, dos de los cuales son
bandas rectas colocadas en los extremos y que encierran una
banda ondulante del centro.
Uno de los pocos motivos figurativos es el de una cara humana
que a veces se proyecta de los cuencos y otras de grandes
cantaros de cuerpo oblongado con base cónica; en donde
destacan unos ojos rectangulares pintados y una boca apenas
diseñada que a veces es solo una línea y otras veces es otro
rectángulo. La nariz es frecuentemente modelada y la cara
muchas veces pintada con líneas en varias direcciones.
La cerámica Caja, deriva de Rancha, es de color anaranjado
claro, muy compacta y fina, con una pasta casi sin anti plásticos
visibles. Las formas se parecen a Huarpa, pero la decoración es
lineal y usa colar marrón sobre la base natural. La decoración
más característica consiste en una línea ondulante en el interior
de unos cuencos con bordes ligeramente biselados.
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2. En la fase B: Los tipos cerámicos predominantes son el Huarpa
D y el Kumun Senqa. El Huarpa B es una cerámica menos fina
que A, pero con mayor variedad de formas, en las que destacan
unas tazas de lados ligeramente convexos y base curva, de
paredes altas. Uno de los rasgos distintivos más importantes es
el cambio en el tratamiento de la decoración; se da, por
ejemplo, el diseño de tres bandas horizontales con la central
ondulante, pero esta vez las bandas rectas son de color rojo
delineadas con negro y la central roja, a diferencia de la
primera fase que eran las tres de un solo color, generalmente
negro.
El tipo Kumun Senqa, que se inicia en la fase A, adquiere su
máxima popularidad en este tiempo, es una cerámica
monocroma engobada de rojo oscuro y al parecer ligada a
alguna función específica en tanto que está fuertemente
limitada a unas ollas o ánforas grandes con un cuello bajo,
engrosado y evertido.
3. En la fase C: Los tipos dominantes son el Huarpa Negro sobre
Blanco y el Cruz Pata. El Huarpa Negro sobre Blanco fue el
primer tipo Huarpa conocido y sirvió a Rowe, Collier y Willey
(1950) para definir el estilo; se prolonga hasta la fase D, aunque
con algunas variantes y más tarde se integra con estilos propios
de las primeras fases Wari. El negro sobre blanco está
constituido por una cerámica gruesa, engobada con un
pigmento blanco mate espeso; la forma más característica es
de unas grandes urnas en forma de “V”, con la base plana, los
lados rectos y el borde fuertemente engrosado y a veces
biselado. La decoración es geométrica con uso combinado de
bandas gruesas y líneas siendo característico el uso de una
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gran banda gruesa alrededor del borde, cubriéndolo y
prolongándose al interior de la vasija en uno o dos centímetros;
esta banda se combina con otras líneas y bandas horizontales y
verticales, a veces formando escaques (damero) y otras simples
superficiales “rayadas”; los diseños curvilíneos aparecen en
forma de espirales solo muy excepcionalmente. Hay también
formas parecidas a las de Kumun Senqa; grandes ánforas de
base cónica. En algunos casos, especialmente en Huanta, hay
una variedad “Tricolor” de este tipo, que agrega el rojo-violáceo
para dibujos lineales o relleno de áreas; es el mismo del engobe
Kumun Senqa y de Cruz Pata.
Cruz Pata es una cerámica fina que se inserta en la tradición de
los tipos “A” y “B”; de modo que la formas y diseños se parecen
a los de aquellos tratados en combinaciones distintas; la forma
con perfil en “S” se continúa desarrollando, aunque aquí adopta
una base plana; aparecen, dentro de esa línea, especialmente
mas tarde, unos vasos altos con asa lateral cintada y otros
pequeños que mas tarde, en la fase R, producirán una forma
que hemos llamado “Lira”, que se hará muy popular dentro del
periodo Wari, como parte de casi todos los estilos de dicho
periodo.
El estilo Cruz Pata se presenta de varias formas; engobado de
blanco y pintado con negro, rojo, anaranjado y gris; engobado
de rojo y pintado con negro, blanco, anaranjado y gris; y sin
engobe y pintado con los mismo colores.
La decoración es menos geométrica que en las fases
precedentes y hay una tendencia por los diseños curvilíneos, en
algunos de los cuales se combinan formando conjuntos en torno
a un circulo con rayos 0 “espirales”, que dan el aspecto de
arañas o pulpos. Algunos motivos “Figurativos” muestran
personajes extraños con ojos rectangulares o simplemente
lineales, que no se parecen a nada concreto. Se advierte
algunos motivos vinculados con el periodo tardío de Nazca,
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aunque tal vinculación es mas propia de la fase D, donde
aparecen evidentes relaciones con diseños de las fases 7 y 8
Nazca.
4. La fase D: Esta dominada por estilos Okros A y Cruz pata, aun
cuando aparecen varios otros estilos vinculados con Nazca que
tendrán su mayor desarrollo en el periodo siguiente,
correspondiente a Wari. Se mantiene el Huarpa Negro sobre
Blanco con algunas modificaciones.
El estilo Okros en su primera fase, esta muy vinculado a Cruz
Pata tanto en formas como en diseños; usa para el exterior
engobe blanco y grandes áreas pintadas de negro, pero
introduce nuevos motivos de diseño y sobre todo un peculiar
engobe anaranjado muy brillante que se usa, en este tiempo,
principalmente para el interior de cuencos y vasos. Mas tarde el
engobe anaranjado será aplicado a toda la vasija, como rasgo
distintivo del estilo. La decoración es más compleja que en
Huarpa; aparecen muchos motivos reales figurando animales-
planta indeterminados. Uno de los personajes más
característicos es una especie de pulpo de dos cuerpos, con
siete u ocho apéndices volutiformes, a manera de patas o
tentáculos; en general las imágenes radiadas son frecuentes.
Hay cuencos de base plana y lados divergentes, tazas
esferoidales con boca sin cuello y unos cantaros o jarras de
cuerpo globular, base plana y un cuello ancho que a veces es
una cara humana que tiene una asa en la parte posterior. La
cara tiene ojos parecidos a los Huarpa, pero con gran
insistencia en aquellos simplemente incisos y con las pestañas
muy destacadas.
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IX. PRACTICAS MORTORIAS
Algunos entierros han sido excavados, y todos ellos, hasta el
momento han sido hechos directamente en el suelo, junto con
ofrendas de cerámica en algunos casos y otros sin ofrenda alguna,
algunos entierros parecen secundarios y hay noticias de entierros en
ánforas de cerámica. Y aunque ninguna ha sido sistemáticamente
recuperada. Cuando aparecen ceramios asociados a los muertos ellos
están cerca de la cabeza y son generalmente dos.
Una tumba de la fase C de Huarpa con cerámica Cruz Pata como
ofrenda fue encontrada en un cementerio, hoy desaparecida bajo el
“Bulldozer” en la parte oriental en lo que es el inmenso yacimiento de
Conchopata que ha dado acceso aun moderno aeropuerto. La tumba
hallada por los obreros que trabajaron en la construcción del
aeropuerto tenia la forma de una bota con entrada tubular en un
extremo y excavada en la roca. En ella, el cadáver estaba extendido y
a su lado había ofrendas consistentes en alfileres de cobre con una
cabeza plana muy grande en forma de paleta o más bien de abanico
y dos vasos muy parecidos en su forma, a los vasos de Nazca 3 con la
diferencia que tiene la base plana y una asa vertical en forma de
cinta en medio del cuerpo.
Un entierro de época anterior, probablemente B, muestra un cuerpo
flexionado dispuesto de cubito dorsal.
De la fase D se conoce una tumba con cuerpo flexionado, pero lo mas
interesante es el hallazgo, similar al de Chavín y Nazca 3 de entierros
de ratones, solo que aquí fueron encontrados en el sito de
Conchopata como “tumbas” exclusivas de ratones y no como parte
de tumbas humanas.
En un lugar llamado Pachyaq, que es una pequeña colina, en su
cumbre se encuentra una moderna edificación que corresponde a la
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escuela de Pampachacra, la cual está rodeada por extensos basurales
de cerámica de una ocupación bastante tardía, aun cuando aparecen
restos de entierros de la época Huarpa.
Si bien no se encontró cerámica del estilo “Paracas”, la que
posteriormente se ha denominado chupas, en cambio, se pudo
observar en el sitio un pozo en forma de botella, que se encuentra a
unos pocos metros detrás del muro que cerca al edificio, hacia el
noreste de la escuela, en todo caso, muy cerca del lugar donde se
indica que fue encontrado el entierro “Paracas”. El pozo que está
totalmente bajo el nivel del piso, comprende dos secciones: la
superior es un “tubo” de acceso de pocos menos de 60 cm de
diámetro y que tiene una profundidad aproximada de 1 metro; la
inferior es propiamente el “cuerpo” de la cista y que tiene una forma
cónica, con una profundidad aproximada de 3 metros, y un diámetro
de máximo visible de 1.80 metros.
En general, se puede decir que la forma de las cista es similar a la de
un embudo. La razón por la que llama tanto la atención es por su
similitud con las llamadas “cavernas funerarias” de Paracas, aunque
existen algunas diferencias que es necesario señalar; las paracas son
simple “cavernas” labradas de roca, mientras que las cistas de
Pachyaq, además de haber sido excavadas en la tierra, se encuentran
paramentadas con piedras de campo dispuestas en forma
concertada, con las caras paramentales planas y unidas con barro.
Las piedras están “engastadas” en las paredes a manera de
“empaste”.
Todo parece indicar que eran tumbas, aunque no se descartan la
posibilidad de otra función; en varias partes, pero especialmente en el
sitio “Quebrada de la Vaca”, al oeste de las lomas de Ático (Arequipa)
al norte de chala, en una ciudad de época Inca, se observa una gran
cantidad de graneros o depósitos de forma y estructura muy similar a
la cista de Pachyaq, de modo que pudo ser también un troje.
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En el mismo sitio se ven dos cistas “huaqueadas”, y se puede observa
otra similar en otro sitio cerca de Huanta que se llama “QalaOrqo”.
X. IDEOLOGÍA
Parecen indicar que la veneración de montañas formaba parte
central de la religión de los pueblos Huarpa del valle de Ayacucho
durante el período Intermedio Temprano. Es interesante que, al
menos formalmente, estas prácticas tendrían aspectos en común
con prácticas y creencias similares reportadas etnográficamente,
aunque resultaría prematuro todavía asegurar que esto se debe a la
existencia de una larga continuidad cultural que mantuvo más o
menos inalteradas un núcleo de creencias religiosas y cosmológicas.
De hecho, no es posible determinar con certeza qué significaban las
montañas para los antiguos ayacuchanos, más allá del obvio valor
sobrenatural que parece innegablemente representado por los
vestigios materiales.
Las ceremonias relacionadas con la veneración de montañas
parecen haber constituido eventos públicos de gran importancia
social y cultural para la comunidad local, y quizás haber ejercido
también cierta influencia que excedía el ámbito puramente local,
vinculando a diversas comunidades a base de un denominador
ideológico común en tiempos en que no había en la zona una
estructura política centralizada. Desgraciadamente, las evidencias
arqueológicas no permiten aún determinar si existía un marcado
control sociopolítico de estas ceremonias, tal vez a través del
auspicio continuado de las mismas por un mismo grupo de
descendencia o sector de la comunidad. Tampoco es posible
determinar con certeza si las prácticas y el saber religioso asociados
con estas ceremonias eran monopolizados por algún sector de
especialistas. De haber sido así, estas ceremonias podrían haber
constituido un ámbito de negociación de identidades sociales y
políticas, y tal vez una arena en la cual se desenvolvieron procesos
de incremento de la desigualdad social que llevaron a la marcada
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estratificación social y centralización política asociados con el
surgimiento de la sociedad Huari en el Horizonte Medio.
XI.- FIN Y DESAPARICIÓN DE LA CULTURA HUARPA
Se desconoce las causas que originaron la declinación de Huarpa,
solo se sabe que en un momento dado se abandonaron los antiguos
asentamientos, y las nuevas poblaciones se aproximaron a las zonas
con riego estable.
La cultura Huarpa llega a su fin alrededor del 500d.c se ha pensado
que cambios climáticos intensos llevan a deshabitar para siempre sus
asentamientos humanos y producir la total descomposición de la
sociedad.
Lumbreras insiste que el deterioro se produce en una etapa de
notables cambios de otros órdenes de actividad; el más importante
representado por la intensificación de las relaciones con la costa de
Ica-Nazca, que se expresa físicamente en el desarrollo intensivo de la
cerámica policroma. Estamos hablando aquí de los siglos IV-V, según
la cronología de la costa. A la par de estos motivos, el arqueólogo
Guillermo Lumbreras menciona otros tales como: el crecimiento de
los poblados, su disminución en número y su cambio de ubicación; el
desarrollo de una cerámica policroma... y el abandono de la
dificultosa sobre explotación de la tierra.
LA CULTURA LIMAI. UBICACIÓN GEOGRAFICA:
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La cultura Lima se desarrollo en los valles de Chancay, Ancón, Chillón,
Rímac y Lurín, o sea en la Comarca de Lima propiamente, y llega
hasta Huacoy, Ñaña y Huaycán, ascendiendo por el cauce de los tres
últimos ríos.
Dichos tres valles (Chillón, Rímac y Lurín, incluido el valle seco de
Ancón) tienen caracteres comunes que les confieren unidad
geográfica
Limita:
Al norte, llegó hasta el valle del río Chancay
Por el sur hasta el valle del río Mala
Por el oeste colindó con el Océano Pacífico
Por el este, hasta el comienzo de la cordillera de los Andes.
Es posible que el área de su difusión haya sido bastante mayor, pues
se ha encontrado cerámica Lima en sitios tan altos como Canta, en la
cuenca del Chillón, y San Pedro de Casta y Matucana en la del Rímac.
II. CRONOLOGÍA
La cultura Lima aparece entre los años 200 y 750 d.C. durante el
Intermedio Temprano, y es coetánea con Moche y Nazca.
Uno de los ordenamientos cronológicos ampliamente usado y
debatido ha sido el efectuado por el arqueólogo Thomas Patterson, a
mediados de la década de 1960. Siguiendo los aportes metodológicos
de Jhon Rowe. Patterson definió 13 agrupaciones de conjuntos que
comparten un número significativo de rasgos y corresponden, se
supone a igual número de faces, cuatro pre Lima y nueve Lima. Esta
suposición seria valida siempre y cuando no hubiese significativas
diferencias entre la producción de alfareros que habían vivido en
diferentes lugares de la costa central.
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Datación
Absoluta
Willey
(1943)
Tabio
(1957)
Patterso
n
(1996)
Guerrero
(1998)
Goldlausen
650 d.C.
600 d.c.
Early Lima Maranga
Nievería
9
8
7
Nievería
Lima 9
Lima
Tardío
Lima
Terminal
Lima Tardío
500 d.c. Interlocking
6
5
4
3
2
1
Lima
Medio
Lima
Inicial
Lima Medio
Lima
Temprano
200 d.C. Intermediat
e
Three-
Color
Tricolor Lima Inicial?
III. ORÍGENES Y TEORÍAS
El Padre Villar Córdoba, uno de los más importantes estudios
de la arqueología del departamento de Lima, demuestra
filológicamente el origen aymara de la mayor parte de las viejas
poblaciones de la comarca limeña. Se postula que los Lima eran
de origen aymara, llegados a la costa central en una de las olas
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invasoras con que ese pueblo asolaba los Andes Centrales
desde sus remotos lugares de origen en Coquimbo, Chile y
Tucumán en la Argentina. La invasión aymara debió realizarse
en forma muy temprana, posiblemente durante las postrimerías
de la era Chavín, pues al principiar el período Floreciente (200
d.C.) los Lima se encontraban firmemente instalados en la costa
central y ostentando una cultura que, si bien mostraba puntos
de contacto con la Chavín, tenía características propias que
acusaban un largo lapso de maduración.
El análisis de la etimología de los nombres de los asentamientos
de la cultura Lima demuestra, según él, que se tratan de
expresiones aymara, tales como: Cera Hualla (Carabayllo), Copa
Cabana, Collique, Cajamarquilla, Lati, Huachipa, Maranga,
Huatca Hualla, Chucuito, etc. El arqueólogo Jijón y Caamaño
(1949), basándose en el resultado de sus investigaciones,
sostuvo que los proto-limeños, como el llama a los
constructores de las pirámides Maranga, constituían una
aristocracia guerrera foránea que se había impuesto por las
armas a los pobladores originales del valle y los tenia sujetos a
un duro yugo. El hallazgo de un fémur convertido en arma o
instrumento, probablemente trofeo, mediante el afilamiento de
uno de sus extremos, y la existencia de entierros cuyos restos
humanos están incompletos o mutilados, parecen indicar,
efectivamente, que los lima eran un pueblo belicoso que tenia
costumbres sanguinarias y que practicaba crueles rito.
En 1999 se publico el primer número de los cuadernos de
investigación del archivo Tello dedicado al valle de lima, el cual
ofrece datos geográficos históricos y arqueológicos. Tello
menciona que según las fuentes orales fue Kitumbe, quien
arribo de Tumbes y llego hasta lima para edificar un suntuoso
templo llamado Pachacamac realizando sacrificios y fundando
la nueva población de lima, también menciona que existían dos
naciones en el valle de lima: Los Karma (hablaron la lengua
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Chimú o la de Tallan) y los de Limak (la muchik). De tal
maneras que el autor infiere que probablemente gente de
procedencia del litoral o Yunga de origen Uro-Puquina o
Arawuak, habrían formado la nación de Limak, mientras que la
nación de Karma habría estado formada por gente proveniente
de origen tallan o Caribe, y que por lo menos dos o más oleadas
lingüísticas diferentes convergieron alguna vez en el valle de
Lima.
