LUIS IGNACIO HELGUERA Filosofía en México : un.. · del trabajofilosófico que se desarrolla...

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LUIS IGNACIO HELGUERA

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Al cumplir con esta amable encomienda de la Revista de laUniversidad me apresuro, en primer término, a advert ir queno es mi propósito el de pul imentar y dar lustre a un espejoque reproduzca el estado cabal, pormenorizado y objet ivodel trabajo filosófico que se desarrolla actualmente en Méx i­co; únicamente presento aquí una escuálida radiografía,ecléctica y subjetiva (y me limito a esbozar pautas, a indica r,a " hacer señales" , como la divinidad heracliteana pero , casisobra del todo decirlo, sin pizca de la visión, la sabiduría ylos dones de ella ).

Es viej a y manida la queja de que no existe en M éxico unaverdadera tradición filosófica que suministre los soporteshistórico-culturales que, a manera de antecedentes intelec­tuales propios, favorezcan la gestación de un filosofar nacio­nal con aspiraciones de validez universal. La queja continúa ,y muy probablemente continuará, pre sentándose y discu­tiéndose. Pero independientemente de ella y de su puntería ,lo cierto es que, haya o no esa tradición filosófica reclamada,repito, resulta innegable la presencia de una cierta actividadfilosófica en el México actual, aun cuando ésta sea qu izásmucho más escasa de lo culturalmente deseable. No obstan­te, la queja referida se refuerza y complementa con una muyfrecuente crítica más : en la historia general de la filosofía ,México se ha caracterizado é!penas como una nación de in­térpretes, de comentaristas, de profesionales dedicados a laglosa de lo enunciado y escen ificado en la tradición occiden­tal , y nunca como una nación de pensadores creativos, origi­nales y considerablemente aportativos; nunca como una na­ción de verdaderos filósofos. El problema es interesant e,complejo y acaso también bastante aflictivo. A su tratamien­to minucioso fue consagrado, por ejemplo, el interesante es­tudio histórico-crítico del peruano Augusto Salazar Bondy¿Existe unafi losof ía de nuestra América? (Ed, Siglo Veintiuno,México, 1968) -que, más ampliamente, indagaba la posibi­lidad de la filosofía en toda Latinoamérica- ; la respuesta deeste librito a la interrogante planteada en su propio título eranegativa, pero proponía a cambio un proyecto optimistay positivo que puede condensarse en una solución simple ycristalina : " La constitución de un pensamiento genu inoyoriginal y su normal desenvolvimiento no podrán alcanzarsesin que se produzca una decisiva transformación de nuestra

Luis Ignacio Helguera nació en el Distrito Federal en 1962. Estudia en laFacultad de Fi1osofia y Letras y es becario del Instituto de Invest igacio~es

Filosóficas,donde además participa en la tradu cción de un libro deCh ermssbajo la asesorla del Doctor Eggers. Es colaborador de esta Reoista de la Uni­versidad desde 1982.

sociedad mediant e la cancelación del subdesarrollo y la domi­nación" (Op.rit. p. 131). Así sólo una previa lucha revolu­cionar ia y una consecuente transfor mación de la sociedad la­tinoamericana, brindarla un clim a de libertad física, moral,ment al, de expresión y de pensamiento, propicio pa ra el cul­tivo propio y fecund o de un aut ént ico filosofar . Pero por suparte, nuestro profesor español J osé Caos, ent re ot ros, y enla dimensión de una d sus actitudes fren te a la cuest ión (unade ellas, pues su posición result aba polivalente) , pa recía de­senmascarar a ésta d u asp cto pseudo-problemático consu lacónica fórmula , ing nio a m nre perog rullesca : " La cues­ti6n noestá. pues , en hacerjiloJUfía spa ñola o americana, sinoenhacer, tS!Jalioln 11 americanos filosofía " , Y añadía : " De lo quehay que preocupar no , n fin, d lo e pañol o lo ame rica­no, sino de lo filo ófi o d la filo .ofla spa ñola o americana "(Pensamiento de lengua españo!«. México, 1945, p. 360) . La filo­soffa es teori a d I ab r univ rsa l y como tal esca pa, cuandoes genuina , a todo localismo ét nico ()geogr áfico. ¿Por qué re­cordar espcc ialm nt aqul a ;aos y no a otros que ha n sus­tentado y d arrollado I mismo PUlIto de vista del " filosofaramericano como filo ofar in más " ? Es qu José Gaos (1900­1969), a la cab za r pr s ntat iva de la bené fica generaciónde filósofos españo l " tran terr ad os", incrementó ext raor­dinariamente el interé y la tar a filosóficos en Méx ico me­diante una noble labor univer itaria, docente, inte lectual yfervorosamente humana, de cuyos frutos y legado efectivo to­davía se nutre el quehacer filosófi o de hoy. u ejem plo con- \tagió e impregnó el ambiente int I ctual mexicano, no sólode una dedicación y una seried ad profesionales - imprescin­dibles- en el estudio de la filosoffa , sino también de un espí­ritu inquisit ivo-crítico e invent ivo-constructivo, fundamentonecesario para hacer filosofla con emancipación a la vez quecon rigor . Recientemente, al reseñar el importante libro deLuis Villoro Creer, saber, conocer -obra particularmente signi­ficat iva en epistemología y en la vinculació n de ésta con la é­tica y la prácti ca social- , Ramón Xirau escrib ía: " Luis Vi­lloro se contradice para bien suyo y nues tro. Villoro es de laopinión de que , hoy por hoy, no se puede hacer filosofía en elruedo ibérico. (.. .) Siempre he creído no sólo que se puede ha­cer filosoffa en castell ano , cata lán, por tugués, sino que se hahecho . Luis Villoro lo confirma co n creces en sus creencias,sabe res y conoceres " . (Vuelta, úm . 71,p. 35) En efecto : ade­más de una ininterrumpida actividad filosófica en México,germina paulatinamente, a part ir de ella, la creatividad depensamiento y teoriza ción (el libro de Villoro es tan altamen-te informa do como original ). Considero que actualmente pre­dominan en México dos modos (o métodos ) distintos de vi­sual ización y tratamiento de los problemas filosóficos : porun lado, la tendencia de pensam iento marxis ta , representa­da fundamentalmen te por Adolfo S ánchez Vázquez -cuyas

