Post on 07-Feb-2016
INTRODUCCIÓN
La odontología forense es la aplicación de los conocimientos
odontológicos con fines de identificación y utilidad en el derecho laboral, civil
y penal.
El frecuente y elevado número de fallecidos y el estado en que suelen
encontrarse sus cuerpos (mutilados, carbonizados, esqueletizados,
putrefactos etc.) provocan un gran impacto en la comunidad así como
dificultades para la identificación de las víctimas.
La técnica para identificar cuerpos por medio del aparato
estomatognático ha sido mayormente aceptada por los medios legales, y se
justifica, pues cuando una persona muere los dientes son las estructuras que
más resisten los procesos biológicos de degradación.
En la sociedad actual, los accidentes suelen ser más estrepitosos y de
mayor impacto, por lo que muchas veces es difícil el reconocimiento de
carácter visual.
El contenido de la cavidad oral, dientes, paladar, maxila, mandíbula
son protegidos por los carrillos y la lengua, razón por la cual son
considerados de gran valor para la identificación de cadáveres. Los registros
dentales, mandibulares, faciales o cefálicos son de gran ayuda para
establecer la individualización.
Hoy en día el sistema judicial acepta cada vez más las pruebas que
ofrecen los odontólogos en los casos de carácter legal. Por tanto, la
odontología forense, como rama de la medicina forense, permite el manejo
adecuado las evidencias dentales así como también la valoración y
presentación de aquellos hallazgos dentales que pueden tener interés por
parte de la justicia.
La odontología forense reviste una gran importancia porque permite la
identificación de cadáveres en situaciones de violencia o de desastres
naturales, así como también para el esclarecimiento de delitos contra las
personas por lo que esta ciencia actualmente se considera como un medio
auxiliar en la administración de justicia.
El presente trabajo tiene como propósito demostrar la importancia del
conjunto de métodos usados en la odontología forense aprobados para la
identificación de cadáveres en situaciones de desastres naturales y la
posibilidad de selección de acuerdo a los requerimientos de la información
disponible.
La investigación se estructuró en cuatro capítulos:
Capítulo I: El Problema.
Capítulo II. Marco Teórico
Capítulo III: Marco Metodológico y
Capítulo IV: Conclusiones y Recomendaciones.
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CAPÍTULO I
EL PROBLEMA
1.1 Planteamiento del problema.
En muchos países está claramente establecido que la evidencia dental
puede ser invaluable en la identificación personal y en criminología.
Uno de los principales problemas que afectan a los ciudadanos al
momento de una catástrofe, accidente u homicidio es la identificación y/o
reconocimiento de cadáveres, si bien es cierto que la odontología forense
nos ofrece innumerables técnicas para facilitar el reconocimiento de
personas fallecidas pero aunque esta rama de la odontología es
relativamente antigua no ha sido implementada de manera masiva hasta
hace 20 años atrás.
Siendo la odontología forense uno de los métodos más efectivos para
la identificación de personas es tan poco usada; por ejemplo a través de una
simple huella de mordedura podemos reconocer quien es el actor de un
crimen, así mismo con la ficha post Mortem y ante Mortem se puede
identificar una persona fallecida. Al igual que por medio de las huellas
labiales o ya bien sea por las rugosidades palatinas.
Por lo tanto es importante realizar un estudio para determinar la
importancia de la odontología forense para la identificación de cadáveres y
las técnicas que utilizan como ayudantes, los medios que utilizan para la
identificación y la efectividad de esta. De igual manera es imprescindible
saber el papel del odontólogo forense en el reconocimiento de cadáveres o
como ayuda para el desenlace algún hecho criminal.
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1.2 Objetivos de la Investigación
1.2.1 Objetivo General
Analizar la importancia de la Odontología Forense en la identificación de
cadáveres.
1.2.2 Objetivos Específicos
Conocer los diversos métodos para la identificación de cadáveres.
Identificar las huellas de las mordeduras humanas.
Evaluar la importancia de la historia clínica dental.
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CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
Morales, V (1997), establece que: “El marco teórico puede
iniciarse adecuadamente con revisión de las investigaciones y de los
estudios teóricos relacionados con el problema planteado” (p. 13),
destacando su conveniencia, ya que no existe un campo de conocimiento
completamente nuevo o inexplorado, siempre existe algún otro investigador
que haya realizado un estudios sobre algunas de las variables que interviene
en la investigación.
2.1 Antecedentes Históricos
La utilización de la identificación dental se reporta en casos aislados a
través de la historia escrita.
La literatura indica que uno de los primeros casos reportados de
identificación dental data del año 2500 A.C. cuando dos molares unidos por
una barra de oro fueron encontrados por el investigador Junker en una tumba
localizada en Giza (Harvey, 1966).
También es conocido el caso histórico del reconocimiento de la
esposa de Nerón por medios dentales en el año 66 D.C. (Moin y Federic,
1988).
En el año 1849, por primera vez, la evidencia dental fue aceptada por
una corte de los Estados Unidos en el conocido caso Webster-Parkman. El
reconocimiento del cadáver desmembrado y parcialmente quemado del Dr.