IV. INVESTIGADORES
Louis Stumer, dice del valle del Rímac que muestra signos de
haber estado irrigados en tiempos anteriores a la conquista
(Chillón, Rímac y Lurín).
Julio C. Tello, remite mayores datos acerca del medio
ambiente, pues para el las condiciones físicas del relieve limeño
no cambiaron drásticamente en el pasado histórico hasta la
actualidad.
Ernest Middenford, en ese entonces este viajero ingles
reporto en su travesía por el valle de Lima los monumentos que
observó en 1894, donde resalta la existencia de tres ciudades
importantes: Cajamarquilla en el valle medio, Armatambo
ubicado al pie del morro solar y Huatca, que lo sitúa entre Lima,
Callao y Magdalena donde menciona que se encontraban
diseminadas una serie de minas.
Max Ulhe llega al Perú a principios de 1895 luego de haber
realizado trabajos en argentina y Bolivia, en ese año durante
diez meses realiza excavaciones en Pachamac. Los trabajos
llevados a cabo debajo del edificio pintado, le permitió hallar
contextos funerarios correspondientes a la época del horizonte
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medio, en esta excavación también logra recuperar
fragmentaría de cerámica correspondiente a Maranga.
Entre los años 1952 y 1953, Louis Stumer, realizo
reconocimientos y excavaciones en varios sitios del periodo
intermedio temprano de la costa central, el objetivo de sus
trabajos fue el ordenamiento de ocupación de los sitios
arqueológicos, tomando en cuenta la presencia Tihuanacoide en
costa central; en las excavaciones del cerro culebras se
recuperaron varios contextos funerarios, la cerámica asociada a
estas excavaciones correspondieron a vasijas del estilo playa
grande; en otros sectores se hallaron muros elaborados en
barro (tapia) los cuales presentaban paneles decorativos,
Stumer fue uno de los primeros en reportar las características
del patrón de asentamiento Lima.
En 1925 Jijón y Caamaño excava cuatro montículos de la
ciudadela de Maranga cuya información se publica en 1949, en
base a las excavaciones realizadas y de acuerdo a los
materiales recuperados especialmente en la huaca tercera
propone un esquema cronológico: Época Maranga I, Época
Maranga II, época interlocking de Chancay y Pachacamac y
época Cajamarquilla.
En ese mismo año de 1925 en una expedición auspiciada en el
Museo de historia de chicago, Alfred Kroeber realiza
excavaciones en el valle de lima y Chillón, hace también
prospecciones en Cañete, Nazca y el norte del Perú.
En Lima realiza reconocimientos en Armatambo y una pequeña
excavación en Huaca Juliana(Pucllana) donde encuentra cerca
de 80 contextos funerarios; en las excavaciones de Aramburu
(Huaca San Marcos) Kroeber interviene el montículo 16 del
plano de Middendorf, en este describe estructuras de adobes,
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asociadas con cerámica del tipo proto-lima. Al final concluye
que los montículos excavados corresponden a lo que Ulhe había
denomina cultura proto lima además resalta la presencia de
abundante cerámica dentro de los rellenos de los montículos a
modo de basura u ofrendas, seria una delas características de
los montículos del proto lima.
Entre los años 1955 y 58 Ernesto Tabillo público sus trabajos
realizados años antes, las cuales fue el resultado de sus
excavaciones en playa grande, Ancón y otros sitios de la costa
central. Lo resultante de esta intervención es el reporte de la
cerámica decorada con el típico estilo playa grande además
menciona el hallazgo de algunos fragmentos de antaras
elaboradas en pasta fina y decoradas en tres colores rojo negro
blanco cremoso; y una vasija rota intencionalmente.
En el año 1959 José Fernando Soto Mayor presenta un
ensayo preliminar a la “Semana de Arqueología Peruana”, en el
manifiesta no haber encontrado un desarrollo inicial del estilo
Maranga, sino por el contrario los fragmentos hallados en las
primeras fases de las edificaciones de Maranga de relacionan
estilísticamente a los componentes entre Playa grande y Baños
de Boza, además propone tres periodos estilísticos: Maranga A,
B, C, con respectiva referencia cronológica.
En 1966 Paterson escribe en su libro “Patrón y proceso de la
cerámica en el Intermedio Temprano en la costa central del
Perú”. El propósito principal de esta publicación fue realizar una
síntesis de esta época para la costa central mediante el
establecimiento de trece fases estilísticas, 9 de las cuales
correspondería al estilo lima. Otro componente más temprano
denominado Miramar fueron divididos en cuatro fases cada una
con diferencias temporales graduales. Según Paterson en los
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inicios dl intermedio temprano las poblaciones de la costa
centraban distribuidas en los valles a modo de asentamientos
pequeños, asociados en varios casos a pirámides así como
algunos asentamientos del tipo rural.
Si hablamos de nuevos aportes, Paterson fue tomado como
referente principal para poder ubicar cronológicamente a los
nuevos sitios lima, sin embargo no pasó mucho tiempo para
que ciertas fases de sus secuencias sean cuestionadas.
Lavallée, en un estudio de las excavaciones realizadas por
Strong y Corbett en Pachamac, comparo los resultados de su
análisis con las de Patterson y menciona que muchas de las
vasijas asignadas a las fases tardías de Patterson
tranquilamente podrían también ser asignadas a las fases 5,6 y
7.
Posteriormente Lumbreras realiza la publicación de una
síntesis de desarrollo cultural en los andes. En ella caracteriza a
la sociedad Lima como una cultura que se desarrollo en la costa
central cuya zona medular estuvo entre los valles de Lurín,
Rímac y Chillón con un área geográfica privilegiada rica en
recursos marinos. Además menciona que la cultura lima se
conformo de dos componentes: el primero y más antiguos dado
por la cerámica con el motivo interlocking definido por Ulhe y
años más tarde ratificada por los trabajos de Kroeber, Strong y
Corbett. En 1953, en una junta de arqueólogos se le asigno a
este primer componente el término Playa Grande.
En cuanto a las edificaciones lima el mismo investigador
menciona que existen tres asentamientos en el valle de lima,
Maranga, juliana y Trujillo; a modo de síntesis menciona que la
cultura lima correspondió a un especie de ente receptor de
manifestaciones culturales de varias culturas como moche,
nazca y también del área ayacuchana en sus fase tardías.
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En 1982 Rhut Sadhy menciona que desde la época siete
desde del periodo intermedio temprano (350-450 d.c.), Las
sociedades del valle del Rímac adquirieron poder y prestigio
regional, aparte de Maranga aparecieron asentamientos tales
como Juliana, Vista Alegre, Huaca Trujillo y Cajamarquilla que
interactuaron de tal manera que lograron un notable avances.
Posteriormente Marcos Goldhausen, propone para lima tardío
un cambio notable en la ideología, la cual tendría que ver con
las alternancias de precipitaciones pluviales en la sierra
creando escases en los causes de los ríos de la costa y
provocando malas cosechas; y por lo tanto una desconfianza
común en la labor de los santuarios. Según este autor para
subsanar esta problemática, las sociedades debieron construir
una red de canales para la subsistencia de los pobladores del
Rímac, momento en el cual la intensificación de la agricultura
hace que el valle bajo se convierta en el foco demográfico.
En 1997 se reportaron nuevas evidencias en las excavaciones
de Cajamarquilla en el sector denominado conjunto Tello, como
resultado se planteo una secuencia arquitectónica de las
estructuras.
V.FASES Y ESTILOS DE CERAMICA
Una de las artes más practicadas de los Lima, fue la alfarería. La
producción cerámica alcanzó niveles altamente productivos, tanto en
cantidad como en calidad.
Aunque sus representaciones iconográficas no destacan como en el
caso de los Nazca o los Moche; éstas tuvieron un carácter simbólico y
en ellas figuran sus dioses, sobresaliendo la figura de una serpiente o
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pez entrelazado, algunas veces representada con un cuerpo aserrado,
otras marcadamente estilizada. La vajilla podía ser de carácter
ceremonial, ornamental o doméstica, y la conformaban platos, ollas,
cántaros de distintos de tamaño, botellas, etc.
Entre las formas de cerámica más frecuentes se deben mencionar:
Las jarras con asa-cinta lateral, los vasos de variada
morfología, los cuencos y las botellas asa-puente. Las ollas y
los cantaros solían hacerse de arcillas gruesas, con abundantes
inclusiones minerales y de totalidad marrón.
La alfarería Lima cumplió funciones tanto domésticas como rituales.
La doméstica fue simple, de una pasta marrón oscura muy
porosa y sin mayor acabado de superficie. Destacan las ollas,
cántaros y cuencos, cubiertos con abundante hollín y los platos
o grandes tazones destinados al servicio de alimentos. Las
vasijas más finas fueron hechas con una pasta naranja bien
cocida, como grandes cántaros, fueron usados para almacenar
agua, chicha u otros productos Estos se encontraban pintados
de colores negro, rojo y blanco. También se encuentran vasijas
de pasta plomiza monocromas.
V.1. LA SUBDIVISIÓN EN FASES POR T. PATTERSON
El estilo cerámico correspondiente a la cultura lima fue organizada
tipológicamente en los estudios de Thomas C. Patterson, quien en
1966 publica una propuesta clasificatoria de la alfarería Lima, que
llama “Estilo Lima” el mismo que estaría dividido en 9 faces
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consecutivas. Donde la fase 9, es decir la última, fue segregada de
materiales correspondientes a recolección superficiales que Patterson
realizo en la Huaca Pucllana, ubicando cronológicamente al sitio en la
época más tardía de la cultura Lima o florecimiento regional
temprana, así como también menciona que podría estar muy
relacionada con el Horizonte Medio 1.
Este estudioso, siguiendo los aportes metodológicos de John Rowe,
definió 13 agrupaciones de conjuntos de cerámica que comparten un
número significativo de rasgos y corresponden a igual número de
fases:
o Las cuatro primeras fases son el antecedente de la Cultura
Lima, por lo que se le denomina también como Pre lima, y se
caracteriza por el desarrollo del estilo Blanco sobre Rojo, cuyas
muestras de cerámica fueron halladas en Miramar, cerca de
Ancón, que han sido correlacionadas con otras muestras de
estilo similar halladas en Baños de Boza y Cerro Trinidad, en el
valle de Chancay.
o Las nueve siguientes fases o estilos corresponden propiamente
a la Cultura Lima; los siete primeros de ellos corresponden al
estilo conocido como interlocking y las dos últimas al de
Maranga:
La fase Lima 1 se caracterizó por producir cántaros
grandes y platos, con decoración en blanco y negro o
bruñida.
La fase Lima 2 se encuentran ollas con cuello recto y
platos, y a las primeras se les aplica un engobe blanco o
rojo sobre la superficie.
En la fase Lima 3 predominan los vasos de lados rectos,
cántaros grandes, platos, etc.
En la fase Lima 4 aparece un nuevo tipo de olla con
borde plano, con decoración pintada.
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Para la fase Lima 5 se presentan principalmente los
platos de lados curvos, ollas con borde plano y cántaros
mamiformes y el motivo recurrente es la serpiente
entrelazada (Interlocking).
En la fase Lima 6 predominan cántaros grandes.
La fase Lima 7 tiene ollas con cuello curvo y cántaros
con cuello expandido, entre otros, con decoración de
triángulos y serpientes entrelazadas pintadas.
En la fase Lima 8 se repiten formas anteriores, con
decoración de triángulos, bandas anchas de colores y
líneas blancas delgadas pintadas.
En la fase Lima 9 repite formas anteriores y se encuentra
la culebra entrelazada en la decoración.
Si bien la propuesta clasificatoria por seriación estilística de Patterson
adolece de muchos problemas metodológicos, como por ejemplo la
génesis de las muestras, las asociaciones y sus métodos de
obtención, esta secuencia de 9 faces sigue siendo utilizada para la
obtención de la cronología relativa en los estudios sobre este periodo.
V.2. ESTILOS DE CERÁMICA
Los estudiosos han realizado diversos intentos de ordenamiento
cronológico del desarrollo de esta cultura, siguiendo
fundamentalmente el estilo de los ceramios hallados que se
diferencian principalmente por el estilo de sus respectivas cerámicas
y se denominan así:
o 1er Estilo: Baños de Boza o Miramar (Cultura pre Lima, siglo
III a. C al II d.C.) o Cerámica: Blanco sobre Rojo /Lima
Temprano.
o 2do Estilo: Playa Grande (Cultura Lima, siglo II al VI d.C.) o
Cerámica tricolor: Blanco, rojo y negro o Estilo Interlocking
/Lima Medio.
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o 3er Estilo: Maranga - Cajamarquilla - Nievería (Cultura Lima,
siglo VI al VII d.C.) o Cerámica tetra color: Blanco, rojo, negro y
gris /Lima Tardío.
ETAPAS DE DESARROLLO CULTURAL:
A. PRIMER ESTILO : Baños de Boza o Miramar/Blanco sobre
rojo.
El estilo Blanco sobre Rojo se caracteriza por su decoración pintada
en blanco sobre el fondo rojo natural de la vasija (otra modalidad
era cubrir primero la superficie de la vasija con una pintura blanca
sobre la que se decoraba con trazos negros y rojos). Los ejemplares
cerámicos son de aspecto burdo, con decoración sencilla y
geométrica. Las formas más comunes son las ollas casi globulares
con cuello corto, platos, cuencos, pequeños cántaros, etc.
Como ya quedó anotado, esta etapa cultural es el antecedente
inmediato de la Cultura Lima propiamente dicha, y se ubica en las
postrimerías de la influencia Chavín y los inicios del Intermedio
Temprano (siglo III a.C. al II d.C.) Aunque no es probable que haya
dado origen al posterior estilo cerámico Lima pues este más bien
parece ser de origen foráneo, e incluso, ambos estilos, en el
momento transicional, coexistieron por un buen tiempo.
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El arqueólogo alemán Max Uhle, fue quien a principios del siglo XX
descubrió restos de cerámica del estilo Blanco sobre Rojo en Cerro
Trinidad, cerca del poblado de Chancay. Alfred Kroeber continuó los
estudios, y décadas después, William D. Strong y John M. Corbett
encontraron restos de cerámica del mismo estilo en Pachacámac,
más al sur. Simultáneamente, Gordon Willey excavó en Cerro
Trinidad, fijando cronológicamente este estilo como el más antiguo
a otros hallados en esta parte de la costa central; también excavó
en Baños de Boza, igualmente situado en el valle de Chancay, que
resultó ser un sitio aislado con ocupación casi exclusiva del estilo
Blanco sobre Rojo, razón por la cual se conoció luego como “estilo
Baños de Boza”. Willey publicó los resultados de sus estudios en
1945. Otras excavaciones realizadas en Miramar (cerca de Ancón)
sacaron a la luz diversos ejemplares de cerámica de dicho estilo,
que fueron bautizados como de “estilo Miramar”. En 1964 el
arqueólogo norteamericano Thomas Patterson en su secuencia de
fases del desarrollo cerámico, ubicó al estilo Blanco sobre Rojo o
Miramar en cuatro fases, anteriores a las de la Cultura Lima
propiamente dicha.
El estilo Blanco sobre Rojo, en sus modalidades Baños de Boza y
Miramar, se impuso en la cerámica de los alfareros de todas las
comunidades aldeanas de la costa central de Lima (valles de
Chancay, Ancón [valle seco], Chillón, Rímac y Lurín), tras el cese de
la influencia de la cerámica de estilo Chavín. Las excavaciones han
sacado a la luz restos de ollas casi globulares, con cuello corto, de
abertura dilatada y casi convexa. También se encontraron platos,
vasos, cántaros pequeños, etc.
De esta etapa se conocen pequeñas aldeas de pescadores (Ancón)
y de agricultores. Estos últimos ocupaban laderas aterrazadas de
cerros al borde del valle. Las quebradas laterales tienen particular
importancia pues recogían agua durante la temporada de lluvias.
Un sistema de reservorios en Huachipa permitía almacenar agua.
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En Tablada de Lurín se encontró extenso cementerios (20 a 50
hectáreas) que albergaban miles de entierros de esa época. La
importancia de armas, porras y estólicas como ofrendas funerarias
y la aparición de refugios protegidos de murallas en las partes altas
de los cerros indican que las relaciones entre las etnias no eran del
todo pacíficas.
B. SEGUNDO ESTILO: Playa Grande
El estilo interlocking o Playa Grande (entrelazado) se caracteriza
por tener como motivo principal de decoración una serie de figuras
estilizadas en forma de pez o serpiente entrelazadas entre sí, como
figuras geométricas de líneas y puntos. Usa los colores blanco, rojo
y negro (tricolor) sobre un fondo de engobe rojo. Las formas
representativas son tazas, ollas y vasos.
Esta etapa y su estilo cerámico corresponden ya a la Cultura Lima
(siglos II al V d.C.).
Lo que le da su nombre es el asentamiento de Playa Grande
ubicado en el actual balneario de Santa Rosa, distrito de Santa
Rosa, Lima Metropolitana, 3 km al sur de Ancón, descubierto por
Louis Stumer en 1952. Sin embargo el estilo ya había sido
identificado anteriormente por Max Uhle en Cerro Trinidad
(Chancay), y estudiado por Kroeber (1926), Strong y Corbett (1943)
y Willey (1943), bajo el nombre de interlocking o interlocked fish,
en atención a que su característica principal es un diseño estilizado
de peces (o serpientes) entrelazados que decoran las paredes de
las cerámicas, combinando los colores negro, blanco y rojo
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(tricolor). Al parecer, su origen estaría en la influencia de la Cultura
Recuay, más al norte.
