Post on 08-Apr-2016
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En este poemario, he intentado hacer una especie de terapia en versos, desde mi adolescencia confusa por los miedos, mi maternidad de soltera en los años 80 y la
posterior muerte el año 2011 de mi única hija Sara a la edad de treinta años.Con este " Mater amatísima" quiero hacer ver toda las etapas por la que se pasa
en un duelo ( rabia, inaceptación, odio , etc)
Cuatro esquinitas.
Draco dormiens nunquam titillandus ("Nunca hagas cosquillas a un dragón dormido").
Vivíamos con el miedo atado a la yugular.
Cuatro esquinitastiene mi cama,
cuatro demoniosque me acompañan.
Uno es la carne,que lasciva me llama,
y éstos mis labiosque de morderlos
sangran.Cuatro esquinitas
tiene mi cama,cuatro demonios
que me acompañan.Otro es la gula
comiendo abestiada,los infundados temoresque a mí me los mata.Mi pan no comparto
y la envidiame convierte en ingrata.
Perdóneme, padre,pues yo he pecado
con verdadera saña.Cuatro esquinitas
tiene mi cama,cuatro demonios
que me acompañan.Iré al infierno
de cabeza,pues ellos
a mí me reclaman.
Mundo gris. Bene qui latuit, bene vixit
("El que vive bien, vive inadvertido").
(Ovidio, Tristia)
Desde este mundo grisintento alzar un grito:
¡aquí estoy!No pido lunas
ni soles atragantados,ni ésa vuestra
tierra prometida.No pido nenúfares
en medio de la tormentapues son constancias
erráticas en esta piel dondevuestra impronta
preñó por siempre.¡Mirad mi cara!,
es el rostro deseadode las arengas.
Yertas las cuencasy huecas pieles
como renglones.Mis flores ya perecen
estrujadas en vuestrasteóricas doctrinas.Mirando siempre,
al suelo con cuidado,con el pánico
como emblema,para no pisar
la viday hacerla añicos.
Mater entre las mater
Brevis ipsa vita est sed malis fit longior ("Nuestra vida es breve, pero se hace más larga por culpa de los infortunios").
Mi abuela me quería mucho, mi abuela me amaba.
El rostro de mi abuelaera un enorme interrogante
al que siemprele colgaba una lágrima.Incluso cuando cantaba,
en sus pupilassiempre
llovía a cántaros.Olía a bosque, misterio
y fardo al hombro.A mi abuela le escupió
todo el aguaceroen la garganta.Quizás por ello,
el búnker de sus brazosabarcaba toda nuestra
diminuta geografía.¿Sabes, abuela?
sigo siendo la reina de los mares.
Tiro mi pañuelo al agua,pero siempre
lo vuelvo a recoger.
Primer amor. A Enrique, mi novio de los 16 a los 18..Mi primer amor.
Sero te amavi, pulchritudo tam antiqua et tam nova ("Tarde te he amado, hermosura tan antigua y nueva"). San Agustin.
Que no se lleve nadietu cremosa piel
de arroyo en los tendones
de la demencia.Que la ciega memoriano sea capaz de sacar
de mi bocala textura del sofá,la luz a medio gas,
la música en las lenguaso los etéreos sabores
recién cortadosdel árbol
donde consumido quedalo terrenal.
Ojo de horusen las humedades de
mis silencios.El salitre
de tus venasdesguazando el deseo,
en la certeza de lo perpetuo.¡Que no se lleve nadie
jamás!Ese olor a espanto,
ese sabor a compañía.El desacato de las horas,
la cicatriz que dejaen los amores
el primero.Yo no se cantarle al amor,sólo entiendo del instantedonde se perdió mi voz.
Tras el bastidorde la disparatada
comunión de dos cuerpos,que es lo más parecido
a un poemaque sé escribir.
Te amé con la fortalezade quien se sabe supremo,
pero …yo no era Dios.Quizás por ello,
nunca jamás
a nadie como a tihe conseguido
amar yo.
MATER MATRIUSKA
Historia magistra vitae et testis temporum ("La historia es maestra de la vida y testigo de los tiempos").
(Cicerón)
Cuando logramos abrirel pestillo de nuestras
pupilas,ya era
demasiado tarde.El hambre y el desamparo
marcaron territoriocon su excelsa meada.
La vida ya era una vírica matriuska
contaminandouna tras otra
todas las generaciones.
Cara al sol/ A las monjas que me pusieron el miedo en el cuerpo y nos llenaron de heridas incurables el alma.
Deum et animam scire cupio, nihil aliud ("Quiero conocer a Dios y el alma, ninguna otra cosa más").
(San Agustín)
Las voces estrepitosasvestidas de toga y negro
como moscas en estíoque acongojan
y asedian.Y todas convertidas
en un pueril manojo de sinrazones,
la mano derecha alzadalas piernas bien cerradas
la mente amortajada,tan sólo abierta la boca
para entonar el pusilánime cántico de unas masas
febriles,ofuscadas por el yugode la soberania.
¡Cara al sol !¡cuerpo a tierra!la mano derecha alzada
las tripas al desnudo.¿Quién merece tal desconcierto
en las sonrojadas mejillas todavía por hacer?
Ha muerto el caudillo.¿Y a mi qué?
Cara al sol y luto.Ocho días sin negras
moscas.De algo tenía que servir
que un tirano muera cuando la vida
a flor de piel se nos comenzaba a abrir
La tierra prometida.
Afflictis lentae celeres gaudentibus horae ("Lentas son las horas tristes, rápidas las felices").
Rasgué la cáscara de los díasa golpes de martillo
y bocados de lozanía. Dentro,
el minutero impasibletrazó las rutas arqueadasde una guitarra española
en acorde armónicocon mi recién estrenada
condición.La vida se presentó
ante mis uñascomo la espaldadel primer amor:
dilatada,incólume,deseable.
