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PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE
LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD
REUBICADA EN EL MUNICIPIO EL CAIRO, VALLE
DEL CAUCA1
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
1 Documento elaborado por Pedro Andrés Barrera Carrillo, administrador público, miembro del Servicio Jesuita a Refugiados – Colombia. Agosto de 2016.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
TABLA DE CONTENIDO
1. Introducción ......................................................................................................................................................3
1.1 Contexto regional y local en que se ejecutó el programa de reubicación..................................................6
2. Historias de vida individuales ............................................................................................................................7
2.1. Blanca Aurora Ospina Hoyos...........................................................................................................................7
2.2. Marco Antonio Cifuentes .......................................................................................................................13
3. Historia colectiva de reubicación y la linea de vida comunitaria ......................................................................19
3.1. Llegada y primeras experiencias en el predio Perla Roja.........................................................................22
3.2. Proceso de empoderamiento y adaptación: transformación del territorio y las relaciones comunitarias25
3.3. Algunas situaciones de especial atención para comunidad y las enseñanzas del proceso .......................29
3.4. Momento actual de la comunidad reubicada en el Predio Perla Roja .....................................................35
4. Organizaciones y aliados presentes en el proceso reubicación ........................................................................37
4.1. ¿Cuál ha sido la contribución de los aliados de la comunidad? ...............................................................39
5. La Comunidad Cairense: resultado de un proceso de integración local y reconciliación en el territorio ...........43
5.1. El individuo y sus emociones ..................................................................................................................43
5.2. El reconocimiento y la confianza ............................................................................................................45
5.3. Reflexión interna sobre los problemas comunes y la cualificación en la asociatividad para la intergración
local ..............................................................................................................................................................47
5.3.1. El fortalecimiento institucional como medio para la sostenibilidad: Más allá del reconocimiento legal
y legítimo ........................................................................................................................................................49
6. Una comunidad reubicada como lugar para la paz territorial y la reconciliación ..............................................51
6.1. ¿Qué es la Paz Territorial para esta comunidad reubicada? ....................................................................51
6.2. El territorio como escenario para la reconciliación: La experiencia de esta comunidad reubicada ..........53
7. A manera de conclusión, se presentan algunas recomendaciones y lecciones del proceso de reubicación en El
Cairo .......................................................................................................................................................................57
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
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1. INTRODUCCIÓN
Foto 1. Mural comunitario en el que la comunidad cuenta su historia y le agradece al pueblo cairense. (Agosto, 2016).
El presente documento es un reconocimiento a las más de 50 familias de la comunidad de reubicados de
El Cairo, a quienes como Servicio Jesuita a Refugiados (SJR Colombia), les extendemos un sincero
agradecimiento por permitirnos acompañarles en momentos de alegría y tristeza, de desilusión y
motivación, pero primordialmente, en su proceso de construcción como comunidad. Pretendemos
reconocerles mostrándole y contándole a otros cómo han hecho posible la transformación de sus
preocupaciones en oportunidades frente a las condiciones no deseadas que les tocó vivir no solo como
víctimas del desplazamiento forzado, sino en su proceso de adaptación e integración a la población y al
territorio ubicado en zona rural al norte del departamento del Valle del Cauca, lugar donde fueron
reubicados como producto de un programa del Estado colombiano para el restablecimiento de sus
derechos.
A través de este texto se contarán las historias de personas de la comunidad de reubicados de El Cairo,
quienes articularon sus historias de vida personales a una historia de vida colectiva que acontece desde
el año 2006 en El Cairo, un Municipio colombiano ubicado al norte del departamento del Valle del
Cauca, donde, a través de un programa de reubicación del Estado colombiano liderado por el INCODER2,
individuos y familias lograron acceder a un pedazo de tierra para rehacer y/o reconstruir su vida desde
diferentes dinámicas ligadas al territorio.
El compromiso con el que esas personas accedieron al programa de reubicación estuvo intermediado
por instrumentos y actos administrativos como la Resolución No. 01751 del 11 de diciembre de 2006 del
Ministerio de Agricultura y el INCODER3, a partir de los cuales el Estado se comprometió con los
beneficiados a la adjudicación definitiva de un predio rural y al otorgamiento de un subsidio, en
2 El Instituto Colombiano de Desarrollo Rural - Incoder, es una entidad que nació en el 2003 (mediante Decreto 1300 de 2003) para encargarse de coordinar las políticas de desarrollo rural integral en Colombia, actualmente se encuentra en proceso de liquidación por orden del Gobierno Nacional (mediante el Decreto 2365 del 2015). En consecuencia de su supresión, se crean la Agencia Nacional de Tierras y la Agencia Nacional de Desarrollo Rural (mediante los Decretos 2363, 2364 y 2366 de 2015), instituciones que se espera asuman las funciones del Incoder de manera técnica y especializada. 3 Esta resolución es un ejemplo de los actos administrativos que recibían las familias para oficializar su proceso de reubicación.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
correspondencia con el Plan Nacional de Desarrollo Hacia un Estado Comunitario (Ley 812 de 2003).
Dicho plan nacional, hacía referencia a un subsidio integral que contemplaba el valor de la tierra y las
inversiones complementarias necesarias.
Entre las condiciones de dicho programa gubernamental para la comunidad se encontraban: primero,
que esta se abstuviera de transferir el dominio u otro derecho de la propiedad; segundo, que
permaneciera en el predio mínimo durante 12 años -de acuerdo con la anterior condición-; tercero, que
no dedicase el predio a cultivos de uso ilícito, entre otros. Dichas condiciones fueron aceptadas por la
comunidad a cambio de la adjudicación definitiva del predio y del subsidio4 que les fue ofrecido como
parte de una propuesta integral para que acceder al restablecimiento de sus tierras y sus medios de
subsistencia.
En este contexto y en el marco del conflicto armado colombiano y de la construcción de paz que se ha
vivido en el país en los últimos años, este documento pretende compartir las experiencias que
permitieron la generación y apropiación de capacidades como la convivencia, conciencia, incidencia,
empoderamiento y organización, entre otras tantas capacidades que constituyen factores esenciales
para la integración local en una comunidad y que abren una serie de posibilidades para trazar camino
hacia la reconciliación. Tal y como se ve reflejada en esta historia de vida colectiva.
El presente documento está estructurado de la siguiente manera: En primer lugar, se presentan unas
historias de vida individuales con el objetivo de mostrar cómo algunos de las personas que han vivido el
proceso de reubicación cuentan con antecedentes que permiten caracterizar las condiciones de
precariedad espiritual, física y/o material con la que llegan a asumir un proceso de reubicación, lo que al
analizarlo permite entender cómo apropian los cambios que han promovido desde la transformación de
sus realidades y algunas de sus motivaciones para asumir dichos cambios. El contenido de este apartado
es resultado de entrevistas individuales realizadas a diversos miembros de la comunidad.
En segundo lugar, se expone la historia de vida colectiva, con la intención de que el lector pueda
contrastarla con la superación de dificultades en torno a la convivencia en un grupo y en relación con la
necesidad de organizarse para alcanzar sus anhelos, referidos tanto a la promesa de restablecimiento
integral como a las condiciones para el desarrollo de su vida. Este contenido es un ejercicio de memoria
y reflexión histórica de la comunidad junto al SJR. Los datos aquí recogidos son resultado de espacios de
encuentro y grupos focales que se han organizado desde que empezó el proceso de acompañamiento
con el SJR, en los que se incluyen documentos construidos con la comunidad como los Planes de Vida y
el Documental Memorias de un Restablecimiento. Estos documentos también son insumos de
reflexiones que se tratan en otros apartados del presente documento.
Una vez terminadas las historias de vida ―tanto individuales como colectiva―, se rinde cuenta, en
tercer lugar, de algunos procesos de acompañamiento externo por parte de aliados de la comunidad,
4 Sobre la adjudicación: la adjudicación a la que accede la comunidad es la Adjudicación Mediante Resolución Administrativa, la cual consiste en que una vez inscrita en oficina de instrumentos públicos (la resolución), esta constituirá título suficiente de dominio y prueba de propiedad. Esta figura estuvo regulada por el artículo 101 de la Ley 160 de 1994. La adjudicación definitiva de este predio es de propiedad en común y pro indiviso. Sobre el predio: el predio al que se hace referencia es la Vereda El Cairo, que consta de 160 has que el Estado adquirió con el fin de reubicar a la comunidad. La escritura pública de compraventa del predio es la No. 0548 del 2 de noviembre de 2006, fue elaborada en la Notaría única de Cartago y se puede ubicar en el Folio: No. 375-74446. Esta es la razón por la que en el documento se habla de la comunidad ubicada en el predio. Sobre el subsidio: para verificar y declarar cumplida la condición resolutoria del subsidio: Acuerdo 025 de 1995 (Junta Directiva INCORA).
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mostrando cómo estos procesos han favorecido las capacidades y el empoderamiento de las personas
reubicadas. Los insumos para este contenido se han recolectado a través de la metodología de trabajo
con la comunidad (grupos focales, diálogos y talleres) de la cual resultó una línea de vida e hitos
históricos. Igualmente se incluyen elementos que resultaron de las experiencias, diálogos y
observaciones del personal en campo que acompañó el proceso.
Posteriormente, en cuarto lugar, se muestra de qué manera el proceso de reubicación en El Cairo
representa una experiencia que involucra componentes de reconciliación y construcción de paz en tanto
las personas acceden a una oferta institucional que les permite salir del entorno de guerra que los llevo
a desplazarse y, así ingresan a escenarios de justicia y reparación mediante el desarrollo de procesos en
los que la comunidad logra definirse y apropiarse de un territorio, es decir, reconocerse y que otros lo
hagan; integrarse y redefinir un territorio al que no pertenecían. Este proceso comunitario es
caracterizado de manera transversal por un ejercicio de incidencia en las diferentes dimensiones del
territorio (política, social, económica, cultural y ambiental) lo que abre la posibilidad de construir la vida
querida y la paz desde los territorios, por tanto, el territorio se presenta como escenario en el que
también se desarrollan otros componentes complementarios de la reconciliación como el desarrollo
económico, aquel que proponen estas comunidades campesinas en sus planes de vida, o al que se
integran dada su existencia previa en la dinámica del territorio al que llegan.
En esta parte del texto se presenta evidencia de un componente de gobernanza en la experiencia, ya
que esta requirió una convergencia de actores e incidencia respecto a los intereses de la comunidad de
reubicados articulados a la comunidad del Municipio de El Cairo, lo cual también lleva a otro
componente complementario de la reconciliación, aquel referido al fortalecimiento institucional y en
ocasiones al de la construcción de una cultura de paz y reconciliación. Este contenido es resultado de
reflexiones al interior del equipo del SJR. Los insumos se han recogido de la experiencia de
acompañamiento a la comunidad, en la que se ha entrado en diálogo directo e indirecto con los actores
que también inciden en su desarrollo. De acuerdo con todo lo mencionado hasta este punto, se exponen
algunas conclusiones que pueden ser entendidas como algunas lecciones aprendidas respecto al
acompañamiento a la comunidad y sus experiencias y, alrededor de ello, se proponen algunas
recomendaciones.
Finalmente, se considera que el aporte que deja la experiencia consignada en este documento será una
contribución importante para el contexto de transiciones de paz que vive el país, ya que cuenta una
historia de desconocidos que hoy logran ser una comunidad decidida a vivir en paz gracias al acceso a la
tierra y la posibilidad de cultivarla. Se espera contribuir a que los errores cometidos se prevengan y/o
corrijan para esta comunidad y para otras en contextos similares. Lo anterior, pues en la tarea de la
construcción de paz para Colombia, se requiere especial atención a las pistas y aprendizajes que nos
dejan las experiencias de reconciliación y construcción de las paces territoriales.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
1.1 CONTEXTO REGIONAL Y LOCAL EN QUE SE EJECUTÓ EL PROGRAMA DE REUBICACIÓN
La zona en donde se ejecutó el programa de reubicación se ha caracterizado históricamente por la
presencia de grandes carteles del narcotráfico como el Cartel del Norte del Valle. Aunque dicho cartel se
desarticuló formalmente la década pasada, sigue siendo un elemento clave para entender el contexto
sociopolítico de la zona. La posición geográfica de esta zona, integrada por los departamentos de Chocó,
Risaralda y Valle del Cauca, localizan esta experiencia de reubicación en uno de los corredores
geoestratégicos más importantes para el narcotráfico, lo que a su vez explica el protagonismo de grupos
post-desmovilización paramilitar como Los Rastrojos y Los Urabeños en la zona, principalmente
asociado a la disputa territorial por el control del Cañón de las Garrapatas, eje estratégico para el
cultivo, manejo y transporte de estupefacientes.
De acuerdo con los datos ofrecidos por la Corporación Serraniagua (2007)5, El Cairo fue fundado el 19
de marzo de 1919 sobre la cordillera Occidental por un grupo de colonos Antioqueños, Caldenses y
Tolimenses (Pedro Arango, Antonio Carmona, Rafael Velásquez y Ramón Marulanda) en una pequeña
planicie de la Serranía de Los Paraguas como producto de un desplazamiento causado por la guerra de
los mil días y la posibilidad de acceder a tierras baldías y fértiles para la producción de café.
En correspondencia con la información en la página web del Municipio, la extensión del Municipio es de
283 Km2, ubicado en la cordillera Occidental de Los Andes. Se encuentra a orillas del Río Las Vueltas y
cerca de El bonito. En la zona se destacan los altos de Los Galápagos, La Cruz y Morrón, Las Cuchillas,
Camellones, El Espinazo, La Carbonera y La Miranda. Limita por el oriente con Ansermanuevo, Argelia y
El Aguila; por el sur, con Versalles y por el occidente y el norte, con el departamento del Chocó. Es un
municipio agrícola por excelencia en donde sobresalen los cultivos de café y plátano, pero donde existen
cultivos de caña, maíz, banano, yuca, fríjol, hortalizas y frutales. Así mismo es un municipio donde se
realiza la ganadería. Su geografía es quebradiza, de aguas abundantes y bosques de neblina. Su altitud
es de 1850 m.s.n.m. y su temperatura media de 18 grados centígrados.
Según las proyecciones del DANE, la población en El Cairo abarca aproximadamente 8.700 habitantes,
cifra que puede ser superior teniendo en cuenta la cantidad de familias desplazadas que el municipio ha
recibido en los últimos años para su reubicación.
5 Corporación Serraniagua. Serranía de los Paraguas. P. 34, 35. El Cairo, 2007.
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2. HISTORIAS DE VIDA INDIVIDUALES
2.1. BLANCA AURORA OSPINA HOYOS
Mi corazón no tiene el poder de tener resentimientos ni odio.
Blanca Ospina
En este fragmento del texto se rendirá cuenta de la historia de vida de
Blanca Aurora, una mujer nacida en San Pedro, Valle del Cauca,
proveniente de una familia humilde. Blanca, como muchas otras
personas, ha sido víctima del desplazamiento y de la violencia del
conflicto armado, al igual que otros tipos de violencia. En primera
instancia, se expondrá, a grandes rasgos, las experiencias que marcaron
la infancia y la adolescencia de Blanca. Luego, se hablará acerca de sus
experiencias como madre y como esposa y de cómo las experiencias
traumáticas que vivió a temprana edad influyen en dichas relaciones.
Ello incluirá las rupturas y los problemas familiares y el cómo fue
desplazada.
Después se contará el proceso de reubicación en El Cairo, desde los ojos de Blanca. Finalmente se
rendirá cuenta del proceso de reconciliación y reencuentro con su familia y renovación de su vida
amorosa que condujo el mismo proceso de reubicación en El Cairo y de la nueva vida que ha implicado
el habitar este nuevo territorio para ella.
2.1.1. BLANCA EN SU INFANCIA Y ADOLESCENCIA
Blanca tiene algunos recuerdos de su infancia en el Municipio de Sevilla (Valle del Cauca), donde vivió
hasta sus 6 años. Recuerda una infancia marcada fuertemente por las acciones de su padre. Él
maltrataba a su madre, situación que normalmente estaba asociada a un alto estado de embriaguez o
como Blanca lo dice: “mi padre era jodido, le pegaba a mi Mamá, llegaba borracho”. Posteriormente
argumenta que recibió maltratos por parte y parte: “mi madre salía cada 15 días y mi padre siempre
intentaba violarme. Yo siempre le contaba a mi Mamá, pero ella no hacía nada y me dejaba con él a los
siguientes 15 días”.
Blanca crece en un hogar con los maltratos mencionados en una familia de 5 hermanos. Después de
Blanca haber cumplido los 7 años de edad, su madre toma la decisión de separarse de su padre ya que
este le era infiel. Blanca recuerda dicho suceso de manera positiva, puesto que desde ese momento no
Foto 2. Ella es Blanca.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
tuvo que volver a ver a su padre y nunca más tuvo que volver a ser presa del miedo que este le
producía. Sin embargo, vendrían luego otras situaciones difíciles de afrontar en la vida de Blanca.
Ya separados sus padres, Blanca se muda junto a su madre y hermanos a Tuluá (Valle del Cauca). Una
vez iniciada la nueva vida en Tuluá, ella y su familia no vuelven a tener noticia alguna acerca de su
padre. Durante su estadía en Tuluá, su familia (madre y hermanos) trabaja fuertemente para conseguir
el dinero para cubrir los gastos mínimos para su subsistencia.
Adicionalmente, Blanca compartió que recuerda que a sus 9-10 años, alguien de su familia intenta
violarla de nuevo. Ella relata: “después de tomar la merienda, un hermano de Mamá (mi tío) también
(vino) a violarme; Yo mantenía asustada”. Ella también recuerda otros maltratos provenientes de su
propio hermano quien también tenía expresiones de machismo, pues como dice ella: “mi hermano me
trataba muy mal porque yo no le lavaba las medias”, Blanca reflexiona que esa no era su obligación, y
manifiesta que lo que ella realmente deseaba era estudiar, y allí llegó un suceso positivo relacionado
con su Madre, quien según Blanca afirma, de la remesa le compró cuadernos.
2.1.2. BLANCA, LA ESPOSA Y MADRE
El contexto de la niñez de Blanca la lleva a aceptar a sus 14 años la propuesta de una prima de irse como
mesera a un restaurante. Lo que implicó que ella abandonara su casa materna. No obstante, la oferta
laboral de su prima resultó ser un poco distinta de lo que le había dicho a Blanca. En vez de un
restaurante, Blanca terminó de mesera en un bar. Allí establece una relación con el administrador del
negocio; el que se convierte en el padre de sus hijos, con quien también vive una vida de maltrato,
desatención e insultos.
Tiempo después, Blanca se va a vivir a la Vereda Guadualito, ubicada en el Municipio de San Pedro (Valle
del Cauca), junto a sus cuatro (4) hijos, producto de la relación con el administrador del Bar. Al cumplir
los infantes ocho (8), seis (6), cuatro (4) y tres (3) años de edad respectivamente, su padre es asesinado.
Después de la muerte de su esposo la vida de Blanca se centra en el cuidado de sus hijos. A pesar de
haber tenido relaciones posteriores a dicho suceso en las que no recibe el mejor trato, lo que se torna
en su prioridad es el bienestar de sus hijos. “Si me tocaba acostarme con alguien por alimentar a mis
hijos, lo hacía.” Dice Blanca.
Blanca responde a aquella situación apoyándose en el licor y la rumba y afirma que lo que la condujo a
liberarse un poco de ese mundo en el que nunca quiso estar fue su cercanía a Dios: “la iglesia me refugió
en cosas de Dios y mi vida cambió, opté por cosas de Dios durante 5 años como creyente en la religión
de la Ministerial. Yo no me aferro a la gente sino a la fe de Dios”. Ella considera que ese sentimiento de
cercanía y tranquilidad espiritual le ha hecho muy bien, y que le ha servido también para afrontar,
resistir y superar el resto de situaciones en las que se ha encontrado.
2.1.3. BLANCA ES DESPLAZADA Y EMPIEZA SU PROCESO DE
RESTITUCIÓN
La historia del desplazamiento de Blanca está asociada al contexto violento donde grupos armados se
disputaban territorios y asustaban a las personas del pueblo, contada por ella misma sucedió de la
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siguiente manera: “unos encapuchados nos hicieron salir, junto con mi Mamá. La Personería nos envió
una carta a los desplazados y después tuvimos una reunión con el INCODER en San Pedro, cuando el
Alcalde nos invitó. Y en el 2010 me entregaron la tierra aquí (en El Cairo), de una resolución del 2009 en
el que se comprometieron a entregarme una casa y tierras después de seis (6) meses de trámites, en los
que tuve que llevar datos y papeles de mis hijos al INCODER en Cali.”.