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Parkman fue llevado a cabo por su dentista por medio de una prótesis dental
de oro que éste le había encargado (Woolridge, 1980).
En el año 1898, el Dr. Oscar Amoedo fue el autor del primer libro de
odontología forense. Su publicación tuvo reconocimiento a nivel mundial a tal
punto que el autor es reconocido como el “padre de la odontología forense”
(Martínez y Casas, 1993).
Uno de los primeros casos documentados sobre la utilización de una
marca de mordida como evidencia en la corte fue en el año 1906 en los
tribunales de Cumberland en Carlisle, USA. Este caso involucró la
identificación y la subsecuente condena de un ladrón por medio de una
marca de mordida de éste en un trozo de queso (Kirkland, 1987).
En la década de 1960, se comenzó en los Estados Unidos a organizar
personal y formar equipos dentales para casos de desastre (Warwick, 1987).
En Latinoamérica, se puede citar como antecedentes relevantes el
caso del Dr. Rodríguez Cao, legista del Instituto de Medicina Legal de Río de
Janeiro. En 1919 él encontró en el bosque un cadáver en avanzado estado
de descomposición. En la boca presentaba una prótesis que consistía en un
puente con dos incisivos, uno central derecho y otro lateral izquierdo. Se
publicaron fotos de dicha prótesis y luego de un tiempo, se presentó un
odontólogo alemán a la Jefatura de policía diciendo reconocer el trabajo
dental publicado, el cual fue realizado por él mismo al ciudadano alemán
Alfredo Sheneck. Gracias a su reconocimiento se pudo llegar a esclarecer el
caso.
En 1920, la Federación Odontológica Latinoamericana, en
Montevideo, pidió que se agregara la ficha dentaria a los documentos
identificatorios. En ese mismo año publica en Argentina el Dr. Ubaldo Carrea
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sus ensayos odontométricos y se crea también en Buenos Aires la cátedra
de Odontología Legal.
El Dr. Armando López de León, guatemalteco, publicó en 1924 su libro
titulado “Odontoantropometría” en el que destaca el sistema de identificación
por medio de rugas palatinas, conocido como Rugograma o Rugaloscopia. El
Dr. López pidió que se declarara a la Odontología Forense como Ciencia
Autónoma, reconocida por el Congreso, en el Primer Congreso de
Odontología Legal realizado en Cuba en 1946 (Bustamante, 1988).
En 1937, el Dr. Carrea en colaboración con López de León, crea su
propio sistema rugoscópico. En 1946, se celebró el primer Congreso
Panamericano de Medicina y Odontología Legal y Criminología en La
Habana.
En 1961 se crea la Sociedad Escandinava de Odontología Forense,
por el Dr. Soren K. Nielsen, quien publicó un trabajo denominado
“Queiloscopia”, donde explicaba la identificación por las huellas labiales.
Pero, es a partir de los años cincuenta cuando la odontología forense
cobra vital importancia en el reconocimiento de víctimas de accidentes
aéreos y grandes catástrofes.
2.2 Antecedentes Bibliográficos
Gómez y Maldonado (2013) en su trabajo “Odontología Legal: Su
Importancia y Evolución”, concluyen que el rol de la odontología forense es
de fundamental importancia en los casos de identificación, donde no se
pueden utilizar otros métodos. Esto se debe a la gran resistencia tafonómica
de las piezas dentarias (paso del tiempo, pH, humedad, salinidad) y a las
altas temperaturas. Asimismo los materiales dentales y los materiales con
que están confeccionadas las prótesis, tienen también gran resistencia a los
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agentes externos, además de ser altamente distintivos en cada persona y
característicos de cada profesional. En cuanto a los profesionales
odontólogos es importante que tomen conciencia de lo útil que es realizar
una buena historia clínica rica en detalles, con descripciones claras y
adoptando un sistema unificado de confección del odontograma. La
indicación de radiografías panorámicas para control, debería ser una práctica
habitual, no sólo para descartar patologías sino también pensando en una
futura identificación. Las fotos, modelos de estudio y las radiografías
periapicales son datos de valor inimaginable que no deben dejarse de lado ni
creer que realizarlas sea una pérdida de tiempo, ya que no se sabe cuándo
se pueden poner a disposición de la justicia.
Marín y Moreno, en su trabajo “Odontología Forense: Identificación
Odontológica. Reporte de dos casos” (2003) resaltaron la importancia de la
odontología forense dentro del campo de las ciencias forenses en los
procesos de identificación de cadáveres y restos humanos cuyo
reconocimiento visual era poco fiable debido a las alteraciones sufridas por
los cuerpos. De igual forma, exaltaron la importancia de la historia clínica
odontológica y su respectiva carta dental o historia clínica odontolegal, las
cuales cuando sean solicitadas por la autoridad competente (Fiscalía y
jueces) deben proporcionar la mayor cantidad de características e
información antemortem de un individuo para que el odontólogo forense
realice un cotejo con los registros postmortem y procure una identificación
positiva.