Lo más parecidoal paraíso
de los proféticos alegatos.Perfilé los mapas,dibujé calendarios
de sueños inconclusos,soslaye
los tejados de los verbos. Esa playa sin arena
comió del mismo platodonde se nutre
el lenguaje de las flores.Ya no eran tiemposde sirenas varadas.
Ahora,mis piernas
forman parte de un cosmosenardecido
que me miraba con ojosde secreto revelado.“Al levantar la vista,
verás una tierrallamada libertad!
Todavía, no la he levantado.
Vida circular.
Felix qui potuit rerum cognoscere causas ("Feliz quien pudo conocer las causas de las cosas").
No se paró el mondoni ante la desmesura
de mi pasión
ni ante mis desacatos,instando a detener
el anacrónico tic, tacque auguraba el adiós.
El cándido compásdel tiempo enlatado,trazó con las yemas
del ayerel vuelo en rasante
de una gaviotacon alas de fresa.
La vida se volvió circular,como un sol peregrino
sin madrigueratras los nubarrones.
Circulares vinilosdonde las damas aseguran
que es oro todo lo que relucey compran escaleras al cielo.
Ladrillos en el muroescudriñando a la luna
en su séptima casa.Circulares ruletas de números
rasgando las puertasde las voces.
Circulares las gafasde Janis y Lennon,circulares planetas
que como en una conspiraciónse alineaban
enviando las líneas rectasal cubo de los desechos
donde fenecenlas obsoletas doctrinas.
Mi recién parido vientre,también mutó en circular,
albergando un pedazode ese mundo redondo,ese corro de la patata
donde jamáscomeríamos como comen
los señores.
Liberales.
“Peor que el miedo, es el falso credo”
A los curas que iban de liberales.
Llegaban a nuestrocorazón
sin previo aviso,con fardos de una benevolente
quimera libertaria.Eran como los demás
sólo que tras el antifaz progresista
aullaba el huracánde su incontenible ira.
Yo vi sus fauces...colgaban despojos
de millones de abriles deshojados.
Perros rabiosos desguazando para siempre
el adn del alma.
Etsi homines falles deum tamen fallere non poteris ("Aunque engañes a los hombres, no podrás engañar a Dios")
(San Agustín)
Huesos sin santos.
El milagro del ateísmo eclosionaen las huesudas
manos de los curas.Tan escandalosamente pulcras
tan blancas,
con esos dedos, siempre acusadores.Friccionando a cada momento con el ahínco de quien ocultasu mirada tras la agitación.
Quizás sea, un gélido ademanun siniestro ritual
o el legado de pilatos.O tal vez
entre el jabón se halle inscrita la premurade un lavado de conciencia.
Mi río.
Militiae species amor est ("Una forma del arte bélico es el amor").
(Ovidio, Ars amatoria, 2.233)
No todas las orillasllevan a tu río.
Mis magulladas piernasse doblegan inertesante le vehemencia
de aquello que se me ofrece.Ya no me reclino
ni para orar mis temores,como tampoco
venero sobre la sombrade tu espalda
los tules de la desdicha.No soy guijarro
que sólo lava tu palabra,ni esos helechos que titilan
cuando la gota de un sudor fríolos rocía.
Ahora, la corrienteque me ahogaba
es un vasto y fértil meandro,un reposado edén reinventado
allá
donde los saucesdejan de llorar.Me confundo
entre sus cristalinas aguas,-cálido liquido amniótico
que me arropa-.No temo el ruido de los pájaroscuando abren las compuertas
y con sus obtusos picosnublan las miradas.
Pertenezco a ese vientoque tus cortas y torpes alas
jamás cortarán.Ya no temo a nada
ni a nadie,pues todas mis lágrimasmutaron en este gran río
que ahora atraviesocon el ímpetu
de quien nace por primera vezy muere por última.
Puedes salir de mi vidapor la puerta de atrás,por la puerta delantera
yo me llevotoda tu vida dentro.
¿Cómo la vas a llamar?, me preguntó la enfermera. ¡Ha sido una niña!...Yo también era una niña, sola y asustada.
Sara, se llamará Sara, se llamaba Sara, eternamente mi princesa.
2 de mayo de 1981.Siete y cuarenta y cinco de la tarde.
A la luz de mi vida..,mi hija.
Vivere memento ("Acuérdate de vivir").
Solamente Mater.
Hay aguasque cuando
se rompen para dar la vidaclaman a gritos
un flotador al que asirse.Yo las rompí
anegando las doctrinasque me hablaban
de no mojarsey un cortocircuito de dicha contenida
me reventó.
Tu sabor. ( A mi niña guapa)
Vive parvo ("Vive con poco")
Todo sabíaasí como sabelo clandestino.
A canto de protesta,a la última cena del condenado,
a cónclave de mariposas,al murmullo de sordas caracolas,
a meretriz con alianza.Todo sabía a infinito
como saben los pecados,como sabe un chicle
guardado en el velo del paladar,que mientras se deshace
poco a poconos hace mascar más vida
Extenderse
Dum licet fruere ("Mientras se pueda, goza").
La vida fluia.
Extendersehacia el pecho en flory saberse respirandoen otras magnolias.No las de siempre,resecas y sin lustre,
carcomidas por una tardíaconmiseración.
Otras, nuevas e indómitas,
a juego con el vestidode colonizar alimañas
que nos pusimos.Extenderse
y abrirse en canalpara saberse protegida
de la supremacía de ese viejodesdentado
que se nutre hasta el hartazgode sueños inconclusos.
Ése irracional y lisonjero ancianoque trajeado de indefenso
va llegando día a díahasta la línea trazada.
Sueños de Sara.
A barba stolidi discunt tondere novelli ("En la barba del estúpido aprenden los barberos nuevos").
Te pasaste la vida intentando encontrar la medida
de los sueños que forjamospara ti.
Y eran como siliceen un desierto,
escapaban entre tus dedos.Ahora nos pasamos la vida
intentando encontrar donde nacían y morían
los tuyos...y tienen la medida
de nuestras carencias
Fusión de mujeres. 18 de agosto 2011 10 y cuarto de la mañana..fallece mi hija mientras le cantaba su nana preferida.