Al ser beneficiada con el programa de reubicación del INCODER en El Cairo, Blanca les manifestó a sus
hijos, que ya vivían lejos de ella en ese momento, que deseaba que ellos la acompañaran en esta
oportunidad y que siguieran la vida en El Cairo juntos. No obstante, ninguno de sus hijos estuvo
interesado en la idea al ver el predio sin casa y lleno de rastrojo. Lo mismo sucedió con su compañero
sentimental, que tampoco quiso seguirla en su nueva oportunidad de vida. Blanca, a pesar de ello, se
mantuvo en su decisión. “El que me quiera seguir que me siga. Yo me voy”. Y esa frase resume una vez
más la valentía con la que Blanca ha asumido varios momentos en su vida previa y durante el proceso de
reubicación.
Blanca llegó como beneficiaria del programa de reubicación del INCODER en el Municipio de El Cairo
(Valle del Cauca). Allí le correspondió un pedazo de tierra en el predio Perla Roja, en donde al llegar se
ubicó en el único lugar en el que había opción de dormir, se hace referencia a la Casa Bonita (casa
comunitaria del predio Perla Roja). Como afirma ella: “eso fue muy duro, compartir con gente que viene
de tanto lado”. Blanca hace referencia, de este modo, a ese difícil inicio del proceso en el que el
INCODER no les cumplió la promesa de subsidio integral. Asimismo, recuerda que a su madre pasó por
una situación similar.
Al re-encontrarse con su madre por los caminos de la vida, Blanca le manifiesta su apoyo a su madre de
la siguiente manera, “le dije a mi Mamá que Yo le ayudaba a buscar ranchito, entonces ubiqué a mi
Mamá y me vine para aquí (su casa) con la mera ropita”. Además de haberle ayudado a su madre a
ubicarse, Blanca recuerda los 8 meses que vivió sola en el rancho de lona verde que ella misma había
levantado para refugiarse.
La madre de Blanca inicialmente salió favorecida con un proceso de reubicación en Caicedonia (Valle del
Cauca). Predio en el que no prosperó el proceso de reubicación pues los terrenos en donde los habían
reubicado junto a otras familias se empezó a derrumbar. Por otro lado, Blanca no pudo acceder a dicho
proceso debido a que perdió contacto con el INCODER en ese momento y, al retomar contacto, el
INCODER le ofreció la oportunidad de la reubicación en El Cairo. Dadas las cosas del destino, Blanca se
reencuentra con su madre (y su hijo menor que la acompaña), pues ella accedió al proceso de
reubicación en el Municipio de El Cairo, y a su madre también le adjudicaron un predio allí dadas las
dificultades físicas del terreno que le habían asignado en Calcedonia (Valle del Cauca).
De otro lado, sobre su desarrollo en las dinámicas propias del proceso de restablecimiento junto a sus
compañeros de reubicación, Blanca manifiesta que tanto ella como su madre y su compañero iban a
todas las actividades a las que les convocarán desde la dinámica organizativa de los reubicados. Sin
embargo, de un tiempo para aquí, especialmente ella, ha tenido que dejar de participar como lo hacía
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
por motivos de dolencias físicas y temas de salud. “Me coge un dolor en la espalda y un dolor de cabeza
muy fuerte”. Adicionalmente, dice tener muchas dificultades para ver, dado que tiene unas cataratas
internas desde cuando era niña que han ido empeorando con los años.
Asimismo, Blanca afirma haberse alejado de modo paulatino de las reuniones de la asociación que
crearon en el predio porque tuvo muchas dificultades respecto a las relaciones con sus compañeros por
el manejo de recursos provenientes de un proyecto con el INCODER.
En cuanto a su participación, manifiesta que sigue existiendo un involucramiento indirecto a través de la
amistad que sostiene con Doña Mercedes, con Don Felipe y con otros miembros de la comunidad que le
han brindado su apoyo y atención cuando lo ha necesitado. Por otro lado, Blanca también hace
referencia a Marcela, una servidora del Servicio Jesuita a Refugiados -SJR como una persona importante
en su proceso tanto personal como colectivo. En palabras de Blanca: “Yo vivía muy acomplejada por la
dificultad en mi vista, pero Marcela me dio mucho apoyo para que Yo lo superara y participara.”
2.1.4. BLANCA Y SUS EJERCICIOS DE SANACIÓN CON SU MADRE E
HIJOS
Blanca ha superado diversas dificultades respecto a la relación con sus seres queridos. Después de la
muerte de su esposo, ella regresó a la casa de su Madre (en San Pedro), quien le colaboraba con el
cuidado de sus hijos. No obstante, las cosas comienzan a complicarse y la relación entre su madre y dos
de sus hijos se torna cada vez más difícil. La situación llega a su punto crítico el día que su madre le pide
que abandone la casa, puesto que el tío que solía abusar de ella se encuentra en camino.
En cuanto a los hijos de Blanca, el mayor actualmente vive en el Caquetá y en ocasiones se comunica y
cuestiona algunas decisiones de su madre respecto a su predio y su relación con Edwar. Su única hija, a
los 14 años se fue a vivir con una vecina por diversas situaciones, una de las justificaciones en su
momento fue que le quedaba más cerca de su escuela y eso le daría facilidades para seguir estudiando,
cosa que nunca ocurrió. Esta relación lejana con su hija, afecta fuertemente a Blanca. Ella dice que le
duele ver en algunas publicaciones de redes sociales que su hija se refiere a una de sus antiguas vecinas
como madre pero no a ella, que en realidad es su madre.
Por otro lado, su segundo hijo (El Mono) vive hace tres años (año 2013) en uno de los fragmentos que
Blanca dividió de sus tierras (predio) para compartir a cada uno de sus cuatro hijos. Ello condujo a que
se reunieran una vez más con su madre, puesto que están físicamente más cerca. Él ya ha levantado una
casa y tiene parte de su terreno cultivado y, adicionalmente, colabora con las labores de la propiedad de
su madre junto a Edwar.
Respecto a su hijo menor, quien también es crítico respecto a la discrecionalidad de su madre con sus
propias tierras y su compañero sentimental, actualmente vive con su compañera y su Abuela a quien
también llama mamá (la madre de Blanca que siempre lo consideró su adoración). Ahora son unos de
los vecinos de Blanca en El Cairo ya que en febrero y marzo de 2010 madre e hija respectivamente,
fueron beneficiadas con predios en el proceso de reubicación.
Lo anterior ha permitido que Blanca, desde un ejercicio reflexivo y de perdón comparta que ha logrado
dialogar con su madre de todas las situaciones en los que no se sintió protegida por ella. Al respecto,
Blanca manifiesta que, “hablamos con mi Mamá de lo que pasaba con mi papá y ella me respondió que
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ella era una mujer muy sumisa, que le tenía mucho miedo. Por eso, al estar enterada, igual no estaba en
la posibilidad de decirle o hacer nada. Yo no le tengo rencor ni nada, yo la quiero.”
“Quiero mejorar mi casa acá (en El Cairo), hacerla en material, pero también quiero tener algo donde
mi hermana. Por allá en los lados de Trujillo, comprar la tierra, tener cafetales, mi casa. Allá el clima es
mejor al de acá, más fresco”. Blanca se refiere a una hermana que la acompañó en momentos de su
niñez, adolescencia y en su adultez (e incluso recientemente y a sus hijos). Ahora es Blanca que va a
visitar y a acompañar a su hermana, a la cual recuerda cuando se refiere al amor casi de madre que le ha
brindado y al amor que ella (su hermana) tiene por el campo. En palabras de Blanca: “ella es amante al
campo, aunque con sus 56 años mantiene muy enferma. Cuando se va por allá, ella casi no se enferma”,
y es por esa razón que Blanca es feliz de ir, acompañarla y ayudarla, y también por eso no quiere dejar
de tener su casa-finca productiva y de descanso en El Cairo.
Pese a lo anterior, Blanca tiene una preocupación respecto a los tratos que su hermana recibe de su
cónyuge. Manifiesta que siente impotencia al ver cómo la trata y siente que al haber recibido cuidados
de su parte, en los que estuvieron incluidos aquellos referidos a la atención y alimentación que le dio a
sus propios hijos, considera que hoy ella puede cumplir también un papel de cuidadora de esa hermana
que ha sido como una madre más.
2.1.5. UN COMPAÑERO QUE ME APOYA Y CON EL QUE VAMOS
CONSTRUYENDO
Después de haber pasado 8 meses viviendo en la soledad del rancho que había logrado levantar, lugar
en el que sus mismos compañeros de reubicación le manifestaban estar expuesta a muchos peligros, un
crédito le permite a Blanca conocer a Edwar. Este empieza apoyándola en el trabajo de la tierra para
poder cultivar y mejorar su casa, pero con el paso del tiempo se han vuelto cada vez más cercanos,
hasta convertirse en pareja. Blanca dice tener planes a futuro con él. “A pesar de que se nos dañaron
dos (2) cosechas seguidas, ahí vamos, debemos pagar las deudas y queremos tener otra casa en el
pueblo”. Respecto a los factores relacionados con la pérdida de dos (2) cosechas de café, Blanca y su
compañero asumen la adversidad con tranquilidad, coordinación y proyección, lo cual es un lujo que
pueden darse dados los recursos provenientes de la venta de los predios a los que accedió Blanca en el
Municipio de San Pedro (Valle del Cauca), y ello articulado al apoyo tanto laboral como emocional que
Edwar le brinda.
Esos sueños que hoy tiene Blanca de tener su casa-finca en material de concreto como lugar de
recreación y producción, la posibilidad de vivir en el pueblo en una casa en la que también pueda tener
alguna actividad productiva y otra finca cerca de su hermana, se deben principalmente al esfuerzo que
ha invertido en su terreno y también a la situación que hace referencia al año 2009; cuando Blanca salió
beneficiada con tierra y casa en el Municipio de San Pedro (Valle del Cauca), ya que con lo que consiguió
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
al vender esos bienes que manifiesta estaban ubicados en una zona de contexto social complejo, logra
elevar sus sueños y los establece como metas a cumplir.
2.1.6. BLANCA Y SUS SUEÑOS CUMPLIDOS
No me arrepentí de haberme venido sola, el campo y la tierra siempre los he anhelado. Eran uno de mis sueños.
Blanca Ospina
Blanca no ha vivido nunca en grandes ciudades, lo que le ha permitido conocer a través de su
experiencia qué es lo rural. Pese a lo anterior, dice que su trabajo en el campo estaba normalmente
relacionado con labores en fincas pero no directamente en la dinámica de agricultora y tampoco como
propietaria de tierras. Es por eso que comparte en medio de sonrisas de satisfacción que, al llegar a El
Cairo, ella misma conoce y prueba el trabajo del café y haciendo un semillero por su cuenta, apoyada
únicamente en lo que aprendía viendo del trabajo de sus otros compañeros del proceso de reubicación.
Manifiesta que viendo logró varios pasos del cultivo del café y que, aunque se le dificultó mucho el
proceso de la enchapolada, días después, desde el Comité de cafeteros, les capacitaron a ella y otros
compañeros para el trabajo con el café. Producto que aunque ella y la mayoría de sus compañeros
desconocieran, era el producto principal en las tierras en las que fueron reubicados. A pesar de lo
anterior, Blanca manifiesta con orgullo: “me sembré 300 árboles, y hoy, con el apoyo de Edwar, son 15
mil árboles de Café”.
Blanca se siente en un gran momento de su vida, reflexiona acerca de cómo muchas situaciones han
cambiado. De pasar una vida de maltratos y muchas necesidades, hoy, dice ella, “me siento muy feliz
bajo el árbol que tengo, a pesar de todo lo que viví en mi vida, la experiencia más bonita es el trabajo en
el campo, es diferente anhelar que hacer… Desde que estamos aquí nunca nos hemos acostado con
hambre.”
Asimismo, Blanca se refiere al momento que vive al estabilizarse en su proceso de reubicación como
uno de los mejores momentos de su vida. Dice que las cosas que más disfruta en esta nueva etapa son
“estar en su finca, no estar amarrada, la felicidad en el campo, alejada de la bulla de los pueblos”.
Adicionalmente, siente tranquilidad porque, aunque dos de sus hijos no están totalmente de acuerdo
con su relación con su compañero Edwar, como dice ella: “mi marido no se empareja a pelear. Él es una
ganancia más en la vida y le agradezco a Dios que llegó.” Por otro lado, a pesar de que lo económico
sigue siendo algo escaso para Blanca, hoy considera que tiene la oportunidad de dedicarse a otras cosas.
“Ahora puedo dedicarme más a leer la biblia, no como una fanática, sino como una ayuda para mi
tranquilidad, porque eso me ayudaba mucho para mi soledad.”.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
13
2.2. MARCO ANTONIO CIFUENTES
Hoy yo digo que me siento casi, casi, casi como lo que yo quiero ser. Con esa tranquilidad que uno siente en el pueblo, en la tierra donde uno ha nacido. Casi me siento igual porque es que esa tranquilidad que uno siente aquí en “Perla Roja”, en esta Vereda, es muy buena. Yo creo que es lo mejor que tenemos. Hay dos cosas que me gustan mucho de acá. La tranquilidad y la tierra. Es una tierra muy fértil. Son dos cosas muy importantes para uno vivir.
Marco Antonio Cifuentes
2.2.1. SU NIÑEZ EN UNA FAMILIA DE AGRICULTORES DEL
CAUCA Y SU JUVENTUD RECORRIENDO LA ZONA CAFETERA COLOMBIANA
Marco nació en Cajibio6, un municipio ubicado en el Departamento del Cauca. Allá vivió hasta terminar
su primaria. Sobre su niñez y vida en familia junto a sus padres y 5 hermanos, Marco relata: “nosotros
nacimos en la finca de mis padres. A mi Padre le gustaba la producción de café y de la piña. Por eso, el
cultivo de café siempre me ha gustado y con mis hermanos por eso hemos sido, agricultores”.
En el año de 1984, durante su adolescencia, Marco tomó la decisión de salir del hogar de sus padres. En
palabras de Marco: “Yo ya me sentía con alitas y con capacidad de volar solito. Yo quería salir a andar la
zona cafetera. Desde muy pequeño me gustaba la libertad, tener la posibilidad de ir y venir”. En ese
momento de su vida, Marco encontró su medio de subsistencia en el cultivo de café. Durante su etapa
de transición de adolescente a adulto, él recorrió lugares como Sevilla (Valle del Cauca), Quindío, el
Huila, a causa de su gusto por el cultivo del café. En estos viajes fue a dar con la Empresa Geotecnia, en
la que se dedicó a realizar estudios de suelo.
2.2.2. VIOLENCIA, DESPLAZAMIENTO FORZADO Y LA
BÚSQUEDA DE ALTERNATIVAS
En el periodo comprendido entre los años 1996 a 2000, Marco regresó a su lugar de nacimiento y
trabajó de nuevo la agricultura en la finca de su padre en el Cauca. Durante aquel período empezaron a
llegar distintos actores armados a la región, lo que condujo a una disputa entre grupos armados por el
6 Más específicamente, el lugar de procedencia de Marco es el corregimiento Camelio, ubicado en el municipio de Cajibio, del departamento del Cauca – Colombia.
Foto 3. Marco Antonio Cifuentes
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
territorio. En consecuencia a la ocupación por parte de grupos armados de la escuela en donde la
comunidad les había permitido alojarse, Marco y su familia se vieron forzados a desplazarse a Cali. Al
principio, la vida en Cali fue difícil. Marco Antonio y su familia no encontraban un lugar donde vivir,
puesto que su familia era muy grande y en la mayoría de apartamentos en arriendo, según cuenta el
mismo Marco Antonio, no admitían niños.
Aproximadamente en el año 2004, mientras su esposa trabajaba, él tenía que dedicarse al hogar y a sus
hijos. En ese momento, Marco Antonio empezó a explorar las oportunidades que le podían brindar las
organizaciones y las entidades del Estado para encontrar una solución a su condición de desplazado.
Después de una larga búsqueda, Marco Antonio logró conseguir una asesoría en la Cruz Roja. Allí le
informaron acerca de una Ley que apoyaba a los desplazados. Una vez con consciencia de este
mecanismo legal, hizo la declaración de su desplazamiento, la cual tuvo como resultado la inclusión de
él y su familia en el Registro Único de Población Desplazada (RUPD). Marco declara: “pude acceder al
programa cuando me dieron a conocer y me aportaron en el conocimiento de mis derechos como
desplazado”.
Es así como Marco Antonio, gracias al acompañamiento de la Cruz Roja y al conocimiento que le brindó
la misma, encuentra la alternativa de acceso a tierras. De esa manera, él y su familia iniciaron su
participación en un programa de la Fundación Paz y Bien. El programa brindaba a la familia una porción
de tierra con el fin de que esta la hiciese productiva. Luego, si la familia pasaba una especie de periodo
de prueba, la tierra les era entregada. Sin embargo, afirma Marco Antonio, él y su familia pasaron el
periodo de prueba y esta nunca les fue entregada.
2.2.3. MARCO ANTONIO Y EL PROCESO FALLIDO DE
REUBICACIÓN EN EL MUNICIPIO DE CAICEDONIA (VALLE DEL CAUCA)
Después de la mala experiencia con el programa de la Fundación Paz y Bien, Marco Antonio buscó al
INCODER como una alternativa más para el acceso a tierras. Gracias a ello pudo realizar una solicitud de
un predio en Caicedonia (Valle del Cauca) dentro del marco de la ejecución del programa de
reubicación. Así, en el año 2008 Marco Antonio logró acceder a la reubicación junto a su familia.
Durante el desarrollo del programa de reubicación, la ola invernal del 2008 generó desastres en las
tierras en las que habían sido reubicados. Marco Antonio dice al respecto: “cuando nosotros le
solicitamos tierras a INCODER allá fue la primera reubicación, en Caicedonia. Allí pasamos un año
trabajando esos predios. Unos predios igual que acá, que no había un cultivo de nada. Tocó llegar a
tumbar rastrojo y a sembrar. Allá tenía como 3.000 árboles de café sembrados cuando entró esa ola
invernal. Eso fue algo desastroso. Eso daba terror de ver la tierra cuarteada como hasta de un metro así
abierta oyó. Unas ranuras pero profundas. Eso daba como temor mirar eso.”7 Por ello, Marco Antonio y
su familia se vieron obligados, una vez más, a abandonar sus tierras. No obstante, tal situación de
emergencia les permitió ingresar a otro programa de reubicación que se desarrollaba en el Municipio de
El Cairo (Valle del Cauca).
A pesar de la difícil experiencia en el proceso de reubicación en Caicedonia, este suceso dejó en Marco
Antonio una serie de enseñanzas significativas. En primera instancia, dicha experiencia contribuyó a que
él asumiera de una manera diferente la reubicación en El Cairo. Asimismo, el hecho de haber sido
7 SJR, Nueva Propuesta Cartilla, (documento inédito), p. 25.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
15
secretario de la asociación en Caicedonia, contribuyó a su formación. Al llegar a El Cairo, ya tenía unos
conocimientos acumulados para la organización comunitaria y en materia de defensa de derechos que
fue de gran ayuda para la gestión y organización de los reubicados en El Cairo.
Marco Antonio asegura que su experiencia en El Cairo ha sido buena en tanto ha podido trabajar,
cultivar y producir. Él llegó al predio Perla Roja el año 2008 acompañado de sus 4 hijos. Recién llegados
vivieron en la Casa Bonita (Casa comunitaria del predio) junto a 4 familias más. Después, fue a vivir en el
cambuche que construyó en plástico. En la medida en que conseguía ingresos y trabajos pequeños
empezó a invertir en la adecuación de su tierra (tanto para sembrar, como para construir su casa). Al
principio el trabajo fue más duro que nunca: “esas fueron las primeras gotas de sudor junto a mis hijos”.
2.2.4. MARCO ANTONIO Y SU FAMILIA EN EL CAIRO
Los constantes desplazamientos y reubicaciones, la difícil situación que vivió Marco Antonio y su familia
tuvieron, asimismo, consecuencias dentro de las mismas relaciones familiares. La primera gran sacudida
que afectó el núcleo familiar fue después del fracaso de la reubicación en Caicedonia. Tras dicho suceso,
Liliana, la esposa de Marco Antonio de ese entonces, lo dejó a él y a sus hijos. Al principio, Liliana
contribuía con la manutención de los niños. Sin embargo, después de un tiempo ella fue dejando sus
responsabilidades familiares a un lado. Como consecuencia del no cumplimiento del compromiso de
colaborar con la manutención de los niños, Liliana propuso llevarse a los niños. Al respecto, sus hijos
mayores opusieron resistencia y decidieron no irse con ella8. Esta fue una etapa difícil para Marco, pues
estaba separado de lo más importante para él. Como él mismo afirma: “mis hijos son lo que más
quiero”. Sin embargo, tiempo después Liliana decidió devolver a los pequeños a su padre.