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vál idas de ideología (una novedosa , por ej emplo, aparece in­troducida por Sartre en las " Cuest iones de méto~o " de suCritica de la razóndialéctica), pero b asta por ahora aJustarse.ala clasificación básica antes bosquejada para tratar de preCI­sa r la interacción entre la práct ica filosófica actual en Méxi­co y el ám bito ideol ógico-~olít ic?; As~ p~~s , des~e ~na pers­pect iva marxista , en una dime nsió n hist órico-pr áctica, l ~s fi­losofías se traducen finalmente en ideologías , en doctrinasque funda mentan y j ustifican los inte~ese.s ~olíticos de .unadeterminada clase social. Una tendencia similar -para Ilus­trar esta actit ud ideo lógica con un ejemplo concreto-, pare­ce carac terizar la obra de Leopoldo Zea : la finalidad de la fi­losofía es práctica , social ; el intento de sol~ción e~ciente ~e

los problemas más apremiant es ~e la r~ahdad latinoameri­ca na en su dimensión concreta e inmediata, como resultadode filosofar, es la rectificación del provecho de éste en nues­tra circunstancia histórica y geográfica. Ciencia e ideología,pensamiento y acción, toma de consciencia y militancia polí:tica , se eslabona n armónicamente en aras de la transforma­ción de la sociedad.

Pero , según creo, subsisten aún hoy en nuestro m~~io e~­

carn aciones del modelo ter minológico-concept ual ongmariode ideología, "ideología subjetiva ", gnoseología de las ideas(creencias, etc .), del lenguaje en que ellas se expresan, y delos problemas de la acción que plantean; algunas expresio­nes podría proporcionarlas la misma corriente de filosofíaana lítica a la qu e precedentemente hice referencia . Se notaráqu e en esta específica forma de vinc ulación, la fil~sofía ab-orbe a tal punt o lo ideológico (entend ido en el sentido espe­

cia l descrito) qu e lo asimil a, lo vuelve propio y se produceuna identidad de conceptos. Efectivamente, planteada así larelaci ón, ha sta de la filosofía de Platón, tal vez, podría ha­blarse como de una ideología (en el sentido primario de un sis­tema o teoría de las Ideas que determina las valoracionesacerca del deber humano , y las estructuras ideales de la socie­dad o polis y el Estado). Considero, por último, que estaidentidad conceptual sui genens resulta ilegítima y viciosa enel caso en que se toma " ideología " con la significación y lasconnotaci ones propiamente políticas que el empleo modernoy reiterado del término ha tornado habituales y convencio­nalmente unívocas. Filosofía e ideología mantienen entre síun a necesaria independencia conceptual.