Manes (s.f.) publicó el trabajo titulado “La importancia de las huellas
de mordeduras en las ciencias forenses” en el que da cuenta del valor
probatorio que pueden llegar a tener las huellas de mordedura encontradas
en la escena de un crimen. En tal sentido, efectuó una revisión de los aportes
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proporcionados por las ciencias forenses relacionadas con esta temática,
como por ejemplo la odontología forense y la veterinaria legal. Asimismo,
realizó una caracterización de los distintos tipos de mordeduras, como así
también de los diversos métodos y técnicas que se encuentran vigentes para
su levantamiento y posterior análisis. En este aspecto destaca cómo debe
actuar el perito forense en el lugar del hecho para poder luego, elaborar un
informe fidedigno. Por último, incluye a modo de ejemplo, cuales son los
casos más habituales en los que aparecen las mordeduras, en qué
circunstancias se dan este tipo de lesiones y a qué parte de la población
afectan mayormente. Para ello, agregó una serie de noticias periodísticas
que dan cuenta de la problemática en cuestión.
2.3 Fundamentos Teóricos
Los dientes ofrecen mucha información para la comparación de los
datos antemortem con los postmortem.
En primer lugar, porque al estar, en parte, formados por el tejido más
duro del cuerpo humano (el esmalte); por la relación forma--tamaño de su
anatomía y por la protección física que encuentran sus raíces al estar
enclavadas en los huesos maxilar superior y mandíbula, con gran frecuencia
aparece como única fuente de información prácticamente intacta
En segundo lugar, la gran estabilidad evolutiva que poseen sus
coronas, sigue un modelo poligénico que aunque actualmente es
desconocido, se manifiesta en algunos caracteres morfológicos de
importancia poblacional6 (ejemplo: alta frecuencia de dientes en forma de
pala en el grupo racial mongoloide).
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Y por último, porque de todas las estructuras duras de origen
mesodérmico, los dientes son los únicos que en el sujeto en vida se
encuentran en contacto directo con el medio ambiente, por lo que algunas
actividades económicas e inclusive culturales del hombre, pueden dejar
"huellas" que unidas a los tratamientos odontológicos son de gran utilidad
para establecer la identidad de una persona.
Las condiciones físicas de los cuerpos de las víctimas en los
desastres masivos pueden ser variables, sin embargo,la aplicación de
técnicas propias de la Estomatología Forense son en esencia las mismas
usadas en las identificaciones de "rutina" de un cadáver en situaciones
normales.
Lo que distingue el trabajo de los odontólogos forenses en tales
circunstancias (al igual que al resto de los expertos) son los aspectos
organizativos concernientes a la integración en un grupo multidisciplinario; no
obstante la mayor relación la guarde con los antropólogos forenses.
Las estimaciones de la estatura, del sexo, la edad y el grupo racial
constituyen los elementos básicos en la identificación humana, al extremo de
que estas variables son conocidas como las "cuatro grandes".
No hay ningún método eficiente para estimar la estatura a partir de
alguna estructura ósea del cráneo.
Estimación De La EdadExiste una gran correlación entre la edad cronológica y la edad
biológica; por esa razón, la segunda es utilizada para estimar a la primera
que es en definitiva la que se requiere como elemento de trabajo en la
identificación médico legal.
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La maduración dentaria principalmente y el brote de los dientes son
los recursos más eficientes para estimar la edad en niños pequeños y en
subadultos y puede ser de gran ayuda el estado de calificación de los
terceros molares en individuos con menos de 25 años de edad.
Gustafson propuso un método para la estimación de la edad en
adultos en el que utiliza una ecuación de regresión lineal múltiple, donde
aparece un grupo de variables y da un sistema de puntuaciones para los
valores que pueden tomar cada una de ellas. Sin embargo, esto ha sido muy
discutido y no son pocos los autores que han destacado que solamente el
grado de translucidez de la dentina puede dar información al respecto.
Determinación del Sexo y la Raza
La determinación de las variables sexo y raza presentan una gran
dependencia metodológica, pues generalmente en los métodos y modelos
estadístico-matemáticos empleados se consideran las variaciones de una
con respecto a la otra.
Aunque existen regiones anatómicas capaces de brindar mayor
información y por lo tanto, proporcionar técnicas más eficientes, los dientes y
maxilares pueden usarse con estos fines, sobre todo, en cadáveres muy
fragmentados o carbonizados.
Determinación de la Nacionalidad
Los materiales usados en las reconstrucciones dentales, aparatos
prótesis y ortodóncicos y en otros tratamientos propios de la Estomatología,
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no siempre son los mismos en distintos países. Además, pueden encontrarse
técnicas o "estilos" diferentes en los diseños y procedimientos.
También, y como elemento de ornamentación más que terapéutico, en
algunos humanos se practican variantes ornamentales que alteran
estéticamente a los dientes anteriores.
En consecuencia, estas diferencias pueden aprovecharse en el intento
de clasificar a los cadáveres de acuerdo con el país de origen. Tal
posibilidad, como puede entenderse, proporciona un magnífico recurso en la
identificación masiva de víctimas por desastres aéreos y adquieren mayor
importancia en aquellas situaciones en que ya sea por insuficiencia de
información u otra razón, no sea posible la identificación absoluta de todos
los fallecidos.
