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Universidad de Chile Facultad de Ciencias Sociales Escuela de Pregrado Carrera de Psicología
Motivaciones de ingreso y permanencia
en los miembros de la
Comunidad Sai Baba de Santiago
AUTORES
Araya, Mauricio
Islame, Claudia
Oñate, Diego
Saba, Abraham
Sepúlveda, Beatriz
PROFESOR
María Ruiz
AYUDANTE
Carolina Valenzuela
Santiago, 02 Diciembre 2015
Índice
Problematización pág. 2
Marco Referencial pág. 5
New Age pág. 5
Comunidad Espiritual pág. 7
Motivación pág. 9
Comunidad Sai Baba pág.10
Objetivo General pág.12
Objetivos Específicos pág.12
Preguntas Directrices pág.12
Marco Metodológico pág.13
Enfoque pág.13
Diseño Muestral pág.13
Participantes pág.14
Instrumento pág.15
Análisis de Datos pág.15
Plan de Trabajo pág.17
Referencias pág.18
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I. Problematización
La emergencia de la modernidad trajo consigo un proceso de secularización, donde uno de
sus más importantes correlatos como lo es el desencantamiento del mundo, es decir, la
exuberancia y confianza depositada en la razón para dar cuenta de la realidad y ordenar la
sociedad en torno a ésta (Weber, 1992) parece haber sustituido a la religión como discurso,
institución y vivenciar articulador de la sociedad, posicionándose progresivamente en la
periferia, como un discurso más entre otros (Sánchez, 1998).
Sin embargo, la aparición de nuevas religiones y las nuevas formas en las que éstas se
presentan, contradicen las expectativas emergentes desde la Ilustración, pasando por las
teorias sociologicas clasicas, hasta hoy. No sólo parece ser justo afirmar que lo religioso no
ha desaparecido, ni parece estar a puertas de hacerlo, si no al contrario, es posible de
conjeturar una reviviscencia de los fenómenos religioso (Ferreres, 1998). Es así como en
distintos estudios se cuestiona el proceso de secularización como proyección social
(Sánchez, 1998; Vallverdú, 2001).
Si antes la influencia de la religión venía de las normas, leyes y estructura social dominante
en la que el individuo la reproducía de un modo pasivo y conformista, ahora parece ser la
propia persona donde radica el proceso de influencia e importancia de lo religioso en lo
social (Muñoz, 2004). Es, en efecto, una búsqueda de nuevas experiencias religiosas y
espirituales, con el afán de encantar lo desencantado en una sociedad donde el mercado y las
vías de comunicación se están imponiendo, penetrando hasta en las más íntimas dinámicas
de los individuos (Pérez, 2007). En consonancia con esta dinámica, la producción moderna
de religiosidad se expresa con el surgimiento de universos sagrados autónomos, entre los
cuales el individuo portando una lógica de consumo escoge aquel que más le conviene o
mejor satisface sus necesidades. Según Luckmann (1973), si la religión es un asunto
privado, el individuo es libre de escoger entre el surtido de los nuevos significados, guiado
por preferencias a partir de su biografìa.
Ahora bien, en este contexto donde procesos como la globalización y la modernización
tecnológica, han generado vías de comunicación cada vez más instantáneas, y con ello un
acercamiento a culturas lejanas de lo conocido en occidente, cualquier ser humano que tenga
la posibilidad puede acceder a la oferta de información (Parker, 2005). La aldea global llegó
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para hacer converger todo en una sola conciencia histórica global: de alguna forma el
tiempo se ha separado del espacio (Parra, 2004). Este fenómeno conlleva, sin duda, a una
fomentación aún más intensa del sincretismo cultural y religioso. Entonces, desde aquí, el
deseo de búsqueda individual de nuevas manifestaciones espirituales, se encuentra con el
amplio espectro de información que provee la globalización. Las personas obtienen nuevas
elecciones en cuanto a sus necesidades espirituales.