Marco Antonio cree que la vida para su familia es mejor en el campo. Para él la ciudad es sinónimo de
estrés y enfermedad. Como dice él: “he tenido enfermedades respiratorias que desaparecen tan pronto
llegó al campo”. En cuanto a sus hijos, Marco Antonio considera que en el campo tienen más espacio,
tranquilidad y libertad para desarrollarse y vivir su vida. Dice Marco Antonio acerca de sus hijos: “en el
campo podían gritar, saltar y divertirse. En cambio, en Cali, ni siquiera nos arrendaban un lugar para vivir
por tener hijos”.
8 Marco comenta que su exesposa presentaba problemas psicológicos a consecuencia de los maltratos que sufrió de parte de su Madre, es decir la abuela de sus hijos. Su exesposa le contó que fue su abuela quien la acogió posterior a que su madre la intentaba ahogar. Marco considera que, en parte, esa situación es la que contribuyó a que su unión no fuera para toda la vida y las dificultades que han vivido.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
2.2.4.1. LA VIDA DE LA FAMILIA DE MARCO
ANTONIO EN EL CAIRO
La vivienda rural de Marco Antonio y su familia es la única estructura construida en guadua. La mayoría
de sus compañeros han construido sus casas en embutido9. Para él, “esta construcción es práctica, me
ha llamado la atención construir en guadua por la facilidad de su manejo. Es fácil de utilizar, de
transportar y abunda, hay mucha en El Cairo”. La estructura, las paredes, algunos detalles como los
marcos y el diseño de las ventanas son en guadua. Para el cielo raso utilizó el machimbre y decidió que
fuera alto para poder estabilizar la temperatura en su casa, porque como él comenta, “el clima en El
Cairo es ardiente”.
Marco Antonio trabaja en la actualidad para fortalecer la vida que tiene gracias al proceso de
reubicación. Él es enfático al decir “mi ideal es quedarme en El Cairo, cada día me siento más de acá”. Al
igual que muchos otros, Marco Antonio lleva 8 años reconstruyendo su vida como parte del programa
de reubicados del INCODER en El Cairo, pero sigue en un periodo de prueba. De acuerdo con la
resolución de adjudicación colectiva de tierra a la comunidad de reubicados de El Cairo, ellos deben
cumplir unos compromisos por 12 años para poder acceder a la escritura formal e individualizada de su
tierra. Sin embargo, el proceso de reubicación en El Cairo y la resolución, aunque aún no le hayan
otorgado la titulación individual, le han permitido acreditarse para acceder a la oferta que necesita para
seguir desarrollando su vida durante dicho periodo de prueba. Él afirma: “no siento afán porque no
pienso vender y con la resolución se han hecho créditos y muchas gestiones”.
2.2.4.2. UNA NUEVA REUBICACIÓN DENTRO DE EL
CAIRO POR LA PROTECCIÓN AMBIENTAL
Debido a algunos problemas de organización de las propiedades y del no alinderamiento de las mismas
que hubo durante los primeros años del proceso de reubicación en El Cairo, algunas de las propiedades
de los reubicados quedaron invadiendo partes de zonas protegidas. En consecuencia, varios habitantes
del nuevo territorio se vieron obligados a reubicarse dentro de El Cairo mismo. Tal como lo cuenta
Marco Antonio: “En ese tiempo era Don Javier *miembro de la comunidad de reubicados+ el que estaba
como encargado. Lo había ordenado INCODER. Le había dado la orden para que entregue parcelas a las
familias que vayan llegando. Él bajó y me mostró más o menos cuál era la parcela mía, lo que era para
mí. Yo empecé a trabajar en este tajo. Esto era lleno de Bosque. Como me habían entregado por
INCODER oficialmente, empecé a tumbar bosque y bosque. Y tumbé bosque hasta que un día llegó la
CVC y me dijo: ‘No, quieto ahí. Pare ahí, esto es zona de bosque’. Y hasta nueva orden. Yo le pedí que
me diera por escrito, pues eso con palabras no me gustaba. Entonces sí, él me dijo que por ahí en 15
días o tres semanas nos enviaba un comunicado a El Cairo sobre esta problemática. Entonces sí, yo
estuve pendiente a qué hora nos llegaba ese informe.”10
“Pues como al mes ya nos llegó ese informe, concepto de las CVC. Que había que respetar nacimientos
de agua, la orilla del río y ahí expresaba cuántos metros había que respetar alrededor de un nacimiento.
9 El embutido es la expresión que uso Marco para referirse a las construcciones en bahareque. El bahareque es un sistema de construcción que consiste en una estructura de palos con terminaciones en una mezcla de barro que al secarse se endurece. 10 SJR, Nueva propuesta cartilla, p. 26.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
17
A las orillas de los ríos, lo mismo, y bosque que ya fuera bastante espeso no era permitido trabajarle. Ya
por medio de ese concepto de la CVC pues ya enviamos derecho de petición a INCODER para que me
reubicara y reubicar otras familias que estaban en las mismas condiciones. Eso duró más o menos un
año en esa vuelta. Una pelea, prácticamente una pelea con INCODER para que nos solucionara ese
problema porque para mí era preocupante porque ya tenía colinos de café listos para sembrar y no
tenía donde sembrarlos. Una preocupación y pues ahí fue muy difícil para mí pues a los compañeros
algunos nos les gustó que yo enviara derechos de petición y presionara al INCODER para que me
reubicara. No, pero yo lo hice porque el más perjudicado era yo. Como con la firma de cuatro personas
mandé ese derecho de petición.”11
2.2.5. MARCO ANTONIO SE SIENTE PARTE DE LA COMUNIDAD
CAIRENSE, SUS TRISTEZAS Y ALEGRÍAS
La vida comunitaria en El Cairo debe mirarse desde su composición
compleja, es decir, desde el conjunto de personas de diferentes
procedencias y de costumbres diversas. A pesar de las diferencias y de
los conflictos que la comunidad de reubicados de El Cairo ha tenido que
afrontar, a juicio de Marco Antonio, se han construido relaciones
solidarias entre la comunidad. En El Cairo él se siente parte de la
comunidad. Por ello quiere quedarse. Se podría decir que la comunidad
de reubicados ha logrado apropiarse del espacio que les fue otorgado
años atrás por el INCODER.
A pesar del problema que comportó para Marco Antonio la
reubicación dentro de El Cairo mismo, él piensa que era
necesario. El tema del cuidado del medio ambiente resulta,
para Marco Antonio, una problemática delicada hoy día. El ser humano no suele tratar bien el medio
ambiente, “a veces nosotros maltratamos el medio ambiente, usamos agro-químicos, dañamos las
fuentes hídricas, no reforestamos *…+ no hemos aprendido ni siquiera con las duras consecuencias que
tuvimos con la sequía”. Esto es lo que más entristece y preocupa a Marco Antonio, esa falta de
conciencia de los seres humanos hacia el problema medioambiental.
Sin embargo, en tanto que miembro de una comunidad, Marco Antonio expresa su orgullo y felicidad de
ser de El Cairo. El orgullo viene especialmente de los logros, de la superación de las adversidades que ha
tenido que afrontar tanto a nivel personal como a nivel colectivo. El hecho de que haya sido capaz de
construir junto a sus compañeros un lugar en el que todos puedan volver a tener una vida, unos medios
11 SJR, Nueva propuesta cartilla, p. 26.
Ilustración 1. El árbol representa la comunidad, las
raíces representan arraigo a El Cairo y su procedencia
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
de subsistencia, recuperar sus diversas tradiciones, es una razón de orgullo. Un ejemplo concreto de
esto se encuentra en la construcción de la cancha de fútbol como un espacio de recreación para la
comunidad.
2.2.6. MARCO ANTONIO HABLA DE LA PAZ
En relación con lo anterior, Marco Antonio reflexiona acerca de la paz. Una comunidad en paz es aquella
que ha logrado superar las adversidades y los conflictos y que seguirá haciéndolo. Es por ello que la paz,
para Marco Antonio, nace con las acciones de cada individuo, en el cómo este se relaciona con los
demás para construir paz. En ese sentido, la paz no es una cuestión únicamente del gobierno o una
responsabilidad del Estado. Es por eso que no se puede hablar de paz por el hecho de firmar los
acuerdos. Claro que ese hecho es un comienzo de la posibilidad de construir paz, reconoce Marco
Antonio. Sin embargo, todavía hay mucho por hacer. Para que haya paz se debe eliminar la pobreza, la
hambruna, la falta de acceso a medios de subsistencia. Respecto a su contexto local Marco Antonio dice:
“si todos los de El Cairo tuviésemos trabajo y condiciones, nuestra vida sería más tranquila y en paz”.
Por último, la paz es algo que se enseña a partir del valor de la solidaridad: “yo le enseño a mis hijos el
valor del trabajo, la convivencia y la importancia de la unidad de una comunidad. Lo que es diferente a
cada uno por su lado.”
Foto 4. Los menores de edad de la comunidad conocen y participan de su historia común.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
19
3. HISTORIA COLECTIVA DE REUBICACIÓN Y LA LINEA DE VIDA COMUNITARIA12
Las dificultades son parte del proceso y son necesarias para lograr las
fortalezas que constituirán el eje de desarrollo y movimiento de toda
comunidad. Afrontar dichas dificultades con amor permite y facilita su
buen y pronto desarrollo,… se las emprende con agrado y ánimo,
buscando el aprendizaje y crecimiento personal y comunitario… ¡Al mal
tiempo buena cara!
Plan de Vida Perla Roja, SJR
Este apartado del documento representa un ejercicio
de memoria y reflexión histórica de diversas
situaciones y experiencias que acontecen a la
comunidad de reubicados de El Cairo. Este trabajo
implicó retomar diversos ejercicios de documentación
realizados previamente para contrastar y validar lo que
aquí se presenta, ejercicios como los Planes de Vida y
el Documental Memorias de un Restablecimiento son
parte de los insumos fundamentales para este
ejercicio. Sin embargo, lo más importante es reafirmar
que dichos documentos y el presente documento, solo
han sido posibles por la voluntad de las personas de la
comunidad que han tenido la disposición y confianza
de compartir sus experiencias.
La historia colectiva que se comparte en el presente
texto empieza formalmente con la Resolución No.
01751 del 11 de diciembre de 2006 expedida por el
Ministerio de Agricultura y el INCODER, mediante la
cual el Estado colombiano se comprometió a adjudicar
un predio rural y otorgarle un subsidio a personas en
condición de vulnerabilidad.
12 Se hacen referencias específicas al Predio Perla Roja dado que la información consignada en este documento ha sido validada con la misma. Sin embargo, las líneas de vida de los diferentes predios son muy similares en correspondencia con los ejercicios de construcción de línea de vida que se han construido con ellos. En consecuencia, presentan algunas diferencias respecto a la temporalidad de las llegadas de las familias, lo que también implica algunas variaciones en las dinámicas de acompañamiento dadas las diferencias en el poblamiento de los predios.
Foto 5. La naturaleza en El Cairo siempre es expresiva y
tranquilizante.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
Para dicho fin, el Estado destinó 160 has (hectáreas) de la Vereda El Cairo, ubicada en el Municipio de El
Cairo, municipio con vocación cafetera ubicado al norte del departamento de Valle del Cauca en
Colombia. Es así como en el ejercicio de ejecución del programa que lideraba el INCODER y en
correspondencia con el subsidio integral que proponía el Plan Nacional de Desarrollo Hacia un Estado
Comunitario (2003) ―subsidio que contemplaría el valor de la tierra y las inversiones complementarias
que esta requiriera― se ofertó el programa mediante las Alcaldías y Personerías desde los diversos
lugares de la geografía nacional, despertando el interés de muchos ciudadanos colombianos que
buscaron ser beneficiarios del programa. Posterior a completar los requerimientos del INCODER, se hizo
efectivo el traslado de los favorecidos con el programa al predio ubicado en la Vereda El Cairo.
Sobre el proceso de reubicación, este ha sido complejo dado que la mayoría de beneficiarios del
programa llegaron con muchas precariedades asociadas a sus lugares de procedencia y su condición de
víctimas del desplazamiento forzado. Asimismo, a eso también se le articularon las incertidumbres y la
limitada atención y acompañamiento que los entes encargados del programa le dieron a los miembros
de las familias que accedían al programa de reubicación. De esa manera, cuando las familias llegaron,
tuvieron que ubicarse en las casas comunitarias que ya existían en los predios, se acomodaban cuantos
cupieran allí y, además de no tener casa, también tenían dificultades para producir o conseguir
alimentos y, esas situaciones desencadenaron en problemas de convivencia.
En correspondencia a lo anterior, la comunidad afirma: “cuando iniciamos fue muy traumatizante, unos
lloraban, hay casos muy traumáticos pues el INCODER nos trajo con engaños, dijo que era una finca en
producción y era solo rastrojo”13. Por ejemplo, respecto del subsidio integral al que se comprometió el
Estado colombiano mediante el programa de reubicación del INCODER, la comunidad solo contó con un
proyecto productivo en el año 2013 ―7 años después de cuando empezó la llegada de beneficiarios del
programa―. Incluso hoy día, algunas familias siguen sin poder suplir sus necesidades básicas, puesto
que han pasado dos cosechas en las que la no mitigación del riesgo que implica el verano les ha hecho
perder su producción.
En adición a lo anterior, por diversas omisiones de las entidades encargadas del proceso de los
reubicados en El Cairo14, dicha propuesta de subsidio integral y restablecimiento tuvo problemas en su
ejecución. El hecho antes mencionado sobre la falta de monitoreo y acompañamiento del Estado a las
comunidades causó problemas como: el estado de abandono de los terrenos y vías donde los habían
reubicado; la no definición oportuna de linderos, lo que generó atrasos para la activación productiva de
los predios y, asimismo, una serie de tensiones y conflictos en la convivencia entre la comunidad.
Sin embargo, aunque parte de la comunidad sigue esperando respuesta estatal, la comunidad ha
logrado sobrevivir a las promesas incumplidas y las dificultades. Lo han hecho con su propio esfuerzo y
gestión y, en algunos casos han encontrado aliados que les han acompañado y apoyado. Gracias al
desarrollo de nuevos procesos auto-organizativos que desataron dichos esfuerzos, las comunidades han
tomado conciencia de la importancia que tiene organizarse y mantenerse unidos, a pesar de lo difícil
que puede llegar a ser tal tarea. Afirman que ven “la obligación de volverse a organizar”, tomar un
nuevo liderazgo y asociación con esas metas de trabajar por traer más recursos y no tener que irse y
13 Grupo Focal, 2016 14 Autoridades locales, regionales y nacionales.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
21
abandonar el predio. “Si nos llegaran ayudas o una solución no estaríamos pensando en abandonar el
predio y buscar cómo pagar la deuda. Conformados *organizados+ podemos tocar puertas”15.
La comunidad afirma que ha superado parte de los problemas. Después de tantos años de trabajo en la
tierra, hoy sus fincas producen, tienen las viviendas que han construido y han logrado construir lazos de
apoyo mediante la integración comunitaria, aspectos necesarios para decidir voluntariamente seguir en
sus predios y apropiando el territorio.
Respecto a algunos ejemplos de los problemas que han resuelto: los “linderos ya están definidos, pues
después de tanto problema y demandas a INCODER, este mandó un topógrafo y se arregló; el hambre se
ha superado ya, tuvimos una época buena en la que se sembró café y plátano”. Sin embargo,
actualmente hay problemas que siguen vigentes, pues como dicen, “ahorita sin café, sin plátano y con la
deuda del banco la vida se complica”. Las personas están intranquilas, afirman que no saben con qué
van a pagar la deuda, lo que ha conducido a que “algunos que no aguantaron más la presión, se fueran a
la ciudad”. Por otro lado, la mayoría restante afirma decisivamente que la ciudad no es una opción para
ellos, porque “a qué irse si no tenemos con que comprar algo, a qué irse, sino a trabajar y seguir
pagando *…+ Hay que luchar y luchar, no abandonar y seguir. El hambre lo acosa a uno pero no hay que
irse.”
Además de lo anterior, en cuanto al tema de la tenencia de la tierra, a pesar de tener la adjudicación
definitiva del predio, este es de propiedad en común y pro indiviso, lo que corresponde a las condiciones
con las que accedieron al programa de reubicación, y asimismo, es la razón por la cual se hace referencia
a predios de la comunidad y no a predios de los individuos.
En última instancia, para referirse un poco a lo que la comunidad ha tenido que pasar en su proceso, es
pertinente mencionar que nunca se ha desarrollado un plan de tierras para la optimización y efectividad
de sus cultivos. Pese a ello, las comunidades mismas hablan del salto cualitativo que comporta para sus
vidas y de cómo cambian las necesidades cuando ya no tienen que jornalear para comer, en tanto que
poseen su propia tierra para producir. Reflexionan que la tierra es su medio de subsistencia, desarrollo y
vida, que aunque fue difícil porque tuvieron que aprender en la mayoría de los casos a trabajar el Café,
puesto que varios desconocían que El Cairo tiene vocación cafetera, pero han recibido ayuda de parte
de sus vecinos y de otros aliados como la Federación Nacional de Cafeteros.
15 Grupo Focal, 2016. La deuda a la que hacen referencia es a la adquirida con el Banco Agrario, deuda frente a la que la comunidad está preocupada pues han perdido dos cosechas, las cuales eran el medio de obtener recursos para pagar; reflexionan que aunque el crédito es una ayuda para poder alistar los cultivos, también son un gran riesgo que hasta hoy los presiona a dejar sus tierras para conseguir con qué pagar.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
3.1. LLEGADA Y PRIMERAS EXPERIENCIAS EN EL PREDIO PERLA ROJA
Un elemento primordial para el buen desarrollo de cualquier
comunidad es la confianza. Esto implica confiar en los otros y en
sí mismos, para esto es necesario saber quién es uno, como
persona y como comunidad. Tener metas claras con
procedimientos y metodologías visiblemente especificadas. Saber
a dónde se quiere llegar y cómo se va a llevar a cabo.
SJR - Servicio Jesuita a Refugiados, 2013
“En el año 2007 llegaron las primeras familias al predio Perla Roja, el cual se encontraba en rastrojo, con
la carretera destruida. Las familias que llegaron tuvieron que quedarse en las casas comunitarias que
tenía el predio mientras adaptaban un lugar en cada una de sus parcelas. Cuando INCODER entregó
estos predios les dijo a los beneficiarios que éste tenía un beneficiadero en perfecto funcionamiento,
que había agua, servicio de energía eléctrica y máquinas despulpadoras. Cuando llegaron las primeras
familias se dieron cuenta que el beneficiadero estaba en mal estado y que no tenían servicios públicos
como se creía, generando inconformidades y malestares por parte de las familias. Como no había
delimitación entre las fincas las familias que llegaron primero escogieron las mejores tierras, el segundo
grupo de personas sortearon los predios por medio de balotas y la última familia que llegó tomó un
predio que nunca fue utilizado.”16
El 11 de febrero de 2007 llegó por primera vez un grupo de cinco familias a Casa Bonita17, nombre de la
casa comunitaria que acogió a parte de la comunidad de reubicados la experiencia comunitaria del
predio Perla Roja. Estas familias y las que llegaron posteriormente, llegaron a Perla Roja porque: algún
conocido (vecino, amigo, familiar) les había compartido información sobre la oferta del Estado
colombiano para acceder a un proceso de reubicación por medio de INCODER; o porque algún servidor
de un ente público, Personerías o Alcaldías de sus lugares de procedencia, les hizo la oferta cuando ellos
se acercaban a solicitar atención.
Esas primeras cinco familias que llegaron a Perla Roja, después de haber conocido los terrenos en los
que serían reubicados, tomaron la decisión de no quedarse a menos de quince días de su llegada. Según
manifiestan quienes hoy son la comunidad, eso pudo tener como causa: (1) lo insuficiente que era el
lugar en el que se suponía reharían su vida; (2) llegaban a un lugar en el que no podían cultivar, puesto
que la tierra no estaba preparada para tal fin; (3) era un lugar en donde no poseían casa en donde vivir;
aunque algunos de ellos habían podido acomodarse de alguna manera en la casa comunitaria, era un
lugar en donde el miedo volvía a ser protagonista en las relaciones sociales.