Post mortem nihil, ipsaque mors nihil ("Después de la muerte, nada; y la misma muerte no es nada").
(Séneca)
Mis arrugadas manoseran faros para guiarte
hacia el destelloque llenaría mis minutos
de una canallesca oscuridad.De mi boca manaban
rosas de besos y nanas.¡Tantos cielos arrullévomitando el absurdocrepitar del tiempo!
Duerme, mi niña,y en mi espalda,
la mochila de madre,cargada de soles sin estrenarpreparada para explosionar
ante la demenciade la temprana visita.
Nos fusionamos en una solaaquella mañana de pestañas
agostadas.Una mujer de mediana edad
copulando con la muerte,tuteándola sin tapujos,
engalanada de hierbabuenapara ella,
preparada para el mórbidofestival del desguace de los años.
Nos fusionamos en una solay tus manos
se marchitaron con las mías,pues el cosmos
cuando urde su macabro planno reconoce los pechos de madre
ni la hemorragia de los pasos no dados.Una de las dos partió
con dos almas en sus brazos.No sabría decirte, hija mía,
cuál de las dos ha sido.
La muerte en agosto.
Vive, memor mortis ("Vive sin olvidar la muerte").
La muerte no tiene vacaciones.Se presenta sudada y mugrosa
en pleno estíocon su mono de trabajo
y su libro de contable venida a menos.No atiende a razonamientos
cuando se intenta explicarle que agostoes mes de bicicletas,
de higueras reventando soles,de lascivias enlatadas
con pronta fecha de caducidady profanaciones saladas en los huesos.
Que los hastíosse lavan en los océanos,
el salpullido de los inviernosy juegan a las letras perdidas:
hastío-estíosiesta-fiesta.
Que los cuerpos reposansobre la augusta hierba
el umbrío y lascivo renacery no desean ser despezados por las moscas.
Que cierran las cunas de las ciencias
y renacen amores en las camas vírgenes.Que los niños gritan en los parquesllamando a los días por su nombre
y son correspondidoscon la brisa perenne en sus ojos de fabulas.
Que en agosto, echa el candado hasta el mismo Dios.
Pero ella se obstinaen proseguir con su papel
de sicario esquiroly salda cuentas sin calcularni los tiempos ni los años.
Calvario. A mi hermana...
Sit tibi terra levis! ("¡Que la tierra te sea leve!").
Tu rostro es como el mio:rígido y ojerosodonde millones
de menguantes lunas enlutadas,copulan;
férreas y repujadas faccionessurcadas por el yugo
de la temprana soberanía de la mirra.Hierático y decrépito,
así se nos ha vuelto, hermana.Como Marta y María vagamospor el campo santo, absortas,
fantaseando en pernicioso credo.Quizás al llegar a la tumba
donde reposa la sangre que nos robó este estío
como la de Cristo...se halle desiertay con paso firme
de ese funesto ataúd ella haya salido.El único abeto que entre los cipreses
alardea de su porte
como adolescente,entre vetustos compañeros del juego
de las tinieblas, oculta sus ramas en los bolsillos
para fumar un pitillo.Me mirás...te miro,
somos vísceras despedazadas,encarnadas en mitades,
deambulando entre los pasillos del manicomio del tiempo.La contagiosa demencia
preña nuestro gorjeode palomas sin mensajes
escupiendo sobre el mármollas impúdicas alas amputadas.
Murmuramoscomo si ella nos oyese,
por si quedase algo que no le dijimos,por si un indulto final
como al buen ladrón nos sacase de la verde cruz y todo quedase
en un error de cálculo divino;por si percibir el infinito frío
nos acercase más a la certezade saber que para siempre ha partido.
Con clemencia me miras,con lacerante rictus de leona
sin su camada, te miro. En tus pupilas pasea sin contemplaciones
el silencio de las dádivas inconclusas.Balbuceas como en un suspiro...
Locas debemos estar para hablar a una foto,los muertos no contestanLos muertos no preguntan
los muertos no lloranlos muertos no hablan.
¿Qué me decías, hermana?Siempre se me van los santos a los cielos
Branquias en la almohada.
Ut desint vires, tamen est laudanda voluntas
("Aunque falten las fuerzas, sin embargo, debe alabarse la voluntad").
Mis noches son de lechuzascrujiendo muebles
en los vértices del escalofrío.Labrando minutos como espadas
entre las tuberías que chirríancomo un cerdo en la matanza.
Respiro por branquiasy doy cuerda a irrisorios relojes,
donde millares de demoniosacicalen su tridente en la punta de mi lengua,
donde germina el verbo renaceren todas sus conjugaciones.
Cuando el primer rayoasoma al quicio de mis delirios
mi anquilosado cuerpo se queda sin nombrey mis recuerdos
son arrojados al vientocomo una moneda con miles de cruces
y ni una sola cara.No acierto a recordar dónde dejémis piernas para incorporarme.
Apenas tengo memoria.Tengo casa,
pero nadie enciende la lumbrede un hogar.
No tengo a nadie a quien arropar,ninguna cima que coronar
ni grutas del deseo.Eso sólo pasa en otros hogares
en otras vidas,en otras fuentes.
Me da las buenas nochesuna lámpara de techo
con la que hago muy buenas migas.Cuento sus hojas
esculpidas en la tulipa como pecas picaronasy ella se deja querer.
Me alimento de las sobras del manjarde una suculenta supervivencia
que guardo en el congelador de las rentasde los precoces olvidos.
Como perra rabiosa,muerdo las manos que me dan de comer,ladro y escupo las babas por los callejones
sin salida que frecuento.Me lamo sola las purulentas heridascon la sangre de mi cordón umbilical
que, todavía caliente, es lo más parecidoa un abrazo.