Acaso la apretada reseña anterior de la acti vidad filosóficaact ua l en M éxico sugiera que la naturaleza o tipo específi codel filosofar depende del objeto sobre el cual se filosofe y esteobjeto es legítimamente destacado, por el filósofo, de un mapapro blemático de objetos sumamente amplio, pero siempremediante la asunción pre via de un método crítico y riguroso;porque la filosofía puede, en efecto, ser muchas cosas, pero nocualquier cosa es, de hecho, filosofía . Ni el pensamientomág ico-supersticioso primitivo, ni los panfletos alarmistascon pretensiones ideológicas, pueden considerarse form as defilosofía. Las tentativas de redu cir el pensam iento est ricta ­mente filosófico a los diversos módulos de crítica ideológica ,con la exclusiva finalidad de acelerar la inte racc ión del poderreflexivo sobre los conflictos sociales , políticos, etc. , acarrea­rían consecuencias contraproducentes y denigran tes. La filo­sofía es theoria, visión del mundo, aspi ra ci ónde sabe r puro deconj unto, y precisamente a través de la autonomía de su de­sempeño profesional puede esta blecer , por ejemplo, siemprea modo de cimiento teórico fundamental, conexiones ca tego­riales o doctrinarias con la ideología, porque una de sus fun­ciones esenciales es la de iluminar, en la medida de sus fuer­zas, el ámbito general de la cultura.

investigaciones han incurs ion ado en l~ ética , la es tét ica , ~a fi­losofía polftica, etc.- y Eli de Gorta ri - qUien ha trabaJadomás bien, bajo un enfoque marxista , en las áre as ?e lógica yfilosofía de la ciencia - ; por otro, la escuela anal ítica, proce­dente de la lógica y la literatura filosófica.de leng.uá inglesa,sea en su modalidad de filosofía del lenguaje y reoria del cono­cimiento de filosofía de la mente v de la acc ión; o de filosofíade la ciencia : algun os tra bajos ' de Luis iIIoro , Alejan­dro Rossi , Fernando Salmerón,J osé Anton io Robles,~r1os

Pereda, Enrique Villanueva y Ulises Moulines , co mo ejern­plos, son muestras caract erí st icas de esta manera de enten­der la filosofía y desarrollarla . Por supuesto que las orienta­ciones filosóficas brevement e anotadas arriba no agota n, nimucho menos, las alternat ivas de método para explicar elmundo, para dar razón de la rea lidad circunda nt e, sus en ig­mas y la forma de problema que éstos toman cuando el hom­bre reflexiona sobre ellos y sobre sí mismo . Como test imoniosintomático de ello, tenemos en M éxico pensadores de pro­ceder individu al, au tónom o, independiente entre sí por suspreferencias o afiliaciones doctrinarias e incluso disciplina.rias, por sus posiciones filosóficas en suma, p ro que, no obs­tante, parecen conservar una común incl inación hacia - yrecuperación de- el concep to tradicional d filo afia comometafísica (entendiendo ésta , s gún a el ca o, de mu y di­versas maneras: sea como teorla gen ral d I er, ea comoontología concreta, etc.): Edu ardo ti 01 , Ramón Xirauju­lianaGonzález V., y acaso llláscerca d I xi t n ia li moydelprovecho de una formación filosófica al mana, Ri a rdo Gue­rra y Emilio Uran a . (En t punto d Ir u nto me detieneuna molesta amnesia impuc ta por la falta d spacio; losnombres seguirían suc -diéndo n la li ta .)

En un segund o inciso se m pid qu scriba a lgunas 11·neas sobre la relación de esta producción filo ófica mexica­na, ya antes vagam ente descrit a, con el domin io de lo ideoló­gico. Antes de intent arlo, creo nec ario dilucidar sucinta­mente el bagaje de posibles significado del desgastado tér­mino "ideología" . Es út il r cardar que , en u acep ción eti­mológica origina l, " ideología" significaba estud io de lasideas, ciencia del origen , la forma ción racional , la clasifica­ción teórica y la expresión y utilización lingüísticas de todaslas ideas. En ese sentido manejaron y promovieron el térmi­no los "ideólogos" franceses de la época de la Revolución na­poleónica : pretend ía n que un cuidadoso análisis acerca delas ideas cons tituirla un fundamento sólido para disciplinastan diversas como la lógica , la ética, la economía (justamen­te, el filósofo francés Destutt de Tracy (1754-1836) publicóun tratado con el título Elementos de ideología). Procediendo enparte de dicho movimiento, Maine de Biran (1766-1824) de­linearía una importantísima distinción conceptual y de doc­trina entre ideología subjetiva (concerniente a la relación delyo individual con los actos intelectuales de su mismidad ínti­ma) e ideología objetiva (concern iente a la relación del yo in­dividual con la naturaleza y la sociedad exteriores a él). Meparece que es este segundo sent ido del vocablo, con las modi­ficaciones de ma tiz que implica la adaptación a un molde se­mántico cronológicamente distante, el que ha rescatado elconcepto moderno de ideología. De hecho , la connotaciónpreponderantemente politica que hoy observamos en el em­pleo común de la pa labra " ideología" ya se gestaba incons­cientemente en el movimiento intelectual de los filósofos­ideólogos franceses, simultáneamente asociado a la Ilust~a­

ción y a la Revolución (pues se pensaba qu~ la reforma SOCIalser ía co nsecuencia indirecta de la promoción del saber). Noniego que se hayan facturado y difundido otras definiciones

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