El miedo se presenta en ese momento por una amenaza que generó temores y prevenciones en
miembros de la comunidad por la posibilidad de ser sujeto de situaciones hostiles de las que buscaban
salir. A pesar de que hoy día la comunidad no tiene muy claro cómo fue la situación, manifiesta que Don
Javier, un miembro de ese primer grupo de familias que llegó en el 2007, alertó que había recibido una
amenaza en la que personas que no lograba identificar enviaban el mensaje al grupo de familias de que
tenían 15 días para abandonar los terrenos a los que acaban de llegar.
16 SJR, Plan de Vida Perla Roja. 17 Casa Bonita es una casa comunitaria ubicada en el Predio Perla Roja, sirvió como espacio receptor a la llegada de las personas y familias.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
23
Sobre la amenaza, un miembro de la comunidad cuenta que: “*…+ decidieron salir porque no sabían si
era verdad o no y si les podían hacer algo a ellos o a sus familias. Se estaban alistando cuando se
encontraron con unos encapuchados, y desde la Alcaldía también avisaron para tener cuidado, entonces
les tocó salir del predio. La Policía llegó y pidieron ayuda a la Base Militar. Cuando llegaron, no
encontraron a sus hijos, estaban escondidos porque les daba miedo salir. Al día siguiente recibieron
acompañamiento de personería y a los 20 días mataron a dos en la casa. Los invitaron a una finca y
después encontraron los cuerpos enterrados con las motos, eso fue la prueba de que la amenaza era
verdad. Aunque a los que mataron no eran reubicados”.
Pese lo anterior, en diciembre de 2007 regresaron 2 de esas 5 familias que en un primer momento
habían decidido no reubicarse en el predio. Una de esas familias es la familia de Don Alirio, quien
argumentó que aunque el contexto de la amenaza estaba causándoles miedo y que la tierra en ese
momento no les garantizaba condiciones para cultivar o una casa en donde vivir, tendría la voluntad de
regresar y trabajar para generar junto a su propia familia y la comunidad las condiciones necesarias para
subsistir. Aunque Don Alirio llegó a tener dificultades con otros miembros de la comunidad pues él había
tomado la casa comunitaria como propia, pues eso era lo que le había dicho INCODER, sumado a otras
grandes ilusiones como que los predios ya tenían servicios públicos. Un factor determinante para Don
Alirio fue el conocimiento previo del territorio y la motivación de tener su propia tierra. Emoción que
superó las dudas y preocupaciones sobre la insuficiencia en las condiciones en que se encontraba el
predio con el que había sido favorecido por el Estado colombiano a través del programa de reubicación
del INCODER.
En efecto, posteriormente a la llegada del grupo de familias en el 2007, la comunidad recuerda que las
personas fueron llegando por goteo, es decir, como familias y/o individuos, en respuesta al proceso de
reubicación promovido por el INCODER que ahora contaba con la articulación de autoridades públicas
locales como Alcaldes, Personeros, Agentes de Acción Social en el terreno y otras entidades18. Todos
estos organismos ofrecieron la oportunidad a más personas y les acompañaron para realizar la solicitud
de ser beneficiarios del proceso de reubicación; solicitudes que fueron efectivas por ese
acompañamiento y articulación que se presentó.
En el proceso de solicitud los beneficiarios tenían que diligenciar un formulario del INCODER, con el cual
este mismo ente les respondía si eran o no beneficiarios y, pese a que el programa ya había tenido más
cobertura y la estructura de gobierno en sus diferentes niveles ya estaba articulada para realizar la
oferta del programa de reubicación, muchas personas llegaron a pasar hasta tres años después de que
les dieran la notificación si eran o no favorecidos por el programa ―periodo del 2007 al 2010, para
integrarse formalmente a sus predios (y a la comunidad)―.
En algunos casos la demora de los beneficiarios para hacer efectiva su reubicación se dio por factores
como los mencionados anteriormente: la tierra no estaba apta para cultivar ni para habitar. Por otro
lado, se presentó una nueva situación de temor en la comunidad. En esta ocasión fueron los asesinatos
18 Actualmente Acción Social es el DPS - Departamento Administrativo de la Prosperidad Social.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
de dos personas en los predios donde esta comunidad venía siendo reubicada. Finalmente, de acuerdo
con la comunidad, en marzo de 2011 se da el ingreso de la última persona al predio Perla Roja.
Foto 6 Estructura trasera del beneficiadero en el Predio Perla Roja.
La primera asociación se formalizó en el 2008 por exigencia y facilitación de INCODER. No obstante, ese
mismo año, el presidente de la asociación, Jesús María Rivera, miembro de la comunidad en su
momento, abandonó el proceso de reubicación y la organización quedó sin cuerpo organizativo alguno u
objetivo que uniese orgánicamente a la comunidad. Esta primera experiencia es seguida por la
experiencia de la Asociación Perla Roja. Esta surge en el contexto del acompañamiento que le brinda el
SJR a la comunidad beneficiaria del proceso de reubicación en El Cairo a partir del 2009 con objetivos de
empoderamiento y fortalecimiento organizacional.
“La asociación nació con el fin de darle viabilidad a un proyecto de capital semilla para cada uno de los
adjudicatarios. Los estatutos que se hicieron fueron muy ambiciosos, sin embargo el funcionamiento de
la asociación entró en receso y no se reactivó hasta el 4 de mayo del 2011 cuando 4 familias tomaron la
decisión de retornar esta organización, esta asociación ha pasado por varias etapas en las que se han
reformado las juntas directivas, actualmente se han registrado en Cámara de Comercio y funcionan
dentro de los reglamentos que han establecido.”19
La comunidad manifiesta que con esta Asociación hubo resultados como el proyecto de mejoramiento
de vivienda en el año 2010, capacitaciones en derechos, política e incidencia para la visibilización de la
comunidad, que no estuvo visibilizada del año 2007 al 2009, periodo en el que autoridades como la
UMATA, la Alcaldía, la Casa de la Cultura, estuvieron sin voluntad de escucharles. Adicionalmente,
manifiestan que la asociación se presentó en un contexto y proceso de empoderamiento (comunitario e
individual) que promovió un aumento de conciencia en la gente, capacitó en dinamizar ayudas, en
exigencia de garantías y derechos, y fortalecimiento organizativo en torno al trabajo en conjunto.
19 SJR, Plan de vida Perla Roja.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
25
La tercera experiencia formal de organización, de acuerdo con los testimonios de la comunidad, es el
Grupo de Mujeres en Acción, que también fue motivado por el SJR y tuvo fines específicos como la
capacitación en formulación de proyectos, exigibilidad de derechos, equidad de género y rutas de
atención. Las mujeres de la comunidad manifiestan que ese proceso organizativo propio les permitió
también empoderarse y empezar a tomar roles de liderazgo en torno a gestiones para la comunidad.
Respecto al grupo de mujeres, se gestionaron y se intentó llevar a cabo diversos proyectos. Sin
embargo, no lograron beneficiar a la comunidad con ninguno, pese a lo anterior, la comunidad valora
positivamente el proceso organizativo de las mujeres, porque generaron una estructura organizativa y
definieron su misión y visión buscando beneficios para la comunidad de reubicados de El Cairo.
3.2. PROCESO DE EMPODERAMIENTO Y ADAPTACIÓN: TRANSFORMACIÓN
DEL TERRITORIO Y LAS RELACIONES COMUNITARIAS
Aunque en esta tierra no había nada, tuvimos la motivación de
trabajarla y lograr algo con ella, ya en nuestra tierra
Participante Grupo Focal, 2016.
La comunidad desarrolló diversas acciones comunitariamente que implican el desarrollo de una
consciencia colectiva que requería que los miembros de la comunidad se entendiesen como individuos
que hacían parte de un grupo de personas y familias que vivían dificultades similares y enfrentaban un
mismo proceso de reubicación. Ello condujo a la articulación de acciones, programas y estrategias
alrededor de intereses comunes. En este sentido, algunas de las principales acciones que la comunidad
ejecutó en colectividad fueron:
La experiencia asociativa que surge como requerimiento del INCODER en el 2007. Su actividad
tiene un impacto social débil y no opera como es esperado dadas las dificultades organizativas y
la no definición de objetivos a alcanzar.
La experiencia asociativa acompañada por el SJR durante el período 2009-2010 que nace como
un apoyo en relación con el empoderamiento y el fortalecimiento organizativo.
El grupo de mujeres que surge en el 2010 como propuesta del SJR, que además de capacitar
respecto a la creación del grupo acompañando la definición de la misión y la visión, también
aportó capacitación en formulación de proyectos, exigibilidad de derechos, equidad de género y
rutas de atención.
Asociado a la definición de una ruta de incidencia, en el año 2012, la comunidad define las cinco
necesidades básicas de los reubicados, en donde estaban priorizados temas como la educación
para los NNAJ, la salud para miembros de la comunidad, el servicio de energía, el servicio de
agua y alcantarillado y, vías20. En el mismo contexto de incidencia, se presenta un evento a
20 NNA hace referencia a la expresión niños, niñas y adolescentes.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
realizarse en El Cairo en el que harían presencia autoridades del orden nacional (Ministerio de
Medio Ambiente, INCODER, Acción Social –actual DPS-), del orden departamental (Gobernador
del Valle) y municipal (Alcalde y otros funcionarios). En ese espacio, la comunidad visibilizó la
situación que vivían sus miembros y se hizo la exposición de las necesidades que priorizan.
La ruta de incidencia que se logra gracias al proceso de formación en derechos,
empoderamiento y fortalecimiento organizativo. Bajo este rubro la comunidad lleva a cabo, en
el año 2012, una Acción de Tutela en contra de INCODER solicitando el cumplimiento de la
entidad respecto a la definición de linderos y los compromisos adquiridos en el proceso de
reubicación. Los resultados de esta tutela fueron: (1) la división del predio mediante la
adjudicación de un fragmento de tierra a cada beneficiario; (2) la ejecución de un proyecto
productivo financiado por INCODER21.
La construcción, en el 2014, de una cancha de fútbol comunitaria22.
La conexión, en el 2015, de energía en tanto que resultado de un proceso de gestión e
incidencia comunitaria.
La gestión del uso del agua y de sistemas de riego para el cultivo y los hogares, en el 2015, por
medio de la utilización de un excedente de un proyecto de INCODER en el Municipio de
Calcedonia.
Convites comunitarios y/o mingas comunitarias: la comunidad manifiesta que mediantes
prácticas propias de trabajo comunitario han hecho de 10 a 12 convites en su historia
comunitaria.
Foto 7. Los ejercicios de minga -convites comunitarios- han sido fundamentales en el proceso de integración y construcción del territorio.
En el desarrollo de esas acciones emprendidas comunitariamente, los miembros de esta comunidad han
logrado superar dificultades como las de transformar con sus propias manos y visiones hectáreas de
terreno para poder cultivar y habitar sus propios espacios. Esto lo han hecho con la voluntad de poder
vivir en su tierra, logrando, entre otros resultados, la atención del Estado y la integración a una
comunidad que les veía con desconfianza.
21 La comunidad logró el compromiso respecto a garantías individuales de ayuda humanitaria desde Acción Social. 22
Aunque varios miembros de la comunidad consideran que este logro contribuye a la recreación y deporte comunitario en el que participan NNA, jóvenes y adultos, también hay críticas a considerar este espacio como comunitario, ya que se elaboró en un espacio que no es propiedad comunitaria, sino de uno de los miembros de la comunidad. No obstante, el uso que se le da a la cancha si es comunitario y Don Marco Antonio, a quien pertenece el espacio en que se construyó la cancha, manifiesta que ese es un espacio comunitario y que él no limitará su uso.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
27
La mayoría de los individuos y/o familias que llegaban no se conocían entre sí, traían diferentes historias
de vidas generalmente influenciadas por contextos hostiles, relacionados con el conflicto armado y
social que vive Colombia desde hace más de cinco décadas. Varias de las familias eran provenientes de
zonas en las que dicho conflicto ha tenido sus expresiones más fuertes. Ello también ha encaminado a
determinar, en algunos casos, comportamientos violentos y de autoprotección que se han evidenciado a
partir del no-reconocimiento del otro y una tendencia a la individualidad, las cuales son situaciones
conflictivas que las comunidades han aprendido a cambiar para poder crecer en sus objetivos
individuales y colectivos.
En el 2009, el SJR – Servicio Jesuita a Refugiados empieza su proceso de acompañamiento con la
comunidad reubicada de El Cairo. La población hoy día valora ese proceso de acompañamiento como un
proceso de incidencia para la visibilización y la unidad organizacional comunitaria. Dicho proceso implicó
para la comunidad y, especialmente para los individuos que la componen, un soporte para volverse a
encontrar y construir junto a personas con las que tenían relaciones de discordia a consecuencia de las
disputas por la definición de los linderos que dividían las propiedades según le correspondiere a cada
familia.
La comunidad define el proceso de acompañamiento del SJR como incidencia para la visibilización
porque, según ellos, mediante el acompañamiento lograron salir de su estado de invisibilización y falta
de voluntad a los que los tenían sometidos principalmente la Alcaldía, la UMATA y la Casa de la Cultura
en el periodo del año 2007 a 2009. El proceso de acompañamiento para el fortalecimiento comunitario
del SJR consistió básicamente en: capacitación en derechos, fortalecimiento organizativo como medio
de gestión e integración, un proyecto de vivienda y la construcción del Plan de Vida para la comunidad
que los agrupa; en el que además del diagnóstico que aporta la definición de lo que son y cómo están,
también aporta lo que desean en ese nuevo lugar a donde llegaron a continuar y/o reconstruir su vida.
En cuanto a la Alcaldía y los proyectos que ha llevado a cabo para la comunidad, esta no ha sido capaz
de responder a las necesidades concretas de la comunidad. Tales proyectos se traducen, más bien, en el
resultado de acciones que esta ha tenido la obligación de cumplir por la coordinación de otros mandatos
gubernamentales; además de ello, dichas iniciativas y proyectos no han sido consultados con la
comunidad. En consecuencia, el impacto y pertinencia de estas han sido casi nulos23. De ahí que el
trabajo de capacitación en derechos llevado a cabo por el SJR por la comunidad haya sido tan
importante y bien recibido por la misma. Ello los encaminó a captar y entender sus capacidades y sus
derechos. “*…+ ya no le regateamos a la Alcaldía, ahora exigimos derechos”. Grosso modo, ese es el
aprendizaje de la comunidad en relación a tal problemática, esto es, tomar conciencia de que salir de su
condición de víctimas ha sido posible a partir de la articulación de sus esfuerzos de manera colectiva.
Esa postura y sus incidencias prácticas, que parecen tener consecuencias positivas, también condujeron
a algunos conflictos con la Alcaldía. Dicha entidad consideraba que el SJR era el actor responsable de las
23 A pesar de todo esto, la comunidad rescata la entrega de colinos de café de parte de la Alcaldía y la utilidad que ello tiene para continuar los procesos productivos que desarrollan.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
motivaciones, exigencias y garantías que demandaba la comunidad de reubicados, y que, la autoridad
local venía negando o asumiendo como dadas. Esa era una situación difícil para las personas del Predio
Perla Roja porque la comunidad estaba en un pedazo de tierra, donde el Estado los había reubicado, sin
la posibilidad de cultivar, sin un techo propio, sin la titulación de su terreno, entre otras cosas como la
inestabilidad y la no seguridad alimentaria.
Pese a lo anterior, las personas lograron superar diversas dificultades gracias a su propia voluntad y
capacidad de organización. Después de mucho trabajar la tierra, la comunidad adecua fragmentos de
ella para empezar procesos de cultivo y construcción de lugares en donde refugiarse (viviendas no
convencionales en algunos casos). Proceso que fue posible gracias al desarrollo de diferentes proyectos
productivos, algunos de ellos apoyados por el SJR ―junto a herramientas como el fortalecimiento
organizativo y construcción de Planes de Vida―. En adición a ello es importante resaltar, de acuerdo
con lo dicho por la comunidad, la labor de la Personería de El Cairo (ente público), puesto que en
función de acompañamiento los apoyo en materia de elaboración de peticiones y solicitar garantías.
En el 2011, se inició el desarrollo de un proyecto hombro a hombro con la Organización Internacional
para las Migraciones (OIM) y la Federación Nacional de Cafeteros (FNC). Estas entidades le brindaron a
la comunidad unos programas de capacitación para trabajar la tierra, capital semilla a determinados
miembros de la comunidad, acompañamiento psicosocial y otras ayudas. Luego, en el 2012, gracias al
proceso de incidencia para la visibilización y la formación de la que habían sido sujetos, la comunidad
logra hacerse escuchar hasta Acción Social ―entidad reconstituida como el Departamento
Administrativo para la Prosperidad Social (DPS) ― 24 . De esa incidencia se lograron las ayudas
humanitarias, las cuales fueron recibidas en procesos individualizados y resultaron siendo beneficiados
pocos miembros de la comunidad.
Más tarde, en el año 2013, se inició un
proyecto productivo impulsado por el
INCODER, que además de la facilitación
administrativa respecto a la solicitud de
las personas para ser beneficiadas con la
reubicación, no había respondido con los
compromisos de seguimiento,
acompañamiento, definición de linderos
y de la puesta en marcha de un plan
integral para la efectividad de la
reubicación. Tal proyecto productivo,
formulado por Valle en Paz25, consistía
en insumos para la producción como
pesticidas y abono. De acuerdo con la
formulación y el diseño de tal empresa,
se pagaría al beneficiario el 40% por
jornales. La comunidad hoy día explica
24
La transformación de Acción Social dio paso a la creación del Departamento Administrativo para la Prosperidad Social. Su objetivo es avanzar en la superación de la pobreza, la inclusión de la población vulnerable y víctima de la violencia y la consolidación de los territorios a través de la garantía de la presencia del Estado en una senda de prosperidad y reconciliación. Consultado el 23 de junio de 2016 en: http://goo.gl/qLXDrG 25 VallenPaz es uno de los 23 programas de desarrollo y paz (PDP) que existen en Colombia.
Foto 6. Las manos de los campesinos no solo guardan las experiencias del
conflicto armado, guardan afectos y amor por la tierra y para otros.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
29
que dicho proyecto surge como respuesta a la presión que generó la tutela que la comunidad elaboró
para la definición de linderos. Ello, argumenta la comunidad, no hubiese sido posible sin las
capacitaciones recibidas en materia de defensa y conocimiento de derechos mínimos y los mecanismos
para protegerlos.
3.3. ALGUNAS SITUACIONES DE ESPECIAL ATENCIÓN PARA COMUNIDAD Y
LAS ENSEÑANZAS DEL PROCESO
No tengo lo que perdí, pero tengo catorce mil árboles de café y 2 mil
floreciendo.
Miembro Asociación Renacer
Para ilustrar esta parte del texto se hará uso de la Matriz DOFA construida por la Asociación Perla Roja
en el Plan de Vida de la asociación en el año 2013. Asimismo, se comentarán algunos de sus
componentes para relacionar y/o expandir lo que la comunidad compartió al respecto en encuentros
recientes.
MATRIZ DOFA (SJR - Servicio Jesuita a Refugiados, 2013, pág. 16)
DEBILIDADES OPORTUNIDADES FORTALEZAS AMENAZAS
Falta de respeto entre los miembros. No se respeta la palabra.
Subsidio de vivienda Tierras fértiles y productivas
Falta de respuesta de los entes públicos.
La Asociación Perla Roja se ha dejado manipular por algunas entidades.
Proyectos productivos gracias al acompañamiento de organizaciones no gubernamentales (ONGs) y Cooperación Internacional.
Buenas vías de comunicación.
Temor por la presencia de grupos armados al margen de la ley.
Conformismo. Acompañamiento del Comité de Cafeteros.
Buen compromiso. Cambio climático.
Mala comunicación. Comercialización de los productos.
Responsabilidad con la comunidad.
Inestabilidad del dólar.
Desunión. Compradores. Los socios planean un proyecto de vida en el predio.
Intolerancia. Créditos. Los socios plantean ideas y acciones conjuntas para resolver los problemas de la asociación.
Desconocimiento del funcionamiento de la asociación.
Ubicación favorable para la comercialización de los productos.
Tabla 1. MATRIZ DOFA extraida del Plan de Vida de la comunidad de Perla Roja.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
El tema del no respeto entre los miembros de la comunidad es una debilidad identificada por ellos
mismos. Frente a esa situación, es pertinente decir que las condiciones de respecto fueron muy difíciles
en el inicio de la experiencia, debido a que las personas eran desconocidas entre sí y no se habían
generado lazos de amistad ni relacionamiento. Sin embargo, la dinámica de necesidad les llevó inclusive
a convivir en condiciones de hacinamiento en Casa Bonita (casa comunitaria). Posteriormente, con las
dinámicas organizativas, lograron construir esos lazos y relaciones que antes no existían. Ello facilitó, en
cierta medida, el diálogo para sensibilizar sobre la necesidad del buen trato y los beneficios que ello
podría implicar para los objetivos que se estaban planteando como comunidad. En tal punto resultó
fundamental la entrada de un aliado que entendiera y apoyara esa tarea.