Su posición estratigráfica como posterior a Baños de Boza y
anterior a Maranga y a Tiwanacu-Wari fue corroborado por estudios
prolijos realizados por Ernesto Tabío en 1957. Luego, Patterson lo
incluyó en su secuencia del desarrollo cerámico que englobó bajo el
nombre de Lima (1964).
Demostrando progreso tecnológico, los alfareros al servicio de los
centros ceremoniales de esta época fabricaron cerámica fina y de
formas agradables, aunque naturalmente se han hallado también
tiestos grandes, de pasta gruesa y de aspecto burdo.
El área de distribución de este estilo se sitúa entre el valle de
Chancay al norte, y el de Lurín al sur. Hacia el interior, quizá llegó
hasta el segmento cisandino. Eso posiblemente implica que los
reyes o grandes señores de la costa central habían ampliado sus
dominios.
Las edificaciones hechas durante la fase Baños de Boza fueron
ampliadas, convirtiéndolas en grandes pirámides de plataformas
escalonadas. Estos palacios-templos tenían enormes patios para las
reuniones rituales y las actividades comerciales
La nobleza o clase dirigente hizo construir complejos urbanísticos
en diversos lugares de los valles. Sus santuarios y casas estaban
rodeados de extensas plantaciones y corrales con abundante
ganado.
La base cuadrangular de la arquitectura monumental estaba hecha
con muros de piedra. Luego aparecían las plataformas de varios
pisos, construidas con adobitos de diversa forma y tamaño. Las
paredes interiores eran tapiales enlucidos. Decoraban sus paredes
con matices rojos y blancos, que de lejos los hacían ver como
esplendentes edificaciones. Algunas paredes principales estaban
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decoradas con el estilo interlocking, de forma multicolor, como se
ha descubierto en Cerro Culebras (valle del Chillón).
Para hacer las gigantescas pirámides, con miles de piedras y
millones de adobitos, debió ser necesaria la participación de
arquitectos, albañiles, ayudantes, portadores, pintores,
decoradores, carpinteros, técnicos y mano de obra abundante. Por
ello, se deduce que la población de los valles debió ser muy
numerosa.
Una característica significativa de esta etapa fueron los cambios en
los comportamientos funerarios: la tradicional posición flexionada
del cuerpo con los miembros fuertemente encogidos, sentada o
sobre un lado, es reemplazado por el ritual Lima, con la posición
extendida del cuerpo. Escasas fechas obtenidas del carbono 14
situarían este hecho entre el siglo IV y el siglo V d.C. En Playa
Grande se ubicaron 12 entierros con 30 individuos; lo más notables
llevaban ofrendas de cuarzo, jadeíta, turquesa, lapislázuli,
Spondylus y obsidianas. En una de las tumbas se encontraron dos
cabezas humanas trofeo puestas como ofrenda, así como aves de
bellísimo plumaje.
De todos los asentamientos de esta época, Playa Grande fue
probablemente el más importante, estando entonces muy por
encima del antiguo santuario de Pachacámac y otros
asentamientos de la Cultura Lima. La ubicación de Playa Grande,
frente al mar y a un grupo de islas dicen de su importancia
religiosa, lo mismo que su riqueza de la cerámica e instrumental
encontrada (v.g., el lanzón de Playa Grande).
Parte de los secretos de Playa Grande fueron destruidos con la
construcción del balneario; en la actualidad y por falta de recursos
e interés de las autoridades, se pueden perder restos subyacentes
en más de 100 hectáreas de la zona no urbanizada del balneario;
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zona sobre la cual han puesto su interés varias inmobiliarias con
anuencia de la entidad estatal que maneja los bienes nacionales.
Otros ejemplos clásicos del estilo Playa Grande fueron encontrados
en el valle del Chillón, en particular en Cerro Culebra y en
Copacabana, dos asentamientos con arquitectura monumental.
Asimismo, vasijas y textiles sumamente comparables, asociados
con la arquitectura con adobitos, fueron hallados también en las
vecinas cuencas del Rímac (huaca Trujillo, cerca de Cajamarquilla,
en Huachipa) y Lurín (Pachacámac y la Tablada de Lurín).
GRABADOS:
1. Un gran pedazo vasija mamiforme decorada ala estilo playa grande.
2. Ceramio lenticular de dos picos divergentes y asa puente, decorado en el estilo de playa grande.
3. Gran vasija de barro colectada en el pozo D. El pequeño ceramio y los cestos estaban en su o interior.
4. Otra vista del ceramio que aparece en el grabado nº 2.
5. Fragmento del tipo “Equis”, del estilo playa grande 2.
6. Fragmento del tipo “Peces entrelazados, del estilo playa grande 2.
7. Fragmento del tipo “Peces entrelazados del estilo playa grande 2.
8. Fragmento del tipo blanco sobre rojo del estilo baños de Boza.
9. Fragmento del tipo líneas entre en negro sobre blanco del estilo Baños de Boza.
10. Fragmento del tipo “posiblemente peces entrelazados”, del estilo playa grande.
C. TERCER ESTILO: Maranga - Cajamarquilla – Nievería
El estilo Maranga se caracteriza por presentar en su decoración de
grecas, peces entrelazados, líneas entrecruzadas, triángulos,
círculos y puntos blancos. Usa los colores rojo, blanco, negro y gris
(tetra color) sobre un fondo de engobe anaranjado, fino, lustroso y
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brillante. Las formas de los ceramios son muy variadas, entre ellas
la llamada forma lenticular. Su fase final se conoce con el nombre
de estilo Nievería.
El último período en la historia de la cultura Lima (siglos VI-VII d.C.)
fue reconstruida por los arqueólogos primordialmente a partir de
las excavaciones en los valles del Rímac y Lurín. Importancia
crucial tuvieron los trabajos en Cajamarquilla y Nievería (ambos en
la margen derecha del Rímac) así como en el monumental
complejo de pirámides de Maranga (más al sur), hoy parcialmente
dentro de la ciudad universitaria de la Universidad de San Marcos.
Max Uhle fue el primero en estudiar el estilo cerámico de Nievería,
de fino acabado y elegante decoración, que relacionó con otras
muestras que halló en Cerro Trinidad y al cual denominó “Proto
Lima”, creyéndola de origen Nazca. Raúl D. Harcourt, en 1922,
prefirió llamar Cajamarquilla a la cerámica de Nievería.
Posteriormente, en 1949, el arqueólogo ecuatoriano Jacinto Jijón y
Caamaño empleó el término de “Maranga” para la fase tardía del
llamado “Proto Lima”, por el nombre del complejo arquitectónico
donde realizaba entonces estudios.
Fue Stumer quien sugirió los nombres de “Playa Grande” para las
fases tempranas (llamada entonces interlocking) y “Maranga” para
las tardías. Y en 1964, T. Patterson unificó estos nombres bajo el
vocablo Lima, dividido en 9 fases, situando el estilo Nievería en los
comienzos del Horizonte Medio (660 d.C.). Actualmente se define a
Nievería como una variedad local y contemporánea de la última
fase del estilo Lima o Maranga.
El estilo Maranga podría ser una derivación de Playa Grande; lo
cierto es que lo supera técnicamente. Los alfareros de este período
realizaron ceramios de diversas formas, decorados con grecas,
peces entrelazados, líneas entrecruzadas, triángulos, círculos y
puntos blancos. En cuanto a la coloración, fue tetracolor: además
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de los colores ya utilizados en las fases posteriores de Playa
Grande (rojo, blanco y negro) se sumó un nuevo color, el gris. Este
estilo de cerámica perduró hasta la dominación de los waris, sin
duda porque era superior a la de los conquistadores, aunque sufrió
inevitablemente la influencia foránea.
Fue en el período final de esta etapa, luego de un fenómeno del
Niño que ocurrió entre los siglos VI y VII d.C. cuando se reanudó
una intensa actividad agrícola en la quebrada de Huachipa. Los
asentamientos se trasladaron de los lugares fáciles de defender
(elevaciones o cerros) a los espacios adyacentes a los campos de
cultivo. Todo ello motivó el auge de las grandes construcciones
piramidales y sus edificios y recintos aledaños, siendo el más
espectacular en cuanto a envergadura y extensión el sitio de
Cajamarquilla. El otro complejo notable es el de Maranga.
Dichas pirámides (que serían palacios-santuarios) en su estructura
siguieron las pautas de otros hechos en la etapa anterior, pero se
complementaron con algunos detalles. Son monumentales obras
arquitectónicas, llenas de plataformas y palacetes, todas pintadas
de amarillo y blanco (el rojo de la etapa anterior quedó
descartado). En una buena extensión de estos santuarios se pintó
gigantescos murales, principalmente con figuras de peces. Esos
muros policromados se podían ver de lejos.
Además de los complejos de Maranga y Cajamarquilla-Nievería,
existen otros testimonios arquitectónicos pertenecientes a esta
etapa. De la zona del valle del Rímac, en la actual provincia de
Lima, mencionaremos a Armatambo, al pie del morro Solar, en
Chorrillos; y Mangomarca, entre el cerro San Cristóbal y
Lurigancho, ambos actualmente afectados por la expansión urbana.
Otros testimonios arquitectónicos relativamente coetáneos de
Maranga son la huaca Pucllana (o Juliana) en Miraflores y la huaca
Huallamarca (o Pan de Azúcar) en San Isidro. En el valle del Chillón
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destacan las estructuras de Carabayllo y la huaca de Cerro
Culebras; más al norte, cerca de Ancón, el asentamiento de Playa
Grande. En el valle de Chancay, el templo-palacio de Cerro
Trinidad, en donde se halló un mural policromado, con diseño de
peces entrelazados. En el valle de Lurín, el viejo templo de adobitos
de Pachacámac.
La capacidad de movilizar comunidades enteras para los trabajos
públicos y cierta uniformización en el estilo de la cerámica
ceremonial son los indicios de la existencia de un poder político
central.
FORMAS COMUNES A LA CERÁMICA DE OTRAS REGIONES
A. Influencia del Norte
• Chimú
Existe la evidencia de un tipo, que por su forma nos recuerda la
cerámica Chimú. El artista que ha tratado de copiar un cántaro
del norte del Perú en su forma más característica ha marcado
ligeras diferencias. El cuerpo del cántaro no es globular, sino
esférico-cónico, y en la base del tubo vertical ha aditado una
figurilla semejando un pájaro o un gusano. El cuerpo del cántaro
cuya arcilla es de un amarillo rosa está encubierto con franjas
grecales geométricas.
• Lambayeque y Pacasmayo
Los ejemplares que señalan esta influencia son en todo
semejantes a los encontrados en el área arqueológica
Lambayeque Pacasmayo (6 ° a 8 ° de lat. N.) y muy pocas o casi
ninguna variante ha recibido del alfarero de Cajamarquilla. La
factura de las vasijas en esta región sólo se comprueba por el
material empleado (margosa rosada) y por la procedencia
(Nievería-Valle del Rímac).
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Existe una vasija de cuerpo esferoidal; y un solo tubo cónico de
boca estrecha a derecha e izquierda de este tubo y separados de
él, dos pájaros. El cántaro tiene sobre su superficie adornos
grecales.
Hay una vasija que tiene identidad con las genuinas de
Lambayeque. Cuerpo globular descansando sobre una base
cónica; el tubo de salida es la cabeza de un sujeto adornado de
un largo gorro y con enormes orejeras. A la derecha e izquierda
del sujeto dos tigrillos de expresión felina; de la nuca de la figura
parte una asa plana que se une al cuello del cántaro. (Tipo32).
B. Influencia del Sur
• Nazca-Ica
Hay evidencia de un ejemplar nos recuerda una vasija de nazca.
Su forma básica: deposito globular con dos tubos de salida, y asa
plana entre ellos; representa las valvas de ostras unidas y tiene
un esmalte tan fino que parece mas bien ejemplar transportado
de la región del sur al valle de lima.
Otro ejemplar es de un precioso vaso de arcilla roja; su forma la
de los típicos de Ica y su decorado grecal idéntico a los de la
cerámica de esta región; de Cajamarquilla no posee sino la
factura de sus asas características de la cerámica de esta región.
VI. ECONOMIA
La sociedad Lima hizo un aprovechamiento sustentable de los
recursos naturales del territorio que habitó, a través del uso de
tecnologías apropiadas y de una adecuada organización de su
población.
Sus principales fuentes de recursos fueron:
VI.1. La pesca
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Gracias a la presencia de la corriente Peruana, las aguas del litoral
ofrecen una gran riqueza y diversidad de especies marinas, que
fueron aprovechadas a través del tiempo. Los pobladores extrajeron
moluscos, crustáceos y algas, recolectadas de las rocas y fondos
arenosos; pescaron con anzuelos y embarcaciones y cazaron lobos
marinos para utilizar su carne y cuero. Asimismo, recogieron el guano
de las islas para abonar las tierras de cultivo.
El valle del Rímac tenía dos asentamientos principales de pescadores
y puertos para el atraque de las embarcaciones, uno, denominado
Pitipiti, ubicado en el actual Chucuito, entre La Punta y el río Rímac en
el Callao; y el otro, próximo a la actual playa La Herradura, en donde
se encontraban las viviendas de pescadores, dependientes de la gran
ciudad de Armatambo, asentada en la falda Este del Morro Solar
(Rostworowski 1978).
Entre las principales especies marinas identificadas con las
excavaciones en la Huaca San Marcos se encuentran crustáceos como
el “cangrejo marino” (Plathysanntus orbini) y el “cangrejo araña”
(Hepathus chilensis), moluscos como la “concha de abanico”
(Argopectem purpuratus), “choro común” (Aulacomya ater),
“chanque” (Concholepas concholepas), “macha” (Mesodesma
donacium), “choro azul” (Choromytilus chorus), “chorito”
(Semymitilus algosus), “chorito rayado” (Perumytilus purpuratus),
“palabrita” (Donax obelusus), “pico de loro” (Balanus sp.), “caracol
gris” (Thais chocolata), “almeja” (Mulinia edulis), “caracol porcelana”
(Olivia peruviana), “pique” (Crepipatela sp.), “caracol turbante”
(Tegula atra) y “lapa” (Fissurella máxima). En cuanto peces tenemos:
“Anchoveta” (Engraulis ringens), “sardina” (Sardinops sagax sagax),
“machete” (Ethmidium maculatum), “lorna” (Sciaena deliciosa),
“trambollo” (Labrisomus phillipii), “cabinza” (Isacia conceptionis),
“lenguado” (Paralichthys apspersus), “pampano” (Trachinotus
paitensis) y “jurel” (Trachurus sp).
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VI.2. La agricultura
La agricultura se convirtió en un actividad intensa. Ganaron tierras de
cultivo mediante una red de canales o acueductos, algunos de los
cuales todavía están en uso.
La agricultura alcanzó un gran desarrollo se cultivó: “algodón”
(Grossypium barbadense), “maíz” (Zea mays), “mate” (Lagenaria
siceraria), “calabaza” (Cucurbita sp), “pacae” (Inga feuillei),
“guayaba” (Psidium guajava), “maní” (Arachis hypogaea), “poroto”
(Eritrina sp.), “fríjol” (Phaseolus sp), “achira” (Canna eudilis),
“lúcuma” (Pouteria lucuma), “ají” (Capsicum annum), “palta” (Persea
americana), “pallar” (Phaseolus lunatus) y “palillo” (Campomanesia
lineatifolia).
Gracias a las obras hidráulicas que permitieron regar extensas áreas
de cultivo, situadas en la parte baja de los valles y apartadas del
cauce de los ríos. Los represamientos fluviales, la derivación del curso
de las corrientes, la construcción de canales y acequias y la
regulación de los riegos, posibilitaron desarrollar una agricultura
intensiva. Dicha práctica produjo los excedentes alimentarios que
eran necesarios para sostener una población creciente, especializar
en tareas no agrícolas a un porcentaje de la población y dedicar
temporalmente a la construcción de grandes obras públicas a una
importante fuerza de trabajo.
VI.3. Tecnología Agrícola
El esfuerzo de estos antiguos "limeños" construyó los canales
derivados del Rímac que todavía riegan la parte baja y media del
valle y que antiguamente eran tan caudalosos que recibieron la
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denominación de ríos. Las más importantes de dichas obras
hidráulicas fueron:
1. El llamado río Magdalena, cuya toma se encontraba detrás de la
actual ubicación del Palacio de Gobierno, que regaba la zona
NO del valle comprendida entre el río Rímac y la Huaca
Huantilla;
2. El llamado río Huatica, derivado del Rímac a la altura del
espolón NE del Cerro San Cristóbal, que regaba los terrenos
comprendidos entre la citada Huaca y el centro administrativo
de Limatambo; y
3. El llamado río Surco, el más caudaloso de los tres canales, que
se originaba frente a la antigua población de Lati, el actual
Vitarte, y después de larguísimo recorrido por la parte SO. Del
valle llegaba a la parte baja del mismo para regar todo el
antiguo Surco, desde Limatambo hasta las estribaciones de los
cerros de Lurín, o sea el área correspondiente a los actuales
distritos de Miraflores, Barranco y Chorrillos. En la actualidad
algunas acequias aún se conservan, como la de Surco, que
ahora sirven para regar parques y jardines. Lo mismo sucede
con los campos de cultivo, ubicados en el valle medio, los
cuales van desapareciendo paulatinamente.
