Post on 30-Jun-2015
“INSTITUTO BIBLICO BETEL ANEXO AHUACHAPAN
DE LAS ASAMBLEAS DE DIOS”
MATERIA
“PANORAMA DEL ANTIGUO TESTAMENTO”
ORIENTADOR
OBED OTONIEL CACERES
TAREA
“CRONOLOGÍA EXODO, OFRENDAS, PACTOS Y DIA DE REPOSO”
ALUMNO
MARGARITA IMELDA ASCENCIO AGUIRRE
NURY REBECA RUANO DE VASQUEZ
GILBERT ALFREDO GARCIA CACERES
AHUACHAPÁN, 18 DE MARZO DE 2,011
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INDICE
CONTENIDO PAGINA
1. INTRODUCCION 3
2. OBJETIVOS 4
3. CRONOLOGÍA DEL EXODO 5
4. OFRENDAS 6
5. PACTOS 10
6. DIA DE REPOSO 16
7. CONCLUSIONES 27
8. BIBLIOGRAFIA 28
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INTRODUCCION
En el presente trabajo se dará a conocer una cronología del Exodo del pueblo de Israel, sus lugares y citas bíblicas, también se dará a conocer las ofrendas que menciona el Antiguo Testamento, los pactos de Dios al pueblo de Israel, además del tema del día de reposo.
La materia Panorama del Antiguo Testamento presenta estos temas como base importante para el estudio de la misma.
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OBJETIVOS
Estudiar las citas bíblicas que respaldan el Éxodo del pueblo de Israel en el Antiguo Testamento
Aprender acerca de las ofrendas que el pueblo de Israel ofrecía según el Antiguo Testamento
Analizar los pactos de Dios para el pueblo de Israel en el Antiguo Testamento.
Estudiar el día de reposo según el Antiguo Testamento.
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Cronología del Exodo
1. Ramesés Israel fue sacado de Egipto (Éx. 12; Núm. 33:5).
2. Sucot Después que los hebreos partieron de éste, que fue su primer
campamento, Jehová los guió desde una columna de nube de día y desde una
columna de fuego de noche (Éx. 13:20–22).
3. Pi-hahirot Israel cruzó el Mar Rojo (Éx. 14; Núm. 33:8).
4. Mara El Señor sanó las aguas de Mara (Éx. 15:23–26).
5. Elim Israel acampó junto a las doce fuentes de aguas (Éx. 15:27).
6. Desierto de Sin El Señor mandó maná y codornices para alimentar a Israel (Éx.
16).
7. Refidim Israel luchó contra Amalec (Éx. 17:8–16).
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8. Monte Sinaí (monte Horeb o Jebel Musa) El Señor reveló los Diez
Mandamientos (Éx. 19–20).
9. Desierto de Sinaí Israel construyó el tabernáculo (Éx. 25–30).
10. Campamentos en el desierto Se llamó a setenta ancianos para ayudar a
Moisés en el gobierno del pueblo (Núm. 11:16–17).
11. Ezión-geber Israel atravesó pacíficamente las tierras de Esaú y de Amón
(Deut. 2).
12. Cades-barnea Moisés envió espías a la tierra prometida; Israel se rebeló y no
pudo entrar en la tierra; Cades sirvió de campamento principal para Israel durante
muchos años (Núm. 13:1–3, 17–33; 14; 32:8; Deut. 2:14).
13. Desierto oriental Israel evitó entrar en conflicto con Edom y Moab (Núm.
20:14–21; 22–24).
14. Río Arnón Israel destruyó a los amorreos que lucharon contra él (Deut. 2:24–
37).
15. Monte Nebo Moisés contempló la tierra prometida (Deut. 34:1–4) y pronunció
sus tres últimos discursos (Deut. 1–32).
16. Llanura de Moab Jehová dijo a Israel que dividiera la tierra y echara a sus
habitantes (Núm. 33:50–56).
17. Río Jordán Israel cruzó el río Jordán sobre tierra seca. Cerca de Gilgal se
colocaron piedras del lecho del río Jordán en conmemoración de la división de sus
aguas (Josué 3–5:1).
18. Jericó Los hijos de Israel tomaron la ciudad y la destruyeron (Josué 6).
“LAS OFRENDAS DEL PUEBLO DE ISRAEL”
“Y allí llevaréis vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros
diezmos, y la ofrenda elevada de vuestras manos, vuestros votos, vuestras
ofrendas voluntarias, y las primicias de vuestras vacas y vuestras ovejas”
(Deuteronomio 12:6)
El pueblo de Israel daba a Dios una rica diversidad de ofrendas, todas ellas
incluidas en la ley dada por Dios a través de Moisés. Por ofrendas, debe
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entenderse todo lo que cada hebreo ofrecía a Dios, en dinero o especie, para
cumplir con los diferentes ritos religiosos ordenados por el mismo Señor.
Todas las ofrendas eran traídas solamente a Dios y estaba prohibido ofrecerlas a
dioses ajenos. “El que ofreciere sacrificio a dioses excepto solamente a
Jehová, será muerto” (Éxodo 22:20). Eran llevadas al lugar de adoración y no a
ningún otro lugar: “Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar
que vieres; sino que en el lugar que Jehová escogiere, en una de tus tribus,
allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando”
(Deuteronomio 12:13-14).
El ofrendar para todo judío constituía un acto solemnísimo de adoración. Cada
ofrenda, grande o pequeña, se ofrecía a Dios con mucha reverencia.
1. Holocaustos.
Siempre que se ofrecía un sacrificio por expiación por el pecado, debía ofrecerse
una víctima como holocausto. “Con esto entrará Aarón en el santuario: con un
becerro para expiación, y un carnero para holocausto” (Levítico 16:3). El
holocausto consistía en quemar en forma total la víctima hasta convertirla en
cenizas, las cuales eran rociadas sobre el pecador para santificarlo: “Porque si la
sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra
rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne”
(Hebreos 9:13).