En el grupo focal realizado en el 2016, un miembro de la comunidad habló de cómo las acciones de
acompañamiento contribuyeron a mejorar estas situaciones: “SJR dio fuerza. Había una convivencia muy
pésima, se hicieron talleres, se enfocaron en hablarnos y construir. La convivencia mejoró no un 100%,
pero mejoró mucho a como estaba antes. Nos enseñaron a vivir en comunidad, no ha venido nadie más,
el tiempo y las enseñanzas han salido del SJR.”.
En adición a lo anterior, en la matriz de estrategias elaborada en la parte estratégica del Plan de Vida, se
encuentra entre los retos y desafíos de la comunidad hacer esfuerzos por mejorar la convivencia y
tolerancia entre los miembros de la asociación. Esto, con miras a facilitar la gestión y presentación de
propuestas conjuntas; lo cual tiene correspondencia directa con: (1) el desafío de mejorar la
comunicación entre los socios para obtener respuesta institucional y poder incidir en el cumplimiento de
la implementación de políticas públicas y; (2) la gestión de proyectos productivos acompañados por
ONGs (organizaciones no gubernamentales) y Cooperación Internacional.
Respecto a la falta de respuesta de los entes públicos, es pertinente referirse al subsidio integral en el
que se sustentaba el programa de reubicación, puesto que nunca se ejecutó como se había dicho que se
ejecutaría. La comunidad siempre tuvo que presionar para tener algún tipo de respuesta del INCODER,
de la Alcaldía o algún otro ente público. En consecuencia, la comunidad afirma que “La calidad de vida
hubiera sido diferente si hubiera existido un acompañamiento por parte del gobierno y las otras
entidades. Si a mitad de camino no quedara la plata y los proyectos viviríamos diferente. Para cambiar
eso necesitamos saber a dónde ir y a dónde va la plata.”26
Asimismo, el tema del acceso a derechos y servicios básicos han sido motivos fundamentales para la
gestión y la organización comunitaria. A continuación se harán referencias sobre algunas de esas
apuestas comunitarias para resolver sus necesidades: Sobre el acueducto, la comunidad manifiesta que
desde que les ofrecían el programa, INCODER aseguró que el predio contaba con energía, agua y
vivienda. Sin embargo, eso no correspondía con la realidad. Por esa situación, la comunidad ha
direccionado parte de sus esfuerzos a la gestión del acueducto. Esfuerzos acompañados en buena
medida por el SJR. Este proyecto ha tenido como producto la construcción de la infraestructura
existente, que consiste en un tanque de almacenamiento de 6 Km de tuberías. No obstante, dichos
productos se encuentran en un alto grado de deterioro y dado que su caudal es limitado, se considera
insuficiente para abastecer a las 17 familias del predio. En ese sentido, la comunidad, hoy día, concluye
que aunque la infraestructura que tienen hoy mejoró su situación, resulta insuficiente. “Tenemos agua
por manguera pero no es acueducto y no es agua 100% potable. Sale de una fuente de agua donde se
26 Participante Grupo Focal, Perla Roja, 2016.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
31
reciben los residuos y desecho de algunas casas. Están buscando una fuente que sea potable para surtir
de agua.”27
En relación a lo anterior, es preciso mencionar que a un miembro del primer grupo de familias que
llegaron al predio, el INCODER le había dado mangueras para llevar a cabo la construcción del
acueducto. No obstante, la persona fue una de entre tantas que nunca regresó. Actualmente, la
comunidad comparte que el Alcalde electo se comprometió a instalar el acueducto, afirman que ya
tomaron medidas e hicieron un plan de compras. “Después de 8 años de promesas, esto se logra de
nuevo por la comunidad y la Alcaldía actual.”28
Respecto a las condiciones de habitabilidad, todos los miembros que llegaron como fruto del proceso de
reubicación han construido sus casas a partir de sus propios medios. Sin embargo, como se puede ver en
su Plan de Vida, la comunidad tiene una preocupación en relación a los materiales con los que se han
construido las casas. Estos resultan poco seguros e inestables en el sostenimiento estructural de las
viviendas, pues los materiales con los que han construido son cartón, plástico, lona, esterilla y su suelo
es en tierra. Con la intención de mejorar las condiciones de habitabilidad de las familias del predio, la
comunidad ha buscado acceder a diversos proyectos de mejoramiento de vivienda. No obstante, en este
aspecto, solo han recibido acompañamiento del SJR y hubo un proyecto con Acción Social (actual DPS).
En cuanto al acceso a la educación, la comunidad tiene una preocupación por los riesgos que implican
para los menores de edad desplazarse largas distancias de la casa a la escuela y de la escuela a la casa.
En ocasiones deben caminar cerca de 2 horas para poder recibir clases. Respecto a esa preocupación, la
comunidad ha logrado gestionar transportes para los estudiantes. Ello ha facilitado y mejorado la
situación pero de todos modos ha comportado nuevos inconvenientes, en tanto que los chicos no son
transportados en las mejores condiciones ni con las condiciones de seguridad necesarias. Ya han
ocurrido algunos accidentes. En el primer semestre del 2016 un carro que llevaba varios niños a la
escuela, se volcó. Aunque nadie murió, varios niños resultaron lesionados.
Por otro lado, la comunidad también ha llamado la atención acerca de la calidad de la educación que
están recibiendo sus niños. Hay una creciente desmotivación de los chicos en relación a lo que se les
enseña en la escuela. Incluso algunos afirman que no están aprendiendo nada. A esto se le suma el
debate y la tensión que emerge en el seno de la comunidad en cuanto a qué tipo de enseñanza y qué
tipos de contenidos deben recibir sus hijos. Algunos dicen que los niños deberían formarse con el fin de
desplazarse del campo a la ciudad en busca de nuevas oportunidades como comerciantes o pequeños
propietarios de negocios, mientras otros afirman que deberían continuar con el trabajo y el cultivo de la
tierra en el campo.
Asimismo, además de las dificultades de calidad de la educación y de transportarse hasta los centros
educativos, se suma la dificultad de la alimentación de los menores en su jornada académica, ya que la
comunidad rural de El Cairo que recibe clases en los colegios ubicados en el casco urbano, ha tenido que
27 Participante Grupo Focal, Perla Roja, 2016. 28 Participante Grupo Focal Perla Roja, 2016.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
afrontar cambios en su cultura, horarios de sueño y en la dinámica alimenticia. En la mayoría de los
casos los menores no desayunan en sus casas, porque, como ellos mismos afirman, su cuerpo no les
recibe un desayuno en horas de la madrugada. Solo hasta después del mediodía (2:00-3:00pm) los
chicos pueden regresar a casa a comer algo. Una alternativa a esto es la alimentación escolar, pero por
asuntos de no financiación y gestión pública, ha dejado de ser prestada o no se hace en las condiciones
nutricionales correctas.
Como respuesta a todas las problemáticas mencionadas anteriormente, la comunidad desde su Plan de
Vida propuso la adecuación de una Escuela Comunitaria. De este modo, la comunidad ha hecho
gestiones con los entes encargados de la educación en el Municipio. Actualmente la administración les
manifestó que ya estaban adelantando gestiones con el Ministerio de Educación Nacional. Respecto a la
adecuación de dicha escuela, la comunidad propone utilizar el espacio de la Casa Bonita.
Continuando con las temáticas que despliega la línea de derechos, la comunidad habla acerca de sus
preocupaciones en cuanto a las condiciones de salud y la pobre atención que presta el sistema de salud
en la comunidad. Afirman que la atención médica no es suficiente para la demanda de la zona y que la
infraestructura del puesto de salud se encuentra en malas condiciones. Consideran que es necesario
buscar una solución al respecto y que esta puede empezar por la contratación de un médico, en el
puesto de salud de la comunidad, que monitoree la salud de sus habitantes.
Ahora bien, pasando a la cuestión sobre las condiciones de seguridad, estas juegan un papel central en
relación con las preocupaciones de la comunidad. A grandes rasgos, la gente tiene temor por la
presencia de grupos armados al margen de la ley en el territorio. Dicho miedo colectivo, se podría decir,
tiene como causa las situaciones de amenaza y de violencia que afrontó la comunidad en los primeros
meses de su llegada a El Cairo.
Otro tema que preocupa a la comunidad es el estado de las vías. Consideran que el mantenimiento de
las vías es fundamental para el desarrollo de su vida, en tanto que constituye el modo de acceso a sus
tierras y el vehículo para la comercialización de sus productos. Por esta razón, la comunidad misma ha
llevado a cabo arreglos y mantenimiento de sus vías mediante convites. Como respuesta a las fuertes
lluvias e inundaciones que amenazaban con destruir las vías, la comunidad ha realizado mantenimiento
a sus vías mediante convites. No obstante, con el verano, esos convites que además servían para la
integración comunitaria, no se volvieron a realizar. Relacionado a esta situación, la comunidad se ha
planteado proyectos de mejoramiento y mantenimiento constante de las vías principales y secundarias
del Predio Perla Roja y Vereda Salmelia, El Madroño, Buenos Aires y, manifiestan que desde su labor
organizativa, han logrado gestionar el préstamo de maquinaria de parte de la Alcaldía.
En términos de la producción agrícola, la comunidad reitera su preocupación al respecto. Esto se debe a
que durante las dos cosechas más recientes, sus capacidades fueron muy limitadas para enfrentar la
época de verano y de sequía. Cuestión que ha obligado a la gente a optar por créditos, préstamos y
otros compromisos para cumplir con los acuerdos de los proveedores de insumos agrícolas. El meollo
del asunto recae en que, como la comunidad misma lo expresa, el agro es prácticamente el único medio
de sustento de las gentes residentes en dicho territorio. De algún modo, se podría decir, están viviendo
un factor expulsor en El Cairo que puede llevarlos a un nuevo desplazamiento. El desespero ha generado
que las personas abandonen sus predios para ir a jornalear y conseguir dinero con el fin de responder
con las responsabilidades que adquieren. La comunidad identifica el nudo del problema en el hecho de
que han tenido que afrontar dichas adversidades sin el apoyo debido de las instituciones públicas
encargadas de estos casos. Encuentran que el crédito que identificaban como una oportunidad para
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
33
poder producir es, hoy día, una amenaza que, articulada al cambio climático, los está obligando a
desplazarse de sus tierras con miras a encontrar nuevas oportunidades.
Sumado a lo anterior, también hay una situación preocupante sobre la rentabilidad de su producción.
Después de haber aprendido a cultivar el café (actividad que la mayoría desconocía), dada la vocación
cafetera del lugar donde fueron reubicados, hoy día la producción de café y plátano es suficiente. Sin
embargo, no es rentable para las familias, pues los miembros de la comunidad vienen identificando una
disminución en su rentabilidad29.
Otro factor importante a tener en cuenta en relación a la disminución de la renta de la tierra son los
altos costos de los insumos agrícolas, los cuales son necesarios para el mantenimiento del cultivo del
café (o cualquier otro en las condiciones productivas que la comunidad desarrolla). Ello tiene efectos
directos en los ingresos de los miembros de la comunidad, que como ya se ha constatado, tienen que
responder con las obligaciones adquiridas con sus proveedores y con los bancos.
Entre las acciones posibles para afrontar tal situación, el SJR en diálogo con la comunidad ha propuesto
contrarrestar el monocultivo y promover la siembra de distintos productos. De este modo, la comunidad
dejaría de depender del comportamiento en el mercado de un solo producto y de lo que ello implica en
términos climáticos ─es decir, de los efectos respecto al cambio climático─. En este orden de ideas, una
alternativa en el territorio es la activación en la producción y comercialización de productos pecuarios y
hortalizas. Sin embargo, también se ha identificado que “la demanda de productos como tilapia, huevos,
pollos, yuca, frijol y maíz no compensa la producción generada en las fincas del predio, trayendo como
consecuencia en ocasiones una sobreoferta de los productos y bajos precios de venta.”30
Asimismo, la comunidad misma ha pensado en proyectos y estrategias para activar mecanismos de
producción y comercialización. La gente ha expuesto algunas estrategias como la gestión y participación
en ruedas de negocios. Ello con miras a darse a conocer como productores y dar a conocer sus
proyectos, como la adecuación del beneficiadero31. Adicionalmente, la gente ha pensado en actividades
de formación para el mejoramiento de la presentación de los productos, articulado a jornadas de
capacitación en valor agregado, negociaciones, empaque, marca registrada, embalaje, plan de
abastecimiento.
29 A lo anterior se le debe adicionar la crisis que vive la comunidad por la pérdida de las dos cosechas de café pasadas relacionadas a la no capacidad para afrontar la época de sequía.
30 SJR, Plan de Vida de Perla Roja, (Buenaventura: 2013), p. 20.
31 El beneficiadero ya existía en el predio; es una infraestructura que por su tamaño da cuenta de grandes cantidades de producción. Actualmente, es un predio prácticamente en condiciones de abandono y es propiedad de la comunidad en el que se ha proyectado la posibilidad de activar un centro de acopio. Los materiales y recursos del Beneficiadero fueron unos de los principales insumos para la construcción de casas en los inicios de la experiencia.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
Como un factor asociado, es preciso hacer memoria y relacionar algunas situaciones que ya ha vivido la
comunidad. Es necesario recordar que al llegar a El Cairo, la comunidad tuvo que jornalear en fincas
vecinas o buscar alternativas similares, debido a que sus tierras no estaban en condiciones de producir.
En consecuencia, la gente se vio obligada a adecuar la tierra, a través de sus propios medios, para la
producción y el cultivo. Ahora, de acuerdo con la situación crítica que vive la comunidad en la
actualidad, esta teme que por el endeudamiento y la pérdida de cosechas se vean obligados a volver a
las largas jornadas de trabajo mal pagas del jornaleo.
De manera paralela, hoy día, la comunidad reconoce que buena parte de las dificultades de convivencia
que surgieron durante los primeros meses de su llegada a El Cairo, fueron ocasionadas por la falta de
comida y de medios de subsistencia32. Factor que la comunidad espera que no se repita dadas las
deudas que acreditan actualmente. En palabras de la comunidad: “Lidiar con varias culturas en un solo
sitio es muy difícil. Otro factor era el hambre, todos querían comer, rencor porque uno cogió y el otro
no."33. Se traen esas memorias y relaciones a colación, dado que la comunidad ha venido identificando
que el tema organizacional y comunitario ha sido un factor fundamental para superar sus dificultades de
convivencia, pero que también lo son el acceso a medios de vida.
Adicionalmente, aunque la gente identifica que el compromiso y la unión orgánica han generado el
fortalecimiento de sus procesos comunitarios, también reconocen que se siguen presentando
dificultades respecto a la funcionalidad de las organizaciones. Por ejemplo, el hecho de que los trabajos
de las organizaciones comunitarias no se efectúan sino cuando hay proyectos específicos; lo cual
encamina a que la organización solo responde a coyunturas de proyectos. De ello se desprende otro
problema más grande, esto es, cuando dichos proyectos no se desarrollan como la comunidad espera o
no resultan rápido, pues genera desunión e individualiza los liderazgos. En consecuencia, se desmiembra
la unión y la consolidación de una organización que represente los intereses de todos.
Uno de esos ejemplos específicos puede ser el de la cancha de fútbol como un espacio comunitario.
Como ya se mencionó con anterioridad, la cancha de fútbol fue gestionada comunitariamente, pero fue
construida dentro de la propiedad de uno de los miembros de la comunidad. En palabras de un
miembro de la comunidad: “La cancha no la sienten comunitaria, porque está dentro de una finca. No
hay un documento que diga que la cancha es de la comunidad, ese tema fue más político, él [quien la
gestionó] vio cómo tener un beneficio. El día de mañana Don Marco puede vender o hacer lo que
quiera. Está dentro de su predio. Ellos [los de la Alcaldía] tenían un croquis de cómo querían la cancha y,
cuando llegó la máquina, ellos la hicieron como quisieron y se fueron, sin mirar lo que la comunidad
quería.”34
32 La comunidad llegó con promesas del Incoder. Promesas como que las tierras ya estaban produciendo, que tenían asegurados servicios públicos, casas, entre otros. No obstante, la comunidad se encontró con un predio que no estaba en condiciones de producir porque estaba completamente en rastrojo, sin servicios públicos ni casa. Solo había asilo en una casa comunitaria en la que vivieron en condiciones de hacimiento. Asociado a esa situación también se recuerda que en un principio el predio no contaba con la definición de linderos, lo que se logró determinar tiempo después por presión comunitaria. Durante el tiempo que no existieron, la comunidad trabajó en diferentes lugares y se apropió de zonas por beneficio personal. Ello generó individualismos que promueven actitudes de competencia entre la comunidad, lo que se tradujo, en últimas, en problemas de convivencia.
33 Participante Grupo Focal, Perla Roja, 2016
34 Participante Grupo Focal, Perla Roja, 2016
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
35
Este tipo de sucesos son un ejemplo de las dificultades que resultan del desgaste organizativo que
implica la organización únicamente por proyectos. En ellos, las consecuencias también pueden ser
dificultades de convivencia, la no apropiación de resultados, e inclusive, disputas por territorio. Aunque
desde un principio Don Marco ─persona ubicada en el predio en el que se hizo la cancha─ afirma que esa
cancha es de uso comunitario y que no prohibirá su uso, la situación no deja de generar tensiones que
desde otros individuos de la comunidad se hagan ese tipo de apreciaciones, lo que puede influir en que
otros piensen de la misma manera. Situaciones como estas se pueden evitar cuando las decisiones son
tomadas de manera colectiva y con el sustento de una proyección organizada a mediano y largo plazo.
3.4. MOMENTO ACTUAL DE LA COMUNIDAD REUBICADA EN EL PREDIO
PERLA ROJA
Ilustración 2. La historia del antes y el después. Elaborada por una menor de edad de la comunidad.
La comunidad se siente agradecida con el proceso de acompañamiento del SJR, puesto que le atribuyen
una constancia y entrega para buscar que las relaciones entre miembros de la comunidad fuesen y sigan
siendo armónicas. Asimismo, dicho proceso de acompañamiento, dice la gente, les enseñó a entenderse
y concebirse como comunidad y actuar de manera articulada para llegar a acceder a sus derechos.
Asimismo, la comunidad manifiesta que se encuentra motivada y agradecida con la vida y los beneficios
que recibieron del Estado colombiano, puesto que gracias a esa iniciativa de reubicación, hoy día toda
una comunidad puede tener su hogar y sus tierras para poder vivir a través de lo que produce como
resultado de sus propias manos, evidenciando como el territorio es parte constituyente de su vida. En el
predio Perla Roja las personas son optimistas respecto a las dificultades que han tenido, pues en
ocasiones las han traducido en oportunidades como la integración comunitaria.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
Para el 2016, la comunidad está empezando un nuevo proceso asociativo con el objetivo de gestionar el
acueducto para la comunidad con la Alcaldía, lo cual también va acompañado con peticiones que siguen
pendientes como el alcantarillado, vivienda, educación y salud35. La comunidad actualmente siente que
hay voluntad de la Alcaldía para la construcción del Acueducto. No obstante, afirma que requiere de
apoyo de los aliados que los han acompañado para lograr incidir y motivar que se tome la decisión.
La comunidad actualmente tiene preocupación con los créditos que han adquirido y temen no poder
pagar. Esto debido a que durante dos cosechas las condiciones climáticas han hecho que se pierda la
producción. Esa situación viene siendo una razón para que las personas abandonen sus predios. Del
Predio Perla Roja actualmente hay 12 de las 17 familias en sus predios, las otras cinco familias se fueron
principalmente por la pérdida de sus cultivos y/o por situaciones asociadas a la educación de sus hijos.
Adicionalmente, respecto al servicio de energía que gestionó la comunidad, después de 8 años de la no
respuesta institucional, hoy reciben el servicio gracias a que ellos mismos construyeron la
infraestructura y, en consecuencia, la comunidad está conforme con el servicio que recibe desde finales
del año 2015. No obstante, tienen una nueva dificultad en relación con la estratificación de las tierras.
Como las fincas no están individualizadas por parcelas, sino como predio, ello obliga a que todo el
predio se registre bajo el mismo estrato. Por tanto, como el predio está registrado en estrato 2, todas
las fincas se encuentran registradas bajo estrato 2. Esto hace que los recibos lleguen muy caros. Para
lidiar con tal problemática, la comunidad dice que se está incidiendo en la Alcaldía para arreglar la
estratificación.