Alguien, más enérgico que la propia vidazarandeó estas paredes
y desde entonces, asoman bufones
desde lo insondable de las vigas que de mi soledad
se van mofando con sus cascabeles rosas.Cada noche sudo lustros sobre la almohada
en decúbito supino por si acaso, en medio de tanta oscuridad
la suerte me mire de cara.Mis sueños son negras palomas
defecando sobre mi cara los panes sin digerir,sirenas de ambulancias tocan para mí
su mortal sinfonía en sol menor.Invoco a los infiernos
para poder vivir.¿Y me pides que sea como antes?
Cuando ha pasado una damadisfrazada con inmaculada bata de hospital
y besas por última vezla congelada mejilla que nació de tu entraña,
tan sólo aciertasa respirar como un pez
ahogándote poco a pocoen la pecera de las preguntas.
Y jamás,¡jamás!
vuelves a ser como antes.
Tras la muerte de Sara....el vacío.
Debet semper plus esse virium in vectores quam in onere ("Siempre debe ser más fuerte el que lleva la carga que la carga").
(Séneca)
Efecto Foehn
El viento hace su funciónsoplando brioso sobre mi sombra
tanteando el moldeo de una mujer nueva,barriendo recuerdos que me desnivelan,sopesando pesos en caridades revenidasululando sobre el tejado de mis bolsillos.
Percibo su zarandeo sobre mi coxisformando una burbuja de minúsculos huracanes
que penetrando por las estrías de mis pechosbuscan salida en la gruta disparatadadel sotavento de mi piel de naranja.
Este efecto foehn de mi enajenado cuerpodesnuda la compasión de mí bilis
y me hago brisaflotando en el vomito como una caricia
de la tarde.
Mater Demetér
Audietur et altera pars ("A la otra parte también hay que oírla").
No sé si sabesque cada día
escarbo entre la cal de los tabiquesy no es fácil,
se quedan briznas de sueños entre las uñasy no se borran ni con salfumán,
decolorando madrugadas a destajo.
¡Sí!, escarbo como un topocon una mochila
donde voy acuñando muestras
de aquellos fragmentos de nuestra historiaque te perdiste.
Es posible.que no te interesen estos hallazgos,
ocultos en los huecos de las baldosascuando va agonizando el día
como un usurero de impías cábalas.
Cuando los toco,algunos de estos tesoros
tienen aguijones en sus extremosy pinchan tanto,
que he de soltarlosaspirando,espirando
como cuando se alumbra.
Suelen ser riquezas de la otra vida que tuvimos:cuando el trivial era el único foco
de preguntas sin respuestas,cuando las películas eran espejo
desde donde mirarnos los treslozanos por siempre
como el retrato de Dorian Grey,y las fotos en sepia,
el exorcismopara reposar pasados.
Una noche penetré hasta las mismas entrañas de las alquimias
apartando la húmeda tierra con mi úteroy hallé las claves ocultas de tus silencios.
Era un secreto a voces, que cantaban las ratas
desde sus madrigueras con jocosos ademanesy esos dientecillos de macabras ablaciones.
¡Que treinta años no es nada,que perdí la mirada
errante en la sombra!
Es posible....que de nuevo el lenguaje del mutismo
sea tu blasón para esconderte
en tu tela de araña,a tejer los siete pecados capitales.
De todos modos,es mi deber hacerte saber
de este hallazgo, tras treinta años oculto
en los pilares sin alas de esta casa,pues forma parte de nuestros bienes gananciales.
Es posible que desees saber:que la lavadora funciona sin tu presencia,
que ninguno de los gatos ha muerto de inanición,que los armarios que no cerraban ahora cierran,que quizás algún día de estos vuelva a conducir.
He perdido aquel miedo irracionalinoculado en las lindes de tu asfalto.
¡Estúpido pánico a que meara en tu carroceríamarcando mi territorio!
Que no ha explotado la caldera del gasy hasta ordeno los recibos, casi con la misma obsesión
con la que los ordenabas tú.
Es posible que desees saberque nuestra hija
duerme el sueño eterno.Se perdió entre las tuberías de tus escurridizos olvidos,
memoria sin mestizaje de tu impiedady por ello,
cuando va agonizando el díavoy a tientas para no despertar
a los ratones rapsodasrecogiendo los retales de sueños
para alinearlospor orden alfabético,
repartirlos en mitadesy que tengas tu parte de recuerdos.
Firmaremos ante un imparcial juezque según comentan por ahí,
es implacable con los desmemoriadosdeshaciendo pedestales
a golpe de paso purificador.
Y tras la firma, apártalos de tu inexistenciasi así lo deseas,
pero llévate tu parte,así como te llevaste
toda mi juventuddesde la perilla de Franz Zappa
a tu maldita sinfoníaen doble bemol.
Mater desolación.
Necesito, simplemente,un hijo que me sobreviva
y al que poder amar hasta el final.
Si me faltara,
¿qué haría yo con tanto amor
como me crece para él
cada mañana?
Begoña Abad..."Cómo aprender a volar".
A menudo se me olvidaque has muerto.
Abro tu armario con cautela.Él respira pausado,
sigiloso,pero respira.
Miro su esternón por si acasofuese una demencia mía,
(como lo hacia contigo en la cuna)e insufla más aire en sus grietas.
Los vestidos hacen cabriolasal compás del blues de Amy Winehouse:
“Lover never say goodbay”.El beis con capucha
que compraste días antes de partircontornea su cadera con Shakira.
Tus chaquetas de lana de vivos colores,como la piel donde dormías
y el prefacio de tu sonrisa de amapolas,forman un caleidoscopio sinfónico.
Los bolsos piden bailea tus fulares invocando el mantra
de la diosa Ziva:“On namah shivaya”,
reluciendo el plateado farode tu última cartera,
que contenía cinco eurospara tu paquete de Marlboro.
Saltan como palomasa por su cáscara de pipas
entre la naftalina y el aromade tu perfume a azmicle y hierbabuena.