2. Sacrificios.
El sacrificio consistía en la muerte de un animal consagrado para ello. La víctima
era degollada y su sangre era vertida algunas veces en el suelo, otras veces sobre
el altar de bronce, y otras más sobre el pecador. Los israelitas tenían muchos
motivos para ofrecer sacrificios a Jehová. Había sacrificios muy variados pues
dependía del propósito por lo que debía escogerse muy bien el tipo, edad y sexo
del animal (vacuno, ovejuno o caprino) todo de acuerdo a los requisitos de la ley.
Todo sacrificio debía ser ofrecido sobre el altar y solo por los sacerdotes hijos de
Aarón, quedaba prohibido que cualquier persona ofreciera los sacrificios y en
cualquier otra parte.
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Toda víctima que se ofreciera debía ser animal limpio, sano, completamente sin
defecto: “Ninguna cosa en que haya defecto ofreceréis porque no será
acepto por vosotros. Ciego, perniquebrado, mutilado, verrugoso, sarnoso o
roñoso, no ofreceréis éstos a Jehová, ni de ellos pondréis ofrenda encendida
sobre el altar de Jehová” (Levítico 22:20,22).
Los sacrificios podían ser por expiación por el pecado y por la culpa, pero también
había sacrificios de paz, los cuales incluían principalmente los sacrificios por
acciones de gracias.
3. Los Diezmos.
Los judíos debían separar los diezmos, fueren de dinero, de frutos de la tierra
labrada, de animales domésticos y aún de frutos silvestres. Cuando se apartaba el
diezmo de los animales, se consagraba el décimo que pasara bajo la vara por la
puerta del redil y no se fijaba si era bueno o malo, era de Jehová.
Había para el pueblo de Israel gran castigo para quien no diera sus diezmos pues
el fallar era considerado como un robo a Dios “¿Robará el hombre a Dios? Pues
vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En
vuestros diezmos y ofrendas” (Malaquías 3:8).
Sin embargo, para quien cumplía fielmente en dar sus diezmos, había ricas
promesas de bendiciones: “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento
en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os
abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición
hasta que sobreabunde” (Malaquías 3:10).
Los diezmos eran exigidos por Dios para el sustento de los levitas, quienes eran
los que administraban los ritos sagrados en el Tabernáculo. “He aquí yo he dado
a los hijos de Leví todos los diezmos en Israel por heredad, por su
ministerio, por cuanto ellos sirven en el ministerio del tabernáculo de
reunión” (Números 18:21). Los diezmos no eran voluntarios, sino obligatorios
para todo israelita.
4. Las Ofrendas Elevadas.
Cuando un israelita ofrecía un sacrificio de paz o por algún voto o acción de
gracias, parte del cuerpo de la víctima era mecido por él antes de entregarlo al
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sacerdote. Esa porción era para el sacerdote, quien a su vez, debía quemar una
parte y la otra guardarla para sí. La parte que retenía la elevaba también como un
símbolo de consagración, pero podía comerla después: “Y será para Aarón y
para sus hijos como estatuto perpetuo para los hijos de Israel, porque es
ofrenda elevada; y será una ofrenda elevada de los hijos de Israel, de sus
sacrificios de paz, porción de ellos elevada en ofrenda a Jehová” (Éxodo
29:28).
5. Votos.
Las ofrendas por los votos eran cuando se dedicaba algo al Señor en forma
especial como cuando Salomón dedicó el templo “Y ofreció Salomón sacrificios
de paz, los cuales ofreció a Jehová... así dedicaron el rey y todos los hijos de
Israel la casa de Jehová” (1 Reyes 8:63). También cuando se dedicaba alguna
persona al Señor “Y matando el becerro, trajeron el niño a Elí” (1 Samuel
1:25). Asimismo, cuando alguien hacía una promesa al Señor, al cumplirla, debía
dar una ofrenda. “Más si el sacrificio de su ofrenda fuere voto, o voluntario,
será comido en el día que ofreciere su sacrificio...” (Levítico 7:16).
6. Ofrendas Voluntarias.
Éstas se ofrecían a Jehová cuando había necesidad de hacer algún esfuerzo
especial para alcanzar algún objetivo. Cuando la construcción del tabernáculo, se
solicitaron ofrendas especiales voluntarias “De los hijos de Israel, así hombres
como mujeres, todos los que tuvieron corazón voluntario... trajeron ofrenda
voluntaria a Jehová” (Éxodo 35:29). Para la construcción del templo, David
también invitó al pueblo a traer ofrenda voluntaria “... ¿Y quién quiere hacer hoy
ofrenda voluntaria a Jehová?” (1 Crónicas 29:5).
7. Las Primicias.
Es decir, los primeros frutos. Éstos podían ser en dinero, en frutos de la tierra, de
los animales, del campo y aún de las personas, pues el primer hijo pertenecía a
Jehová. Había una fiesta para dar gracias a Dios por los primeros frutos de las
cosechas, se llamaba la gavilla de las primicias, donde el pueblo entonaba el
salmo 47. Las primicias también eran para el sostenimiento de los levitas y
sacerdotes que ministraban en el santuario y eran obligatorias para los hebreos.
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No es posible calcular el monto por persona o por familia de todas estas ofrendas.
Ellos cumplían porque estaban bajo la ley. Hoy nosotros no estamos bajo la ley,
sino bajo la gracia. Si ésta es superior a la ley, entonces nuestras ofrendas deben
ser tambien superiores.
Los Pactos Bíblicos
Introducción: Los pactos contenidos en las Escrituras son de importancia
primaria para todo estudioso de la Biblia. Estos pactos deben estudiarse
profundamente para comprender mejor los tratos de Dios a través de ellos.