Finalmente, la cancha puede ser un factor de divergencia en la comunidad, pues al dialogar sobre ello,
hay opiniones cruzadas respecto a si es o no comunitaria. También sigue pendiente el tema de la
individualización de la propiedad y la dinamización de los liderazgos, dado que en el proceso actual ya
hay muchas personas que han decidido no integrar la asociación. Adicionalmente, la comunidad
continúa solicitando el acompañamiento del SJR. Manifiestan que siguen teniendo problemas en los que
el SJR, que ha tenido un acompañamiento constante, puede ayudarles así como ha apoyado muchos
otros procesos junto a ellos.
35 Las difíciles condiciones de cobertura, calidad, seguridad, alimentación y transporte para que los NNAJ de Perla Roja accedan a la educación son uno de los causantes para que la comunidad reubicada abandone su casa y se vaya a vivir a la ciudad. Respecto a las condiciones de salud, la comunidad manifiesta que no hay un médico para atender a la comunidad.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
37
4. ORGANIZACIONES Y ALIADOS PRESENTES EN EL PROCESO REUBICACIÓN
Las organizaciones de la institucionalidad pública y las organizaciones sociales presentes en el territorio,
fueron la principal estructura en la que la comunidad de reubicados se apoyó dadas las dificultades en la
implementación del programa de parte del INCODER y las autoridades nacionales, en ese sentido, a
continuación se comparten algunas organizaciones identificados en los diagnósticos que se han hecho
sobre la presencia de organizaciones presentes en el territorio, lo cual se encuentra en la parte
diagnóstica del Plan de Vida Perla Roja36 (SJR - Servicio Jesuita a Refugiados, 2013).
Organizaciones Sociales presentes en el territorio: Junta de Acción Comunal Salmelia, Grupo de
Mujeres en Acción, Red de Mujeres de la Serranía, Corporación Serraniagua, Junta Procapilla
Salmelia, Mesa de Reubicados, Emisora Comunitaria El Cairo Estéreo.
Entes e institucionalidad pública: Alcaldía Municipal (y sus Secretarías), Concejo Municipal,
Personería Municipal, Colegio Gilberto Álzate Avendaño, Colegio La Presentación, Hospital Santa
Catalina, Cuerpo de Bomberos, Defensa Civil, Policía Nacional, Batallón Vencedores FFMM.
Instituciones privadas: Comité de Cafeteros, Corporación Regional Autónoma del Valle del Cauca
– CVC, Colombia Humanitaria, Corporiesgos.
La reflexión sobre las organizaciones en el territorio es relevante desde su aporte a la construcción de
tejido social comunitario y la integración a una nueva comunidad (municipal) por parte de los individuos
que llegaron producto del programa de reubicación, esto porque adicional a la experiencia que aportan
dichas organizaciones, estas también fueron útiles a la comunidad de reubicados para referenciarse en
terceros (como un ejercicio de reconocimiento mutuo), y es así que, como en el caso de las
organizaciones sociales, comparten objetivos misionales y deseos como la promoción de dinámicas
productivas, empoderamiento e incidencia, entre otras relacionados al tema de mujer, medio ambiente.
De esa manera, esas organizaciones también se fortalecieron cuando otros actores (como la comunidad
de reubicados) entran al territorio en condiciones legítimas y mediáticas que contribuyeron a que otros
actores se aliaran a la consecución de los intereses de las comunidades de El Cairo.
En materia de integración a las dinámicas productivas en el Municipio, un factor de gran importancia se
presenta a partir de la buena relación que se han entablado y fortalecido entre la comunidad de
reubicados y las instituciones privadas de comercio, principalmente los supermercados del municipio y
diferentes cooperativas de café, plátano, mora, entre otras. Adicionalmente, la comunidad hoy día hace
referencia ejemplos de integración local con la comunidad Cairense que hoy conforman, re refieren al
caso de la Alcaldía , el Concejo Municipal, e incluso el Hospital, lugares en donde han recibido atención
cuando lo han requerido.
Es importante manifestar que el ejercicio del reconocimiento de los entes de la institucionalidad pública
requirió un proceso de voluntad de parte de los tomadores de decisión, tanto de las autoridades del
orden nacional que formularon el programa de reubicación, hasta las instituciones que resultaron
36 SJR, Plan de vida Perla Roja.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
siendo responsables en términos de jurisdicción de la comunidad que se asienta en determinado
territorio, lo reapropia, y lo construye. En la experiencia de la comunidad de reubicados en El Cairo, se
puede referenciar que hubo muchas inconsistencias en el ejercicio de voluntades de la institucionalidad
pública en el nivel central y local cuando ellos ya estaban en el territorio, puesto que en el proceso de
acceso al programa, las expectativas y promesas (formales y no formales) eran altas teniendo en cuenta
el subsidio integral que caracterizaba el programa.
De otro lado, al hacer referencia a las instituciones de educación (colegios para la educación de la
población rural), es pertinente manifestar que el ingreso de los NNA en edad escolar a los colegios del
casco urbano del municipio no tuvo mayores dificultades en materia administrativa, por tanto, las
complicaciones en dicha materia se dan principalmente por factores asociados a la no garantía a
necesidades básicas de los menores de edad, necesidades que deben atenderse pues también hacen
parte de lo que debe ser una educación integral según la comunidad, al respecto, manifiestan que la
educación integral trata de que los NNA puedan ir a estudiar con las garantías del transporte y la
alimentación, no obstante, como se ha visto en el apartado ‘Algunas situaciones de especial atención
para comunidad ‘, esto tiene diversas falencias que inclusive han comprometido la seguridad y vida de
los menores de edad, y esto, adicional a ser un factor de deserción estudiantil, también representa un
factor expulsor de la comunidad reubicada en El Cairense.
Como un factor adicional, así como los servidores de la Alcaldía encargados de la atención a la población
víctima han manifestado requerir capacitaciones, situaciones que se presentan en los centros
educativos también pueden llamar la atención al respecto: Tirson, un adolescente de la comunidad,
abandonó el colegio porque como él mismo afirma, “una profesora desde el año 2015 empezó a
cogerme pereza, y tratarme con gritos”, a lo que él manifiesta que la única que tiene derecho a alzarle la
voz es su Mamá. No obstante, aunque el estudiante dice que esa fue una razón para que él tomara la
decisión de abandonar sus estudios, como medio para evitar que empeorara la relación con la
profesora, también afirma que el comedor escolar empezó a presentar muy malas condiciones para la
alimentación de los NNAJ del colegio.
Frente a la comida del comedor escolar, el adolescente afirma que la comida que se les brindaba en el
colegio no cumplía con las condiciones nutricionales, lo cual dificulta mucho las condiciones para poder
estudiar, principalmente para los de la zona rural, pues quienes estaban en el pueblo -lugar donde está
ubicado el colegio-, desayunaban en sus casas, mientras que los de la zona rural normalmente salen de
sus casas con un tinto o algo muy ligero, pues su organismo no está adaptado a comerse el desayuno
tradicional a las horas a las que ellos madrugan para poder ir a estudiar.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
39
4.1. ¿CUÁL HA SIDO LA CONTRIBUCIÓN DE LOS ALIADOS DE LA
COMUNIDAD?
En el presente fragmento del texto se ubican algunas de las
instituciones y/o organizaciones tanto públicas como
privadas que, en el rol de aliados de la comunidad, han
contribuido al desarrollo de sus capacidades y al
empoderamiento. Adicionalmente, se pretende mostrar
cómo parte de las motivaciones y deseos de las personas de
la comunidad para participar también estuvieron
enmarcadas en un contexto y proceso de acceso a un
reconocimiento y visibilización. Esto les permitió generar
condiciones para integrarse a las dinámicas sociales,
productivas (económicas) y culturales del lugar que ahora es
su hogar.
En el desarrollo del proceso que les permitió entenderse
como comunidad, el anhelo de estos individuos y familias fue seguir trabajando por el bien y los
intereses de todos. En ese sentido, a continuación se comparten algunas experiencias relacionadas a las
acciones que emprendieron esos aliados con y por la comunidad.
Personería de El Cairo (ente público de carácter local/municipal): la personería de El Cairo,
específicamente su personero, fue un servidor público que se sensibilizó con las personas que
estaban en proceso de reubicación. En ese sentido, además de facilitar algunas peticiones desde
las funciones propias de su cargo, la comunidad manifiesta que el personero apoyó la gestión y
presentación de diferentes propuestas que construyó la comunidad y con las que busca incidir,
en especial cuando estas representaban peticiones ante entes estatales. Adicionalmente, la
comunidad manifiesta que contar hoy día con servicio de energía estuvo muy relacionado al
acompañamiento del personero. Aunque reconocen que este ente no tiene el poder para exigir
la garantía efectiva de sus derechos por las diferentes dinámicas políticas que limitan su
capacidad de acción y su condición de dependencia a otras voluntades.
Alcaldía Municipal de El Cairo (ente público de carácter local/municipal): la Alcaldía se presenta
como un aliado dadas algunas acciones puntuales que la comunidad reconoce. Sin embargo,
también ha sido uno de los principales actores que habían dificultado el arraigo de la comunidad
de reubicados a su territorio. Cuando se inició el proceso de reubicación, este también dependió
de la Alcaldía del momento, la cual mostró voluntad e hizo un evento de bienvenida. En ese
momento la Alcaldía fue un actor que motivó a la primera organización formal de la comunidad
para, como dicen ellos, tener la posibilidad de bajar proyectos y halar recursos. Respecto a los
Alcaldes que no tuvieron buena voluntad con la comunidad de reubicados, se encuentran
aquellos sujetos que, ejerciendo como Alcaldes, consideraban que la comunidad no merecía
Ilustración 3. La satisfacción del acompañar, servir y
defender.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
acompañamiento pues ya había y estaba recibiendo ayuda de otros entes; incluso cuando la
comunidad seguía solicitando su apoyo pues continuaban con varias necesidades básicas
insatisfechas.
Acción Social (ente público de carácter nacional, hoy es el DPS - Departamento de la Prosperidad
Social): en el año 2010, la comunidad fue acompañada con un programa de casas temporales.
Tal suceso contribuyó a que varios miembros de la comunidad que vivían en condiciones de
hacinamiento en las casas comunitarias pudieran tener una alternativa propia, como la que ya
habían construido otros miembros de la comunidad por sus propios medios. Lo que tuvo como
consecuencia la mejora, respecto algunos factores materiales, sus condiciones de habitabilidad.
No obstante, los materiales y estructuras seguían sin ser las óptimas.
Banco Agrario (ente público de carácter nacional): este ente ha sido un aliado en el
acompañamiento al campesino y el mejoramiento de sus condiciones de producción en la
Colombia rural. En El Cairo, este ha contribuido a la oportunidad de mejorar y ampliar sus
posibilidades y condiciones de producción a través de préstamos (créditos) para el cultivo del
Café. La comunidad reconoce que ha habido algunos beneficios con esos créditos respecto a los
de otras entidades financieras. Pese a lo anterior, es pertinente resaltar la preocupación que
vive actualmente la comunidad por las deudas que han adquirido a través de los créditos. Como
ya se dijo, dichas deudas se tornan impagables cuando la única fuente material de subsistencia
de la comunidad ─esto es, el cultivo de café─ resulta arruinada por factores climáticos que la
comunidad no está preparada ni capacitada para mitigar.
Servicio Nacional de Aprendizaje– SENA (ente público de carácter nacional): este ente facilita
proyectos de formación, capacitación y acompañamiento técnico a las Comunidades. La
Comunidad de El Cairo ha recibido acompañamiento del Sena (regional Cartago) en cuanto a
capacitación acerca del proceso y las técnicas de cultivo de aguacatales, en el año 2014. Aunque
no todas las fincas han asumido la producción de este producto, ha sido hasta el momento un
cultivo que también motiva esperanza en la comunidad; particularmente por las características
de sostenibilidad que posee el cultivo.
Organización Internacional para las Migraciones– OIM (organización humanitaria de carácter
internacional) y Federación Nacional de Cafeteros– FNC (gremio nacional de cafeteros): en el
año 2011, la FNC y la OIM realizaron un programa de formación ofertado para la comunidad de
El Cairo para trabajar la tierra. Junto a ello, ambas organizaciones dieron: (1) un aporte de
capital semilla, (2) acompañamiento psicosocial y (3) ayudas alimentarias a través de unos
mercados que la comunidad recuerda como buenos y abundantes.
Vallenpaz (programa de desarrollo y paz del Valle del Cauca - ONG): el apoyo que dio dicha
organización a la comunidad estuvo referido a la formulación del proyecto productivo de
INCODER. Es pertinente mencionar que fue INCODER el que buscó a Vallenpaz. A pesar de ello,
esta organización ha sido reconocida por la comunidad de manera positiva, puesto que el
proyecto de INCODER fue muy importante para ellos, ya que hacía parte del subsidio integral
que les prometieron con el proceso de reubicación.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
41
Corporación Café Norte (gremio regional de productores de café): es la corporación que agremia
a los productores de café a nivel regional. Ha favorecido a la comunidad apoyándola con varios
procesos de capacitación sobre la producción de café, especialmente aspectos relacionados con
la creación de semilleros de cultivos y entrega de semillas para dicho fin. Adicionalmente, este
aliado ha cumplido un rol de intermediario en la etapa de comercialización, especialmente en
los procesos que desarrolla la comunidad con la Federación Nacional de Cafeteros y con Farmer
Brothers.
Instituto Colombiano de Desarrollo Rural– INCODER (ente público de carácter nacional): el
INCODER fue el ente encargado de formular, coordinar y ejecutar el proceso de reubicación de
la comunidad en El Cairo. Respecto a dicho proceso, como se ha mencionado en repetidas
ocasiones, la comunidad ha sido bastante crítica. Como ellos mismos han dicho, de acuerdo a
sus propias experiencias, el proceso ha estado cargado de promesas incumplidas y abandono
estatal. Sin embargo, la gente también es consciente y ha reconocido y valorado la oportunidad
que ha comportado el proceso de reubicación, en términos de mejora de sus condiciones de
vida y medios de subsistencia. Respecto al acompañamiento concreto del INCODER a la
comunidad, esta última, hoy día, resalta el proyecto productivo formulado por Vallenpaz. Este
fue ejecutado en el año 2013 y consistió, puntualmente, en el aporte de insumos y maquinaria
para la producción. Adicionalmente, una situación que ha resaltado la comunidad es que los
ingenieros fueron muy estrictos, y que más allá de la efectividad del acompañamiento, en
ocasiones generaban tensiones por el trato no amable hacia la comunidad.
Grupo de mujeres Semillas del Mañana (organización de base comunitaria de la Comunidad de
reubicados de El Cairo): grupo conformado por mujeres de la comunidad de reubicados a través
del cual se ha logrado el proyecto de los biodigestores. El proyecto estuvo integrado a la
capacitación de la comunidad para la construcción del biodigestor y la formación sobre su
funcionamiento. En la medida en que el proyecto ha ido creciendo, otras familias se han ido
sumando a la iniciativa y otras más esperan poder acceder. Sea como fuere, a grandes rasgos, el
grupo de mujeres fue una iniciativa motivada por el SJR que empoderó y capacitó a las mujeres
en formulación de proyectos, temas de género y promovió la integración mediante la
organización. Pese a que el grupo fue muy activo y aún sostiene dinámicas organizativas, no ha
logrado que se aprueben la mayoría de los proyectos que presentan para beneficiar a la
comunidad.
Farmer Brothers (corporación multinacional del café): llega a la comunidad desde el 2013 con el
programa de Café Especial. Programa con requerimientos de producción e inscripción a la
Asociación de Cafeteros. La postura hoy día de la comunidad respecto a este programa se ha
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
constituido desde la idea de no ser vendedores de la cooperativa, sino de ser exportadores37. En
la explicación de cómo funciona dicha alianza, manifiestan que en la comunidad hay 25
clasificados38 que cumplirán un rol de promotores del programa, lo que les permite acceder a un
proceso de: (1) mejoramiento de la calidad del café; (2) construcción de tanques, marquesinas y
fosas; (3) asistencia técnica con la maquinaria y (4) apoyo con abonos y siembra.
Adicionalmente, la comunidad habla positivamente de la organización debido a los beneficios
que la multinacional ofrece a los clasificados. Beneficios como: acompañamiento constante de
ingenieros para la verificación de las dinámicas de calidad y producción del café y de las
dinámicas de comercialización de sus productos, mejoramiento de viviendas, apoyos
económicos extras al intercambio del producto (bonos) y, en algunos casos, viajes con la familia
(recreación).
Los requisitos para hacer parte del programa son: (1) vender el 50% del café que producen en
sus fincas a la Cooperativa Café Norte, lo que implica que el productor debe ser asociado a la
cooperativa; (2) su finca debe tener unas condiciones de producción que son constantemente
monitoreadas para garantizar buenas prácticas agrícolas; (3) en la cadena de producción no
debe ser empleado ningún menor de edad.
Servicio Jesuita a Refugiados – SJR (organización humanitaria de carácter internacional): El SJR
inicia su proceso de acompañamiento en El Cairo a partir del año 2008 y continúa de manera
constante hasta el año 2013. Adicional a ser un aliado que acompañó con proyectos, su aporte
fundamental, según señala la comunidad, estuvo referido al fortalecimiento organizacional. Ello
les dio la posibilidad de visibilizarse y empoderarse. En ese contexto, afirman que eso no
hubiese sido posible sin la enfática formación en derechos y la exigibilidad de los mismos. No
obstante, también creen que sin el cambio en las situaciones de conflicto y mal-trato que se
generaban entre ellos mismos, las condiciones hoy estarían peor, pues las gestiones que
motivaron inclusive la consecución de otros aliados y el acceso a otros proyectos, estuvo
relacionado con haberlos gestionado comunitariamente. Por lo anterior, le agradecen a este
aliado su aporte respecto a las relaciones de convivencia que hizo posible estar unidos.
Foto 7. Taller de muralismo comunitario Foto 8. La posibilidad de expresar y compartir.
37 La comunidad manifiesta estar motivada porque tiene como aliada a la segunda multinacional del Café, y que
esta solo es superada por Starbucks.
38 Denominación que se le ha dado a las personas que han sido aprobados por Farmer Brothers para acceder a los beneficios del programa de café especial.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
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5. LA COMUNIDAD CAIRENSE: RESULTADO DE UN PROCESO DE INTEGRACIÓN LOCAL Y
RECONCILIACIÓN EN EL TERRITORIO
Los primeros domingos íbamos al pueblo y la gente nos miraba
con desconfianza, los que se atrevían a hablar solo hacían
preguntas. Algunos decían que nosotros éramos los que
veníamos a trabajar. Algunos conductores nos decían que era
bueno tener más gente por acá (en la zona rural de El Cairo)
Participante Grupo Focal, Predio La Habana, 2016.
En el desarrollo de su experiencia, las personas reubicadas en El Cairo han logrado (re)definirse,
(re)apropiar un territorio, (re)conocerse y que otros lo hagan, e integrarse a un territorio al que no
pertenecían. Esto lo han hecho superando dificultades individuales, comunitarias y sociales que han
acontecido en diferentes temporalidades de sus vidas, las cuales han sido marcadas por situaciones
como el desplazamiento forzado fruto del conflicto social y político colombiano. De este modo, la
comunidad de El Cairo ha logrado reestablecer lazos sociales, políticos, económicos y culturales a partir
del proceso de reubicación. Factores que suponen componentes de reconciliación y construcción de paz
en el territorio. En esta experiencia colectiva ─de la comunidad de El Cairo─ emerge, asimismo, un
componente importante de gobernanza en términos de convergencia de agentes e incidencia en torno a
los intereses y acceso a garantías institucionales.
5.1. EL INDIVIDUO Y SUS EMOCIONES
Foto 9. La pureza de este animal esta en su bondad y el
peso que soporta para apoyar a los campesinos.
Las características y los principios que se
han fortalecido al interior de la comunidad
nacen desde procesos individuales y, a su
vez, colectivos de abandonar el egoísmo,
de fortalecer las prácticas comunicativas,
de ser copartidarios y solidarios. Para
superar el egoísmo, los individuos de la
comunidad tomaron consciencia de que la
inconformidad con la que venían estaba
influenciada por todas las situaciones que
habían pasado previamente. Este primer paso, les permitió, por tanto, ver la reubicación como una
nueva oportunidad de rehacer sus vidas a nivel emocional y material. El entendimiento de todo lo
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
anterior difícilmente se logra de manera aislada y espontánea, es decir, requiere tanto esfuerzo
colectivo como esfuerzo individual. Por esta razón, el acompañamiento que recibieron los miembros de
la comunidad incluyó charlas para despertar motivaciones relacionadas a la posibilidad de una nueva
vida. Ello implicó fortalecer la confianza en otros miembros de la misma comunidad y en los aliados.