Se sienten cómodos y distendidosen la fiesta del desconcierto,
sabiéndose únicos e irrepetibles.Dueños de mis silencios,
cuando vespertina los arrullo entre mis pechosmamando la desfloración del recuerdo
salado de mi retina.Y esclavos de mi memoria, cuando
por un breve instante, queriendo apartarlos
de mis cicatrices, me desgarran con sus torpes desmanes
y abren sajadurasprosaicas, allá dónde habitaban poetas.Respiran y están más vivos que nunca.
Pero tú, hija…¡has muerto!
¡Si supiese a dónde has ido!Si supiese dónde reposa tu pelo,
sin las gotas de aroma de lavanda que consagrabas
en la almohada, cuando los sueños entrabanpor la rendija de nuestros azulados misterios.
¿Dónde estás? ¿En alguna galaxia más alláde la estratosfera pendiendo de una estrella?
¿Tienes frío? Tú, que siempre estabas helada,no te llevaste ninguna chaquetade vivo color para esta odisea.
Con ella, quizás una noche de estaste hubiese reconocido al otear el infinito.
La verde chaqueta sigue aquí,en ese cuadriculado milagro de roble,
bailando con toda tu ropasin percatarse de tu ausencia.¡Qué incomprensible ademánde dislocados niños traviesos!
Nadie les molesta por la mañanadeshaciendo su somnolencia a golpe
de movimiento de percha,ni por la noche batiendo alas de liquen
en el bosque de los pijamas.Se han olvidado de su cometidomostrando su lado más mimoso
en profana egolatría.Se saben dueños absolutos
de mis lágrimas, de mi desamparo
y de todo el amor que guardaba para ti.
Mater amatísima A todas las madres.
Cogitationis poenam nemo patitur ("Nadie debe ser castigado por sus pensamientos").
No se lavan en mis ojoslas palabras
de las madres amantísimasSe escabullen las silabas
cuandovehemente aseveran
no concebir la brutalamargura
de perder a un hijoy ruegan a dioses y a los diablos
que ellas jamásconozcan el lacio hedor
de las sendas desdobladas.Lo dicen con la convicción
inmune del sabio, que las tontas
como yosomos una raza paria en declive.
Que no cuadran las cuentasen el ábaco de sus perfecciones,que algo debió de malograrse
en mi engranaje de madre,para no proteger a mi hija
y la plaga del cielocayese sobre mi pescuezo,devorando toda la hierba
y el fruto del árbol perenne.No se lavan en mis ojos
para no ver el reflejode mi parto en la retina,
para no toparse de brucescon la levedad que nos iguala,
para no alimentara golpe de despertador
la certeza de saberseen la cuerda floja
transitando las acerascon un alma
mientras que yo,en mi bolso
siempre llevo dos.Militia est vita hominis super terram
("La vida del hombre sobre la tierra es lucha").
Inversión de amor.
En algunas ocasiones,se invierten papeles
con todos sus borronesy cuentas nuevas,
y allá, donde debía modelarel cosmos, su cuerdo ciclo vital
voltea el dédalo del vientre alumbrando madres.
Nos revelan la travesíade los fecundos campos;
y en su regazo, regresamosde los infiernos.
Nos adoctrinan en la desnudez de las caídas entre negras toallas
que nunca se tiran,se enjuagan a mano en el arroyo del tesón
y secas, con olor a hierbabuenarenuevan nuestra frente con la sabiduría
del aprendizaje.
Nos enseñan a calibrar en sus diminutas manosla longitud de lo básico
y reconocemos en nuestros torpesdedos, la artrosis que los deslucióen estirados sueños de estrellas,
perecederas e inalcanzables.
Con su olor a talco perfuman nuestra podredumbre
de axilas de ocho horas esclavas de glorías, dueñas de penas.
Sicarios sin sueldo,de amuletos de latón con dos caras
por los que matamosy morimos.
Con las patadas de patucos de ganchillos y lorzas en los muslos
remueven nuestro culo pegado al asiento del sistema,
para advertirnos de cuando caen solesy se levantan lunas.
Y que los árboles talados
retoñan millones de veces cuando son plantados en suelos
fértiles y frescos, abonados por el cáliz de la redención.
Hay veces, que se invierten papeles, y se alumbran madres
en tardes de mayo revolucionariasque nos amamantan con la leche
de lo primario.Y nos enseñan como se ama
como se duerme, como se come,como se lee...
como se tragan lágrimasy se escupen dogmas milenarios,
en la mansedumbre de un námaste,distribuyendo soledades.
Postergando las hojas del almanaqueque no han de caer,
nos enseñan a reconocer los tiempos,a poner en orden la intuición
en el cajón de sastre de lo efímero.A recoger
en una caja de papel de compasióntodas las flores del amor
que guardaban para el adiós.Y partir...
Partir, con la misma dignidadcon la que nos enseñaron
a vivir.
Mater condenada.
Militia est vita hominis super terram
("La vida del hombre sobre la tierra es lucha").
Ya no deambulo sola y taciturnapor esta senda de dobleces.
Una mitad en esta orillaen la otra
más allá del río
y en medio,una gota del perfume “Nada” número ocho
esparciendo aromas infinitesimales.Camino arrogante
de la mano de una vehemente pesadumbrecon la que he congeniado
a la perfección.Cuando consigo incorporarme
de la insurrecta oscuridadcon el manojo de nervios en el florero
de las difusas imágenes,me persigue por toda casa
reclamando su desayuno de ternura,compungidas magdalenas,
mantecas de hambrientos niños,leches de nodrizas
tullidas por la guerra,escalfados huevos
hechos añicos en el hervidero de la cobardía...gourmet
a la que alimento con alevosa complacencia.A fin de cuentas, ella me garantiza
una fortuna que sólo unos pocos poseen.Nada ni nadie podrá dañarme,pues ya sé del dolor supremo
y cuando se ha traspasado el umbralde la máxima condena,
se vive en el corredor de la muertecon la certeza de, que aquello que llevasprendido en las solapas de tus mitades,
no es otra cosa que la cadena de cromosomasque te identifica como hija de la canosa zozobra,y pariente lejana de las bastardas nimiedades.