I. ¿Qué es un pacto?
Si consultamos una concordancia bíblica, se verá que la palabra pacto ocurre con
frecuencia tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Se usa para indicar
las relaciones entre Dios y el hombre, entre el hombre y hombre, entre nación y
nación. Algunos ejemplos los hallamos en los siguientes pasajes: (Gén. 21:31-32;
Gén. 26:28;1 Sam. 18:3-4; Oseas 12:1)
II. Las Escrituras también contienen referencias a cuatro pactos mayores.
Todos estos pactos fueron hechos por Dios con los hombres. Estos pactos los
encontramos en: (1) Gén. 15:17-21; (2) Deut. 30:1-10 se encuentra expresado
aqui un pacto; (3) 2 Sam. 7:10-16 aqui se ve expresado también un pacto de Dios
y el rey David; y (4) Jer. 31:31-40). Los pactos de Dios se pueden definir de la
siguiente manera: "Una disposición soberana de Dios, por la cual El establece un
convenio incondicional o declarativo con el hombre, obligándose a Sí mismo,
mediante la gracia, por la fórmula libre "Yo", a conceder bendiciones definidas a
aquellos con quienes ha pactado".
III. Naturaleza de los pactos.
Hay ciertos hechos que deben observarse en relación con los pactos en los cuales
Dios ha participado. 1. Primero que todo, estos pactos son pactos literales y deben
interpretarse literalmente. 2. En segundo lugar estos pactos son eternos. Todos
los pactos de Israel son llamados eternos, excepto el pacto Mosaico que se
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declara temporal, esto es, que continuaría sólo hasta la venida de la simiente
prometida (Gál. 3:19, 23-26). El pacto Abrahámico se llama "eterno" en Génesis
17:7,13,19; 1 Cró. 16:16-17; Sal. 105:8-11; El pacto Palestino es llamado "eterno"
en Ezequiel 16:60; el pacto Davídico se llama "eterno" en 2 Sam. 23:5; Isaías
55:3; y Ezeq. 37:25; y El Nuevo Pacto se llama "eterno" en Jer. 32:40; 50:5; y Heb.
13:20. Y 3. Estos pactos fueron hechos con un pueblo de pactos, Israel. En
Romanos 9:4, Pablo declara que la nación de Israel había recibido pactos del
Señor. En Efesios 2:11-13, él declara, a la inversa, que los gentiles no han
recibido ninguno de tales pactos y por consiguiente no gozan de las relaciones de
esos pactos con Dios. Estos dos pasajes nos muestran negativamente que los
gentiles no gozaban de las relaciones de esos pactos y, positivamente, que Dios
había entrado en relaciones de pactos con Israel. Pero en Cristo, los gentiles han
llegado a ser participantes del Nuevo Pacto, y por consiguiente; de las bendiciones
del mismo.
El Pacto Abrahámico
Introducción: El primero de los cuatro grandes pactos hechos por Dios con la
nación de Israel fue el Pacto Abrahámico. Las Escrituras abundan en referencias
al pacto que Dios hizo con Abraham. Este pacto tiene una influencia importante
sobre la Doctrina de la Salvación por Jesucristo. Pablo, escribiendo a los gálatas,
dice que los creyentes entran en las bendiciones prometidas a Abraham. Se
puede decir que este pacto es la base de los demás pactos. Las promesas de
tierra del pacto Abrahámico se desarrollan en el Pacto Palestino, las promesas
acerca de la simiente se desarrollan en el Pacto Davídico, y las promesas de
bendiciones se desarrollan en el Nuevo Pacto.
I. Provisiones del Pacto Abrahámico
El pacto hecho con Abraham en Génesis 12:1-3, y confirmado y ampliado a él en
Génesis 12:6-7; 13:14-17; 15:1-21; 17:1-14; 22:15-18, daba derecho a ciertas
promesas. Estas se han resumido así: 1. Que el nombre de Abraham sería
engrandecido; 2. Que una nación saldría de él; 3. El sería una bendición tan
grande que en él serían benditas todas las familias de la tierra (esto es a través de
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su simiente, que es Cristo); 4. A él personalmente ("a Tí") y a su simiente se daría
Palestina como herencia para siempre; 5. La multitud de su simiente sería como el
polvo de la tierra; 6. que quien quiera que lo bendijera sería bendito, y quienquiera
que lo maldijera sería maldito; 7. El sería el padre de muchas naciones; 8. Reyes
procederían de él; 9. El pacto sería perpetuo, "un pacto sempiterno"; 10. Dios
sería un Dios para él y para su simiente; 11. Su simiente poseería la puerta de sus
enemigos.
II. Carácter del Pacto Abrahámico.
a) Es un pacto Literal de bendiciones materiales. Parcialmente se cumplió en
Abraham, se nos dice que fue bendecido personalmente en cosas temporales: 1.
El tuvo tierras (Gn. 13:14, 15, 17); 2. tuvo siervos (Gn. 15:7); 3. tuvo mucho
ganado, plata y oro (Gn. 13:2; 24:34-35)
b) Es un pacto de bendiciones espirituales: 1. el tuvo una vida feliz de separación
para Dios (Gn. 13:8; 14:22-23); 2. disfrutó de una vida preciosa de comunión con
Dios (Gn. 13:18); 3. tuvo una vida de oración (Gn. 28:23-33); 4. fue sostenido
constantemente por Dios (Gn. 21:220; 5. poseía la paz y la confianza que
provienen de una vida obediente a Dios (Gn. 22:5, 8, 10, 12, 16-18).
c) Las bendiciones asi como las maldiciones se han dado de acuerdo al trato que
ha recibido la nación judía. La historia confirma el hecho de que las naciones que
han perseguido a Israel , aun cuando la persecución misma fuera en cumplimiento
de la disciplina de Dios, han sido castigadas por tener que ver con la simiente de
Abraham. Esto ha sido verdad tanto en las bendiciones como en las maldiciones
en el caso de la matanza de los reyes (Gn. 14:12-16); en el caso de Melquisedec
(Gn. 14:18-20) Abimelec (Gn. 20:2-18; 21:22-34); sobre naciones enemigas y
amigas de Israel (Dt. 30:7; Mat. 25:40-45)
El Pacto Abrahámico y su Cumplimiento Profético
Introducción: El Pacto Abrahámico se cumplirá plenamente en la nación judía
cuando ésta entre al reino milenial. A Abraham se le dijo: "Y estableceré mi pacto
entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto
perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti. Y te daré a ti, y
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a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras toda la tierra de Canaán
en heredad perpetua" (Gn. 17: 7-8)
I. Relación de la Iglesia con el Pacto.
Toda relación que la Iglesia tenga con el pacto, está basada, no en el nacimiento
físico, sino en un nuevo nacimiento, y recibirá toda bendición por estar en Cristo
(Gál. 4: 22-31). La Iglesia participa de las promesas entonces sólo debido a la
relación con Aquél en quien las promesas encuentran cumplimiento (Gál. 3: 16) "a
Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. no dice: Y a las simientes,
como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente la cual es Cristo".