Las formas y capacidades que emplearon las personas reubicadas pasaron por pruebas y
discernimientos individuales como los que la comunidad comparte hoy cuando se le pregunta cómo se
siente respecto a su proceso en El Cairo: “Me sentía como mosco en leche al llegar. Triste, solo y que
todos te miren raro, pero ya me han acogido.” “Ahora tenemos amistades. Con la nueva administración
dan más ganas de ir allá.” “Soy Cairense, estamos aquí, en nuestra finca.” 39 Fueron algunas de las
expresiones que algunos miembros de la comunidad usaron.
Entre las causas generales del sentimiento de orgullo de la comunidad se encuentran el estar aquí (en
sus predios en El Cairo), de ver cómo empezaron y de pensar en todo lo que han logrado a partir de su
propio trabajo. Se enorgullecen, asimismo, del apoyo de sus familias, del apoyo moral que reciben los
unos de los otros en la comunidad. Sienten que no están solos, que no están luchando solos. Están
orgullosos de no pasar hambre y continuar con la fuerza para no abandonar su predio y comunidad pese
a las dificultades. Están orgullosos, en últimas, de seguir resistiendo y fortaleciendo sus nuevas vidas
asociadas al territorio en el que fueron reubicados.
Las opiniones expresadas por la comunidad al preguntarles sobre ¿qué les enorgullece en sus vidas? y
¿cómo se sienten respecto a su proceso en El Cairo?, posibilitaron identificar cuál es la autoevaluación y
la valoración que la gente le da hoy a su proceso. Esto condujo a la dilucidación de que en su proceso
existió una transformación que pasó de sentimientos de tristeza, soledad y/o extrañamiento, a
emociones como el sentirse acogido, experimentar motivación respecto al encuentro con otros, la
amistad, sentir pertenencia y arraigo a algo que ha construido y que, aunque depende de procesos
individuales, ha contribuido a una significación e identidad que se referencia en algo más grande que el
individuo. Todo ello resulta, en suma, un factor inicial para la reconciliación.
Foto 10. Esos colores pintan el alma y permiten apreciar lo desconocido.
39 Grupo Focal, Perla Roja, 2016.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
45
Foto 11. Reafirmarse. La juventud motivando iniciativas de arraigo en el Campo. Agradecimiento a Javier Sánchez por su labor.
5.2. EL RECONOCIMIENTO Y LA CONFIANZA
Lo afirmado por el Alcalde José Daniel Gómez Cruz cuando dijo: “por aquí la gente está muy bien, así
que ustedes aquí no me pueden venir a generar desorden. Si no, se devuelven”, es un punto de partida
para ver como se ha avanzado de no entender a los reubicados como parte del aquí, a entenderlos
como parte integral de El Cairo. Que hoy se entienda a la comunidad de reubicados de El Cairo como
parte del aquí, está relacionado a ese desorden que la Alcaldía quería evitar cuando recibía las
peticiones que generaba la comunidad, pues al ser su responsabilidad, tendría que asumirlas y eso le
implicaba desorden. No obstante, aunque algunas de las peticiones de la comunidad para acceder a los
derechos y promesas con los que inició el proceso de reubicación siguen sin ser atendidas, ello puede
corresponder a que en un principio, la institucionalidad local no los entendía como parte del aquí.
Adicionalmente, el desorden que le generaban las peticiones de los reubicados a la Alcaldía, también
estaba relacionado con el deber de controlar la situación de convivencia y de adaptación de las personas
reubicadas en su proceso de integración al territorio.
Entonces, se puede entender que el rechazo hacía la comunidad de reubicados partía de su condición de
ser externos al territorio y sus dinámicas, y es por eso que el reconocimiento de las autoridades públicas
y sociales fue fundamental para integración de la comunidad al territorio. Dicho reconocimiento fue
producto del proceso de generación de capacidades organizativas que le permitió a la comunidad de
reubicados participar e incidir en aquellas dimensiones del territorio que permitirían el desarrollo de su
vida en el nuevo espacio que habitaban. Dicho proceso de generación de capacidades organizativas fue
fruto de los cada vez más frecuentes espacios de encuentro y diálogo que condujeron a que la gente
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
tomase consciencia de que no solo compartían un mismo territorio, sino también unos mismos
problemas y unos mismos intereses. La unidad (organización), condujo a que estas personas pasaran de
ser desconocidos a conformar una comunidad, es decir, sentir corresponsabilidad respecto a la gestión
que requería la satisfacción de sus necesidades colectivas, así como la articulación y coordinación de
prácticas culturales, entre otros.
Foto 12. El lujo de ser turista en tu propia tierra y construir comunidad.
Ahora bien, a continuación se mostrará algunos ejemplos de cómo la comunidad, en su unidad, logró ser
integrada a otras dinámicas que implican el reconocimiento y la confianza de otros:
En el caso concreto del problema de la falta de productividad de la tierra al que se vio enfrentada la
comunidad desde los inicios de su proceso, la gente, en su mayoría, vio como una salida razonable
entrar al sistema crediticio con el fin de pedir créditos y préstamos. Pese a todas las implicaciones
negativas que esto tuvo y ha tenido para la comunidad hasta la actualidad, ─como ya se explicó con
anterioridad respecto a la preocupación que les genera no poder pagar los créditos─, esto tuvo,
asimismo, implicaciones positivas. A grandes rasgos, el aspecto positivo más significativo se tradujo en
que buena parte de la comunidad logró acreditarse como productora. Hecho que encaminó la
transformación de sus predios improductivos (rastrojo) a predios productivos.
En ese ejemplo, es posible identificar cómo la unidad, posible por los espacios de encuentro y
reconocimiento que supuso su proceso de reubicación y adjudicación de predio colectivo, les ha
facilitado el reconocimiento y la confianza de otros ─en este caso, entidades financieras y el acceso a
otras ofertas institucionales─. Del mismo modo, este factor se ve reflejado en el caso del proceso que
condujo al acceso al servicio de energía. El servicio de energía lo comienza a proveer la empresa de
energía hacia el año 2015, esto es, después de que la comunidad llevase a cabo el proyecto de
construcción de la infraestructura del servicio. Dicha construcción fue posible gracias a los convites y la
gestión comunitaria. Sin este esfuerzo de la comunidad, el servicio de energía y electricidad no hubiese
podido ser habilitado.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
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5.3. REFLEXIÓN INTERNA SOBRE LOS PROBLEMAS COMUNES Y LA
CUALIFICACIÓN EN LA ASOCIATIVIDAD PARA LA INTERGRACIÓN LOCAL
Foto 13. Aprendiendo a ser comunidad.
A través de la experiencia, la gente de El Cairo identificó que trabajando de manera aislada, los logros
resultaban ser cada vez más reducidos. Ello los motivó a asociarse formalmente en diferentes
momentos en respuesta a los estímulos –opciones de proyectos- que les hicieron diferentes aliados y
acompañantes. Se puede decir que, aunque en varios de sus intentos no han obtenido los resultados
esperados respecto a los objetivos que se trazaron o el nivel de involucramiento y responsabilidad
suficiente de los miembros de la comunidad, esta sí ha cualificado su dinámica de integración. Uno de
ellos dice que “cuando se hace una asociación, no sólo se hace pensando en el Alcalde. Hay otras
puertas que tocar, para eso hay que organizarse. Hay una dificultad asociada a que la intermediación y
dinamización de las ayudas muchas veces depende del Alcalde, y por eso, hay que asociarse también
para hacer un control y monitoreo de eso.”
En este comentario, y de acuerdo con lo expuesto hasta ahora, se identifica con claridad cómo la
comunidad avanzó cualitativamente al entender que la organización y la asociatividad son necesarias,
no solo para gestionar y tocar puertas, sino para el ejercicio de control a la gestión de las autoridades
públicas y privadas, para solicitar y exigir garantías, y para el acceso y goce efectivo de derechos. Desde
las dinámicas de acompañamiento de las que fueron parte, aliados como el SJR se concentraron en el
fortalecimiento organizativo y la generación de capacidades comunitarias.
Ese proceso también suscitó en la comunidad la reflexión y búsqueda de la participación formal y la
representación en espacios en los que la comunidad de reubicados consideraba solo estaban dados para
cairenses (personas nacidas en El Cairo). Frente a lo anterior, y después de encontrar rechazo y
abandono de autoridades nacionales como el INCODER y la autoridad local referida a la Alcaldía
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
Municipal, algunos de los espacios en los que la comunidad logró incidir fueron el Concejo Municipal, la
Mesa de Víctimas y el Comité de Justicia Transicional, junto a otras reuniones que se convocaron
específicamente desde las autoridades e instituciones públicas.
Desde una perspectiva de las conquistas en escenarios políticos, la comunidad consiguió ejercer su
participación en corporaciones públicas tales como el Concejo Municipal. Hecho que posibilitó el
ejercicio de la gente reubicada a elegir y ser elegidos; no sólo como miembros-representantes de una
comunidad, sino del Municipio de El Cairo, lo cual también es la muestra de un componente de
reconocimiento e inmersión en la comunidad Cairense.
Para ejemplificar esta participación, se puede mostrar el caso de Leris, una miembro de la comunidad de
reubicados. Ella se lanzó como candidata al Concejo de El Cairo, ella misma manifiesta que “la
motivación la da contar con unos conocimientos que había adquirido en el proceso que hemos vivido
como comunidad reubicada, las capacitaciones de algunos aliados, principalmente los del SJR que
permitieron la cualificación de miembros de la comunidad para la participación en espacios públicos,
como la Mesa de Víctimas y el Comité de Justicia Transicional.”
Foto 14. Ella es Leris Reyes, carismática y solidaria.
Esa participación en las corporaciones públicas no se limita al ejercicio de elegir y ser elegido. Es,
asimismo, la representación de una sumatoria de capacidades organizativas que le han permitido a la
comunidad diagnosticarse y proponer alternativas para lograr los objetivos que resuelvan sus
necesidades y establecer como algunos de sus medios la participación en política. En ese sentido,
también es pertinente comunicar que un miembro de la comunidad sí llegó a ser Concejal. Aunque, en
su ejercicio, no se le permitió, o no tuvo la voluntad, de representar los intereses de la comunidad.
En consecuencia, la comunidad ha empezado a sentir cierto nivel de desconfianza hacia aquellos que se
postulan como representantes de sus intereses y en los que ellos depositan sus esperanzas y confianza.
Este factor resulta peligroso en la medida en que agudiza y enfatiza las diferencias entre los distintos
miembros de la comunidad, reaviva tensiones que se pensaban superadas y amenaza con la
desintegración de las organizaciones comunitarias y, por tanto, con sus avances. Todo esto tiene
también una clara relación con el hecho de que aún sigue fuertemente vigente la mentalidad de
satisfacer las necesidades propias antes que las comunitarias. Creencia con la que venía el grueso de la
población de reubicados. De cualquier modo, no se puede echar por tierra los logros y avances que ha
tenido en el seno organizativo de la comunidad los procesos de acompañamiento de terceros.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
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Una de las situaciones que permitieron que la comunidad de reubicados fuera referenciada fuera de esa
postura de individualismo con la que se ha forjado parte de la sociedad colombiana, fue posible también
por las alternativas que la comunidad reubicada usó frente a la emergencia de llegar a sus lugares de
reubicación sin las condiciones necesarias. Es así como a través del jornaleo (trabajo en fincas de
vecinos), la solicitud de comida a vecinos, entre otros, implican un factor de integración comunitaria y
como otro resultado producto de dicho proceso que requirió organización y cualificación. La comunidad
pasó de ganarse de 13 a 15 mil pesos (trabajando para otros) a ser propietario y generar empleo.
En ese proceso siguen encontrando la necesidad de fortalecer su estructura organizativa para cumplir la
meta de comercializar en mejores condiciones y con mayor estabilidad, los productos que han podido
cultivar son principalmente el café y el plátano, y en ocasiones diversifican con aguacate y otros
productos adicionales a los de pancoger. Esa meta está relacionada con tener en dónde vender sus
productos, lo cual implica tocar puertas y tener capacidad de negociación, para lo que requieren un flujo
de producción mayor.
El mayor flujo de producción para esta comunidad tiene condiciones especiales dadas las limitaciones
con las que ellos cuentan en torno a las capacidades de cada campesino del proceso de reubicados y su
acceso a tierra (tamaño de los predios de cada reubicado), por ello, requieren organizarse hasta para la
comercialización de sus productos. Hoy esa es una de las tareas que un miembro de la comunidad está
motivando con la creencia de que es una necesidad inmediata, se trata de Héctor Fabio Martínez del
predio La Habana con el cultivo de aguacate. Adicionalmente, también siguen apoyándose en sus
aliados para cumplir con esos objetivos, algo de eso es posible verlo también con el proceso de
acompañamiento de Farmer Brothers.
5.3.1. EL FORTALECIMIENTO INSTITUCIONAL COMO MEDIO
PARA LA SOSTENIBILIDAD: MÁS ALLÁ DEL RECONOCIMIENTO LEGAL Y
LEGÍTIMO
En el Municipio de El Cairo se han creado espacios formales desde la institucionalidad pública en los que
la comunidad de reubicados además de ser integrados por condiciones de legalidad según instrumentos
jurídicos en Colombia (reglamentación) también están vinculados a un proceso de integración legítimo
ante el Municipio y sus pobladores. Aquí se hace referencia al Comité de Justicia Transicional y la Mesa
de Víctimas del Municipio, en donde los reubicados van en representación de los intereses de su
comunidad. Asimismo, estos han alcanzado un grado de legitimidad producto de su propia formación y
por el reconocimiento que el Estado les ha otorgado como ciudadanos, víctimas y como comunidad
reubicada ─todo ello a partir de sus luchas legales─ que, en últimas, les permite, hoy día, ser miembros
de la comunidad y el territorio de El Cairo.
Respecto a la participación de ciudadanos cairenses que llegaron a su municipio gracias al proceso
motivado por el programa de reubicación del Estado en El Cairo, es pertinente decir que la frecuencia de
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
reuniones, trabajo y resultados no han sido los que la comunidad esperaba, puesto que tales espacios
dependen de dinámicas no controladas por los ciudadanos. Inclusive, las autoridades han llegado a
afirmar que para la ejecución del plan de acción que ha resultado de ese ejercicio de participación y
representación, el Municipio –de sexta categoría- no está en condiciones fiscales de asumirlo40. De
cualquier modo, ante la efectividad del espacio regido bajo la lógica de hacer escuchar las peticiones de
la comunidad de reubicados y sus intereses, estos han dejado de convocarse. Asimismo, los encargados,
representantes de la comunidad, han mermado su participación. Aunque no siempre ha sido así. Al
principio, como producto del acompañamiento que recibió la comunidad, se lograron estructurar las
cinco necesidades básicas de los reubicados41 y la organización de la comunidad a partir de la delegación
de representantes.
En cuanto a la percepción de la comunidad acerca de esta situación, han dicho que para la atención y
acceso a derechos, los entes encargados de la jurisdicción en la que están ubicados, deben
responsabilizarse. Como una opinión asociada, la comunidad también ha manifestado su preocupación
con relación al conocimiento con el que cuentan las personas o agentes estatales para atender y cumplir
sus funciones de servicio. Muchas ocasiones los funcionarios públicos manifiestan que también
requieren capacitación en temas propios de sus funciones que desconocen y puede ser por la existencia
de esa falencia que muchas cosas y requerimientos de la comunidad no avancen.
Foto 15. Mural elaborado comunitariamente. (agosto de 2016)
40 La comunidad opina que frente a la incapacidad del Municipio de asumir sus responsabilidades, debe buscar alternativas y apoyarse en la estructura formal del Estado, haciendo uso de los principios como la subsidiariedad. 41 Las cinco necesidades básicas de los reubicados estaban en su momento asociadas a: acceso y calidad de salud, acceso y calidad de educación, acceso al agua (acueducto y alcantarillado), mantenimiento de vías y, mejoramiento de vivienda. Es pertinente decir que algunas de estas necesidades siguen sin superarse, por lo tanto, sigue siendo una petición formal de la comunidad.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
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6. UNA COMUNIDAD REUBICADA COMO LUGAR PARA LA PAZ TERRITORIAL Y LA
RECONCILIACIÓN
Ilustración 4. Bienestar para todas las familias campesinas.
En un proceso de transición hacia la paz como el que está
viviendo Colombia, es importante poder mirar una
experiencia de reubicación como la que estamos analizando
como un proceso de construcción de paz en un territorio
específico y como un proceso de avance hacia la
reconciliación en nuestro país. Veamos el significado de
estos dos aspectos desde la experiencia concreta de
reubicación de familias desplazadas en El Cairo.
6.1. ¿QUÉ ES LA PAZ TERRITORIAL PARA ESTA COMUNIDAD REUBICADA?
Desde la autorreflexión motivada en los ejercicios de encuentro y memoria, la comunidad conversa
acerca de lo que ha significado construir paz desde el territorio. La comunidad explica que la paz
territorial es no tener deudas ni preocupaciones, es tener la posibilidad de cultivar y alimentarse de lo
que siembra. La paz territorial es aquella que se construye con y desde los mismos miembros de la
comunidad. Esta noción de paz territorial se desprende de la expresión “la paz nos la damos nosotros
mismos”. Para lograr dicha paz, la gente percibe como necesario ser buenos hermanos, buenos amigos.
Todo ello se encuentra atravesado por modos de relacionarse a partir del respeto a la diferencia, del
reconocimiento del otro y del no maltratar al compañero o la compañera o cualquier otro ser.
La comunidad encuentra un vínculo directo entre (construcción de) paz y territorio. De acuerdo con las
experiencias de la gente, la paz se construye desde las prácticas y las acciones conjuntas tejidas desde el
territorio. El territorio, a su vez, es lo que posibilita la reproducción y el sustento de la vida. De ahí que la
comunidad haga referencia a la paz territorial como parte del trabajar la tierra, recoger sus frutos y
alimentarse de estos. Asimismo, de ahí se desprende el hecho de que el relacionarse con los otros de
manera respetuosa y solidaria forme parte de la definición de la comunidad de paz territorial; puesto
que para vivir en paz se debe poseer medios de vida y relaciones solidarias entre los pobladores para
poder construir y mantener dichos medios de vida. En últimas, la paz territorial para la comunidad de
reubicados de El Cairo se conforma desde la buena relación de la gente con la naturaleza y de la buena
relación de la gente con la gente.
Finalmente, la paz territorial, dice la comunidad, posee también unos obstáculos por superar. El
obstáculo, tal vez el más importante a considerar, siguiendo las reflexiones de la comunidad, es el de la
imposición de los intereses particulares de unos cuantos en detrimento de los intereses comunes, esto
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
es, de toda la comunidad. Un segundo obstáculo tan significativo como el anterior resulta ser el
producto del acumulado histórico que ha conducido a que la misma comunidad se conforme, es decir, la
violencia, el despojo y el desplazamiento de poblaciones en tanto que fenómeno estructural del
conflicto. De ahí, para la comunidad, surge el reto más grande para alcanzar la paz territorial: el perdón.
La comunidad dice que para que exista paz hay que perdonar. Tarea que supone mucha fortaleza
personal y apoyo de terceros.
Foto 16. La confianza tiene vida, color y forma.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
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6.2. EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA RECONCILIACIÓN: LA
EXPERIENCIA DE ESTA COMUNIDAD REUBICADA
A continuación se realiza una reflexión del proceso vivido por la comunidad reubicada para entender de
qué manera ésta es una experiencia de reconciliación, entendida como un proceso que implica distintos
niveles, pone en juego distintos componentes que dan pie a distintos modelos de reconciliación, e
implican un proceso gradual que se va alcanzando en progresivamente42, articulando positivamente
estos elementos según el contexto donde tiene lugar, como puede observarse en el siguiente cuadro.
Ilustración 5. El territorio como escenario para la reconciliación43
42 Se extiende un agradecimiento a Mauricio García Durán, S.J. por su el acompañamiento para tener una comprensión más compleja de la reconciliación, tal y como aparece en su texto: “Elementos para una definición de reconciliación que nos ayuden a trabajar en su promoción”, presentado en las Jornadas de Reflexión Universitaria de la Pontificia Universidad Javeriana en Melgar, Agosto 17 de 2016. 43 Cuadro elaborado por Pedro Barrera y Andrea Padilla. Consultar en: http://goo.gl/hNTVlb
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
El programa que desarrolla la experiencia de reubicación en El Cairo fue una propuesta para restablecer
a diversas familias que habían sido afectadas por conflictos socio-políticos en sus lugares de procedencia
y en consecuencia, ha tenido representaciones del nivel de reconciliación interpersonal y comunitaria44.