Ninguna palabra bastará para sanarme.Todo está consumado
y consumido.
Llagas
Quis custodiet ipsos custodes?
("¿Quién vigilará a los vigilantes?").
Juvenal.
Si vas a meter los dedosen mi llaga,
¡ten cuidado!,es tan profunda
que puedes caer en el foso de la incredulidady como Santo Tomás,
no reconocermecuando un día de estos sonría,
y horades una y otra vezdentro de mí,
inoculando lo pocoque me queda de vida.
Piedra.
Dimidium facti qui coepit habet ("Se hace la mitad cuando se hace el principio").
Yo no soy de piedraa pesar de que pueda parecerlo.
¡Si! llevo verdes algas en los zapatosy soy tan hierática como ellas.
Incluso como ellas
me lanzo sobre mi propio tejado.Pero
yo no formo parte del todo entre la chorreante magma emergiendo.
No hay roca que sostenga mis costillasy cuando el fango de la contrariedad
erosiona me tiran y esconden la mano.
La cirenea
Mateo 27, 32; 16, 24
Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y
lo forzaron a que llevara la cruz.
A mi vecina a la que también se le murió una hija de 40 años.“ A menudo la rabia puede más que la compasión”
Te he visto…¡claro que te había visto!
no es que se halla idoningún santo al cielo.
Difícil es no vertepues como yo,
llevas adosadas las entrañascomo una maleza
escurriendo sobre tu cuellola linfa yerta en forma de medalla.
Venias cojeando con tu cruzde diez puntales a cuestas
y tu empapado pañuelohecho un ovillo entre tus manos.
Te he visto,hasta de espaldas intuyo tu mística presencia.
Hueles al perfume de hayacalcinada y musgo
que utilizo yo.Sí, reconozco que te he visto.
Es difícil no verte, pues ambas somos dueñas
del mismo código de utopías inconclusasen los bolsillos de las encomiendas.
Hoy no me he parado paraayudarte a cargar con tu cruzhasta el monte de tu pasillo.
Me tienes algo cansadaensalzando la benevolencia de tu hija:
que si era un ángel,que si pronto hará un año,
que te duele el alma.Que ella, ya está con Dios.
Lo sé, vecina, lo sépero hoy no tengo el día
para portar en mis hombros dos cruces.
Con las babas de mi cólera resbalala puñetera madera
y no consigo subir ni unani otra.
Si es verdad que piensasa ojos ciegas
que tu hija está con Dios,que la ama como sólo un padre
puede amar a su hija;si tú también eres hija de Dios,
sálvate a ti misma.
Branquias en la almohada.
¿Qué sabe el pez del agua donde nada toda su vida?.(Albert Einstein)
Mis noches son de lechuzas crujiendo muebles
en los vértices del escalofrío.Larvando minutos como espadas
entre las tuberías que chirríancomo un cerdo en la matanza.
Respiro por branquiasy doy cuerda a irrisorios relojes
donde millares de demoniosacicalan su tridente en la punta de mi lengua
donde germina el verbo renacer,
en todas sus conjugaciones.
Y cuando el primer rayoasoma al quicio de mis delirios
mi anquilosado cuerpo se queda sin nombre,y mis recuerdos son arrojados al vientocomo una moneda con miles de cruces
y ni una sola cara.
Y no acierto a recordar donde dejé las piernas para incorporarme.
Ya, apenas tengo memoria,tengo casa, pero nadie enciende la lumbre
de un hogar,nadie a quien arropar
ninguna cima que coronar ni grutas de deseos inconfesables.
Eso, sólo pasa en otras hogaresen otros cuerposen otras fuentesen otras madres.
Me da las buenas nochesuna lampara de techo
con la que hago muy buenas migas.Yo, cuento sus hojas
esculpidas en las tulipas como pecas picaronasy ella... se deja querer.
Me alimento de las sobras del manjar de una suculenta supervivencia
que guardo en el congelador de las rentas de un precoz olvido.
Rabiosa perra mordiendo las manos que me dan de comer,ladro y escupo las babas por los callejones
sin salida que frecuento.Me lamo sola las purulentas heridas con la sangre de mi cordón umbilical,
que todavía caliente ,es lo más parecido a un abrazo.
Alguien,más enérgico que la propia vida
zarandeó estas paredes y desde entonces
asoman bufones desde lo insondable de las vigasy de mi soledad,
se van mofando con sus cascabeles rosas.
Cada noche sudo lustros sobre la almohada
en decúbito supino por si acaso
en medio de tanta oscuridadla suerte se me presente de cara.
Mis sueños son negras palomas defecando sobre mi cara los panes sin digerir.
Sirenas de ambulancias tocan para misu mortal sinfonía en sol menor.
Invoco los infiernos para vivir .
¿Y...me ruegas
qué sea la misma de antes?
Cuando ha pasado una dama disfrazada de nodriza
con inmaculada bata de hospital,y besas por última vez
la congelada mejilla que nació de tu entraña,tan sólo aciertas
a respirar como un pezahogándote poco a poco
en la pecera de las preguntas.
Y jamásjamás
vuelves a ser como antes.
Noctambula.
Cui peccare licet peccat minus ("A quien le es permitido pecar, peca menos").
Esta noche he vuelto a morirentre las sábanas que me hablan
arcanas y precisas,que predicen futuros con indolente simetría.
Entre cuatro paredes sanguinarias
y ese absurdo vaivén de sueñosdesparramados en los bancos de los parques.He vuelto mil veces de aquel maldito pasillo
donde arañé los últimos resquicios de mis cenizas.He visto las lomas que copularon
mis roncos alientos y a los cuervos pariendo pasados
como conejos.Y esa línea en la escayola,
generosa y jovial como todas las mañanasme ha dado los buenos días.