Cristo es el legítimo heredero y la iglesia es coheredera con El (Rom. 8: 16-17)
II. La nación judía no será excluída del pacto.
a) Algunos han enseñado que Israel ha sido desechado como nación, y por
consiguiente no tiene derecho a disfrutar de los pactos divinos.
b) El hecho de que Israel es considerado como nación después del
establecimiento de la Iglesia y que el término judío continúa usándose aparte de la
iglesia (1 Cor. 10: 32) muestra que los gentiles no suplantan a Israel en los pactos
de Dios.
c) Los judíos y los gentiles convertidos a Cristo, vienen a ser integrantes de un
sólo pueblo, el Israel de Dios (Gál. 6: 15-16)
III. El Israel fiel de Dios según la carne heredará la tierra.
La promesa de posesión de la tierra por la descendencia de Abraham es algo
claro en el Pacto. Hoy en día Israel ha sido rechazado como nación, debido a su
incredulidad, no obstante, el registro bíblico nos enseña que, el pacto se cumplirá
en ellos: "Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será
dado a gente que produzca los frutos de él..."Mat. 21: 43. Una interpretación de
este versículo debe contestar estas preguntas; ¿qué será quitado? ¿de quiénes es
quitado? y ¿a quiénes es dado? Ver Rom. 11: 1-25.
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El Pacto Davídico
Introducción: Las promesas del Pacto Abrahámico descansan en las palabras
"tierra y descendencia". Las promesas de la tierra son ampliadas y confirmadas en
el Pacto Palestino. En el Pacto que sigue, que fue hecho con David, Dios amplía y
confirma las promesas de la descendencia. Esto se observa en los pasajes donde
se nos menciona el Pacto: "Y cuando tus días sean cumplidos, y duermas con tus
padres, Yo levantaré después de ti, a uno de tu linaje el cual procederá de tus
entrañas, y afirmaré su reino. El edificará casa a mi nombre, y Yo afirmaré para
siempre el trono de su reino. Yo le seré a él padre, y él me será a mí hijo. Y si
hiciere mal, yo le castigaré con vara de hombres, y con azotes de hijos de
hombres; pero mi misericordia no se apartará de él como la aparté de Saúl, al cual
quité de delante de ti. Y será afirmada tu casa y tu reino para siempre delante de
tu rostro, y tu trono será estable eternamente (2 Sam. 7:12-16); "hice pacto con mi
escogido; juré a David mi siervo, diciendo: Para siempre confirmaré tu
descendencia, y edificaré tu trono por todas las generaciones" (Sal. 89: 3-4); "Así
ha dicho Jehová: si no permanece mi Pacto con el día y la noche; si Yo no he
puesto las leyes del cielo y de la tierra, también desecharé la descendencia de
Jacob, y de David mi siervo, para no tomar de su descendencia quien sea Señor
sobre la posteridad de Abraham, de Isaac y de Jacob. Porque haré volver sus
cautivos, y tendré de ellos misericordia" (Jer. 33: 25-26)
I. Importancia y provisiones del Pacto Davídico.
Este pacto cobra importancia, debido a que sus promesas no se han cumplido a
plenitud. Por consiguiente, deben cumplirse como todas las promesas que Dios ha
dado tocante al pueblo de Israel (Sal. 89: 34-36). Las provisiones del Pacto
Davídico incluyen, por lo tanto, los siguientes puntos: (1) David había de tener un
hijo, que lo sucedería a él y establecería su reino. (2) Este hijo (Salomón)
construiría el templo en vez de David. (3) El trono de su reino sería establecido
para siempre. (4) El trono no le sería quitado aunque sus pecados justificasen el
castigo. (5) La casa, el trono y el reino de David serían establecidos para siempre.
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II. Carácter del Pacto Davídico.
Este Pacto es incondicional en carácter. Varias razones sostienen la posición de
que el Pacto es incondicional: (1) como los otros pactos de Israel, es llamado
eterno en 2 Sam. 7:13, 16; 23:5; Isa. 55:3; y Eze. 37: 25. La única razón para que
se llame eterno es porque es incondicional y descansa sobre la fidelidad de Dios
para su ejecución. (2) También, este pacto solo amplifica las promesas de la
"descendencia" del Pacto Abrahámico original, que según hemos visto es eterno
también en carácter. (3) Además, este pacto fue reafirmado después de repetidos
actos de desobediencia de parte de la nación. Cristo, el Hijo de David, vino a
ofrecer el reino Davídico después de generaciones de apostasía. Estas
reafirmaciones no se hubieran podido hacer y no podrían haberse hecho si el
pacto estuviese condicionado a cualquier respuesta de parte de la nación. (Mat. 9:
27; Luc. 1: 32; Hech. 15:16)
El Nuevo Pacto
Introducción: El último de los cuatro grandes pactos concertados por Dios con
Israel es el Nuevo Pacto. Este Pacto garantiza a Israel un corazón de carne y
convertido como el fundamento de todas sus bendiciones. El Nuevo Pacto hecho
con Israel fue declarado en Jeremías 31: 31-34, donde leemos:"He aquí vienen
días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la
casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano
para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui
yo un marido para ellos, dice Jehová. Pero este es el pacto que haré con la casa
de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente y la
escribiré en su corazón; y Yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y
no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo:
Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos
hasta el más grande, dice Jehová: porque perdonaré la maldad de ellos, y no me
acordaré más de su pecado"
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I. Carácter y Provisiones del Nuevo Pacto.