VI.4. El comercio
Durante la época de esplendor de la Cultura Lima, toda la zona que
ocupaba se había convertido indudablemente en un gran centro
comercial. Sus valles la conectaban a lugares estratégicos de la
sierra, con cuyos habitantes se intercambiaban sus productos. En los
sitios arqueológicos todavía se encuentran elementos de regiones y
culturas vecinas, las cuales naturalmente, ejercieron influencias en
las manifestaciones artísticas de los limas, como señala Luis
Lumbreras: “La cultura Lima no es una cultura impersonal; para
explicarla tiene que recurrirse a sus relaciones con muchas otras
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culturas de la costa y la sierra, siendo su carácter de una fuerte
receptividad.”
Actividades Especializadas Complementarias:
Distribuidos en el valle había asentamientos de pescadores,
marisqueros, agricultores y lo meros además de otros especialistas
dedicados a actividades diferentes de subsistencia los cuales
debieron organizarse mercados en determinados días o épocas del
año para el intercambio de sus productos. A estos debemos agregar
los provenientes de las rutas comerciales ya que tanto por mar como
por tierra, se establecieron contactos, algunos con regiones distantes,
mediante las cuales tuvieron acceso a materiales exóticos.
Encontramos en Lima objetos de oro, plata y cobre, metales que
provenían de la sierra, conchas de spondylus de los mares
ecuatorianos, obsidiana de la sierra sur y plumas de aves selváticas.
VII. PRACTICAS FUNERARIAS
Se han encontrado dos formas de enterramientos:
* Común: El cadáver era cubierto con uno o dos mantos,
acompañado con pocos utensilios domésticos, colocado en posición
horizontal y enterrado a 1 m ó 1,5 m de profundidad.
* Especial: El cadáver era colocado sobre una parihuela (especie de
litera o cama portátil) fabricada de palos y cañas. La posición del
difunto varía según la época: para la etapa anterior a Lima, es decir la
llamada Baños de Boza (“Blanco sobre Rojo”), la posición es lateral;
para la etapa siguiente o Playa Grande (“interlocking”), el cuerpo es
colocado de cúbito ventral (boca abajo) con la camilla sobre la
espalda; y para la etapa final o Maranga, se lo coloca de cúbito dorsal
(boca arriba), envuelto con varios mantos decorados, con diversos
utensilios domésticos y de guerra, y acompañado de otro difunto, un
posible sacrificado en su honor
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Los Lima tuvieron la costumbre de enterrar a sus muertos en posición
extendida, con los brazos pegados a ambos lados del cuerpo,
recostados en una cama de cañas, envueltos en tejidos llanos. En los
lados de la cabeza colocaban como ofrendas vasijas y mates.
(Kroeber 1954; Falcón y Amador 1997). Los entierros más ricos, como
los descubiertos en Playa Grande cerca de Ancón, contenían loros
selváticos, Spondylus de mares ecuatorianos, cuarzo rosado, jadeíta,
turquesa, lapislázuli y obsidiana (Stumer 1953, 1957).
VIII. PATRONES DE ASENTAMIENTO
Los restos culturales preincaicos desenterrados desde principios del
siglo XX en la costa central peruana (cerámica, textiles, mates
pirograbados, estructuras arquitectónicas y pinturas murales)
pusieron a luz diversos estilos que compartían muchos rasgos
comunes, que en la década de 1960 fueron englobados bajo la
denominación común de Cultura Lima.
Los patrones de asentamiento para la cultura Lima se caracterizan
por el diseño de complejos arquitectónicos monumentales,
estructurados en torno a plazas y a una zona habitacional adyacente.
Asentamientos principales : Los principales sitios de la
Cultura Lima son:
• En el valle de Chancay: Cerro Trinidad.
• En el valle seco de Ancón: Playa Grande.
• En el valle de Chillón: Cerro Culebra, La Uva, Copacabana.
• En el valle del Rímac: Maranga, que es un inmenso
complejo arquitectónico, el más importante de las últimas fases
de la Cultura Lima, actualmente en el distrito de San Miguel; el
complejo de Cajamarquilla y la pirámide de Nievería, ambos en el
actual distrito de Lurigancho-Chosica; Armatambo, en Chorrillos;
Mangomarca, en San Juan de Lurigancho; la Huaca Pucllana,
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Pugliana o Juliana, en la zona costera del actual distrito de
Miraflores; y la Huaca Huallamarca, en el actual distrito de San
Isidro. También: la huaca Trujillo (Huachipa); Vista Alegre (cerca
de Puruchuco).
• En el valle del Lurín: el viejo templo de Pachacámac, es
decir la construcción primigenia de este santuario, que subsistió
hasta la época de la conquista española.
Arquitectura monumental
Los complejos monumentales son típicos de la cultura Lima: altas
pirámides con plazas y zonas habitacionales adyacentes,
asequibles en sus cimas por medio de caminos bordeados por
muros y rampas.
La arquitectura monumental Lima tiene dos técnicas recurrentes:
• El uso del tapial, es decir aquella técnica de construcción
que consiste en vaciar la arcilla líquida dentro de un encofrado
o molde, de forma similar a como ahora se procede con el
concreto.
• El uso de pequeños ladrillos de adobes con forma de
paralelepípedo, que reemplazó al adobe plano-convexo
(paniforme) hecho a mano. Muy a menudo estos adobitos
están dispuestos en el interior del muro de manera vertical, a
la manera de libros en un estante. Esta técnica no sobrevivió
tras el fin de la Cultura Lima.
División de la Arquitectura
Se dividen en:
a. Arquitectura civil: Las ruinas de Cajarmaquilla y Huaicán.
b. Arquitectura militar: La Fortaleza de Collique al Norte y Atocongo al Sur.
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c. Arquitectura religiosa: Se encuentran a los alrededores de la ciudad de Lima: Maranga, Aramburu o San marcos, huaca Pucllana y Huaca Nievería, y el santuario pre incaico de Pachacamac.
d. Arquitectura funeraria: Necrópolis de Ancón y Nievería.
CAJAMARQUILLA
1. Ubicación
Las ruinas de Cajamarquilla están ubicadas en el valle de Lima,
margen derecha del rio Rímac, en una planicie aluviónica que el
padre Villar Córdova llamó Puma Pampa. Ella forma parte de la
quebrada de Jica Marca. El nombre de esta quebrada, según Villar
Córdova, equivale: Jica: tierra agrietada y Marca: población.
A pocas leguas del sitio arqueológico, en la sierra de Huarochirí,
existe una comunidad llamada también Jica Marca. Estos dos lugares,
Cajamarquilla y la comunidad andina compondrían en la antigüedad
la conocida dualidad: Hanan y Hurin. Así lo insinúa P. Villar Córdova al
escribir:
“En los títulos comunales de esta ciudad figura en el margesí de
bienes indígenas el pueblo viejo de Jicamarca Bajo o sea la población
de la costa que tenía este nombre.” (Arqueología del Departamento
de Lima, 1935). El padre Villar C. no dice si vio estos títulos o se lo
comunicaron.
Los títulos supletorios conseguidos por la comunidad no mencionan a
Jicamarca Baja. Sí mencionan varios sitios próximos a las ruinas de
Cajamarquilla en calidad de hitos: haciendas Chacra Sana,
Cajamarquilla, Huampaní, Ñaña y Concachuco. Los Linderos siguen
“por los altos”, de Santa María a las ruinas y cerros de Cajamarquilla.
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Los Linderos van corriendo “por los altos”, es decir, por las crestas de
de los cerros y no comprometen ni bajan a las ruinas en sí.
Si las ruinas de Cajamarquilla (Jicamarca Baja del P. Villar C.)
hubiesen formado parte de los bienes de la comunidad de Jica Marca,
constataría ello en los títulos supletorios. La comunidad no podía
renunciar a tan extensa e importante cantidad de tierras en la costa.
Así es posible que el P. Villar C. fuera mal informado.
La quebrada de Jica Marca representa el vértice de un cono de
deyección que sirve de basamento al sitio arqueológico. Por allí, en
épocas de lluvias intensas en la sierra, han descendido torrentes de
lodo que unas veces han cubierto el sitio y otras causado profundas
grietas, como es posible verlo hoy. El cono de deyección sobrepasa el
sitio arqueológico en kilómetros hacia el mar. Sobre este suelo
sedimentario de arcilla de muy buena calidad se han instalado hoy
numerosas labranzas de ladrillos.
Al visitar el sitio se puede observar los cortes que han realizado los
adoberos y comprobar el espesor del manto arcilloso de hasta 8
metros. Una necesidad imperiosa es el estudio geológico de este
manto sedimentario para determinar su probable edad y el momento
de las sucesivas oleadas de lodo que han descendido de las
montañas.
Cajamarquilla está construida sobre otro asentamiento más antiguo y
ahora invisible. Sólo se ve pocos testimonios que afloran por aquí y
allá. Los constructores de Cajamarquilla han allanado en unos casos
los viejos testimonios y en otros, cuando el volumen era muy
grande y el removerlos representaba labor penosa, han optado por
construir sobre ellos, ganando altura. No es posible decir cómo fue el
asentamiento subyacente ni su extensión, ni su planta.
Al parecer fue grande. En unos casos los muros descubiertos son de
un espesor pequeño, menor que los de Cajamarquilla actual y el
paramento es de ruin fábrica. En otros, su consistencia es
considerable y los enlucidos que los recubren son finos y bien
acabados.
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Las paredes están hechas las más de las veces de tapial y las
menos de adobitos. En realidad lo visto es muy poco para adelantar
juicio. Así pues son dos grandes asentamientos. Uno visible que todos
conocemos con el nombre de Cajamarquilla y otro subyacente e
invisible que nadie sabe cómo se llamó ni cómo fue.
El nombre actual de Cajamarquilla no es indígena ni parece ser muy
antiguo. En el libro El Viajero Universal de Mr. Laporte (Madrid 1799)
se dice de este lugar: “hacia la parte Nord Este de la ciudad hay un
valle que llaman de Guachipa le dan el nombre de Caxamarca la
vieja”. La terminación illa de hoy no es indígena. En español se dice:
costilla, casaquilla, mantequilla, etc.
Los cronistas españoles no dan noticias sobre Cajamarquilla.
Hernando Pizarro y Miguel de Estete, los primeros europeos en ver el
valle de Lima y más tarde el P.B. Cobo no informaron sobre tan
importante lugar. Este último menciona lugares más pequeños y
menos notables pero calla sobre éste, sin lugar a duda porque su voz
como lugar habitado por el hombre antiguo había dejado de oírse
tiempo atrás.
Es probable que los Incas, en el siglo XV, lo hallaran tal como hoy lo
vemos. El P. Cobo señala tres grandes concentraciones humanas en
aquel tiempo. Surco, Maranga y Carabayllo. Si Cajamarquilla hubiese
sido establecimiento pre inca o inca en actividad hubiese sido
mencionado, pues supera en grandeza a los tres.
La investigación arqueológica suministra importante fuente de
conocimiento sobre el área que nos ocupa.
Jonathan Palacios ha venido investigando en los últimos años la zona
de Huachipa y alrededores.
Lo reunido es muy importante pues muestra una cerámica que fuera
denominada: “Blanco sobre Rojo” y ahora último “Lima Cero”.
La cerámica hallada por Max Ulhe y René D’Harcourt en un
cementerio próximo a Cajamarquilla, irreconocible ahora por haber
sido cubierto por cultivos, y la exhumada por Claudio Sestieri en las
Pirámide Mayor, un edificio de traza y dimensiones ambiciosas, revela
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que Cajamarquilla fue ocupada en forma continua desde finales del
Intermedio Temprano hasta ya bien instalado el horizonte Medio.
Salta a la vista que entre lo hallado por Palacios y lo exhumado por
Uhle, D’Harcourt y Sestieri existe un gran hiatius. Este vacío será
llenado algún día cuando se estudie el asentamiento invisible sobre
cual se levanta Cajamarquilla, que probablemente se inicia con el
Intermedio Temprano y fenece al llegar a la mitad de este momento.
Cuantos han escrito sobre Cajamarquilla la han llamado “ciudad”. El
termino ciudad desde el punto de vista físico equivale a un
asentamiento grande, denso, estable y heterogéneo. Mirando una
fotografía aérea de Cajamarquilla salta a la vista su tamaño y la
densidad de edificación. En cuanto si la población fue o no
permanente es más difícil aprehenderlo. En Cajamarquilla no hay
evidencias de techos, ventanas y basura. Muchos ambientes
pequeños pudieron ser techados con esteras sin dejar evidencia de
coberturas. Otros muy amplios quizá no fue posible cubrirlos con los
recursos de entonces. La ausencia de ventanas quizá se explique por
la falta de techos, pues habiendo luz suficiente no hacían falta. No
habiendo presencia de basura, se puede inferir que la ocupación
quizá no fue permanente sino ocasional durante el tiempo que
duraban las festividades religiosas y mercantiles.
La arquitectura en Cajamarquilla es diversa aún cuando algunos
patrones se repiten mucho. Esta diversidad puede expresar
heterogeneidad. Edificación en altura y a nivel del suelo, espaciosa y
apretada; conservando distancias por medio de vallados y aglutinada.
Esta diversidad expresa quizá diferencias de situación en los
habitantes. Estatus elevado y gente llana; sociedades o clanes que se
separaban de los demás mediante clausuras y tugurios precarios. Así
mirado muy superficialmente, se puede decir que Cajamarquilla es
extensa, densa y heterogénea. La permanencia de la ocupación
puede quedar flotando. Por tanto se podía concluir precipitadamente
que Cajamarquilla fue una ciudad.
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Desde el punto de vista urbano la impresión es de desorden y
abigarramiento, comparable a nuestros actuales pueblos jóvenes o
aldeas de la sierra. Las calles son pocas, cortas y se desnaturalizan
por pequeños edificios adosados a paredes de otros mayores. La
circulación se hacía por pasajes estrechos y tortuosos. Los espacios
abiertos son importantes. Los hay de varias clases. Todos aquellos
sugieren magnas concentraciones de gente: feriantes, peregrinos,
litigantes, artesanos. El aprovisionamiento de agua y comida no debió
ser fácil. Imaginando que el agua en ese momento estuviese cerca, se
debió necesitar, para asentamiento tan grande, una cantidad
considerable. Siendo calles, caminos y casas, todo de barro, el agua
se debió introducir en recipientes. La cantidad de comida necesaria
debió ser también considerable y los deshechos en igual medida.
Todo esto parece difícil si el asentamiento fuese permanente. Más si
fuese ocasional, en ciertas fechas del año, el problema se aligera. Así
pues el término “ciudad” merece ser considerado.
2. Descripción del asentamiento:
La arquitectura es de poco aliento con paredes bajas. En medio de
este conjunto casi plano, aquí y allá, emergen a modo de colinas,
algunos edificios. Logran artificiosamente altura mediante terrazas
superpuestas que les da un aire digno. El edificio más notable esta al
oriente, donde termina la quebraba Jica Marca y se abre el cono de
deyección. Se trata de una pirámide trunca con un patio delante y un
área de depósitos atrás. El conjunto está rodeado por extensos
espacios amurallados componiendo un todo de forma trapezoidal.
Este modelo es precursor de otras muchas pirámides parecidas en
Pachacámac, Lima, Chancay más al norte hasta llegar a Pacatnamú.
Este edificio está en parte invadido por construcción de menor
proporción y Aliento. Este avasallamiento se produce sin dudad,
cuando la pirámide vino a menos, dejo de ser útil o perdió significado
para la comunidad.
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Algo más adelante, aparecen dos patios inmensos, separados el uno
del otro por una calle estrecha. Estos patios han podido ser de uso
público, para bailes, juegos, etc. No parecen destinados a animales.
Uno de los patios ha sido invadido por un edificio próximo.
En el centro del asentamiento se yerguen varios conjuntos
aterrazados.
Es difícil describirlos dada su destrucción. De modo aproximado se
puede decir que están configurados en dos partes. Una a nivel del
suelo y la otra en elevación. La primera a modo de acceso, tiene un
patio y al fondo de él tiene un estrado. La parte en elevación está
lograda por varias terrazas, en el tope aparecen tres o cuatro patios
cercados. Cada uno tiene al fondo un estrado con tres o cuatro gradas
que acceden a él. Desde el tope se divisa el asentamiento todo, como
un mar agitado de paredes, callejones, patios totalmente
desorganizados; quizá en su momento no fue como hoy lucen.
Así planteadas las cosas, queda exponer tentativamente como
funcionaria Cajamarquilla. La quebrada de Jica Marca es una suerte
de cordón umbilical a través del cual la costa se comunica con la
matriz serrana. Hasta hoy, en los alrededores de Cajamarquilla vive
gente procedente de la comunidad andina de Jica Marca. Esta debió
funcionar activamente en la antigüedad. En Calancancha, cerca de
Huanza, en Chaclla, en Collata, en San Pedro de Casta, se han
encontrado fragmentos y piezas enteras con el mismo barro, forma y
decoración de los hallados en Cajamarquilla, lo cual pone en
evidencia el origen andino de esta cerámica y las conexiones de
Cajamarquilla con la sierra. De la sierra bajarían a la costa todo
cuanto las altas montañas podían ofrecer: lana de vellones hilada,
teñida y tejida, papas, quinua, cueros, etc. La costa esperaría con lo
suyo: pescado seco y fresco, camarones, ají, algodón, fruta. En
Cajamarquilla en los grandes espacios abiertos, se encontraron estos
dos frentes. Se produciría quizá ferias con días de duración. La feria
más tarde se complementó con lo religioso. Aparecían cuartos para
albergar oráculos, adivinos, hechiceros, médicos, sortílegos, etc. Que
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servían consultados por los feriantes. Desaparecida la feria,
quedarían unas pocas gentes manteniendo sitios y derechos como
hoy los ambulantes defienden sus derechos a una porción de vereda
en las calles de Lima.
