Post on 22-Feb-2016
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Michelle
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Revista catorcenal, hecha en la tierra de los cositías con la bendición de Tata Lampo.
Editor responsable: Alejandro Benito Molinari Torres
Contacto: alejandromolinaritorres@gmail.com
Las fotografías de Michelle son cortesía de Michelle Boylán G.
Contenido
5.- EDITORIAL:
Y sigue la mata dando.
6.– ZAGUÁN:
ARENILLA: Para cuando regrese.
9– PATIO:
Exposición de Arte Egipcio, en Comitán. 1
16.– Chica de DIEZ: MICHELLE
19.– BALCONES:
Casa de Citas: De perros y artistas.
Autor: Héctor Cortés Mandujano.
27.– CORREDORES:
La savia del comiteco.
32.– SITIO:
El interior de los templos comitecos, una
semana antes de la Semana Santa.
40.– ACTUALIDADES.
44.– TAPANCO. Para sentarse
Cómodamente.
45.– MOJOL.
En Puebla también hace viento.
51.– Chica de DIEZ: MICHELLE
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, ciudad que habla de vos
Michelle
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, ciudad que habla de vos
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DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, ciudad que habla de vos
EDITORIAL Y sigue la mata dando
Los comitecos pronunciamos con
orgullo el nombre de Esteban Alfon-
zo, un reconocido maestro de músi-
ca y autor de muchas melodías.
El sábado 9 de abril se presentó
en el Teatro de la Ciudad un grupo
que interpreta música de Indonesia,
cuyo director es Esteban González
Alfonzo, nieto del maestro Esteban,
quien tuvo cuatro hijos: Lupe, Ju-
lia, Mario Luis y Flor. Esteban es
hijo de Flor (actriz de teatro).
En el pueblo se reconoce la fe-
cunda labor que realizó el Maestro
al crear grupos de música e impar-
tir clases. Comitán se llenó de luz
gracias a su influjo, influjo que per-
dura ahora en la tercera generación
de su familia.
Los hijos del maestro han sido
reconocidos como talentos innatos.
Tal vez, de las mujeres, Julia fue la
más famosa, pues ella actuó en va-
rias telenovelas de Televisa, series
que tienen amplia cobertura a nivel
nacional e internacional. Muchos
comitecos recuerdan su actuación
en una famosa telenovela que se
llamó: “Cuna de lobos”.
Lupe, de manera más modesta,
también sembró luz. Ella fue Maes-
tra de Teatro, en la Escuela Prepa-
ratoria, y muchos de sus alumnos la
recuerdan con cariño.
Las personas perduran a través
de su obra creativa y hoy es la obra
de una familia maravillosa la que
vuelve a formar cauces de luz.
La presentación del grupo de
Esteban González Alfonzo fue elo-
giada por los espectadores que acu-
dieron al trascendental acto, auspi-
ciado por el Ayuntamiento Munici-
pal 2011 - 2012. ¡Bien!
FotoFoto
Cortesía:
Roberto
Álvarez Solís.
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, ciudad que habla de vos
ZAGUÁN
ARENILLA
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, ciudad que habla de vos
ARENILLA Para cuando regrese
Juan nunca apostaba. Pero esa
noche lluviosa, en medio del jol-
gorio del guateque, se animó a
gritar: “¡Apuesto veinte mil a
que regresa!”. Carmen, por de-
bajo de la mesa, con su mano le
atenazó la rodilla, pero ya era
tarde, porque don Alfonso ha-
bía hecho suyo el reto. “¡Va!”,
dijo el viejo y, en seña de trato,
elevó el vaso con ron y luego dio
un sorbo.
Juan sintió un calosfrío.
Igual que Carmen, pensó que
habría sido mejor quedarse ca-
llado, como siempre. Sacó su
pañuelo y se limpió la frente.
Rosa Eduviges era el moti-
vo de la apuesta. Ella, un año
antes, había salido del pueblo.
Por debajo de la mesa,
Juan sintió que el pañuelo esta-
ba completamente mojado. Se-
guía sudando. Habría deseado
reunir fuerzas para deshacer el
trato, pero don Alfonso, con el
vaso lleno de nuevo, dejó un fa-
jo de billetes sobre la mesa oxi-
dada. “Cuéntalos”, dijo y volvió
a elevar su vaso.