Las siguientes son algunas de las características y provisiones que el Nuevo
Pacto ofrece para Israel: (1) El Nuevo Pacto es un pacto incondicional de gracia,
que descansa sobre el Yo de Dios. La frecuencia del uso de las palabras "haré,
tomé, daré, seré" nos hablan de que toda iniciativa es tomada por Dios. (2) Es
llamado eterno en Jer. 31: 36; 32: 39-40 (3) Promete impartir una mente y un
corazón renovados que podríamos llamar regeneración. (4) El perdón de pecados
también está incluido en el pacto, "porque perdonaré la maldad de ellos , y no me
acordaré más de su pecado" Jer. 31:34. (5) La morada del Espíritu Santo también
está incluida, Jer. 31: 33; Eze. 36: 26-27. (6) El ministerio de enseñanza del
Espíritu Santo será manifestado, y la voluntad de Dios será conocida por los
corazones obedientes, Jer. 31: 34. (7) La sangre del Señor Jesucristo es el
fundamento de todas las bendiciones del Nuevo Pacto, Zac. 9:11.
Este pacto por lo tanto, tiene que ver con la regeneración, el perdón y la
justificación de Israel, el derramamiento del Espíritu Santo con sus ministerios, la
reunión y restauración al lugar de bendición, todo fundado sobre la sangre de
Jesucristo.
II. Relación de la Iglesia con el Nuevo Pacto.
Debe quedar claro, que este pacto fue hecho con Israel, la descendencia física de
Abraham según la carne. Este pacto tiene que seguir al retorno de Cristo. Las
bendiciones previstas en el pacto no serán realizadas hasta que Israel sea salvo.
No obstante ser un pacto para los judíos. Hay referencias claras que la Iglesia ha
entrado y disfruta algunas bendiciones de este pacto. Lucas 22: 20; 1 Cor. 11: 25;
2 Cor. 3: 6; Heb. 8: 9; 9: 15; Rom. 11: 27-32.
EL DOMINGO Y EL DIA DE REPOSO
La Enseñanza Bíblica Acerca del Día de Reposo de Dios
Con la disminución general en la creencia religiosa y a medida que la sociedad se
hace cada vez más secular, hay una fuerte presión comercial para tratar cada día
de la semana por igual, tiendas, bares, lugares de entretenimiento están abiertos,
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y ahora se efectúan eventos deportivos y otros acontecimientos en cualquier día
de domingo a sábado. Algunas personas ven con agrado estos cambios, porque
los ven como una eliminación de inflexibles tradiciones. Pero otros ven la
tendencia como una gran amenaza y una indicación de seria decadencia moral y
religiosa. Cuando hay puntos de vista tan arraigados y conflictivos sobre el tema,
¿cómo podemos determinar cuál debe ser nuestra reacción? ¿Adónde podemos
acudir en busca de respuestas a los problemas que han surgido?
Sin duda, este es un tema religioso, y necesitamos una autoridad que nos diga
cuál es la verdad. La única autoridad verdadera y confiable está en la Biblia--la
palabra de Dios para Israel en tiempos pre-cristianos, y, con el Nuevo Testamento
para los creyentes en Dios y en Cristo durante los pasados 2000 años. ¿Tiene
algo que decir la Biblia acerca del "día del Señor"? ¿Ha mandado Dios que se
guarde por medio de abstenerse de toda forma de autocomplacencia? ¿Es el
primero, o el séptimo, un día especial de la semana? ¿Tienen las leyes del día de
reposo judío algún significado para la sociedad del presente? ¿Deberían seguirlas
los seguidores de Cristo?
Muy aparte de la creencia religiosa, la mayoría de las personas aceptan que el
sistema de cinco o seis días de trabajo, seguidos por un período corto de
relajamiento o descanso, es sano. Rápidamente se quejarían con firmeza si el
empleador de repente decidiera exigirles que trabajen sin un descanso semanal.
No es el sistema de trabajo y descanso lo que crea la dificultad. El problema se
centra en lo que hombres y mujeres pueden o deberían hacer en su día de
descanso, y en cuál día de la semana.
Pero vale la pena notar en esta etapa que hay una base divina para el ciclo de
trabajo semanal. En sus primeros capítulos, la Biblia relata la obra creativa de
Dios, y que él "reposó el día séptimo de toda la obra que hizo". Significativamente,
el relato continúa: "Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó" (Génesis 2:2, 3).
Gran parte del argumento acerca de la importancia de este día especial está
basado en lo que significa este versículo. ¿Es la instrucción de Dios para el primer
hombre y mujer, o tan sólo un comentario de lo que sucedió? ¿Estaba Dios
declarando cada séptimo día un día "santo", o sólo el día en que descansó?
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¿Podemos nosotros, por otro lado, aceptar el ciclo de trabajo / descanso para
nuestro propio beneficio, pero rechazar la idea de que el día de descanso
pertenece básicamente a Dios?
Hasta ahora, todo lo que hemos logrado es una lista de preguntas, y esta lista
podría extenderse más aún. Enfoquemos el asunto de una manera ordenada.
Como empezamos en Génesis, continuaremos examinando el trasfondo del
Antiguo Testamento para descubrir los orígenes del "séptimo día". Esto será
seguido por una consideración de la enseñanza del Señor Jesucristo, cómo
trataron los hombres de poner esto en práctica, y, finalmente, qué mensaje tiene la
Biblia para la gente que vive actualmente.
La Enseñanza del Antiguo Testamento
No sabemos si la primera población de la tierra se organizó por medio de una
semana de siete días. Mientras que otros períodos de tiempo (el día, mes, y año)
se basan en movimientos observables de las estrellas y planetas, la semana de
siete días no tiene semejante base - la cual sólo puede encontrarse en la
explicación de Génesis. Esto incorpora un interesante aspecto del tema. Viviendo
según un ciclo semanal, el hombre da testimonio del relato del Génesis acerca de
la creación, independiente de si lo cree o no.
Incluso, si en los tiempos de Moisés la gente se organizaba en torno a semanas
de siete días, Dios no dijo que serían castigados por no descansar en séptimo día.