Cajamarquilla es tan grande que debió ser levantada por un ejército
de gente. El lugar estuvo ocupado desde el inicio de la era cristiana,
de otro modo no se hallaría cerámica de fines del Formativo en
cortes hechos por las ladrilleras. Durante el Intermedio Temprano
floreció el asentamiento, ahora invisible, cubierto por lodo
endurecido, resultado de alguna catástrofe;; debió ser muy
prestigioso pues sobre él, más tarde se levantó Cajamarquilla. Fue
necesario algún poder central para edificar Cajamarquilla, sobre todo
para aquellos edificios de mayor alzada.
MARANGA
1.Ubicación Geográfica
El conjunto arqueológico de Maranga, perteneciente al valle del
Rímac, es uno de los sitios arqueológicos cualitativa y
cuantitativamente más importante de la costa Central del Perú.
El Complejo Arqueológico Maranga se ubica en la margen izquierda
del río Rímac, a pocos kilómetros del mar. Está formado por más de
40 montículos, de los cuales más de 20 son monumentales pirámides.
Algunas de ellas, como "Huaca San Marcos", están entre las más
grandes del mundo, con dimensiones de 300 por 120 metros de lado
y 30 metros de altura. En total, el complejo ocupa un área de casi
nueve kilómetros cuadrados.
En 1992 debido a las invasiones que estaban afectando a diversos
edificios prehispánicos del conjunto arqueológico Maranga, ubicado
en el distrito de San Miguel, provincia de Lima, realizaron una serie de
trabajos de reconocimientos con el fin de evaluar los daños
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ocurridos. Se sabe que, según la nomenclatura de Bonavia. Matos y
Caycho (1962_1963), se observó una notable depredación causada en
las estructuras.
La sociedad Lima se desenvolvió, entre los años 150 y 650 años d.C,
esta sociedad construyó extensos centros urbanos, concentró
numerosa población dedicada a diversas actividades económicas y
ceremoniales.
La cultura Lima atravesó por muchos cambios. Un indicador de este
proceso se puede apreciar en la cerámica. Patterson (1964) planteó 9
fases de desarrollo. Esta secuencia, aunque ha sido observada en
varias oportunidades, aún sigue siendo utilizada, por lo menos para
identificar:
Un Lima Temprano (150-300 años d.C.)
Un Lima Medio (300-500 años d.C.) y
Un Lima Tardío, conocido también como Maranga (500-650
años d.C.). (Joaquín Narváez).
Fue construida en un fértil y grande valle de la costa peruana, otrora
verde y que hoy en día está totalmente cubierto por la ciudad de
Lima. Maranga alberga a 14 pirámides grandes y al menos 50
edificios pequeños, en un área de 4 millones de metros cuadrados, lo
que la hace uno de los sitios arqueológicos más grandes del Perú.
Pero no todas las pirámides y edificios fueron construidos al mismo
tiempo. La historia de Maranga es muy larga.
Los primeros en habitar Maranga fueron los Lima (200 d.C. al 650
d.C.) grandes constructores de pirámides, quienes hicieron de este
sitio su principal asentamiento. La parte más antigua corresponde al
período histórico llamado Intermedio Temprano (200 a.C. al 650 d.C.),
época en la que la cultura Lima se desarrolló. Las pirámides de este
período están construidas enteramente en "adobito" (pequeños
ladrillos de barro crudo secados al sol), y están alineadas con un eje
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de 25 grados al noroeste, alineamiento que es perpendicular a la
línea del litoral. Son de este período las pirámides Huaca San Marcos,
Huaca Concha, Middendorf y Potosí Alto, principalmente.
2. Urbanismo Lima en Maranga
En Maranga, durante el período Intermedio Temprano destacan por su
monumentalidad 3 grandes pirámides: Huaca Concha, Huaca San
Marcos y Huaca Middendorff. Ellas se encuentran alineadas una tras
la otra en el orden anterior mencionado siguiendo una orientación de
25º rumbo noreste. Hacia el oeste varias otras pequeñas pirámides se
agrupan alrededor de un amplio espacio vacío, pero guardando la
misma orientación de 25º rumbo noreste. Entre el grupo de pirámides
menores destaca la Huaca Potosí Alto. Al interior de las pirámides
Lima se ha observado que el patrón consiste en el asenso progresivo
desde el nivel del piso hacia la cúspide de la pirámide pasando por
diferentes patios conectados entre sí por estrechos pasadizos y cortas
rampas. Una variedad de recintos fueron usados como ambientes
anexos asociados a los eventos realizados en los patios. Aunque no se
conoce con exactitud que tipo de ceremonias se llevaron a cabo en
estos ambientes por los hallazgos reportados éstos debieron incluir la
ingesta de alimentos y bebidas (Flores 2005; Narváez 2006).
3. Los Adobitos y La Arquitectura Lima en Maranga
Los "adobitos" son pequeños ladrillos de barro secados al sol y usados
para la construcción de muros. Su forma es la de un rectángulo y sus
medidas promedio son: 17 centímetros de alto por 11 centímetros de
ancho por 7 centímetros de profundidad. Los colocaron "de pie", con
la cara mas angosta hacia el frente, unos junto a los otros como libros
en un librero, de allí que a esta técnica se le conoce como la "técnica
del librero". Usaron como argamasa el barro el que colocaron entre
fila y fila horizontal de adobitos, mas no entre ellos, creando un
angosto espacio vacío. Algunos investigadores creen que de este
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modo le dieron flexibilidad a las estructuras para poder resistir los
movimientos sísmicos, muy comunes en la costa peruana.
Para construir los gruesos muros que forman parte de la arquitectura
monumental de los Lima usaron la técnica del librero acomodando
varias filas de adobitos para construir paredes de varios metros de
alto y entre uno y medio y dos metros de ancho. Para las grandes
plataformas, base de las pirámides escalonadas, construyeron
recintos con sólidos muros de adobitos adosados unos a otros como
formando un cuadriculado. Los espacios vacíos eran rellenados con
tierra y cantos rodados. Finalmente una gruesa capa de barro era
usada como sello.
Aunque los adobitos y la técnica del librero son reconocidos como
elemento distintivo de la cultura Lima, éstos corresponden sólo a la
época final (y de mayor desarrollo) de esta cultura en los valles bajos
del Rímac y Lurín principalmente. Algunos otros importantes sitios
como Huaca Culebra en el vecino valle del río Chillón o la propia
Cajamarquilla, contemporáneos con las principales pirámides de
Maranga y pertenecientes a la cultura Lima, no presentan adobitos,
pues prefirieron el "adobón" o "tapial" como técnica constructiva.
Estudiando los diferentes tipos de adobes usados en la construcción
de pirámides Lima algunos investigadores han propuesto de forma
inicial una cronología relativa para su uso (Narváez 2006; Flores
2005):
1. El uso de adobes "odontiformes" sería la etapa más antigua. Se
ha reportado su presencia en la huaca Middendorff en Maranga (Jijón
y Caamaño 1949) y estaría asociada a las primeras fases,
probablemente de la 1 a la 4 de la secuencia propuesta por Patterson,
de la cerámica Lima.
2. Adobitos cúbicos, también reportados en huaca Middendorff y
asociados a cerámica de las fases 4 y 5 de la cultura Lima (Jijón y
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Caamaño 1949), también reportados para Huaca San Marcos
(Narváez 2006) y Huaca 20 (Mac Kay y Santa Cruz 2000).
3. Adobitos paralelepípedos, los clásicos adobitos usados con la
"técnica del librero", corresponde a la etapa tardía de la cultura Lima,
fases 6 a 9 de secuencia cerámica y a las épocas 1A y 1B del período
Horizonte Medio. Se puede observar su uso en Huaca Concha y Huaca
San Marcos principalmente.
4. Adobitos paralelepípedos, algunos reutilizados de la etapa
anterior pero colocados echados y no parados (como con la "técnica
del librero"), tal como se ha reportado su uso en la Huaca San Marcos
(Narvaez2006).
HUACA SAN MARCOS:
Este edificio es la principal y la más grande pirámide construida por
los Lima se ubica actualmente dentro de los terrenos de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, de donde a tomado su
nombre. Tiene 332 metros de largo, 137 metros de ancho en el
extremo norte y 32 metros de altura. Está formada por la
superposición de 5 plataformas y construida enteramente usando
"adobitos", técnica que distingue a las construcciones de los Lima
(Narváez 1999).
Gracias a sus grandes dimensiones y proximidad a la ciudad de Lima
(capital del Perú) ha recibido la visita y atención de numerosos
estudiosos, investigadores y arqueólogos como:
Thomas J. Hutchinson (1873)W. Middendorff (1894)Max Uhle (1903)Jacinto Jijón y Caamaño (1925)Alfred L. Kroeber (1925)Villar Córdoba (1935)Pedro Alarcón (1971) Ruth Shady y Joaquín Narváez (1999).
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Sobre las varias plataformas que forman esta pirámide se
construyeron diversos espacios donde se desarrollaron variadas
actividades ligadas a las funciones principales de este edificio y de
quienes habitaron en él.
Por ejemplo, sobre la tercera plataforma se construyó un gran patio
con una banqueta en uno de sus extremos. Una pequeña rampa
comunica el piso del patio con la cima de la banqueta. Sobre el patio
se colocaron 64 troncos de Huarango (Acacia macracantha) alineados
entre sí (Narváez 1999). Aunque no se ha definido completamente la
función de este espacio, patios similares (con troncos) han sido
reportados en otras pirámides Lima, como Pucllana (Flores 2005), y
se les considera como un ambiente ceremonial.
Asociado al patio de la tercera plataforma, sobre la cuarta plataforma
se construyeron al menos 6 recintos en algunos de los cuales se
hallaron grandes vasijas semienterradas en el piso. Es muy posible
que sirvieran para contener líquidos o granos. Estos ambientes
estuvieron en uso entre los años 500 y 550 d.C. aproximadamente
(Narváez 1999). Probablemente las actividades realizadas en el patio
con troncos estuvieron asociadas al consumo de bebidas o alimentos
que eran traídos desde los recintos en la cuarta plataforma.
La Huaca San Marcos fue, como ya se dijo, uno de los principales
edificios de los Lima, donde se llevaron a cabo ceremonias religiosas,
se fabricaron bienes suntuarios (usando Mullu - Spondylus princeps-)
y en general, todo lo necesario para administrar el gobierno de esta
importante nación: Los Lima.
HUACA CONCHA:
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Huaca Concha es la segunda pirámide más importante de la cultura
Lima en el sitio de Maranga y es una de las que más ha sufrido el
embate de los tiempos modernos en dos devastadoras arremetidas.
Las primeras referencias que se conocen acerca de este sitio son del
viajero inglés Thomas Joseph Hutchinson quien entre 1871 y 1872
recorrió gran parte del Perú. En Lima visita el complejo arqueológico
Maranga al cual denomina "Huatica". También está mencionada en
los textos de Ernst W. Middendorf (1894), Max Uhle, Alfred Kroeber y
Pedro Villar Córdova. Pero sobre todo Jacinto Jijón y Caamaño quien
en los años veintes realizó extensas excavaciones en esta pirámide,
aunque no publicó sus resultados si no hasta 1949.
Huaca Concha es una gran pirámide formada por al menos 3
plataformas superpuestas que tenía 284 metros de largo por 181
metros en su parte sur y 102 metros de ancho en su parte norte con
26 metros de alto.
En el año 1941 el gobierno del Perú, presidido en ese entonces por
Manuel Prado decide la construcción de un nuevo estadio nacional de
fútbol en reemplazo del antiguo ubicado en la calle José Díaz en la
urbanización Santa Beatriz. El lugar escogido para su construcción
fue, ni más ni menos que el sitio arqueológico de Maranga. Se pensó
aprovechar una de las pirámides como base para su construcción. La
elegida fue Huaca Concha y en ese mismo año (1941) empieza su
demolición. La plataforma superior de la pirámide fue completamente
arrasada y el desmonte fue colocado a un lado para servir de base a
las tribunas norte y sur de dicho estadio. Sin embargo la mala
ubicación (muy lejos de la ciudad, en ese entonces) y otros factores
hicieron que el proyecto se abandone. Finalmente el nuevo estadio
nacional de fútbol se construyó en el mismo lugar del antiguo (en
Santa Beatriz) y los terrenos de esa parte del complejo arqueológico
de Maranga fueron entregados para la construcción de una "ciudad
universitaria" para la universidad de San Marcos, quienes, finalmente
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terminaron, a medias, la construcción de dicho estadio, convertido
desde entonces en el Estadio Universitario de San Marcos, el que
nunca pudo ser usado a cabalidad por las fallas estructurales
producidas por estar reposando las estructuras de concreto contra las
estructuras de adobitos de este edificio de la cultura Lima.
Tras varias décadas de abandono en 1992 se produce la segunda
arremetida contra esta huaca. El entonces presidente Alberto
Fujimori, a través del Ministerio de la Presidencia firma un convenio
con la universidad de San Marcos, a la sazón intervenida por dicho
gobierno y ocupada por el ejército, para remodelar el estadio
universitario. Tras millonaria inversión que consistió en la
construcción de algunos servicios higiénicos y la colocación de postes
de alumbrado la obra fue nuevamente abandonada, pues las
estructuras recientemente construidas sufrieron irreparables fracturas
y deslizamientos. Esta nueva destrucción sirvió para mostrar, una vez
más, como la Huaca Concha no había sido completamente destruida
como se le había hecho creer al público, si no que sigue aún allí casi
en un 60% de su dimensión original cubierta por un pesado manto de
concreto.
HUACA MIDDENDORF
El sitio arqueológico se encuentra en las coordenadas UTM. 86.65.700
N y 2.72.750 E, en el extremo Norte de los terrenos del Patpal. Los
flancos Este, Norte y Oeste del montículo se hallan delimitados por el
cerco perimétrico del Patpal. Montículo de grandes dimensiones
conformado por dos secciones: el montículo A, al Sur este de mayor
altura y el montículo B, al Noroeste de menor altura y planta
rectangular.
El montículo A, es de forma irregular y está orientado de Suroeste a
Noreste. Es la sección de mayor altura y presenta en su parte
superior por lo menos cuatro plataformas escalonadas que ascienden
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de Norte a Sur, siendo las tres primeras pequeñas y la última de
mayor altura y de mayor dimensión al Noroeste.
En el corte central de la plataforma de mayor altura se identifican
adobes cúbicos que conforman el núcleo de la pirámide, así como
adobes y pisos superpuestos pintados de amarillo.
En el lado Norte se ubica un gran corte donde se aprecian
adosamientos de muros de corte trapezoidal hechos con adobitos.
Estos muros forman el interior de la pirámide. El montículo B, de
forma rectangular tiene al menos dos plataformas bien definidas al
extremo Norte, donde se ubica un cementerio Tardío, identificado
como tal según los materiales dispersos por el huaqueo.
HUACA PUCLLANA
1. Ubicación Geográfica:
El sitio arqueológico de la Huaca Pucllana se encuentra ubicado en la
parte baja del río Rímac, en el sector sudeste de su desembocadura,
a dos kilómetros de los alcantarillados del litoral Lima. La cuenca del
río Rímac limita al norte con la cuenca del rio Chillón, por el sur con la
de Lurín, por el este con la del Mantaro y por oeste con el Océano
Pacífico.
2. Cronología:
La Huaca PUCLLANA fue un centro ceremonial de Lima que abarca
desde los 400 hasta los 700 años d. C.
3. Descripción de la pirámide mayor de la huaca Pucllana
Desde que este centro ceremonial estuvo vigente, en plena actividad
y funcionamiento, entre el quinto hasta el séptimo siglo después de
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Cristo, se fue construyendo , remodelando, manteniendo y
refaccionando, produciendo sucesivas reconstrucciones y adiciones
con lo cual, por ejemplo, la pirámide principal ganó la altura y
volumen que podemos apreciar ahora. Así fue creciendo y
extendiéndose a su vez todo el centro ceremonial.
Al parecer la pirámide principal fue más grande. Ya que trabajos
arqueológicos que se están realizando en la parte superior evidencian
que hubo un ultima plataforma, que fue casi destruida durante el
avance urbano de los años 50.
Esta pirámide es de forma trunca (sin vértice) y de apariencia
escalonada, construida con siete plataformas, cada una de las cuales
tuvo una época de funcionamiento y uso, lo que se evidencian en los
espacios y ambientes encontrados, definidos como plazas, patios y
recintos, alguno pintados de color amarillo, con banquetas, pasadizos,
rampas, etc. La primera es casi inexistente pues destruida por las
obras de urbanización y es en la actualidad la plaza B, es decir
producto de la destrucción ocasionada tanto por factores inotrópicos
y por muros con banquetas, lo les daba un apariencia de escenarios
donde se observa: los postes debieron ser muy importantes para que
esta arquitectura gire en torno a ellos y a las actividades de las que
dichos postes formaban parte. Así mismo cada plataforma se
separaba de la siguiente por medio de un pasadizo que a su vez
servía para comunicarlas entre ellas por medio de rampas y de
accesos. Aparentemente las partes mas altas de la pirámide fueron
las más importantes, allí las plazas son más pequeñas, lo cual
evidencia el carácter mas restringido de las actividades que se
realizaban en ese lugar.