La Historia Clínica Dental
El método general en identificación forense consiste en la
comparación de los datos premortem con los posmortem; por lo tanto es una
premisa imprescindible que sea factible la recolección de información
necesaria del sujeto en vida (presunta identidad). Así, la historia clínica
dental, ofrece un excelente registro de los "trabajos dentales" presentes en
un paciente, muy útiles como datos particulares de la identidad.
Debe investigarse si existen historias clínicas de especialidades de
estomatología de las presuntas identidades cuestionadas, pues el valor de
estos datos es inestimable y en muchos casos suficientes para la
identificación positiva o absoluta de un individuo.
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El Dentigrama u Odontograma
El dentigrama u odontograma constituye fundamentalmente un
documento de trabajo que generalmente se incluye en la historia clínica de
operatoria dental, por medio del cual el estomatólogo registra mediante
símbolos los tratamientos y afecciones presentes en la dentadura de un
paciente.
Este diagrama es la forma más universalmente difundida de registro
usado por los dentistas. Desafortunadamente, no se ha adoptado un sistema
único de representación y ello puede en ocasiones conducir a errores, y aún
más cuando el trabajo médico legal recaiga en extranjeros. Es recomendable
en estos casos informarse al respecto con las autoridades correspondientes.
Alteraciones de los Tejidos Blandos
Los tejidos blandos de la cavidad bucal también pueden ofrecer
información acerca de la identidad de una persona, por ello, el examen
estomatológico deberá incluir estas investigaciones. En ocasiones la
presencia de tatuajes en la mucosa oral u otras anomalías son suficientes
para establecer una identificación positiva o absoluta de la presunta víctima.
Necropsia Bucal
El elevado número de cadáveres y las circunstancias de muerte en los
desastres masivos, conlleva a que el rigor mortis no permita el acceso
adecuado a la cavidad bucal, por lo que estará indicada la remoción de los
maxilares, mediante la necropsia bucal. La aplicación de esta técnica
posibilita no sólo el no dañar a los dientes y las restauraciones con
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manipulaciones forzadas, sino además, una mejor visualización para el
examen forense, poder observar los huesos del maxilar superior y mandíbula
después de la eliminación de los tejidos blandos y que sea más fácil el
estudio radiográfico.
Para determinar la edad en niños y subadultos la necropsia incluirá las
extracciones de dientes y folículos para así analizar directamente el grado de
clasificación en que se encuentran.
El Estudio Radiográfico
El estudio radiográfico forense constituye un medio inestimable en la
detección de enfermedades dentomaxilares, caries proximales, tratamientos
pulporradiculares, dientes retenidos, etc.
El examen clínico estomatológico de los pacientes incluye con mucha
frecuencia al radiográfico, que se anexa a la historia clínica dental.
Los datos pre y postmortem, permiten la comparación de las formas y
contornos de las restauraciones y de los senos maxilares y frontales, y por
supuesto, la técnica radiológica con fines de identificación forense nos será
muy útil en la estimación de la edad atendiendo a los estadios de maduración
dentaria durante las dos primeras décadas de vida.
El Estudio Fotográfico
El uso de fotografías como medio de conservación gráfica de las
evidencias particulares de un cadáver (identificadores), requiere una atención
especial por parte del estomatólogo forense por la importancia documental y
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testimonial que adquieren. Siempre que se practique la necropsia el trabajo
fotográfico esmerado deberá tenerse como una máxima.
Procesamiento Automatizado
Aunque el estudio comparativo de las evidencias estomatognáticas conlleva
ineludiblemente al análisis e interpretación de los datos de forma personal
por parte de los peritos, cuando se trabaja con mucha información, como
sucede en los desastres masivos, el procesamiento automatizado por
programas computarizados diseñados al respecto, se convierte en una
magnífica herramienta para la gestión de datos, por lo que viabiliza la fluidez
y organización del proceso de identificación y en consecuencia, disminuye
considerablemente el tiempo útil y aumenta la capacidad de trabajo del
personal calificado. Con esta intención se han aplicado programas de
computación en estomatología forense para la identificación masiva de
cadáveres; el programa CADMI (EE.UU.) es el más ampliamente divulgado
en el continente americano.
Áreas de las que se Auxilia la Odontología Forense
Antropología Humana
Tanatología
Anatomía Humana
Anatomía Dental.
Medicina Forense
Neuropsiquiatría Forense
Balística Forense
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Etnología
MORDEDURAS: DEFINICIÓN Y CLASIFICACIÓN
Las mordeduras, según Vázquez Fanego (2003), son lesiones
contusas o incisocontusas, que en algunos casos son acompañadas por
arrancamiento, producidas por las piezas dentarias en distintas partes del
cuerpo. Pueden ser intencionales, pero también pueden funcionar como
arma de ataque o de defensa. En estos casos, existen diferencias con
respecto a las zonas anatómicas en donde se producen. Las marcas de
mordida son causadas por uno o varios dientes solos o en combinación con
otras partes de la boca. Pueden estudiarse en la piel de la víctima o en la del
agresor y en restos de comida localizados en el lugar del crimen.