Como los demás eran apos-
tadores, no era raro verlos sa-
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, ciudad que habla de vos
car fajos de billetes. Las bolsas de sus
pantalones siempre estaban abultadas,
como abultadas las bolsas de los niños
en temporada de canicas.
Juan se acercó a Carmen y, en voz
baja, le dijo que fuera a la casa y le
trajera veinte mil. “¿De dónde lo voy a
sacar?”, preguntó ella, a punto del
llanto. Juan, viendo siempre hacia el
frente y con una sonrisa en la boca que
desmentía el sudor de su frente, dijo:
“¡Pedíselos a mi mamá, decile que es-
toy metido en un problema y que si no
me los da ¡me matarán!, andá, decile
eso!”.
Carmen se reacomodó el chal y sa-
lió de la casa. Juan se sintió completa-
mente solo, se limpió la frente con la
manga de la camisa. El pañuelo lo
había dejado en la pata de la silla ple-
gadiza. Lo había dejado olvidado, co-
mo hubiese querido botar su apuesta.
Los marimberos se acercaron al
instrumento, tomaron los bolillos y co-
menzaron a acariciar el teclado con le-
ves toquidos que, siempre, eran el pre-
ludio de una tocada. “Candilejas” fue
la canción que abrió esa tanda. Los
pies de las muchachas que estaban
sentadas en la fila delantera del patio
movieron los pies. Sabían que nadie
las sacaría a bailar. Todo mundo espe-
raba que dieran las doce de la noche,
hora límite que le habían impuesto a
Rosa Eduviges para su retorno.
Faltaban diez minutos para las
doce cuando la marimba calló y todos
los presentes vieron hacia la puerta.
Ahí, en el quicio, estaban Rosa Eduvi-
ges y Carmen. Carmen se quedó atrás
mientras Rosa avanzó hasta el centro
del patio. Apenas se oía la respiración
de esa masa, apenas un murmullo de
alguna mujer que en voz baja comen-
taba algo a la vecina. Tal vez decía que
cómo era posible que Rosa se hubiera
atrevido a regresar. En el ambiente se
notó que alguien iba a hablar, pero
Rosa levantó el brazo para callarlo y
dijo: “Regresé sólo para ofrecer dis-
culpas y decirles a todos ustedes que
me siento avergonzada por los que les
hice, pero ahora mismo vuelvo a irme
de este pueblo para que se queden
tranquilos”, dio media vuelta y con la
misma sombra que apareció ¡se fue!
Juan se agachó, levantó el pañuelo
y volvió a secarse la frente y la cara.
Sonrió, tomó el fajo de billetes y como
si fuera un profesional lo guardó en la
bolsa de su pantalón.
Carmen lo esperaba afuera. “Yo
estaba seguro -dijo Juan con un grito
sordo-, Rosa regresaría”. Carmen lo
vio fijamente y dijo: “Pendejo, ella
está escondida, desde hace un año, en
la casa de Ramón. La fui a traer sólo
para que no perdieras el dinero”.
Carmen le sacó el fajo de billetes y
dijo: “Le ofrecí diez mil a Rosa, y cin-
co para mí. Tomá, pendejo”, y le ofre-
ció el resto.
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Comitán, ciudad que habla de vos
PATIO
Exposición de Arte Egipcio, en
Comitán.
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Comitán, ciudad que habla de vos
¿Es un pie?
¡No, no, es
una pata,
hmm, qué
rico!
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Comitán, ciudad que habla de vos
Pues como lo mirás, tu
compadre me puso los
cuernos , ¡ah, pero eso
sí, con un rubí
engarzado!
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, ciudad que habla de vos
Esta Nefertari es una
ojete, ya sé que en
navidad, en lugar de
emplearme como
tocado, me meterá al
horno.
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, ciudad que habla de vos
¿Cuántas brazadas
dice‟sté, marchanta, que
quiere‟sté de esta tela
acolchonadita?