En un contexto más próximo, sumado al fenómeno globalizante, en Latinoamérica se
produce un proceso de desinstitucionalidad religiosa, es decir, las religiones predominantes
pierden adeptos a su tradición histórica (Parker, 2005). Ahora, puntualizando el fenómeno
religioso en Chile, se ha caracterizado principalmente por el declive del catolicismo,
religión tradicional que más adeptos ha reunido. En términos numéricos, los principales
grupos religiosos en Chile, en orden de mayor cantidad de miembros, serían: católicos,
evangélicos, testigos de jehová y mormones. En un período de dos décadas, la población
mayor a 15 años que se declaró como católica registró un descenso, pasando de un 74% en
el año 1995 a un 57% en 2013, mientras entre ateos y agnósticos aumentaron de un 9% a un
25% en el mismo período de tiempo (Latinobarómetro, 2014). De forma contraria,
evangélicos reportan un aumento de aproximadamente un 1% entre los censos 2002 y 2012,
mientras quienes se definen en “otra religión o credo” aumentaron también alrededor de un
1% (Latinobarómetro, 2014). Estas variaciones, aunque recientes, pueden ser respuesta de
búsqueda para suplir las necesidades espirituales. La experiencia sagrada ya no se vivencia
sólo en los templos de oración, sino que se ha extendido la gama alcanzando hasta las
tiendas de tinte esotérico y los centros de autoayuda (De la Torre, 2006).
Bajo estas condiciones, el discurso científico no ha logrado posicionarse como la alternativa
que dote de sentido la vida humana, y además, si bien la religión se encuentra en un período
de crisis, no ha caducado del todo, sino que las personas han experimentado modificaciones
respecto a su espiritualidad. En esta crisis de poder y fe, llegan al continente las nuevas
tendencias New Age, que son un movimiento sincretista caracterizado principalmente por:
un nuevo paradigma científico, un reencantamiento con la naturaleza y el cuerpo, un diálogo
interreligioso con mayor influencia de Oriente, un regreso a concepciones esotéricas y
místicas de la existencia, y finalmente una concordancia con la visión transpersonal y
humanista de la psicología (Vásquez, 2005). Por lo tanto, lo New Age sería una respuesta
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que pretende hacer converger paradigmas que antes hegemonizaban cada uno por sí solos
(lo religioso y lo científico). Como se vislumbra, lo New Age es un fenómeno heterogéneo y
no institucionalizado, que aunque posee un alto contenido religioso, no se le puede encerrar
sólo bajo esta denominación, ya que apunta hacia un sentido transnacional con
implicaciones religiosas y aspiraciones globales (Caicedo, 2009).
A partir de todo esto, resulta necesario comprender el cambio paradigmático respecto a la
espiritualidad, desde la perspectiva de quienes integran estas comunidades, teniendo en
cuenta la crisis religiosa, el proceso de secularizaciòn y la globalización. Esta perspectiva
podría abordarse desde las motivaciones que mueven a los miembros a ingresar y
permanecer dentro de las mismas. Desde una perspectiva humanista, ya que esta mirada es
concordante con las características de lo New Age, se entienden las motivaciones como
aquellos procesos que dan energía y dirección al comportamiento (Reeve, 2009).
El análisis sólo puede llevarse a cabo dentro de una comunidad que sea coherente y
representativa de las características de lo New Age, por lo que el sincretismo
orienteoccidente, más una visión holística del humano en relación con la naturaleza y su
cuerpo deben ser pilares de la misma. Para estos efectos, se ha seleccionado a la comunidad
Sai Baba, ya que ésta es de las más representativas de las característicasNew Age y además
goza de una trascendencia internacional, al tener sedes a lo largo del mundo. En Chile
funciona hace más de veinte años con una cantidad de miembros que no disminuyen de
treinta en sus tres centros (Iquique, Santiago y Puerto Montt). El discurso de esta comunidad
se basa en la unión de espiritualidad y ciencia, la reivindicación del cuerpo como fuente de
salud y aceptación de miembros sin importar su adscripción a una religión tradicional. Por
estos motivos, funcionaría como un ejemplo claro y próximo a las manifestaciones de
espiritualidad moderna, enmarcadas en las tendencias de corte New Age. Entonces, tratar
de responder: ¿Cuáles son las motivaciones que impulsan a los miembros para ingresar
y permanecer en la comunidad Sai Baba de Santiago de Chile? podría ser fundamental
para aproximarse a la comprensión de los fenómenos modernos de espiritualidad individual
en un contexto mercantilista y globalizado.
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II. Marco referencial
Los antecedentes recopilados para el abordaje de este proyecto se presentarán desde lo más
general a lo más particular, por lo que el marco referencial estará estructurado de la
siguiente forma: New Age, Comunidad espiritual, Motivación entendida desde la psicología
del siglo XXI y finalmente, una caracterización de la comunidad Sai Baba como ejemplo
paradigmático de las experiencias New Age.