La pirámide ha sufrido gran cantidad de remodelaciones entre plaza
y plaza, entre pasadizo y pasadizo, pues se ha encontrado
voluminosos rellenos de cantos rodados y arenan que sellan los
momentos constructivos anteriores, ganando altura para construir
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sobre estas nuevas plazas y pasadizos. Este deseo de remodelar y
ganar altura parece ser la razón del monumento, como expresión de
poder sobre la mano de los pueblos tributarios y como una manera
de satisfacer a las divinidades. Sin lugar a dudas, la pirámide ha sido
la parte principal y en torno a la cual giraban todas las actividades en
Pucllana desde las altas formas de la pirámide no solo se podía
visualizar las actividades que se llevaban a cabo en las partes bajas
del complejo, sino que también se podía controlar los accesos a esta
porción del valle que era controlada por este sitio; asimismo , se tenia
una vista sin igual del mar y la actual Isla san Lorenzo , sitio de
connotaciones sagradas de acuerdo al pensamiento del mundo
andino. Desde esta posición es posible controlar el trabajo en le valle
y al acceso de la gente al centro ceremonial.
De las excavaciones de la segunda y tercera plataforma de la
pirámide, nos vienen mostrando evidencias sobre las actividades que
probablemente se realizaban allí. Al parecer, cada plataforma esta
formada por una extensa plaza con postes. Estos postes no servían
para sostener un techo, sino que tenían una connotación ritual. Se
encuentran alineadas y poseen regularidad numérica: forman filas de
12 postes de este a oeste, y columnas de 6 de norte a sur, el
número total es 72. Estos postes pueden diferenciarse claramente de
los que sirven para sostener un techo, que existen en le lado sur de la
plaza, pues estos últimos se hallan asociados a la banqueta y
definitivamente se cree que sirvieron para sostener un techo que
daba sombra a quienes lo ocupaban. En remodelaciones posteriores,
a veces disminuye el numero de postes y otras aumenta; en el caso
del aumento estos se duplican, pero sin variar el área ocupada, pues
en lugar d existir un poste en cada lugar, se colocan dos, de manera
que el numero se incrementa a 144, pero siempre manteniendo 12
postes para el techo que cubren la banqueta.
Estos postes tuvieron una particular importancia ya que, de no ser
así, no se habrían encontrado ofrenda asociadas a algunos de ellos
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depositadas antes de ser enterrados; en algunos existen
acumulaciones de moluscos como el Stramonita chocolate o caracol
plomo; también existen restos de cántaros incompletos o huesos
largos de camélido y en otros casos se han hallado vertebras de
cangrejo y tiburón o fragmentos de dumorterita o cuarzo. El
comportamiento que los Lima tienen respecto a los postes es curioso,
pues es contradictorio. Contrastando con lo anteriormente descrito,
hay algunos postes no sólo sin lo que pueda llamarse ofrendas, sino
que aparecen quemados y rotos intencionalmente y en esa condición
fueron enterrados.
Las regularidades numéricas en los postes y su distribución pueden
hacer pensar en una función astronómica o de relojes solares; sin
embargo, las condiciones climáticas durante la mayor parte del año
en la costa central nos hacen descartar esta propuesta, además, no
son un rasgo excluyente de la pirámide; estas plazas con postes
aparecen también en la parte baja de Pucllana, donde el resto de
construcciones dificultarían incluso la llegada adecuada de los rayos
del sol si en un momento fueran idóneos para una aparente
observación. Más bien, la regularidad numérica y el comportamiento
hacia los postes conllevan a pensar en una representación simbólica
de divinidades o ancestros.
Pero los postes no son el único elemento que se asocia a las plazas de
las pirámide, por lo menos en tres de los lados se tienen banquetas.
Estas han sido remodelaciones en varias ocasiones, per siempre
mantienen su ubicación y función aparente de servir de lugar desde
donde se observan las actividades que llevan a acabo en la plaza;
además, es la única parte de estas que ha estado techada. Resulta
tentador pensar que desde este lugar la élite sacerdotal dirigía los
rituales y actividades religiosas que se llevarían a cabo en las plazas.
Estas plazas están orientadas hacia el norte, pero no por ello se
descuidó el vínculo sagrado con el mar: la banqueta de la plaza de la
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segunda plataforma que está hacia el oeste, donde s e observa al
mar, no posee un muro en su parte trasera, seguramente para que
permita la visualización del océano en su plenitud; además esta
banqueta esta techada. Estas banquetas y los muros que se
encuentran detrás estuvieron pintadas de amarillo. Al parecer, este
color – hasta el momento el único con el que se ha decorado los
muros de Pucllana- ha tenido una fuerte connotación religiosa. Se
puede plantear que se contrapone al color rojo relacionado con el sol
y por lo tanto se le puede vincular con la luna y lo femenino; sin
embargo, esto es especulación.
Cuando su tiempo cumple, estas plazas son rellenadas y los postes
quedan como ofrendas o son destruidos. Sin embargo, hay algo que
es curioso observar en el relleno de cantos rodados y arena que se
trae para sepultar las plazas: entre el relleno se pueden encontrar
numerosas agujas de espinas de cactus y ovillos de hilo, así como
restos de éste último en trozos. Estos objetos forman pequeños
lentes de tierra suelta y trozos de adobe, en algunos casos se
encuentra cuentas de concha Spondylus, pero en menos cantidad. A
partir de esto se plantea que esto procedería de la limpieza realizada
antes de efectuar el relleno de las plazas en otra partes de la
pirámide, y terminan siendo transportadas de alguna manera hasta la
plaza en el transito del relleno; por lo tanto, se cree que es un
argumento que permite pensar en áreas de trabajo especializado,
cuyo objetivo es la producción de textiles en grandes cantidades.
En el extremo sur se logro ubicar una pequeña plataforma funeraria
y depositorio de ofrendas. Ha sido excavada, parcialmente y ha
permitido que sepamos que al menos esta etapa de la pirámide
funcionó como un cementerio de personajes de élite: un varón, dos
mujeres y cuatro niños han sido recuperados allí, acompañados de
numerosas ofrendas. Esto no indica que la pirámide haya sido un
cementerio, sino que esta parte funcionó como tal al final de una de
las fases constructivas, probablemente al final de la fase Lima Medio
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(antes del 500 d. C) es probable que los miembros de la élite
sacerdotal tuvieran el privilegio de enterrarse en la pirámide y a la
vez sirvieran como una especie de ofrenda al sitio.
4. Arquitectura
Pucllana lleva 1500 año resistiendo el fenómeno natural más
destructor de la costa peruana: los sismos. Fue construida usando
pequeños adobitos rectangulares modelados, su técnica constructiva
es bastante particular: consiste en colocar los adobitos en posición
vertical, con la argamasa solo en la parte superior, sin ponerla entre
los adobes, creándose espacios vacios entre ellos, su razón principal
ha sido que cuando hay sismos los espacios vacios absorben la
energía evitando que el muro ofrezca resistencia, de esta manera se
evita la rajadura o fractura del muro. Pedro Villar Córdova la llamó “la
técnica del librero” por la similitud que tienen los muros construidos
con esta técnica con un estante de libros.
Además, los muros son mas anchos en su base que en la cabecera de
manera que resultan teniendo mayor estabilidad, recordemos que no
se usan cimientos para construir estos muros, se levantan
directamente desde el piso donde se van a ubicar. Otro detalle
importante es que los muros se construyen por secciones casi
independientes, es decir, por paneles de forma trapezoidal, esto hace
que la presión sea mejor repartida en el muro evitando una
sobrecarga excesiva en la base.
El comportamiento que los Lima tienen para su arquitectura es difícil
de comprender con nuestras costumbres y lógicas actuales. Los
recintos, patios y plazas son remodelados numerosas veces,
remodelaciones que implican casi siempre el relleno de la
construcción anterior para volver a construir sobre ella. Parece que
después de un tiempo de uso y normal funcionamiento de un
ambiente se dan razones de mucha importancia que obligan a
clausurarlo. Esta clausura implica en algunos casos el cuidadoso
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relleno o su casi total destrucción antes del rellenado, sin embargo, lo
común es que se dejen ofrendas antes de los rellenos (de dos tipos:
cantos rodados y arena de los acantilados, provenientes de la Costa
Verde o el desmonte de la destrucción de muros, pisos y otros
elementos arquitectónicos). Las ofrendas pueden ser humanas, de
cerámica o de alimentos. En el caso de las ofrendas humanas son
exclusivamente mujeres jóvenes y niños de corta edad, las mujeres
en ocasiones aparecen decapitadas o con los pues mutilados. Las
ofrendas de cerámica consisten en grandes cantaros con
representaciones de seres marino u olas que se rompen desde su
base. El último tipo de ofrendas consiste en la acumulación de
alimentos de origen marino o del valle como peces o maíces al lado
de otros productos.
La superposición de recintos se presta para advertir una
diferenciación temporal esta diferenciación se propone básicamente
a partir de las evidencias encontradas en la pirámide. Por lo tanto sus
fases constructivas se sustentan en los elementos usados en la
construcción de las edificaciones y las etapas constructivas están
relacionadas a los cambios en el diseño y en el uso del espacio
dentro de cada fase.
5. Alfarería: pragmatismo y belleza
En Pucllana se ha definido la presencia de los estilos Maranga y
Nievería, que pertenecen al final de la cultura Lima. De acuerdo a
esto Pucllana pertenecería solo a los momentos finales de esta
cultura. A su vez estudios detallados han permitido definir diversos
tipos de cerámica que han cumplido diversas funciones y que poseen
diversas formas y maneras de fabricarse. Se tiene:
Los grandes cantaros que son los favoritos para ser ofrendados
antes de las remodelaciones arquitectónicas, están fabricados
con paredes gruesas y el color naranja es producto de haber
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sido cocidos en un horno abierto donde el aire oxigena a la
arcilla. En su mayoría son cantaros pero también se hallan
platos y ollas.
Las ollas y los demás enseres usados estrictamente para
cocinar alimentos se fabrican con una mezcla de arcillas y
minerales (calcita, cuarzo y otros) y adoptan un peculiar color
marrón, estas vasijas se hallan siempre en contextos
domésticos y manchadas de hollín, producto de su exposición al
fuego.
Los paltos en todas sus variedades de fabrican con una pasta
muy similar a la naranja de los grandes cantaros ceremoniales,
pero son mas finos y aparentemente la arcilla es cernida para
obtener un material mas adecuado para confeccionar utillaje
domestico de servicio. Entre estos destaca el plato cuchara o
plato en forma de lágrima. Se trata de un plato con un pequeño
mango en una sección del borde que le da la apariencia de una
gran cuchara; la función de la forma de lágrima parece haber
sido la de contener líquidos y servirlos directamente, aunque
también es probable que su función haya sido la de una
cuchara como las actuales.
Hay vasijas que tiene un uso estrictamente ritual y ceremonial,
pertenecen al estilo Nievería definido en base a su parecido con
las vasijas procedentes del sitio del mismo nombre en el valle
medio del Rímac y el sitio de Cajamarquilla.
6.Textilería
En la textilería la fibra de camélido, si bien fue usada, no tuvo la
misma preferencia que se tuvo por el algodón. Los tejidos se
caracterizaron por su sencillez pero al parecer fue suficiente para
cubrir sus necesidades. La mayor parte de la textileria estuvo
dedicada a enseres utilitarios como redes, bolsas de marisqueo.
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Prendas de vestir y paños funerarios, en algunos de los cuales se
presenta de manera bastante estilizada alas divinidades Lima.
7. Ideología:
Existe una imagen recurrente en la cerámica de ofrendas hallada en
Pucllana: una especie de pez de características fabulosas que parece
representar un tiburón; a su vez existen algunas variable que han
permito plantear la hipótesis de la existencia de divinidades
relacionadas al mar. Los seres representados en cerámica y textiles
son tiburones, lobos marinos, serpientes y pulpos; mientras que en
las representaciones simbólicas se tienen volutas que son
interpretadas como olas del mar. Existe aparentemente una jerarquía
en las características de las vasijas, donde las pintadas ocupan una
escala inferior y las escultóricas se hallan en la superior. La
recurrencia de representaciones de tiburón en cerámica y textiles
así como sus restos relacionados a rituales previos ala remodelación
de la arquitectura y predominancia de iconos marinos y signos
logográficos desarrollados a partir de estos conllevan a plantear que
tal vasija es el ídolo de un tiburón bifronte que simboliza al mar en
sus cualidades de otorgador de vida y de muerte.
PACHACÁMAC
1.Ubicación Geográfica
En el valle de Lurín se hallan más de cien asentamientos a lo largo del
valle. En el centro arqueológico Pachacamac se registraron por lo
menos tres edificios de la cultura Lima, que luego fueron ocupados
por la cultura inca.
PACHACAMAC - TEMPLO VIEJO
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Es una de las pirámides más antiguas del sitio arqueológico de
Pachacamac y hogar del primer oráculo y por ello nombrado como el
Templo Viejo de Pachacamac. En su época (200 a 700 d.C.) fue cede
del gobierno que rigió en el valle medio y bajo de Lurín, zona
próspera de tierras fértiles ampliamente cultivada e irrigada por un
sistema de canales. Tuvieron al maíz como su principal fuente de
alimentos, además de mariscos como caracoles marinos y moluscos
bivalvos como el "choro" (Choromitylus). Los curacas del Templo Viejo
de Pachacamac realizaron intercambio con zonas muy lejanas de
donde obtuvieron mullu (Spondylus), plumas de aves amazónicas,
conchas de abanico y cobre (Franco y Paredes 2003).
En tiempos del Templo Viejo, Pachacamac era un centro ceremonial
perteneciente a la cultura Lima que estaba formado principalmente
por dos grandes pirámides: El Templo Viejo y Urpiwachac, quienes se
miraban frente a frente, dejando un amplio espacio entre ellos,
además de varias otras estructuras menores (como el Conjunto
Adobitos), todas construidas con "adobitos", pequeños ladrillos de
barro crudo modelados a mano y secados al sol, característicos de la
arquitectura de la mencionada cultura Lima. Las ceremonias
religiosas llevadas a cabo en éste sitio estuvieron asociadas al
consumo de alimentos en grandes espacios abiertos y a un proceso o
camino ceremonial, pues los diferentes ambientes de esta pirámide
se enlazan por rampas y pasadizos organizados en ascenso desde la
parte baja hasta la cima, yendo de grandes espacios abiertos a
pequeños recintos privados.
2. Cronología
A lo largo de su vida (entre el 200 a 700 d.C. aproximadamente) el
Templo Viejo de Pachacamac gozó de muchas ampliaciones y
remodelaciones abarcando dos períodos históricos: el Intermedio
Temprano y el Horizonte Medio. La mayoría de los cambios consistió
en repetir el mismo modelo anterior, otros en cambio significaron
remodelaciones más profundas.
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La tabla que se lee a continuación esta hecha a base a las
publicaciones de los arqueólogos Régulo Franco y Ponciano Paredes
quienes excavaron en este sitio arqueológico entre los años 1986 y
1990. Durante la fase "Templo Temprano" el uso de piedra en los
cimientos de muros y plataformas son indicios de un clima muy
húmedo con largas temporadas de lluvias según los investigadores
Franco y Paredes. Se ha reportado el hallazgo de una ofrenda
depositada en el relleno de un muro de piedra de conchas de mullu
(Spondylus, molusco bivalvo que vive sólo en aguas calientes del
norte de Sudamérica) y plumas de aves selváticas de la amazonía
(Franco y Paredes 2005). Para esta época fue común el uso de
cerámica del estilo llamado Interlooking y Pachacamac Negativo
(Franco y Paredes 2005). El abandono de esta etapa (Templo
Temprano, fases A1 y A2) se produjo luego de un gran incendio
considerado por los arqueólogos como una "quema ritual" (Franco y
Paredes 2005).
La siguiente Etapa, llamada TEMPLO AMARILLO, corresponde a la
parte más estudiada por los investigadores de este monumento y lo
relacionan con las fases del 3 al 9 de la secuencia de estilos
cerámicos de Patterson que corresponde a la Cultura Lima. Durante
ésta etapa la principal deidad es la llamada "Cara Sonriente" o
"Pulpo", una imagen muy representada en esta cultura. A esta etapa
también corresponde unos muros pintados con diseños policromos en
el patio principal, que se tratarán mas adelante.
El Templo Negro sobre Blanco constituye una gran remodelación,
aunque mantiene en líneas generales el diseño anterior. Destaca la
construcción de una secuencia de pequeñas terrazas a modo de
grandes escaleras en los frentes norte y este y pintadas con los
colores representativos de esa fase. Estas pequeñas terrazas
escalonadas son consideradas como un antecedente a un diseño
similar que se presenta en el Templo Pintado o Templo de
Pachacamac que es una pirámide construida inmediatamente luego
del abandono del Templo Viejo y ubicada exactamente al costado del
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mencionado Templo Viejo (Franco y Paredes 2005). Según sus
estudiosos, la pirámide de la fase Templo Negro sobre Blanco del
Templo Viejo de Pachacamac fue abandonada luego de la ocurrencia
de lluvias torrenciales catastróficas, fenómeno meteorológico
conocido hoy en día como "mega niño".
3. Descripción
El Templo Viejo de Pachacamac es una pirámide construida con
adobitos sobre un pequeño promontorio natural ubicada en la zona
más restringida de todo este sitio arqueológico: dentro de la Primera
Muralla. Su forma es irregular, aunque en líneas generales, vista
desde el aire, tiene forma de trapecio. La mencionada forma recuerda
a los dibujos de cabezas de serpientes o a la representación estilizada
del tiburón, ambas muy comunes en la iconografía de la cultura Lima.