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, ciudad que habla de vos
¡Me lleva! ¡Otra vez
esta cacerola insiste
en levitar!
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
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Comitán, ciudad que habla de vos
Michelle
En la DIEZ tenemos el valor
¡y no nos vale!
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Comitán, ciudad que habla de vos
¡Ya está a la venta el libro más reciente de Héctor Cortés Mandujano!
Los versos y la sangre. Vida y obra de Efraín Bartolomé.
Una edición de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas.
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
A veces
A veces se me ocurre cambiar. Busco a mi alrededor un modelo. Una silla basta para
convertirme en objeto de cuatro patas; basta una lámpara de mano para ser camino
de luz, inasible raya.
Cambio lo que cambia una nube en el cielo, no más que lo que cambia una piedra
en la pared o en la vitrina de un museo.
A veces se me ocurre cambiar: ser una rendija, ser un cabello.
Cambiar es una encomienda fácil. Basta tomar un modelo. A veces soy el univer-
so, a veces la línea de gis que dibuja un maestro.
¡Muy pronto, a la
venta!
Conjuros de Alejandro Molinari
De la serie
Letras Nuevas.
Una edición de
Coneculta-Chiapas.
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Comitán, ciudad que habla de vos
BALCONES
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, ciudad que habla de vos
De
perros
y
artistas
CASA DE CITAS
Héctor Cortés Mandujano
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, ciudad que habla de vos
Dentro de los lugares comunes
que me sé de memoria está el de
que la palabra Tuxtla es una deri-
vación de Tuxtlan, que significa
“Lugar de conejos”. Eso fue lo
primero que me saltó a la memo-
ria cuando empecé a leer Flush,
una biografía, de Virginia Woolf
(Mestas Ediciones, 2002).
Es la historia de un perro
spaniel. Dice la Woolf (p. 13): “en
la lengua de los cartagineses,
span significa conejo. De aquí que
se llamara a la región Hispania o
Tierra-de-Conejos; y a los perros
que salían por todos lados persi-
guiendo a los conejos se les llamó
spaniels o perros conejeros”. Luego descubre
que, según los eruditos, Hispania deriva (p. 14)
“del eskera españa, que significa límite o fron-
tera”. Lástima, dirán los que siempre andan
pensando que tienen antepasados europeos:
por un pelito Tuxtla y España serían sinóni-
mos.
En la novela, que parte de cartas y escritos
de la poeta Elizabeth Barret Browning, dueña
del perro, se cuenta que para entonces (siglo
XIX, Inglaterra) había secuestradores de pe-
rros finos. El jefe de la banda era un tal señor
Taylor. Una mujer perdía su can, acudía a él,
se fijaba el precio y el animalito era devuelto a
casa. “En caso contrario, a los pocos días […]
se recibía un envoltorio de papel de estraza,
que contenía la cabeza y las patas del pe-
rro” (p. 64). El procedimiento actual de los
cárteles tiene, pues, pedigrí.
Lo que sigue podría interesar sin duda a
Enrique Orozco, de la Rial Academia de la
Lengua Frailescana, eterno contador de diver-
tidas historias de perros. Nerón, el perro de la
esposa de Thomas Carlyle, célebre escritor
inglés, (p. 106) “se había tirado de una ventana
de un último piso”; no se supo (p. 107) “si in-
tentó suicidarse o si, sencillamente, quiso saltar
tras los pájaros, como insinúa la señora Carly-
le. Algunos sostienen que el perro de Byron se
volvió loco por afinidad con su amo, y otros
que Nerón se dejó arrastrar por una incurable
melancolía en su afán de quererse parecer al
señor Carlyle”.
***
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, ciudad que habla de vos
Luego de disfrutar, en San Cristóbal, de
dos conciertos al hilo (Mexicanto, en el
teatro, y Eugenia León, frente a catedral)
nos encontramos en un cafecito del anda-
dor a nuestros amigos Enrique y Adria-
na. Él nos cuenta de una convención
BMW organizada por él y otros en esta
fría ciudad.