¡Maldita línea continua,que todas las madrugadas traspaso
como un colgado kamikaze!Vomito en los ojos de los cuervos
cuando me pienso sola en este limbo,sobreviviendo
cuando mi hija ya se ha idoy mi madre
aún no me ha parido.
Tabiques.
Vive parvo
("Vive con poco")
Tirar los tabiques enmudeciendo en cada golpe
a caballo entre lo venideroefímero interrogante de prisas
ylos lirios blancos de las sepulturas.Tirar las tapias del renacimiento
y hacer del hambre un lookdonde engullir las migajas sin la atadura de lo oculto.
Mater rabia.
Qui non est hodie cras minus aptus erit
("Aquel que no está preparado hoy, lo estará menos mañana").
(Ovidio)
Me titilan hasta los huesoscada vez que te pienso
con tu rubio peloy tu boca tan de estaño.
Despedazo mariposas de estramonioescondidas en los platos
donde no volveremos a comertú y yo,
antes de las seis y te siento
sentada frente a mí, con tu risa entrecortada.
Cayó el sol Como el peso de un pecado mortal
sobre ese añico de lluviaque nos sustentaba
y no supimos donde estaba la gota.Tu foto con las dos velas,
el ángel que sujeta la rosala rosa que sujeta la foto.Es todo tan tétrico, hija,
que ni la tardía misericordiasustenta las lenguas de este silencio.Y el puño apoyado en tus facciones,
ese puño que combatió hastahasta el agotamiento
por tener su moneda de platahalla donde se venden
retales de disparatados instantes.Era tan bello tu rostro,
que se podría vivir siete veces sieteperdida en él.
Quisiera romper las aguasde ese maldito ríoque nos separa,
para que nazcas de nuevo.Pero mis ovarios ya son cáscarasamputadas en el vagón de cola
de un siniestro andéndonde hacen escalalos ángeles caídos.Pérfido y colérico,
así es mi camino, princesa.Con la exasperación adosada
en mi estómagoescupiendo el esfínter de los verbos
en las sempiternas faucesde otras madres sosteniendo a sus hijos.
No me miréis con la complacenciadel cireneo,
pues con esta cruz no corona nadie el Gólgota de los años.
Me consta que acampar en mi pieles una rifa en la que nadie apostaría.
No quiero dúctiles verónicascon millones de alfileres en su pañuelo.
Miradme, como se mira al diablo,con respeto y turbación.
A fin de cuentas, quizás sea una absurda replica de Saturno
devorando hijos.Te traje al mundo
recubierta con el meconiode mis aguas.
Engullo el río y sus cloacas,para llegar hasta la losaque recubre los ovarios
que no tengoy gritarle al mundo entero:¡joderos ¡ ,que más tarde
o más temprano entre lápidas nos veremos!
Traficante de viandas.
Brevis hic est fructus homullis ("El fruto de la vida es breve para los pobres hombres").
Para la vida, soy un suculento manjar
que prepara con la celeridadde quien ahoga sus zapatossin saber hacia se encamina.
Dentro de mis cutículas añade sal con la certidumbre
de una temprana repoblación de nenúfares, de alevosía en mis muñones
y la parsimonia recomponga mis palmasarañando la insipidez,
decapitando a la bestia de la séptima casa.Adereza con vinagre mis torpes cicatrices,
para comprobar el punto exactodonde se unen las líneas convergentes
y confabular el mapa de mis debilidades(coordenadas que impúdica atraviesa
en la ceremonia de mi confusiónpara probar mi insulsa dermis).Pone mis lágrimas a fuego lento
en un oxidado puchero,para hacer con ellas un baño maría
y con el vapor ablandar las efímeras horas
donde cierro las persianas de las sepulturas.Me echa pimienta en el cielo del paladar,
para que mis palabras sean las justasmonosílabas y trémulas
y mi lengua no destile la fertilidad de las magnolias.
Estruja en un mortero mis laudescon cadavéricas especias
y reseña en el obituario la compota de las noches.Para la vida,
soy un suculento manjar;me viene probando desde la cuna
cuando cuajaba la leche del alfabetoen desérticos pechos.
Se ha comido toda la crujiente guarnición,que me acompañaba en un cuenco llano
aderezado con madreselvas,y se reserva el plato fuerte y hondo
con inusitada gulay sed de añeja cata.
Sábanas
Odi et amo ("Odio y amo")
Las sábanas son ciegas y desmemoriadas,no saben de junglas de madreselvas
escurriendo bultosde hartazgos en otros tules.
No recuerdan el tacto de las manos de palomas,el contacto con los ojos yertos,
la afonía de los cuentos azules sin oídos.No saben,
no pueden saber,las vísceras que arropan,los credos que desnudan,
los instintos difuminados en sus flores de lis,el sabor añejo de las carnes enrabietadas.
Se lavan con la pretensión de borrarhuellas insomnes de zambullidas hasta el cráneo,
con tanto apresto que dañan los codosen tacto hospitalario de muñones oníricos.
Carroñeros de sueños en la prepotencia del búhodementes camisas sin fuerzas en la esquizofrenia
No saben,no pueden saber de todas y cada una
de nuestras muertesentre sus pliegues.
Saco de recuerdos.Sol rex regula
("El sol es rey y regla").
De cuando en cuando,me convierto en un saco de recuerdos
sin cara ni cuerpo,tan sólo medio siglo
deambulando en una nada,vomitando recuerdos
que atragantados
son tisana para no perderla memoria.
Me miro en el espejode los años
y cada surcoes un pedazo más
de ti, hija mía.Soñé tantas cosas
cuando pueril y sonrojadaabrí mis entrañas a la viday nació tu verbo errante.
Soñé que éramos como hermanasy todo nos sobraba.
Sólo tu y yosusurrando
por las aceras de la noche,creciendo.