Lo New Age
El fenómeno New Age como objeto de estudio de las ciencias sociales y principalmente de
la sociología de la religión emerge con las revisiones críticas del llamado proceso de
secularización (Véase Beltrán, 2008; DonosoMaluf, 2008; León, 2005; Soneira, 2014) y
ligado específicamente a las teorías que enfatizan los correlatos de la privatización,
pluralización y mercantilización de la religión (Sánchez, 1998; Ferreres, 1998; Muñoz,
2004;Vallverdú, 2001). En ellas es posible considerar principalmente a Luckmann, quien
distingue entre la religión institucionalizada y la religión invisible, esta última sería la nueva
forma de la religión y propia de la modernidad, donde el cosmos sagrado no se encuentra
monopolizado por una institución y por ende es responsabilidad del individuo la
construcción de su propio cosmos sagrado a partir de un surtido de significaciones últimas
disponibles en un mercado religioso, pudiendo ser además productores de bienes en tal
dominio (Luckmann, 1973). Burger, por su parte, concibe que la separación EstadoIglesia
ha desembocado en que las organizaciones religiosas ya no puedan imponer sus productos,
por lo que ahora deben tratar de venderlos dentro de un mercado competitivo, generando
una pluralización que puede desembocar en una inseguridad ontológica en el individuo
(Burger, 1969). Así, los estudios sobre secularismo lejos de negar la presencia de esferas
religiosas parten de estas teorías para comprender las nuevas formas en que se manifiesta la
religión, destacándose las religiones civiles, movimientos neopaganos y la corriente New
Age (Somerville, 1998 en Collin H, 2007).
En plena concordancia con estos planteamientos el fenómeno New Age suele ser
caracterizado por su sistema o ideología ecléctica de creencias y prácticas de un modo
altamente privatizado (Collin H, 2007) que incluye la aceptación fragmentaria, y la
posibilidad de la negación de conceptos generales(Somerville, 1998 en Collin H, 2007).Sus
tópicos se centran en la concepción y creencia en un nuevo paradigma científico, un
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reencantamiento con la naturaleza y el cuerpo, un diálogo interreligioso con mayor
influencia de Oriente, un regreso a concepciones esotéricas y místicas de la existencia, y una
concordancia con la visión transpersonal y humanista de la psicología (Vásquez, 2005). En
un estudio pionero realizado en latinoamérica donde el abordaje empírico sobre lo new age
es más bien escaso se dio cuenta que sus adherentes no poseen una actitud competitiva
frente al catolicismo en que tendían a resignificar y revitalizar sus simbolismos pero
tampoco se consideraban dentro de una línea religiosa determinada (Gutierrez Z, 1998),
concluyendo que “El New Age es un ejemplo prototípico de una forma de creencia actual en
la que se legitima tanto al individuo como lugar sagrado, como la construcción individual
del propio marco subjetivo de interpretación, identidad y pertenencia. No parece interesarle
ni una certificación de ortodoxia, ni una vinculación operativa. Podría representar el
ejercicio de la religiosidad privada por excelencia” (Gutierrez Z, 1998 p. 352353). Mismas
conclusiones generales arroja un reciente estudio en Colombia donde a pesar de las críticas
al catolicismo, se mantienen las creencias de las “enseñanzas de Jesús”, predominando una
autoimagen de librepensadores que atraviesan un proceso personal de búsqueda de
respuestas existenciales, interiorizando creencias según “les haga sentido” o se “sientan
bien” (Sarrazin, 2012). Cabe destacar el interés que se registra por las creencias y prácticas
indígenas registradas en México, Colombia, Uruguay y Brasil en que suelen relacionarse a
los adherentes de las tendencias New Age (Véase Apud, 2013; Peña 2012; Torre, 2012,
Caicedo, 2009; Bizerril 2013). Vínculos que no desalientan un acercamiento a ámbitos
científicos, combinando nociones físicas y místicas en un universo unido por energías
invisibles, que da cuenta de una concepción de la realidad coherente con la experiencia
chamánica de tiempos anteriores, a la vez que se le dota de sustento pseudo científico
concluyendo en un proceso de sacralización universal, donde todos los elementos de la
realidad constan de un potencial espiritual atravesado por bases relativamente empíricas
(Vásquez, 2005).