La mordedura es el medio de lucha, tanto en la agresión como en la
defensa, de los animales carnívoros. Pero el hombre, también, cuando
carece de armas y necesita atacar o defenderse recurre a la utilización de
sus dientes.
“Cuando un individuo es atacado por otro trata de interponer su antebrazo entre él y su agresor, de modo que le sirva de protección y de palanca de fuerza para apartarlo. En ese instante en que la víctima presenta el borde cubital o defensivo del antebrazo, si el que ataca tiene ocupadas sus manos en otra acción ofensiva, recurrirá a la mordedura como medio para oponerse al esfuerzo de su víctima. En otras oportunidades el agresor trata de estrangular o sofocar a su víctima y ésta usa la mordedura como medio defensivo”. (Achával, 1962. p.249).
La utilización de las mordeduras dentro de la medicina legal y de la
criminología resulta eficaz a la hora de determinar si se ha cometido maltrato
infantil, delito sexual, sabotaje. También pueden ayudar a descubrir la
presencia o no de una determinada persona en la escena del crimen, y como
decíamos en el capítulo anterior, son fundamentales para realizar trabajos de
identificación humana.
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Las mordeduras pueden clasificarse dentro de dos grandes grupos: Las
mordeduras verdaderas, es decir las que son causadas por dientes, y las
falsas mordeduras como las descriptas por Carrara, o seudomordeduras. A
continuación describimos la clasificación hecha por Achával:
de ofensa
Agresivas por sadismo
por masoquismo
Humanas Defensivas
Accidentales
Transicionales en erotismo
a) Verdaderas accidentales
Carnívoros agresiva
defensiva
Animales
accidental
Herbívoros agresiva
defensiva
b) Falsas o mordeduras de Carrara
Uno de los caracteres de diferenciación entre la mordedura humana y
la animal es que la mordedura humana es producida en zonas descubiertas
del cuerpo, es decir, en donde no hay ropas. Las mordeduras ofensivas
tienden no sólo a lesionar sino a “marcar”, por lo que con alguna frecuencia
ciertas deformaciones del rostro tienen su origen en ataques efectuados con
los dientes. Las defensivas se dan generalmente durante riñas, tienden casi
siempre a protegerse de un golpe, un arma o de una compresión torácica, y
se localizan en las manos, las piernas, y sobre todo en los antebrazos.
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Las mordeduras llamadas transicionales en erotismo en general se
asientan en los labios, senos, partes genitales o regiones paragenitales y en
la cara interna de los muslos.
Los animales muerden indiferentemente zonas vestidas o
descubiertas. Además, para hacer una diferenciación entre mordeduras
humanas y animales hay que tener en cuenta las diferencias de implantación
dentaria.
Otras clasificaciones sobre mordeduras se refieren a diferentes
particularidades de las mismas, como por ejemplo, el hecho de si son
mordeduras totales o parciales. Las totales son aquellas donde la arcada
superior e inferior se unen desprendiendo una porción de la superficie
huelloreceptora. Las parciales son aquellas donde el movimiento de las
mordida se detiene por algún factor determinante y queda generalmente en
la superficie del instrumento huelloreceptor la impresión volumétrica de
ambas arcadas dentarias. Las primeras son huellas dinámicas en las que la
disposición de los trazos responden a la amplitud del ángulo de encuentro de
la superficie de trabajo de los dientes, mientras que las últimas pueden ser
superficiales (por ejemplo hematomas) o volumétricas (en las que se reflejan
las características del área de contacto de las diferentes piezas dentarias).
(Correa y Cobo, 2001).
Dentro de las mordeduras humanas también se puede encontrar la
siguiente clasificación:
Genuina: el agresor clava sus dientes en la víctima pudiendo producir
heridas por punción, desgarros o desprendimientos de tejidos,
particularmente en el lóbulo de la oreja, lengua o pirámide nasal.
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Automordedura: generalmente de lengua o labios, que suelen
acontecer en caídas o crisis convulsivas. Aquí cabe mencionar también las
mordeduras provocadas por automutilación, de evidente contenido
psicopático o psicótico (Bonnet, 1967. p.116). La mordedura autoinferida se
observa en el Síndrome de Lesch Nylan. Se trata de una manifestación
mórbida transmitida recesivamente y de herencia cruzada que se manifiesta
entre otro signo por la inestabilidad de dolor y mutilación al morderse los
labios. Es una enfermedad rara y generalmente afecta a los niños y adultos
que han sufrido abuso sexual. Estas personas pueden morderse sus propios
brazos o manos ante la angustia y tratando de evitar gritar mientras son
traumatizados.
Las lesiones por puñetazos: deben ser consideradas como
mordeduras, con abrasión y laceración de los nudillos y las manos.
No podemos dejar de recalcar que un tipo muy común de mordedura
es la que ocurre entre los niños, generalmente representan una forma de
expresión cuando existe falta de comunicación entre ellos. Es frecuente ver
este tipo de lesiones durante juegos o competencias deportivas, ocurren, en
muchos casos, en centros o guarderías infantiles.