Ellos tenían total libertad de elección acerca de esto. En realidad, Dios no dio
instrucciones acerca de cómo debería pasarse el séptimo día hasta después de
que la nación de Israel había sido sacada de Egipto y conducida milagrosamente a
través del Mar Rojo hacia el desierto del Sinaí. Siendo una comunidad grande,
necesitaban un bueno y habitual suministro de alimento y agua, pero en las
condiciones del desierto esto era muy escaso. La gente pronto se quejó y deseaba
estar de vuelta en Egipto. Su alimento les llegó por medio de un nuevo milagro.
Cada mañana en las cercanías de su campamento había "sobre la faz del desierto
una cosa menuda, redonda, menuda como una escarcha sobre la tierra" (Éxodo
16:14). El alimento se llamaba "maná", y podía recogerse durante seis días cada
semana. En los primeros cinco días, cada semana, todo maná que no se comía
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ese día, sino que se guardaba para el día siguiente, criaba gusanos, y hedía. En el
sexto día, si se recogía una doble porción, se mantenía fresco para ser usado en
el séptimo día cuando no caía maná. De esta manera, fue puesto en vigor el
sistema de trabajo y descanso para la nación de Israel:
"Hoy es día de reposo para Jehová; hoy no hallaréis en el campo. Seis días lo
recogeréis; mas el séptimo día es día de reposo; en él no se hallará" (Éxodo
16:25, 26).
Seis días de recolección y un día de descanso; de este modo, la actividad creativa
de Dios en la Creación llegó a ser el ejemplo para su nación. Por primera vez en la
Biblia, se usa la palabra "día de reposo". Significa sencillamente "cesar", y se usa
para describir el día cuando los israelitas descansaban de sus labores, como Dios
descansaba de las suyas.
Los Diez Mandamientos
Poco después de que se proporcionó el maná por primera vez, Dios dio por medio
de Moisés leyes para controlar la actividad de la nación. La estructura de estas
leyes, conocidas como los Diez Mandamientos, fue escrita por Dios en dos tablas
de piedra. El cuarto mandamiento era así:
"Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Seis días trabajarás, y harás
toda tu obra; mas el séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él
obra alguna [...]. Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra [...], y
reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo
santificó" (Éxodo 20:8-11).
Tanto para el maná como para todas las actividades de Israel, el sistema sería
seis días de labor seguidos por un día de descanso. El uso de la palabra 'labor' es
importante ya que este era un aspecto de la vida del hombre que no existía en sus
primeros días en el jardín de Edén. Sólo después de que Adán y Eva fueron
desobedientes a los mandamientos de Dios, él los sentenció a ellos y a sus
descendientes a trabajar arduamente para producir su alimento necesario.
Cuando el salmista se refiere a esto, él habla del hombre, el cual "sale [...] a su
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labor, y a su labranza hasta la tarde" (104:23). Por lo tanto, el trabajo diario del
hombre es un constante recordatorio de su mortalidad, la certeza de que él es
"polvo, y al polvo volverás" (Génesis 3:19). Ahora podemos ver la importancia de
la incorporación del mandato del día de reposo en relación con la provisión del
maná. Las experiencias de la nación en el desierto donde Dios proveyó
gratuitamente su alimento diario eran forzosos recordatorios de los castigos que
vinieron al mundo como resultado de la desobediencia de Adán. Al descansar en
el día de reposo, el hombre se identificaría con Dios, y con la finalización de su
creación, cuando él pudo revisar "todo lo que había hecho, y he aquí que era
bueno en gran manera" (Génesis 1:31).
El Día de Reposo Entra en Vigor
El día judío empezaba con la puesta del sol, así que las reglas que regían el día
de reposo operaban de las 6.00pm del viernes hasta las 6.00pm del sábado. Esta
ley nacional había de cumplirse estrictamente. La penalidad por romperla era
severa: todo trasgresor había de ser ejecutado porque había "profanado" o violado
el día de reposo (véase Éxodo 31:14). En una ocasión, mientras los hijos de Israel
estaban aún en el desierto, ocurrió el caso de un hombre que fue sorprendido
recogiendo leña en un día de reposo. Presumiblemente, la quería para hacer
fuego para cocinar. Aunque se había dado la ley del día de reposo y el castigo por
romperla, la gente no estaba segura si la actividad del hombre la había roto, así
que presentaron el problema al Señor. La respuesta fue categórica:
"Irremediablemente muera aquel hombre" (Números 15:32-36).
El castigo era muy severo por lo que a nosotros nos parece una ofensa menor.
Sugiere que el hombre se propuso deliberadamente menospreciar la ley de Dios,
pero también confirma la importancia de la provisión del día de reposo en el
propósito de Dios. Dios no se revela en la Biblia como un déspota desafecto, así
que la aplicación de esta ley con tan severa penalidad sugiere que se podían
obtener significativos beneficios por guardarla.
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La Bendición del Día de Reposo
Cuando se repitieron los detalles para la generación que había nacido en el
desierto después de salir de Egipto, se añadió la siguiente información por vía de
explicación:
"Para que descanse tu siervo y tu sierva como tú. Acuérdate que fuiste siervo
en tierra de Egipto, y que Jehová tu Dios te sacó de allá con mano fuerte y
brazo extendido; por lo cual Jehová tu Dios te ha mandado que guardes el día
de reposo" (Deuteronomio 5:12-15).
De este modo, había un claro beneficio social para todos en la nación, pero
también una importante razón fundamental de la ley. Por medio de guardar el día
de reposo, habría un recordatorio semanal de la redención de la nación de la
esclavitud en Egipto. Deberían ser misericordiosos con sus siervos, porque Dios
había mostrado gran misericordia hacia ellos cuando los liberó de la esclavitud a
Faraón. Para reforzar este punto, incluso los animales habían de beneficiarse de
la ley del día de reposo. Así como se permitía que descansaran los siervos,
también podían descansar el buey y el asno (véase versículo 14). Cuando el
apóstol Pablo comentó en cuanto a otro aspecto de la ley donde se mencionaba a
los animales, dijo: "¿Tiene Dios cuidado de los bueyes, o lo dice enteramente por
nosotros?" (1 Corintios 9:9). Aunque no se niega que Dios esté interesado en
todas sus criaturas, el principal beneficio del día de reposo era para los hombres y
mujeres, no para los animales. A ellos se les menciona únicamente para recalcar
la importancia del mandato.