A nuestra mesa se agregan y se
agregan personas que son más bien cono-
cidas de ellos, desconocidas por nosotros,
sin que la charla decaiga. Bebemos ma-
ravillas, como decía Emilio Carballido,
hasta que cierran todo y ya hay poca
gente caminando por las calles. La salida
de 700 motociclistas pudientes (ninguna
moto vale menos de 200 mil) será a las
ocho de la mañana. Quique nos invita
con insistencia, pero a las tres de la ma-
drugada, cuando nos despedimos, lo úni-
co que quiero es cubrirme el frío y dor-
mir, dormir a pierna suelta. No iremos,
por supuesto, pero la descripción de mi
amigo logra que me imagine a los potros
de acero haciendo un ruido insoportable.
No me gustan ni los carros ni las motos.
Me quedo con lo que imaginé.
En mi sueño, tal vez porque frente a
nosotros se desarrolló un amago de pelea
entre dos hombres, un tipo hosco y mus-
culoso levanta un cuchillo para clavár-
melo en el pecho. Yo pongo la mano en el
filo y sin ningún esfuerzo y sin herida
desvío el tajo y venzo a mi atacante. Con
mucha facilidad tomo su mano, doblo su
brazo (él enmudece) y dirijo el arma
hasta su tetilla izquierda. Veo como la
punta se empieza a encajar en su car-
ne y siento cuando llego (como si ya
mis dedos fueran el filo) a su corazón,
que se abre como una flor roja que, al
mismo tiempo, se convierte en fuente
escarlata. Me gusta el espectáculo,
por un lado (la escena está muy bien
iluminada), y me preocupa (¿me me-
terán a la cárcel?), por otro. Cuando
aquello ya es un preocupante río de
sangre me despierto. El día llegó de
nuevo.
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, ciudad que habla de vos
***
Giros negros (Cal y arena, 2008)
de Enrique Serna es una compila-
ción de las columnas publicadas
por este espléndido narrador
mexicano en varias revistas de
circulación nacional. De temática
variada, tiene también temas -
reiterativos. Uno de ellos es el
ejercicio sexual (p. 46):
“Obligadas a separar el cuerpo
del alma por falta de un hombre
que las satisfaga en ambos senti-
dos, muchas mujeres inteligentes
comparten la cama con un buen
amante pero sólo le abren el co-
razón a sus amigos homosexuales”.
En otro artículo habla del primer desfile
de locas. Ocurrió el 11 de febrero de 1672. No
era mujeres, eran bachilleres (p. 65)
“disfrazados de locas con pelucas grotescas y
toscos sayales de jerga, como los que vestían
las reclusas del Hospital de Mujeres Dementes
del Divino Salvador”. Se pregunta Serna (p.
67): “¿Será una coincidencia que hoy se llame
locas a los homosexuales más notorios, o ese
nombre proviene de las máscaras facetas don-
de la juventud estudiosa parodiaba a las mu-
jeres dementes?”
En este mismo artículo, curiosamente, usa
una palabra que se utiliza de otra forma en
Villaflores: sométicos, es decir, entrometidos;
sin embargo, Serna dice que (p. 66) sométicos
es apocope de sodomíticos, o sea, homosexua-
les.
En otros temas habla de lo complicado que es
para los escritores tener hijos, ocuparse de
ellos, soportarlos. No tengo vocación de padre
y entiendo muy bien de lo que habla. “Juan
Jacobo Rousseau encontró una solución bru-
tal, pero eficaz, para eludir el vía crucis de la
paternidad y ahorrarse la manutención de los
niños: entregar a sus hijos al hospicio, recién
salidos del vientre materno. Quien no tenga
las agallas para proteger así su tiempo y su in-
dependencia, debe resignarse a derrochar
afecto en una obra rebelde, imperfecta y lloro-
na que no deja retocar ni pulir el estilo, pero
espera de nosotros una devoción infinita (p.
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
Comitán, ciudad que habla de vos
93)”.
Para balancear los géneros, cuento
que lo mismo hizo la Premio Nobel de
Literatura 2007, Doris Lessing. Pu-
blicó Reforma una entrevista de Lisa
Allardice, en el suplemento El Ángel
(“Siento que he vivido demasiado”, 14
de octubre del 2007), donde la Lessing
dice: “No hay aburrimiento como el de
una mujer inteligente que pasa todo el
día con un niño pequeño […] El matri-
monio no es uno de mis talentos”.