Con respecto a las lesiones provocadas por mordeduras, ya sean
humanas o animales, además de la lesión en sí misma, trae aparejada
complicaciones relacionadas con diversas infecciones. A través de una lesión
por mordedura se pueden transmitir infecciones como: tétano, sífilis,
actinomicosis y algunas de responsabilidad de estafilococo y estreptococo.
Asimismo, es posible la transmisión de enfermedades virales como la
hepatitis B, herpes simple, y citomegalovirus, entre otros. En cuanto a los
animales, específicamente, la complicación infecciosa más seria que podría
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producirse es la rabia. Por este motivo se trata siempre en todos los casos,
de identificar al animal responsable.
IDENTIFICACION DE HUELLAS DE MORDEDURAS
1) En primer lugar habrá que asegurarse si la huella dejada pertenece a una
verdadera mordedura o si se trata de otro tipo de huella.
Caballo: 2 (I 3/3 C 1/1 P 3 ó 4/3 M 3/3) = 40 o 42.
Buey: 2 ( I 0/4 C 0/0 P 3/3 M 3/3 ) = 32.
Cerdo: 2 (I 3/3 C 1/1 P 4/4 M 3/3) = 44.
Perro: 2 (I 3/3 C 1/1 P 4/4 M 2/3) = 42.
Cada fórmula responde a la clasificación de los dientes de acuerdo
con su forma y ubicación como sigue:
· Incisivos: están situados delante e implantados en el premaxilar y la
mandíbula.
· Caninos: están situados un poco más atrás e interrumpen el espacio
intralveolar.
· Premolares y molares: constituyen los lados de la arcada dental. Los
premolares se hallan en primer término.
· Como los dientes de los dos lados de la mandíbula o quijadas son
normalmente iguales, lo mismo en número que en carácter, la dentición
completa puede expresarse en una fórmula, que en el hombre es:
2 (I 2/2 C 1/1 P 2/2 M 3/3) = 32
Las letras indican la clase de dientes y las cifras situadas encima y
debajo de la línea dan el número de dientes en cada lado de la mandíbula
inferior y superior. Es por ello que la confrontación de las características
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generales de una huella de diente con las fórmulas conocidas de cada
animal nos puede ayudar a identificar la especie de procedencia (Correa y
Cobo, 2001).
3) Si es animal observar si es pequeño o grande.
4) Si la mordedura es estimulada.
5) Localización topográfica en el cuerpo: cuando las mordeduras son
efectuadas como una acción de ataque durante una riña, es muy común que
las lesiones aparezcan en nariz, orejas, mejillas, labios y cara posterior del
tórax. En el caso de los delitos sexuales existe una diferenciación de
localización entre heterosexuales y homosexuales. En los primeros, la
ubicación de la lesión será en las mamas, muslos, glúteos, clítoris y pene. En
los segundos, la localización suele estar en el dorso, brazos, hombros, axilas
y escroto. Cuando las lesiones por mordeduras se efectúan con el fin de
agredir a un menor, las mismas se encuentran en partes ocultas del cuerpo,
ya que el agresor lo que busca es disfrazarlas y simularlas para que no se
entere el entorno. Las marcas pueden aparecer en el tórax, espalda, glúteos,
abdomen, genitales, mucosa oral y en general suelen asociarse a otras
lesiones y a diferentes tiempos de producción.
6) Características de la mordida: el tipo más característico de modelo de
marcas de mordida es aquel en el cual la marca dejada es del conjunto de
dientes e impresionan ambas arcadas. En estos casos se pueden observar
diversas modalidades: redondas, ovoides, o elípticas. Asimismo varían los
arcos que pueden ser cuadrados, afilados o de forma triangular. Existe la
posibilidad de que un solo arco contacte con la superficie, en este caso, se
formará una media luna. En cuanto a su medida, podemos decir que la
mayor dimensión de una marca de mordida humana adulta no excede de 4
cm.
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Según el Dr. Jaime Mery (2007):
“Las características clásicas de un modelo de mordida son generadas por grupos de dientes específicos. La dinámica de la oclusión y funciones musculares deben ser consideradas y pueden incidir en la marca de mordida. Las radiaciones pueden ser por mal oclusión, movilidad dentaria individual asociada con enfermedad dental y por movimientos de la musculatura facial al morder. La mal oclusión II puede determinar que las superficies palatinas de los dientes superiores anteriores contacten antes que sus bordes incisales con el material mordido, resultando impresiones en forma de escudo producidas por las superficies palatinas en la marca de mordida, en lugar del patrón rectangular habitual asociado con estos dientes. Fuerzas musculares aberrantes asociadas con el empuje de la lengua pueden alterar el trayecto con el diente que hace contacto con la superficie mordida”.
Además de estas cuestiones se debe prestar atención a las
características del conjunto, es decir, cual es la disposición de las arcadas
dentarias, si es curva, trapezoidal o triangular y ver si las marcas pertenecen
al conjunto de los dientes o si falta la marca de alguna pieza dentaria. Por
otro lado están las características individuales, que se relacionan con ciertas
anomalías en forma y volumen, número de dientes que han dejado impronta,
alineación de las piezas impresionadas, etc.