En cuanto a sus posibles objetivos, estas tendencias pretenderían volver a humanizar al
hombre, y con ello tratar de lograr el mejor desarrollo posible desde una perspectiva
humanista de la psicología, retornando a la organicidad del cuerpo y a la creatividad
individual como preceptos centrales de un desarrollo integral y holístico, donde se pretende
como fin último que el cambio en la mentalidad individual genere cambios a nivel social
(Carozzi, 1995). Albanese (1992, en Carozzi, 1995) además de caracterizar lo New Age en
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torno a las creencias de transformación individual y colectiva por medios espirituales,
agrega el elemento central de “la sanación” en la persona y el planeta, definiendola como
una religión de sanación que poseería básicamente dos modelos básicos para ello: de
armonización que implicaría armonizar las energías del cuerpo con fuerzas y leyes más
amplias y el modelo chamánico, que realza el poder de la mente y la imaginación por sobre
la materia.
Con esto se observa un grupo heterogéneo de prácticas y creencias que se enmarcan en el
cosmos sagrado moderno, cuya característica definitoria sería lo pastiche en las visiones de
mundo particulares a raíz de los procesos de privatización, pluralización y mercantilización
de la religión (Luckmann 1973; Berger, 1969). Esta revitalización de lo sagrado sería una
respuesta a la pérdida del sentido y pobreza espiritual que aqueja nuestro tiempo (Mardones,
2005), aunque autores como Habermas (2008) y un tardío Berger (2005) mantendrán la tesis
de que la religión en realidad nunca fue evacuada de las esferas públicas e incluso son
serviles a los propósitos modernos. Cabe consignar la indicación de Ulrich Beck (como se
cita en de la Cueva, 2015, p. 383) que es posible diferenciar “individualización” de
“privatización” en cuanto a lo religioso, y decantarse por la primera opción no excluye un
posible reforzamiento de la presencia pública de las religiones. Lo que sí parece tener cada
vez mayor consenso es la existencia de un mercado religioso que incluso ha inspirado
nuevos paradigmas dentro de la disciplina basados en modelos económicos (Frigerio, 2000;
De la Torre, 2006).
Comunidad Espiritual
Lo New Age se desenvuelve a partir de comunidades espirituales que ponen en práctica sus
estatutos. Para poder abordar el concepto de comunidad espiritual es necesario definir
comunidad desde una perspectiva de la psicología comunitaria que englobe las
características más comunes presentes en una comunidad, pero que a la vez permita
diferenciarla de otros tipos de relaciones humanas. Ante esto último resulta pertinente la
caracterización de Tonnier (1947, en Sánchez, 1996) sobre las comunidades donde establece
que dichas relaciones son producto de una voluntad “natural”, ya que serían un fin en sí
mismo, a lo que Munné (1979, en Sánchez, 1996) agrega que en las comunidades habría una
finalidad afectiva de base espontánea.
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En un principio se partió desde las tres características básicas de una comunidad : Una
localidad común y compartida; Relaciones y lazos comunes, y finalmente; Interacciones
sociales (Sánchez, 1996). Desde esta base es que se construyen la mayoría de las
conceptualizaciones, sin embargo, estas definiciones tienden a dar demasiada
preponderancia al factor sociedad.
Klein sería el primero en proponer una concepción psicologicista y centrada en el individuo
al hablar de la comunidad como el“conjunto de interacciones ajustadas a ciertas normas y
que tratan de conseguir la seguridad e integridad física, de obtener apoyo en tiempos de
estrés y de alcanzar individualidad y significado a lo largo del ciclo vital”,(1968, en
Sánchez, 1996, p.74) esta visión vuelve a centrarse en un solo aspecto, el psicológico,
dejando de lado el aspecto social y cultural, y todas las significaciones que pudieron haber
brotado.
Para poder trabajar con una definición que fuera más allá de conceptualizaciones teóricas,
que en su lugar estuvieran enfocadas en la práctica y la incidencia comunitaria, y por sobre
todo en la propia subjetividad de los individuos, es que se eligió la perspectiva desarrollada
por Mariane Krause (2001), según la cual las comunidades estarían compuestas por tres
elementos:
1)La pertenencia, “entendida desde la subjetividad como el sentirse parte de”, una
subjetividad que estaría compuesta por un lado con la capacidad de poder identificarse con
la comunidad, de decirse perteneciente, y por otro lado de compartir con otros miembros
valores comunes, sean estos ideas, objetivos, metas, problemáticas, etc.