Escribe la entrevistadora: “Antes
de cumplir 30 años se encontró en un
barco con destino a Inglaterra, con
dos matrimonios a sus espaldas, un
bebé, una maleta llena de ropa poco apro-
piada, muchos libros, 100 libras y el ma-
nuscrito de Canta la hierba. Dejó atrás a su
hijo e hija de su primer matrimonio.
“Está en mis libros, ¿por qué pregun-
tarme?, dice ahora, al atajar las interro-
gantes que la han perseguido desde enton-
ces. “No quiero ponerme a ese nivel, pero
cuando Rousseau dejó a sus hijos en un
hogar de niños abandonados, lo hizo con la
mayor conciencia posible: „Van a ser mu-
cho mejor criados, porque míreme, soy
muy ruidoso‟. Lo leí el otro día con asom-
bro. Al menos yo me siento avergonzada
de las mentiras que me he dicho a mí mis-
ma”.
Regreso con Serna, quien también aborda
lo que muchos autores reconocen como
una peste que parece no tener cura: la me-
diocridad en la enseñanza universitaria
donde existe la (p. 140) “discriminación
del talento; en el área de letras casi siem-
pre llegan al doctorado los macheteros pa-
cientes y lerdos, mientras la gente mejor
dotada se larga de la carrera al segundo
semestre”; la universidad busca anular la
audacia y promueve el autismo, que es el
modo de preservar la plantilla de docentes
incapaces; si así no fuera (p. 141) “las me-
jores plazas serían para la gente más lúci-
da, (pero) el principal objetivo de la buro-
cracia universitaria es cerrarle el paso a la
inteligencia”. Y conste que no conoce a las
universidades de Chiapas, que si no…
DIEZ - REVISTA DIGITAL– La revista que habla de vos.
***
Vamos a la iglesia de La Merced, en San
Cristóbal, a escuchar a un quinteto de
músicos ruso-mexicanos, “Santa Cecilia”,
que se presentan en el marco del Festival
Cervantino Barroco 2010. En la entrada
hay un hombre altísimo y ancho, sexage-
nario, frente a una mesita de discos, tape-
tes y chucherías de su patria. El gorro y el
aspecto delatan su nacionalidad.
La sorpresa —bueno, ni tanto— es
que las bancas de la iglesia están casi va-
cías. Cuando ya es casi la hora de empe-
zar y cuatro de los integrantes ya che-
quearon afinación, partituras y otros
asuntos, desaparecen y el pequeño escena-
rio improvisado al pie del altar queda solo
por unos segundos. La mole humana de la
entrada, apoyado con muletas, pasa por el
pasillo y casi nos cuenta (somos una vein-
tena, cuando mucho); con trabajos se
sienta en una silla, que debe ser muy fuer-
te para soportar tamaña envergadura, y
empieza a limpiar el arco de su contraba-
jo. Nos ve de nuevo y sin poder evitarlo
empieza a hablar, en un español trabajo-
so, de los éxitos de este quinteto. No se le
oye bien, porque elude el uso del micrófo-
no. Habla con nosotros, aunque en reali-
dad parece hablar con él. “En Estados
Unidos pagan por entrar a escucharnos
de 100 a mil dólares, depende del espacio.
Claro, allá hay mucha cultura musical y
se hace propaganda. En Europa la entra-
da es de 300 euros. Aquí es gratis y la gen-
te no viene”.
Luego habla de las virtudes del pia-
nista y de los otros músicos que van a
acompañarlo. Son magníficos, como com-
probamos después. “Hubiera sido muy
buñito que viniera más público”.
El más joven, también altísimo, habla
antes de que empiecen a tocar. “Como no
nos hicieron programa de mano, yo anun-
ciaré cada una de nuestras interpretacio-
nes”. Cada pieza tiene movimientos. En
cada cambio de movimiento hay un silen-
cio (que sirve a veces para que den vuelta
a las hojas de partitura, se vean, inter-
cambien señales, etcétera). No debe
aplaudirse y eso lo sabe cualquiera que
haya ido a conciertos similares. Aquí hay
primerizos que se arrancan a aplaudir,
como si, en lugar de movimientos de la
misma pieza, fueran canciones indepen-
dientes. Me imagino cuánto sufren los po-
bres rusos. Si somos pocos, por lo menos
se merecían mejores escuchas.