Se le define al Templo Viejo como una pirámide-escalonada-trunca
pues está formada por varias plataformas superpuestas cuya cima es
plana y no en punta, como es la figura geométrica de la pirámide. Las
bases de las dichas plataformas están construidas con bloques de
piedra que han sido labradas hasta darles la forma mas o menos de
cubo. Sobre estas bases se han levantado altos y gruesos muros
usando "adobitos" (ya antes mencionados), muros que forman
grandes recintos que son rellenados con tierra y piedra formando de
este modo las plataformas. Sobre las plataformas se han levantado
grandes patios amurallados (hechos con adobitos), pasadizos, rampas
y pequeños recintos (también de adobitos) cuyo uso y función se
mencionaran mas adelante. Los muros más grandes y altos tienen la
base más ancha que la cima, dándole de este modo solidez a la
construcción.
4. Arquitectura y Función
Como ya se mencionó y en líneas generales, el Templo Viejo de
Pachacamac tiene forma de trapecio, siendo sus dimensiones de 150
metros de largo por 123 metros de ancho y 20 metros de altura
(Franco y Paredes 2005). Sus principales componentes
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arquitectónicos son: El ingreso principal, el pasaje de acceso a la
cima, el patio principal, el corredor de acceso a la plataforma con
recintos, la plataforma superior con recintos, los caminos exteriores
en los frentes norte y sur y las terrazas de ofrendas.
EL PATIO PRINCIPAL: Es un amplio espacio abierto de 60 por 50
metros. Presenta banquetas de 6 metros de ancho por uno de alto
en sus lados sur, oeste y noroeste las que posiblemente estuvieron
techadas, pues se han reportado la presencia de restos de troncos
de huarango, molle y otros árboles frutales nativos usados a modo
de columnas; el espacio restante estuvo al aire libre. El patio
principal fue el espacio dedicado a la realización de eventos
religiosos con la concurrencia de gran cantidad de participantes. A
partir de la fase B del Templo Viejo de Pachacamac (Templo
Amarillo) los muros sobre las banquetas ostentaron
representaciones iconográficas policromas, que según sus
investigadores la evidencia encontrada es tan fragmentada y
pequeña en cantidad que les ha sido imposible identificarlas. Sobre
el piso de este patio se hallaron vértebras de anchoveta, que para
los arqueólogos Franco y Paredes se puede comparar dicho
hallazgo con la mención en las crónicas españolas del siglo XVI de
noticias que dicen que se alimentaban a los gallinazos con sardinas
para de ese modo mantenerlos cerca al Templo de Pachacamac.
LA PLATAFORMA SUPERIOR CON RECINTOS se ubica en la parte
más alta de la pirámide en cuya cima hay 17 recintos de
dimensiones variadas y comunicados por vanos angostos en las
esquinas noreste de cada uno de ellos. Uno de estos ha sido
considerado como el recinto principal donde se alojó la imagen del
dios supremo del Templo Viejo de Pachacamac. Se le ha
considerado como tal (recinto principal) por ser el de mayor
tamaño y complejidad pues presenta dos banquetas adosadas a los
muros norte y oeste, hornacinas anchas en el muro sur y diseños
policromos decorando los muros.
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HUACA HUALLAMARCA
Julio c. Tello consideró que antiguamente el valle de Lima estaba
dividido en 4 grandes territorios o "markas" que corresponderían a
igual número de curacazgos y moradas de dioses principales. Estos
eran: Huatica Marka, Walla Marka, Mango Marka y Xika Marka. Según
Tello de Walla Marka que sus límites estaban marcados por los
canales de Huatica y Surco, este último tan grande y caudaloso que
ha sido llamado río. En tiempos antiguos, como hoy día, eran las
mejores y más preciadas tierras del valle de Lima y sobre su
horizontal paisaje se erguían majestuosos edificios, a los que
llamamos hoy en día como Pan de Azúcar (Huallamarca), Lima
Tambo, Santa Cruz, Huaca San Isidro, Huacas del Country Club, Huaca
Pucllana (antes llamada Juliana), Barboncillo, entre otras.
La estructura de la huaca semeja una pequeña colina, es un artificio
conseguido por la superposición de hilados de adobito, de 20x20 cm.
aproximadamente, hechos a mano, y distintivos de la Cultura Lima.
Los restos encontrados en las excavaciones se relacionan con la
labranza y la textilería, pues se hallaron piezas de tejido de algodón,
cestos de costura, juguetes de niños, ceramios, utensilios de hueso
así como un manto muy teñido de influencias Tiahuanaco.
El nombre de Huallamarca deriva del vocablo quechua marca que
significa, comarca o pueblo y Hualla era el nombre de una tribu. El
periodo de construcción de Huallamarca se remonta hasta hace más
de dos mil años (entre el 100 a.C. al 250 d.C.), cuando era el principal
centro político y religioso de esta zona del valle de Lima.
Cronológicamente pertenece a los inicios de la Cultura Lima.
1) Huallamarca o Pan de Azúcar: ubicación geográfica
Entre las avenidas Nicolás de Rivera y el Rosario en el distrito de San
Isidro (Lima - Perú) está el sitio arqueológico de Huallamarca, fue una
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pirámide trunca y escalonada; impresiona al visitante desde la
entrada con su gran rampa y perfectas plataformas.
En 1942, Julio C. Tello, padre de la arqueología peruana, organiza
excavaciones en terrenos de la entonces hacienda Pan de Azúcar, en
un montículo que por extensión era llamado homónimamente y que
posteriormente fue rebautizado por el propio Tello como Huallamarca.
Gracias al interés y tesón de Arturo Jiménez Borja, principal promotor
de los sitios arqueológicos de Lima durante la segunda mitad del siglo
XX, y con el apoyo del alcalde del distrito de San Isidro de ese
momento, Huallamarca es salvada de la destrucción total, pues el
proceso urbanizador de esa parte del distrito la amenazaba y la
consideraba un estorbo. Es así que Jiménez Borja ejecuta una
revolucionaria política cultural en su momento: la “puesta en valor”.
Ésta consiste en darle a un monumento del pasado un lugar en
nuestra sociedad contemporánea.
Promovió su estudio científico excavando en 1958 un cementerio
ubicado en la cima de la pirámide del que extrajo 48 fardos
funerarios. Dotó al sitio de un museo propio (“museo de sitio”) y lo
reconstruyó.
En aquel entonces era común reconstruir sitios arqueológicos, tal
como se hacían en Europa y México, pues, se pensaba, que
devolviéndole su aspecto original se le apreciaría y entendería mejor.
Los nuevos estudios y convenciones de la UNESCO han superado esta
etapa. La impresionante rampa y perfectas plataformas que luce
Huallamarca no representan al aspecto que tuvo originalmente, pero
sí a un intento más triunfador que fallido: poner en valor y salvar a un
monumento de nuestro pasado que nos habla y enorgullece hoy día.
2) Arquitectura
Los inicios de Huallamarca se remontan hasta hace mas de dos mil
años, entre el 100 a.C. al 250 d.C) cuando era el principal centro
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político y religioso de esta zona del valle de Lima. Cronológicamente
pertenece a los inicios del Período Intermedio Temprano, dentro de la
llamada tradición de cerámica blanco sobre rojo, tradición alfarera
que en gran parte del Perú reemplazó a la tradición Chavín.
Como ya se mencionó líneas arriba, el aspecto que presenta en la
actualidad, tres plataformas de planta rectangular y rampa central de
la cima al piso, no es el que tuvo originalmente. La reconstrucción
moderna por parte de A. Jiménez Borja no ha respetado en nada la
forma de la estructura original de Huallamarca.
Sin embargo, A. Jiménez Borja no logró completar la reconstrucción
de este sitio arqueológico, dejando el Sector Este libre, lo que ha
permitido, en décadas recientes a realizar investigaciones
arqueológicas en esa parte y descubrir parte de la arquitectura
original.
Huallamarca fue una pirámide escalonada con los muros de sus
plataformas, de marcada pendiente, construidos con pequeños
adobes modelados a mano con forma de grano de maíz. Sus muros
enlucidos con una gruesa capa de barro fueron pintados de amarillo.
3) Cronología
Luego de algo más de trescientos años, Huallamarca decae en
importancia, opacado por otra pirámide en naciente auge: Huaca
Pucllana. Finalmente es abandonada como edificio público para
convertirse en cementerio, desde fines de la cultura Lima (650 d.C.),
pasando por el Horizonte Medio, el Intermedio Tardío hasta el
Horizonte Tardío (Época Inca).
Los Lima enterraban a sus difuntos en posición extendida (echados)
con los brazos a los costados amarrados a una camilla de cañas y
envueltos en telas de algodón con múltiples ofrendas a la altura de la
cabeza consistente, generalmente, en alimentos y ollas de cerámica
de los estilos Lima y Nievería.
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Durante los años siguientes, siglo VIII, pasada la cultura Lima un gran
cambio se produce, Huallamarca sigue siendo usada como
cementerio pero ahora los entierros son fardos funerarios con falsa
cabezas, algunas de las cuales lucían pelucas. Los fardos funerarios
son grandes bultos formados por muchas piezas textiles que
envuelven a una persona o en algunos casos a dos, un adulto y un
niño en posición sentados. Para darle forma de bulto fue común usar
algodón como relleno de los fardos.
Acompañaban al entierro ofrendas consistentes de instrumentos
musicales, herramientas de labranza y útiles para hilar y tejer que nos
hablan de las profesiones de más valor en esa época.
Estos fardos funerarios fueron depositados, individualmente o en
grupos en tumbas de planta circular (tronco-cónica) con las paredes
reforzadas con paramentos de caña o madera y techos de caña y
barro.
Instrumentos musicales que acompañaron a los fardos funerarios
como ofrenda en exposición en el museo de sitio.
Los siglos posteriores, durante el Intermedio Tardío (900 a 1450 d.C.)
están marcados por entierros de fardos más pequeños y sin falsa
cabeza para finalmente dar paso a los Incas (siglo XV - Horizonte
Tardío) quienes construyeron al pie de esta Huaca una aldea.
CERRO CULEBRA
1. Ubicación
Se localiza cerca a la desembocadura del río Chillón (margen
derecha), junto al cerro Chivateros, en el distrito de Ventanilla,
provincia del Callao, departamento de Lima, en el Perú. Sus
coordenadas geográficas son: 77º 7` latitud sur y 11º 56` 24"
longitud oeste. El sitio emerge en una llanura próxima a donde
el valle inicia su ensanchamiento. Esta ubicación es estratégica,
pues desde ella se puede acceder a, por lo menos, 5 recursos
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naturales: Las lomas (oasis de neblina) recurso temporal, de
donde se puede obtener algunos vegetales de recolecta y
algunas piezas de caza, tierras de cultivo, ecosistema de la
rivera fluvial (totora y carrizo), el mar y el río.
2. Antecedentes
En 1953, el arqueólogo L. Stumer excavó en Playa Grande,
Ventanilla, al norte de Lima, excavó 6 unidades, 5 en el sector
oeste del sitio (fuera del edificio principal) y 1 en el mismo
edificio. Esta última unidad de excavación aportó el rasgo que
más caracteriza a este sitio, un mural polícromo con diseños
geométricos entrelazados, que lo llamo "Interlooking.
Culebra, que está compuesto por un edificio de forma
trapezoidal, y una zona doméstica en los alrededores, con
estructuras de quincha. Cerro Culebra destaca por sus pinturas
murales con figuras de peces.
Tomas Patterson también excavó en Cerro Culebras,
encontrando alfarería que asigno a la fase 5 (300 d.C.) de su
secuencia cerámica para Lima. Para este arqueólogo, el edificio
principal se abría edificado a fines a fines de la fase 6 y
abandonado durante la fase 8 (de Lima).
3. Arquitectura
"Cerro Culebras" está formada por 3 áreas bien definidas:
Estructura principal, edificio o templo, Área de viviendas (Oeste)
y Área de vivienda (Este). En total la zona arqueológica abarca
un área de 35 hectáreas aproximadamente
El Edificio Principal: Es una pirámide con planta trapezoidal de
65 metros de largo en el eje este/oeste y de 40 metros de
ancho en el eje norte/sur. En el lado oeste y norte tiene una
plataforma adosada con recintos al interior, todo rodeado por
muros de tapia de 250 metros de largo en el eje este/oeste y
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125 / 60 metros de ancho en el eje norte/sur, formando así la
forma trapezoidal.
En el lado sur se ubica una escalera construida en tapia por la
que se accede a la parte superior del edificio, y se asocia a un
corredor con forma de "S". Al noroeste de la escalera, en la
parte inferior de un muro de tapia se encontró un mural
polícromo de 28 metros de largo formado por 6 paneles
separados por temas. Esta pintura correspondería a la segunda
etapa constructiva de la pirámide. Están representados un
conjunto de peces y serpientes entrelazados en estilo "Playa
Grande". Los dibujos están encerrados con gruesas líneas
oscuras las áreas de color. Los más usados fueron: ocre, sepia,
naranja, rojo, blanco y negro.
Sector de Viviendas Oeste: Ubicado en 3 quebradas próxima al
edificio, donde se han encontrado basurales con material
vegetal, moluscos y fragmentos de cerámica, además de
construcciones tales como: terrazas con muros de contención
de piedra (sin cantear), plataformas y, según el arqueólogo
Stumer muros de tapia y quincha con pinturas similares a las
del templo (edificio principal).
Sector de Viviendas Este: Está dividido en dos subsectores
llamados Q-IV (Quebrada IV) y Pampa de los Perros. Allí se
aprecia un montículo con planta en "L".
Considerando que las estructuras arquitectónicas son la
expresión física de como se organiza una sociedad, "Cerro
Culebras" se han identificado 3 tipos de estructuras diferentes:
• Templo o edificio de uso público
• Estructuras secundarias sin función clara, pero diferente al de vivienda
• Sector de viviendas.
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Por esto se le considera como un centro urbano.
Zona Residencial. Según lo refieren Stumer y Patterson el edificio principal (pirámide) estuvo rodeado de construcciones menores usadas como habitación . Estuvieron construidas con paredes de cañas con cimientos en zanjas y reforzados por postes externos a ambos lados de la pared. Al interior un piso simple apisonado completa la habitación.
Fases Constructivas: Se han definido, por lo menos, tres:
• Estructura de Adobitos; es la más antigua. Enlucida con barro fino.
• Remodelación; nuevas estructuras en tapia y pisos. Las estructuras de adobitos fueron tapados con tierra arcillosa y basura orgánica.
• Ultima remodelación. Se da la forma trapezoidal que actualmente tiene.
COPACABANA
1. Ubicación
Copacabana se encuentra ubicada en la parte inferior de la cuenca
del río Chillón, margen derecha y sobre el límite norte de los campos
actualmente bajo cultivo, más allá de los cuales se extienden las
denominadas "Lomas de Carabayllo", extendidas sobre las planicies
suavemente ascendentes de los últimos contrafuertes andinos. Sus
coordenadas son: Latitud 8690650 N, Longitud 273500 E y su altura
unos 200 m.s.n.m. Por ello, se encuentra estratégicamente ubicada
como punto de enlace entre la amplia planicie irrigable del bajo
Chillón y Playa Grande (Distrito de Santa Rosa) y Ancón, así como,
con el valle del río Chancay más al norte; todas ellas localidades del
litoral con sendos sitios arqueológicos de la cultura Lima.
Políticamente se emplaza entre dos distritos de Lima Norte: Puente
Piedra y Carabayllo, departamento de Lima.
La configuración urbana del sitio se organiza en dos grandes sectores.
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SECTOR A.
Concentra las edificaciones más imponentes con estructuras que
llegan a alcanzar los 35 metros de altura.
SECTOR B
Se extiende inmediatamente al este del sector A. sobre una terraza
natural que bordea los terrenos de cultivo del valle y en el que se
ubican estructuras menores que alcanzan los cinco metros de altura,
entre estos pequeños montículos se emplazaban estructuras al
parecer más precarias.
El sitio fue ocupado de manera continua desde por lo menos la fase
Lima 4 hasta el período Nievería del Horizonte Medio, sustentando su
desarrollo en el dominio de una amplia zona agrícola y el uso
extensivo de sistemas de riego.
SECTOR A
Montículo 1 (M1)
Ubicado en el extremo oeste del asentamiento, se trata de un
pequeño montículo con una depresión central que se distingue sólo
en la foto aérea de 1945. Sus dimensiones aproximadas fueron 40 por
20 m y debió tener unos cuantos metros de altura. Se decidió incluirlo
por su cercanía y por el alineamiento de su eje mayor con el resto del
conjunto urbano. Actualmente, el lugar en el que debió ubicarse se
encuentra ocupado por construcciones modernas por lo que no pudo
distinguirse ni definirse su filiación cultural.
Montículo 2 (M2)
Como ya se dijo, se denominó "montículo" a las prominencias más
notables formadas por las plataformas y recintos rectangulares que
coronan las estructuras que cubren toda el área y, al igual que los
tres montículos siguientes, se destacan como espolones que se
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proyectan del volumen principal hacia el valle en dirección sureste,
emplazándose sobre los márgenes meridionales del mismo cerro
sobre el cual se ubicaba el cuadrángulo. Las estructuras que se
aglutinan en esta zona están edificadas en base a tapiales que
constituyen recintos y plataformas cuadrangulares a diferentes
niveles. Sus muros principales se orientan en sentido noroeste-
sureste extendiéndose hacia el norte en niveles sucesivamente más
elevados -de acuerdo a la topografía del terreno- alcanzando una
altura aproximada de 25 m. sobre el piso del valle.
Montículo 3 (M3)
Conjunto de recintos cuadrangulares y plataformas elevadas
elaborados en base a tapiales que conforman un cuerpo alargado de
eje noroeste-sureste. Cubre un área aproximada de 6,000 m2 y
alcanza una altura de 15 metros sobre el nivel del campo de cultivo.