2)La interrelacción, es decir, todo el contacto y la comunicación que se forma con los otros
y que son necesarios para construir comunidad. Lo novedoso en el concepto de Krause es
que no se limita al contacto cara a cara circunscrito a un espacio físico compartido, sino que
se abre la posibilidad de comunicación a través de cualquier medio directo o artificial. Más
allá de esto en la interrelacion los aspectos importantes serían la dependencia mutua, donde
cada participante depende del otro para formar comunidad, y la influencia mutua que es
capaz de la coordinación de significados entre los miembros, pre requisito necesario para el
tercer y último elemento de esta conceptualización;
3)La cultura común, la comunidad sería una red de significados en la que estarían incluidos
la visión del mundo y la interpretación de la vida cotidiana, y que son reconstruidas
constantemente por la comunicación y las representaciones sociales, por ende
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interpretaciones compartidas de las experiencias vividas comunitariamente (Krause, 2001).
Entonces para extrapolar la visión de Krause a una comunidad espiritual se definirá a esta
como: “Grupo o conglomerado humano compuesto de una pertenencia, interrelación y
cultura común donde las formas de interpretar y significar las experiencias están orientadas
a un sentido superior más allá de la experiencia concreta” rigiendo además por la definición
de espiritualidad de Merlo (2004).
Motivación
Ahora, es necesario realizar un esbozo del concepto de motivación de forma teórica y
empírica, para la comprensión y puesta en marcha del objeto de estudio. En términos
generales, motivación se refiere a propósitos conscientes y a pensamientos íntimos que se
podrían reflejar en la conducta (McClelland, 1989). El tema de la motivación tiene que ver
con la forma en que la conducta se inicia, es mantenida, activada, dirigida e interrumpida
(Marshall, 1955 en McClelland, 1989); con el porqué más que con el cómo y qué. Entonces
se entiende motivación a partir de la definición acordada desde el siglo XXI por la
psicología y explicada por Johnmarshall Reeve (2009). donde se entienden que el campo
motivacional da pie a perspectivas multidimensionales: “aquellos procesos que dan energía
y dirección al comportamiento. Energía implica que la conducta tiene fortaleza, que es
relativamente fuerte, intensa y persistente. Dirección implica que la conducta tiene
propósito, que se dirige o guía hacia el logro de algún objetivo o resultado
específico”(Reeve, 2009, p.6).
En su unidad más básica, los motivos son, experiencias internas que energizan y direccionar
el comportamiento para fines particulares (necesidades, cogniciones o emociones). Éstas
estarían mediadas por sucesos ambientales, sociales y culturales, que de alguna forma,
dependiendo de la biografía y vivencia colectiva del sujeto lo atraerían o repelerían a
participar de una actividad con propósito (Reeve, 2009).
La motivación en sí no es un hecho observable, ya que al ser un proceso interior sus
manifestaciones sólo pueden darse a través de la acción. Entonces para que se convierta en
un hecho observable, existen dos formas de inferir la motivación en otra persona: 1) A
través de la observación de las manifestaciones conductuales de la motivación y 2) prestar
atención estrecha a los antecedentes, que según se saben dan lugar a estados motivacionales.
Estos estados, que implican comportamiento e involucramiento,es posible acercar al
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conocimiento de la motivación en las personas (Reeve, 2009). Éstas para efectuarse, están
mediadas por necesidades, las que, a partir de la psicología transpersonal, pueden dividirse
de la siguiente forma: necesidades fisiológicas (inherentes al funcionamiento biológico);
necesidades psicológicas (autonomía, competencia y afinidad) y las necesidades sociales
(logro, intimidad y poder) (Reeve, 2009). Para efectos de este trabajo, las psicológicas y
sociales son de vital importancia. Aunque éstas puedan confundirse, hay que dejar claro que
las primeras son inherentes a todo el mundo, mientras que las segundas al surgir de las
experiencias personales, varían de persona en persona, dependiendo del ambiente social de
crianza, la actualidad y la proximidad hacia el futuro.
Existen dos tipos de motivaciones que están mediadas por los sucesos externos las
motivaciones intrínsecas y las extrínsecas.