Obviamente, los siervos estarían complacidos con la ley, pero, ¿qué puede
decirse de los amos? Amos inescrupulosos, al igual que los empleadores
inescrupulosos del presente, sin duda tratarían de encontrar una manera de burlar
la ley. Pero también había grandes beneficios para ellos. Dios les dijo que el día
de reposo era una "señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová
que los santificó" (Éxodo 31:17; Ezequiel 20:12). Si ellos deseaban continuar
recibiendo bendiciones de Dios cuando estuvieran en la tierra a donde iban, tal
como habían recibido en el desierto, tenían que guardar sus días de reposo.
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El Objetivo
Todas estas provisiones deberían haber tenido un resultado, la formación de un
pueblo que estaba centrado en Dios, no centrado en ellos mismos. Si hubiesen
estado preparados para organizarse conforme a sus leyes, habrían sido
bendecidos por sobre todas las otras naciones y pueblos. En vez de ser una carga
que resistir, la provisión del día de reposo podría revolucionar su vida.
"Si retrajeres del día de reposo tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y
lo llamares delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando en tus
propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus propias palabras,
entonces te deleitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la
tierra" (Isaías 58:13, 14).
La gran tragedia es que Israel, habiéndole prometido Dios todas estas cosas, no
estaba preparado para vivir conforme a sus mandamientos. En vez de honrar el
día de reposo, lo deshonraban continuamente. No lo trataban como "santo", sino
como un día profano. Como las promesas de Dios a ellos estaban condicionadas a
su obediencia, finalmente él tuvo que aplicar el castigo que dijo que ocurriría si
ellos eran desobedientes.
"Jurando que los esparciría entre las naciones, y que los dispersaría por las
tierras, porque no pusieron por obra mis decretos, sino que desecharon mis
estatutos y profanaron mis días de reposo, y tras los ídolos de sus padres se les
fueron los ojos" (Ezequiel 20:23, 24).
Antes de ver lo que dice el Nuevo testamento referente al día de reposo,
resumamos la enseñanza del Antiguo Testamento:
1. La semana de siete días procede del relato de la Creación, como un mudo
testimonio de la obra creadora de Dios.
2. El día de reposo era una institución para la nación de Israel, y no había sido
impuesto sobre las personas antes del Éxodo. Ellos podían o no descansar
en el séptimo día, según sus deseos.
3. Dios quería que el día de reposo fuera un "día santo".
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4. Los israelitas habían de observar el día de reposo (que significa cesación o
descanso), refrenándose de las tareas diarias a fin de disfrutar y recordar
las bendiciones de Dios.
5. La semana laboral de seis días era un constante recordatorio de que todos
los hombres mueren y todos son pecadores en necesidad de redención. La
observancia del día de reposo muestra la confianza del hombre de que Dios
ha prometido una participación en su descanso. La respuesta de Dios había
de derramar grandes beneficios sobre la nación, en tanto continuaran
obedeciéndole.
6. Bajo la ley judía, la penalidad por profanar el día de reposo era la muerte.
7. Dios estableció el día de reposo para enseñar a Israel:
a. Acerca de su especial relación con él,
b. Acerca de su gran misericordia al liberarlos de la esclavitud de los
egipcios.
8. Había de ser un recuerdo semanal de la redención de la nación.
Reglas Menores
Volviendo a los relatos del evangelio en el Nuevo Testamento, pronto aprendemos
como aplicaban los judíos la ley del día de reposo 1.500 años después de que se
les dio la ley. Reconociendo que Dios, debido a su desobediencia, había permitido
que su pueblo fuese llevado cautivo, y que su tierra fuera profanada e invadida,
aquellos judíos que regresaron del cautiverio procuraron asegurarse de que a ellos
no les ocurriera lo mismo. Los líderes religiosos al tiempo de Cristo regulaban la
ley conforme a un complicado conjunto de reglas creadas en el transcurso de los
años. Esto no era una distorsión de parte de ellos, sino que surgió de un fuerte
deseo de no desagradar a Dios. Aceptando que ningún trabajo era posible en el
día de reposo, ellos intentaron legislar sobre qué podía hacerse al preparar las
comidas, cuidar a los enfermos, o atender a los animales. Desafortunadamente, a
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pesar de estos buenos motivos originales, el gozo que debería haber habido en el
día de reposo no podía existir debido a la actitud forjada por concentrarse en
detalles relativamente sin importancia. Pronto los árboles ya no les permitían ver el
bosque. El propósito y beneficio del día de reposo se había perdido totalmente en
un sinnúmero de insignificantes normas y reglas.
La Enseñanza del Nuevo Testamento
Con este trasfondo, el Señor Jesucristo comenzó su ministerio, "predicando el
evangelio del reino de Dios" (Marcos 1:14). Pronto enfrentó problemas con la
actitud legalista de los líderes judíos. si él sanaba en el día de reposo, se quejaban
de que había profanado un día "santo". Tan antagónicos eran que buscaban
maneras y oportunidades para destruirlo. Esto plantea dos importantes preguntas:
¿Por qué Jesús efectuó sanidades sin vacilación en el día de reposo,
especialmente cuando él sabía cómo se enfurecerían los líderes judíos? Y, ¿por
qué los relatos del evangelio atribuyen especial importancia a sus milagros en el
día de reposo?
Siete milagros específicos en el día de reposo se destacan en los evangelios, y
uno de estos estuvo precedido por un incidente que colocó el punto de vista de
Jesús acerca del día de reposo en directa oposición con la que sostenían los
líderes judíos (Mateo 12:1-8). Algunos de los fariseos se quejaron de que los
discípulos de Jesús estaban arrancando granos y comiéndolos mientras
caminaban por un sembrado. La ley judía permitía este privilegio a los
transeúntes, pero no especificaba si estaba prohibido en el día de reposo (véase
Deuteronomio 23:25). Sin embargo, la tradición de los ancianos judíos lo prohibía.