Es interesante resaltar que no siempre se podrán observar con
precisión las marcas dejadas por una mordida. Algunas veces sólo queda
una contusión que se extiende a los tejidos vecinos, lo que dificulta la
mensura de la lesión en sí.
7) Si hay continuidad en el trazo: cuando el sujeto está vivo, en el caso de
mordeduras superficiales, no se encuentra solución de continuidad en la piel
del individuo, pero se puede diferenciar un heritema o hematoma si se
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produce una hemorragia subcutánea, con cambios de coloración según el
paso de los días.
8) Si es profunda o superficial, potencia de mordida: cuando la intensidad de
la lesión es mayor, quedará marcada la arcada dentaria en la piel
imprimiendo sus características, permitiendo así identificar al agresión por la
comparación de su arcada dentaria.
9) Si la mordida fue producida en vida o post mortem:
Las lesiones anteriores a la muerte presentan las siguientes
características:
a) Las equimosis antiguas se encuentran en vías de reparación.
b) En las causadas inmediatamente antes de la muerte se advierte lo
siguiente:
1- si el traumatismo ha sido muy débil, la coloración de los tegumentos no se
produce.
2- si el traumatismo es violento y hay hemorragia profunda, se puede
provocar un embolsamiento sanguíneo, y es posible que los tegumentos
lleguen a romperse y se produzca una extravasación al exterior.
3- en un caso de violencia mayor, puede haber desgarramiento de los
tejidos, separándose incluso, el fragmento (ejemplo: lóbulo de la oreja). Si la
herida produce un estiramiento de vasos, estos sangran débilmente.
4- el hecho de que aparezca un micro coágulo sobre la herida nos habla del
principio de la reorganización de los tejidos lesionados, este coágulo se
adhiere a las paredes fuertemente y se despega con dificultad con el lavado
de la herida.
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5- si hay retracción de los tejidos, la herida es vital. La retracción es máxima
si la herida es perpendicular a las fibras elásticas. Esta propiedad
desaparece con la muerte, aunque en algunos casos se mantiene la
retracción hística durante un breve período.
6- el aspecto histológico advierte una desaparición de la estructura hística,
existencia de una lámina de glóbulos rojos (infiltración), y tejido fibroso
(coagulación). Este proceso culmina con una cicatrización más o menos
avanzada según la producción de la muerte.
En cambio en las lesiones post mortem las heridas responden, en la
mayor parte de los casos, a agresiones sexuales de individuos psicóticos,
también coinciden con sentimientos de venganza en el ánimo del criminal
que muerde a su víctima creyéndola aún viva. Las características de estas
mordeduras son:
a) Ausencia de hemorragia.
b) Ausencia de coagulación.
c) Ausencia de retracción de los tejidos.
Se llama “período de incertidumbre” al momento inmediato a la
muerte. Para averiguar si las lesiones se han producido antes o después de
la muerte, cuando el estudio morfológico de la herida arroja dudas, se harán
las siguientes pruebas:
1- Reacción leucocitaria: se basa en que toda lesión produce una reacción
inflamatoria, vascular, con producción de edema hístico y un aflujo masivo de
leucocitos que atraviesan la membrana basal de las células endoteliales por
diapédesis. Estas células serán principalmente polimorfonucleares,
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eosinófilos y macrófagos. Por lo tanto, cuando se encuentran en el foco de la
lesión, revelarán que esta fue vital.
2- Cambios en la hemoglobina: mediante pruebas como la reacción de Perls
o la de azul de Prusia, se comprobará si la hemoglobina del foco de la lesión
se transforma en hemosiderina, virando a un azul intenso o verde azulado a
causa de las granulaciones pigmentarias que indican que la lesión fue
provocada en vida.
3- Variación en la trama vascular: los vasos son destruidos y hay formación
de anastomosis, lo cual indica que las lesiones fueron inferidas durante la
vida.
4- Cambios en la actividad enzimática: con pruebas histoquímicas se podrá
demostrar una alteración enzimática en los bordes de una herida provocada
una hora antes de la muerte. La zona central de la lesión presenta una
disminución de la actividad enzimática, poniendo de manifiesto la necrosis
que se está gestando, en tanto la zona periférica muestra un aumento de la
actividad enzimática, como mecanismo de defensa de las células del tejido
conectivo.
5- Alteraciones bioquímicas: pueden aparecer en los bordes de la herida
producida momentos antes de la muerte, siendo de gran utilidad para ello,
determinar la histamina, serotonina, catecolamidas, iones, ácidos nucléicos y
prostaglandinas.
Siempre se ha de tener en cuenta, en la identificación de las marcas
de mordeduras, que las mismas sufren ciertas distorsiones, ya que ni al
producirse, ni con el tiempo, las marcas son estables. En este sentido existen
dos tipos de distorsiones: “La distorsión primaria tiene lugar en el momento
en que se produce la marca de mordida. Está producida por la modificación
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de los tejidos y el movimiento de la misma durante el momento del mordisco.