Por un lado las motivaciones intrínsecas surgen de las necesidades psicológicas de
autonomía, competencia y afinidad de la persona. Conduce a la mayoría de los beneficios
importantes en la vida del individuo, como la persistencia, creatividad, comprensión
conceptual y bienestar subjetivo; todo esto enfocado a un desarrollo propio sin búsqueda de
recompensas externas. Las motivaciones extrínsecas, por el otro, provienen de los incentivos
y consecuencias en el ambiente, como dinero, alimento, atención y alabanzas, a diferencia
de las intrínsecas, aquí no se participa en una actividad por el mero hecho de experimentar
satisfacción propia solo con efectuar la actividad, sino que está direccionada hacia las
consecuencias que el ambiente puede entregar. (Reeve,2009).
Si bien los estudios sobre motivación son amplios, los referidos al ingreso o permanencia en
comunidades representativas de la experiencia New Age son más bien escasos. Un estudio
exploratorio realizado en Bogotá el año 2009, concluyó que los participantes pertenecen a
estratos sociales medio altos, profesionales (con tendencia al area de salud) y que la mayoría
son mujeres. En los entrevistados se reconoce que, al tener satisfechas sus necesidades más
básicas, acuden a estos centros en busca de resolver problemáticas específicas relacionadas
a búsqueda de sentido, carencias emocionales y de espiritualidad (Marín, 2009). Esto, como
antecedente empírico , es lo más cercano a nuestro objeto de estudio.
Comunidad Sai Baba
La comunidad Sai Baba vendría a ser ejemplo paradigmático de las comunidades
espirituales aquí abordadas, ya que reúne entre sus ideas, el amplio discurso New Age. Los
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Son parte de la Organización Internacional Sri Sathya Sai Baba (O.S.S.S.B) que se
constituye como tal en el año 1967 y consta de millones de miembros con presencia en
alrededor de 135 países (Puglisi, 2009), y tienen por fin difundir las enseñanzas de Sathya
Sai Baba, guía espiritual y avatar de la divinidad encarnada terrenalmente. Es
representativo de la experiencia New Age, ya que reúne en sus preceptos tanto creencias
religiosas derivadas del hinduismo, rechazo al dogmatismo religioso tradicional, así como
una profunda vinculación con el área científica. De la misma forma sostienen que todas las
religiones son más bien expresiones distintas de una misma religión superior (“La religión
del amor”, “Amor hacia todos los seres”), por lo que su fin sería fomentar en sus seguidores
que sean el mejor cristiano, ateo o musulmán posible (Puglisi, 2009), implicando que en sus
seguidores no existe sesgo respecto a si se adscriben o no religiones tradicionales.
En general, el trabajo académico en torno a las comunidades Sai Baba es muy escaso y
reciente, sobre todo aquí en Latinoamérica. En Brasil hasta el 2010, sólo existía un artículo
sobre la historia de la comunidad en el mundo, en Argentina está el trabajo de Martín
Caparrós quien viajó a la India a conocer sobre la cultura; y de Silvia Citrio quien realizó
una investigación sobre la apropiación Sai Baba por grupos mocovíes (Puglisi, 2013). En
trabajos más completos y recientes, dentro de los 5 años hasta ahora, Rodolfo Puglisi ha
publicado un número de artículos en los años 2007, 2009, 2011 y 2012, que se centran en la
descripción de los grupos Sai Baba en Argentina, son trabajos etnográficos de corte
empírico. A partir de los trabajos de Puglisi, siendo los más cercanos a Chile, es que se
puede definir el desenvolvimiento de estas comunidades en Latinoamérica.
En Chile, las influencias de Sai Baba empezaron a llegar a mediados de los años sesenta,
casi al mismo tiempo que al resto del mundo, hasta que a inicios de 1994 se institucionaliza
la organización en Chile con la fundación del Centro Sai en Santiago, posteriormente se
fundarían los centros en Iquique y Puerto Montt. La comunidad se compone de
aproximadamente 60 miembros en la actualidad, cifra a la baja desde hace tres años, cuando
a la comunidad asistían de 100 a 200 personas, antes de la muerte de Sai Baba. La
organización consta de tres áreas de funcionamiento: Servicio a la comunidad; educación a
la población en valores humanos; y devoción, ceremonias rituales, cantos devocionales y
meditación.(L. Haristoy, comunicación personal, 5 de noviembre de 2015)
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III. Objetivos
Objetivo General
Comprender las motivaciones que impulsan a los miembros de la comunidad Sai Baba de
Santiago a ingresar y permanecer en la misma.