Consideraban que la acción no era diferente de cosechar y aventar el trigo,
actividades ciertamente prohibidas en el día de reposo.
Precedentes en el Antiguo Testamento
En su respuesta a la acusación de los fariseos, Jesús mencionó dos incidentes
tomados de las Escrituras judías. Les recordó del gran rey David, el cual, cuando
estaba en situación desesperada, comió del pan de la proposición, alimento
dedicado específicamente para el uso de los sacerdotes (1 Samuel 21:1-6).
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Hablando acerca de los sacerdotes, Jesús señaló también que ellos
"quebrantaban el día de reposo" cada vez que les correspondía efectuar los
servicios del templo en el séptimo día. No obstante, David no fue culpable ante
Dios, y tampoco lo fueron los sacerdotes. Claramente, había otras
consideraciones que se aplicaron en estas circunstancias. Si éstas podían
entenderse, entonces nosotros podemos apreciar mejor la actitud de Jesús en el
día de reposo.
Hay algunas similitudes importantes entre los dos precedentes del Antiguo
Testamento que citó Jesús y su propia posición. David estaba siendo perseguido
por Saúl, el rey judío, cuando llegó hasta Ahimelec, el sacerdote de Nob, y le pidió
alimento para él y sus "jóvenes". Jesús estaba con sus jóvenes - los discípulos - y
los líderes judíos de su tiempo estaban ansiosos de perseguirlo. Si los fariseos
hubiesen considerado la comparación, también habrían aprendido que Jesús,
como David, era "el ungido del Señor", y ellos, como Saúl, habrían tenido su día.
Lo mismo se aplica al otro incidente. Era cierto que los sacerdotes no profanaban
el día de reposo si estaban trabajando en la casa de Dios. Pero Jesús había dicho
a María y a José cuando sólo tenía doce años de edad, después de que lo habían
buscado por tres días: "¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios
de mi Padre me es necesario estar?" (Lucas 2:49). A diferencia de todo otro que
haya vivido jamás, Jesús vivió toda su vida en total armonía con la voluntad de
Dios. Todos los demás, a pesar de lo bueno que puedan ser, han pecado. Incluso
David, un "hombre conforme al corazón de Dios", pecó en el caso de Betsabé.
Pero Jesús "no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca" (1 Pedro 2:22).
Señor del Día de Reposo
Nos preguntamos si los fariseos entendieron el verdadero impacto de estos dos
ejemplos que Jesús había citado. Fue una total afirmación de su estrecha relación
con Dios, y su parte en el plan de redención de Dios como el futuro Rey que regirá
la tierra en paz. Su breve resumen de la provisión del día de reposo es importante:
"También les dijo: El día de reposo fue hecho por causa del hombre, y no el
hombre por causa del día de reposo. Por tanto, el Hijo del Hombre es Señor
aun del día de reposo" (Marcos 2:27, 28).
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Jesús declaró lo que nosotros descubrimos al leer el Antiguo Testamento: Dios
proveyó el día de reposo para conferir beneficios a todo el que esté oprimido - fue
hecho "por causa del hombre". ¿Cómo podían los fariseos presenciar las grandes
obras que hacía Jesús, sanando a los enfermos y trayendo alivio a los pobres y a
los hambrientos, y no darse cuenta de que la verdadera esencia del día de reposo
podía verse en su devoción por la voluntad de su Padre, y en su preocupación por
sus semejantes? "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os
haré descansar" (Mateo 11:29).
¡Verdaderamente, él era "Señor del Día de Reposo"!
Actitudes Modernas
Los judíos religiosos del presente, que no reconocen la obra del Señor Jesucristo,
aún guardan tradicionalmente el día de reposo en el séptimo día. Ellos creen
sinceramente que la ley está aún a la espera de su cumplimiento.
Algunos cristianos creen que por adorar en el domingo están guardando una
especie de día de reposo del Nuevo Testamento. Hemos visto que en las
Escrituras no hay apoyo para esta creencia. Pero esto no significa que hay algo
erróneo en adorar en un día domingo, o en abstenerse de las tareas mundanas
que llenan otros días de la semana. En lugares donde el domingo no es un día de
trabajo normal, sin duda es sensato organizar reuniones para adorar en ese día.
No obstante, debe recordarse siempre que Dios no lo ha mandado. Aunque los
creyentes cristianos deberían reunirse habitualmente para recordar el sacrificio de
Cristo, no hay mandato acerca del día exacto en que debe hacerse. La
declaración importante en todo esto es que "todas las veces que comiéreis este
pan, y bebiéreis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga". Es
más crucial recordar habitualmente lo que logró Cristo, que hacer una controversia
en cuanto a en qué día debe observarse el memorial.
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CONCLUSION
Habiendo realizado la investigación de la biografía del Apóstol Pablo se puede concluir que:
Dios tenía un propósito para el pueblo de Israel en todo el camino durante
todo el Éxodo.
La restauración de Israel como resultado natural de las promesas
contenidas en el Pacto Abrahámico, será una realidad un día no lejano. No
obstante, haber algunos enseñadores quienes afirman que esto no será así.
La revelación de la Biblia es firme y sólida tocante a esta promesa para el
pueblo judío.
Cuatro de los pactos de Dios con Israel han sido estudiados. Estos pactos
tendrán su cumplimiento pleno en un futuro no lejano. Siete grandes rasgos
son determinantes en ellos: (1) una nación perpetua, (2) una tierra
perpetua, (3) un Rey perpetuo, (4) un trono perpetuo, (5) un reino perpetuo,
(6) un corazón de carne, y (7) bendiciones perdurables.
El día de reposo es más que un día sin trabajar, es de dedicación para Dios
donde reconocemos que Él es el Señor de todo
Dios tenía un propósito para el pueblo de Israel en todo el camino durante
todo el Éxodo.
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BIOGRAFIA
La Santa Biblia-RVR 1960 http://www.seminarioabierto.com/tiempos03.htm
http://revelacion1616.com/pactos/lospactosbiblicos1.htm
http://www.bereans.org/espanol/sabato.htm