Entre este montículo y M4 se reconoció una zona de menor nivel,
igualmente con evidencias de contener restos arquitectónicos, que al
parecer también fue zona de entierros de la época por la abundancia
de hoyos de antiguos huaqueos y cerámica fragmentada.
Montículo 4 (M4)
Estructuras de las mismas características que el conjunto anterior.
Esta vez se detectó la presencia de los característicos adobitos Lima
muy cerca de la superficie en una zona huaqueada ubicada en el
borde noroeste. En el centro del montículo se ubica un pozo de cateo
cuadrangular que muestra un relleno de ripio en su interior, al
parecer parte del afloramiento rocoso natural. Altura aproximada 18
m.
Montículo 5 (M5)
Uno de los montículos más elevados y de mayor grado de
monumentalidad del asentamiento. Muestra una planta rectangular
de aproximadamente 170 m por 120 m con una orientación similar al
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resto de las estructuras, la misma que se mantiene con el lineamiento
que forma con M7 y M8, vale decir proyectándose hacia el sureste.
El montículo alcanza una altura aproximada de 35 m y desde su cima
se puede divisar todo el asentamiento y los alrededores.
Hasta aquí la unidad arquitectónica y urbanística de los montículos 2
al 5 es clara, y conformaron un núcleo de edificios probablemente
interconectados, pues por sus materiales constructivos todos
parecen ser coetáneos. Además, al pie de los mismos (borde
meridional) corre una de las principales acequias de la zona, que los
separa de los campos bajo cultivo y que ha erosionado sus
estructuras. En su cauce se encuentra gran cantidad de tiestos de la
cultura Lima.
Montículo 6 (M6)
Debido a su singular perfil es conocido por los lugareños como "Cerro
Campana" elevándose aproximadamente 35 m y con una fuerte
pendiente en su borde noreste. Es de planta ovalada y sus longitudes
mayores son 150 m por 110 m con una orientación noroeste-sureste;
la misma que sigue un conjunto de tres plataformas cuadrangulares
sucesivas que se ubican en su cima y que descienden hacia el
sureste. Este rasgo arquitectónico parece ser recurrente en casi todos
los montículos del sector y se constituye en un indicio claro que
podría denunciar la fachada principal.
Montículo 7 (M7)
Se encuentra sobre la planicie del valle rodeado de campos de cultivo
e igualmente aprovecha un afloramiento recoso sobre el cual se
edificaron estructuras en base a tapiales y adobitos las cuales siguen
la orientación general del conjunto. Al igual que el cuerpo alargado
del montículo que alcanza una altura de aproximada 11m y una
longitud de 200 m por 120 m de ancho. Los rellenos estructurales
utilizaron, asimismo, el material rocoso sobre el cual se asentó el
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montículo. Una ocupación precaria reciente socavó parte de su
superficie en un sector ubicado hacia el noroeste dejando amplios
perfiles que delatan sucesivas remodelaciones que alternan tapiales y
muros de adobitos.
Montículo 8 (M8)
Es el montículo más meridional del conjunto. Alcanza una altura de
aproximadamente 15 m y 220 m de largo por 180 m de ancho. Al
igual que M7 se edificó sobre un afloramiento natural. Es de planta
amorfa, pero se pueden distinguir dos ejes sobre los cuales parecen
haberse dispuesto sus estructuras. El eje mayor sigue el alineamiento
general del asentamiento, es decir noroeste-sureste, con lo que
parece ser una gran rampa de acceso en su extremo meridional. Este
eje es cruzado perpendicularmente por otro noreste-suroeste que, de
acuerdo a la foto aérea del 45 y a lo observado en el terreno está
coronado por plataformas cuadrangulares descendentes hacia el llano
de cultivo. Se detectó la presencia de tapiales y adobitos.
Y con ello invadieron los terrenos en los cuales se emplazaron todos
los montículos arqueológicos de este sector, destinándolos a campos
de algodón parte de los cuales están siendo urbanizados.
De cualquier modo, debido a las suaves ondulaciones que muestra el
terreno y a la abundancia de fragmentos de cerámica en los antiguos
surcos de los algodonales, pensamos que toda el área estuvo
ocupada con algún tipo de estructuras de la época Lima (esto se
confirma con el hallazgo de muros de adobitos en el silo de una casa
del "Programa de Vivienda Santa Rosa"). Los restos arqueológicos
ahora presentes se limitan a ocho montículos, pero de acuerdo a la
foto aérea del 1945 llegaban hasta once.
SECTOR B
Se extiende hacia la mitad este del asentamiento sobre una gran
terraza natural de suave pendiente que constituyen los bordes
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meridionales de las denominadas "Lomas de Carabayllo" y que en
tiempos del Periodo Intermedio Temprano no estuvo irrigada.
Solamente ahora los canales de riego han ganado altura y con ello
invadieron los terrenos en los cuales se emplazaron todos los
montículos arqueológicos de este sector, destinándolos a campos de
algodón parte de los cuales están siendo urbanizados.
Montículo 1 (M1)
Ubicado en el extremo noroeste del sector se encuentra arrasado por
maquinaria pesada en aproximadamente un 40% de su volumen,
dejando perfiles de decenas de metros de longitud y cuatro metros de
alto, que muestran hasta cuatro etapas constructivas en base a
rellenos, tapiales y adobitos.
De acuerdo a la foto aérea referida en su interior se disponían
recintos cuadrangulares con la orientación general del asentamiento,
alcanzando una altura de 4m y 200 m de longitud por 110 m de
ancho. Se recolectaron abundantes tiestos de estilo Lima y algunos
de estilo Nievería provenientes del gran corte.
Montículo 2 (M2)
Se encuentra aproximadamente 150 m al sureste de M1, es uno de
los montículos más pequeños que aún quedan en Copacabana
alcanzando unos 3 m de altura y 25 m de longitud. Tiene planta
amorfa y sobre su superficie se observa la cabecera de un muro de
piedras angulosas de cerro. Este rasgo se detecta por primera vez en
el lugar. Cabe recordar que este tipo de materiales constructivos
también se registran en la arquitectura Lima en sitios como Media
Luna, Cerro Culebra y Pachacamac. Y, por supuesto, se recolectaron
tiestos Lima sobre su superficie. Fue rodeado de antiguos campos de
cultivo y ahora se encuentra en venta en el "Programa de vivienda
Santa Rosa".
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Montículo 3 (M3)
Ubicado a unos 130 m al sureste de M2, tiene 40 m de largo por 15 m
de ancho con una altura de 6 m aproximadamente. El montículo
alargado tiene una orientación norte-sur. Presenta el flanco este
erosionado, dejando ver perfiles que muestran tapiales y adobitos con
abundante fragmentería Lima. Es notorio el suave ascenso que
muestra la superficie en los alrededores de este montículo, el mismo
que se encuentra ceñido por un canal de riego. Lo más probable es
que el montículo sólo exhiba una parte de las estructuras
arqueológicas, las mismas que se encontrarían soterradas bajo los
campos de cultivo circundantes.
Montículo 4a (M4a)
Se ubica a unos 90 m al noreste de M3 y conjuntamente con M4b
formaban un solo cuerpo el cual fue dividido por el paso de una
acequia matriz que permitió la irrigación de todo el Sector B. Alcanza
una altura aproximada de 7 m y 100 m de largo por 50 m de ancho;
el cuerpo alargado del montículo tiene una orientación norte-sur. De
acuerdo a la fotografía aérea y lo observado en el terreno, su parte
más elevada es la mitad sur del montículo, el cual esta coronado por
un recinto cuadrangular con la misma orientación que el resto del
conjunto. Otras cabeceras de muros, con ligeras variaciones, ostentan
la misma orientación. Pero lo que es más significativo es que
presentan muros de doble cara que tienen como material de
construcción piedras angulosas, al igual que M2.
Montículo 4b (M4b)
Es un cuerpo plano y ubicado adyacente y al noreste de M4a. Es de
forma irregular y alcanza 1.5 m de altura y unos 50 m de longitud.
Presenta huellas de huaqueos, los cuales han dejado al descubierto
un muro de adobitos.
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Montículo 5 (M5)
Estructuras de planta cuadrangular distinguibles en la foto aérea del
45. Actualmente en su lugar se encuentran las ruinas de una antigua
casa de campo edificada sobre una ligera elevación del terreno. Sin
embargo, en una zona inmediatamente al este de estas ruinas se
percibe una estructura rectangular compuesta por gruesos muros de
piedra de campo, en cuyo interior se observan fragmentos de grandes
cántaros de engobe naranja y una piedra de moler (batán).
Montículo 6 (M6)
En la foto del 45 se distingue como un montículo bajo y amorfo de
aproximadamente 100 m de longitud. A estas alturas ya no cabe
describir la forma que adoptan las plantas de los montículos debido a
la intensa deformación sufrida por la habilitación de los campos de
cultivo que los han socavado hasta casi su mínima expresión, en el
mejor de los casos, o simplemente los han desaparecido. En el caso
de M6 sólo queda un remanente en el extremo norte, sin ningún
indicio de arquitectura. El cuerpo principal del montículo se presenta
como una ligera colina cultivada. Se recolectó cerámica Lima de su
superficie.
Montículo 7 (M7)
Uno de los montículos que delimita el asentamiento hacia el este. En
la foto del 45 se aprecia claramente una extensión mayor a la que
actualmente no esta bajo cultivo, pero que se deja notar por la
ostensible elevación de los terrenos circundantes. Se ubica unos 80 m
al este de M6 y su eje mayor se orienta de este a oeste con
aproximadamente 115 m de longitud y unos 4m de alto. Esta
coronado por un cuadrángulo definido por cabeceras de muros de
piedras angulosas de campo. Se recolectaron tiestos Lima y un solo
tiesto de estilo Chancay.
Montículo 8 (M8)
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Ubicado una decena de metros al norte de M7 y, conjuntamente con
éste marcarían el límite del complejo urbano de Copacabana hacia el
este. Asimismo, se observó la presencia de cabeceras de muros
elaborados con piedras de campo. Altura aproximada 3.5 m y 40 m
de longitud. Afectado con ocupación moderna, pero deshabitada
actualmente.
Montículo 9 (M9)
Es una estructura en forma de L que se ubica en la parte central del
sector B y se constituye en la de mayor extensión con
aproximadamente 200 m de longitud en dirección este-oeste.
Actualmente, se presenta como una ligera plataforma elevada, sobre
la cual se han construido casas de material noble, una de las cuales
es de la compañía CIPINSA, inmobiliaria dueña del terreno del
Programa de Vivienda Santa Rosa. Presenta cabeceras de muros
arqueológicos en su esquina suroeste.
Las viviendas que están siendo habilitadas por la urbanizadora arriba
mencionada ocupan el área que se encuentra entre este montículo o
estructura y el montículo 6 del sector A o Cerro Campana.
Montículo 10 (M10)
Montículo que estuvo ubicado muy cerca de Cerro Campana y que
actualmente se encuentra completamente desaparecido. De acuerdo
a la foto aérea del 45 alcanzaba unos 80 m de largo por 40 m de
ancho. Alineado al eje general del conjunto, con una altura poco
considerable tal vez 5 m. Sobre su cima se destacaban tres recintos o
plataformas cuadrangulares siguiendo el eje principal del conjunto
urbano.
Montículo 11 (M11)
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Denominamos así a un promontorio que, de acuerdo a la foto aérea
del 45, estaba ubicado al sureste de M10, con forma irregular y de
similares dimensiones que éste. Su cima estaba igualmente coronada
por una estructura cuadrangular con la misma orientación del
conjunto. Contaba, asimismo, con una especie de plataforma irregular
en su flanco oeste. Actualmente en su lugar se encuentra una casa de
campo, pudiéndose observar que se asienta sobre un pequeño
afloramiento rocoso.
En el valle del Chillón existen una serie de sitios habitacionales
y de reducidas dimensiones que están distribuidos en todo el valle, y
que corresponden a este período, podemos mencionar el sitio de:
- AGAPITO, que está a poca distancia de la carretera que une El
Callao con Ventanilla, es un pequeño montículo que se ubica en
medio de los campos agrícolas.
- también se encuentra el sitio de Pan de Azúcar,
- Cerro La Regla y
- Cerro Volcán.
En el caso de los últimos se encuentran emplazados en las faldas de
unos cerros.
- También destacan el sitio de Huacoy.
En el valle de Chancay es importante la presencia del sitio de:
- HORCÓN: que se ubica en la quebrada del mismo nombre, en
la margen izquierda del valle, cerca del extenso sitio tardío de
Pisquillo Chico, lo interesante es que se encuentra emplazado al lado
de una vía natural de comunicación entre el valle de Chancay y el
valle del Chillón que va por la quebrada de Quilca y sale al Chillón por
la zona de Trapiche, es un sitio bastante extenso y quizás también
sea un centro urbano, destaca una pirámide adosada a la falda del
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cerro que parece que fue la más importante ya que es la de mayor
envergadura, hacia las zonas cultivadas hay una serie de montículos
que poco a poco están siendo ganados por la ampliación de las tierras
agrícolas, el sitio también está siendo afectado por un sistemático
saqueo, guarda por el material de superficie bastantes semejanzas
con Cerro Trinidad y Chancayllo y creemos que tuvieron una
homogeneidad cultural distinta a la de los sitios del Chillón, al parecer
el fenómeno Lima en Chancay tuvo componentes bastante locales y
tuvo un desarrollo asombroso, pero por las evidencias reunidas hasta
la fecha al parecer hay un colapso hacia el 500 d.C. y los tres sitios de
mayor magnitud Cerro Trinidad, Chancayllo y Horcón son
abandonados, no sabemos bien a qué se debe ese abandono pero lo
más probable es que estuvo relacionado con fenómenos climáticos
( quizás el Niño). La arquitectura de estos centros urbanos es
bastante peculiar y se diferencia de la arquitectura Lima de más al
sur, son montículos adosados a los cerros mayormente ( repitiendo un
patrón norteño quizás), por la magnitud de los sitios debieron de
demandar una gran planificación, con la consiguiente producción de
alimentos y el excedente de mano de obra de los campos agrícolas
para destinarlo a la construcción de los centros urbanos, nosotros
creemos que en estos momentos para el valle de Chancay ya
podemos hablar de ciudades y un fenómeno estatal.
IX. IDEOLOGÍA Y CREENCIAS (ICONOGRAFIA)
Uno de los diseños más comunes en la iconografía Lima es el
denominado entrelazado o interlocking, consistente en serpientes
entrelazadas fuertemente geometrizadas. Escobedo y Goldhausen,
(1998), han identificado recientemente los siguientes diseños:
El Pulpo: consiste en la figura de una cabeza o cara, en todos los
casos de color blanco, sin cuerpo. Tiene forma entre hexagonal y
trapezoidal, ojos redondos y seis apéndices en la cabeza, que en
algunos casos figuran serpientes. Se trataría de un ser fantástico.
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La Cara Sonriente: Representada en cerámica, textilería y pintura
mural, como en Cerro Culebras. Es un rostro de forma hexagonal,
compuesto por dos ojos, una nariz y una boca cuadrangular con
dientes ostensibles. Como en el caso del pulpo, de la cara emergen
apéndices serpentiformes.
El rombo: se trata de una figura geométrica en forma de rombo,
engastado en serpientes.
En el Lima Tardío, dichos motivos iconográficos desaparecerán
predominando en la decoración de las vasijas las figuras de
espirales y triángulos concéntricos, ejecutados con líneas de
colores. Asimismo se haría la simbolización de serpientes a
través de los diseños en espirales.
X. COLAPSO
Todas las construcciones Lima excavadas indican que fueron
abandonadas durante el siglo VIII d.C. Se teorizó que las causas
hayan sido cataclismos naturales o invasiones destructivas foráneas,
como la de los waris. Sin embargo, los vestigios señalan que se trató
de una clausura organizada de los espacios públicos con pleno
respeto de reglas precisas. Los patios y otras construcciones en la
cima de las pirámides quedaron sepultados con rellenos
intencionales. Los accesos se sellaron con pircas de adobe, bloques
de greda o piedra. No sabemos si todos los casos de clausura y
abandono se dieron en el mismo tiempo y por las mismas razones. Es
eventualmente posible que se tratase de un ritual relacionado con la
defunción de los últimos residentes de cada palacio de la fase
Maranga. En todo caso, los entierros y otras evidencias de actividad
humana demuestran que la arquitectura pública de Lima fue
abandonada cuando en la costa central se difundieron vasijas y
textiles adornados con diseños originarios de Tiwanacu y de Nasca
(estilos Viñaque, Pachacámac y Atarco). A veces, los alfareros locales
también adoptaron esas expresiones (estilo Nievería).
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Este panorama de colapso del poder central contrasta con la difusión
del estilo local, Nievería, hacia Lambayeque, junto con otros estilos
sureños. Es probable que varios representantes de las elites Lima se
unieran a otros grupos Wari y participaran en la conquista del norte.
Ya por entonces el santuario de Pachacámac iba alcanzando
importancia como centro de atracción de miles de peregrinos, desde
donde se difundía en el mundo andino la adoración del dios del
mismo nombre. Tal vez fue en ese centro donde se selló la hipotética
alianza entre los señores Lima y los Wari.
El Horizonte Medio constituyó una etapa crucial en los Andes
Centrales que implicó cambios en el patrón funerario, el crecimiento
de una serie de asentamientos y el desarrollo de un sistema
ideológico que unificó gran parte de esta zona con sus respectivos
aportes locales. El tránsito de este complejo periodo y su
transformación hacia un periodo donde las sociedades adquieren una
personalidad particular, de
carácter local, es un fenómeno poco conocido.
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