Objetivos Específicos
1) Identificar cuales son las motivaciones intrínsecas de los miembros para ingresar y
permanecer en la comunidad Sai Baba de Santiago.
2) Identificar cuales son las motivaciones extrínsecas de los miembros para ingresar y
permanecer en la comunidad Sai Baba de Santiago.
IV. Preguntas directrices
Preguntas directrices del primer objetivo específico
¿Los miembros explicitan la forma en la que ingresaron a la comunidad? Si es así,
¿Se reconoce un interés personal o externo a los miembros?
¿Los miembros demuestran interés en las actividades desarrolladas? Si es así,
¿Participan regular y activamente de ellas?
¿Los miembros sienten afinidad por los demás integrantes de la comunidad? Si es
así, ¿Cómo lo demuestran durante la convivencia en las actividades que comparten?
¿Existen espacios dentro de la comunidad que fomenten la integración de opiniones
e ideas de los miembros sobre ésta? Si es así, ¿De qué forma se toma en cuenta la
creatividad de los integrantes, para fines del desarrollo de la comunidad?
Preguntas directrices del segundo objetivo específico
¿Existe algún incentivo material (dinero, regalos, certificados, etc) al ingresar a la
comunidad? Si es así, ¿Cuáles? ¿Éstos inciden en la decisión de ingreso?
¿Existe algún incentivo material (dinero, regalos, certificados, etc) al permanecer en
la comunidad? Si es así, ¿Cuáles? ¿Èstos inciden en la decisión de permanencia?
¿Existen incentivos que no sean de tipo material (valoración social, reconocimiento,
admiración, etc)? Si es así, ¿Cuáles? ¿En qué circunstancias inciden?
¿Existe alguna consecuencia al dejar la comunidad? Si es así, ¿Cuáles y de qué tipo?
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V. Marco metodológico
Enfoque
La investigación se realizará bajo la metodología cualitativa, ya que para efectos del objeto
de estudio las motivaciones en miembros de la comunidad Sai Baba , el enfoque
cualitativo se ajusta al estudio de las motivaciones, permitiendo obtener perspectivas y
puntos de vista de los participantes a través de la recolección de datos. No se espera predecir
el comportamiento de los miembros como suponen enfoques cuantitativos, sino comprender
las motivaciones de ingreso y permanencia. Además el enfoque cualitativo permite que las
investigaciones puedan desenvolverse en el marco de la vida de los sujetos, sus
experiencias, comportamientos y emociones (Corbin & Strauss, 2002).
Por otro lado, los métodos cualitativos pueden usarse para explorar áreas sobre lo que se
conoce mucho o poco, pero se quiere obtener un conocimiento nuevo, en el caso de esta
investigación de tipo exploratoria, los antecedentes no entregan una amplia gama de
recursos de donde afirmarse o basar el estudio sobre las motivaciones de los Sai Baba.
Desde esta idea, es tentativo usar la Teoría Fundamentada como tipo de análisis, ya que no
existe extensa información previa de lo que se quiere investigar y la muestra a investigar no
se ha visto involucrada en otro estudio: la teoría fundamentada es especialmente útil cuando
las teorías disponibles no explican el fenómeno o planteamiento del problema, o bien,
cuando no cubren a los participantes o muestra de interés (Cresswell, 2005 en Baptista,
Fernández & Hernández, 2006).
Diseño muestral
Considerando la especificidad del fenómeno abordado, se utilizará como tipo de diseño
muestral el de estudio de caso, la muestra será la comunidad Sai Baba de Santiago ubicado
en la comuna de Ñuñoa, una de las tres que existe en Chile, debido a que resulta
concordante con los criterios necesarios para incluirlos en la constelación de comunidades
New Age, ya que sus lineamientos son coherentes por lo expuesto como característico de los
fenómenos a los que se pretende aproximarse. Y, como organización internacional, posee
tanto una constancia en el tiempo como presencia en diferentes países. Por lo tanto, el
estudio de este caso en su complejidad particular se considera apropiado para efectos de esta
investigación. En este caso, no es afán estandarizar los elementos que motivan a los
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miembros de las comunidades espirituales a ingresar y permanecer en la misma, sino que
específicamente la de la muestra seleccionada y a través de su propia perspectiva. De esta
forma, el estudio de caso se entiende pertinente ya que consiste en el estudio de la
complejidad particular de un caso o grupo individual, analizándolo de forma intensiva y
profunda en un contexto acotado, pero enmarcado en uno global donde se presenta (Stake,
1998). En el caso de este proyecto, podría funcionar como un ejemplo de las nuevas
expresiones de espiritualidad New Age.