En la revista Crítica (número 128, agosto-
septiembre de 2008), editada por la Uni-
versidad Autónoma de Puebla, de cuidado
formato y relevante contenido (dedican,
por cierto, muchas páginas a la obra de
nuestro poeta Efraín Bartolomé) hay un
fragmento traducido del libro Mortifica-
tion. Whiter’s stories of their public shame
titulado “El escritor humillado”, donde
varios autores que ahora son famosos y
reconocidos cuentan escenas humillantes
de sus inicios.
Simon Armitage cuenta que fue invi-
tado a una lectura en el remolque de un
camping park; el aparato de sonido era un
karaoke (p. 147): “Después del interme-
dio, un viejo de la hilera del frente cayó
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dormido y soltó algunos pedos durante un poema sobre la muerte/ el
sufrimiento/ la autocompasión, etc.” Rick Moody dice que su madre
(p. 150) “una vez reseñó un libro mío para amazon.com y me dio tres
estrellas de cinco posibles. Luego me dijo que había sido una reseña
positiva”. Charles Simic finaliza el recuento (p. 158): “En Ohrid,
Macedonia, leí frente a un micrófono muerto a un público de miles,
el cual no me hubiera entendido aunque me hubiera escuchado, pero
de todos modos aplaudía después de cada poema”.
Contactos: hectorcortesm@hotmail.com
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CORREDORES
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LA SAVIA DEL COMITECO
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“¡No, qué risa, ya no hay magueyales!”,
dice don Enrique Gómez. Lo dice con
un suspiro, con una mirada que se pier-
de entre las junturas de los ladrillos del
patio de su casa.
Antes, cuenta, “todos los terrenos
que están detrás del boulevard eran
unos grandes magueyales. De chiqui-
tíos íbamos a sacarles el aguamiel”.
Cuenta que en lugares especiales ven-
dían aguamiel y pulque. Ahora ya no se
ven locales donde vendan el pulque.
“Había muchos magueyales porque con
eso preparaban el “Comiteco”, trago
chingón, no como estos tragos de ahora
que tienen muchos químicos”. Pero,
don Enrique dice que “todavía en la
Cueva de Tío Ticho hay unos ejempla-
res magníficos. No sé cómo es que se
han conservado tan bien. Mirándolos
pueden imaginar cómo era antes Co-
mitán. Ah, chulos los magueyales.
Cuando estudiábamos en la secunda-
ria, nos pelábamos de la escuela y nos
íbamos a cortar una hoja y, en pedazos,
la usábamos como “parque” para los
ligazos. ¡Ah, burro, un magueyazo bien
puesto creaba un moretón rojo rojo!”.
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“Formábamos bandos, así como si estu-
viéramos en guerra. Nos escondíamos
detrás de las piedras y echábamos gue-
rritas de ligazos. Así como se ve en las
películas nos alzábamos tantito y soltá-
bamos el mameyazo. Ahora que lo pien-
so digo que como bien no nos quitamos
un ojo, porque a veces el “ligazo” nos
daba en la mera carota, ¡ah, en el cache-
te nos quedaba el moretón!, como si nos
hubiera picado una arriera gigante o
una abeja. Nos quedaba hinchado y nos
daba pena llegar a la casa con esa mar-
ca, porque, hagan de cuenta que era co-
mo delatar que nos habíamos ido de
“pinta”. Vayan a la Cueva de Tío Ticho y
raspen el nacedero del aguamiel y prué-
benlo. Lo que sí es que no vayan a echar
guerritas porque en sus casas van a mi-
rar que se fueron de pinta ”.
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Hicimos lo que
don
Enrique nos
recomendó.
Un empleado del
Ayuntamiento
hizo favor de
raspar el maguey
y probamos el
aguamiel.
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SITIO
ISABEL,
Chica
Diez
2011
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El interior de los templos
comitecos, una semana antes
de la Semana Santa.