Aquí se presenta el primer estadio o fase de reconciliación45 representado en el coexistir, aunque en
esta ocasión no represente necesariamente la presencia en el mismo espacio de una víctima frente a un
victimario. Es importante validar el programa de reubicación como una alternativa para salir de la guerra
y para el reconocimiento institucional respecto a los beneficiarios –población víctima de desplazamiento
forzado en este caso-.
En ese sentido, dado los diferentes niveles de conflictos, se presentan diversos niveles de reconciliación.
De acuerdo a la experiencia de la población de reubicados de El Cairo, el acompañamiento psicosocial
representó parte de las acciones necesarias para lograr la reconciliación en su nivel de reconciliación con
uno mismo respecto a conflictos asociados directamente a la necesidad de sanación de heridas y
satisfacción de necesidades que se presentan al interior del individuo. En el caso de la Comunidad de
reubicados en El Cairo, alcanzar este nivel de reconciliación ha contribuido al establecimiento de sueños
y proyecciones en los predios en los que fueron reubicados, lo cual es una de las condiciones para la
sostenibilidad del programa de reubicación, que en ese sentido ha estado cargado de gratos esfuerzos
de individuos que fortalecidos se integran a una comunidad y construyen un territorio.
Foto 17. Viendo los coloridos senderos de la esperanza.
44 Se distinguen cinco niveles de reconciliación: personal (consigo mismo), interpersonal, comunitario, socio-políticos, con la creación y con Dios (Cf.Mauricio García, S.J., 2016). 45 Se pueden distinguir al menos 3 fases o estadios de la reconciliación: uno de coexistencia entre antiguos enemigos (víctimas y victimarios), un segundo de creación de confianza y credibilidad entre las partes, y un tercero de empatía entre estos actores, empatía que pasa por alguna forma de perdón de las víctimas a sus victimarios (Cf.Mauricio García, S.J., 2016).
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
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Adicionalmente, también se referencia la importancia de la promoción de proyectos productivos46 en
tanto estos son un medio para activar las dinámicas económicas de los miembros de la comunidad de
reubicados. Les permite trabajar la tierra y generar relaciones sociales en torno a la producción y
comercialización de sus productos. Asimismo, los proyectos productivos contribuyen a generar
condiciones para la seguridad alimentaria de la comunidad. En tanto a las soluciones de vivienda, en
esta experiencia de reubicación fue uno de los temas que generó mayores conflictos en el nivel
intersubjetivo por las condiciones de hacinamiento y precariedad que tenía la comunidad, lo cual mejora
con una reconciliación del nivel referido con otros -dimensión social-, lo cual implicó la creación de lazos
y relaciones que les fueron posibles a través del jornaleo, la entrega de saberes para cultivar e inclusive
semillas en casas de vecinos, y que, posteriormente les permitiría pensarse en común.
Las familias reubicadas en El Cairo huyeron de niveles de violencia a consecuencia de los conflictos
socio-políticos que finalmente generaron su desplazamiento forzado. En ese sentido, es posible
identificar en el programa de reubicación como condición inicial para parar la guerra47 –componente
fundamental de la reconciliación- para que estos individuos que se beneficiaron del programa dejaran
de vivir violencia y pudieran proyectar su vida y esperanzas tanto individuales como colectivas de otra
forma y de acuerdo a sus nuevos contextos, lo que abre el paso a generar alternativas para la sanación
de las heridas causadas por esos contextos conflictivos de los que provienen.
De esa manera, generaron condiciones para reconstruir relaciones sociales y convivir como comunidad
gracias a la generación de una identidad colectiva asociada a la integración local en su condición de
campesinos y reubicados –reconocidos previamente como víctimas por el Estado colombiano-; de
espacios de encuentro, memoria y diálogo; de dinámicas asociativas; de identificación de necesidades
comunes y de estrategias para su solución. Las estrategias creadas por la comunidad de reubicados se
encuentran principalmente en los Planes de Vida que construyeron propuestas de los reubicados desde
las diversas asociaciones en las que se representan. Dichas estrategias son un ejemplo de cómo las
relaciones a construir están asociadas a dimensiones sociales, culturales, económicas, políticas,
ambientales, entre otras como el contexto relacionado al espacio y al momento en el que se desarrolla
la experiencia.
De esa manera, en la comunidad de reubicados también es posible identificar el segundo estadio de
reconciliación, la construcción de confianza y credibilidad. En consecuencia, dichas relaciones a construir
se relacionan con otros componentes complementarios de la reconciliación, uno de ellos está referido al
esfuerzo colectivo y el apoyo de diferentes organizaciones tanto públicas como privadas para el logro de
46 Hay tres componentes complementarios de los procesos de reconciliación, importantes para garantizar que esta realmente se consolide, y son: desarrollo económico, fortalecimiento institucional que garanticen seguridad, y una cultura de paz, reconciliación y no violencia, que reemplace la cultura de violencia que se ha arraigado entre nosotros (Cf.Mauricio García, S.J., 2016). 47 En otras experiencias de reconciliación se identifican como los elementos constitutivos de la misma los siguientes: como condición de partida el parar la violencia, lo que permite dar inicio al proceso de reconciliación mismo; a ello se suman cuatro componentes o herramientas básica de la reconciliación: verdad y memoria, justicia, reparación y sanación de las heridas (Cf.Mauricio García, S.J., 2016).
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
las proyecciones de la comunidad. Respecto al componente complementario de la consolidación de una
cultura de paz, reconciliación y no-violencia, la comunidad reflexiona en espacios de encuentro y
memoria que la paz territorial consiste en ser buen hermano y buen amigo; y que todo ello es
atravesado por modos de relacionarse a partir del respeto a la diferencia, del reconocimiento del otro y
del no maltratar al compañero o cualquier otro ser; en donde a su vez, es el territorio lo que posibilita y
reproduce la vida. La construcción de paz se da desde las dinámicas propias y las relaciones locales.
"Recibimos el acompañamiento de organizaciones no gubernamentales y cooperación internacional, nos
ayudaron a superar la idea de la organización y el encuentro como requisito para acceder a proyectos.
Aprendimos que organizarnos era útil para el fortalecimiento de nuestra identidad, con lo que
podríamos gestionar nuestros medios de vida y mejorar nuestra convivencia" (Participante Grupo Focal,
2016). Teniendo en cuenta los modelos de reconciliación (Pope, 2013: 83-88)48, lo anterior posibilita
ubicar a la experiencia de reubicación del El Cairo en una relación-integración del modelo de
reconciliación que privilegia la construcción de la comunidad basada en el diálogo personal -énfasis en
las relaciones interpersonales- y el modelo de reconciliación que privilegia la promoción del desarrollo
socio-económico, no obstante también integra elementos de memoria, reparación y sanación de las
heridas.
48 Pope, Stephen (2013). Modelos de la Reconciliación, en Recreando relaciones justas – Profundizando la misión
de la reconciliación en el JRS. Roma: JRS/Boston College, pp. 83-88. Este autor identifica 5 modelos distintos de
reconciliación: el primero de perdón y olvido; el segundo centrado en la justicia; el tercero centrado en la verdad;
el cuarto centrado en las relaciones interpersonales y el quinto centrado en crear condiciones de desarrollo.
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
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7. A MANERA DE CONCLUSIÓN, SE PRESENTAN ALGUNAS RECOMENDACIONES Y
LECCIONES DEL PROCESO DE REUBICACIÓN EN EL CAIRO
La calidad de vida es una condición para evitar los conflictos, y con ese
objetivo, lo han convertido una tarea de todos.
Participante Grupo Focal, 2016
Foto 18. Después de tantos años, la comunidad ha permitido que se le convoque y ha participado con voluntad. Reconocen sus avances,
pero también manifiestan seguir con dificultades.
Los procesos de acompañamiento fortalecieron la creación de un espacio relacional en el
territorio en el que confluyen diferentes actores y conflictos. No obstante, teniendo en cuenta
que la finalidad de la reubicación, como programa gubernamental, consiste precisamente en la
reparación integral a la población víctima de desplazamiento forzado, los espacios relacionales
deben promover la integración de esta población. Con la llegada de las más de 50 familias
provenientes de diferentes zonas de Colombia al municipio de El Cairo, el territorio se diversifica
culturalmente, económica, social y políticamente, lo que promovió una transformación en
dinámicas y relaciones sociales que favorecieron la percepción hacia la comunidad en situación
de desplazamiento mediante la integración social, lo cual resulta ser una alternativa para la
solución de sus necesidades básicas. En ese proceso resulta necesaria la construcción de una
nueva identidad.
La comunidad, en la actualidad, podría decirse, se siente integrada al municipio de El
Cairo debido a su contribución al espacio en el que fueron reubicados. Allí construyeron
y se apropiaron de un territorio, lograron superar sus diferencias y hacer frente a las
adversidades que las condiciones externas les impusieron. A lo largo de este proceso ha
sido importante el acompañamiento de entidades públicas, de ONGs y de cooperación
internacional. Dicho acompañamiento ha sido fundamental en el aprendizaje de la
comunidad especialmente en materia de organización comunitaria, defensa de
derechos y de establecimiento de prácticas solidarias.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
El rol de las instituciones locales fue fundamental a la hora de guiar a los desplazados por la
violencia del conflicto armado al programa del INCODER y aplicar a la solicitud del programa de
reubicación. La ruta para acceder al proceso de reubicación en El Cairo se facilitó una vez el
programa empezó a ejecutarse porque la convocatoria para acceder a la oferta institucional
también empezó a hacerse desde las Alcaldías y Personerías Municipales. Aunque dicho factor
tuvo efectos positivos en materia de reducción de los trámites que tuvieron que hacer los
ciudadanos, ellos no tuvieron acompañamiento de las autoridades en los entes territoriales sino
de la entidad encargada de la ejecución (el INCODER), que tuvo un ejercicio muy limitado de
acompañamiento.
Aunque la estructura gubernamental actuó de manera articulada para ofertar el programa de reubicación mediante las Alcaldías y Personerías, es necesario que los programas y ofertas estatales se evalúen en diversas fases de su desarrollo para tomar medidas correctivas. Esto porque específicamente en el caso del proceso de reubicación en El Cairo, el INCODER no tomó medidas correctivas respecto a los errores que en la ejecución de su programa iban surgiendo.
La falta de monitoreo y acompañamiento del Estado (específicamente las autoridades gubernamentales) al proceso de reubicación generó barreras a las comunidades respecto a su calidad de vida. Aspecto fundamental a resolver con el programa de reubicación. Las barreras para la efectividad del programa fueron: el estado de abandono de los terrenos y vías donde los habían reubicado; la no definición oportuna de linderos, lo que generó atrasos para la activación productiva de los predios y, asimismo, una serie de tensiones y conflictos en la convivencia dentro de la comunidad.
El espacio geográfico de la zona rural del municipio de El Cairo que le fue adjudicado colectivamente a esta población víctima del desplazamiento forzado ―proveniente de diferentes lugares de Colombia― les permitió construir territorio, donde cuyas intencionalidades asociadas a la solución de sus necesidades fueron expresadas mediante dinámicas organizativas y asociativas. Esta actividad inicialmente fue promovida como una obligación de las comunidades para con Estado y en tanto que medio de formalización-requerimiento para el acceso a ofertas. No obstante, fue particularmente a través del acompañamiento de entidades no gubernamentales ―como el SJR― que la comunidad se inició en la dinámica de experiencias asociativas que promovieron la generación de valores comunitarios y transformación de relaciones. De acuerdo con lo anterior se puede concluir que:
Los procesos de acompañamiento de mediano y largo plazo permiten el fortalecimiento del tejido social al interior de las comunidades y el tratamiento de las diferentes dinámicas del territorio.
Impulsar ejercicios organizativos limitados a proyectos o requerimientos de oficialidad generan motivaciones parciales a las comunidades y desdibujan la importancia de la integración comunitaria, de la construcción de visiones compartidas, de la creación y promoción de liderazgo. Aspectos que harán sostenible lo que pueda alcanzarse mediante la organización que se traduce, en suma, en un proceso de empoderamiento y adquisición de capacidades.
Los espacios de diálogo y encuentro son fundamentales para la construcción de paz en tanto que dejan impactos directos en el fortalecimiento del tejido social que permite proyectar deseos y sueños de las comunidades. Por tanto, un componente que facilita la construcción de la paz desde los territorios es la posibilidad de dotar a las comunidades de espacios comunitarios. En este orden de ideas se puede hablar de:
La posibilidad de tener tierra fomenta la vida en tanto dota a los individuos de un espacio para la reproducción de dinámicas familiares, sociales, políticas, económicas, ambientales, entre otras. En la experiencia de reubicación de El Cairo, por ejemplo, se
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
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presentó un caso de reunificación familiar en el que una de las beneficiarias del programa designó un pedazo de su tierra para que sus hijos también tuvieran un espacio en el cual reproducir y participar en las dinámicas propias del territorio.
La apertura y funcionalidad de los espacios de encuentro comunitarios son útiles para la estructuración de valores comunes y construcción de visiones que fortalecen la identidad de la comunidad. De esa manera, la comunidad de reubicados de El Cairo ha hecho posible la vida en el campo y también ha fomentado el relevo generacional.
Fomentar el diálogo en los territorios promueve su diversificación. Un ejemplo de ello se evidencia en la experiencia del grupo de mujeres que a través de un proceso organizativo propio han tenido relevancia en acciones de gestión y empoderamiento comunitario. Lo que a su vez, ha habilitado la posibilidad de construir y encontrarse como hombres y mujeres representando una misma comunidad luego del desplazamiento.
Los espacios de encuentro permiten integrarse a dinámicas ya establecidas en los territorios receptores. Tal es el caso de uno de los Supermercados que quedan en el casco urbano de El Cairo. Allí se les permite a los miembros de la comunidad de reubicados llevar sus productos e integrarse a la dinámica de comercialización.
Las comunidades han consolidado causas y espacios en los que generar lógicas de solidaridad e
integración. De acuerdo con eso, se han presentado casos en los que la comunidad acoge a
otras personas que lo necesitan. Un caso es el de la Mona (Doña Janeth), que actualmente vive
en la casa comunitaria del predio La Habana. Ella ha tenido un acompañamiento cercano de la
comunidad y ha tenido el apoyo de la misma para integrarse al programa formal de reubicación.
A partir del programa de reubicación se han establecido redes para la reproducción de intereses y empoderamiento (ejercicio del poder) comunitario. El trabajo conjunto entre las asociaciones de familias reubicadas les ha permitido ampliar su visión y construcción de ideas conjuntas para resolver problemáticas de carácter social, económico, participativo, ambiental y cultural.
La ejecución de programas de reubicación habilita la posibilidad de ampliar la oferta para el restablecimiento de otras personas en condición de vulnerabilidad en un mismo espacio, sin necesidad de que el beneficiario sea una persona víctima del desplazamiento forzado o ingrese en un programa de reubicación. Ese es el caso de Horacio y su familia, que llegó al mismo predio y se integró a la comunidad de reubicados de El Cairo con un programa de subsidio para vivienda en el que el Estado aportó un porcentaje para la compra de su predio.
La construcción y aplicación de un plan de tierras es una necesidad de la comunidad de reubicados de El Cairo para la optimización y efectividad de sus cultivos. Esto se debe a que la ausencia del mismo sigue siendo una de las principales causas de la expulsión de la comunidad de su territorio o a la necesidad de trabajar como jornaleros, lo cual es un retroceso en términos de empoderamiento y calidad de vida.
Se debe apoyar estrategias de auto-consumo y diversidad de semillas y cultivos. Esto ayuda a contrarrestar los límites que comporta la comercialización y los riesgos económicos y medioambientales que supone el depender de uno o dos cultivos del mismo producto.
EL TERRITORIO COMO ESCENARIO PARA LA VIDA Y LA PAZ
La polarización impide la esperanza y frustra motivaciones. La no polarización ha permitido el
desarrollo de las comunidades. La comunidad de reubicados ha estado en medio de la
polarización por las lógicas de odios y egoísmos que se promueven desde las estructuras de
poder político y de comunicación en el país, lo que estructura los imaginarios colectivos de
discriminación y exclusión.
La polarización como impedimento la ha identificado la comunidad en todo el proceso de diálogos de paz en la que delegaciones del gobierno colombiano y de la guerrilla de las FARC negocian la terminación del conflicto armado para favorecer la etapa de construcción de paz.
Otra expresión de la polarización como impedimento es la delimitación del desplazado como ladrón o vicioso. Eso conduce a la emergencia de nuevas barreras sociales que impide que se origine una verdadera integración social. Así, el desplazado aparece no sólo como víctima del conflicto armado colombiano, sino también como víctima de la discriminación. La transformación de estos imaginarios fue una tarea que la comunidad de reubicados superó a través de su proceso de convivencia e integración a las dinámicas del territorio en El Cairo.
Eliminar la polarización permite el fortalecimiento emocional de los individuos porque permite pasar de los prejuicios y las preocupaciones a construir relaciones basadas en la solidaridad, la amistad, la hermandad y el buen trato. Al presentarse alguna diferencia, la conciliación será más sencilla, lo cual es positivo en contextos de conflicto.
El tema del crecimiento demográfico, la tasa de natalidad y el relevo generacional constituyen un factor que puede convertirse problemático a largo plazo. A pesar de la existencia de niños y bebés nacidos dentro de la misma comunidad, la tasa de natalidad es bastante baja. A esto se le suma el problema de que el grueso de la población de reubicados fueron adultos mayores y, asimismo, que muchas de las familias que han llegado con niños y jóvenes al territorio se han visto obligadas a desplazarse a otros lugares que les ofrezcan mejores oportunidades a estos; muchos jóvenes se van a Cali, Pereira ó Medellín para cursar sus estudios profesionales y nunca vuelven.
La Cooperativa ―para la comercialización del café― tiene la facultad de fijar el precio que
pagará a la comunidad por un determinado monto de café producido. La única forma para que
la comunidad pueda influir en ello es organización y cantidad de producción, lo cual se dificulta
por el tamaño de sus predios. Hay unos beneficios para la comunidad que logra vender el café
bonificado.
Teniendo en cuenta la multiescalaridad de los territorios, los agentes de las entidades territoriales receptoras deben generar estrategias y planes de articulación con las entidades de orden nacional que promueven los programas de reubicación. El aprestamiento institucional no solo depende de la voluntad política e institucional, sino también de la capacidad de armonización de programas y políticas para la atención a la población en proceso de vindicación de derechos desde los diferentes niveles de gobierno y sus autoridades.
Como producto de los programas de reubicación se generan unos cambios en la demografía del ente territorial receptor. Por tal razón, las autoridades deben actualizar los diagnósticos y registros estadísticos municipales con el fin de que la planificación contribuya a la adaptación de dichos cambios.
La profesionalización de los servidores públicos es importante en contextos en los que se atienden a personas víctima del conflicto armado. Más allá del cumplimiento de algún mandato institucional, la calidad y la solidaridad en el servicio que ofrecen los funcionarios públicos determinan la efectividad de las estrategias que se aplican. Una
PISTAS PARA LA RECONCILIACIÓN A TRAVÉS DE LA EXPERIENCIA DE UNA COMUNIDAD REUBICACADA EN EL MUNICIPIO DE EL CAIRO, VALLE DEL CAUCA.
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buena práctica referida a la experiencia de reubicación de El Cairo es la del personero que en función de servicio le ayudó a la comunidad a gestionar el servicio de energía.
El desarrollo institucional es fundamental para la protección y garantía de derechos de los ciudadanos inmersos en programas de reubicación. Este ha cumplido un rol fundamental para la acreditación de los beneficiarios, lo que posibilita el acceso a ofertas tanto públicas como privadas.
La ejecución de programas como el de reubicación en El Cairo, promovidos desde el orden nacional, se desarrollan con la intermediación de las autoridades locales. Ello representa un problema en la medida en que los recursos tienen un filtro en los entes locales, cuando la autoridad legalmente responsable de dicho proceso es la entidad nacional.
Se deben emprender acciones para generar capacidades de mitigación del riesgo junto a las comunidades campesinas. Las condiciones de sequía o de lluvias son periódicas. No obstante, al no atender a esta necesidad, las comunidades tienen problemas para sobrevivir cuando los efectos de la diversidad ambiental afectan sus cultivos.
En el banco de proyectos del Plan de Vida, desarrollado por el SJR, se encuentra la adecuación de la Escuela Rural en el Predio Perla Roja. Dicho proyecto podría materializarse en un predio comunitario, como lo Casa Bonita. Este factor es de suma importancia y demanda especial atención, puesto que las dificultades asociadas a la educación de la población rural del municipio está representando un factor expulsor de la comunidad de reubicados.