De esta forma, la Comunidad Sai Baba de Santiago ubicada en la comuna de Ñuñoa, resulta
concordante con las características esenciales anteriormente expuestas de lo que sería una
comunidad espiritual, y también explicita lineamientos coherentes con la cosmovisión
ligada a los movimientos New Age. Por otro lado, al ser una organización internacional,
goza de tanto una constancia temporal como de influencia y miembros en diferentes países,
por lo que es uno de los movimientos New Age con más trascendencia y estabilidad en el
mundo. Por estos motivos se ha seleccionado, y con esto, el estudio de la complejidad
singular de esta comunidad podría funcionar como ejemplo de los fenómenos que interesan
en esta investigación.
Participantes
Para efectos de la investigación, en cuanto al tiempo disponible para realizarla, es pertinente
realizar un muestreo sucesivo dentro del grupo Sai Baba, en donde se entrevistará a 20
sujetos, una entrevista a cada uno. El muestreo sucesivo permitirá ir incluyendo nuevos
elementos a medida que avance la investigación, integrando las nuevas preguntas que surjan
desde los análisis realizados.
Tabla 1
Participantes de la Comunidad clasificados por edad y años de participación
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Criterios de Inclusión: Personas mayores de 20 años, que asistan regularmente al centro.
Criterios de Exclusión: Personas menores de 20 años, y personas que asistan de manera
irregular al centro, menos de una vez al mes.
Criterios a Variar: Los criterios de edad, sexo, nivel socioeconómico y educación se
considerarán al tener en cuento los resultados de los estudios empíricos que sirven de
antecedentes (Gutierrez Z, 1998; Marín, 2009; Sarrazin, 2012), que coinciden en una alta
participación de adultos mayores, gran predominancia de mujeres, un nivel socioeconómico
medioalto y estudios profesionales, tendencias que resultan de interés para ser
corroboradas.
Instrumento
La recolección de datos se realizará mediante entrevistas individuales semi estructuradas, las
cuales son apropiadas para rescatar información de índole personal de forma abierta (Flick,
2007), ya que permiten la libre expresión del entrevistado y con ello aproximarse a las
necesidades de la investigación, en este caso las motivaciones de ingreso y permanencia.
Para ello se utilizará una pauta con temas previamente estipulados, los cuales pueden ir
variando en orden y forma, dependiendo de los nuevos elementos que se vayan integrando a
la investigación. Se pedirá consentimiento escrito a los participantes para poder ser
entrevistados, además de la autorización para poder grabar las entrevistas, con el fin de
poder transcribirlas y realizar el análisis posterior.
Las principales temáticas a tratar dentro de las entrevistas son: forma de ingreso a la
comunidad Sai Baba, interés en participar en las actividades de la comunidad y como se
expresa, forma en la que los miembros se relacionan con los otros así como también de qué
forma se genera la comunicación, opiniones de los miembros respecto a las actividades
realizadas, opinión de los miembros respecto a su desempeño en las actividades realizadas,
15
existencia o no de consecuencias e incentivos al pertenecer, permanecer o abandonar la
comunidad.
Análisis de datos
Para efectos de la investigación se analizarán los datos obtenidos por medio de la
codificación abierta descrita en Strauss & Corbin (2002). A partir de este tipo de análisis
estaremos permanentemente comparando el material recopilado en las entrevistas,
integrando constantemente nuevos hallazgos. Las entrevistas serán desarticuladas, para
llegar a dar cuenta de los términos predominantes, logrando formar conceptos de manera
inductiva, para luego clasificarlos en categorías y de esta manera obtener un modelo
descriptivo de los contenidos más relevantes.
16
VI. Plan de trabajo
Tabla 2
Planificación semestral de la realización de la investigación
En cada ítem de producción de datos se realizarán dos entrevistas por cada semana, por ende
serán en total 20 entrevistas.
En cada ítem de Análisis, se irán integrando los datos de las 4 entrevistas anteriores.
17
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