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En la entrada del Templo de El Calvario existe una alcancía con la fotografía
del altar como se encontraba hace años.
En la actualidad aún existen las imágenes del Cristo Crucificado y de los dos
ladrones a los flancos.
El piso ha cambiado, antes era de madera y ahora es de losetas de cemento.
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En el templo de Santo Domingo, en una capilla anexa, La Dolorosa siempre
está iluminada en su pétalo de dolor.
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Ella no lo hubiera creído, pero en el templo de Santo
Domingo, junto a la veladora con su imagen santa, la de la
Virgen de Guadalupe, aparecen veladoras con imágenes de
“santos” inconcebibles.
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En el templo de Santo Domingo, la Pila Bautismal que antes estuvo en la nave
principal en el lugar de honor, ahora se encuentra en lugar más discreto.
¿Cuántos comitecos recibieron el bautizo en esta pileta?
¿De qué aguas está llena ahora?
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Estamos llenos de cultura.
¿Cuándo venís a
Comitán a
llenarte de luz?
Consejo Ciudadano de Cultura Municipal
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Honorable Ayuntamiento
de Comitán
y
Universidad
Mariano N. Ruiz
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A
C
T
U
A
L
I
D
A
D
E
S
La Marimba Municipal tiene audiciones en diferentes plazas de
la ciudad.
Acá vemos una audición en el Parque Central.
Una pareja se anima y baila frente a quienes, sentados en las
bancas, no se atreven a “botar la polilla”.
Esta es una pareja de ejecutantes, quienes están sentados son
“disfrutantes” y mueven los pies al ritmo de las tarolas y de su
corazón.
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A
C
T
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Acá vemos la actuación de la Marimba Municipal en
el parque de Guadalupe.
Igual que en el Parque Central, parejas de
bailadores le sacan “brillo a la pista” y calientan el
fogón de su corazón.
La gente que asiste ¡disfruta de las tardes matizadas
con el murmullo del hormiguillo!
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Comitán, ciudad que habla de vos
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CRÓNICAS DE ADOBE
Programa radiofónico del martes 12 de abril de 2011.
Tema: “Día del Libro y Acto de Creación”.
Participaron: Tony Carboney (integrante del Consejo de la Crónica) y Daniela
Rodríguez Campo y Dora Patricia Espinosa Vázquez (integrantes del Centro
Comiteco de Creación Literaria).
En la foto: Genaro Aguilar (Conductor de Radio IMER), Tony, Paty y Danik.
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Crónicas de Adobe ya se escucha por Internet:
www.imer.gob.mx
Todos los martes: de 3 a 4 de la tarde.
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¡DÍA MUNDIAL DEL LIBRO!
La Casa de la Cultura y Radio
IMER celebraron el DÍA
MUNDIAL DEL LIBRO.
Lo hicieron con anticipación
ya que este año el día 23 cae en
Sábado Santo.
El acto se efectuó en el
corredor exterior.
Alumnos del Colegio Mariano
N. Ruiz tuvieron destacada
participación.
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TAPANCO Para sentarse cómodamente
Antes, a los alumnos mal portados los obligaban a hincarse sobre un tapete
de corcholatas, ahora los obligan a sentarse en este sillón de la Inquisición.
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MOJOL
Suplemento
En Puebla también hace viento
Fotografías: Fernando Molinari
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Es que ya se descubrió que la “H” no sólo es muda, sino
que también contiene colesterol.
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Porque con el movimiento se alteran las palabras.
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Sí, nos da pena decir que somos casi casi
¡perfectos!, pero así es.
Tenemos únicamente lectores de DIEZ,
escritores de DIEZ, patrocinadores de DIEZ y
chicas de DIEZ.
ISABEL es la chica DIEZ 2011.
¡Que su luz y mirada de albahaca permanezcan
todo el año en tu corazón!
Recordá siempre que vos, lector,
sos lo más importante de tu
Revista DIEZ.
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Tenemos una
voz
única,
porque
hablamos de
vos
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Michelle
Porque en la DIEZ nunca te damos la espalda
¡siempre te vemos a los ojos!