La distorsión secundaria tiene lugar después de darse la mordedura, y se
produce en los tejidos como consecuencia del paso del tiempo, modificando
las dimensiones y los detalles de la marca” (Labajo, 2006. p.48).
Por todo lo expresado, se puede aseverar que en el estudio de un
caso criminal en donde estén involucradas marcas de mordeduras, se hace
necesario recurrir a una de las tantas ciencias forenses, como lo es la
odontología legal.
Sus aportes pueden resultar claves en la investigación delictiva.
26
CAPÍTULO III
MARCO METODOLÓGICO
3.1 Tipo de investigación
Se realizó un estudio documental y de campo dirigido a demostrar la
importancia del conjunto de métodos usados en la odontología forense
aprobados para la identificación de cadáveres y la posibilidad de selección
de acuerdo a los requerimientos de la información disponible.
Una investigación de campo consiste en la recolección de datos
directamente de la realidad donde ocurren los hechos. Por tanto, este
trabajo fue de campo debido a que se recolectó la información directamente
de estudios efectuados por especialistas en el tema de investigación ya
descrito y, una vez obtenida, se procedió a analizarla y seleccionarla de
acuerdo a su importancia y relevancia.
Según Arias (2010), la investigación documental es aquella que se
basa en la obtención y análisis de datos provenientes de materiales impresos
u otros tipos de documentos, por tanto esto se aplicó al presente estudio ya
que de esta manera fue como se obtuvieron los datos del mismo.
3.2 Población, Muestra y Muestreo.
3.2.1 Población
Para Arias (2010) la población “es un conjunto finito o infinito de
elementos con características comunes para los cuales serán extensivas las
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conclusiones de la investigación” (p. 81) En el caso del presente trabajo, la
población serían todos aquellos individuos objeto de una análisis
odontológico forense y que fueron objeto de estudio por los investigadores
mencionados en el contenido del presente análisis.
3.2.2 Muestra
Para Hernández, Fernández y Baptista, (2008) “una muestra es un
subconjunto de casos o individuos de una población estadística, del cual se
recolectan los datos que deben ser representativos de esa población” (p.
236). Tal como se mencionó en el punto anterior, la muestra serían todos los
individuos sometidos a un examen odontológico forense.
3.2.3. Muestreo
El procedimiento empleado fue la recolección de una cantidad de
información referente al tema de estudio y, una vez sometida a riguroso
análisis, se seleccionaron aquellos trabajos considerados de mayor
relevancia en relación al tema de investigación, como lo es la importancia de
la odontología forense para la identificación de cadáveres.
.
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CAPÍTULO IV
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Una vez analizados y estudiados los diferentes aportes efectuados por
especialistas en el tema, se debe concluir de forma tajante que el rol de la
odontología forense tiene una importancia de primer orden en los casos de
identificación de cadáveres en los que por una u otra causa no se pueden
utilizar otros métodos.
Así mismo, queda demostrada la importancia de la historia clínica
odontológica por cuanto a partir de ella se puede proporcionar la mayor
cantidad de características e información antemortem de un individuo para
que se realice un cotejo con los registros postmortem y procurar, de esta
manera, una identificación positiva.
Del mismo modo, queda claro el valor de las huellas de mordeduras
en las ciencias forenses dado el valor probatorio que pueden llegar a tener
en la escena de un crimen.
Las fotos, modelos de estudio y las radiografías periapicales son, por
tanto, datos de valor incuestionable para la aplicación de justicia como
herramienta probatoria en la identificación, tanto de víctima como de
victimario si fuere el caso.
Se debe recomendar, por tanto, asignarle la merecida y necesaria
importancia legal a la práctica y enseñanza de la odontología forense, ya que
se puede aseverar que en el estudio de un caso criminal en donde estén
involucradas marcas de mordeduras, se hace necesario recurrir a una de las
tantas ciencias forenses, como lo es la odontología legal.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Achával, Alfredo. Manual de medicina legal. Abeledo-Perrot. Buenos Aires. 1962. págs. 248-249.
Arias, F. (2010). El proyecto de investigación. Introducción a la metodología científica. (6a ed.). Caracas: EPISTEME.
Bonnet, Emilio. Medicina legal. Libreros. Buenos Aires. 1967. Págs. 114-116.
Correa Alarcón, F. y Cobo Abreu, A. Veterinaria Legal. Santiago de Cuba. 2001.En:www.produccionbovina.com/legales/11-veterinaria_legal.htm
Hernández, R., Fernández, C. y Baptista, P. (2008). Metodología de la Investigación. (4a ed.). México: McGraw-Hill Interamericana.
Labajo González, M. Elena. Marcas de mordida: últimas técnicas de análisis. En Revista de la Escuela de Medicina Legal. Madrid. Enero de 2006.
Mery A., Jaime. Odontología forense. Huellas de mordeduras.En:http://www.odontologia.uchile.cl/departamentos/patologia/medlegal/apuntes.htm
Vázquez Fanego, . Investigación médico legal de la muerte. Tanatología forense. Astrea. Buenos Aires. 2003. Págs. 258-265.
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