Sólo tú y yopor el juego de la vida,
asidas de nuestrasjuveniles manos,
felices, orgullosas.Soñé, así, como tú soñabas,con un altar impregnado de
blancas flores y tu largoe inmaculado vestido.Del brazo del abuelo...mientras mis lágrimaseran cortinas con vista
a la Virgen de Valvanera,por las dos venerada.
Soñé demasiado,ya sabes:
soñar era lo nuestro,y trasmutó mi anhelo
en febril pesadilla.Jamás imaginé
que en lugar de asida de mi manofuera a llevarte en una cadena
anudada a mi cuelloy las blancas flores
fuesen para tu
joven cuerpo yerto.
Descansa.
Eram quod es, eris quod sum ("Yo era lo que tú eres; tú serás lo que soy").
Hija mía,la gente me conforta.
Me consta que inspiro compasión.Van diciendo por ahí
que alada has transmutadoen bello querube.
Que nos observas y nos estás protegiendodesde el estrato más distante.
Que vivamos sosegadosy dejemos que nuestra alma
repose en esta escoria,plácidamente,
pues tú nos velas.Pero yo,
no les creo.Sé que tú eres demasiado perspicaz
como para continuar divisandocómo galopan nuestras pusilánimes horas
en la desvergüenza del desamparo.Que no añoras nuestros infortuniosni esos inciertos pasos de nuestros
zapatos de plomo,pues el aura divina que envolvió tu partida
se ha marchitado, como se agostan
las azucenas cuando cesan los veranos.No les creo.
Jamás quisiste ser aladaoptando por esos raseos alborozados.
Se te veía venir de frente,sin artilugios,
con las manos alzadasy en la frente
colgando sueños a destajo.Te sugiero que desconfíes
de esas falacias que afloranen cerebros amortajados.
No mires hacia abajo,aquí solo estamos
muriendocomo siempre...
Sabemos que estamos vivos, pues de cuando en cuando
nos despierta algún suspiro.No veles por nosotros,no tenemos enmienda.
Pero tú, hija mía,aún estás a tiempo y
por ello te me has ido.Sé feliz
y sobre todo,descansa.
Duerme hija, duerme,que ahora la vigilia a mí me pertenece.
MATER CELESTE.
Memento homo, quia pulvis es, et in pulverem reverteris ("Recuerda, hombre, que eres polvo, y que al polvo regresarás").
Al principio todo era más sencillo. Te imaginaba tendida
en una mullida nube con forma de caracola,y entre sus algodones, sonreías,
satisfecha y lejana.Observando como aquí abajo,
nada modificaba el rumboen los estuarios
de nuestras rutinas;como una diosa,
degustando rebeldes y azuladosramos de uvas.
Escupiendo las pepitas de tu sabiduríaen nuestras obtusas calvas
de meridianos planos.Todo era más sencillo,
cuando eras nube; escogiendo caprichosael claroscuro de nuestros incendiarios
capiteles enlatados.Más tarde...
el silencio se hizo sombra alargadaen costura cadavérica
deshilachando el minino ápicede sosiego, en el cuarterón
de mi piel.Y mis dogmas se hicieron viejos,
mis manos se hicieron viejasmi rostro se hizo viejo
mis ojos se hicieron viejos.y el cielo...
Un mezquino nubarrónque no ha paradode escupir piedras.
El grano de centeno. Cuando salgo de mi nundo, me doy cuenta de que todos sufrimos, y sólo queda un
grano de centeno del que estoy dispuesta a despojarme.
Ambulemus in lumine Dei ("Caminemos en la luz de Dios").
Quizás te suceda como a mí.De repente
en la vespertina umbría de los granerosemerge alguien embadurnado de dolor,
pidiendo el último granoque guardabas para cuando las tupidas costuras
de las aflicciones,obturasen las primaveras.
El último grano de tormento con medidas exactas,dosificadas en balanzas, tasadas
en las premeditaciones de quien andacon el corazón abierto.
Alguien ha gastado su saldo de dolory te pide ese último grano de centeno,
a cambio
de una ventana con vistas al universoque despelleje tu ego de pez globo.Anotas el cambalache en la libreta
donde se anota lo superfluocon la evidencia de la certeza.
Quizás alguien acumule en sus bitácoras más dolor que tú.
Quizás... los ojos del ciego
los torpes excesos de los tullidos,los gritos de los paralíticos
el hambre que se hace más hambre en los niños;el alba impertinente y volátil de los drogadictos,
las ceñudas expresiones de los desahuciados.sean como las vidas de los gatos
ysobrevivan a la hecatombe desdentada, siete veces.
Guardas el cuaderno junto a los cuchillosque cortan el sufrimiento en finas lonchas
y olvidas...Olvidas para volver a rebozar en la harina de tu mierda
el último grano de centeno.
Mater serenisima.
Esse est deus ("Ser es Dios").
Siempre supe que no me pertenecías.Como una intuición dramática sabiaque la palabra "hija" se me clavaria
en el cielo del paladar atragantando los tiempos.Mi hija, mi casa, mi coche.
Siempre el "mi" en un intentodesesperado por abrirnos un hueco
entre los dementes.Yo...te llamaba por tu nombre.
La Sara.Por los siglos de los siglos
La Sara.
Curiosamente, ahora que has muerto
he comenzado a llamarte!hija mía!
Mater de la sombra.
Deus vult! ("¡Dios lo quiere!").
A menudo piensoque no te gustaría ver
como las amapolas de mis uñashoradan en tu recuerdo
para deshacer el funesto conjuro.Aquel, de cuando el tiempo
no era el enemigo.No te gustaría ver
estas febriles vigiliasdesfloradas por el loco desmán
de un impío destinoque quizás no fuese para mí.
Ni para ti.Que las negras flores de tu sepultura
acechan las primaverascomo un bosque de hayas
monopolizando el yermo terrenode los soles maquillados;
y el claroscuro que asoma entre mis dedoses impostura alucinatoria
de sombra chinesca que proyecta mi almasobre mi cuerpo.
Umbría que anda pidiendo a gritosun paso adelante
que abra la grieta.